ARQUEOLOGIA Y SOCIEDAD 2 Publicación trimestral del Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Junio de 1970. PRESENTACIÓN Al cumplirse el 3 de junio último, el XIIIº aniversario de la muerte de su fundador, Dr. Julio C. Tello, el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos le rindió homenaje, realizando un conjunto de actividades que inspiraban en la labor misma desarrollada por el eminente sabio peruano. Gracias al apoyo de la Corporación Peruana del Santa salió a luz la publicación Los templos de Chavín” – Guía para el visitante, escrita por nuestro Director. Las características gráficas y el lenguaje didáctico de su texto, permiten, como deseaba el Dr. Tello, que los resultados de las investigaciones arqueológicas estén al alcance del público en general. Como parte del referido homenaje incluimos en el presente número de nuestro Boletín Arqueología y Sociedad, un documento de trabajo; el Proyecto de Organización y Fines del Museo. La realización de las tareas que allí se esbozan, se dirigirán a lograr, lo mejor posible, el cumplimiento de los objetivos que son propios a todo museo universitario. 5 PROYECTO DE ORGANIZACIÓN Y FINES DEL MUSEO DE ARQUEOLOGÍA Y ETNOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS Organización y Fines: micos, a solicitud de sus Directores o del Museo, para la organización de cursos o cursillos El Museo de Arqueología y Etnología es un de post-grado o de extensión. órgano de la Dirección Universitaria de Proyección Social. Por desarrollar actividades de El Museo es un servicio universitario para investigación está ligado a la Dirección Uni- la conservación, presentación y estudio de los versitaria de Investigaciones y, a través de sus restos materiales de las sociedades prehispániservicios para la docencia, al Departamento de cas del Perú, entendiendo como tales aquellas Ciencias Histórico-Sociales (Sección de Ar- que se dieron antes de la llegada de los españoqueología) de la Universidad Nacional Mayor les a este territorio y aquellas que, aún después de San Marcos. del siglo XVI conservaron los rasgos propios de su cultura, en forma dominante, incluidas las Su estructura económica y administrativa del área selvática. depende del presupuesto y organización de la Dirección Universitaria de Proyección Social; Para dar cumplimiento a sus fines, el Muel funcionamiento de los proyectos de inves- seo está organizado por: tigación, si bien se integra al funcionamiento global del Museo, depende de las disposiciones a.Una administración central (Dirección), dependiente de la Dirección Universitaria emanadas de la Dirección Universitaria code Proyección Social; rrespondiente. b.Los servicios propios del Museo, que cumLas relaciones con el Departamento de plen las funciones de: Ciencias Histórico-Sociales (Sección Arqueo1. Conservación, tratamiento y registro de logía) y con otros Departamentos (Ciencias los objetos (Servicio de Conservación); Biológicas, Humanidades-Arte, etc.), están y, sujetas al pedido que hagan los Jefes de Depar2. Presentación y divulgación de los mistamento ante la Dirección Universitaria, a fin mos (Servicio de Difusión y Promode usar de los servicios del Museo para fines de ción); docencia o investigación (local, laboratorios, personal, información, etc.). c.Los Servicios de apoyo, que, a través de la actividad permanente deben permitir el El Museo podrá ligarse también, previa formulación de un plan, a los Programas Acadéenriquecimiento de los fondos del Museo, 7 Arqueología y Sociedad 2 así como la clasificación sistemática de los materiales depositados. Ellos son: 1. El Servicio de Exploraciones y Excavaciones, 2. El Servicio de Arquitectura y Urbanismo, 3. El Servicio de Osteología y Craneometría; y, 4. El Servicio de Etnografía. El Director resuelve todos los asuntos relacionados con la marcha de la institución y se asesora con el Comité de Coordinación; mantiene las relaciones con las autoridades universitarias y refrenda documentos oficiales del Museo. Cuando el Director se ausenta por un periodo menor de noventa días, lo reemplaza en sus funciones el Subdirector del Museo y, en caso de ausencia de éste, el Conservador del Finalmente, en relación con los servicios Museo. Cuando la ausencia del Director, por de apoyo, aunque no necesariamente depen- motivos de licencia, viaje de estudios u otro, es dientes de ellos, se desarrollan programas de mayor a los 90 días, el Director Universitario investigación científica que pueden a su vez de Proyección Social designará, por el tiempo estar integrados dentro de Centros de Investi- necesario, a un Director Interino. gación de la Universidad o de otras InstitucioEl Subdirector es uno de los jefes de los nes y que se adscriben al Museo a partir de un convenio. El Museo puede, por su lado, mon- Servicios de apoyo que es designado para tal tar proyectos de investigación con financiación función, colabora con el Director en las funpropia o extraña, en relación con la Dirección ciones de Dirección del Museo y lo reemplaza en caso necesario. Universitaria de Investigaciones. A. Dirección del Museo Patronato del Museo La Dirección del Museo es el organismo central administrativo, técnico, que tiene la responsabilidad de las actividades del Museo. Depende de la Dirección Universitaria de Proyección Social. La Dirección del Museo está integrada por: Este es un organismo de apoyo del Museo. Su función es la servir como medio de ayuda y consulta para el desarrollo de las actividades del Museo, así como vehículo de contacto directo con otros organismos afines del país y el extranjero. El Patronato tiene una función consultiva y al mismo tiempo asume la tarea de contribuir a la solución de los problemas económicos y de desarrollo de la institución. – El Director – El Subdirector – El Comité de Coordinación – La Secretaría; y, – El Patronato del Museo, como organismo de apoyo y consejo. El Patronato funciona en plenario y en comisiones. El Pleno del Patronato está constituido por todos sus miembros y se reúne dos veces al año: el 21 de octubre, día de la fundación del Museo, para escuchar las Memorias Director y Subdirector del Presidente del Patronato y del Director del El Director del Museo es nombrado por el Rec- Museo y el Discurso de Orden conmemorator, a propuesta del Director Universitario de tivo, y un día en el mes de setiembre, con el Proyección Social y, si lo considera necesario, objeto de elegir al Presidente del Patronato y en consulta con la Sección de Arqueología del resolver los asuntos de su competencia. Departamento de Ciencias Histórico-Sociales El Patronato tiene una Comisión Permade la Universidad. Para ser Director se requienente, constituida por el Presidente y seis re ser arqueólogo profesional, con grado de Doctor. El Director puede ser un profesor de miembros. El Presidente es elegido por el Plela Universidad. no y los otros miembros son designados por el 8 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM Presidente. El Director del Museo actúa como Secretario y el Conservador como Tesorero. Dicha Comisión cumple permanentemente las tareas del Patronato y está capacitado para constituir Comisiones especiales, para objetivos concretos, tales como eventos de arqueología, actividades científicas, etc., contando con todos los miembros del Patronato. La Comisión Permanente se reunirá por lo menos una vez cada dos meses. Comité de Coordinación El Comité de Coordinación es el organismo asesor de la Dirección y está integrado por el Director, que lo preside (o el Subdirector en su reemplazo), el Conservador, el Jefe de los Servicios de Difusión y Promoción, el Jefe de Exploraciones y Excavaciones, el jefe del Servicio de Arquitectura y Urbanismo, el Jefe del Servicio de Osteología y Craneometría y el Jefe del Servicio de Etnografía. El Patronato tiene tres clases de miembros: de Honor, de Número y Correspondientes. Además participan los Coordinadores de Catalogación y Registro, de los Servicios Generales y los Servicios de Laboratorio. En la La calidad de Miembros de Honor del Pa- misma condición podrán participar, a solicitud tronato del Museo, es un reconocimiento de la del Director, los encargados de los proyectos institución a las personas vivas o fallecidas, que de investigación, cuando ello sea necesario. han contribuido al desarrollo de la institución El Comité de Coordinación debe reunirse y/o al de la arqueología andina en general. por lo menos una vez al mes para conocer de El Museo ha establecido una Galería para la marcha del Museo, los proyectos de investigación, la solicitud de servicios del Museo, la memoria de tales personas, las que serán los programas de extensión, etc. Anualmenincorporadas en tal condición, en ceremonia te debe hacer el estudio del presupuesto del pública. La designación de los Miembros de Museo para elevarlo a las autoridades comHonor se hará a propuesta del Comité de Co- petentes; igualmente, debe estudiar la forma ordinación, por el Pleno del Patronato. de encauzar las donaciones, convenios con el exterior, programar y ejecutar actividades de Por constitución, el Museo reconoce como investigación científica y de Museo, etc. Miembros de Honor natos, al Dr. Julio C. Tello, fundador del Museo, Dr. Max Uhle, Dr. Luis E. Valcárcel, Dr. Jorge C. Muelle, Prof. Toribio Mejía Xesspe, Dr. Pedro Weiss y Sr. Ra- Secretaría del Museo fael Larco Hoyle. Es la Sección que canaliza el trámite administrativo y económico del Museo; se encarga de Los Miembros de Número son designados, los archivos, actas, contabilidad de gastos, coa propuesta del Director, por el Comité de Co- rrespondencia, control de personal y almacén ordinación del Museo, hasta completar el nú- de útiles de escritorio. mero veinticinco. Los Miembros correspondientes son designados por el Comité de Coordinación entre los amigos y colaboradores del Museo, que se encuentran fuera de la ciudad de Lima, en el país y el extranjero. El Patronato en pleno, acordará su estructura interna y las obligaciones de sus miembros. El Pleno está constituido por todos los Miembros, con iguales derechos, pero el quórum será computado por la mitad más uno de los miembros de número. B.- Servicios del Museo Los Servicios del Museo son los de Conservación y Promoción y Difusión. En ellos se centraliza una de las actividades principales del Museo, la referida a la conservación, tratamiento, catalogación, registro gráfico, exposición y difusión de los objetos culturales que posee y obtiene con la ayuda de los Servicios de Apoyo. 9 Arqueología y Sociedad 2 Conservación Carpintería, albañilería y gasfitería Está es una de las secciones más completas y más importantes del Museo. Está bajo la responsabilidad del Conservador, que es el funcionario que sigue al Director en autoridad. Trabaja con un grupo de Coordinadores de los Servicios de Conservación y el personal a su cargo. Le toca supervigilar y garantizar el mantenimiento y limpieza del local; organizar los depósitos de objetos culturales y sus respectivos catálogos de ingreso y sistemático; mantener los servicios de fotografía, dibujo, biblioteca, etc. Y los laboratorios para el análisis y preparación de los objetos. Es un servicio de gran importancia para la conservación del local y para la preparación de las exposiciones. Debe contar con especialistas que a su vez, trabajan en el servicio de limpieza y vigilancia. Aquí debe agregarse, en lo posible, un electricista y luminotécnico. Depósitos y Catálogos Está bajo la dirección de un Coordinador de Catalogación y Registro. Casi se puede decir que es el núcleo de la actividad del Museo. Es en este servicio donde se centralizan todos los demás y del que se sirven quienes acuden al Servicio de Mantenimiento y Vigilancia Museo para la investigación y el estudio: objetivo final de la institución. Por eso, la organiEstá a cargo de un Coordinador del Servicio, zación de los Depósitos y Catálogo requiere de dependiente del Conservador del Museo, se personal técnico y de mucho esfuerzo. encarga de las tareas inherentes al mantenimiento del local, limpieza, vigilancia, guardiaEl Museo pretende organizar sus depósitos nía y recepción. de manera sistemática, tratando de resolver tanto el problema de la preservación de los objetos, como de su adecuado registro. En el proceso de catalogación se pretende establecer un Limpieza y Vigilancia sistema de registro con fichas perforadas para Con personal de servicio se encarga de man- su clasificación electrónica. El registro-inventener limpio el local y los objetos culturales en tario del Museo será hecho en un libro espedepósito y exposición; asimismo, en horas de cial, por ingreso (modificando parcialmente atención al público, se encarga de la vigilancia el ya existente). Las piezas son almacenadas tomando el criterio geográfico (región-vallede las colecciones. sitio). Se incluye las siguientes regiones: Recepción y guardianía Cuenta con un guardián y una recepcionista. El guardián cuida el local y los objetos arqueológicos, la recepcionista se encarga de la orientación a los visitantes, de las informaciones sobre el Museo, y en las horas que no hay visitantes trabaja con el Servicio de Difusión y Promoción. El guardián se encarga del almacén general de materiales de trabajo. Jardines Cuenta con un jardinero. Se encarga del cuidado y presentación de los jardines del Museo. 10 CN – Costa Norte.- Río Tumbes – Río Huarmey. SN – Sierra Norte Marítima.- Río La Chira – Río Huarmey. CC – Costa Central – Río Pativilca – Jahuay. SC – Sierra Central Marítima.- Pativilca – Río Cañete. CS – Costa Sur.- Río Chincha – Acarí. MR – Hoya del Marañón. CH – Callejón de Huaylas. AP – Hoya del Apurímac. MT – Hoya del Mantaro. UR – Hoya del Urubamba. TK – Hoya del Titicaca. ES – Valles del Extremo Sur. HU – Hoya del Huallaga. Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM UC – Río Ucayali. MD– Madre de Dios Depósitos: 1. MR-CH (Sierra Norte) 2. MT-AP-UR- (Sierra Central y Sur). 3. CC-SC (Costa Central) 4. CS-SS (Costa Sur) 5. CN-SN (Costa Norte) 6. ES-TK-HU-UC –MD (extremo Sur y Oriente). Los valles son numerados de norte a sur, los de la costa de acuerdo a un criterio internacional ya adoptado por el Museo previamente (p.e.CC47: Costa Central-Rímac o SC47: parte alta del Rímac) y concluye con la indicación del sitio (los sitios numerados por valles). En el depósito los objetos son separados por región, por valle y por sitio y con criterio cronológico dentro de cada región; igualmente, por naturaleza y material del objeto. En el catálogo estas divisiones se expresan con dos referencias separadas: La geográfica y la cronológica, lo que finalmente determina un cifrado corrido. (CC 7-5-FR, quiere decir Costa Central-Valle del Rímac, Sitio 5-Formativo o CS-DR: Costa Sur. Desarrollos Regionales o simplemente CS). En el espécimen va la indicación el número del registro de ingreso, precedido de las letras USM p.e. USM-001047: objeto 1047 del Museo, número del catálogo que sirva de referencia para la historia del objeto. El catálogo de ingreso general es un libro con numeración corrida que contiene las principales referencias de cada objeto y la indicación de su ficha correspondiente. Los ficheros son separados por áreas geográficas, por cronología y por materiales técnicos. Los objetos fragmentados son ingresados en otro libro, por unidades de procedencia (región, valle-sitionúmero de ingreso). El Gabinete y Archivo Fotográfico Es uno de los más importantes y tiene, en primer lugar, la responsabilidad de mantener el catálogo gráfico de todos los especimenes del Museo. Además, es un órgano de Difusión y Promoción y un servicio para la investigación. Igual función cumple el Gabinete de Dibujo. La Biblioteca especializada y el Archivo Central Son dos servicios complementarios del Museo, cuya finalidad es la información que en ellos pueda obtener cualquier investigador y el personal del Museo. Es indispensable que el Museo cuente, en su propio local, con una biblioteca de referencia para museología, tratamiento de objetos, y, finalmente, para la arqueología andina y general. El archivo centraliza toda la información del Museo, incluidos los documentos de todas las dependencias, informes, libros de campo, ficheros, catálogos, etc. Estos servicios estarán temporalmente a cargo de la Secretaría. El Servicio de Reproducciones Es un servicio de Difusión y Promoción, pero, al mismo tiempo, deberá cumplir la función de dotar al Museo de reproducciones de objetos originales que el Museo no puede obtener y sean considerados importantes. Este Servicio, se encarga, igualmente, de todo lo relacionado con la elaboración de las “maquetas” de monumentos arqueológicos, cuya difusión compete al Museo. Servicios Generales Estos son servicios dirigidos principalmente a los fines de Registro y clasificación de los materiales. 