UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES CUAUTITLÁN NEOSPOROSIS EN HATOS LECHEROS DE MÉXICO: LESIONES Y DETECCIÓN POR INMUNOHISTOQUÍMICA DE Neospora caninum EN FETOS. ACTIVIDAD DE INVESTIGACIÓN ARTÍCULO QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: MÉDICO VETERINARIO ZOOTECNISTA P R E S E N T A: MARIO BERNARDINO SANTA CRUZ AGUILAR ASESORA: DRA. ELIZABETH MORALES SALINAS CUAUTITLÁN IZCALLI, EDO. DE MEX. 2008 Í N D I C E PÁG RESUMEN 2 INTRODUCCIÓN 3 MATERIAL y MÉTODOS 5 RESULTADOS 7 DISCUSIÓN 14 AGRADECIMIENTOS 17 REFERENCIAS 18 RESUMEN De 211 fetos bovinos abortados que se obtuvieron de hatos lecheros de México entre enero de 1996 y marzo de 1999, 73 mostraron lesiones microscópicas compatibles con Neosporosis. De estos 73 fetos, 58 (79%) mostraron miocarditis linfocítica, 39 (53%) mostraron microgliosis y necrosis en cerebro, 39 (53%) mostraron hepatitis linfocítica y 19 (26%) mostraron miositis linfocítica. El examen por inmunohistoquímica de cerebro, miocardio e hígado se realizó en 53 de estos 73 fetos, y se evidenciaron antígenos de Neospora caninum en 41 (77%), de los cuales 19 (46%) dieron resultados positivos en uno de los tres órganos, 15 (37%) en dos y 7 (17%) en los tres sitios u órganos. Los resultados indicaron la presencia de Neosporosis en las principales regiones lecheras de México. INTRODUCCIÓN Neospora caninum es un protozoario, reconocido por primera vez en Estados Unidos de América, ocasiona enfermedad en los perros (Dubey et al., 1988a; Dubey, 1992), ganado lechero (Anderson et al., 1991a, b; Barr et al., 1991a; Nietfeld et al., 1992), ganado bovino productor de carne, ovinos, equinos, cabras y venados (Dubey y Lindsay, 1996). En primates, excepto humanos, y en otras especies la infección experimental con Neospora caninum induce la enfermedad clínica (Dubey y Lindsay, 1996). Neospora caninum fue primeramente aislada de perros (Dubey et al., 1988a, b), y más tarde de fetos bovinos abortados (Conrad et al., 1993). La Neosporosis en el ganado está caracterizada por aborto, parálisis neonatal o el nacimiento de becerros portadores asintomáticos (Anderson et al., 1991a, b; Paré et al., 1996). El ganado puede infectarse transplacentariamente o como resultado de la ingestión de ooquistes, eliminados por heces de perros, los cuales representan al huésped definitivo (Barr et al., 1993; Paré et al.,1996; Anderson et al., 1997; McAllister et al., 1998). En California, Nueva Zelanda y Holanda, la Neosporosis es la causa más frecuentemente diagnosticada de aborto bovino (Anderson et al., 1991b; Thornton et al., 1991; Dubey y Lindsay, 1996). Dentro del continente americano, además de los Estados Unidos, la Neosporosis bovina ha sido identificada sólo en Canadá (McIntosh y Haines, 1994), México (Abbitt et al., 1993; Delgado et al., 1995; Morales et al., 1997) y Argentina (Venturini et al., 1995). Las técnicas diagnósticas usadas consisten de 1° histopatología e inmunohistoquímica provenientes de tejidos de fetos o animales recién nacidos, y 2° ELISA o inmunofluorescencia que demuestren anticuerpos específicos en suero, fluidos fetales o suero de la madre (Dubey y Lindsay, 1996). Las lesiones microscópicas más significativas son la encefalomielitis linfocítica con microgliosis multifocal, necrosis en cerebro y médula espinal. Además puede encontrarse miocarditis linfocítica y miositis, también como hepatitis periportal linfocítica con o sin focos de necrosis hepatocelular. Ocasionalmente hay inflamación y necrosis en otros órganos. Los quistes frecuentemente son confinados al sistema nervioso central (SNC) como grupos de taquizoitos en tejido muscular, hígado y SNC (Dubey et al., 1989, 1990a,b; Barr et al., 1990, 1991b, 1993). La histopatología e inmunohistoquímica son los métodos de diagnóstico más confiables y han sido usados para diagnosticar casos individuales, pero