Tema 8 El primer franquismo (1939-1959). Tras la victoria en la Guerra Civil, se instaura en España un régimen autoritario que estará vigente durante casi cuarenta años. Aunque en tan largo periodo de tiempo hay una evolución importante, una constante permanece: el control absoluto del poder político por parte de Franco. En todo este periodo distinguiremos dos etapas fundamentales: el primer franquismo (1939-1959) y el segundo franquismo (1959-1975). Estudiaremos en este tema el primer franquismo caracterizado en lo político por el predominio de Falange en un primer momento y por los católicos tras la derrota de los fascismos en la II Guerra Mundial en un segundo acto. Se pasa en esta etapa del aislamiento al régimen de Franco por parte de un gran número de países, a la plena integración en las instituciones internacionales. En lo económico se asiste a los duros años de la autarquía y el inicio de la liberalización económica. Mientras, el aparato desmantela cualquier conato de oposición en el interior de una manera brutal, quedando ésta reducida a la clandestinidad. I. FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS. 1. Las bases sociales y políticas del franquismo. De 1939 a 1975, España vivió bajo un régimen autoritario, de dictadura personal, encarnada por el general Franco que mantuvo un férreo control sobre la sociedad española. A pesar del monolitismo ideológico del régimen, Franco tuvo que apoyarse en distintos sectores sociales o familias que integraban el bloque dominante: falangistas, monárquicos, representantes de la Iglesia, militares, franquistas puros y tecnócratas. Evolución política del primer franquismo (1939-1959). Cada una de estas familias fue ganando o perdiendo influencia a lo largo de la dictadura, pero en última instancia era Franco quien movía por propia voluntad las piezas del tablero. Hay que diferenciar entre las familias institucionales del régimen (el Ejército, la Falange y la Iglesia) y familias políticas (integradas por los franquistas puros, los monárquicos y los tecnócratas), aunque, a efectos de constitución de los gobiernos, hay que incluir también a la Falange, al Ejército y a los representantes de la Iglesia. Franco no dio a ninguna familia el monopolio del poder y ninguna fue excluida de los cargos; el régimen se acomodó a los distintos tiempos con un objetivo claro: acaparar el poder y perdurar en el tiempo; ambas cosas las consiguió Franco. a) Las familias institucionales. - El Ejército fue hasta el último momento defensor del régimen y de su ordenamiento legal. La mayoría, sobre todo los altos mandos, compartía con Franco la ideología de la victoria de 1939: el anticomunismo, su rechazo al separatismo y su dureza en cuestiones de orden público. - La Falange, su fundador, José Antonio Primo de Rivera, fue ejecutado por los republicanos en noviembre de 1936; su recuerdo debía quedar perpetuado a través de las lápidas adosadas a la fachada de todas las iglesias. Ideológicamente se mostró crítico con el capitalismo y con el marxismo y defendía la nacionalización de los bancos y la reforma agraria. Con el Decreto de Unificación de 1937, Franco se adueñó del partido, incluyendo en él a los carlistas y pasó a denominarse el Movimiento. La Falange perdió su proyecto “revolucionario”, pero recibió de Franco las bendiciones para En el inicio del franquismo la identificación entre el establecer una nueva régimen y la Iglesia fue total. organización de la sociedad con la creación de los sindicatos verticales, el SEU o Sindicato Español Universitario, el Frente de Juventudes, la Sección Femenina y el control de gran parte de los medios de comunicación. - La Iglesia Católica representó el elemento sancionador de la legitimidad del franquismo: la guerra civil fue una cruzada contra el ateísmo marxista y el Concordato de 1953 consolidaba la presencia de la Iglesia en la enseñanza media y en la vida intelectual, convirtiéndose en propagadora de la ideología del régimen. Además, dos organizaciones católicas, la ACNP y el Opus Dei, se infiltran en el régimen para influir en las direcciones de su política. La ACNP (Asociación Católica Nacional de Propagandistas) entra en los gobiernos a partir de 1945, negociaron el Concordato de 1953 pero su influencia se debilitó, a partir de 1956, cuando el Opus Dei apareció como apoyo católico al franquismo, con el respaldo del ministro de mayor confianza por parte de Franco: el almirante Carrero Blanco. 