Fundación Balmaceda, 2015 Academia Balmaceda, año I, número 1. ISSN 0719-5648 Santiago de Chile Se terminó de imprimir esta primera edición en enero de 2015, en las imprentas Donnebaum. José Ananias 561, Macul, Santiago 22489 4800 Edición Manuel Lobos Infante Diseño y diagramación Marcelo Jordá Daniel Jeria FUNDACIÓN PRESIDENTE BALMACEDA Huelén 102 piso 2, Providencia, Santiago. Teléfonos: 222353752 – 222640792 e-mail: [email protected] www.fundacionbalmaceda.cl Esta publicación está licenciada bajo el estándar Creative Commons CC-BY-NC-ND. Se permite su reproducción no comercial, a condición de que se atribuya a su(s) debido(s) autore(s) y no se modifique su contenido. La Fundación Balmaceda nace como “Club José Manuel Balmaceda”, por disposición testamentaria de don Elías Balmaceda, hermano del Presidente, en el año 1916. Los objetivos fundamentales de aquel entonces se mantienen hasta hoy: 1.- “La propaganda de los principios y doctrinas liberales, siempre que tengan por base el respeto a la Constitución Política de la República y a las leyes, y también el estudio para el mejoramiento de éstos por las vías legales cuando hieran o perturben el derecho y la libertad en cualquiera de las esferas de la actividad humana.” 2.- “Procurará que en sus salones se dicten conferencias sobre temas que interesen a la buena marcha del país y a la difusión de las doctrinas liberales” 3.- “Fomentará los propósitos de unión y concordia entre todos los liberales del país” Directorio Presidente............................................. Pedro Correa Opaso Vicepresidente.....................................Germán Riesco Zañartu Director Ejecutivo..............................Manuel Lobos Infante Tesorero.................................................Tomás Puig Casanova Directores Gustavo Alessandri Balmaceda Francisco Matte Langlois Pedro Correa Guzmán Drina Rendic Espinoza Oscar Godoy Arcaya Hugo Zepeda Coll Academia Balmaceda Presentación La Fundación Balmaceda es un centro de estudios políticos y sociales creado en 1916 para fomentar el análisis de la realidad chilena desde la perspectiva liberal, ideología que inspiró el pensamiento y gestión del Presidente José Manuel Balmaceda. Nuestro propósito es fomentar la doctrina liberal y fortalecer el liberalismo político, haciendo que sus convicciones sean palpables y así se difundan entre la ciudadanía. Por ello, la Fundación Balmaceda busca ser un espacio que brinde a todos y todas la oportunidad de participar y aproximarse a la acción pública con ideas acordes a los valores liberales fundamentales, dándole validez al principio de libertad con dignidad en todos los ámbitos de la sociedad, y que implican principalmente un compromiso radical con la democracia. Guiada por estos principios, la Fundación Balmaceda reúne a investigadores de diversas disciplinas y edades, elaborando junto a ellos una serie de investigaciones y artículos de opinión que tienen por objetivo colaborar, desde una perspectiva liberal, a una mejor comprensión de la realidad política y social de Chile. Confiamos en que esta labor resultará exitosa, puesto que nos hemos preocupado de aplicar no sólo fundamentos teóricos, sino también hemos apelado a la persona entera con sus valores, ideas y sentimientos. Para acercar estas investigaciones especialmente al mundo académico, estudiantil y profesional hemos creado la revista Academia Balmaceda, que editaremos semestralmente con investigaciones y artículos elaborados por la Fundación, nuestro equipo de investigadores, estudiantes y colaboradores asociados. Para este primer número de Academia Balmaceda hemos seleccionado estudios y artículos escritos a partir del mes de octubre del año 2011; 6 Academia Balmaceda trabajos que, a pesar de su distancia temporal, no dejan de ser interesantes y plenamente vigentes. Con el fin de promover el intercambio de ideas y así contribuir a los propósitos de nuestra institución, desde ya le invitamos a ser parte de este proyecto académico, enviando sus artículos, investigaciones y columnas para ser publicadas en nuestra revista. Esperamos que este primer número de Academia Balmaceda −así como los que a futuro le seguirán− sea para usted un aporte, con miras a comprender mejor la realidad nacional, e inspirándose en los principios del liberalismo contribuir a crear una sociedad con más espacios de libertad para la consolidación de una plena democracia. Pedro Correa Opaso Presidente Manuel Lobos Infante Director Ejecutivo 7 Academia Balmaceda Índice Presentación 6 Investigaciones......................... 11 Evolución histórica de la derecha en Chile desde el retorno a la democracia 13 Una Ruta Liberal 85 Institucionalidad parlamentaria y capacidad legislativa 118 Artículos.................................... 152 Cruz del Sur: un avance en la política exterior chilena Democracia universitaria en el debate público El mito de los liberales en RN El sorteo de los magistrados: una formula a considerar Indignados: Crónicas de una muerte anunciada La Unión Europea en crisis 154 162 168 171 174 177 Las desigualdades arbitrarias Problemas educativos y culturales desde el liberalismo Matrimonio homosexual: El Estado laico en el Chile de hoy Municipalidades en Chile y descentralización 8 181 184 187 190 Academia Balmaceda Primavera árabe: la necesidad de avanzar Reconstrucción y los momentos políticos Sensacionalismo mediático y responsabilidades políticas Tecnocracia y la racionalidad de las marchas 9 193 197 200 204 Academia Balmaceda 10 Academia Balmaceda Investigaciones 11 Academia Balmaceda 12 Academia Balmaceda Evolución histórica de la derecha en Chile desde el retorno a la democracia Manuel Lobos Infante 1 Marcelo Estrella Riquelme2 Christian Parada Chandía3 Epígrafe L os sucesos posteriores a las elecciones parlamentarias y presidenciales4 brindan un espacio de análisis muy interesante, ineludiblemente ligado a gran parte de lo delineado en este trabajo. En primer lugar, la UDI sufrió una tremenda pérdida de diputados, cayendo a 29. Aunque sigue siendo la bancada más grande en la Cámara Baja, por primera vez desde el retorno a la democracia, ha perdido escaños. ¿Cómo ha afectado esto la correlación de fuerzas, al interior de la derecha? No demasiado en realidad. Quien se benefició a costa de la colectividad gremial no fue RN –quien sólo obtuvo dos diputados más–, sino la Nueva Mayoría, coalición renovada de centroizquierda –ahora suma al Partido Comunista– que fue capaz de doblar en diez distritos5. Además, la pequeña ganancia de RN fue efímera; desde la indiscutible derrota presidencial de Matthei –obtuvo sólo un 38% de las preferencias, frente al 62% de Bachelet–, han renunciado al partido dos senadores y tres diputados6. Así, la Alianza ha quedado con la menor bancada de senadores desde 1990, donde RN en particular, perdió, en sentido estricto, un escaño en la Cámara Baja. Que sea RN el partido que haya entrado en la peor crisis –y no la UDI, 1 Magister en Ciencia Política. Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda. Cientista Político Pontificia Universidad Católica de Chile 3 Cientista Político Pontificia Universidad Católica de Chile 4 El borrador de este trabajo fue concluido a principios de noviembre de 2013. La elección parlamentaria y primera vuelta presidencial se realizó el 17 de noviembre, mientras que el ballotage se llevó a cabo el 15 de diciembre. El trabajo se concluyó el 29 de diciembre. 5 La derecha mantuvo su doblaje histórico en el distrito 23 (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea). 2 6 Los senadores renunciados son Antonio Horvath y Lily Pérez. Cronológicamente, entre estas renuncias, ocurrieron las de los diputados Karla Rubilar, Joaquín Godoy y Pedro Browne. 13 Academia Balmaceda lo cual pudo haberse previsto a juzgar por los “datos duros” de la elección– demuestra cómo la disciplina interna del gremialismo se mantiene, aun en la adversidad. RN, en cambio, a pesar de haber tenido un relativo éxito electoral7, ha hecho visible, como nunca antes, la imposibilidad de convivir con el “ala liberal” de la directiva conservadora de la colectividad encabezada por Carlos Larraín8. Dicho de otra forma, la UDI ha logrado hasta el momento, mantenerse firme a pesar de su gran mella en la Cámara Baja, pues probablemente comprende que su pérdida electoral responde más bien a factores externos o inesperados, entre los que se cuenta como principal el “efecto de arrastre” que la contienda presidencial generó hacia las elecciones parlamentarias. En efecto, mientras por un lado se tenía a una candidata muy fuerte de la Nueva Mayoría, en la vereda del frente se hallaba Evelyn Matthei, quien luego de la renuncia a la candidatura por parte de Pablo Longueira, siempre fue una “última opción” para la coalición de centroderecha9. Por ser una candidatura 7 Si bien mantuvo el número grueso de senadores –al igual que la UDI, con 8 honorables–, obtuvo dos importantísimas victorias en la Región Metropolitana: Andrés Allamand, por Santiago Poniente, y el ex edil de Puente Alto, Manuel José Ossandón, por Santiago Oriente. 8 Entre las muchas declaraciones de la senadora Pérez, destacan las siguientes: “Durante muchos años, en RN convivieron liberales y conservadores, con diferencias. Hoy la intolerancia, el clasismo, el desprecio al liderazgo de las mujeres, se han apoderado de RN”. "[…] trabajé intensamente para que las ideas que muchas y muchos compartimos de una derecha liberal tuviera un referente de RN", pero que, pese a ello, "RN dejó de ser el partido en que se pueden reflejar ideas". Con respecto al resto de las renuncias, dice que el partido lo han abandonado “todos y todas por las mismas razones". Fuente: Diario “La Tercera” (16 de enero de 2014). 9 Para un observador neutral, la campaña de 2013 fue la más accidentada en la historia reciente de la derecha chilena. Los candidatos originales para las primarias del sector eran el ex ministro Laurence Golborne (independiente por la UDI) y el histórico militante, quien también había formado parte del gobierno de Piñera, Andrés Allamand (RN). No obstante, a causa de su participación como gerente general del consorcio Cencosud –sancionada por la Corte Suprema por cláusulas abusivas– y de unas cuentas bancarias en las Islas Vírgenes británicas –territorio considerado como un “paraíso fiscal–, Golborne renunció a su precandidatura a fines de abril. El cupo de la UDI para las primarias fue ocupado por Pablo Longueira (ministro de Economía), quien, a pesar del escaso tiempo que tuvo para hacer campaña, pudo derrotar por estrecho margen a Andrés Allamand, en los comicios del 30 de junio. Sin embargo, diecisiete días más tarde, Longueira anunció –mediante declaración de su hijo mayor–, que deponía su candidatura, a raíz de un cuadro de depresión. Luego de varias declaraciones cruzadas y supuestos “vetos” de candidaturas, por parte de uno y otro partido, se abrió una cruel encrucijada: ¿Debía llevarse candidato único? De ser así, ¿qué partido debía tener ese derecho? ¿La UDI por haber sido 14 Academia Balmaceda presidencial de la UDI, es posible que su figura negativa haya salpicado con mayor fuerza a esta colectividad que a sus socios de coalición, en la campaña de diputados y senadores. Si la UDI ha sido víctima de las circunstancias, el proceso de RN por otro lado, es de larga data, aunque probablemente ha sido acelerado por el espíritu de los tiempos. Las declaraciones de los disidentes del partido traslucen la vieja pugna entre liberales y conservadores, que, por razones electorales, han perdurado en una incómoda convivencia. El sector liberal siempre ha sido minoritario, en relación a la estructura conservadora heredera del antiguo Partido Nacional, y si no ha intentado escindirse en una tercera fuerza política, es por la “camisa de fuerza” del sistema electoral binominal, que desalienta cualquier intento de disidencia desde las coaliciones mayoritarias del país. Pero, al momento en que escribimos estas líneas, el panorama no es para nada claro. No sólo depende de la capacidad de recomposición de cada partido y del sector en su conjunto, sino de diversas circunstancias políticas e institucionales. ¿Cuánto tiempo podrá mantener la Nueva Mayoría este “aventón” que le propició Bachelet? ¿Cómo resolverá la derecha el dilema de coordinación entre su alma más liberal y aquella más conservadora? ¿Deberá abandonar la UDI sus argumentos más dogmáticos, como forma de recuperar parte del electorado perdido, en especial de los sectores más bajos, ahora mucho más difíciles de movilizar a causa del nuevo sistema de voto voluntario? ¿Se constituirá realmente un centro liberal? ¿De qué modo afectaría todo esto una nueva aventura presidencial de Sebastián alguien de sus filas quien ganara las primarias o RN, por la mera participación de Andrés Allamand en ellas? Finalmente, el dilema fue resuelto a favor de la militante UDI (ex RN), Evelyn Matthei, la cual tuvo poco más de tres meses para hacer campaña. Finalmente, la ex ministra del Trabajo logró pasar a segunda vuelta, aunque con sólo un 25,01% de los sufragios, la votación más baja de un candidato de derecha desde la campaña de Arturo Alessandri Besa en 1993. 15 Academia Balmaceda Piñera, quien terminó su mandato, reconociéndose como una figura mucho más liberal que las cúpulas de los partidos que lo acompañaron en su gobierno? Parece ser que gran parte de estas interrogantes pueden despejarse si el sistema electoral es reformado. Por ejemplo –y considerando el escenario más probable–, un aumento en el corto plazo de la proporcionalidad de aquél, serviría, en primer lugar como un salvavidas para la UDI ante el desplazamiento del sistema de partidos hacia la izquierda. De hecho, bajar el umbral electoral le permitiría al gremialismo mantener su hegemonía dentro de la derecha, sin tener que renunciar necesariamente a sus principios fundamentales. En segundo lugar, la menor barrera de entrada al Congreso incentivaría efectivamente la formación del añorado “centro liberal”, no sólo reclutando elementos desde la derecha sino de diversos sectores progresistas, como Fuerza Pública del ex ministro de Hacienda de Bachelet, Andrés Velasco10. Finalmente, y de manera paradójica11, el más afectado por este cambio podría ser RN, quien podría ser testigo de un desangramiento interno, tanto hacia sectores más centristas como hacia la UDI. Un factor determinante de esto será, naturalmente, cómo se manejará la nueva directiva que suceda a la del conservador Carlos Larraín, quien encabezó RN por cerca de nueve años. Para el espectador político, pareciera que un nuevo ciclo político está por comenzar. Un ciclo ya casi completamente divorciado del clivaje dictadura–democracia, donde las diversas corrientes 10 Entre los diversos movimientos embrionarios actuales de centro, están: Evópoli, formado por el diputado electo por el cupo de RN, Felipe Kast, además de contar como figura visible al ex ministro de Cultura, Luciano Cruz–Coke; Democracia Regional, conformado por los ex senadores RN, Antonio Horvath y Carlos Cantero, además del independiente Carlos Bianchi; Amplitud, fundado por los diputados disidentes de RN, los ya mencionados Rubilar, Godoy y Browne; y el Partido Liberal, refundación del efímero ChilePrimero, que cuenta actualmente con el diputado electo Vlado Mirósevic. Probablemente en el futuro cercano se conforme también un referente en torno a la figura del Presidente saliente, Sebastián Piñera, con miras a una futura reelección que encarne los valores de una derecha más moderna y democrática, que se desmarque de los sectores más conservadores, que siguen siendo mayoritarios en el sector. 11 “Paradójico”, pues en enero de 2012, fue la misma RN quien, en un pacto que hiciere con la DC, propuso formalmente aumentar la proporcionalidad del sistema electoral parlamentario, entre otras reformas institucionales. 16 Academia Balmaceda ideológicas que atraviesan el país –algunas largamente postergadas por el sistema binominal y otras que serán desenterradas del pasado o importadas del extranjero– quedarán desenmascaradas, mostrando su verdadero rostro. Pero esta nueva y excitante etapa en la historia política del país, debe ser también analizada en frío por los investigadores y académicos, con el objeto de develar cómo las manifestaciones físicas de esta fase (cambios de liderazgo, disputas cada vez más crudas y visibles en las votaciones del Congreso, alianzas entre bancadas, surgimiento de nuevos rostros, etc.), serán acompañadas por movimientos subterráneos determinantes en el devenir de la nación (traslación del sistema de partidos, nacimiento de ideologías más extremistas, rol más importante de los partidos en cuanto unidades aisladas, cambios en el sistema político que significarán renovadas contradicciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, mayor demanda de la ciudadanía por más transparencia en la política, pugna entre un sistema más orientado a los candidatos o más orientado a los partidos, etc.). Parafraseando el viejo adagio, está a vista y paciencia de todo el mundo cómo empiezan las cosas; la dificultad radica en dar luces acerca de cómo pueden terminar… En este trabajo se realizará una revisión de la evolución histórica de los partidos de derecha en Chile, tomando como punto de inicio el retorno a la democracia, ya que los partidos actuales se han desarrollado y evolucionado principalmente en este período, siendo el juego democrático el marco de acción política fundamental. Nos enfocaremos en la pugna entre Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI) por la hegemonía interna de la derecha nacional, lucha reflejada tanto en la fuerza relativa en el Congreso como en la definición de candidatos presidenciales. Conjugando ambos indicadores, la primera década vio a una UDI que si bien no tuvo la preponderancia electoral, logró prevalecer ideológicamente, en especial en la designación de los candidatos 17 Academia Balmaceda presidenciales del bloque formado por ambos partidos. Desde 2001, la UDI ha podido superar con claridad a RN electoralmente, a pesar de que fue esta última colectividad la que finalmente pudo llevar a un candidato de sus filas a la Presidencia de la República. En primer lugar, expondremos los inicios de ambos partidos, considerando que las particulares características en que se origina cada agrupación constituyen, a la vez, los lineamientos básicos que se transformarían en su identidad y también el factor que determinó la división entre ambos. En segundo lugar, revisaremos la evolución de cada una de estas organizaciones desde el retorno a la democracia, analizando la estructura de poderes, y las estrategias partidarias y de campañas, partiendo por dilucidar las causas que determinaron el surgimiento de la preponderancia de la UDI sobre RN, invirtiendo la situación inicial de 1990. Como tercer punto, ahondaremos en el camino que siguen ambos partidos hasta las elecciones de 2005, donde la irrupción de Sebastián Piñera como candidato presidencial, significó una reacción de RN para alterar su situación de inferioridad parlamentaria frente a la UDI. En cuarto lugar, presentaremos cómo la lucha por la hegemonía dentro de la derecha comienza a cambiar luego de que la principal figura de la UDI, Joaquín Lavín, fuera derrotado por Piñera en las elecciones de 2005, lo que transformaría a este último en el candidato único de la derecha para las presidenciales de 2009, donde la Alianza logra por fin vencer a la Concertación de Partidos por la Democracia12, después de veinte años de competencia democrática. Finalmente, revisaremos la situación actual de la derecha, el contexto político intracoalicional y nacional en que se encuentra y las condiciones en que lo enfrenta, para tratar de dilucidar en qué condiciones está el sector frente al nuevo ciclo presidencial y 12 Coalición de partidos de centro izquierda, que a partir de las elecciones de 2013 se llamó Nueva Mayoría. A pesar de que en los albores de la transición democrática estuvo formada por una pléyade de partidos políticos –la mayoría fusionándose o simplemente extinguiéndose o desertando de la coalición–, tempranamente decantó en cuatro colectividades principales: la Democracia Cristiana (DC), el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Socialista (PS) y el Partido Radical Social Demócrata (PRSD). 18 Academia Balmaceda parlamentario; indagaremos asimismo las circunstancias que determinan esto y cómo se presenta el escenario político al volver nuevamente a ser oposición. A modo de reflexión final, ofreceremos una mirada sobre el presente político, enfatizando en el eventual nacimiento de un centro liberal, intentando comprender cómo este incipiente sector político ofrece un importante input al sistema de partidos, qué situación le significa esto a la derecha y qué perspectivas se pueden apreciar, recién vislumbrado este nuevo sector y a la luz de la agitación electoral. I. La derecha y la fundación de sus partidos Los partidos que actualmente constituyen la derecha chilena comparten un origen común, ya que ambos nacen durante el Régimen Militar en la década de los ochenta, con miras al esperado retorno a la democracia, llegando incluso a conformar un solo partido que se llamó Renovación Nacional. Sin embargo, el principal hito que determina los diferentes caminos que seguirán cada uno, es la división que este partido sufriera en 1987. RN había sido conformado por: a) el Frente Nacional del Trabajo (FNT); b) la UDI, que acogía al gremialismo y era liderada por Jaime Guzmán; y c) el Movimiento de Unión Nacional (MUN), conformado principalmente por políticos del viejo Partido Nacional (PN). La UDI y los gremialistas se separaron finalmente de lo que siguió siendo Renovación Nacional. Esta escisión se debió al conflicto interno entre los líderes del partido, el cual fue motivado principalmente por las diferencias sobre apoyar o no la candidatura de Pinochet a la presidencia en 1989 –ya perdido el Plebiscito de 1988– de la cual era partidario Jaime Guzmán, además de la existencia de importantes discrepancias con respecto a la cercanía con el gobierno y las 19 Academia Balmaceda proyecciones que se tenía frente a la futura reinstauración de la democracia (Huneeus, 2001; Moulian, 1988). No obstante, es necesaria una revisión más exhaustiva tanto de las condiciones y motivaciones de la formación de Renovación Nacional – partido que pretendió dar unidad a la derecha durante el Régimen Militar– como de aquello que condiciona su corta duración y del cisma que establece el definitivo bipartidismo que ha constituido al sector hasta nuestros días. Reaparición de los movimientos de derecha bajo el Régimen Militar y su intento de ser un partido unitario Debido a que el régimen de Pinochet había proscrito los partidos políticos, era necesaria una coyuntura particular, de carácter político y social, que permitiera la reestructuración de la vida política por medio de movimientos y/o partidos políticos propiamente tales, la cual ocurrió de hecho entre fines de 1982 y 1983 (Valenzuela, 1995). Por estos años, se produce un nivel importante de agitación social, debida a una crisis económica que sacude al país, lo cual incentiva la formación de grupos y movimientos políticos que se manifiestan frente a la situación nacional, tanto coyuntural como de largo plazo, ante la proximidad del Plebiscito. Esta situación económica y social se suma a la labor en el Ministerio del Interior de Sergio Onofre Jarpa, un experimentado dirigente y ex presidente del Partido Nacional, quien emprendió gestiones que buscaron generar mayor apertura y flexibilización, tanto política como económica, lo que de facto permitió el surgimiento de movimientos políticos (Moulian, 1988). En los intensos momentos políticos que se estaban viviendo en el país, en especial durante el año 1983, resurgieron y nacieron movimientos políticos de diversas denominaciones ideológicas, tanto dentro de la oposición a la dictadura como en la derecha. Ésta, a pesar 20 Academia Balmaceda de su diversidad, compartía cierto piso de apoyo al gobierno; sin embargo, alojaba diferencias importantes a nivel ideológico, programático y en su grado de apoyo, vinculación y participación en el régimen (Valenzuela, 1995). En este sentido, mientras la oposición se unificaba cada vez más en torno al objetivo común de sacar a Pinochet y volver a la senda democrática, la derecha de la época presentaba una compleja heterogeneidad que Tomás Moulian (1988) separa en tres grupos: “Una tendencia, quizás la más fuerte o que tenía mayor influencia en el gobierno, era la neo–liberal, representada por la UDI y en menor medida por el MUN [Movimiento de Unidad Nacional]. Otra tendencia era la que representaba la continuidad con el comportamiento más típico de la derecha, antes del golpe. En esta posición se podría ubicar a la Derecha Republicana en primer lugar, y en alguna medida también al partido Nacional. Estos partidos son los que han estado desde el comienzo en una posición más distante del gobierno. El tercer sector son los nacionalistas, tendencia que ha mantenido una gran lealtad política al gobierno, pero con la diferencia respecto de los neo–liberales que no han logrado tener la influencia, ni el poder alcanzado por esos sectores más modernos. Se ubican bajo este pensamiento el MAN [Movimiento de Acción Nacional] y Avanzada Nacional. Este es un sector que ha entregado su apoyo incondicional a Pinochet, y que dentro de la derecha representa a los grupos más reaccionarios.” (Moulian, 1988, p. 83). A partir de esta caracterización, es posible hacer una segunda distinción dentro de los sectores que componen la derecha chilena de ese entonces. Esta nueva diferenciación se evidencia si analizamos la evaluación que los movimientos hacen con respecto al presente y futuro 21 Academia Balmaceda cercano de la política nacional, el cual se puede enmarcar en dos grupos más o menos claros. El primero está formado por quienes prestan un apoyo sustantivo al gobierno, no sólo respecto al “pronunciamiento militar” –nombre oficial que le dan los militares– de 1973, sino que respaldando también la gestión de los militares en su empeño de reforma nacional, cambio institucional, política económica y niveles de represión –esto último, al menos en términos generales. Debe añadirse que sectores importantes de quienes integran este núcleo civil de apoyo también han participado activamente dentro del gobierno. Dentro de estos últimos, destaca la labor del Movimiento Gremial y su líder Jaime Guzmán, quien llegó a ser el actor civil más influyente para los militares, en particular para Pinochet (Hunneus, 2001). Pero también tenemos en este grupo a sectores más moderados en cuanto a la incondicionalidad del respaldo, aunque especialmente se diferencian de los gremialistas en su participación directa en el poder. En esta categoría está la mayor parte de quienes integran al MUN y sectores del Partido Nacional. Finalmente, podemos incluir en este grupo a los nacionalistas, quienes a pesar de mostrarse incondicionales con los militares, no tienen participación ni influencia significativa en el gobierno (Hunneus, 2001; Moulian, 1988). La segunda categoría está conformada por aquellos sectores de derecha más “democráticos”, los cuales tienen una marcada distancia del gobierno y tampoco han participado en cargos de autoridad, a diferencia del gran número de alcaldes, por ejemplo, designados por Pinochet y que son miembros del gremialismo. Estos grupos llegaron inclusive a formar parte de la oposición debido a sus demandas políticas, principalmente el retorno a la democracia y el sentido de ésta, y su rechazo a Pinochet como candidato presidencial oficialista. En este grupo caben sectores del tradicional Partido Nacional –este tipo de diferencias internas termina haciendo insostenible a este partido–, el Partido Republicano y sectores liberales (Moulian, 1988). 22 Academia Balmaceda Escisión del bloque en los actuales RN y UDI Ahora bien, ¿cuáles fueron las claves que imposibilitaron la continuidad de la derecha bajo la forma de un partido único para enfrentar el retorno a la democracia? Esta pregunta encuentra su respuesta comenzando por la importante diversidad que compone a la derecha chilena en los años previos al Plebiscito de 1988, la cual involucra grupos con claras diferencias identitarias y programáticas, con perspectivas políticas que dejan poco espacio a la convergencia más allá de la visión económica y aspectos generales de la nueva institucionalidad generada a partir de la Constitución de 1980. Esto se puede observar en los seis puntos sobre los cuales se constituyó el acuerdo base de Renovación Nacional en el verano de 1987: “querer la democracia representativa; respeto por los derechos de las personas; fortalecimiento de la libertad individual; apoyo a la economía social de mercado; rechazo al comunismo; y valoración del 11 de septiembre y la legitimidad de la Constitución, sin perjuicio de las modificaciones necesarias” (Etchepare, 2005:8). Revisemos ahora en mayor profundidad quiénes componen el recién nacido partido de Renovación Nacional. Por un lado, tenemos al Movimiento Gremial, liderado por Jaime Guzmán, el cual tenía el claro proyecto de conformar una agrupación que diera continuidad a la obra del Gobierno Militar cuando los militares volvieran a sus cuarteles, para lo cual debía constituirse en un movimiento político hegemónico, de cierta forma análogo a lo que ocurría con el PRI en México (Dockendorff y Fuentes, 2007; Hunneus, 2001). El régimen de Pinochet no podía sustentarse solamente en las FF.AA., sino que debía tener una base de apoyo social sustentada en un nivel de participación civil en el gobierno, que le sirviera de conexión con la población y través del cual fuera constituyendo una base de 23 Academia Balmaceda legitimidad a la que apelar (Hunneus, 2001), tanto en el presente como frente a la necesidad de continuidad una vez restituida la democracia. El gremialismo había nacido en la Pontificia Universidad Católica de Chile como un movimiento estudiantil, por lo que sus miembros y dirigentes eran principalmente jóvenes, lo que era propicio para la idea de Guzmán de formar un movimiento nuevo que se desprendiera de la vieja política y que constituyera la fuerza que encabezara el nuevo andar político nacional (Hunneus, 2001). Esta nueva fuerza se basaba en un discurso anti–político que reivindicaba el trabajo en terreno y con la gente, donde la cercanía a sus necesidades marcaría la diferencia con la forma elitista y desgastada de la antigua política. Este discurso es adoptado por Pinochet, quien procuraba sustentar la legitimidad del régimen en el hecho de que éste era la respuesta a la necesidad de acabar con los políticos corruptos y “vende patria”, acercándose a las necesidades nacionales desde una perspectiva firme, ejecutiva y diligente. Es por esto que el Régimen ve en el gremialismo un actor clave para la cercanía con la gente, pero en especial con la juventud, que era donde debía imponerse este nuevo discurso y donde se encontraría finalmente un respaldo ciudadano al gobierno y su obra para el largo plazo, ya que eran las nuevas generaciones quienes debían hacerse cargo del país, pero con una nueva conciencia política (Hunneus, 2001). Estas ideas se plasmaron en el trabajo de campo que desplegó el gremialismo, el cual se centró en tres ejes. El primero de ellos fue el trabajo con la juventud a través de la Secretaría Nacional de la Juventud, institución dependiente de la Secretaría General de la Presidencia, de la cual se hizo cargo el gremialismo, situación que le proporcionó una instancia clave para la penetración de sus ideas en los jóvenes, además de otorgarle capacidad de movilización. La segunda instancia fue la participación que tuvieron los gremialistas en la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN), donde colaboraron con los 24 Academia Balmaceda militares y los “Chicago Boys” en el diseño de reformas económicas y en la evaluación de la gestión de los ministerios, lo cual se sumó a la colaboración en las Secretarías Regionales de Planificación (SERPLACs) en la gestión político–administrativa (Hunneus, 2001). Finalmente, una instancia clave para el desarrollo político–identitario del gremialismo, fue que: “la mayoría de los dirigentes de la UDI inició su carrera política en las instituciones del régimen militar: Secretaría Nacional de la Juventud, en cargos directivos o administrativos; luego en el Frente Juvenil de Unidad Nacional; y, después, en las alcaldías de los distritos que hoy representan, o como altos funcionarios del gobierno central o asesores de ministros y subsecretarios” (Huneeus, 2004:14). Este desempeño de sus personalidades en los municipios, a través de las designaciones de alcaldes que les confió Pinochet, tuvo la importancia de entregarle a la futura UDI, la experiencia y el vínculo con lo local, además de la cercanía que significa el trabajo directo con las personas y las organizaciones más pequeñas, elemento que será clave en el despliegue político y de campaña que desarrollará la UDI luego del retorno a la democracia (Berríos, 2007). Aquí se evidenciará un tipo de oferta política particular y bien definida, la cual apela a las necesidades más tangibles de las personas y establecerá la idea de la política como elemento funcional a las necesidades prácticas y materiales de las personas más necesitadas. Por último, debemos referirnos a la trascendental influencia que ejercería el sector gremialista en la visión de mundo de la sociedad chilena y la ideología que asume y hace suya Pinochet, la cual ofrece un diagnóstico del pasado que justifica la refundación de Chile mediante un gobierno fuerte. Esto se establece desde la Declaración de Principios del 11 de marzo de 1974 (Moulian, 1988). Fue el gremialismo quien 25 Academia Balmaceda tuvo incidencia clave en la creación de la Constitución de 1980, pero también fue parte importante, junto a los “Chicago Boys”, en la instauración del nuevo modelo económico monetarista neo–liberal. Es por esto que la relevancia del gremialismo y la figura de Jaime Guzmán fueron factores sumamente determinantes en el desempeño político e institucional del Gobierno Militar, transformándose en sus principales herederos y defensores luego del retorno a la democracia. El otro actor fundamental está compuesto por aquellos que conformarían Renovación Nacional tal como la conocemos ahora, cuyos principales líderes eran Andrés Allamand y Sergio Onofre Jarpa, quienes presentaban diferencias reconocibles, partiendo de la brecha generacional que los separaba. Más importante aún, cada uno representaba sectores y visiones distintas, siendo Allamand el líder del sector liberal y más reformista, mientras que Jarpa encabezaba la corriente más “dura” o “tradicional”, heredera del Partido Nacional (Aubry y Barozet, 2005:10). La diferencia entre estos sectores se podría sintetizar en “un centrismo progresista distanciado de la cultura autoritaria [y una visión] inclinada hacia posturas más corporativas y conservadoras, con un fuerte sentimiento de reivindicación del gobierno militar” (Cañas, 1998:75). El primer antecedente del actual partido Renovación Nacional es un manifiesto de 1983 que apareció en la prensa como apoyo a la gestión de Jarpa en el Ministerio del Interior, en el cual: “se llamaba a la unidad nacional, se planteaba la necesidad de hacer un gran esfuerzo conjunto para escoger el camino del entendimiento y del diálogo, evitando el deslizamiento hacia la violencia. Para que eso fuera posible debía apoyarse la apertura política y corregir los errores de una política económica inflexible y la insensibilidad de quienes se habían despreocupado 26 Academia Balmaceda de la cesantía, los bajos salarios y el endeudamiento interno” (Moulian, 1988:41). Es muy claro que el nuevo movimiento que se constituiría a partir de este manifiesto, el MUN, representa a un sector crítico del gobierno, pero no abiertamente opositor, ya que propone la unidad en torno a la voluntad de mejorar aquellas cosas en que existen precariedades y abrir el sistema político, aumentar el diálogo y disminuir el actuar doctrinario e intransigente que se oponía a cualquier cambio en las instituciones políticas y económicas construidas por el régimen. Es por esto que este movimiento nace en una posición muy diferente a la de la UDI, partido mucho más doctrinario, disciplinado e irrestricto en su apoyo al régimen, lo cual se entiende naturalmente si se considera la ya mencionada importante participación en la obra del gobierno. De esta forma, hay claras diferencias entre los sectores que se diferenciarían definitivamente luego del intento frustrado de formar un partido unitario de derecha, donde por un lado tenemos al MUN proponiendo “la necesidad de crear un movimiento político unitario, democrático, amplio y renovador” (Moulian, 1988:43), mientras que la UDI se cuadraba firmemente detrás del sistema creado por el régimen, lo que implica menor voluntad de apertura y renovación respecto de obras en las que habían sido co–creadores y en buena medida inspiradores. Sin embargo, el MUN tuvo que tomar la decisión de pasar a ser parte de la oposición o seguir apoyando al gobierno, cuando Jarpa es removido de Interior, lo que implica el fracaso del intento por abrir y flexibilizar el sistema y el programa para el retorno a la democracia. Frente a esta disyuntiva, el MUN optó por sumarse a quienes apoyaban al gobierno (Moulian, 1988), disyuntiva a la que también se enfrentaron el Partido Nacional y los demás sectores de derecha, lo que terminó por disolver al histórico Partido Nacional, repartiéndose sus miembros entre 27 Academia Balmaceda las dos opciones mencionadas, integrándose algunos a la actual Renovación Nacional y otros formando parte de la oposición, a través del Partido Alianza de Centro (PAC). Conclusión Lo que había llevado a que la derecha se uniera en un solo partido en 1987, era la inminencia del Plebiscito que decidiría el futuro del régimen militar, pero las divisiones internas no demoraron en socavar esta unión, ordenando el verdadero mapa político existente en la derecha. Son estas divisiones las que determinarían no sólo la separación de los dos partidos que existen hasta hoy, sino que también su evolución y la forma de progresar que cada uno iría eligiendo para crecer política y electoralmente. “[las causas del divisionismo en la derecha eran:] la mayor y menor cercanía de unos y otros respecto del gobierno [militar], las discrepancias en torno a la transición y la arquitectura constitucional del régimen, las distintas perspectivas sobre el sistema democrático, las aproximaciones disímiles acerca de la forma de avanzar hacia una economía cada vez más abierta y competitiva. […] en rigor, la UDI nunca fue demasiado independiente [del gobierno militar]; nosotros en cambio [RN] estábamos siéndolo cada día en mayor grado” (Allamand, 1999:30). Las distintas perspectivas sobre la cercanía al gobierno de Pinochet, determinarán de esta forma la separación de los dos partidos, y serán un tópico siempre presente en la vida política de ambos, pero en especial en la UDI, ya que al originarse y plantearse como defensor acérrimo del legado autoritario, es a quien más le influirá el desarrollo que tendría la visión sobre este legado, ya en democracia. 28 Academia Balmaceda El otro factor clave y diferenciador de los actuales partidos que podemos encontrar ya en sus orígenes, es en el ámbito de acción política y en la determinación de principios sobre los que ambos nacen y se estructuran. Por un lado tenemos a la UDI, un movimiento nacido en la acción política local y juvenil, la cual respondía a un ideal político “apolitizante”, donde lo tangible es lo más importante y donde la disciplina y el adoctrinamiento de sus miembros es una característica clave que determina el apego a su principal líder Jaime Guzmán, a la obra de éste y del Gobierno Militar, y a la figura de Pinochet. Mientras que en RN, encontramos a miembros que en su mayoría no participan del régimen ni tienen un origen político común determinado, ya que al aparecer el MUN, éste se plantea como una instancia programática y no ideológica, invocando así la convergencia de distintos sectores sobre la base de ideales muy generales y una mirada más amplia y flexible que la de sus socios de la UDI, lo cual determina a un partido mucho menos homogéneo y disciplinado. II. La derecha chilena: vida y evolución en democracia Una historia de liderazgos confrontados Desde las primeras elecciones democráticas realizadas en el país luego del retorno a la democracia, quien mayor éxito electoral cosechaba dentro de la derecha era RN, pero esta situación no permaneció así, ya que la UDI experimentó un lento pero constante aumento en sus votaciones, llegando a ser en 2001 el principal partido con representación parlamentaria no sólo dentro del sector, sino que en todo el espectro político, mientras que RN vio disminuido su apoyo en la Cámara Baja, alrededor de un 9% desde 1989 hasta 200113. 