11 INFORME DE RECONOCIMIENTO DEL VALLE DE CHINCHA En los meses de setiembre, octubre y noviembre del presente año se llevó a bajo un reconocimiento del Valle de Chincha por el suscrito, bajo los auspicios de la Comisión Fulbright y del Instituto de Arqueología y Etnología de la Universidad de San Marcos. Mis competentes auxiliares de campo fueron, la Srta. Isabel Flores y los Sres. Luis Lumbreras y Carlos Guzmán; todos estudiantes de arqueología de esta Universidad. El propósito del proyecto arqueológico Fulbright en conjunto, es la investigación de las relaciones existentes en las áreas costeñas principales; y el de mi participación en él, determinar si la parte norte de la costa sur mostraba extensas relaciones con áreas externas en épocas anteriores a la Conquista, y si esto fuera así, en que dirección. El presente informe debe ser considerado como preliminar sobre la parte del trabajo que ha sido completado. El reconocimiento será continuado en los valles del sur, especialmente en el valle de Pisco. El piso del valle es relativamente llano y está extensamente cultivado desde las orillas del océano hasta los bordes de los cerros circundantes. Además hay grandes áreas de cultivo en las mesetas que limitan la parte norte del nivel del valle. Esta área incluye la ciudad principal del valle, Chincha Alta. Existen ahora dos brazos del río que fluye hacia el valle, el Mata Gente al Sur y el río Chico hacia el Norte. Entre estos dos brazos existe un antiguo cauce y al Sur del brazo más meridional del presente río, entre las haciendas San Pedro y Lurinchincha, aparece un cauce del río todavía de más antigüedad. Los trabajos arqueológicos preliminares llevados a cabo en este valle están casi enteramente limitados a aquellos llevados a cabo por Max Uhle en 1900 y que han sido publicados por Kroeber y Strong en 1924. Uhle pudo encontrar solamente materiales últimos, con la El valle de Chincha está localizado a unos excepción de algunos pocos fragmentos más 200 kilómetros al sur de Lima, entre los de Ca- antiguos. ñete, unos 40 kilómetros más al norte, y el PisCon respecto a la cerámica que hemos enco, a unos 39 kilómetros más al sur. El valle es relativamente pequeño y compacto. Forma un contrado en Chincha, el método usado para triángulo de 20 kilómetros tierra adentro, en identificar estilos distintos cronológicamente, donde el valle se estrecha a menos de medio fue su aislamiento en sitios particulares, en kilómetro, estando rodeado de montañas bien áreas dentro de grandes sitios, o en depósitos empinadas. de basura que podían ser examinados por los 13 Arqueología y Sociedad 2 cortes que se habían llevado a cabo en ellos. Estas formas de identificación podían ser verificadas repetidamente en diversos sitios, ya que el plan del reconocimiento indicaba la verificación de todos los sitios que pudieran ser localizados. Como el estudio de los fragmentos colectados está siendo llevado a cabo todavía, muchos puntos ahora dudosos, serán aclarados en su oportunidad. como vasijas con interiores en negro ahumado y pulimentados, así como también en “patrón bruñido” (pattern burnished) o con diseños decorados con estilos (styllus decorated). Ninguno de los tipos decorados post-Cavernas encontrados por Strong en Nasca –diseños incisos combinados con pinturas pre-cocción– pudieron ser encontrados, pero este tipo tampoco ha podido ser hallado en Ica o en Pisco. La cerámica más antigua encontrada en Chincha consiste en un tipo con muchas características de la cerámica Paracas Cavernas. Esta situación sugiere una similaridad con los niveles inferiores de las excavaciones de Lanning en Jahuay, al Norte del valle de Chincha. Los tipos Paracas Cavernas, incluyendo la pintura post-cocción y la decoración en negativo, cerámica simple con marcas conspicuas de pulimento, ollas con bordes simples y engrosados y ceramios con el gollete típico de Cavernas fueron encontrados en varios sitios. El tipo principal con decoración que pudo ser identificado como siguiendo los materiales tipo Cavernas, a pesar de que no necesariamente en forma inmediata, está caracterizado por open gambreled bowls con un diseño de líneas diagonales rojas y blancas sobre un fondo negro en la parte exterior de los bordes. La pintura es del tipo pre-cocción. Algunas de estas vasijas presentan complejos diseños en sus interiores, pero ninguno de los fragmentos son suficientemente grande para poder identificar los diseños. Este tipo es único para el área y han sido encontrados solo en Chincha, Nasca y, por lo menos en pequeñas cantidades en Cañete. La forma y la combinación de los colores ocurren en estilo Nasca, en sus fases más antiguas. La evidencia para fijar la antigüedad de este tipo consiste en el hecho de que se presenta asociado en los basurales con cerámica simple muy similar a la del tipo Paracas Cavernas; es, por lo tanto, poco probable que estén muy separados en función del tiempo. También están asociados con una cerámica muy fina, monocroma, de engobe color naranja, presentándose mayormente en forma de vasijas gambreled las cuales se extienden por los menos hasta las fases postreras del Paracas Cavernas, y que son reminiscentes en calidad con la cerámica tipo Necrópolis. Los tipos Necrópolis puros no han sido claramente aislados, a pesar de que han hallado fragmentos tipo post-Cavernas, tales El estilo que aparece siguiendo directamente a este tipo rojo y blanco sobre negro, está caracterizado por open gambreled bowls más profundos que los tipos anteriores, decorados en su parte externa por medio de líneas diagonales negras y blancas sobre un fondo natural naranja. Los interiores son de color rojo en los costados con un diseño circular blanco en la base o fondo de la vasija, o también completamente blanco con un diseño pintado alrededor de la parte interna de los bordes. Tales diseños son pintados en rojo y negro, algunas veces se añade el naranja y el gris. A parte de la similaridad en la forma y en las bandas diagonales, la evidencia de que este tipo es cronológicamente el siguiente nos lo proporciona el hecho de que los diseños han sido fijados como las fases 2 y 3 del estilo Nasca en las series estilísticas de Dawson, así como las combinaciones de colores que corresponden al Nasca Temprano (Early Nazca) de Strong. Debe, por lo tanto, estar muy próximo en tiempo con el rojo y el blanco sobre negro, tipo post-Cavernas. Está claramente aislado de tipos más tempranos en los depósitos de basura y ocurre, o se presenta, con diferentes tipos de cerámica simple. 14 Con respecto a sus relaciones con los estilos Nasca, deberá señalarse que las líneas diagonales en el exterior de las vasijas no ocurre, que yo sepa, ni en el valle de Ica ni en el valle de Nasca. Por el momento me referiré a este tipo en el sentido del Nasca Temprano (Early Nazca) de Strong, a pesar de que los dos tipos no son idénticos. Siguiendo a este tipo hemos encontrado fragmentos en Chincha de los estilos Nasca B e Y, o se de los estilos Nasca Último y Huaca Loro de Strong. No hay indicios de mucha variación local en estos estilos, esto es, que parecen ser muy similares a la cerámica de los valles al sur. Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM Evidencias de cerámica del estilo Tiahuanacoide, o el Horizonte Medio, están confinadas a unos pocos fragmentos encontrados en lo que parece ser un pequeño grupo de tumbas profanadas. La falta de mucha evidencia para estos tipos también ha sido encontrada por Stumer en el valle de Cañete. Esta situación es difícil de explicar teniendo en cuenta la amplia difusión de estos tipos en la costa peruana. La ausencia de las cerámicas Tiahuanacoides clásicas de la Costa podría deberse a que no se han encontrado todavía cementerios en Chincha en este periodo, o de los anteriores, ya sea por arqueólogos o por huaqueros. Este tipo nunca es frecuente en los depósitos de basura. Lo mismo no puede decirse, sin embargo, de los fragmentos del estilo Epigonal. Los estilos cerámicos tardíos fueron aislados en los lotes de tumbas por Uhle. Consisten del estilo Chincha Tardío I, el que está íntimamente relacionado con los estilos tardíos del valle de Ica, específicamente en las fases Soniche y Tajaraca determinadas por Riddell. Las similitudes más notables se presentan en los así llamados “diseños textiles” y en las vasijas de bordes biselado (beveled lip bowls). Sin embargo, se pueden identificar varias características locales. Chincha y las formas de jarra alargadas de este periodo, no están relacionadas con Ica sino con el estilo postrero de Cañete. En el estilo Chincha Tardío II, las características compartidas con el valle de Ica tienden a desaparecer, en cambio, la influencia Inca se hace evidente. También aparecen ejemplares en el más puro estilo Inca, así como réplicas muy próximas a ese estilo. Tomando ahora otro aspecto de la arqueología del valle de Chincha puede observarse que la variedad de tipos de adobe presentan indicios adicionales para fijar las fechas de los sitios. También se hacen de considerable importancia en aquellos sitios con diversos periodos de ocupación y en donde es de mucho interés determinar la fase particular de ocupación a la cual se podría atribuir una porción particular de arquitectura. El tipo más temprano de arquitectura consiste en paredes de adobe en la forma de un grano de maíz, o en forma de cuña; estos adobes colocados sobre sus costados. Tales paredes se presentan solas. Posiblemente como paredes de casas, así como también como paredes de terrazas para montículos ceremoniales, en cuyo caso la mayor parte del montículo está compuesto por relleno de toscos adobes irregulares. Adobes en forma de cuña han sido hallados en directa asociación con basura Paracas Cavernas. En cierto sitio un depósito de basura con fragmentos del tipo Rojo y Blanco sobre Negro, post-Cavernas, se ha acumulado contra el costado de un montículo de este tipo de adobe. Por lo tanto, el tipo parece ser que comienza en el periodo Cavernas y que ha durado hasta las primeras influencias del estilo Nasca, a pesar que el uso de un relleno de adobes irregulares que tenga precisamente la misma duración, es muy difícil de determinar. El tipo de fragmento Rojo y Blanco sobre Negro es encontrado en asociación con los adobes hemisféricos, los cuales son usados solamente para paredes, y nunca para construcciones masivas y sólidas. El tipo que fue usado para montículos, y que sigue cronológicamente a los tipos de cuña horizontal y a los de forma irregular, es también en forma de cuña, pero más estrecho en su forma y es usado verticalmente, con la base hacia abajo. Los montículos son construidos sólidamente de este tipo por un proceso de eliminación, este tipo puede ser correlacionado con el tipo cerámico Rojo y Blanco sobre Negro o con los comienzos del Nasca Temprano de Strong. El tipo Nazca Temprano, así como los tipos de estilo Nasca subsiguientes están asociados con los adobes semicilíndricos. Debería ser posible en el futuro distinguir cronológicamente subtipos específicos dentro de este periodo. Los subtipos anotados incluyen un verdadero semicilindro, un arco parabólico y uno con la parte superior cóncava o en forma de medio carrete (half spool type). En el periodo post-Tiahuanacoide u Horizonte Medio, toda la construcción es de barro sólido o tapia. Sin embargo, al tiempo de la ocupación Inca fueron introducidos los grandes adobes rectangulares. La construcción Inca edificada en la huaca principal de La 15 Arqueología y Sociedad 2 Centinela y que es identificable por los nichos trapezoidales y las puertas de doble jamba, está construida completamente de adobes rectangulares, incluyendo las paredes de las terrazas. Este el único sitio en el que se presenta un uso tan completo de adobes rectangulares. Este tipo ocurre, sin embargo, en pequeñas cantidades, en algunos otros lugares, normalmente asociado con fragmentos de cerámica Inca. La Centinela de San Pedro muestra la interesante característica de presentar varias hiladas de adobes rectangulares usadas como cimientos para las paredes de tapia. En todos los periodos se utilizó un enlucido de barro para cubrir las superficies de las paredes y terrazas. Las paredes con pintura amarilla ocurren en asociación con los adobes semicilíndricos del periodo Nasca y paredes blancas algunas veces en los edificios tardíos. La construcción Inca en La Centinela tiene pintados paneles con diseños en las paredes como ha sido reportado por el Dr. Uhle. Una nueva e interesante característica es la ocurrencia de una pared en la huaca de La Centinela propiamente dicha, y que corresponde al periodo tardío de Chincha, la cual está decorada en un friso idéntico en técnica a aquellos de Chanchan, pero con típicos diseños de la Costa Sur. Se deberá mencionar ahora que el uso arquitectónico de la piedra ocurre en casi todos los periodos. En muchos casos parece haber sido usada como sustituto de los adobes en aquellos lugares en donde la piedra podía conseguirse con facilidad; en otros casos esto era, aparentemente, una cuestión de gusto el que se usara piedra o adobe. El único caso de un uso amplio de la piedra para habitaciones ocurre en un grupo de sitios en la parte superior del borde de la meseta que domina la parte superior del valle, cerca de El Carmen. El mayor de estos sitios muestra un amplio uso de las piedras del campo en la construcción de paredes, a pesar de que también se usa los adobes hemisféricos. La basura asociada contiene fragmentos del tipo Rojo y Blanco sobre Negro de la cerámica Temprana Nasca. En otros sitios del periodo Nazca, la abundancia de cantos rodados de río, sugiere que eran usados para algún propósito arquitectónico, pero no pudimos notar que se hicieran paredes con ellos. En los periodos tardíos, se usaban cantos rodados de río y piedras 16 del campo en la construcción de tumbas del periodo tardío Chincha, como revestimiento de las cámaras cúbicas subterráneas que han sido construidas sobre las verdaderas cámaras funerarias. Los mismos materiales fueron usados en el periodo incaico para la construcción de tumbas rectangulares semi-subterráneas parecidas a chullpas y que ocurren al lado de estructuras idénticas hechas de tapia. En base a las fechas que hemos asignado a los diversos sitios es posible fijar algunas conclusiones con respecto al plan o patrón de asentamientos (settlement patterns) en el valle. Un gran número de asientos tempranos son claramente ceremoniales, de acuerdo con la presencia de grandes montículos sólidos. Estos sitios tienen casi siempre basura de ocupación acumulada a sus costados, en tal forma que es lógico esperar que haya habido algún tipo de habitación en estos sitios. Los sitios de habitación pura de este periodo son raros, y aquellos que existen no muestran indicaciones superficiales del plan de habitación. Sin embargo, cualquier sitio relativamente llano o bajo en el piso del valle debería estar actualmente destruido. La única excepción es la de un sitio previamente mencionado como existente en el borde del desierto que domina el valle, que muestra un área de 500 por 250 m cubiertos de cuartos contiguos de varios tamaños, con una gran plaza cerca de su centro. A este sitio se le ha fijado una contemporaneidad con el Nazca Temprano de acuerdo con los fragmentos y los adobes asociados. El sitio sugiere fuertemente un plan o patrón de asentamiento del tipo de una pequeña ciudad, lo cual es realmente algo extraordinario para un periodo tan temprano, y que pudiera ser comparado con las ciudades amuralladas del periodo Nasca, tales como las de Tambo Viejo en Acarí. Volviendo a la arquitectura ceremonial, existen cinco grandes montículos de