Revista 1 - Fundación Presidente Balmaceda.

Fundación Balmaceda, 2015
Academia Balmaceda, año I, número 1. ISSN 0719-5648
Santiago de Chile
Se terminó de imprimir esta primera edición en enero de 2015, en las
imprentas Donnebaum. José Ananias 561, Macul, Santiago 22489 4800
Edición
Manuel Lobos Infante
Diseño y diagramación
Marcelo Jordá
Daniel Jeria
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de que se atribuya a su(s) debido(s) autore(s) y no se modifique su
contenido.
La Fundación Balmaceda nace como “Club José Manuel Balmaceda”,
por disposición testamentaria de don Elías Balmaceda, hermano del
Presidente, en el año 1916. Los objetivos fundamentales de aquel
entonces se mantienen hasta hoy:
1.- “La propaganda de los principios y doctrinas liberales, siempre que
tengan por base el respeto a la Constitución Política de la República y a
las leyes, y también el estudio para el mejoramiento de éstos por las vías
legales cuando hieran o perturben el derecho y la libertad en cualquiera
de las esferas de la actividad humana.”
2.- “Procurará que en sus salones se dicten conferencias sobre temas
que interesen a la buena marcha del país y a la difusión de las doctrinas
liberales”
3.- “Fomentará los propósitos de unión y concordia entre todos los
liberales del país”
Directorio
Presidente............................................. Pedro Correa Opaso
Vicepresidente.....................................Germán Riesco Zañartu
Director Ejecutivo..............................Manuel Lobos Infante
Tesorero.................................................Tomás Puig Casanova
Directores
Gustavo Alessandri Balmaceda
Francisco Matte Langlois
Pedro Correa Guzmán
Drina Rendic Espinoza
Oscar Godoy Arcaya
Hugo Zepeda Coll
Academia Balmaceda
Presentación
La Fundación Balmaceda es un centro de estudios políticos y sociales
creado en 1916 para fomentar el análisis de la realidad chilena desde la
perspectiva liberal, ideología que inspiró el pensamiento y gestión del
Presidente José Manuel Balmaceda.
Nuestro propósito es fomentar la doctrina liberal y fortalecer el
liberalismo político, haciendo que sus convicciones sean palpables y así
se difundan entre la ciudadanía. Por ello, la Fundación Balmaceda
busca ser un espacio que brinde a todos y todas la oportunidad de
participar y aproximarse a la acción pública con ideas acordes a los
valores liberales fundamentales, dándole validez al principio de libertad
con dignidad en todos los ámbitos de la sociedad, y que implican
principalmente un compromiso radical con la democracia.
Guiada por estos principios, la Fundación Balmaceda reúne a
investigadores de diversas disciplinas y edades, elaborando junto a ellos
una serie de investigaciones y artículos de opinión que tienen por
objetivo colaborar, desde una perspectiva liberal, a una mejor
comprensión de la realidad política y social de Chile. Confiamos en que
esta labor resultará exitosa, puesto que nos hemos preocupado de
aplicar no sólo fundamentos teóricos, sino también hemos apelado a la
persona entera con sus valores, ideas y sentimientos.
Para acercar estas investigaciones especialmente al mundo académico,
estudiantil y profesional hemos creado la revista Academia
Balmaceda, que editaremos semestralmente con investigaciones y
artículos elaborados por la Fundación, nuestro equipo de investigadores,
estudiantes y colaboradores asociados.
Para este primer número de Academia Balmaceda hemos seleccionado
estudios y artículos escritos a partir del mes de octubre del año 2011;
6
Academia Balmaceda
trabajos que, a pesar de su distancia temporal, no dejan de ser
interesantes y plenamente vigentes.
Con el fin de promover el intercambio de ideas y así contribuir a los
propósitos de nuestra institución, desde ya le invitamos a ser parte de
este proyecto académico, enviando sus artículos, investigaciones y
columnas para ser publicadas en nuestra revista.
Esperamos que este primer número de Academia Balmaceda −así
como los que a futuro le seguirán− sea para usted un aporte, con miras a
comprender mejor la realidad nacional, e inspirándose en los principios
del liberalismo contribuir a crear una sociedad con más espacios de
libertad para la consolidación de una plena democracia.
Pedro Correa Opaso
Presidente
Manuel Lobos Infante
Director Ejecutivo
7
Academia Balmaceda
Índice
Presentación
6
Investigaciones.........................
11
Evolución histórica de la derecha en Chile desde el
retorno a la democracia
13
Una Ruta Liberal
85
Institucionalidad parlamentaria y capacidad legislativa
118
Artículos....................................
152
Cruz del Sur: un avance en la política exterior chilena
Democracia universitaria en el debate público
El mito de los liberales en RN
El sorteo de los magistrados: una formula a considerar
Indignados: Crónicas de una muerte anunciada
La Unión Europea en crisis
154
162
168
171
174
177
Las desigualdades arbitrarias
Problemas educativos y culturales desde el liberalismo
Matrimonio homosexual: El Estado laico en el Chile de
hoy
Municipalidades en Chile y descentralización
8
181
184
187
190
Academia Balmaceda
Primavera árabe: la necesidad de avanzar
Reconstrucción y los momentos políticos
Sensacionalismo mediático y responsabilidades
políticas
Tecnocracia y la racionalidad de las marchas
9
193
197
200
204
Academia Balmaceda
10
Academia Balmaceda
Investigaciones
11
Academia Balmaceda
12
Academia Balmaceda
Evolución histórica de la derecha en Chile desde el
retorno a la democracia
Manuel Lobos Infante 1
Marcelo Estrella Riquelme2
Christian Parada Chandía3
Epígrafe
L
os sucesos posteriores a las elecciones parlamentarias y
presidenciales4 brindan un espacio de análisis muy interesante,
ineludiblemente ligado a gran parte de lo delineado en este trabajo. En
primer lugar, la UDI sufrió una tremenda pérdida de diputados,
cayendo a 29. Aunque sigue siendo la bancada más grande en la
Cámara Baja, por primera vez desde el retorno a la democracia, ha
perdido escaños. ¿Cómo ha afectado esto la correlación de fuerzas, al
interior de la derecha? No demasiado en realidad. Quien se benefició a
costa de la colectividad gremial no fue RN –quien sólo obtuvo dos
diputados más–, sino la Nueva Mayoría, coalición renovada de
centroizquierda –ahora suma al Partido Comunista– que fue capaz de
doblar en diez distritos5. Además, la pequeña ganancia de RN fue
efímera; desde la indiscutible derrota presidencial de Matthei –obtuvo
sólo un 38% de las preferencias, frente al 62% de Bachelet–, han
renunciado al partido dos senadores y tres diputados6. Así, la Alianza
ha quedado con la menor bancada de senadores desde 1990, donde RN
en particular, perdió, en sentido estricto, un escaño en la Cámara Baja.
Que sea RN el partido que haya entrado en la peor crisis –y no la UDI,
1
Magister en Ciencia Política. Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda.
Cientista Político Pontificia Universidad Católica de Chile
3
Cientista Político Pontificia Universidad Católica de Chile
4
El borrador de este trabajo fue concluido a principios de noviembre de 2013. La elección
parlamentaria y primera vuelta presidencial se realizó el 17 de noviembre, mientras que el
ballotage se llevó a cabo el 15 de diciembre. El trabajo se concluyó el 29 de diciembre.
5
La derecha mantuvo su doblaje histórico en el distrito 23 (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea).
2
6
Los senadores renunciados son Antonio Horvath y Lily Pérez. Cronológicamente, entre estas
renuncias, ocurrieron las de los diputados Karla Rubilar, Joaquín Godoy y Pedro Browne.
13
Academia Balmaceda
lo cual pudo haberse previsto a juzgar por los “datos duros” de la
elección– demuestra cómo la disciplina interna del gremialismo se
mantiene, aun en la adversidad. RN, en cambio, a pesar de haber
tenido un relativo éxito electoral7, ha hecho visible, como nunca antes,
la imposibilidad de convivir con el “ala liberal” de la directiva
conservadora de la colectividad encabezada por Carlos Larraín8.
Dicho de otra forma, la UDI ha logrado hasta el momento,
mantenerse firme a pesar de su gran mella en la Cámara Baja, pues
probablemente comprende que su pérdida electoral responde más bien
a factores externos o inesperados, entre los que se cuenta como
principal el “efecto de arrastre” que la contienda presidencial generó
hacia las elecciones parlamentarias. En efecto, mientras por un lado se
tenía a una candidata muy fuerte de la Nueva Mayoría, en la vereda del
frente se hallaba Evelyn Matthei, quien luego de la renuncia a la
candidatura por parte de Pablo Longueira, siempre fue una “última
opción” para la coalición de centroderecha9. Por ser una candidatura
7
Si bien mantuvo el número grueso de senadores –al igual que la UDI, con 8 honorables–,
obtuvo dos importantísimas victorias en la Región Metropolitana: Andrés Allamand, por Santiago
Poniente, y el ex edil de Puente Alto, Manuel José Ossandón, por Santiago Oriente.
8
Entre las muchas declaraciones de la senadora Pérez, destacan las siguientes: “Durante
muchos años, en RN convivieron liberales y conservadores, con diferencias. Hoy la intolerancia,
el clasismo, el desprecio al liderazgo de las mujeres, se han apoderado de RN”. "[…] trabajé
intensamente para que las ideas que muchas y muchos compartimos de una derecha liberal
tuviera un referente de RN", pero que, pese a ello, "RN dejó de ser el partido en que se pueden
reflejar ideas". Con respecto al resto de las renuncias, dice que el partido lo han abandonado
“todos y todas por las mismas razones". Fuente: Diario “La Tercera” (16 de enero de 2014).
9
Para un observador neutral, la campaña de 2013 fue la más accidentada en la historia reciente
de la derecha chilena. Los candidatos originales para las primarias del sector eran el ex ministro
Laurence Golborne (independiente por la UDI) y el histórico militante, quien también había
formado parte del gobierno de Piñera, Andrés Allamand (RN). No obstante, a causa de su
participación como gerente general del consorcio Cencosud –sancionada por la Corte Suprema
por cláusulas abusivas– y de unas cuentas bancarias en las Islas Vírgenes británicas –territorio
considerado como un “paraíso fiscal–, Golborne renunció a su precandidatura a fines de abril. El
cupo de la UDI para las primarias fue ocupado por Pablo Longueira (ministro de Economía),
quien, a pesar del escaso tiempo que tuvo para hacer campaña, pudo derrotar por estrecho
margen a Andrés Allamand, en los comicios del 30 de junio. Sin embargo, diecisiete días más
tarde, Longueira anunció –mediante declaración de su hijo mayor–, que deponía su candidatura,
a raíz de un cuadro de depresión. Luego de varias declaraciones cruzadas y supuestos “vetos”
de candidaturas, por parte de uno y otro partido, se abrió una cruel encrucijada: ¿Debía llevarse
candidato único? De ser así, ¿qué partido debía tener ese derecho? ¿La UDI por haber sido
14
Academia Balmaceda
presidencial de la UDI, es posible que su figura negativa haya
salpicado con mayor fuerza a esta colectividad que a sus socios de
coalición, en la campaña de diputados y senadores.
Si la UDI ha sido víctima de las circunstancias, el proceso de RN
por otro lado, es de larga data, aunque probablemente ha sido
acelerado por el espíritu de los tiempos. Las declaraciones de los
disidentes del partido traslucen la vieja pugna entre liberales y
conservadores, que, por razones electorales, han perdurado en una
incómoda convivencia. El sector liberal siempre ha sido minoritario, en
relación a la estructura conservadora heredera del antiguo Partido
Nacional, y si no ha intentado escindirse en una tercera fuerza política,
es por la “camisa de fuerza” del sistema electoral binominal, que
desalienta cualquier intento de disidencia desde las coaliciones
mayoritarias del país.
Pero, al momento en que escribimos estas líneas, el panorama no es
para nada claro. No sólo depende de la capacidad de recomposición de
cada partido y del sector en su conjunto, sino de diversas
circunstancias políticas e institucionales. ¿Cuánto tiempo podrá
mantener la Nueva Mayoría este “aventón” que le propició Bachelet?
¿Cómo resolverá la derecha el dilema de coordinación entre su alma
más liberal y aquella más conservadora? ¿Deberá abandonar la UDI
sus argumentos más dogmáticos, como forma de recuperar parte del
electorado perdido, en especial de los sectores más bajos, ahora mucho
más difíciles de movilizar a causa del nuevo sistema de voto
voluntario? ¿Se constituirá realmente un centro liberal? ¿De qué modo
afectaría todo esto una nueva aventura presidencial de Sebastián
alguien de sus filas quien ganara las primarias o RN, por la mera participación de Andrés
Allamand en ellas? Finalmente, el dilema fue resuelto a favor de la militante UDI (ex RN), Evelyn
Matthei, la cual tuvo poco más de tres meses para hacer campaña. Finalmente, la ex ministra del
Trabajo logró pasar a segunda vuelta, aunque con sólo un 25,01% de los sufragios, la votación
más baja de un candidato de derecha desde la campaña de Arturo Alessandri Besa en 1993.
15
Academia Balmaceda
Piñera, quien terminó su mandato, reconociéndose como una figura
mucho más liberal que las cúpulas de los partidos que lo acompañaron
en su gobierno? Parece ser que gran parte de estas interrogantes
pueden despejarse si el sistema electoral es reformado. Por ejemplo –y
considerando el escenario más probable–, un aumento en el corto plazo
de la proporcionalidad de aquél, serviría, en primer lugar como un
salvavidas para la UDI ante el desplazamiento del sistema de partidos
hacia la izquierda. De hecho, bajar el umbral electoral le permitiría al
gremialismo mantener su hegemonía dentro de la derecha, sin tener
que renunciar necesariamente a sus principios fundamentales. En
segundo lugar, la menor barrera de entrada al Congreso incentivaría
efectivamente la formación del añorado “centro liberal”, no sólo
reclutando elementos desde la derecha sino de diversos sectores
progresistas, como Fuerza Pública del ex ministro de Hacienda de
Bachelet, Andrés Velasco10. Finalmente, y de manera paradójica11, el
más afectado por este cambio podría ser RN, quien podría ser testigo
de un desangramiento interno, tanto hacia sectores más centristas
como hacia la UDI. Un factor determinante de esto será, naturalmente,
cómo se manejará la nueva directiva que suceda a la del conservador
Carlos Larraín, quien encabezó RN por cerca de nueve años.
Para el espectador político, pareciera que un nuevo ciclo político
está por comenzar. Un ciclo ya casi completamente divorciado del
clivaje dictadura–democracia, donde las diversas corrientes
10
Entre los diversos movimientos embrionarios actuales de centro, están: Evópoli, formado por el
diputado electo por el cupo de RN, Felipe Kast, además de contar como figura visible al ex
ministro de Cultura, Luciano Cruz–Coke; Democracia Regional, conformado por los ex senadores
RN, Antonio Horvath y Carlos Cantero, además del independiente Carlos Bianchi; Amplitud,
fundado por los diputados disidentes de RN, los ya mencionados Rubilar, Godoy y Browne; y el
Partido Liberal, refundación del efímero ChilePrimero, que cuenta actualmente con el diputado
electo Vlado Mirósevic. Probablemente en el futuro cercano se conforme también un referente en
torno a la figura del Presidente saliente, Sebastián Piñera, con miras a una futura reelección que
encarne los valores de una derecha más moderna y democrática, que se desmarque de los
sectores más conservadores, que siguen siendo mayoritarios en el sector.
11
“Paradójico”, pues en enero de 2012, fue la misma RN quien, en un pacto que hiciere con la
DC, propuso formalmente aumentar la proporcionalidad del sistema electoral parlamentario, entre
otras reformas institucionales.
16
Academia Balmaceda
ideológicas que atraviesan el país –algunas largamente postergadas
por el sistema binominal y otras que serán desenterradas del pasado o
importadas del extranjero– quedarán desenmascaradas, mostrando su
verdadero rostro. Pero esta nueva y excitante etapa en la historia
política del país, debe ser también analizada en frío por los
investigadores y académicos, con el objeto de develar cómo las
manifestaciones físicas de esta fase (cambios de liderazgo, disputas
cada vez más crudas y visibles en las votaciones del Congreso, alianzas
entre bancadas, surgimiento de nuevos rostros, etc.), serán
acompañadas por movimientos subterráneos determinantes en el
devenir de la nación (traslación del sistema de partidos, nacimiento de
ideologías más extremistas, rol más importante de los partidos en
cuanto unidades aisladas, cambios en el sistema político que
significarán renovadas contradicciones entre el Ejecutivo y el
Legislativo, mayor demanda de la ciudadanía por más transparencia en
la política, pugna entre un sistema más orientado a los candidatos o
más orientado a los partidos, etc.). Parafraseando el viejo adagio, está
a vista y paciencia de todo el mundo cómo empiezan las cosas; la
dificultad radica en dar luces acerca de cómo pueden terminar…
En este trabajo se realizará una revisión de la evolución histórica de los
partidos de derecha en Chile, tomando como punto de inicio el retorno a
la democracia, ya que los partidos actuales se han desarrollado y
evolucionado principalmente en este período, siendo el juego
democrático el marco de acción política fundamental.
Nos enfocaremos en la pugna entre Renovación Nacional (RN) y la
Unión Demócrata Independiente (UDI) por la hegemonía interna de la
derecha nacional, lucha reflejada tanto en la fuerza relativa en el
Congreso como en la definición de candidatos presidenciales.
Conjugando ambos indicadores, la primera década vio a una UDI que si
bien no tuvo la preponderancia electoral, logró prevalecer
ideológicamente, en especial en la designación de los candidatos
17
Academia Balmaceda
presidenciales del bloque formado por ambos partidos. Desde 2001, la
UDI ha podido superar con claridad a RN electoralmente, a pesar de
que fue esta última colectividad la que finalmente pudo llevar a un
candidato de sus filas a la Presidencia de la República.
En primer lugar, expondremos los inicios de ambos partidos,
considerando que las particulares características en que se origina cada
agrupación constituyen, a la vez, los lineamientos básicos que se
transformarían en su identidad y también el factor que determinó la
división entre ambos. En segundo lugar, revisaremos la evolución de
cada una de estas organizaciones desde el retorno a la democracia,
analizando la estructura de poderes, y las estrategias partidarias y de
campañas, partiendo por dilucidar las causas que determinaron el
surgimiento de la preponderancia de la UDI sobre RN, invirtiendo la
situación inicial de 1990. Como tercer punto, ahondaremos en el
camino que siguen ambos partidos hasta las elecciones de 2005, donde
la irrupción de Sebastián Piñera como candidato presidencial, significó
una reacción de RN para alterar su situación de inferioridad
parlamentaria frente a la UDI. En cuarto lugar, presentaremos cómo la
lucha por la hegemonía dentro de la derecha comienza a cambiar luego
de que la principal figura de la UDI, Joaquín Lavín, fuera derrotado por
Piñera en las elecciones de 2005, lo que transformaría a este último en
el candidato único de la derecha para las presidenciales de 2009, donde
la Alianza logra por fin vencer a la Concertación de Partidos por la
Democracia12, después de veinte años de competencia democrática.
Finalmente, revisaremos la situación actual de la derecha, el contexto
político intracoalicional y nacional en que se encuentra y las
condiciones en que lo enfrenta, para tratar de dilucidar en qué
condiciones está el sector frente al nuevo ciclo presidencial y
12
Coalición de partidos de centro izquierda, que a partir de las elecciones de 2013 se llamó Nueva
Mayoría. A pesar de que en los albores de la transición democrática estuvo formada por una
pléyade de partidos políticos –la mayoría fusionándose o simplemente extinguiéndose o
desertando de la coalición–, tempranamente decantó en cuatro colectividades principales: la
Democracia Cristiana (DC), el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Socialista (PS) y el
Partido Radical Social Demócrata (PRSD).
18
Academia Balmaceda
parlamentario; indagaremos asimismo las circunstancias que
determinan esto y cómo se presenta el escenario político al volver
nuevamente a ser oposición.
A modo de reflexión final, ofreceremos una mirada sobre el presente
político, enfatizando en el eventual nacimiento de un centro liberal,
intentando comprender cómo este incipiente sector político ofrece un
importante input al sistema de partidos, qué situación le significa esto a
la derecha y qué perspectivas se pueden apreciar, recién vislumbrado
este nuevo sector y a la luz de la agitación electoral.
I.
La derecha y la fundación de sus partidos
Los partidos que actualmente constituyen la derecha chilena
comparten un origen común, ya que ambos nacen durante el Régimen
Militar en la década de los ochenta, con miras al esperado retorno a la
democracia, llegando incluso a conformar un solo partido que se llamó
Renovación Nacional. Sin embargo, el principal hito que determina los
diferentes caminos que seguirán cada uno, es la división que este
partido sufriera en 1987.
RN había sido conformado por: a) el Frente Nacional del Trabajo
(FNT); b) la UDI, que acogía al gremialismo y era liderada por Jaime
Guzmán; y c) el Movimiento de Unión Nacional (MUN), conformado
principalmente por políticos del viejo Partido Nacional (PN). La UDI y
los gremialistas se separaron finalmente de lo que siguió siendo
Renovación Nacional. Esta escisión se debió al conflicto interno entre
los líderes del partido, el cual fue motivado principalmente por las
diferencias sobre apoyar o no la candidatura de Pinochet a la
presidencia en 1989 –ya perdido el Plebiscito de 1988– de la cual era
partidario Jaime Guzmán, además de la existencia de importantes
discrepancias con respecto a la cercanía con el gobierno y las
19
Academia Balmaceda
proyecciones que se tenía frente a la futura reinstauración de la
democracia (Huneeus, 2001; Moulian, 1988).
No obstante, es necesaria una revisión más exhaustiva tanto de las
condiciones y motivaciones de la formación de Renovación Nacional –
partido que pretendió dar unidad a la derecha durante el Régimen
Militar– como de aquello que condiciona su corta duración y del cisma
que establece el definitivo bipartidismo que ha constituido al sector
hasta nuestros días.
Reaparición de los movimientos de derecha bajo el Régimen Militar
y su intento de ser un partido unitario
Debido a que el régimen de Pinochet había proscrito los partidos
políticos, era necesaria una coyuntura particular, de carácter político y
social, que permitiera la reestructuración de la vida política por medio
de movimientos y/o partidos políticos propiamente tales, la cual ocurrió
de hecho entre fines de 1982 y 1983 (Valenzuela, 1995). Por estos años,
se produce un nivel importante de agitación social, debida a una crisis
económica que sacude al país, lo cual incentiva la formación de grupos
y movimientos políticos que se manifiestan frente a la situación
nacional, tanto coyuntural como de largo plazo, ante la proximidad del
Plebiscito. Esta situación económica y social se suma a la labor en el
Ministerio del Interior de Sergio Onofre Jarpa, un experimentado
dirigente y ex presidente del Partido Nacional, quien emprendió
gestiones que buscaron generar mayor apertura y flexibilización, tanto
política como económica, lo que de facto permitió el surgimiento de
movimientos políticos (Moulian, 1988).
En los intensos momentos políticos que se estaban viviendo en el
país, en especial durante el año 1983, resurgieron y nacieron
movimientos políticos de diversas denominaciones ideológicas, tanto
dentro de la oposición a la dictadura como en la derecha. Ésta, a pesar
20
Academia Balmaceda
de su diversidad, compartía cierto piso de apoyo al gobierno; sin
embargo, alojaba diferencias importantes a nivel ideológico,
programático y en su grado de apoyo, vinculación y participación en el
régimen (Valenzuela, 1995). En este sentido, mientras la oposición se
unificaba cada vez más en torno al objetivo común de sacar a Pinochet
y volver a la senda democrática, la derecha de la época presentaba una
compleja heterogeneidad que Tomás Moulian (1988) separa en tres
grupos:
“Una tendencia, quizás la más fuerte o que tenía mayor
influencia en el gobierno, era la neo–liberal, representada por la
UDI y en menor medida por el MUN [Movimiento de Unidad
Nacional]. Otra tendencia era la que representaba la continuidad
con el comportamiento más típico de la derecha, antes del golpe.
En esta posición se podría ubicar a la Derecha Republicana en
primer lugar, y en alguna medida también al partido Nacional.
Estos partidos son los que han estado desde el comienzo en una
posición más distante del gobierno.
El tercer sector son los nacionalistas, tendencia que ha
mantenido una gran lealtad política al gobierno, pero con la
diferencia respecto de los neo–liberales que no han logrado tener
la influencia, ni el poder alcanzado por esos sectores más
modernos. Se ubican bajo este pensamiento el MAN [Movimiento
de Acción Nacional] y Avanzada Nacional. Este es un sector que
ha entregado su apoyo incondicional a Pinochet, y que dentro de
la derecha representa a los grupos más reaccionarios.”
(Moulian, 1988, p. 83).
A partir de esta caracterización, es posible hacer una segunda
distinción dentro de los sectores que componen la derecha chilena de
ese entonces. Esta nueva diferenciación se evidencia si analizamos la
evaluación que los movimientos hacen con respecto al presente y futuro
21
Academia Balmaceda
cercano de la política nacional, el cual se puede enmarcar en dos grupos
más o menos claros. El primero está formado por quienes prestan un
apoyo sustantivo al gobierno, no sólo respecto al “pronunciamiento
militar” –nombre oficial que le dan los militares– de 1973, sino que
respaldando también la gestión de los militares en su empeño de
reforma nacional, cambio institucional, política económica y niveles de
represión –esto último, al menos en términos generales. Debe añadirse
que sectores importantes de quienes integran este núcleo civil de apoyo
también han participado activamente dentro del gobierno. Dentro de
estos últimos, destaca la labor del Movimiento Gremial y su líder Jaime
Guzmán, quien llegó a ser el actor civil más influyente para los
militares, en particular para Pinochet (Hunneus, 2001). Pero también
tenemos en este grupo a sectores más moderados en cuanto a la
incondicionalidad del respaldo, aunque especialmente se diferencian de
los gremialistas en su participación directa en el poder. En esta
categoría está la mayor parte de quienes integran al MUN y sectores del
Partido Nacional. Finalmente, podemos incluir en este grupo a los
nacionalistas, quienes a pesar de mostrarse incondicionales con los
militares, no tienen participación ni influencia significativa en el
gobierno (Hunneus, 2001; Moulian, 1988).
La segunda categoría está conformada por aquellos sectores de
derecha más “democráticos”, los cuales tienen una marcada distancia
del gobierno y tampoco han participado en cargos de autoridad, a
diferencia del gran número de alcaldes, por ejemplo, designados por
Pinochet y que son miembros del gremialismo. Estos grupos llegaron
inclusive a formar parte de la oposición debido a sus demandas
políticas, principalmente el retorno a la democracia y el sentido de ésta,
y su rechazo a Pinochet como candidato presidencial oficialista. En este
grupo caben sectores del tradicional Partido Nacional –este tipo de
diferencias internas termina haciendo insostenible a este partido–, el
Partido Republicano y sectores liberales (Moulian, 1988).
22
Academia Balmaceda
Escisión del bloque en los actuales RN y UDI
Ahora bien, ¿cuáles fueron las claves que imposibilitaron la
continuidad de la derecha bajo la forma de un partido único para
enfrentar el retorno a la democracia? Esta pregunta encuentra su
respuesta comenzando por la importante diversidad que compone a la
derecha chilena en los años previos al Plebiscito de 1988, la cual
involucra grupos con claras diferencias identitarias y programáticas, con
perspectivas políticas que dejan poco espacio a la convergencia más allá
de la visión económica y aspectos generales de la nueva
institucionalidad generada a partir de la Constitución de 1980. Esto se
puede observar en los seis puntos sobre los cuales se constituyó el
acuerdo base de Renovación Nacional en el verano de 1987:
“querer la democracia representativa; respeto por los
derechos de las personas; fortalecimiento de la libertad
individual; apoyo a la economía social de mercado; rechazo al
comunismo; y valoración del 11 de septiembre y la legitimidad de
la Constitución, sin perjuicio de las modificaciones necesarias”
(Etchepare, 2005:8).
Revisemos ahora en mayor profundidad quiénes componen el recién
nacido partido de Renovación Nacional. Por un lado, tenemos al
Movimiento Gremial, liderado por Jaime Guzmán, el cual tenía el claro
proyecto de conformar una agrupación que diera continuidad a la obra
del Gobierno Militar cuando los militares volvieran a sus cuarteles, para
lo cual debía constituirse en un movimiento político hegemónico, de
cierta forma análogo a lo que ocurría con el PRI en México
(Dockendorff y Fuentes, 2007; Hunneus, 2001).
El régimen de Pinochet no podía sustentarse solamente en las
FF.AA., sino que debía tener una base de apoyo social sustentada en un
nivel de participación civil en el gobierno, que le sirviera de conexión
con la población y través del cual fuera constituyendo una base de
23
Academia Balmaceda
legitimidad a la que apelar (Hunneus, 2001), tanto en el presente como
frente a la necesidad de continuidad una vez restituida la democracia.
El gremialismo había nacido en la Pontificia Universidad Católica de
Chile como un movimiento estudiantil, por lo que sus miembros y
dirigentes eran principalmente jóvenes, lo que era propicio para la idea
de Guzmán de formar un movimiento nuevo que se desprendiera de la
vieja política y que constituyera la fuerza que encabezara el nuevo
andar político nacional (Hunneus, 2001). Esta nueva fuerza se basaba
en un discurso anti–político que reivindicaba el trabajo en terreno y con
la gente, donde la cercanía a sus necesidades marcaría la diferencia con
la forma elitista y desgastada de la antigua política. Este discurso es
adoptado por Pinochet, quien procuraba sustentar la legitimidad del
régimen en el hecho de que éste era la respuesta a la necesidad de
acabar con los políticos corruptos y “vende patria”, acercándose a las
necesidades nacionales desde una perspectiva firme, ejecutiva y
diligente. Es por esto que el Régimen ve en el gremialismo un actor
clave para la cercanía con la gente, pero en especial con la juventud,
que era donde debía imponerse este nuevo discurso y donde se
encontraría finalmente un respaldo ciudadano al gobierno y su obra para
el largo plazo, ya que eran las nuevas generaciones quienes debían
hacerse cargo del país, pero con una nueva conciencia política
(Hunneus, 2001).
Estas ideas se plasmaron en el trabajo de campo que desplegó el
gremialismo, el cual se centró en tres ejes. El primero de ellos fue el
trabajo con la juventud a través de la Secretaría Nacional de la
Juventud, institución dependiente de la Secretaría General de la
Presidencia, de la cual se hizo cargo el gremialismo, situación que le
proporcionó una instancia clave para la penetración de sus ideas en los
jóvenes, además de otorgarle capacidad de movilización. La segunda
instancia fue la participación que tuvieron los gremialistas en la Oficina
de Planificación Nacional (ODEPLAN), donde colaboraron con los
24
Academia Balmaceda
militares y los “Chicago Boys” en el diseño de reformas económicas y
en la evaluación de la gestión de los ministerios, lo cual se sumó a la
colaboración en las Secretarías Regionales de Planificación
(SERPLACs) en la gestión político–administrativa (Hunneus, 2001).
Finalmente, una instancia clave para el desarrollo político–identitario
del gremialismo, fue que:
“la mayoría de los dirigentes de la UDI inició su carrera
política en las instituciones del régimen militar: Secretaría
Nacional de la Juventud, en cargos directivos o administrativos;
luego en el Frente Juvenil de Unidad Nacional; y, después, en las
alcaldías de los distritos que hoy representan, o como altos
funcionarios del gobierno central o asesores de ministros y
subsecretarios” (Huneeus, 2004:14).
Este desempeño de sus personalidades en los municipios, a través de
las designaciones de alcaldes que les confió Pinochet, tuvo la
importancia de entregarle a la futura UDI, la experiencia y el vínculo
con lo local, además de la cercanía que significa el trabajo directo con
las personas y las organizaciones más pequeñas, elemento que será
clave en el despliegue político y de campaña que desarrollará la UDI
luego del retorno a la democracia (Berríos, 2007). Aquí se evidenciará
un tipo de oferta política particular y bien definida, la cual apela a las
necesidades más tangibles de las personas y establecerá la idea de la
política como elemento funcional a las necesidades prácticas y
materiales de las personas más necesitadas.
Por último, debemos referirnos a la trascendental influencia que
ejercería el sector gremialista en la visión de mundo de la sociedad
chilena y la ideología que asume y hace suya Pinochet, la cual ofrece un
diagnóstico del pasado que justifica la refundación de Chile mediante
un gobierno fuerte. Esto se establece desde la Declaración de Principios
del 11 de marzo de 1974 (Moulian, 1988). Fue el gremialismo quien
25
Academia Balmaceda
tuvo incidencia clave en la creación de la Constitución de 1980, pero
también fue parte importante, junto a los “Chicago Boys”, en la
instauración del nuevo modelo económico monetarista neo–liberal.
Es por esto que la relevancia del gremialismo y la figura de Jaime
Guzmán fueron factores sumamente determinantes en el desempeño
político e institucional del Gobierno Militar, transformándose en sus
principales herederos y defensores luego del retorno a la democracia.
El otro actor fundamental está compuesto por aquellos que
conformarían Renovación Nacional tal como la conocemos ahora,
cuyos principales líderes eran Andrés Allamand y Sergio Onofre Jarpa,
quienes presentaban diferencias reconocibles, partiendo de la brecha
generacional que los separaba. Más importante aún, cada uno
representaba sectores y visiones distintas, siendo Allamand el líder del
sector liberal y más reformista, mientras que Jarpa encabezaba la
corriente más “dura” o “tradicional”, heredera del Partido Nacional
(Aubry y Barozet, 2005:10). La diferencia entre estos sectores se podría
sintetizar en “un centrismo progresista distanciado de la cultura
autoritaria [y una visión] inclinada hacia posturas más corporativas y
conservadoras, con un fuerte sentimiento de reivindicación del
gobierno militar” (Cañas, 1998:75).
El primer antecedente del actual partido Renovación Nacional es un
manifiesto de 1983 que apareció en la prensa como apoyo a la gestión
de Jarpa en el Ministerio del Interior, en el cual:
“se llamaba a la unidad nacional, se planteaba la necesidad
de hacer un gran esfuerzo conjunto para escoger el camino del
entendimiento y del diálogo, evitando el deslizamiento hacia la
violencia. Para que eso fuera posible debía apoyarse la apertura
política y corregir los errores de una política económica
inflexible y la insensibilidad de quienes se habían despreocupado
26
Academia Balmaceda
de la cesantía, los bajos salarios y el endeudamiento interno”
(Moulian, 1988:41).
Es muy claro que el nuevo movimiento que se constituiría a partir de
este manifiesto, el MUN, representa a un sector crítico del gobierno,
pero no abiertamente opositor, ya que propone la unidad en torno a la
voluntad de mejorar aquellas cosas en que existen precariedades y abrir
el sistema político, aumentar el diálogo y disminuir el actuar doctrinario
e intransigente que se oponía a cualquier cambio en las instituciones
políticas y económicas construidas por el régimen. Es por esto que este
movimiento nace en una posición muy diferente a la de la UDI, partido
mucho más doctrinario, disciplinado e irrestricto en su apoyo al
régimen, lo cual se entiende naturalmente si se considera la ya
mencionada importante participación en la obra del gobierno.
De esta forma, hay claras diferencias entre los sectores que se
diferenciarían definitivamente luego del intento frustrado de formar un
partido unitario de derecha, donde por un lado tenemos al MUN
proponiendo “la necesidad de crear un movimiento político unitario,
democrático, amplio y renovador” (Moulian, 1988:43), mientras que la
UDI se cuadraba firmemente detrás del sistema creado por el régimen,
lo que implica menor voluntad de apertura y renovación respecto de
obras en las que habían sido co–creadores y en buena medida
inspiradores.
Sin embargo, el MUN tuvo que tomar la decisión de pasar a ser parte
de la oposición o seguir apoyando al gobierno, cuando Jarpa es
removido de Interior, lo que implica el fracaso del intento por abrir y
flexibilizar el sistema y el programa para el retorno a la democracia.
Frente a esta disyuntiva, el MUN optó por sumarse a quienes apoyaban
al gobierno (Moulian, 1988), disyuntiva a la que también se enfrentaron
el Partido Nacional y los demás sectores de derecha, lo que terminó por
disolver al histórico Partido Nacional, repartiéndose sus miembros entre
27
Academia Balmaceda
las dos opciones mencionadas, integrándose algunos a la actual
Renovación Nacional y otros formando parte de la oposición, a través
del Partido Alianza de Centro (PAC).
Conclusión
Lo que había llevado a que la derecha se uniera en un solo partido en
1987, era la inminencia del Plebiscito que decidiría el futuro del
régimen militar, pero las divisiones internas no demoraron en socavar
esta unión, ordenando el verdadero mapa político existente en la
derecha. Son estas divisiones las que determinarían no sólo la
separación de los dos partidos que existen hasta hoy, sino que también
su evolución y la forma de progresar que cada uno iría eligiendo para
crecer política y electoralmente.
“[las causas del divisionismo en la derecha eran:] la mayor y
menor cercanía de unos y otros respecto del gobierno [militar],
las discrepancias en torno a la transición y la arquitectura
constitucional del régimen, las distintas perspectivas sobre el
sistema democrático, las aproximaciones disímiles acerca de la
forma de avanzar hacia una economía cada vez más abierta y
competitiva. […] en rigor, la UDI nunca fue demasiado
independiente [del gobierno militar]; nosotros en cambio [RN]
estábamos siéndolo cada día en mayor grado” (Allamand,
1999:30).
Las distintas perspectivas sobre la cercanía al gobierno de Pinochet,
determinarán de esta forma la separación de los dos partidos, y serán
un tópico siempre presente en la vida política de ambos, pero en
especial en la UDI, ya que al originarse y plantearse como defensor
acérrimo del legado autoritario, es a quien más le influirá el desarrollo
que tendría la visión sobre este legado, ya en democracia.
28
Academia Balmaceda
El otro factor clave y diferenciador de los actuales partidos que
podemos encontrar ya en sus orígenes, es en el ámbito de acción
política y en la determinación de principios sobre los que ambos nacen
y se estructuran. Por un lado tenemos a la UDI, un movimiento nacido
en la acción política local y juvenil, la cual respondía a un ideal político
“apolitizante”, donde lo tangible es lo más importante y donde la
disciplina y el adoctrinamiento de sus miembros es una característica
clave que determina el apego a su principal líder Jaime Guzmán, a la
obra de éste y del Gobierno Militar, y a la figura de Pinochet. Mientras
que en RN, encontramos a miembros que en su mayoría no participan
del régimen ni tienen un origen político común determinado, ya que al
aparecer el MUN, éste se plantea como una instancia programática y no
ideológica, invocando así la convergencia de distintos sectores sobre la
base de ideales muy generales y una mirada más amplia y flexible que
la de sus socios de la UDI, lo cual determina a un partido mucho menos
homogéneo y disciplinado.
