Descargar Boletin - Centro Cultural de San Marcos

ARQUEOLOGIA
Y SOCIEDAD
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Publicación trimestral del Museo
de Arqueología y Etnología de la
Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.
Lima, Junio de 1970.
PRESENTACIÓN
Al cumplirse el 3 de junio último, el XIIIº aniversario de la muerte de su fundador, Dr. Julio C.
Tello, el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
le rindió homenaje, realizando un conjunto de actividades que inspiraban en la labor misma
desarrollada por el eminente sabio peruano.
Gracias al apoyo de la Corporación Peruana del Santa salió a luz la publicación Los templos
de Chavín” – Guía para el visitante, escrita por nuestro Director. Las características gráficas y el
lenguaje didáctico de su texto, permiten, como deseaba el Dr. Tello, que los resultados de las
investigaciones arqueológicas estén al alcance del público en general.
Como parte del referido homenaje incluimos en el presente número de nuestro Boletín Arqueología y Sociedad, un documento de trabajo; el Proyecto de Organización y Fines del Museo.
La realización de las tareas que allí se esbozan, se dirigirán a lograr, lo mejor posible, el cumplimiento de los objetivos que son propios a todo museo universitario.
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PROYECTO DE ORGANIZACIÓN Y FINES DEL
MUSEO DE ARQUEOLOGÍA Y ETNOLOGÍA DE LA
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
Organización y Fines:
micos, a solicitud de sus Directores o del Museo, para la organización de cursos o cursillos
El Museo de Arqueología y Etnología es un de post-grado o de extensión.
órgano de la Dirección Universitaria de Proyección Social. Por desarrollar actividades de
El Museo es un servicio universitario para
investigación está ligado a la Dirección Uni- la conservación, presentación y estudio de los
versitaria de Investigaciones y, a través de sus restos materiales de las sociedades prehispániservicios para la docencia, al Departamento de cas del Perú, entendiendo como tales aquellas
Ciencias Histórico-Sociales (Sección de Ar- que se dieron antes de la llegada de los españoqueología) de la Universidad Nacional Mayor les a este territorio y aquellas que, aún después
de San Marcos.
del siglo XVI conservaron los rasgos propios de
su cultura, en forma dominante, incluidas las
Su estructura económica y administrativa del área selvática.
depende del presupuesto y organización de la
Dirección Universitaria de Proyección Social;
Para dar cumplimiento a sus fines, el Muel funcionamiento de los proyectos de inves- seo está organizado por:
tigación, si bien se integra al funcionamiento
global del Museo, depende de las disposiciones a.Una administración central (Dirección),
dependiente de la Dirección Universitaria
emanadas de la Dirección Universitaria code Proyección Social;
rrespondiente.
b.Los servicios propios del Museo, que cumLas relaciones con el Departamento de
plen las funciones de:
Ciencias Histórico-Sociales (Sección Arqueo1. Conservación, tratamiento y registro de
logía) y con otros Departamentos (Ciencias
los objetos (Servicio de Conservación);
Biológicas, Humanidades-Arte, etc.), están
y,
sujetas al pedido que hagan los Jefes de Depar2. Presentación y divulgación de los mistamento ante la Dirección Universitaria, a fin
mos (Servicio de Difusión y Promode usar de los servicios del Museo para fines de
ción);
docencia o investigación (local, laboratorios,
personal, información, etc.).
c.Los Servicios de apoyo, que, a través de
la actividad permanente deben permitir el
El Museo podrá ligarse también, previa formulación de un plan, a los Programas Acadéenriquecimiento de los fondos del Museo,
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Arqueología y Sociedad 2
así como la clasificación sistemática de los
materiales depositados. Ellos son:
1. El Servicio de Exploraciones y Excavaciones,
2. El Servicio de Arquitectura y Urbanismo,
3. El Servicio de Osteología y Craneometría; y,
4. El Servicio de Etnografía.
El Director resuelve todos los asuntos relacionados con la marcha de la institución y
se asesora con el Comité de Coordinación;
mantiene las relaciones con las autoridades
universitarias y refrenda documentos oficiales
del Museo.
Cuando el Director se ausenta por un periodo menor de noventa días, lo reemplaza en
sus funciones el Subdirector del Museo y, en
caso de ausencia de éste, el Conservador del
Finalmente, en relación con los servicios Museo. Cuando la ausencia del Director, por
de apoyo, aunque no necesariamente depen- motivos de licencia, viaje de estudios u otro, es
dientes de ellos, se desarrollan programas de mayor a los 90 días, el Director Universitario
investigación científica que pueden a su vez de Proyección Social designará, por el tiempo
estar integrados dentro de Centros de Investi- necesario, a un Director Interino.
gación de la Universidad o de otras InstitucioEl Subdirector es uno de los jefes de los
nes y que se adscriben al Museo a partir de un
convenio. El Museo puede, por su lado, mon- Servicios de apoyo que es designado para tal
tar proyectos de investigación con financiación función, colabora con el Director en las funpropia o extraña, en relación con la Dirección ciones de Dirección del Museo y lo reemplaza
en caso necesario.
Universitaria de Investigaciones.
A. Dirección del Museo
Patronato del Museo
La Dirección del Museo es el organismo central administrativo, técnico, que tiene la responsabilidad de las actividades del Museo.
Depende de la Dirección Universitaria de Proyección Social. La Dirección del Museo está
integrada por:
Este es un organismo de apoyo del Museo.
Su función es la servir como medio de ayuda
y consulta para el desarrollo de las actividades del Museo, así como vehículo de contacto
directo con otros organismos afines del país y
el extranjero. El Patronato tiene una función
consultiva y al mismo tiempo asume la tarea
de contribuir a la solución de los problemas
económicos y de desarrollo de la institución.
– El Director
– El Subdirector
– El Comité de Coordinación
– La Secretaría; y,
– El Patronato del Museo, como organismo
de apoyo y consejo.
El Patronato funciona en plenario y en comisiones. El Pleno del Patronato está constituido por todos sus miembros y se reúne dos
veces al año: el 21 de octubre, día de la fundación del Museo, para escuchar las Memorias
Director y Subdirector
del Presidente del Patronato y del Director del
El Director del Museo es nombrado por el Rec- Museo y el Discurso de Orden conmemorator, a propuesta del Director Universitario de tivo, y un día en el mes de setiembre, con el
Proyección Social y, si lo considera necesario, objeto de elegir al Presidente del Patronato y
en consulta con la Sección de Arqueología del resolver los asuntos de su competencia.
Departamento de Ciencias Histórico-Sociales
El Patronato tiene una Comisión Permade la Universidad. Para ser Director se requienente,
constituida por el Presidente y seis
re ser arqueólogo profesional, con grado de
Doctor. El Director puede ser un profesor de miembros. El Presidente es elegido por el Plela Universidad.
no y los otros miembros son designados por el
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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
Presidente. El Director del Museo actúa como
Secretario y el Conservador como Tesorero.
Dicha Comisión cumple permanentemente
las tareas del Patronato y está capacitado para
constituir Comisiones especiales, para objetivos concretos, tales como eventos de arqueología, actividades científicas, etc., contando
con todos los miembros del Patronato. La Comisión Permanente se reunirá por lo menos
una vez cada dos meses.
Comité de Coordinación
El Comité de Coordinación es el organismo
asesor de la Dirección y está integrado por el
Director, que lo preside (o el Subdirector en
su reemplazo), el Conservador, el Jefe de los
Servicios de Difusión y Promoción, el Jefe de
Exploraciones y Excavaciones, el jefe del Servicio de Arquitectura y Urbanismo, el Jefe del
Servicio de Osteología y Craneometría y el Jefe
del Servicio de Etnografía.
El Patronato tiene tres clases de miembros:
de Honor, de Número y Correspondientes.
Además participan los Coordinadores de
Catalogación y Registro, de los Servicios Generales y los Servicios de Laboratorio. En la
La calidad de Miembros de Honor del Pa- misma condición podrán participar, a solicitud
tronato del Museo, es un reconocimiento de la del Director, los encargados de los proyectos
institución a las personas vivas o fallecidas, que de investigación, cuando ello sea necesario.
han contribuido al desarrollo de la institución
El Comité de Coordinación debe reunirse
y/o al de la arqueología andina en general.
por lo menos una vez al mes para conocer de
El Museo ha establecido una Galería para la marcha del Museo, los proyectos de investigación, la solicitud de servicios del Museo,
la memoria de tales personas, las que serán
los programas de extensión, etc. Anualmenincorporadas en tal condición, en ceremonia te debe hacer el estudio del presupuesto del
pública. La designación de los Miembros de Museo para elevarlo a las autoridades comHonor se hará a propuesta del Comité de Co- petentes; igualmente, debe estudiar la forma
ordinación, por el Pleno del Patronato.
de encauzar las donaciones, convenios con el
exterior, programar y ejecutar actividades de
Por constitución, el Museo reconoce como investigación científica y de Museo, etc.
Miembros de Honor natos, al Dr. Julio C. Tello, fundador del Museo, Dr. Max Uhle, Dr.
Luis E. Valcárcel, Dr. Jorge C. Muelle, Prof.
Toribio Mejía Xesspe, Dr. Pedro Weiss y Sr. Ra- Secretaría del Museo
fael Larco Hoyle.
Es la Sección que canaliza el trámite administrativo y económico del Museo; se encarga de
Los Miembros de Número son designados, los archivos, actas, contabilidad de gastos, coa propuesta del Director, por el Comité de Co- rrespondencia, control de personal y almacén
ordinación del Museo, hasta completar el nú- de útiles de escritorio.
mero veinticinco.
Los Miembros correspondientes son designados por el Comité de Coordinación entre los amigos y colaboradores del Museo, que
se encuentran fuera de la ciudad de Lima, en
el país y el extranjero. El Patronato en pleno,
acordará su estructura interna y las obligaciones de sus miembros. El Pleno está constituido
por todos los Miembros, con iguales derechos,
pero el quórum será computado por la mitad
más uno de los miembros de número.
B.- Servicios del Museo
Los Servicios del Museo son los de Conservación y Promoción y Difusión. En ellos se
centraliza una de las actividades principales
del Museo, la referida a la conservación, tratamiento, catalogación, registro gráfico, exposición y difusión de los objetos culturales que
posee y obtiene con la ayuda de los Servicios
de Apoyo.
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Arqueología y Sociedad 2
Conservación
Carpintería, albañilería y gasfitería
Está es una de las secciones más completas y
más importantes del Museo. Está bajo la responsabilidad del Conservador, que es el funcionario que sigue al Director en autoridad.
Trabaja con un grupo de Coordinadores de los
Servicios de Conservación y el personal a su
cargo. Le toca supervigilar y garantizar el mantenimiento y limpieza del local; organizar los
depósitos de objetos culturales y sus respectivos catálogos de ingreso y sistemático; mantener los servicios de fotografía, dibujo, biblioteca, etc. Y los laboratorios para el análisis y
preparación de los objetos.
Es un servicio de gran importancia para la conservación del local y para la preparación de las
exposiciones. Debe contar con especialistas
que a su vez, trabajan en el servicio de limpieza y vigilancia. Aquí debe agregarse, en lo
posible, un electricista y luminotécnico.
Depósitos y Catálogos
Está bajo la dirección de un Coordinador de
Catalogación y Registro. Casi se puede decir
que es el núcleo de la actividad del Museo. Es
en este servicio donde se centralizan todos los
demás y del que se sirven quienes acuden al
Servicio de Mantenimiento y Vigilancia
Museo para la investigación y el estudio: objetivo final de la institución. Por eso, la organiEstá a cargo de un Coordinador del Servicio, zación de los Depósitos y Catálogo requiere de
dependiente del Conservador del Museo, se personal técnico y de mucho esfuerzo.
encarga de las tareas inherentes al mantenimiento del local, limpieza, vigilancia, guardiaEl Museo pretende organizar sus depósitos
nía y recepción.
de manera sistemática, tratando de resolver
tanto el problema de la preservación de los objetos, como de su adecuado registro. En el proceso de catalogación se pretende establecer un
Limpieza y Vigilancia
sistema de registro con fichas perforadas para
Con personal de servicio se encarga de man- su clasificación electrónica. El registro-inventener limpio el local y los objetos culturales en tario del Museo será hecho en un libro espedepósito y exposición; asimismo, en horas de cial, por ingreso (modificando parcialmente
atención al público, se encarga de la vigilancia el ya existente). Las piezas son almacenadas
tomando el criterio geográfico (región-vallede las colecciones.
sitio). Se incluye las siguientes regiones:
Recepción y guardianía
Cuenta con un guardián y una recepcionista. El guardián cuida el local y los objetos arqueológicos, la recepcionista se encarga de la
orientación a los visitantes, de las informaciones sobre el Museo, y en las horas que no hay
visitantes trabaja con el Servicio de Difusión y
Promoción. El guardián se encarga del almacén general de materiales de trabajo.
Jardines
Cuenta con un jardinero. Se encarga del cuidado y presentación de los jardines del Museo.
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CN – Costa Norte.- Río Tumbes – Río
Huarmey.
SN – Sierra Norte Marítima.- Río La Chira – Río Huarmey.
CC – Costa Central – Río Pativilca –
Jahuay.
SC – Sierra Central Marítima.- Pativilca –
Río Cañete.
CS – Costa Sur.- Río Chincha – Acarí.
MR – Hoya del Marañón.
CH – Callejón de Huaylas.
AP – Hoya del Apurímac.
MT – Hoya del Mantaro.
UR – Hoya del Urubamba.
TK – Hoya del Titicaca.
ES – Valles del Extremo Sur.
HU – Hoya del Huallaga.
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
UC – Río Ucayali.
MD– Madre de Dios
Depósitos:
1. MR-CH (Sierra Norte)
2. MT-AP-UR- (Sierra Central y Sur).
3. CC-SC (Costa Central)
4. CS-SS (Costa Sur)
5. CN-SN (Costa Norte)
6. ES-TK-HU-UC –MD (extremo Sur y
Oriente).
Los valles son numerados de norte a sur, los
de la costa de acuerdo a un criterio internacional ya adoptado por el Museo previamente
(p.e.CC47: Costa Central-Rímac o SC47: parte alta del Rímac) y concluye con la indicación
del sitio (los sitios numerados por valles). En el
depósito los objetos son separados por región,
por valle y por sitio y con criterio cronológico
dentro de cada región; igualmente, por naturaleza y material del objeto.
En el catálogo estas divisiones se expresan
con dos referencias separadas: La geográfica y
la cronológica, lo que finalmente determina un
cifrado corrido. (CC 7-5-FR, quiere decir Costa Central-Valle del Rímac, Sitio 5-Formativo
o CS-DR: Costa Sur. Desarrollos Regionales o
simplemente CS). En el espécimen va la indicación el número del registro de ingreso, precedido de las letras USM p.e. USM-001047:
objeto 1047 del Museo, número del catálogo
que sirva de referencia para la historia del objeto. El catálogo de ingreso general es un libro
con numeración corrida que contiene las principales referencias de cada objeto y la indicación de su ficha correspondiente. Los ficheros
son separados por áreas geográficas, por cronología y por materiales técnicos. Los objetos
fragmentados son ingresados en otro libro, por
unidades de procedencia (región, valle-sitionúmero de ingreso).
El Gabinete y Archivo Fotográfico
Es uno de los más importantes y tiene, en primer lugar, la responsabilidad de mantener el
catálogo gráfico de todos los especimenes del
Museo. Además, es un órgano de Difusión y
Promoción y un servicio para la investigación.
Igual función cumple el Gabinete de Dibujo.
La Biblioteca especializada y el Archivo Central
Son dos servicios complementarios del Museo, cuya finalidad es la información que en
ellos pueda obtener cualquier investigador y
el personal del Museo. Es indispensable que
el Museo cuente, en su propio local, con una
biblioteca de referencia para museología, tratamiento de objetos, y, finalmente, para la arqueología andina y general. El archivo centraliza toda la información del Museo, incluidos
los documentos de todas las dependencias,
informes, libros de campo, ficheros, catálogos,
etc. Estos servicios estarán temporalmente a
cargo de la Secretaría.
El Servicio de Reproducciones
Es un servicio de Difusión y Promoción, pero,
al mismo tiempo, deberá cumplir la función de
dotar al Museo de reproducciones de objetos
originales que el Museo no puede obtener y
sean considerados importantes.
Este Servicio, se encarga, igualmente, de
todo lo relacionado con la elaboración de las
“maquetas” de monumentos arqueológicos,
cuya difusión compete al Museo.
Servicios Generales
Estos son servicios dirigidos principalmente
a los fines de Registro y clasificación de los
materiales.