construcción de adobes del tipo cuña e irregulares, y que, por lo tanto, pueden ser atribuidos al periodo entre Cavernas y Nasca Temprano. Los montículos promedian de 10 a 12 m de altura y presentan área sobre la superficie, en forma rectangular, de 150 x 80 m. Todos están orientados de Este a Oeste, con el extremo más alto al Oeste, y que bajan en dos o tres terrazas hacia el Este. En periodos subsiguientes pre-Tiahuanacoides, existen solo pocos montículos de igual tamaño, aun- Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM que hay varios de más pequeñas dimensiones. En los periodos tardíos, todos los sitios se presentan en forma de montículos, pero varios de estos, que han sido profusamente cortados por las actividades de los hacendados locales, muestran basura de ocupación y paredes en todos los niveles, así que muchos de estos montículos son sitios de habitación puros, construidos hasta alturas de consideración durante periodos prolongados de ocupación. En base a la regularidad del plan de asentamiento, o a la monumentalidad de la arquitectura, unos pocos sitios tardíos pueden ser clasificados como ceremoniales, entre ellos tenemos La Centinela (de Tambo de Mora), La Centinela de San Pedro y la Huaca de Tambo de Mora. En la mayor parte de otros casos será imposible determinar la función de los montículos, a menos que no se hagan excavaciones. Treinta o cuarenta montículos del periodo tardío, de diversos tamaños, ocurren en diversos lugares del valle; éstos están aislados o se presentan en pequeños grupos de dos a cuatro unidades, sin embargo, existen cinco grupos concentrados de diez o más montículos que pudieran ser clasificados como pequeños centros urbanos, a pesar de que carecen de una planificación central. Por lo tanto, parece ser que ambos sitios de habitación, centralizados y descentralizados, coexistieron durante estos periodos, ya que no existen indicaciones de diferencias cronológicas entre ellos. Como último tópico, debemos decir algunas pocas palabras referentes a la distribución de los sitios dentro del valle. Primero, la mayoría de los sitios se encuentran localizados en el piso del valle. Aquellos que quedan fuera del área cultivada no están lejos de ella. No se ha localizado sitios dentro de las pampas hacia el sur ni hacia el norte. La mayoría de la ocupación Cavernas cae hacia el sur del brazo sur del río, y todos ellos a menos de tres kilómetros de distancia del océano; tres sitios adicionales ocurren hacia el norte, todos dentro de la misma distancia con respecto al océano. Los dos sitios ocurren tierra adentro, sobre el borde de la pampa, son posiblemente cementerios. gradualmente valle arriba, a lo largo del río, a pesar de que la ocupación continuaba en las áreas bajas. Los sitios post-Tiahuanacoides están dispersos a través de todo el valle. La ocupación del periodo Inca, a base de la distribución de los adobes rectangulares, parece estar centrada alrededor de La Centinela de Tambo de Mora y de La Centinela de San Pedro. Los resultados del recorrido del valle de Chincha han mostrado, según creemos, la validez del plan original de recorridos extensos. A base de estas investigaciones y utilizando el conocimiento que tenemos de otras áreas, se hace posible delinear la historia cultural del valle y estimar así las relaciones externas. Es posible ahora indicar los puntos sobre los que se deberá concentrar la atención en el caso de que se puedan hacer excavaciones de envergadura, así como también en lo referente a aquellos lugares en que las excavaciones no serían de gran provecho. La cuestión de las relaciones externas del valle de Chincha, que era una de las tareas principales del proyecto, podrá ser sumarizada como indicando una conexión básica con el área hacia el Sur, en todos los periodos, a pesar de que las variaciones locales distantes, al menos en los estilos cerámicos, fueron desarrollados en los periodos postCavernas al Nasca Temprano y, de nuevo, en el periodo Chincha Tardío. La única excepción apreciable se encuentra en las relaciones entre Chincha y Cañete en el periodo Chincha Tardío. Debemos esperar que se arroje más luz sobre estas cuestiones como resultado del recorrido del valle de Pisco, que se iniciará en breve plazo, así como por las excavaciones que se llevarán a cabo en las fases subsiguientes del proyecto. El total de los 108 sitios que hubieron de ser localizados en el valle de Chincha sugiere la gran riqueza de datos arqueológicos a colectarse, realizando otros trabajos en el área. Lima, enero de 1958. En los periodos posteriores, pre-Tiahuanacoide, el centro de ocupación se desplaza 17 TRABAJO DE CAMPO EN LA COSTA SUR DEL PERÚ Dwight Wallace El plan del Proyecto Arqueológico Fulbright ha sido trabajar en áreas no estudiadas de la Costa Peruana, a fin de relacionarlas con secuencias conocidas de las áreas costaneras del norte, centro y sur; de manera que puedan correlacionarse estas secuencias entre sí. El trabajo fue organizado a manera de un estudio de conjunto que delinearía las secuencias arqueológicas por medio de un trabajo más intensivo, incluyendo excavaciones. Engel encontró cerámica Paracas y Nascoide cerca del yacimiento arqueológico de Tambo Colorado. La arquitectura de este interesante yacimiento ha sido también descrita y fotografiada en las publicaciones de varios autores. Con la ayuda de fotografías aéreas se hizo un reconocimiento sistemático de los yacimientos de Chincha y Pisco. Se localizaron 110 yacimientos arqueológicos en Chincha; y 104 en Pisco. Todos los datos relativos a estos Resolví comenzar el trabajo en el centro yacimientos fueron apuntados en formularios mismo de la costa sur-central y trabajar en di- preparados, las colecciones de fragmentos de rección sur hacia el área Ica-Nasca. Esto fue cerámica y otros materiales pertinentes fueron previsto para coincidir con el trabajo de Stu- hechos para cada yacimiento y los yacimientos mer, que debería comenzar en el siguiente va- mismos fueron ubicados en mapas a escala de lle al Norte y continuar en la misma dirección 1/40000, mostrando las vías de acceso y otras informaciones para facilitar su reubicación. Eshasta el valle del Rímac. tos mapas fueron especialmente dibujados de Por consiguiente, se comenzó el trabajo en las fotografías aéreas, ya que no existían mapas el valle de Chincha continuando en Pisco el apropiados a la escala necesaria. siguiente valle hacia el sur. A medida que progresaba el reconocimienEl único trabajo significativo previamente to, se hizo evidente que las relaciones culturahecho en estos valles fue el de Max Uhle en les de los valles de Chincha y Pisco se enconChincha, publicado en 1924 por Kroeber; y el traban principalmente hacia el Sur, particularde Engel en Pisco, publicado en American An- mente en el valle de Ica, Fue posible, por consitiquity en 1957. El trabajo de Uhle determinó guiente, usar nuestros conocimientos sobre las los periodos de estilos cerámicos Inca y el in- relaciones cronológicas de la cerámica en Ica mediatamente anterior a éste (Chincha Tardío para poder agrupar los diferentes tipos de ceráI) basado en agrupaciones de tumbas. En Pisco, mica hallados en Chincha y Pisco, en su orden 19 Arqueología y Sociedad 2 cronológico. Con esta secuencia basada en la cerámica, fue posible construir secuencias para métodos de construcción, patrones de poblamiento y otros rasgos de la arqueología. sija de costados rectos, con bordes inclinados y/o ligeramente ensanchados. Las unidades de estos dos yacimientos comparten muchos rasgos, pero también difieren en muchos otros. El estilo general tiene muchas similitudes con las Hasta este punto los conocimientos obte- cerámica chavinoide de la costa central. Las nidos sobre Chincha y Pisco, resultaron a me- unidades de Ica carecen de incisiones en zignudo ser más completos, aunque menos deta- zag estampadas (rocker stamping), pero en camllados que los datos anteriores que se puedan bio tiene dibujos en negativo y la combinación obtener de los valles de Ica y Nasca. Por ello de pintura e incisión del estilo Paracas. Por creí conveniente permanecer algún tiempo en consiguiente, está más cercano a dicho estilo Ica, ya que podía ampliar los datos requeridos. y en realidad yace directamente debajo de los Este trabajo todavía continúa. Se han agregado basurales de Paracas Temprano; e indicaría que 30 nuevos yacimientos a los aproximadamen- se trata del antecedente del estilo Paracas. te 60 que habían sido anotados anteriormente por Rowe, Menzel, Strong y Dawson, los yaciPara el estilo Paracas, hay una colección mientos más antiguos están en proceso de ser proveniente tanto de Chincha como de Pisco, revisados nuevamente, si es necesario. Se han que es suficientemente grande, de manera que hecho formularios de informes y colecciones se puede establecer una comparación con las de fragmentos de cerámica para todos estos diferentes fases que han sido distinguidas denyacimientos, y han sido anotados en el mapa tro del estilo Paracas en Ica. Las dos unidades a escala 1/40000 previamente dibujados por son generalmente similares; no es exactamenRowe. El resultado será un juego de datos para te igual a la cerámica Paracas de Ica, pero tipoIca que es comparable al obtenido en Chin- lógicamente podrían ser seriadas entre Paracas cha y Pisco. Los datos y las colecciones estarán Temprano y Paracas Tardío. Alternativamente permanentemente accesibles en el Museo de podrían representar una variación local. Una la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de las características notables es la frecuente en Lima. combinación del negativo o inciso con pintura post-cocción en la misma vasija. Además del trabajo de reconocimiento, se han hecho algunas excavaciones con el objeto En el periodo siguiente, equivalente al Prode aclarar interrogantes de importancia que el to Nasca de Strong o al Nasca I de Dawson, reconocimiento dio a luz. Dos excavaciones parece haber habido diferentes locales entre fueron hechas en Chincha y una está todavía las áreas de Nasca-Ica y Chincha-Pisco. En en realización en Ica. Una en cada valle. Es la última ocurre un estilo que consiste princiun corte estratigráfico de basurales, la tercera, palmente en una cerámica delgada, pulida de en Chincha, resultó no tener una estratigra- color anaranjado y sin decoración. Los tipos fía cultural, pero si ha brindado una excelente relativamente raros con decoración incluyen muestra de cerámica. Todas las excavaciones bruñido de molde, engobe crema, puntuación están hechas en basurales de Paracas. interior y ocasionalmente un engobado rojo e inciso exterior. Se pueden aislar dos fases denPara delinear las secuencias de cerámi- tro del estilo. Han sido denominados Chungos ca del área, la más temprana conocida hasta A y B, de la localidad tipo en el valle de Pisco. ahora ha sido encontrada en las excavaciones Las características principales que distinguen hechas en Chincha y en Ica. La decoración a estas dos fases, es la ocurrencia de dos tipos consiste en dibujos geométricos simples en in- de vasijas en Chungos B, una vasija o plato de cisiones poco profundas, círculos estampados bordes en ángulo. e incisos, líneas cóncavas estampadas en forma zonada (zoned rocker stamping) y también Chungos A comparte muchas característidibujos geométricos simples en pintura post- cas con el estilo Jahuay, descubierto por Lancocción. Las vasijas están cocidas a fuego bajo ning a 20 km al Norte de Chincha, cuando y las superficies son negras o marrón oscuro. puede ser convenientemente definido, ChunUna forma decorada característica, es una va- gos A parece ser idéntico al estilo Jahuay. 20 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM Chungos B está aislado en varios yacimientos del valle de Pisco y puede ser bien definido. El estilo Chungos en general, es similar a lo que se conoce como estilo Necrópolis. Como se ha definido el estilo ocurre también en el valle de Chincha, asimismo ocurre en Ica pero allí está asociado a tipo engobado con decoración incisa en el contorno, característico del tipo Nasca I y Proto Nasca de Dawson y Strong respectivamente, así como otros tipos decorados, no encontrados en Pisco o en Chincha. El siguiente estilo de cerámica encontrado en Chincha y Pisco es policroma, de estilo engobado. El yacimiento tipo es El Carmen, en Chincha. El rasgo más característico son líneas diagonales de color rojo y blanco, alternado en una base negra en los exteriores de un plato con paredes en ángulo, bajas (gambreled). Un tipo de decoración muy similar por su forma al Chungos B con el exterior completamente negro y el interior completamente rojo, (solid black...) es temprano dentro del estilo en general; puede probar que sea exclusivamente anterior a la cerámica con dibujos pintados o alternativamente, asociado con el estilo policromo en sus fases más tempranas. La decoración en este estilo incluye dibujos geométricos policromados y dibujos representativos, en negro, rojo, púrpura, rojo naranja y algunas veces gris en un fondo negro. Vasijas de tipo abierto son las formas decoradas más comunes. El estilo tiene varios rasgos similares con la cerámica de Ica y Nasca, específicamente con Nasca 2 de Dawson. El rasgo más característico de el estilo siguiente: La Estrella, son vasijas abiertas con líneas diagonales de color blanco alternando con negro con un fondo oxidado, no engobado, en los exteriores. Los interiores de las vasijas de esta forma y las superficies decoradas de las otras formas de este tipo tienen un engobe blanco, con dibujos geométricos y dibujos representativos en negro, rojo púrpura, rojo naranja y algunas veces dibujos de pigmentos grises. Zonas con engobe rojo sin dibujos también ocurres. Este estilo comparte varios rasgos con los estilos Nasca Temprano y Nasca Medio de Strong y también con Nasca 3 y 4 de Dawson. Para las fases posteriores del estilo Nasca la cerámica de Pisco y Chincha parece ser muy similar a la encontrada en Ica y Nasca. En general, los rasgos locales que distinguen los estilos El Carmen y La Estrella de las fases correspondientes del estilo Nasca, se encuentran con mayor fuerza en Chincha, ocurren con bastante frecuencia en Pisco, son raros en Ica, y puede no ocurrir en absoluto en Nasca. Contrariamente, rasgos que caracterizan al estilo Nasca tal como es encontrado en Nasca e Ica, se encuentran más frecuentemente en Pisco que en Chincha. Por añadidura, las similitudes se vuelven más específicas y más frecuentes en Chincha y Pisco, en las fases tardías del estilo Nasca. El Periodo Medio, en cierto modo, parece corresponden a una laguna, tanto en el valle de Chincha como en el de Pisco. Uhle recolectó un poco de cerámica de estilo Wari puro, en la parte alta del valle de Pisco y Lanning ha encontrado algunas tumbas del mismo estilo en Jahuay. A pesar de ello, no se ha encontrado arquitectura o restos de habitación que pudieran ser identificados con este periodo. Los únicos fragmentos de cerámica pertenecientes a este periodo que fueron encontrados en ambos valles son unos fragmentos Epigonales de unas tumbas removidas en Chincha. Este vacío puede ser explicado, por lo menos en parte, por la existencia de algún factor que pudiera ser difícil la localización e identificación de los yacimientos de este periodo. Sin embargo, la reciente teoría de Lanning y Menzel de que habían dos centros distintos de influencia Wari, en Pachacamac y en Nasca, sugiere que la situación se puede interpretar como evidenciado una ligera influencia en las áreas intermedias, que incluirían Chincha y Pisco. Es significativo anotar que la falta de influencia Wari ha sido también encontrada en Cañete, el valle siguiente al Norte de Chincha. Sin embargo, hay algunas indicaciones de que un estilo local relacionado existió en el área durante ese periodo. En los periodos Intermedio Tardío, Tardío y Colonial Temprano, la cerámica de Chincha y Pisco es distinguible. La secuencia en Pisco sigue a la de Ica, sin diferencias locales, excepto alguna marcada influencia de Chincha, que la que se encuentra en Ica. Esta secuencia incluye los estilos Chulpaca, Soniche, Tacaraca A y Tacaraca B identificados por Menzel (ms). En 21 Arqueología y Sociedad 2 Chincha la situación es menos clara. Las tumbas