II.
La derecha chilena: vida y evolución en democracia
Una historia de liderazgos confrontados
Desde las primeras elecciones democráticas realizadas en el país
luego del retorno a la democracia, quien mayor éxito electoral
cosechaba dentro de la derecha era RN, pero esta situación no
permaneció así, ya que la UDI experimentó un lento pero constante
aumento en sus votaciones, llegando a ser en 2001 el principal partido
con representación parlamentaria no sólo dentro del sector, sino que en
todo el espectro político, mientras que RN vio disminuido su apoyo en
la Cámara Baja, alrededor de un 9% desde 1989 hasta 200113.
13
Ésta, como todo el resto de la información electoral, fue derivada de la página web oficial del
Servicio Electoral chileno: www.elecciones.gov.cl.
29
Academia Balmaceda
Esta evolución electoral es en buena medida el reflejo de la eficacia
con que la UDI logró desplegar su maquinaria electoral y la incapacidad
de RN de plantearse como un rival real dentro de la derecha, que
pudiera disputar la hegemonía política y posteriormente electoral, que la
UDI fue alcanzando a través del tiempo.
El aumento en las votaciones de la UDI se ha explicado por varios
factores, que son: primero, el fuerte liderazgo y cohesión de sus líderes,
que hacen de la UDI un partido fuertemente jerarquizado y ordenado
(Berríos, 2007; Dockendorff y Fuentes, 2007; Hunneus, 2001).
Segundo, su política de reclutamiento y la homogeneidad de los
espacios de socialización política de sus miembros; esto favorece la
cohesión interna del partido y brinda gran éxito en la incorporación de
elementos nuevos que enriquecen sus filas (Berríos, 2007). Tercero, sus
nexos con sectores empresariales que le brindan el apoyo económico
necesario para desbalancear el gasto electoral a su favor (Berríos, 2007;
Luna, 2010). Y cuarto, el logro político de haber superado el hecho de
ser el partido más fuertemente identificado con el Régimen Militar
(Berríos, 2007). En todo caso, cabe cuestionar este factor en los últimos
años, en que se ha revivido la percepción del nexo de la UDI con el
período autoritario, sí fue posible observar un distanciamiento claro con
la figura de Pinochet luego de la detención de éste en Londres en 1998.
El hito que sella este logro político es la actitud seguida por la UDI y
por la derecha en general, al momento de la detención de Pinochet –de
cara a la elección presidencial de 1999. La estrategia seguida se enfoca
en no defender personalmente a Pinochet, sino más bien resguardar la
soberanía interna de Chile, argumentando que si el ex general es
juzgado, deber ser en Chile, con lo cual se desmarca de la figura del
dictador, quedándose sólo con la defensa de la institucionalidad chilena
y la herencia que en ella dejó el Régimen Militar (Berríos, 2007; Luna,
2011). A esto también se suma la incapacidad de RN para consolidarse
como un partido con una estructura sólida, con fuerte unidad interna y
con un perfil claro y definido (Gamboa, 2007).
30
Academia Balmaceda
De esta forma, la hegemonía al interior de la derecha fue
evolucionando en favor de la UDI y se pueden observar varios hitos y
situaciones en esta pugna, los que van dejando en claro su predominio y
la respuesta que finalmente lanza RN cuando se le presenta la
oportunidad. El primer punto es lo que ya se ha mencionado, referido a
que en las tres elecciones presidenciales entre 1989 y 2000, no figuró
ningún candidato proveniente de las filas de RN. Dentro de la cuestión
presidencial en la Alianza, es importante recordar que Sebastián Piñera
tuvo que renunciar a su pretensión como pre–candidato a las elecciones
de 1993, luego de la difusión de conversaciones telefónicas privadas,
donde se expresaba en malos términos de su entonces competidora
Evelyn Matthei (Gamboa, 2007).
Fuera del tema presidencial, hay hechos específicos que reflejan la
posición secundaria que RN vivió por muchos años. Uno de ellos es la
batalla senatorial por Santiago Oriente (1993), donde Andrés Allamand,
principal figura de RN y posible candidato presidencial para las
elecciones de 1999, sufre una gran derrota de mano de Carlos Bombal
(UDI), luego de una campaña muy dura de la UDI en su contra, lo cual
pulverizó sus opciones presidenciales. Esta derrota de Allamand
consolidó la campaña de Joaquín Lavín, dejando atrás la opción de RN
de consolidarse como el partido eje de la derecha (Gamboa, 2007;
Allamand 1999), máxime considerando que hacia 1997 la UDI ya había
logrado equiparar fuerzas electorales parlamentarias con RN.
Otro hito importante en la conflictividad interna de la derecha y que
remarcó el poder que ostentaba la UDI, fue la retirada que tuvo que
hacer Piñera de su posible campaña a senador por la Quinta Región
Costa. La UDI no había visto con buenos ojos esta candidatura y
anticipó el retiro de la Armada de su entonces Comandante en Jefe
Jorge Arancibia, con el objeto de que postulara a esa senaturía,
quitándole toda opción a Piñera, quien de haber insistido habría causado
31
Academia Balmaceda
un daño peor a las ya resquebrajadas relaciones en la Alianza (Gamboa,
2007).
Por último, el hito que refleja la gran conflictividad e incapacidad de
homogeneizar políticas y unirse como coalición política con reales
opciones de llegar a La Moneda, fue la gran tensión despertada dentro
de la derecha con miras a las elecciones municipales de 2004, cuando la
diputada Pía Guzmán (RN) denuncia indirectamente, sin pruebas que la
respaldaran, a Jovino Novoa (UDI), en tanto implicado en el entonces
bullado “caso Spiniak”14. Este conflicto finalmente concluyó con un
golpe de timón de Joaquín Lavín, entonces principal figura de la
oposición, quien exigió la salida de los presidentes de ambos partidos,
Pablo Longueira y Sebastián Piñera, acentuando las diferencias entre
Lavín y este último. Todo este proceso se vivió en medio de un choque
de acusaciones y reproches de un lado hacia otro, generando gran
división en la Alianza, lo que sumado al ascenso en la popularidad de la
Concertación luego de la recuperación económica que estaba viviendo
el país, provocó que los resultados de las municipales de 2004 fueran
muy malos para la derecha, a pesar del éxito en las elecciones
parlamentarias de 2001 (en especial de la UDI) y de las presidenciales
de 1999 (Berríos, 2007).
Todo este escenario político restó mucho poder a la campaña de
Lavín para el año 2005, presentándose una oportunidad perfecta para
que creciera la opción de un candidato propio en RN (Piñera), ya que se
creía muy difícil que Lavín pudiera vencer a cualquiera de las dos
precandidatas de la Concertación, Soledad Alvear o Michelle Bachelet.
De esta forma, la candidatura de Piñera surge como la respuesta que RN
da por fin a la hegemonía de la UDI, logrando un importante éxito
intracoalicional en las elecciones presidenciales de 2005, donde Lavín
es derrotado por el empresario en primera vuelta, perfilándose éste
14
El Caso Spiniak corresponde a un proceso judicial por estupro, prostitución infantil y producción
de material pornográfico, iniciado durante 2003 en Chile.
32
Academia Balmaceda
como el candidato natural de la derecha para el año 2009. Caso
contrario ocurrió en las elecciones parlamentarias, ya que la UDI
continuó con su dominio electoral en el Congreso, incluso aumentando
su superioridad respecto de la elección anterior.
Es así como la candidatura de Sebastián Piñera es el mecanismo que
RN logra generar para disputarle –con opciones reales– la hegemonía a
la UDI, encarnándose en la propia figura de Piñera –quien había sido
varias veces víctima de esta hegemonía– el levantamiento –o, por lo
menos, el intento– de un partido que por factores domésticos
(incapacidad de fortalecimiento y coherencia interna) y externos (el
buen trabajo y resultados electorales de la UDI), había permanecido
largos años en un papel secundario dentro de la derecha chilena (Aubry
y Barozet, 2005; Gamboa, 2007).
La pérdida del Ejecutivo y el atrincheramiento en el Congreso
Los resultados del Plebiscito de 1988, los tempranos disensos entre
la UDI y RN, y la gran capacidad de acuerdo mostrada por la naciente
Concertación –a pesar de su pluralismo– (Navia, 2007), dejaban la
sensación de que sería muy difícil que la derecha ganara la elección
presidencial fijada para el año siguiente. Peor aún, se temía que la
coalición de centro–izquierda arrasara en las elecciones parlamentarias
(que se llevarían a cabo en forma concurrente con la presidencial),
pudiendo lograr las mayorías necesarias en el Congreso para poder
superar los altos quórums legados por la Constitución de 1980 y así
tener la oportunidad de desmantelar, al menos parte de la obra dejada
por el dictador Augusto Pinochet. ¿Cómo podía defenderse, entonces, la
Constitución de 1980? La respuesta fue dada precisamente por uno de
los redactores más importantes de la nueva Carta Magna, el ex dirigente
gremialista y fundador de la UDI en 1983, Jaime Guzmán Errázuriz. En
efecto, este abogado constitucionalista diseñó un sistema electoral que
aseguraría la representación parlamentaria de la segunda mayoría, a
33
Academia Balmaceda
través de la formación de pactos (Altman, 2008). Este es el llamado
sistema binominal, el cual rige para las elecciones parlamentarias, desde
1989, según la Ley Orgánica Constitucional 18.700 de Votaciones
Populares y Escrutinios.
Con el sistema binominal en marcha, el Congreso se transformó para
la derecha en un importante “actor de veto” (Tsebelis, 2002) hacia las
decisiones del Ejecutivo –controlado por la Concertación durante veinte
años– hasta la victoria en las urnas de Sebastián Piñera en 2010. La
dificultad de “doblar” en los distritos y circunscripciones ha producido
un virtual empate entre las dos grandes coaliciones (ver Tabla 1), tanto
en la Cámara de Diputados como en el Senado, lo cual a su vez ha
impedido la oportunidad de realizar reformas que requieran de quórums
calificados15. A pesar del gran poder constitucional que tiene el
Ejecutivo sobre el Legislativo en nuestro sistema de gobierno (Alemán
y Saiegh, 2007; Toro, 2007), la práctica institucional desde el retorno a
la democracia ha demostrado que el Congreso funciona como un
efectivo check and balance sobre el Ejecutivo (Aninat, Londregan,
Navia y Vial, 2006; Londregan, 2000; Siavelis, 2002).
15
La Constitución de 1980 estableció que la aprobación, modificación o derogación de ciertas
normas legales, debía ser con quórum supramayoritario. Para iniciativas que tengan que ver con
leyes orgánicas constitucionales, se requiere de las 4/7 partes de los diputados y senadores en
ejercicio; para reformas constitucionales, se exigen 3/5 de los miembros en ejercicio; y para
ciertas normas que interpreten preceptos de la Constitución, 2/3 de los miembros en ejercicio.
34
Academia Balmaceda
Tabla 1: Evolución de las coaliciones en ambas cámaras, desde las
elecciones parlamentarias de 1989
Diputados electos
Concertación17
Alianza18
1989
1993
1997
2001
2005
2009
69
70
69
62
65
57
48
50
47
57
54
58
Senadores electos16
Concertación
Alianza
22
9
11
9
11
9
16
9
9
9
8
9
Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral
Sin embargo, si bien la “estrategia de trinchera” le permitió al bloque
de derecha contrarrestar su incapacidad de acceder al gobierno durante
veinte años, también ha tendido a acentuar las diferencias originarias
entre los partidos de la coalición, principalmente por dos razones. En
primer lugar, el sistema binominal traslada la competencia electoral
hacia el interior de las coaliciones (Altman, 2008:51–52), pues
establece un mecanismo de lista abierta, en que si bien se suman los
votos de los candidatos del mismo pacto para efectos de la repartición
D’Hondt, quien se lleva el escaño, si es que no hay doblaje, es sólo el
candidato más votado de la lista19. En resumidas cuentas, el sistema
16
En Chile, el Senado se renueva por mitades. Sólo en 1989 –primera elección parlamentaria
desde el golpe militar–, esta cámara se eligió íntegramente, sin contar los “senadores
institucionales”, figura de la Constitución de 1980 removida con la reforma de 2005.
17
Esta tabla considera sólo a los parlamentarios electos que compitieron dentro de uno de los
principales pactos políticos, pues el fin es solamente mostrar la mecánica bicoalicional que
genera el sistema binominal. Así, no se toman en cuenta los representantes de otros pactos ni los
independientes, aunque eventualmente se hayan sumado posteriormente a alguna bancada de
una de estas dos coaliciones.
18
La coalición de centroderecha ha cambiado muchas veces su denominación: en 1989, fue
“Democracia y Progreso”; en 1993, “Unión por el Progreso de Chile”; en 1997, “Unión por Chile”;
en 2001, “Alianza por Chile”; en 2005, “Alianza”; y en 2009, “Coalición por el Cambio”. Como
durante todo este trabajo, se nombra sencillamente como “Alianza”. Con respecto a la coalición
de centroizquierda, ha pasado otro tanto, aunque, hasta 2013, el pacto electoral siempre llevó
incluido el vocablo “Concertación”.
19
Esto ha sido, en la práctica, particularmente cierto para la Alianza, pues sólo ha logrado doblar
en el distrito 23 (Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea), desde la elección de 1993 en adelante.
35
Academia Balmaceda
binominal genera dentro de las coaliciones una mecánica mayoritaria,
en que cada candidato compite primariamente con su propio compañero
de lista, en una lucha intestina por ser el más votado del pacto.
En segundo lugar, no contar con el botín del Ejecutivo impide el
acceso a una importante fuente de recursos para atenuar la dureza de la
campaña parlamentaria, descrita anteriormente. Estos recursos tienen
que ver con el poder del Presidente en dos ámbitos, a saber: i) la
provisión de cargos públicos que, de una u otra manera, son definidos
por el Primer Mandatario20; ii) el dominio de la agenda legislativa. La
injerencia del Presidente en el nombramiento de determinadas
autoridades (ministerios, subsecretarías, intendencias, gobernaciones,
embajadas, dirección de empresas estatales, etc.), tiene el efecto de
manejar las “cuotas” de representación de los distintos partidos que
conforman la coalición de gobierno, a través de la repartición de
premios de consuelo, especialmente para aquellos candidatos
individuales que hubieren sido derrotados en la contienda
parlamentaria. En el estudio que realizan Carey & Siavelis (2003) para
la década de los ’90, se muestra cómo la dificultad de obtener mayorías
legislativas a causa del sistema electoral binominal y la subsecuente
pérdida de capital político generado por la derrota de valiosos
candidatos, nominados con el objeto de obtener doblajes en ciertos
20
Entre las recompensas erogadas por el Ejecutivo, distinguimos entre cargos de confianza
(puestos políticos en carteras ministeriales, intendencias, gobernaciones, SEREMI’s, embajadas,
consulados), puestos de gobierno (cargos en el tope de organismos gubernamentales o
directorios de empresas estatales) y empleos públicos (en los diversos servicios públicos, tales
como funciones menores en ministerios, secretarías, hospitales públicos, etc.). Si bien todos
estos cargos son remunerados por el Estado, cada uno de ellos implica un grado distinto de
poder del Ejecutivo para llenarlos. Los cargos de confianza son de exclusiva confianza del
Presidente de la República –es decir, son nombrados y removidos exclusivamente por el Primer
Mandatario– y representan funciones descentralizadas del gobierno; los directores de organismos
gubernamentales o empresas estatales, son nombrados la mayoría de las veces por consejos
donde el Presidente está representado por algunos de sus ministros y cuya conformación no se
agota en miembros del Ejecutivo, sino que también reúne a empresarios, trabajadores de las
empresas, abogados, técnicos, etc.; finalmente, está el grupo de aquellos que obtienen empleos
en el sector público, en general. Nótese que estas denominaciones son totalmente arbitrarias y
sólo son útiles para distinguir entre diversos grados de intervención del Ejecutivo en los
nombramientos.
36
Academia Balmaceda
distritos, fue resuelto por la Concertación “compensando con cargos en
el gobierno a sus correligionarios que estuvieron dispuestos a asumir el
riesgo personal, en favor de la coalición, de aceptar una candidatura y
realizar una campaña vigorosa para llegar al Congreso, pero que no
resultaron electos” (Carey y Siavelis, 2003:6).
Como se muestra en la Tabla 2, este mecanismo compensatorio fue
ampliamente emulado por el actual gobierno de Piñera, lo cual
corrobora la hipótesis de que el control del Ejecutivo otorga un “seguro
para los subcampeones” (ver Tabla 2). Además del poder de
nominación del Presidente en diversos cargos del gobierno, aquél es el
jefe de su coalición, ejerciendo una influencia significativa sobre las
decisiones tomadas por los partidos oficialistas. Uno de los mecanismos
más eficaces a disposición del Presidente, para mantener unida a su
coalición, es el del dominio de la agenda legislativa (Siavelis, 2000;
Siavelis, 2002). Tal como menciona Toro (2007), la unidad de los
partidos de la Concertación en la transición se debió, en parte, a “su
capacidad de manejar los tiempos, temas y oportunidades para ser
empleadas [las prerrogativas del Presidente]” (Toro, 2007:33). Es decir,
fuera de los poderes constitucionales, existen “mecanismos de
influencia informales” (Siavelis, 2002:105) que el Ejecutivo utiliza en
su relación con el Congreso, con el objeto de poder pasar la mayor
cantidad de mensajes posibles. Estos mecanismos incluyen, por
ejemplo, reuniones entre representantes del gobierno y las bancadas
oficialistas, previas al envío de un mensaje presidencial.
37
Academia Balmaceda
Tabla 2: El destino de los ex diputados, según su coalición, año de
alejamiento y gobierno en el que trabajaron posteriormente
Año en que deja el
Ex
escaño y gobierno diputados
en que ocupa cargo
Concertación Post–2005 (con Bachelet)
Alianza
15
CCa
PG
SP
26,7b 13,3 46,7
Algún
cargo
73,3
Post–2009 (con Piñera)
12
0
8,3
8,3
16,7
Post–2005 (con Bachelet)
14
0
14,3
0
14,3
Post–2005 (con Piñera)
13
30,8 15,4
7,7
46,2
Post–2009 (con Piñera)
17
52,9 23,5 47,1
88,2
Fuente: Elaboración propia, a partir de los datos de la Biblioteca del Congreso y del Gobierno,
a través de sus páginas web www.bcn.cl y www.gobiernotransparentechile.cl, respectivamente;
además de diversos diarios electrónicos.
a
CC=Cargos de exclusiva confianza; PG=Puestos de gobierno; SP=Sector público (ver nota 7).
b
Los datos están en porcentajes y, a lo largo de la fila, no tienen por qué sumar un 100%, pues
un diputado pudo haberse desempeñado en más de un tipo de cargo.
En síntesis, si bien atrincherarse en el Congreso mostró ser, para el
bloque de derecha, una estrategia efectiva para resistir varios embates
reformistas propuestos por los gobiernos sucesivos de la Concertación,
el no contar con el control del Ejecutivo y sus naturales mecanismos
para cohesionar a su coalición, significó en la práctica, dejar a los
partidos de la Alianza abandonados a la ya iniciada pugna por la
hegemonía del bloque, pugna exacerbada además por los incentivos de
competencia intracoalicional promovidos por el sistema electoral
binominal.
38
Academia Balmaceda
La lucha por la hegemonía
Como ya se señalara en el primer capítulo, la derecha había sufrido
durante la década de los ’80, un fracasado intento por conciliar sus
distintas visiones políticas en un partido único. Así, las elecciones
presidenciales y parlamentarias de 1989 que inauguraron el retorno a la
democracia, encontraron a una derecha dividida en dos partidos
principales: la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación
Nacional (RN)21. Sin las fuerzas unificadoras del Ejecutivo, la lucha por
la hegemonía interna estaba desatada, presentándose el Congreso como
el principal campo de batalla. Si bien el sistema binominal le aseguraba
al bloque derechista una proporción de escaños tendiente a la mitad en
ambas Cámaras, la pugna se centraba en cuál de los dos partidos obtenía
más curules.
Observando los datos desde 1989 para la Cámara de Diputados22 (ver
Gráficos 1 y 2), se observa una hegemonía de RN para el período 1990–
2001 y, posteriormente, una superioridad de la UDI para el período que
va desde 2001 hasta el 2013. Sin embargo, más notable aun es la
siempre creciente línea electoral de la UDI (ver Tabla 3). En contraste,
RN que partió dominando la coalición, ha sufrido una constante baja en
sus resultados electorales, estabilizándose en torno al 15% de los
escaños desde 2001. ¿Qué factores pueden ser capaces de explicar el
impresionante avance electoral de la UDI? El resto de la sección se
centrará en responder esta pregunta, en base a dos consideraciones
sobre el partido gremialista: i) el alto grado de vinculación territorial
que posee con sus electores, especialmente en las zonas urbanas; ii) la
estructura altamente jerarquizada de su organización interna. La
21
No obstante, el pacto de derecha (Democracia y Progreso) pudo acordar una candidatura
presidencial única, en torno al ministro de Hacienda durante el gobierno militar (1985–1989),
Hernán Büchi. Algunas precandidaturas que quedaron en el camino, fueron las del ex ministro del
Interior, Sergio Onofre Jarpa, y la del ex senador radical Julio Durán, quien había sido candidato
presidencial en 1964.
22
Se presentan los datos sólo para la Cámara Baja. Con respecto al Senado, su renovación
parcial cada cuatro años, no nos permite mostrar tendencias tan fácilmente.
39
Academia Balmaceda
combinación de estos dos factores, le habría permitido a la UDI un
diseño más efectivo de sus plantillas parlamentarias, lo cual
evidentemente ha redundado en una mayor eficacia electoral, en
relación a sus socios de RN.
Tabla 3: Evolución electoral UDI y RN
UDI
% votación
% escaños
9,82
12,11
14,45
25,18
22,36
23,05
1989
1993
1997
2001
2005
2009
RN
Escaños
9,17
12,5
14,17
25,83
27,5
30,83
% votación % escaños
11
15
17
31
33
37
18,28
16,31
16,77
13,77
14,12
17,81
Escaños
24,17
24,17
19,17
15
15,83
15
29
29
23
18
19
18
Fuente: Elaboración propia. Datos de la web oficial del Servel www.elecciones.gov.cl.
Diputados electos UDI-RN 1989-2009
40
35
30
25
20
UDI
15
RN
10
5
0
1989
1993
1997
2001
2005
2009
Fuente: Elaboración propia. Datos de la web oficial del Servel www.elecciones.gov.cl.
40
Academia Balmaceda
Porcentajes de votación en diputados UDI-RN 1989-2009
30
25
20
UDI
15
RN
10
5
0
1989
1993
1997
2001
2005
2009
Fuente: Elaboración propia. Datos de la web oficial del Servel www.elecciones.gov.cl.
La “bendita herencia” de Pinochet
El carácter dictatorial del gobierno de Pinochet se reflejaba en su
capacidad absoluta de nominación de una serie de autoridades públicas.
Dentro de estos puestos, son de particular relevancia para el desarrollo
político de los partidos en democracia, aquéllos que implicaban un
grado de penetración territorial local (alcaldes, SEREMI, juntas de
vecinos, centros de madres, organizaciones de gobierno como la
Secretaría Nacional de la Juventud, etc.). Como se mencionaba en el
primer capítulo, la UDI se convirtió a fines de los 80’ en el partido de
derecha más leal a la obra del gobierno militar. Es por esta razón que la
mayoría de los funcionarios del régimen militar que continuaron en el
servicio público en democracia, pasaron, tarde o temprano, a las filas
del gremialismo.
La mayoría de los municipios derechistas fueron ganados por la UDI
(Huneeus, 2001), a través de alcaldes otrora designados en el régimen
militar (ver Tabla 4). El nombramiento de candidatos que habían sido
41
Academia Balmaceda
funcionarios de nivel local en el gobierno militar, tenía dos efectos. En
primer lugar, un mutuo conocimiento entre los electores de la comuna y
el candidato, pues por un lado, se tenía que éste ya era ampliamente
conocido en la zona por sus funciones edilicias y por otro, las redes
generadas bajo su mandato permitían desplegar campañas más
eficientes, por cuanto el candidato sabía de antemano cuáles nichos
socio–demográficos de la comuna debían atacarse, lo cual aumentaba
las probabilidades de victoria del candidato (Berríos, 2007; Huneeus,
2001; Luna, 2010). En segundo lugar y más importante aún, es el hecho
de que el control de comunas populosas le ha permitido a la UDI
expandir sus redes clientelares hacia las áreas circundantes,
estableciendo plataformas político–territoriales más amplias, las cuales
no sólo generaron oportunidades de ascenso en la carrera para muchos
alcaldes que se aventuraron luego a candidaturas parlamentarias, sino
que también un mejor conocimiento territorial a nivel distrital.
Tabla 4: Participación de los diputados de la UDI y de RN en el régimen
militar (1989–2001)
UDI
RN
Absoluto
%
Absoluto
%
Alcaldes
14
48,3
16
31,4
Cargos de gobierno
7
24,1
12
23,5
Sin cargos
8
27,6
23
45,1
Fuente: Extracto de uno de los cuadros presentados por Huneeus, 2001.
En pocas palabras, se propone que uno de los factores que han
propiciado el creciente éxito electoral de la UDI en las parlamentarias,
está vinculado directamente al despliegue territorial de los “alcaldes
designados” en dictadura y su vuelco casi absoluto a las filas del
gremialismo. Este factor de continuidad no sólo le dio ventajas a la UDI
42
Academia Balmaceda
por el número de ex alcaldes designados adscritos al partido, sino
también porque el despliegue territorial brinda una fuente de
información crucial para conocer la fuerza electoral relativa de cada
partido de la coalición, a nivel distrital. Saber positivamente en qué
lugares se es más fuerte y en cuáles más débil, otorga una ventaja
determinante en la negociación de cupos y en la eficacia electoral.
El partido de los “coroneles”
Como se mencionó en la primera parte del trabajo, diversos autores
afirman que la UDI es un partido de cuadros altamente disciplinado y
jerarquizado. Desde un punto de vista espacial, es fácil ver que un
factor importante que coadyuva a esta coherencia interna es la lógica de
competencia bipolar que genera el sistema binominal.
Como la principal competencia partidaria se da al interior de las
coaliciones, es fácil ver cómo la posición que adopta la UDI es mucho
más cómoda que la de RN. La vocación de centro de RN es frenada por
su fuga obligada hacia la derecha, en búsqueda del votante mediano de
la coalición. Esto hará más probable la aparición de indisciplina interna,
entre un alma “centrista” y una más tradicional de derecha 23. La UDI,
en cambio, sólo debe moverse a su izquierda, con la seguridad de que
no perderá gran parte de la votación más dura de la derecha chilena. Es
decir, en el gremialismo se facilita la convivencia, simplemente porque
no hay incentivo alguno de acercarse al centro. Esto genera una
identidad partidaria muy fuerte, la cual refuerza la disciplina interna de
la UDI.
Otro factor importante de la unidad, es de tipo psicológico. La
apología desarrollada en torno a su fundador, el asesinado senador
23
Se cita como ejemplos actuales de esta derecha centrista liberal a la senadora Lily Pérez al
senador Antonio Horvath y a los diputados Joaquín Godoy, Karla Rubilar, Pedro Browne y
Marcela Sabat, entre otros. Todos ellos RN, votan frecuentemente desalineados con su partido,
cuando se trata de políticas de corte progresista.
43
Academia Balmaceda
Jaime Guzmán, colabora en mantener una especie de “mitología”
similar a la desarrollada en los Estados Unidos hacia los founding
fathers. De hecho, quienes han administrado el partido en democracia,
son un puñado de amigos de Guzmán, los llamados “coroneles”24.
Como muestra de esto, obsérvese en la Tabla 5 la historia de las mesas
directivas de la UDI. La bajísima rotación de liderazgos en las mesas es
notable (ver Tabla 5). Este bajo nivel en la rotación de las facciones,
reflejada en las sucesivas directivas del partido, está vinculado
directamente a los menores niveles de competencia esperados, según se
mostraba en el punto anterior. La gran organización interna de la UDI,
se apoya en los casi nulos incentivos existentes para el faccionalismo,
propio de la lógica impuesta por el sistema binominal. Coherente con
esto es el sistema de elección interna de la UDI, eminentemente
cerrada; todo lo contrario de lo que sucede en RN, con mecanismos
altamente democráticos.
Tabla 5: Evolución de la mesa directiva de la UDI (1988–2014)
1992–1994 1989–1992
1988–1989
Pdte.
Sec. Gral.
Jaime
Guzmán25
Pablo
Longueira
Julio
Dittborn
Joaquín Lavín
Jovino
Novoa
Joaquín Lavín
Prosecretario
Vicepdte.
Tesorero
Francisco
Arturo Matte
Bartolucci
Julio Dittborn
Eugenio Cantuarias
Joaquín Lavín
Jovino Novoa
Andrés Chadwick Andrés Tagle
Jovino Novoa
Eugenio Cantuarias
Pablo Longueira
Hernán Larraín
Andrés Chadwick Andrés Tagle
Eugenio Cantuarias
Julio Dittborn
Pablo Longueira
Hernán Larraín
24
Se denomina “coroneles” a los dirigentes fundadores del partido, amigos de Guzmán o
reclutados por ellos. Se cuentan como ejemplos destacados a Juan Antonio Coloma, Pablo
Longueira, Andrés Chadwick y Jovino Novoa.
25
Se destaca a aquellos militantes que fueron presidentes de la mesa directiva, en algún
momento de su carrera. Esto, con el objeto de graficar el grado de rotación de la mesa directiva.
44
2012–2014
2008–2012
2006–2008
2004–2006
1998–2004
1994–1998
Academia Balmaceda
Jovino
Novoa
Juan A.
Coloma
Pablo Longueira
Pablo
Longueira
Juan A.
Coloma
Patricio Melero
Jovino
Novoa
Juan A.
Coloma
Patricio Melero
Hernán
Larraín
Darío Paya
Carlos Recondo
Juan A.
Coloma
Víctor Pérez
Felipe Salaberry
Patricio
Melero
José A. Kast
Jaime Bellolio
Andrés Chadwick
Jorge Ulloa
Carlos Bombal
Domingo Arteaga
Hernán Larraín
Andrés Chadwick
Edmundo Eluchans
Carlos Bombal
Eugenio Cantuarias
María de la Luz
Herrera
Andrés Chadwick
Edmundo Eluchans
Carlos Bombal
Eugenio Cantuarias
María de la Luz
Herrera
Andrés Chadwick
Evelyn Matthei
Gabriel Villarroel
Jacqueline V.
Rysselberghe
Rodrigo Álvarez
Jorge Coderch
Carlos Villarroel
Gonzalo Uriarte
Sol Letelier
Isabel Pla
Jorge Castro
Jovino Novoa
Felipe Salaberry
Iván Moreira
Francisco de la
Maza
María José
Hoffmann
Joaquín Brahm
Joaquín Brahm
Joaquín Brahm
Joaquín Brahm
Javier Macaya
Fuente: Elaboración propia, a partir de datos de la página web oficial de la UDI www.udi.cl.
Pensamos que una baja rotación de los liderazgos en la mesa
directiva y un sistema de elección que desincentiva los faccionalismos
internos, disminuye los costos destinados a compensar a eventuales
“derrotados”. Sin la posibilidad de recurrir a los recursos del Ejecutivo
para consolar a los “subcampeones” (Carey y Siavelis, 2003), puede
45
Academia Balmaceda
suponerse que casi el único mecanismo de compensación disponible
sería la negociación interna de cupos parlamentarios. Es decir, cuando
un partido (como RN), debe negociar constantemente con las facciones
derrotadas, para mantener los grados de disciplina en el Congreso,
evidentemente quedará expuesto a un diseño distorsionado de la
plantilla parlamentaria, que además de ubicar candidatos con altas
probabilidades de victoria, debe preocuparse de mantener los equilibrios
internos del conglomerado. De aquí se deduce que, cuando un partido
posee bajos niveles de rotación en su mesa y limitada competencia
interna, el diseño de la plantilla tenderá a darse de una manera mucho
más racional, desde el punto de vista de los fines electorales
propiamente tales. Este ha sido, a nuestro juicio, el caso de la UDI.
Pero, ¿ha sido realmente un mejor diseño en las plantillas
parlamentarias lo que ha permitido el éxito electoral de la UDI, desde
1990? La próxima sección mostrará uno de los tantos indicadores que
podrían corroborar esta hipótesis: el grado de eficacia del movimiento
de los candidatos entre distritos y la calidad de las apuestas al momento
de trasladar candidatos desde la Cámara Baja hacia el Senado.
El que tiene, ¿mantiene?
Una manera de observar, en términos menos globales la eficacia
electoral de la derecha, es analizar las apuestas realizadas por los
partidos al momento de diseñar las plantillas parlamentarias. Estas
apuestas son el resultado de negociaciones tanto entre la UDI y RN,
como al interior de cada uno de los partidos. En esta sección, no se
intenta abrir la “caja negra” de estas negociaciones, sin embargo, sí se
muestra cómo la UDI ha realizado movimientos electorales muchos
más felices que sus socios de RN, poniéndose el foco en la Cámara de
Diputados y el ascenso al Senado. Las Tablas 6 y 7 muestran una
manera de observar gráficamente este fenómeno. En primer lugar,
consideramos todos aquellos casos en que el cupo distrital de un
diputado quedó disponible. Esto puede darse tanto porque el candidato
46
Academia Balmaceda
no continúa en la carrera parlamentaria o porque es “movido” a otro
distrito o circunscripción senatorial. De ser este último el caso, debe
seguirse el rastro al movimiento electoral. Para ello, asignamos
“puntuaciones” a cada resultado posible, tanto para el distrito o
circunscripción al que se mueve el diputado en carrera (tercera
columna) como para el distrito que quedó “vacante” (cuarta columna).
El distrito que queda disponible puede mantenerse (si es que es ganado
por alguien del mismo partido) o perderse (si es que es ganado por el
socio de la coalición26 o arrebatado, mediante doblaje, por la
Concertación). En el primer caso, se asigna una puntuación de “0” y en
el segundo, de “–1”, que representa una pérdida de escaño para el
partido. Ahora bien, con respecto al destino del diputado “movido”, las
posibilidades son las siguientes: a) que se cambie a un distrito donde no
se tiene representación, ganándolo, ya sea a costa de un socio de la
propia coalición (ver nota 13) o de la Concertación, rompiendo un
doblaje. El puntaje asignado aquí es “+1”; b) que se cambie a un distrito
donde no se tiene representación, sin éxito electoral. De ser este el caso,
el puntaje es “0”, pues no se altera el mapa parlamentario; c) que se
cambie a un distrito controlado por su partido, logrando “reemplazar” al
diputado saliente de su propia colectividad. Nuevamente el puntaje es
“0”, pues el partido no gana ni pierde en términos netos, sólo cambia a
su rostro; d) que se cambie a un distrito controlado por su partido, pero
sin éxito. El puntaje asignado, en este caso, es “–1”, ya que se ha
perdido un escaño para el partido. Muchos de los movimientos
electorales no son cambios de distrito, sino que representan una
posibilidad de avance para el diputado hacia el Senado. Aquí las
posibilidades son análogas a las cuatro anteriores, aunque por la
importancia superior que tiene el Senado (cada senador vale 1/38,
mientras que los diputados valen 1/120), decidimos puntuar los éxitos
con “+2” y los fracasos con “–2”.
26
Aunque en general se da una disputa UDI–RN, en algunos pocos casos el distrito quedó en
manos de la Unión Centro Centro (UCC), partido que formó parte de la Alianza en las elecciones
de 1993.
47
Academia Balmaceda
Por ejemplo, en la Tabla 7 se muestra el caso del RN Francisco
Chahuán, quien había sido electo diputado por el distrito 14 (ConcónViña del Mar), para el período 2006–2010. En 2009, no fue por la
reelección, pues fue nominado para disputar la esquiva sexta
circunscripción senatorial (V Costa), la cual había estado en manos de
la UDI desde 1990, primero con Beltrán Urenda (1990–2002) y luego
con el ex Almirante Jorge Arancibia. Para las elecciones de 2009, iba
por la mantención del cupo UDI, el ex candidato presidencial y ex edil
de Santiago, Joaquín Lavín. Sin embargo, Chahuán logró superar a
Lavín por poco más de dos mil votos (menos de un punto porcentual),
quedándose con la senaturía. Esta victoria de Chahuán es puntuada con
(+2), ya que RN le arrebató el escaño senatorial a la UDI. Sin embargo,
para poder evaluar qué tan bueno o malo fue este movimiento, debía
observarse también que pasó con el vacante distrito 14. Como
reemplazante de Chahuán, RN nominó como candidato para las
elecciones de 2009 a Carlos Gómez, quien debía enfrentarse al UDI
Edmundo Eluchans. Finalmente, fue éste quien obtuvo el triunfo,
perdiendo RN el distrito (–1). Como un escaño en la Cámara Alta es
superior a uno en la Cámara de Diputados, el resultado neto de esta
“movida” de Chahuán es (+2) + (–1) = (+1); es decir, se trató de un
movimiento bueno para RN, pero no perfecto, pues si bien ganó un
asiento en el Senado, no logró retener el distrito. Observando las Tablas
7 y 8 nuevamente, y sumando todos los resultados netos (quinta
columna), se observa cómo la UDI fue bastante superior a RN en lo que
se refiere a movimientos electorales. En efecto, desde las elecciones de
1993, el gremialismo obtuvo un neto total de (+5), lo cual equivaldría,
según nuestro sistema de puntuación, a haber ganado cinco diputados o
dos senadores y medio; RN, en cambio, obtuvo un pésimo neto total de
(–12), lo cual grafica las malas movidas de la colectividad, en cuanto a
apuestas electorales.
48
Academia Balmaceda
Tabla 6: Movimientos electorales de la UDI y puntajes asignados
1997
1993
Año
Diputado "no
incumbente"
Nuevo distrito o
circunscripción
Se pierde (–1)
2001
Resultado
neto
Carlos Bombal
(antes ind. pro–
UDI)
Gana distrito (+1)
Evelyn Matthei
(antes RN)
Rompe doblaje en distrito Se mantiene (0) 1
(+1)
Luis Navarrete
(antes ind. pro–
UDI)
NR27
Se pierde (–1)
–1
Pedro Guzmán
NR
Se pierde (–1)
–1
Evelyn Matthei
(Ind pro–UDI.)