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INFORME DE RECONOCIMIENTO
DEL VALLE DE CHINCHA
En los meses de setiembre, octubre y noviembre del presente año se llevó a bajo un reconocimiento del Valle de Chincha por el suscrito,
bajo los auspicios de la Comisión Fulbright y
del Instituto de Arqueología y Etnología de la
Universidad de San Marcos. Mis competentes
auxiliares de campo fueron, la Srta. Isabel Flores y los Sres. Luis Lumbreras y Carlos Guzmán;
todos estudiantes de arqueología de esta Universidad. El propósito del proyecto arqueológico Fulbright en conjunto, es la investigación de
las relaciones existentes en las áreas costeñas
principales; y el de mi participación en él, determinar si la parte norte de la costa sur mostraba extensas relaciones con áreas externas en
épocas anteriores a la Conquista, y si esto fuera
así, en que dirección. El presente informe debe
ser considerado como preliminar sobre la parte
del trabajo que ha sido completado. El reconocimiento será continuado en los valles del sur,
especialmente en el valle de Pisco.
El piso del valle es relativamente llano y
está extensamente cultivado desde las orillas
del océano hasta los bordes de los cerros circundantes. Además hay grandes áreas de cultivo en las mesetas que limitan la parte norte
del nivel del valle. Esta área incluye la ciudad
principal del valle, Chincha Alta.
Existen ahora dos brazos del río que fluye
hacia el valle, el Mata Gente al Sur y el río
Chico hacia el Norte. Entre estos dos brazos
existe un antiguo cauce y al Sur del brazo más
meridional del presente río, entre las haciendas
San Pedro y Lurinchincha, aparece un cauce
del río todavía de más antigüedad.
Los trabajos arqueológicos preliminares
llevados a cabo en este valle están casi enteramente limitados a aquellos llevados a cabo por
Max Uhle en 1900 y que han sido publicados
por Kroeber y Strong en 1924. Uhle pudo encontrar solamente materiales últimos, con la
El valle de Chincha está localizado a unos excepción de algunos pocos fragmentos más
200 kilómetros al sur de Lima, entre los de Ca- antiguos.
ñete, unos 40 kilómetros más al norte, y el PisCon respecto a la cerámica que hemos enco, a unos 39 kilómetros más al sur. El valle es
relativamente pequeño y compacto. Forma un contrado en Chincha, el método usado para
triángulo de 20 kilómetros tierra adentro, en identificar estilos distintos cronológicamente,
donde el valle se estrecha a menos de medio fue su aislamiento en sitios particulares, en
kilómetro, estando rodeado de montañas bien áreas dentro de grandes sitios, o en depósitos
empinadas.
de basura que podían ser examinados por los
13
Arqueología y Sociedad 2
cortes que se habían llevado a cabo en ellos.
Estas formas de identificación podían ser verificadas repetidamente en diversos sitios, ya
que el plan del reconocimiento indicaba la verificación de todos los sitios que pudieran ser
localizados. Como el estudio de los fragmentos
colectados está siendo llevado a cabo todavía,
muchos puntos ahora dudosos, serán aclarados
en su oportunidad.
como vasijas con interiores en negro ahumado
y pulimentados, así como también en “patrón
bruñido” (pattern burnished) o con diseños decorados con estilos (styllus decorated). Ninguno
de los tipos decorados post-Cavernas encontrados por Strong en Nasca –diseños incisos
combinados con pinturas pre-cocción– pudieron ser encontrados, pero este tipo tampoco
ha podido ser hallado en Ica o en Pisco.
La cerámica más antigua encontrada en
Chincha consiste en un tipo con muchas características de la cerámica Paracas Cavernas.
Esta situación sugiere una similaridad con los
niveles inferiores de las excavaciones de Lanning en Jahuay, al Norte del valle de Chincha.
Los tipos Paracas Cavernas, incluyendo la pintura post-cocción y la decoración en negativo,
cerámica simple con marcas conspicuas de pulimento, ollas con bordes simples y engrosados
y ceramios con el gollete típico de Cavernas
fueron encontrados en varios sitios. El tipo
principal con decoración que pudo ser identificado como siguiendo los materiales tipo Cavernas, a pesar de que no necesariamente en
forma inmediata, está caracterizado por open
gambreled bowls con un diseño de líneas diagonales rojas y blancas sobre un fondo negro en
la parte exterior de los bordes. La pintura es
del tipo pre-cocción. Algunas de estas vasijas
presentan complejos diseños en sus interiores,
pero ninguno de los fragmentos son suficientemente grande para poder identificar los diseños. Este tipo es único para el área y han sido
encontrados solo en Chincha, Nasca y, por lo
menos en pequeñas cantidades en Cañete. La
forma y la combinación de los colores ocurren
en estilo Nasca, en sus fases más antiguas. La
evidencia para fijar la antigüedad de este tipo
consiste en el hecho de que se presenta asociado en los basurales con cerámica simple muy
similar a la del tipo Paracas Cavernas; es, por
lo tanto, poco probable que estén muy separados en función del tiempo. También están
asociados con una cerámica muy fina, monocroma, de engobe color naranja, presentándose mayormente en forma de vasijas gambreled
las cuales se extienden por los menos hasta las
fases postreras del Paracas Cavernas, y que son
reminiscentes en calidad con la cerámica tipo
Necrópolis. Los tipos Necrópolis puros no han
sido claramente aislados, a pesar de que han
hallado fragmentos tipo post-Cavernas, tales
El estilo que aparece siguiendo directamente a este tipo rojo y blanco sobre negro, está
caracterizado por open gambreled bowls más
profundos que los tipos anteriores, decorados
en su parte externa por medio de líneas diagonales negras y blancas sobre un fondo natural
naranja. Los interiores son de color rojo en los
costados con un diseño circular blanco en la
base o fondo de la vasija, o también completamente blanco con un diseño pintado alrededor
de la parte interna de los bordes. Tales diseños
son pintados en rojo y negro, algunas veces se
añade el naranja y el gris. A parte de la similaridad en la forma y en las bandas diagonales, la
evidencia de que este tipo es cronológicamente el siguiente nos lo proporciona el hecho de
que los diseños han sido fijados como las fases
2 y 3 del estilo Nasca en las series estilísticas
de Dawson, así como las combinaciones de
colores que corresponden al Nasca Temprano
(Early Nazca) de Strong. Debe, por lo tanto,
estar muy próximo en tiempo con el rojo y el
blanco sobre negro, tipo post-Cavernas. Está
claramente aislado de tipos más tempranos en
los depósitos de basura y ocurre, o se presenta,
con diferentes tipos de cerámica simple.
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Con respecto a sus relaciones con los estilos Nasca, deberá señalarse que las líneas diagonales en el exterior de las vasijas no ocurre,
que yo sepa, ni en el valle de Ica ni en el valle
de Nasca. Por el momento me referiré a este
tipo en el sentido del Nasca Temprano (Early
Nazca) de Strong, a pesar de que los dos tipos
no son idénticos.
Siguiendo a este tipo hemos encontrado
fragmentos en Chincha de los estilos Nasca B
e Y, o se de los estilos Nasca Último y Huaca
Loro de Strong. No hay indicios de mucha variación local en estos estilos, esto es, que parecen ser muy similares a la cerámica de los
valles al sur.
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
Evidencias de cerámica del estilo Tiahuanacoide, o el Horizonte Medio, están confinadas a unos pocos fragmentos encontrados en
lo que parece ser un pequeño grupo de tumbas
profanadas. La falta de mucha evidencia para
estos tipos también ha sido encontrada por
Stumer en el valle de Cañete.
Esta situación es difícil de explicar teniendo en cuenta la amplia difusión de estos tipos
en la costa peruana. La ausencia de las cerámicas Tiahuanacoides clásicas de la Costa podría
deberse a que no se han encontrado todavía
cementerios en Chincha en este periodo, o de
los anteriores, ya sea por arqueólogos o por
huaqueros. Este tipo nunca es frecuente en los
depósitos de basura. Lo mismo no puede decirse, sin embargo, de los fragmentos del estilo
Epigonal.
Los estilos cerámicos tardíos fueron aislados en los lotes de tumbas por Uhle. Consisten
del estilo Chincha Tardío I, el que está íntimamente relacionado con los estilos tardíos del
valle de Ica, específicamente en las fases Soniche y Tajaraca determinadas por Riddell. Las
similitudes más notables se presentan en los así
llamados “diseños textiles” y en las vasijas de
bordes biselado (beveled lip bowls). Sin embargo, se pueden identificar varias características
locales.
Chincha y las formas de jarra alargadas
de este periodo, no están relacionadas con
Ica sino con el estilo postrero de Cañete. En
el estilo Chincha Tardío II, las características
compartidas con el valle de Ica tienden a desaparecer, en cambio, la influencia Inca se hace
evidente. También aparecen ejemplares en el
más puro estilo Inca, así como réplicas muy
próximas a ese estilo.
Tomando ahora otro aspecto de la arqueología del valle de Chincha puede observarse
que la variedad de tipos de adobe presentan
indicios adicionales para fijar las fechas de los
sitios. También se hacen de considerable importancia en aquellos sitios con diversos periodos de ocupación y en donde es de mucho
interés determinar la fase particular de ocupación a la cual se podría atribuir una porción
particular de arquitectura.
El tipo más temprano de arquitectura consiste en paredes de adobe en la forma de un
grano de maíz, o en forma de cuña; estos adobes colocados sobre sus costados. Tales paredes
se presentan solas. Posiblemente como paredes
de casas, así como también como paredes de
terrazas para montículos ceremoniales, en
cuyo caso la mayor parte del montículo está
compuesto por relleno de toscos adobes irregulares. Adobes en forma de cuña han sido
hallados en directa asociación con basura Paracas Cavernas. En cierto sitio un depósito de
basura con fragmentos del tipo Rojo y Blanco
sobre Negro, post-Cavernas, se ha acumulado
contra el costado de un montículo de este tipo
de adobe. Por lo tanto, el tipo parece ser que
comienza en el periodo Cavernas y que ha durado hasta las primeras influencias del estilo
Nasca, a pesar que el uso de un relleno de adobes irregulares que tenga precisamente la misma duración, es muy difícil de determinar. El
tipo de fragmento Rojo y Blanco sobre Negro
es encontrado en asociación con los adobes
hemisféricos, los cuales son usados solamente
para paredes, y nunca para construcciones masivas y sólidas.
El tipo que fue usado para montículos, y
que sigue cronológicamente a los tipos de
cuña horizontal y a los de forma irregular, es
también en forma de cuña, pero más estrecho
en su forma y es usado verticalmente, con la
base hacia abajo. Los montículos son construidos sólidamente de este tipo por un proceso
de eliminación, este tipo puede ser correlacionado con el tipo cerámico Rojo y Blanco
sobre Negro o con los comienzos del Nasca
Temprano de Strong. El tipo Nazca Temprano,
así como los tipos de estilo Nasca subsiguientes
están asociados con los adobes semicilíndricos.
Debería ser posible en el futuro distinguir cronológicamente subtipos específicos dentro de
este periodo. Los subtipos anotados incluyen
un verdadero semicilindro, un arco parabólico
y uno con la parte superior cóncava o en forma
de medio carrete (half spool type).
En el periodo post-Tiahuanacoide u Horizonte Medio, toda la construcción es de
barro sólido o tapia. Sin embargo, al tiempo
de la ocupación Inca fueron introducidos los
grandes adobes rectangulares. La construcción Inca edificada en la huaca principal de La
15
Arqueología y Sociedad 2
Centinela y que es identificable por los nichos
trapezoidales y las puertas de doble jamba, está
construida completamente de adobes rectangulares, incluyendo las paredes de las terrazas.
Este el único sitio en el que se presenta un uso
tan completo de adobes rectangulares. Este
tipo ocurre, sin embargo, en pequeñas cantidades, en algunos otros lugares, normalmente
asociado con fragmentos de cerámica Inca. La
Centinela de San Pedro muestra la interesante característica de presentar varias hiladas de
adobes rectangulares usadas como cimientos
para las paredes de tapia.
En todos los periodos se utilizó un enlucido
de barro para cubrir las superficies de las paredes y terrazas. Las paredes con pintura amarilla
ocurren en asociación con los adobes semicilíndricos del periodo Nasca y paredes blancas
algunas veces en los edificios tardíos.
La construcción Inca en La Centinela tiene pintados paneles con diseños en las paredes
como ha sido reportado por el Dr. Uhle. Una
nueva e interesante característica es la ocurrencia de una pared en la huaca de La Centinela propiamente dicha, y que corresponde al
periodo tardío de Chincha, la cual está decorada en un friso idéntico en técnica a aquellos
de Chanchan, pero con típicos diseños de la
Costa Sur. Se deberá mencionar ahora que el
uso arquitectónico de la piedra ocurre en casi
todos los periodos. En muchos casos parece haber sido usada como sustituto de los adobes en
aquellos lugares en donde la piedra podía conseguirse con facilidad; en otros casos esto era,
aparentemente, una cuestión de gusto el que se
usara piedra o adobe. El único caso de un uso
amplio de la piedra para habitaciones ocurre en
un grupo de sitios en la parte superior del borde
de la meseta que domina la parte superior del
valle, cerca de El Carmen. El mayor de estos sitios muestra un amplio uso de las piedras del
campo en la construcción de paredes, a pesar
de que también se usa los adobes hemisféricos.
La basura asociada contiene fragmentos del
tipo Rojo y Blanco sobre Negro de la cerámica Temprana Nasca. En otros sitios del periodo
Nazca, la abundancia de cantos rodados de río,
sugiere que eran usados para algún propósito
arquitectónico, pero no pudimos notar que se
hicieran paredes con ellos. En los periodos tardíos, se usaban cantos rodados de río y piedras
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del campo en la construcción de tumbas del
periodo tardío Chincha, como revestimiento de
las cámaras cúbicas subterráneas que han sido
construidas sobre las verdaderas cámaras funerarias. Los mismos materiales fueron usados en
el periodo incaico para la construcción de tumbas rectangulares semi-subterráneas parecidas
a chullpas y que ocurren al lado de estructuras
idénticas hechas de tapia.
En base a las fechas que hemos asignado a
los diversos sitios es posible fijar algunas conclusiones con respecto al plan o patrón de
asentamientos (settlement patterns) en el valle.
Un gran número de asientos tempranos son
claramente ceremoniales, de acuerdo con la
presencia de grandes montículos sólidos. Estos
sitios tienen casi siempre basura de ocupación
acumulada a sus costados, en tal forma que es
lógico esperar que haya habido algún tipo de
habitación en estos sitios. Los sitios de habitación pura de este periodo son raros, y aquellos
que existen no muestran indicaciones superficiales del plan de habitación. Sin embargo,
cualquier sitio relativamente llano o bajo en
el piso del valle debería estar actualmente destruido. La única excepción es la de un sitio
previamente mencionado como existente en
el borde del desierto que domina el valle, que
muestra un área de 500 por 250 m cubiertos de
cuartos contiguos de varios tamaños, con una
gran plaza cerca de su centro. A este sitio se le
ha fijado una contemporaneidad con el Nazca
Temprano de acuerdo con los fragmentos y los
adobes asociados. El sitio sugiere fuertemente
un plan o patrón de asentamiento del tipo de
una pequeña ciudad, lo cual es realmente algo
extraordinario para un periodo tan temprano,
y que pudiera ser comparado con las ciudades
amuralladas del periodo Nasca, tales como las
de Tambo Viejo en Acarí. Volviendo a la arquitectura ceremonial, existen cinco grandes
montículos de construcción de adobes del tipo
cuña e irregulares, y que, por lo tanto, pueden ser atribuidos al periodo entre Cavernas
y Nasca Temprano. Los montículos promedian
de 10 a 12 m de altura y presentan área sobre
la superficie, en forma rectangular, de 150 x
80 m. Todos están orientados de Este a Oeste,
con el extremo más alto al Oeste, y que bajan
en dos o tres terrazas hacia el Este. En periodos subsiguientes pre-Tiahuanacoides, existen
solo pocos montículos de igual tamaño, aun-
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
que hay varios de más pequeñas dimensiones.
En los periodos tardíos, todos los sitios se presentan en forma de montículos, pero varios
de estos, que han sido profusamente cortados
por las actividades de los hacendados locales,
muestran basura de ocupación y paredes en todos los niveles, así que muchos de estos montículos son sitios de habitación puros, construidos hasta alturas de consideración durante
periodos prolongados de ocupación. En base a
la regularidad del plan de asentamiento, o a
la monumentalidad de la arquitectura, unos
pocos sitios tardíos pueden ser clasificados
como ceremoniales, entre ellos tenemos La
Centinela (de Tambo de Mora), La Centinela
de San Pedro y la Huaca de Tambo de Mora.