2 b) Las familias políticas. - Los monárquicos, desde los años treinta de siglo XIX, los monárquicos habían estado divididos entre los partidarios de la monarquía constitucional, siendo su último representante Alfonso XIII, y los de la monarquía tradicional; ambos apoyaron a Franco en la guerra civil. Después, cuando Franco declaró, en 1947, que España era un Reino se abrió la posibilidad de restaurar la monarquía en la persona de un Rey. En cuanto al candidato carlista (don Javier de Borbón), Franco no contaba con él para darle el trono; sobre los monárquicos partidarios de don Juan, hijo de Alfonso XIII, al estar a favor de la restauración de una monarquía constitucional, parlamentaria, resultaba incompatible, por supuesto, con los principios del Movimiento y de la democracia orgánica. A la vista de Franco, los donjuanistas se excluían ellos mismos; solo quedaba otra vía: dejar la restauración de la monarquía en manos de Franco, que según sus planteamientos debía ser fiel a los principios del Movimiento. En 1969, Franco logró su objetivo cuando don Juan Carlos de Borbón, hijo de don Juan, juró fidelidad a Franco y a los principios del Movimiento al ser declarado heredero del trono. -Los tecnócratas hicieron su aparición en la década de 1960. Muchos de ellos eran monárquicos “franquistas”, que encarnaría el joven Juan Carlos, o miembros del Opus Dei. Se hacen cargo de la economía del país en esa época. Para ellos el desarrollo económico del país contribuiría a modernizar y a legitimar al régimen. - Los franquistas puros o integrales, cuya seña de identidad era la "adhesión incondicional" al Caudillo. El representante más claro de este grupo fue el almirante Carrero Blanco. Para este grupo el franquismo aparecía como inalterable. Podemos decir que lo único que unía a estos grupos era la fidelidad al Caudillo. Por esta razón, el franquismo no Don Juan de Borbón (1913-1993), hijo del será posible sin Franco, y a su muerte, lo fallecido Alfonso XIII, encabezaba las que debía estar “atado y bien atado” -en aspiraciones de restaurar la monarquía, sus frase del general-, o sea, el franquismo relaciones con Franco nunca fueron fáciles. político-institucional, tuvo que ceder su lugar a un proceso democratizador que la propia sociedad española exigía. 2. Los principios ideológicos del régimen. La dictadura de Franco no fue una dictadura fascista, ni militar, ni totalitaria, fue una dictadura de carácter personal, con rasgos de cada una de las anteriores. En la dictadura franquista no hubo un partido político, sino que existían distintas familias políticas, ante las cuales él ejercía de juez y árbitro supremo. Las distintas familias aportaban un bagaje ideológico, lo que se denomina pluralismo limitado. La preponderancia de unas u otras varía con las circunstancias políticas, al igual que la 3 hegemonía de las distintas familias. El franquismo, pues, tuvo unas fuentes ideológicas plurales procedentes de la totalidad de la derecha, de la ideología conservadora. a) Principios ideológicos en los que se reconocía el franquismo. Nacional-patriotismo. La principal aportación ideológica de los militares al régimen fue el nacionalpatriotismo, una visión unitaria y tradicionalista de España. Firmemente anticomunistas, después de la depuración a que fue sometido por la guerra civil, era defensor a ultranza de la unidad nacional y del orden público. Nacional-sindicalismo. En el inicio de la formación del Estado franquista Franco optó por el fascismo italiano como modelo y, por tanto, la Falange, el partido fascista español, aportó un gran bagaje ideológico. Suyas son ideas como el hipernacionalismo, la idea de España como un Imperio, la exaltación del líder, la dirección paternalista de la sociedad, la organización sindical en sindicatos verticales donde se integran patronos, obreros y representantes del Estado, el adoctrinamiento político de la juventud (OJE) y la mujer (Sección femenina)... Nacional-catolicismo. El nacional catolicismo se traduce en la defensa de la religión y de la moral católicas en sus versiones más tradicionales, como algo consustancial a la propia España. El catolicismo conservador es, quizás, la fuente ideológica que más surtió al franquismo. De ahí provino la moral puritana, el tradicionalismo, el anticomunismo y el antiliberalismo. Cartel de la película Raza, el nacional patriotismo fue exaltado de forma constante. b) Principios ideológicos rechazados. Liberalismo. Tanto los militares, como la Iglesia, como la Falange o los carlistas culpaban al sistema liberal de los males por los que había pasado España. Optan, por tanto, por un sistema sin partidos políticos, sin elecciones, sin división de poderes, sin parlamento y sin las instituciones y características de un sistema liberal. Conspiración judeo-masónica-comunista. La obsesión y fobia que Franco sentía sobre el judaísmo, la masonería y el comunismo se debía a que eran introductores de los dos grandes males del siglo XIX y XX: la democracia y la lucha de clases. Como alternativa se propone la dictadura autoritaria y los sindicatos verticales. 4 II. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA. En un período tan largo de tiempo el país cambia y es inevitable para su estudio la división en etapas. Desde el punto de vista político distinguimos tres: la etapa azul o de predominio falangista (1939-1945), el nacional-catolicismo (1945-57), el desarrollismo (1957-1969) y la crisis del franquismo (1969-75). 1. La etapa azul. El régimen totalitario (1939-1945). a) El auge de la hegemonía falangista. El primer gobierno de la dictadura, por un lado, sigue las pautas de todos los gobiernos de Franco -participan todas las familias políticas del régimen-, pero, por otro, en esta primera fase hay un predominio cualitativo y cuantitativo de la Falange, debido al papel de Alemania en la escena internacional y a la reciente guerra civil. El hombre fuerte de esa etapa es Serrano Súñer "el Cuñadísimo". Como ya se ha advertido, la Falange alentó un programa de encuadramiento de la sociedad típicamente fascista, a través de los sindicatos verticales, el SEU o Sindicato Español Universitario, el Frente de Juventudes, la Sección Femenina y el control de gran parte de los medios de comunicación. Durante esta etapa, el 17 de julio de 1942, se promulgó la Ley Constitutiva de las Cortes, la segunda de las Leyes Fundamentales (la primera, el Fuero del Trabajo, era de 1938) como otro paso más para institucionalizar el régimen. Eran una especie de Cortes Corporativas, al modelo de la Asamblea Nacional de Primo de Rivera. Las funciones de las Cortes serían más técnicas que políticas, siendo una fuerza de legitimación y apoyo. No se trataba de una Cámara creada para controlar al gobierno sino para estar a su servicio, subordinada a Franco. b) España y la Segunda Guerra Mundial. Recién acabada la guerra civil empieza la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente, España se declara neutral, pero en 1940, ante los éxitos de Hitler, Franco abandona la neutralidad y declara la no beligerancia, que en realidad equivalía a prebeligerancia. Franco se reúne con Hitler en Hendaya en octubre de 1940 y allí se acuerda que España declararía la guerra a Gran Bretaña para recuperar Gibraltar y ocupar territorios en el norte de África, pero la difícil situación española y el desarrollo de la Guerra hizo que esa entrada no se hiciera efectiva. Lo que sí hizo España fue enviar la División Azul contra los soviéticos (julio de 1941) formada por unos 18.000 voluntarios. A partir de 1942 con la entrada de EE.UU. en la Guerra se vio claramente que la derrota de las potencias del Eje estaba clara. Franco empieza a cambiar de postura, ante el peligro que suponía su apoyo a Hitler para su régimen. Así, en septiembre de 1942, ante Encuentro entre Hitler y Franco en Hendaya. 5 el nuevo curso de la Guerra, es cesado Serrano Súñer en Exteriores, demasiado próximo a Alemania e Italia. También, en 1943, se abandona la no beligerancia y se vuelve a la neutralidad y además empiezan una serie de cambios trascendentales para adaptarse a la nueva situación internacional y salvar su régimen. c) El inicio del declive falangista. El cambio de la situación internacional y la oposición al predominio de la Falange por parte de la Iglesia y del Ejército, hacen que Franco dé un rumbo nuevo a su gobierno. Continuaron existiendo ministros miembros de todas las familias, pero la Falange empezó a perder protagonismo, eso sí, nunca tanto que significara su desaparición. A partir de ese momento el protagonismo lo asumirían los católicos, en concreto los de la ACNP. 2. El nacional-catolicismo (1945-1957). La derrota de las potencias del Eje (Alemania e Italia) suponía una verdadera amenaza para la supervivencia de la dictadura en España. Franco, como haría posteriormente siempre, se adaptó a las nuevas circunstancias, siguió contando con las mismas familias políticas, pero dándoles predominio en este caso a los católicos, a la vez que modificaba la orientación política del régimen mediante ciertos cambios institucionales y una ofensiva diplomática apoyada por la Iglesia, que se convirtió en su gran apoyo internacional. A partir de la década de los cincuenta, estos cambios, junto con las circunstancias internacionales de la Guerra Fría, dieron los frutos Ruptura del aislamiento: incorporación de apetecidos, consiguiendo la España a los organismos internacionales. legitimación internacional y con ello la supervivencia de su régimen. a) El aislamiento internacional y el fin de éste. Después de la Segunda Guerra Mundial se inició una campaña internacional que dejó aislada a España del mundo exterior. Los motivos no eran solamente la posición española en la Segunda Guerra Mundial, sino también la propia guerra civil y, sobre todo, el régimen autoritario que existía en España. En febrero de 1946 la ONU rechazó la entrada de España. El 12 de diciembre de ese año, la Asamblea de la ONU vota la resolución por la que se prohíbe al gobierno de Franco a participar en organismos de las Naciones Unidas y recomienda a los miembros de la ONU a retirar a sus embajadores de Madrid. Se retiraron, en efecto, los embajadores (sólo permanecieron los de Argentina, Portugal y el Vaticano), España quedó fuera del Plan Marshall y Francia cerró la frontera con España. 