Gana circunscripción (+2) Se pierde (–1)
1
Carlos Bombal
Gana circunscripción (+2) Se mantiene 0)
2
Andrés Chadwick Rompe doblaje en
circunscripción (+2)
2005
Distrito
vacante
Se pierde por
doblaje (–1)
0
1
Jaime Orpis
Gana circunscripción (+2) Se mantiene (0) 2
Pablo Longueira
Rompe doblaje en distrito Se mantiene (0) 1
(+1)
Juan Antonio
Coloma
Gana circunscripción (+2) Se mantiene (0) 2
Enrique van
Rysselberghe
NR
Se mantiene (0) 0
Mario Escobar28
NR
Se mantiene (0) 0
Pablo Longueira
Gana circunscripción (0)
Se pierde (–1)
27
Neto por
elección
–1
4
5
–1
Al igual que en la Tabla 7, “NR” se refiere a aquellos candidatos que, ya fuera por razones
personales o por no obtener un cupo, no fueron a la reelección.
28
El diputado pro–UDI por el distrito 3 (Calama) Mario Escobar fue desaforado a fines de enero
de 2003, a raíz de una querella por apropiación indebida de dinero y estafa. En diciembre de
2004, Escobar fue absuelto de ambos cargos, aunque debió pagar una multa de 20 UTM, a raíz
de su participación en el “Caso Alpacas”, llamada así por referirse a una irregular compra de
estos camélidos en Calama, en 1996, a nombre de la Corporación de Cultura y Turismo de esa
ciudad, a la sazón encabezada por el ex diputado. A pesar de todo esto, el distrito logró ser
retenido por la UDI, de manos de Felipe Ward.
49
2009
Academia Balmaceda
Cristián Leay M.
Pierde circunscripción (0) Se mantiene (0) 0
Víctor Pérez V.
Gana circunscripción (+2) Se mantiene (0) 2
Marcelo Forni L. Pierde circunscripción (0) Se pierde (–1)
Edmundo
Eluchans U.
Gana distrito (+1)
1
–1
Se mantiene (0) 1
–1
Marcela Cubillos NR
S.
Se pierde (–1)
Julio Dittborn C. NR
Se mantiene (0) 0
Darío Paya M.
NR
Se pierde (–1)
Juan Masferrer
P.
NR
Se mantiene (0) 0
Sergio Correa de NR
la C.
Se mantiene (0) 0
Andrés Egaña R.
NR
Se mantiene (0) 0
Rodrigo Álvarez
Z.
Pierde distrito (–1)
Se pierde (–1)
NETO TOTAL
–1
–2
–4
5
5
Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral
www.elecciones.gov.cl.
50
1997
1993
Año
Academia Balmaceda
Tabla 7: Movimientos electorales de RN y puntajes asignados
Diputado "no
incumbente"
Nuevo distrito o
circunscripción
Distrito
abandonado
Federico Ringeling NR
Se mantiene (0)
Federico Mekis
NR
Se pierde (–1)
–1
Alfonso Rodríguez
NR
Se pierde (–1)
–1
Hugo Álamos
NR
Se pierde, por
doblaje (–1)
–1
Antonio Horvath
(Ind. pro–RN)
Gana circunscripción (0)
Se pierde (–1)
–1
Carlos Cantero
Gana circunscripción (+2)
Se pierde, por
doblaje (–1)
1
Eugenio Munizaga Pierde circunscripción (–2) Se mantiene (0)
2001
Resultad
o neto
0
–4
–2
Ángel Fantuzzi
Pierde circunscripción (0)
Se mantiene (0)
0
Andrés Allamand
Pierde circunscripción (–2) Se mantiene (0)
–2
Luis Ferrada
Pierde circunscripción por
doblaje (0)
Se mantiene (0)
0
Juan Taladriz
Pierde circunscripción (–2) Se mantiene (0)
–2
Harry Jurgensen
Pierde circunscripción (–2) Se pierde (–1)
–3
Vicente Karelovic
(Ind. pro–RN)
Pierde circunscripción (0)
Se pierde (–1)
–1
Baldo Prokurica
Gana circunscripción (0)
Se pierde, por
doblaje (–1)
–1
Alberto Espina
Gana circunscripción (+2)
Se pierde (–1)
1
José García
Gana circunscripción (0)
Se mantiene (0)
0
51
Neto por
elección
–9
0
2009
2005
Academia Balmaceda
29
–1
Néstor Jofré
NR
Se pierde (–1)
Carlos Vilches
NR
Se mantiene (0)
0
Arturo Longton
Pierde circunscripción (0)
Se mantiene (0)
0
Carmen Ibáñez
(antes Ind.)30
Pierde distrito (0)
Se mantiene (0)
0
Pía Guzmán31
NR
Se mantiene (0)
0
Lily Pérez
Pierde circunscripción (0)
Se pierde, por
doblaje (–1)
–1
José Galilea
NR
Se pierde (–1)
–1
Carlos Kuschel
Gana circunscripción (+2)
Se pierde (–1)
1
Francisco Chahuán Gana circunscripción (+2)
Se pierde (–1)
1
Maximiano
Errázuriz32
Se mantiene (0)
0
NR
29
–2
Néstor Jofré debió reemplazar, de acuerdo a lo estipulado por la ley de entonces, a su
compañero de lista, el pro–UDI Ramón Pérez, diputado por el distrito 2 (Iquique), fallecido en
junio de 2005. Para las elecciones de aquel año, RN decidió darle el cupo a Espartago Ferrari,
quien fue derrotado por la entonces independiente fuera de pacto Marta Isasi y el PS Fulvio
Rossi.
30
El distrito 22 (Santiago) había sido controlado desde 1993 por el RN Alberto Cardemil. Sin
embargo, en 2005, Cardemil renunció temporalmente al partido para apoyar a Joaquín Lavín en
las elecciones presidenciales de aquel año, en perjuicio de su correligionario Sebastián Piñera.
De aquí que repostulara como independiente por la Alianza para las elecciones de diputados en
2005, quedando el cupo de RN para Carmen Ibáñez (a la sazón diputada por el distrito 13 de
Valparaíso), quien fue derrotada por el renunciado diputado. De todas formas, Cardemil terminó
apoyando a Piñera, luego de que fuera éste quien pasara al ballotage. De hecho, se reincorporó
al partido en 2008. Es por esto que en la puntuación consideramos que el distrito fue retenido por
el partido.
31
Luego del escandaloso “Caso Spiniak” (ver primera sección de este capítulo), RN decidió no
renovarle el cupo para las elecciones de 2005. En todo caso, Pía Guzmán representaba al sólido
distrito 23 (Las Condes), único distrito donde la derecha ha doblado desde 1993. De aquí que
quien la reemplazara en RN, Cristián Monckeberg, no tuvo problemas en retener el escaño.
32
En 2009, Errázuriz, junto a otros diputados de la época, fue vinculado al arriendo irregular de
oficinas parlamentarias. A raíz de este altercado judicial, en junio de este año, RN le pidió que no
fuera a la reelección por el distrito 29 (Puente Alto), lo cual fue aceptado por el diputado, a la vez
que renunciara a la colectividad. A fines de 2011, el Ministerio Público declaró culpable a
Errázuriz, condenándolo a una pena remitida de libertad vigilada por cuatro años. No obstante,
Leopoldo Pérez, en votación estrecha, fue capaz de mantener el distrito para RN.
52
Academia Balmaceda
Lily Pérez
33
Nicolás
Monckeberg
Gana circunscripción (+2)
Se pierde (–1)
1
Rompe doblaje en distrito
(+1)
Se mantiene (0)
1
3
–12
–12
NETO TOTAL
Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral
www.elecciones.gov.cl.
Debe notarse que los movimientos electorales representan siempre
un riesgo para los partidos, considerando que lo más seguro es siempre
la reelección. En primer lugar, debe indicarse el poder per se que
poseen los candidatos incumbentes en el Congreso, cuestión tratada
ampliamente en la literatura (Collie, 1981; Erikson, 1971; Garand y
Gross, 1984; Jacobson y Kernell, 1981; Lee, 2001; Payne, 1980). Este
dato de la realidad se ha transformado en el lenguaje político criollo en
la siguiente máxima: El que tiene, mantiene. Es decir, un candidato que
ya ha obtenido cierto distrito, es muy seguro que vuelva a ganar. Como
muestra de esto, deben observarse las altas tasas de repostulación y
reelección de la Cámara de Diputados34 (ver Tablas 8 y 9). No obstante,
el interés del partido no siempre equivale al interés del candidato. En
efecto, los legisladores racionales, preocupados de su carrera política,
siempre aspiran a obtener un puesto más valioso. Como afirma Visconti
(2010), en Chile “la carrera legislativa no tiende a ser una plataforma
para cargos de mayor relevancia fuera de la legislatura” y, por ende, “no
es común que un diputado abandone la vida política después de ejercer
su primer período y normalmente la plataforma se da dentro del mismo
Parlamento desde la Cámara Baja hacia la Alta” (Visconti, 2011, p. 99).
33
Reemplaza al fallecido Pedro Álvarez–Salamanca Büchi, en septiembre de 2008, quien
controlaba el distrito 38 (Maule) desde 1989. Mientras Lily Pérez fue a disputar, con éxito, la
senaturía de la Quinta Región Costa (+2), el distrito 38 fue ganado por el hijo del diputado
fenecido, Pedro Álvarez–Salamanca Ramírez. Como éste compitió por el cupo de la UDI, se
considera un distrito perdido (–1).
34
El análisis se hace con la Cámara de Diputados y no con el Senado, pues se considera que la
carrera parlamentaria finaliza con la Cámara Alta. De aquí que la lógica del “quien tiene,
mantiene” se distorsionaría un tanto, de incluir esta Cámara, pues los senadores en ejercicio rara
vez cambian de circunscripción. Los diputados, en cambio, están en pleno “ascenso” en su
carrera, teniendo más margen de decisión –propia o de su partido– frente a la posibilidad de
cambiar de distrito o bien saltar al Senado.
53
Academia Balmaceda
Por lo tanto, un segundo dato que deben contemplar los negociadores de
las plantillas es la “ambición dinámica” de los diputados. ¿Cómo han
resuelto los partidos de la Alianza este dilema? “¿Mantenemos a tal
diputado en su distrito, asegurando el escaño? ¿O arriesgamos un poco
más, llevando algún diputado competitivo a otro distrito, con el fin de
arrebatárselo al socio de coalición? ¿Premiamos a tal honorable,
dándole un cupo senatorial?” Nótese que estas preguntas deben
multiplicarse por 60, en consideración a cada distrito electoral.
Tabla 8: Tasas de incumbencia y reelección, en la Cámara de Diputados
(1993–2009)
Año de elección
Candidatos a la reelección (%)
Tasa de reelección (%)a
1993
1997
2001
2005
73,3
70
70,8
64,2
80,7
85,7
78,8
81,8
2009
58,3
81,4
Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral
www.elecciones.gov.cl.
a
(Re) elección, en términos de porcentaje con respecto a los postulantes.
54
Academia Balmaceda
Tabla 9: Ambición de los diputados, en los últimos dos períodos, según
coalición
Post–2005
Post–2009
Concertación Alianza Concertación Alianza
Diputados
Candidatos a la reelección
Tasa de reelección
b
Candidatos al Senado
Senadores electos
a
a
b
59
53
56
55
83.05
81.13
83.93
81.82
81.63
81.40
82.98
82.22
11.86
11.32
10.71
5.45
71.43
50.00
83.33
66.67
7.55
5.36
12.73
a
No postulan a cargo público 5.08
Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral
www.elecciones.gov.cl.
a
Se calcula el porcentaje, en base al total de diputados de la coalición.
b
(Re) elección, en términos de porcentaje con respecto a los postulantes.
Si se consideran las elecciones parlamentarias desde 1993, puede
afirmarse que la UDI ha sido mucho más efectiva en la resolución de
estas disyuntivas (ver Tabla 10 y Gráfico 3). Pero, ¿cuánto margen ha
tenido RN para lidiar con este dilema? Pensamos que mucho menos que
la UDI, a raíz de que el conglomerado gremialista es mucho más
vertical en la toma de decisiones y sufre de una rotación relativamente
baja en su mesa directiva. Ambas cuestiones se combinan para hacer de
la UDI un partido altamente eficaz en el diseño de sus plantillas
parlamentarias:
55
Academia Balmaceda
Tabla 10: Destino de los candidatos incumbentes de la UDI y RN, en la
Cámara de Diputados
Reelectos
Derrotados
1993
11
1
91,7
23
4
85,2
1997
13
0
100,0
17
7
70,8
2001
18
2
90,0
17
4
81,0
2005
RN
26
5
83,9
11
2
84,6
2009
UDI
24
1
96,0
10
7
58,8
Tasa de Reelectos Derrotados Tasa de
reelección
reelección
(%)
(%)
Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral
www.elecciones.gov.cl.
Destino de diputados incumbentes 1993-2009
100
Tasa de reelección
90
80
70
UDI
60
RN
50
40
1993
1997
2001
2005
2009
Fuente: Elaboración propia, a partir de la página web oficial del Servicio Electoral
www.elecciones.gov.cl.
56
Academia Balmaceda
La “caja negra” de las negociaciones parlamentarias
Como ya se mencionó, este trabajo sólo se refiere al éxito relativo de
las negociaciones intra e inter–partidarias dentro de la derecha política.
Sin embargo, no dice mucho con respecto al proceso de negociación
propiamente tal. Dilucidar lo que ocurre en este proceso requiere un
esfuerzo mayor que contemple los casos específicos de negociación
para cada uno de los 60 distritos y 19 circunscripciones senatoriales.
Siendo lo natural que cada representante mantenga su cupo, el énfasis
debe estar puesto en aquellos diputados que cambian de distrito, en los
que obtienen un cupo para alguna senaduría y a los que derechamente
se les quita la vacante, vale decir, profundizar en los casos delineados
en la tabla anterior.
Aquí deberán responderse algunas preguntas, tales como: ¿cuánto
afecta la disciplina del diputado? ¿Qué relevancia tiene el número de
períodos que atesora el honorable? ¿En qué casos se nominan
candidatos con el fin de ser “arrastrados” por el compañero de lista
(buena convivencia) y en cuáles se opta por ubicar candidatos fuertes
capaces de arrebatar el escaño al socio (beligerancia)? ¿Cuánto
distorsionan el panorama parlamentario los “derrotados” en las
elecciones internas de los partidos? ¿Despliegan los partidos
efectivamente mecanismos de compensación interna para estos sujetos?
¿Cuánto pesan los líderes del momento de la coalición en la definición
de las plantillas parlamentarias? A estas preguntas más generales deben
sumarse otras, relativas a la contingencia de los últimos años: ¿las altas
expectativas de conquistar el Ejecutivo en 2009 facilitó, como se
hubiera esperado, las negociaciones parlamentarias, a raíz de la latente
apertura de una amplia gama de puestos de gobierno (“seguro de los
subcampeones”)? ¿Se dio un clima de relativa “buena convivencia” en
las parlamentarias de 2009? Y de haber sido así, ¿cómo se contrasta lo
que ocurrió en ese año, con lo que sucedió en la definición de las
57
Academia Balmaceda
candidaturas para 2013, en que se da casi por hecho la vuelta de la
Concertación transformada en la Nueva Mayoría?
Dejando estas preguntas suspendidas por el momento, proponemos
como marco conceptual para responderlas un ciclo de negociación. La
idea de este heurístico es encauzar las interrogantes anteriores, dentro
de una lógica clara y estructurada, que contemple no sólo la
“racionalidad” de la política, sino también los eventos inesperados que
determinan gran parte de la estructura de oportunidades posterior. La
intención sería complementar este trabajo con una comprensión más
amplia de los factores que han influido en los grados de poder relativos
dentro de la Alianza, en una perspectiva temporal continua y dinámica.
En primer término, se asume que la disputa por la hegemonía RN–
UDI ha tenido históricamente como núcleo al Congreso, sin embargo,
también recibe insumos “informativos”35 tanto de los liderazgos del
momento como de los niveles de poder “local” de ambos partidos. A
nuestro juicio, el origen de los liderazgos personales tendría que ver con
i) la relevancia histórica dentro del partido; ii) el poder relativo dentro
de las mesas directivas; iii) el éxito electoral en territorios electorales
claves (comunas, distritos o circunscripciones “emblemáticas”); iv)
coyunturas políticas derivadas de pugnas al interior de la coalición,
ejemplos de esto son el “Piñeragate” o el “caso Spiniak”36. Puede
suponerse que, en la práctica, estos factores están íntimamente
relacionados37.
35
Estos “insumos informativos” se entienden como los datos objetivos que se esgrimen en las
negociaciones (encuestas de opinión, poder relativo dentro del Congreso, victorias electorales,
etc.).
36
Desde las exitosas elecciones presidenciales de 2009, se añade un quinto factor: los cargos de
confianza del Presidente, en especial las carteras ministeriales.
37
El análisis de los liderazgos debería dar luces sobre esta cuestión. ¿Hay factores que han
pesado históricamente más que otros, a la hora de determinar liderazgos? ¿O el liderazgo se
construye por fases, en el orden en que se presentan los factores i), ii) y iii)? ¿Cuánto de
contingencia hay en el origen de los liderazgos? ¿Cómo se resolvieron (cuando fue así) los
dilemas de coordinación en torno a liderazgos personales paralelos? ¿Hay conexión entre los
liderazgos de la derecha y los procesos internos de la Concertación, tales como las primarias?
58
Academia Balmaceda
Del “poder local” de los partidos ya se ha hablado en este trabajo,
aunque debe entenderse ahora como el grado de “control territorial” de
cada uno, reflejado en el nivel municipal. Se presume que la proporción
de alcaldes y/o el control de las comunas más importantes (como las
capitales regionales) es un dato importante que se pone sobre la mesa, al
momento de las negociaciones parlamentarias. No obstante, la “bendita
herencia” de los alcaldes designados en dictadura no sólo actúa como
una “fuerza originaria” sino como un factor de continuidad presente
hasta el día de hoy, el cual tendría que ver con un especialmente
efectivo despliegue electoral de la UDI en las zonas urbanas, con un
cierto efecto de difusión hacia las zonas circundantes.
Incorporados estos insumos a la negociación, se presenta, en
segundo lugar, el ciclo de negociación propiamente tal, como sigue,
abarcando algunas cuestiones ya referidas en este trabajo: i)
reconocimiento bilateral de las condiciones territoriales objetivas en
cada uno de los distritos (historia, estrategias e insumos); ii) definición
de plantillas parlamentarias (omisiones, acuerdos, negociaciones por
cupos, asegurar incumbentes propios v/s desafiar incumbentes ajenos
mediante el traslado territorial de candidatos fuertes, poder de
nominación de la mesa v/s poder de los incumbentes, etc.); iii) éxito
electoral relativo (eficacia electoral, uso instrumental de candidatos
independientes, lógica intracoalicional mayoritaria del binominal que
sobrerrepresenta al ganador); iv) desarrollo de estrategias electorales
dentro y fuera del Congreso (incentivos contrapuestos entre
expectativas presidenciales –¿de qué partido es el líder?– y poder de los
incumbentes –exagerado por el sistema binominal–, disciplina
partidaria e intracoalicional, oposición “dura” v/s oposición
“constructiva”, etc.). Las estrategias electorales lo que intentan hacer es
maximizar las probabilidades de ganar escaños, mediante la alteración o
59
Academia Balmaceda
mantención de las condiciones objetivas que se presentarán a la hora de
negociar, repitiéndose nuevamente el ciclo.
Como puede verse, este sistema cíclico de negociación es dinámico
por cuanto recibe, constantemente y en cualquier fase, presiones
externas (alza y baja en los liderazgos, rencillas personales, elección de
mesas, etc.) que afectan los cálculos racionales de los líderes de los
partidos. Acompaña a esta perspectiva dinámica, una lógica inherente al
Congreso que generaría patrones acumulativos. Esta lógica tiene que
ver esencialmente con el sistema electoral binominal que rige a los
representantes (que sobrerrepresenta a la mayoría dentro del pacto) y
con el poder que tienen las candidaturas incumbentes. Una hipótesis
plausible sería que cuando se combinan un alto grado de eficiencia
electoral y un movimiento de candidatos adecuado (es decir, resolver
correctamente el dilema presentado entre la lógica del “quien tiene
mantiene” y la movida de candidatos competitivos a distritos o
circunscripciones claves), se tiene como resultado un “círculo electoral
virtuoso”, difícil de romper38.
En síntesis, pensamos que conocer de primera fuente, es decir, de
modo más profundo las relaciones de poder al interior y entre los
partidos de derecha, ampliaría lo referido en este trabajo, pudiendo
eventualmente incorporar el ámbito de negociación parlamentaria a una
mecánica mucho más amplia de relaciones de poder y pugnas por la
hegemonía, que tenga en consideración tanto la racionalidad de los
actores (líderes de la coalición, legisladores ambiciosos y los propios
partidos en su conjunto), la contingencia política (levantamiento de
figuras de nivel nacional, “imponderables” políticos y pugnas de
38
A nuestro entender, la UDI se involucró tempranamente en este círculo, lo cual llevó, a largo
plazo, a la crisis general del sector, una vez que conquistó el Ejecutivo. Sobre esto, revisar último
capítulo.
60
Academia Balmaceda
carácter visceral) y los factores institucionales (sistema electoral
binominal e hiperpresidencialismo).
A continuación revisaremos las circunstancias bajo las cuales se
asienta el liderazgo de Sebastián Piñera como candidato único de la
Coalición por el Cambio y luego como Presidente de la república. Esto
nos servirá para recalar en la situación política que se nos presenta de
cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias del 17 de
noviembre de 2013, y las perspectivas en que se encuentra el sector para
el futuro inmediato y de largo plazo.
Piñera como nuevo líder de la coalición, su triunfo electoral en 2010
y el gobierno de la Coalición por el Cambio
En las elecciones de 2005, Sebastián Piñera, candidato de RN,
supera en primera vuelta a Lavín, pero no logra triunfar sobre la
Concertación en segunda vuelta. A pesar de la derrota, Piñera queda
perfilado como el candidato indudable de la derecha para las elecciones
siguientes. Asume entonces el desafío de consolidarse como el
candidato de todo el bloque, y de esa forma captar los votos que no
obtuvo de Lavín en segunda vuelta. Al mismo tiempo, configura
ampliar su electorado hacia el centro para de esa manera proyectar para
el 2009 un triunfo sobre la Concertación. Asimismo se planteaba el
desafío junto a RN, de plasmar sus buenos resultados presidenciales en
las elecciones municipales y parlamentarias siguientes, con el fin de
consolidar su liderazgo dentro de la derecha y a nivel nacional.
La derecha en pleno se plegó a la candidatura de Sebastián Piñera,
tratando de darle un enfoque de renovación de rostros y del estilo de
hacer política; la eficiencia fue el sello del nuevo discurso de campaña.
El respaldo absoluto que el bloque le dio a Piñera, resultó en que
disminuyeran considerablemente los conflictos y tensiones entre RN y
la UDI y sus líderes, lo que fue haciendo crecer las opciones
61
Academia Balmaceda
presidenciales de la Alianza. Por otra parte, el gobierno concertacionista
de Michelle Bachelet no lograba obtener el mismo respaldo que
ostentaba la figura personal de la presidenta, lo que dificultó el hallazgo
de un líder capaz de perfilarse como un candidato sólido que pudiera
competir efectivamente con Sebastian Piñera.
La UDI por su parte, siguió en el mismo camino y mantuvo su
supremacía parlamentaria, la cual era fruto de su intensa campaña en los
sectores más bajos de la población, sustentada por los recursos que
obtenía de sus bases históricas y valóricas, compuestas por los sectores
altos y ricos del país (Berríos, 2007; Luna, 2010).
Por otro lado, si bien RN no logra aumentar sus recursos para poder
competir mejor en las campañas y disputarle con más fuerza el
liderazgo a la UDI, sí consigue suavizar en cierto grado las disputas
internas. No obstante, no es capaz de solucionar del todo las diferencias
que existen entre los sectores más tradicionales y conservadores del
partido –liderados por su presidente Carlos Larraín– y los sectores más
liberales y disidentes de la figura de este último, que son minoritarios
en el partido. Toda esta situación imposibilita una solidificación de las
posturas y estructuras internas del partido, hecho que se condice con el
mal congénito de RN de no lograr una organización e
institucionalización capaz de resolver internamente las conflictividades
propias de un partido mucho más heterogéneo, personalista e
indisciplinado que su socio de coalición (Aubry y Barozet, 2005).
La derecha finalmente logra llegar a la presidencia el año 2010,
aunque no obtiene la mayoría en el Congreso. Así, se ve en la necesidad
de mantener un diálogo cercano con la Concertación y sus sectores más
ligados al centro, como elementos de la DC y algunos independientes.
El llegar a La Moneda, dicen, es el resultado del trabajo realizado y su
acercamiento más con el centro y la centro derecha, votos que un
candidato de la UDI posiblemente no habría logrado.
62
Academia Balmaceda
Si bien es posible observar que el balance por la hegemonía al
interior de la derecha pasa a ser un poco más equilibrado que antes de la
irrupción de la candidatura de Piñera, la situación no sufrió grandes
cambios, más allá de una aproximación de los poderes relativos de cada
partido al interior de la coalición. Esto debido a que la UDI logra
mantener su poder electoral, superando con holgura a sus socios de
coalición.
A pesar de que el Presidente de la República es militante de RN,
durante su gobierno no demostró interés en promover a su partido, y
prestó más atención a desarrollar el discurso comparativo de la
eficiencia de su gobierno, rodeándose de personas con escasa historia
política y con un fuerte componente “tecnócrata”, ligados a la derecha
aunque no siempre militantes. Esta estrategia no le dio los frutos
esperados, por lo que el gobierno de Piñera debió obligadamente
recurrir a políticos de experiencia y líderes históricos de su sector, tales
como Andrés Allamand, Andrés Chadwick y Pablo Longueira,
manteniendo a Joaquín Lavín dentro del gabinete para así desmarcarse
de sus diferencias anteriores, que eran motivo de desunión dentro de la
Alianza.
Veamos ahora con mayor detenimiento cómo es que la derecha llega
al poder luego de veinte años de gobierno de la Concertación,
analizando tanto los factores clave del realineamiento político (o al
menos intento de realineamiento) que permiten que el poder cambie de
manos, como los factores internos y propios de la coalición de derecha
que actuaron en este mismo sentido. Todo esto para comprender la
situación actual de la derecha frente a las elecciones de noviembre de
2013, pero también para dar un vistazo a las perspectivas de la misma
en un futuro de mediano y largo plazo.
63
Academia Balmaceda
Cambios en el sistema político.
Dockendorff y Fuentes (2007) hacen un análisis exhaustivo sobre el
rol que la derecha ha tenido como oposición desde el retorno a la
democracia hasta el momento en que es electa Michelle Bachelet. En él,
los autores plantean que la Concertación ha sabido posicionarse de
forma tal de abarcar dos de los tres tercios tradicionales del electorado
chileno, recogiendo virtualmente la totalidad del votante de izquierda,
más una inmensa mayoría de quienes se identifican con el centro
político (Dockendorff y Fuentes, 2007). Esta situación deja a la derecha
restringida electoralmente al tercio de la población que se identifica
como “de derecha”, planteando así una enorme dificultad para llegar al
poder, al ver restringido su espacio para crecer hacia el centro. Un
elemento interesante a nuestro juicio, es que esta situación de
posicionamiento electoral e ideológico –si se quiere– detrás de las dos
grandes coaliciones, se debe al discurso público con que cada una ha
logrado identificarse y transmitir a la población.
Por un lado, la Concertación se ha “[apropiado] de la democracia,
los derechos humanos [y ha adoptado una posición] estratégicamente
ambivalente (especialmente en sus comienzos) en torno a la economía
de mercado e incluso el neoliberalismo” (Dockendorff y Fuentes,
2007:70). El tener esta identidad en el discurso más de izquierda, pero
en la práctica implementar programas de gobierno, especialmente en el
área económica, con ideas de derecha, es lo que le permitió a la
Concertación adjudicarse el apoyo que la mantuvo en el poder durante
el período que los autores analizan. Esto, con la consecuencia de aislar a
la derecha en su nicho electoral más duro, lo cual configura un
escenario donde la Alianza no puede acceder al poder y, con ello,
producirse un realineamiento político. En efecto, este fenómeno no
puede ocurrir mientras el sistema siga altamente influido por el
Plebiscito y los temas vinculados a éste (Dockendorff y Fuentes, 2007).
Este sería el reto que la derecha debía asumir y vencer para llegar
64
Academia Balmaceda
efectivamente al poder. Desafío que tenía que encarar Sebastián Piñera
en su candidatura para las elecciones de 2009, enfrentando además la
lógica de competencia intracoalicional estimulada por el binominal, la
cual mantenía a la derecha cómodamente atrincherada en el Congreso,
debido a que sin la necesidad de ampliar su nicho electoral cercano a un
tercio, mantenía una bancada parlamentaria tendiente a la mitad de los
escaños, lo cual, a su vez genera un campo inclinado hacia las pugnas
internas.
La cuestión sobre si Piñera logra o no con su campaña presidencial
de 2009 realizar este realineamiento y cómo lo hace, es lo que se
atenderá a continuación.
El triunfo electoral de Sebastián Piñera nace de una campaña con dos
objetivos muy claros. Primero, captar lo más íntegramente posible el
voto histórico y duro de derecha, el cual se sabía que no era suficiente
para ganar la elección. Esta situación nos lleva al segundo objetivo de la
campaña, que es la aproximación al centro político, para así
desequilibrar la votación en favor de quien lograra captar más votantes
de este sector; por esta misma razón es que la Concertación lleva como
candidato al ex presidente Frei, un hombre de la Democracia Cristiana y
por lo tanto, naturalmente más vinculado al centro. En consecuencia, la
estrategia tenía una meta política muy clara nacida de esta “necesidad
electoral” de convocar sectores más allá de la Alianza por Chile,
conformando una coalición electoral y política diferente y más amplia
que pudiese integrar sectores de centro, con elementos del tradicional
pensamiento social cristiano –habitualmente incluidos en la Democracia
Cristiana– al cual se alude con la etiqueta auto–proclamada del
“humanismo cristiano” desarrollada durante la campaña. Por otro lado,
en el centro político también se cuentan personas identificadas con un
pensamiento más liberal, un ideal político difusamente representado por
algún partido político en particular.
65
Academia Balmaceda
El escenario político y electoral al que se enfrentaba Sebastián Piñera
en 2009, era hijo de la tendencia prevaleciente durante los 90’, donde la
Concertación era la coalición mayoritaria en identificación partidaria y
ciudadana. Sin embargo, esta situación había sufrido cambios
considerables con la irrupción de la candidatura de Lavín de 1999 frente
a Ricardo Lagos, la cual resultó más estrecha de lo que se pensó en un
primer minuto, lo que se sumó en 2001 al ascenso de la UDI como el
partido mayoritario en el Congreso tras las elecciones para ese año.
Estos acontecimientos electorales dieron cuenta de que la situación
de los 90’s ya no era exactamente la misma, y se consideraba que
Piñera tenía opciones prácticamente inéditas de llegar a la presidencia
en 2010, luego de haber derrotado a Lavín en las presidenciales
anteriores y pasar a segunda vuelta. Pero, ¿qué era lo que había hecho
cambiar un equilibrio tan marcado en el quehacer político nacional
observado en los ’90?
Como ya vimos, la Concertación se había posicionado de forma muy
fuerte en el espectro político, de forma tal que acaparaba –no tanto en la
cantidad de escaños, en gran medida debido al sistema binominal, pero
sí en cuanto a identificación política– un rango muy cercano a dos de
los tres tercios históricamente observados en Chile, con una alta
adherencia de los votantes de izquierda y un apoyo mayoritario del
sector de centro. Este escenario político tenía su fundamento en el
posicionamiento de la Concertación como el actor político válido para
adjudicarse legitimidad y competencia en temas cruciales como la
democracia y los derechos humanos, apoyándose en el clivaje
“autoritarismo-democracia” que describe Luna (2008).
En un estudio en base a encuestas que indagan sobre la identificación
ideológica y partidaria del votante chileno en el año 2000, Juan Pablo
Luna (2008) establece que el clivaje más importante que estructura la
competencia política nacional, es el de régimen, al que denomina como
66
Academia Balmaceda
“clivaje autoritarismo-democracia”, el cual supera en capacidad
ordenadora de la competencia política a clivajes históricos como el
“Liberal-Conservador” (cuestiones valóricas) y el “Estado-Mercado”
(socioeconómico) (Luna, 2008; ver Figuras 1 y 2). En esta investigación
se observa que tanto el clivaje socioeconómico como el valórico corren
transversalmente a través de los partidos, es decir, que dentro de cada
partido y coalición existen votantes conservadores y liberales, y
también existen votantes partidarios de un Estado más fuerte, junto a
votantes que prefieren una mayor acción del mercado. Dentro de estos
clivajes, sólo se presentan diferencias entre los votantes según su nivel
educacional, más no según su identificación partidaria, por lo que el
clivaje socioeconómico no está representado por los partidos. Esta
heterogeneidad no se observa al mirar la ordenación de los electores
frente al clivaje de régimen, el cual sí separa claramente a los partidos
de la Concertación con los de la Alianza sin importar el nivel
educacional (Luna, 2008). De esta forma, la competencia política
partidaria en Chile, está fuertemente ordenada en el 2000 según las
diferencias que muestran los partidos frente a temas vinculados con un
clivaje retrospectivo de régimen, según quienes apoyaron o rechazaron
el régimen autoritario de Pinochet, donde se distingue entre quienes
forman un campo concertacionista más “democrático” y uno más
“autoritario” entre los electores de la Alianza (Luna, 2008:90-92).
67
Academia Balmaceda
Figura 1: Posicionamientos de los votantes partidarios en los clivajes
socioeconómico y de régimen circa 2000 (WVS, 2000).
Fuente: Luna, 2008.
Figura 2: Posicionamientos de los votantes partidarios en los clivajes
socioeconómico y liberal–conservador circa 2000 (WVS, 2000).
Fuente: Luna, 2008.
68
Academia Balmaceda
Es así como evidenciamos la capacidad ordenadora de la
competencia política de los temas vinculados básicamente al Plebiscito
de 1988 entre el SÍ y el NO.
Lo relevante aquí es observar que la capacidad que tiene este clivaje
para ordenar la competencia política nacional, explica en gran medida el
éxito que ha tenido la Concertación desde el retorno a la democracia, ya
que dentro de este clivaje, es la coalición de centro izquierda la que
rescata la posición más favorable para los votantes chilenos, quienes
apoyaron la opción del NO revelando así de forma clara su ímpetu
democrático, lo que se suma a un rechazo bastante generalizado a las
violaciones a los derechos humanos perpetrados durante el período
autoritario. Esto sitúa a la derecha en el difícil escenario de tener que
cambiar el clivaje o al menos tratar de incluir en la discusión pública
temas diferentes que cambien el foco de la contienda política,
posibilitando así un realineamiento político que le permita llegar al
poder luego de veinte años de hegemonía de la Concertación. En
términos sencillos, es esto lo que trata de hacer la Alianza tanto en la
campaña de Lavín de 1999, como en la de Piñera en 2009, siendo el
nivel de efectividad para cambiar y/o matizar los factores ordenadores
de la contienda política, lo que determinaría el relativo éxito electoral
de cada uno.
Piñera logra ganar la elección de 2010; por lo tanto, se puede decir
que tuvo éxito su estrategia de campaña, quizás no un éxito rotundo,
pero sí uno suficiente como para significarle la victoria electoral. Pero,
¿cómo se transfiere la estrategia de campaña de la nueva coalición que
se formó con motivos electorales a un gobierno? ¿Se logró realmente la
creación de una coalición más amplia y por qué?
Estas preguntas resultarán clave para poder acercarnos a comprender
los procesos vividos durante el primer gobierno democrático de la
derecha luego del retorno a la democracia. Todo esto frente a un
69
Academia Balmaceda
escenario electoral tremendamente adverso para la candidata oficialista
de 2013, situación que a nuestro parecer, encuentra elementos
explicativos importantes en el fracaso político del gobierno de
Sebastián Piñera, desaprovechando la “ventaja” que la posesión del
Ejecutivo ofrece para consolidar un bloque político capaz de
prolongarse en el poder más allá de un solo período.
III.
Situación política del gobierno de Sebastián Piñera, las
perspectivas para la derecha y la aparición del “Centro Liberal”
Juan Pablo Luna en 2008 plantea cuatro posibles escenarios para el
sistema de partidos chileno frente a la posibilidad de que Piñera fuera
electo en 2009, los cuales ahora que quedan sólo meses para terminar el
mandato efectivamente ganado por la derecha, resultan interesantes de
observar, ya que este análisis da luz sobre las posibles respuestas a las
preguntas señaladas anteriormente. Estos escenarios se proponen frente
a la posibilidad de que el clivaje valórico “liberal–conservador” logre
posicionarse como factor de identificación política, de forma que pueda
disputarle incidencia electoral y en el alineamiento partidario al clivaje
de régimen.
El primer escenario que describe Luna es el de “Realineamiento con
reforma electoral”: este escenario considera una amplia reforma
electoral al sistema binominal, de manera que permita la formación de
un mayor número de identidades partidarias, lo que a su vez pueda
representar más el clivaje “liberal-conservador” (Luna, 2008:118).
El segundo escenario se presenta como el más interesante para
efectos de nuestro trabajo, ya que éste se aparecería sólo en
circunstancias donde Piñera lograse ganar las elecciones convocando
sectores de centro:
70
Academia Balmaceda
“En caso que la oposición logre triunfar en una próxima
elección presidencial, particularmente si se trata de un liderazgo
de derecha moderado, es posible plantear un realineamiento en
ausencia de reforma electoral. Aquello sería posible si dicho
liderazgo logra, luego de triunfar electoralmente, articular una
coalición de gobierno de centroderecha atrayendo fracciones
'conservadoras' de la Democracia Cristiana” (Ibid.).