En la mayor parte de otros casos será imposible determinar la función de los montículos, a
menos que no se hagan excavaciones. Treinta
o cuarenta montículos del periodo tardío, de
diversos tamaños, ocurren en diversos lugares
del valle; éstos están aislados o se presentan
en pequeños grupos de dos a cuatro unidades,
sin embargo, existen cinco grupos concentrados de diez o más montículos que pudieran ser
clasificados como pequeños centros urbanos,
a pesar de que carecen de una planificación
central. Por lo tanto, parece ser que ambos sitios de habitación, centralizados y descentralizados, coexistieron durante estos periodos,
ya que no existen indicaciones de diferencias
cronológicas entre ellos.
Como último tópico, debemos decir algunas pocas palabras referentes a la distribución
de los sitios dentro del valle. Primero, la mayoría de los sitios se encuentran localizados en el
piso del valle. Aquellos que quedan fuera del
área cultivada no están lejos de ella. No se ha
localizado sitios dentro de las pampas hacia el
sur ni hacia el norte.
La mayoría de la ocupación Cavernas cae
hacia el sur del brazo sur del río, y todos ellos
a menos de tres kilómetros de distancia del
océano; tres sitios adicionales ocurren hacia
el norte, todos dentro de la misma distancia
con respecto al océano. Los dos sitios ocurren
tierra adentro, sobre el borde de la pampa, son
posiblemente cementerios.
gradualmente valle arriba, a lo largo del río,
a pesar de que la ocupación continuaba en las
áreas bajas. Los sitios post-Tiahuanacoides están dispersos a través de todo el valle. La ocupación del periodo Inca, a base de la distribución de los adobes rectangulares, parece estar
centrada alrededor de La Centinela de Tambo
de Mora y de La Centinela de San Pedro.
Los resultados del recorrido del valle de
Chincha han mostrado, según creemos, la validez del plan original de recorridos extensos.
A base de estas investigaciones y utilizando el
conocimiento que tenemos de otras áreas, se
hace posible delinear la historia cultural del
valle y estimar así las relaciones externas. Es
posible ahora indicar los puntos sobre los que
se deberá concentrar la atención en el caso
de que se puedan hacer excavaciones de envergadura, así como también en lo referente
a aquellos lugares en que las excavaciones no
serían de gran provecho. La cuestión de las
relaciones externas del valle de Chincha, que
era una de las tareas principales del proyecto,
podrá ser sumarizada como indicando una conexión básica con el área hacia el Sur, en todos
los periodos, a pesar de que las variaciones locales distantes, al menos en los estilos cerámicos, fueron desarrollados en los periodos postCavernas al Nasca Temprano y, de nuevo, en
el periodo Chincha Tardío. La única excepción
apreciable se encuentra en las relaciones entre Chincha y Cañete en el periodo Chincha
Tardío.
Debemos esperar que se arroje más luz
sobre estas cuestiones como resultado del recorrido del valle de Pisco, que se iniciará en
breve plazo, así como por las excavaciones que
se llevarán a cabo en las fases subsiguientes del
proyecto. El total de los 108 sitios que hubieron de ser localizados en el valle de Chincha
sugiere la gran riqueza de datos arqueológicos
a colectarse, realizando otros trabajos en el
área.
Lima, enero de 1958.
En los periodos posteriores, pre-Tiahuanacoide, el centro de ocupación se desplaza
17
TRABAJO DE CAMPO EN LA COSTA SUR DEL PERÚ
Dwight Wallace
El plan del Proyecto Arqueológico Fulbright
ha sido trabajar en áreas no estudiadas de la
Costa Peruana, a fin de relacionarlas con secuencias conocidas de las áreas costaneras del
norte, centro y sur; de manera que puedan correlacionarse estas secuencias entre sí. El trabajo fue organizado a manera de un estudio de
conjunto que delinearía las secuencias arqueológicas por medio de un trabajo más intensivo,
incluyendo excavaciones.
Engel encontró cerámica Paracas y Nascoide
cerca del yacimiento arqueológico de Tambo
Colorado. La arquitectura de este interesante
yacimiento ha sido también descrita y fotografiada en las publicaciones de varios autores.
Con la ayuda de fotografías aéreas se hizo
un reconocimiento sistemático de los yacimientos de Chincha y Pisco. Se localizaron
110 yacimientos arqueológicos en Chincha; y
104 en Pisco. Todos los datos relativos a estos
Resolví comenzar el trabajo en el centro yacimientos fueron apuntados en formularios
mismo de la costa sur-central y trabajar en di- preparados, las colecciones de fragmentos de
rección sur hacia el área Ica-Nasca. Esto fue cerámica y otros materiales pertinentes fueron
previsto para coincidir con el trabajo de Stu- hechos para cada yacimiento y los yacimientos
mer, que debería comenzar en el siguiente va- mismos fueron ubicados en mapas a escala de
lle al Norte y continuar en la misma dirección 1/40000, mostrando las vías de acceso y otras
informaciones para facilitar su reubicación. Eshasta el valle del Rímac.
tos mapas fueron especialmente dibujados de
Por consiguiente, se comenzó el trabajo en las fotografías aéreas, ya que no existían mapas
el valle de Chincha continuando en Pisco el apropiados a la escala necesaria.
siguiente valle hacia el sur.
A medida que progresaba el reconocimienEl único trabajo significativo previamente to, se hizo evidente que las relaciones culturahecho en estos valles fue el de Max Uhle en les de los valles de Chincha y Pisco se enconChincha, publicado en 1924 por Kroeber; y el traban principalmente hacia el Sur, particularde Engel en Pisco, publicado en American An- mente en el valle de Ica, Fue posible, por consitiquity en 1957. El trabajo de Uhle determinó guiente, usar nuestros conocimientos sobre las
los periodos de estilos cerámicos Inca y el in- relaciones cronológicas de la cerámica en Ica
mediatamente anterior a éste (Chincha Tardío para poder agrupar los diferentes tipos de ceráI) basado en agrupaciones de tumbas. En Pisco, mica hallados en Chincha y Pisco, en su orden
19
Arqueología y Sociedad 2
cronológico. Con esta secuencia basada en la
cerámica, fue posible construir secuencias para
métodos de construcción, patrones de poblamiento y otros rasgos de la arqueología.
sija de costados rectos, con bordes inclinados
y/o ligeramente ensanchados. Las unidades de
estos dos yacimientos comparten muchos rasgos, pero también difieren en muchos otros. El
estilo general tiene muchas similitudes con las
Hasta este punto los conocimientos obte- cerámica chavinoide de la costa central. Las
nidos sobre Chincha y Pisco, resultaron a me- unidades de Ica carecen de incisiones en zignudo ser más completos, aunque menos deta- zag estampadas (rocker stamping), pero en camllados que los datos anteriores que se puedan bio tiene dibujos en negativo y la combinación
obtener de los valles de Ica y Nasca. Por ello de pintura e incisión del estilo Paracas. Por
creí conveniente permanecer algún tiempo en consiguiente, está más cercano a dicho estilo
Ica, ya que podía ampliar los datos requeridos. y en realidad yace directamente debajo de los
Este trabajo todavía continúa. Se han agregado basurales de Paracas Temprano; e indicaría que
30 nuevos yacimientos a los aproximadamen- se trata del antecedente del estilo Paracas.
te 60 que habían sido anotados anteriormente
por Rowe, Menzel, Strong y Dawson, los yaciPara el estilo Paracas, hay una colección
mientos más antiguos están en proceso de ser proveniente tanto de Chincha como de Pisco,
revisados nuevamente, si es necesario. Se han que es suficientemente grande, de manera que
hecho formularios de informes y colecciones se puede establecer una comparación con las
de fragmentos de cerámica para todos estos diferentes fases que han sido distinguidas denyacimientos, y han sido anotados en el mapa tro del estilo Paracas en Ica. Las dos unidades
a escala 1/40000 previamente dibujados por son generalmente similares; no es exactamenRowe. El resultado será un juego de datos para te igual a la cerámica Paracas de Ica, pero tipoIca que es comparable al obtenido en Chin- lógicamente podrían ser seriadas entre Paracas
cha y Pisco. Los datos y las colecciones estarán Temprano y Paracas Tardío. Alternativamente
permanentemente accesibles en el Museo de podrían representar una variación local. Una
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de las características notables es la frecuente
en Lima.
combinación del negativo o inciso con pintura
post-cocción en la misma vasija.
Además del trabajo de reconocimiento, se
han hecho algunas excavaciones con el objeto
En el periodo siguiente, equivalente al Prode aclarar interrogantes de importancia que el to Nasca de Strong o al Nasca I de Dawson,
reconocimiento dio a luz. Dos excavaciones parece haber habido diferentes locales entre
fueron hechas en Chincha y una está todavía las áreas de Nasca-Ica y Chincha-Pisco. En
en realización en Ica. Una en cada valle. Es la última ocurre un estilo que consiste princiun corte estratigráfico de basurales, la tercera, palmente en una cerámica delgada, pulida de
en Chincha, resultó no tener una estratigra- color anaranjado y sin decoración. Los tipos
fía cultural, pero si ha brindado una excelente relativamente raros con decoración incluyen
muestra de cerámica. Todas las excavaciones bruñido de molde, engobe crema, puntuación
están hechas en basurales de Paracas.
interior y ocasionalmente un engobado rojo e
inciso exterior. Se pueden aislar dos fases denPara delinear las secuencias de cerámi- tro del estilo. Han sido denominados Chungos
ca del área, la más temprana conocida hasta A y B, de la localidad tipo en el valle de Pisco.
ahora ha sido encontrada en las excavaciones Las características principales que distinguen
hechas en Chincha y en Ica. La decoración a estas dos fases, es la ocurrencia de dos tipos
consiste en dibujos geométricos simples en in- de vasijas en Chungos B, una vasija o plato de
cisiones poco profundas, círculos estampados bordes en ángulo.
e incisos, líneas cóncavas estampadas en forma zonada (zoned rocker stamping) y también
Chungos A comparte muchas característidibujos geométricos simples en pintura post- cas con el estilo Jahuay, descubierto por Lancocción. Las vasijas están cocidas a fuego bajo ning a 20 km al Norte de Chincha, cuando
y las superficies son negras o marrón oscuro. puede ser convenientemente definido, ChunUna forma decorada característica, es una va- gos A parece ser idéntico al estilo Jahuay.
20
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
Chungos B está aislado en varios yacimientos
del valle de Pisco y puede ser bien definido. El
estilo Chungos en general, es similar a lo que
se conoce como estilo Necrópolis. Como se ha
definido el estilo ocurre también en el valle de
Chincha, asimismo ocurre en Ica pero allí está
asociado a tipo engobado con decoración incisa en el contorno, característico del tipo Nasca
I y Proto Nasca de Dawson y Strong respectivamente, así como otros tipos decorados, no
encontrados en Pisco o en Chincha.
El siguiente estilo de cerámica encontrado
en Chincha y Pisco es policroma, de estilo engobado. El yacimiento tipo es El Carmen, en
Chincha. El rasgo más característico son líneas
diagonales de color rojo y blanco, alternado en
una base negra en los exteriores de un plato con
paredes en ángulo, bajas (gambreled). Un tipo de
decoración muy similar por su forma al Chungos B con el exterior completamente negro y el
interior completamente rojo, (solid black...) es
temprano dentro del estilo en general; puede
probar que sea exclusivamente anterior a la cerámica con dibujos pintados o alternativamente, asociado con el estilo policromo en sus fases
más tempranas. La decoración en este estilo incluye dibujos geométricos policromados y dibujos representativos, en negro, rojo, púrpura, rojo
naranja y algunas veces gris en un fondo negro.
Vasijas de tipo abierto son las formas decoradas
más comunes. El estilo tiene varios rasgos similares con la cerámica de Ica y Nasca, específicamente con Nasca 2 de Dawson.
El rasgo más característico de el estilo siguiente: La Estrella, son vasijas abiertas con
líneas diagonales de color blanco alternando
con negro con un fondo oxidado, no engobado, en los exteriores. Los interiores de las vasijas de esta forma y las superficies decoradas de
las otras formas de este tipo tienen un engobe
blanco, con dibujos geométricos y dibujos representativos en negro, rojo púrpura, rojo naranja y algunas veces dibujos de pigmentos grises. Zonas con engobe rojo sin dibujos también
ocurres. Este estilo comparte varios rasgos con
los estilos Nasca Temprano y Nasca Medio de
Strong y también con Nasca 3 y 4 de Dawson.
Para las fases posteriores del estilo Nasca la
cerámica de Pisco y Chincha parece ser muy
similar a la encontrada en Ica y Nasca.
En general, los rasgos locales que distinguen los estilos El Carmen y La Estrella de
las fases correspondientes del estilo Nasca,
se encuentran con mayor fuerza en Chincha,
ocurren con bastante frecuencia en Pisco, son
raros en Ica, y puede no ocurrir en absoluto
en Nasca. Contrariamente, rasgos que caracterizan al estilo Nasca tal como es encontrado
en Nasca e Ica, se encuentran más frecuentemente en Pisco que en Chincha. Por añadidura, las similitudes se vuelven más específicas y
más frecuentes en Chincha y Pisco, en las fases
tardías del estilo Nasca.
El Periodo Medio, en cierto modo, parece
corresponden a una laguna, tanto en el valle
de Chincha como en el de Pisco. Uhle recolectó un poco de cerámica de estilo Wari puro,
en la parte alta del valle de Pisco y Lanning ha
encontrado algunas tumbas del mismo estilo
en Jahuay. A pesar de ello, no se ha encontrado arquitectura o restos de habitación que pudieran ser identificados con este periodo. Los
únicos fragmentos de cerámica pertenecientes
a este periodo que fueron encontrados en ambos valles son unos fragmentos Epigonales de
unas tumbas removidas en Chincha. Este vacío puede ser explicado, por lo menos en parte,
por la existencia de algún factor que pudiera
ser difícil la localización e identificación de
los yacimientos de este periodo. Sin embargo, la reciente teoría de Lanning y Menzel de
que habían dos centros distintos de influencia
Wari, en Pachacamac y en Nasca, sugiere que
la situación se puede interpretar como evidenciado una ligera influencia en las áreas intermedias, que incluirían Chincha y Pisco. Es
significativo anotar que la falta de influencia
Wari ha sido también encontrada en Cañete,
el valle siguiente al Norte de Chincha.
Sin embargo, hay algunas indicaciones de
que un estilo local relacionado existió en el
área durante ese periodo.
En los periodos Intermedio Tardío, Tardío y
Colonial Temprano, la cerámica de Chincha y
Pisco es distinguible. La secuencia en Pisco sigue a la de Ica, sin diferencias locales, excepto
alguna marcada influencia de Chincha, que la
que se encuentra en Ica. Esta secuencia incluye los estilos Chulpaca, Soniche, Tacaraca A y
Tacaraca B identificados por Menzel (ms). En
21
Arqueología y Sociedad 2
Chincha la situación es menos clara. Las tumbas Chulpaca y Soniche existen en Chincha,
pero tampoco en la cantidad o asociaciones
que podrían indicar que estos fueron estilos
dominantes en el valle. Sin embargo, los estilos locales correspondientes no han sido todavía claramente identificados, desde que las
colecciones de superficie para este periodo son
pocas y en pequeña cantidad. En contraste, están los lotes de tumbas excavados por Uhle, así
como varias colecciones superficiales de fragmentos de cerámica, de las cuales se pueden
definir los estilos más recientes. El primero de
estos, el Chincha Tardío de Kroeber y Strong,
ha sido colocado por Menzel como contemporáneo con una fase de estilo transicional entre
los estilos de Soniche y Tacaraca A y por ello
inmediatamente preinca en fecha. El estilo
muestra fuertes influencias tanto de Ica como
de Cañete, pero también tienen ciertos rasgos
propios. El estilo de cerámica siguiente, del periodo de la ocupación Inca del Valle, es distinta del estilo previo y también de los estilos contemporáneos de los valles adyacentes. Aparentemente este estilo persistió en los principios
del periodo Colonial Chincha. Fragmentos de
cerámica de trueque de Inca, de estos estilos
Tacaraca A (Inca) y Tacaraca B (resurgimiento local, post-conquista) ocurren también con
alguna frecuencia.