Chulpaca y Soniche existen en Chincha, pero tampoco en la cantidad o asociaciones que podrían indicar que estos fueron estilos dominantes en el valle. Sin embargo, los estilos locales correspondientes no han sido todavía claramente identificados, desde que las colecciones de superficie para este periodo son pocas y en pequeña cantidad. En contraste, están los lotes de tumbas excavados por Uhle, así como varias colecciones superficiales de fragmentos de cerámica, de las cuales se pueden definir los estilos más recientes. El primero de estos, el Chincha Tardío de Kroeber y Strong, ha sido colocado por Menzel como contemporáneo con una fase de estilo transicional entre los estilos de Soniche y Tacaraca A y por ello inmediatamente preinca en fecha. El estilo muestra fuertes influencias tanto de Ica como de Cañete, pero también tienen ciertos rasgos propios. El estilo de cerámica siguiente, del periodo de la ocupación Inca del Valle, es distinta del estilo previo y también de los estilos contemporáneos de los valles adyacentes. Aparentemente este estilo persistió en los principios del periodo Colonial Chincha. Fragmentos de cerámica de trueque de Inca, de estos estilos Tacaraca A (Inca) y Tacaraca B (resurgimiento local, post-conquista) ocurren también con alguna frecuencia. Para volver a otros materiales referiremos que una secuencia de construcción de muros de adobe ha sido estudiada para Chincha, en base a la cerámica asociada. Hay un tipo de adobe, que llamo tipo “cuña horizontal”, que presenta la forma de un grano de maíz y descansa de costado con una parte plana hacia afuera y está asociado con la cerámica de estilo Paracas. Es usado para cubrir paredes, con un relleno de terrones de adobe de tamaño de una toronja a un melón. El siguiente tipo es también en forma de cuña, pero más aplanado, largo, ancho y colocado verticalmente, descansando en un costado de tope aplanado –el tipo “cuña vertical”–. Es usado en masas sólidas, no exactamente para cubrir paredes como el tipo anterior. Aparentemente distinto y posterior en tiempo que el adobe tipo “cuña vertical”, es el adobe hemisférico; usado con la base hacia abajo y solamente en paredes sin techo. Este está definitivamente asociado con la cerámica de estilo El Carmen. Siguiendo a 22 este tipo hay una forma semicilíndrica (de base rectangular, la parte superior curva, extremos semicirculares) que, con varios subtipos, es la firma asociada con los varios subestilos tardíos de Nasca, hasta el fin de este estilo general. La construcción en el periodo Intermedio Tardío es de tapia, barro sólido, probablemente en forma vaciada. Los adobes vuelven a aparecer en asociación con la ocupación Inca, de forma rectangular grande, hecho con molde. Más o menos la misma secuencia de adobes se aplica al valle de Pisco. Por lo menos se han encontrado los tipos hemisféricos y semicilíndricos, asociados a la misma cerámica que en Chincha. Ha sido más difícil observar la forma de adobe en Pisco, dada la naturaleza y condición de los yacimientos. Pero también se observa que hubo un mayor uso de la piedra, particularmente en las áreas en que las hay en abundancia. Esto es especialmente verídico para los yacimientos de Chungos y Nasca Temprano; además, uno de los principales yacimientos Inca en el valle, está construido con piedras del campo. Una nueva clase de adobe fue observada en Pisco, de forma larga y cónica, variando de 1 a 2 pies de longitud, descansando con el extremo aplanado hacia la cara de la pared. La secuencia a base de formas de adobe en Chincha es en general similar a lo que se conoce hasta la fecha en Inca; algunas formas son idénticas, otras solo análogas. Las asociaciones con la cerámica son generalmente las mismas, con respecto a este periodo. Son de gran interés los tipos de estructura para estos métodos de construcción y los patrones generales de población, para los cuales estos métodos de construcción son usados. Los tipos de adobe de “cuña horizontal” y terrones irregulares ocurren en grandes montículos sólidos, de los cuales hay cinco en Chincha, todos orientados en una línea Este-Oeste y con la misma forma. El fechado de estos yacimientos no puede ser posterior a la cerámica de estilo Chungos y más parece ser Paracas. Los montículos con indudablemente función ceremonia; las habitaciones parecen haber sido bastante pequeñas, la población dispersa. En Chincha el tipo de adobe de “cuña vertical” es usado para un tipo idéntico de montículo ceremonial Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM al mencionado anteriormente, y probablemente pertenezca aproximadamente al periodo de la cerámica estilo Chungos. Sin embargo, el yacimiento tipo de Chungos que está situado en Pisco, consiste de dos grandes estructuras rectangulares, subdivididos uniformemente en recintos rectangulares y demasiado grandes para ser llamados cuartos. suma, se puede clasificar a este tipo de yacimiento como un centro urbano, junto con las ciudades Nasca más tempranas. Este patrón general persistió durante el periodo Colonial Temprano y Tardío. Solo dos sitios se pueden clasificar como de construcción pura o mayormente Inca: Tambo Colorado y Lima La Vieja, ambas en el valle de Pisco. En Las dos estructuras están construidas sobre Chincha, las construcciones Inca se sumaron a suaves elevaciones, y la depresión entre for- los yacimientos existentes, incluyendo un “pama más o menos una plaza. El yacimiento fue, lacio” edificado en una de las plataformas del obviamente, el resultado de un planeamiento montículo ceremonial de La Centinela, que completo, y ha sido probablemente un centro es parte de un centro urbano. Un sistema de ceremonial o administrativo. Hay un sitio si- carreteras conectaba los dos centros de admimilar de este periodo en Cabeza Larga, cerca nistración Inca en el valle, incluyendo una que del yacimiento de Paracas Cavernas, son restos llevaba directamente al centro Inca en el valle de habitaciones, pero las estructuras son más de Pisco. pequeñas y de un planeamiento menos regular Un detalle adicional de interés es que exisque el yacimiento de Chungos. ten frisos de adobe en algunos yacimientos del Asociada con la cerámica de estilo El Car- periodo Intermedio Tardío. Son muy similares men, hay poblaciones bastante grandes que a aquellas de la costa Norte en técnica y dibuconsisten de cuartos contiguos de varias for- jos geométricos que llenas la superficie, pero mas y tamaños; no se distinguen calles rectas, los motivos específicos son diferentes. pero las ciudades tenían una o más plazas entre Los aportes que el trabajo hecho en los vaellas. Hay tres de estas ciudades en Chincha y lles de Chincha, Pisco e Inca han dado a la hisPisco, para las cuales los planos están todavía toria general de la cultura del área de la Costa muy bien preservados. Sur, son de considerable interés. Para resaltar Ningún yacimiento que pueda clasificarse lo más importante, la identificación de la cerácomo ceremonial ha sido identificado para este mica más temprana conocida, relacionándola periodo, ni tampoco hay muchos para las si- cercanamente al Chavinoide de la Costa Cenguientes fases de Nasca. En suma, los yacimien- tral y anterior al estilo local de Paracas, indican tos de estas fases son difíciles de interpretar con que las influencias que dominaron gran parte respecto a su función y tipo de población. del Perú en este periodo, también se extendieron hasta la Costa Sur, con fuerza considerable En el periodo Intermedio Tardío el tipo bá- e indudablemente formaron parte del desarrosico es un montículo levantado en varias fases llo de los posteriores. Parece haber habido una sucesivas de construcción, alcanzando los mis- mayor uniformidad aún, en el desarrollo cultumos, alturas considerables. Estos montículos ral del Perú que el que se había sospechado. están cubiertos con habitaciones, terrazas y patios, distribuidos más o menos al azar. OcuLa mayoría de los estilos posteriores fuerren aislados (en este caso, son generalmente ron básicamente locales, pero, comenzando de tamaño pequeño) y en grupos de tres o cua- con el estilo Paracas, el grado de localidad no tro. Además, hay cinco grupos separados en fue muy restringido. En la parte restante del Chincha en número de veinte o más montí- periodo Temprano y en todo el periodo Interculos. La disposición de estos montículos no medio Temprano, la uniformidad de la cerátiene un orden discernible, y pueden estar uno mica y otros patrones culturales se extendió a al lado del otro o distanciados entre sí, a dis- lo largo de una gran área, comprendiendo los tancias variables. Generalmente un montículo valles de Chincha, Pisco, Ica, Nasca y, para el puede ser identificado como un centro cere- estilo Nasca, Acarí. Además, la existencia de monial especial o un centro administrativo. En grandes estructuras ceremoniales que datan 23 Arqueología y Sociedad 1 desde temprano en este periodo, implican un sistema social y religioso más organizado que el que previamente se había pensado. Siguiendo a éstas, la presencia de centros urbanos en el periodo Intermedio Temprano contradice la teoría de que este tipo de población fue introducido en la Costa en una fecha posterior; estas son las poblaciones más tempranas en el Perú que caben dentro de las clasificaciones de centros urbanos (específicamente establecimientos urbanos), y ocurren desde Chincha hasta Acarí. Parece haber habido menos independencia local dentro del área de la Costa Sur en el periodo Intermedio Temprano que en el periodo Intermedio Tardío, para el cual tenemos evidencias históricas de que Chincha, Ica (junto con Pisco) y Nasca fueron políticamente independientes. En el periodo Intermedio Tardío, el cuadro para toda el área es de rasgos locales distinguibles, además de una gran cantidad de interinfluencias. La influencia del estilo de cerámica Inca fue un fuerte factor unificador en la cerámica de toda el área, pero, por lo menos en la parte más reciente de este periodo, había una influencia de aproximadamente igual fuerza en Chincha, proveniente del valle de Cañete hacia el norte. Por ende, junto con sus rasgos locales, el valle de Chincha tiene una cierta independencia en este periodo. Sin embargo, hay una unidad básica dentro del área, y, excluyendo las influencias a lo largo de toda la Costa que se difundieron por toda ellas en los periodo Medio y Tardío, las influencias externas de áreas restringidas y cercanamente adyacentes. Por lo tanto, hoy se puede considerar, con base, a toda el área entre Chincha y Acarí, como una unidad geográfica que guardó una independencia básica y una uniformidad a través de su historia. Tanto el Informe sobre el Reconocimiento del valle de Chincha como el presente Informe Preliminar, presentados por el Dr. Dwight T. Wallace, corresponden al Proyecto Arqueológico auspiciado por la Comisión Fulbright y dirigido por el Instituto de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1957 y 1959. 24 LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA DE LA ESCRITURA PERUANA Victoria De La Jara Según opinión muy difundida, tanto en el Perú como en el extranjero, las antiguas civilizaciones peruanas no habrían alcanzado la invención de las escritura. El presente artículo sostiene una tesis opuesta y afirma que los sistemas peruanos de escritura son los más antiguos del continente americano. El análisis del material arqueológico, las citas de los cronistas de los siglos XVI y XVII y ciertas palabras de los vocabularios quechuas antiguos, apoyan esta tesis. Las pruebas que he recopilado han parecido convincentes a ilustres científicos extranjeros, especialistas en la materia y constituyen el inicio de un estudio que había quedado postergado en el Perú por la falta de cátedras universitarias y de investigadores consagrados al análisis de los problemas de las escrituras primitivas. El Imperio de los Incas Como veremos más adelante, el uso de la escritura fue muy anterior al imperio de los Incas, que comienza aproximadamente en el año 1350 y termina en el año 1532 con la conquista española, que debió su éxito al hecho de que el Perú estaba dividido por una sangrienta guerra civil. Hay que recordar que el imperio incaico abarcaba, además del territorio peruano actual, tierras que hoy pertenecen a Bolivia, Ecuador, Chile y Argentina. Los conquistadores incas difundieron sus leyes, sus costumbres, su lenguaje y sus técnicas, pero supieron aprender mucho de los pueblos vencidos. Estos pagaban un tributo y estaban incluidos en lo que hoy llamaríamos un plan general de desarrollo. Los chasquis (mensajeros pedestres) se alternaban para trasmitir las noticias o las órdenes hasta las fronteras del imperio. ¿Se confiaba solamente en su memoria?, ¿No se vio el peligro de que corrieran por territorios recién conquistados? No lo creo. Tampoco me parece que las leyes del Cusco se aplicaran a todo el imperio sin existir textos. Este problema ya preocupó al cronista Acosta, que sin embargo se encuentra entre los que han negado la existencia de la escritura peruana. Acosta escribe: “...podrá con razón dudar alguno como tenían noticia de todos sus reinos, que eran muy grandes, los reyes de Méjico y del Perú; o que modo de despacho daban a negocios que ocurrían a su corte, pues no tenían letras ni escribían cartas; a esta duda se satisface con saber que de palabra o por pintura o memoriales se les daba muy a menudo razón de todo cuanto se ofrecía” (Hoy sabemos que las “pinturas” mexicanas son los diferentes sistemas de escritura que existieron en ese país). 25 Arqueología y Sociedad 2 Para los eruditos españoles de aquellas épocas, solo una escritura con “letras” era una verdadera escritura. José de Acosta afirma que la escritura china es una “pintura” por carecer de ellas, y ahora comprendemos que fueron en el Perú los “testamentos dibujados”, la “historia pintada” y las “señales” para conocer y aplicar las leyes. El cronista Martín de Morúa al referirse a la forma exterior de los signos Inca dice que Atahualpa tenía: “...un signo como de escribir cuadrado los llamados ‘tocapus Inca’, son cuadrados y forman conjuntos con características de textos: falta la simetría, aspecto ‘caótico’ en conjunto, pero con ‘combinaciones meditadas’”. Pudimos apreciar como los mismos signos se repetían parcialmente en diferentes Debemos destacar que fue en el siglo XIX textos o en uno mismo, y encontramos muchas –al descifrarse las escrituras egipcias y de Me- veces la “cruz atravesada” descrita por Morúa. sopotamia– cuando se descubrió el valor fo- No cabía duda, los tocapus eran los signos de nético de los jeroglíficos. Dejaron de conside- la escritura Inca. (Fig. 1). rarse “escritura simbólica” y nació en Europa la ciencia de las escrituras primitivas. Todo lo En el año 1966 pudimos estructurar el priescrito antes de esta fecha debe interpretarse mer catálogo de signos Inca. Hay en él 294 sigconsiderando su grave problema cronológico. nos diferentes (Figs. 2 y 3). Hasta ahora hemos Los grandes sistemas de escritura de Sumeria, registrado más de 350, pero calculamos que su Egipto, Babilonia, Asiria, Creta, el Indo, Hiti- número fue inferior a los 500 o 600 superando tas, Mayas y Aztecas son como los sistemas de a la Cultura Maya, cuya escritura alcanzó 400 escritura peruanos: “escritura sin letras”. Y los signos aproximadamente. inventores de las letras no son los inventores de la escritura. Los Keros con inscripciones facilitaron los primeros desciframientos de la escritura inca. Pero los limitados conocimientos de la époEl catálogo de signos de los keros, que estamos ca no impidieron que se reconociera oficialestructurando tiene ya cerca de 200 signos, a mente el valor documental de las “pinturas” parte de las variantes de color. Más adelante peruanas y en la Real Cédula al Presidente y nos referiremos a estos signos. Oidores de la Audiencia Real de las Provincia del Perú, de fecha 20 de diciembre de 1553, se No existe notación numérica dibujada en lee: “Y demás de la información que hubiére- el Imperio Inca. Esto también concuerda con des de los testigos haréis traer ante vosotros los relatos de los cronistas. Bernabé Cobo hacualquier pintura o tablas u otra cuenta que bla claramente del doble sistema de “quipus haya de aquel tiempo por do se pueda averiy pinturas”, de modo que los documentos inguar lo que está dicho”. La Real Audiencia tescas estaban registrados en los quipus, desde el tifica su conocimiento de que por las “pinturas o tablas” peruanas se podía confirmar una de- punto de vista contable y los textos con signospalabra. claración verbal anterior. Estudio del Material Inca En el año 1962 inicié una investigación integral de los materiales arqueológicos y textos que podían ayudar a identificar y reconstruir la escritura perdida de los Incas. Del análisis de los antiguos vocabularios quechuas y las crónicas surgió el dato coherente de la existencia de una escritura con signos de colores y que los tejidos sirvieron como base principal para los textos. Solo faltaba identificar estos signos con el material arqueológico. 