13 Ésta, como todo el resto de la información electoral, fue derivada de la página web oficial del Servicio Electoral chileno: www.elecciones.gov.cl. 29 Academia Balmaceda Esta evolución electoral es en buena medida el reflejo de la eficacia con que la UDI logró desplegar su maquinaria electoral y la incapacidad de RN de plantearse como un rival real dentro de la derecha, que pudiera disputar la hegemonía política y posteriormente electoral, que la UDI fue alcanzando a través del tiempo. El aumento en las votaciones de la UDI se ha explicado por varios factores, que son: primero, el fuerte liderazgo y cohesión de sus líderes, que hacen de la UDI un partido fuertemente jerarquizado y ordenado (Berríos, 2007; Dockendorff y Fuentes, 2007; Hunneus, 2001). Segundo, su política de reclutamiento y la homogeneidad de los espacios de socialización política de sus miembros; esto favorece la cohesión interna del partido y brinda gran éxito en la incorporación de elementos nuevos que enriquecen sus filas (Berríos, 2007). Tercero, sus nexos con sectores empresariales que le brindan el apoyo económico necesario para desbalancear el gasto electoral a su favor (Berríos, 2007; Luna, 2010). Y cuarto, el logro político de haber superado el hecho de ser el partido más fuertemente identificado con el Régimen Militar (Berríos, 2007). En todo caso, cabe cuestionar este factor en los últimos años, en que se ha revivido la percepción del nexo de la UDI con el período autoritario, sí fue posible observar un distanciamiento claro con la figura de Pinochet luego de la detención de éste en Londres en 1998. El hito que sella este logro político es la actitud seguida por la UDI y por la derecha en general, al momento de la detención de Pinochet –de cara a la elección presidencial de 1999. La estrategia seguida se enfoca en no defender personalmente a Pinochet, sino más bien resguardar la soberanía interna de Chile, argumentando que si el ex general es juzgado, deber ser en Chile, con lo cual se desmarca de la figura del dictador, quedándose sólo con la defensa de la institucionalidad chilena y la herencia que en ella dejó el Régimen Militar (Berríos, 2007; Luna, 2011). A esto también se suma la incapacidad de RN para consolidarse como un partido con una estructura sólida, con fuerte unidad interna y con un perfil claro y definido (Gamboa, 2007). 30 Academia Balmaceda De esta forma, la hegemonía al interior de la derecha fue evolucionando en favor de la UDI y se pueden observar varios hitos y situaciones en esta pugna, los que van dejando en claro su predominio y la respuesta que finalmente lanza RN cuando se le presenta la oportunidad. El primer punto es lo que ya se ha mencionado, referido a que en las tres elecciones presidenciales entre 1989 y 2000, no figuró ningún candidato proveniente de las filas de RN. Dentro de la cuestión presidencial en la Alianza, es importante recordar que Sebastián Piñera tuvo que renunciar a su pretensión como pre–candidato a las elecciones de 1993, luego de la difusión de conversaciones telefónicas privadas, donde se expresaba en malos términos de su entonces competidora Evelyn Matthei (Gamboa, 2007). Fuera del tema presidencial, hay hechos específicos que reflejan la posición secundaria que RN vivió por muchos años. Uno de ellos es la batalla senatorial por Santiago Oriente (1993), donde Andrés Allamand, principal figura de RN y posible candidato presidencial para las elecciones de 1999, sufre una gran derrota de mano de Carlos Bombal (UDI), luego de una campaña muy dura de la UDI en su contra, lo cual pulverizó sus opciones presidenciales. Esta derrota de Allamand consolidó la campaña de Joaquín Lavín, dejando atrás la opción de RN de consolidarse como el partido eje de la derecha (Gamboa, 2007; Allamand 1999), máxime considerando que hacia 1997 la UDI ya había logrado equiparar fuerzas electorales parlamentarias con RN. Otro hito importante en la conflictividad interna de la derecha y que remarcó el poder que ostentaba la UDI, fue la retirada que tuvo que hacer Piñera de su posible campaña a senador por la Quinta Región Costa. La UDI no había visto con buenos ojos esta candidatura y anticipó el retiro de la Armada de su entonces Comandante en Jefe Jorge Arancibia, con el objeto de que postulara a esa senaturía, quitándole toda opción a Piñera, quien de haber insistido habría causado 31 Academia Balmaceda un daño peor a las ya resquebrajadas relaciones en la Alianza (Gamboa, 2007). Por último, el hito que refleja la gran conflictividad e incapacidad de homogeneizar políticas y unirse como coalición política con reales opciones de llegar a La Moneda, fue la gran tensión despertada dentro de la derecha con miras a las elecciones municipales de 2004, cuando la diputada Pía Guzmán (RN) denuncia indirectamente, sin pruebas que la respaldaran, a Jovino Novoa (UDI), en tanto implicado en el entonces bullado “caso Spiniak”14. Este conflicto finalmente concluyó con un golpe de timón de Joaquín Lavín, entonces principal figura de la oposición, quien exigió la salida de los presidentes de ambos partidos, Pablo Longueira y Sebastián Piñera, acentuando las diferencias entre Lavín y este último. Todo este proceso se vivió en medio de un choque de acusaciones y reproches de un lado hacia otro, generando gran división en la Alianza, lo que sumado al ascenso en la popularidad de la Concertación luego de la recuperación económica que estaba viviendo el país, provocó que los resultados de las municipales de 2004 fueran muy malos para la derecha, a pesar del éxito en las elecciones parlamentarias de 2001 (en especial de la UDI) y de las presidenciales de 1999 (Berríos, 2007). Todo este escenario político restó mucho poder a la campaña de Lavín para el año 2005, presentándose una oportunidad perfecta para que creciera la opción de un candidato propio en RN (Piñera), ya que se creía muy difícil que Lavín pudiera vencer a cualquiera de las dos precandidatas de la Concertación, Soledad Alvear o Michelle Bachelet. De esta forma, la candidatura de Piñera surge como la respuesta que RN da por fin a la hegemonía de la UDI, logrando un importante éxito intracoalicional en las elecciones presidenciales de 2005, donde Lavín es derrotado por el empresario en primera vuelta, perfilándose éste 14 El Caso Spiniak corresponde a un proceso judicial por estupro, prostitución infantil y producción de material pornográfico, iniciado durante 2003 en Chile. 32 Academia Balmaceda como el candidato natural de la derecha para el año 2009. Caso contrario ocurrió en las elecciones parlamentarias, ya que la UDI continuó con su dominio electoral en el Congreso, incluso aumentando su superioridad respecto de la elección anterior. Es así como la candidatura de Sebastián Piñera es el mecanismo que RN logra generar para disputarle –con opciones reales– la hegemonía a la UDI, encarnándose en la propia figura de Piñera –quien había sido varias veces víctima de esta hegemonía– el levantamiento –o, por lo menos, el intento– de un partido que por factores domésticos (incapacidad de fortalecimiento y coherencia interna) y externos (el buen trabajo y resultados electorales de la UDI), había permanecido largos años en un papel secundario dentro de la derecha chilena (Aubry y Barozet, 2005; Gamboa, 2007). La pérdida del Ejecutivo y el atrincheramiento en el Congreso Los resultados del Plebiscito de 1988, los tempranos disensos entre la UDI y RN, y la gran capacidad de acuerdo mostrada por la naciente Concertación –a pesar de su pluralismo– (Navia, 2007), dejaban la sensación de que sería muy difícil que la derecha ganara la elección presidencial fijada para el año siguiente. Peor aún, se temía que la coalición de centro–izquierda arrasara en las elecciones parlamentarias (que se llevarían a cabo en forma concurrente con la presidencial), pudiendo lograr las mayorías necesarias en el Congreso para poder superar los altos quórums legados por la Constitución de 1980 y así tener la oportunidad de desmantelar, al menos parte de la obra dejada por el dictador Augusto Pinochet. ¿Cómo podía defenderse, entonces, la Constitución de 1980? La respuesta fue dada precisamente por uno de los redactores más importantes de la nueva Carta Magna, el ex dirigente gremialista y fundador de la UDI en 1983, Jaime Guzmán Errázuriz. En efecto, este abogado constitucionalista diseñó un sistema electoral que aseguraría la representación parlamentaria de la segunda mayoría, a 33 Academia Balmaceda través de la formación de pactos (Altman, 2008). Este es el llamado sistema binominal, el cual rige para las elecciones parlamentarias, desde 1989, según la Ley Orgánica Constitucional 18.700 de Votaciones Populares y Escrutinios. Con el sistema binominal en marcha, el Congreso se transformó para la derecha en un importante “actor de veto” (Tsebelis, 2002) hacia las decisiones del Ejecutivo –controlado por la Concertación durante veinte años– hasta la victoria en las urnas de Sebastián Piñera en 2010. La dificultad de “doblar” en los distritos y circunscripciones ha producido un virtual empate entre las dos grandes coaliciones (ver Tabla 1), tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, lo cual a su vez ha impedido la oportunidad de realizar reformas que requieran de quórums calificados15. A pesar del gran poder constitucional que tiene el Ejecutivo sobre el Legislativo en nuestro sistema de gobierno (Alemán y Saiegh, 2007; Toro, 2007), la práctica institucional desde el retorno a la democracia ha demostrado que el Congreso funciona como un efectivo check and balance sobre el Ejecutivo (Aninat, Londregan, Navia y Vial, 2006; Londregan, 2000; Siavelis, 2002). 15 La Constitución de 1980 estableció que la aprobación, modificación o derogación de ciertas normas legales, debía ser con quórum supramayoritario. Para iniciativas que tengan que ver con leyes orgánicas constitucionales, se requiere de las 4/7 partes de los diputados y senadores en ejercicio; para reformas constitucionales, se exigen 3/5 de los miembros en ejercicio; y para ciertas normas que interpreten preceptos de la Constitución, 2/3 de los miembros en ejercicio. 34 Academia Balmaceda Tabla 1: Evolución de las coaliciones en ambas cámaras, desde las elecciones parlamentarias de 1989 Diputados electos Concertación17 Alianza18 1989 1993 1997 2001 2005 2009 69 70 69 62 65 57 48 50 47 57 54 58 Senadores electos16 Concertación Alianza 22 9 11 9 11 9 16 9 9 9 8 9 Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral Sin embargo, si bien la “estrategia de trinchera” le permitió al bloque de derecha contrarrestar su incapacidad de acceder al gobierno durante veinte años, también ha tendido a acentuar las diferencias originarias entre los partidos de la coalición, principalmente por dos razones. En primer lugar, el sistema binominal traslada la competencia electoral hacia el interior de las coaliciones (Altman, 2008:51–52), pues establece un mecanismo de lista abierta, en que si bien se suman los votos de los candidatos del mismo pacto para efectos de la repartición D’Hondt, quien se lleva el escaño, si es que no hay doblaje, es sólo el candidato más votado de la lista19. En resumidas cuentas, el sistema 16 En Chile, el Senado se renueva por mitades. Sólo en 1989 –primera elección parlamentaria desde el golpe militar–, esta cámara se eligió íntegramente, sin contar los “senadores institucionales”, figura de la Constitución de 1980 removida con la reforma de 2005. 17 Esta tabla considera sólo a los parlamentarios electos que compitieron dentro de uno de los principales pactos políticos, pues el fin es solamente mostrar la mecánica bicoalicional que genera el sistema binominal. Así, no se toman en cuenta los representantes de otros pactos ni los independientes, aunque eventualmente se hayan sumado posteriormente a alguna bancada de una de estas dos coaliciones. 18 La coalición de centroderecha ha cambiado muchas veces su denominación: en 1989, fue “Democracia y Progreso”; en 1993, “Unión por el Progreso de Chile”; en 1997, “Unión por Chile”; en 2001, “Alianza por Chile”; en 2005, “Alianza”; y en 2009, “Coalición por el Cambio”. Como durante todo este trabajo, se nombra sencillamente como “Alianza”. Con respecto a la coalición de centroizquierda, ha pasado otro tanto, aunque, hasta 2013, el pacto electoral siempre llevó incluido el vocablo “Concertación”. 19 Esto ha sido, en la práctica, particularmente cierto para la Alianza, pues sólo ha logrado doblar en el distrito 23 (Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea), desde la elección de 1993 en adelante. 35 Academia Balmaceda binominal genera dentro de las coaliciones una mecánica mayoritaria, en que cada candidato compite primariamente con su propio compañero de lista, en una lucha intestina por ser el más votado del pacto. En segundo lugar, no contar con el botín del Ejecutivo impide el acceso a una importante fuente de recursos para atenuar la dureza de la campaña parlamentaria, descrita anteriormente. Estos recursos tienen que ver con el poder del Presidente en dos ámbitos, a saber: i) la provisión de cargos públicos que, de una u otra manera, son definidos por el Primer Mandatario20; ii) el dominio de la agenda legislativa. La injerencia del Presidente en el nombramiento de determinadas autoridades (ministerios, subsecretarías, intendencias, gobernaciones, embajadas, dirección de empresas estatales, etc.), tiene el efecto de manejar las “cuotas” de representación de los distintos partidos que conforman la coalición de gobierno, a través de la repartición de premios de consuelo, especialmente para aquellos candidatos individuales que hubieren sido derrotados en la contienda parlamentaria. En el estudio que realizan Carey & Siavelis (2003) para la década de los ’90, se muestra cómo la dificultad de obtener mayorías legislativas a causa del sistema electoral binominal y la subsecuente pérdida de capital político generado por la derrota de valiosos candidatos, nominados con el objeto de obtener doblajes en ciertos 20 Entre las recompensas erogadas por el Ejecutivo, distinguimos entre cargos de confianza (puestos políticos en carteras ministeriales, intendencias, gobernaciones, SEREMI’s, embajadas, consulados), puestos de gobierno (cargos en el tope de organismos gubernamentales o directorios de empresas estatales) y empleos públicos (en los diversos servicios públicos, tales como funciones menores en ministerios, secretarías, hospitales públicos, etc.). Si bien todos estos cargos son remunerados por el Estado, cada uno de ellos implica un grado distinto de poder del Ejecutivo para llenarlos. Los cargos de confianza son de exclusiva confianza del Presidente de la República –es decir, son nombrados y removidos exclusivamente por el Primer Mandatario– y representan funciones descentralizadas del gobierno; los directores de organismos gubernamentales o empresas estatales, son nombrados la mayoría de las veces por consejos donde el Presidente está representado por algunos de sus ministros y cuya conformación no se agota en miembros del Ejecutivo, sino que también reúne a empresarios, trabajadores de las empresas, abogados, técnicos, etc.; finalmente, está el grupo de aquellos que obtienen empleos en el sector público, en general. Nótese que estas denominaciones son totalmente arbitrarias y sólo son útiles para distinguir entre diversos grados de intervención del Ejecutivo en los nombramientos. 36 Academia Balmaceda distritos, fue resuelto por la Concertación “compensando con cargos en el gobierno a sus correligionarios que estuvieron dispuestos a asumir el riesgo personal, en favor de la coalición, de aceptar una candidatura y realizar una campaña vigorosa para llegar al Congreso, pero que no resultaron electos” (Carey y Siavelis, 2003:6). Como se muestra en la Tabla 2, este mecanismo compensatorio fue ampliamente emulado por el actual gobierno de Piñera, lo cual corrobora la hipótesis de que el control del Ejecutivo otorga un “seguro para los subcampeones” (ver Tabla 2). Además del poder de nominación del Presidente en diversos cargos del gobierno, aquél es el jefe de su coalición, ejerciendo una influencia significativa sobre las decisiones tomadas por los partidos oficialistas. Uno de los mecanismos más eficaces a disposición del Presidente, para mantener unida a su coalición, es el del dominio de la agenda legislativa (Siavelis, 2000; Siavelis, 2002). Tal como menciona Toro (2007), la unidad de los partidos de la Concertación en la transición se debió, en parte, a “su capacidad de manejar los tiempos, temas y oportunidades para ser empleadas [las prerrogativas del Presidente]” (Toro, 2007:33). Es decir, fuera de los poderes constitucionales, existen “mecanismos de influencia informales” (Siavelis, 2002:105) que el Ejecutivo utiliza en su relación con el Congreso, con el objeto de poder pasar la mayor cantidad de mensajes posibles. Estos mecanismos incluyen, por ejemplo, reuniones entre representantes del gobierno y las bancadas oficialistas, previas al envío de un mensaje presidencial. 37 Academia Balmaceda Tabla 2: El destino de los ex diputados, según su coalición, año de alejamiento y gobierno en el que trabajaron posteriormente Año en que deja el Ex escaño y gobierno diputados en que ocupa cargo Concertación Post–2005 (con Bachelet) Alianza 15 CCa PG SP 26,7b 13,3 46,7 Algún cargo 73,3 Post–2009 (con Piñera) 12 0 8,3 8,3 16,7 Post–2005 (con Bachelet) 14 0 14,3 0 14,3 Post–2005 (con Piñera) 13 30,8 15,4 7,7 46,2 Post–2009 (con Piñera) 17 52,9 23,5 47,1 88,2 Fuente: Elaboración propia, a partir de los datos de la Biblioteca del Congreso y del Gobierno, a través de sus páginas web www.bcn.cl y www.gobiernotransparentechile.cl, respectivamente; además de diversos diarios electrónicos. a CC=Cargos de exclusiva confianza; PG=Puestos de gobierno; SP=Sector público (ver nota 7). b Los datos están en porcentajes y, a lo largo de la fila, no tienen por qué sumar un 100%, pues un diputado pudo haberse desempeñado en más de un tipo de cargo. En síntesis, si bien atrincherarse en el Congreso mostró ser, para el bloque de derecha, una estrategia efectiva para resistir varios embates reformistas propuestos por los gobiernos sucesivos de la Concertación, el no contar con el control del Ejecutivo y sus naturales mecanismos para cohesionar a su coalición, significó en la práctica, dejar a los partidos de la Alianza abandonados a la ya iniciada pugna por la hegemonía del bloque, pugna exacerbada además por los incentivos de competencia intracoalicional promovidos por el sistema electoral binominal. 38 Academia Balmaceda La lucha por la hegemonía Como ya se señalara en el primer capítulo, la derecha había sufrido durante la década de los ’80, un fracasado intento por conciliar sus distintas visiones políticas en un partido único. Así, las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1989 que inauguraron el retorno a la democracia, encontraron a una derecha dividida en dos partidos principales: la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN)21. Sin las fuerzas unificadoras del Ejecutivo, la lucha por la hegemonía interna estaba desatada, presentándose el Congreso como el principal campo de batalla. Si bien el sistema binominal le aseguraba al bloque derechista una proporción de escaños tendiente a la mitad en ambas Cámaras, la pugna se centraba en cuál de los dos partidos obtenía más curules. Observando los datos desde 1989 para la Cámara de Diputados22 (ver Gráficos 1 y 2), se observa una hegemonía de RN para el período 1990– 2001 y, posteriormente, una superioridad de la UDI para el período que va desde 2001 hasta el 2013. Sin embargo, más notable aun es la siempre creciente línea electoral de la UDI (ver Tabla 3). En contraste, RN que partió dominando la coalición, ha sufrido una constante baja en sus resultados electorales, estabilizándose en torno al 15% de los escaños desde 2001. ¿Qué factores pueden ser capaces de explicar el impresionante avance electoral de la UDI? El resto de la sección se centrará en responder esta pregunta, en base a dos consideraciones sobre el partido gremialista: i) el alto grado de vinculación territorial que posee con sus electores, especialmente en las zonas urbanas; ii) la estructura altamente jerarquizada de su organización interna. La 21 No obstante, el pacto de derecha (Democracia y Progreso) pudo acordar una candidatura presidencial única, en torno al ministro de Hacienda durante el gobierno militar (1985–1989), Hernán Büchi. Algunas precandidaturas que quedaron en el camino, fueron las del ex ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, y la del ex senador radical Julio Durán, quien había sido candidato presidencial en 1964. 22 Se presentan los datos sólo para la Cámara Baja. Con respecto al Senado, su renovación parcial cada cuatro años, no nos permite mostrar tendencias tan fácilmente. 39 Academia Balmaceda combinación de estos dos factores, le habría permitido a la UDI un diseño más efectivo de sus plantillas parlamentarias, lo cual evidentemente ha redundado en una mayor eficacia electoral, en relación a sus socios de RN. Tabla 3: Evolución electoral UDI y RN UDI % votación % escaños 9,82 12,11 14,45 25,18 22,36 23,05 1989 1993 1997 2001 2005 2009 RN Escaños 9,17 12,5 14,17 25,83 27,5 30,83 % votación % escaños 11 15 17 31 33 37 18,28 16,31 16,77 13,77 14,12 17,81 Escaños 24,17 24,17 19,17 15 15,83 15 29 29 23 18 19 18 Fuente: Elaboración propia. Datos de la web oficial del Servel www.elecciones.gov.cl. Diputados electos UDI-RN 1989-2009 40 35 30 25 20 UDI 15 RN 10 5 0 1989 1993 1997 2001 2005 2009 Fuente: Elaboración propia. Datos de la web oficial del Servel www.elecciones.gov.cl. 40 Academia Balmaceda Porcentajes de votación en diputados UDI-RN 1989-2009 30 25 20 UDI 15 RN 10 5 0 1989 1993 1997 2001 2005 2009 Fuente: Elaboración propia. Datos de la web oficial del Servel www.elecciones.gov.cl. La “bendita herencia” de Pinochet El carácter dictatorial del gobierno de Pinochet se reflejaba en su capacidad absoluta de nominación de una serie de autoridades públicas. Dentro de estos puestos, son de particular relevancia para el desarrollo político de los partidos en democracia, aquéllos que implicaban un grado de penetración territorial local (alcaldes, SEREMI, juntas de vecinos, centros de madres, organizaciones de gobierno como la Secretaría Nacional de la Juventud, etc.). Como se mencionaba en el primer capítulo, la UDI se convirtió a fines de los 80’ en el partido de derecha más leal a la obra del gobierno militar. Es por esta razón que la mayoría de los funcionarios del régimen militar que continuaron en el servicio público en democracia, pasaron, tarde o temprano, a las filas del gremialismo. La mayoría de los municipios derechistas fueron ganados por la UDI (Huneeus, 2001), a través de alcaldes otrora designados en el régimen militar (ver Tabla 4). El nombramiento de candidatos que habían sido 41 Academia Balmaceda funcionarios de nivel local en el gobierno militar, tenía dos efectos. En primer lugar, un mutuo conocimiento entre los electores de la comuna y el candidato, pues por un lado, se tenía que éste ya era ampliamente conocido en la zona por sus funciones edilicias y por otro, las redes generadas bajo su mandato permitían desplegar campañas más eficientes, por cuanto el candidato sabía de antemano cuáles nichos socio–demográficos de la comuna debían atacarse, lo cual aumentaba las probabilidades de victoria del candidato (Berríos, 2007; Huneeus, 2001; Luna, 2010). En segundo lugar y más importante aún, es el hecho de que el control de comunas populosas le ha permitido a la UDI expandir sus redes clientelares hacia las áreas circundantes, estableciendo plataformas político–territoriales más amplias, las cuales no sólo generaron oportunidades de ascenso en la carrera para muchos alcaldes que se aventuraron luego a candidaturas parlamentarias, sino que también un mejor conocimiento territorial a nivel distrital. Tabla 4: Participación de los diputados de la UDI y de RN en el régimen militar (1989–2001) UDI RN Absoluto % Absoluto % Alcaldes 14 48,3 16 31,4 Cargos de gobierno 7 24,1 12 23,5 Sin cargos 8 27,6 23 45,1 Fuente: Extracto de uno de los cuadros presentados por Huneeus, 2001. En pocas palabras, se propone que uno de los factores que han propiciado el creciente éxito electoral de la UDI en las parlamentarias, está vinculado directamente al despliegue territorial de los “alcaldes designados” en dictadura y su vuelco casi absoluto a las filas del gremialismo. Este factor de continuidad no sólo le dio ventajas a la UDI 42 Academia Balmaceda por el número de ex alcaldes designados adscritos al partido, sino también porque el despliegue territorial brinda una fuente de información crucial para conocer la fuerza electoral relativa de cada partido de la coalición, a nivel distrital. Saber positivamente en qué lugares se es más fuerte y en cuáles más débil, otorga una ventaja determinante en la negociación de cupos y en la eficacia electoral. El partido de los “coroneles” Como se mencionó en la primera parte del trabajo, diversos autores afirman que la UDI es un partido de cuadros altamente disciplinado y jerarquizado. Desde un punto de vista espacial, es fácil ver que un factor importante que coadyuva a esta coherencia interna es la lógica de competencia bipolar que genera el sistema binominal. Como la principal competencia partidaria se da al interior de las coaliciones, es fácil ver cómo la posición que adopta la UDI es mucho más cómoda que la de RN. La vocación de centro de RN es frenada por su fuga obligada hacia la derecha, en búsqueda del votante mediano de la coalición. Esto hará más probable la aparición de indisciplina interna, entre un alma “centrista” y una más tradicional de derecha 23. La UDI, en cambio, sólo debe moverse a su izquierda, con la seguridad de que no perderá gran parte de la votación más dura de la derecha chilena. Es decir, en el gremialismo se facilita la convivencia, simplemente porque no hay incentivo alguno de acercarse al centro. Esto genera una identidad partidaria muy fuerte, la cual refuerza la disciplina interna de la UDI. Otro factor importante de la unidad, es de tipo psicológico. La apología desarrollada en torno a su fundador, el asesinado senador 23 Se cita como ejemplos actuales de esta derecha centrista liberal a la senadora Lily Pérez al senador Antonio Horvath y a los diputados Joaquín Godoy, Karla Rubilar, Pedro Browne y Marcela Sabat, entre otros. Todos ellos RN, votan frecuentemente desalineados con su partido, cuando se trata de políticas de corte progresista. 43 Academia Balmaceda Jaime Guzmán, colabora en mantener una especie de “mitología” similar a la desarrollada en los Estados Unidos hacia los founding fathers. De hecho, quienes han administrado el partido en democracia, son un puñado de amigos de Guzmán, los llamados “coroneles”24. Como muestra de esto, obsérvese en la Tabla 5 la historia de las mesas directivas de la UDI. La bajísima rotación de liderazgos en las mesas es notable (ver Tabla 5). Este bajo nivel en la rotación de las facciones, reflejada en las sucesivas directivas del partido, está vinculado directamente a los menores niveles de competencia esperados, según se mostraba en el punto anterior. La gran organización interna de la UDI, se apoya en los casi nulos incentivos existentes para el faccionalismo, propio de la lógica impuesta por el sistema binominal. Coherente con esto es el sistema de elección interna de la UDI, eminentemente cerrada; todo lo contrario de lo que sucede en RN, con mecanismos altamente democráticos. Tabla 5: Evolución de la mesa directiva de la UDI (1988–2014) 1992–1994 1989–1992 1988–1989 Pdte. Sec. Gral. Jaime Guzmán25 Pablo Longueira Julio Dittborn Joaquín Lavín Jovino Novoa Joaquín Lavín Prosecretario Vicepdte. Tesorero Francisco Arturo Matte Bartolucci Julio Dittborn Eugenio Cantuarias Joaquín Lavín Jovino Novoa Andrés Chadwick Andrés Tagle Jovino Novoa Eugenio Cantuarias Pablo Longueira Hernán Larraín Andrés Chadwick Andrés Tagle Eugenio Cantuarias Julio Dittborn Pablo Longueira Hernán Larraín 24 Se denomina “coroneles” a los dirigentes fundadores del partido, amigos de Guzmán o reclutados por ellos. Se cuentan como ejemplos destacados a Juan Antonio Coloma, Pablo Longueira, Andrés Chadwick y Jovino Novoa. 25 Se destaca a aquellos militantes que fueron presidentes de la mesa directiva, en algún momento de su carrera. Esto, con el objeto de graficar el grado de rotación de la mesa directiva. 44 2012–2014 2008–2012 2006–2008 2004–2006 1998–2004 1994–1998 Academia Balmaceda Jovino Novoa Juan A. Coloma Pablo Longueira Pablo Longueira Juan A. Coloma Patricio Melero Jovino Novoa Juan A. Coloma Patricio Melero Hernán Larraín Darío Paya Carlos Recondo Juan A. Coloma Víctor Pérez Felipe Salaberry Patricio Melero José A. Kast Jaime Bellolio Andrés Chadwick Jorge Ulloa Carlos Bombal Domingo Arteaga Hernán Larraín Andrés Chadwick Edmundo Eluchans Carlos Bombal Eugenio Cantuarias María de la Luz Herrera Andrés Chadwick Edmundo Eluchans Carlos Bombal Eugenio Cantuarias María de la Luz Herrera Andrés Chadwick Evelyn Matthei Gabriel Villarroel Jacqueline V. Rysselberghe Rodrigo Álvarez Jorge Coderch Carlos Villarroel Gonzalo Uriarte Sol Letelier Isabel Pla Jorge Castro Jovino Novoa Felipe Salaberry Iván Moreira Francisco de la Maza María José Hoffmann Joaquín Brahm Joaquín Brahm Joaquín Brahm Joaquín Brahm Javier Macaya Fuente: Elaboración propia, a partir de datos de la página web oficial de la UDI www.udi.cl. Pensamos que una baja rotación de los liderazgos en la mesa directiva y un sistema de elección que desincentiva los faccionalismos internos, disminuye los costos destinados a compensar a eventuales “derrotados”. Sin la posibilidad de recurrir a los recursos del Ejecutivo para consolar a los “subcampeones” (Carey y Siavelis, 2003), puede 45 Academia Balmaceda suponerse que casi el único mecanismo de compensación disponible sería la negociación interna de cupos parlamentarios. Es decir, cuando un partido (como RN), debe negociar constantemente con las facciones derrotadas, para mantener los grados de disciplina en el Congreso, evidentemente quedará expuesto a un diseño distorsionado de la plantilla parlamentaria, que además de ubicar candidatos con altas probabilidades de victoria, debe preocuparse de mantener los equilibrios internos del conglomerado. De aquí se deduce que, cuando un partido posee bajos niveles de rotación en su mesa y limitada competencia interna, el diseño de la plantilla tenderá a darse de una manera mucho más racional, desde el punto de vista de los fines electorales propiamente tales. Este ha sido, a nuestro juicio, el caso de la UDI. Pero, ¿ha sido realmente un mejor diseño en las plantillas parlamentarias lo que ha permitido el éxito electoral de la UDI, desde 1990? La próxima sección mostrará uno de los tantos indicadores que podrían corroborar esta hipótesis: el grado de eficacia del movimiento de los candidatos entre distritos y la calidad de las apuestas al momento de trasladar candidatos desde la Cámara Baja hacia el Senado. El que tiene, ¿mantiene? Una manera de observar, en términos menos globales la eficacia electoral de la derecha, es analizar las apuestas realizadas por los partidos al momento de diseñar las plantillas parlamentarias. Estas apuestas son el resultado de negociaciones tanto entre la UDI y RN, como al interior de cada uno de los partidos. En esta sección, no se intenta abrir la “caja negra” de estas negociaciones, sin embargo, sí se muestra cómo la UDI ha realizado movimientos electorales muchos más felices que sus socios de RN, poniéndose el foco en la Cámara de Diputados y el ascenso al Senado. Las Tablas 6 y 7 muestran una manera de observar gráficamente este fenómeno. En primer lugar, consideramos todos aquellos casos en que el cupo distrital de un diputado quedó disponible. Esto puede darse tanto porque el candidato 46 Academia Balmaceda no continúa en la carrera parlamentaria o porque es “movido” a otro distrito o circunscripción senatorial. De ser este último el caso, debe seguirse el rastro al movimiento electoral. Para ello, asignamos “puntuaciones” a cada resultado posible, tanto para el distrito o circunscripción al que se mueve el diputado en carrera (tercera columna) como para el distrito que quedó “vacante” (cuarta columna). El distrito que queda disponible puede mantenerse (si es que es ganado por alguien del mismo partido) o perderse (si es que es ganado por el socio de la coalición26 o arrebatado, mediante doblaje, por la Concertación). En el primer caso, se asigna una puntuación de “0” y en el segundo, de “–1”, que representa una pérdida de escaño para el partido. Ahora bien, con respecto al destino del diputado “movido”, las posibilidades son las siguientes: a) que se cambie a un distrito donde no se tiene representación, ganándolo, ya sea a costa de un socio de la propia coalición (ver nota 13) o de la Concertación, rompiendo un doblaje. El puntaje asignado aquí es “+1”; b) que se cambie a un distrito donde no se tiene representación, sin éxito electoral. De ser este el caso, el puntaje es “0”, pues no se altera el mapa parlamentario; c) que se cambie a un distrito controlado por su partido, logrando “reemplazar” al diputado saliente de su propia colectividad. Nuevamente el puntaje es “0”, pues el partido no gana ni pierde en términos netos, sólo cambia a su rostro; d) que se cambie a un distrito controlado por su partido, pero sin éxito. El puntaje asignado, en este caso, es “–1”, ya que se ha perdido un escaño para el partido. Muchos de los movimientos electorales no son cambios de distrito, sino que representan una posibilidad de avance para el diputado hacia el Senado. Aquí las posibilidades son análogas a las cuatro anteriores, aunque por la importancia superior que tiene el Senado (cada senador vale 1/38, mientras que los diputados valen 1/120), decidimos puntuar los éxitos con “+2” y los fracasos con “–2”. 26 Aunque en general se da una disputa UDI–RN, en algunos pocos casos el distrito quedó en manos de la Unión Centro Centro (UCC), partido que formó parte de la Alianza en las elecciones de 1993. 47 Academia Balmaceda Por ejemplo, en la Tabla 7 se muestra el caso del RN Francisco Chahuán, quien había sido electo diputado por el distrito 14 (ConcónViña del Mar), para el período 2006–2010. En 2009, no fue por la reelección, pues fue nominado para disputar la esquiva sexta circunscripción senatorial (V Costa), la cual había estado en manos de la UDI desde 1990, primero con Beltrán Urenda (1990–2002) y luego con el ex Almirante Jorge Arancibia. Para las elecciones de 2009, iba por la mantención del cupo UDI, el ex candidato presidencial y ex edil de Santiago, Joaquín Lavín. Sin embargo, Chahuán logró superar a Lavín por poco más de dos mil votos (menos de un punto porcentual), quedándose con la senaturía. Esta victoria de Chahuán es puntuada con (+2), ya que RN le arrebató el escaño senatorial a la UDI. Sin embargo, para poder evaluar qué tan bueno o malo fue este movimiento, debía observarse también que pasó con el vacante distrito 14. Como reemplazante de Chahuán, RN nominó como candidato para las elecciones de 2009 a Carlos Gómez, quien debía enfrentarse al UDI Edmundo Eluchans. Finalmente, fue éste quien obtuvo el triunfo, perdiendo RN el distrito (–1). Como un escaño en la Cámara Alta es superior a uno en la Cámara de Diputados, el resultado neto de esta “movida” de Chahuán es (+2) + (–1) = (+1); es decir, se trató de un movimiento bueno para RN, pero no perfecto, pues si bien ganó un asiento en el Senado, no logró retener el distrito. Observando las Tablas 7 y 8 nuevamente, y sumando todos los resultados netos (quinta columna), se observa cómo la UDI fue bastante superior a RN en lo que se refiere a movimientos electorales. En efecto, desde las elecciones de 1993, el gremialismo obtuvo un neto total de (+5), lo cual equivaldría, según nuestro sistema de puntuación, a haber ganado cinco diputados o dos senadores y medio; RN, en cambio, obtuvo un pésimo neto total de (–12), lo cual grafica las malas movidas de la colectividad, en cuanto a apuestas electorales. 48 Academia Balmaceda Tabla 6: Movimientos electorales de la UDI y puntajes asignados 1997 1993 Año Diputado "no incumbente" Nuevo distrito o circunscripción Se pierde (–1) 2001 Resultado neto Carlos Bombal (antes ind. pro– UDI) Gana distrito (+1) Evelyn Matthei (antes RN) Rompe doblaje en distrito Se mantiene (0) 1 (+1) Luis Navarrete (antes ind. pro– UDI) NR27 Se pierde (–1) –1 Pedro Guzmán NR Se pierde (–1) –1 Evelyn Matthei (Ind pro–UDI.) Gana circunscripción (+2) Se pierde (–1) 1 Carlos Bombal Gana circunscripción (+2) Se mantiene 0) 2 Andrés Chadwick Rompe doblaje en circunscripción (+2) 2005 Distrito vacante Se pierde por doblaje (–1) 0 1 Jaime Orpis Gana circunscripción (+2) Se mantiene (0) 2 Pablo Longueira Rompe doblaje en distrito Se mantiene (0) 1 (+1) Juan Antonio Coloma Gana circunscripción (+2) Se mantiene (0) 2 Enrique van Rysselberghe NR Se mantiene (0) 0 Mario Escobar28 NR Se mantiene (0) 0 Pablo Longueira Gana circunscripción (0) Se pierde (–1) 27 Neto por elección –1 4 5 –1 Al igual que en la Tabla 7, “NR” se refiere a aquellos candidatos que, ya fuera por razones personales o por no obtener un cupo, no fueron a la reelección. 28 El diputado pro–UDI por el distrito 3 (Calama) Mario Escobar fue desaforado a fines de enero de 2003, a raíz de una querella por apropiación indebida de dinero y estafa. En diciembre de 2004, Escobar fue absuelto de ambos cargos, aunque debió pagar una multa de 20 UTM, a raíz de su participación en el “Caso Alpacas”, llamada así por referirse a una irregular compra de estos camélidos en Calama, en 1996, a nombre de la Corporación de Cultura y Turismo de esa ciudad, a la sazón encabezada por el ex diputado. A pesar de todo esto, el distrito logró ser retenido por la UDI, de manos de Felipe Ward. 49 2009 Academia Balmaceda Cristián Leay M. Pierde circunscripción (0) Se mantiene (0) 0 Víctor Pérez V. Gana circunscripción (+2) Se mantiene (0) 2 Marcelo Forni L. Pierde circunscripción (0) Se pierde (–1) Edmundo Eluchans U. Gana distrito (+1) 1 –1 Se mantiene (0) 1 –1 Marcela Cubillos NR S. Se pierde (–1) Julio Dittborn C. NR Se mantiene (0) 0 Darío Paya M. NR Se pierde (–1) Juan Masferrer P. NR Se mantiene (0) 0 Sergio Correa de NR la C. Se mantiene (0) 0 Andrés Egaña R. NR Se mantiene (0) 0 Rodrigo Álvarez Z. Pierde distrito (–1) Se pierde (–1) NETO TOTAL –1 –2 –4 5 5 Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral www.elecciones.gov.cl. 50 1997 1993 Año Academia Balmaceda Tabla 7: Movimientos electorales de RN y puntajes asignados Diputado "no incumbente" Nuevo distrito o circunscripción Distrito abandonado Federico Ringeling NR Se mantiene (0) Federico Mekis NR Se pierde (–1) –1 Alfonso Rodríguez NR Se pierde (–1) –1 Hugo Álamos NR Se pierde, por doblaje (–1) –1 Antonio Horvath (Ind. pro–RN) Gana circunscripción (0) Se pierde (–1) –1 Carlos Cantero Gana circunscripción (+2) Se pierde, por doblaje (–1) 1 Eugenio Munizaga Pierde circunscripción (–2) Se mantiene (0) 2001 Resultad o neto 0 –4 –2 Ángel Fantuzzi Pierde circunscripción (0) Se mantiene (0) 0 Andrés Allamand Pierde circunscripción (–2) Se mantiene (0) –2 Luis Ferrada Pierde circunscripción por doblaje (0) Se mantiene (0) 0 Juan Taladriz Pierde circunscripción (–2) Se mantiene (0) –2 Harry Jurgensen Pierde circunscripción (–2) Se pierde (–1) –3 Vicente Karelovic (Ind. pro–RN) Pierde circunscripción (0) Se pierde (–1) –1 Baldo Prokurica Gana circunscripción (0) Se pierde, por doblaje (–1) –1 Alberto Espina Gana circunscripción (+2) Se pierde (–1) 1 José García Gana circunscripción (0) Se mantiene (0) 0 51 Neto por elección –9 0 2009 2005 Academia Balmaceda 29 –1 Néstor Jofré NR Se pierde (–1) Carlos Vilches NR Se mantiene (0) 0 Arturo Longton Pierde circunscripción (0) Se mantiene (0) 0 Carmen Ibáñez (antes Ind.)30 Pierde distrito (0) Se mantiene (0) 0 Pía Guzmán31 NR Se mantiene (0) 0 Lily Pérez Pierde circunscripción (0) Se pierde, por doblaje (–1) –1 José Galilea NR Se pierde (–1) –1 Carlos Kuschel Gana circunscripción (+2) Se pierde (–1) 1 Francisco Chahuán Gana circunscripción (+2) Se pierde (–1) 1 Maximiano Errázuriz32 Se mantiene (0) 0 NR 29 –2 Néstor Jofré debió reemplazar, de acuerdo a lo estipulado por la ley de entonces, a su compañero de lista, el pro–UDI Ramón Pérez, diputado por el distrito 2 (Iquique), fallecido en junio de 2005. Para las elecciones de aquel año, RN decidió darle el cupo a Espartago Ferrari, quien fue derrotado por la entonces independiente fuera de pacto Marta Isasi y el PS Fulvio Rossi. 