son pocos los estudios epidemiológicos basados en estas técnicas (Lindsay y Dubey, 1989; Anderson et al., 1990; Barr et al., 1990, 1991b; Wouda et al., 1997) y en México existe poca información acerca de esta enfermedad. El primer reporte fue de 6 fetos de un hato de 800 vacas en el noreste de México (Abbitt et al., 1993), subsecuentemente fetos con lesiones sugestivas de Neosporosis fueron reportadas por los laboratorios de diagnóstico en Torreón, Coahuila (Delgado et al., 1995), y en la Ciudad de México (Morales et al., 1997). En vista de lo escaso de los datos sobre Neosporosis bovina en México, este reporte presenta información epidemiológica sobre la enfermedad basada en estudios histopatológicos e inmunohistoquímicos en tejidos provenientes de fetos abortados. MATERIAL y MÉTODOS Animales Fetos abortados (n = 211) de los principales estados lecheros del país: Hidalgo, Coahuila, Querétaro, Guanajuato, Durango, Aguascalientes, Jalisco, Estado de México, Tamaulipas, Tlaxcala y Chihuahua, fueron remitidos a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, para su diagnóstico durante los meses de enero de 1996 a marzo de 1999. Histopatología Muestras de cerebro, miocardio, músculo diafragmático, hígado, pulmón, riñón y bazo fueron fijadas en formalina neutra amortiguada al 10 %, y procesadas por los métodos de rutina. Secciones de 5 µm fueron cortados y teñidos con hematoxilina y eosina (HE), y secciones seleccionadas de cerebro fueron también teñidas por el método de Tinción periódica ácida de Schiff (PAS). Inmunohistoquímica De 73 fetos con lesiones sugestivas de Neosporosis, 53 (73 %) fueron sometidas a examen inmunohistoquímico de cerebro, miocardio e hígado (ejemplos de órganos más severamente afectados) para identificar el parásito. Una serie de secciones (3 µm) fueron montados en portaobjetos cubiertos con poli-L-lisina, calentados a 56ºC, desparafinados en xilol y rehidratados a través de etanol. La proteasa, a una concentración al 10% (Sigma Chemical Company, St. Louis Missouri, USA), fue aplicada por 10 minutos a 37ºC seguido de un lavado por 5 min. con agua desionizada. La peroxidasa endógena se inactivó con peróxido de hidrógeno al 3 %, las laminillas fueron bloqueadas por la aplicación de suero normal de conejo (Dako Corporation, Carpintería, California, USA) por 10 min. Las secciones fueron entonces tratadas por 30 min. a 37ºC con anticuerpos primarios de cabra anti-Neospora caninum (Veterinary Medical Research and Development, Pullman, Washington, USA) diluido 1/3000. Un anticuerpo secundario biotinilado (Dako) diluido 1/600 fue aplicado por 20 min. a 37ºC seguido por un complejo avidina-biotina peroxidasa (ABC) (Dako) por 20 min. a 37ºC. Para desarrollar la reacción inmunológica las laminillas fueron tratadas durante 5 min. con una solución de diaminobencidina (DAB) (Zymed Laboratories, South San Francisco, California, USA). Las secciones fueron contrastadas con hematoxilina. Se consideraron positivas cuando se observaron estructuras consistentes con la morfología del parásito inmunomarcado por este método. Como control negativo, los anticuerpos anti-Neospora fueron remplazados por suero normal de cabra (Dako), y los controles positivos en secciones de cerebro canino conteniendo cúmulos de taquizoitos de Neospora caninum (proporcionado por la Dra. Deborah Haines, University of Saskatchewan, Saskatoon, Canadá). RESULTADOS Histopatología De los 211 fetos examinados, sólo en 104 (49 %) se detectaron lesiones. De estos, 73 tuvieron lesiones compatibles con Neosporosis, el resto mostró cambios sugestivos de infecciones virales o bacterianas. Los 73 casos sospechosos de Neosporosis provinieron de los estados de Hidalgo (38 casos), Coahuila (29), Aguascalientes (2), Querétaro (1), Guanajuato (1), Edo. de México (1) y Tlaxcala (1). Las lesiones por Neosporosis fueron clasificadas como