26 De acuerdo a las técnicas modernas, el número de signos permite determinar el tipo de escritura, de allí que los catálogos que hemos estructurado –los primeros que existen– cobren mayor importancia y utilidad. Al conocer el material con que habíamos trabajado, el famoso científico francés, Marcel Cohen, opinó en 1966, que “de acuerdo al número de signos y en razón de sus alineamientos sobre ciertos documentos, me parece evidente que estamos ante una verdadera escritura, quizá ideo-fonográfica, como la de Egipto y Mesopotamia”. Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 27 Arqueología y Sociedad 2 28 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 29 Arqueología y Sociedad 2 30 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM Las Telas Funerarias de Paracas dos. En ambos casos es frecuente ver los signos en la cintura de los vestidos. (Fig. 5). En los El imperio Inca debe mucho a las varias civili- antiguos vocabularios quechuas existe la palazaciones peruanas que lo precedieron, tanto en bra quellcascappacha cuya traducción literal es lo que concierne a escritura como a cultura en “vestido escrito”. Vestidos de ese tipo, es decir, general. Prueba de ello son las telas funerarias con signos, existen también en otras culturas de Paracas, vestigios de una civilización muy antiguas, como la egipcia. antigua, cuyos dioses y dignatarios ostentan siempre los frutos más óptimos para las tierras Afamados científicos extranjeros examinarecién irrigadas. De estos frutos son el pallar ron nuestros trabajos. Así el profesor de Aley el fríjol, los que “forman tierra”. Creo que a mania, Thomas S. Barthel, quien me escribió este hecho se debió su gran simbolismo mági- las siguientes líneas: “Permítame felicitarla por co-religioso en las culturas costeñas. Testimo- el espléndido descubrimiento que ha logrado nio de ello sería el hecho de haber encontrado en los pasados años en el análisis de los textiles en el fardo funerario Nº 91 (MNAA), no una de Paracas. Ud. ha presentado ambos: la evimomia, sino un costal de frijoles envueltos en dencia y el sistema Paracas”. ricas telas bordadas, con las insignias y ofrenLos sistemas de escritura de mayor imdas de los grandes dignatarios de Paracas. portancia y más conocidos son los de Paracas El Museo Nacional de Antropología y Ar- e Incas, siendo éstos, el principio y el fin de queología de Lima, tiene la mayor colección nuestras escrituras. Las etapas intermedias van de las telas que cubrían las momias de Paracas, surgiendo con graves problemas, pero al ser ya y ellas son testimonio indiscutible de que los indiscutible la existencia de la escritura en el peruanos conocían la escritura desde el siglo Antiguo Perú, las otras evidencias son también III a. C. aceptadas por los científicos. Durante 21 meses trabajamos en copiar los signos de dichas telas y estructurar el catálogo en el que registramos 298 signos diferentes. Todos son signos-pallar (Fig. 4). Un trabajo posterior hecho con telas de Lima y Nueva York, nos permitió encontrar 25 signos más. Considerando que los signos de Paracas son duales, se puede anticipar que su número no fue inferior a 400 o 500. Debo añadir que al estructurar el catálogo ya mencionado, identificamos los signos-cifra de Paracas, que es un sistema vigesimal y también signos-pallar marcados con puntos. El testimonio de las telas Paracas destruye la arbitraria afirmación de que en el Perú no había textos ni inscripciones. De las casi 50 telas que analizamos pudimos descubrir, entre otras cosas, que en las telas con signos, las imágenes idénticas van acompañadas de textos diferentes, siendo esta la única variación de forma apreciable. El mejor testimonio que hallamos fue una tela de Paracas con 23 felinos idénticos y extensas inscripciones diferentes. El Problema de las Escrituras con Signos-Pallar Hace más de 30 años el arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle expuso la teoría de que los peruanos antiguos habrían escrito sobre pallares, siendo éstos pequeños textos. Desgraciadamente, los dibujos y fotografías que publicó inspiraron la teoría de los pallares como “fichas de juego”. Podemos ver aún que los personajes mochicas agrupan pallares con dibujos idénticos. Toda inscripción alfabética o pre-alfabética, exhibe un agrupamiento de signos diferentes, y la selección de pallares con dibujos iguales parecen señalar un juego. Mi teoría es una investigación independiente y no la continuación de los trabajos realizados por Larco Hoyle. Fueron las telas Paracas del Museo Nacional de Lima, las que me permitieron presentar pruebas de una escritura temprana con signos-pallar. Al conocer mi trabajo, el profesor Barthel, catedrático de En Paracas, como en el Imperio Inca, hay Escrituras Primitiva de la Universidad de Tüuna escritura con signos de colores sobre teji- bingen me escribió, diciendo: “Usted ha hecho 31 Arqueología y Sociedad 2 añicos la anterior explicación que consideraba los pallares como fichas de juego, y gustoso estoy de corregir mi posición anterior”. cifra de diseño peiniforme, que aparecen solos o asociados a líneas horizontales, que también aparecen solas. Un gran número de piezas de cerámica del Museo Nacional Los resultados comparativos de nuestra dan esta evidencia. Hay allí un tambor con investigación sobre las escrituras con signosestos nuevos signos-cifra, y hago la obserpallar, son las siguientes: vación de que una tableta de Mesopotamia clasificada como “matemática” ha revelado 1. Hay 4 escrituras con signos-pallar: Paracas, una notación musical. El nuevo sistema de Nasca, Mochica A y Mochica B. (Fig.6). signos peiniforme evoca también la forma 2. Es evidente que Mochica A y Mochica B del Kipu y es quizá el primer sistema decison dos sistemas diferentes, teniendo el semal del Perú. gundo signos de mayor complejidad y ase- 7. Con una diferencia radical de los signosmejándose parcialmente al sistema Inca. El cifra, Mochica y Nasca tienen numerosos estudio de la escritura Mochica ofrece la ceramios cubiertos por ellos. Aún no se codificultad de haber muy pocos objetos arnoce su significado. queológicos de auténtico interés. 3. No hay testimonios suficientes para afirmar que los sistemas de Paracas, Nasca y Mochica A son idénticos. Podrían coinci- La Escritura Prohibida dir en la forma del signo-pallar y revelar un proceso de evolución. Las diferencias El cronista Montesinos habla claramente de cronológicas y de lenguaje no pueden ser una escritura prohibida. El estudio del material arqueológico revela la desaparición definitiva desestimadas en ningún caso. 4. Un análisis de numerosos vasos con cifras de los signos-pallar cuando la cultura Wari se existentes en el Museo Nacional, nos die- extiende por la Costa. ¿No hay escritura Wari ron el testimonio de que los signos-cifra o Tiahuanaco? ¿No hay escritura entre Mode Paracas y Mochica A son iguales. Esta chica B y los Incas? Tenemos ya los primeros constatación solo es válida para las cifras. testimonios de su existencia: signos Inca con esquematizaciones de signos Tiahuanaco. Ha5. Tenemos las primeras evidencias de un llé dos inscripciones Wari cuyos signos cuadrasegundo sistema de cifras Mochica, cuyos dos se parecen a los signos-pallar, y el pequeño signos parecen inspirados en el Quipu. Lo vaso de arcilla en forma de kero descubierto he titulado Mochica B. El uso simultáneo en la fortaleza de Sacsahuamán tiene signosde varias escrituras es frecuente en otras tocapu que parecen ser los antepasados de culturas antiguas. los signos Inca, que vemos en tejidos y Keros. 6. El problema Nasca es muy grave, pero su Nuevos descubrimientos arqueológicos irán escritura es la más importante después de completando este camino sumergido entre lo Paracas e Inca. Los personajes de Nasca signos-pallar y los signos-tocapus Inca. tienen vestidos e insignias bastante similares a los de Paracas, pero con los signos de Mi programa básico ha sido reconstruir todo su escritura pocas veces están asociados a el sistema de escritura del antiguo Perú. Las difiestos dignatarios. Es frecuente la aparición cultades son grandes debido a la pérdida masiva de signos sin personajes, y en Paracas solo de nuestros textos. Hubo una escritura “sobre he visto una tela con signos y sin persona- tejidos”. Pedro Cieza de León dice: “...y si la je. ropa fina que se desperdició y perdió en aquellos En Nasca vemos un cambio en la forma del tiempos se guardara, valiera tanto que no lo oso signo-pallar. Uno de sus lados se convierte afirmar según tengo que fuera mucho...”. El Vien ángulo. Y los primeros “signos cuadra- rrey Toledo obtiene el dato de que las “tablas de dos” son pallares Nasca. Las cifras Nasca colores” con “señales” usadas para conocer las son aún más conflictivas: los puntos se- leyes del Cusco “las quebraron e destruyeron” ñalan cifras más elevadas que el 20, pero los españoles. Perdimos los Códigos del Imperio. descubrí otro sistema formado por signos- El pasado también sufrió daño. El pillaje viola 32 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 33 Arqueología y Sociedad 2 las tumbas y momias envueltas en telas multico- vación de que son ciertas características de las lores son destruidas. Hubo tanto, sin embargo, imágenes –sobre las cuales están los signos– las que señalan la dirección de la escritura. Alguque se salvó mucho. nas veces un bustrófedon continúa en toda la tela, pero en otros casos s interrumpe para anudarse otra vez. Este dato puede ser ... para Hacia el Desciframiento todas las escritura peruanas. De acuerdo con la ciencia contemporánea, toda escritura puede ser descifrada, pero para ello se requieren técnicas complicas y trabajo en equipo, y yo he trabajado siempre absolutamente sola. El profesor Thomas S. Barthel –fundador del Instituto de Etnografía de la Universidad de Tübingen, Alemania– es uno de los más afamados intérpretes de las escrituras Maya e Isla de Pascua. Desde el año 1966 ha recibido todos mis trabajos y en el año 1968 me anunció que la escritura peruana formaría parte del programa de investigaciones de su Instituto, e inició los primeros esfuerzos sistemáticos para el desciframiento de las escritura de los Incas. Durante 4 años mi trabajo recibió el consejo y aliento de tres científicos extranjeros: Marcel Cohen de Francia: “Pienso que ya no puede existir discusión sobre el hecho de la escritura peruana.... no esté descifrada. Hay que confiar en el porvenir, que será quizá antes que para la Maya”; Daniel Cazes de México: “Ya no puede existir duda de que se trata de una escritura”, y Thomas S. Berthel de Alemania: “Cada vez será más difícil en el futuro, el querer calificar el antiguo Perú como “alta cultura temprana sin ninguna escritura”. (Ponencia presentada al 38º Congreso de Americanistas, Alemania, 1968). Es en 1969 cuando llega la noticia esperada: “Querida Victoria, este es un momento de triunfo, en el mismo momento en Dejé por un tiempo el estudio de los signos- que el primer hombre desembarcaba en la luna, pallar y dediqué todos mis esfuerzos a los Incas. aquí en Tübingen, y como si nos cumpliera su Lima y Tübingen se unen en un esfuerzo co- antigua promesa de volver, los primeros signos mún. Viajan slides con tejidos, keros y pinturas de la escritura Inca, que acabo de descifrar, me coloniales y múltiples, informes que preparo. escribió el profesor Barthel, nos traen su nomEl profesor Barthel consigue 30 keros-texto y bre: Con Ticci Viracocha. yo 140. Envío un kero con 64 signos y otro con 48. El Nº 55 se perfila con el más inquietante. Veo en él las “letras” “groseras y toscas” de las 16 torres usadas por los Incas para conocer ¿Qué es un Kero-Texto? los solsticios del verano y del invierno y que Garcilaso describe. El profesor Barthel piensa Fabricado bajo el despotismo extranjero, el keen otra explicación, pero coincidimos en que ro-texto no es un ingenuo exponente de remeestamos ante un nuevo tipo de inscripciones moraciones sentimentales del pasado. Enigmáen keros. “Estamos haciendo juntos progresos tico en su esencia misma, sus signos ya pueden ser leídos y lo perfilan como el vaso ritual de considerables”, me dice en su última carta. clandestinos cultos. La escritura Inca testifica Ciento veinticinco keros-texto me per- la existencia de una página perdida en nuestra mitieron hacer una clasificación tipológica historia y se vislumbra un trajinar silencioso de de ellos. Los resultados son los siguientes: 40 los Amautas. keros-texto sin escenas, 82 keros-texto con Detrás del tabernáculo católico aparecen escena y 3 keros-texto-felinos. Me parece que idolitos Incas y santos venerables –rostros con la diferencia tipológica de los keros-texto está en vinculación con su valor ritual o evocativo. el terremoto– descubren sus signos-tocapu inLos keros sin escenas se dividen en tres clases teriores. Solo un 10 ó 15% de los keros tienen inscripciones. Así mis 140 keros equivalen a y los con escena en seis. 1400 estudiados. Jamás vi una cruz en ellos. Para el desciframiento de la escritura Pa- Es una rebeldía sistemática, aunque aceptan el racas añadí a mis trabajos anteriores la obser- caballo, la sirena y la guitarra. (Fig.7). 34 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM Los signos-tocapu no acompañan tampoco a los santos católicos en la pintura cusqueña y los dioses peruanos –tan angustiosamente perseguidos por el “extirpador de idolatrías”– son evocados y perennizados en los textos Inca “coloniales”. Por eso los españoles no se explicaron el sistema gráfico Inca, y no supieron leerlo. 