30 El distrito 22 (Santiago) había sido controlado desde 1993 por el RN Alberto Cardemil. Sin embargo, en 2005, Cardemil renunció temporalmente al partido para apoyar a Joaquín Lavín en las elecciones presidenciales de aquel año, en perjuicio de su correligionario Sebastián Piñera. De aquí que repostulara como independiente por la Alianza para las elecciones de diputados en 2005, quedando el cupo de RN para Carmen Ibáñez (a la sazón diputada por el distrito 13 de Valparaíso), quien fue derrotada por el renunciado diputado. De todas formas, Cardemil terminó apoyando a Piñera, luego de que fuera éste quien pasara al ballotage. De hecho, se reincorporó al partido en 2008. Es por esto que en la puntuación consideramos que el distrito fue retenido por el partido. 31 Luego del escandaloso “Caso Spiniak” (ver primera sección de este capítulo), RN decidió no renovarle el cupo para las elecciones de 2005. En todo caso, Pía Guzmán representaba al sólido distrito 23 (Las Condes), único distrito donde la derecha ha doblado desde 1993. De aquí que quien la reemplazara en RN, Cristián Monckeberg, no tuvo problemas en retener el escaño. 32 En 2009, Errázuriz, junto a otros diputados de la época, fue vinculado al arriendo irregular de oficinas parlamentarias. A raíz de este altercado judicial, en junio de este año, RN le pidió que no fuera a la reelección por el distrito 29 (Puente Alto), lo cual fue aceptado por el diputado, a la vez que renunciara a la colectividad. A fines de 2011, el Ministerio Público declaró culpable a Errázuriz, condenándolo a una pena remitida de libertad vigilada por cuatro años. No obstante, Leopoldo Pérez, en votación estrecha, fue capaz de mantener el distrito para RN. 52 Academia Balmaceda Lily Pérez 33 Nicolás Monckeberg Gana circunscripción (+2) Se pierde (–1) 1 Rompe doblaje en distrito (+1) Se mantiene (0) 1 3 –12 –12 NETO TOTAL Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral www.elecciones.gov.cl. Debe notarse que los movimientos electorales representan siempre un riesgo para los partidos, considerando que lo más seguro es siempre la reelección. En primer lugar, debe indicarse el poder per se que poseen los candidatos incumbentes en el Congreso, cuestión tratada ampliamente en la literatura (Collie, 1981; Erikson, 1971; Garand y Gross, 1984; Jacobson y Kernell, 1981; Lee, 2001; Payne, 1980). Este dato de la realidad se ha transformado en el lenguaje político criollo en la siguiente máxima: El que tiene, mantiene. Es decir, un candidato que ya ha obtenido cierto distrito, es muy seguro que vuelva a ganar. Como muestra de esto, deben observarse las altas tasas de repostulación y reelección de la Cámara de Diputados34 (ver Tablas 8 y 9). No obstante, el interés del partido no siempre equivale al interés del candidato. En efecto, los legisladores racionales, preocupados de su carrera política, siempre aspiran a obtener un puesto más valioso. Como afirma Visconti (2010), en Chile “la carrera legislativa no tiende a ser una plataforma para cargos de mayor relevancia fuera de la legislatura” y, por ende, “no es común que un diputado abandone la vida política después de ejercer su primer período y normalmente la plataforma se da dentro del mismo Parlamento desde la Cámara Baja hacia la Alta” (Visconti, 2011, p. 99). 33 Reemplaza al fallecido Pedro Álvarez–Salamanca Büchi, en septiembre de 2008, quien controlaba el distrito 38 (Maule) desde 1989. Mientras Lily Pérez fue a disputar, con éxito, la senaturía de la Quinta Región Costa (+2), el distrito 38 fue ganado por el hijo del diputado fenecido, Pedro Álvarez–Salamanca Ramírez. Como éste compitió por el cupo de la UDI, se considera un distrito perdido (–1). 34 El análisis se hace con la Cámara de Diputados y no con el Senado, pues se considera que la carrera parlamentaria finaliza con la Cámara Alta. De aquí que la lógica del “quien tiene, mantiene” se distorsionaría un tanto, de incluir esta Cámara, pues los senadores en ejercicio rara vez cambian de circunscripción. Los diputados, en cambio, están en pleno “ascenso” en su carrera, teniendo más margen de decisión –propia o de su partido– frente a la posibilidad de cambiar de distrito o bien saltar al Senado. 53 Academia Balmaceda Por lo tanto, un segundo dato que deben contemplar los negociadores de las plantillas es la “ambición dinámica” de los diputados. ¿Cómo han resuelto los partidos de la Alianza este dilema? “¿Mantenemos a tal diputado en su distrito, asegurando el escaño? ¿O arriesgamos un poco más, llevando algún diputado competitivo a otro distrito, con el fin de arrebatárselo al socio de coalición? ¿Premiamos a tal honorable, dándole un cupo senatorial?” Nótese que estas preguntas deben multiplicarse por 60, en consideración a cada distrito electoral. Tabla 8: Tasas de incumbencia y reelección, en la Cámara de Diputados (1993–2009) Año de elección Candidatos a la reelección (%) Tasa de reelección (%)a 1993 1997 2001 2005 73,3 70 70,8 64,2 80,7 85,7 78,8 81,8 2009 58,3 81,4 Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral www.elecciones.gov.cl. a (Re) elección, en términos de porcentaje con respecto a los postulantes. 54 Academia Balmaceda Tabla 9: Ambición de los diputados, en los últimos dos períodos, según coalición Post–2005 Post–2009 Concertación Alianza Concertación Alianza Diputados Candidatos a la reelección Tasa de reelección b Candidatos al Senado Senadores electos a a b 59 53 56 55 83.05 81.13 83.93 81.82 81.63 81.40 82.98 82.22 11.86 11.32 10.71 5.45 71.43 50.00 83.33 66.67 7.55 5.36 12.73 a No postulan a cargo público 5.08 Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral www.elecciones.gov.cl. a Se calcula el porcentaje, en base al total de diputados de la coalición. b (Re) elección, en términos de porcentaje con respecto a los postulantes. Si se consideran las elecciones parlamentarias desde 1993, puede afirmarse que la UDI ha sido mucho más efectiva en la resolución de estas disyuntivas (ver Tabla 10 y Gráfico 3). Pero, ¿cuánto margen ha tenido RN para lidiar con este dilema? Pensamos que mucho menos que la UDI, a raíz de que el conglomerado gremialista es mucho más vertical en la toma de decisiones y sufre de una rotación relativamente baja en su mesa directiva. Ambas cuestiones se combinan para hacer de la UDI un partido altamente eficaz en el diseño de sus plantillas parlamentarias: 55 Academia Balmaceda Tabla 10: Destino de los candidatos incumbentes de la UDI y RN, en la Cámara de Diputados Reelectos Derrotados 1993 11 1 91,7 23 4 85,2 1997 13 0 100,0 17 7 70,8 2001 18 2 90,0 17 4 81,0 2005 RN 26 5 83,9 11 2 84,6 2009 UDI 24 1 96,0 10 7 58,8 Tasa de Reelectos Derrotados Tasa de reelección reelección (%) (%) Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral www.elecciones.gov.cl. Destino de diputados incumbentes 1993-2009 100 Tasa de reelección 90 80 70 UDI 60 RN 50 40 1993 1997 2001 2005 2009 Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral www.elecciones.gov.cl. 56 Academia Balmaceda La “caja negra” de las negociaciones parlamentarias Como ya se mencionó, este trabajo sólo se refiere al éxito relativo de las negociaciones intra e inter–partidarias dentro de la derecha política. Sin embargo, no dice mucho con respecto al proceso de negociación propiamente tal. Dilucidar lo que ocurre en este proceso requiere un esfuerzo mayor que contemple los casos específicos de negociación para cada uno de los 60 distritos y 19 circunscripciones senatoriales. Siendo lo natural que cada representante mantenga su cupo, el énfasis debe estar puesto en aquellos diputados que cambian de distrito, en los que obtienen un cupo para alguna senaduría y a los que derechamente se les quita la vacante, vale decir, profundizar en los casos delineados en la tabla anterior. Aquí deberán responderse algunas preguntas, tales como: ¿cuánto afecta la disciplina del diputado? ¿Qué relevancia tiene el número de períodos que atesora el honorable? ¿En qué casos se nominan candidatos con el fin de ser “arrastrados” por el compañero de lista (buena convivencia) y en cuáles se opta por ubicar candidatos fuertes capaces de arrebatar el escaño al socio (beligerancia)? ¿Cuánto distorsionan el panorama parlamentario los “derrotados” en las elecciones internas de los partidos? ¿Despliegan los partidos efectivamente mecanismos de compensación interna para estos sujetos? ¿Cuánto pesan los líderes del momento de la coalición en la definición de las plantillas parlamentarias? A estas preguntas más generales deben sumarse otras, relativas a la contingencia de los últimos años: ¿las altas expectativas de conquistar el Ejecutivo en 2009 facilitó, como se hubiera esperado, las negociaciones parlamentarias, a raíz de la latente apertura de una amplia gama de puestos de gobierno (“seguro de los subcampeones”)? ¿Se dio un clima de relativa “buena convivencia” en las parlamentarias de 2009? Y de haber sido así, ¿cómo se contrasta lo que ocurrió en ese año, con lo que sucedió en la definición de las 57 Academia Balmaceda candidaturas para 2013, en que se da casi por hecho la vuelta de la Concertación transformada en la Nueva Mayoría? Dejando estas preguntas suspendidas por el momento, proponemos como marco conceptual para responderlas un ciclo de negociación. La idea de este heurístico es encauzar las interrogantes anteriores, dentro de una lógica clara y estructurada, que contemple no sólo la “racionalidad” de la política, sino también los eventos inesperados que determinan gran parte de la estructura de oportunidades posterior. La intención sería complementar este trabajo con una comprensión más amplia de los factores que han influido en los grados de poder relativos dentro de la Alianza, en una perspectiva temporal continua y dinámica. En primer término, se asume que la disputa por la hegemonía RN– UDI ha tenido históricamente como núcleo al Congreso, sin embargo, también recibe insumos “informativos”35 tanto de los liderazgos del momento como de los niveles de poder “local” de ambos partidos. A nuestro juicio, el origen de los liderazgos personales tendría que ver con i) la relevancia histórica dentro del partido; ii) el poder relativo dentro de las mesas directivas; iii) el éxito electoral en territorios electorales claves (comunas, distritos o circunscripciones “emblemáticas”); iv) coyunturas políticas derivadas de pugnas al interior de la coalición, ejemplos de esto son el “Piñeragate” o el “caso Spiniak”36. Puede suponerse que, en la práctica, estos factores están íntimamente relacionados37. 35 Estos “insumos informativos” se entienden como los datos objetivos que se esgrimen en las negociaciones (encuestas de opinión, poder relativo dentro del Congreso, victorias electorales, etc.). 36 Desde las exitosas elecciones presidenciales de 2009, se añade un quinto factor: los cargos de confianza del Presidente, en especial las carteras ministeriales. 37 El análisis de los liderazgos debería dar luces sobre esta cuestión. ¿Hay factores que han pesado históricamente más que otros, a la hora de determinar liderazgos? ¿O el liderazgo se construye por fases, en el orden en que se presentan los factores i), ii) y iii)? ¿Cuánto de contingencia hay en el origen de los liderazgos? ¿Cómo se resolvieron (cuando fue así) los dilemas de coordinación en torno a liderazgos personales paralelos? ¿Hay conexión entre los liderazgos de la derecha y los procesos internos de la Concertación, tales como las primarias? 58 Academia Balmaceda Del “poder local” de los partidos ya se ha hablado en este trabajo, aunque debe entenderse ahora como el grado de “control territorial” de cada uno, reflejado en el nivel municipal. Se presume que la proporción de alcaldes y/o el control de las comunas más importantes (como las capitales regionales) es un dato importante que se pone sobre la mesa, al momento de las negociaciones parlamentarias. No obstante, la “bendita herencia” de los alcaldes designados en dictadura no sólo actúa como una “fuerza originaria” sino como un factor de continuidad presente hasta el día de hoy, el cual tendría que ver con un especialmente efectivo despliegue electoral de la UDI en las zonas urbanas, con un cierto efecto de difusión hacia las zonas circundantes. Incorporados estos insumos a la negociación, se presenta, en segundo lugar, el ciclo de negociación propiamente tal, como sigue, abarcando algunas cuestiones ya referidas en este trabajo: i) reconocimiento bilateral de las condiciones territoriales objetivas en cada uno de los distritos (historia, estrategias e insumos); ii) definición de plantillas parlamentarias (omisiones, acuerdos, negociaciones por cupos, asegurar incumbentes propios v/s desafiar incumbentes ajenos mediante el traslado territorial de candidatos fuertes, poder de nominación de la mesa v/s poder de los incumbentes, etc.); iii) éxito electoral relativo (eficacia electoral, uso instrumental de candidatos independientes, lógica intracoalicional mayoritaria del binominal que sobrerrepresenta al ganador); iv) desarrollo de estrategias electorales dentro y fuera del Congreso (incentivos contrapuestos entre expectativas presidenciales –¿de qué partido es el líder?– y poder de los incumbentes –exagerado por el sistema binominal–, disciplina partidaria e intracoalicional, oposición “dura” v/s oposición “constructiva”, etc.). Las estrategias electorales lo que intentan hacer es maximizar las probabilidades de ganar escaños, mediante la alteración o 59 Academia Balmaceda mantención de las condiciones objetivas que se presentarán a la hora de negociar, repitiéndose nuevamente el ciclo. Como puede verse, este sistema cíclico de negociación es dinámico por cuanto recibe, constantemente y en cualquier fase, presiones externas (alza y baja en los liderazgos, rencillas personales, elección de mesas, etc.) que afectan los cálculos racionales de los líderes de los partidos. Acompaña a esta perspectiva dinámica, una lógica inherente al Congreso que generaría patrones acumulativos. Esta lógica tiene que ver esencialmente con el sistema electoral binominal que rige a los representantes (que sobrerrepresenta a la mayoría dentro del pacto) y con el poder que tienen las candidaturas incumbentes. Una hipótesis plausible sería que cuando se combinan un alto grado de eficiencia electoral y un movimiento de candidatos adecuado (es decir, resolver correctamente el dilema presentado entre la lógica del “quien tiene mantiene” y la movida de candidatos competitivos a distritos o circunscripciones claves), se tiene como resultado un “círculo electoral virtuoso”, difícil de romper38. En síntesis, pensamos que conocer de primera fuente, es decir, de modo más profundo las relaciones de poder al interior y entre los partidos de derecha, ampliaría lo referido en este trabajo, pudiendo eventualmente incorporar el ámbito de negociación parlamentaria a una mecánica mucho más amplia de relaciones de poder y pugnas por la hegemonía, que tenga en consideración tanto la racionalidad de los actores (líderes de la coalición, legisladores ambiciosos y los propios partidos en su conjunto), la contingencia política (levantamiento de figuras de nivel nacional, “imponderables” políticos y pugnas de 38 A nuestro entender, la UDI se involucró tempranamente en este círculo, lo cual llevó, a largo plazo, a la crisis general del sector, una vez que conquistó el Ejecutivo. Sobre esto, revisar último capítulo. 60 Academia Balmaceda carácter visceral) y los factores institucionales (sistema electoral binominal e hiperpresidencialismo). A continuación revisaremos las circunstancias bajo las cuales se asienta el liderazgo de Sebastián Piñera como candidato único de la Coalición por el Cambio y luego como Presidente de la república. Esto nos servirá para recalar en la situación política que se nos presenta de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias del 17 de noviembre de 2013, y las perspectivas en que se encuentra el sector para el futuro inmediato y de largo plazo. Piñera como nuevo líder de la coalición, su triunfo electoral en 2010 y el gobierno de la Coalición por el Cambio En las elecciones de 2005, Sebastián Piñera, candidato de RN, supera en primera vuelta a Lavín, pero no logra triunfar sobre la Concertación en segunda vuelta. A pesar de la derrota, Piñera queda perfilado como el candidato indudable de la derecha para las elecciones siguientes. Asume entonces el desafío de consolidarse como el candidato de todo el bloque, y de esa forma captar los votos que no obtuvo de Lavín en segunda vuelta. Al mismo tiempo, configura ampliar su electorado hacia el centro para de esa manera proyectar para el 2009 un triunfo sobre la Concertación. Asimismo se planteaba el desafío junto a RN, de plasmar sus buenos resultados presidenciales en las elecciones municipales y parlamentarias siguientes, con el fin de consolidar su liderazgo dentro de la derecha y a nivel nacional. La derecha en pleno se plegó a la candidatura de Sebastián Piñera, tratando de darle un enfoque de renovación de rostros y del estilo de hacer política; la eficiencia fue el sello del nuevo discurso de campaña. El respaldo absoluto que el bloque le dio a Piñera, resultó en que disminuyeran considerablemente los conflictos y tensiones entre RN y la UDI y sus líderes, lo que fue haciendo crecer las opciones 61 Academia Balmaceda presidenciales de la Alianza. Por otra parte, el gobierno concertacionista de Michelle Bachelet no lograba obtener el mismo respaldo que ostentaba la figura personal de la presidenta, lo que dificultó el hallazgo de un líder capaz de perfilarse como un candidato sólido que pudiera competir efectivamente con Sebastian Piñera. La UDI por su parte, siguió en el mismo camino y mantuvo su supremacía parlamentaria, la cual era fruto de su intensa campaña en los sectores más bajos de la población, sustentada por los recursos que obtenía de sus bases históricas y valóricas, compuestas por los sectores altos y ricos del país (Berríos, 2007; Luna, 2010). Por otro lado, si bien RN no logra aumentar sus recursos para poder competir mejor en las campañas y disputarle con más fuerza el liderazgo a la UDI, sí consigue suavizar en cierto grado las disputas internas. No obstante, no es capaz de solucionar del todo las diferencias que existen entre los sectores más tradicionales y conservadores del partido –liderados por su presidente Carlos Larraín– y los sectores más liberales y disidentes de la figura de este último, que son minoritarios en el partido. Toda esta situación imposibilita una solidificación de las posturas y estructuras internas del partido, hecho que se condice con el mal congénito de RN de no lograr una organización e institucionalización capaz de resolver internamente las conflictividades propias de un partido mucho más heterogéneo, personalista e indisciplinado que su socio de coalición (Aubry y Barozet, 2005). La derecha finalmente logra llegar a la presidencia el año 2010, aunque no obtiene la mayoría en el Congreso. Así, se ve en la necesidad de mantener un diálogo cercano con la Concertación y sus sectores más ligados al centro, como elementos de la DC y algunos independientes. El llegar a La Moneda, dicen, es el resultado del trabajo realizado y su acercamiento más con el centro y la centro derecha, votos que un candidato de la UDI posiblemente no habría logrado. 62 Academia Balmaceda Si bien es posible observar que el balance por la hegemonía al interior de la derecha pasa a ser un poco más equilibrado que antes de la irrupción de la candidatura de Piñera, la situación no sufrió grandes cambios, más allá de una aproximación de los poderes relativos de cada partido al interior de la coalición. Esto debido a que la UDI logra mantener su poder electoral, superando con holgura a sus socios de coalición. A pesar de que el Presidente de la República es militante de RN, durante su gobierno no demostró interés en promover a su partido, y prestó más atención a desarrollar el discurso comparativo de la eficiencia de su gobierno, rodeándose de personas con escasa historia política y con un fuerte componente “tecnócrata”, ligados a la derecha aunque no siempre militantes. Esta estrategia no le dio los frutos esperados, por lo que el gobierno de Piñera debió obligadamente recurrir a políticos de experiencia y líderes históricos de su sector, tales como Andrés Allamand, Andrés Chadwick y Pablo Longueira, manteniendo a Joaquín Lavín dentro del gabinete para así desmarcarse de sus diferencias anteriores, que eran motivo de desunión dentro de la Alianza. Veamos ahora con mayor detenimiento cómo es que la derecha llega al poder luego de veinte años de gobierno de la Concertación, analizando tanto los factores clave del realineamiento político (o al menos intento de realineamiento) que permiten que el poder cambie de manos, como los factores internos y propios de la coalición de derecha que actuaron en este mismo sentido. Todo esto para comprender la situación actual de la derecha frente a las elecciones de noviembre de 2013, pero también para dar un vistazo a las perspectivas de la misma en un futuro de mediano y largo plazo. 63 Academia Balmaceda Cambios en el sistema político. Dockendorff y Fuentes (2007) hacen un análisis exhaustivo sobre el rol que la derecha ha tenido como oposición desde el retorno a la democracia hasta el momento en que es electa Michelle Bachelet. En él, los autores plantean que la Concertación ha sabido posicionarse de forma tal de abarcar dos de los tres tercios tradicionales del electorado chileno, recogiendo virtualmente la totalidad del votante de izquierda, más una inmensa mayoría de quienes se identifican con el centro político (Dockendorff y Fuentes, 2007). Esta situación deja a la derecha restringida electoralmente al tercio de la población que se identifica como “de derecha”, planteando así una enorme dificultad para llegar al poder, al ver restringido su espacio para crecer hacia el centro. Un elemento interesante a nuestro juicio, es que esta situación de posicionamiento electoral e ideológico –si se quiere– detrás de las dos grandes coaliciones, se debe al discurso público con que cada una ha logrado identificarse y transmitir a la población. Por un lado, la Concertación se ha “[apropiado] de la democracia, los derechos humanos [y ha adoptado una posición] estratégicamente ambivalente (especialmente en sus comienzos) en torno a la economía de mercado e incluso el neoliberalismo” (Dockendorff y Fuentes, 2007:70). El tener esta identidad en el discurso más de izquierda, pero en la práctica implementar programas de gobierno, especialmente en el área económica, con ideas de derecha, es lo que le permitió a la Concertación adjudicarse el apoyo que la mantuvo en el poder durante el período que los autores analizan. Esto, con la consecuencia de aislar a la derecha en su nicho electoral más duro, lo cual configura un escenario donde la Alianza no puede acceder al poder y, con ello, producirse un realineamiento político. En efecto, este fenómeno no puede ocurrir mientras el sistema siga altamente influido por el Plebiscito y los temas vinculados a éste (Dockendorff y Fuentes, 2007). Este sería el reto que la derecha debía asumir y vencer para llegar 64 Academia Balmaceda efectivamente al poder. Desafío que tenía que encarar Sebastián Piñera en su candidatura para las elecciones de 2009, enfrentando además la lógica de competencia intracoalicional estimulada por el binominal, la cual mantenía a la derecha cómodamente atrincherada en el Congreso, debido a que sin la necesidad de ampliar su nicho electoral cercano a un tercio, mantenía una bancada parlamentaria tendiente a la mitad de los escaños, lo cual, a su vez genera un campo inclinado hacia las pugnas internas. La cuestión sobre si Piñera logra o no con su campaña presidencial de 2009 realizar este realineamiento y cómo lo hace, es lo que se atenderá a continuación. El triunfo electoral de Sebastián Piñera nace de una campaña con dos objetivos muy claros. Primero, captar lo más íntegramente posible el voto histórico y duro de derecha, el cual se sabía que no era suficiente para ganar la elección. Esta situación nos lleva al segundo objetivo de la campaña, que es la aproximación al centro político, para así desequilibrar la votación en favor de quien lograra captar más votantes de este sector; por esta misma razón es que la Concertación lleva como candidato al ex presidente Frei, un hombre de la Democracia Cristiana y por lo tanto, naturalmente más vinculado al centro. En consecuencia, la estrategia tenía una meta política muy clara nacida de esta “necesidad electoral” de convocar sectores más allá de la Alianza por Chile, conformando una coalición electoral y política diferente y más amplia que pudiese integrar sectores de centro, con elementos del tradicional pensamiento social cristiano –habitualmente incluidos en la Democracia Cristiana– al cual se alude con la etiqueta auto–proclamada del “humanismo cristiano” desarrollada durante la campaña. Por otro lado, en el centro político también se cuentan personas identificadas con un pensamiento más liberal, un ideal político difusamente representado por algún partido político en particular. 65 Academia Balmaceda El escenario político y electoral al que se enfrentaba Sebastián Piñera en 2009, era hijo de la tendencia prevaleciente durante los 90’, donde la Concertación era la coalición mayoritaria en identificación partidaria y ciudadana. Sin embargo, esta situación había sufrido cambios considerables con la irrupción de la candidatura de Lavín de 1999 frente a Ricardo Lagos, la cual resultó más estrecha de lo que se pensó en un primer minuto, lo que se sumó en 2001 al ascenso de la UDI como el partido mayoritario en el Congreso tras las elecciones para ese año. Estos acontecimientos electorales dieron cuenta de que la situación de los 90’s ya no era exactamente la misma, y se consideraba que Piñera tenía opciones prácticamente inéditas de llegar a la presidencia en 2010, luego de haber derrotado a Lavín en las presidenciales anteriores y pasar a segunda vuelta. Pero, ¿qué era lo que había hecho cambiar un equilibrio tan marcado en el quehacer político nacional observado en los ’90? Como ya vimos, la Concertación se había posicionado de forma muy fuerte en el espectro político, de forma tal que acaparaba –no tanto en la cantidad de escaños, en gran medida debido al sistema binominal, pero sí en cuanto a identificación política– un rango muy cercano a dos de los tres tercios históricamente observados en Chile, con una alta adherencia de los votantes de izquierda y un apoyo mayoritario del sector de centro. Este escenario político tenía su fundamento en el posicionamiento de la Concertación como el actor político válido para adjudicarse legitimidad y competencia en temas cruciales como la democracia y los derechos humanos, apoyándose en el clivaje “autoritarismo-democracia” que describe Luna (2008). En un estudio en base a encuestas que indagan sobre la identificación ideológica y partidaria del votante chileno en el año 2000, Juan Pablo Luna (2008) establece que el clivaje más importante que estructura la competencia política nacional, es el de régimen, al que denomina como 66 Academia Balmaceda “clivaje autoritarismo-democracia”, el cual supera en capacidad ordenadora de la competencia política a clivajes históricos como el “Liberal-Conservador” (cuestiones valóricas) y el “Estado-Mercado” (socioeconómico) (Luna, 2008; ver Figuras 1 y 2). En esta investigación se observa que tanto el clivaje socioeconómico como el valórico corren transversalmente a través de los partidos, es decir, que dentro de cada partido y coalición existen votantes conservadores y liberales, y también existen votantes partidarios de un Estado más fuerte, junto a votantes que prefieren una mayor acción del mercado. Dentro de estos clivajes, sólo se presentan diferencias entre los votantes según su nivel educacional, más no según su identificación partidaria, por lo que el clivaje socioeconómico no está representado por los partidos. Esta heterogeneidad no se observa al mirar la ordenación de los electores frente al clivaje de régimen, el cual sí separa claramente a los partidos de la Concertación con los de la Alianza sin importar el nivel educacional (Luna, 2008). De esta forma, la competencia política partidaria en Chile, está fuertemente ordenada en el 2000 según las diferencias que muestran los partidos frente a temas vinculados con un clivaje retrospectivo de régimen, según quienes apoyaron o rechazaron el régimen autoritario de Pinochet, donde se distingue entre quienes forman un campo concertacionista más “democrático” y uno más “autoritario” entre los electores de la Alianza (Luna, 2008:90-92). 67 Academia Balmaceda Figura 1: Posicionamientos de los votantes partidarios en los clivajes socioeconómico y de régimen circa 2000 (WVS, 2000). Fuente: Luna, 2008. Figura 2: Posicionamientos de los votantes partidarios en los clivajes socioeconómico y liberal–conservador circa 2000 (WVS, 2000). Fuente: Luna, 2008. 68 Academia Balmaceda Es así como evidenciamos la capacidad ordenadora de la competencia política de los temas vinculados básicamente al Plebiscito de 1988 entre el SÍ y el NO. Lo relevante aquí es observar que la capacidad que tiene este clivaje para ordenar la competencia política nacional, explica en gran medida el éxito que ha tenido la Concertación desde el retorno a la democracia, ya que dentro de este clivaje, es la coalición de centro izquierda la que rescata la posición más favorable para los votantes chilenos, quienes apoyaron la opción del NO revelando así de forma clara su ímpetu democrático, lo que se suma a un rechazo bastante generalizado a las violaciones a los derechos humanos perpetrados durante el período autoritario. Esto sitúa a la derecha en el difícil escenario de tener que cambiar el clivaje o al menos tratar de incluir en la discusión pública temas diferentes que cambien el foco de la contienda política, posibilitando así un realineamiento político que le permita llegar al poder luego de veinte años de hegemonía de la Concertación. En términos sencillos, es esto lo que trata de hacer la Alianza tanto en la campaña de Lavín de 1999, como en la de Piñera en 2009, siendo el nivel de efectividad para cambiar y/o matizar los factores ordenadores de la contienda política, lo que determinaría el relativo éxito electoral de cada uno. Piñera logra ganar la elección de 2010; por lo tanto, se puede decir que tuvo éxito su estrategia de campaña, quizás no un éxito rotundo, pero sí uno suficiente como para significarle la victoria electoral. Pero, ¿cómo se transfiere la estrategia de campaña de la nueva coalición que se formó con motivos electorales a un gobierno? ¿Se logró realmente la creación de una coalición más amplia y por qué? Estas preguntas resultarán clave para poder acercarnos a comprender los procesos vividos durante el primer gobierno democrático de la derecha luego del retorno a la democracia. Todo esto frente a un 69 Academia Balmaceda escenario electoral tremendamente adverso para la candidata oficialista de 2013, situación que a nuestro parecer, encuentra elementos explicativos importantes en el fracaso político del gobierno de Sebastián Piñera, desaprovechando la “ventaja” que la posesión del Ejecutivo ofrece para consolidar un bloque político capaz de prolongarse en el poder más allá de un solo período. III. Situación política del gobierno de Sebastián Piñera, las perspectivas para la derecha y la aparición del “Centro Liberal” Juan Pablo Luna en 2008 plantea cuatro posibles escenarios para el sistema de partidos chileno frente a la posibilidad de que Piñera fuera electo en 2009, los cuales ahora que quedan sólo meses para terminar el mandato efectivamente ganado por la derecha, resultan interesantes de observar, ya que este análisis da luz sobre las posibles respuestas a las preguntas señaladas anteriormente. Estos escenarios se proponen frente a la posibilidad de que el clivaje valórico “liberal–conservador” logre posicionarse como factor de identificación política, de forma que pueda disputarle incidencia electoral y en el alineamiento partidario al clivaje de régimen. El primer escenario que describe Luna es el de “Realineamiento con reforma electoral”: este escenario considera una amplia reforma electoral al sistema binominal, de manera que permita la formación de un mayor número de identidades partidarias, lo que a su vez pueda representar más el clivaje “liberal-conservador” (Luna, 2008:118). El segundo escenario se presenta como el más interesante para efectos de nuestro trabajo, ya que éste se aparecería sólo en circunstancias donde Piñera lograse ganar las elecciones convocando sectores de centro: 70 Academia Balmaceda “En caso que la oposición logre triunfar en una próxima elección presidencial, particularmente si se trata de un liderazgo de derecha moderado, es posible plantear un realineamiento en ausencia de reforma electoral. Aquello sería posible si dicho liderazgo logra, luego de triunfar electoralmente, articular una coalición de gobierno de centroderecha atrayendo fracciones 'conservadoras' de la Democracia Cristiana” (Ibid.). En este escenario se plantea la posibilidad de que la derecha alcance el poder expandiéndose hacia el centro, logrando formar una coalición electoral que se asiente en el gobierno, desde donde debiese aspirar a consolidar un nuevo realineamiento político incorporando definitivamente sectores conservadores de centro, lo que permitiría darle fuerza al clivaje “liberal-conservador” y disputarle así el poder ordenador al clivaje de régimen favorable a la Concertación, pero ello depende de la capacidad de la coalición y del liderazgo del presidente para consolidar esta nueva coalición. El tercer escenario es el de “Colapso a la venezolana”, donde la combinación de una alta institucionalización del sistema de partidos con un progresivo alejamiento del electorado respecto de los partidos y la política, lo que unido a una crisis económica o de legitimidad, podría provocar que el sistema de partidos sufra cambios en el corto plazo, donde la aparición de un personalismo fuerte podría catalizar dicha situación. Este escenario se presenta como poco probable debido al crecimiento económico sostenido y a que la derecha se presenta como alternativa sistémica debido a su ausencia en el poder desde el retorno a la democracia (Luna, 2008:119). Por último, está el escenario de “muerte lenta”, donde si el sistema de partidos permanece igual, los actores externos a las grandes coaliciones actuales tendrán cada vez menos incentivos para participar de la competencia política, reduciendo la participación y erosionando la 71 Academia Balmaceda legitimidad del sistema. Esta situación a su vez mermará la calidad de la democracia y la gobernabilidad al socavar la capacidad de ordenar contingentes parlamentarios que sustenten los gobiernos, ya que los partidos irán perdiendo poder frente a liderazgos independientes y locales (Luna, 2008:119-120). Este es el escenario más probable según el autor, sin embargo, a meses del término del mandato de Piñera, se podría decir que no ha sido esto lo que terminó ocurriendo (a pesar de que sí se evidencia cierta crisis de legitimidad del sistema, pero ésta no está acompañada de un alejamiento de los sectores excluidos, ya que hemos visto nacer muchas candidaturas y movimientos políticos que tratan de entrar a competir dentro del sistema), sino que hemos sido testigos de algo más parecido al segundo escenario. En efecto, la derecha logra conformar una coalición electoral que va más allá de las barreras naturales de la Alianza por Chile, logrando incluir a sectores de centro aunque no de forma abrumadora, pero sí al nivel de lograr desequilibrar en su favor la elección. Lo que no ocurrió, sin embargo, es que esta coalición se potenciara política y electoralmente gracias a la ventaja que ofrecía controlar el Ejecutivo, por lo que finalmente no se consiguió generar el realineamiento político que describía Luna desde la preponderancia del clivaje de régimen, hacia una incidencia mayor del clivaje “liberal– conservador” que pudiera erosionar las bases que sustentan la unidad de la Concertación, provocando que sectores de centro y la Democracia Cristiana en particular, pudieran desprenderse de ese conglomerado para ocupar el centro político con la derecha en función de poder representar el nuevo clivaje. Este reordenamiento donde se restaba relevancia a los temas ligados al gobierno de Pinochet y al Plebiscito, sólo se logró en el marco de la campaña electoral de Piñera, en la que la Coalición por el Cambio logra poner el foco en un debate sobre la continuidad de las buenas políticas de las administraciones anteriores, pero denunciando la necesidad de 72 Academia Balmaceda recambio por el bien de la salud de la democracia y en forma especial por las necesidades del país de ese momento, las que según la derecha y su nueva coalición, demandaban una administración más eficiente que pudiera canalizar los avances que venía mostrando el país de forma tal de dar el salto cualitativo de país en vías de desarrollo a uno desarrollado. Una vez en el gobierno, las opciones de consolidar la Coalición por el Cambio y de cambiar el clivaje dominante por el valórico o por cualquier otro, se vio frustrada e incluso se puede observar que ha renacido con gran fuerza el antiguo clivaje de régimen en especial mientras más próximas se hacen las elecciones de noviembre de 2013, ya que la Concertación, ahora transformada en Nueva Mayoría con la incorporación del Partido Comunista (PCCh), el Movimiento Amplio Social (MAS), la Izquierda Ciudadana (IC) e independientes de centroizquierda, ha impulsado el asentamiento de temas como la nueva Constitución, la crítica a los penales especiales para los ex militares violadores de derechos humanos, las críticas al sistema previsional y en general a sistemas e instituciones heredados de la dictadura, lo que ha aislado del debate a temáticas ligadas a cualquier otra lógica de competencia programática entre los partidos y las coaliciones. Por otro lado, en lugar de que el sistema de partidos haya cambiado como se describía en el último escenario, se podría decir que lo que hemos visto es una reanimación del sistema tradicional asentado con el retorno a la democracia, a través del resurgimiento del clivaje de régimen. Esto ha ocurrido a pesar del pequeño viraje que dio la competencia política con la campaña de 2009, el cual no pudo asentarse debido al fracaso y retroceso de la Coalición por el Cambio que volvió a ser la Alianza por Chile, situación que margina a la derecha nuevamente en su nicho electoral tradicional, y que queda afianzado por la preponderancia revitalizada del clivaje “autoritarismo-democracia”. 73 Academia Balmaceda A pesar de que se pueda decir que el esquema partidario no es el mismo que el observado desde los ’90 hasta los primeros años del nuevo milenio, debido a que existen nuevas identidades partidarias e incluso aludiendo a la inédita cantidad de nueve candidatos a la presidencia en 2013, seguimos teniendo dos bloques mayoritarios que seguramente seguirán presentes de forma muy similar en el parlamento debido en gran medida a la continuidad del sistema binominal. Por otro lado, la Nueva Mayoría incluye a sectores que una vez fueron parte de la Concertación como el MAS, y también a partidos de izquierda que si bien nunca fueron parte de la Concertación, siempre influían las elecciones en segunda vuelta, y más tarde tras los primeros acuerdos electorales gracias a los cuales, el Partido Comunista logró sus primeros tres escaños en el Parlamento durante la presente era democrática. IV. El centro político: el incipiente e incierto centro liberal En la campaña de 2009, se apuntó fuertemente a un centro social cristiano, el cual existe desde larga data en Chile. Y se podría decir con cierta razón, que fue este centro el que desniveló la elección en favor de Piñera, terminando con veinte años de gobierno de la Concertación. Sin embargo, a nuestro juicio existe un centro político que no fue abordado en dicha elección y que en los últimos años, pero en especial en el contexto del ciclo electoral presente, ha surgido y tomado una fuerza considerable, no sólo en el ámbito de los idearios políticos presentes en la ciudadanía, sino que también en cuanto al surgimiento de candidaturas y movimientos que de distintas formas y en diferentes grados, han procurado representar este centro nuevo y diferente al tradicional y decreciente centro social cristiano. Este nuevo centro lo identificamos con un tipo de pensamiento de corte liberal, el cual no está abierta ni totalmente representado por 74 Academia Balmaceda ningún partido político chileno, debido en buena medida a que este ideal o fuerza política no se encontraba clara ni ampliamente difundido en nuestra sociedad, por lo que ningún partido ha disputado la representación de este nicho. Este sector ha crecido junto con una población más educada que puja cada vez más por una mejor democracia, más participación y más libertad frente a los constreñimientos de una fuerte desigualdad socioeconómica y élites petrificadas, al amparo de lo cual hemos visto desarrollarse una sociedad posmoderna que demanda mayores espacios de participación, más derechos y libertades políticas y más autoexpresión (Inglehart y Welzel, 2005), lo que se contrapone a un diagnóstico de la clase política como un sector estático, poco representativo y que no avanza al ritmo que la sociedad exige. Quizás esto último sea discutible para algunos, pero lo cierto es que nuestra sociedad ha asumido este diagnóstico y ha levantado demandas para subsanar dicha situación. En consideración a lo anterior, durante el gobierno de Sebastián Piñera, pero ya desde el gobierno de Michelle Bachelet, se han levantado movimientos sociales que han mostrado profundas discrepancias con el modelo político, los partidos y diversas situaciones de la realidad nacional, frente a lo cual se logró instalar un descontento más o menos generalizado sobre varios puntos, siendo muy relevante el descontento frente a la clase política. En este sentido y en presencia de la coyuntura electoral de 2013, hemos visto aparecer candidaturas inéditas, tanto en cantidad como en contenido y discursos, entre las cuales en particular nos llama la atención lo que identificamos como la aparición de un nuevo centro político que denominamos “centro liberal”, el cual, al igual que el liberalismo mismo, resulta diverso y bastante heterogéneo, pero a pesar de aquello, sí es a nuestro juicio más o menos identificable. 