ligeras, severas o moderadas. En los casos ligeros los focos compuestos por pocas células inflamatorias estuvieron presentes en miocardio o hígado, y unos cuantos focos de microgliosis, con o sin necrosis, fueron vistos en cerebro. En casos severos hubo abundancia de células inflamatorias en el miocardio o hígado, focos de microgliosis con o sin necrosis. Los casos moderados caen entre estas dos clasificaciones. Las lesiones más significativas y consistentes de Neosporosis fueron aquellas presentes en miocardio, cerebro, hígado y músculo diafragmático. El tipo y severidad de las lesiones están resumidas en el cuadro 1. Cincuenta y ocho (79 %) de los 73 fetos mostraron miocarditis linfocítica (multifocal o difusa de severidad variable). La forma ligera fue la más común, seguida por moderada y finalmente severa. En ninguno de estos casos hubieron taquizoitos visibles en fibras musculares con la tinción de HE. Se observaron lesiones de necrosis focal y focos de microgliosis en tejido cerebral de 39 fetos (53 %), en algunos casos la necrosis estuvo rodeada por células microgliales y linfocitos (Foto 1). Sin embargo estas lesiones estuvieron dispersas a través del SNC y fueron encontradas más frecuentemente en la corteza cerebral, algunas veces multifocales y comúnmente cerca de vasos sanguíneos. En un solo feto (de 8 meses de gestación), se detectó inflamación linfocítica perivascular, y en solo 6 fetos (8 %) hubieron quistes de Neospora de diferentes tamaños. Cada quiste de forma redonda u oval y con un tamaño de 21 x 21 µm a 49 x 33 µm, con una pared gruesa PAS-positivo (Foto. 2). En solo una ocasión fue vista una reacción inflamatoria circundante al tejido del quiste con cambios degenerativos asociados. Con la tinción de HE no se observaron taquizoitos libres. La severidad de las lesiones en el SNC fueron variables, los cambios ligeros ocurrieron más frecuentemente, seguidos por los moderados y al final los severos. Treinta y nueve fetos (54 %) presentaron hepatitis linfocítica periportal de severidad variable, las lesiones ligeras fueron las más comunes. También se observaron lesiones de necrosis focal, distribuidas aleatoriamente en seis de los 39 casos. Las estructuras parasitarias no fueron identificadas en las secciones de hígado teñidas con HE. En 19 fetos (26 %), se observó miositis linfocítica multifocal, generalmente ligera, en músculo diafragmático pero no se encontró ninguna estructura parasitaria. Solo en tres casos (4 %) hubo una reacción inflamatoria pulmonar ligera formada por macrófagos alveolares con algunos linfocitos. El riñón y el bazo no mostraron cambios significativos. En solo 47 de los 73 fetos pudo tenerse la certeza de la edad de la gestación la cual osciló entre 3 y 8 meses ( = 5.5). Cuadro 1 Tipo y Severidad de las Lesiones Compatibles con Neosporosis en 73 Fetos Bovinos Severidad de Tipo de Lesión y Número ( % ) en las muestras de los 73 Fetos las Lesiones Microgliosis y Miocarditis Hepatitis Miositis necrosis Ligera 28 (38) 26 (36) 26 (36) 11 (15) Moderada 9 (12) 21 (29) 11 (15) 6 (8) Severa 2 (3) 11 (15) 2 (3) 2(3) Foto 1. Cerebro fetal con un foco necrótico central rodeado por células microgliales. H.E. X 400 Foto 2. Quiste de Neospora caninum en el cerebro de un feto abortado. Nótese la ausencia de inflamación. PAS. X 1000 Inmunohistoquímica Se examinaron por medio de inmunohistoquímica tejidos de cerebro, miocardio e hígado en 53, de los 73 fetos, con lesiones microscópicas consistentes con Neosporosis. El Antígeno de Neospora caninum fue identificado en 41 (77 %) de estos 53 fetos, siendo detectada la reacción inmunológica en un solo órgano en 19 (46 %) de los 41 casos positivos, en dos órganos en 15 (37 %), y 7 (17 %) en los tres órganos. En el cerebro fueron identificados quistes de Neospora, sin lesiones asociadas, en dos (4 %) de los 53 fetos. Los taquizoitos, ya