35 SAN HUMBERTO: UN SITIO FORMATIVO EN EL VALE DEL CHILLÓN (Informe Preliminar) Hugo Ludeña Introducción A partir del segundo semestre de 1969, el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de San Marcos inició el reconocimiento del Valle del Chillón, desde la desembocadura del río hasta el kilómetro 60 de la carretera que conduce a Canta, y durante esta exploración se ha podido ubicar algunos sitios inéditos, entre los cuales figura el Conjunto San Humberto, el que presenta notables características que lo ubican cronológica y culturalmente en el periodo Formativo. Este conjunto enriquece las evidencias del Formativo en la Costa Central, pues los más conocidos, hasta el momento, son: Ancón, Garagay, Lurín, La Florida y Curayacu, además de las noticias verbales dadas por José Casafranca de algunas colecciones de superficie procedentes del área cercana a la G.U.E. “Bartolomé Herrera”, Maranga, Parque de las Leyendas, Cuevas, así como de algunos sitios cercanos al aeropuerto internacional. sí menciona que entre las ruinas de Collique y Punchauca se encuentran las de Kon-Kon y numerosas necrópolis del tipo de Atavillos en la Pampa de Huacoy, así como un adoratorio, pero su descripción del sector y del material extraído en antiguas excavaciones no coincide con la arquitectura ni la cerámica de San Humberto. En la Identificación y Bibliografía de importantes Sitios Arqueológicos del Perú por Hans Horkheimer publicada en 1965 se menciona los sitios arqueológicos ubicados desde Tumbes hasta el Chillón precisamente; se describe a Collique ubicado en el kilómetro 16 y como último lugar se menciona Huanchipuquio y otros entre los kilómetros 42 al 48 de la carretera a Canta. En la misma publicación se menciona el sitio formativo de Cuevas en el kilómetro 6, pero no informa a San Humberto. Entre 1952 y 1954 Louis Stumer realizó exploraciones y excavaciones en la Costa Central, centrando su interés en el Chillón en la zona baja. El conjunto San Humberto está formado por 24 montículos y no son mencionados con la bibliografía arqueológica conocida para el Valle del Chillón. Es así que Mons. Pedro Villar Córdova en su Arqueología del Departamento de Lima al referirse al Chillón, describe lugares cercanos a San Humberto sin mencionar específicamente a este grupo; sin embargo, Los reconocimientos más recientes realizados en el valle parece que fueron hechos por Patterson y Lanning en 1963, pues la publicación del Museo Nacional de Antropología y Arqueología del año 1966, en una Descripción y Relación de Sitios Arqueológicos, menciona 127 sitios en el Chillón informados por Patterson y Lanning. Los sitios que están más cerca de San 37 Arqueología y Sociedad 2 Humberto son PV-46-22 así como PV-46-23 y PV-46-24 con los que se ubican promontorios en la Hacienda Chacra Cerro. Pero a partir de este sitio parece que ellos se dirigieron hacia el norte y la mayor parte de su exploración se refiere a sitios ubicados entre Ancón y la carretera Panamericana. En la publicación de Edward Lanning, Peru Before the Incas de 1967 no se menciona a San Humberto y tampoco en las cronologías publicadas recientemente. Solamente se tiene dos referencias acerca de este sitio. La primera es una carta publicada por el Instituto Geográfico Militar (Nº 483) reimpresa en 1964 a la escala de 1/200000 en la que se ubican ruinas arqueológicas entre las Haciendas Caudivilla y Huacoy, aunque muy alejadas del río y de la carretera. Podría tratarse de Kon Kon que menciona Villar Córdova; sin embargo, parece referirse al complejo arquitectónico de nuestro estudio. La segunda referencia es muy reciente, dada por don Lorenzo Roselló quien nos indica que en el año 1962 estuvo por el lugar con don Toribio Mejía Xesspe. Aproximadamente en 1922 se construyó un reservorio de aguas cerca del ángulo norte de la huaca principal, reservorio que posteriormente fue ampliado según manifestación de la Sra. Victoria Espino, yanacona de la Hacienda Caudivilla quien vive desde hace 47 años al pie de la huaca. Los peones de las haciendas cercanas acuden semanalmente a huaquear al sitio así como los pobladores de los Pueblos Jóvenes cercanos, excavaciones que ponen en peligro al monumento. Finalmente, cabe mencionar que el Conjunto está en un paso obligado del camino que comunica a Huacoy con Caudivilla y a 700 metros de la carretera a Canta, de manera que necesario prevenir su destrucción y acelerar un estudio completo del conjunto, pues se trata de construcciones admirablemente bien conservadas, hechas de piedra y adobitos hemisféricos en forma de panes, encontrándose en la superficie cerámica formativa muy fina con decoración incisa y en relieves; así como cerámica tosca de bordes gruesos, redondeados y biselados. En la parte alta de los tres edificios principales hay entierros intrusivos correspondientes a épocas más recientes entre los cuales es frecuente la cerámica negra, roja y tricolor que son los objetos que precisamente buscan los huaqueros. 38 En este informe preliminar únicamente nos referimos a algunos detalles de las construcciones y a la pequeña muestra de cerámica de superficie, asociada a los restos de piedras y adobitos hemisféricos, recogida de un solo sector en la parte baja. En un próximo estudio del lugar, en el que se pueda contar con mayores elementos de juicio, será posible realizar un informe amplio y completo. I. Ubicación El Conjunto San Humberto se encuentra ubicado a la altura del kilómetro 22 de la carretera a Canta, frente al Pueblo Joven “El Progreso” y a 750 m de la carretera entre los caminos que comunican a las haciendas Caudivilla y Huacoy. Se encuentra en terrenos de la hacienda Huacoy, en el mismo límite con Caudivilla, según los pobladores del lugar. Está bordeado por los potreros San Carlos, Clorinda y San Carlos Jirón del Río por el Sur, San Humberto, Polvareda, Juanita y Mercedes I por el Este, por el Norte limita con el río Chillón cuyo cauce está a unos 350 m permaneciendo seco la mayor parte del año debido a que las aguas son captadas por los canales de riego. Los cultivos de los alrededores son de algodón y maíz, los cuales han borrado tres caminos antiguos que son claramente perceptibles en la fotografía aérea y que, al parecer, comunicaban a estos edificios con los carros cercanos y también con algunos promontorios en la Hacienda Huacoy de los cuales quedan pocos restos. II. Arquitectura Se trata de un edificio central orientado de sur-este a noreste con dos brazos paralelos y laterales al edificio principal orientados hacia el noreste. Cuenta con 21 montículos adyacentes, abarcando solamente los tres edificios principales un área total aproximada de 450 por 650 m, el edificio central (A) tiene 3 m de altura, es de contorno cuadrangular y de forma tronco piramidal, estando formado por plataformas. Al sur-este tiene una pequeña Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 39 Arqueología y Sociedad 2 40 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM plataforma con escalinatas de acceso, de las cuales es posible observar cinco peldaños y los muros de una pared. Al lado este de la base del edificio central hay un brazo pequeño de 35 m de largo y 1.70 m de altura con abundantes piedras en la superficie, presentando un muro de piedras unidas con barro que mide 4 m por lado. En una esquina de este sector bajo, muy cerca de la base del edificio principal, una acequia de riego ha cortado las estructuras de piedra y barro, y es de la tierra que ha salido de donde procede nuestra muestra de cerámica. El edificio B está separado del principal y tiene una longitud aproximada de 360 m presentando su perfil dos depresiones muy notorias. En la depresión mayor se observa que el terreno contiene abundantes piedras aplanadas con musgo verdoso, las que posiblemente correspondían a las construcciones destruidas. En una de las paredes de este sector hay diseños borrosos hechos con incisiones anchas pintadas con color negro y separadas de amplias zonas de color rojo. La comunicación con la parte alta de este montículo es mediante una rampa de más de 2 m de ancho. hiladas de manera tal que la base descansa sobre la parte convexa de los de la hilada de abajo. En todos los casos los materiales están unidos con barro y hay una pared en la que se encuentran los tres tipos de materiales juntos formando muros adosados. Sin embargo, se puede afirmar que los adobitos son utilizados con mayor frecuencia. En algunos sectores se presenta entre las paredes de adobitos un relleno formado por grumos de barro y piedras redondeadas de pequeño tamaño. Las paredes de adobitos están revestidas por una capa de estuco de barro de 3 cm de espesor por lo que en algunos sitios parece que se tratara de muros de tapial; sin embargo, una mejor observación permite concluir que en el único caso donde se encuentra tapiales es en la parte superior de algunos cercos que bordean las huacas y en otros cercos que parecen más recientes. Los adobitos están hechos a mano, tienen forma de panes de 30 cm de diámetro y 20 cm de altura. Hay algunos de dimensiones excepcionales que alcanzan a tener 45 cm de diámetro por 35 cm de altura. Al formar las paredes es posible observar que estas han sido estacadas y a continuación Al norte del reservorio de agua hay tres se ha adosado una nueva pared de adobitos, la montículos separados, que en la superficie presentan abundantes piedras aplanadas de un que nuevamente ha sido estucada. Las escalicolor verdoso debido al musgo, lo cual indica natas también son adobitos y están recubiertas que hace mucho tiempo que no han sido remo- con una capa de barro. vidas y también es posible que correspondan a restos de construcciones derrumbadas. Estos pedregales están separados por un espacio amIII. Cerámica plio del cuerpo del edificio C, el cual es el más destruido en su parte más alta y en las laderas. Se ha encontrado cerámica tosca y cerámica Los tres edificios están rodeados por tapiales de pasta fina. Se trata de una muestra pequeña que tienen sobre cimientos de piedra de río, pero bastante homogénea que procede de un aplanadas y de tamaño uniforme, unidos con solo sector asociado con restos de construcciobarro. Encima tienen tapial de barro. Parecen nes de piedras y adobitos. de construcción antigua, al menos en la parte que llega hasta los 50 cm del suelo. El material utilizado en las construcciones es de tres tipos: piedra de río, piedra canteada y adobitos hemisféricos hechos a mano. Las piedras de río son siempre aplanadas, circulares u ovoides, llegan a tener hasta 40 cm de diámetro y están asentadas sobre la base plana. Las piedras canteadas con cuadradas o rectangulares, mostrando en los paramentos la cara más plana; y los adobitos están colocados en 1. Cerámica sencilla San Humberto Se cuenta con 121 fragmentos correspondientes a vasijas de gran tamaño, con paredes de hasta 9 mm de espesor y presentan como característica el color rojo. Se trata de ollas de bordes gruesos, redondeados y en forma de coma, así como de una vasija abierta de paredes altas y borde recto. La superficie exterior 41 Arqueología y Sociedad 2 presenta engobe de color rojo, mientras que la superficie interior varía del rojo al amarillo grisáceo y rojizo. La superficie exterior es casi siempre muy áspera al tacto, sin brillo a pesar del engobe. Presenta fracturas muy irregulares debido a que la pasta es bastante porosa por contener abundante arena gruesa y piedra molida como temperante. La superficie interior presenta marcas toscas de alisado con la mano así como manchas de cocción al igual que en el exterior. También se observan manchas de carbón por el uso, pero en muy pocos fragmentos. Las piezas fueron cocida en atmósfera oxidante y la dureza promedio es de 4.5 según la escala Moh. Las formas más comunes son de ollas y solamente hay algunos fragmentos correspondientes a una vasija abierta de gran tamaño. Es notorio que este tipo no presenta ninguna decoración, sin embargo, la diferencia y variedad de borde nos permitirá en el futuro encontrar varios tipos. Es notoria también la ausencia de asas (Lámina I-1 al 15). 2. Cerámica fina de San Humberto La cerámica fina de San Humberto se caracteriza por la presencia de platos, cuencos, botellas y posiblemente cántaros de pequeño tamaño. Se encuentra también un fragmento que parece corresponder a una vasija con gollete-estribo. Las superficies son muy pulidas alcanzando hasta el bruñido, pero dominando los colores gris, negro y ante; y la decoración es incisa, en relieves, estampada, puntillada y mecida. Las incisiones generalmente separan zonas pulidas y brillantes de los sectores llanos o con relieve, siendo notorio que las incisiones también presenten brillo en su interior. Las líneas tienen por lo general 1 mm de ancho pero también hay fragmentos con 2 mm de ancho. Los platos y cuencos presentan la decoración incisa de la superficie interior o exterior pero nunca ambas superficies. Las vasijas cerradas presentan la decoración en el cuerpo de la vasija y en sectores amplios. Los cuencos son de bordes redondeados y con un ligero bisel hacia afuera, de paredes rectas y de base plana. Los fragmentos de bote42 llas corresponden a vasijas de cuerpo globular y de base plana. En dos casos parece tratarse de piezas de pequeño tamaño con cuerpo de forma irregular. La decoración más frecuentes es de líneas paralelas que llegan hasta el borde, abarcando el tercio superior del interior de los cuencos; y líneas radiadas que parten de una incisión que delimita la base interior del cuenco. Hay un fragmento que presenta un diseño muy estilizado el cual parece un ojo o parte de un ala. También hay cuencos que tienen decoración en la superficie exterior, presentando como diseño una línea a un centímetro del borde y también diseños reticulares separados de zonas llanas. La decoración de los fragmentos correspondientes a botellas es de cinco tipos, destacando un ejemplar que presenta relieves a modo de un colmillo y un ojo, y otro con decoración estampada con marcas en forma de pequeños herrajes. La muestra que se cuenta de cerámica fina es de 55 fragmentos, 40% de los cuales presenta decoración incisa. Es posible reconocer tres tipos bien definidos de cerámica fina: A. Gris pulido B. Negro fino C. Ante fino A. San Humberto Gris Pulido Está representado por el mayor número de fragmentos (27). La superficie exterior varía del gris hacia tonalidades amarillentas al igual que la superficie interior en las vasijas abiertas. El corazón presenta generalmente tres colores; al centro es gris y hacia la superficie interior de colores rojizos o amarillentos. Las superficies pulidas son muy suaves al tacto y brillantes. La pasta presenta abundante arena fina como temperante, la cual está bien distribuida; no se observa mica más que en dos fragmentos. Las fracturas son irregulares y la dureza es de 3.5 según la escala de Moh. Este tipo presenta decoración incisa, estampada y en relieve. Las incisiones son an- Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 43 Arqueología y Sociedad 2 chas y separan espacios pulidos. El interior de las incisiones también es pulido y brillante. La decoración estampada se presenta en un fragmento correspondiente a un plato y en otro correspondiente a una botella. Solamente hay un fragmento que presenta relieve que pertenece a una vasija cerrada. La cocción ha sido bajo atmósfera reductora con un control irregular de la temperatura o del oxígeno debido a lo cual se observan frecuentes manchas de cocción. Las formas más frecuentes en este tipo son platos y cuencos de lados rectos altos y bordes redondeados y también con un ligero bisel hacia afuera: tienen base plana, y presentan decoración incisa en el interior o en el exterior de la pieza. También hay fragmentos correspondientes a vasijas cerradas, todos con decoración incisa o en relieve. (Lámina I -16 al 28 y Lámina II- 1 al 9). B.- San Humberto Negro Fino Este tipo está representado por 11 fragmentos. Se caracteriza por presentar la superficie exterior de un color negro muy brillante y el interior generalmente negro o gris. El corazón de las pasta es gris, presentando algunos fragmentos un color rojizo hacia la superficie exterior e interior. Su dureza promedio es de 3.5 según la escala de Moh. La superficie es muy suave al tacto debido a que se ha llegado a grados de bruñido, lográndose superficies bien brillantes. Las fracturas son irregulares debido a que la pasta contiene abundantes particular de arena fina, pudiéndose observar en la superficie interior algunas partículas de mica. Tanto las vasijas abiertas como las cerradas han sido engobadas y luego pulidas, observándose las huellas dejadas por el pulidor principalmente en la superficie exterior de las vasijas abiertas. La superficie interior muestra marcas de alisado con la mano. Presentan decoración incisa los fragmentos correspondientes a platos, cuencos y vasijas cerradas. Se trata de incisiones anchas y brillantes que en un caso representan el ojo o el ala de un personaje estilizado. También hay fragmentos con incisiones finas y dos fragmentos presentan zonas puntilladas y buriladas separadas de otras zonas llanas mediante una línea incisa. Es no44 toria la presencia en este tipo de una parte que corresponde a una vasija con gollete-estribo. La cocción ha sido realizada bajo atmósfera reductora (Lámina II – 10 al 14). C.