75 Academia Balmaceda Tal como se ha discutido desde hace ya un tiempo, tenemos un sector liberal que habría estado latente y/o “controlado” en Renovación Nacional, desde donde hemos visto salir sumándose a algunos independientes que integraron el gobierno de Piñera, a personas que luego formaron un movimiento político de corte liberal llamado Evolución Política (Evópoli) el cual es liderado por Felipe Kast. Este movimiento llevó candidatos a primarias legales en competencia con RN y logró presentar cuatro candidaturas al congreso logrando un triunfo con la diputación de Felipe Kast en Santiago. Pero lo que logre hacer Evópoli para influir en el sistema de partidos chileno es incierto y se podrían anticipar dos opciones, la primera es que logre posicionarse independientemente, como partido quizás, en el centro político más próximo a la derecha, lo cual es difícil, ya que es un movimiento que nace ligado a la derecha y al gobierno de Piñera, por lo mismo lo más probable es la segunda opción, que es que los escaños conseguidos en el Congreso le sirvan para incentivar una apertura en la Alianza, dando cabida a un posible nuevo partido que amplíe la coalición hacia el centro, moderando las posturas e incentivando a que la derecha trabaje en función de captar sectores más liberales o moderados de centro en vez de quedarse estancada en la derecha tradicional y más ligada a Pinochet, esto incluso podría hacerse sin llegar a formar un nuevo partido. Pero esta posibilidad también se verá fuertemente obstaculizada por los sectores más duros de la UDI, que no querrán perder preponderancia en el sector. De esta forma, la incertidumbre sobre Evópoli es alta y su destino está atado a factores que escapan a su control. Por otro lado, es muy significativo y merece ser seguido muy de cerca, el sector convocado por el ex ministro y hombre fuerte del gobierno de Bachelet, Andrés Velasco, quien luego de quedar segundo en las primarias de la Nueva Mayoría, en la cual muchos dijeron que se había equivocado de primarias por sus planteamientos mucho más moderados que los candidatos más a la izquierda, pero también más 76 Academia Balmaceda abiertos y derechamente más liberales que los del candidato social cristiano de la DC, llegó a formar un movimiento político propio llamado “Fuerza Pública”, con el cual llama a cambiar las “malas prácticas” de la política tradicional. Las perspectivas de Velasco, de Fuerza Pública y de quienes votaron por él en primarias son inciertas y muchos esperan que este movimiento se transforme en partido político para que Velasco pueda aspirar a la presidencia por su propia cuenta, no necesariamente desligándose de la Nueva Mayoría y abriendo de esta forma una candidatura de corte liberal, convocando a muchos independientes y jóvenes que no se identifican con la política y los partidos tradicionales. Hasta ahora no se sabe qué planea hacer Velasco y Fuerza Pública, pero sí se sabe que no participará en un gobierno de Bachelet, lo que permite deducir que su opción por ahora es mantener y afianzar su independencia acercándose hacia el centro sin alejarse completamente de la Nueva Mayoría. En tercer lugar, hay que mencionar un sector denominado “progresista”, más a la izquierda si se quiere, que representa una visión más liberal en términos “valóricos”, pero que abraza una mirada más tradicionalmente de izquierda sobre un Estado fuerte. Este sector ha sido más que nada convocado por Marco Enríquez–Ominami, quien ha desplegado un discurso crítico frente a la clase política y ha procurado convocar a la juventud y a quienes no se sienten representados por la política tradicional. La relevancia de este sector se puede ver en que la votación de MEO en dos elecciones presidenciales consecutivas ha sido importante y lo han posicionado tercero en ambas, aunque, es incierto afirmar que su votación pertenece a este sector liberal más de izquierda progresista, pero en alguna medida sí lo han hecho, por lo tanto, es importante considerarlo. En este espacio se cuenta el Partido Liberal, el cual resulta difícil de definir políticamente, ya que su relevancia electoral e ideológica no es significativa, pero se ha plegado a la candidatura de MEO integrando una lista parlamentaria y de COREs 77 Academia Balmaceda conjunta con el PRO, logrando incluso obtener un escaño en la cámara baja con Vlado Mirósevic. Finalmente, a pesar de que no ha logrado relevancia en ningún espacio político, cabe mencionar a Red Liberal (movimiento surgido el año 2010), no porque haya significado algún hito en la política nacional, sino que porque es una muestra de un intento desde la sociedad de abrir los espacios políticos hacia ideas liberales, llegando incluso a intentar una candidatura municipal con su figura más visible, Cristóbal Bellolio en Providencia. Es evidente que la política tradicional ha perdido poder de representación en especial sobre un sector importante, relativamente nuevo y creciente de la población que se ubica más al centro del espectro político. Esto se ve tanto en la derecha como en la ex Concertación, ya que la primera, al no poder consolidar una coalición más amplia que alcance a sectores de centro entre ellos los sectores más liberales, se ve frente a una derrota electoral fuerte que le significa perder el recién ganado ejecutivo y volver a recluirse en el Congreso con la lógica de la competencia intracoalicional del binominal, mientras que la Concertación, para poder recuperar el gobierno, se ha ampliado hacia la izquierda reteniendo a la vez el disminuido centro que cubre la DC. Todo esto se condice con la diversidad de sectores recién descritos que se posicionan en un centro más liberal y heterogéneo que no tiene una representación clara en el sistema de partidos, lo que podría tomarse como una oportunidad, especialmente para la derrotada derecha que obligatoriamente tiene que buscar ampliar su electorado y su sector político, ya que de lo contrario, es muy difícil que vuelva a tener opciones reales de ganar la presidencia, pero además, dado que es muy posible que se termine el sistema binominal siendo reemplazado por uno más proporcional, tampoco le quedará la posibilidad del atrincheramiento en el Congreso, además, ya ni siquiera el binominal le resulta beneficioso, debido a que fue la Nueva Mayoría la que 78 Academia Balmaceda claramente triunfó en las últimas parlamentarias gracias al generoso aporte del vilipendiado sistema binominal. Finalmente, creemos que si la derecha quiere recuperar su competitividad electoral, debe atender la cuestión del centro liberal, en primer lugar porque el centro al que apeló Piñera en su candidatura presidencial viene en un lento decrecimiento, pero además, se ve difícil que la DC abandone a la Nueva Mayoría y se acerque a la derecha, incluso a pesar de la incorporación del Partido Comunista a dicha coalición. En segundo lugar, sí existe un potencial abierto desde la derecha hacia un centro liberal, el cual aún es muy incierto, pero ahí está, lo cual se podría sumar a personas que simpatizan con las ideas y las formas planteadas por Velasco, cuyo futuro político también es incierto. Lo que sí es seguro, es que si la derecha se obstina en permanecer inmutable e impermeable a los cambios político–sociales del país, será virtualmente imposible que vuelva a crecer electoralmente y mucho menos volver a La Moneda. Este es el verdadero desafío para la derecha, trabajar para ampliarse y acercarse a un nuevo y aún huérfano centro liberal. 79 Academia Balmaceda BIBLIOGRAFÍA Alemán, E., y Sebastián Saiegh. (2007). Legislative Preferences, Political Parties, and Coalition Unity In Chile. Comparative Politics 39(3), 253–272. Allamand, Andrés. 1999. "La travesía del desierto". Santiago. editorial Aguilar. Altman, David. 2008. “Régimen de gobierno y sistema de partidos en Chile”.En: Fontaine Arturo, Larroulet Cristián, Navarrete Jorge y Walker Ignacio. 2008. “Reforma de los partidos políticos en Chile”. Santiago. Centro de Estudios Públicos, Proyectamérica, Instituto Libertad y Desarrollo y Corporación de estudios para Latinoamérica. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Aninat, C., John Londregan, Patricio Navia y Joaquín Vial. (2006). Political Institutions, Policymaking Processes and Policy Outcomes in Chile. 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Para ello definiremos claramente lo que se entiende por tradición liberal y sus ideales como valores esenciales y constitutivos del pensamiento liberal que son los que determinan qué políticas y qué caminos se toman para alcanzar y defender dichos valores. A Liberal Route Theoretical fundamentals for a transformation of Chilean political system Abstract This work attempts to distinguish which aspects of the Chilean political system adhere to the liberal tradition, concentrating on defining which types of policies liberalism would be demanding presently from our institutional and political system. From here, we can see how and to what extent liberalism has taken hold in Chile as well as which would be the proposals that this political ideology presents for the development and evolution of political life and the system that frames it. For this purpose, we will define clearly what is understood by liberal tradition and its ideals such as values essential and constitutive of liberal thought which in turn determine which policies can be 1 2 Magister en Ciencia Política Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda Cientista Político Universidad Católica de Chile 85 Academia Balmaceda implemented and which paths can be taken to both reach and defend said values. E stamos acostumbrados a pensar que somos parte de una tradición política específica, comúnmente denominada como tradición Liberal y los valores que promueve y defiende son aquellos que se supone predominan en la política occidental contemporánea. En este contexto, Chile también integra lo que sería la tradición liberal, pero muchas veces se evidencia cierta ambigüedad en su aplicación e incluso en sus formas más abstractas de existencia, ya que como es natural que ocurra, Chile y su sistema político e institucional, no sólo han tomado elementos del liberalismo como referencias o paradigmas, sino que también existen otras tradiciones e ideales políticos que han dejado huella en nuestra institucionalidad y muchas veces, la interacción entre esta variedad de ideales, ha logrado confundir y distorsionar estas mismas tradiciones, provocando que existan ciertos híbridos en nuestro sistema político. Además, en un sistema político son muchos factores los que determinan qué arreglos institucionales se adoptan y cuáles no, además de los ideales que muchos políticos digan defender. En este trabajo se intentará vislumbrar qué elementos de nuestro sistema político obedecen realmente a la tradición liberal, enfocándonos en establecer qué tipo de políticas son las que el liberalismo estaría exigiendo hoy en día a nuestro sistema político e institucional. De esta forma se podrá ver de manera más clara, cómo y hasta dónde se ha asentado el liberalismo en nuestro país, y cuáles son las propuestas que este ideal político establece para la evolución y desarrollo de nuestra vida política y el sistema que la enmarca. Para alcanzar los objetivos planteados anteriormente, es necesario, primero que todo establecer una definición lo más clara posible de lo que entendemos por tradición liberal y sus ideales, es decir, aquellos 86 Academia Balmaceda valores que son esenciales y constitutivos del pensamiento liberal, y que por lo tanto, son los que determinan qué políticas o qué caminos se toman en la práctica, para alcanzar y defender dichos valores intransables. A continuación se planteará una visión sobre la situación actual de nuestro sistema político e institucional, con el fin de situarnos de manera concreta en la realidad nacional, lo cual nos permitirá ver qué elementos de ella responden realmente a la tradición liberal y cuáles no. Finalmente analizaremos cuáles son las demandas o caminos que el liberalismo estaría exigiendo que se tomen, para que Chile avance hacia el fin de atesorar y defender los ideales constitutivos liberales. Para esto, analizaremos dos aspectos en particular que nos parecen interesantes por la importancia que tienen en nuestro ordenamiento institucional. Los aspectos a analizar serán el Sistema Electoral Binominal y el Sistema Económico de Libre Mercado. Para lograr nuestro primer objetivo, nos detendremos a analizar si el liberalismo defendería nuestro actual sistema electoral (binominal), entendiendo cómo este sistema logra o no satisfacer la necesidad de representación de la diversidad con la cual se constituye una sociedad como la nuestra. Posteriormente analizaremos de qué manera el sistema económico chileno de libre mercado funciona como un ordenador justo de las preferencias libres y responsables de los individuos, y cómo participa en la repartición de desigualdades, tanto justas como injustas. Veremos qué puede decir el liberalismo respecto a este sistema económico, analizaremos también cómo se estructura el respaldo a éste y qué reparos se le pueden hacer. 87 Academia Balmaceda El Liberalismo Existen nociones tanto en Chile como en occidente en general, sobre qué es liberalismo, cuáles son sus principios constituyentes y cuáles son sus principios derivativos. Los principios constituyentes son aquellos que le dan forma a la moral política liberal, es decir, al ideario completo que sustenta todos aquellos caminos que el liberalismo ha defendido y defiende, siendo estos últimos los aspectos derivativos de dicha moral política. Estos aspectos o principios derivativos, son todos aquellos “caminos” que en la práctica se adoptan para poder alcanzar un fin superior, es por esto que cada camino elegido, ya sea una institución, una ley o un tipo de gobierno, no se elige porque sea bueno en sí mismo, sino que será adoptado porque se piensa que en el momento en que se toma la decisión, ese camino en particular, es el que mejor se dirige a conseguir un fin superior claramente identificado. En otras palabras, estos caminos elegidos, no son un fin sino que son medios, los cuales se creen más adecuados en un contexto determinado, por lo que defender su aplicación o vigencia, sin tener en consideración su idoneidad para el fin superior que lo motiva, es un error grave y hace que el debate pierda sentido al defender arreglos determinados, olvidando las verdaderas razones que los impulsan. La tradición liberal aparece con fuerza durante el siglo XVIII, como una filosofía e ideal político orientado hacia la salvaguarda de la libertad del individuo, justificación última de la vida política. En ese entonces, los países europeos continentales poseían escasa experiencia en el funcionamiento de partidos políticos, para los que en principio sólo encontraban un antecedente en el funcionamiento de los clubes de la Revolución Francesa, pero pronto se forjaron estos grupos de orientaciones divergentes —reaccionarios, moderados, independientes, revolucionarios— que convierten la vida política en un juego de tensiones, propaganda y sucesión de programas y gestiones de 88 Academia Balmaceda gobierno. Con el mismo propósito de evitar las diversas concentraciones de poder, el liberalismo postulaba las autonomías provinciales y municipales, en merma de la jurisdicción de los poderes centrales. Estas ideas fueron postuladas por teóricos como Rousseau, Montesquieu y Locke los cuales bajo este contexto de efervescencia política, insistían en la libertad del ser humano de ejercer su derecho político al autogobierno y soberanía del pueblo. Jean Jacques Rousseau en su obra "El contrato social", sostuvo que la soberanía reside en el pueblo y de ella emanan todos los derechos individuales. Para salvaguardar esos derechos los hombres deben firmar un contrato que establezca claramente sus obligaciones. Pensaba que una mejor educación constituía la fórmula para desarrollar la bondad natural de las personas (Rousseau, 1969: 12-15). Por otro lado Montesquieu establece los pilares fundamentales de toda república moderna: la separación de los poderes del Estado, para así lograr un equilibrio de poder gracias al juego de los contrapesos, lo que conlleva el término de las monarquías (Montesquieu, 1972: 20). Finalmente John Locke continúa con la tradición del Derecho Natural, limitando el poder estatal y los derechos individuales y desarrollando una justificación ética sobre el derecho a propiedad (Locke 1984: 32). Benjamin Constant, en su obra “De la libertad de los antiguos comparada a la de los modernos” plantea que: "La libertad es el derecho que cada uno tiene a estar sometido sólo a las leyes, de no ser detenido, encarcelado ni condenado a muerte o molestado, en cualquier forma que sea, por el capricho de uno o más individuos. Es el derecho que todos tienen a expresar su opinión, a seguir sus inclinaciones, a trasladarse de un lugar a otro, a asociarse. Es, finalmente, el derecho a influir sobre la marcha del Estado, bien sea nombrando todos o parte de 89 Academia Balmaceda los funcionarios, bien aconsejando o preguntando, o mediante las peticiones que la autoridad esté más o menos en la obligación de tomar en consideración” (Constant, 1989: 280). Estas ideas fueron acoplándose y retroalimentándose, construyendo en su conjunto el marco de lo que finalmente se denominó liberalismo, el cual se ha establecido como un ideal político fuertemente asentado en occidente, y que retoma su fuerza luego de la era de los autoritarismos nacidos en el período de entreguerras del siglo XX, logrando su mayor apogeo a finales de dicho siglo. Esta tradición finalmente se plasma en el trabajo de John Rawls, quien desarrollaría su teoría política en base a estas ideas que datan de la ilustración y las revoluciones francesa y estadounidense. Creemos necesario hacer una pequeña contextualización de la noción del liberalismo que expondremos más adelante, ya que ésta obedece al resultado que se produjo en los últimos años gracias al trabajo de John Rawls, quien en sus libros “Teoría de la Justicia” (1971) y “Liberalismo Político” (1993), planteó en profundidad lo que hasta ese entonces no tenía un sustento intensamente desarrollado y cohesionado de las nociones y planteamientos liberales, que si bien eran identificables y se podían separar con cierta claridad de otras teorías políticas, no existía una teoría completa y coherente que pudiera usarse como sustento integral del liberalismo. Luego de que se publicara la obra de Rawls, el liberalismo en general abrazó y aplaudió las ideas expuestas por este autor, incluyendo sus nuevos conceptos desarrollados para explicar de modo más extenso y abstracto, los ideales que concibe el liberalismo y las razones para defenderlos. Es por esto que se logró cierto consenso sobre lo que era el liberalismo y sobre los argumentos que sustentan sus ideales, logrando de esta forma una sólida estructura argumentativa detrás de una moral 90 Academia Balmaceda política que ya estaba bien incrustada en el ideario de occidente, especialmente en los países anglosajones. Salvo algunas excepciones, como el caso de Nozick que extrapola la teoría liberal hacia un ideario que podría llamarse libertario, todos aquellos que se dicen liberales, en general, comparten la teoría de la justicia de Rawls partiendo de la base de sus dos principios de justicia. Uno de los que recoge el legado de Rawls es Ronald Dworkin, quien en su ensayo “El Liberalismo”, plantea que: “el liberalismo tenía una moral constituyente, y que se ha apartado, en la medida en que así ha ocurrido, porque se ha hecho menos claro cuáles son las posiciones derivadas que sirven mejor a la moral constituyente” (Dworkin, 1983: 137). Es decir, que la moral constituyente del liberalismo, tiende a volverse confusa cuando la discusión pasa a centrarse en los principios derivativos, por lo que se pierde la esencia de defender una moral política determinada, debido a que una moral constitutiva debe defender principios o valores superiores a arreglos institucionales puntuales. Consecuencia de aquello, es que a medida que pasa el tiempo, se confunden los valores políticos y las nociones sobre un ideal político se pierden, lo que consecuentemente hace que los debates y discusiones en el sistema político pierdan sustento y fortaleza argumentativa, ya que no hay una moral a la cual recurrir para saldar controversias y para apoyar o rechazar con verdadero sustento, alguna posición determinada. “se forman distintos arreglos liberales cuando, por una u otra razón, los que se mueven por una moral constituyente fijan un esquema particular de posiciones como apropiado para completar una teoría política liberal práctica, y otros, por sus propias razones, vienen a colaborar con ellos por el bien de dicho esquema. Estos arreglos se derrumban, y así se fragmenta el liberalismo, cuando se descubre que estas posiciones derivadas son ineficaces, o cuando las circunstancias económicas o sociales 91 Academia Balmaceda cambian de modo que las vuelven ineficaces, o cuando los colaboradores necesarios para que una fuerza política sea ya no son atraídos por el esquema” (Dworkin, 1983: 141). Queda claro que los arreglos particulares que la política adopta en la práctica, no necesariamente responden a una moral constituyente bien definida, sino que además, a factores que colaboran para que determinadas políticas o instituciones, sean aplicadas. Estos otros factores son generalmente grupos de interés que ven un beneficio propio en el arreglo que defienden, o simplemente pueden ser partidarios de otros ideales políticos con sus propios fines, pero advierten que dichos arreglos prestan utilidad a dichos fines políticos, por lo tanto es perfectamente posible que exista un liberal y un conservador que defiendan, el mismo arreglo institucional, pero por razones muy distintas. Con el fin de enriquecer este debate y sustentar una defensa o ataque a diversos aspectos derivativos esenciales en nuestro sistema político, tales como la democracia, el esquema de derechos humanos o cosas más específicas como el sistema electoral, el sistema presidencialista o los grados de centralización, debemos enfocarnos en dejar lo más claro posible cuál es la moral constituyente del liberalismo. Los dos valores políticos más grandes que se han planteado desde la ilustración, son la libertad y la igualdad, habiendo ambos alcanzado una valoración prácticamente transversal a todas las corrientes de pensamiento político, con la diferencia de que no todos comparten el mismo nivel de valoración para cada uno, priorizando muchas veces uno sobre el otro. Esto debido a que en diversas ocasiones, ambos conceptos han sido expuestos como nociones inversamente proporcionales, es decir, que se ha entendido que mientras más libertad se quiere para los miembros de la sociedad, el precio de este aumento de libertad es la disminución de los grados de igualdad y viceversa. 92 Academia Balmaceda En la tradición liberal se plantea que la libertad de la que gozan los individuos es difícilmente cuantificable, ya que diferentes personas valorarán de manera muy diversa el valor de poder optar libremente sobre distintos aspectos de sus vidas. No todos pensarán que el valor de poder conducir libremente sin semáforos, es igual al valor de poder decir lo que se piensa con respecto a cualquier tema, o al valor de ser libre de apropiarse de lo que sea sin el permiso de nadie. Cada una de estas pequeñas libertades no tendrán el mismo valor por lo que se tenderán a ordenar en una escala de prioridades, perdiéndose de esta forma la opción de obtener un solo concepto de libertad que configure la totalidad de libertad de que gocen los individuos. (Dworkin, 1983: 144 - 145). Esto no ocurre cuando se habla de la igualdad, ya que el liberalismo admite un concepto muy específico de lo que es igualdad en una sociedad, el cual debe ser garantizado por el Estado en su carácter de valor político, quien asume la responsabilidad de brindar las garantías que se consideren necesarias para la sociedad que lo concibe. Este concepto de igualdad es lo que sería constitutivo del liberalismo y se trata de que “el gobierno trate a todos los que están bajo su cargo como iguales, o sea, como con el mismo derecho a su igual respeto y consideración” (Dworkin, 1983: 146). Esta idea de igualdad, supone que el Estado asume una posición de igual respeto frente a los individuos, es decir, los respeta tal cual son entendiendo que una de las condiciones de la existencia humana es la pluralidad de los hombres, lo que quiere decir que ningún hombre en la tierra es idéntico al otro, y que aquello que nos diferencia, es más que el simple hecho de la alteridad dada por la multiplicación de quienes conforman la especie humana. La pluralidad indica que todo hombre que exista o haya existido es irrepetible dada la particularidad de su existencia, la cual es única desde los aspectos biológicos hasta lo más intrincado de su pensamiento y actuar (Arendt, 1996: 20-22, 200-204). 93 Academia Balmaceda Por lo tanto, el Estado, bajo una perspectiva liberal, debe mantenerse alejado de propiciar y defender una noción específica de vida buena, ya que de esta forma estaría negando la pluralidad de los individuos, haciendo que todos debamos optar por la misma idea de vida buena, negando nuestra condición de iguales, en el sentido de nuestro igual derecho a elegir nuestro camino y a ser respetado de igual forma en el rumbo que decidamos tomar. “El gobierno debe ser neutral acerca de lo que pudiera llamarse el problema de la buena vida” (Dworkin, 1983: 148). Cada individuo debe y es libre de decidir por sí mismo cual es la opción de vida buena que cree más correcta o deseable según sus propios valores o intuiciones morales, religiosas, económicas, etc. Liberalismo, igualdad y pluralidad El liberalismo como concepción política ha estado presente desde la formación de nuestro país como república independiente, siendo fundamental no sólo para la formación de un Estado laico, sino que también como forjador de los posteriores clivajes que generarían un nuevo arraigo hacia los principios de igualdad, justicia y libertad. Pero a lo largo de los años, es posible ver que se pierde a veces el verdadero sentido del ser liberal, produciéndose cierta distorsión entre las decisiones o caminos liberales y el argumento real del liberalismo como ideal político. Bajo estos términos es necesario argumentar qué sentido tiene el generar valores liberales, y además demostrar a la sociedad chilena cuales son los errores que el sistema político ha establecido al intentar seguir los lineamientos liberales. Esto debido a que una comprensión más profunda de una moral política como el liberalismo, ayudaría a enriquecer el debate y la vida política en general, ya que torna más seria 94 Academia Balmaceda cada discusión al tener que recurrir a argumentos más y mejor elaborados que simples discusiones técnicas sobre temas particulares. “La perspectiva liberal dominante concibe a la democracia liberal únicamente como un conjunto de procedimientos, cuyo fin consiste en procesar la pluralidad de opiniones y de intereses de los individuos. Considera que esa concepción tiene efectos extremadamente perniciosos, pues evita cualquier dimensión ética y conduce a una visión exclusivamente instrumental de lo político” (Mouffe, 1999:19). En este apartado intentaremos exponer al liberalismo bajo los términos de la igualdad y la pluralidad, lo que pueda brindar en primer lugar una construcción política social que permita igualdad de derechos en los individuos, pero que finalmente respete y encamine derechos que logren desarrollar el pluralismo en la sociedad chilena, siendo esto la base de una democracia actual. De esta manera partimos de la premisa de un cambio de paradigma en el siglo XX, el cual toma la iniciativa en la conquista de nuevos derechos y una profunda preocupación por el colectivo, la aceptación y establecimiento de la diversidad como modelo de vida, dando paso a este siglo como la conquista hacia los derechos de culturas y su empoderamiento en el ámbito político tanto nacional como internacional. (Touraine, 2001: 15-17). Establecemos el término pluralidad dentro del debate del liberalismo y como argumento necesario para la generación de la verdadera política (Arendt, 1997: 1-2). Siendo esto lo que permitió dejar atrás las antiguas ideas de que el hombre era un zoon politikon, es decir, que su condición social y política era inherente a la naturaleza humana. En cambio, se inicia el desarrollo contractual del hombre como parte de un proceso en base a la relación con los otros, lo cual genera las condiciones 95 Academia Balmaceda necesarias para el verdadero camino político. En este sentido, la sociabilización del hombre no sería dada por naturaleza, sino que responde a una creación humana que se establece mediante un contrato tácito entre las personas, el cual crea los ámbitos de la sociedad y la política. Esta integración de término relación entre los seres humanos, es finalmente la que encamina la integración de los demás pares, pero dando un eco hacia la comprensión social de quienes componen dicha interacción. La sociedad en su conjunto no establecerá los límites de qué es lo normal sino que abarcará las diversas áreas del ordenamiento social, vinculando la generalidad con la particularidad de los individuos, permitiendo así el desarrollo de la acción política real y coherente y no la mera administración del aparataje del Estado. El Estado, a partir de los procesos de democratización, inició un compromiso a priori con las diferenciaciones de todo tipo que pueden presentarse en la sociedad, y no sólo como proveedor de bienes y servicios o generador de políticas públicas. Este nuevo rol parte de la premisa de una legitimidad desde la legalización de los derechos de igualdad y el fomento a los Derechos Humanos, pero no catalogando a los individuos como seres idénticos en el sentido de que todos tengan la misma idea de vida buena. El liberalismo entra en juego, desde el momento en que se asume que defiende lo que Rawls llama el primer principio de justicia: “toda persona que participe en una práctica, o se ve afectada por ella, tiene igual derecho a la libertad más amplia que sea compatible con igual libertad para todos” (Rawls, 1984: 7). Vemos que la noción de igualdad del liberalismo planteada anteriormente, se condice con este principio de justicia ya que implica una igual consideración a las personas en cuanto a brindar el mismo respeto a cada uno. 96 Academia Balmaceda La libertad no debería, a nivel político y social, establecerse sólo bajo argumentos igualitaristas, sino que incluir y aceptar a la diversidad de los individuos y enfocarse en la defensa global del respeto a la pluralidad. “una comunidad política moderna y democrática ya no puede organizarse en torno a una visión del bien común, entendida esta como ente sustancial; la reactivación de la idea de ciudadanía no puede darse a costa del sacrificio de la libertad individual.” (Arendt, 1997: 9). Finalmente es necesario definir que bajo el contexto chileno, después de la apertura democrática en 1990 y durante los casi veinticinco años que llevamos de democracia representativa, aún existen partes del aparataje del sistema político que no coinciden con argumentos profesados por el liberalismo que aquí planteamos, tales como el sistema electoral, el cual ha establecido su desarrollo en torno a una proporcionalidad que para muchos, no es ni justa ni democrática. El sistema político chileno de hoy Consideramos como sistema político a la forma en que el sistema distribuye valores que la sociedad considera útiles como el dinero, la educación, el poder, etc., mediante un sistema normativo capaz de imponer sanciones y distinguir a las interacciones políticas del resto de las interacciones sociales, predominantemente hacia la asignación autoritaria de valores para una sociedad (Easton, 1953: 80-86). El Estado chileno establece la separación básica de los tres poderes del Estado, legislativo, ejecutivo y judicial, procurando la independencia y autonomía de cada uno de ellos. Pero más allá de esto, actualmente nuestro sistema político, está sustentado básicamente en lo que llamaremos, tres pilares fundamentales: un presidencialismo fuerte, 97 Academia Balmaceda un Estado que no siempre mantiene neutralidad en cuanto a la defensa o promoción de una noción de vida buena y por último, un sistema de partidos que tiende a la inmovilidad y a la agrupación en dos grandes coaliciones. Chile se puede definir como un país presidencialista, debido a que amplios y diversos poderes son acumulados por el presidente de la República en conformidad con la Constitución vigente. El Presidente es más que el mayor funcionario público o el detentor de la máxima magistratura, es la expresión y símbolo del Estado y la unidad de la Nación. Un ejemplo claro es la existencia de materias legislativas que son iniciativa exclusiva del presidente. Pero además de las facultades exclusivas, el presidente es jefe de gobierno y de Estado. Todo esto hace que la imagen de autoridad que proyecta en la sociedad sea muy fuerte, al igual que las expectativas y presiones que se le confían. El segundo punto tiene que ver con la neutralidad del Estado chileno sobre la defensa y/o promoción de una idea de vida buena. Podemos ver que en muchas ocasiones ésta condición de neutralidad se pierde, cuestión que se contradice con la función del Estado desde una perspectiva liberal. Un claro ejemplo de esta contradicción la encontramos en la Constitución Política, base de la institucionalidad chilena y de la concepción que da origen al Estado, en donde hay señales claras de la toma de posición del Estado sobre una determinada noción de vida buena, una de las cuales establece como núcleo de la sociedad a la familia y manifiesta la obligación del Estado chileno de protegerla y fortalecerla. Esto indudablemente responde a una interpretación puntual del valor de la familia como pilar de la sociedad, pero no significa que esta interpretación es necesariamente la de todas las personas, ya que es una preferencia interna que se hace externa al momento de plasmarse en la Constitución (Dworkin, 1983: 156 - 158). Esta idea de la familia como núcleo de la sociedad, viene de una 98 Academia Balmaceda concepción religiosa, que podemos encontrar en las directrices expresadas en el Concilio Vaticano II en la constitución pastoral “Gaudium et spes”, donde el matrimonio y la familia se plantean como instituciones sagradas, que deben ser cuidadas y difundidas debido a que el bienestar social y personal dependen estrechamente de la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar (Concilio Ecuménico Vaticano II). Es claro que al abrazar en la Constitución Política la noción de vida buena de un ideal religioso particular, el Estado abandona la neutralidad en cuanto a manifestarse a favor o en contra de una idea de vida buena, estableciendo implícitamente que el resto de las nociones que puedan existir en nuestra sociedad, en cuanto a su interpretación de la relevancia de la familia, no cuentan con el apoyo o protección del Estado para su práctica y desarrollo, en donde el Estado ha perdido su neutralidad y ha negado la pluralidad de los individuos al manifestarse y tomar posición al respecto. El tercer pilar es el sistema de partidos. Según Dieter Nohlen, un sistema de partidos corresponde a la composición estructural de la totalidad de los partidos pertenecientes a un Estado, donde podemos destacar los siguientes elementos básicos: el número de partidos, su tamaño, distancia ideológica, pautas de interacción, relación con la sociedad y con grupos específico y su actitud frente al sistema político (Nohlen, 2004: 158). Desde 1989 el sistema de partidos políticos chileno ha estado constituido por dos grandes coaliciones: Por una parte, la Concertación de Partidos por la Democracia, de centroizquierda, conformada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido Socialista (PS), el Partido Por la Democracia (PPD) y el Partido Radical Socialdemócrata (PRSD).3 Y por otra, la Alianza por Chile, constituida por los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y 3 Hoy llamada Nueva Mayoría que incluye al Partido Comunista como alianza de gobierno de la Presidente Michelle Bachelet. 99 Academia Balmaceda Renovación Nacional (RN).4 Para Samuel Valenzuela, los partidos que surgieron en el periodo post-autoritario reprodujeron la estructura del sistema partidario previo a 1973, siguiendo los clivajes políticos presentes hasta ese instante. Esto dio cuenta del fracaso del régimen autoritario para evitar que los partidos políticos volviesen a alcanzar protagonismo, pues los responsabilizaban del colapso de la democracia. Las dos grandes coaliciones actualmente existentes en el sistema de partidos chilenos copan los cargos de representación, dividiéndolos casi por la mitad, y siendo las únicas fuerzas políticas capaces de alcanzar la presidencia de la república, por lo que diversos sectores políticos más pequeños que no forman parte de ninguna de estas dos coaliciones, quedan prácticamente fuera de la participación política sin poder acceder a cargos electos o designados. Esto genera grados de exclusión y concentración de poder cuestionables desde el punto de vista de la representación que la pluralidad de actores e intereses que toda sociedad debe tener. Sistema binominal Uno de los factores más significativos, sino el más importante, para explicar la existencia de dos grandes coaliciones en Chile es el sistema electoral binominal, el cual tiene su origen como enclave del autoritarismo (Garretón, 1999) y que permitió que parte de la clase política que apoyaba la dictadura de Pinochet logrará mantener puestos de poder tanto en el Congreso como en los municipios. La legitimidad del sistema binominal es determinada por la clasificación que le den los autores, Navia 2005 y Altman 2005, por ejemplo, lo enmarcan como un sistema proporcional, pero con la magnitud de distrito más baja de esa clasificación, Campos (2009) 4 Hoy conocida como Alianza que incorpora nuevas agrupaciones como Amplitud y Evopoli. 