En este escenario se plantea la posibilidad de que la derecha alcance
el poder expandiéndose hacia el centro, logrando formar una coalición
electoral que se asiente en el gobierno, desde donde debiese aspirar a
consolidar un nuevo realineamiento político incorporando
definitivamente sectores conservadores de centro, lo que permitiría
darle fuerza al clivaje “liberal-conservador” y disputarle así el poder
ordenador al clivaje de régimen favorable a la Concertación, pero ello
depende de la capacidad de la coalición y del liderazgo del presidente
para consolidar esta nueva coalición.
El tercer escenario es el de “Colapso a la venezolana”, donde la
combinación de una alta institucionalización del sistema de partidos con
un progresivo alejamiento del electorado respecto de los partidos y la
política, lo que unido a una crisis económica o de legitimidad, podría
provocar que el sistema de partidos sufra cambios en el corto plazo,
donde la aparición de un personalismo fuerte podría catalizar dicha
situación. Este escenario se presenta como poco probable debido al
crecimiento económico sostenido y a que la derecha se presenta como
alternativa sistémica debido a su ausencia en el poder desde el retorno a
la democracia (Luna, 2008:119).
Por último, está el escenario de “muerte lenta”, donde si el sistema
de partidos permanece igual, los actores externos a las grandes
coaliciones actuales tendrán cada vez menos incentivos para participar
de la competencia política, reduciendo la participación y erosionando la
71
Academia Balmaceda
legitimidad del sistema. Esta situación a su vez mermará la calidad de la
democracia y la gobernabilidad al socavar la capacidad de ordenar
contingentes parlamentarios que sustenten los gobiernos, ya que los
partidos irán perdiendo poder frente a liderazgos independientes y
locales (Luna, 2008:119-120).
Este es el escenario más probable según el autor, sin embargo, a
meses del término del mandato de Piñera, se podría decir que no ha sido
esto lo que terminó ocurriendo (a pesar de que sí se evidencia cierta
crisis de legitimidad del sistema, pero ésta no está acompañada de un
alejamiento de los sectores excluidos, ya que hemos visto nacer muchas
candidaturas y movimientos políticos que tratan de entrar a competir
dentro del sistema), sino que hemos sido testigos de algo más parecido
al segundo escenario. En efecto, la derecha logra conformar una
coalición electoral que va más allá de las barreras naturales de la
Alianza por Chile, logrando incluir a sectores de centro aunque no de
forma abrumadora, pero sí al nivel de lograr desequilibrar en su favor la
elección. Lo que no ocurrió, sin embargo, es que esta coalición se
potenciara política y electoralmente gracias a la ventaja que ofrecía
controlar el Ejecutivo, por lo que finalmente no se consiguió generar el
realineamiento político que describía Luna desde la preponderancia del
clivaje de régimen, hacia una incidencia mayor del clivaje “liberal–
conservador” que pudiera erosionar las bases que sustentan la unidad de
la Concertación, provocando que sectores de centro y la Democracia
Cristiana en particular, pudieran desprenderse de ese conglomerado
para ocupar el centro político con la derecha en función de poder
representar el nuevo clivaje.
Este reordenamiento donde se restaba relevancia a los temas ligados
al gobierno de Pinochet y al Plebiscito, sólo se logró en el marco de la
campaña electoral de Piñera, en la que la Coalición por el Cambio logra
poner el foco en un debate sobre la continuidad de las buenas políticas
de las administraciones anteriores, pero denunciando la necesidad de
72
Academia Balmaceda
recambio por el bien de la salud de la democracia y en forma especial
por las necesidades del país de ese momento, las que según la derecha y
su nueva coalición, demandaban una administración más eficiente que
pudiera canalizar los avances que venía mostrando el país de forma tal
de dar el salto cualitativo de país en vías de desarrollo a uno
desarrollado. Una vez en el gobierno, las opciones de consolidar la
Coalición por el Cambio y de cambiar el clivaje dominante por el
valórico o por cualquier otro, se vio frustrada e incluso se puede
observar que ha renacido con gran fuerza el antiguo clivaje de régimen
en especial mientras más próximas se hacen las elecciones de
noviembre de 2013, ya que la Concertación, ahora transformada en
Nueva Mayoría con la incorporación del Partido Comunista (PCCh), el
Movimiento Amplio Social (MAS), la Izquierda Ciudadana (IC) e
independientes de centroizquierda, ha impulsado el asentamiento de
temas como la nueva Constitución, la crítica a los penales especiales
para los ex militares violadores de derechos humanos, las críticas al
sistema previsional y en general a sistemas e instituciones heredados de
la dictadura, lo que ha aislado del debate a temáticas ligadas a cualquier
otra lógica de competencia programática entre los partidos y las
coaliciones.
Por otro lado, en lugar de que el sistema de partidos haya cambiado
como se describía en el último escenario, se podría decir que lo que
hemos visto es una reanimación del sistema tradicional asentado con el
retorno a la democracia, a través del resurgimiento del clivaje de
régimen. Esto ha ocurrido a pesar del pequeño viraje que dio la
competencia política con la campaña de 2009, el cual no pudo asentarse
debido al fracaso y retroceso de la Coalición por el Cambio que volvió
a ser la Alianza por Chile, situación que margina a la derecha
nuevamente en su nicho electoral tradicional, y que queda afianzado por
la preponderancia revitalizada del clivaje “autoritarismo-democracia”.
73
Academia Balmaceda
A pesar de que se pueda decir que el esquema partidario no es el
mismo que el observado desde los ’90 hasta los primeros años del
nuevo milenio, debido a que existen nuevas identidades partidarias e
incluso aludiendo a la inédita cantidad de nueve candidatos a la
presidencia en 2013, seguimos teniendo dos bloques mayoritarios que
seguramente seguirán presentes de forma muy similar en el parlamento
debido en gran medida a la continuidad del sistema binominal. Por otro
lado, la Nueva Mayoría incluye a sectores que una vez fueron parte de
la Concertación como el MAS, y también a partidos de izquierda que si
bien nunca fueron parte de la Concertación, siempre influían las
elecciones en segunda vuelta, y más tarde tras los primeros acuerdos
electorales gracias a los cuales, el Partido Comunista logró sus primeros
tres escaños en el Parlamento durante la presente era democrática.
IV.
El centro político: el incipiente e incierto centro liberal
En la campaña de 2009, se apuntó fuertemente a un centro social
cristiano, el cual existe desde larga data en Chile. Y se podría decir con
cierta razón, que fue este centro el que desniveló la elección en favor de
Piñera, terminando con veinte años de gobierno de la Concertación. Sin
embargo, a nuestro juicio existe un centro político que no fue abordado
en dicha elección y que en los últimos años, pero en especial en el
contexto del ciclo electoral presente, ha surgido y tomado una fuerza
considerable, no sólo en el ámbito de los idearios políticos presentes en
la ciudadanía, sino que también en cuanto al surgimiento de
candidaturas y movimientos que de distintas formas y en diferentes
grados, han procurado representar este centro nuevo y diferente al
tradicional y decreciente centro social cristiano.
Este nuevo centro lo identificamos con un tipo de pensamiento de
corte liberal, el cual no está abierta ni totalmente representado por
74
Academia Balmaceda
ningún partido político chileno, debido en buena medida a que este
ideal o fuerza política no se encontraba clara ni ampliamente difundido
en nuestra sociedad, por lo que ningún partido ha disputado la
representación de este nicho.
Este sector ha crecido junto con una población más educada que puja
cada vez más por una mejor democracia, más participación y más
libertad frente a los constreñimientos de una fuerte desigualdad
socioeconómica y élites petrificadas, al amparo de lo cual hemos visto
desarrollarse una sociedad posmoderna que demanda mayores espacios
de participación, más derechos y libertades políticas y más
autoexpresión (Inglehart y Welzel, 2005), lo que se contrapone a un
diagnóstico de la clase política como un sector estático, poco
representativo y que no avanza al ritmo que la sociedad exige. Quizás
esto último sea discutible para algunos, pero lo cierto es que nuestra
sociedad ha asumido este diagnóstico y ha levantado demandas para
subsanar dicha situación.
En consideración a lo anterior, durante el gobierno de Sebastián
Piñera, pero ya desde el gobierno de Michelle Bachelet, se han
levantado movimientos sociales que han mostrado profundas
discrepancias con el modelo político, los partidos y diversas situaciones
de la realidad nacional, frente a lo cual se logró instalar un descontento
más o menos generalizado sobre varios puntos, siendo muy relevante el
descontento frente a la clase política. En este sentido y en presencia de
la coyuntura electoral de 2013, hemos visto aparecer candidaturas
inéditas, tanto en cantidad como en contenido y discursos, entre las
cuales en particular nos llama la atención lo que identificamos como la
aparición de un nuevo centro político que denominamos “centro
liberal”, el cual, al igual que el liberalismo mismo, resulta diverso y
bastante heterogéneo, pero a pesar de aquello, sí es a nuestro juicio más
o menos identificable.
75
Academia Balmaceda
Tal como se ha discutido desde hace ya un tiempo, tenemos un
sector liberal que habría estado latente y/o “controlado” en Renovación
Nacional, desde donde hemos visto salir sumándose a algunos
independientes que integraron el gobierno de Piñera, a personas que
luego formaron un movimiento político de corte liberal llamado
Evolución Política (Evópoli) el cual es liderado por Felipe Kast. Este
movimiento llevó candidatos a primarias legales en competencia con
RN y logró presentar cuatro candidaturas al congreso logrando un
triunfo con la diputación de Felipe Kast en Santiago. Pero lo que logre
hacer Evópoli para influir en el sistema de partidos chileno es incierto y
se podrían anticipar dos opciones, la primera es que logre posicionarse
independientemente, como partido quizás, en el centro político más
próximo a la derecha, lo cual es difícil, ya que es un movimiento que
nace ligado a la derecha y al gobierno de Piñera, por lo mismo lo más
probable es la segunda opción, que es que los escaños conseguidos en el
Congreso le sirvan para incentivar una apertura en la Alianza, dando
cabida a un posible nuevo partido que amplíe la coalición hacia el
centro, moderando las posturas e incentivando a que la derecha trabaje
en función de captar sectores más liberales o moderados de centro en
vez de quedarse estancada en la derecha tradicional y más ligada a
Pinochet, esto incluso podría hacerse sin llegar a formar un nuevo
partido. Pero esta posibilidad también se verá fuertemente obstaculizada
por los sectores más duros de la UDI, que no querrán perder
preponderancia en el sector. De esta forma, la incertidumbre sobre
Evópoli es alta y su destino está atado a factores que escapan a su
control.
Por otro lado, es muy significativo y merece ser seguido muy de
cerca, el sector convocado por el ex ministro y hombre fuerte del
gobierno de Bachelet, Andrés Velasco, quien luego de quedar segundo
en las primarias de la Nueva Mayoría, en la cual muchos dijeron que se
había equivocado de primarias por sus planteamientos mucho más
moderados que los candidatos más a la izquierda, pero también más
76
Academia Balmaceda
abiertos y derechamente más liberales que los del candidato social
cristiano de la DC, llegó a formar un movimiento político propio
llamado “Fuerza Pública”, con el cual llama a cambiar las “malas
prácticas” de la política tradicional. Las perspectivas de Velasco, de
Fuerza Pública y de quienes votaron por él en primarias son inciertas y
muchos esperan que este movimiento se transforme en partido político
para que Velasco pueda aspirar a la presidencia por su propia cuenta, no
necesariamente desligándose de la Nueva Mayoría y abriendo de esta
forma una candidatura de corte liberal, convocando a muchos
independientes y jóvenes que no se identifican con la política y los
partidos tradicionales. Hasta ahora no se sabe qué planea hacer Velasco
y Fuerza Pública, pero sí se sabe que no participará en un gobierno de
Bachelet, lo que permite deducir que su opción por ahora es mantener y
afianzar su independencia acercándose hacia el centro sin alejarse
completamente de la Nueva Mayoría.
En tercer lugar, hay que mencionar un sector denominado
“progresista”, más a la izquierda si se quiere, que representa una visión
más liberal en términos “valóricos”, pero que abraza una mirada más
tradicionalmente de izquierda sobre un Estado fuerte. Este sector ha
sido más que nada convocado por Marco Enríquez–Ominami, quien ha
desplegado un discurso crítico frente a la clase política y ha procurado
convocar a la juventud y a quienes no se sienten representados por la
política tradicional. La relevancia de este sector se puede ver en que la
votación de MEO en dos elecciones presidenciales consecutivas ha sido
importante y lo han posicionado tercero en ambas, aunque, es incierto
afirmar que su votación pertenece a este sector liberal más de izquierda
progresista, pero en alguna medida sí lo han hecho, por lo tanto, es
importante considerarlo. En este espacio se cuenta el Partido Liberal, el
cual resulta difícil de definir políticamente, ya que su relevancia
electoral e ideológica no es significativa, pero se ha plegado a la
candidatura de MEO integrando una lista parlamentaria y de COREs
77
Academia Balmaceda
conjunta con el PRO, logrando incluso obtener un escaño en la cámara
baja con Vlado Mirósevic.
Finalmente, a pesar de que no ha logrado relevancia en ningún
espacio político, cabe mencionar a Red Liberal (movimiento surgido el
año 2010), no porque haya significado algún hito en la política
nacional, sino que porque es una muestra de un intento desde la
sociedad de abrir los espacios políticos hacia ideas liberales, llegando
incluso a intentar una candidatura municipal con su figura más visible,
Cristóbal Bellolio en Providencia.
Es evidente que la política tradicional ha perdido poder de
representación en especial sobre un sector importante, relativamente
nuevo y creciente de la población que se ubica más al centro del
espectro político. Esto se ve tanto en la derecha como en la ex
Concertación, ya que la primera, al no poder consolidar una coalición
más amplia que alcance a sectores de centro entre ellos los sectores más
liberales, se ve frente a una derrota electoral fuerte que le significa
perder el recién ganado ejecutivo y volver a recluirse en el Congreso
con la lógica de la competencia intracoalicional del binominal, mientras
que la Concertación, para poder recuperar el gobierno, se ha ampliado
hacia la izquierda reteniendo a la vez el disminuido centro que cubre la
DC. Todo esto se condice con la diversidad de sectores recién descritos
que se posicionan en un centro más liberal y heterogéneo que no tiene
una representación clara en el sistema de partidos, lo que podría
tomarse como una oportunidad, especialmente para la derrotada derecha
que obligatoriamente tiene que buscar ampliar su electorado y su sector
político, ya que de lo contrario, es muy difícil que vuelva a tener
opciones reales de ganar la presidencia, pero además, dado que es muy
posible que se termine el sistema binominal siendo reemplazado por
uno más proporcional, tampoco le quedará la posibilidad del
atrincheramiento en el Congreso, además, ya ni siquiera el binominal le
resulta beneficioso, debido a que fue la Nueva Mayoría la que
78
Academia Balmaceda
claramente triunfó en las últimas parlamentarias gracias al generoso
aporte del vilipendiado sistema binominal.
Finalmente, creemos que si la derecha quiere recuperar su
competitividad electoral, debe atender la cuestión del centro liberal, en
primer lugar porque el centro al que apeló Piñera en su candidatura
presidencial viene en un lento decrecimiento, pero además, se ve difícil
que la DC abandone a la Nueva Mayoría y se acerque a la derecha,
incluso a pesar de la incorporación del Partido Comunista a dicha
coalición. En segundo lugar, sí existe un potencial abierto desde la
derecha hacia un centro liberal, el cual aún es muy incierto, pero ahí
está, lo cual se podría sumar a personas que simpatizan con las ideas y
las formas planteadas por Velasco, cuyo futuro político también es
incierto. Lo que sí es seguro, es que si la derecha se obstina en
permanecer inmutable e impermeable a los cambios político–sociales
del país, será virtualmente imposible que vuelva a crecer electoralmente
y mucho menos volver a La Moneda. Este es el verdadero desafío para
la derecha, trabajar para ampliarse y acercarse a un nuevo y aún
huérfano centro liberal.
79
Academia Balmaceda
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84
Academia Balmaceda
Una Ruta Liberal
Fundamentos teóricos para la transformación del sistema político en Chile
Manuel Lobos Infante1
2
Marcelo Estrella Riquelme
Resumen
Este trabajo intenta distinguir cuales elementos del sistema político
chileno obedecen a la tradición liberal, concentrándonos en definir qué
tipo de políticas son las que el liberalismo estaría exigiendo hoy a
nuestro sistema político e institucional. A partir de esto podremos
visualizar cómo y hasta donde el liberalismo se ha instalado en Chile, y
cuáles serían las propuestas que este ideal político plantea para el
desarrollo y evolución de la vida política y el sistema en el cual se
enmarca. Para ello definiremos claramente lo que se entiende por
tradición liberal y sus ideales como valores esenciales y constitutivos
del pensamiento liberal que son los que determinan qué políticas y qué
caminos se toman para alcanzar y defender dichos valores.
A Liberal Route
Theoretical fundamentals for a transformation of Chilean political
system
Abstract
This work attempts to distinguish which aspects of the Chilean political
system adhere to the liberal tradition, concentrating on defining which
types of policies liberalism would be demanding presently from our
institutional and political system. From here, we can see how and to
what extent liberalism has taken hold in Chile as well as which would
be the proposals that this political ideology presents for the
development and evolution of political life and the system that frames it.
For this purpose, we will define clearly what is understood by liberal
tradition and its ideals such as values essential and constitutive of
liberal thought which in turn determine which policies can be
1
2
Magister en Ciencia Política Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda
Cientista Político Universidad Católica de Chile
85
Academia Balmaceda
implemented and which paths can be taken to both reach and defend
said values.
E
stamos acostumbrados a pensar que somos parte de una tradición
política específica, comúnmente denominada como tradición
Liberal y los valores que promueve y defiende son aquellos que se
supone predominan en la política occidental contemporánea. En este
contexto, Chile también integra lo que sería la tradición liberal, pero
muchas veces se evidencia cierta ambigüedad en su aplicación e incluso
en sus formas más abstractas de existencia, ya que como es natural que
ocurra, Chile y su sistema político e institucional, no sólo han tomado
elementos del liberalismo como referencias o paradigmas, sino que
también existen otras tradiciones e ideales políticos que han dejado
huella en nuestra institucionalidad y muchas veces, la interacción entre
esta variedad de ideales, ha logrado confundir y distorsionar estas
mismas tradiciones, provocando que existan ciertos híbridos en nuestro
sistema político. Además, en un sistema político son muchos factores
los que determinan qué arreglos institucionales se adoptan y cuáles no,
además de los ideales que muchos políticos digan defender.
En este trabajo se intentará vislumbrar qué elementos de nuestro
sistema político obedecen realmente a la tradición liberal, enfocándonos
en establecer qué tipo de políticas son las que el liberalismo estaría
exigiendo hoy en día a nuestro sistema político e institucional. De esta
forma se podrá ver de manera más clara, cómo y hasta dónde se ha
asentado el liberalismo en nuestro país, y cuáles son las propuestas que
este ideal político establece para la evolución y desarrollo de nuestra
vida política y el sistema que la enmarca.
Para alcanzar los objetivos planteados anteriormente, es necesario,
primero que todo establecer una definición lo más clara posible de lo
que entendemos por tradición liberal y sus ideales, es decir, aquellos
86
Academia Balmaceda
valores que son esenciales y constitutivos del pensamiento liberal, y que
por lo tanto, son los que determinan qué políticas o qué caminos se
toman en la práctica, para alcanzar y defender dichos valores
intransables.
A continuación se planteará una visión sobre la situación actual de
nuestro sistema político e institucional, con el fin de situarnos de
manera concreta en la realidad nacional, lo cual nos permitirá ver qué
elementos de ella responden realmente a la tradición liberal y cuáles no.
Finalmente analizaremos cuáles son las demandas o caminos que el
liberalismo estaría exigiendo que se tomen, para que Chile avance hacia
el fin de atesorar y defender los ideales constitutivos liberales. Para
esto, analizaremos dos aspectos en particular que nos parecen
interesantes por la importancia que tienen en nuestro ordenamiento
institucional. Los aspectos a analizar serán el Sistema Electoral
Binominal y el Sistema Económico de Libre Mercado. Para lograr
nuestro primer objetivo, nos detendremos a analizar si el liberalismo
defendería nuestro actual sistema electoral (binominal), entendiendo
cómo este sistema logra o no satisfacer la necesidad de representación
de la diversidad con la cual se constituye una sociedad como la nuestra.
Posteriormente analizaremos de qué manera el sistema económico
chileno de libre mercado funciona como un ordenador justo de las
preferencias libres y responsables de los individuos, y cómo participa
en la repartición de desigualdades, tanto justas como injustas. Veremos
qué puede decir el liberalismo respecto a este sistema económico,
analizaremos también cómo se estructura el respaldo a éste y qué
reparos se le pueden hacer.
87
Academia Balmaceda
El Liberalismo
Existen nociones tanto en Chile como en occidente en general, sobre
qué es liberalismo, cuáles son sus principios constituyentes y cuáles
son sus principios derivativos. Los principios constituyentes son
aquellos que le dan forma a la moral política liberal, es decir, al ideario
completo que sustenta todos aquellos caminos que el liberalismo ha
defendido y defiende, siendo estos últimos los aspectos derivativos de
dicha moral política. Estos aspectos o principios derivativos, son todos
aquellos “caminos” que en la práctica se adoptan para poder alcanzar un
fin superior, es por esto que cada camino elegido, ya sea una
institución, una ley o un tipo de gobierno, no se elige porque sea bueno
en sí mismo, sino que será adoptado porque se piensa que en el
momento en que se toma la decisión, ese camino en particular, es el que
mejor se dirige a conseguir un fin superior claramente identificado. En
otras palabras, estos caminos elegidos, no son un fin sino que son
medios, los cuales se creen más adecuados en un contexto determinado,
por lo que defender su aplicación o vigencia, sin tener en consideración
su idoneidad para el fin superior que lo motiva, es un error grave y hace
que el debate pierda sentido al defender arreglos determinados,
olvidando las verdaderas razones que los impulsan.
La tradición liberal aparece con fuerza durante el siglo XVIII, como
una filosofía e ideal político orientado hacia la salvaguarda de la
libertad del individuo, justificación última de la vida política. En ese
entonces, los países europeos continentales poseían escasa experiencia
en el funcionamiento de partidos políticos, para los que en principio
sólo encontraban un antecedente en el funcionamiento de los clubes de
la Revolución Francesa, pero pronto se forjaron estos grupos de
orientaciones divergentes —reaccionarios, moderados, independientes,
revolucionarios— que convierten la vida política en un juego de
tensiones, propaganda y sucesión de programas y gestiones de
88
Academia Balmaceda
gobierno. Con el mismo propósito de evitar las diversas
concentraciones de poder, el liberalismo postulaba las autonomías
provinciales y municipales, en merma de la jurisdicción de los poderes
centrales. Estas ideas fueron postuladas por teóricos como Rousseau,
Montesquieu y Locke los cuales bajo este contexto de efervescencia
política, insistían en la libertad del ser humano de ejercer su derecho
político al autogobierno y soberanía del pueblo. Jean Jacques Rousseau
en su obra "El contrato social", sostuvo que la soberanía reside en el
pueblo y de ella emanan todos los derechos individuales. Para
salvaguardar esos derechos los hombres deben firmar un contrato que
establezca claramente sus obligaciones. Pensaba que una mejor
educación constituía la fórmula para desarrollar la bondad natural de las
personas (Rousseau, 1969: 12-15). Por otro lado Montesquieu establece
los pilares fundamentales de toda república moderna: la separación de
los poderes del Estado, para así lograr un equilibrio de poder gracias al
juego de los contrapesos, lo que conlleva el término de las monarquías
(Montesquieu, 1972: 20).
Finalmente John Locke continúa con la tradición del Derecho
Natural, limitando el poder estatal y los derechos individuales y
desarrollando una justificación ética sobre el derecho a propiedad
(Locke 1984: 32).
Benjamin Constant, en su obra “De la libertad de los antiguos
comparada a la de los modernos” plantea que:
"La libertad es el derecho que cada uno tiene a estar sometido
sólo a las leyes, de no ser detenido, encarcelado ni condenado a
muerte o molestado, en cualquier forma que sea, por el capricho
de uno o más individuos. Es el derecho que todos tienen a
expresar su opinión, a seguir sus inclinaciones, a trasladarse de
un lugar a otro, a asociarse. Es, finalmente, el derecho a influir
sobre la marcha del Estado, bien sea nombrando todos o parte de
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Academia Balmaceda
los funcionarios, bien aconsejando o preguntando, o mediante las
peticiones que la autoridad esté más o menos en la obligación de
tomar en consideración” (Constant, 1989: 280).
Estas ideas fueron acoplándose y retroalimentándose, construyendo
en su conjunto el marco de lo que finalmente se denominó liberalismo,
el cual se ha establecido como un ideal político fuertemente asentado en
occidente, y que retoma su fuerza luego de la era de los autoritarismos
nacidos en el período de entreguerras del siglo XX, logrando su mayor
apogeo a finales de dicho siglo. Esta tradición finalmente se plasma en
el trabajo de John Rawls, quien desarrollaría su teoría política en base a
estas ideas que datan de la ilustración y las revoluciones francesa y
estadounidense.
Creemos necesario hacer una pequeña contextualización de la noción
del liberalismo que expondremos más adelante, ya que ésta obedece al
resultado que se produjo en los últimos años gracias al trabajo de John
Rawls, quien en sus libros “Teoría de la Justicia” (1971) y
“Liberalismo Político” (1993), planteó en profundidad lo que hasta ese
entonces no tenía un sustento intensamente desarrollado y cohesionado
de las nociones y planteamientos liberales, que si bien eran
identificables y se podían separar con cierta claridad de otras teorías
políticas, no existía una teoría completa y coherente que pudiera usarse
como sustento integral del liberalismo.
Luego de que se publicara la obra de Rawls, el liberalismo en
general abrazó y aplaudió las ideas expuestas por este autor, incluyendo
sus nuevos conceptos desarrollados para explicar de modo más extenso
y abstracto, los ideales que concibe el liberalismo y las razones para
defenderlos. Es por esto que se logró cierto consenso sobre lo que era el
liberalismo y sobre los argumentos que sustentan sus ideales, logrando
de esta forma una sólida estructura argumentativa detrás de una moral
90
Academia Balmaceda
política que ya estaba bien incrustada en el ideario de occidente,
especialmente en los países anglosajones.
Salvo algunas excepciones, como el caso de Nozick que extrapola la
teoría liberal hacia un ideario que podría llamarse libertario, todos
aquellos que se dicen liberales, en general, comparten la teoría de la
justicia de Rawls partiendo de la base de sus dos principios de justicia.
Uno de los que recoge el legado de Rawls es Ronald Dworkin, quien
en su ensayo “El Liberalismo”, plantea que: “el liberalismo tenía una
moral constituyente, y que se ha apartado, en la medida en que así ha
ocurrido, porque se ha hecho menos claro cuáles son las posiciones
derivadas que sirven mejor a la moral constituyente” (Dworkin, 1983:
137). Es decir, que la moral constituyente del liberalismo, tiende a
volverse confusa cuando la discusión pasa a centrarse en los principios
derivativos, por lo que se pierde la esencia de defender una moral
política determinada, debido a que una moral constitutiva debe defender
principios o valores superiores a arreglos institucionales puntuales.
Consecuencia de aquello, es que a medida que pasa el tiempo, se
confunden los valores políticos y las nociones sobre un ideal político se
pierden, lo que consecuentemente hace que los debates y discusiones en
el sistema político pierdan sustento y fortaleza argumentativa, ya que no
hay una moral a la cual recurrir para saldar controversias y para apoyar
o rechazar con verdadero sustento, alguna posición determinada.
“se forman distintos arreglos liberales cuando, por una u otra
razón, los que se mueven por una moral constituyente fijan un
esquema particular de posiciones como apropiado para
completar una teoría política liberal práctica, y otros, por sus
propias razones, vienen a colaborar con ellos por el bien de
dicho esquema. Estos arreglos se derrumban, y así se fragmenta
el liberalismo, cuando se descubre que estas posiciones derivadas
son ineficaces, o cuando las circunstancias económicas o sociales
91
Academia Balmaceda
cambian de modo que las vuelven ineficaces, o cuando los
colaboradores necesarios para que una fuerza política sea
ya no son atraídos por el esquema” (Dworkin, 1983: 141).
Queda claro que los arreglos particulares que la política adopta en la
práctica, no necesariamente responden a una moral constituyente bien
definida, sino que además, a factores que colaboran para que
determinadas políticas o instituciones, sean aplicadas. Estos otros
factores son generalmente grupos de interés que ven un beneficio
propio en el arreglo que defienden, o simplemente pueden ser
partidarios de otros ideales políticos con sus propios fines, pero
advierten que dichos arreglos prestan utilidad a dichos fines políticos,
por lo tanto es perfectamente posible que exista un liberal y un
conservador que defiendan, el mismo arreglo institucional, pero por
razones muy distintas.
Con el fin de enriquecer este debate y sustentar una defensa o ataque
a diversos aspectos derivativos esenciales en nuestro sistema político,
tales como la democracia, el esquema de derechos humanos o cosas
más específicas como el sistema electoral, el sistema presidencialista o
los grados de centralización, debemos enfocarnos en dejar lo más claro
posible cuál es la moral constituyente del liberalismo.
Los dos valores políticos más grandes que se han planteado desde la
ilustración, son la libertad y la igualdad, habiendo ambos alcanzado una
valoración prácticamente transversal a todas las corrientes de
pensamiento político, con la diferencia de que no todos comparten el
mismo nivel de valoración para cada uno, priorizando muchas veces
uno sobre el otro. Esto debido a que en diversas ocasiones, ambos
conceptos han sido expuestos como nociones inversamente
proporcionales, es decir, que se ha entendido que mientras más libertad
se quiere para los miembros de la sociedad, el precio de este aumento
de libertad es la disminución de los grados de igualdad y viceversa.
92
Academia Balmaceda
En la tradición liberal se plantea que la libertad de la que gozan los
individuos es difícilmente cuantificable, ya que diferentes personas
valorarán de manera muy diversa el valor de poder optar libremente
sobre distintos aspectos de sus vidas. No todos pensarán que el valor de
poder conducir libremente sin semáforos, es igual al valor de poder
decir lo que se piensa con respecto a cualquier tema, o al valor de ser
libre de apropiarse de lo que sea sin el permiso de nadie. Cada una de
estas pequeñas libertades no tendrán el mismo valor por lo que se
tenderán a ordenar en una escala de prioridades, perdiéndose de esta
forma la opción de obtener un solo concepto de libertad que configure
la totalidad de libertad de que gocen los individuos. (Dworkin, 1983:
144 - 145). Esto no ocurre cuando se habla de la igualdad, ya que el
liberalismo admite un concepto muy específico de lo que es igualdad en
una sociedad, el cual debe ser garantizado por el Estado en su carácter
de valor político, quien asume la responsabilidad de brindar las
garantías que se consideren necesarias para la sociedad que lo concibe.
Este concepto de igualdad es lo que sería constitutivo del liberalismo y
se trata de que “el gobierno trate a todos los que están bajo su cargo
como iguales, o sea, como con el mismo derecho a su igual respeto y
consideración” (Dworkin, 1983: 146). Esta idea de igualdad, supone
que el Estado asume una posición de igual respeto frente a los
individuos, es decir, los respeta tal cual son entendiendo que una de las
condiciones de la existencia humana es la pluralidad de los hombres, lo
que quiere decir que ningún hombre en la tierra es idéntico al otro, y
que aquello que nos diferencia, es más que el simple hecho de la
alteridad dada por la multiplicación de quienes conforman la especie
humana. La pluralidad indica que todo hombre que exista o haya
existido es irrepetible dada la particularidad de su existencia, la cual es
única desde los aspectos biológicos hasta lo más intrincado de su
pensamiento y actuar (Arendt, 1996: 20-22, 200-204).
93
Academia Balmaceda
Por lo tanto, el Estado, bajo una perspectiva liberal, debe mantenerse
alejado de propiciar y defender una noción específica de vida buena, ya
que de esta forma estaría negando la pluralidad de los individuos,
haciendo que todos debamos optar por la misma idea de vida buena,
negando nuestra condición de iguales, en el sentido de nuestro igual
derecho a elegir nuestro camino y a ser respetado de igual forma en el
rumbo que decidamos tomar. “El gobierno debe ser neutral acerca de lo
que pudiera llamarse el problema de la buena vida” (Dworkin, 1983:
148). Cada individuo debe y es libre de decidir por sí mismo cual es la
opción de vida buena que cree más correcta o deseable según sus
propios valores o intuiciones morales, religiosas, económicas, etc.
Liberalismo, igualdad y pluralidad
El liberalismo como concepción política ha estado presente desde la
formación de nuestro país como república independiente, siendo
fundamental no sólo para la formación de un Estado laico, sino que
también como forjador de los posteriores clivajes que generarían un
nuevo arraigo hacia los principios de igualdad, justicia y libertad.
Pero a lo largo de los años, es posible ver que se pierde a veces el
verdadero sentido del ser liberal, produciéndose cierta distorsión entre
las decisiones o caminos liberales y el argumento real del liberalismo
como ideal político.
Bajo estos términos es necesario argumentar qué sentido tiene el
generar valores liberales, y además demostrar a la sociedad chilena
cuales son los errores que el sistema político ha establecido al intentar
seguir los lineamientos liberales. Esto debido a que una comprensión
más profunda de una moral política como el liberalismo, ayudaría a
enriquecer el debate y la vida política en general, ya que torna más seria
94
Academia Balmaceda
cada discusión al tener que recurrir a argumentos más y mejor
elaborados que simples discusiones técnicas sobre temas particulares.
“La perspectiva liberal dominante concibe a la democracia
liberal únicamente como un conjunto de procedimientos, cuyo fin
consiste en procesar la pluralidad de opiniones y de intereses de
los individuos. Considera que esa concepción tiene efectos
extremadamente perniciosos, pues evita cualquier dimensión
ética y conduce a una visión exclusivamente instrumental de lo
político” (Mouffe, 1999:19).
En este apartado intentaremos exponer al liberalismo bajo los
términos de la igualdad y la pluralidad, lo que pueda brindar en primer
lugar una construcción política social que permita igualdad de derechos
en los individuos, pero que finalmente respete y encamine derechos que
logren desarrollar el pluralismo en la sociedad chilena, siendo esto la
base de una democracia actual.
De esta manera partimos de la premisa de un cambio de paradigma
en el siglo XX, el cual toma la iniciativa en la conquista de nuevos
derechos y una profunda preocupación por el colectivo, la aceptación y
establecimiento de la diversidad como modelo de vida, dando paso a
este siglo como la conquista hacia los derechos de culturas y su
empoderamiento en el ámbito político tanto nacional como
internacional. (Touraine, 2001: 15-17).
Establecemos el término pluralidad dentro del debate del liberalismo
y como argumento necesario para la generación de la verdadera política
(Arendt, 1997: 1-2). Siendo esto lo que permitió dejar atrás las antiguas
ideas de que el hombre era un zoon politikon, es decir, que su condición
social y política era inherente a la naturaleza humana. En cambio, se
inicia el desarrollo contractual del hombre como parte de un proceso en
base a la relación con los otros, lo cual genera las condiciones
95
Academia Balmaceda
necesarias para el verdadero camino político. En este sentido, la
sociabilización del hombre no sería dada por naturaleza, sino que
responde a una creación humana que se establece mediante un contrato
tácito entre las personas, el cual crea los ámbitos de la sociedad y la
política. Esta integración de término relación entre los seres humanos,
es finalmente la que encamina la integración de los demás pares, pero
dando un eco hacia la comprensión social de quienes componen dicha
interacción.
La sociedad en su conjunto no establecerá los límites de qué es lo
normal sino que abarcará las diversas áreas del ordenamiento social,
vinculando la generalidad con la particularidad de los individuos,
permitiendo así el desarrollo de la acción política real y coherente y no
la mera administración del aparataje del Estado.
El Estado, a partir de los procesos de democratización, inició un
compromiso a priori con las diferenciaciones de todo tipo que pueden
presentarse en la sociedad, y no sólo como proveedor de bienes y
servicios o generador de políticas públicas. Este nuevo rol parte de la
premisa de una legitimidad desde la legalización de los derechos de
igualdad y el fomento a los Derechos Humanos, pero no catalogando a
los individuos como seres idénticos en el sentido de que todos tengan la
misma idea de vida buena.
El liberalismo entra en juego, desde el momento en que se asume
que defiende lo que Rawls llama el primer principio de justicia: “toda
persona que participe en una práctica, o se ve afectada por ella, tiene
igual derecho a la libertad más amplia que sea compatible con igual
libertad para todos” (Rawls, 1984: 7). Vemos que la noción de igualdad
del liberalismo planteada anteriormente, se condice con este principio
de justicia ya que implica una igual consideración a las personas en
cuanto a brindar el mismo respeto a cada uno.
96
Academia Balmaceda
La libertad no debería, a nivel político y social, establecerse sólo
bajo argumentos igualitaristas, sino que incluir y aceptar a la diversidad
de los individuos y enfocarse en la defensa global del respeto a la
pluralidad.
“una comunidad política moderna y democrática ya no puede
organizarse en torno a una visión del bien común, entendida esta
como ente sustancial; la reactivación de la idea de ciudadanía no
puede darse a costa del sacrificio de la libertad individual.”
(Arendt, 1997: 9).
Finalmente es necesario definir que bajo el contexto chileno, después
de la apertura democrática en 1990 y durante los casi veinticinco años
que llevamos de democracia representativa, aún existen partes del
aparataje del sistema político que no coinciden con argumentos
profesados por el liberalismo que aquí planteamos, tales como el
sistema electoral, el cual ha establecido su desarrollo en torno a una
proporcionalidad que para muchos, no es ni justa ni democrática.
El sistema político chileno de hoy
Consideramos como sistema político a la forma en que el sistema
distribuye valores que la sociedad considera útiles como el dinero, la
educación, el poder, etc., mediante un sistema normativo capaz de
imponer sanciones y distinguir a las interacciones políticas del resto de
las interacciones sociales, predominantemente hacia la asignación
autoritaria de valores para una sociedad (Easton, 1953: 80-86).
El Estado chileno establece la separación básica de los tres poderes
del Estado, legislativo, ejecutivo y judicial, procurando la
independencia y autonomía de cada uno de ellos. Pero más allá de esto,
actualmente nuestro sistema político, está sustentado básicamente en lo
que llamaremos, tres pilares fundamentales: un presidencialismo fuerte,
97
Academia Balmaceda
un Estado que no siempre mantiene neutralidad en cuanto a la defensa o
promoción de una noción de vida buena y por último, un sistema de
partidos que tiende a la inmovilidad y a la agrupación en dos grandes
coaliciones.