Para volver a otros materiales referiremos
que una secuencia de construcción de muros
de adobe ha sido estudiada para Chincha, en
base a la cerámica asociada. Hay un tipo de
adobe, que llamo tipo “cuña horizontal”, que
presenta la forma de un grano de maíz y descansa de costado con una parte plana hacia
afuera y está asociado con la cerámica de estilo Paracas. Es usado para cubrir paredes, con
un relleno de terrones de adobe de tamaño
de una toronja a un melón. El siguiente tipo
es también en forma de cuña, pero más aplanado, largo, ancho y colocado verticalmente,
descansando en un costado de tope aplanado
–el tipo “cuña vertical”–. Es usado en masas
sólidas, no exactamente para cubrir paredes
como el tipo anterior. Aparentemente distinto
y posterior en tiempo que el adobe tipo “cuña
vertical”, es el adobe hemisférico; usado con
la base hacia abajo y solamente en paredes sin
techo. Este está definitivamente asociado con
la cerámica de estilo El Carmen. Siguiendo a
22
este tipo hay una forma semicilíndrica (de base
rectangular, la parte superior curva, extremos
semicirculares) que, con varios subtipos, es la
firma asociada con los varios subestilos tardíos
de Nasca, hasta el fin de este estilo general.
La construcción en el periodo Intermedio Tardío es de tapia, barro sólido, probablemente en
forma vaciada. Los adobes vuelven a aparecer
en asociación con la ocupación Inca, de forma
rectangular grande, hecho con molde.
Más o menos la misma secuencia de adobes se aplica al valle de Pisco. Por lo menos
se han encontrado los tipos hemisféricos y semicilíndricos, asociados a la misma cerámica
que en Chincha. Ha sido más difícil observar
la forma de adobe en Pisco, dada la naturaleza
y condición de los yacimientos. Pero también
se observa que hubo un mayor uso de la piedra, particularmente en las áreas en que las
hay en abundancia. Esto es especialmente verídico para los yacimientos de Chungos y Nasca Temprano; además, uno de los principales
yacimientos Inca en el valle, está construido
con piedras del campo. Una nueva clase de
adobe fue observada en Pisco, de forma larga
y cónica, variando de 1 a 2 pies de longitud,
descansando con el extremo aplanado hacia la
cara de la pared.
La secuencia a base de formas de adobe en
Chincha es en general similar a lo que se conoce hasta la fecha en Inca; algunas formas son
idénticas, otras solo análogas. Las asociaciones
con la cerámica son generalmente las mismas,
con respecto a este periodo.
Son de gran interés los tipos de estructura
para estos métodos de construcción y los patrones generales de población, para los cuales
estos métodos de construcción son usados. Los
tipos de adobe de “cuña horizontal” y terrones
irregulares ocurren en grandes montículos sólidos, de los cuales hay cinco en Chincha, todos
orientados en una línea Este-Oeste y con la
misma forma. El fechado de estos yacimientos
no puede ser posterior a la cerámica de estilo
Chungos y más parece ser Paracas. Los montículos con indudablemente función ceremonia;
las habitaciones parecen haber sido bastante
pequeñas, la población dispersa. En Chincha
el tipo de adobe de “cuña vertical” es usado
para un tipo idéntico de montículo ceremonial
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
al mencionado anteriormente, y probablemente pertenezca aproximadamente al periodo de
la cerámica estilo Chungos. Sin embargo, el
yacimiento tipo de Chungos que está situado
en Pisco, consiste de dos grandes estructuras
rectangulares, subdivididos uniformemente en
recintos rectangulares y demasiado grandes
para ser llamados cuartos.
suma, se puede clasificar a este tipo de yacimiento como un centro urbano, junto con las
ciudades Nasca más tempranas.
Este patrón general persistió durante el periodo Colonial Temprano y Tardío. Solo dos sitios se pueden clasificar como de construcción
pura o mayormente Inca: Tambo Colorado y
Lima La Vieja, ambas en el valle de Pisco. En
Las dos estructuras están construidas sobre Chincha, las construcciones Inca se sumaron a
suaves elevaciones, y la depresión entre for- los yacimientos existentes, incluyendo un “pama más o menos una plaza. El yacimiento fue, lacio” edificado en una de las plataformas del
obviamente, el resultado de un planeamiento montículo ceremonial de La Centinela, que
completo, y ha sido probablemente un centro es parte de un centro urbano. Un sistema de
ceremonial o administrativo. Hay un sitio si- carreteras conectaba los dos centros de admimilar de este periodo en Cabeza Larga, cerca nistración Inca en el valle, incluyendo una que
del yacimiento de Paracas Cavernas, son restos llevaba directamente al centro Inca en el valle
de habitaciones, pero las estructuras son más de Pisco.
pequeñas y de un planeamiento menos regular
Un detalle adicional de interés es que exisque el yacimiento de Chungos.
ten frisos de adobe en algunos yacimientos del
Asociada con la cerámica de estilo El Car- periodo Intermedio Tardío. Son muy similares
men, hay poblaciones bastante grandes que a aquellas de la costa Norte en técnica y dibuconsisten de cuartos contiguos de varias for- jos geométricos que llenas la superficie, pero
mas y tamaños; no se distinguen calles rectas, los motivos específicos son diferentes.
pero las ciudades tenían una o más plazas entre
Los aportes que el trabajo hecho en los vaellas. Hay tres de estas ciudades en Chincha y
lles
de Chincha, Pisco e Inca han dado a la hisPisco, para las cuales los planos están todavía
toria general de la cultura del área de la Costa
muy bien preservados.
Sur, son de considerable interés. Para resaltar
Ningún yacimiento que pueda clasificarse lo más importante, la identificación de la cerácomo ceremonial ha sido identificado para este mica más temprana conocida, relacionándola
periodo, ni tampoco hay muchos para las si- cercanamente al Chavinoide de la Costa Cenguientes fases de Nasca. En suma, los yacimien- tral y anterior al estilo local de Paracas, indican
tos de estas fases son difíciles de interpretar con que las influencias que dominaron gran parte
respecto a su función y tipo de población.
del Perú en este periodo, también se extendieron hasta la Costa Sur, con fuerza considerable
En el periodo Intermedio Tardío el tipo bá- e indudablemente formaron parte del desarrosico es un montículo levantado en varias fases llo de los posteriores. Parece haber habido una
sucesivas de construcción, alcanzando los mis- mayor uniformidad aún, en el desarrollo cultumos, alturas considerables. Estos montículos ral del Perú que el que se había sospechado.
están cubiertos con habitaciones, terrazas y
patios, distribuidos más o menos al azar. OcuLa mayoría de los estilos posteriores fuerren aislados (en este caso, son generalmente ron básicamente locales, pero, comenzando
de tamaño pequeño) y en grupos de tres o cua- con el estilo Paracas, el grado de localidad no
tro. Además, hay cinco grupos separados en fue muy restringido. En la parte restante del
Chincha en número de veinte o más montí- periodo Temprano y en todo el periodo Interculos. La disposición de estos montículos no medio Temprano, la uniformidad de la cerátiene un orden discernible, y pueden estar uno mica y otros patrones culturales se extendió a
al lado del otro o distanciados entre sí, a dis- lo largo de una gran área, comprendiendo los
tancias variables. Generalmente un montículo valles de Chincha, Pisco, Ica, Nasca y, para el
puede ser identificado como un centro cere- estilo Nasca, Acarí. Además, la existencia de
monial especial o un centro administrativo. En grandes estructuras ceremoniales que datan
23
Arqueología y Sociedad 1
desde temprano en este periodo, implican un
sistema social y religioso más organizado que
el que previamente se había pensado. Siguiendo a éstas, la presencia de centros urbanos en
el periodo Intermedio Temprano contradice
la teoría de que este tipo de población fue introducido en la Costa en una fecha posterior;
estas son las poblaciones más tempranas en el
Perú que caben dentro de las clasificaciones
de centros urbanos (específicamente establecimientos urbanos), y ocurren desde Chincha
hasta Acarí.
Parece haber habido menos independencia
local dentro del área de la Costa Sur en el periodo Intermedio Temprano que en el periodo
Intermedio Tardío, para el cual tenemos evidencias históricas de que Chincha, Ica (junto
con Pisco) y Nasca fueron políticamente independientes. En el periodo Intermedio Tardío,
el cuadro para toda el área es de rasgos locales
distinguibles, además de una gran cantidad de
interinfluencias. La influencia del estilo de cerámica Inca fue un fuerte factor unificador en
la cerámica de toda el área, pero, por lo menos
en la parte más reciente de este periodo, había una influencia de aproximadamente igual
fuerza en Chincha, proveniente del valle de
Cañete hacia el norte. Por ende, junto con sus
rasgos locales, el valle de Chincha tiene una
cierta independencia en este periodo. Sin embargo, hay una unidad básica dentro del área,
y, excluyendo las influencias a lo largo de toda
la Costa que se difundieron por toda ellas en
los periodo Medio y Tardío, las influencias externas de áreas restringidas y cercanamente
adyacentes. Por lo tanto, hoy se puede considerar, con base, a toda el área entre Chincha y
Acarí, como una unidad geográfica que guardó
una independencia básica y una uniformidad a
través de su historia.
Tanto el Informe sobre el Reconocimiento del valle de Chincha como el presente Informe
Preliminar, presentados por el Dr. Dwight T. Wallace, corresponden al Proyecto Arqueológico auspiciado por la Comisión Fulbright y dirigido por el Instituto de Arqueología y
Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1957 y 1959.
24
LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA
DE LA ESCRITURA PERUANA
Victoria De La Jara
Según opinión muy difundida, tanto en el Perú
como en el extranjero, las antiguas civilizaciones peruanas no habrían alcanzado la invención de las escritura. El presente artículo
sostiene una tesis opuesta y afirma que los sistemas peruanos de escritura son los más antiguos del continente americano. El análisis del
material arqueológico, las citas de los cronistas
de los siglos XVI y XVII y ciertas palabras de
los vocabularios quechuas antiguos, apoyan
esta tesis.
Las pruebas que he recopilado han parecido
convincentes a ilustres científicos extranjeros,
especialistas en la materia y constituyen el inicio
de un estudio que había quedado postergado en
el Perú por la falta de cátedras universitarias y
de investigadores consagrados al análisis de los
problemas de las escrituras primitivas.
El Imperio de los Incas
Como veremos más adelante, el uso de la escritura fue muy anterior al imperio de los Incas, que comienza aproximadamente en el año
1350 y termina en el año 1532 con la conquista española, que debió su éxito al hecho de
que el Perú estaba dividido por una sangrienta
guerra civil.
Hay que recordar que el imperio incaico
abarcaba, además del territorio peruano actual,
tierras que hoy pertenecen a Bolivia, Ecuador,
Chile y Argentina. Los conquistadores incas
difundieron sus leyes, sus costumbres, su lenguaje y sus técnicas, pero supieron aprender
mucho de los pueblos vencidos.
Estos pagaban un tributo y estaban incluidos
en lo que hoy llamaríamos un plan general de desarrollo. Los chasquis (mensajeros pedestres) se
alternaban para trasmitir las noticias o las órdenes hasta las fronteras del imperio. ¿Se confiaba
solamente en su memoria?, ¿No se vio el peligro
de que corrieran por territorios recién conquistados? No lo creo. Tampoco me parece que las leyes
del Cusco se aplicaran a todo el imperio sin existir textos. Este problema ya preocupó al cronista
Acosta, que sin embargo se encuentra entre los
que han negado la existencia de la escritura peruana. Acosta escribe: “...podrá con razón dudar
alguno como tenían noticia de todos sus reinos,
que eran muy grandes, los reyes de Méjico y del
Perú; o que modo de despacho daban a negocios
que ocurrían a su corte, pues no tenían letras ni
escribían cartas; a esta duda se satisface con saber que de palabra o por pintura o memoriales se
les daba muy a menudo razón de todo cuanto se
ofrecía” (Hoy sabemos que las “pinturas” mexicanas son los diferentes sistemas de escritura que
existieron en ese país).
25
Arqueología y Sociedad 2
Para los eruditos españoles de aquellas épocas, solo una escritura con “letras” era una verdadera escritura. José de Acosta afirma que la
escritura china es una “pintura” por carecer de
ellas, y ahora comprendemos que fueron en el
Perú los “testamentos dibujados”, la “historia
pintada” y las “señales” para conocer y aplicar
las leyes.
El cronista Martín de Morúa al referirse a
la forma exterior de los signos Inca dice que
Atahualpa tenía: “...un signo como de escribir
cuadrado los llamados ‘tocapus Inca’, son cuadrados y forman conjuntos con características
de textos: falta la simetría, aspecto ‘caótico’
en conjunto, pero con ‘combinaciones meditadas’”. Pudimos apreciar como los mismos
signos se repetían parcialmente en diferentes
Debemos destacar que fue en el siglo XIX textos o en uno mismo, y encontramos muchas
–al descifrarse las escrituras egipcias y de Me- veces la “cruz atravesada” descrita por Morúa.
sopotamia– cuando se descubrió el valor fo- No cabía duda, los tocapus eran los signos de
nético de los jeroglíficos. Dejaron de conside- la escritura Inca. (Fig. 1).
rarse “escritura simbólica” y nació en Europa
la ciencia de las escrituras primitivas. Todo lo
En el año 1966 pudimos estructurar el priescrito antes de esta fecha debe interpretarse mer catálogo de signos Inca. Hay en él 294 sigconsiderando su grave problema cronológico. nos diferentes (Figs. 2 y 3). Hasta ahora hemos
Los grandes sistemas de escritura de Sumeria, registrado más de 350, pero calculamos que su
Egipto, Babilonia, Asiria, Creta, el Indo, Hiti- número fue inferior a los 500 o 600 superando
tas, Mayas y Aztecas son como los sistemas de a la Cultura Maya, cuya escritura alcanzó 400
escritura peruanos: “escritura sin letras”. Y los signos aproximadamente.
inventores de las letras no son los inventores
de la escritura.
Los Keros con inscripciones facilitaron los
primeros desciframientos de la escritura inca.
Pero los limitados conocimientos de la époEl catálogo de signos de los keros, que estamos
ca no impidieron que se reconociera oficialestructurando tiene ya cerca de 200 signos, a
mente el valor documental de las “pinturas”
parte de las variantes de color. Más adelante
peruanas y en la Real Cédula al Presidente y
nos referiremos a estos signos.
Oidores de la Audiencia Real de las Provincia
del Perú, de fecha 20 de diciembre de 1553, se
No existe notación numérica dibujada en
lee: “Y demás de la información que hubiére- el Imperio Inca. Esto también concuerda con
des de los testigos haréis traer ante vosotros
los relatos de los cronistas. Bernabé Cobo hacualquier pintura o tablas u otra cuenta que
bla claramente del doble sistema de “quipus
haya de aquel tiempo por do se pueda averiy pinturas”, de modo que los documentos inguar lo que está dicho”. La Real Audiencia tescas estaban registrados en los quipus, desde el
tifica su conocimiento de que por las “pinturas
o tablas” peruanas se podía confirmar una de- punto de vista contable y los textos con signospalabra.
claración verbal anterior.
Estudio del Material Inca
En el año 1962 inicié una investigación integral de los materiales arqueológicos y textos
que podían ayudar a identificar y reconstruir la
escritura perdida de los Incas. Del análisis de
los antiguos vocabularios quechuas y las crónicas surgió el dato coherente de la existencia de
una escritura con signos de colores y que los
tejidos sirvieron como base principal para los
textos. Solo faltaba identificar estos signos con
el material arqueológico.
26
De acuerdo a las técnicas modernas, el número de signos permite determinar el tipo de
escritura, de allí que los catálogos que hemos
estructurado –los primeros que existen– cobren mayor importancia y utilidad.
Al conocer el material con que habíamos
trabajado, el famoso científico francés, Marcel
Cohen, opinó en 1966, que “de acuerdo al número de signos y en razón de sus alineamientos
sobre ciertos documentos, me parece evidente
que estamos ante una verdadera escritura, quizá ideo-fonográfica, como la de Egipto y Mesopotamia”.