100 Academia Balmaceda dentro de la familia de los sistema semi-mayoritarios y Tironi (1999) y Garretón (2006) lo definen como un sistema mayoritario binominal. El territorio nacional está dividido en 60 distritos y 19 circunscripciones donde se eligen dos representantes en cada uno de ellos, conformando una Cámara de 120 diputados y un Senado de 38 personeros electos. La primera mayoría obtiene los dos cupos sólo si dobla a la primera minoría en número de votos. En cualquier otro caso, cada lista obtiene un representante. Los partidos políticos o coaliciones situados por debajo de los dos mayores, quedan sin representación independiente del porcentaje de votos que alcance. Dentro del análisis del sistema binominal es posible identificar dos posturas, las cuales difieren de las consecuencias que ha traído este al sistema político en general. La primera es la planteada por los sectores conservadores del país con sus respectivos partidos políticos y organizaciones no gubernamentales tales como la UDI y Libertad y Desarrollo, las cuales evalúan al binominal por el statu quo y la “estabilidad” que le ha generado a la clase política durante veinte años. Mientras sectores políticos más radicales como el PC, argumentan la falta de legitimidad del sistema (al ser creado en periodos de dictadura) y que no permite la entrada de otros actores sociales que no estén coalicionados con la Concertación o la Alianza. Finalmente más que buscar dañar a los partidos de izquierda o sobrerepresentar a los partidos de derecha, el diseñador electoral de Chile buscó hacer particularmente difícil la posibilidad de transformar una mayoría electoral en un control mayoritario en el número de escaños en 101 Academia Balmaceda cada distrito. Así, el sistema fue diseñado como un seguro contra las mayorías. (Navia, 2004).5 Liberalismo y el sistema binominal A lo largo de este trabajo, hemos expuesto nuestra noción de liberalismo en torno a las ideas de pluralidad e igualdad, las cuales fueron desarrolladas por Arendt y Rawls respectivamente y se situaron como formas de entender al liberalismo no solo bajo la adquisición de Derechos políticos (Ilustración) sino al derecho de ser iguales (Derechos Humanos) y el ser diferentes (Derechos de Culturas). La pluralidad, tal como la entiende el liberalismo, es la expresión máxima de la libertad entendiéndose ésta como la comprensión a nivel socio-cultural de que los seres humanos son diferentes y que esto a su vez se vea reflejado en el espacio político. Siguiendo esta idea, se llega a la necesidad de plantear un orden político que sea capaz de incluir y acoger a cada una de las distintas posturas o visiones que existan en la pluralidad de la sociedad, siempre que éstas sean capaces de convivir y dialogar dentro del ámbito de lo político. Este criterio nos lleva a pensar de inmediato en la democracia como el régimen capaz de captar dichas diferencias y hacerlas dialogar para poder obtener políticas basadas en acuerdos, las cuales puedan ordenar temas como la educación, salud e incluso la repartición misma de bienes y servicios. Pero durante las negociaciones para el retorno a la democracia en Chile, se trataron una serie de medidas que establecían enclaves autoritarios para mantener en el poder a parte de la coalición dirigente de la dictadura militar, siendo los más importantes, los 5 Excepcionalmente el año 2013 en las elecciones Presidencial y parlamentarias La Nueva Mayoría alcanza un histórico e inusual doblaje tanto en la Cámara de diputados, como en la Cámara de Senadores. 102 Academia Balmaceda senadores designados, el nuevo mapa distrital y el sistema electoral binominal. Entonces surgen las preguntas ¿Es posible decir que es liberal nuestro sistema electoral si lo analizamos desde la idea de pluralidad expresada anteriormente? ¿Es capaz el sistema de integrar a las diferentes formas de vida buena en el ámbito de lo político? Definitivamente la respuesta es no, especialmente si observamos que el argumento central para mantenerlo es la estabilidad política lo que en la práctica ha perpetuado a dos cúpulas en el poder sin la posibilidad de que otras fuerzas políticas accedan de manera relevante durante más de veinte años. Las movilizaciones convocadas por los estudiantes durante el año 2011 reflejan en gran medida el malestar de la ciudadanía chilena hacia sus representantes, los cuales hasta ese momento no habían sido escuchados en los espacios institucionales de representación. Recién el año 2013 y como consecuencia de las movilizaciones del año 2011 en adelante, los más conocidos líderes estudiantiles alcanzaron un espacio dentro de la institucionalidad siendo electos como diputados. Los jóvenes ahora organizados por demandas en la educación son parte de un nuevo esquema político que quiere participar en la toma de decisiones a nivel país y establecer nuevos criterios hacia los cuales el país debe avanzar. Tal cual como la analogía que hace Platón sobre el Estado, estableciendo a éste como un barco al cual un capitán con conocimientos propios sobre navegación debe manejarlo, los políticos actuales han basado la toma de decisiones sobre el manejo del país a partir de criterios de conocimiento, experiencia y técnica, intentando mostrar al resto de la ciudadanía como ignorante frente a los temas que le competen a la sociedad en su conjunto. Pero es quizás el desafío del liberalismo el replantear la conducción del Estado no bajo los términos 103 Academia Balmaceda de cómo debe ser manejado sino a partir de hacia dónde quiere ser llevado. El liberalismo tiene el desafío de plantearse la nueva forma de crear esos espacios de participación pública, capaces de hacer convivir las diversas ideas sobre la vida buena y a su vez decir hacia qué modelos de desarrollo queremos llevar al país. La teoría liberal hoy no es solo comprendida como una forma de dejar en libertad de acción al hombre, sino que a partir de la diversidad de éstos es posible crear un respeto hacia toda forma de pensamiento, permitiendo el diálogo entre los diversos sectores de la sociedad dentro de un espacio público. La participación política es finalmente la bandera de lucha a la cual debe abocarse la tradición liberal. Liberalismo y libre mercado En este apartado analizaremos cómo la moral constitutiva del liberalismo se presta o no para defender el sistema económico de libre mercado. Veremos si es que la noción de igualdad expuesta anteriormente, que es constitutiva de la tradición liberal, se condice y respalda el sistema económico que actualmente impera en Chile y en prácticamente todo el mundo, de ser así, indagaremos si este respaldo es absoluto o si el liberalismo plantea algún reparo a dicho mecanismo económico, para que realmente sea congruente con la igualdad que defiende. Es preciso señalar que un sistema económico sea cual fuera, nunca es un aspecto constitutivo de ninguna moral política, ya que no es un ideal político en sí mismo, sino que es un arreglo práctico que se encamina a resolver el dilema de la distribución y producción de bienes. Es por esto que para decidir qué sistema económico se adopta en un país, es 104 Academia Balmaceda necesario en primer lugar definir qué fines se tratará de conseguir y de acuerdo a qué valores se conciben dichos fines. Creemos necesario aclarar que un arreglo institucional puede ser bueno o malo en la práctica por dos razones, la primera es que el diseño del sistema en sí, sea deficiente y a pesar de que funcione a la perfección dicho diseño no se consigan los objetivos para los cuales se pensó. La segunda causa es cuando se falla en la aplicación del diseño, es decir, que no se logra reproducir en la práctica lo que se concibió en teoría, por lo tanto es imposible lograr los objetivos para los cuales se pensó tal institución o sistema. Nuestro principal interés es referirnos al diseño del sistema y a las ideas que involucra, ya que su aplicación práctica pasa a ser en gran medida un tema de técnica y no de ideas, nos referiremos y analizaremos cómo esas ideas detrás del sistema de libre mercado se ligan o no con las ideas del liberalismo que hemos expuesto. El valor principal del liberalismo, es una idea determinada de igualdad, que tal como se planteó anteriormente, sostiene que el tratar a todos como iguales, implica que el estado mantenga una posición neutral sobre la idea de vida buena que cada uno tenga, lo que reconoce el igual derecho de todos a seguir la concepción de vida buena que crean mejor. El liberalismo entiende que si todos fuéramos exactamente iguales en nuestras preferencias y talentos, la distribución más justa e igualitaria de los bienes, es aquella que le entregue a todos exactamente lo mismo, y la producción sería aquella que satisfaga dicha demanda de bienes, que sería todo lo que requiera una persona, multiplicado por la cantidad de personas. De esta forma sería muy fácil resolver el dilema económico, ya que sólo se trataría de organizar la producción y repartición de los bienes, esto sería una burda igualdad (Dworkin, 1983: 105 Academia Balmaceda 150). Pero la realidad indica que existen diferencias entre los individuos, debido a diversas razones, la primera de ellas es la que causa desigualdades que dependen exclusivamente de las elecciones consientes de las personas y que conllevan una responsabilidad, la cual es inherente a toda decisión humana. Estas elecciones responsables se basan en el esquema propio de preferencias de cada uno, el cual puede coincidir en mucho, poco o nada con el esquema de otro, por lo que la diversidad de visiones de vida buena, es muy amplia. Ahora bien, esta responsabilidad inherente a la decisión consciente, necesariamente implica que cada decisión tenga un costo ligado a las consecuencias de la opción elegida. El segundo motivo de diferencia entre los ciudadanos, tiene relación con todo aquello que caracteriza a una persona, pero que a la vez no es responsable de poseer, es decir, aquellas diferencias que surgen producto del azar. Su manifestación radica en la desigual distribución de las habilidades y talentos que cada persona posee, esto sumado a las diferencias de origen, ya que hay personas que están más favorecidas que otras al venir al mundo en el seno de una familia de un nivel socioeconómico más alto o más bajo, lo que constituye una consecuencia del azar. Por lo tanto, todas estas diferencias son arbitrarias y nadie puede ser responsable de ellas, por lo que no es justo tener que sufrir sus consecuencias. Si sólo consideramos las preferencias que tienen las personas, nos resulta necesario concebir un sistema económico que pueda ordenar estas preferencias y que se encargue de establecer costos reales a cada elección, para que de esta forma, cada persona pueda decidir libremente, pero con plena conciencia de los costos de su decisión. De esta manera: “El mercado, si puede funcionar eficazmente, determinará el precio de cada producto, reflejando así el costo en recursos de 106 Academia Balmaceda material, labor y capital que puedan haberse aplicado para producir algo diferente que alguien desee. El costo determina cuánto debe cargarse al estado de cuenta de cada uno de los que consumen ese producto, al calcular la división igualitaria de recursos sociales. […] El mercado también le proporcionará al trabajador una medida de cuánto debiera acreditarse a su cuenta por elegir una actividad productiva en vez de holgazanear, y por preferir una actividad productiva en vez de otra” (Dworkin, 1983: 152) Las consecuencias antigualitarias de esta forma de distribuir la producción se plasman en que la oferta y demanda no se ordenan por prioridades “morales” de los individuos, sino que se demandará en primer lugar aquellas cosas que se consideren imprescindibles para la subsistencia y finalmente aquellas que complacen los placeres más privados e íntimos de cada cual. La suma de estas preferencias individuales, que se ve fuertemente determinada por aquellos que eligen realizar una actividad más demandada, y por tanto son bien remunerados, configura la medida final de la demanda, lo que terminará por definir qué y en qué medida se produce. En base a esto lógicamente se estructurarán los precios de cada bien. Éstas son las desigualdades que son producto de las decisiones libres de las personas, las que están basadas en su propia visión de vida buena, es decir, lo que cada uno concibe como aquello que lo satisface, según su propia noción de la vida. Si las únicas diferencias existentes entre los individuos fueran aquellas que se den como consecuencia de las preferencias de cada uno, entonces “la desigualdad de la fortuna monetaria sólo sería consecuencia del hecho de que las preferencias de algunos fueran más caras que las de otros, incluyendo la preferencia por el ocio en vez de la actividad productiva más lucrativa” (Dworkin, 1983: 154). Pero en el 107 Academia Balmaceda mundo real existen las otras diferencias explicadas anteriormente, aquellas dadas por la fortuna, la cual reparte los talentos y los contextos de nacimiento, los cuales establecen ventajas o desventajas arbitrarias entre las personas. En un sistema de libre mercado, estas desigualdades son capaces de generar grandes y graves consecuencias en cuanto a la justa distribución de los bienes y la producción: En atención a esto: “El liberal puede encontrar la mejor respuesta en un esquema en el que los derechos de beneficio social se financien por medio de ingresos redistribuidos y de impuestos a la herencia del tipo convencional, que redistribuye al punto rawlsiano, esto es, hasta el punto en que el grupo menos afortunado se perjudica más de lo que se beneficia con mayores redistribuciones” (Dworkin, 1983: 155). Es claro cómo la noción de igualdad del liberalismo destaca las consecuencias nefastas de aquellas desigualdades generadas por el azar y no por las decisiones consientes de las personas, por lo que es vital en un sistema económico, que se generen mecanismos redistributivos que aborden las consecuencias de la desigual distribución de talentos y de procedencia, para que los beneficios conseguidos por una posición ventajosa de origen, puedan redistribuirse y así ayudar a quienes no se vieron favorecidos por estos factores. En Chile, hace ya un par de décadas, se ha asumido que el libre mercado es una herramienta eficaz para ordenar las preferencias de las personas y estructurar la oferta y la demanda, pero es notorio que en nuestro país, existen desigualdades intolerables entre las personas, las cuales están dadas claramente por diferencias de procedencia en su mayoría, ya que son unas pocas familias quienes participan de las ganancias de las empresas y del capital, pero además, la movilidad social no es algo que se logre con facilidad, y aquellas personas que nacen en un contexto adverso, tienen un horizonte de posibilidades 108 Academia Balmaceda bastante acotado. Desde el punto de vista del liberalismo, estas desigualdades son intolerables, siendo deber del Estado procurar mecanismos redistributivos, además de una fuerte fiscalización del mercado, para que se logre mermar estas tremendas diferencias, y de esta forma lograr una sociedad más justa. Pero considerando que la gran mayoría de quienes están en posición de toma de decisiones, son justamente aquellos afortunados, resulta difícil pensar que se establezcan mecanismos redistributivos suficientes como para poder declarar que la sociedad chilena tiende a aminorar en una medida satisfactoria, los efectos de las desigualdades arbitrarias. Estos mecanismos redistributivos y una exigente fiscalización del funcionamiento del libre mercado, serían la principal demanda que el liberalismo le hace a nuestro sistema económico, el que evidentemente no se hace cargo de palear los efectos de las desigualdades que no son producto de las decisiones de las personas libres e iguales. La existencia de grandes y profundas desigualdades arbitrarias en nuestro país, están consolidadas en un círculo vicioso de marginación y desventajas latentes, que mantienen a la población fuertemente atada a los vaivenes del azar, mucho más de lo que podría admitirse como el resultado normal de la incertidumbre propia de no tener control sobre todo en nuestras vidas. La gente en Chile está demasiado condicionada por las consecuencias de hechos que no son su responsabilidad, por lo que el grado de control y responsabilidad que cada uno tiene sobre su propia vida, son bajos, de esta forma, las desigualdades “justas” que son las generadas por las opciones que libremente elegimos, no son la mayoría dentro de la gama de desigualdades en que vivimos. Es deber del Estado chileno hacerse cargo de mermar la influencia de las desigualdades arbitrarias sobre sus ciudadanos, por lo que debe brindar las herramientas y garantías necesarias para que las personas puedan hacer que sus decisiones libres sean las que determinen el curso 109 Academia Balmaceda de su vida, en mucho mayor medida que lo que actualmente lo hacen. La principal herramienta para que el Estado ayude a que las personas puedan ser realmente responsables por sus propias vidas, es la adecuada provisión de educación, instrumento fundamental en la generación de movilidad social. La educación permite que la gente pueda ser capaz de tomar mejores decisiones debido a que tendrán una mayor capacidad de análisis sobre las opciones posibles, también ayuda a que quien toma una decisión pueda tener mayor conciencia de la naturaleza de la decisión que está por tomar y de la situación contextual en que se encuentra al momento de decidir, lo que consecuentemente producirá una mejor decisión, al ser más adecuada a sus intereses y a su contexto. En el Chile actual, el problema del acceso a la educación está prácticamente solucionado, el problema que enfrenta nuestra sociedad es a qué tipo de educación se ha garantizado el acceso. La calidad es el problema más grave que existe en nuestro país, ya que sólo una mínima parte de las personas tienen acceso a una educación que podría llamarse de calidad. Es por esto que uno de los mayores desafíos que tiene el Estado chileno actualmente, es mejorar la calidad de la educación, y que esta calidad llegue a todos por igual. Esta imperiosa necesidad ha sido percibida claramente por la sociedad en su conjunto, y como consecuencia ha iniciado un proceso social que exige los cambios necesarios por parte del estado. Actualmente la educación al asumirse como un servicio, se ha sometido al funcionamiento del mercado, el cual permite y profundiza desigualdades arbitrarias. En consecuencia, es tarea fundamental del Estado chileno, corregir aquellas desigualdades que el mercado no puede y que incluso ayuda a provocar, siendo importantísimo el trabajo que se debe hacer en educación, ya que al atacar este problema, no sólo disminuirán las consecuencias de las arbitrariedades en el problema particular de tener o no una educación de calidad, sino que también, debido a la naturaleza y rol de la educación en una sociedad, mejorar las condiciones educacionales en Chile, 110 Academia Balmaceda también ayudará a disminuir muchas otras consecuencias que son producto del inevitable azar. Conclusiones y nuevos desafíos de investigación El liberalismo es una tradición política de larga data, por lo que a lo largo de los años ha podido evolucionar y profundizar sus ideas, manteniendo siempre una moral constituyente profunda y apoyada en principios constitutivos inamovibles. Estos principios constitutivos son los fines que el liberalismo busca plantear al sistema político para que éste se ordene en función de alcanzarlos, pero este ordenamiento se consigue en base a arreglos institucionales, los cuales pueden o no encaminarse a dichos fines. En este sentido, los liberales defenderán aquellos arreglos que crean que mejor se orienten a alcanzar los fines manifestados en sus principios constitutivos. El principio constitutivo del liberalismo es una idea particular de la igualdad, la cual comprende el igual respeto a la pluralidad de visiones de vida buena que las personas puedan tener dentro de una sociedad, siempre que estas visiones sean capaces de convivir entre ellas dentro del espacio público que enmarca la acción política. Esta idea de igualdad será la que brinde real libertad a los ciudadanos. La evolución de esta tradición en el mundo, y su influencia y desarrollo propio en nuestro país, han logrado que en Chile asumamos parte de este ideal político, pudiendo encontrar evidencia de su influencia en nuestras instituciones y en la estructura del sistema político en general, pero esto no quiere decir que el liberalismo esté fielmente plasmado en el sistema político nacional, por lo que muchos de los arreglos institucionales y las políticas existentes hoy en día, no se orientan hacia los fines que plantean los principios constitutivos liberales. 111 Academia Balmaceda En este trabajo analizamos dos arreglos institucionales en particular, para ver si se condecían o no con los ideales liberales, y de qué forma ocurría esto. Las instituciones elegidas fueron el sistema electoral binominal y el modelo económico de libre mercado. Pudimos ver que ambas se apartan en algún sentido de la moral liberal, el primero por no satisfacer el igual respeto a las personas, desde el momento en que cierra la puerta a la pluralidad de visiones políticas para entrar a la dinámica de toma de decisión y a los cargos de representación, lo que implica que implícita y hasta a veces explícitamente, se prefiere que sólo una parte de la pluralidad que es inherente a una sociedad moderna, se pueda expresar y ser realmente parte del sistema político. Por otro lado, vimos que el modelo económico de libre mercado es capaz de ordenar de manera aceptable las preferencias de los individuos, las cuales se manifiestan producto de decisiones conscientes y por lo tanto responsables de cada uno, lo que genera desigualdades que no son injustas ya que es natural que las personas en su diversidad y complejidad, tomen decisiones que traigan una diversidad de consecuencias analogables con la cantidad de opciones disponibles. Sin embargo, el libre mercado no es capaz de hacerse cargo de las diferencias producto de la disímil distribución de talentos y condiciones de origen de los individuos, las cuales no pueden revestir de responsabilidad alguna a quienes las padecen, ya que nunca fue opción de ellos caer en una posición desfavorable, incluso aquellos que desde su origen están en una posición ventajosa, tampoco son responsables de estar ahí. De esta forma es el Estado quien debe intervenir para reducir el espacio a las desigualdades injustas y de esta forma lograr una sociedad más igualitaria. Así como se analizaron estos dos aspectos de nuestro sistema político, podríamos hacer el mismo ejercicio con muchos otros y de gran relevancia como por ejemplo la Constitución Política, sería interesante indagar qué ideas le dan sustento real a nuestra 112 Academia Balmaceda Constitución, para de ésta forma ver “qué tan liberal es”, y así poder constatar que demandas le presenta el liberalismo a la principal institución legal de nuestro país, la cual sienta el marco más general para toda la institucionalidad. De esta forma, se hace necesario hacer un análisis exhaustivo de muchas de las ideas que hoy en día sustentan nuestra Constitución, eso permitiría ver en buena medida qué ideas realmente están ahí plasmadas y así poder generar un análisis crítico y propositivo desde el punto de vista del liberalismo sobre lo que hoy es nuestro país y lo que se requiere para seguir contruyendo los patrones de una mejor calidad de vida. 113 Academia Balmaceda BIBLIOGRAFÍA Altman, David. 2005. “Reformas al binominalismo: sistema paralelo de acumulación”. Documento de Trabajo Nº2 Instituto Ciencia política Pontificia Universidad Católica de Chile. Arendt, Hannah. 1997. ¿Qué es la política?, Parte I. Barcelona: Paidós. Arendt, Hannah. 1996. La condición humana. Barcelona: Paidos. Campos, Javiera. 2009. “El sistema electoral binominal: duro de matar”. En genoma electoral Chileno. Ediciones Universidad Diego Portales. Cavieres, Eduardo. 2001. “Anverso y reverso del liberalismo en chile, 1840-1930”. 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Valenzuela, Arturo y Samuel Valenzuela. 1983. “Los orígenes de la democracia: reflexiones teóricas sobre el caso de Chile”, Estudios Públicos 12 (primavera): 8-39. 116 Academia Balmaceda 117 Academia Balmaceda Institucionalidad parlamentaria y capacidad legislativa Una aproximación a la calidad de las mociones en el Congreso chileno Manuel Lobos1 Nicolás Diaz2 Denisse Hurtado3 E n general se entiende que dentro de una democracia moderna el Congreso cumple tres funciones básicas: representar los intereses tanto de los electores como los del país; fiscalizar, controlar y exigir transparencia de las autoridades públicas; y legislar las normativas nacionales (Escobar, 2000). Ésta última función se refiere a la participación del Parlamento en el Proceso Legislativo a través de los instrumentos que para el efecto se le otorgan. No obstante, el Legislativo normalmente no tiene un monopolio de esa función, sino que muchas veces lo comparte con otros poderes del Estado y principalmente con el Ejecutivo (Gamboa y Berríos, 2006). Como se podría pensar, el estudio del funcionamiento del Congreso ha estado en el centro de la ciencia política. La vertiente institucionalista de la disciplina se ha dedicado a estudiar elementos tales como la longevidad de los legisladores, las atribuciones del Parlamento y su institucionalización. En este último punto, la literatura iniciada por Polsby (1968) ha buscado comprender cuan estructurado y especializado debe estar el Parlamento para que éste pueda cumplir adecuadamente sus fines, y hacer viable al sistema político en su conjunto. En su clásico trabajo, Polsby señala que para que un Congreso se considere institucionalizado, debe contar con una serie de características tales como diferenciación con su ambiente o cierto grado de complejidad interna. 1 Magister en Ciencia Política. Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda. Cientista Político Pontificia Universidad Católica de Chile 3 Cientista Política Pontificia Universidad Católica de Chile 2 118 Academia Balmaceda Mediante éste trabajo buscamos adentrarnos en el rol que cumple el Parlamento dentro del sistema político chileno, indagar acerca del proceso pre-legislativo y plantear una nueva dimensión de estudio: la calidad de las mociones parlamentarias. En general la literatura de la ciencia política se dedica a estudiar las características macro del Congreso y presta poca atención al comportamiento individual de los legisladores y las capacidades reales que tienen de incidir en el proceso legislativo. En ese sentido el Parlamento viene a funcionar como una caja negra, donde bajo ciertos arreglos institucionales entran intereses y salen leyes sin conocerse lo que sucede dentro del mismo. Por otro lado, en la literatura nacional se ha puesto poca atención a las características de los proyectos de ley enviados por los congresistas, a la relación que éstos podrían tener con la calidad de las leyes o como se comparan con aquellos proyectos enviados por el Ejecutivo. De acuerdo a lo señalado anteriormente, nuestra intención es contribuir a llenar este vacío académico, proponiendo centrar el estudio politológico en la calidad de las mociones parlamentarias, considerando algunas características básicas extraídas de la Técnica Legislativa. En consecuencia, un análisis de la calidad de las mociones nos puede ayudar a develar ciertos elementos del funcionamiento de nuestro Congreso. Podríamos esperar que una moción mal redactada dificulte su proceso de discusión, y por lo tanto, hace más difícil su aprobación como ley. Al mismo tiempo, si esto se replica a nivel general, todo el órgano legislativo se podría ver afectado, puesto que se obstaculizaría la eficiencia del proceso de formación de la ley. Por el contrario, una buena moción que se regule por un adecuado método de preparación de los proyectos de ley acarrea ventajas para su tramitación. En este sentido si el proponente de la ley aporta todos los antecedentes de un problema y somete a su consideración un texto orgánicamente 119 Academia Balmaceda dispuesto, redactado en términos inequívocos, facilitará al máximo el estudio por el Congreso (Guía Práctica, 2002). Sin lugar a dudas, uno de los desafíos fundamentales hoy en día para la política no solo en Chile sino en todo el mundo, es precisamente mejorar su calidad así como también fortalecer y prestigiar sus instituciones. Tras esto se hace relevante reflexionar sobre la calidad de nuestro proceso de construcción legislativa, donde las etapas de la formación de la ley juegan un rol clave. Asimismo, la importancia de las leyes en la cultura chilena y el rol clave que juegan los medios de comunicación en la imagen pública del Congreso, sumado al desprestigio de la política permiten develar la urgencia de mejorar el funcionamiento interno del Congreso, sus productos y su relación con la ciudadanía. Este trabajo está organizado de la siguiente manera: Primero, se realiza una revisión bibliográfica del rol del Congreso chileno en el proceso de Policy-Making; en segundo lugar, se describe brevemente cómo funciona el proceso legislativo actualmente y los esfuerzos relevantes que se han realizado en el área de estudio de la calidad de las mociones parlamentarias. Luego, proponemos algunos criterios básicos de análisis en torno a la calidad de las mociones que pueden servir como punto de partida de futuras investigaciones al respecto. Concluimos con algunas reflexiones acerca de la implicancia de las mociones parlamentarias como unidad de análisis y su importancia para el estudio del Parlamento. Desde marzo de 1990 hasta marzo del 2010, 3.319 mociones fueron presentadas en la Cámara de Diputados. De éstas, solo 319 (cerca del nueve por ciento) fueron eventualmente publicadas, y el resto ha sido archivado o sigue pendiente su deliberación. Entender las dinámicas por las que pasan los proyectos de ley, que razones explican el por qué se aprueban, rechazan o archivan es fundamental y la calidad de las 120 Academia Balmaceda mociones, en tanto tópico de análisis, nos otorga una nueva perspectiva al respecto. Si bien es poco lo que se ha incursionado en ésta área, nos gustaría contribuir a su estudio y dejar algunas luces en el camino. El Congreso chileno y el proceso de policy-making El Congreso chileno ha sido caracterizado principalmente por la estabilidad de las fuerzas que lo componen dado el sistema electoral binominal (Alemán y Saiegh, 2007), y por tener una posición restringida en el proceso de Policymaking con un Ejecutivo con amplias prerrogativas y control sobre la agenda pública (Montecinos, 2003; Aninat et Al., 2006). Al respecto, Siavelis (2001) señala que en el periodo previo a la dictadura militar el poder legislativo era considerado dentro de los más fuertes de América Latina y su rol fue clave dentro del desarrollo de la democracia. La institucionalidad dejada por el régimen militar, sin embargo, apuntaba a lo contrario: a crear un ejecutivo fuerte y un poder legislativo reducido. Esto se ve demostrado en las iniciativas exclusivas de ley, las altas prerrogativas de veto y las urgencias presidenciales para las discusiones, todo lo cual constituye - a ojos del autor - un "presidencialismo exagerado". De esta forma, se podría afirmar que el Parlamento no es el principal legislador del país sino más bien es co-legislador, bajo un ajuste institucional donde el Ejecutivo puede determinar la agenda. Generalmente se ha dicho que el Parlamento actual funciona de forma "inusualmente profesional y altamente competente" en términos comparativos (Carey, 1998), basándose en criterios como la profesionalización de las carreras parlamentarias y la estabilización de los miembros de las distintas comisiones, lo que da paso a la especialización por temáticas. En relación a este último punto Ampuero señala que: 121 Academia Balmaceda "Se ve una tendencia a la especialización en materias legislativas en los últimos años, lo que se manifiesta en las consultas o servicios más específicos que los legisladores demandan por ejemplo, a la Oficina de Informaciones de la Cámara. Contrariamente a lo que sucedía hasta 1973, los diputados tienden a permanecer más tiempo en las comisiones en que fueron originalmente nombrados, a especializarse en los temas correspondientes y a emplear en las comisiones el conocimiento de sus profesiones o experiencias". La literatura ha tendido a estudiar el funcionamiento del Congreso en torno a su estabilidad y concluido de que éste está correctamente institucionalizado. Aninat et Al. señalan que en general el sistema de pesos y contrapesos que se da en el Parlamento está bien diseñado ya que ha generado estabilidad y ha producido buenos resultados macroeconómicos (aunque no tanto así en problemas valóricos o de derechos humanos). Sin embargo, poca atención se ha puesto en la literatura sobre las capacidades de los legisladores de crear y estudiar las leyes. El trabajo de Visconti (2011) resulta relevante en esta temática, ya que centra su atención en el comportamiento particular de los legisladores en su productividad, concluyendo que ésta ha venido aumentando con el pasar de los años. Cuando Polsby (1968) pregunta acerca de la complejidad interna del Parlamento estadounidense como variable de institucionalización, hace alusión al presupuesto interno y a la cantidad de staff legislativo porque sabe que una correcta asesoría permitiría el desempeño correcto de sus funciones. Constituye una pregunta importante saber si existen razones o no para pensar que el Congreso chileno tiene problemas de recursos. Sí bien no se ha sistematizado el presupuesto del Parlamento, algunos autores dan cuenta de las problemáticas del poder legislativo. Como señala Montecinos (2003), dado la institucionalidad vigente desde el 122 Academia Balmaceda retorno de la democracia, el Parlamento ha tenido una variedad de problemas: "La rama legislativa, que el gobierno militar transfirió de la capital a Valparaíso en un intento de incrementar la descentralización, está ahora crónicamente afectada por una falta de recursos: limitadas oportunidades para introducir o modificar legislación, insuficiente acceso a asesoría y tiempo para estudiar y debatir la legislación, pocos recursos informacionales y de staff, inadecuado acceso a fondos públicos para satisfacer necesidades de sus electores, poca influencia en el proceso presupuestario, y limitadas capacidades de vigilancia sobre las acciones gubernamentales." Según la autora, la consecuencia de esta falta de asesoría y recursos es que los parlamentarios dependan cada vez más de los think-tanks asociados a los partidos políticos y otras organizaciones no oficiales. La opinión de que el poder Legislativo tiene un insuficiente acceso a asesoría parece ser compartido por los parlamentarios. En una encuesta a miembros del Senado, Nolte (2002) muestra que el 61% piensa que las comisiones no cuentan con el apoyo administrativo y de asesoría suficientes. La asistencia técnica-legislativa del Senado es considerado el servicio peor evaluado por los parlamentarios, con una nota de 6,2 en una escala del 1 al 10. La evidencia parece señalar que los legisladores podrían no contar con las herramientas necesarias para crear y discutir las leyes. No obstante hay quienes consideran que si existen numerosas fuentes de información y recursos disponibles dentro de las cámaras. Por ejemplo, el perfil profesional de los diputados y senadores (la mayoría son abogados), experiencias previas en servicios públicos, presencia de invitados y especialistas en las comisiones permanentes, Seminarios, Jornadas Temáticas, asesorías externas administradas por la Oficina de Informaciones de la Cámara, además de los servicios de la 123 Academia Balmaceda Biblioteca del Congreso Nacional, “si a todos estos recursos se agregan los que ofrece internet y aquellos de que se dispone a través de la red interna o intranet, el argumento de que al Congreso le falta información para legislar o conocimientos especializados se debilita significativamente” (Ampuero, 2005). El comportamiento y los resultados de un Parlamento están fuertemente influenciados por la capacidad tecno-burocrática de la institución y el tipo de relaciones que tiene con el Ejecutivo. (Escobar, 2002). Se podría especular que las deficiencias en los servicios de asesoría institucional e incluso la inexistencia de oficinas permanentes que apoyen a los legisladores en su tarea de “hacer las leyes” sumado al predominio y capacidad del Ejecutivo en cuanto al manejo de información, conocimiento técnico y opinión experta (Ampuero, 2002) podrían ser motivos para pensar que muchas veces las mociones que promueven son de poca calidad y contienen importantes deficiencias, las que pueden tener efecto después en las leyes que se aprueban. A continuación hacemos una revisión de cómo funciona el proceso legislativo en Chile y como ha sido abarcado el tema de la calidad. El proceso legislativo y la calidad de las mociones en Chile El procedimiento legislativo que sigue la formación de la ley en nuestro país comporta una serie de trámites que pueden dividirse esquemáticamente en tres fases o etapas: (1) iniciativa; (2) constitutiva o central; (3) integrativa o conclusiva. El proceso comienza con la iniciativa legislativa. Esta facultad se constituye como el “poder de iniciar las leyes” que tienen los congresistas (senadores y diputados) así como también el Ejecutivo, quien de acuerdo a la Constitución en su artículo 32 (1) tiene la atribución especial de ser “co-legislador”, concurriendo así al proceso 124 Academia Balmaceda de formación de las leyes. De esta manera, de ambos poderes públicos depende la formulación de las leyes que el país necesita para su desarrollo y juntos representan la voluntad de la nación (Tapia, 1960). La iniciativa legislativa es el mecanismo que pone en movimiento el procedimiento de formación de la ley. El contenido de esta importante etapa, queda fijado en las disposiciones constitucionales tales como en el art. 65 de la CPR donde se establece que las leyes pueden tener origen en la Cámara de Diputados o en el Senado, por mensaje que dirija el Presidente de la República o por moción de cualquiera de sus miembros. Por otro lado, se indica que las mociones no pueden ser firmadas por más de 10 diputados ni por más de 5 senadores. Además debe considerarse que un proyecto de ley debe obligatoriamente presentarse a una de las dos Cámaras que conforman el Congreso Nacional para su tramitación. La Cámara de acogida del proyecto recibe el nombre de Cámara de Origen, en tanto la otra pasa a constituirse como Cámara Revisora (BCN, 2011). Ahora bien, es importante señalar que hay determinadas materias que pueden originarse en el Ejecutivo, en la Cámara o en el Senado de manera exclusiva. De acuerdo a esto, es importante a la hora de examinar los proyectos de ley, tener presente qué materias pueden originarse en cada uno de los órganos legisladores. En la etapa constitutiva se produce el estudio, análisis y deliberación que hacen las Cámaras del proyecto de ley y es donde se fija su contenido. En esta etapa el proyecto pasa por diferentes trámites y discusiones así como también puede circular en una o más comisiones diferentes para su estudio particular y más profundo. En esta etapa el proyecto pasa por dos grandes momentos: su evaluación en el Parlamento y en el Ejecutivo (Bronfman y Oelkers, 2002). De acuerdo a esto, es en esta etapa donde se evidencia la naturaleza eminentemente política del procedimiento legislativo la que imprime con ese matiz todas las discusiones y debates que suscite la tramitación de un 125 Academia Balmaceda determinado proyecto. Asimismo, se debe destacar que es el momento en que actores de la sociedad civil puedan participar (en calidad de invitados) en el perfeccionamiento de la iniciativa legislativa a través de las Comisiones. Por último, la etapa conclusiva se cumple mediante la promulgación (la cual debe hacerse dentro del plazo de 10 días) y la publicación en el Diario Oficial del proyecto ya convertido en LEY(Guía Práctica, 2002). Hay autores que señalan la existencia de una fase pre-legislativa, previa a la fase legislativa en sí (en la que se incluirían las etapas que revisamos), la cual cubriría los diferentes momentos de gestación de un proyecto de ley. Para autores como Tapia, el proceso de preparación de los proyectos encierra una importancia mayor de la que se le concede por nuestros legisladores. Es más se puede afirmar que, de hecho es la parte más importante en la formación de las leyes (Tapia, 1960). En Chile, esta etapa no se reconoce de manera diferenciada respecto a las etapas mencionadas y a raíz de esto, no existen reglamentos ni directivas tendientes a regularla (Tapia 1960; Vergara, 1991; Bronfman y Oelkers, 2002). No obstante el único avance que se ha hecho en la materia es una Guía Práctica de Elaboración de los Proyectos de Ley, creada por la División Jurídica de la Oficina de Informaciones perteneciente a la Cámara de Diputados, en el año 2002. Como se señala en el documento, el objeto de estas directrices es la configuración formal de los anteproyectos de ley-borradores de proyectos-mediante recomendaciones de carácter técnico, formal o conceptual, sin prescribir acerca del contenido de las normas a elaborar. A pesar de su enorme utilidad, creemos que al ser solo una recomendación que sugiere una manera adecuada de preparar los proyectos de ley de origen parlamentario considerando los principios de la técnica legislativa, no ha sido mayormente considerada por quienes elaboran los proyectos, al menos en la Cámara. 