Chile se puede definir como un país presidencialista, debido a que
amplios y diversos poderes son acumulados por el presidente de la
República en conformidad con la Constitución vigente. El Presidente es
más que el mayor funcionario público o el detentor de la máxima
magistratura, es la expresión y símbolo del Estado y la unidad de la
Nación. Un ejemplo claro es la existencia de materias legislativas que
son iniciativa exclusiva del presidente. Pero además de las facultades
exclusivas, el presidente es jefe de gobierno y de Estado. Todo esto
hace que la imagen de autoridad que proyecta en la sociedad sea muy
fuerte, al igual que las expectativas y presiones que se le confían.
El segundo punto tiene que ver con la neutralidad del Estado chileno
sobre la defensa y/o promoción de una idea de vida buena. Podemos ver
que en muchas ocasiones ésta condición de neutralidad se pierde,
cuestión que se contradice con la función del Estado desde una
perspectiva liberal. Un claro ejemplo de esta contradicción la
encontramos en la Constitución Política, base de la institucionalidad
chilena y de la concepción que da origen al Estado, en donde hay
señales claras de la toma de posición del Estado sobre una determinada
noción de vida buena, una de las cuales establece como núcleo de la
sociedad a la familia y manifiesta la obligación del Estado chileno de
protegerla y fortalecerla. Esto indudablemente responde a una
interpretación puntual del valor de la familia como pilar de la sociedad,
pero no significa que esta interpretación es necesariamente la de todas
las personas, ya que es una preferencia interna que se hace externa al
momento de plasmarse en la Constitución (Dworkin, 1983: 156 - 158).
Esta idea de la familia como núcleo de la sociedad, viene de una
98
Academia Balmaceda
concepción religiosa, que podemos encontrar en las directrices
expresadas en el Concilio Vaticano II en la constitución pastoral
“Gaudium et spes”, donde el matrimonio y la familia se plantean como
instituciones sagradas, que deben ser cuidadas y difundidas debido a
que el bienestar social y personal dependen estrechamente de la
prosperidad de la comunidad conyugal y familiar (Concilio Ecuménico
Vaticano II). Es claro que al abrazar en la Constitución Política la
noción de vida buena de un ideal religioso particular, el Estado
abandona la neutralidad en cuanto a manifestarse a favor o en contra de
una idea de vida buena, estableciendo implícitamente que el resto de las
nociones que puedan existir en nuestra sociedad, en cuanto a su
interpretación de la relevancia de la familia, no cuentan con el apoyo o
protección del Estado para su práctica y desarrollo, en donde el Estado
ha perdido su neutralidad y ha negado la pluralidad de los individuos al
manifestarse y tomar posición al respecto.
El tercer pilar es el sistema de partidos. Según Dieter Nohlen, un
sistema de partidos corresponde a la composición estructural de la
totalidad de los partidos pertenecientes a un Estado, donde podemos
destacar los siguientes elementos básicos: el número de partidos, su
tamaño, distancia ideológica, pautas de interacción, relación con la
sociedad y con grupos específico y su actitud frente al sistema político
(Nohlen, 2004: 158). Desde 1989 el sistema de partidos políticos
chileno ha estado constituido por dos grandes coaliciones: Por una
parte, la Concertación de Partidos por la Democracia, de centroizquierda, conformada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el
Partido Socialista (PS), el Partido Por la Democracia (PPD) y el Partido
Radical Socialdemócrata (PRSD).3 Y por otra, la Alianza por Chile,
constituida por los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y
3
Hoy llamada Nueva Mayoría que incluye al Partido Comunista como alianza de gobierno de la
Presidente Michelle Bachelet.
99
Academia Balmaceda
Renovación Nacional (RN).4 Para Samuel Valenzuela, los partidos que
surgieron en el periodo post-autoritario reprodujeron la estructura del
sistema partidario previo a 1973, siguiendo los clivajes políticos
presentes hasta ese instante. Esto dio cuenta del fracaso del régimen
autoritario para evitar que los partidos políticos volviesen a alcanzar
protagonismo, pues los responsabilizaban del colapso de la democracia.
Las dos grandes coaliciones actualmente existentes en el sistema de
partidos chilenos copan los cargos de representación, dividiéndolos casi
por la mitad, y siendo las únicas fuerzas políticas capaces de alcanzar la
presidencia de la república, por lo que diversos sectores políticos más
pequeños que no forman parte de ninguna de estas dos coaliciones,
quedan prácticamente fuera de la participación política sin poder
acceder a cargos electos o designados. Esto genera grados de exclusión
y concentración de poder cuestionables desde el punto de vista de la
representación que la pluralidad de actores e intereses que toda sociedad
debe tener.
Sistema binominal
Uno de los factores más significativos, sino el más importante, para
explicar la existencia de dos grandes coaliciones en Chile es el sistema
electoral binominal, el cual tiene su origen como enclave del
autoritarismo (Garretón, 1999) y que permitió que parte de la clase
política que apoyaba la dictadura de Pinochet logrará mantener puestos
de poder tanto en el Congreso como en los municipios.
La legitimidad del sistema binominal es determinada por la
clasificación que le den los autores, Navia 2005 y Altman 2005, por
ejemplo, lo enmarcan como un sistema proporcional, pero con la
magnitud de distrito más baja de esa clasificación, Campos (2009)
4
Hoy conocida como Alianza que incorpora nuevas agrupaciones como Amplitud y Evopoli.
100
Academia Balmaceda
dentro de la familia de los sistema semi-mayoritarios y Tironi (1999) y
Garretón (2006) lo definen como un sistema mayoritario binominal.
El territorio nacional está dividido en 60 distritos y 19
circunscripciones donde se eligen dos representantes en cada uno de
ellos, conformando una Cámara de 120 diputados y un Senado de 38
personeros electos. La primera mayoría obtiene los dos cupos sólo si
dobla a la primera minoría en número de votos. En cualquier otro caso,
cada lista obtiene un representante. Los partidos políticos o coaliciones
situados por debajo de los dos mayores, quedan sin representación
independiente del porcentaje de votos que alcance.
Dentro del análisis del sistema binominal es posible identificar dos
posturas, las cuales difieren de las consecuencias que ha traído este al
sistema político en general. La primera es la planteada por los sectores
conservadores del país con sus respectivos partidos políticos y
organizaciones no gubernamentales tales como la UDI y Libertad y
Desarrollo, las cuales evalúan al binominal por el statu quo y la
“estabilidad” que le ha generado a la clase política durante veinte años.
Mientras sectores políticos más radicales como el PC, argumentan la
falta de legitimidad del sistema (al ser creado en periodos de dictadura)
y que no permite la entrada de otros actores sociales que no estén
coalicionados con la Concertación o la Alianza.
Finalmente más que buscar dañar a los partidos de izquierda o sobrerepresentar a los partidos de derecha, el diseñador electoral de Chile
buscó hacer particularmente difícil la posibilidad de transformar una
mayoría electoral en un control mayoritario en el número de escaños en
101
Academia Balmaceda
cada distrito. Así, el sistema fue diseñado como un seguro contra las
mayorías. (Navia, 2004).5
Liberalismo y el sistema binominal
A lo largo de este trabajo, hemos expuesto nuestra noción de
liberalismo en torno a las ideas de pluralidad e igualdad, las cuales
fueron desarrolladas por Arendt y Rawls respectivamente y se situaron
como formas de entender al liberalismo no solo bajo la adquisición de
Derechos políticos (Ilustración) sino al derecho de ser iguales
(Derechos Humanos) y el ser diferentes (Derechos de Culturas).
La pluralidad, tal como la entiende el liberalismo, es la expresión
máxima de la libertad entendiéndose ésta como la comprensión a nivel
socio-cultural de que los seres humanos son diferentes y que esto a su
vez se vea reflejado en el espacio político. Siguiendo esta idea, se llega
a la necesidad de plantear un orden político que sea capaz de incluir y
acoger a cada una de las distintas posturas o visiones que existan en la
pluralidad de la sociedad, siempre que éstas sean capaces de convivir y
dialogar dentro del ámbito de lo político.
Este criterio nos lleva a pensar de inmediato en la democracia como
el régimen capaz de captar dichas diferencias y hacerlas dialogar para
poder obtener políticas basadas en acuerdos, las cuales puedan ordenar
temas como la educación, salud e incluso la repartición misma de
bienes y servicios. Pero durante las negociaciones para el retorno a la
democracia en Chile, se trataron una serie de medidas que establecían
enclaves autoritarios para mantener en el poder a parte de la coalición
dirigente de la dictadura militar, siendo los más importantes, los
5
Excepcionalmente el año 2013 en las elecciones Presidencial y parlamentarias La Nueva
Mayoría alcanza un histórico e inusual doblaje tanto en la Cámara de diputados, como en la
Cámara de Senadores.
102
Academia Balmaceda
senadores designados, el nuevo mapa distrital y el sistema electoral
binominal.
Entonces surgen las preguntas ¿Es posible decir que es liberal
nuestro sistema electoral si lo analizamos desde la idea de pluralidad
expresada anteriormente? ¿Es capaz el sistema de integrar a las
diferentes formas de vida buena en el ámbito de lo político?
Definitivamente la respuesta es no, especialmente si observamos que el
argumento central para mantenerlo es la estabilidad política lo que en la
práctica ha perpetuado a dos cúpulas en el poder sin la posibilidad de
que otras fuerzas políticas accedan de manera relevante durante más de
veinte años.
Las movilizaciones convocadas por los estudiantes durante el año
2011 reflejan en gran medida el malestar de la ciudadanía chilena hacia
sus representantes, los cuales hasta ese momento no habían sido
escuchados en los espacios institucionales de representación. Recién el
año 2013 y como consecuencia de las movilizaciones del año 2011 en
adelante, los más conocidos líderes estudiantiles alcanzaron un espacio
dentro de la institucionalidad siendo electos como diputados. Los
jóvenes ahora organizados por demandas en la educación son parte de
un nuevo esquema político que quiere participar en la toma de
decisiones a nivel país y establecer nuevos criterios hacia los cuales el
país debe avanzar.
Tal cual como la analogía que hace Platón sobre el Estado,
estableciendo a éste como un barco al cual un capitán con
conocimientos propios sobre navegación debe manejarlo, los políticos
actuales han basado la toma de decisiones sobre el manejo del país a
partir de criterios de conocimiento, experiencia y técnica, intentando
mostrar al resto de la ciudadanía como ignorante frente a los temas que
le competen a la sociedad en su conjunto. Pero es quizás el desafío del
liberalismo el replantear la conducción del Estado no bajo los términos
103
Academia Balmaceda
de cómo debe ser manejado sino a partir de hacia dónde quiere ser
llevado.
El liberalismo tiene el desafío de plantearse la nueva forma de crear
esos espacios de participación pública, capaces de hacer convivir las
diversas ideas sobre la vida buena y a su vez decir hacia qué modelos de
desarrollo queremos llevar al país. La teoría liberal hoy no es solo
comprendida como una forma de dejar en libertad de acción al hombre,
sino que a partir de la diversidad de éstos es posible crear un respeto
hacia toda forma de pensamiento, permitiendo el diálogo entre los
diversos sectores de la sociedad dentro de un espacio público. La
participación política es finalmente la bandera de lucha a la cual debe
abocarse la tradición liberal.
Liberalismo y libre mercado
En este apartado analizaremos cómo la moral constitutiva del
liberalismo se presta o no para defender el sistema económico de libre
mercado. Veremos si es que la noción de igualdad expuesta
anteriormente, que es constitutiva de la tradición liberal, se condice y
respalda el sistema económico que actualmente impera en Chile y en
prácticamente todo el mundo, de ser así, indagaremos si este respaldo es
absoluto o si el liberalismo plantea algún reparo a dicho mecanismo
económico, para que realmente sea congruente con la igualdad que
defiende.
Es preciso señalar que un sistema económico sea cual fuera, nunca es
un aspecto constitutivo de ninguna moral política, ya que no es un ideal
político en sí mismo, sino que es un arreglo práctico que se encamina a
resolver el dilema de la distribución y producción de bienes. Es por esto
que para decidir qué sistema económico se adopta en un país, es
104
Academia Balmaceda
necesario en primer lugar definir qué fines se tratará de conseguir y de
acuerdo a qué valores se conciben dichos fines.
Creemos necesario aclarar que un arreglo institucional puede ser
bueno o malo en la práctica por dos razones, la primera es que el diseño
del sistema en sí, sea deficiente y a pesar de que funcione a la
perfección dicho diseño no se consigan los objetivos para los cuales se
pensó. La segunda causa es cuando se falla en la aplicación del diseño,
es decir, que no se logra reproducir en la práctica lo que se concibió en
teoría, por lo tanto es imposible lograr los objetivos para los cuales se
pensó tal institución o sistema.
Nuestro principal interés es referirnos al diseño del sistema y a las
ideas que involucra, ya que su aplicación práctica pasa a ser en gran
medida un tema de técnica y no de ideas, nos referiremos y
analizaremos cómo esas ideas detrás del sistema de libre mercado se
ligan o no con las ideas del liberalismo que hemos expuesto.
El valor principal del liberalismo, es una idea determinada de
igualdad, que tal como se planteó anteriormente, sostiene que el tratar a
todos como iguales, implica que el estado mantenga una posición
neutral sobre la idea de vida buena que cada uno tenga, lo que reconoce
el igual derecho de todos a seguir la concepción de vida buena que
crean mejor.
El liberalismo entiende que si todos fuéramos exactamente iguales
en nuestras preferencias y talentos, la distribución más justa e igualitaria
de los bienes, es aquella que le entregue a todos exactamente lo mismo,
y la producción sería aquella que satisfaga dicha demanda de bienes,
que sería todo lo que requiera una persona, multiplicado por la cantidad
de personas. De esta forma sería muy fácil resolver el dilema
económico, ya que sólo se trataría de organizar la producción y
repartición de los bienes, esto sería una burda igualdad (Dworkin, 1983:
105
Academia Balmaceda
150). Pero la realidad indica que existen diferencias entre los
individuos, debido a diversas razones, la primera de ellas es la que
causa desigualdades que dependen exclusivamente de las elecciones
consientes de las personas y que conllevan una responsabilidad, la cual
es inherente a toda decisión humana. Estas elecciones responsables se
basan en el esquema propio de preferencias de cada uno, el cual puede
coincidir en mucho, poco o nada con el esquema de otro, por lo que la
diversidad de visiones de vida buena, es muy amplia. Ahora bien, esta
responsabilidad inherente a la decisión consciente, necesariamente
implica que cada decisión tenga un costo ligado a las consecuencias de
la opción elegida.
El segundo motivo de diferencia entre los ciudadanos, tiene relación
con todo aquello que caracteriza a una persona, pero que a la vez no es
responsable de poseer, es decir, aquellas diferencias que surgen
producto del azar. Su manifestación radica en la desigual distribución
de las habilidades y talentos que cada persona posee, esto sumado a las
diferencias de origen, ya que hay personas que están más favorecidas
que otras al venir al mundo en el seno de una familia de un nivel
socioeconómico más alto o más bajo, lo que constituye una
consecuencia del azar. Por lo tanto, todas estas diferencias son
arbitrarias y nadie puede ser responsable de ellas, por lo que no es justo
tener que sufrir sus consecuencias.
Si sólo consideramos las preferencias que tienen las personas, nos
resulta necesario concebir un sistema económico que pueda ordenar
estas preferencias y que se encargue de establecer costos reales a cada
elección, para que de esta forma, cada persona pueda decidir
libremente, pero con plena conciencia de los costos de su decisión. De
esta manera:
“El mercado, si puede funcionar eficazmente, determinará el
precio de cada producto, reflejando así el costo en recursos de
106
Academia Balmaceda
material, labor y capital que puedan haberse aplicado para
producir algo diferente que alguien desee. El costo determina
cuánto debe cargarse al estado de cuenta de cada uno de los que
consumen ese producto, al calcular la división igualitaria de
recursos sociales. […] El mercado también le proporcionará al
trabajador una medida de cuánto debiera acreditarse a su cuenta
por elegir una actividad productiva en vez de holgazanear, y por
preferir una actividad productiva en vez de otra” (Dworkin,
1983: 152)
Las consecuencias antigualitarias de esta forma de distribuir la
producción se plasman en que la oferta y demanda no se ordenan por
prioridades “morales” de los individuos, sino que se demandará en
primer lugar aquellas cosas que se consideren imprescindibles para la
subsistencia y finalmente aquellas que complacen los placeres más
privados e íntimos de cada cual. La suma de estas preferencias
individuales, que se ve fuertemente determinada por aquellos que eligen
realizar una actividad más demandada, y por tanto son bien
remunerados, configura la medida final de la demanda, lo que terminará
por definir qué y en qué medida se produce. En base a esto lógicamente
se estructurarán los precios de cada bien. Éstas son las desigualdades
que son producto de las decisiones libres de las personas, las que están
basadas en su propia visión de vida buena, es decir, lo que cada uno
concibe como aquello que lo satisface, según su propia noción de la
vida.
Si las únicas diferencias existentes entre los individuos fueran
aquellas que se den como consecuencia de las preferencias de cada uno,
entonces “la desigualdad de la fortuna monetaria sólo sería
consecuencia del hecho de que las preferencias de algunos fueran más
caras que las de otros, incluyendo la preferencia por el ocio en vez de la
actividad productiva más lucrativa” (Dworkin, 1983: 154). Pero en el
107
Academia Balmaceda
mundo real existen las otras diferencias explicadas anteriormente,
aquellas dadas por la fortuna, la cual reparte los talentos y los contextos
de nacimiento, los cuales establecen ventajas o desventajas arbitrarias
entre las personas. En un sistema de libre mercado, estas desigualdades
son capaces de generar grandes y graves consecuencias en cuanto a la
justa distribución de los bienes y la producción: En atención a esto:
“El liberal puede encontrar la mejor respuesta en un esquema
en el que los derechos de beneficio social se financien por medio
de ingresos redistribuidos y de impuestos a la herencia del tipo
convencional, que redistribuye al punto rawlsiano, esto es, hasta
el punto en que el grupo menos afortunado se perjudica más de lo
que se beneficia con mayores redistribuciones” (Dworkin, 1983:
155).
Es claro cómo la noción de igualdad del liberalismo destaca las
consecuencias nefastas de aquellas desigualdades generadas por el azar
y no por las decisiones consientes de las personas, por lo que es vital en
un sistema económico, que se generen mecanismos redistributivos que
aborden las consecuencias de la desigual distribución de talentos y de
procedencia, para que los beneficios conseguidos por una posición
ventajosa de origen, puedan redistribuirse y así ayudar a quienes no se
vieron favorecidos por estos factores.
En Chile, hace ya un par de décadas, se ha asumido que el libre
mercado es una herramienta eficaz para ordenar las preferencias de las
personas y estructurar la oferta y la demanda, pero es notorio que en
nuestro país, existen desigualdades intolerables entre las personas, las
cuales están dadas claramente por diferencias de procedencia en su
mayoría, ya que son unas pocas familias quienes participan de las
ganancias de las empresas y del capital, pero además, la movilidad
social no es algo que se logre con facilidad, y aquellas personas que
nacen en un contexto adverso, tienen un horizonte de posibilidades
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Academia Balmaceda
bastante acotado. Desde el punto de vista del liberalismo, estas
desigualdades son intolerables, siendo deber del Estado procurar
mecanismos redistributivos, además de una fuerte fiscalización del
mercado, para que se logre mermar estas tremendas diferencias, y de
esta forma lograr una sociedad más justa. Pero considerando que la gran
mayoría de quienes están en posición de toma de decisiones, son
justamente aquellos afortunados, resulta difícil pensar que se
establezcan mecanismos redistributivos suficientes como para poder
declarar que la sociedad chilena tiende a aminorar en una medida
satisfactoria, los efectos de las desigualdades arbitrarias. Estos
mecanismos redistributivos y una exigente fiscalización del
funcionamiento del libre mercado, serían la principal demanda que el
liberalismo le hace a nuestro sistema económico, el que evidentemente
no se hace cargo de palear los efectos de las desigualdades que no son
producto de las decisiones de las personas libres e iguales.
La existencia de grandes y profundas desigualdades arbitrarias en
nuestro país, están consolidadas en un círculo vicioso de marginación y
desventajas latentes, que mantienen a la población fuertemente atada a
los vaivenes del azar, mucho más de lo que podría admitirse como el
resultado normal de la incertidumbre propia de no tener control sobre
todo en nuestras vidas. La gente en Chile está demasiado condicionada
por las consecuencias de hechos que no son su responsabilidad, por lo
que el grado de control y responsabilidad que cada uno tiene sobre su
propia vida, son bajos, de esta forma, las desigualdades “justas” que son
las generadas por las opciones que libremente elegimos, no son la
mayoría dentro de la gama de desigualdades en que vivimos.
Es deber del Estado chileno hacerse cargo de mermar la influencia
de las desigualdades arbitrarias sobre sus ciudadanos, por lo que debe
brindar las herramientas y garantías necesarias para que las personas
puedan hacer que sus decisiones libres sean las que determinen el curso
109
Academia Balmaceda
de su vida, en mucho mayor medida que lo que actualmente lo hacen.
La principal herramienta para que el Estado ayude a que las personas
puedan ser realmente responsables por sus propias vidas, es la adecuada
provisión de educación, instrumento fundamental en la generación de
movilidad social. La educación permite que la gente pueda ser capaz de
tomar mejores decisiones debido a que tendrán una mayor capacidad de
análisis sobre las opciones posibles, también ayuda a que quien toma
una decisión pueda tener mayor conciencia de la naturaleza de la
decisión que está por tomar y de la situación contextual en que se
encuentra al momento de decidir, lo que consecuentemente producirá
una mejor decisión, al ser más adecuada a sus intereses y a su contexto.
En el Chile actual, el problema del acceso a la educación está
prácticamente solucionado, el problema que enfrenta nuestra sociedad
es a qué tipo de educación se ha garantizado el acceso. La calidad es el
problema más grave que existe en nuestro país, ya que sólo una mínima
parte de las personas tienen acceso a una educación que podría llamarse
de calidad. Es por esto que uno de los mayores desafíos que tiene el
Estado chileno actualmente, es mejorar la calidad de la educación, y que
esta calidad llegue a todos por igual. Esta imperiosa necesidad ha sido
percibida claramente por la sociedad en su conjunto, y como
consecuencia ha iniciado un proceso social que exige los cambios
necesarios por parte del estado. Actualmente la educación al asumirse
como un servicio, se ha sometido al funcionamiento del mercado, el
cual permite y profundiza desigualdades arbitrarias. En consecuencia,
es tarea fundamental del Estado chileno, corregir aquellas desigualdades
que el mercado no puede y que incluso ayuda a provocar, siendo
importantísimo el trabajo que se debe hacer en educación, ya que al
atacar este problema, no sólo disminuirán las consecuencias de las
arbitrariedades en el problema particular de tener o no una educación de
calidad, sino que también, debido a la naturaleza y rol de la educación
en una sociedad, mejorar las condiciones educacionales en Chile,
110
Academia Balmaceda
también ayudará a disminuir muchas otras consecuencias que son
producto del inevitable azar.
Conclusiones y nuevos desafíos de investigación
El liberalismo es una tradición política de larga data, por lo que a lo
largo de los años ha podido evolucionar y profundizar sus ideas,
manteniendo siempre una moral constituyente profunda y apoyada en
principios constitutivos inamovibles. Estos principios constitutivos son
los fines que el liberalismo busca plantear al sistema político para que
éste se ordene en función de alcanzarlos, pero este ordenamiento se
consigue en base a arreglos institucionales, los cuales pueden o no
encaminarse a dichos fines. En este sentido, los liberales defenderán
aquellos arreglos que crean que mejor se orienten a alcanzar los fines
manifestados en sus principios constitutivos.
El principio constitutivo del liberalismo es una idea particular de la
igualdad, la cual comprende el igual respeto a la pluralidad de visiones
de vida buena que las personas puedan tener dentro de una sociedad,
siempre que estas visiones sean capaces de convivir entre ellas dentro
del espacio público que enmarca la acción política. Esta idea de
igualdad será la que brinde real libertad a los ciudadanos.
La evolución de esta tradición en el mundo, y su influencia y
desarrollo propio en nuestro país, han logrado que en Chile asumamos
parte de este ideal político, pudiendo encontrar evidencia de su
influencia en nuestras instituciones y en la estructura del sistema
político en general, pero esto no quiere decir que el liberalismo esté
fielmente plasmado en el sistema político nacional, por lo que muchos
de los arreglos institucionales y las políticas existentes hoy en día, no se
orientan hacia los fines que plantean los principios constitutivos
liberales.
111
Academia Balmaceda
En este trabajo analizamos dos arreglos institucionales en particular,
para ver si se condecían o no con los ideales liberales, y de qué forma
ocurría esto. Las instituciones elegidas fueron el sistema electoral
binominal y el modelo económico de libre mercado. Pudimos ver que
ambas se apartan en algún sentido de la moral liberal, el primero por no
satisfacer el igual respeto a las personas, desde el momento en que
cierra la puerta a la pluralidad de visiones políticas para entrar a la
dinámica de toma de decisión y a los cargos de representación, lo que
implica que implícita y hasta a veces explícitamente, se prefiere que
sólo una parte de la pluralidad que es inherente a una sociedad moderna,
se pueda expresar y ser realmente parte del sistema político. Por otro
lado, vimos que el modelo económico de libre mercado es capaz de
ordenar de manera aceptable las preferencias de los individuos, las
cuales se manifiestan producto de decisiones conscientes y por lo tanto
responsables de cada uno, lo que genera desigualdades que no son
injustas ya que es natural que las personas en su diversidad y
complejidad, tomen decisiones que traigan una diversidad de
consecuencias analogables con la cantidad de opciones disponibles. Sin
embargo, el libre mercado no es capaz de hacerse cargo de las
diferencias producto de la disímil distribución de talentos y condiciones
de origen de los individuos, las cuales no pueden revestir de
responsabilidad alguna a quienes las padecen, ya que nunca fue opción
de ellos caer en una posición desfavorable, incluso aquellos que desde
su origen están en una posición ventajosa, tampoco son responsables de
estar ahí. De esta forma es el Estado quien debe intervenir para reducir
el espacio a las desigualdades injustas y de esta forma lograr una
sociedad más igualitaria.
Así como se analizaron estos dos aspectos de nuestro sistema
político, podríamos hacer el mismo ejercicio con muchos otros y de
gran relevancia como por ejemplo la Constitución Política, sería
interesante indagar qué ideas le dan sustento real a nuestra
112
Academia Balmaceda
Constitución, para de ésta forma ver “qué tan liberal es”, y así poder
constatar que demandas le presenta el liberalismo a la principal
institución legal de nuestro país, la cual sienta el marco más general
para toda la institucionalidad. De esta forma, se hace necesario hacer un
análisis exhaustivo de muchas de las ideas que hoy en día sustentan
nuestra Constitución, eso permitiría ver en buena medida qué ideas
realmente están ahí plasmadas y así poder generar un análisis crítico y
propositivo desde el punto de vista del liberalismo sobre lo que hoy es
nuestro país y lo que se requiere para seguir contruyendo los patrones
de una mejor calidad de vida.
113
Academia Balmaceda
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116
Academia Balmaceda
117
Academia Balmaceda
Institucionalidad parlamentaria y capacidad legislativa
Una aproximación a la calidad de las mociones en el Congreso chileno
Manuel Lobos1
Nicolás Diaz2
Denisse Hurtado3
E
n general se entiende que dentro de una democracia moderna el
Congreso cumple tres funciones básicas: representar los
intereses tanto de los electores como los del país; fiscalizar, controlar y
exigir transparencia de las autoridades públicas; y legislar las
normativas nacionales (Escobar, 2000). Ésta última función se refiere a
la participación del Parlamento en el Proceso Legislativo a través de los
instrumentos que para el efecto se le otorgan. No obstante, el
Legislativo normalmente no tiene un monopolio de esa función, sino
que muchas veces lo comparte con otros poderes del Estado y
principalmente con el Ejecutivo (Gamboa y Berríos, 2006).
Como se podría pensar, el estudio del funcionamiento del Congreso
ha estado en el centro de la ciencia política. La vertiente
institucionalista de la disciplina se ha dedicado a estudiar elementos
tales como la longevidad de los legisladores, las atribuciones del
Parlamento y su institucionalización. En este último punto, la literatura
iniciada por Polsby (1968) ha buscado comprender cuan estructurado y
especializado debe estar el Parlamento para que éste pueda cumplir
adecuadamente sus fines, y hacer viable al sistema político en su
conjunto. En su clásico trabajo, Polsby señala que para que un
Congreso se considere institucionalizado, debe contar con una serie de
características tales como diferenciación con su ambiente o cierto grado
de complejidad interna.
1
Magister en Ciencia Política. Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda.
Cientista Político Pontificia Universidad Católica de Chile
3
Cientista Política Pontificia Universidad Católica de Chile
2
118
Academia Balmaceda
Mediante éste trabajo buscamos adentrarnos en el rol que cumple el
Parlamento dentro del sistema político chileno, indagar acerca del
proceso pre-legislativo y plantear una nueva dimensión de estudio: la
calidad de las mociones parlamentarias. En general la literatura de la
ciencia política se dedica a estudiar las características macro del
Congreso y presta poca atención al comportamiento individual de los
legisladores y las capacidades reales que tienen de incidir en el proceso
legislativo. En ese sentido el Parlamento viene a funcionar como una
caja negra, donde bajo ciertos arreglos institucionales entran intereses y
salen leyes sin conocerse lo que sucede dentro del mismo. Por otro lado,
en la literatura nacional se ha puesto poca atención a las características
de los proyectos de ley enviados por los congresistas, a la relación que
éstos podrían tener con la calidad de las leyes o como se comparan con
aquellos proyectos enviados por el Ejecutivo.
De acuerdo a lo señalado anteriormente, nuestra intención es
contribuir a llenar este vacío académico, proponiendo centrar el estudio
politológico en la calidad de las mociones parlamentarias, considerando
algunas características básicas extraídas de la Técnica Legislativa. En
consecuencia, un análisis de la calidad de las mociones nos puede
ayudar a develar ciertos elementos del funcionamiento de nuestro
Congreso.
Podríamos esperar que una moción mal redactada dificulte su
proceso de discusión, y por lo tanto, hace más difícil su aprobación
como ley. Al mismo tiempo, si esto se replica a nivel general, todo el
órgano legislativo se podría ver afectado, puesto que se obstaculizaría la
eficiencia del proceso de formación de la ley. Por el contrario, una
buena moción que se regule por un adecuado método de preparación de
los proyectos de ley acarrea ventajas para su tramitación. En este
sentido si el proponente de la ley aporta todos los antecedentes de un
problema y somete a su consideración un texto orgánicamente
119
Academia Balmaceda
dispuesto, redactado en términos inequívocos, facilitará al máximo el
estudio por el Congreso (Guía Práctica, 2002).
Sin lugar a dudas, uno de los desafíos fundamentales hoy en día para
la política no solo en Chile sino en todo el mundo, es precisamente
mejorar su calidad así como también fortalecer y prestigiar sus
instituciones. Tras esto se hace relevante reflexionar sobre la calidad de
nuestro proceso de construcción legislativa, donde las etapas de la
formación de la ley juegan un rol clave. Asimismo, la importancia de
las leyes en la cultura chilena y el rol clave que juegan los medios de
comunicación en la imagen pública del Congreso, sumado al
desprestigio de la política permiten develar la urgencia de mejorar el
funcionamiento interno del Congreso, sus productos y su relación con la
ciudadanía.
Este trabajo está organizado de la siguiente manera: Primero, se
realiza una revisión bibliográfica del rol del Congreso chileno en el
proceso de Policy-Making; en segundo lugar, se describe brevemente
cómo funciona el proceso legislativo actualmente y los esfuerzos
relevantes que se han realizado en el área de estudio de la calidad de las
mociones parlamentarias. Luego, proponemos algunos criterios básicos
de análisis en torno a la calidad de las mociones que pueden servir
como punto de partida de futuras investigaciones al respecto.
Concluimos con algunas reflexiones acerca de la implicancia de las
mociones parlamentarias como unidad de análisis y su importancia para
el estudio del Parlamento.
Desde marzo de 1990 hasta marzo del 2010, 3.319 mociones fueron
presentadas en la Cámara de Diputados. De éstas, solo 319 (cerca del
nueve por ciento) fueron eventualmente publicadas, y el resto ha sido
archivado o sigue pendiente su deliberación. Entender las dinámicas por
las que pasan los proyectos de ley, que razones explican el por qué se
aprueban, rechazan o archivan es fundamental y la calidad de las
120
Academia Balmaceda
mociones, en tanto tópico de análisis, nos otorga una nueva perspectiva
al respecto. Si bien es poco lo que se ha incursionado en ésta área, nos
gustaría contribuir a su estudio y dejar algunas luces en el camino.
El Congreso chileno y el proceso de policy-making
El Congreso chileno ha sido caracterizado principalmente por la
estabilidad de las fuerzas que lo componen dado el sistema electoral
binominal (Alemán y Saiegh, 2007), y por tener una posición
restringida en el proceso de Policymaking con un Ejecutivo con amplias
prerrogativas y control sobre la agenda pública (Montecinos, 2003;
Aninat et Al., 2006). Al respecto, Siavelis (2001) señala que en el
periodo previo a la dictadura militar el poder legislativo era considerado
dentro de los más fuertes de América Latina y su rol fue clave dentro
del desarrollo de la democracia. La institucionalidad dejada por el
régimen militar, sin embargo, apuntaba a lo contrario: a crear un
ejecutivo fuerte y un poder legislativo reducido. Esto se ve demostrado
en las iniciativas exclusivas de ley, las altas prerrogativas de veto y las
urgencias presidenciales para las discusiones, todo lo cual constituye - a
ojos del autor - un "presidencialismo exagerado". De esta forma, se
podría afirmar que el Parlamento no es el principal legislador del país
sino más bien es co-legislador, bajo un ajuste institucional donde el
Ejecutivo puede determinar la agenda.
Generalmente se ha dicho que el Parlamento actual funciona de
forma "inusualmente profesional y altamente competente" en términos
comparativos (Carey, 1998), basándose en criterios como la
profesionalización de las carreras parlamentarias y la estabilización de
los miembros de las distintas comisiones, lo que da paso a la
especialización por temáticas. En relación a este último punto Ampuero
señala que:
121
Academia Balmaceda
"Se ve una tendencia a la especialización en materias
legislativas en los últimos años, lo que se manifiesta en las
consultas o servicios más específicos que los legisladores
demandan por ejemplo, a la Oficina de Informaciones de la
Cámara. Contrariamente a lo que sucedía hasta 1973, los
diputados tienden a permanecer más tiempo en las comisiones en
que fueron originalmente nombrados, a especializarse en los
temas correspondientes y a emplear en las comisiones el
conocimiento de sus profesiones o experiencias".
La literatura ha tendido a estudiar el funcionamiento del Congreso en
torno a su estabilidad y concluido de que éste está correctamente
institucionalizado. Aninat et Al. señalan que en general el sistema de
pesos y contrapesos que se da en el Parlamento está bien diseñado ya
que ha generado estabilidad y ha producido buenos resultados
macroeconómicos (aunque no tanto así en problemas valóricos o de
derechos humanos). Sin embargo, poca atención se ha puesto en la
literatura sobre las capacidades de los legisladores de crear y estudiar
las leyes. El trabajo de Visconti (2011) resulta relevante en esta
temática, ya que centra su atención en el comportamiento particular de
los legisladores en su productividad, concluyendo que ésta ha venido
aumentando con el pasar de los años.
Cuando Polsby (1968) pregunta acerca de la complejidad interna del
Parlamento estadounidense como variable de institucionalización, hace
alusión al presupuesto interno y a la cantidad de staff legislativo porque
sabe que una correcta asesoría permitiría el desempeño correcto de sus
funciones. Constituye una pregunta importante saber si existen razones
o no para pensar que el Congreso chileno tiene problemas de recursos.
Sí bien no se ha sistematizado el presupuesto del Parlamento, algunos
autores dan cuenta de las problemáticas del poder legislativo. Como
señala Montecinos (2003), dado la institucionalidad vigente desde el
122
Academia Balmaceda
retorno de la democracia, el Parlamento ha tenido una variedad de
problemas:
"La rama legislativa, que el gobierno militar transfirió de la
capital a Valparaíso en un intento de incrementar la
descentralización, está ahora crónicamente afectada por una
falta de recursos: limitadas oportunidades para introducir o
modificar legislación, insuficiente acceso a asesoría y tiempo
para estudiar y debatir la legislación, pocos recursos
informacionales y de staff, inadecuado acceso a fondos públicos
para satisfacer necesidades de sus electores, poca influencia en el
proceso presupuestario, y limitadas capacidades de vigilancia
sobre las acciones gubernamentales."
Según la autora, la consecuencia de esta falta de asesoría y recursos
es que los parlamentarios dependan cada vez más de los think-tanks
asociados a los partidos políticos y otras organizaciones no oficiales.
La opinión de que el poder Legislativo tiene un insuficiente acceso a
asesoría parece ser compartido por los parlamentarios. En una encuesta
a miembros del Senado, Nolte (2002) muestra que el 61% piensa que
las comisiones no cuentan con el apoyo administrativo y de asesoría
suficientes. La asistencia técnica-legislativa del Senado es considerado
el servicio peor evaluado por los parlamentarios, con una nota de 6,2 en
una escala del 1 al 10. La evidencia parece señalar que los legisladores
podrían no contar con las herramientas necesarias para crear y discutir
las leyes. No obstante hay quienes consideran que si existen numerosas
fuentes de información y recursos disponibles dentro de las cámaras.
Por ejemplo, el perfil profesional de los diputados y senadores (la
mayoría son abogados), experiencias previas en servicios públicos,
presencia de invitados y especialistas en las comisiones permanentes,
Seminarios, Jornadas Temáticas, asesorías externas administradas por la
Oficina de Informaciones de la Cámara, además de los servicios de la
123
Academia Balmaceda
Biblioteca del Congreso Nacional, “si a todos estos recursos se
agregan los que ofrece internet y aquellos de que se dispone a través de
la red interna o intranet, el argumento de que al Congreso le falta
información para legislar o conocimientos especializados se debilita
significativamente” (Ampuero, 2005).