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
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Arqueología y Sociedad 2
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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
Las Telas Funerarias de Paracas
dos. En ambos casos es frecuente ver los signos
en la cintura de los vestidos. (Fig. 5). En los
El imperio Inca debe mucho a las varias civili- antiguos vocabularios quechuas existe la palazaciones peruanas que lo precedieron, tanto en bra quellcascappacha cuya traducción literal es
lo que concierne a escritura como a cultura en “vestido escrito”. Vestidos de ese tipo, es decir,
general. Prueba de ello son las telas funerarias con signos, existen también en otras culturas
de Paracas, vestigios de una civilización muy antiguas, como la egipcia.
antigua, cuyos dioses y dignatarios ostentan
siempre los frutos más óptimos para las tierras
Afamados científicos extranjeros examinarecién irrigadas. De estos frutos son el pallar ron nuestros trabajos. Así el profesor de Aley el fríjol, los que “forman tierra”. Creo que a mania, Thomas S. Barthel, quien me escribió
este hecho se debió su gran simbolismo mági- las siguientes líneas: “Permítame felicitarla por
co-religioso en las culturas costeñas. Testimo- el espléndido descubrimiento que ha logrado
nio de ello sería el hecho de haber encontrado en los pasados años en el análisis de los textiles
en el fardo funerario Nº 91 (MNAA), no una de Paracas. Ud. ha presentado ambos: la evimomia, sino un costal de frijoles envueltos en dencia y el sistema Paracas”.
ricas telas bordadas, con las insignias y ofrenLos sistemas de escritura de mayor imdas de los grandes dignatarios de Paracas.
portancia y más conocidos son los de Paracas
El Museo Nacional de Antropología y Ar- e Incas, siendo éstos, el principio y el fin de
queología de Lima, tiene la mayor colección nuestras escrituras. Las etapas intermedias van
de las telas que cubrían las momias de Paracas, surgiendo con graves problemas, pero al ser ya
y ellas son testimonio indiscutible de que los indiscutible la existencia de la escritura en el
peruanos conocían la escritura desde el siglo Antiguo Perú, las otras evidencias son también
III a. C.
aceptadas por los científicos.
Durante 21 meses trabajamos en copiar los
signos de dichas telas y estructurar el catálogo en el que registramos 298 signos diferentes.
Todos son signos-pallar (Fig. 4). Un trabajo
posterior hecho con telas de Lima y Nueva
York, nos permitió encontrar 25 signos más.
Considerando que los signos de Paracas son
duales, se puede anticipar que su número no
fue inferior a 400 o 500. Debo añadir que al
estructurar el catálogo ya mencionado, identificamos los signos-cifra de Paracas, que es
un sistema vigesimal y también signos-pallar
marcados con puntos.
El testimonio de las telas Paracas destruye
la arbitraria afirmación de que en el Perú no
había textos ni inscripciones. De las casi 50
telas que analizamos pudimos descubrir, entre otras cosas, que en las telas con signos, las
imágenes idénticas van acompañadas de textos diferentes, siendo esta la única variación
de forma apreciable. El mejor testimonio que
hallamos fue una tela de Paracas con 23 felinos
idénticos y extensas inscripciones diferentes.
El Problema de las Escrituras
con Signos-Pallar
Hace más de 30 años el arqueólogo peruano
Rafael Larco Hoyle expuso la teoría de que los
peruanos antiguos habrían escrito sobre pallares, siendo éstos pequeños textos. Desgraciadamente, los dibujos y fotografías que publicó
inspiraron la teoría de los pallares como “fichas
de juego”. Podemos ver aún que los personajes
mochicas agrupan pallares con dibujos idénticos. Toda inscripción alfabética o pre-alfabética, exhibe un agrupamiento de signos diferentes, y la selección de pallares con dibujos
iguales parecen señalar un juego.
Mi teoría es una investigación independiente y no la continuación de los trabajos
realizados por Larco Hoyle. Fueron las telas
Paracas del Museo Nacional de Lima, las que
me permitieron presentar pruebas de una escritura temprana con signos-pallar. Al conocer
mi trabajo, el profesor Barthel, catedrático de
En Paracas, como en el Imperio Inca, hay Escrituras Primitiva de la Universidad de Tüuna escritura con signos de colores sobre teji- bingen me escribió, diciendo: “Usted ha hecho
31
Arqueología y Sociedad 2
añicos la anterior explicación que consideraba
los pallares como fichas de juego, y gustoso estoy de corregir mi posición anterior”.
cifra de diseño peiniforme, que aparecen
solos o asociados a líneas horizontales, que
también aparecen solas. Un gran número
de piezas de cerámica del Museo Nacional
Los resultados comparativos de nuestra
dan esta evidencia. Hay allí un tambor con
investigación sobre las escrituras con signosestos nuevos signos-cifra, y hago la obserpallar, son las siguientes:
vación de que una tableta de Mesopotamia
clasificada como “matemática” ha revelado
1. Hay 4 escrituras con signos-pallar: Paracas,
una notación musical. El nuevo sistema de
Nasca, Mochica A y Mochica B. (Fig.6).
signos peiniforme evoca también la forma
2. Es evidente que Mochica A y Mochica B
del Kipu y es quizá el primer sistema decison dos sistemas diferentes, teniendo el semal del Perú.
gundo signos de mayor complejidad y ase- 7. Con una diferencia radical de los signosmejándose parcialmente al sistema Inca. El
cifra, Mochica y Nasca tienen numerosos
estudio de la escritura Mochica ofrece la
ceramios cubiertos por ellos. Aún no se codificultad de haber muy pocos objetos arnoce su significado.
queológicos de auténtico interés.
3. No hay testimonios suficientes para afirmar que los sistemas de Paracas, Nasca y
Mochica A son idénticos. Podrían coinci- La Escritura Prohibida
dir en la forma del signo-pallar y revelar
un proceso de evolución. Las diferencias El cronista Montesinos habla claramente de
cronológicas y de lenguaje no pueden ser una escritura prohibida. El estudio del material
arqueológico revela la desaparición definitiva
desestimadas en ningún caso.
4. Un análisis de numerosos vasos con cifras de los signos-pallar cuando la cultura Wari se
existentes en el Museo Nacional, nos die- extiende por la Costa. ¿No hay escritura Wari
ron el testimonio de que los signos-cifra o Tiahuanaco? ¿No hay escritura entre Mode Paracas y Mochica A son iguales. Esta chica B y los Incas? Tenemos ya los primeros
constatación solo es válida para las cifras. testimonios de su existencia: signos Inca con
esquematizaciones de signos Tiahuanaco. Ha5. Tenemos las primeras evidencias de un llé dos inscripciones Wari cuyos signos cuadrasegundo sistema de cifras Mochica, cuyos dos se parecen a los signos-pallar, y el pequeño
signos parecen inspirados en el Quipu. Lo vaso de arcilla en forma de kero descubierto
he titulado Mochica B. El uso simultáneo en la fortaleza de Sacsahuamán tiene signosde varias escrituras es frecuente en otras tocapu que parecen ser los antepasados de
culturas antiguas.
los signos Inca, que vemos en tejidos y Keros.
6. El problema Nasca es muy grave, pero su Nuevos descubrimientos arqueológicos irán
escritura es la más importante después de completando este camino sumergido entre lo
Paracas e Inca. Los personajes de Nasca signos-pallar y los signos-tocapus Inca.
tienen vestidos e insignias bastante similares a los de Paracas, pero con los signos de
Mi programa básico ha sido reconstruir todo
su escritura pocas veces están asociados a el sistema de escritura del antiguo Perú. Las difiestos dignatarios. Es frecuente la aparición cultades son grandes debido a la pérdida masiva
de signos sin personajes, y en Paracas solo de nuestros textos. Hubo una escritura “sobre
he visto una tela con signos y sin persona- tejidos”. Pedro Cieza de León dice: “...y si la
je.
ropa fina que se desperdició y perdió en aquellos
En Nasca vemos un cambio en la forma del tiempos se guardara, valiera tanto que no lo oso
signo-pallar. Uno de sus lados se convierte afirmar según tengo que fuera mucho...”. El Vien ángulo. Y los primeros “signos cuadra- rrey Toledo obtiene el dato de que las “tablas de
dos” son pallares Nasca. Las cifras Nasca colores” con “señales” usadas para conocer las
son aún más conflictivas: los puntos se- leyes del Cusco “las quebraron e destruyeron”
ñalan cifras más elevadas que el 20, pero los españoles. Perdimos los Códigos del Imperio.
descubrí otro sistema formado por signos- El pasado también sufrió daño. El pillaje viola
32
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
33
Arqueología y Sociedad 2
las tumbas y momias envueltas en telas multico- vación de que son ciertas características de las
lores son destruidas. Hubo tanto, sin embargo, imágenes –sobre las cuales están los signos– las
que señalan la dirección de la escritura. Alguque se salvó mucho.
nas veces un bustrófedon continúa en toda
la tela, pero en otros casos s interrumpe para
anudarse otra vez. Este dato puede ser ... para
Hacia el Desciframiento
todas las escritura peruanas.
De acuerdo con la ciencia contemporánea,
toda escritura puede ser descifrada, pero para
ello se requieren técnicas complicas y trabajo
en equipo, y yo he trabajado siempre absolutamente sola. El profesor Thomas S. Barthel
–fundador del Instituto de Etnografía de la
Universidad de Tübingen, Alemania– es uno
de los más afamados intérpretes de las escrituras Maya e Isla de Pascua. Desde el año 1966
ha recibido todos mis trabajos y en el año 1968
me anunció que la escritura peruana formaría
parte del programa de investigaciones de su
Instituto, e inició los primeros esfuerzos sistemáticos para el desciframiento de las escritura
de los Incas.
Durante 4 años mi trabajo recibió el consejo y aliento de tres científicos extranjeros:
Marcel Cohen de Francia: “Pienso que ya no
puede existir discusión sobre el hecho de la escritura peruana.... no esté descifrada. Hay que
confiar en el porvenir, que será quizá antes que
para la Maya”; Daniel Cazes de México: “Ya
no puede existir duda de que se trata de una
escritura”, y Thomas S. Berthel de Alemania:
“Cada vez será más difícil en el futuro, el querer calificar el antiguo Perú como “alta cultura
temprana sin ninguna escritura”. (Ponencia
presentada al 38º Congreso de Americanistas,
Alemania, 1968). Es en 1969 cuando llega la
noticia esperada: “Querida Victoria, este es un
momento de triunfo, en el mismo momento en
Dejé por un tiempo el estudio de los signos- que el primer hombre desembarcaba en la luna,
pallar y dediqué todos mis esfuerzos a los Incas. aquí en Tübingen, y como si nos cumpliera su
Lima y Tübingen se unen en un esfuerzo co- antigua promesa de volver, los primeros signos
mún. Viajan slides con tejidos, keros y pinturas de la escritura Inca, que acabo de descifrar, me
coloniales y múltiples, informes que preparo. escribió el profesor Barthel, nos traen su nomEl profesor Barthel consigue 30 keros-texto y bre: Con Ticci Viracocha.
yo 140. Envío un kero con 64 signos y otro con
48. El Nº 55 se perfila con el más inquietante. Veo en él las “letras” “groseras y toscas” de
las 16 torres usadas por los Incas para conocer ¿Qué es un Kero-Texto?
los solsticios del verano y del invierno y que
Garcilaso describe. El profesor Barthel piensa Fabricado bajo el despotismo extranjero, el keen otra explicación, pero coincidimos en que ro-texto no es un ingenuo exponente de remeestamos ante un nuevo tipo de inscripciones moraciones sentimentales del pasado. Enigmáen keros. “Estamos haciendo juntos progresos tico en su esencia misma, sus signos ya pueden
ser leídos y lo perfilan como el vaso ritual de
considerables”, me dice en su última carta.
clandestinos cultos. La escritura Inca testifica
Ciento veinticinco keros-texto me per- la existencia de una página perdida en nuestra
mitieron hacer una clasificación tipológica historia y se vislumbra un trajinar silencioso de
de ellos. Los resultados son los siguientes: 40 los Amautas.
keros-texto sin escenas, 82 keros-texto con
Detrás del tabernáculo católico aparecen
escena y 3 keros-texto-felinos. Me parece que
idolitos
Incas y santos venerables –rostros con
la diferencia tipológica de los keros-texto está
en vinculación con su valor ritual o evocativo. el terremoto– descubren sus signos-tocapu inLos keros sin escenas se dividen en tres clases teriores. Solo un 10 ó 15% de los keros tienen
inscripciones. Así mis 140 keros equivalen a
y los con escena en seis.
1400 estudiados. Jamás vi una cruz en ellos.
Para el desciframiento de la escritura Pa- Es una rebeldía sistemática, aunque aceptan el
racas añadí a mis trabajos anteriores la obser- caballo, la sirena y la guitarra. (Fig.7).
34
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
Los signos-tocapu no acompañan tampoco
a los santos católicos en la pintura cusqueña
y los dioses peruanos –tan angustiosamente
perseguidos por el “extirpador de idolatrías”–
son evocados y perennizados en los textos Inca
“coloniales”. Por eso los españoles no se explicaron el sistema gráfico Inca, y no supieron
leerlo.
35
SAN HUMBERTO: UN SITIO FORMATIVO
EN EL VALE DEL CHILLÓN
(Informe Preliminar)
Hugo Ludeña
Introducción
A partir del segundo semestre de 1969, el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de San Marcos inició el reconocimiento
del Valle del Chillón, desde la desembocadura
del río hasta el kilómetro 60 de la carretera que
conduce a Canta, y durante esta exploración se
ha podido ubicar algunos sitios inéditos, entre
los cuales figura el Conjunto San Humberto,
el que presenta notables características que lo
ubican cronológica y culturalmente en el periodo Formativo. Este conjunto enriquece las
evidencias del Formativo en la Costa Central,
pues los más conocidos, hasta el momento,
son: Ancón, Garagay, Lurín, La Florida y Curayacu, además de las noticias verbales dadas
por José Casafranca de algunas colecciones de
superficie procedentes del área cercana a la
G.U.E. “Bartolomé Herrera”, Maranga, Parque
de las Leyendas, Cuevas, así como de algunos
sitios cercanos al aeropuerto internacional.
sí menciona que entre las ruinas de Collique
y Punchauca se encuentran las de Kon-Kon y
numerosas necrópolis del tipo de Atavillos en
la Pampa de Huacoy, así como un adoratorio,
pero su descripción del sector y del material
extraído en antiguas excavaciones no coincide con la arquitectura ni la cerámica de San
Humberto. En la Identificación y Bibliografía
de importantes Sitios Arqueológicos del Perú por
Hans Horkheimer publicada en 1965 se menciona los sitios arqueológicos ubicados desde
Tumbes hasta el Chillón precisamente; se describe a Collique ubicado en el kilómetro 16 y
como último lugar se menciona Huanchipuquio y otros entre los kilómetros 42 al 48 de
la carretera a Canta. En la misma publicación
se menciona el sitio formativo de Cuevas en el
kilómetro 6, pero no informa a San Humberto.
Entre 1952 y 1954 Louis Stumer realizó exploraciones y excavaciones en la Costa Central,
centrando su interés en el Chillón en la zona
baja.
El conjunto San Humberto está formado por 24 montículos y no son mencionados
con la bibliografía arqueológica conocida para
el Valle del Chillón. Es así que Mons. Pedro
Villar Córdova en su Arqueología del Departamento de Lima al referirse al Chillón, describe
lugares cercanos a San Humberto sin mencionar específicamente a este grupo; sin embargo,
Los reconocimientos más recientes realizados en el valle parece que fueron hechos por
Patterson y Lanning en 1963, pues la publicación del Museo Nacional de Antropología y
Arqueología del año 1966, en una Descripción
y Relación de Sitios Arqueológicos, menciona 127
sitios en el Chillón informados por Patterson y
Lanning. Los sitios que están más cerca de San
37
Arqueología y Sociedad 2
Humberto son PV-46-22 así como PV-46-23 y
PV-46-24 con los que se ubican promontorios
en la Hacienda Chacra Cerro. Pero a partir de
este sitio parece que ellos se dirigieron hacia el
norte y la mayor parte de su exploración se refiere a sitios ubicados entre Ancón y la carretera Panamericana. En la publicación de Edward
Lanning, Peru Before the Incas de 1967 no se
menciona a San Humberto y tampoco en las
cronologías publicadas recientemente.
Solamente se tiene dos referencias acerca
de este sitio. La primera es una carta publicada por el Instituto Geográfico Militar (Nº 483)
reimpresa en 1964 a la escala de 1/200000 en
la que se ubican ruinas arqueológicas entre las
Haciendas Caudivilla y Huacoy, aunque muy
alejadas del río y de la carretera. Podría tratarse
de Kon Kon que menciona Villar Córdova; sin
embargo, parece referirse al complejo arquitectónico de nuestro estudio. La segunda referencia
es muy reciente, dada por don Lorenzo Roselló
quien nos indica que en el año 1962 estuvo por
el lugar con don Toribio Mejía Xesspe.