126 Academia Balmaceda La problemática suscitada por este último punto origina un enorme interés investigativo y en este sentido, podríamos sugerir la siguiente pregunta ¿Cabe someter a test los proyectos de ley antes del inicio de su tramitación parlamentaria? Nuestra respuesta a priori es sí. Consideramos que es claramente necesaria la existencia de una fase prelegislativa dentro del proceso de formación de las leyes en nuestro país, en la cual se examine el anteproyecto de ley basados en ciertos criterios formales, legales o técnicos que permitan perfeccionar la idea legislativa y dotarla de coherencia y calidad con el fin de dar una buena solución al problema público al que se intenta responder. El hecho de que el examen pre-legislativo de los proyectos no esté regulado en nuestro país nos hace especular sobre una serie de interrogantes. Por ejemplo, ¿tiene esto alguna relación con los problemas técnicos, legales o formales que tienen ciertos proyectos de ley principalmente de origen parlamentario?, ¿será que no es importante para senadores y diputados elaborar proyectos de buena calidad en una etapa pre-legislativa, porque estarían más preocupados por ejemplo de los réditos electorales que les trae el solo hecho de proponer ciertas mociones que no tienen como fin convertirse en leyes? Ciertamente la problemática no es reciente. Para autores como Jorge Valdés Tapia, quien en su pionera investigación “La técnica legislativa” (1960) sugiere la existencia de ciertas fallas del procedimiento legislativo chileno y particularmente de vicios de la legislación, derivados de la inexistencia de un adecuado método de preparación de los proyectos de ley. Resulta bastante interesante e incluso anecdótica su ilustración del parlamento chileno de esos años. No obstante, es preciso destacar que no se pretende con tal descripción extender las críticas del autor al funcionamiento actual de nuestro Congreso, lo cual por cierto necesitaría una acuciosa investigación para comprobar si dichas fallas se siguen dando en su totalidad. 127 Academia Balmaceda Según Tapia, “la probabilidad normal de dictar buenas leyes depende, fundamentalmente, de tres requisitos: 1) una buena preparación de los proyectos de ley; 2) posibilidad de discutirlos con madurez y serenidad en el seno del Congreso; y 3) cierta relativa celeridad en su aprobación, a fin de asegurar su vigencia oportuna” (Tapia, 1960). El autor realiza un análisis bastante crítico sobre la tramitación de las leyes en nuestro Congreso al año 1960 y al respecto considera que por ejemplo, no se cumple con los requisitos formales de los proyectos de ley los que presentan fallas en su aspectos materiales y substanciales, provocadas principalmente por el desconocimiento de los principios de la técnica legislativa. A esto, agrega que no solo esto ha sido causa de la “mala legislación chilena”, sino que también se agregan los vicios políticos y el interés por conservar el status quo sumado al desinterés por el estado de la legislación. Respecto a estos vicios el autor señala algunos tales como la falta de conocimientos técnico-legislativo para la preparación de los proyectos de ley, con esto apunta a que el cumplimiento de las disposiciones que establecen tanto los Reglamentos de las Cámaras como la LOC4 del Congreso mejoraría notablemente el aspecto formal de las proposiciones de ley; no obstante, la gran mayoría de los parlamentarios parece ignorarlas. Es más a nadie parece preocupar el aspecto formal de los proyectos, la disposición de su articulado, su redacción y la claridad del texto. Todo el interés se centra en su contenido. Ante esto indica: “En estas circunstancias no es de extrañar que los proyectos sean presentados de cualquier manera, a veces borroneados en un trozo de papel, sin orden, con defectos sintácticos y ortográficos, mal fundamentados y a veces, lisa y llanamente, sin 4 Ley Orgánica Constitucional 128 Academia Balmaceda exposición de motivos ¡para que referirse a la falta de conocimiento del problema que se pretende solucionar con el proyecto! Basta una noción somera y general acerca de él, o la comprobación de alguna de sus consecuencias importantes y se cree estar en condiciones de espetar una iniciativa cuyos efectos pueden ser más perniciosos que los ya sufridos”. (Tapia, 1960) A lo anterior se suma la sobre explotación del derecho a iniciativa legislativa. Desde el punto de vista cuantitativo, el ejercicio del derecho a iniciativa en nuestro Congreso, sin ser exagerado, excede en mucho su capacidad de trabajo. Lo atestiguan los miles de proyectos pendientes que guardan las Cámaras y que disminuyen solo en ocasiones en que se archivan varios cientos de ellos por haber perdido su oportunidad. Y agrega que son principalmente los parlamentarios quienes mayor uso hacen de la iniciativa legal; sin embargo, “desgraciadamente”, la gran mayoría de los proyectos que presentan se refieren a asuntos de interés particular. Asimismo, la Legislación de acuerdo a las circunstancias también resulta ser un tema interesante en su análisis. Señala: “una de las características de nuestra legislación es su carácter apremiante: se legisla frente a hechos consumados. No se quiere tanto prevenir para el futuro como curar o paliar los problemas presentes en el país. Se actúa bajo presión de lo inminente y nada importa tanto como el rápido despacho de una ley cuya aplicación acertada queda al arbitrio de los ejecutores administrativos” La Mala redacción de las leyes también resulta ser un tema preocupante y al parecer este es el vicio más corriente. El apresuramiento con el que se discuten y la excesiva preocupación por los efectos inmediatos de los proyectos que se estudian, provocan la 129 Academia Balmaceda aprobación de disposiciones en que la gramática es relegada a un plano de absoluta indiferencia. Al respecto cabe señalar algunas conclusiones señaladas por el Seminario de Técnica Legislativa realizado en octubre de este año por la Academia Parlamentaria y la Cámara de Diputados, donde uno de los expositores señala sobre el lenguaje de las leyes “los problemas del lenguaje de las normas radica en una redacción descuidada que atenta contra las normas ortográficas y gramaticales (puntuación, acentos, concordancias verbales o significado de palabras); redacción complicada (sobre utilización de grandes oraciones-párrafo, que enmarañan el contenido de la norma y confunden su interpretación); redacción confusa (utilización de demasiada terminología especializada, inflada de siglas y ejemplos que no clarifican mucho); y redacción pretenciosa (la cual ofrece más información de la necesaria para comprender el contenido de la norma, apego a fórmulas estereotipadas, invención de nuevas palabras y verbos, etc.) Por último, la Legislación por referencia también se constituye en un vicio para el autor aunque en tanto recurso de la técnica legislativa, su uso es lícito. Esta modalidad de redacción de las disposiciones legales se justifica en atención a que, de otra manera, habría que intercalar íntegramente los textos a los que se hace referencia, lo que aumentaría gradualmente la extensión de la ley. Este sistema es usual en aquellas leyes o proyectos de ley que modifican o aclaran el sentido de otras leyes. Sin embargo, este método es un vicio más del Congreso que hace confusas nuestras leyes y dificulta su aplicación. Ahora bien, tomando en consideración los problemas que denota el estudio pionero de Tapia Valdés, el que existiesen regulaciones o instancias que se constituyeran como apoyo a los legisladores para preparar sus proyectos de ley, podría ser altamente beneficioso para mejorar la calidad de los proyectos (Vergara 1991). Asimismo, un buen 130 Academia Balmaceda método de preparación de los proyectos de ley, acarrea ventajas para su tramitación (Tapia, 1960). En este último punto, es preciso indicar que hay autores como Bronfmann y Oelkers, que han llamado la atención sobre la necesidad de “evaluar las leyes” tanto en su etapa prelegislativa como en las siguientes etapas del proceso de formación de las leyes en Chile, por los beneficios que esto traería en la eficiencia y capacidad legislativa del Congreso. Los autores plantean que la evaluación en su fase pre-legislativa, es la actividad evaluadora que es posible realizar sobre la primera idea legislativa, antes que sea concretada en un proyecto de ley. De acuerdo a esto, resultaría conveniente someter el borrador a una sucinta revisión, que procure no solo afinar sus contenidos sino que preparar su ulterior evaluación por parte de quienes no han participado en su elaboración. Sin perjuicio de otros posibles campos, una evaluación mínima debiera considerar un análisis económico, jurídico, administrativo (u organizacional) y social (Bronfman y Oelkers, 2002). En definitiva, la labor evaluativa en esta fase sería determinante para el éxito de un proyecto por varias razones. Una de ellas, es que la idea básica para acometer el problema y el ámbito de la solución propuesta quedan determinados en gran medida en esta etapa. Por otro lado, evaluar el proyecto en esta etapa sirve para visualizar de manera global las ventajas e inconvenientes de las propuestas legislativas. En consecuencia, quien promueve el proyecto en una primera etapa, debe conocer de manera anticipada sus probables consecuencias y no encontrarse con éstas solo en la fase de debate parlamentario, instancia donde a veces no hay suficiente tiempo para corregir errores importantes. Notemos que una vez redactado el texto inicial de un proyecto de ley suelen ponerse en movimiento unas fuerzas políticas que aunque encausables, son muy difíciles de detener (Bronfman y Oelkers, 2002). A pesar de la ausencia de directivas o regulaciones específicas en la preparación de la ley sí existen algunas disposiciones reglamentarias 131 Academia Balmaceda relacionadas con la manera en que deben presentarse las mociones y que están contenidas en la Constitución Política, en la Ley Orgánica del Congreso y en el Reglamento de la Cámara de Diputados. No obstante, solo son generales y no van al problema de la calidad o consistencia del proyecto ni menos esbozan una estructura estandarizada para presentar una moción o mensaje. Ahora bien, el procedimiento de elaboración de un proyecto de ley al menos supone la utilización de una serie de antecedentes que permiten producir una ley que produzca buenos resultados y que van desde la comprobación inicial de un problema social o particular, de cualquier naturaleza, solucionable por los medios que franquea una ley, hasta la redacción de proyectos pertinentes en términos jurídicos y técnicos correctos y su presentación ante la Cámara respectiva (Guía Práctica, 2002) Algunos criterios propuestos Anteriormente planteamos la necesidad de someter a prueba los proyectos de ley para mejorar nuestra comprensión del Congreso. Asimismo, hemos considerado a priori que sería de gran utilidad revisar los proyectos de ley antes de que se presenten así como también pedirles que cumplan con una serie de criterios básicos que garanticen su eficiencia y calidad. Si partimos de la premisa que el fin principal de los Proyectos de Ley, ya sea de origen parlamentario o Ejecutivo, es convertirse en Leyes, parece interesante preguntarse también acerca de los factores o elementos que permitirían gestar un buen proyecto de ley. Como respuesta a esta pregunta y a la problemática establecida en el comienzo de éste trabajo, hemos elaborado una serie de criterios que nos permiten dar algunas luces sobre la posibilidad de evaluar o testear los proyectos de ley que vienen del Congreso antes que estos inicien el 132 Academia Balmaceda trámite legislativo, con el fin de que tanto la forma como el contenido de éstos se adecúen a un formato básico. Debe tenerse presente que estos criterios no son exhaustivos sino que son solamente una primera aproximación teórica a la materia además son totalmente complementarios a la utilización de la técnica legislativa, cuyo desarrollo es bastante reciente en nuestro país. Antes de explicar nuestra categorización, es preciso indicar que no se puede dejar de lado la naturaleza política del proceso legislativo. De acuerdo a esto, debemos tomar en cuenta que ciertos proyectos pueden no ser “buenos” desde el punto de vista que estamos planteando, sin embargo pueden convertirse finalmente en leyes. De esta manera, somos conscientes al comprender que no necesariamente los criterios que sugerimos son determinantes en el éxito de una moción, ya que muchas veces los criterios políticos son mucho más fundamentales. La Tabla 1 plantea un conjunto de criterios que hemos elaborado en base a las contribuciones del curso Función y Asesoría Parlamentaria (Profesor Hernán Ampuero), PUC 2011; y a lo expuesto por los profesores Alan Bronfman y Osvaldo Oelkers en “La evaluación de las Leyes”, PUCV-CEAL. Estos criterios podrían ser útiles para quienes se encargan de preparar los proyectos de ley de origen parlamentario, ya sean senadores o diputados así como también sus staff de asesores. Tabla 1: Criterios Propuestos para el Examen de un Proyecto de Origen Parlamentario Categoría Formal Categoría Legal Categoría Técnica Estructura Examen de Orden Jurídico Administración y Gestión Conceptualización Examen de Constitucionalidad Beneficios Sociales Redacción y Ortografía Datos e Información 133 Academia Balmaceda Motivos y Fundamentación Fuente: Elaboración Propia. De acuerdo a lo presentado en el esquema anterior, a continuación se presentan con mayor detalle los criterios en forma de categorías de análisis y sus componentes. 1. CATEGORÍA FORMAL En esta categoría se indican los principales aspectos de tipo formal y esencial que deberían ser considerados al momento de elaborar un Proyecto de Ley, algunos relacionados con lo que se ha denominado técnica legislativa, entendiendo ésta como un conjunto de reglas tendientes a lograr una mejora y perfeccionamiento en la configuración formal de las leyes y demás normas de carácter jurídico (Cazorla, 1999). 1.1 Estructura En cuanto a este elemento, nos referimos principalmente a la necesidad vital de que el proyecto debe estar ordenado, en el sentido de constituirse como un cuerpo articulado y sistemático. En este sentido, dividir la exposición del proyecto siguiendo un plan que tienda a distinguir al menos, las partes fundamentales en las que se dividirá su contenido, contribuiría a clarificar y precisar lo que se quiere proponer, haciendo más fácil la comprensión de la idea legislativa y sus alcances. 1.2 Conceptualización y lenguaje Un proyecto de ley debe definir con precisión la manera en que entiende los conceptos que propone. Operacionalizar y definir los conceptos que se ocuparán a lo largo del proyecto, hace más fácil su 134 Academia Balmaceda comprensión por parte de quienes lo estudiarán en profundidad. De la misma manera, el uso apropiado del lenguaje y la utilización de terminología técnica, formal, legal y jurídica será necesaria en cuanto otorgue mayor precisión al contenido de los actos legislativos. Es imprescindible que los términos que se utilicen sean correspondientes con otros usados en otras leyes, para no confundir y dificultar su comprensión y posibilitar su inserción en el ordenamiento jurídico existente. (Guía Práctica, 2002) 1.3 Redacción y Ortografía La redacción de una moción, resulta un criterio útil para medir la calidad y los grados de preparación formal de un proyecto de ley. En este sentido, la norma jurídica debe ser precisa, concisa clara y no buscar más belleza literaria de la que surge de su propia naturaleza y de la correspondiente armonía (Guía Práctica, 2002) En este sentido, en términos jurídicos “un examen jurídico-formal” permite revisar la claridad de la disposición propuesta. Asimismo, una moción correctamente redactada facilita la comprensión de las ideas matrices del proyecto y permite seguir la estructura lógica y la coherencia de las disposiciones del proyecto. En este sentido, también se incluye dentro de este criterio que siga las reglas ortográficas evitando los errores gramaticales. En cuanto a este criterio no existen disposiciones reglamentarias que estandaricen o regulen la manera en que las propuestas de ley deben ser redactadas. No obstante, en el Art. 11 del Reglamento de la Cámara se indica las mociones deberán presentarse por escrito, con las firmas de no más de 10 Diputados y redactadas de manera que, en lo posible, se refieran a una sola materia y cada una de sus disposiciones se consigne en artículo separado. 135 Academia Balmaceda 1.4 Motivos y Fundamentación Esta subcategoría puede tener dos divisiones. Por un lado, con la exposición de motivos nos referimos a la necesidad de que el proyecto de ley indique de manera clara y precisa las ideas que lo originan. En este sentido, los motivos que persigue la elaboración de la ley deberían formar parte del texto del proyecto y ser redactados en términos claros y precisos en razón de que permitan delimitar por una parte, qué se busca con la idea legislativa y por la otra, qué principios o motivaciones subyacen al problema público al cual se está dando una respuesta. Es importante destacar que, la exposición clara de los motivos o ideas matrices del proyecto permite que éstos puedan ser objeto de correcciones, adiciones o indicaciones durante el proceso legislativo. Según el Art. 69 de la Constitución Política de la República, “los proyectos pueden ser objeto de correcciones y adiciones en sus trámites, pero éstas deben tener relación directa con las ideas matrices o fundamentales del proyecto”. En segundo lugar, la fundamentación de los proyectos de ley apunta a que éstos deberían incluir en el documento de la moción, una descripción de todas las dimensiones del problema público (o idea legislativa) al que se pretende dar respuesta. En este sentido, se apunta a la necesidad de diagnosticar la situación, lo cual implicaría entregar información completa y exacta de la realidad que se pretende regular, ordenada en términos del problema que se pretende resolver mediante disposiciones jurídicas (Bronfman y Oelkers, 2002). Asimismo, la fundamentación involucra el dar a conocer todas las bases teóricas que sustentan el problema y desde las cuales es posible comprender la idea legislativa. Esto se relaciona con necesidad de entregar de manera clara y ordenada, toda la documentación, fuentes y estudios que justificarían el proyecto. 136 Academia Balmaceda Es importante destacar que este criterio está explícitamente regulado institucionalmente. Por ejemplo, en el Reglamento de la Cámara, el cual dispone en su Art. 13 “En todo proyecto que requiera trámite legislativo deberá adjuntarse un informe técnico, en el que se consignarán: los fundamentos que justifiquen legislar sobre la materia”; asimismo en el Art. 14 de la LOC del Congreso se indica que “Los fundamentos de los proyectos deberán acompañarse en el mismo documento en que se presenten (…)”. No obstante estas disposiciones no se señalan aspectos relativos a la calidad de la fundamentación o a la documentación que se requiere. La razón principal por la que hemos incluido este criterio es porque resulta esencial para evaluar la calidad de una moción. Conociendo a cabalidad los fundamentos del proyecto los legisladores dispondrán de un criterio para analizar si la necesidad a la que se pretende dar respuesta es real o aparente y cuál es su verdadera dimensión. Si la necesidad resulta existente, los legisladores podrán apreciar si el proyecto propuesto es el instrumento más adecuado de intervención (Bronfman y Oelkers, 2002). 137 Academia Balmaceda 2. CATEGORÍA LEGAL 2.1 Examen de Constitucionalidad Como indica Bronfmann y Oelkers, resulta necesario como criterio de evaluación hacer un primer examen jurídico tanto del proyecto en sí como de sus normas, el cual según los autores debiera centrarse en la constitucionalidad de la norma propuesta, lo que requiere incluir un examen de la legislación y la jurisprudencia (Bronfman y Oelkers, 2002). En este sentido, la idea es que el proyecto y sus normas, no transgredan otras disposiciones constitucionales internas o internacionales (acogidas por nuestro ordenamiento jurídico; por ejemplo, aquellas que tengan rango constitucional como los Tratados de DDHH). De acuerdo a esto, se hace indispensable y primario tomar en consideración por un lado, el Art. 12 de la LOC Congreso en el que se consigna que “todo proyecto deberá presentarse en la Cámara donde pueda tener origen con arreglo a la Constitución Política y, en el caso de las mociones, en la Corporación a la que pertenezca su autor”; y por el otro, el que los proyectos de ley de origen parlamentario deben versar sobre materias exclusivas en las cuales tenga competencia el Congreso (ambas cámaras) y de acuerdo a esto el Art. 13 de la LOC Congreso es claro: “deberá darse cuenta en sesión de sala de la respectiva Cámara de todo proyecto en forma previa a su estudio por cualquier órgano de la corporación. En ningún caso se dará cuenta de mociones que se refieran a materias que, de acuerdo con la Constitución Política, deben tener origen en la otra Cámara o iniciarse exclusivamente por mensaje del Presidente de la República”. 138 Academia Balmaceda La idea tras el examen previo de constitucionalidad del proyecto (que el legislador debería realizar obligatoriamente) es la detección temprana de problemas de constitucionalidad de las normas propuestas que de manifestarse podrían restar toda eficiencia a la ley y por ende, podrían provocar la inadmisibilidad del proyecto y por ende, su fracaso como iniciativa. 2.2 Examen de Orden Jurídico En cuanto a este criterio, nos parece relevante que antes de plasmar por escrito un proyecto de ley, el legislador deba hacer un “segundo examen básico” como plantean Bronfman y Oelkers, el cual versa sobre el impacto normativo de la propuesta. En una etapa inicial, deben considerarse las áreas de colisión con otras disposiciones del ordenamiento jurídico, tanto para buscar la complementariedad como para promover su derogación expresa. De acuerdo a esto, es importante saber a priori, si los objetivos que manifiesta el proyecto no han sido satisfechos ya en proyectos anteriores; también se debe considerar la sobrepoblación del derecho legislativo (como expresan los autores) y si realmente el proyecto no provoca una colisión de normas internas. Esto resulta útil, para medir la viabilidad que tiene el proyecto, puesto que no cumplir con este criterio el proyecto puede ver obstaculizada su admisibilidad para su trámite legislativo. Es importante destacar que al respecto, el Art. 13 del Reglamento de la Cámara es claro al señalar que “en todo proyecto que requiera trámite legislativo, deberá adjuntarse un informe técnico en el que se consignarán: b) las disposiciones de la legislación vigente que se verían afectadas por el proyecto; c) la correlación del texto con el régimen normativo nacional”. 139 Academia Balmaceda 3. CATEGORÍA TECNICA Bajo este criterio se agrupan a nuestro juicio tres importantes subcategorías que son indispensables para evaluar la calidad de un proyecto de ley. Estas subcategorías apuntan a elementos un poco más operativos de la moción en sí, en su dimensión práctica. 3.1 Administración y Gestión La propuesta legislativa debe considerar en la creación del proyecto, la actividad que desplegará la administración pública en su ejecución. Cabe aquí el análisis operativo o de ejecución de la disposición que se pretende aprobar. Así, es menester conocer la disponibilidad de recursos humanos, infraestructura y en general, medios materiales y presupuestarios de la organización que recibirá el encargo de ejecutar la ley. En lo posible, debe reunirse la mayor información que sea posible acerca de la institución ejecutora para asegurar que la ley se acomode a sus condiciones y circunstancias reales. (Bronfman y Oelkers, 2002). En este sentido, cabe cuestionar el proyecto en tanto ¿se especifica quien o cómo se ejecutará la ley?, ¿se especifica cuáles son los recursos que se utilizarán y si existen? O incluso ¿se ha consultado con los organismos pertinentes la capacidad que tienen para gestionar y ejecutar el proyecto una vez en operación? La idea es que un proyecto que contenga los aspectos administrativos que indiquen cómo se ejecutará el proyecto o qué entidad será la encargada de manejarlo, permite prever su factibilidad en la práctica y hace más fácil el trabajo de las comisiones una vez que se estudia en profundidad el proyecto. 140 Academia Balmaceda 3.2 Costos y Alcance Social Muy relacionado con el criterio anterior, esta subcategoría contiene dos puntos a evaluar. En primer lugar, se apunta a la necesidad de que la propuesta legislativa considere a prori todos los costos económicos que implica llevar a cabo el proyecto. Según Bronfmann y Oelkers, al analizar los costos económicos que significará implementar el proyecto, deberá considerarse todos los costos de inversión para la implementación, costos de mantención y operación del sistema y hasta los costos de los posibles imprevistos y riesgos que puedan ocurrir. Este análisis no puede agotarse en una estimación presupuestaria referida a los gastos directos ocasionados por el proyecto (Bronfman y Oelkers, 2002). Al contrario del criterio que señalamos anteriormente, este sí tiene una disposición institucional que lo regula. La Ley Orgánica del Congreso en su Art. 14 señala: “Los fundamentos de los proyectos deberán acompañarse en el mismo documento en que se presenten, conjuntamente con los antecedentes que expliquen los gastos que pudiere importar la aplicación de sus normas, la fuente de los recursos que la iniciativa demande y la estimación de su posible monto”. No obstante, tampoco es muy clara al determinar cómo debe expresarse o indicarse la estimación de los costos; asimismo, en este punto cabe considerar que las materias presupuestarias caen en la competencia exclusiva del Ejecutivo, razón por la cual muchos de los proyectos de ley no consideran este punto. En segundo lugar, según los Profesores Bronfman y Oelkers, una evaluación social también sería útil para determinar el impacto social y así el grupo de individuos que resultará afectado por la aplicación de la 141 Academia Balmaceda ley. Para estos efectos se debe conocer el número de personas afectadas en la aplicación del proyecto y sus condiciones económicas y sociales. Según los autores, la idea es revisar la armonía entre las normas proyectadas, los fines del proyecto y las personas afectadas efectivamente por él. Si bien este segundo punto parece crucial, no está regulado en ninguna disposición reglamentaria. 3.3 Datos e Información Con este criterio nos referimos a que los proyectos de ley deberían especificar cuáles son los antecedentes que se utilizaron para la fundamentación del proyecto. Estos permiten otorgarle seriedad indicando hechos reales y concretos que se pueden verificar y que a fin de cuentas permiten sostener la idea legislativa y el problema que se pretende abarcar. Los datos deben ser de calidad así como la información que se recabe para sustentar y dar cuenta del problema. Una moción que cuente a cabalidad con todos los antecedentes del problema que quiere abarcar facilitará al máximo el estudio del proyecto por parte de la Comisión, agilizando su tramitación. Asimismo, los datos y la información permiten contextualizar el problema en la realidad, dando cuenta de la necesidad que soporta la idea legislativa. Si bien esto se podría inferir del Art. 14 de la LOC Congreso, no se indica explícitamente que deben estar presentes los antecedentes e información que se usó ni menos que éstos debiesen ser de calidad. La calidad de las mociones parlamentarias como unidad de análisis En este trabajo hemos buscado indagar en el tema de la calidad de las mociones parlamentarias intentando proponer algunos supuestos sobre el funcionamiento de nuestro sistema legislativo. La pregunta 142 Academia Balmaceda ¿qué características tienen los proyectos de ley que se presentan año a año? es compleja de responder, pero mediante una propuesta de examinar estos proyectos a la luz de criterios básicos podemos comenzar a resolverla. Evidentemente se hace necesario reflexionar también si es relevante o no tratar de dilucidar lo que implica la calidad en las mociones parlamentarias o si es simplemente un juego intelectual legislativo. Nuestra posición es que sí lo es. La intuición de cualquier observador político diría que la mayor incidencia en los temas que se discuten y aprueban en el Congreso está ligado a razones políticas de conveniencia, y si hay intereses de por medio en promover un determinado proyecto ley este se aprobará o por el contrario, se rechazará o archivará si los intereses políticos en éste no coinciden. En una entrevista realizada por nuestro equipo al Profesor Alan Bronfman, Decano de la Facultad de Derecho de la PUCV, éste señaló una serie de puntos de suma relevancia para comprender el objeto de estudio de esta investigación. En primer lugar destacó que primariamente hay que entender que hacer un proyecto de ley (moción) tiene implícito importantes cálculos políticos para los legisladores, entre los que se cuentan los tiempos o ciclos legislativos lo que implica que proliferen proyectos cortos, escasamente fundamentados, hechos rápidamente en virtud de su “oportunidad” y la necesidad de presentar su trabajo legislativo a sus electores y para esto las mociones son la herramienta formal más visible. En este sentido, los legisladores parecen más motivados en jugárselas por los votos en sus distritos, más que hacer buenos proyectos de ley que a fin de cuentas, pueden ser mejorados en su estudio posterior en las Comisiones cuando ya hayan ingresado al trámite legislativo. Muchas veces esos proyectos no tienen como fin convertirse en leyes y cuando este es el fin, perfectamente un proyecto de ley puede seguir 143 Academia Balmaceda adelante tener aprobación, haber conseguido el apoyo o consenso político para impulsarlo, a pesar de no cumplir por ejemplo con todos los criterios expuestos en este trabajo. Embarcarse en un proyecto de ley, es “pagar precios políticos” y negociar. Asimismo el profesor Bronfman destacó que los legisladores, si bien tienen una importante función en la creación de leyes que el país necesita para su funcionamiento, en varias ocasiones ésta suele ser opacada por el gran poder legislador del Ejecutivo quien es el gran propulsor de proyectos de ley que se originan en su amplia cantidad de materias de exclusividad además de la necesidad de sacar adelante en un corto periodo presidencial de cuatro año, su programa de gobierno. De acuerdo a esto, según Bronfman “en Chile los políticos se han convencido de que la mejor respuesta para los problemas públicos y para lograr sus proyectos nacionales es el Ejecutivo, el cual da una enorme cuota de poder muy superior a lo que se puede hacer desde el Legislativo”. Preguntarse acerca de la calidad de las mociones que impulsan continuamente nuestros legisladores podría revelarnos una manera de hacer política. ¿Importa realmente la calidad de las mociones parlamentarias para el legislador? ¿Qué motivos reales están tras la presentación de una moción? Ante estas interrogantes solo podemos especular. Claramente, buena parte de la política y lo que realmente sucede en los pasillos y Salas del Congreso no es visible. Gran parte del trabajo legislativo no es necesariamente hacer proyectos de ley, sino que también el trabajo de estudio en las Comisiones, el trabajo electoral, los debates sobre proyectos del Ejecutivo, sumado a las labores de intermediación política que los legisladores realizan a niveles regionales y municipales (como señala en la entrevista el Profesor Bronfman) y el hecho de que la política se basa en consensos políticos, son aspectos importantes que contextualizan la manera de hacer las 144 Academia Balmaceda leyes evidenciando la existencia de una cultura legislativa que puede ser muy diferente en otros países. Ahora bien cabe preguntarse, ¿la calidad de una moción es determinante en su aprobación como ley? ¿Qué características tienen los proyectos que se aprueban? Según el profesor Bronfman, no se podría decir con certeza si la calidad es clave; no obstante si el proyecto se constituye en un buen estudio del problema, de la respuesta, de cómo esta se inserta en nuestro ordenamiento jurídico, si está bien pensado, si se balancearon sus fortalezas y debilidades, claramente tiene mayores posibilidades de un trámite legislativo más eficiente y más rápido. Sin embargo, no debe dejarse de lado el trabajo político que orienta todo este proceso. Y en este sentido, ¿sería conveniente proponer una instancia de evaluación en la etapa de gestación de un proyecto de ley en nuestro Congreso? A nuestro juicio, nos parece que sería útil y necesario, puesto que permitiría corregir los errores de los proyectos antes que ingresen al trámite legislativo, lo que traería como consecuencia la solución previa de problemas de aplicación que el proyecto podría tener una vez convertido en Ley. Por el contrario, el énfasis institucional del Congreso ha sido enfocarse en la eficiencia de la ley y la evaluación ex post de las leyes (es decir, cuando se han aprobado orientando la discusión a los efectos que la ley en su aplicación), para cuyos efectos se han hecho varios Seminarios en la Cámara de Diputados. A esto se suma el hecho de que recientemente, se creó del Departamento de Evaluación de las leyes que se constituyó en una nueva Oficina de la Cámara en abril de este año. (La Tercera, 2011; Diario Constitucional, 2011). De acuerdo a lo que la misma Cámara indica, ésta ha asumido recientemente la tarea (y el desafío) de evaluar las leyes, bajo el concepto que, el Congreso como sistema socio-político abierto requiere de retroalimentación que informe acerca de la eficacia y eficiencia de las leyes que aprueban y de las eventuales medidas correctivas para perfeccionarlas. Resulta significativo también lo que 145 Academia Balmaceda algunos diputados señalaron en torno a la creación de esta oficina: “tenemos en Chile muchas leyes, comisiones, mucho debate, el veto, el veto aditivo, todas estas cosas que nadie entiende pero lo que no hacemos es, a posteriori, ver si las leyes fueron buenas o malas, entonces la idea fue tomar las leyes, tener una unidad en la Cámara que evalúe con la ciudadanía y dirigentes si la ley fue buena o mala para mejorar el proceso legislativo” Cámara de Diputados (2011). Sin embargo, dado que la creación de este departamento es muy reciente, aun no es posible conocer los resultados de puede tener en la retroalimentación del sistema legislativo y la calidad de las leyes. Las problemáticas presentadas también son posibles de plantear desde la economía política y los incentivos asociados al proceso legislativo. Es posible especular que si existe una constante deficiencia en la calidad de las mociones, esto puede venir dado simplemente porque los parlamentarios no tienen incentivos a generar leyes de calidad ya que estos son costosos en cuanto a asesoría y tiempo. Si lo que se legisla en el Parlamento es limitado por el poder del Ejecutivo y hay pocas capacidades de generar proyectos importantes, entonces hay poca relevancia en la calidad de lo presentado, más aún si lo que termina siendo aprobado no tiene relación con la calidad de lo presentado sino que es determinado por las negociaciones políticas previas. Los legisladores obtienen réditos políticos no por presentar mociones de calidad, sino por dar la impresión de ser un miembro activo del parlamento. Dado que la ciudadanía no presta especial atención al contenido de los proyectos, un legislador que hace gran difusión mediática y presenta un sin-número de proyectos sale más beneficiado. Éste análisis también puede ser fructífero si queremos pensar en las soluciones prácticas a las problemáticas de calidad. Si estamos convencidos de que una mayor calidad es necesaria ya que mejora el 146 Academia Balmaceda Proceso Legislativo como un todo al hacerlo más eficiente, podemos buscar configuraciones institucionales para cambiar los incentivos. Una posibilidad es establecer mayores controles dentro del Congreso a la hora de ingresar proyectos y solicitar requerimientos básicos. Otra opción más informal es que miembros de la sociedad civil desarrollen iniciativas que midan la calidad de las mociones y traigan a la luz de la ciudadanía el trabajo parlamentario, de forma similar a lo que hace la fundación Ciudadano Inteligente cuando mide los conflictos de intereses de los parlamentarios. Conclusión y nuevos desafíos de investigación Estudiar la calidad de las mociones parlamentarias es un proceso complejo porque se debe dar cuenta de la gran cantidad de particularidades que entran en juego en el proceso de hacer un proyecto. Deseamos plantear algunos pasos para empezar a aproximarse en este estudio. A partir de lo propuesto se sugiere una serie de nuevas interrogantes que valdría la pena estudiar tales como ¿cuál es la relación entre la calidad de los proyectos y la cámara donde se originan? Así, de observar diferencias en la calidad de las mociones que encontramos en la Cámara y en el Senado (lo cual podría a su vez relacionarse con aquellas que son aprobadas) esto nos revelaría elementos para una posible caracterización: ¿Son las diferencias en calidad de los proyectos producto de la experiencia política y expertise acumulada de los senadores sobre los diputados?, ¿o son el resultado de otros elementos operantes tales como el presupuesto de cada cámara o el número de actores en la negociación? Por otro lado, las preguntas podrían ir en relación a la investigación de cuál es el conjunto de razones por las cuales se archiva una moción, ¿tiene alguna relación con la calidad de las mismas? 147 Academia Balmaceda Paralelamente, sería interesante preguntarnos, a lo largo de un periodo de tiempo, si existen diferencias de calidad de los proyectos de ley de origen parlamentario y si puede ser indicio de una consolidación institucional de las funciones legislativas. Por otra parte, también sería relevante ver como se diferencia la calidad de los mensajes presidenciales con las mociones parlamentarias. Parecería a primera vista que dado el monopolio de información, recursos, conocimiento y expertise del Ejecutivo, sus mensajes son altamente profesionales en comparación con las mociones, lo que daría cuenta de la predominancia que tiene el Ejecutivo en materias legislativas y que cae en línea con la caracterización de nuestro sistema político como hiper-presidencial. De cualquier forma, consideramos que es esencial para el estudio de la política nacional que se preste atención al funcionamiento del proceso legislativo en concreto, enfocándose en qué elementos entran en juego a la hora que los parlamentarios se sientan a hacer leyes, ya que ahí es donde se instituye el núcleo básico de la política. 148 Academia Balmaceda BIBLIOGRAFÍA – Ampuero, Hernán (2002) Información Parlamentaria. Oficina de Informaciones, Cámara de Diputados. – Ampuero, Hernán (2005). La Evaluación de la Ley (o como las salchichas y las leyes deben cumplir su cometido). Informe N°489. Asuntos Públicos. – Ampuero, Hernán (2005) ¿Cuánta información necesita un diputado? La gestión de la información en la Cámara de Diputados” Revista Enfoques, N°004 Universidad Central de Chile pp. 3-21 – Ampuero, Hernán (2009) El país de las leyes. Informe N°747. Asuntos Públicos. – Aninat et Al. (2006). Political Institutions, Policymaking Processes and Policy Outcomes in Chile. Inter-American Development Bank. Research Network Working Paper R521. – Aleman, Eduardo y Saiegh, Sebastian. (2007). Legislative Preferences, Political Parties, and Coalition Unity in Chile. Comparative Politics, Vol 39, No. 3. 253-272. – Berrios, Fabiola y Ricardo Gamboa (2006), El Congreso Nacional chileno y el ejercicio de sus funciones legislativa y fiscalizadora 1990-2006. Política, N°47 – Cámara de Diputados, (2002). Guía Práctica para la elaboración de los Proyectos de Ley. Oficina de información jurídica. 149 Academia Balmaceda – Carey, John. (2002). Parties, Coalitions, and the Chilean Congress in the 1990s. Legislative Politics in Latin America. Cambridge University Press. – Díaz, Álvaro y Sebastián Soto, (2009) Legislar con eficiencia: la importancia de la evaluar las leyes. Revista Actualidad Jurídica N°19 – Escobar, Santiago (2000) La asesoría parlamentaria externa en Chile. Corporación Tiempo 2000 – Montecinos, Verónica. (2003). Economic Policy Making and Parliamentary Accountability in Chile. Democracy, Governance and Human Rights, 11. – Nolte, Detlef. (2002). Radiografía del Senado de Chile: informe de la encuesta 2002. Institut für Iberoamerika-Kunde (IIK) Hamburg. Arbeitestpapier Nr. 8 – Oelkers, Osvaldo y Alan Bronfman (eds) 2002. La evaluación de las leyes. Ediciones Universitarias de Valparaíso, Centro de Estudios y Asistencia Legislativa, PUCV. – Polsby, Nelson. (1968). The Institutionalization of the US House of Representatives. The American Political Science Review, 62. 