- San Humberto Ante Fino Este tipo está representado por 17 fragmentos correspondientes a platos, cuencos y botellas de pequeño tamaño, y es característico el color ante amarillento de la superficie exterior. Las vasijas cerradas tienen el interior gris y el corazón de la pasta del mismo color, mientras que las vasijas abiertas presentan el corazón gris en dos casos y de color rojo en un fragmento. La dureza es de 4.5 y solamente un fragmento alcanza 5 según la escala de Moh. La muestra corresponde a piezas no muy suaves al tacto, de tonalidades opacas, sin embargo, hay tres que presentan superficies muy pulidas y brillantes. Las fracturas son irregulares, debido a que la pasta contiene abundante arena gruesa y poca mica como temperante. Se observa también la ausencia de puntitos blancos y negros. Presentan engobe de color crema amarillento y están decoradas únicamente las vasijas cerradas. La decoración es en base a incisiones anchas y poco profundas y en un caso se observa decoración estampada con diseños en forma de pequeños herrajes de 6 mm de diámetro, separadas de otro sector mediante una incisión hecha. Otro fragmento también corresponde a una botella y presenta incisiones más delgadas pero profundas y relieves que sugieren la forma de un ojo y colmillo (Lámina II- 15 al 17). IV. Comparaciones Es posible durante esta presentación preliminar establecer algunas relaciones entre la arquitectura de San Humberto y otros lugares. La presencia de construcciones de piedra y adobitos nos recuerda mucho a Garagay pero hay una semejanza mayor en las dimensiones, orientación y disposición de los edificios, ya que en ambos casos se trata de un mismo patrón, consistente en un edificio central con dos brazos laterales y la orientación del conjunto hacia el Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 45 Arqueología y Sociedad 2 46 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM noreste. En los dos lugares se observa también en la parte baja un gran campo rectangular y sectores laterales con muchas piedras en la superficie, que nos hace pensar en restos de casas derruidas hace mucho tiempo y que no han sido removidas, por lo que se ha asentado en la superficie un musgo verdoso. Los orificios están ubicados en tierras llanas y fértiles, pero San Humberto está más cerca del río. En las últimas exploraciones se ha podido ubicar entre los 24 montículos algunos que contienen abundante material de deshechos y restos de cocina correspondientes a esta época, los cuales nos podrán aclarar en el futuro acerca de la actividad económica de estas poblaciones, pero se puede adelantar dos puntos que son muy importantes. El primero es la presencia de diversos tipo de moluscos los cuales En un artículo reciente la Dra. Rosa Fung nos indican la relación que debe haber tenido hace notar la sorprendente semejanza que este conjunto con poblaciones del litoral; y el existe entre los planos de La Florida y Garagay segundo, es la existencia de un canal de riego según el arquitecto Carlos Williams. Esta se- que parece muy antiguo y que en la actualidad mejanza se repite y es más nítida entre Garagay sigue siendo utilizado para el cultivo de dos y San Humberto, lo cual nos da la evidencia de productos tradicionales: el maíz y el algodón. un patrón común que perdura desde un moA pesar de las semejanzas tecnológicas que mento en que es característica la construcción se encuentra en la cerámica de San Humberto a base de piedras canteadas y aristosas en los paramentos y abundancia de relleno de barro y y algunos estilos de Chavín, sería prematuro piedras como sucede en Garagay y La Florida, establecer ahora relaciones estilísticas, pues se hasta el momento en que el uso de adobitos hace indispensable encontrar antes las posibles hemisféricos es notable, sin perderse totalmen- vinculaciones con los sitios formativos más te la tradición anterior. cercanos al Valle del Chillón. 47 INFORME SOBRE LOS MATERIALES DE ACATA EXISTENTE EN EL MUSEO DONADO POR EL DR. G. SCHROEDER Félix Álvarez El arqueólogo alemán Dr. G. Schroeder, hizo entrega al Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de San Marcos de un pequeño informe que acompañaba, en calidad de relación a un donativo que él mismo hizo a dicho museo, y que venía fechado en Arequipa a 5-4-1958. El donativo consistía en: “43 artefactos de piedra como ejemplares típicos de una cultura paleolítica del Perú y de 15 artefactos como material de enseñanza intuitiva en las clases de arqueología” (Schroeder, Breve informe manuscrito, 1958). En este informe el Dr. Schroeder hace una relación de los objetos que dona al Museo. La relación es breve y en ella describe 43 artefactos distinguiendo entre ellos, núcleos, raspadores, raederas, lascas y puntas. Estos artefactos provienen de una excavación en trinchera que hizo en setiembre de 1956 en los abrigos rocosos de Arcata (Par 5-1), en Castilla, departamento de Arequipa. mer hallazgo del Dr. Schroeder, de donde, tras una excavación sistemática, consiguió unas 40 puntas de flecha, raspadores, raederas y una cuantas perlas de piedra para adornos. Posteriormente, a su vuelta a Perú en 1956, en mes de setiembre, encontró en la región de Arcata una serie de “abris” a una altura de 4600 m “allí apareció una gran cantidad de artefactos, también puntas de flechas, raspadores y raederas. El tipo de estos artefactos es el mismo que el de Ichuña. Según la tipología los artefactos corresponden al Ayanpitiense, una cultura del Epimiolítico americano, llamado según el pueblo de Ayanpitín en la provincia de Córdova” Schroeder, Revista del Museo Nacional, (57). En ningún momento presenta asociaciones con otros elementos (huesos, cenizas, pieles, etc.), no se si porque no los encontró, o porque no le interesaba. Es decir, no presenta contextos, sino que simplemente presenta las El Dr. Schroeder, según él mismo escribe piezas y las describe, y no todas. Por otra parte, (Revista del Museo Nacional, 1957) fue indu- tampoco presenta estratigrafía, y la cronología cido por O. Menghin a trabajar en el período de este yacimiento, solo con estas evidencias Lítico, que era el menos conocido. Confiesa puede calcularse, estableciendo tipos bien deque los primeros momentos no tuvo suerte, finidos que por comparación con los de otros “…pero en 1953 explorando las minas de la yacimientos cercanos ya fechados pueden darregión de Ichuña encontró una cueva al lado nos una edad relativa. Las piezas que tiene el del camino, pocos kilómetros antes de llegar Museo son 48 entre núcleos, raspadores, raeal pueblo de Ichuña. La cueva no es completa deras, lascas y puntas. El mineral utilizado es sino más bien un refugio abierto” (Revista Mu- generalmente obsidiana, pero también se utiliseo Nacional, 1957, pág. 291). Este fue el pri- za cuarcita, hornstein, carneol, silex, etc. 49 Arqueología y Sociedad 2 Descripción: Nº 1.- Núcleos: 2 (sin número “u” 2-1074) Raspadores: Nº 2.- Raspador aquillado de cuarcita. Retocado solo en la parte terminal. En la parte ventral en la base, el bulbo está poco formado. Artefacto crudo (“u” 2-1074) Nº 3.- Raspador aquillado y pedunculado de hornstein con un ligero retoque dorsal en la parte basal posiblemente a presión. En la parte terminal lateral de la cara dorsal se ha hecho un retoque a percusión. En la parte basal de la cara dorsal forma una especie de pedúnculo. Es una forma atípica de esta cultura (ilustrada) (2.1074 “u”). Nº 4.- Raspador aquillado redondo con retoque dorsal y circular de obsidiana (2-1074-“u”) Fig. 13 a y b. Nº 5.- Raspador plano de cuarcita con retoque terminal en el lado dorsal y con retoques escarpeados en la base (“u” 2-1074) Nº 6.- Raspador plano de sílice con retoque terminal y lateral izquierdo en la cara dorsal (“u” 2-1074). Nº 7.- Raspador plano de hornstein con retoque escarpado en la parte terminal de la cara dorsal (“u” 2-1074) Nº 8.- Raspador plano de carneol con retoque escarpado circular, menos en la base (“u” 2-1074). Nº 9.- Raspador plano de hornstein con retoque escarpado circular, en la cara dorsal. Bulbo retocado (“u” 2-1074). Nº 10.- Raspador discoidal plano de obsidiana con retoque escarpado y circular (“u” 2.1073). Nº 11.-Raspador discoidal plano de obsidiana con retoque escarpado y circular. La parte terminal está quebrada (“u” 2.-1073). Nº 6.- (dib).- Pequeño raspador discoidal de obsidiana negra con retoque circular en la cara dorsal. El trabajo es muy delicado y el astillamiento muy fino (“u” 2-1073) Fig. 11. (arriba). Retoque de corte bien marcado en la parte lateral izquierda. (“u” 2-1072). Nº 13.-Raedera de cuarcita con retoque de corte en ambos lados (“u” 2-1074). Nº 14.- Raedera de pizarra silicificada con retoque escarpado en la parte lateral izquierda y retoque de corte en la parte lateral derecha. Nº 16.- Raedera plana de carneol oscuro con retoque de corte en ambos lados. (“u” 2.1074). Nº 17.- Raedera de obsidiana negra con retoque de corte en ambos lados. Nº 18.- Raspador y raedera de obsidiana negra, discoidal, típico, con retoque de raspador en la parte terminal y lateral derecha. Retoque de corte en la parte lateral izquierda (“u” 2-1074) Fig. 12 a y c. Lascas: Nº 19.- Lasca quebrada de obsidiana negra. El resto es la parte terminal con retoque de corte en ambos lados. (“u” -2-1073). Nº 20.- Lasca de obsidiana negra con retoque bifacial. En las partes laterales tienen retoques de corte. Schroeder dice que pudo ser intencionalmente hecha como punta de flecha. Esto es seguro y el trabajo en la cara dorsal así lo indica. Esa cara tiene un retoque típico de punta de proyectil con un trabajo de astillado bastante grande facial y retoque de corte lateral en ambos lados. La cara ventral tiene la forma cóncava característica de las lascas de obsidiana sin bulbo y con un ligero trabajo de corte lateral (“u”2-1071). Atípica. Fig. 1 a, b y c. Nº 21.- Lasca delgada de cuarcita sin retoques (“u” 2-1075). Nº 22.- Lasca delgada de obsidiana con retoque facial en la cara dorsal (“u” 2-1075). Nº 23.- Lasca delgada de cuarcita con retoques de corte muy finos en la parte lateral derecha (“u” 2-1075). Nº 24.- Lasca de obsidiana con retoques finos de corte en ambos lados (“u” 2-1075). Nº 25.- Lasca delgada de obsidiana con retoque de corte en ambos lados. (“u” 2-1075). Nº 26.- Lasca delgada de obsidiana con retoRaederas: que facial de la cara dorsal (“u” 2.-1075). Nº 12.- Raedera quebrada de carneol. Retoque Nº 27.- Lasca delgada de obsidiana con retobifacial, e.d. en la cara ventral (abajo) y dorsal que facial dorsal (“u” 2-1075). 50 Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM 51 Arqueología y Sociedad 2 Nº 28.- Lasca de obsidiana con retoque facial dorsal (“u” 2-1075). Nº 29.- Lasca fina de obsidiana sin retoques (“u” 2-1075). Nº 30.- Lasca delgada de obsidiana con retoque facial dorsal (“u” 2-1075). Nº 31.- Lasca fina de obsidiana sin retoques (“u” 2-1075). Nº E7 (“u” 2-1075) Lasca delgada de obsidiana negra con ligeras tonalidades rojas, finos retoques de corte en ambos lados de la cara dorsal y muy ligeros en la lateral derecha de la cara ventral. SIN NÚMERO “u” 2-1075.- Lasca de obsidiana negra con ligeros retoques de corte en ambos lados de la cara ventral. SIN NÚMERO “u” 2-1075.- Lasca de carneol delgada con ligerísimos retoques en ambos laterales de la cara dorsal y en el fin terminal. Puntas de proyectil: Nº 32 Punta de lanza de carneol, con retoque de corte en ambos lados. Su forma es ligeramente pedunculada en forma de cincel. La parte terminal que da la punta es corta y redondeada, casi circular. Las formas pedunculadas en cincel se dan en otras piezas de Arcata, pero esta otra forma de terminal es más rara. Forma atípica. Fig. 3 Nº 33.- Punta de cuarcita de forma romboidal con retoque facial solo en la cara dorsal. La cara ventral tiene, al igual que la dorsal, retoque de corte. La cara ventral es cóncava. En realidad, al igual que la Nº 20 ya citada, es una lasca trabajada como punta. Forma atípica de esta cultura. (“u” 2-1072). Nº 34.- Es en realidad otra lasca aprovechada para punta de flecha. Tanto en la cara dorsal como en la ventral la fractura de la lasca se conserva por no tener en ninguna marcado retoque facial. Tiene retoque de corte en ambos lados, su forma es ligeramente romboidal, con retoque en su base pedunculada en forma de cincel para colocar la punta. Parece ser esta la que el Dr. R. Ravines relacionándolas con las puntas romboidales de Caru (“u” 2-1075) Fig. 5. Nº 36.- Punta de cuarcita con retoque facial dorsal. En realidad es otra lasca aprovechada. Sus lados son aserrados. Su forma es ligeramente romboidal. La cara ventral no ha sido 52 retocada, y tampoco retoques de cortes laterales en ninguna de sus caras. Atípica como la anterior (“u” 2-1075). Nº 37.- Punta de flecha de obsidiana quebrada. Tiene retoque bifacial muy fino, y su fin basal es pedunculado en forma de cincel. (“u” 2-1071). También atípica. Fig 2 a y b. Nº 38.- No la cita Ravines, pero creo que se asemeja a algunas puntas de Caru, así como las de Tarata y el nivel medio de Toquepala. Es decir, es negro. Tiene forma ligeramente romboidal. Su fin basal y su fin terminal están fracturados. Tiene ligeras aletas laterales como las arriba citadas. El retoque ha sido hecho a prisión, y también en el trabajo se asemeja a éstas. Los bordes son ligeramente aserrados. (“u” 2-1071). Fig. 4. Nº 40.- Punta de flecha de obsidiana con retoque bifacial y escotadura marcada en la base. El escote es curvo y aserrado. Es forma típica de esta cultura y se asemeja a las de nivel superior de Toquepala. (“u” 2-1071). Fig. 8 a y b. Nº 42.- Punta de obsidiana con retoque bifacial del mismo tipo que el anterior, pero menos pronunciada en la base. (“u” 2.-1071) Fig. 7 a yb Nº 43.- Es una lasca de forma triangular utilizada de punta. Tiene retoque facial en la cara dorsal en forma cruda, y un ligero retoque de corte en el lateral derecho de la cara dorsal. El fin basal ha sido escotado en forma cruda. La punta es de obsidiana. (“u” 2-1075). Nº 11 (dib).- Punta de proyectil de cuarcita fracturada. Parte inferior de la misma. Retoque bifacial y retoque de corte en ambos lados; en la cara ventral ha sido trabajada suavemente a presión. Su forma es foliácea y, por tanto, atípica. (“u” 2-1072) Fig. 6 a y b. Nº 12 (dib).- Fragmento de la parte inferior de una punta de obsidiana negra con escote curvo y aserrado. Retoque bifacial muy bien trabajado y retoque de corte en ambos lados. (“u” 2-1071) Fig. 9 a, b y c. Nº 13 (dib).- Fragmento de la parte inferior de una punta con ligero escote curvo y aserrado. Retoque bifacial ligero, más pronunciado en la cara ventral y en la parte lateral derecha y basal de la cara dorsal. Trabajo realizado a percusión y presión (“u” 2-1072). Fig. 10 a, b y c. Nº 14 (dib).- Fragmento pequeño de la parte superior de una punta de obsidiana. Retoque Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM bifacial y retoque de corte en ambos lados. La plar con ligeras aletas laterales, de silex negro, cara dorsal está mejor trabajada. El trabajo es como en Caru, su pedúnculo no puede verse muy fino. (“u” 2-1071). porque está fracturado. Este es el tipo de punta que Ravines encuentra en Caru y llama romSe puede observar tras esta ligera descripción, boidales con aletas laterales. Igualmente se que contando con materiales de otros yacimien- dan en el nivel 2 de Tarata qye según Ravines tos de esta área, con los que ha podido haber “parecen ser derivaciones posteriores de las relaciones, puede hacerse a un nivel superior, puntas pedunculadas aserradas del nivel meun trabajo profundo. Hay material más que su- dio de Toquepala” (Ñawpa Pacha, 1967, p.48). ficiente para realizar un estudio estadístico, in- Por otra parte, con respecto a las posibles recluso para establecer curvas de popularidad. laciones entre Arcata y Caru, dice Ravines El Dr. Schroeder dice que los materiales que en Arcata hay “una punta de proyectil de de Arcata corresponden, tipológicamente, al obsidiana de forma romboidal. Retocada muy Ayampitiense II y cronológicamente estarían ligeramente a presión, que es muy semejante situados entre 6 000 y 4 000 años a. C. Creo en su forma y detalle de fractura a las punque más importante que esto es, por el momen- tas del abrigo Caru” (Ravines, Ñawpa Pacha, to, limitar sus relaciones culturales al ámbito 1967, p.51). Vistas estas relaciones podemos, de Extremo Sur del Perú, para poder hacer un en cierta forma, aventurar una cronología reestudio en profundidad por áreas. El Dr. R. Ra- lativa para Arcata. Las puntas pedunculadas y vines, en un artículo publicado en el Nº 5 de romboidales relacionadas con Caru y el nivel Ñawpa-Pacha, Berkeley, 1967, con el título de medio de Toquepala serían las más antiguas “El abrigo Caru y sus relaciones culturales con y estarían, como dedujo Schroeder por el feotros sitios tempranos del Sur del Perú”, esta- chado de los estratos geológicos de Ayampitín, blece una serie de relaciones entre distintos entre los 6000 y 4000 años a. C. Las puntas esyacimientos del sur peruano en un área muy cotadas típicas son posteriores, y se relacionan definida. El estudio de las relaciones culturales con el nivel superior de Toquepala con una anocupa la parte final de su artículo, y, en rea- tigüedad de unos 2000 años a. C. lidad, no es sino una pequeña relación, pero El esbozo de un estudio sistemático de la de apunte es interesante. Ravines toma como zona ya está trazado, aunque, por supuesto, principales puntos de referencia para establecer relaciones por una parte Caru (PTa2-5) y faltan muchos elementos y los yacimiento son por otra parte el nivel medio del abrigo Nº 2 de también más de los aquí citados, por lo que Toquepala (PTal-2). Este abrigo de Toquepa- las posibilidades se multiplican (Playa Chira I, la es interesante porque en él es evidente una Pampa Colorada, Quebrada de los Perros, Caevolución en piezas líticas, sobre todo puntas. tarindo, Ichuña). Su nivel superior está caracterizado por pequeSu importancia es enorme, sobre todo ñas puntas triangulares y escotadas en la base. Este tipo de punta es típico en Arcata. En el ahora cuando la arqueología en el Perú se nivel medio de Toquepala hay puntas foliáceas va abriendo paso al definitivo y casi familiar pedunculadas, de bordes finamente dentados Pleistoceno, de acuerdo a los recientes descuque también se dan en Arcata. Se da un ejem- brimientos conocidos. 