sean de manera aislada o en grupos, fueron identificados en el cerebro de 19 (36 %) de los 53 fetos, algunas veces asociados con microgliosis y necrosis. En el miocardio los taquizoitos fueron identificados en 24 (45 %) de los 53 fetos, principalmente en el interior de las fibras miocárdicas, donde ellos estuvieron asociados con infiltrados o áreas de necrosis o ambos. En el hígado los taquizoitos, ya sea también aislados o en grupos, fueron identificados en 25 (47 %) de los 53 fetos (Foto 3, Cuadro 2). Cuadro 2 Examen inmunohistoquímico de cerebro, miocardio e hígado de 53 de los 73 fetos que mostraron lesiones compatibles con Neosporosis Número (%) de 53 fetos abortados mostrando Resultado de inmunoreacción por la presencia de taquizooitos Inmunoreacción en : Cerebro * Miocardio Hígado Positivo 19 (36) 24 (45) 25 (47) Negativo 17 (32) 24 (45) 16 (30) No concluyente 15 (28) 5 (9) 12 (23) * Los cerebros de 2 de los 53 fetos (4 %) mostraron quistes inmunoreactores sin lesiones asociadas. Foto 3. Hígado con un acumulo de taquizoitos de Neospora caninum. ABC, que reaccionaron con suero anti-Neospora caninum. X 1000 DISCUSIÓN De los resultados histopatológicos, los cuales fueron similares a los reportados en otros trabajos (Barr et al., 1990, 1991a; Anderson et al., 1991a; Dubey y Lindsay, 1993; Lindsay et al., 1993), se puede concluir que los tejidos más frecuentemente afectados y por lo tanto los mas viables para propósitos diagnósticos son SNC, miocardio, músculo esquelético e hígado. Algunos autores señalan que la miocarditis tiende a ser severa pero es fácilmente ocultada por los cambios autolíticos (Barr et al., 1990; Dubey y Lindsay, 1996; Wouda et al., 1997). Sin embargo en el presente estudio la miocarditis fue comúnmente ligera; algunos casos mostraron casos autolíticos. En un estudio de lesiones cerebrales por Neospora de seis fetos bovinos abortados, Helman y cols. (1998) encontró la mayor parte de las lesiones en el cerebro, seguida por el cerebelo y luego por la médula espinal. En el presente estudio la distribución de las lesiones en el cerebro no fueron específicamente revisadas pero muchas lesiones fueron vistas en la corteza cerebral. Los quistes de Neospora, como en otros reportes (Dubey y Lindsay, 1996), fueron escasos y solo uno fue asociado con una reacción inflamatoria; esta reacción fue posiblemente debida a la ruptura de la pared del quiste, con la consecuente liberación de contenido, como lo han mencionado anteriormente (Dubey et al.,1990a, Dubey, 1992). En solo un caso hubo un infiltrado linfocítico perivascular apreciable y esto ocurrió en el feto de mas edad (8 meses de gestación), soportando la hipótesis de que la madurez del sistema inmune es un factor colaborador importante (Ogino et al., 1992). Desafortunadamente el presente estudio no arroja información acerca de la médula espinal, órgano en el cual las lesiones y los quistes de Neospora han sido descritos (Dubey et al., 1989; 1990a; Dubey y Lindsay, 1996). A diferencia de Dubey y Lindsay (1993) no se encontraron hemorragias en el parénquima cerebral. Al igual que en otros reportes (Barr et al., 1990; Wouda et al., 1997) se presentó hepatitis linfocítica con tendencia periportal y fue ocasionalmente asociada con necrosis focal. En 19 casos se observó miositis linfocítica, indicando el valor diagnóstico de las muestras de músculo diafragmático. La edad promedio de gestación de los fetos abortados (5.5 meses) fue similar a la reportada en California (Anderson et al, 1991b). En lo que respecta a la prueba de inmunohistoquímica, los organismos de Neospora caninum fueron identificados más frecuentemente y en un mayor número en el hígado, indicando el valor de este tejido para demostrar la presencia del parásito. El cerebro fue útil como un tejido en el cual los taquizoitos y ocasionalmente los quistes pudieron ser