144-168. – Siavelis, Peter (1997). Chile: las relaciones entre el poder ejecutivo y el poder legislativo después de Pinochet. En Lanzaro, Jorge (compilador), Tipos de presidencialismo y Coaliciones políticas en América Latina. Buenos Aires, Clacso. – Tapia Valdés, Jorge (1960). La Técnica Legislativa. Editorial jurídica 150 Academia Balmaceda – Visconti, Giancarlo (2011). Comportamiento Diacrónico del Congreso en Chile: ¿Crecimiento o estancamiento de su influencia? Revista de Ciencia Política, Vol. 31 N° 1. PRENSA Cámara de Diputados (2011). Con alta concurrencia se realiza el Seminario sobre Técnica Legislativa y Calidad de la Ley en la sede de Santiago de la Cámara de Diputados. 13/10/2011 La Tercera (2011). Wilson, José Miguel “Cámara de Diputados crea oficina para detectar leyes fallidas”, 18/4/2011. Diario Constitucional (2011) Cámara de Diputados crea Departamento de Evaluación de las Leyes, 19/4/2011. 151 Academia Balmaceda Artículos 152 Academia Balmaceda 153 Academia Balmaceda Cruz del Sur: un avance en la política exterior chilena1 Isabel Vergara Muñoz2 Los acuerdos económicos durante todo el siglo XX fueron la base para la cooperación entre los Estados de América Latina. Esto generó que se instaurara una serie de tratados tales como La Asociación Latinoamérica de Integración (ALADI), La Asociación Latinoamérica de Libre Comercia (ALALC) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) que finalmente no cumplieron con los objetivos macroeconómicos de generar zonas de mercados comunes ni mucho menos entablar relaciones de amistad entre los mismos. Chile a partir de los años 80 fue uno de los más reacios a participar en cualquier acuerdo que generara relaciones con sus países vecinos y comenzó a mirar hacia el Asia pacífico con el fin acordar tratados de libre comercio y generar una política de apertura económica muy acorde al modelo neoliberal implementado en dictadura. “La reciente tendencia hacia la consolidación de relaciones Comerciales por la firma de acuerdos comerciales de distinta índole entre América Latina, por un lado, y el Asia-Pacifico, por otro, tiende a facilitar la posible incorporación de empresas latinoamericanas a cadenas asiáticas en torno a China e India”. (Rosales, 2007:101). Pero durante el comienzo del milenio se generó una nueva apertura hacia la forma en que los países podrían retornar a una generación de lazos entre Estados los cuales no estaban enmarcados en materias económicas sino en la designación de misiones de paz tales como los producidos en Haití pre y post terremoto de 2010. 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de diciembre del año 2011 Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales 154 Academia Balmaceda De esta manera Chile forma parte de este nuevo escenario de unión política entre Estados, creando en julio de 2002 el Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile (CECOPAC), el cual tiene por objetivo realizar misiones de paz dentro o fuera de las zonas establecidas por la Organización de Naciones Unidas de manera solitaria o en conjunto con otros países. “El Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile (CECOPAC) surge a la luz de la Política Nacional de participación en Operaciones de Paz, como una respuesta a los esfuerzos que realiza nuestro país en pos de la mantención de la paz internacional y en la profundización de la cooperación internacional.” (Extraído desde http://www.cecopac.cl/cecopac/somos.html) A partir de este nuevo organismo Chile inició una serie de misiones de paz tales como la prestación de militares en Haití, generando nuevos incentivos regionales para formar organismos capaces de prestar ayuda en situaciones de conflicto sociales en los países más vulnerables de la región. Es así como en el año 2005 bajo el gobierno de Ricardo Lagos se desarrollaron las primeras negociaciones para la instauración de una fuerza de paz binacional conformada por los Estados argentinos y chilenos las cuales formarían parte del sistema de Naciones Unidad denominado “stand by forces” o “fuerzas en apresto” . Este nuevo organismo funcionaría bajo previa autorización del poder legislativo de ambas naciones y se denominaría Fuerza de Paz Conjunta Combinada “Cruz del Sur”. En esta minuta se analizará la puesta en marcha de Cruz del sur en nuestro país y las implicancias a nivel de política exterior que podrían generarse con el país transandino. 155 Academia Balmaceda Cruz del Sur La Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur es una unión o fuerza de paz conjunta liderada por Argentina y Chile que tiene como objetivo prestar servicios militares a las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz en las misiones realizadas por la organización. Esta propuesta fue hecha el 2005 pero solo logró concretarse el 2006 a través del memorando de entendimiento que fue iniciado el 2007 con sede Buenos Aires pero que alterna año a año su sede entre las capitales de ambas naciones. Está conformado por militares de las FFAA tanto terrestre, aéreos y navales, los cuales pertenecen a ambos Estados y pueden ser desplegadas en conjunto o modularmente. Dentro de los objetivos específicos de Cruz del Sur es posible mencionar: Comprobar las planificaciones hechas por ambos Estados y llevarlas a ejecución de manera eficaz y efectiva Integrar al grupo bilateral de dirección política al proceso de resoluciones durante una operación de paz en desarrollo. Lograr la interoperabilidad entre los estados mayores, comandos y unidades subordinadas de los distintos componentes de la fuerza de paz. Permitir que los futuros comandantes de las unidades que conforman la fuerza de paz desarrollen un alto grado de interacción que facilite el conocimiento mutuo y personal de los integrantes. Establecer los parámetros de resolución de conflictos al momento de integrar una misión de paz. Generar confianza entre las naciones participantes siendo estas Argentina-Chile y la nación a ayudar. 156 Academia Balmaceda Bajo esta lógica Cruz del Sur se ha planteado tres pilares a cumplir dentro de las primeras etapas de organización del organismo. La primera es seguir con el apoyo humanitario en Haití e involucrar a más países en las misiones de paz. En segundo lugar, que las fuerzas sean combinadas y equilibradas, es decir, mantener una hegemonía en los lineamientos de ambos países para que las actividades sean conjuntas y logren desarrollar las relaciones entre ambas Fuerzas Armadas y finalmente, que ésta sea autosustentable en el tiempo, siendo fundamental el apoyo permanente de ambas naciones a pesar de las coyunturas políticas que se presenten a lo largo del tiempo, tales como un cambio de gobierno. Contexto político Las relaciones entre Chile y Argentina han estado marcadas por una serie de conflictos de índoles territoriales, energéticas y/o políticas las cuales a pesar de estar en algunos momentos a punto de entrar en conflicto bélico no ha erosionado las relaciones de política exterior entre ambas naciones que existe en la actualidad. Es quizás por este motivo, que ambos países han sabido diferenciar ciertos temas y bajo algunas coyunturas unirse para desarrollar materias comunes dentro de la región tales como MERCOSUR, el cual a pesar de que Chile no lo integra de manera total si ha sido parte del debate y la forma en que se ha desarrollado dicho acuerdo de cooperación. “El contexto básico de las MM.C.M., en el ámbito de la Defensa entre Chile y Argentina, deriva de un proceso de acercamiento entre ambas naciones a partir del Tratado de Paz y Amistad de 1984. A lo que se suma el Acuerdo de Mendoza que prohíbe la utilización de armas químicas y biológicas y el 157 Academia Balmaceda Tratado de Tlatelolco que prohíbe el desarrollo y uso de armas nucleares en la región. (Faundes, 2009: 6) Cruz del Sur es por lo tanto una nueva forma de plantear las relaciones entre ambos países en miras a establecer lazos de confianza mutua y permitir un mejor desarrollo a las naciones para afianzarse en temas de política exterior, siendo muy importante el fin en sí mismo, que en este caso es la ayuda humanitaria a países del tercer mundo. Quizás lo más interesante a considerar es la forma en que se ha presentado este nuevo conjunto de paz ya que a pesar de las problemáticas surgidas en el gobierno de Michelle Bachelet en temas energéticos con Argentina y específicamente durante el periodo de Cristina Fernández, ambas mandatarias lograron generar acuerdos y establecer políticas comunes con Cruz del Sur y sobrepasar momentos tensos entre ambos Estados. Este hecho marca un procedente desde el punto de vista histórico y politológico. El primero porque Chile ya lleva más de 20 años de amistad con el país trasandino, los cuales preceden del conflicto del Beagle. Y en términos politológicos, porque marca un precedente de nuevas formas de integración en la zona, favoreciendo las relaciones exteriores entre ambos Estados y sobre todo fomentando la participación en temas que competen a nuestra región. Chile tiene hoy una nueva oportunidad de mirar hacia la región y dejar de lado la política anti regionalista que le ha generado una mala percepción entre los demás países de América Latina (Latinobarómetro) y ser considerado como poco amistosos por sus países limítrofes. 158 Academia Balmaceda Conclusiones La política de Estado Chileno se ha caracterizado por no priorizar los temas regionales y entrar en constante disyuntiva frente a sus países limítrofes, quienes han mantenido una política de amistad lejana (Perú y Bolivia) o solo de negociaciones comerciales en el caso de Argentina. Cruz del Sur se presenta como una oportunidad de convergencia política capaz de generar nuevos incentivos de cooperación en la región y mantener actualizadas las relaciones de amistad entre Chile y Argentina. De esta manera ambos Estados se presentan ante la región como capaces de generar nuevos niveles de organización militar pero que estén bajo el alero de Naciones Unidas y no como una carrera armamentista más. Chile y Argentina tienen la oportunidad de generar liderazgo en materia de misiones de paz en la región y concordar políticas comunes que pueden mejorar tanto su desarrollo en estrategia militar y a su vez la imagen país. Desde el punto de vista politológico las misiones de paz son un referente dentro de las teorías idealistas en las relaciones internacionales y que hoy en día renacen a partir de movimientos constructivistas que toman contextos históricos como fuentes para desarrollar nuevos liderazgos en zonas que no han tenido esa visión de modelo desarrollado. Finalmente es destacable el rápido avance que han tenido estos proyectos sobre misiones de paz, ya que en menos de 10 años Chile ha formado parte importante de los lineamientos de la ONU entre ellos los Cascos Azules lo que le ha traído gran reconocimiento internacional por parte del Naciones Unidas y en los países involucrados tales como Haití. 159 Academia Balmaceda BIBLIOGRAFÍA — Revista Kairos “Centro de estudios para la integración en América Latina”,Universidad de San Juan. Disponible en http://www.revistakairos.org/k12archivos/mendoza%20oscar.pdf — Faundes, Cristián, 2009“La Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur, análisis de las medidas de confianza mutua”. Universidad de Santiago de Chile. En http://web.usach.cl/revistaidea/revista%2012/04_IDEA.p df — Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile. En http://www.cecopac.cl/cecopac/somos.html — Rosales, O. y Kuwayama M. (2007), “América Latina al encuentro de China e India: perspectivas y desafìos en comercio e inversión”, Revista de la CEPAL, no 93, diciembre. 160 Academia Balmaceda Democracia universitaria en el debate público 1 Nicolás Díaz Amigo2 Una de las peticiones del movimiento estudiantil que menos polémica ha generado es el permitir una mayor democracia universitaria mediante la derogación de leyes que impiden la participación de estudiantes y funcionarios en la toma de decisiones. El gobierno accedió rápidamente a esta demanda cuando construía las primeras respuestas a los petitorios de la CONFECH ya que la derogación de estas leyes no significaba ningún costo concreto. Los estudiantes, quienes pusieron sus esfuerzos en seguir presionando por sus principales (y más polémicas) demandas no insistieron en la urgencia de un tema que a todas luces estaría zanjado. Por esta razón, la discusión en torno a democracia en la universidad ha pasado a segundo plano y no ha tenido mayor espacio en el debate público, más allá de un par de líneas en alguna columna o editorial periodística. Cuando los principales líderes estudiantiles se refieren a democracia universitaria, alegan que la educación debe tener dentro de sus principales funciones la formación de ciudadanos íntegros e involucrados en política. Si bien para muchos puede parecer intuitivo que la mayor participación en las decisiones de la universidad trae consecuencias positivas en la formación de los estudiantes, al ofrecerlo como único argumento nos encontramos en una posición precaria ante cualquier crítica. Fácilmente una persona de la posición contraria nos señalará que es imposible presentar evidencia de que la triestamentalidad o el cogobierno (conceptos sumamente demonizados) traen resultados positivos en la formación de ciudadanos. Si queremos formar mejores ciudadanos, quizás solo necesitamos mayores cuotas de educación cívica. 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011. Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. 161 Academia Balmaceda Incluso, los detractores podrían continuar argumentando que una mayor participación de los estudiantes generaría un peor desempeño de la universidad ya que estos no se encuentran capacitados para involucrarse, y el mismo proceso educativo se vería perjudicado. Hay serios argumentos en contra de la democracia en la universidad por lo que si la deseamos defender en serio debemos primero comprender a cabalidad de donde surge y a que nos referimos con ella, y luego ofrecer una profunda reflexión acerca del porque y como adoptar tal modelo. La lucha por mayor democracia universitaria en nuestro país y en el mundo no es novedosa, sino más bien al contrario. El cómo se gobierna la universidad es una problemática tan antigua como el concepto de universidad en sí, lo que naturalmente es demasiado extenso como para tratar aquí. Basta decir que a nivel mundial la búsqueda de democracia universitaria alcanzó su mayor fuerza en los años 60 y 70, a partir de importantes cambios sociales y políticos que se manifestaron a través de masivas movilizaciones en el mundo. Especialmente en Europa, la idea de una mayor horizontalidad dentro de la universidad fue bien recogida y hasta el día de hoy, la participación de todos los estamentos en la universidad es usual en países como Francia o España. Si bien la evolución de las formas de gobierno en las universidades europeas es compleja y heterogénea la existencia de senados universitarios o la elección abierta de autoridades no es inusual en distintas universidades del viejo continente. Chile no solo estuvo bastante cercano a ese proceso sino que incluso se encontró un poco adelantado. La icónica toma del 67 de la Universidad Católica (un año antes que el mayo del 68 francés) termino con un claustro universitario que integro la participación interestamental y la elección democrática del rector Castillo Velasco. Sin 162 Academia Balmaceda embargo - y como muchos bien saben - dicho impulso duraría solo unos cuantos años debido a tres factores que confluyeron en la destrucción total de cualquier noción de democracia universitaria: El golpe militar del 73 (cuyo control directo sobre las universidades obviamente prohibía la participación e inclusión), el gremialismo de Guzmán (cuya visión jerárquica del conocimiento resulta totalmente incompatible con la democracia) y la tendencia mundial hacia la gestión gerencialista (la idea de que las universidades debiesen manejarse de la forma más eficiente posible y la democracia solo burocratiza sus funciones) . a consecuencia de estos tres procesos la podemos ver en la prohibición constitucional de órganos de decisión colegiados y de elección de autoridades por parte de la comunidad universitaria, dictamen impuesto por la dictadura y mantenido en la LGE, que el actual movimiento estudiantil intenta derogar. El más escéptico de los lectores seguramente habrá cuestionado, llegando a este punto, el porqué de la insistencia en el término de “democracia” al hablar sobre el gobierno universitario. Seguramente – pensará- podríamos hablar de participación o la inclusión y ahorrarnos problemas. A más de alguno le parecerá ridículo aplicar un término que se usa en el Estado, para referirse a organizaciones con fines particulares y que deben contar con una jerarquía muy específica para alcanzar dichos fines. Es necesario clarificar algunos elementos. Cuando se menciona la democracia en la universidad no hay que referirse a la igualdad efectiva en la totalidad de decisiones para todos los que componen la universidad, haciendo como si todos los que componen la universidad fueran una suerte de ciudadanos en una micro-nación y por ende deben ser partícipes en todas sus decisiones. 163 Academia Balmaceda Incluso al más acérrimo defensor de la democracia en la universidad le parecerá difícil sostener que los alumnos tienen que decidir de la misma forma que todos acerca de la construcción de nuevos edificios, o que los trabajadores deben tener incidencia en las mallas curriculares. El término de democracia universitaria no busca igualar la democracia que tenemos en la nación con las forma de decisión que existe dentro, sino que apunta a algo más profundo y complejo. La universidad no constituye una organización o empresa como cualquier otra, sino que tiene diferencias fundamentales que la hacen única. No solo dado su rol fundamental en la construcción de la sociedad, sino que - como su nombre lo indica – en la universalidad que buscan alcanzar y a la persecución de conocimientos y de la verdad. Al proponer esto se entiende que la universidad es una construcción y reconstrucción continua que entremezcla la teoría y praxis. Dentro de las universidades, se producen, reproducen y conviven distintas ideologías y visiones de mundo. Incluso la universidad más gerencialista del mundo, aquella que se mueve como reloj bajo criterios de eficiencia está reproduciendo cierta ética e ideología. Es por eso que se plantea la democracia en cuanto al reconocimiento de la igualdad de las diversas visiones. Hablar de democracia significa entender que en la construcción de universidad, todas las ideologías presentes pueden y deben aportar, ya que todas representan una forma validad de ver el mundo en sí mismas. Sería ir en contra del ejercicio universitario el permitir que una ideología se establezca como dominante e incuestionable a la hora de tomar decisiones. Detrás de todo esto, yace la idea de que el conocimiento, tanto en sus ámbitos científicos, humanistas, artísticos o de cualquier índole no se construye de forma jerárquica de arriba hacia abajo, sino en un dialogo constante. 164 Academia Balmaceda En la práctica significa generar mecanismos de participación efectivos para que todos los miembros de la comunidad universitaria puedan aportar a su construcción. Esto se logra, por ejemplo, creando senados universitarios donde todos los sectores puedan discutir acerca de la dirección y misión de la universidad, o a través de elecciones abierta de sus autoridades (que el rector sea elegido por los profesores o incluso por toda la comunidad) de manera que en la competencia se discutan y contrapongan las distintas visiones. Además, al hablar de democracia no solo debemos referirnos a la inclusión de otros estamentos sino también en generar una horizontalidad dentro de los profesores y académicos de forma que todas las posturas sean tomadas en cuenta. Nadie abogaría porque los estudiantes pudiesen vetar materias o clases a las que asisten, pero no tomar en cuenta la visión de los estudiantes a la hora de construir mallas académicas constituiría un gran error (especialmente porque son ellos quienes pueden juzgar de manera más completa el conocimiento que están recibiendo). Por lo demás, mecanismos de participación e inclusión existen en muchas universidades exitosas del mundo. En Cambridge los estudiantes participan con voto en los órganos de decisión, en Lovaina (una de las universidades que produce mayor grado de producción científica) toda la comunidad participa en la elección de su rector, y parlamentos universitarios inter-estamentales son muy comunes en distintas universidades del mundo. Por supuesto, no se puede sugerir que todos los planteles de educación superior en Chile debiesen tomar estos mecanismos, sino que sirven como meros ejemplos. Lo deseable es que cada universidad, adecuándose a su contexto y situación particular tome los mecanismos de gobierno que encuentren pertinentes, teniendo en cuenta que es a 165 Academia Balmaceda partir del debate y de su comunidad que una universidad se convierte en tal. No cabe duda de que si se aprueba la derogación de los decretos que prohíben la participación efectiva de estudiantes y funcionarios en la toma de decisiones, el debate se tornará más complejo una vez que se instale internamente en cada universidad la idea de reformar. El concepto es polémico ya que se encuentra fuertemente arraigado en las concepciones previas que cada uno tiene en elementos tan complejos como la ideología, el conocimiento y la universidad. La discusión teórica tiene un componente mucho más complejo de lo que propone esta columna, la cual solo trata de esbozar los principios a una defensa de la democracia. Sean exitosos o no los estudiantes, sería sumamente positivo que la discusión deje de lado los prejuicios y tabúes para dar paso al debate de fondo. 166 Academia Balmaceda El mito de los liberales en RN1 Manuel Lobos Infante2 Desde que tengo memoria política que vengo escuchando las andanzas de los liberales en la derecha, especialmente los que se encuentran en RN. Desde la Patrulla Juvenil que muchos recordaran hasta los que hoy plantean crear una Renovación Liberal Nacional, ha habido intentos que no son otra cosa que intentos, ninguno se concretó. Ya en el año 1966 que liberales y conservadores iniciaban un camino a mi parecer contradictorio con la formación del Partido Nacional. Luego en plena dictadura militar cuando se unen Allamad-Guzmán y Jarpa y en 1987 y crean el MUN (Movimiento de Unión Nacional) para después llamarse Renovación Nacional. Las críticas a la conducción de la actual directiva no es algo nuevo en RN. Una y otra vez en distintos momentos políticos hemos sido testigo de las permanentes pugnas entre dos sectores que han sabido convivir pero en donde la constante es la debilidad de los así llamados liberales. Pero ¿es normal que puedan convivir en un mismo partido un sector liberal y otro abiertamente conservador? Hasta el momento podríamos decir que sí, ¿pero a qué precio? Más que convivir se trata de un recelo de los liberales a expresar un contenido ideológico totalmente opuesto al del sector más conservador 1 Este artículo fue escrito en noviembre de 2011 y publicado en su oportunidad en el Diario Electrónico El Mostrador. 2 Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda. 167 Academia Balmaceda y al cual siempre ha existido un sometimiento que responde a razones de poder o pérdida de poder. Porque los liberales que llegaron a RN llegaron con el apoyo de los conservadores, y por muy liberales que sean, jamás podrán destetarse de quienes los custodian…en el poder. Pero si alguien piensa de verdad, se dará cuenta que es una real contradicción esto que ocurre en uno de los partidos de la derecha chilena. Lo que pasa en RN es lo que ha ocurrido siempre en las familias donde hay distintas visiones del mundo. Un hijo liberal que vive en la casa de su padre conservador en donde se hace lo que el dueño de casa dispone, sin ninguna posibilidad de decidir por uno mismo, más allá de discutir dentro de la casa o a lo sumo en un arranque de expresión y rabia, hablar y quejarme de mi padre con mis amigos. En una situación así, lo más lógico sería abandonar la casa paterna, ser fiel a mis ideales y comenzar mi propia vida, dicho de otro modo desprenderme de mi padre y por fin construir mi propio destino. Basta recordar lo que ocurrió el año 1988 cuando un grupo de liberales ex Partido Nacional encabezado por Germán Riesco, frente a la coyuntura del Plebiscito optó por el NO, lo que significó una verdadera guerra por la disputa de la sede de PN en ese año de la cual fueron expulsados y lo que trajo como consecuencia crear un nuevo referente liberal como fue en su momento el PAC. Me pregunto, ¿un político realmente liberal estaría en un partido donde el jefe o el presidente es un cauteloso guardián del orden? Que hace un liberal en un partido donde el mandamás es un legítimo y autentico representante del conservadurismo, a decir, Supernumerario Opus Dei, sin considerar sus desafortunados comentarios que lo han mostrado con aires de homofóbico y machista?. 168 Academia Balmaceda Pero el verdadero drama de los liberales de RN es su temor a perder poder, donde al parecer lo más importantes son esas cuotas de poder, más que las propias convicciones que los hacen proclamarse liberales. Los liberales en RN son un mito y lo seguirán siendo mientras no planteen al menos una revisión de la base ideológica de su partido. La mejor de las pruebas sería que los liberales de RN se sometan a primarias abiertas dentro de su propio partido con sus contrarios conservadores para las próximas elecciones municipales, ahí se verá a quién representa realmente ese partido, el que gane tendrá la razón, y el que pierda se verá en la obligación de crear su propio referente. Sería una gran oportunidad liberal para la política. Los liberales serían mejor visto que el resto de la clase política. Esa clase política obsoleta y poco representativa. De lo contrario, los liberales de RN terminarán sometidos como siempre en los últimos treinta años y seguirán siendo un mito. 169 Academia Balmaceda El sorteo de los magistrados: una formula a considerar1 Manuel Lobos Infante2 Las diferencias entre la oposición y el gobierno por la nominación de un nuevo Ministro en la Corte Suprema deja al descubierto la incapacidad de las instituciones a la hora de fortalecer la democracia representativa. No es primera vez que se produce esto, todos los gobiernos de la Concertación debieron negociar y renegociar, el juego de tira y afloja, las diferencias y el intento de acercar posiciones es parte del espectáculo que cada cierto tiempo vemos en la prensa y que deja al descubierto escandalosamente los intereses de los dos bloques políticos por instalar y premiar a uno que los haya favorecido en el pasado. Así es la suerte de los candidatos que se exhiben y sobrexhiben al punto de perjudicar su propia reputación. Carlos Aranguiz , el preferido de la Alianza, juez que se dio a conocer el año 2002 por el caso coimas y porque proceso a cuatro diputados de la Concertación y Carlos Cerda por el lado de la Nueva Mayoría quien se conoció por el caso Riggs y algunas causas de Derechos Humanos. Y es que en este proceso de designación están presente los “méritos” de los postulantes en orden a si han beneficiado a uno u otro bloque de los que en los últimos treinta años han colmado la política nacional. Se revisa entonces como actuó y se premia o se castiga de acuerdo a quien tenga los votos en el Senado. Este espectáculo no hace otra cosa que sumar más adherentes al hastío colectivo hacia nuestra clase dirigente, un rechazo permanente a ese comportamiento que transforma una ceremonia para nombrar a un Ministro Supremo de la República en un juego de intereses por sobre una propuesta seria. Es urgente la creación de un mecanismo distinto que permita un nombramiento más democrático y más transparente. 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de marzo del año 2013. Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda. 170 Academia Balmaceda Al respecto si hay algo en que coinciden Harrington, Montesquieu y Rousseau es que las democracias constituyen el poder a partir del sorteo y por otro lado la elección de cargos es característica de las aristocracias. En la Atenas del siglo V había una combinación entre el sorteo y la elección de magistrados, claro si, se daba preferencia al sorteo ya que de 700 magistrados 600 eran por sorteo y se priorizaba la elección en áreas específicas como la militar y la financiera. En esa democracia durante el mandato, los magistrados eran revocables en todo momento por un voto de la Asamblea. Una vez terminado el mandato debían rendir cuentas lo que implicaba recompensas honoríficas o sanciones eventualmente severas. El riesgo de las sanciones incentivaba que se presentasen al sorteo menos voluntarios potencialmente peligrosos para la democracia. Es más, existía otro mecanismo que al tiempo después del mandato se podía recurrir, conocido como la “Eisangelia”, que permitía acusar a un magistrado de una acción política o de un presunto delito que lesionaba los intereses de la ciudad, como una corrupción o un complot. Una Corte Suprema como la chilena que en su origen en 1823 contó con cinco miembros y que ya en 1988 tenía 17 para llegar definitivamente desde 1997 hasta ahora con 21 miembros, requiere implementar un sistema de elección de sus miembros que evite el juego de intereses que hoy día se dan tanto en el ejecutivo como en el legislativo. Sería sano que esa misma quina que propone la Corte Suprema, en vez de pasar por el ejecutivo para luego ser aprobada por los dos tercios del Senado, se sometiera a un proceso transparente para lo cual se debiera rescatar un modo de instrumentar el sorteo como una herramienta útil para mejorar la democracia. No estaría mal considerar el sorteo como una fórmula para designar autoridades dignificando así nuestra cada vez más cuestionada 171 Academia Balmaceda democracia. La fórmula de la combinación de elección y sorteo, es una demostración propia de las verdaderas democracias. 172 Academia Balmaceda Indignados: Crónica de una muerte anunciada1 Isabel Vergara Muñoz2 Las democracias representativas en occidente son parte de un modelo político que no tiene más de 100 años desarrollándose de manera plena en el mundo y que hoy percibe olas de cambios que vienen a replantear los nuevos conflictos sociales del siglo XXI. Autores como Touraine, A. (2001) subentienden la historia como la conquista de luchas, categorizando al siglo dieciocho como la búsqueda de los valores universales, al veinte como el de los derechos políticos y al siglo veintiuno como el rescate del ser diferente y las identidades socio-culturales. Este último acontecimiento si bien no se ha plasmado como una moda, tal hippies en los años 60’s con la guerra de Vietnam, si ha provocado un efecto rebote en todo el mundo el cual ha llegado incluso a denominarse primavera árabe en Medio Oriente o los más osados como La cuarta ola de democratización. Pero es ¿realmente una nueva ola de democratización la que estamos viviendo? O es más una reivindicación política-cultural a los anteriormente llamados subdesarrollados, tercer mundo, e incluso minorías quienes han intentado reivindicar su derecho a pertenecer de manera activa dentro de este mundo actual tan mediático por la globalización. Ésta es finalmente la disyuntiva que intentaremos responder en la presente minuta, categorizando al movimiento de Los Indignados como un proyecto político multicultural, que se relaciona con reivindicaciones sociales desde los Estados hacia el sistema internacional y que pretende introducir nuevas formas de hacer política no necesariamente 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de noviembre del año 2011. Estudiante de Ciencia Política Universidad Diego Portales. 173 Academia Balmaceda pertenecientes a los creados en occidente como las democracias representativas sino como nuevos formatos de entender lo político estructurado desde las diferentes ciudadanías hacia los poderes políticos. Los indignados, como un nuevo movimiento perteneciente a la era de la globalización, nace a partir de un libro publicado recientemente el 2010 por el diplomático y militante político alemán Stéphane Hessel, quien fue un sobreviviente del régimen Nazi durante la Segunda Guerra Mundial y redactó parte de la Declaración de Derechos Humanos en 1948. Su libro, de apenas 20 páginas, “¡Indignez vous!”, llama a la sociedad europea y a los jóvenes en particular a rebelarse en contra de la crisis financiera, las altas tasas de desempleo y a las diversas injusticias sociales provocadas por una crisis que según el autor no fue generada por la población común y corriente sino por un sistema corrupto e ineficiente. Finalmente es en España donde a partir de la toma de La Puerta del Sol en Madrid durante el 15 de mayo (popularmente conocido como 15M) comienza a generarse una disconformidad global en torno al sistema político representativo, catalogándolo de anti-democrático y de favorecer a las elites económicas, las cuales se han tomado los poderes del Estado configurando las decisiones políticas a su favor. Bajo el lema no nos representan, este movimiento se diversificó por todo el mundo teniendo indignados en casi toda Europa, Chile, Argentina, México, Centroamérica, Medio oriente y Estados Unidos culminando con una protesta masiva el 15 de octubre abarcando temas medioambientales, conflictos estudiantiles, crisis del Euro, revolución Árabe, entre otros. De esta manera la crisis de representación de los partidos políticos, tema tan analizado por la ciencia política, se ha transformado en una crítica general al sistema político tanto a nivel estatal como internacional, provocando que la sociedad civil se sienta disconforme 174 Academia Balmaceda con sus representantes e intentando insertar participación en los espacios públicos. Los Indignados, tal como las manifestaciones por el voto femenino durante el siglo XX, forman parte de un demanda internacional por la integración de la población en su totalidad, no sólo considerando a occidente como modelo a seguir, sino instaurando una real democracia que permita a las personas expresar sus diferencias y finalmente, en términos de Arendt, que la política sea la relación entre las personas en torno a su pluralidad o diversidad. 175 Academia Balmaceda La Unión Europea en crisis1 Perspectivas sobre la UE, la crisis griega y el futuro de la integración europea Denisse Hurtado2 La situación que por estos días atraviesa la Unión Europea (UE) ha sido objeto de una serie de suposiciones sobre su futuro, las que van desde una inminente fractura hasta la idea de que esta crisis será resuelta para dar paso a una Unión Europea mucho más fuerte. Ante este escenario, el presente artículo busca discutir algunas perspectivas sobre la actual situación que se vive en Europa y exponer algunas de las ideas que se han planteado al respecto. La historia de la UE comienza a principios de los años '50 cuando se forma la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), a partir de un proyecto entre Francia y Alemania que buscaba regular ambas industrias. Si bien este fue el primer esfuerzo integrador realizado en Europa, con el tiempo y a través de sucesivos acuerdos, se va conformando lo que hoy conocernos como Unión Europea, que es una estructura institucional de carácter supranacional no sólo política, sino también económica, social y cultural. Sin lugar a dudas, un momento crucial de integración se logra en 1999 con la puesta en marcha de una moneda única, el euro. Pese a que no todos los países miembros de la UE son parte la “Euro-Zona” (como ocurre con Reino Unido, Irlanda y Dinamarca), ésta implicó un esfuerzo político y macroeconómico gigantesco para todos los Estados Miembros del proyecto. Por un lado implicó sumar voluntades políticas para la integración y sesión de soberanía; y por otro, involucró un enorme desafío al intentar mantener el equilibrio y la estabilidad monetaria en países y regiones tan diversas entre sí. 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de noviembre del año 2011. Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. 176 Academia Balmaceda La crisis que enfrenta Europa en estos momentos, es sobre todo la crisis del euro. Por estos días Grecia, país miembro de la UE y de la Euro-zona, enfrenta una fuerte crisis política y económica. El endeudamiento del Estado Griego respecto a los préstamos internacionales (liderados por el FMI) sumado a la presión de implementar las reformas políticoeconómicas3 que éstos le exigían ha llegado a su punto más complejo, luego de que el Primer Ministro griego Yorgos Papandreu convocara a un referéndum sobre el último plan de rescate propuesto por la UE, lo que finalmente provocó su salida del gobierno y la formación de un gobierno de coalición para pactar un acuerdo a nivel país y lograr salir de la profunda crisis. Entre los principales factores que detonaron esta situación se encuentran principalmente las onerosas reformas económicas impuestas por el gobierno griego en los últimos años, que se sumaron a la incapacidad de la elite política de tomar buenas decisiones en materia económica, lo que a fin de cuentas llevó al gobierno a la grave crisis de legitimidad que está enfrentando en estos momentos. En este contexto, evitar la quiebra de Grecia se ha transformado en una preocupación esencial de la UE y más aún del Euro-Grupo el cual, a través de sucesivos rescates apoyados por el FMI, algunos bancos y privados, han intentado salvar al país del colapso político-económico. Las tensiones que la situación griega ha provocado a nivel de la UE sobre todo entre los jefes de gobierno de Inglaterra, Francia y Alemania- hacen pensar que Europa y el proyecto de la Unión Europea se resquebraja, pero es necesario preguntarse ¿puede romperse la integración europea en estas condiciones? 3 Entre las limitaciones impuestas por los sucesivos rescates a la economía griega está principalmente la reforma de las instituciones del país en lo que respecta a la disminución del gasto público, las políticas de austeridad, los recortes de las pensiones y despidos masivos de funcionarios 177 Academia Balmaceda Algunos piensan que el proyecto europeo se está hundiendo poco a poco como consecuencia de las crecientes tensiones entre los socios de la UE, la poca capacidad política de tomar decisiones a nivel institucional y la idea de que Europa va a dos velocidades liderada por los países del euro4. Otros creen que la actual crisis griega, intensificada por los últimos acontecimientos, golpeó una estructura débil (UE) en lugar de un Estado con un poder real para resolver los conflictos que se susciten en su territorio. Aún más, a menos que el poder político de Europa se europeíce a través de la evolución de la actual confederación hacia una federación, la Euro-zona -y la UE en su conjunto- se desintegrará5. Entre los más optimistas se encuentran aquellos que consideran que es posible salvar la moneda única tomando las medidas que sean necesarias para superar esta crisis y estabilizar finalmente el euro evitando que toda la Euro-zona colapse y con ella el proyecto de la integración europea. No obstante, para esto sería necesario que la Eurozona posea un marco institucional confiable, con una base sólida que consista en un verdadero gobierno. Por otro lado, otros dicen que es imprescindible que el manejo de la crisis lo tome el Banco Central Europeo (institución supranacional de la UE) el cual, hasta el momento, no ha podido “actuar” eficientemente en la solución de la crisis que vive Grecia como consecuencia de la falta de competencias y autoridad. Por último, hay algunos que creen firmemente que Grecia debe salir de la Euro-zona. En síntesis, la actual crisis griega ha revelado la existencia de problemas institucionales de tipo estructural y político. Entre éstos, mejorar los procesos de toma de decisiones a nivel de la UE resulta ser el más urgente. De ser mejorados y perfeccionados le permitirían primero, salir fortalecida de esta crisis y luego, enfrentar nuevos 4 “La tempestad fractura la UE”, Diario El País, España. 5/11/2011. Disponible en: http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/05/actualidad/1320526860_045022.html 5 “Europeizar Europa”, tribuna Diario El País, España. 6/11/2011. Disponible en: http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/06/actualidad/1320573534_860763.html 178 Academia Balmaceda desafíos financieros (y políticos) como los que podrían producirse en la tercera economía de la Euro-Zona: Italia, que por estos días también está dando algunas señales de alerta6. 