El comportamiento y los resultados de un Parlamento están
fuertemente influenciados por la capacidad tecno-burocrática de la
institución y el tipo de relaciones que tiene con el Ejecutivo. (Escobar,
2002). Se podría especular que las deficiencias en los servicios de
asesoría institucional e incluso la inexistencia de oficinas permanentes
que apoyen a los legisladores en su tarea de “hacer las leyes” sumado
al predominio y capacidad del Ejecutivo en cuanto al manejo de
información, conocimiento técnico y opinión experta (Ampuero, 2002)
podrían ser motivos para pensar que muchas veces las mociones que
promueven son de poca calidad y contienen importantes deficiencias,
las que pueden tener efecto después en las leyes que se aprueban.
A continuación hacemos una revisión de cómo funciona el proceso
legislativo en Chile y como ha sido abarcado el tema de la calidad.
El proceso legislativo y la calidad de las mociones en Chile
El procedimiento legislativo que sigue la formación de la ley en
nuestro país comporta una serie de trámites que pueden dividirse
esquemáticamente en tres fases o etapas: (1) iniciativa; (2) constitutiva
o central; (3) integrativa o conclusiva.
El proceso comienza con la iniciativa legislativa. Esta facultad se
constituye como el “poder de iniciar las leyes” que tienen los
congresistas (senadores y diputados) así como también el Ejecutivo,
quien de acuerdo a la Constitución en su artículo 32 (1) tiene la
atribución especial de ser “co-legislador”, concurriendo así al proceso
124
Academia Balmaceda
de formación de las leyes. De esta manera, de ambos poderes públicos
depende la formulación de las leyes que el país necesita para su
desarrollo y juntos representan la voluntad de la nación (Tapia, 1960).
La iniciativa legislativa es el mecanismo que pone en movimiento el
procedimiento de formación de la ley. El contenido de esta importante
etapa, queda fijado en las disposiciones constitucionales tales como en
el art. 65 de la CPR donde se establece que las leyes pueden tener
origen en la Cámara de Diputados o en el Senado, por mensaje que
dirija el Presidente de la República o por moción de cualquiera de sus
miembros. Por otro lado, se indica que las mociones no pueden ser
firmadas por más de 10 diputados ni por más de 5 senadores. Además
debe considerarse que un proyecto de ley debe obligatoriamente
presentarse a una de las dos Cámaras que conforman el Congreso
Nacional para su tramitación. La Cámara de acogida del proyecto recibe
el nombre de Cámara de Origen, en tanto la otra pasa a constituirse
como Cámara Revisora (BCN, 2011). Ahora bien, es importante señalar
que hay determinadas materias que pueden originarse en el Ejecutivo,
en la Cámara o en el Senado de manera exclusiva. De acuerdo a esto, es
importante a la hora de examinar los proyectos de ley, tener presente
qué materias pueden originarse en cada uno de los órganos legisladores.
En la etapa constitutiva se produce el estudio, análisis y deliberación
que hacen las Cámaras del proyecto de ley y es donde se fija su
contenido. En esta etapa el proyecto pasa por diferentes trámites y
discusiones así como también puede circular en una o más comisiones
diferentes para su estudio particular y más profundo. En esta etapa el
proyecto pasa por dos grandes momentos: su evaluación en el
Parlamento y en el Ejecutivo (Bronfman y Oelkers, 2002). De acuerdo a
esto, es en esta etapa donde se evidencia la naturaleza eminentemente
política del procedimiento legislativo la que imprime con ese matiz
todas las discusiones y debates que suscite la tramitación de un
125
Academia Balmaceda
determinado proyecto. Asimismo, se debe destacar que es el momento
en que actores de la sociedad civil puedan participar (en calidad de
invitados) en el perfeccionamiento de la iniciativa legislativa a través de
las Comisiones.
Por último, la etapa conclusiva se cumple mediante la promulgación
(la cual debe hacerse dentro del plazo de 10 días) y la publicación en el
Diario Oficial del proyecto ya convertido en LEY(Guía Práctica, 2002).
Hay autores que señalan la existencia de una fase pre-legislativa,
previa a la fase legislativa en sí (en la que se incluirían las etapas que
revisamos), la cual cubriría los diferentes momentos de gestación de un
proyecto de ley. Para autores como Tapia, el proceso de preparación de
los proyectos encierra una importancia mayor de la que se le concede
por nuestros legisladores. Es más se puede afirmar que, de hecho es la
parte más importante en la formación de las leyes (Tapia, 1960).
En Chile, esta etapa no se reconoce de manera diferenciada respecto
a las etapas mencionadas y a raíz de esto, no existen reglamentos ni
directivas tendientes a regularla (Tapia 1960; Vergara, 1991; Bronfman
y Oelkers, 2002). No obstante el único avance que se ha hecho en la
materia es una Guía Práctica de Elaboración de los Proyectos de Ley,
creada por la División Jurídica de la Oficina de Informaciones
perteneciente a la Cámara de Diputados, en el año 2002. Como se
señala en el documento, el objeto de estas directrices es la
configuración formal de los anteproyectos de ley-borradores de
proyectos-mediante recomendaciones de carácter técnico, formal o
conceptual, sin prescribir acerca del contenido de las normas a elaborar.
A pesar de su enorme utilidad, creemos que al ser solo una
recomendación que sugiere una manera adecuada de preparar los
proyectos de ley de origen parlamentario considerando los principios de
la técnica legislativa, no ha sido mayormente considerada por quienes
elaboran los proyectos, al menos en la Cámara.
126
Academia Balmaceda
La problemática suscitada por este último punto origina un enorme
interés investigativo y en este sentido, podríamos sugerir la siguiente
pregunta ¿Cabe someter a test los proyectos de ley antes del inicio de su
tramitación parlamentaria? Nuestra respuesta a priori es sí.
Consideramos que es claramente necesaria la existencia de una fase prelegislativa dentro del proceso de formación de las leyes en nuestro país,
en la cual se examine el anteproyecto de ley basados en ciertos criterios
formales, legales o técnicos que permitan perfeccionar la idea
legislativa y dotarla de coherencia y calidad con el fin de dar una buena
solución al problema público al que se intenta responder.
El hecho de que el examen pre-legislativo de los proyectos no esté
regulado en nuestro país nos hace especular sobre una serie de
interrogantes. Por ejemplo, ¿tiene esto alguna relación con los
problemas técnicos, legales o formales que tienen ciertos proyectos de
ley principalmente de origen parlamentario?, ¿será que no es importante
para senadores y diputados elaborar proyectos de buena calidad en una
etapa pre-legislativa, porque estarían más preocupados por ejemplo de
los réditos electorales que les trae el solo hecho de proponer ciertas
mociones que no tienen como fin convertirse en leyes?
Ciertamente la problemática no es reciente. Para autores como Jorge
Valdés Tapia, quien en su pionera investigación “La técnica legislativa”
(1960) sugiere la existencia de ciertas fallas del procedimiento
legislativo chileno y particularmente de vicios de la legislación,
derivados de la inexistencia de un adecuado método de preparación de
los proyectos de ley. Resulta bastante interesante e incluso anecdótica
su ilustración del parlamento chileno de esos años. No obstante, es
preciso destacar que no se pretende con tal descripción extender las
críticas del autor al funcionamiento actual de nuestro Congreso, lo cual
por cierto necesitaría una acuciosa investigación para comprobar si
dichas fallas se siguen dando en su totalidad.
127
Academia Balmaceda
Según Tapia, “la probabilidad normal de dictar buenas leyes
depende, fundamentalmente, de tres requisitos: 1) una buena
preparación de los proyectos de ley; 2) posibilidad de discutirlos con
madurez y serenidad en el seno del Congreso; y 3) cierta relativa
celeridad en su aprobación, a fin de asegurar su vigencia oportuna”
(Tapia, 1960).
El autor realiza un análisis bastante crítico sobre la tramitación de las
leyes en nuestro Congreso al año 1960 y al respecto considera que por
ejemplo, no se cumple con los requisitos formales de los proyectos de
ley los que presentan fallas en su aspectos materiales y substanciales,
provocadas principalmente por el desconocimiento de los principios de
la técnica legislativa. A esto, agrega que no solo esto ha sido causa de
la “mala legislación chilena”, sino que también se agregan los vicios
políticos y el interés por conservar el status quo sumado al desinterés
por el estado de la legislación.
Respecto a estos vicios el autor señala algunos tales como la falta de
conocimientos técnico-legislativo para la preparación de los proyectos
de ley, con esto apunta a que el cumplimiento de las disposiciones que
establecen tanto los Reglamentos de las Cámaras como la LOC4 del
Congreso mejoraría notablemente el aspecto formal de las
proposiciones de ley; no obstante, la gran mayoría de los parlamentarios
parece ignorarlas. Es más a nadie parece preocupar el aspecto formal de
los proyectos, la disposición de su articulado, su redacción y la claridad
del texto. Todo el interés se centra en su contenido. Ante esto indica:
“En estas circunstancias no es de extrañar que los proyectos
sean presentados de cualquier manera, a veces borroneados en
un trozo de papel, sin orden, con defectos sintácticos y
ortográficos, mal fundamentados y a veces, lisa y llanamente, sin
4
Ley Orgánica Constitucional
128
Academia Balmaceda
exposición de motivos ¡para que referirse a la falta de
conocimiento del problema que se pretende solucionar con el
proyecto! Basta una noción somera y general acerca de él, o la
comprobación de alguna de sus consecuencias importantes y se
cree estar en condiciones de espetar una iniciativa cuyos efectos
pueden ser más perniciosos que los ya sufridos”. (Tapia, 1960)
A lo anterior se suma la sobre explotación del derecho a iniciativa
legislativa. Desde el punto de vista cuantitativo, el ejercicio del derecho
a iniciativa en nuestro Congreso, sin ser exagerado, excede en mucho su
capacidad de trabajo. Lo atestiguan los miles de proyectos pendientes
que guardan las Cámaras y que disminuyen solo en ocasiones en que se
archivan varios cientos de ellos por haber perdido su oportunidad. Y
agrega que son principalmente los parlamentarios quienes mayor uso
hacen de la iniciativa legal; sin embargo, “desgraciadamente”, la gran
mayoría de los proyectos que presentan se refieren a asuntos de interés
particular. Asimismo, la Legislación de acuerdo a las circunstancias
también resulta ser un tema interesante en su análisis. Señala:
“una de las características de nuestra legislación es su
carácter apremiante: se legisla frente a hechos consumados. No
se quiere tanto prevenir para el futuro como curar o paliar los
problemas presentes en el país. Se actúa bajo presión de lo
inminente y nada importa tanto como el rápido despacho de una
ley cuya aplicación acertada queda al arbitrio de los ejecutores
administrativos”
La Mala redacción de las leyes también resulta ser un tema
preocupante y al parecer este es el vicio más corriente. El
apresuramiento con el que se discuten y la excesiva preocupación por
los efectos inmediatos de los proyectos que se estudian, provocan la
129
Academia Balmaceda
aprobación de disposiciones en que la gramática es relegada a un plano
de absoluta indiferencia. Al respecto cabe señalar algunas conclusiones
señaladas por el Seminario de Técnica Legislativa realizado en octubre
de este año por la Academia Parlamentaria y la Cámara de Diputados,
donde uno de los expositores señala sobre el lenguaje de las leyes “los
problemas del lenguaje de las normas radica en una redacción
descuidada que atenta contra las normas ortográficas y gramaticales
(puntuación, acentos, concordancias verbales o significado de palabras);
redacción complicada (sobre utilización de grandes oraciones-párrafo,
que enmarañan el contenido de la norma y confunden su
interpretación); redacción confusa (utilización de demasiada
terminología especializada, inflada de siglas y ejemplos que no
clarifican mucho); y redacción pretenciosa (la cual ofrece más
información de la necesaria para comprender el contenido de la norma,
apego a fórmulas estereotipadas, invención de nuevas palabras y verbos,
etc.)
Por último, la Legislación por referencia también se constituye en un
vicio para el autor aunque en tanto recurso de la técnica legislativa, su
uso es lícito. Esta modalidad de redacción de las disposiciones legales
se justifica en atención a que, de otra manera, habría que intercalar
íntegramente los textos a los que se hace referencia, lo que aumentaría
gradualmente la extensión de la ley. Este sistema es usual en aquellas
leyes o proyectos de ley que modifican o aclaran el sentido de otras
leyes. Sin embargo, este método es un vicio más del Congreso que hace
confusas nuestras leyes y dificulta su aplicación.
Ahora bien, tomando en consideración los problemas que denota el
estudio pionero de Tapia Valdés, el que existiesen regulaciones o
instancias que se constituyeran como apoyo a los legisladores para
preparar sus proyectos de ley, podría ser altamente beneficioso para
mejorar la calidad de los proyectos (Vergara 1991). Asimismo, un buen
130
Academia Balmaceda
método de preparación de los proyectos de ley, acarrea ventajas para su
tramitación (Tapia, 1960). En este último punto, es preciso indicar que
hay autores como Bronfmann y Oelkers, que han llamado la atención
sobre la necesidad de “evaluar las leyes” tanto en su etapa prelegislativa como en las siguientes etapas del proceso de formación de
las leyes en Chile, por los beneficios que esto traería en la eficiencia y
capacidad legislativa del Congreso. Los autores plantean que la
evaluación en su fase pre-legislativa, es la actividad evaluadora que es
posible realizar sobre la primera idea legislativa, antes que sea
concretada en un proyecto de ley. De acuerdo a esto, resultaría
conveniente someter el borrador a una sucinta revisión, que procure no
solo afinar sus contenidos sino que preparar su ulterior evaluación por
parte de quienes no han participado en su elaboración. Sin perjuicio de
otros posibles campos, una evaluación mínima debiera considerar un
análisis económico, jurídico, administrativo (u organizacional) y social
(Bronfman y Oelkers, 2002). En definitiva, la labor evaluativa en esta
fase sería determinante para el éxito de un proyecto por varias razones.
Una de ellas, es que la idea básica para acometer el problema y el
ámbito de la solución propuesta quedan determinados en gran medida
en esta etapa. Por otro lado, evaluar el proyecto en esta etapa sirve para
visualizar de manera global las ventajas e inconvenientes de las
propuestas legislativas. En consecuencia, quien promueve el proyecto
en una primera etapa, debe conocer de manera anticipada sus probables
consecuencias y no encontrarse con éstas solo en la fase de debate
parlamentario, instancia donde a veces no hay suficiente tiempo para
corregir errores importantes. Notemos que una vez redactado el texto
inicial de un proyecto de ley suelen ponerse en movimiento unas
fuerzas políticas que aunque encausables, son muy difíciles de detener
(Bronfman y Oelkers, 2002).
A pesar de la ausencia de directivas o regulaciones específicas en la
preparación de la ley sí existen algunas disposiciones reglamentarias
131
Academia Balmaceda
relacionadas con la manera en que deben presentarse las mociones y
que están contenidas en la Constitución Política, en la Ley Orgánica del
Congreso y en el Reglamento de la Cámara de Diputados. No obstante,
solo son generales y no van al problema de la calidad o consistencia del
proyecto ni menos esbozan una estructura estandarizada para presentar
una moción o mensaje. Ahora bien, el procedimiento de elaboración de
un proyecto de ley al menos supone la utilización de una serie de
antecedentes que permiten producir una ley que produzca buenos
resultados y que van desde la comprobación inicial de un problema
social o particular, de cualquier naturaleza, solucionable por los medios
que franquea una ley, hasta la redacción de proyectos pertinentes en
términos jurídicos y técnicos correctos y su presentación ante la Cámara
respectiva (Guía Práctica, 2002)
Algunos criterios propuestos
Anteriormente planteamos la necesidad de someter a prueba los
proyectos de ley para mejorar nuestra comprensión del Congreso.
Asimismo, hemos considerado a priori que sería de gran utilidad revisar
los proyectos de ley antes de que se presenten así como también
pedirles que cumplan con una serie de criterios básicos que garanticen
su eficiencia y calidad.
Si partimos de la premisa que el fin principal de los Proyectos de
Ley, ya sea de origen parlamentario o Ejecutivo, es convertirse en
Leyes, parece interesante preguntarse también acerca de los factores o
elementos que permitirían gestar un buen proyecto de ley.
Como respuesta a esta pregunta y a la problemática establecida en el
comienzo de éste trabajo, hemos elaborado una serie de criterios que
nos permiten dar algunas luces sobre la posibilidad de evaluar o testear
los proyectos de ley que vienen del Congreso antes que estos inicien el
132
Academia Balmaceda
trámite legislativo, con el fin de que tanto la forma como el contenido
de éstos se adecúen a un formato básico. Debe tenerse presente que
estos criterios no son exhaustivos sino que son solamente una primera
aproximación teórica a la materia además son totalmente
complementarios a la utilización de la técnica legislativa, cuyo
desarrollo es bastante reciente en nuestro país.
Antes de explicar nuestra categorización, es preciso indicar que no
se puede dejar de lado la naturaleza política del proceso legislativo. De
acuerdo a esto, debemos tomar en cuenta que ciertos proyectos pueden
no ser “buenos” desde el punto de vista que estamos planteando, sin
embargo pueden convertirse finalmente en leyes. De esta manera,
somos conscientes al comprender que no necesariamente los criterios
que sugerimos son determinantes en el éxito de una moción, ya que
muchas veces los criterios políticos son mucho más fundamentales.
La Tabla 1 plantea un conjunto de criterios que hemos elaborado en
base a las contribuciones del curso Función y Asesoría Parlamentaria
(Profesor Hernán Ampuero), PUC 2011; y a lo expuesto por los
profesores Alan Bronfman y Osvaldo Oelkers en “La evaluación de las
Leyes”, PUCV-CEAL. Estos criterios podrían ser útiles para quienes se
encargan de preparar los proyectos de ley de origen parlamentario, ya
sean senadores o diputados así como también sus staff de asesores.
Tabla 1: Criterios Propuestos para el Examen de un Proyecto de Origen
Parlamentario
Categoría Formal
Categoría Legal
Categoría Técnica
Estructura
Examen de Orden Jurídico
Administración y Gestión
Conceptualización
Examen de Constitucionalidad
Beneficios Sociales
Redacción y Ortografía
Datos e Información
133
Academia Balmaceda
Motivos y Fundamentación
Fuente: Elaboración Propia.
De acuerdo a lo presentado en el esquema anterior, a continuación se
presentan con mayor detalle los criterios en forma de categorías de
análisis y sus componentes.
1. CATEGORÍA FORMAL
En esta categoría se indican los principales aspectos de tipo formal y
esencial que deberían ser considerados al momento de elaborar un
Proyecto de Ley, algunos relacionados con lo que se ha denominado
técnica legislativa, entendiendo ésta como un conjunto de reglas
tendientes a lograr una mejora y perfeccionamiento en la configuración
formal de las leyes y demás normas de carácter jurídico (Cazorla,
1999).
1.1
Estructura
En cuanto a este elemento, nos referimos principalmente a la
necesidad vital de que el proyecto debe estar ordenado, en el sentido de
constituirse como un cuerpo articulado y sistemático. En este sentido,
dividir la exposición del proyecto siguiendo un plan que tienda a
distinguir al menos, las partes fundamentales en las que se dividirá su
contenido, contribuiría a clarificar y precisar lo que se quiere proponer,
haciendo más fácil la comprensión de la idea legislativa y sus alcances.
1.2
Conceptualización y lenguaje
Un proyecto de ley debe definir con precisión la manera en que
entiende los conceptos que propone. Operacionalizar y definir los
conceptos que se ocuparán a lo largo del proyecto, hace más fácil su
134
Academia Balmaceda
comprensión por parte de quienes lo estudiarán en profundidad. De la
misma manera, el uso apropiado del lenguaje y la utilización de
terminología técnica, formal, legal y jurídica será necesaria en cuanto
otorgue mayor precisión al contenido de los actos legislativos. Es
imprescindible que los términos que se utilicen sean correspondientes
con otros usados en otras leyes, para no confundir y dificultar su
comprensión y posibilitar su inserción en el ordenamiento jurídico
existente. (Guía Práctica, 2002)
1.3
Redacción y Ortografía
La redacción de una moción, resulta un criterio útil para medir la
calidad y los grados de preparación formal de un proyecto de ley. En
este sentido, la norma jurídica debe ser precisa, concisa clara y no
buscar más belleza literaria de la que surge de su propia naturaleza y de
la correspondiente armonía (Guía Práctica, 2002) En este sentido, en
términos jurídicos “un examen jurídico-formal” permite revisar la
claridad de la disposición propuesta. Asimismo, una moción
correctamente redactada facilita la comprensión de las ideas matrices
del proyecto y permite seguir la estructura lógica y la coherencia de las
disposiciones del proyecto. En este sentido, también se incluye dentro
de este criterio que siga las reglas ortográficas evitando los errores
gramaticales.
En cuanto a este criterio no existen disposiciones reglamentarias que
estandaricen o regulen la manera en que las propuestas de ley deben ser
redactadas. No obstante, en el Art. 11 del Reglamento de la Cámara se
indica las mociones deberán presentarse por escrito, con las firmas de
no más de 10 Diputados y redactadas de manera que, en lo posible, se
refieran a una sola materia y cada una de sus disposiciones se consigne
en artículo separado.
135
Academia Balmaceda
1.4
Motivos y Fundamentación
Esta subcategoría puede tener dos divisiones. Por un lado, con la
exposición de motivos nos referimos a la necesidad de que el proyecto
de ley indique de manera clara y precisa las ideas que lo originan. En
este sentido, los motivos que persigue la elaboración de la ley deberían
formar parte del texto del proyecto y ser redactados en términos claros y
precisos en razón de que permitan delimitar por una parte, qué se busca
con la idea legislativa y por la otra, qué principios o motivaciones
subyacen al problema público al cual se está dando una respuesta.
Es importante destacar que, la exposición clara de los motivos o
ideas matrices del proyecto permite que éstos puedan ser objeto de
correcciones, adiciones o indicaciones durante el proceso legislativo.
Según el Art. 69 de la Constitución Política de la República, “los
proyectos pueden ser objeto de correcciones y adiciones en sus trámites,
pero éstas deben tener relación directa con las ideas matrices o
fundamentales del proyecto”.
En segundo lugar, la fundamentación de los proyectos de ley apunta
a que éstos deberían incluir en el documento de la moción, una
descripción de todas las dimensiones del problema público (o idea
legislativa) al que se pretende dar respuesta. En este sentido, se apunta a
la necesidad de diagnosticar la situación, lo cual implicaría entregar
información completa y exacta de la realidad que se pretende regular,
ordenada en términos del problema que se pretende resolver mediante
disposiciones jurídicas (Bronfman y Oelkers, 2002). Asimismo, la
fundamentación involucra el dar a conocer todas las bases teóricas que
sustentan el problema y desde las cuales es posible comprender la idea
legislativa. Esto se relaciona con necesidad de entregar de manera clara
y ordenada, toda la documentación, fuentes y estudios que justificarían
el proyecto.
136
Academia Balmaceda
Es importante destacar que este criterio está explícitamente regulado
institucionalmente. Por ejemplo, en el Reglamento de la Cámara, el cual
dispone en su Art. 13 “En todo proyecto que requiera trámite
legislativo deberá adjuntarse un informe técnico, en el que se
consignarán: los fundamentos que justifiquen legislar sobre la
materia”; asimismo en el Art. 14 de la LOC del Congreso se indica que
“Los fundamentos de los proyectos deberán acompañarse en el mismo
documento en que se presenten (…)”. No obstante estas disposiciones
no se señalan aspectos relativos a la calidad de la fundamentación o a la
documentación que se requiere.
La razón principal por la que hemos incluido este criterio es porque
resulta esencial para evaluar la calidad de una moción. Conociendo a
cabalidad los fundamentos del proyecto los legisladores dispondrán de
un criterio para analizar si la necesidad a la que se pretende dar
respuesta es real o aparente y cuál es su verdadera dimensión. Si la
necesidad resulta existente, los legisladores podrán apreciar si el
proyecto propuesto es el instrumento más adecuado de intervención
(Bronfman y Oelkers, 2002).
137
Academia Balmaceda
2. CATEGORÍA LEGAL
2.1
Examen de Constitucionalidad
Como indica Bronfmann y Oelkers, resulta necesario como criterio
de evaluación hacer un primer examen jurídico tanto del proyecto en sí
como de sus normas, el cual según los autores debiera centrarse en la
constitucionalidad de la norma propuesta, lo que requiere incluir un
examen de la legislación y la jurisprudencia (Bronfman y Oelkers,
2002). En este sentido, la idea es que el proyecto y sus normas, no
transgredan otras disposiciones constitucionales internas o
internacionales (acogidas por nuestro ordenamiento jurídico; por
ejemplo, aquellas que tengan rango constitucional como los Tratados de
DDHH).
De acuerdo a esto, se hace indispensable y primario tomar en
consideración por un lado, el Art. 12 de la LOC Congreso en el que se
consigna que “todo proyecto deberá presentarse en la Cámara donde
pueda tener origen con arreglo a la Constitución Política y, en el caso
de las mociones, en la Corporación a la que pertenezca su autor”; y
por el otro, el que los proyectos de ley de origen parlamentario deben
versar sobre materias exclusivas en las cuales tenga competencia el
Congreso (ambas cámaras) y de acuerdo a esto el Art. 13 de la LOC
Congreso es claro:
“deberá darse cuenta en sesión de sala de la respectiva
Cámara de todo proyecto en forma previa a su estudio por
cualquier órgano de la corporación. En ningún caso se dará
cuenta de mociones que se refieran a materias que, de acuerdo
con la Constitución Política, deben tener origen en la otra
Cámara o iniciarse exclusivamente por mensaje del Presidente de
la República”.
138
Academia Balmaceda
La idea tras el examen previo de constitucionalidad del proyecto
(que el legislador debería realizar obligatoriamente) es la detección
temprana de problemas de constitucionalidad de las normas propuestas
que de manifestarse podrían restar toda eficiencia a la ley y por ende,
podrían provocar la inadmisibilidad del proyecto y por ende, su fracaso
como iniciativa.
2.2
Examen de Orden Jurídico
En cuanto a este criterio, nos parece relevante que antes de plasmar
por escrito un proyecto de ley, el legislador deba hacer un “segundo
examen básico” como plantean Bronfman y Oelkers, el cual versa sobre
el impacto normativo de la propuesta. En una etapa inicial, deben
considerarse las áreas de colisión con otras disposiciones del
ordenamiento jurídico, tanto para buscar la complementariedad como
para promover su derogación expresa. De acuerdo a esto, es importante
saber a priori, si los objetivos que manifiesta el proyecto no han sido
satisfechos ya en proyectos anteriores; también se debe considerar la
sobrepoblación del derecho legislativo (como expresan los autores) y si
realmente el proyecto no provoca una colisión de normas internas. Esto
resulta útil, para medir la viabilidad que tiene el proyecto, puesto que no
cumplir con este criterio el proyecto puede ver obstaculizada su
admisibilidad para su trámite legislativo.
Es importante destacar que al respecto, el Art. 13 del Reglamento de
la Cámara es claro al señalar que “en todo proyecto que requiera
trámite legislativo, deberá adjuntarse un informe técnico en el que se
consignarán: b) las disposiciones de la legislación vigente que se
verían afectadas por el proyecto; c) la correlación del texto con el
régimen normativo nacional”.
139
Academia Balmaceda
3. CATEGORÍA TECNICA
Bajo este criterio se agrupan a nuestro juicio tres importantes
subcategorías que son indispensables para evaluar la calidad de un
proyecto de ley. Estas subcategorías apuntan a elementos un poco más
operativos de la moción en sí, en su dimensión práctica.
3.1
Administración y Gestión
La propuesta legislativa debe considerar en la creación del proyecto,
la actividad que desplegará la administración pública en su ejecución.
Cabe aquí el análisis operativo o de ejecución de la disposición que se
pretende aprobar. Así, es menester conocer la disponibilidad de recursos
humanos, infraestructura y en general, medios materiales y
presupuestarios de la organización que recibirá el encargo de ejecutar la
ley. En lo posible, debe reunirse la mayor información que sea posible
acerca de la institución ejecutora para asegurar que la ley se acomode a
sus condiciones y circunstancias reales. (Bronfman y Oelkers, 2002).
En este sentido, cabe cuestionar el proyecto en tanto ¿se especifica
quien o cómo se ejecutará la ley?, ¿se especifica cuáles son los recursos
que se utilizarán y si existen? O incluso ¿se ha consultado con los
organismos pertinentes la capacidad que tienen para gestionar y ejecutar
el proyecto una vez en operación?
La idea es que un proyecto que contenga los aspectos administrativos
que indiquen cómo se ejecutará el proyecto o qué entidad será la
encargada de manejarlo, permite prever su factibilidad en la práctica y
hace más fácil el trabajo de las comisiones una vez que se estudia en
profundidad el proyecto.
140
Academia Balmaceda
3.2
Costos y Alcance Social
Muy relacionado con el criterio anterior, esta subcategoría contiene
dos puntos a evaluar. En primer lugar, se apunta a la necesidad de que
la propuesta legislativa considere a prori todos los costos económicos
que implica llevar a cabo el proyecto. Según Bronfmann y Oelkers, al
analizar los costos económicos que significará implementar el proyecto,
deberá considerarse todos los costos de inversión para la
implementación, costos de mantención y operación del sistema y hasta
los costos de los posibles imprevistos y riesgos que puedan ocurrir. Este
análisis no puede agotarse en una estimación presupuestaria referida a
los gastos directos ocasionados por el proyecto (Bronfman y Oelkers,
2002).
Al contrario del criterio que señalamos anteriormente, este sí tiene
una disposición institucional que lo regula. La Ley Orgánica del
Congreso en su Art. 14 señala:
“Los fundamentos de los proyectos deberán acompañarse en
el mismo documento en que se presenten, conjuntamente con los
antecedentes que expliquen los gastos que pudiere importar la
aplicación de sus normas, la fuente de los recursos que la
iniciativa demande y la estimación de su posible monto”.
No obstante, tampoco es muy clara al determinar cómo debe
expresarse o indicarse la estimación de los costos; asimismo, en este
punto cabe considerar que las materias presupuestarias caen en la
competencia exclusiva del Ejecutivo, razón por la cual muchos de los
proyectos de ley no consideran este punto.
En segundo lugar, según los Profesores Bronfman y Oelkers, una
evaluación social también sería útil para determinar el impacto social y
así el grupo de individuos que resultará afectado por la aplicación de la
141
Academia Balmaceda
ley. Para estos efectos se debe conocer el número de personas afectadas
en la aplicación del proyecto y sus condiciones económicas y sociales.
Según los autores, la idea es revisar la armonía entre las normas
proyectadas, los fines del proyecto y las personas afectadas
efectivamente por él. Si bien este segundo punto parece crucial, no está
regulado en ninguna disposición reglamentaria.
3.3
Datos e Información
Con este criterio nos referimos a que los proyectos de ley deberían
especificar cuáles son los antecedentes que se utilizaron para la
fundamentación del proyecto. Estos permiten otorgarle seriedad
indicando hechos reales y concretos que se pueden verificar y que a fin
de cuentas permiten sostener la idea legislativa y el problema que se
pretende abarcar. Los datos deben ser de calidad así como la
información que se recabe para sustentar y dar cuenta del problema.
Una moción que cuente a cabalidad con todos los antecedentes del
problema que quiere abarcar facilitará al máximo el estudio del
proyecto por parte de la Comisión, agilizando su tramitación.
Asimismo, los datos y la información permiten contextualizar el
problema en la realidad, dando cuenta de la necesidad que soporta la
idea legislativa.
Si bien esto se podría inferir del Art. 14 de la LOC Congreso, no se
indica explícitamente que deben estar presentes los antecedentes e
información que se usó ni menos que éstos debiesen ser de calidad.
La calidad de las mociones parlamentarias como unidad de análisis
En este trabajo hemos buscado indagar en el tema de la calidad de
las mociones parlamentarias intentando proponer algunos supuestos
sobre el funcionamiento de nuestro sistema legislativo. La pregunta
142
Academia Balmaceda
¿qué características tienen los proyectos de ley que se presentan año a
año? es compleja de responder, pero mediante una propuesta de
examinar estos proyectos a la luz de criterios básicos podemos
comenzar a resolverla.
Evidentemente se hace necesario reflexionar también si es relevante
o no tratar de dilucidar lo que implica la calidad en las mociones
parlamentarias o si es simplemente un juego intelectual legislativo.
Nuestra posición es que sí lo es. La intuición de cualquier observador
político diría que la mayor incidencia en los temas que se discuten y
aprueban en el Congreso está ligado a razones políticas de
conveniencia, y si hay intereses de por medio en promover un
determinado proyecto ley este se aprobará o por el contrario, se
rechazará o archivará si los intereses políticos en éste no coinciden.
En una entrevista realizada por nuestro equipo al Profesor Alan
Bronfman, Decano de la Facultad de Derecho de la PUCV, éste señaló
una serie de puntos de suma relevancia para comprender el objeto de
estudio de esta investigación. En primer lugar destacó que
primariamente hay que entender que hacer un proyecto de ley (moción)
tiene implícito importantes cálculos políticos para los legisladores, entre
los que se cuentan los tiempos o ciclos legislativos lo que implica que
proliferen proyectos cortos, escasamente fundamentados, hechos
rápidamente en virtud de su “oportunidad” y la necesidad de presentar
su trabajo legislativo a sus electores y para esto las mociones son la
herramienta formal más visible. En este sentido, los legisladores
parecen más motivados en jugárselas por los votos en sus distritos, más
que hacer buenos proyectos de ley que a fin de cuentas, pueden ser
mejorados en su estudio posterior en las Comisiones cuando ya hayan
ingresado al trámite legislativo.
Muchas veces esos proyectos no tienen como fin convertirse en leyes
y cuando este es el fin, perfectamente un proyecto de ley puede seguir
143
Academia Balmaceda
adelante tener aprobación, haber conseguido el apoyo o consenso
político para impulsarlo, a pesar de no cumplir por ejemplo con todos
los criterios expuestos en este trabajo. Embarcarse en un proyecto de
ley, es “pagar precios políticos” y negociar. Asimismo el profesor
Bronfman destacó que los legisladores, si bien tienen una importante
función en la creación de leyes que el país necesita para su
funcionamiento, en varias ocasiones ésta suele ser opacada por el gran
poder legislador del Ejecutivo quien es el gran propulsor de proyectos
de ley que se originan en su amplia cantidad de materias de
exclusividad además de la necesidad de sacar adelante en un corto
periodo presidencial de cuatro año, su programa de gobierno. De
acuerdo a esto, según Bronfman “en Chile los políticos se han
convencido de que la mejor respuesta para los problemas públicos y
para lograr sus proyectos nacionales es el Ejecutivo, el cual da una
enorme cuota de poder muy superior a lo que se puede hacer desde el
Legislativo”.
Preguntarse acerca de la calidad de las mociones que impulsan
continuamente nuestros legisladores podría revelarnos una manera de
hacer política. ¿Importa realmente la calidad de las mociones
parlamentarias para el legislador? ¿Qué motivos reales están tras la
presentación de una moción? Ante estas interrogantes solo podemos
especular. Claramente, buena parte de la política y lo que realmente
sucede en los pasillos y Salas del Congreso no es visible. Gran parte del
trabajo legislativo no es necesariamente hacer proyectos de ley, sino
que también el trabajo de estudio en las Comisiones, el trabajo
electoral, los debates sobre proyectos del Ejecutivo, sumado a las
labores de intermediación política que los legisladores realizan a niveles
regionales y municipales (como señala en la entrevista el Profesor
Bronfman) y el hecho de que la política se basa en consensos políticos,
son aspectos importantes que contextualizan la manera de hacer las
144
Academia Balmaceda
leyes evidenciando la existencia de una cultura legislativa que puede ser
muy diferente en otros países.
Ahora bien cabe preguntarse, ¿la calidad de una moción es
determinante en su aprobación como ley? ¿Qué características tienen
los proyectos que se aprueban? Según el profesor Bronfman, no se
podría decir con certeza si la calidad es clave; no obstante si el proyecto
se constituye en un buen estudio del problema, de la respuesta, de cómo
esta se inserta en nuestro ordenamiento jurídico, si está bien pensado, si
se balancearon sus fortalezas y debilidades, claramente tiene mayores
posibilidades de un trámite legislativo más eficiente y más rápido. Sin
embargo, no debe dejarse de lado el trabajo político que orienta todo
este proceso. Y en este sentido, ¿sería conveniente proponer una
instancia de evaluación en la etapa de gestación de un proyecto de ley
en nuestro Congreso? A nuestro juicio, nos parece que sería útil y
necesario, puesto que permitiría corregir los errores de los proyectos
antes que ingresen al trámite legislativo, lo que traería como
consecuencia la solución previa de problemas de aplicación que el
proyecto podría tener una vez convertido en Ley. Por el contrario, el
énfasis institucional del Congreso ha sido enfocarse en la eficiencia de
la ley y la evaluación ex post de las leyes (es decir, cuando se han
aprobado orientando la discusión a los efectos que la ley en su
aplicación), para cuyos efectos se han hecho varios Seminarios en la
Cámara de Diputados. A esto se suma el hecho de que recientemente, se
creó del Departamento de Evaluación de las leyes que se constituyó en
una nueva Oficina de la Cámara en abril de este año. (La Tercera, 2011;
Diario Constitucional, 2011). De acuerdo a lo que la misma Cámara
indica, ésta ha asumido recientemente la tarea (y el desafío) de evaluar
las leyes, bajo el concepto que, el Congreso como sistema socio-político
abierto requiere de retroalimentación que informe acerca de la eficacia
y eficiencia de las leyes que aprueban y de las eventuales medidas
correctivas para perfeccionarlas. Resulta significativo también lo que
145
Academia Balmaceda
algunos diputados señalaron en torno a la creación de esta oficina:
“tenemos en Chile muchas leyes, comisiones, mucho debate, el veto, el
veto aditivo, todas estas cosas que nadie entiende pero lo que no
hacemos es, a posteriori, ver si las leyes fueron buenas o malas,
entonces la idea fue tomar las leyes, tener una unidad en la Cámara que
evalúe con la ciudadanía y dirigentes si la ley fue buena o mala para
mejorar el proceso legislativo” Cámara de Diputados (2011). Sin
embargo, dado que la creación de este departamento es muy reciente,
aun no es posible conocer los resultados de puede tener en la
retroalimentación del sistema legislativo y la calidad de las leyes.