Aproximadamente en 1922 se construyó
un reservorio de aguas cerca del ángulo norte
de la huaca principal, reservorio que posteriormente fue ampliado según manifestación de la
Sra. Victoria Espino, yanacona de la Hacienda
Caudivilla quien vive desde hace 47 años al
pie de la huaca. Los peones de las haciendas
cercanas acuden semanalmente a huaquear
al sitio así como los pobladores de los Pueblos
Jóvenes cercanos, excavaciones que ponen
en peligro al monumento. Finalmente, cabe
mencionar que el Conjunto está en un paso
obligado del camino que comunica a Huacoy
con Caudivilla y a 700 metros de la carretera a Canta, de manera que necesario prevenir
su destrucción y acelerar un estudio completo
del conjunto, pues se trata de construcciones
admirablemente bien conservadas, hechas de
piedra y adobitos hemisféricos en forma de panes, encontrándose en la superficie cerámica
formativa muy fina con decoración incisa y en
relieves; así como cerámica tosca de bordes
gruesos, redondeados y biselados. En la parte
alta de los tres edificios principales hay entierros intrusivos correspondientes a épocas más
recientes entre los cuales es frecuente la cerámica negra, roja y tricolor que son los objetos
que precisamente buscan los huaqueros.
38
En este informe preliminar únicamente
nos referimos a algunos detalles de las construcciones y a la pequeña muestra de cerámica
de superficie, asociada a los restos de piedras y
adobitos hemisféricos, recogida de un solo sector en la parte baja. En un próximo estudio del
lugar, en el que se pueda contar con mayores
elementos de juicio, será posible realizar un informe amplio y completo.
I. Ubicación
El Conjunto San Humberto se encuentra ubicado a la altura del kilómetro 22 de la carretera
a Canta, frente al Pueblo Joven “El Progreso” y
a 750 m de la carretera entre los caminos que
comunican a las haciendas Caudivilla y Huacoy. Se encuentra en terrenos de la hacienda
Huacoy, en el mismo límite con Caudivilla, según los pobladores del lugar. Está bordeado por
los potreros San Carlos, Clorinda y San Carlos
Jirón del Río por el Sur, San Humberto, Polvareda, Juanita y Mercedes I por el Este, por el
Norte limita con el río Chillón cuyo cauce está
a unos 350 m permaneciendo seco la mayor
parte del año debido a que las aguas son captadas por los canales de riego.
Los cultivos de los alrededores son de algodón y maíz, los cuales han borrado tres caminos antiguos que son claramente perceptibles
en la fotografía aérea y que, al parecer, comunicaban a estos edificios con los carros cercanos y también con algunos promontorios en la
Hacienda Huacoy de los cuales quedan pocos
restos.
II. Arquitectura
Se trata de un edificio central orientado de
sur-este a noreste con dos brazos paralelos y
laterales al edificio principal orientados hacia
el noreste. Cuenta con 21 montículos adyacentes, abarcando solamente los tres edificios
principales un área total aproximada de 450
por 650 m, el edificio central (A) tiene 3 m
de altura, es de contorno cuadrangular y de
forma tronco piramidal, estando formado por
plataformas. Al sur-este tiene una pequeña
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
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Arqueología y Sociedad 2
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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
plataforma con escalinatas de acceso, de las
cuales es posible observar cinco peldaños y los
muros de una pared. Al lado este de la base
del edificio central hay un brazo pequeño de
35 m de largo y 1.70 m de altura con abundantes piedras en la superficie, presentando un
muro de piedras unidas con barro que mide 4
m por lado. En una esquina de este sector bajo,
muy cerca de la base del edificio principal, una
acequia de riego ha cortado las estructuras de
piedra y barro, y es de la tierra que ha salido de
donde procede nuestra muestra de cerámica.
El edificio B está separado del principal y
tiene una longitud aproximada de 360 m presentando su perfil dos depresiones muy notorias. En la depresión mayor se observa que el
terreno contiene abundantes piedras aplanadas con musgo verdoso, las que posiblemente
correspondían a las construcciones destruidas.
En una de las paredes de este sector hay diseños borrosos hechos con incisiones anchas
pintadas con color negro y separadas de amplias zonas de color rojo. La comunicación con
la parte alta de este montículo es mediante
una rampa de más de 2 m de ancho.
hiladas de manera tal que la base descansa
sobre la parte convexa de los de la hilada de
abajo. En todos los casos los materiales están
unidos con barro y hay una pared en la que
se encuentran los tres tipos de materiales juntos formando muros adosados. Sin embargo, se
puede afirmar que los adobitos son utilizados
con mayor frecuencia. En algunos sectores se
presenta entre las paredes de adobitos un relleno formado por grumos de barro y piedras
redondeadas de pequeño tamaño.
Las paredes de adobitos están revestidas
por una capa de estuco de barro de 3 cm de
espesor por lo que en algunos sitios parece que
se tratara de muros de tapial; sin embargo, una
mejor observación permite concluir que en el
único caso donde se encuentra tapiales es en la
parte superior de algunos cercos que bordean
las huacas y en otros cercos que parecen más
recientes. Los adobitos están hechos a mano,
tienen forma de panes de 30 cm de diámetro y
20 cm de altura. Hay algunos de dimensiones
excepcionales que alcanzan a tener 45 cm de
diámetro por 35 cm de altura.
Al formar las paredes es posible observar
que
estas han sido estacadas y a continuación
Al norte del reservorio de agua hay tres
se
ha
adosado una nueva pared de adobitos, la
montículos separados, que en la superficie presentan abundantes piedras aplanadas de un que nuevamente ha sido estucada. Las escalicolor verdoso debido al musgo, lo cual indica natas también son adobitos y están recubiertas
que hace mucho tiempo que no han sido remo- con una capa de barro.
vidas y también es posible que correspondan a
restos de construcciones derrumbadas. Estos
pedregales están separados por un espacio amIII. Cerámica
plio del cuerpo del edificio C, el cual es el más
destruido en su parte más alta y en las laderas. Se ha encontrado cerámica tosca y cerámica
Los tres edificios están rodeados por tapiales de pasta fina. Se trata de una muestra pequeña
que tienen sobre cimientos de piedra de río, pero bastante homogénea que procede de un
aplanadas y de tamaño uniforme, unidos con solo sector asociado con restos de construcciobarro. Encima tienen tapial de barro. Parecen nes de piedras y adobitos.
de construcción antigua, al menos en la parte
que llega hasta los 50 cm del suelo.
El material utilizado en las construcciones
es de tres tipos: piedra de río, piedra canteada
y adobitos hemisféricos hechos a mano. Las
piedras de río son siempre aplanadas, circulares u ovoides, llegan a tener hasta 40 cm de
diámetro y están asentadas sobre la base plana.
Las piedras canteadas con cuadradas o rectangulares, mostrando en los paramentos la cara
más plana; y los adobitos están colocados en
1. Cerámica sencilla San Humberto
Se cuenta con 121 fragmentos correspondientes a vasijas de gran tamaño, con paredes de
hasta 9 mm de espesor y presentan como característica el color rojo. Se trata de ollas de
bordes gruesos, redondeados y en forma de
coma, así como de una vasija abierta de paredes altas y borde recto. La superficie exterior
41
Arqueología y Sociedad 2
presenta engobe de color rojo, mientras que
la superficie interior varía del rojo al amarillo
grisáceo y rojizo. La superficie exterior es casi
siempre muy áspera al tacto, sin brillo a pesar
del engobe. Presenta fracturas muy irregulares
debido a que la pasta es bastante porosa por
contener abundante arena gruesa y piedra molida como temperante. La superficie interior
presenta marcas toscas de alisado con la mano
así como manchas de cocción al igual que en
el exterior. También se observan manchas de
carbón por el uso, pero en muy pocos fragmentos. Las piezas fueron cocida en atmósfera oxidante y la dureza promedio es de 4.5 según la
escala Moh.
Las formas más comunes son de ollas y
solamente hay algunos fragmentos correspondientes a una vasija abierta de gran tamaño. Es
notorio que este tipo no presenta ninguna decoración, sin embargo, la diferencia y variedad
de borde nos permitirá en el futuro encontrar
varios tipos. Es notoria también la ausencia de
asas (Lámina I-1 al 15).
2. Cerámica fina de San Humberto
La cerámica fina de San Humberto se caracteriza por la presencia de platos, cuencos,
botellas y posiblemente cántaros de pequeño
tamaño. Se encuentra también un fragmento que parece corresponder a una vasija con
gollete-estribo. Las superficies son muy pulidas
alcanzando hasta el bruñido, pero dominando
los colores gris, negro y ante; y la decoración
es incisa, en relieves, estampada, puntillada y
mecida. Las incisiones generalmente separan
zonas pulidas y brillantes de los sectores llanos
o con relieve, siendo notorio que las incisiones
también presenten brillo en su interior. Las líneas tienen por lo general 1 mm de ancho pero
también hay fragmentos con 2 mm de ancho.
Los platos y cuencos presentan la decoración
incisa de la superficie interior o exterior pero
nunca ambas superficies. Las vasijas cerradas
presentan la decoración en el cuerpo de la vasija y en sectores amplios.
Los cuencos son de bordes redondeados
y con un ligero bisel hacia afuera, de paredes
rectas y de base plana. Los fragmentos de bote42
llas corresponden a vasijas de cuerpo globular
y de base plana. En dos casos parece tratarse
de piezas de pequeño tamaño con cuerpo de
forma irregular.
La decoración más frecuentes es de líneas
paralelas que llegan hasta el borde, abarcando
el tercio superior del interior de los cuencos;
y líneas radiadas que parten de una incisión
que delimita la base interior del cuenco. Hay
un fragmento que presenta un diseño muy estilizado el cual parece un ojo o parte de un ala.
También hay cuencos que tienen decoración
en la superficie exterior, presentando como
diseño una línea a un centímetro del borde y
también diseños reticulares separados de zonas
llanas.
La decoración de los fragmentos correspondientes a botellas es de cinco tipos, destacando
un ejemplar que presenta relieves a modo de
un colmillo y un ojo, y otro con decoración
estampada con marcas en forma de pequeños
herrajes. La muestra que se cuenta de cerámica fina es de 55 fragmentos, 40% de los cuales
presenta decoración incisa.
Es posible reconocer tres tipos bien definidos de cerámica fina:
A. Gris pulido
B. Negro fino
C. Ante fino
A. San Humberto Gris Pulido
Está representado por el mayor número de
fragmentos (27). La superficie exterior varía
del gris hacia tonalidades amarillentas al igual
que la superficie interior en las vasijas abiertas.
El corazón presenta generalmente tres colores;
al centro es gris y hacia la superficie interior de
colores rojizos o amarillentos. Las superficies
pulidas son muy suaves al tacto y brillantes.
La pasta presenta abundante arena fina como
temperante, la cual está bien distribuida; no se
observa mica más que en dos fragmentos. Las
fracturas son irregulares y la dureza es de 3.5
según la escala de Moh.
Este tipo presenta decoración incisa, estampada y en relieve. Las incisiones son an-
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
43
Arqueología y Sociedad 2
chas y separan espacios pulidos. El interior de
las incisiones también es pulido y brillante. La
decoración estampada se presenta en un fragmento correspondiente a un plato y en otro
correspondiente a una botella. Solamente hay
un fragmento que presenta relieve que pertenece a una vasija cerrada. La cocción ha sido
bajo atmósfera reductora con un control irregular de la temperatura o del oxígeno debido
a lo cual se observan frecuentes manchas de
cocción. Las formas más frecuentes en este
tipo son platos y cuencos de lados rectos altos y bordes redondeados y también con un
ligero bisel hacia afuera: tienen base plana, y
presentan decoración incisa en el interior o en
el exterior de la pieza. También hay fragmentos
correspondientes a vasijas cerradas, todos con
decoración incisa o en relieve. (Lámina I -16 al
28 y Lámina II- 1 al 9).
B.- San Humberto Negro Fino
Este tipo está representado por 11 fragmentos.
Se caracteriza por presentar la superficie exterior de un color negro muy brillante y el interior generalmente negro o gris. El corazón de
las pasta es gris, presentando algunos fragmentos un color rojizo hacia la superficie exterior
e interior. Su dureza promedio es de 3.5 según
la escala de Moh. La superficie es muy suave
al tacto debido a que se ha llegado a grados de
bruñido, lográndose superficies bien brillantes.
Las fracturas son irregulares debido a que la
pasta contiene abundantes particular de arena
fina, pudiéndose observar en la superficie interior algunas partículas de mica.
Tanto las vasijas abiertas como las cerradas han sido engobadas y luego pulidas, observándose las huellas dejadas por el pulidor
principalmente en la superficie exterior de las
vasijas abiertas. La superficie interior muestra
marcas de alisado con la mano. Presentan decoración incisa los fragmentos correspondientes a platos, cuencos y vasijas cerradas. Se
trata de incisiones anchas y brillantes que en
un caso representan el ojo o el ala de un personaje estilizado. También hay fragmentos con
incisiones finas y dos fragmentos presentan zonas puntilladas y buriladas separadas de otras
zonas llanas mediante una línea incisa. Es no44
toria la presencia en este tipo de una parte que
corresponde a una vasija con gollete-estribo.
La cocción ha sido realizada bajo atmósfera reductora (Lámina II – 10 al 14).
C.- San Humberto Ante Fino
Este tipo está representado por 17 fragmentos
correspondientes a platos, cuencos y botellas
de pequeño tamaño, y es característico el color
ante amarillento de la superficie exterior.
Las vasijas cerradas tienen el interior gris y el
corazón de la pasta del mismo color, mientras
que las vasijas abiertas presentan el corazón gris
en dos casos y de color rojo en un fragmento.
La dureza es de 4.5 y solamente un fragmento
alcanza 5 según la escala de Moh. La muestra
corresponde a piezas no muy suaves al tacto, de
tonalidades opacas, sin embargo, hay tres que
presentan superficies muy pulidas y brillantes.
Las fracturas son irregulares, debido a que la
pasta contiene abundante arena gruesa y poca
mica como temperante. Se observa también la
ausencia de puntitos blancos y negros. Presentan engobe de color crema amarillento y están decoradas únicamente las vasijas cerradas.
La decoración es en base a incisiones anchas
y poco profundas y en un caso se observa decoración estampada con diseños en forma de
pequeños herrajes de 6 mm de diámetro, separadas de otro sector mediante una incisión
hecha. Otro fragmento también corresponde a
una botella y presenta incisiones más delgadas
pero profundas y relieves que sugieren la forma
de un ojo y colmillo (Lámina II- 15 al 17).
IV. Comparaciones
Es posible durante esta presentación preliminar
establecer algunas relaciones entre la arquitectura de San Humberto y otros lugares. La presencia de construcciones de piedra y adobitos
nos recuerda mucho a Garagay pero hay una
semejanza mayor en las dimensiones, orientación y disposición de los edificios, ya que en
ambos casos se trata de un mismo patrón, consistente en un edificio central con dos brazos
laterales y la orientación del conjunto hacia el
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
45
Arqueología y Sociedad 2
46
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
noreste. En los dos lugares se observa también
en la parte baja un gran campo rectangular
y sectores laterales con muchas piedras en la
superficie, que nos hace pensar en restos de
casas derruidas hace mucho tiempo y que no
han sido removidas, por lo que se ha asentado
en la superficie un musgo verdoso. Los orificios
están ubicados en tierras llanas y fértiles, pero
San Humberto está más cerca del río.
En las últimas exploraciones se ha podido
ubicar entre los 24 montículos algunos que
contienen abundante material de deshechos y
restos de cocina correspondientes a esta época, los cuales nos podrán aclarar en el futuro
acerca de la actividad económica de estas poblaciones, pero se puede adelantar dos puntos
que son muy importantes. El primero es la presencia de diversos tipo de moluscos los cuales
En un artículo reciente la Dra. Rosa Fung nos indican la relación que debe haber tenido
hace notar la sorprendente semejanza que este conjunto con poblaciones del litoral; y el
existe entre los planos de La Florida y Garagay segundo, es la existencia de un canal de riego
según el arquitecto Carlos Williams. Esta se- que parece muy antiguo y que en la actualidad
mejanza se repite y es más nítida entre Garagay sigue siendo utilizado para el cultivo de dos
y San Humberto, lo cual nos da la evidencia de productos tradicionales: el maíz y el algodón.
un patrón común que perdura desde un moA pesar de las semejanzas tecnológicas que
mento en que es característica la construcción
se
encuentra
en la cerámica de San Humberto
a base de piedras canteadas y aristosas en los
paramentos y abundancia de relleno de barro y y algunos estilos de Chavín, sería prematuro
piedras como sucede en Garagay y La Florida, establecer ahora relaciones estilísticas, pues se
hasta el momento en que el uso de adobitos hace indispensable encontrar antes las posibles
hemisféricos es notable, sin perderse totalmen- vinculaciones con los sitios formativos más
te la tradición anterior.
cercanos al Valle del Chillón.