6 “Después de Grecia, el blanco del pánico europeo ahora es Italia”. BBC Mundo. 7/11/2011. Disponible : http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/11/111107_italia_crisis_europa_jm.shtml 179 Academia Balmaceda Las desigualdades arbitrarias1 Manuel Lobos Infante2 El liberalismo nos permite elaborar argumentos para afirmar que el actual modelo económico que defienden los grupos conservadores en Chile es injusto y está muy lejos de lo éticamente correcto. Nunca es tarde, los hechos y movilizaciones del 2011, nos golpearon en la cara diciendo que el modelo de libre mercado a la chilena solo beneficia a los más poderosos. Un dato que se evidenció en las elecciones pasadas y que en estos días curiosamente enfrenta a los mismos poderosos de siempre, La Nueva Mayoría y la Alianza. En Chile, hace ya varios años, las elites gobernantes han asumido que el libre mercado es una herramienta eficaz para ordenar las preferencias de las personas y estructurar la oferta y la demanda. Tal creencia resulta ser un grave error porque en rigor, existen desigualdades intolerables entre las personas, que están dadas claramente por diferencias de procedencia en su mayoría. Esta realidad se ve reflejada en quienes participan de las ganancias de las empresas y del capital, y por otra parte en aquellos grupos donde la movilidad social está ausente ya que nacen en un contexto adverso con un horizonte de posibilidades muy reducido. Para el liberalismo, este tipo de desigualdades son intolerables, y se constituye un deber exigir al Estado que procure mecanismos redistributivos, y exigentes pautas de fiscalización del mercado, como una manera de mermar estas tremendas e injustas diferencias, y de esta forma lograr una sociedad más justa. 1 Este artículo fue escrito en el mes de mayo del año 2014 y posteriormente publicado por el diario electrónico El Mostrador. 2 Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda. 180 Academia Balmaceda Pero aquí se presenta el gran problema. En Chile la gran mayoría de quienes están en posición de toma de decisiones, son justamente las mismas elites que concentran el poder y las mismas que se han visto beneficiadas con el modelo, y resulta muy difícil pensar que los incumbentes propongan mecanismos redistributivos suficientes como para contribuir a que la sociedad chilena tienda a aminorar en una medida satisfactoria, los efectos de las desigualdades arbitrarias. Nuestra clase dirigente cooptada por las elites económicas constituyen una gran barrera para el real avance hacia una sociedad más libre y justa, con mecanismos redistributivos y una exigente fiscalización del funcionamiento del libre mercado, esta es la principal demanda que el liberalismo le hace a nuestro sistema político y económico, el que evidentemente en Chile no se ha hecho cargo de palear los efectos de aquellas desigualdades arbitrarias que no son producto de las decisiones de las personas libres e iguales. La existencia de grandes y profundas desigualdades arbitrarias en nuestro país, están consolidadas en un círculo vicioso de marginación y desventajas latentes, que mantienen a gran parte de los chilenos fuertemente atados a los vaivenes del azar, mucho más de lo que podría admitirse como el resultado normal de la incertidumbre propia de no tener control sobre todo en nuestras vidas. Para el liberalismo es deber del Estado hacerse cargo de mermar la influencia de las desigualdades arbitrarias sobre sus ciudadanos, por lo que debe brindar las herramientas y garantías necesarias para que las personas puedan hacer que sus decisiones libres sean las que determinen el curso de su vida, en mucho mayor medida que lo que actualmente ocurre. La principal herramienta para que el Estado ayude a que las personas puedan ser realmente responsables por sus propias vidas, es la adecuada 181 Academia Balmaceda provisión de educación entendida como un instrumento fundamental en la generación de movilidad social. Los países con mejores tasas de movilidad social son los que tienen educación pública de calidad. Educación de calidad y preferentemente pública que integre a personas social y culturalmente diferentes. Educación pública como un derecho a ser educado, educación que deje de ser pensada como un bien que se compra y se vende en el mercado y ser entendida más bien como un derecho ciudadano. La educación evidentemente es un tema que ha dado mucho que hablar estos años y es sin duda la herramienta capaz de producir transformaciones tales como mejorar un modelo económico espurio y un sistema político que requiere urgentes transformaciones, como el sistema electoral, la ley de partidos políticos, la reforma tributaria entre otras. 182 Academia Balmaceda Problemas educativos y culturales desde el liberalismo1 Jorge Schiappacasse Araya2 El liberalismo moderno postula y defiende principalmente el pluralismo mundial de las culturas, los aspectos culturales, políticos y económicos de una educación moderna en y para una sociedad democrática y la necesidad de libertad y de pluralismo en los medios de comunicación. Frente a lo anterior, vemos cómo los países subdesarrollados están adquiriendo actualmente una creciente conciencia de su identidad cultural. Una de las causas esenciales de los conflictos entre Occidente y los países islámicos en particular es la mutua incomprensión de sus respectivas culturas. El mundo industrializado debe admitir que para un número cada vez más elevado de países los valores y las conquistas de la civilización tecnificada no están por encima de toda sospecha crítica, si es que no merecen un simple y puro rechazo. Contrariamente a otros sistemas de valores que han tenido su origen en Europa, el liberalismo ha adoptado desde siempre una actitud abierta y tolerante respecto de las restantes culturas. Los liberales deben, por tanto convertirse en portavoces de aquellos que se niegan a reducir el diálogo Norte-Sur a sus aspectos meramente económicos y políticos. En un mundo multipolar, en el que se cuestiona y se desafía cada vez más la supremacía militar y económica de las superpotencias, el pluralismo cultural es un instrumento de gran valor para promover la mutua compresión y colaboración, por encima de las fronteras. 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de enero del año 2012. Cientista Político de la Universidad Católica de Chile. 183 Academia Balmaceda Para los liberales, la cultura no es un concepto abstracto. Afecta, directa o indirectamente, a la vida cotidiana de todos los hombres, mujeres y niños. En consecuencia, es tarea central de la política cultural liberal hacer que los pueblos adquieran conciencia de que su existencia está esencialmente condicionada por los valores y la herencia culturales. La promoción de actividades culturales a cargo de la comunidad debe servir, ante todo, para consolidar en el mayor número posible de ciudadanos la conciencia de su realidad cultural y de las culturas de otros pueblos y continentes. Una educación libre, basada en métodos democráticos, es el medio más adecuado para superar las barreras culturales y para combatir la intolerancia cultural, política y racial. La educación es, además, el instrumento más eficaz de la política liberal de promoción de la paz y de eliminación de las fronteras clasistas, de las injusticias sociales y económicas y de las actitudes retrógradas y contribuye a la armonización entre formación técnica y humanista. Los liberales se pronuncian a favor de la educación de ambos sexos, en todos los niveles de edad, con los objetivos de ofrecer a todos los individuos unas mismas oportunidades para una vida personalmente satisfactoria y socialmente útil, transmitir a los hombres la conciencia de la mutua dependencia de los Estados y las regiones. Como objetivo se encuentra también el garantizar a las mujeres los mismos niveles educativos que a los hombres, tanto durante como después de los cursos escolares y el llevar a los padres la convicción de que una buena educación, tanto en el hogar como en la escuela, es la base de la condición de todo buen ciudadano. La libertad y el pluralismo de los medios de comunicación son elementos básicos de una sociedad liberal. No puede haber libertad política, cuando estos medios se hallan sujetos a monopolio o semimonopolio, sea público o privado. Los liberales contemplan con 184 Academia Balmaceda creciente preocupación los poderosos ataques contra la libertad de prensa, tanto dentro como fuera de las sociedades liberales. Como problemas que afectan a la mística liberal vemos la creciente concentración de la propiedad de la prensa en unas pocas manos, en las democracias industrializadas; la nueva tecnología como instrumento de manipulación de la opinión pública y debilitamiento de las culturas autóctonas; los ataques de los gobiernos, de los grupos de interés y de las organizaciones internacionales contra una prensa pluralista independiente del control y de la censura gubernamentales. Nosotros liberales, admitimos que para solucionar estos problemas se requiere, en algunos casos concretos, la ayuda estatal, siempre bajo control público, que garantice la continuidad del pluralismo de los medios de comunicación. Pero insisten en que tanto los subsidios concedidos como la supervisión deben estar, a su vez, sujetos a rígidos controles, para que no acaben agravando el problema que pretenden remediar. 185 Academia Balmaceda Matrimonio homosexual:1 El verdadero rol del Estado laico en el Chile de hoy Isabel Vergara Muñoz2 Desde hace 86 años el estado Chileno, gracias a los liberales de la época, logró su emancipación de la iglesia católica, generándose así una mayor autonomía en la toma de decisiones y un desarrollo igualitario en áreas sociales tales como la educación. Hoy nos vemos nuevamente sumergidos en un conflicto en donde el Estado no define qué camino tomar ya que su vínculo con la iglesia católica persiste, dándose además que ciertos sectores con alto grado de poder en la toma de decisiones políticas y económicas están ligadas a grupos ultra conservadores del catolicismo, tales como el Opus Dei. La discusión finalmente se ha establecido en torno a la normalidad del ser o no homosexual, siendo los opositores quienes argumentan que el concepto de matrimonio al ser valórico y cristiano debe estar en contra de conductas no propias de quienes profesan dicha Fe y además estableciendo como criterio que el ser homosexual no es una conducta normal que permita desarrollar la sociedad en torno a la familia. En esta columna propongo separar los términos “normalidad” y “naturalidad”, los cuales han sido utilizados como sinónimos dentro del debate del matrimonio homosexual. De esta manera establezco que el concepto normalidad se crea a partir de patrones socio-culturales los cuales pueden transformarse conforme a como la sociedad vaya evolucionando. Con esto el término matrimonio no es más que una construcción civil que puede ser cambiada de acuerdo a lo que la 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011. Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales. 186 Academia Balmaceda sociedad establezca en su conjunto, siendo aún más importante lo civil a lo valórico conforme a los temas que le compete al Estado. La RAE establece como naturalidad a la “Conformidad de las cosas con las leyes ordinarias y comunes” y a lo natural como “Perteneciente o relativo a la naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las cosas”. Este argumento sería válido si establecemos que las conductas del ser humano han seguido ligadas al comportamiento del reino animal, descartando a priori temas como la religión, el matrimonio, la economía, entre otros. El matrimonio, como argumento valórico, no es un ámbito de la naturaleza humana sino una construcción de la sociedad que fue instituida por la cristiandad en época medieval. Por lo tanto no es natural que un hombre con una mujer se casen sino por el contrario es normal que dos personas de distinto sexo se casen. En torno a lo anterior es posible evaluar dos temas, el primero que el matrimonio al ser una construcción social no está vinculado a los parámetros que la naturaleza establece, en donde son las especies de diferentes sexos quienes procrean sino a lo que la sociedad en su conjunto establecería como criterio valido para contraer dicho vinculo, es decir, lo que el pueblo tome como normal y valórico en su conjunto. Y en segundo lugar que al ser temas que deben ser controlados por el Estado, sería injusto que el concepto de matrimonio sólo se vinculara al de una religión determinada, que en este caso sería el cristianismo, siendo que el Estado chileno ya se separó de esta institución religiosa y debería por lo tanto representar los intereses de una sociedad pluralista e igualitaria. El matrimonio homosexual por lo tanto debe ser garantizado por el Estado laico de nuestro país ya que este no tiene que velar por los intereses de una religión determinada, sino estructurarse en base a 187 Academia Balmaceda criterios de igualdad ante la ley y pluralidad como fomento a una sociedad democrática. La sociedad por lo tanto tiene como objetivo legitimar el rol del Estado, y en este sentido el Estado debe cumplir con los intereses de la sociedad en su conjunto, independiente de la fe que se profese. Lo mismo debe ocurrir cuando la sociedad al crear un constructo común debe respetar valores ajenos, sin imponer ideas y llegar a un consenso. Pese a que el matrimonio es entendido como un constructo cristiano, es necesario establecer que la sociedad debe ser entendida en términos de pluralidad y por lo tanto ser más tolerante, ya que pese a que la homosexualidad ha existido siempre, la gente ya no teme exponer su condición sexual. 188 Academia Balmaceda Municipalidades en Chile y descentralización 1 Más mito que verdad Jorge Schiappacasse Araya2 El proceso de descentralización puede ser justificado desde los sectores de izquierda hasta los liberales. Por el lado de la izquierda abogan por que la descentralización logre empoderar al pueblo y bajar las decisiones hasta asambleas populares. Por la otra mano, los liberales abogan por ella porque la descentralización permite bajar la captación de necesidades hasta el individuo y a la vez porque se logra dividir aún más el poder político. Destacados politólogos chilenos se han referido al proceso chileno como una descentralización fallida. Esto porque en términos reales, todo el proceso de creación de políticas públicas está en manos del poder central y los entes subnacionales solo se limitan a la implementación de estos, lo que en términos académicos nos lleva a hablar de una desconcentración y delegación. Nunca descentralización. En chile la Descentralización real NO EXISTE. Sin embargo el problema es que esta misma desconcentración y delegación del poder no se ha hecho de manera efectiva. Por ejemplo la implementación de las políticas educacionales ha sido un fiasco por parte de las municipalidades, pero esto no se debe a que la municipalización en sí misma no sirva, la razón de este fracaso es pedirle a un ente manco que realice tareas para la cual se necesitan dos manos. Los municipios en Chile no tienen la capacidad institucional ni el capital humano para poder llevar a cabo la implementación. Sus herramientas son limitadas, porque no tienen el dinero suficiente para 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011. Cientista Político de la Universidad Católica de Chile. 189 Academia Balmaceda lograr una buena gestión. Esto se refleja en que las municipalidades más ricas, si pueden entregar una educación de calidad. Esto no se limita sólo a la educación, es también una realidad en la salud, servicios del día a día, entrega de becas y beneficios, etc. ¿Qué ha hecho el Estado? Ha empezado a baypassear a los municipios y realizar la entrega a través de las SEREMIS o gobiernos regionales, que tampoco son elementos descentralizados, sino más bien, desconcentrados. Esta es la descentralización a la Chilean way. En vez de arreglar el problema, buscamos un resultado sub óptimo, para que parezca que todo funciona. ¿Qué se debe hacer? Debemos buscar la modernización de las municipalidades y aquí el estado debe ser, no el que guie sino el que ayude. El que pregunte, el que examine cuales son las necesidades y otorgue los recursos para hacerlo. No el que diga cuales son las necesidades y les diga al gobierno municipal que busque la manera de evolucionar so pena de que se limite los recursos. ¿Cómo van a cortarle recursos si ese es el problema de porque no se han modernizados antes? Las municipalidades, no tienen capital y se limitan a buscar personal que tenga la pasión por servicio público, que tras ver lo poco que pueden hacer desde municipalidades, se van a empresas o fundaciones. Justamente los municipios que pueden pagar por sobre la media del mercado, son aquellos que tiene mejores resultados en sus rendimientos. Las municipalidades están en peligro, están débiles cuando una sociedad civil tan fuere como está hoy en día los necesita más que nunca para poder canalizar las necesidades de las sociedad. El Estado no debe equivocarse y en vez de quitarle labores a las Municipalidades, debe realizar una verdadera inyección de dinero a las 190 Academia Balmaceda arcas comunales, para mejorar la capacidad institucional que va de la mano con la formación de capital humano. Las municipalidades necesitan que por al menos una vez, no los dejen solos. 191 Academia Balmaceda Primavera árabe: la necesidad de avanzar1 Marcelo Estrella Riquelme2 Dentro de los principales hechos que han remecido al panorama internacional, sin duda, el más importante del último tiempo es la ola de protestas que han afectado al mundo Árabe, fenómeno conocido como la Primavera Árabe. Este fenómeno, en el que manifestantes de diversos sectores se han unido, para provocar un cambio político, se ha extendido por el mundo árabe, provocando la caída de tres regímenes hasta la fecha: Libia, Túnez y Egipto. Tras la caída de Gaddafi en Libia a fines de octubre, la atención se ha centrado en el conflicto en Siria. Este país vive desde marzo una serie de protestas, que debido a la represión, han derivado en un conflicto interno que podría terminar en una guerra civil. La trascendencia de esta crisis se explica, por un lado, por la importancia geoestratégica de la zona, y por otro lado, es interesante indagar en cómo un régimen fuertemente autoritario, en un contexto de conflictividad religiosa y étnica, se enfrenta a una fuerte presión por reformas democráticas y de cambio de régimen. La democracia se ha asumido como un valor político universal, y como tal se ha tratado de difundir a través del mundo, especialmente por parte de las potencias occidentales, que como discurso normativo abrazan los valores de la democracia y la autoexpresión de los individuos, como valores intransables que traerán paz y estabilidad al planeta. Pero a pesar de esto, existen varias zonas en el mundo, que aún no se han hecho parte de estos valores, lo cual se puede explicar por una interacción de varios factores, siendo los principales, diferencias culturales como la religión y diversas formas de concebir la autoridad que datan de tradiciones muy antiguas. Pero otra causa muy importante, es que a pesar del discurso normativo que occidente trata de defender, 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de diciembre del año 2011. Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. 192 Academia Balmaceda grandes potencias, especialmente Estados Unidos y la comunidad internacional en general, no han actuado en la práctica para defender estos valores, defendiendo muchas veces a regímenes no democráticos porque éstos se ofrecen como aliados útiles a sus propios intereses de seguridad internacional e influencia geoestratégica en diversas regiones del mundo. Esta misma situación de doble discurso o ambigüedad si se quiere, por parte de los principales actores internacionales especialmente Estados Unidos y sus aliados europeos, ha hecho que muchas veces, varios regímenes se radicalicen y procuren una total oposición a todo lo que se relacione de algún modo con la “forma de vida occidental”. A pesar de lo descrito anteriormente, es posible evidenciar que los valores modernos de la autoexpresión, el laicismo y la democracia entre otros, los cuales son generalmente promovidos y defendidos por occidente en general, han llegado a sociedades tradicionalistas con fuerte influencia religiosa, muchas de las cuales han llevado a cabo revoluciones y levantamientos, tanto pacíficos como armados, contra regímenes que son contrarios a dichos valores. Este es el caso de Siria, donde la sociedad motivada por ideas democráticas, levanta la voz y demanda a la autoridad una transformación que responda a lo que ellos creen que son las verdaderas necesidades políticas del país. Esta situación, evidencia un cambio de mentalidad lo suficientemente grande como para buscar por medios pacíficos la deposición de un régimen que lleva en el poder más de cuarenta años, el cual desde su ascenso mediante un golpe militar ha vivido escazas transformaciones. Este es un momento clave para el mundo árabe y para Siria en particular, ya que la primavera árabe ofrece un nuevo horizonte donde se vislumbra un cambio que podría ser profundo en la vida política de varios países. Sin embargo el panorama no es simple de evaluar, ya que en Siria, el régimen se está comportando cada vez de manera más represiva, con un uso de la fuerza desmedido, lo que está provocando 193 Academia Balmaceda que lo que en un comienzo eran protestas y manifestaciones pacíficas, se vaya transformando en un conflicto interno con una cantidad de muertes lamentable. Todo esto incluso a pesar de la condena que la comunidad internacional, incluso la misma Liga Árabe ha expresado ante el uso de la violencia por parte de la autoridad siria. Esta crisis que se vive en varios países árabes y en Siria en particular, le presenta a la comunidad internacional un reto difícil y necesario de atender, ya que los niveles de violencia y la gran cantidad de víctimas que se cuentan actualmente, son factores que debiesen mover al resto del mundo, a través de los mecanismos diseñados para esto, hacia una intervención más enérgica y decidida de lo que hemos visto hasta ahora. Recordemos que ya van casi diez meses desde el inicio de las manifestaciones, y que otros países que pasaron por situaciones parecidas ya han llegado a algún grado de resolución de sus conflictos, por lo que es claro que el mundo no puede quedarse de brazos cruzados, sino que debe atender el llamado de un país que busca una transformación política, pero que la violencia no ha dejado espacio al sano debate político, y que por el contrario, ha separado nefastamente a un pueblo que debe encontrar un camino propio para seguir adelante luego de manifestar expresamente su deseo de replantear la estructura de su autoridad. Este es el momento de no quedarse sólo en los discursos y mostrar una real preocupación por la defensa de la democracia y la libre expresión y determinación de los pueblos. Sería catastrófico que esta situación de conflictividad y violencia se extendiera mucho más, puesto que de ser así, es muy posible que se transforme en una guerra civil muy difícil de resolver, ya que una vez que un país cae en situación de guerra interna, la división social que esto acarrea, sumado a la destrucción material y humana, provocarían que una real salida al conflicto requiriera de un esfuerzo tremendo que sumergiría a Siria en una situación de inestabilidad y estancamiento. Es urgente detener la escalada actual de violencia, especialmente por parte 194 Academia Balmaceda de la autoridad, para de ésta forma buscar soluciones menos costosas, tanto materiales como humanas. 195 Academia Balmaceda Reconstrucción y los momentos políticos1 Marcelo Estrella Riquelme.2 Luego del terremoto del 27 de febrero de 2010 que sacudió a gran parte del país, y que logró posicionarse como uno de los cinco más grandes de la historia, fue evidente la necesidad de que el Estado asumiera una responsabilidad gigantesca con la reconstrucción, tanto de infraestructura pública, como de los cientos de viviendas que quedaron en el suelo y dejaron familias enteras sin un techo. Como era obvio esperar, la sociedad y el Estado chileno, mostraron una gran disposición a trabajar lo más rápido posible para lograr la llamada reconstrucción, los sectores políticos se mostraron unidos tras el desastre, evidenciando gran disposición para aprobar presupuestos y lo que fuese necesario para completar esta tarea, que dicho sea de paso, le dio la bienvenida al gobierno a una coalición política que luego de veinte años de ser oposición, lograba llegar al poder. En un comienzo las cosas parecieron marchar bien y se trató de mostrar la mayor eficiencia posible por parte de un gobierno tildado de tecnocrático. Como era lógico, la atención pública no se despegó del tema terremoto y reconstrucción por un buen tiempo, debido a las dimensiones e impacto que el sismo había dejado, pero a medida que ha pasado el tiempo, el foco de atención se ha ido desplazando hacia otros asuntos que han saltado a la palestra con gran fuerza, motivados por una sociedad que ha mostrado grandes ansias de salir de su letargo y encierro, para manifestar su malestar y opinión sobre temas que considera trascendentales, como lo ha sido la educación y varios asuntos medioambientales. 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de noviembre del año 2011. Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. 196 Academia Balmaceda La oposición, más que nada ha tratado de seguirle el ritmo a las demandas sociales, intentando de alguna forma recoger las temáticas en boga y hacerlas suyas, para de esta forma mejorar su imagen, que al igual que la del gobierno, están muy por debajo de lo que les gustaría, lo que se suma a una desaprobación ciudadana abrumadora sobre ambos sectores, siendo inédita en Chile desde el retorno a la democracia. Esta situación ha hecho que la política se vuelva un mero asunto de contingencias, por lo que la reconstrucción nacional ha pasado a un tercer plano muy olvidado. No es que ya no se siga trabajando al respecto, pero la presión sobre el gobierno ha disminuido considerablemente, tanto por parte de la oposición como por parte de la sociedad, ya que ambos han estado muy ocupados tratando de seguirle la corriente a los momentos políticos, más que a las necesidades de mediano y largo plazo, salvo la excepción del tema de la educación que es el único que ha logrado durar mucho tiempo en la palestra y que no concierne a un asunto cortoplacista, como lo han sido casi todas las demandas por temas medioambientales puntuales, donde el mejor ejemplo es Punta de Choros. Pero es claro que la sociedad no se puede hacer cargo de ejercer presión sobre todos los asuntos y ha priorizado el tema educacional. Esto ha favorecido el lento avance en que ha caído la reconstrucción nacional, luego del boom que representó en un principio, por lo que aún existen muchas cosas por resolver, muchas viviendas que entregar e infraestructura que reponer. Lamentablemente este asunto deja en claro una situación generalizada en la política nacional, la cual cada vez más se ha vuelto un asunto de cómo obtener ventaja política para las próximas elecciones, en vez de ocuparse de los asuntos y políticas que el país requiere. Hay muchos cambios profundos que la misma sociedad está demandando y que nuestra clase política en general no ha sabido recoger, sólo como ejemplos se puede mencionar la necesidad urgente de una política energética de largo plazo, que satisfaga tanto las 197 Academia Balmaceda demandas medioambientales como las necesidades de un país que crece y que pretende alcanzar el desarrollo. Nuestra política nacional, desde hace un tiempo que se ha ido convirtiendo en una política de momentos, donde los diversos sectores políticos, han procurado sacar el mayor provecho político posible de cada uno de ellos, y se han dejado de lado todos aquellos temas de mediano y largo plazo, los cuales demandan políticas de Estado mucho más grandes, las cuales requerirían un apoyo transversal de todos los sectores. En cambio, cada vez más, los partidos y los políticos en general, se han transformado en actores preocupados de la próxima elección, lo cual es causante clara del descontento social que se ha manifestado con una fuerza innegable, que demanda cambios y que no se siente representado. Pero nuestra clase política en lugar de recoger estas demandas, hacer una autocrítica y responder a las necesidades del país, ha logrado una aun mayor desaprobación y rechazo, siendo más que nunca, una clase política reaccionaria y mediocre, incapaz de estar a la altura de las circunstancias. 198 Academia Balmaceda Sensacionalismo mediático y responsabilidades políticas1 Manuel Lobos Infante2 Todos quienes estudiamos el tema sabemos la importancia e influencia que tienen los medios de comunicación a la hora de formar opinión pública. Los medios, particularmente la televisión, con su agenda del día, guían nuestros intereses hacia determinados temas a los que dan considerable importancia aunque para nosotros carezcan de ella. El sensacionalismo en la mayoría de los casos es una herramienta archi explotada por los medios, también la sobreexposición mediática en situaciones críticas ya sean tragedias o hechos de impacto social son un espacio muy valorado y en el último tiempo un instrumento útil para hacer carrera en política. En nuestro país en los últimos años no hemos estado ajenos a toda esta parafernalia mediática, la que ha demostrado con hechos que si sabes manejarla lograrás buenos dividendos. La clase política chilena adhiere al uso constante de esta parafernalia mediática. Si escarbamos en la historia de los candidatos a la presidencia y que finalmente alcanzaron el sillón presidencial no cabe duda. Algo de historia mediática “El dedo de Lagos” 25 de abril del año 1988, en el programa “De cara al País” Lagos desafía a Pinochet apuntándolo con el dedo. Dedo sentenciador que terminó catapultándolo como el presidenciable que 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011. Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda. 199 Academia Balmaceda finalmente el año 2000, lo lleva a ocupar el cargo de presidente de la República. El “fenómeno Bachelet” el año 2002, la imagen de la ex presidenta arriba de un tanque Mowag del Ejercito inspeccionando las labores de rescate en una inundación en Santiago, como primera mujer a cargo de un Ministerio de Defensa. Ese hecho principió el ascenso que la llevó a la Moneda el año 2006. Algo distinto sucede en el oficialismo, desde el octavo mes de gobierno vienen surgiendo candidatos, pero sólo algunos han pasado la prueba de las encuestas que le dan un respaldo reconocible. Hace pocos días la encuesta Adimark nos confirmó el alza del ministro de Defensa alcanzando un 78% como ministro mejor evaluado lo que lo catapulta y prácticamente instala como presidenciable para el 2013, algo parecido ocurre con el ministro de Minería que hace rato tiene una alta aprobación 75 %, lo mejor del gabinete de Piñera, y que los muestran como aspirantes presidenciales. Si revisamos el último año en la historia de la parafernalia mediática no daremos cuenta que los hechos que catapultaron a los presidenciable oficialistas son nada menos que situaciones catastróficas, hechos tristemente célebres cargados de sensacionalismo y sobreexposición, hechos que en rigor en nada debieran orgullecer a sus protagonistas ni al gobierno. Estamos hablando nada menos que el desastre minero conocido como el “rescate de los 33” y la “tragedia de Juan Fernández”. La popularidad de los dos titulares de las carteras involucradas en cada una de esos hechos, se dispara a partir de desgracias en donde el sensacionalismo de los medios es fundamental. El accidente de la mina San José, fue una tragedia, que afortunadamente terminó con el rescate sanos y salvo de los mineros 200 Academia Balmaceda atrapados bajo 700 metros de roca durante 70 días. Una mina que ya registraba accidentes, que se había clausurado y posteriormente se reabrió registrando otros accidentes de gravedad. En rigor, lo que aquí debiera importar es que si hubiese un buen funcionamiento de los agencias del estado, una fiscalización debida por parte del Ministerio de Minería, nada de eso habría pasado y el estado no habría incurrido en un gasto enorme para el rescate. Sin ir más lejos, de acuerdo a denuncias conocidas, aún siguen funcionando instalaciones mineras sin fiscalización y exponiendo la vida de aquellos que se ganan la vida como mineros. El caso de “los 33” fue un problema grave, pero nadie asumió responsabilidades políticas y por el contrario, ese lamentable hecho, negligencia de por medio, encumbró al titular de esa cartera como posible presidente de la república. Algo muy similar ocurre con la cartera de Defensa. La desgracia de “Juan Fernández” que significó la muerte de 21 personas que viajaban en un avión bajo instrucción de la Fuerza Aérea de Chile, institución que depende del Ministerio de Defensa, y que más tarde nos sorprende al enterarnos, que en los futuros vuelos exigirían a los pasajeros firmar un documento que “exculpa a la institución” en caso de siniestro. Esa lamentable situación tomó un cariz más polémico aún tras el fatal accidente de un funcionario que fue golpeado por la hélice de un avión en la misma zona y bajo las narices del Ministro de Defensa. El sensacionalismo que rodeo el fatal hecho de Juan Fernández, 21 personas muertas, hizo que todo el mundo pasara por alto las responsabilidades políticas de tan graves accidentes, sin embargo, el titular de esa cartera, lejos está de asumir responsabilidades y por el contrario, el resultado de esa tragedia le genero dividendos políticos que hoy lo ubican como presidenciable. 201 Academia Balmaceda Algo indica que las cosas están tomando un camino equivocado en nuestra sociedad, con esta lógica sensacionalista de los medios, de las encuestas y la opinión pública, lo más probable es que mañana un ministro conservador termine legitimando una “ley Anti tomas” que sataniza una de las pocas opciones que tiene el ciudadano para influir a la autoridad. 202 Academia Balmaceda Tecnocracia y la racionalidad de las marchas1 Nicolás Díaz Amigo2 Parecería ser que dentro del debate nacional se encuentra ampliamente generalizado el que las manifestaciones estudiantiles han cumplido un rol importante. Da la impresión que todos, apoyen o rechacen los paros y manifestaciones, al menos reconocen el mérito de haber puesto el tema en el tapete, si bien algunos piensen que los estudiantes no tienen por qué imponer sus soluciones cuando no les corresponde. Quisiera reflexionar brevemente acerca del rol que cumplen - o debiesen cumplir - las manifestaciones ciudadanas en conjunto con la tecnocracia en el proceso político. La racionalidad de los tecnócratas, aquellos grupos de expertos que son llamados a otorgar las soluciones concretas, a los problemas son una contraposición directa a la irracionalidad de las marchas, que constituyen grupos dispuestos a hacer una demanda política pero sin necesariamente conocimiento o expertise para generar las políticas públicas. Por supuesto, la discusión en torno a la dicotomía tecnocracia y política ya ha sido hasta cierto punto superada con el primer cambio de gabinete de Piñera donde la tesis de la gestión eficiente no política se dio por fracasada. A pesar de eso, hay personas que aún ven con cierto escepticismo las manifestaciones ciudadanas y se cuestionan hasta qué punto personas sin conocimiento técnico de la materia puede hablar al respecto en vez de dejar que los expertos con sus comisiones e informes hagan su trabajo. 1 2 Este artículo fue escrito en el mes de diciembre del año 2011. Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. 203 Academia Balmaceda Mi posición es que las manifestaciones sociales pueden ser una sana demostración de participación de la ciudadanía (aunque también comprendo que una sociedad que tiene que estar en prolongadas manifestaciones es una donde las instituciones no están funcionando) ya que una sociedad que se manifiesta es reflejo de que está involucrada en algún grado en los asuntos públicos del país y eso es una condición necesaria para el buen funcionamiento democrático. Sin embargo, hay una razón más de fondo para argumentar a favor de la importancia de las marchas en una sociedad democrática y tiene que ver con que los expertos y tecnócratas nunca otorgan soluciones políticas de los distintos problemas, sino cuales son los caminos indicados para llegar a determinadas soluciones. No otorgan respuestas políticas ya que no es su tarea hacerlo, pues en nuestra democracia liberal, no hay imposiciones sobre qué es lo deseado y lo que no. Concretamente esto significa que un economista puede decirnos cuál es la mejor manera de llegar hacia un mercado totalmente eficiente, pero cuando se contraponen dos valores distintos, la igualdad y la eficiencia, el economista no puede decidir por la ciudadanía. Por varias décadas se empezó a instalar en Chile el discurso de que no había diferencias reales en lo que las personas quieren políticamente, y que por tanto solo es necesario una gestión adecuada, que nos permita alcanzar el mayor desempeño en el ámbito económico. Me parece que una de las grandes consecuencias que han tenido las manifestaciones de este año es que los ciudadanos han demostrado que las diferencias en la política existen (ya sea en lo medioambiental o lo económico), y que comenzar estos debates es importante. Cuando se señala que el movimiento estudiantil persigue fines políticos y no le interesa realmente mejorar la educación, lo que está detrás esa afirmación es que existe algo así como un estándar objetivo que nos dice qué es lo que constituye una mejor educación. Si bien es importante tratar de crear índices estandarizados para tener alguna 204 Academia Balmaceda forma de medir que es lo que pasa en el agregado, éstos siempre serán imperfectas fotos de la realidad. Pero incluso si pudiésemos tener una medición perfecta de cómo nos va en lenguaje, matemáticas o cualquiera de las distintas asignaturas, eso aún no nos diría que es lo que constituye una buena educación. Para algunos una buena educación será aquella que nos da las herramientas básicas para desempeñarnos en nuestra vida laboral, para otros es muy importante la formación cívica de personas que se desempeñan en sociedad y la superación de barreras económicas, y también hay quienes señalan que lo más importante es la creación de personas íntegras y donde la persecución de fines musicales o artísticos va más allá del beneficio económico o de eficiencia que pueda traer el ingreso a un sistema educativo. Todas estas visiones son válidas y representan una diferencia política, y aunque éstas no son necesariamente contradictorias entre sí, sostener una por sobre otra puede generar diferencias en la práctica a la hora de la formación de las políticas públicas. Sin dejar de lado la tecnocracia y el correcto funcionamiento técnico, debemos recordar que estas diferencias pueden existir y no hay que pretender que hay soluciones objetivas a conflictos subjetivos. Las manifestaciones ciudadanas justamente dan cuenta de diferencias políticas que escapan lo técnico, y hablan sobre el tipo de país que queremos. La idea de la democracia es que estas distintas ideas políticas puedan competir y las distintas instituciones de la república deliberen en torno a lo que las mayorías decidan en una competencia libre. Si ahora está en boga el problema de la educación y particularmente qué es lo que significa una buena educación, una democracia real debiese dar a los ciudadanos opciones claras sobre las distintas alternativas, un debate de ideas adecuado y la capacidad de resolver democráticamente lo que queremos como sociedad. Las manifestaciones en conjunto con otras formas de expresión cívica no constituyen la solución total, pero si son 205 Academia Balmaceda parte vital del proceso por el cual damos cuenta de las diferencias y comenzamos a debatir en el plano de la política. 206 Academia Balmaceda 207 La Fundación Balmaceda es un centro de estudios políticos y sociales sin fines de lucro, y que no recibe financiamiento de partidos políticos y otro tipo de organizaciones. Al adquirir un ejemplar de Academia Balmaceda usted ayuda a financiar la realización de futuras investigaciones y la publicación de los próximos números de esta revista. Para adquirir un ejemplar o realizar donaciones a nuestra organización, le invitamos a acercarse a nuestras oficinas en Huelén 102 piso 2, Providencia Santiago. Para mayor información puede contactarnos en el e-mail: [email protected] o llamando a los teléfonos: 222353752 – 222640792. 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