Las problemáticas presentadas también son posibles de plantear
desde la economía política y los incentivos asociados al proceso
legislativo. Es posible especular que si existe una constante deficiencia
en la calidad de las mociones, esto puede venir dado simplemente
porque los parlamentarios no tienen incentivos a generar leyes de
calidad ya que estos son costosos en cuanto a asesoría y tiempo. Si lo
que se legisla en el Parlamento es limitado por el poder del Ejecutivo y
hay pocas capacidades de generar proyectos importantes, entonces hay
poca relevancia en la calidad de lo presentado, más aún si lo que
termina siendo aprobado no tiene relación con la calidad de lo
presentado sino que es determinado por las negociaciones políticas
previas. Los legisladores obtienen réditos políticos no por presentar
mociones de calidad, sino por dar la impresión de ser un miembro
activo del parlamento. Dado que la ciudadanía no presta especial
atención al contenido de los proyectos, un legislador que hace gran
difusión mediática y presenta un sin-número de proyectos sale más
beneficiado.
Éste análisis también puede ser fructífero si queremos pensar en las
soluciones prácticas a las problemáticas de calidad. Si estamos
convencidos de que una mayor calidad es necesaria ya que mejora el
146
Academia Balmaceda
Proceso Legislativo como un todo al hacerlo más eficiente, podemos
buscar configuraciones institucionales para cambiar los incentivos. Una
posibilidad es establecer mayores controles dentro del Congreso a la
hora de ingresar proyectos y solicitar requerimientos básicos. Otra
opción más informal es que miembros de la sociedad civil desarrollen
iniciativas que midan la calidad de las mociones y traigan a la luz de la
ciudadanía el trabajo parlamentario, de forma similar a lo que hace la
fundación Ciudadano Inteligente cuando mide los conflictos de
intereses de los parlamentarios.
Conclusión y nuevos desafíos de investigación
Estudiar la calidad de las mociones parlamentarias es un proceso
complejo porque se debe dar cuenta de la gran cantidad de
particularidades que entran en juego en el proceso de hacer un proyecto.
Deseamos plantear algunos pasos para empezar a aproximarse en este
estudio. A partir de lo propuesto se sugiere una serie de nuevas
interrogantes que valdría la pena estudiar tales como ¿cuál es la
relación entre la calidad de los proyectos y la cámara donde se
originan? Así, de observar diferencias en la calidad de las mociones que
encontramos en la Cámara y en el Senado (lo cual podría a su vez
relacionarse con aquellas que son aprobadas) esto nos revelaría
elementos para una posible caracterización: ¿Son las diferencias en
calidad de los proyectos producto de la experiencia política y expertise
acumulada de los senadores sobre los diputados?, ¿o son el resultado de
otros elementos operantes tales como el presupuesto de cada cámara o
el número de actores en la negociación? Por otro lado, las preguntas
podrían ir en relación a la investigación de cuál es el conjunto de
razones por las cuales se archiva una moción, ¿tiene alguna relación con
la calidad de las mismas?
147
Academia Balmaceda
Paralelamente, sería interesante preguntarnos, a lo largo de un
periodo de tiempo, si existen diferencias de calidad de los proyectos de
ley de origen parlamentario y si puede ser indicio de una consolidación
institucional de las funciones legislativas. Por otra parte, también sería
relevante ver como se diferencia la calidad de los mensajes
presidenciales con las mociones parlamentarias. Parecería a primera
vista que dado el monopolio de información, recursos, conocimiento y
expertise del Ejecutivo, sus mensajes son altamente profesionales en
comparación con las mociones, lo que daría cuenta de la predominancia
que tiene el Ejecutivo en materias legislativas y que cae en línea con la
caracterización de nuestro sistema político como hiper-presidencial.
De cualquier forma, consideramos que es esencial para el estudio de
la política nacional que se preste atención al funcionamiento del
proceso legislativo en concreto, enfocándose en qué elementos entran
en juego a la hora que los parlamentarios se sientan a hacer leyes, ya
que ahí es donde se instituye el núcleo básico de la política.
148
Academia Balmaceda
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151
Academia Balmaceda
Artículos
152
Academia Balmaceda
153
Academia Balmaceda
Cruz del Sur: un avance en la política exterior chilena1
Isabel Vergara Muñoz2
Los acuerdos económicos durante todo el siglo XX fueron la base
para la cooperación entre los Estados de América Latina. Esto generó
que se instaurara una serie de tratados tales como La Asociación
Latinoamérica de Integración (ALADI), La Asociación Latinoamérica
de Libre Comercia (ALALC) y el Mercado Común del Sur
(MERCOSUR) que finalmente no cumplieron con los objetivos
macroeconómicos de generar zonas de mercados comunes ni mucho
menos entablar relaciones de amistad entre los mismos.
Chile a partir de los años 80 fue uno de los más reacios a participar
en cualquier acuerdo que generara relaciones con sus países vecinos y
comenzó a mirar hacia el Asia pacífico con el fin acordar tratados de
libre comercio y generar una política de apertura económica muy
acorde al modelo neoliberal implementado en dictadura.
“La reciente tendencia hacia la consolidación de relaciones
Comerciales por la firma de acuerdos comerciales de distinta
índole entre América Latina, por un lado, y el Asia-Pacifico, por
otro, tiende a facilitar la posible incorporación de empresas
latinoamericanas a cadenas asiáticas en torno a China e India”.
(Rosales, 2007:101).
Pero durante el comienzo del milenio se generó una nueva apertura
hacia la forma en que los países podrían retornar a una generación de
lazos entre Estados los cuales no estaban enmarcados en materias
económicas sino en la designación de misiones de paz tales como los
producidos en Haití pre y post terremoto de 2010.
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de diciembre del año 2011
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales
154
Academia Balmaceda
De esta manera Chile forma parte de este nuevo escenario de unión
política entre Estados, creando en julio de 2002 el Centro Conjunto para
Operaciones de Paz de Chile (CECOPAC), el cual tiene por objetivo
realizar misiones de paz dentro o fuera de las zonas establecidas por la
Organización de Naciones Unidas de manera solitaria o en conjunto con
otros países.
“El Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile
(CECOPAC) surge a la luz de la Política Nacional de
participación en Operaciones de Paz, como una respuesta a los
esfuerzos que realiza nuestro país en pos de la mantención de la
paz internacional y en la profundización de la cooperación
internacional.”
(Extraído desde http://www.cecopac.cl/cecopac/somos.html)
A partir de este nuevo organismo Chile inició una serie de misiones
de paz tales como la prestación de militares en Haití, generando nuevos
incentivos regionales para formar organismos capaces de prestar ayuda
en situaciones de conflicto sociales en los países más vulnerables de la
región.
Es así como en el año 2005 bajo el gobierno de Ricardo Lagos se
desarrollaron las primeras negociaciones para la instauración de una
fuerza de paz binacional conformada por los Estados argentinos y
chilenos las cuales formarían parte del sistema de Naciones Unidad
denominado “stand by forces” o “fuerzas en apresto” . Este nuevo
organismo funcionaría bajo previa autorización del poder legislativo de
ambas naciones y se denominaría Fuerza de Paz Conjunta Combinada
“Cruz del Sur”.
En esta minuta se analizará la puesta en marcha de Cruz del sur en
nuestro país y las implicancias a nivel de política exterior que podrían
generarse con el país transandino.
155
Academia Balmaceda
Cruz del Sur
La Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur es una unión o fuerza de
paz conjunta liderada por Argentina y Chile que tiene como objetivo
prestar servicios militares a las Naciones Unidas para el mantenimiento
de la paz en las misiones realizadas por la organización. Esta propuesta
fue hecha el 2005 pero solo logró concretarse el 2006 a través del
memorando de entendimiento que fue iniciado el 2007 con sede Buenos
Aires pero que alterna año a año su sede entre las capitales de ambas
naciones. Está conformado por militares de las FFAA tanto terrestre,
aéreos y navales, los cuales pertenecen a ambos Estados y pueden ser
desplegadas en conjunto o modularmente.
Dentro de los objetivos específicos de Cruz del Sur es posible
mencionar:






Comprobar las planificaciones hechas por ambos Estados y
llevarlas a ejecución de manera eficaz y efectiva
Integrar al grupo bilateral de dirección política al proceso de
resoluciones durante una operación de paz en desarrollo.
Lograr la interoperabilidad entre los estados mayores, comandos
y unidades subordinadas de los distintos componentes de la
fuerza de paz.
Permitir que los futuros comandantes de las unidades que
conforman la fuerza de paz desarrollen un alto grado de
interacción que facilite el conocimiento mutuo y personal de los
integrantes.
Establecer los parámetros de resolución de conflictos al
momento de integrar una misión de paz.
Generar confianza entre las naciones participantes siendo estas
Argentina-Chile y la nación a ayudar.
156
Academia Balmaceda
Bajo esta lógica Cruz del Sur se ha planteado tres pilares a cumplir
dentro de las primeras etapas de organización del organismo. La
primera es seguir con el apoyo humanitario en Haití e involucrar a más
países en las misiones de paz. En segundo lugar, que las fuerzas sean
combinadas y equilibradas, es decir, mantener una hegemonía en los
lineamientos de ambos países para que las actividades sean conjuntas y
logren desarrollar las relaciones entre ambas Fuerzas Armadas y
finalmente, que ésta sea autosustentable en el tiempo, siendo
fundamental el apoyo permanente de ambas naciones a pesar de las
coyunturas políticas que se presenten a lo largo del tiempo, tales como
un cambio de gobierno.
Contexto político
Las relaciones entre Chile y Argentina han estado marcadas por una
serie de conflictos de índoles territoriales, energéticas y/o políticas las
cuales a pesar de estar en algunos momentos a punto de entrar en
conflicto bélico no ha erosionado las relaciones de política exterior
entre ambas naciones que existe en la actualidad.
Es quizás por este motivo, que ambos países han sabido diferenciar
ciertos temas y bajo algunas coyunturas unirse para desarrollar materias
comunes dentro de la región tales como MERCOSUR, el cual a pesar
de que Chile no lo integra de manera total si ha sido parte del debate y
la forma en que se ha desarrollado dicho acuerdo de cooperación.
“El contexto básico de las MM.C.M., en el ámbito de la
Defensa entre Chile y Argentina, deriva de un proceso de
acercamiento entre ambas naciones a partir del Tratado de Paz y
Amistad de 1984. A lo que se suma el Acuerdo de Mendoza que
prohíbe la utilización de armas químicas y biológicas y el
157
Academia Balmaceda
Tratado de Tlatelolco que prohíbe el desarrollo y uso de armas
nucleares en la región. (Faundes, 2009: 6)
Cruz del Sur es por lo tanto una nueva forma de plantear las
relaciones entre ambos países en miras a establecer lazos de confianza
mutua y permitir un mejor desarrollo a las naciones para afianzarse en
temas de política exterior, siendo muy importante el fin en sí mismo,
que en este caso es la ayuda humanitaria a países del tercer mundo.
Quizás lo más interesante a considerar es la forma en que se ha
presentado este nuevo conjunto de paz ya que a pesar de las
problemáticas surgidas en el gobierno de Michelle Bachelet en temas
energéticos con Argentina y específicamente durante el periodo de
Cristina Fernández, ambas mandatarias lograron generar acuerdos y
establecer políticas comunes con Cruz del Sur y sobrepasar momentos
tensos entre ambos Estados.
Este hecho marca un procedente desde el punto de vista histórico y
politológico. El primero porque Chile ya lleva más de 20 años de
amistad con el país trasandino, los cuales preceden del conflicto del
Beagle. Y en términos politológicos, porque marca un precedente de
nuevas formas de integración en la zona, favoreciendo las relaciones
exteriores entre ambos Estados y sobre todo fomentando la
participación en temas que competen a nuestra región.
Chile tiene hoy una nueva oportunidad de mirar hacia la región y
dejar de lado la política anti regionalista que le ha generado una mala
percepción entre los demás países de América Latina (Latinobarómetro)
y ser considerado como poco amistosos por sus países limítrofes.
158
Academia Balmaceda
Conclusiones
La política de Estado Chileno se ha caracterizado por no priorizar los
temas regionales y entrar en constante disyuntiva frente a sus países
limítrofes, quienes han mantenido una política de amistad lejana (Perú y
Bolivia) o solo de negociaciones comerciales en el caso de Argentina.
Cruz del Sur se presenta como una oportunidad de convergencia
política capaz de generar nuevos incentivos de cooperación en la región
y mantener actualizadas las relaciones de amistad entre Chile y
Argentina.
De esta manera ambos Estados se presentan ante la región como
capaces de generar nuevos niveles de organización militar pero que
estén bajo el alero de Naciones Unidas y no como una carrera
armamentista más. Chile y Argentina tienen la oportunidad de generar
liderazgo en materia de misiones de paz en la región y concordar
políticas comunes que pueden mejorar tanto su desarrollo en estrategia
militar y a su vez la imagen país.
Desde el punto de vista politológico las misiones de paz son un
referente dentro de las teorías idealistas en las relaciones internacionales
y que hoy en día renacen a partir de movimientos constructivistas que
toman contextos históricos como fuentes para desarrollar nuevos
liderazgos en zonas que no han tenido esa visión de modelo
desarrollado.
Finalmente es destacable el rápido avance que han tenido estos
proyectos sobre misiones de paz, ya que en menos de 10 años Chile ha
formado parte importante de los lineamientos de la ONU entre ellos los
Cascos Azules lo que le ha traído gran reconocimiento internacional por
parte del Naciones Unidas y en los países involucrados tales como
Haití.
159
Academia Balmaceda
BIBLIOGRAFÍA
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en América Latina”,Universidad de San Juan.
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comercio e inversión”, Revista de la CEPAL, no 93,
diciembre.
160
Academia Balmaceda
Democracia universitaria en el debate público
1
Nicolás Díaz Amigo2
Una de las peticiones del movimiento estudiantil que menos
polémica ha generado es el permitir una mayor democracia universitaria
mediante la derogación de leyes que impiden la participación de
estudiantes y funcionarios en la toma de decisiones. El gobierno
accedió rápidamente a esta demanda cuando construía las primeras
respuestas a los petitorios de la CONFECH ya que la derogación de
estas leyes no significaba ningún costo concreto. Los estudiantes,
quienes pusieron sus esfuerzos en seguir presionando por sus
principales (y más polémicas) demandas no insistieron en la urgencia de
un tema que a todas luces estaría zanjado. Por esta razón, la discusión
en torno a democracia en la universidad ha pasado a segundo plano y no
ha tenido mayor espacio en el debate público, más allá de un par de
líneas en alguna columna o editorial periodística.
Cuando los principales líderes estudiantiles se refieren a democracia
universitaria, alegan que la educación debe tener dentro de sus
principales funciones la formación de ciudadanos íntegros e
involucrados en política. Si bien para muchos puede parecer intuitivo
que la mayor participación en las decisiones de la universidad trae
consecuencias positivas en la formación de los estudiantes, al ofrecerlo
como único argumento nos encontramos en una posición precaria ante
cualquier crítica. Fácilmente una persona de la posición contraria nos
señalará que es imposible presentar evidencia de que la
triestamentalidad o el cogobierno (conceptos sumamente demonizados)
traen resultados positivos en la formación de ciudadanos. Si queremos
formar mejores ciudadanos, quizás solo necesitamos mayores cuotas de
educación cívica.
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011.
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile.
161
Academia Balmaceda
Incluso, los detractores podrían continuar argumentando que una
mayor participación de los estudiantes generaría un peor desempeño de
la universidad ya que estos no se encuentran capacitados para
involucrarse, y el mismo proceso educativo se vería perjudicado.
Hay serios argumentos en contra de la democracia en la universidad
por lo que si la deseamos defender en serio debemos primero
comprender a cabalidad de donde surge y a que nos referimos con ella,
y luego ofrecer una profunda reflexión acerca del porque y como
adoptar tal modelo.
La lucha por mayor democracia universitaria en nuestro país y en el
mundo no es novedosa, sino más bien al contrario. El cómo se gobierna
la universidad es una problemática tan antigua como el concepto de
universidad en sí, lo que naturalmente es demasiado extenso como para
tratar aquí. Basta decir que a nivel mundial la búsqueda de democracia
universitaria alcanzó su mayor fuerza en los años 60 y 70, a partir de
importantes cambios sociales y políticos que se manifestaron a través de
masivas movilizaciones en el mundo.
Especialmente en Europa, la idea de una mayor horizontalidad
dentro de la universidad fue bien recogida y hasta el día de hoy, la
participación de todos los estamentos en la universidad es usual en
países como Francia o España. Si bien la evolución de las formas de
gobierno en las universidades europeas es compleja y heterogénea la
existencia de senados universitarios o la elección abierta de autoridades
no es inusual en distintas universidades del viejo continente.
Chile no solo estuvo bastante cercano a ese proceso sino que incluso
se encontró un poco adelantado. La icónica toma del 67 de la
Universidad Católica (un año antes que el mayo del 68 francés) termino
con un claustro universitario que integro la participación interestamental y la elección democrática del rector Castillo Velasco. Sin
162
Academia Balmaceda
embargo - y como muchos bien saben - dicho impulso duraría solo unos
cuantos años debido a tres factores que confluyeron en la destrucción
total de cualquier noción de democracia universitaria: El golpe militar
del 73 (cuyo control directo sobre las universidades obviamente
prohibía la participación e inclusión), el gremialismo de Guzmán (cuya
visión jerárquica del conocimiento resulta totalmente incompatible con
la democracia) y la tendencia mundial hacia la gestión gerencialista (la
idea de que las universidades debiesen manejarse de la forma más
eficiente posible y la democracia solo burocratiza sus funciones) .
a consecuencia de estos tres procesos la podemos ver en la
prohibición constitucional de órganos de decisión colegiados y de
elección de autoridades por parte de la comunidad universitaria,
dictamen impuesto por la dictadura y mantenido en la LGE, que el
actual movimiento estudiantil intenta derogar.
El más escéptico de los lectores seguramente habrá cuestionado,
llegando a este punto, el porqué de la insistencia en el término de
“democracia” al hablar sobre el gobierno universitario. Seguramente –
pensará- podríamos hablar de participación o la inclusión y ahorrarnos
problemas. A más de alguno le parecerá ridículo aplicar un término que
se usa en el Estado, para referirse a organizaciones con fines
particulares y que deben contar con una jerarquía muy específica para
alcanzar dichos fines.
Es necesario clarificar algunos elementos. Cuando se menciona la
democracia en la universidad no hay que referirse a la igualdad efectiva
en la totalidad de decisiones para todos los que componen la
universidad, haciendo como si todos los que componen la universidad
fueran una suerte de ciudadanos en una micro-nación y por ende deben
ser partícipes en todas sus decisiones.
163
Academia Balmaceda
Incluso al más acérrimo defensor de la democracia en la universidad
le parecerá difícil sostener que los alumnos tienen que decidir de la
misma forma que todos acerca de la construcción de nuevos edificios, o
que los trabajadores deben tener incidencia en las mallas curriculares.
El término de democracia universitaria no busca igualar la democracia
que tenemos en la nación con las forma de decisión que existe dentro,
sino que apunta a algo más profundo y complejo.
La universidad no constituye una organización o empresa como
cualquier otra, sino que tiene diferencias fundamentales que la hacen
única. No solo dado su rol fundamental en la construcción de la
sociedad, sino que - como su nombre lo indica – en la universalidad que
buscan alcanzar y a la persecución de conocimientos y de la verdad. Al
proponer esto se entiende que la universidad es una construcción y
reconstrucción continua que entremezcla la teoría y praxis.
Dentro de las universidades, se producen, reproducen y conviven
distintas ideologías y visiones de mundo. Incluso la universidad más
gerencialista del mundo, aquella que se mueve como reloj bajo criterios
de eficiencia está reproduciendo cierta ética e ideología.
Es por eso que se plantea la democracia en cuanto al reconocimiento
de la igualdad de las diversas visiones. Hablar de democracia significa
entender que en la construcción de universidad, todas las ideologías
presentes pueden y deben aportar, ya que todas representan una forma
validad de ver el mundo en sí mismas. Sería ir en contra del ejercicio
universitario el permitir que una ideología se establezca como
dominante e incuestionable a la hora de tomar decisiones. Detrás de
todo esto, yace la idea de que el conocimiento, tanto en sus ámbitos
científicos, humanistas, artísticos o de cualquier índole no se construye
de forma jerárquica de arriba hacia abajo, sino en un dialogo constante.
164
Academia Balmaceda
En la práctica significa generar mecanismos de participación
efectivos para que todos los miembros de la comunidad universitaria
puedan aportar a su construcción. Esto se logra, por ejemplo, creando
senados universitarios donde todos los sectores puedan discutir acerca
de la dirección y misión de la universidad, o a través de elecciones
abierta de sus autoridades (que el rector sea elegido por los profesores o
incluso por toda la comunidad) de manera que en la competencia se
discutan y contrapongan las distintas visiones.
Además, al hablar de democracia no solo debemos referirnos a la
inclusión de otros estamentos sino también en generar una
horizontalidad dentro de los profesores y académicos de forma que
todas las posturas sean tomadas en cuenta.
Nadie abogaría porque los estudiantes pudiesen vetar materias o
clases a las que asisten, pero no tomar en cuenta la visión de los
estudiantes a la hora de construir mallas académicas constituiría un gran
error (especialmente porque son ellos quienes pueden juzgar de manera
más completa el conocimiento que están recibiendo).
Por lo demás, mecanismos de participación e inclusión existen en
muchas universidades exitosas del mundo. En Cambridge los
estudiantes participan con voto en los órganos de decisión, en Lovaina
(una de las universidades que produce mayor grado de producción
científica) toda la comunidad participa en la elección de su rector, y
parlamentos universitarios inter-estamentales son muy comunes en
distintas universidades del mundo.
Por supuesto, no se puede sugerir que todos los planteles de
educación superior en Chile debiesen tomar estos mecanismos, sino que
sirven como meros ejemplos. Lo deseable es que cada universidad,
adecuándose a su contexto y situación particular tome los mecanismos
de gobierno que encuentren pertinentes, teniendo en cuenta que es a
165
Academia Balmaceda
partir del debate y de su comunidad que una universidad se convierte en
tal.
No cabe duda de que si se aprueba la derogación de los decretos que
prohíben la participación efectiva de estudiantes y funcionarios en la
toma de decisiones, el debate se tornará más complejo una vez que se
instale internamente en cada universidad la idea de reformar.
El concepto es polémico ya que se encuentra fuertemente arraigado
en las concepciones previas que cada uno tiene en elementos tan
complejos como la ideología, el conocimiento y la universidad. La
discusión teórica tiene un componente mucho más complejo de lo que
propone esta columna, la cual solo trata de esbozar los principios a una
defensa de la democracia.
Sean exitosos o no los estudiantes, sería sumamente positivo que la
discusión deje de lado los prejuicios y tabúes para dar paso al debate de
fondo.
166
Academia Balmaceda
El mito de los liberales en RN1
Manuel Lobos Infante2
Desde que tengo memoria política que vengo escuchando las
andanzas de los liberales en la derecha, especialmente los que se
encuentran en RN.
Desde la Patrulla Juvenil que muchos recordaran hasta los que hoy
plantean crear una Renovación Liberal Nacional, ha habido intentos que
no son otra cosa que intentos, ninguno se concretó.
Ya en el año 1966 que liberales y conservadores iniciaban un camino
a mi parecer contradictorio con la formación del Partido Nacional.
Luego en plena dictadura militar cuando se unen Allamad-Guzmán y
Jarpa y en 1987 y crean el MUN (Movimiento de Unión Nacional) para
después llamarse Renovación Nacional.
Las críticas a la conducción de la actual directiva no es algo nuevo
en RN. Una y otra vez en distintos momentos políticos hemos sido
testigo de las permanentes pugnas entre dos sectores que han sabido
convivir pero en donde la constante es la debilidad de los así llamados
liberales.
Pero ¿es normal que puedan convivir en un mismo partido un sector
liberal y otro abiertamente conservador?
Hasta el momento podríamos decir que sí, ¿pero a qué precio? Más
que convivir se trata de un recelo de los liberales a expresar un
contenido ideológico totalmente opuesto al del sector más conservador
1
Este artículo fue escrito en noviembre de 2011 y publicado en su oportunidad en el Diario
Electrónico El Mostrador.
2
Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda.
167
Academia Balmaceda
y al cual siempre ha existido un sometimiento que responde a razones
de poder o pérdida de poder.
Porque los liberales que llegaron a RN llegaron con el apoyo de los
conservadores, y por muy liberales que sean, jamás podrán destetarse de
quienes los custodian…en el poder.
Pero si alguien piensa de verdad, se dará cuenta que es una real
contradicción esto que ocurre en uno de los partidos de la derecha
chilena.
Lo que pasa en RN es lo que ha ocurrido siempre en las familias
donde hay distintas visiones del mundo. Un hijo liberal que vive en la
casa de su padre conservador en donde se hace lo que el dueño de casa
dispone, sin ninguna posibilidad de decidir por uno mismo, más allá de
discutir dentro de la casa o a lo sumo en un arranque de expresión y
rabia, hablar y quejarme de mi padre con mis amigos. En una situación
así, lo más lógico sería abandonar la casa paterna, ser fiel a mis ideales
y comenzar mi propia vida, dicho de otro modo desprenderme de mi
padre y por fin construir mi propio destino.
Basta recordar lo que ocurrió el año 1988 cuando un grupo de
liberales ex Partido Nacional encabezado por Germán Riesco, frente a
la coyuntura del Plebiscito optó por el NO, lo que significó una
verdadera guerra por la disputa de la sede de PN en ese año de la cual
fueron expulsados y lo que trajo como consecuencia crear un nuevo
referente liberal como fue en su momento el PAC.
Me pregunto, ¿un político realmente liberal estaría en un partido
donde el jefe o el presidente es un cauteloso guardián del orden? Que
hace un liberal en un partido donde el mandamás es un legítimo y
autentico representante del conservadurismo, a decir, Supernumerario
Opus Dei, sin considerar sus desafortunados comentarios que lo han
mostrado con aires de homofóbico y machista?.
168
Academia Balmaceda
Pero el verdadero drama de los liberales de RN es su temor a perder
poder, donde al parecer lo más importantes son esas cuotas de poder,
más que las propias convicciones que los hacen proclamarse liberales.
Los liberales en RN son un mito y lo seguirán siendo mientras no
planteen al menos una revisión de la base ideológica de su partido.
La mejor de las pruebas sería que los liberales de RN se sometan a
primarias abiertas dentro de su propio partido con sus contrarios
conservadores para las próximas elecciones municipales, ahí se verá a
quién representa realmente ese partido, el que gane tendrá la razón, y el
que pierda se verá en la obligación de crear su propio referente.
Sería una gran oportunidad liberal para la política. Los liberales
serían mejor visto que el resto de la clase política. Esa clase política
obsoleta y poco representativa. De lo contrario, los liberales de RN
terminarán sometidos como siempre en los últimos treinta años y
seguirán siendo un mito.
169
Academia Balmaceda
El sorteo de los magistrados: una formula a considerar1
Manuel Lobos Infante2
Las diferencias entre la oposición y el gobierno por la nominación de
un nuevo Ministro en la Corte Suprema deja al descubierto la
incapacidad de las instituciones a la hora de fortalecer la democracia
representativa.
No es primera vez que se produce esto, todos los gobiernos de la
Concertación debieron negociar y renegociar, el juego de tira y afloja,
las diferencias y el intento de acercar posiciones es parte del
espectáculo que cada cierto tiempo vemos en la prensa y que deja al
descubierto escandalosamente los intereses de los dos bloques políticos
por instalar y premiar a uno que los haya favorecido en el pasado.
Así es la suerte de los candidatos que se exhiben y sobrexhiben al
punto de perjudicar su propia reputación. Carlos Aranguiz , el preferido
de la Alianza, juez que se dio a conocer el año 2002 por el caso coimas
y porque proceso a cuatro diputados de la Concertación y Carlos Cerda
por el lado de la Nueva Mayoría quien se conoció por el caso Riggs y
algunas causas de Derechos Humanos.
Y es que en este proceso de designación están presente los “méritos”
de los postulantes en orden a si han beneficiado a uno u otro bloque de
los que en los últimos treinta años han colmado la política nacional. Se
revisa entonces como actuó y se premia o se castiga de acuerdo a quien
tenga los votos en el Senado.
Este espectáculo no hace otra cosa que sumar más adherentes al
hastío colectivo hacia nuestra clase dirigente, un rechazo permanente a
ese comportamiento que transforma una ceremonia para nombrar a un
Ministro Supremo de la República en un juego de intereses por sobre
una propuesta seria. Es urgente la creación de un mecanismo distinto
que permita un nombramiento más democrático y más transparente.
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de marzo del año 2013.
Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda.
170
Academia Balmaceda
Al respecto si hay algo en que coinciden Harrington, Montesquieu y
Rousseau es que las democracias constituyen el poder a partir del sorteo
y por otro lado la elección de cargos es característica de las
aristocracias.
En la Atenas del siglo V había una combinación entre el sorteo y la
elección de magistrados, claro si, se daba preferencia al sorteo ya que
de 700 magistrados 600 eran por sorteo y se priorizaba la elección en
áreas específicas como la militar y la financiera.
En esa democracia durante el mandato, los magistrados eran
revocables en todo momento por un voto de la Asamblea. Una vez
terminado el mandato debían rendir cuentas lo que implicaba
recompensas honoríficas o sanciones eventualmente severas. El riesgo
de las sanciones incentivaba que se presentasen al sorteo menos
voluntarios potencialmente peligrosos para la democracia. Es más,
existía otro mecanismo que al tiempo después del mandato se podía
recurrir, conocido como la “Eisangelia”, que permitía acusar a un
magistrado de una acción política o de un presunto delito que lesionaba
los intereses de la ciudad, como una corrupción o un complot.
Una Corte Suprema como la chilena que en su origen en 1823 contó
con cinco miembros y que ya en 1988 tenía 17 para llegar
definitivamente desde 1997 hasta ahora con 21 miembros, requiere
implementar un sistema de elección de sus miembros que evite el juego
de intereses que hoy día se dan tanto en el ejecutivo como en el
legislativo.
Sería sano que esa misma quina que propone la Corte Suprema, en
vez de pasar por el ejecutivo para luego ser aprobada por los dos tercios
del Senado, se sometiera a un proceso transparente para lo cual se
debiera rescatar un modo de instrumentar el sorteo como una
herramienta útil para mejorar la democracia.
No estaría mal considerar el sorteo como una fórmula para designar
autoridades dignificando así nuestra cada vez más cuestionada
171
Academia Balmaceda
democracia. La fórmula de la combinación de elección y sorteo, es una
demostración propia de las verdaderas democracias.
172
Academia Balmaceda
Indignados: Crónica de una muerte anunciada1
Isabel Vergara Muñoz2
Las democracias representativas en occidente son parte de un
modelo político que no tiene más de 100 años desarrollándose de
manera plena en el mundo y que hoy percibe olas de cambios que
vienen a replantear los nuevos conflictos sociales del siglo XXI.
Autores como Touraine, A. (2001) subentienden la historia como la
conquista de luchas, categorizando al siglo dieciocho como la búsqueda
de los valores universales, al veinte como el de los derechos políticos y
al siglo veintiuno como el rescate del ser diferente y las identidades
socio-culturales. Este último acontecimiento si bien no se ha plasmado
como una moda, tal hippies en los años 60’s con la guerra de Vietnam,
si ha provocado un efecto rebote en todo el mundo el cual ha llegado
incluso a denominarse primavera árabe en Medio Oriente o los más
osados como La cuarta ola de democratización.
Pero es ¿realmente una nueva ola de democratización la que estamos
viviendo? O es más una reivindicación política-cultural a los
anteriormente llamados subdesarrollados, tercer mundo, e incluso
minorías quienes han intentado reivindicar su derecho a pertenecer de
manera activa dentro de este mundo actual tan mediático por la
globalización.
Ésta es finalmente la disyuntiva que intentaremos responder en la
presente minuta, categorizando al movimiento de Los Indignados como
un proyecto político multicultural, que se relaciona con reivindicaciones
sociales desde los Estados hacia el sistema internacional y que pretende
introducir nuevas formas de hacer política no necesariamente
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de noviembre del año 2011.
Estudiante de Ciencia Política Universidad Diego Portales.
173
Academia Balmaceda
pertenecientes a los creados en occidente como las democracias
representativas sino como nuevos formatos de entender lo político
estructurado desde las diferentes ciudadanías hacia los poderes
políticos.
Los indignados, como un nuevo movimiento perteneciente a la era
de la globalización, nace a partir de un libro publicado recientemente el
2010 por el diplomático y militante político alemán Stéphane Hessel,
quien fue un sobreviviente del régimen Nazi durante la Segunda Guerra
Mundial y redactó parte de la Declaración de Derechos Humanos en
1948. Su libro, de apenas 20 páginas, “¡Indignez vous!”, llama a la
sociedad europea y a los jóvenes en particular a rebelarse en contra de
la crisis financiera, las altas tasas de desempleo y a las diversas
injusticias sociales provocadas por una crisis que según el autor no fue
generada por la población común y corriente sino por un sistema
corrupto e ineficiente.
Finalmente es en España donde a partir de la toma de La Puerta del
Sol en Madrid durante el 15 de mayo (popularmente conocido como
15M) comienza a generarse una disconformidad global en torno al
sistema político representativo, catalogándolo de anti-democrático y de
favorecer a las elites económicas, las cuales se han tomado los poderes
del Estado configurando las decisiones políticas a su favor. Bajo el lema
no nos representan, este movimiento se diversificó por todo el mundo
teniendo indignados en casi toda Europa, Chile, Argentina, México,
Centroamérica, Medio oriente y Estados Unidos culminando con una
protesta masiva el 15 de octubre abarcando temas medioambientales,
conflictos estudiantiles, crisis del Euro, revolución Árabe, entre otros.
De esta manera la crisis de representación de los partidos políticos,
tema tan analizado por la ciencia política, se ha transformado en una
crítica general al sistema político tanto a nivel estatal como
internacional, provocando que la sociedad civil se sienta disconforme
174
Academia Balmaceda
con sus representantes e intentando insertar participación en los
espacios públicos.
Los Indignados, tal como las manifestaciones por el voto femenino
durante el siglo XX, forman parte de un demanda internacional por la
integración de la población en su totalidad, no sólo considerando a
occidente como modelo a seguir, sino instaurando una real democracia
que permita a las personas expresar sus diferencias y finalmente, en
términos de Arendt, que la política sea la relación entre las personas en
torno a su pluralidad o diversidad.
175
Academia Balmaceda
La Unión Europea en crisis1
Perspectivas sobre la UE, la crisis griega y el futuro de la integración europea
Denisse Hurtado2
La situación que por estos días atraviesa la Unión Europea (UE) ha
sido objeto de una serie de suposiciones sobre su futuro, las que van
desde una inminente fractura hasta la idea de que esta crisis será
resuelta para dar paso a una Unión Europea mucho más fuerte. Ante
este escenario, el presente artículo busca discutir algunas perspectivas
sobre la actual situación que se vive en Europa y exponer algunas de las
ideas que se han planteado al respecto.
La historia de la UE comienza a principios de los años '50 cuando se
forma la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), a partir
de un proyecto entre Francia y Alemania que buscaba regular ambas
industrias. Si bien este fue el primer esfuerzo integrador realizado en
Europa, con el tiempo y a través de sucesivos acuerdos, se va
conformando lo que hoy conocernos como Unión Europea, que es una
estructura institucional de carácter supranacional no sólo política, sino
también económica, social y cultural. Sin lugar a dudas, un momento
crucial de integración se logra en 1999 con la puesta en marcha de una
moneda única, el euro. Pese a que no todos los países miembros de la
UE son parte la “Euro-Zona” (como ocurre con Reino Unido, Irlanda y
Dinamarca), ésta implicó un esfuerzo político y macroeconómico
gigantesco para todos los Estados Miembros del proyecto. Por un lado
implicó sumar voluntades políticas para la integración y sesión de
soberanía; y por otro, involucró un enorme desafío al intentar mantener
el equilibrio y la estabilidad monetaria en países y regiones tan diversas
entre sí.
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de noviembre del año 2011.
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile.
176
Academia Balmaceda
La crisis que enfrenta Europa en estos momentos, es sobre todo la
crisis del euro.
Por estos días Grecia, país miembro de la UE y de la Euro-zona,
enfrenta una fuerte crisis política y económica. El endeudamiento del
Estado Griego respecto a los préstamos internacionales (liderados por el
FMI) sumado a la presión de implementar las reformas políticoeconómicas3 que éstos le exigían ha llegado a su punto más complejo,
luego de que el Primer Ministro griego Yorgos Papandreu convocara a
un referéndum sobre el último plan de rescate propuesto por la UE, lo
que finalmente provocó su salida del gobierno y la formación de un
gobierno de coalición para pactar un acuerdo a nivel país y lograr salir
de la profunda crisis.
Entre los principales factores que detonaron esta situación se
encuentran principalmente las onerosas reformas económicas impuestas
por el gobierno griego en los últimos años, que se sumaron a la
incapacidad de la elite política de tomar buenas decisiones en materia
económica, lo que a fin de cuentas llevó al gobierno a la grave crisis de
legitimidad que está enfrentando en estos momentos.
En este contexto, evitar la quiebra de Grecia se ha transformado en
una preocupación esencial de la UE y más aún del Euro-Grupo el cual,
a través de sucesivos rescates apoyados por el FMI, algunos bancos y
privados, han intentado salvar al país del colapso político-económico.
Las tensiones que la situación griega ha provocado a nivel de la UE sobre todo entre los jefes de gobierno de Inglaterra, Francia y
Alemania- hacen pensar que Europa y el proyecto de la Unión Europea
se resquebraja, pero es necesario preguntarse ¿puede romperse la
integración europea en estas condiciones?
3
Entre las limitaciones impuestas por los sucesivos rescates a la economía griega está
principalmente la reforma de las instituciones del país en lo que respecta a la disminución del
gasto público, las políticas de austeridad, los recortes de las pensiones y despidos masivos de
funcionarios
177
Academia Balmaceda
Algunos piensan que el proyecto europeo se está hundiendo poco a
poco como consecuencia de las crecientes tensiones entre los socios de
la UE, la poca capacidad política de tomar decisiones a nivel
institucional y la idea de que Europa va a dos velocidades liderada por
los países del euro4. Otros creen que la actual crisis griega, intensificada
por los últimos acontecimientos, golpeó una estructura débil (UE) en
lugar de un Estado con un poder real para resolver los conflictos que se
susciten en su territorio. Aún más, a menos que el poder político de
Europa se europeíce a través de la evolución de la actual confederación
hacia una federación, la Euro-zona -y la UE en su conjunto- se
desintegrará5. Entre los más optimistas se encuentran aquellos que
consideran que es posible salvar la moneda única tomando las medidas
que sean necesarias para superar esta crisis y estabilizar finalmente el
euro evitando que toda la Euro-zona colapse y con ella el proyecto de la
integración europea. No obstante, para esto sería necesario que la Eurozona posea un marco institucional confiable, con una base sólida que
consista en un verdadero gobierno. Por otro lado, otros dicen que es
imprescindible que el manejo de la crisis lo tome el Banco Central
Europeo (institución supranacional de la UE) el cual, hasta el momento,
no ha podido “actuar” eficientemente en la solución de la crisis que vive
Grecia como consecuencia de la falta de competencias y autoridad. Por
último, hay algunos que creen firmemente que Grecia debe salir de la
Euro-zona.