47
INFORME SOBRE LOS MATERIALES DE ACATA
EXISTENTE EN EL MUSEO DONADO POR
EL DR. G. SCHROEDER
Félix Álvarez
El arqueólogo alemán Dr. G. Schroeder, hizo
entrega al Museo de Arqueología y Etnología
de la Universidad de San Marcos de un pequeño informe que acompañaba, en calidad
de relación a un donativo que él mismo hizo a
dicho museo, y que venía fechado en Arequipa a 5-4-1958. El donativo consistía en: “43
artefactos de piedra como ejemplares típicos
de una cultura paleolítica del Perú y de 15 artefactos como material de enseñanza intuitiva
en las clases de arqueología” (Schroeder, Breve
informe manuscrito, 1958). En este informe el
Dr. Schroeder hace una relación de los objetos
que dona al Museo. La relación es breve y en
ella describe 43 artefactos distinguiendo entre
ellos, núcleos, raspadores, raederas, lascas y
puntas. Estos artefactos provienen de una excavación en trinchera que hizo en setiembre
de 1956 en los abrigos rocosos de Arcata (Par
5-1), en Castilla, departamento de Arequipa.
mer hallazgo del Dr. Schroeder, de donde, tras
una excavación sistemática, consiguió unas 40
puntas de flecha, raspadores, raederas y una
cuantas perlas de piedra para adornos. Posteriormente, a su vuelta a Perú en 1956, en mes
de setiembre, encontró en la región de Arcata
una serie de “abris” a una altura de 4600 m
“allí apareció una gran cantidad de artefactos,
también puntas de flechas, raspadores y raederas. El tipo de estos artefactos es el mismo que
el de Ichuña. Según la tipología los artefactos
corresponden al Ayanpitiense, una cultura
del Epimiolítico americano, llamado según el
pueblo de Ayanpitín en la provincia de Córdova” Schroeder, Revista del Museo Nacional,
(57). En ningún momento presenta asociaciones con otros elementos (huesos, cenizas,
pieles, etc.), no se si porque no los encontró, o
porque no le interesaba. Es decir, no presenta
contextos, sino que simplemente presenta las
El Dr. Schroeder, según él mismo escribe piezas y las describe, y no todas. Por otra parte,
(Revista del Museo Nacional, 1957) fue indu- tampoco presenta estratigrafía, y la cronología
cido por O. Menghin a trabajar en el período de este yacimiento, solo con estas evidencias
Lítico, que era el menos conocido. Confiesa puede calcularse, estableciendo tipos bien deque los primeros momentos no tuvo suerte, finidos que por comparación con los de otros
“…pero en 1953 explorando las minas de la yacimientos cercanos ya fechados pueden darregión de Ichuña encontró una cueva al lado nos una edad relativa. Las piezas que tiene el
del camino, pocos kilómetros antes de llegar Museo son 48 entre núcleos, raspadores, raeal pueblo de Ichuña. La cueva no es completa deras, lascas y puntas. El mineral utilizado es
sino más bien un refugio abierto” (Revista Mu- generalmente obsidiana, pero también se utiliseo Nacional, 1957, pág. 291). Este fue el pri- za cuarcita, hornstein, carneol, silex, etc.
49
Arqueología y Sociedad 2
Descripción:
Nº 1.- Núcleos: 2 (sin número “u” 2-1074)
Raspadores:
Nº 2.- Raspador aquillado de cuarcita. Retocado solo en la parte terminal. En la parte
ventral en la base, el bulbo está poco formado.
Artefacto crudo (“u” 2-1074)
Nº 3.- Raspador aquillado y pedunculado de
hornstein con un ligero retoque dorsal en la
parte basal posiblemente a presión. En la parte
terminal lateral de la cara dorsal se ha hecho
un retoque a percusión. En la parte basal de la
cara dorsal forma una especie de pedúnculo.
Es una forma atípica de esta cultura (ilustrada)
(2.1074 “u”).
Nº 4.- Raspador aquillado redondo con retoque dorsal y circular de obsidiana (2-1074-“u”)
Fig. 13 a y b.
Nº 5.- Raspador plano de cuarcita con retoque
terminal en el lado dorsal y con retoques escarpeados en la base (“u” 2-1074)
Nº 6.- Raspador plano de sílice con retoque
terminal y lateral izquierdo en la cara dorsal
(“u” 2-1074).
Nº 7.- Raspador plano de hornstein con retoque escarpado en la parte terminal de la cara
dorsal (“u” 2-1074)
Nº 8.- Raspador plano de carneol con retoque escarpado circular, menos en la base (“u”
2-1074).
Nº 9.- Raspador plano de hornstein con retoque escarpado circular, en la cara dorsal. Bulbo
retocado (“u” 2-1074).
Nº 10.- Raspador discoidal plano de obsidiana con retoque escarpado y circular (“u” 2.1073).
Nº 11.-Raspador discoidal plano de obsidiana
con retoque escarpado y circular. La parte terminal está quebrada (“u” 2.-1073).
Nº 6.- (dib).- Pequeño raspador discoidal de
obsidiana negra con retoque circular en la cara
dorsal. El trabajo es muy delicado y el astillamiento muy fino (“u” 2-1073) Fig. 11.
(arriba). Retoque de corte bien marcado en la
parte lateral izquierda. (“u” 2-1072).
Nº 13.-Raedera de cuarcita con retoque de
corte en ambos lados (“u” 2-1074).
Nº 14.- Raedera de pizarra silicificada con retoque escarpado en la parte lateral izquierda y
retoque de corte en la parte lateral derecha.
Nº 16.- Raedera plana de carneol oscuro con
retoque de corte en ambos lados. (“u” 2.1074).
Nº 17.- Raedera de obsidiana negra con retoque de corte en ambos lados.
Nº 18.- Raspador y raedera de obsidiana negra,
discoidal, típico, con retoque de raspador en la
parte terminal y lateral derecha. Retoque de
corte en la parte lateral izquierda (“u” 2-1074)
Fig. 12 a y c.
Lascas:
Nº 19.- Lasca quebrada de obsidiana negra. El
resto es la parte terminal con retoque de corte
en ambos lados. (“u” -2-1073).
Nº 20.- Lasca de obsidiana negra con retoque
bifacial. En las partes laterales tienen retoques
de corte. Schroeder dice que pudo ser intencionalmente hecha como punta de flecha. Esto es
seguro y el trabajo en la cara dorsal así lo indica. Esa cara tiene un retoque típico de punta
de proyectil con un trabajo de astillado bastante
grande facial y retoque de corte lateral en ambos lados. La cara ventral tiene la forma cóncava característica de las lascas de obsidiana sin
bulbo y con un ligero trabajo de corte lateral
(“u”2-1071). Atípica. Fig. 1 a, b y c.
Nº 21.- Lasca delgada de cuarcita sin retoques
(“u” 2-1075).
Nº 22.- Lasca delgada de obsidiana con retoque facial en la cara dorsal (“u” 2-1075).
Nº 23.- Lasca delgada de cuarcita con retoques
de corte muy finos en la parte lateral derecha
(“u” 2-1075).
Nº 24.- Lasca de obsidiana con retoques finos
de corte en ambos lados (“u” 2-1075).
Nº 25.- Lasca delgada de obsidiana con retoque de corte en ambos lados. (“u” 2-1075).
Nº 26.- Lasca delgada de obsidiana con retoRaederas:
que facial de la cara dorsal (“u” 2.-1075).
Nº 12.- Raedera quebrada de carneol. Retoque Nº 27.- Lasca delgada de obsidiana con retobifacial, e.d. en la cara ventral (abajo) y dorsal que facial dorsal (“u” 2-1075).
50
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
51
Arqueología y Sociedad 2
Nº 28.- Lasca de obsidiana con retoque facial
dorsal (“u” 2-1075).
Nº 29.- Lasca fina de obsidiana sin retoques
(“u” 2-1075).
Nº 30.- Lasca delgada de obsidiana con retoque facial dorsal (“u” 2-1075).
Nº 31.- Lasca fina de obsidiana sin retoques
(“u” 2-1075).
Nº E7 (“u” 2-1075) Lasca delgada de obsidiana negra con ligeras tonalidades rojas, finos
retoques de corte en ambos lados de la cara
dorsal y muy ligeros en la lateral derecha de la
cara ventral.
SIN NÚMERO “u” 2-1075.- Lasca de obsidiana negra con ligeros retoques de corte en ambos lados de la cara ventral.
SIN NÚMERO “u” 2-1075.- Lasca de carneol
delgada con ligerísimos retoques en ambos laterales de la cara dorsal y en el fin terminal.
Puntas de proyectil:
Nº 32 Punta de lanza de carneol, con retoque
de corte en ambos lados. Su forma es ligeramente pedunculada en forma de cincel. La
parte terminal que da la punta es corta y redondeada, casi circular. Las formas pedunculadas en cincel se dan en otras piezas de Arcata,
pero esta otra forma de terminal es más rara.
Forma atípica. Fig. 3
Nº 33.- Punta de cuarcita de forma romboidal
con retoque facial solo en la cara dorsal. La
cara ventral tiene, al igual que la dorsal, retoque de corte. La cara ventral es cóncava. En
realidad, al igual que la Nº 20 ya citada, es una
lasca trabajada como punta. Forma atípica de
esta cultura. (“u” 2-1072).
Nº 34.- Es en realidad otra lasca aprovechada
para punta de flecha. Tanto en la cara dorsal
como en la ventral la fractura de la lasca se conserva por no tener en ninguna marcado retoque
facial. Tiene retoque de corte en ambos lados,
su forma es ligeramente romboidal, con retoque
en su base pedunculada en forma de cincel para
colocar la punta. Parece ser esta la que el Dr. R.
Ravines relacionándolas con las puntas romboidales de Caru (“u” 2-1075) Fig. 5.
Nº 36.- Punta de cuarcita con retoque facial
dorsal. En realidad es otra lasca aprovechada.
Sus lados son aserrados. Su forma es ligeramente romboidal. La cara ventral no ha sido
52
retocada, y tampoco retoques de cortes laterales en ninguna de sus caras. Atípica como la
anterior (“u” 2-1075).
Nº 37.- Punta de flecha de obsidiana quebrada. Tiene retoque bifacial muy fino, y su fin
basal es pedunculado en forma de cincel. (“u”
2-1071). También atípica. Fig 2 a y b.
Nº 38.- No la cita Ravines, pero creo que se
asemeja a algunas puntas de Caru, así como
las de Tarata y el nivel medio de Toquepala.
Es decir, es negro. Tiene forma ligeramente
romboidal. Su fin basal y su fin terminal están
fracturados. Tiene ligeras aletas laterales como
las arriba citadas. El retoque ha sido hecho a
prisión, y también en el trabajo se asemeja a
éstas. Los bordes son ligeramente aserrados.
(“u” 2-1071). Fig. 4.
Nº 40.- Punta de flecha de obsidiana con retoque bifacial y escotadura marcada en la base.
El escote es curvo y aserrado. Es forma típica
de esta cultura y se asemeja a las de nivel superior de Toquepala. (“u” 2-1071). Fig. 8 a y b.
Nº 42.- Punta de obsidiana con retoque bifacial del mismo tipo que el anterior, pero menos
pronunciada en la base. (“u” 2.-1071) Fig. 7 a
yb
Nº 43.- Es una lasca de forma triangular utilizada de punta. Tiene retoque facial en la cara
dorsal en forma cruda, y un ligero retoque de
corte en el lateral derecho de la cara dorsal. El
fin basal ha sido escotado en forma cruda. La
punta es de obsidiana. (“u” 2-1075).
Nº 11 (dib).- Punta de proyectil de cuarcita
fracturada. Parte inferior de la misma. Retoque
bifacial y retoque de corte en ambos lados; en
la cara ventral ha sido trabajada suavemente a
presión. Su forma es foliácea y, por tanto, atípica. (“u” 2-1072) Fig. 6 a y b.
Nº 12 (dib).- Fragmento de la parte inferior
de una punta de obsidiana negra con escote
curvo y aserrado. Retoque bifacial muy bien
trabajado y retoque de corte en ambos lados.
(“u” 2-1071) Fig. 9 a, b y c.
Nº 13 (dib).- Fragmento de la parte inferior de
una punta con ligero escote curvo y aserrado.
Retoque bifacial ligero, más pronunciado en la
cara ventral y en la parte lateral derecha y basal de la cara dorsal. Trabajo realizado a percusión y presión (“u” 2-1072). Fig. 10 a, b y c.
Nº 14 (dib).- Fragmento pequeño de la parte
superior de una punta de obsidiana. Retoque
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
bifacial y retoque de corte en ambos lados. La plar con ligeras aletas laterales, de silex negro,
cara dorsal está mejor trabajada. El trabajo es como en Caru, su pedúnculo no puede verse
muy fino. (“u” 2-1071).
porque está fracturado. Este es el tipo de punta
que Ravines encuentra en Caru y llama romSe puede observar tras esta ligera descripción, boidales con aletas laterales. Igualmente se
que contando con materiales de otros yacimien- dan en el nivel 2 de Tarata qye según Ravines
tos de esta área, con los que ha podido haber “parecen ser derivaciones posteriores de las
relaciones, puede hacerse a un nivel superior, puntas pedunculadas aserradas del nivel meun trabajo profundo. Hay material más que su- dio de Toquepala” (Ñawpa Pacha, 1967, p.48).
ficiente para realizar un estudio estadístico, in- Por otra parte, con respecto a las posibles recluso para establecer curvas de popularidad.
laciones entre Arcata y Caru, dice Ravines
El Dr. Schroeder dice que los materiales que en Arcata hay “una punta de proyectil de
de Arcata corresponden, tipológicamente, al obsidiana de forma romboidal. Retocada muy
Ayampitiense II y cronológicamente estarían ligeramente a presión, que es muy semejante
situados entre 6 000 y 4 000 años a. C. Creo en su forma y detalle de fractura a las punque más importante que esto es, por el momen- tas del abrigo Caru” (Ravines, Ñawpa Pacha,
to, limitar sus relaciones culturales al ámbito 1967, p.51). Vistas estas relaciones podemos,
de Extremo Sur del Perú, para poder hacer un en cierta forma, aventurar una cronología reestudio en profundidad por áreas. El Dr. R. Ra- lativa para Arcata. Las puntas pedunculadas y
vines, en un artículo publicado en el Nº 5 de romboidales relacionadas con Caru y el nivel
Ñawpa-Pacha, Berkeley, 1967, con el título de medio de Toquepala serían las más antiguas
“El abrigo Caru y sus relaciones culturales con y estarían, como dedujo Schroeder por el feotros sitios tempranos del Sur del Perú”, esta- chado de los estratos geológicos de Ayampitín,
blece una serie de relaciones entre distintos entre los 6000 y 4000 años a. C. Las puntas esyacimientos del sur peruano en un área muy cotadas típicas son posteriores, y se relacionan
definida. El estudio de las relaciones culturales con el nivel superior de Toquepala con una anocupa la parte final de su artículo, y, en rea- tigüedad de unos 2000 años a. C.
lidad, no es sino una pequeña relación, pero
El esbozo de un estudio sistemático de la
de apunte es interesante. Ravines toma como
zona
ya está trazado, aunque, por supuesto,
principales puntos de referencia para establecer relaciones por una parte Caru (PTa2-5) y faltan muchos elementos y los yacimiento son
por otra parte el nivel medio del abrigo Nº 2 de también más de los aquí citados, por lo que
Toquepala (PTal-2). Este abrigo de Toquepa- las posibilidades se multiplican (Playa Chira I,
la es interesante porque en él es evidente una Pampa Colorada, Quebrada de los Perros, Caevolución en piezas líticas, sobre todo puntas. tarindo, Ichuña).
Su nivel superior está caracterizado por pequeSu importancia es enorme, sobre todo
ñas puntas triangulares y escotadas en la base.
Este tipo de punta es típico en Arcata. En el ahora cuando la arqueología en el Perú se
nivel medio de Toquepala hay puntas foliáceas va abriendo paso al definitivo y casi familiar
pedunculadas, de bordes finamente dentados Pleistoceno, de acuerdo a los recientes descuque también se dan en Arcata. Se da un ejem- brimientos conocidos.
53
BREVE HISTORIA DEL ORIGEN DEL TABACO EN
AMÉRICA Y SU DIFUSIÓN EN EUROPA
Julio R. Olivera
Rodrigo de Xeres y Luis de Torres, comisionados por Colón partieron de Guanahaní (San
Salvador) para explorar tierra firme en 1492,
internándose en la selva centroamericana.
Pudieron mirar un espectáculo nunca antes
contemplado, que los nativos de la isla sorbían
fuego y arrojaban humo por la boca y la nariz,
sin causarles malestar alguno aparentemente1.
Los indígenas llamaban a esta planta “Coviva”,
“Cojiva” o “Cohiva”2, y los indios de América
Septentrional lo llamaban “Petum”3. En el Perú
lo llamaban “Sayri”4. En Martinica “Macuba” y
“Yetl” al norte del Brasil5. Los aborígenes de las
islas occidentales la llamaban “Yoli” y “Shayli”
en varias comunidades del Norte de Ancash.