demostrados, sin embargo los parásitos fueron escasos. Los resultados difirieron de aquellos obtenidos en Holanda por Wouda y cols. (1997), cuyo estudio inmunohistoquímico demostró antígenos de Neospora en 85 % de las muestras de cerebro de casos de Neospora, comparada con 26 % de muestras de hígado y 14 % de muestras de miocardio. Las lesiones descritas en el presente estudio no pudieron ser consideradas patognomónicas para Neosporosis y no fue posible demostrar por inmunohistoquímica antígenos de Neospora en todos los tejidos revisados. Sin embargo la microgliosis y necrosis del SNC fueron considerados útiles indicadores de Neosporosis, y fuertemente sugestivos cuando van acompañados con miocarditis y hepatitis (Barr et al., 1990; Anderson et al., 1991b; Nietfeld et al., 1992). Los hallazgos en el presente estudio y los reportados por Wouda y cols. (1997) sugieren que para el diagnóstico de Neosporosis el examen inmunohistoquímico de cerebro, hígado y miocardio, representan el método de elección. Finalmente, este estudio demostró la presencia de Neosporosis bovina en algunas de las principales regiones lecheras de México. A G R A D E C I M I E N T O S Estamos en deuda con el Dr. J. P. Dubey (USDA Parasite Biology and epidemiology Laboratory, Beltsville, MD, USA) y el Dr. A. M. López (University of Prince Eward Island, Canadá) por proveernos de información y de sus consejos. Agradecemos también a Dr. D. Haines (University of Saskatchewan, Canadá) por proporcionarnos tejido positivo a Neospora caninum, y a J. G. Jiménez (Facultad de Medicina Veterinaria y Zootécnia de la UNAM, D.F. Méx.) por la asistencia en la histología e inmunohistoquímica. A mi familia, por todo el amor que siempre me han brindado, su apoyo, sus consejos, su paciencia y mucho más. Gracias los quiero mucho. A mis compañeros y amigos, a Irene, María Cruz, Antonio Vázquez, por apoyarme en este proyecto, por sus consejos, comentarios y jalones de orejas. Por estar conmigo en momentos de tristeza y alegría mil gracias y que Dios los bendiga así como a toda su familia. A ti Dr. Jesús Zavaleta por tu invaluable apoyo. A usted Dr. Javier Hernández Balderas por siempre creer en mí sin merecerlo y apoyarme en todo momento. GRACIAS. Gracias a esa persona que ocupa un lugar en mi vida, donde quiera que se encuentre, y que Dios cuide sus pasos y la bendiga por siempre. Perdemos la sencillez, Señor. La ciencia, la técnica y el progreso nos transforman. Construimos un mundo extraño donde la maquina mata al hombre. La simplicidad, la sencillez, la verde naturaleza, el don de encantamiento, el respeto por las cosas íntimas, el silencio ante el misterio. En tu reino Señor, el hombre más grande es el que está de rodillas. En tu reino Señor, y en las pasarelas de la humanidad, el gran hombre es el sabio y santo, con alma de niño. Señor, que yo sea humilde, silencioso, santo y sabio, sin perder jamás mi corazón de niño y la capacidad de valorar los menores detalles de la vida J. Comp. Path. 2001 Vol. 125, 58-63 REFERENCIAS 1. Abbitt, B., Craig, T. M., Jones, L. P., Huey, R. L. Eugster, A.K. (1993). Protozoal abortion in a herd of cattle concurrently infected with Hammondia pardalis. Journal of the American Veterinary Medical Association, 20, 444-448. 2. Anderson, M. L., Barr, B. C., Blanchard, C. P., Dubey, J. P. and Conrad, P. A. (1990). Immunohistochemical diagnosis of protozoal abortion in cattle. Proceedings of the Annual Meeting of the American Association of Veterinary. Denver, Colorado, October 7–9, 1990, Abstract 33. 3. Anderson, M. L., Barr, B. C., Conrad, P. A., Thurmond, M. C., Picanso, J. and Dubey, J. P. (1991a). Bovine protozoal abortions in California. Bovine Practitioner, 2, 102-104. 4. Anderson, M. L., Blanchard, P. C., Barr, B. C., Dubey, J. P., Hoffman, R. L. and Conrad, P. A. (1991b). 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