En síntesis, la actual crisis griega ha revelado la existencia de
problemas institucionales de tipo estructural y político. Entre éstos,
mejorar los procesos de toma de decisiones a nivel de la UE resulta ser
el más urgente. De ser mejorados y perfeccionados le permitirían
primero, salir fortalecida de esta crisis y luego, enfrentar nuevos
4
“La tempestad fractura la UE”, Diario El País, España. 5/11/2011. Disponible en:
http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/05/actualidad/1320526860_045022.html
5
“Europeizar Europa”, tribuna Diario El País, España. 6/11/2011. Disponible en:
http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/06/actualidad/1320573534_860763.html
178
Academia Balmaceda
desafíos financieros (y políticos) como los que podrían producirse en la
tercera economía de la Euro-Zona: Italia, que por estos días también
está dando algunas señales de alerta6.
6
“Después de Grecia, el blanco del pánico europeo ahora es Italia”. BBC Mundo. 7/11/2011.
Disponible : http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/11/111107_italia_crisis_europa_jm.shtml
179
Academia Balmaceda
Las desigualdades arbitrarias1
Manuel Lobos Infante2
El liberalismo nos permite elaborar argumentos para afirmar que el
actual modelo económico que defienden los grupos conservadores en
Chile es injusto y está muy lejos de lo éticamente correcto.
Nunca es tarde, los hechos y movilizaciones del 2011, nos golpearon
en la cara diciendo que el modelo de libre mercado a la chilena solo
beneficia a los más poderosos. Un dato que se evidenció en las
elecciones pasadas y que en estos días curiosamente enfrenta a los
mismos poderosos de siempre, La Nueva Mayoría y la Alianza.
En Chile, hace ya varios años, las elites gobernantes han asumido
que el libre mercado es una herramienta eficaz para ordenar las
preferencias de las personas y estructurar la oferta y la demanda. Tal
creencia resulta ser un grave error porque en rigor, existen
desigualdades intolerables entre las personas, que están dadas
claramente por diferencias de procedencia en su mayoría. Esta realidad
se ve reflejada en quienes participan de las ganancias de las empresas y
del capital, y por otra parte en aquellos grupos donde la movilidad
social está ausente ya que nacen en un contexto adverso con un
horizonte de posibilidades muy reducido.
Para el liberalismo, este tipo de desigualdades son intolerables, y se
constituye un deber exigir al Estado que procure mecanismos
redistributivos, y exigentes pautas de fiscalización del mercado, como
una manera de mermar estas tremendas e injustas diferencias, y de esta
forma lograr una sociedad más justa.
1
Este artículo fue escrito en el mes de mayo del año 2014 y posteriormente publicado por el
diario electrónico El Mostrador.
2
Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda.
180
Academia Balmaceda
Pero aquí se presenta el gran problema. En Chile la gran mayoría de
quienes están en posición de toma de decisiones, son justamente las
mismas elites que concentran el poder y las mismas que se han visto
beneficiadas con el modelo, y resulta muy difícil pensar que los
incumbentes propongan mecanismos redistributivos suficientes como
para contribuir a que la sociedad chilena tienda a aminorar en una
medida satisfactoria, los efectos de las desigualdades arbitrarias.
Nuestra clase dirigente cooptada por las elites económicas
constituyen una gran barrera para el real avance hacia una sociedad más
libre y justa, con mecanismos redistributivos y una exigente
fiscalización del funcionamiento del libre mercado, esta es la principal
demanda que el liberalismo le hace a nuestro sistema político y
económico, el que evidentemente en Chile no se ha hecho cargo de
palear los efectos de aquellas desigualdades arbitrarias que no son
producto de las decisiones de las personas libres e iguales.
La existencia de grandes y profundas desigualdades arbitrarias en
nuestro país, están consolidadas en un círculo vicioso de marginación y
desventajas latentes, que mantienen a gran parte de los chilenos
fuertemente atados a los vaivenes del azar, mucho más de lo que podría
admitirse como el resultado normal de la incertidumbre propia de no
tener control sobre todo en nuestras vidas.
Para el liberalismo es deber del Estado hacerse cargo de mermar la
influencia de las desigualdades arbitrarias sobre sus ciudadanos, por lo
que debe brindar las herramientas y garantías necesarias para que las
personas puedan hacer que sus decisiones libres sean las que
determinen el curso de su vida, en mucho mayor medida que lo que
actualmente ocurre.
La principal herramienta para que el Estado ayude a que las personas
puedan ser realmente responsables por sus propias vidas, es la adecuada
181
Academia Balmaceda
provisión de educación entendida como un instrumento fundamental en
la generación de movilidad social. Los países con mejores tasas de
movilidad social son los que tienen educación pública de calidad.
Educación de calidad y preferentemente pública que integre a personas
social y culturalmente diferentes.
Educación pública como un derecho a ser educado, educación que
deje de ser pensada como un bien que se compra y se vende en el
mercado y ser entendida más bien como un derecho ciudadano.
La educación evidentemente es un tema que ha dado mucho que
hablar estos años y es sin duda la herramienta capaz de producir
transformaciones tales como mejorar un modelo económico espurio y
un sistema político que requiere urgentes transformaciones, como el
sistema electoral, la ley de partidos políticos, la reforma tributaria entre
otras.
182
Academia Balmaceda
Problemas educativos y culturales desde el liberalismo1
Jorge Schiappacasse Araya2
El liberalismo moderno postula y defiende principalmente el
pluralismo mundial de las culturas, los aspectos culturales, políticos y
económicos de una educación moderna en y para una sociedad
democrática y la necesidad de libertad y de pluralismo en los medios de
comunicación.
Frente a lo anterior, vemos cómo los países subdesarrollados están
adquiriendo actualmente una creciente conciencia de su identidad
cultural. Una de las causas esenciales de los conflictos entre Occidente
y los países islámicos en particular es la mutua incomprensión de sus
respectivas culturas.
El mundo industrializado debe admitir que para un número cada vez
más elevado de países los valores y las conquistas de la civilización
tecnificada no están por encima de toda sospecha crítica, si es que no
merecen un simple y puro rechazo. Contrariamente a otros sistemas de
valores que han tenido su origen en Europa, el liberalismo ha adoptado
desde siempre una actitud abierta y tolerante respecto de las restantes
culturas. Los liberales deben, por tanto convertirse en portavoces de
aquellos que se niegan a reducir el diálogo Norte-Sur a sus aspectos
meramente económicos y políticos.
En un mundo multipolar, en el que se cuestiona y se desafía cada vez
más la supremacía militar y económica de las superpotencias, el
pluralismo cultural es un instrumento de gran valor para promover la
mutua compresión y colaboración, por encima de las fronteras.
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de enero del año 2012.
Cientista Político de la Universidad Católica de Chile.
183
Academia Balmaceda
Para los liberales, la cultura no es un concepto abstracto. Afecta,
directa o indirectamente, a la vida cotidiana de todos los hombres,
mujeres y niños. En consecuencia, es tarea central de la política cultural
liberal hacer que los pueblos adquieran conciencia de que su existencia
está esencialmente condicionada por los valores y la herencia culturales.
La promoción de actividades culturales a cargo de la comunidad debe
servir, ante todo, para consolidar en el mayor número posible de
ciudadanos la conciencia de su realidad cultural y de las culturas de
otros pueblos y continentes.
Una educación libre, basada en métodos democráticos, es el medio
más adecuado para superar las barreras culturales y para combatir la
intolerancia cultural, política y racial. La educación es, además, el
instrumento más eficaz de la política liberal de promoción de la paz y
de eliminación de las fronteras clasistas, de las injusticias sociales y
económicas y de las actitudes retrógradas y contribuye a la
armonización entre formación técnica y humanista.
Los liberales se pronuncian a favor de la educación de ambos sexos,
en todos los niveles de edad, con los objetivos de ofrecer a todos los
individuos unas mismas oportunidades para una vida personalmente
satisfactoria y socialmente útil, transmitir a los hombres la conciencia
de la mutua dependencia de los Estados y las regiones. Como objetivo
se encuentra también el garantizar a las mujeres los mismos niveles
educativos que a los hombres, tanto durante como después de los cursos
escolares y el llevar a los padres la convicción de que una buena
educación, tanto en el hogar como en la escuela, es la base de la
condición de todo buen ciudadano.
La libertad y el pluralismo de los medios de comunicación son
elementos básicos de una sociedad liberal. No puede haber libertad
política, cuando estos medios se hallan sujetos a monopolio o
semimonopolio, sea público o privado. Los liberales contemplan con
184
Academia Balmaceda
creciente preocupación los poderosos ataques contra la libertad de
prensa, tanto dentro como fuera de las sociedades liberales.
Como problemas que afectan a la mística liberal vemos la creciente
concentración de la propiedad de la prensa en unas pocas manos, en las
democracias industrializadas; la nueva tecnología como instrumento de
manipulación de la opinión pública y debilitamiento de las culturas
autóctonas; los ataques de los gobiernos, de los grupos de interés y de
las organizaciones internacionales contra una prensa pluralista
independiente del control y de la censura gubernamentales.
Nosotros liberales, admitimos que para solucionar estos problemas
se requiere, en algunos casos concretos, la ayuda estatal, siempre bajo
control público, que garantice la continuidad del pluralismo de los
medios de comunicación. Pero insisten en que tanto los subsidios
concedidos como la supervisión deben estar, a su vez, sujetos a rígidos
controles, para que no acaben agravando el problema que pretenden
remediar.
185
Academia Balmaceda
Matrimonio homosexual:1
El verdadero rol del Estado laico en el Chile de hoy
Isabel Vergara Muñoz2
Desde hace 86 años el estado Chileno, gracias a los liberales de la
época, logró su emancipación de la iglesia católica, generándose así una
mayor autonomía en la toma de decisiones y un desarrollo igualitario en
áreas sociales tales como la educación.
Hoy nos vemos nuevamente sumergidos en un conflicto en donde el
Estado no define qué camino tomar ya que su vínculo con la iglesia
católica persiste, dándose además que ciertos sectores con alto grado de
poder en la toma de decisiones políticas y económicas están ligadas a
grupos ultra conservadores del catolicismo, tales como el Opus Dei.
La discusión finalmente se ha establecido en torno a la normalidad
del ser o no homosexual, siendo los opositores quienes argumentan que
el concepto de matrimonio al ser valórico y cristiano debe estar en
contra de conductas no propias de quienes profesan dicha Fe y además
estableciendo como criterio que el ser homosexual no es una conducta
normal que permita desarrollar la sociedad en torno a la familia.
En esta columna propongo separar los términos “normalidad” y
“naturalidad”, los cuales han sido utilizados como sinónimos dentro del
debate del matrimonio homosexual. De esta manera establezco que el
concepto normalidad se crea a partir de patrones socio-culturales los
cuales pueden transformarse conforme a como la sociedad vaya
evolucionando. Con esto el término matrimonio no es más que una
construcción civil que puede ser cambiada de acuerdo a lo que la
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011.
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales.
186
Academia Balmaceda
sociedad establezca en su conjunto, siendo aún más importante lo civil a
lo valórico conforme a los temas que le compete al Estado.
La RAE establece como naturalidad a la “Conformidad de las cosas
con las leyes ordinarias y comunes” y a lo natural como “Perteneciente
o relativo a la naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las
cosas”. Este argumento sería válido si establecemos que las conductas
del ser humano han seguido ligadas al comportamiento del reino
animal, descartando a priori temas como la religión, el matrimonio, la
economía, entre otros.
El matrimonio, como argumento valórico, no es un ámbito de la
naturaleza humana sino una construcción de la sociedad que fue
instituida por la cristiandad en época medieval. Por lo tanto no es
natural que un hombre con una mujer se casen sino por el contrario es
normal que dos personas de distinto sexo se casen.
En torno a lo anterior es posible evaluar dos temas, el primero que el
matrimonio al ser una construcción social no está vinculado a los
parámetros que la naturaleza establece, en donde son las especies de
diferentes sexos quienes procrean sino a lo que la sociedad en su
conjunto establecería como criterio valido para contraer dicho vinculo,
es decir, lo que el pueblo tome como normal y valórico en su conjunto.
Y en segundo lugar que al ser temas que deben ser controlados por el
Estado, sería injusto que el concepto de matrimonio sólo se vinculara al
de una religión determinada, que en este caso sería el cristianismo,
siendo que el Estado chileno ya se separó de esta institución religiosa y
debería por lo tanto representar los intereses de una sociedad pluralista e
igualitaria.
El matrimonio homosexual por lo tanto debe ser garantizado por el
Estado laico de nuestro país ya que este no tiene que velar por los
intereses de una religión determinada, sino estructurarse en base a
187
Academia Balmaceda
criterios de igualdad ante la ley y pluralidad como fomento a una
sociedad democrática.
La sociedad por lo tanto tiene como objetivo legitimar el rol del
Estado, y en este sentido el Estado debe cumplir con los intereses de la
sociedad en su conjunto, independiente de la fe que se profese. Lo
mismo debe ocurrir cuando la sociedad al crear un constructo común
debe respetar valores ajenos, sin imponer ideas y llegar a un consenso.
Pese a que el matrimonio es entendido como un constructo cristiano, es
necesario establecer que la sociedad debe ser entendida en términos de
pluralidad y por lo tanto ser más tolerante, ya que pese a que la
homosexualidad ha existido siempre, la gente ya no teme exponer su
condición sexual.
188
Academia Balmaceda
Municipalidades en Chile y descentralización
1
Más mito que verdad
Jorge Schiappacasse Araya2
El proceso de descentralización puede ser justificado desde los
sectores de izquierda hasta los liberales. Por el lado de la izquierda
abogan por que la descentralización logre empoderar al pueblo y bajar
las decisiones hasta asambleas populares. Por la otra mano, los liberales
abogan por ella porque la descentralización permite bajar la captación
de necesidades hasta el individuo y a la vez porque se logra dividir aún
más el poder político.
Destacados politólogos chilenos se han referido al proceso chileno
como una descentralización fallida. Esto porque en términos reales,
todo el proceso de creación de políticas públicas está en manos del
poder central y los entes subnacionales solo se limitan a la
implementación de estos, lo que en términos académicos nos lleva a
hablar de una desconcentración y delegación. Nunca descentralización.
En chile la Descentralización real NO EXISTE.
Sin embargo el problema es que esta misma desconcentración y
delegación del poder no se ha hecho de manera efectiva. Por ejemplo la
implementación de las políticas educacionales ha sido un fiasco por
parte de las municipalidades, pero esto no se debe a que la
municipalización en sí misma no sirva, la razón de este fracaso es
pedirle a un ente manco que realice tareas para la cual se necesitan dos
manos.
Los municipios en Chile no tienen la capacidad institucional ni el
capital humano para poder llevar a cabo la implementación. Sus
herramientas son limitadas, porque no tienen el dinero suficiente para
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011.
Cientista Político de la Universidad Católica de Chile.
189
Academia Balmaceda
lograr una buena gestión. Esto se refleja en que las municipalidades más
ricas, si pueden entregar una educación de calidad.
Esto no se limita sólo a la educación, es también una realidad en la
salud, servicios del día a día, entrega de becas y beneficios, etc.
¿Qué ha hecho el Estado? Ha empezado a baypassear a los
municipios y realizar la entrega a través de las SEREMIS o gobiernos
regionales, que tampoco son elementos descentralizados, sino más bien,
desconcentrados.
Esta es la descentralización a la Chilean way. En vez de arreglar el
problema, buscamos un resultado sub óptimo, para que parezca que
todo funciona. ¿Qué se debe hacer? Debemos buscar la modernización
de las municipalidades y aquí el estado debe ser, no el que guie sino el
que ayude. El que pregunte, el que examine cuales son las necesidades
y otorgue los recursos para hacerlo. No el que diga cuales son las
necesidades y les diga al gobierno municipal que busque la manera de
evolucionar so pena de que se limite los recursos. ¿Cómo van a cortarle
recursos si ese es el problema de porque no se han modernizados antes?
Las municipalidades, no tienen capital y se limitan a buscar personal
que tenga la pasión por servicio público, que tras ver lo poco que
pueden hacer desde municipalidades, se van a empresas o fundaciones.
Justamente los municipios que pueden pagar por sobre la media del
mercado, son aquellos que tiene mejores resultados en sus
rendimientos.
Las municipalidades están en peligro, están débiles cuando una
sociedad civil tan fuere como está hoy en día los necesita más que
nunca para poder canalizar las necesidades de las sociedad.
El Estado no debe equivocarse y en vez de quitarle labores a las
Municipalidades, debe realizar una verdadera inyección de dinero a las
190
Academia Balmaceda
arcas comunales, para mejorar la capacidad institucional que va de la
mano con la formación de capital humano. Las municipalidades
necesitan que por al menos una vez, no los dejen solos.
191
Academia Balmaceda
Primavera árabe: la necesidad de avanzar1
Marcelo Estrella Riquelme2
Dentro de los principales hechos que han remecido al panorama
internacional, sin duda, el más importante del último tiempo es la ola de
protestas que han afectado al mundo Árabe, fenómeno conocido como
la Primavera Árabe. Este fenómeno, en el que manifestantes de diversos
sectores se han unido, para provocar un cambio político, se ha
extendido por el mundo árabe, provocando la caída de tres regímenes
hasta la fecha: Libia, Túnez y Egipto. Tras la caída de Gaddafi en Libia
a fines de octubre, la atención se ha centrado en el conflicto en Siria.
Este país vive desde marzo una serie de protestas, que debido a la
represión, han derivado en un conflicto interno que podría terminar en
una guerra civil. La trascendencia de esta crisis se explica, por un lado,
por la importancia geoestratégica de la zona, y por otro lado, es
interesante indagar en cómo un régimen fuertemente autoritario, en un
contexto de conflictividad religiosa y étnica, se enfrenta a una fuerte
presión por reformas democráticas y de cambio de régimen.
La democracia se ha asumido como un valor político universal, y
como tal se ha tratado de difundir a través del mundo, especialmente
por parte de las potencias occidentales, que como discurso normativo
abrazan los valores de la democracia y la autoexpresión de los
individuos, como valores intransables que traerán paz y estabilidad al
planeta. Pero a pesar de esto, existen varias zonas en el mundo, que aún
no se han hecho parte de estos valores, lo cual se puede explicar por una
interacción de varios factores, siendo los principales, diferencias
culturales como la religión y diversas formas de concebir la autoridad
que datan de tradiciones muy antiguas. Pero otra causa muy importante,
es que a pesar del discurso normativo que occidente trata de defender,
1
2
Este artículo fue escrito en el mes de diciembre del año 2011.
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile.
192
Academia Balmaceda
grandes potencias, especialmente Estados Unidos y la comunidad
internacional en general, no han actuado en la práctica para defender
estos valores, defendiendo muchas veces a regímenes no democráticos
porque éstos se ofrecen como aliados útiles a sus propios intereses de
seguridad internacional e influencia geoestratégica en diversas regiones
del mundo. Esta misma situación de doble discurso o ambigüedad si se
quiere, por parte de los principales actores internacionales
especialmente Estados Unidos y sus aliados europeos, ha hecho que
muchas veces, varios regímenes se radicalicen y procuren una total
oposición a todo lo que se relacione de algún modo con la “forma de
vida occidental”.
A pesar de lo descrito anteriormente, es posible evidenciar que los
valores modernos de la autoexpresión, el laicismo y la democracia entre
otros, los cuales son generalmente promovidos y defendidos por
occidente en general, han llegado a sociedades tradicionalistas con
fuerte influencia religiosa, muchas de las cuales han llevado a cabo
revoluciones y levantamientos, tanto pacíficos como armados, contra
regímenes que son contrarios a dichos valores. Este es el caso de Siria,
donde la sociedad motivada por ideas democráticas, levanta la voz y
demanda a la autoridad una transformación que responda a lo que ellos
creen que son las verdaderas necesidades políticas del país. Esta
situación, evidencia un cambio de mentalidad lo suficientemente grande
como para buscar por medios pacíficos la deposición de un régimen que
lleva en el poder más de cuarenta años, el cual desde su ascenso
mediante un golpe militar ha vivido escazas transformaciones.
Este es un momento clave para el mundo árabe y para Siria en
particular, ya que la primavera árabe ofrece un nuevo horizonte donde
se vislumbra un cambio que podría ser profundo en la vida política de
varios países. Sin embargo el panorama no es simple de evaluar, ya que
en Siria, el régimen se está comportando cada vez de manera más
represiva, con un uso de la fuerza desmedido, lo que está provocando
193
Academia Balmaceda
que lo que en un comienzo eran protestas y manifestaciones pacíficas,
se vaya transformando en un conflicto interno con una cantidad de
muertes lamentable. Todo esto incluso a pesar de la condena que la
comunidad internacional, incluso la misma Liga Árabe ha expresado
ante el uso de la violencia por parte de la autoridad siria.
Esta crisis que se vive en varios países árabes y en Siria en
particular, le presenta a la comunidad internacional un reto difícil y
necesario de atender, ya que los niveles de violencia y la gran cantidad
de víctimas que se cuentan actualmente, son factores que debiesen
mover al resto del mundo, a través de los mecanismos diseñados para
esto, hacia una intervención más enérgica y decidida de lo que hemos
visto hasta ahora. Recordemos que ya van casi diez meses desde el
inicio de las manifestaciones, y que otros países que pasaron por
situaciones parecidas ya han llegado a algún grado de resolución de sus
conflictos, por lo que es claro que el mundo no puede quedarse de
brazos cruzados, sino que debe atender el llamado de un país que busca
una transformación política, pero que la violencia no ha dejado espacio
al sano debate político, y que por el contrario, ha separado nefastamente
a un pueblo que debe encontrar un camino propio para seguir adelante
luego de manifestar expresamente su deseo de replantear la estructura
de su autoridad. Este es el momento de no quedarse sólo en los
discursos y mostrar una real preocupación por la defensa de la
democracia y la libre expresión y determinación de los pueblos.
Sería catastrófico que esta situación de conflictividad y violencia se
extendiera mucho más, puesto que de ser así, es muy posible que se
transforme en una guerra civil muy difícil de resolver, ya que una vez
que un país cae en situación de guerra interna, la división social que
esto acarrea, sumado a la destrucción material y humana, provocarían
que una real salida al conflicto requiriera de un esfuerzo tremendo que
sumergiría a Siria en una situación de inestabilidad y estancamiento. Es
urgente detener la escalada actual de violencia, especialmente por parte
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Academia Balmaceda
de la autoridad, para de ésta forma buscar soluciones menos costosas,
tanto materiales como humanas.
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Academia Balmaceda
Reconstrucción y los momentos políticos1
Marcelo Estrella Riquelme.2
Luego del terremoto del 27 de febrero de 2010 que sacudió a gran
parte del país, y que logró posicionarse como uno de los cinco más
grandes de la historia, fue evidente la necesidad de que el Estado
asumiera una responsabilidad gigantesca con la reconstrucción, tanto de
infraestructura pública, como de los cientos de viviendas que quedaron
en el suelo y dejaron familias enteras sin un techo.
Como era obvio esperar, la sociedad y el Estado chileno, mostraron
una gran disposición a trabajar lo más rápido posible para lograr la
llamada reconstrucción, los sectores políticos se mostraron unidos tras
el desastre, evidenciando gran disposición para aprobar presupuestos y
lo que fuese necesario para completar esta tarea, que dicho sea de paso,
le dio la bienvenida al gobierno a una coalición política que luego de
veinte años de ser oposición, lograba llegar al poder.
En un comienzo las cosas parecieron marchar bien y se trató de
mostrar la mayor eficiencia posible por parte de un gobierno tildado de
tecnocrático. Como era lógico, la atención pública no se despegó del
tema terremoto y reconstrucción por un buen tiempo, debido a las
dimensiones e impacto que el sismo había dejado, pero a medida que ha
pasado el tiempo, el foco de atención se ha ido desplazando hacia otros
asuntos que han saltado a la palestra con gran fuerza, motivados por una
sociedad que ha mostrado grandes ansias de salir de su letargo y
encierro, para manifestar su malestar y opinión sobre temas que
considera trascendentales, como lo ha sido la educación y varios
asuntos medioambientales.
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Este artículo fue escrito en el mes de noviembre del año 2011.
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile.
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Academia Balmaceda
La oposición, más que nada ha tratado de seguirle el ritmo a las
demandas sociales, intentando de alguna forma recoger las temáticas en
boga y hacerlas suyas, para de esta forma mejorar su imagen, que al
igual que la del gobierno, están muy por debajo de lo que les gustaría,
lo que se suma a una desaprobación ciudadana abrumadora sobre ambos
sectores, siendo inédita en Chile desde el retorno a la democracia.
Esta situación ha hecho que la política se vuelva un mero asunto de
contingencias, por lo que la reconstrucción nacional ha pasado a un
tercer plano muy olvidado. No es que ya no se siga trabajando al
respecto, pero la presión sobre el gobierno ha disminuido
considerablemente, tanto por parte de la oposición como por parte de la
sociedad, ya que ambos han estado muy ocupados tratando de seguirle
la corriente a los momentos políticos, más que a las necesidades de
mediano y largo plazo, salvo la excepción del tema de la educación que
es el único que ha logrado durar mucho tiempo en la palestra y que no
concierne a un asunto cortoplacista, como lo han sido casi todas las
demandas por temas medioambientales puntuales, donde el mejor
ejemplo es Punta de Choros. Pero es claro que la sociedad no se puede
hacer cargo de ejercer presión sobre todos los asuntos y ha priorizado el
tema educacional.
Esto ha favorecido el lento avance en que ha caído la reconstrucción
nacional, luego del boom que representó en un principio, por lo que aún
existen muchas cosas por resolver, muchas viviendas que entregar e
infraestructura que reponer. Lamentablemente este asunto deja en claro
una situación generalizada en la política nacional, la cual cada vez más
se ha vuelto un asunto de cómo obtener ventaja política para las
próximas elecciones, en vez de ocuparse de los asuntos y políticas que
el país requiere. Hay muchos cambios profundos que la misma sociedad
está demandando y que nuestra clase política en general no ha sabido
recoger, sólo como ejemplos se puede mencionar la necesidad urgente
de una política energética de largo plazo, que satisfaga tanto las
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Academia Balmaceda
demandas medioambientales como las necesidades de un país que crece
y que pretende alcanzar el desarrollo.
Nuestra política nacional, desde hace un tiempo que se ha ido
convirtiendo en una política de momentos, donde los diversos sectores
políticos, han procurado sacar el mayor provecho político posible de
cada uno de ellos, y se han dejado de lado todos aquellos temas de
mediano y largo plazo, los cuales demandan políticas de Estado mucho
más grandes, las cuales requerirían un apoyo transversal de todos los
sectores. En cambio, cada vez más, los partidos y los políticos en
general, se han transformado en actores preocupados de la próxima
elección, lo cual es causante clara del descontento social que se ha
manifestado con una fuerza innegable, que demanda cambios y que no
se siente representado. Pero nuestra clase política en lugar de recoger
estas demandas, hacer una autocrítica y responder a las necesidades del
país, ha logrado una aun mayor desaprobación y rechazo, siendo más
que nunca, una clase política reaccionaria y mediocre, incapaz de estar a
la altura de las circunstancias.
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Sensacionalismo mediático y responsabilidades políticas1
Manuel Lobos Infante2
Todos quienes estudiamos el tema sabemos la importancia e
influencia que tienen los medios de comunicación a la hora de formar
opinión pública.
Los medios, particularmente la televisión, con su agenda del día,
guían nuestros intereses hacia determinados temas a los que dan
considerable importancia aunque para nosotros carezcan de ella.
El sensacionalismo en la mayoría de los casos es una herramienta
archi explotada por los medios, también la sobreexposición mediática
en situaciones críticas ya sean tragedias o hechos de impacto social son
un espacio muy valorado y en el último tiempo un instrumento útil para
hacer carrera en política.
En nuestro país en los últimos años no hemos estado ajenos a toda
esta parafernalia mediática, la que ha demostrado con hechos que si
sabes manejarla lograrás buenos dividendos.
La clase política chilena adhiere al uso constante de esta parafernalia
mediática. Si escarbamos en la historia de los candidatos a la
presidencia y que finalmente alcanzaron el sillón presidencial no cabe
duda.
Algo de historia mediática
“El dedo de Lagos” 25 de abril del año 1988, en el programa “De
cara al País” Lagos desafía a Pinochet apuntándolo con el dedo. Dedo
sentenciador que terminó catapultándolo como el presidenciable que
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Este artículo fue escrito en el mes de octubre del año 2011.
Director Ejecutivo de la Fundación Balmaceda.
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Academia Balmaceda
finalmente el año 2000, lo lleva a ocupar el cargo de presidente de la
República.
El “fenómeno Bachelet” el año 2002, la imagen de la ex presidenta
arriba de un tanque Mowag del Ejercito inspeccionando las labores de
rescate en una inundación en Santiago, como primera mujer a cargo de
un Ministerio de Defensa. Ese hecho principió el ascenso que la llevó a
la Moneda el año 2006.
Algo distinto sucede en el oficialismo, desde el octavo mes de
gobierno vienen surgiendo candidatos, pero sólo algunos han pasado la
prueba de las encuestas que le dan un respaldo reconocible.
Hace pocos días la encuesta Adimark nos confirmó el alza del
ministro de Defensa alcanzando un 78% como ministro mejor evaluado
lo que lo catapulta y prácticamente instala como presidenciable para el
2013, algo parecido ocurre con el ministro de Minería que hace rato
tiene una alta aprobación 75 %, lo mejor del gabinete de Piñera, y que
los muestran como aspirantes presidenciales.
Si revisamos el último año en la historia de la parafernalia mediática
no daremos cuenta que los hechos que catapultaron a los presidenciable
oficialistas son nada menos que situaciones catastróficas, hechos
tristemente célebres cargados de sensacionalismo y sobreexposición,
hechos que en rigor en nada debieran orgullecer a sus protagonistas ni
al gobierno. Estamos hablando nada menos que el desastre minero
conocido como el “rescate de los 33” y la “tragedia de Juan Fernández”.
La popularidad de los dos titulares de las carteras involucradas en
cada una de esos hechos, se dispara a partir de desgracias en donde el
sensacionalismo de los medios es fundamental.
El accidente de la mina San José, fue una tragedia, que
afortunadamente terminó con el rescate sanos y salvo de los mineros
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Academia Balmaceda
atrapados bajo 700 metros de roca durante 70 días. Una mina que ya
registraba accidentes, que se había clausurado y posteriormente se
reabrió registrando otros accidentes de gravedad.
En rigor, lo que aquí debiera importar es que si hubiese un buen
funcionamiento de los agencias del estado, una fiscalización debida por
parte del Ministerio de Minería, nada de eso habría pasado y el estado
no habría incurrido en un gasto enorme para el rescate. Sin ir más lejos,
de acuerdo a denuncias conocidas, aún siguen funcionando
instalaciones mineras sin fiscalización y exponiendo la vida de aquellos
que se ganan la vida como mineros.
El caso de “los 33” fue un problema grave, pero nadie asumió
responsabilidades políticas y por el contrario, ese lamentable hecho,
negligencia de por medio, encumbró al titular de esa cartera como
posible presidente de la república.
Algo muy similar ocurre con la cartera de Defensa. La desgracia de
“Juan Fernández” que significó la muerte de 21 personas que viajaban
en un avión bajo instrucción de la Fuerza Aérea de Chile, institución
que depende del Ministerio de Defensa, y que más tarde nos sorprende
al enterarnos, que en los futuros vuelos exigirían a los pasajeros firmar
un documento que “exculpa a la institución” en caso de siniestro.
Esa lamentable situación tomó un cariz más polémico aún tras el
fatal accidente de un funcionario que fue golpeado por la hélice de un
avión en la misma zona y bajo las narices del Ministro de Defensa.
El sensacionalismo que rodeo el fatal hecho de Juan Fernández, 21
personas muertas, hizo que todo el mundo pasara por alto las
responsabilidades políticas de tan graves accidentes, sin embargo, el
titular de esa cartera, lejos está de asumir responsabilidades y por el
contrario, el resultado de esa tragedia le genero dividendos políticos que
hoy lo ubican como presidenciable.
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Academia Balmaceda
Algo indica que las cosas están tomando un camino equivocado en
nuestra sociedad, con esta lógica sensacionalista de los medios, de las
encuestas y la opinión pública, lo más probable es que mañana un
ministro conservador termine legitimando una “ley Anti tomas” que
sataniza una de las pocas opciones que tiene el ciudadano para influir a
la autoridad.
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Tecnocracia y la racionalidad de las marchas1
Nicolás Díaz Amigo2
Parecería ser que dentro del debate nacional se encuentra
ampliamente generalizado el que las manifestaciones estudiantiles han
cumplido un rol importante. Da la impresión que todos, apoyen o
rechacen los paros y manifestaciones, al menos reconocen el mérito de
haber puesto el tema en el tapete, si bien algunos piensen que los
estudiantes no tienen por qué imponer sus soluciones cuando no les
corresponde. Quisiera reflexionar brevemente acerca del rol que
cumplen - o debiesen cumplir - las manifestaciones ciudadanas en
conjunto con la tecnocracia en el proceso político.
La racionalidad de los tecnócratas, aquellos grupos de expertos que
son llamados a otorgar las soluciones concretas, a los problemas son
una contraposición directa a la irracionalidad de las marchas, que
constituyen grupos dispuestos a hacer una demanda política pero sin
necesariamente conocimiento o expertise para generar las políticas
públicas.
Por supuesto, la discusión en torno a la dicotomía tecnocracia y
política ya ha sido hasta cierto punto superada con el primer cambio de
gabinete de Piñera donde la tesis de la gestión eficiente no política se
dio por fracasada. A pesar de eso, hay personas que aún ven con cierto
escepticismo las manifestaciones ciudadanas y se cuestionan hasta qué
punto personas sin conocimiento técnico de la materia puede hablar al
respecto en vez de dejar que los expertos con sus comisiones e informes
hagan su trabajo.
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Este artículo fue escrito en el mes de diciembre del año 2011.
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile.
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Mi posición es que las manifestaciones sociales pueden ser una sana
demostración de participación de la ciudadanía (aunque también
comprendo que una sociedad que tiene que estar en prolongadas
manifestaciones es una donde las instituciones no están funcionando) ya
que una sociedad que se manifiesta es reflejo de que está involucrada en
algún grado en los asuntos públicos del país y eso es una condición
necesaria para el buen funcionamiento democrático. Sin embargo, hay
una razón más de fondo para argumentar a favor de la importancia de
las marchas en una sociedad democrática y tiene que ver con que los
expertos y tecnócratas nunca otorgan soluciones políticas de los
distintos problemas, sino cuales son los caminos indicados para llegar a
determinadas soluciones. No otorgan respuestas políticas ya que no es
su tarea hacerlo, pues en nuestra democracia liberal, no hay
imposiciones sobre qué es lo deseado y lo que no. Concretamente esto
significa que un economista puede decirnos cuál es la mejor manera de
llegar hacia un mercado totalmente eficiente, pero cuando se
contraponen dos valores distintos, la igualdad y la eficiencia, el
economista no puede decidir por la ciudadanía.
Por varias décadas se empezó a instalar en Chile el discurso de que
no había diferencias reales en lo que las personas quieren políticamente,
y que por tanto solo es necesario una gestión adecuada, que nos permita
alcanzar el mayor desempeño en el ámbito económico. Me parece que
una de las grandes consecuencias que han tenido las manifestaciones de
este año es que los ciudadanos han demostrado que las diferencias en la
política existen (ya sea en lo medioambiental o lo económico), y que
comenzar estos debates es importante.
Cuando se señala que el movimiento estudiantil persigue fines
políticos y no le interesa realmente mejorar la educación, lo que está
detrás esa afirmación es que existe algo así como un estándar objetivo
que nos dice qué es lo que constituye una mejor educación. Si bien es
importante tratar de crear índices estandarizados para tener alguna
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Academia Balmaceda
forma de medir que es lo que pasa en el agregado, éstos siempre serán
imperfectas fotos de la realidad. Pero incluso si pudiésemos tener una
medición perfecta de cómo nos va en lenguaje, matemáticas o
cualquiera de las distintas asignaturas, eso aún no nos diría que es lo
que constituye una buena educación.
Para algunos una buena educación será aquella que nos da las
herramientas básicas para desempeñarnos en nuestra vida laboral, para
otros es muy importante la formación cívica de personas que se
desempeñan en sociedad y la superación de barreras económicas, y
también hay quienes señalan que lo más importante es la creación de
personas íntegras y donde la persecución de fines musicales o artísticos
va más allá del beneficio económico o de eficiencia que pueda traer el
ingreso a un sistema educativo. Todas estas visiones son válidas y
representan una diferencia política, y aunque éstas no son
necesariamente contradictorias entre sí, sostener una por sobre otra
puede generar diferencias en la práctica a la hora de la formación de las
políticas públicas.
Sin dejar de lado la tecnocracia y el correcto funcionamiento técnico,
debemos recordar que estas diferencias pueden existir y no hay que
pretender que hay soluciones objetivas a conflictos subjetivos. Las
manifestaciones ciudadanas justamente dan cuenta de diferencias
políticas que escapan lo técnico, y hablan sobre el tipo de país que
queremos. La idea de la democracia es que estas distintas ideas políticas
puedan competir y las distintas instituciones de la república deliberen
en torno a lo que las mayorías decidan en una competencia libre. Si
ahora está en boga el problema de la educación y particularmente qué es
lo que significa una buena educación, una democracia real debiese dar a
los ciudadanos opciones claras sobre las distintas alternativas, un debate
de ideas adecuado y la capacidad de resolver democráticamente lo que
queremos como sociedad. Las manifestaciones en conjunto con otras
formas de expresión cívica no constituyen la solución total, pero si son
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parte vital del proceso por el cual damos cuenta de las diferencias y
comenzamos a debatir en el plano de la política.
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