El nombre de tabaco provendría según unos
del instrumento en forma de “Y” que los nativos cubanos utilizaban para embriagarse con
las exhalaciones del humo. Este aparato fue
1 DE LA FUENTE, E. Zamora. (1959). El Tabaco y su cultivo. México. Cf. RAMOS PERES, Demetrio. (1947). Historia
de la Colonización española en América. pp. 194-195 Madrid.
2 U. T. E. H.A. (1953). Diccionario Enciclopédico T. IX.
México.
3 JHON RAIMOND, Ed. Tobacco-Dictionary, Copyright by
Philosophical Library. N.Y.
4 DE LA VEGA, Inca Garcilaso. (1943). Comentarios Reales de los Incas. T. II, L. V, p. 189. B.A.
5 EBRO, Juan de. El Tabaco, su cultivo e Historia. Su influencia en el organismo.
conocido por los españoles con el nombre de
“tabaco”. Posiblemente su nombre se le daba
a la provincia de Tabasco, lugar de la Nueva
España y no al de la isla Tabago de las Antillas
como pretenden algunos autores6.
Los nativos americanos en su mayor parte
fumaban cigarros envueltos en hojas de maíz
o de palmera, además de usarlo en puros, en
pipas, masticado y en forma de rapé como notaremos en el cuadro tentativo de secuencias
ecológicas.
El uso de esta solanácea, nos narran los
cronistas, se empleaba en los ritos y hechicerías. Cobo dice que los Sacerdotes eran a la
vez confesores, médicos y hechiceros7. Molina
el Cuzqueño8 refiere a los Conasocas que eran
curanderos y conocedores de todo tipo de hierbas incluyendo las tóxicas. Los Yacaraes que
empleaban ciertas hornillas con muchos agujeros por los que soplaban con canutos de cobre
y plata; y según salía el fuego por estos agujeros se respondía a lo consultado. (Adivinos del
6 DE LA FUENTE, E. Zamora. Ob. Cit.
7 COBO, P. Bernabé. (1956). Historia del Nuevo Mundo.
Bib. de Autores españoles. Madrid.
8 MOLINA, Cristóbal de (el Cuzqueño). (1916). Relación
de las Fábulas y Ritos de los Incas. Colección de libros y documentos referentes a la Historia del Perú. T. I, Ed. H.H. Urteaga
y C. A. Romero. Lima, Sanmarti&Cía.
55
Arqueología y Sociedad 2
pueblo de Huaro-Cuzco). Los Ayartapuc, que
hacían preguntas a los muertos y los Hechiceros que con tóxicos adormecían a los hombres,
los compelían a que entre sueños respondieran
a sus preguntas. Y los Huirapircos, que adivinaban por el humo, conocidos por Montesinos9
como los Sayrapircos. Nos refiere que para conquistar el amor, el mago ingería una cantidad de
coca, tabaco verde y canela, después de haber
tomado alguna prenda de la persona que se trataba de conquistar, luego cantaba invocando a
los espíritus y con las cosas que ha ofrecido a la
“huaca de los amores”, lo entierra en una olla y
cerca de dos ríos, a lo que denomina “Tincuc”.
Los indios creían que con este procedimiento
en tanto surta efecto ninguna persona puede
apartarse del que ama.
el precerámico, hablando del empleo de la madera en el sitio de Asia (Lima-Perú) nos dice de
tabletas y tubos para rapé. La tableta es esculpida dentro de una planchera tallada de 5 mm
de largo y 10 mm de profundidad. Mide 132
x 82 x 15 mm. El tubo es de 28 mm de largo
y es de madera dura probablemente ahuecado
artificialmente en todos sus lados. Estas piezas
presentan una analogía con las encontradas
por Bird sobre la costa chilena. Posteriormente
nos refiere que también aparecen asociados en
los horizontes con cerámica11.
No precisamos históricamente el uso de
este alcaloide. Lo encontramos difundido en
diferentes islas americanas del Atlántico, igualmente en el Norte, Centro y Sudamérica, además ya en Australia se reproducían en forma
Podríamos ubicar el origen peruano de esta espontánea las especies Nicotinum suaveolens
planta, dentro del periodo Arcaico y final del y sus variedades, que como refiere Holmes12
Formativo, por haber encontrado evidencias adoptaban formas enormes que medían cerca
de su uso, aunque no probablemente en pro- de cuatro metros.
ceso de domesticación. Sin duda en la etapa
Los botánicos reducen a una sola especie el
salvaje seguida de la experiencia del recolectabaco
usual o Nicotina tabacum, cuyas caractetor, “su aparición no marca el establecimienrísticas
son: lámina fina, colores claros y sabor
to de la barbarie”. Sin embargo, su desarrollo
lo consideraríamos a nivel de estos estadios. agradable. Otra especie del tabaco es la NicoMuchas plantas han sido recuperadas en los tiana rústica, silvestres, usada por los aborígenes
establecimientos arqueológicos. “Las técni- peruanos y conocida tanto en la sierra como en
cas más o menos precisas de cronologización, la costa. Tales plantas se encontraron usadas
como el Radio Carbono, han permitido la ubi- para la momificación de cadáveres, sin dudar
cación temporal de las muestras y finalmente, que por haberse descubierto que la descomposilas asociaciones que se han recuperado con las ción de las hojas sobre la carne, impedían la formuestras permiten su ubicación dentro de un mación de fauna cadavérica y en consecuencia
contexto cultural dado... el análisis del mate- su descomposición o putrefacción. La Nicotiana
rial, por otro lado, parte de la separación de rústica fue cultivada por los indios norteamerilas plantas en dos grandes grupos: Cultivadas y canos, pero por su mala calidad fue desechada
Silvestres”10. El tabaco no se llegó a domesticar por la colonización inglesa, comenzando a importar semillas de Venezuela y Cuba.
ni en el Arcaico ni en el Formativo.
El padre Labat subdivide esta especie en
Alden Mason dentro del periodo Cultista
(850-500 a.C.) incluye el periodo Guañape Tabaco de Verina, Tabac Des Amazones, Ta(3200-1, 250 a.C.) donde se encuentran tubos bac Alanque y Legran Petun de hojas largas,
para tabaco en polvo y cuencas de hueso, apa- carnuda y bellosa13.
rentemente para uso de rapé.
Frederic Engel, además de encontrarlos en
9 MONTESINOS, Fernando. (1882). Memorias Antiguas
Historiales del Perú. 1ra. Ed. Madrid.
10LUMBRERAS, Luis Guillermo. (1967). “La evidencia
etnobotánica en el análisis del tránsito de la economía recolectora a la economía productora de alimentos”. Perú Indígena
Nº 36. Lima.
56
11MASON, J. Alden. (1962). Las Antiguas Culturas del
Perú. Pp. 42, 50, 143. México. Cf. ENGEL, Frederic. (1957),
“Sites et établissements sans céramique de la Cóte peruvienne”. Journal de la Societé des Americanistes de Paris, T, XLVI.
París. Cf. BIRD, Junius. (1943). Escavation in Northern Chile.
American Museum of National History. Washington.
12HOLMES, H. George. (1951). The Centuries of Tobacco.
pág. 46.
13DE LA FUENTE, E, Zamora. Ob. Cit.
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM
Esta planta recibe el nombre de Nicotiana
tabacum, como lo dijimos clasificada en Botánica. Proveniente del nombre de Juan Nicot,
Embajador de Francia en Lisboa, que llevó este
producto de las islas de Tabago a su patria y la
obsequió a su Reina Catalina de Medicis: por
los que se le conocía ésta con el nombre de
“Yerba de la Reina”. Francia autoriza su libre
consumo, después de analizarla y comprobar
que no era planta peligrosa. De Francia pasó su
consumo a Inglaterra y se generalizó por toda
Europa14.
En honor al nombre del importador (Juan
Nicot) el sabio naturalista sueco Carlos de Lineo –1707-1778– la clasifica y le da el nombre
de Nicotiana tabacum. El apelativo genérico lo
deriva de Nicot y el específico por haberla traído de la isla de Tabago. Esta clase de tabaco
es poco cultivada, hay mejores especies y ésta
pertenece a la familia de las Solanáceas y clase
de las Fanerógamas15.
Las variedades son muchas, obtenidas ya
por cruzamientos naturales y artificiales. La
Taxonomía de este género Nicotiana es confusa y muy dilatada. Las más interesantes son la
Nicotiana tabacum, Nicotiana rustica y la Nicotiana macrophylla16.
pelotillas de tabaco las que puestas en el labio
inferior de los dientes, les sirvan de viáticos
para caminar tres o cuatro horas son molestias
de hambre ni sed.
En Inglaterra la Nicotiana rústica fue introducida por Sir. Richard Grenville y el capitán
Ralph Lane en 1565, procedente de Florida.
Sir Francis Drake, en 1573 introduce la Nicotiana Tabacum. La “pipa” es llevada por Sir
Walter Raleig y su uso era un acto de refinada
elegancia. En 1600 los ingleses llevan la Nicotiana Rústica a Rusia.
En 1556 el Monge André Thevet, al regreso del Brasil a Francia es el primero en cultivarlo en su país, haciendo referencias de sus
propiedades medicinales. El cardenal Próspero
de Sancroce, Nuncio Apostólico en Portugal,
lo introduce en Italia en 1561. Se cultivaron
en los jardines de Roma y recibieron el nombre
de “La Yerba de la Santa Cruz”.
Durante la primera mitad del siglo XVI el
uso y el cultivo de esta planta, se extendió por
Bélgica y Holanda. Los portugueses lo presentaron en el Japón, Corea y Manchuria hasta
llegar a China. También ellos lo introdujeron
en la India.
Fueron los turcos quienes llevaron el tabaEl mérito de haber introducido el tabaco en
co
a
Grecia y posiblemente los árabes lo llevaEuropa es del misionero español fray Romano
ron
al
África en el siglo XVII.
Pane, quien lo envió al Emperador Carlos V,
implantando su cultivo en el viejo Continente.
El uso del tabaco y su producción en escaDe ser así el alcaloide se hubiera llamado “Pala no comercial, empieza en los Estados Uninum”, es decir “Panum tabacum”.
dos de Norte América, Virginia, por el año de
17
Wightman W. Garner comenta que don 161218.
Francisco Hernández de Toledo, al regresar de
En el Perú en los primeros años republicaAmérica a España en 1559, llevó la semilla y
que fue cultivada como planta medicinal y la nos se establece la libertad de cultivo e indusdescribió Nicolás Monardes, Médico y Natu- trialización de este producto. Las zonas tabaralista de Sevilla en 1574 quien nos refiere que caleras fueron las tradicionales y fue complealgunos indios de la Nueva España hacían una mentaria a otros productos de pan llevar. Las
áreas estaban circunscritas al departamento
de Amazonas, Loreto, Lambayeque, Piura,
14DUDA, Pablo Luis. (1953). La industria del Tabaco en el
Ancash, Tumbes y Cusco. La industria casera
Perú. Lima-Perú.
predominó, prefiriéndose la producción ex 15EBRO, Juan de. Ob. Cit.
tranjera.
16��������������������������������������������������
TOWLE, Margaret A. (1961). “The Etnoboteny of precolunbian Peru”. Viking Fund Publications in Antropology Nº 30.
Washington. Cf. COMPAÑÍA RECAUDADORA DE IMPUESTOS. (1920). Cultivo del Tabaco. Lima-Perú.
17GARNER, Wightman W. (1951). The Producction of Tobacco. Pág. 46. Cf. DE LA FUENTE, E. Zamora. Ob. Cit.
18INFORME DEL TABACO. 1928: Estanco. Perú.
57
58
Qbda. Vaca
CHIRAVILLA
IMPERIO DEL
TAWANTINSUYO 1430-1530
ESTADOS REGIONALES
(Ica, Chimú). 1200-1430
IMPERIO WARI
700 - 1200
CULTURAS REGIONALES
.-200+750
FORMATIVO SUPERIOR
800-500
FORMATIVO INFERIOR
1300-800
ARCAICO TARDÍO
(2500-1300)
ARCAICO TEMPRANO
(5000-2500)
LÍTICO - 4000
PERÍODOS
PIPAS DE
PIEDRA
ASIA I
V. Rímac
PITAS DE
MADERA
CULEBRAS
PARACAS
CIGARROS
ASIA I
ASIA 302
(PARACAS)
PTO. NUEVO
CHILCA 287
TABLAS PARA
FUMAR
(DE MADERA)
Hallazgos de Frederic Engel
CHILCA 1
PARACAS 514
ASIA
HALDAS
TABLAS PARA
FUMAR
(DE HUESO)
CUADRO TENTATIVO DE SECUENCIAS ECOLÓGICAS Y CULTURALES
PARACAS 514,
BOCA ICA 1,
PALMA, 4027,
CHILCA.
QUIOCHE (Chilca)
CULEBRAS
OTUMA
DE PIEDRA
POZAS 580
CHILCA
HALDAS,
CURAYACU,
CHILCA 24,
IGUAÑIL
(Huaral)
TABLETAS
Arqueología y Sociedad 1
ACTIVIDADES DEL MUSEO
TRAGEDIA NACIONAL
Con motivo de la catástrofe del 31 de mayo el Museo funcionó como base del Comité de Ayuda
a los damnificados organizado por nuestra Universidad, Comité que preside nuestro director y
que está constituido por catedráticos, alumnos y empleados. El Museo puso la totalidad de su
personal a disposición del Comité, además de sus magros recursos.
EXPOSICIONES
Se repuso la Muestra de la Cultura Chavín, como homenaje al maestro Julio C. Tello en el XXIII
aniversario de su muerte.
XXIII ANIVERSARIO
El día 3 de junio se cumplió un aniversario más de la muerte del padre de la Arqueología peruana,
realizándose por este motivo, sin olvidar la tragedia de sufría la nación, una sencilla ceremonia
de homenaje en la que tomaron parte: el Dr. Juan de Dios Guevara, rector de la Universidad; el
Dr. Luis G. Lumbreras, director del Museo y el Dr. Toribio Mejía Xesspe, discípulo del maestro.
CENTRO DE DOCUMENTACIÓN ANTROPOLÓGICA Y ARCHIVO JULIO C. TELLO
En la ceremonia de homenaje a Julio C. Tello, se dio lectura a la resolución rectoral que crea un
centro de documentación y archivo dedicado al maestro sanmarquino.
59
Arqueología y Sociedad 2
PUBLICACIONES
Con el auspicio de la Corporación del Santa se ha publicado la guía turística: Los templos de
Chavín – guía para el visitante, realizada por Luis G. Lumbreras, Hernán Amat, Félix Caycho y
Abraham Guillén, libro que cubre un vacío en la literatura turística peruana.
MIÉRCOLES ARQUEOLÓGICOS
ABRIL
1. LUMBRERAS, Luis G.: “Excavaciones de tumbas en Ayacucho”
8. AMAT, Hernán: “Investigaciones arqueológicas de las ruinas de Rapayán”
15. DE LA JARA, Victoria: “La escritura de las épocas preincaica e incaica”
22. GONZALEZ CARRÉ, Jesús: “La cultura Huarpa”
29. ROSAS, Hermilio: “Informe sobre sus trabajos en Pacopampa”
MAYO
6. SARMIENTO, Ernesto: “Constantes y variantes dentro del arte peruano en su transición de
lo incaico a lo hispánico”
13. AYBAR, Elena: “Estructura y función económica social de los Aqllahuasi”
20. ISBELL, William: “Un pueblo rural bajo el Imperio Wari”
27. HUERTAS, Lorenzo: “Supervivencias precolombinas en la religión dentro del siglo XVII”
JUNIO
3. HOMENAJE A JULIO C. TELLO
10. SUSPENDIDO POR DUELO NACIONAL
17. HARTH TERRÉ, Emilio: “Arte y Arqueología”
24. HOLZMANN, Rodolfo: “Supervivencias prehispánicas en la música tradicional peruana”
JULIO
1. LUMBRERAS, Luis G.: “Orígenes de la sociedad urbana en el Perú” (iniciando una mesa
redonda sobre el Desarrollo de la Civilización Andina).
8. SILVA SANTISTEBAN, Fernando: “Religión y pensamiento místico en el antiguo Perú”
15. MEJÑIA XESSPE, Toribio: “Lenguas aborígenes del Perú
22. HARTH TERRÉ, Emilio: “Cerámica e Historia”
SEMINARIO SOBRE METODOLOGÍA
Se realizó durante los meses de abril y mayo un Seminario sobre metodología de la investigación
arqueológica en el local del Museo.
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