53 BREVE HISTORIA DEL ORIGEN DEL TABACO EN AMÉRICA Y SU DIFUSIÓN EN EUROPA Julio R. Olivera Rodrigo de Xeres y Luis de Torres, comisionados por Colón partieron de Guanahaní (San Salvador) para explorar tierra firme en 1492, internándose en la selva centroamericana. Pudieron mirar un espectáculo nunca antes contemplado, que los nativos de la isla sorbían fuego y arrojaban humo por la boca y la nariz, sin causarles malestar alguno aparentemente1. Los indígenas llamaban a esta planta “Coviva”, “Cojiva” o “Cohiva”2, y los indios de América Septentrional lo llamaban “Petum”3. En el Perú lo llamaban “Sayri”4. En Martinica “Macuba” y “Yetl” al norte del Brasil5. Los aborígenes de las islas occidentales la llamaban “Yoli” y “Shayli” en varias comunidades del Norte de Ancash. El nombre de tabaco provendría según unos del instrumento en forma de “Y” que los nativos cubanos utilizaban para embriagarse con las exhalaciones del humo. Este aparato fue 1 DE LA FUENTE, E. Zamora. (1959). El Tabaco y su cultivo. México. Cf. RAMOS PERES, Demetrio. (1947). Historia de la Colonización española en América. pp. 194-195 Madrid. 2 U. T. E. H.A. (1953). Diccionario Enciclopédico T. IX. México. 3 JHON RAIMOND, Ed. Tobacco-Dictionary, Copyright by Philosophical Library. N.Y. 4 DE LA VEGA, Inca Garcilaso. (1943). Comentarios Reales de los Incas. T. II, L. V, p. 189. B.A. 5 EBRO, Juan de. El Tabaco, su cultivo e Historia. Su influencia en el organismo. conocido por los españoles con el nombre de “tabaco”. Posiblemente su nombre se le daba a la provincia de Tabasco, lugar de la Nueva España y no al de la isla Tabago de las Antillas como pretenden algunos autores6. Los nativos americanos en su mayor parte fumaban cigarros envueltos en hojas de maíz o de palmera, además de usarlo en puros, en pipas, masticado y en forma de rapé como notaremos en el cuadro tentativo de secuencias ecológicas. El uso de esta solanácea, nos narran los cronistas, se empleaba en los ritos y hechicerías. Cobo dice que los Sacerdotes eran a la vez confesores, médicos y hechiceros7. Molina el Cuzqueño8 refiere a los Conasocas que eran curanderos y conocedores de todo tipo de hierbas incluyendo las tóxicas. Los Yacaraes que empleaban ciertas hornillas con muchos agujeros por los que soplaban con canutos de cobre y plata; y según salía el fuego por estos agujeros se respondía a lo consultado. (Adivinos del 6 DE LA FUENTE, E. Zamora. Ob. Cit. 7 COBO, P. Bernabé. (1956). Historia del Nuevo Mundo. Bib. de Autores españoles. Madrid. 8 MOLINA, Cristóbal de (el Cuzqueño). (1916). Relación de las Fábulas y Ritos de los Incas. Colección de libros y documentos referentes a la Historia del Perú. T. I, Ed. H.H. Urteaga y C. A. Romero. Lima, Sanmarti&Cía. 55 Arqueología y Sociedad 2 pueblo de Huaro-Cuzco). Los Ayartapuc, que hacían preguntas a los muertos y los Hechiceros que con tóxicos adormecían a los hombres, los compelían a que entre sueños respondieran a sus preguntas. Y los Huirapircos, que adivinaban por el humo, conocidos por Montesinos9 como los Sayrapircos. Nos refiere que para conquistar el amor, el mago ingería una cantidad de coca, tabaco verde y canela, después de haber tomado alguna prenda de la persona que se trataba de conquistar, luego cantaba invocando a los espíritus y con las cosas que ha ofrecido a la “huaca de los amores”, lo entierra en una olla y cerca de dos ríos, a lo que denomina “Tincuc”. Los indios creían que con este procedimiento en tanto surta efecto ninguna persona puede apartarse del que ama. el precerámico, hablando del empleo de la madera en el sitio de Asia (Lima-Perú) nos dice de tabletas y tubos para rapé. La tableta es esculpida dentro de una planchera tallada de 5 mm de largo y 10 mm de profundidad. Mide 132 x 82 x 15 mm. El tubo es de 28 mm de largo y es de madera dura probablemente ahuecado artificialmente en todos sus lados. Estas piezas presentan una analogía con las encontradas por Bird sobre la costa chilena. Posteriormente nos refiere que también aparecen asociados en los horizontes con cerámica11. No precisamos históricamente el uso de este alcaloide. Lo encontramos difundido en diferentes islas americanas del Atlántico, igualmente en el Norte, Centro y Sudamérica, además ya en Australia se reproducían en forma Podríamos ubicar el origen peruano de esta espontánea las especies Nicotinum suaveolens planta, dentro del periodo Arcaico y final del y sus variedades, que como refiere Holmes12 Formativo, por haber encontrado evidencias adoptaban formas enormes que medían cerca de su uso, aunque no probablemente en pro- de cuatro metros. ceso de domesticación. Sin duda en la etapa Los botánicos reducen a una sola especie el salvaje seguida de la experiencia del recolectabaco usual o Nicotina tabacum, cuyas caractetor, “su aparición no marca el establecimienrísticas son: lámina fina, colores claros y sabor to de la barbarie”. Sin embargo, su desarrollo lo consideraríamos a nivel de estos estadios. agradable. Otra especie del tabaco es la NicoMuchas plantas han sido recuperadas en los tiana rústica, silvestres, usada por los aborígenes establecimientos arqueológicos. “Las técni- peruanos y conocida tanto en la sierra como en cas más o menos precisas de cronologización, la costa. Tales plantas se encontraron usadas como el Radio Carbono, han permitido la ubi- para la momificación de cadáveres, sin dudar cación temporal de las muestras y finalmente, que por haberse descubierto que la descomposilas asociaciones que se han recuperado con las ción de las hojas sobre la carne, impedían la formuestras permiten su ubicación dentro de un mación de fauna cadavérica y en consecuencia contexto cultural dado... el análisis del mate- su descomposición o putrefacción. La Nicotiana rial, por otro lado, parte de la separación de rústica fue cultivada por los indios norteamerilas plantas en dos grandes grupos: Cultivadas y canos, pero por su mala calidad fue desechada Silvestres”10. El tabaco no se llegó a domesticar por la colonización inglesa, comenzando a importar semillas de Venezuela y Cuba. ni en el Arcaico ni en el Formativo. El padre Labat subdivide esta especie en Alden Mason dentro del periodo Cultista (850-500 a.C.) incluye el periodo Guañape Tabaco de Verina, Tabac Des Amazones, Ta(3200-1, 250 a.C.) donde se encuentran tubos bac Alanque y Legran Petun de hojas largas, para tabaco en polvo y cuencas de hueso, apa- carnuda y bellosa13. rentemente para uso de rapé. Frederic Engel, además de encontrarlos en 9 MONTESINOS, Fernando. (1882). Memorias Antiguas Historiales del Perú. 1ra. Ed. Madrid. 10LUMBRERAS, Luis Guillermo. (1967). “La evidencia etnobotánica en el análisis del tránsito de la economía recolectora a la economía productora de alimentos”. Perú Indígena Nº 36. Lima. 56 11MASON, J. Alden. (1962). Las Antiguas Culturas del Perú. Pp. 42, 50, 143. México. Cf. ENGEL, Frederic. (1957), “Sites et établissements sans céramique de la Cóte peruvienne”. Journal de la Societé des Americanistes de Paris, T, XLVI. París. Cf. BIRD, Junius. (1943). Escavation in Northern Chile. American Museum of National History. Washington. 12HOLMES, H. George. (1951). The Centuries of Tobacco. pág. 46. 13DE LA FUENTE, E, Zamora. Ob. Cit. Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM Esta planta recibe el nombre de Nicotiana tabacum, como lo dijimos clasificada en Botánica. Proveniente del nombre de Juan Nicot, Embajador de Francia en Lisboa, que llevó este producto de las islas de Tabago a su patria y la obsequió a su Reina Catalina de Medicis: por los que se le conocía ésta con el nombre de “Yerba de la Reina”. Francia autoriza su libre consumo, después de analizarla y comprobar que no era planta peligrosa. De Francia pasó su consumo a Inglaterra y se generalizó por toda Europa14. En honor al nombre del importador (Juan Nicot) el sabio naturalista sueco Carlos de Lineo –1707-1778– la clasifica y le da el nombre de Nicotiana tabacum. El apelativo genérico lo deriva de Nicot y el específico por haberla traído de la isla de Tabago. Esta clase de tabaco es poco cultivada, hay mejores especies y ésta pertenece a la familia de las Solanáceas y clase de las Fanerógamas15. Las variedades son muchas, obtenidas ya por cruzamientos naturales y artificiales. La Taxonomía de este género Nicotiana es confusa y muy dilatada. Las más interesantes son la Nicotiana tabacum, Nicotiana rustica y la Nicotiana macrophylla16. pelotillas de tabaco las que puestas en el labio inferior de los dientes, les sirvan de viáticos para caminar tres o cuatro horas son molestias de hambre ni sed. En Inglaterra la Nicotiana rústica fue introducida por Sir. Richard Grenville y el capitán Ralph Lane en 1565, procedente de Florida. Sir Francis Drake, en 1573 introduce la Nicotiana Tabacum. La “pipa” es llevada por Sir Walter Raleig y su uso era un acto de refinada elegancia. En 1600 los ingleses llevan la Nicotiana Rústica a Rusia. En 1556 el Monge André Thevet, al regreso del Brasil a Francia es el primero en cultivarlo en su país, haciendo referencias de sus propiedades medicinales. El cardenal Próspero de Sancroce, Nuncio Apostólico en Portugal, lo introduce en Italia en 1561. Se cultivaron en los jardines de Roma y recibieron el nombre de “La Yerba de la Santa Cruz”. Durante la primera mitad del siglo XVI el uso y el cultivo de esta planta, se extendió por Bélgica y Holanda. Los portugueses lo presentaron en el Japón, Corea y Manchuria hasta llegar a China. También ellos lo introdujeron en la India. Fueron los turcos quienes llevaron el tabaEl mérito de haber introducido el tabaco en co a Grecia y posiblemente los árabes lo llevaEuropa es del misionero español fray Romano ron al África en el siglo XVII. Pane, quien lo envió al Emperador Carlos V, implantando su cultivo en el viejo Continente. El uso del tabaco y su producción en escaDe ser así el alcaloide se hubiera llamado “Pala no comercial, empieza en los Estados Uninum”, es decir “Panum tabacum”. dos de Norte América, Virginia, por el año de 17 Wightman W. Garner comenta que don 161218. Francisco Hernández de Toledo, al regresar de En el Perú en los primeros años republicaAmérica a España en 1559, llevó la semilla y que fue cultivada como planta medicinal y la nos se establece la libertad de cultivo e indusdescribió Nicolás Monardes, Médico y Natu- trialización de este producto. Las zonas tabaralista de Sevilla en 1574 quien nos refiere que caleras fueron las tradicionales y fue complealgunos indios de la Nueva España hacían una mentaria a otros productos de pan llevar. Las áreas estaban circunscritas al departamento de Amazonas, Loreto, Lambayeque, Piura, 14DUDA, Pablo Luis. (1953). La industria del Tabaco en el Ancash, Tumbes y Cusco. La industria casera Perú. Lima-Perú. predominó, prefiriéndose la producción ex 15EBRO, Juan de. Ob. Cit. tranjera. 16�������������������������������������������������� TOWLE, Margaret A. (1961). “The Etnoboteny of precolunbian Peru”. Viking Fund Publications in Antropology Nº 30. Washington. Cf. COMPAÑÍA RECAUDADORA DE IMPUESTOS. (1920). Cultivo del Tabaco. Lima-Perú. 17GARNER, Wightman W. (1951). The Producction of Tobacco. Pág. 46. Cf. DE LA FUENTE, E. Zamora. Ob. Cit. 18INFORME DEL TABACO. 1928: Estanco. Perú. 57 58 Qbda. Vaca CHIRAVILLA IMPERIO DEL TAWANTINSUYO 1430-1530 ESTADOS REGIONALES (Ica, Chimú). 1200-1430 IMPERIO WARI 700 - 1200 CULTURAS REGIONALES .-200+750 FORMATIVO SUPERIOR 800-500 FORMATIVO INFERIOR 1300-800 ARCAICO TARDÍO (2500-1300) ARCAICO TEMPRANO (5000-2500) LÍTICO - 4000 PERÍODOS PIPAS DE PIEDRA ASIA I V. Rímac PITAS DE MADERA CULEBRAS PARACAS CIGARROS ASIA I ASIA 302 (PARACAS) PTO. NUEVO CHILCA 287 TABLAS PARA FUMAR (DE MADERA) Hallazgos de Frederic Engel CHILCA 1 PARACAS 514 ASIA HALDAS TABLAS PARA FUMAR (DE HUESO) CUADRO TENTATIVO DE SECUENCIAS ECOLÓGICAS Y CULTURALES PARACAS 514, BOCA ICA 1, PALMA, 4027, CHILCA. QUIOCHE (Chilca) CULEBRAS OTUMA DE PIEDRA POZAS 580 CHILCA HALDAS, CURAYACU, CHILCA 24, IGUAÑIL (Huaral) TABLETAS Arqueología y Sociedad 1 ACTIVIDADES DEL MUSEO TRAGEDIA NACIONAL Con motivo de la catástrofe del 31 de mayo el Museo funcionó como base del Comité de Ayuda a los damnificados organizado por nuestra Universidad, Comité que preside nuestro director y que está constituido por catedráticos, alumnos y empleados. El Museo puso la totalidad de su personal a disposición del Comité, además de sus magros recursos. EXPOSICIONES Se repuso la Muestra de la Cultura Chavín, como homenaje al maestro Julio C. Tello en el XXIII aniversario de su muerte. XXIII ANIVERSARIO El día 3 de junio se cumplió un aniversario más de la muerte del padre de la Arqueología peruana, realizándose por este motivo, sin olvidar la tragedia de sufría la nación, una sencilla ceremonia de homenaje en la que tomaron parte: el Dr. Juan de Dios Guevara, rector de la Universidad; el Dr. Luis G. Lumbreras, director del Museo y el Dr. Toribio Mejía Xesspe, discípulo del maestro. CENTRO DE DOCUMENTACIÓN ANTROPOLÓGICA Y ARCHIVO JULIO C. TELLO En la ceremonia de homenaje a Julio C. Tello, se dio lectura a la resolución rectoral que crea un centro de documentación y archivo dedicado al maestro sanmarquino. 59 Arqueología y Sociedad 2 PUBLICACIONES Con el auspicio de la Corporación del Santa se ha publicado la guía turística: Los templos de Chavín – guía para el visitante, realizada por Luis G. Lumbreras, Hernán Amat, Félix Caycho y Abraham Guillén, libro que cubre un vacío en la literatura turística peruana. MIÉRCOLES ARQUEOLÓGICOS ABRIL 1. LUMBRERAS, Luis G.: “Excavaciones de tumbas en Ayacucho” 8. AMAT, Hernán: “Investigaciones arqueológicas de las ruinas de Rapayán” 15. DE LA JARA, Victoria: “La escritura de las épocas preincaica e incaica” 22. GONZALEZ CARRÉ, Jesús: “La cultura Huarpa” 29. ROSAS, Hermilio: “Informe sobre sus trabajos en Pacopampa” MAYO 6. SARMIENTO, Ernesto: “Constantes y variantes dentro del arte peruano en su transición de lo incaico a lo hispánico” 13. AYBAR, Elena: “Estructura y función económica social de los Aqllahuasi” 20. ISBELL, William: “Un pueblo rural bajo el Imperio Wari” 27. HUERTAS, Lorenzo: “Supervivencias precolombinas en la religión dentro del siglo XVII” JUNIO 3. HOMENAJE A JULIO C. TELLO 10. SUSPENDIDO POR DUELO NACIONAL 17. HARTH TERRÉ, Emilio: “Arte y Arqueología” 24. HOLZMANN, Rodolfo: “Supervivencias prehispánicas en la música tradicional peruana” JULIO 1. LUMBRERAS, Luis G.: “Orígenes de la sociedad urbana en el Perú” (iniciando una mesa redonda sobre el Desarrollo de la Civilización Andina). 8. SILVA SANTISTEBAN, Fernando: “Religión y pensamiento místico en el antiguo Perú” 15. MEJÑIA XESSPE, Toribio: “Lenguas aborígenes del Perú 22. HARTH TERRÉ, Emilio: “Cerámica e Historia” SEMINARIO SOBRE METODOLOGÍA Se realizó durante los meses de abril y mayo un Seminario sobre metodología de la investigación arqueológica en el local del Museo. 60
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