6 LA DEMOCRACIA ORGÁNICA Un concepto, bastante propagandístico, fue la democracia orgánica. Se decía que España era una democracia orgánica, una democracia verdadera, en la que se eliminaban lo peor de la democracia, la pluralidad política y se facilitaba la verdadera participación a través de los órganos (de ahí el nombre) fundamentales del Estado: la familia, el municipio y el sindicato. A principios de los años cincuenta llegó el tan ansiado reconocimiento internacional, motivado fundamentalmente por las circunstancias creadas por el enfrentamiento entre EE.UU. y la URSS: la Guerra Fría. En este contexto el catolicismo y el anticomunismo del régimen franquista le valieron para salir de ese aislamiento. Volvieron los embajadores en 1951, España ingreso en la ONU en 1955 y, con anterioridad, en organismos especializados de la ONU, como la FAO y la UNESCO. En 1953 se firmaron dos importantes acuerdos: el Concordato con la Santa Sede, que regulaba las relaciones Iglesia-Estado, y el Acuerdo hispano-americano, por el que EE.UU. utilizaría de forma conjunta una serie de bases militares (en Rota, Morón, Zaragoza y Torrejón de Ardoz) a cambio de ayuda económica. b) El nacional-catolicismo en el poder. El 18 de julio de 1945, Franco procedió a la formación de un nuevo gobierno. Las líneas generales fueron las mismas que el cambio del 42, cuando es cesado Serrano Súñer: pérdida cualitativa y cuantitativa de la Falange, mantenimiento de los militares y avance de los católicos, pretendiendo el apoyo del Vaticano y reducir la hostilidad de las democracias occidentales. A su vez se aprueban otras leyes fundamentales destinadas a lavar la cara al régimen, suavizando sus rasgos fascistas. En julio de 1945 se promulgó, en efecto, la tercera ley fundamental: el Fuero de los Españoles. En ella se pretendía imitar las constituciones democráticas, lavándole la cara al régimen para conseguir la aceptación internacional, definiendo al franquismo como una democracia orgánica. Aunque recogía una serie de derechos, no se articulaba un sistema que los garantizase y además se contemplaba la posibilidad de que el gobierno suspendiera temporalmente esos derechos. La cuarta ley fundamental, de octubre de 1945, fue la Ley de Referéndum Nacional, de contenido plebiscitario, es decir, se consultaría al pueblo sobre cuestiones importantes. La Cinco de las siete leyes fundamentales del franquismo. 7 quinta fue una de las más importantes; la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1947; España se definía como un Estado católico, social y representativo, declarándose constituido como Reino. La primera estrategia del régimen para adquirir legitimidad había sido acentuar sus características católicas, la segunda sería hacer mayor uso del aspecto monárquico. En esta ley, Franco quedaba como Jefe del Estado vitalicio y podía proponer a las Cortes su sucesor. Don Juan rechazó esta ley, pero en 1948 llegó con Franco al acuerdo de que don Juan Carlos se educara en España. c) La crisis de 1956 y el ascenso de los tecnócratas al poder. A mediados de los años cincuenta, por un lado, la política autárquica había llevado a una difícil situación económica y, por otra, la política de los católicos presentaba síntomas de agotamiento, al mismo tiempo que aparecían otros grupos dentro de la Iglesia católica. El detonante político de los grandes cambios que se avecinaban fueron los sucesos de febrero de 1956 en donde hubo enfrentamientos callejeros entre estudiantes contrarios al régimen y falangistas. Se culpó de la situación al ministro de educación, Ruíz Giménez, por su política aperturista, pero Franco al hacer remodelación del gobierno no sólo dejó fuera a éste, sino también al falangista Fernández Cuesta, castigando a las dos partes, procedimiento típico que utilizaba Franco cuando había enfrentamiento entre dos familias. A finales de la década de los cincuenta la Iglesia no era la institución monolítica que apoya sin fisuras el régimen. Había intelectuales católicos que defendían el desarrollo de las libertades; otros grupos mantenían una lucha obrerista; también estaban los tecnócratas del Opus Dei, otra opción dentro de la Iglesia, llamados a tener un gran protagonismo político y Diferencias entre los precios oficiales y los del económico hasta el final del mercado negro. franquismo. En 1957 accedían a un nuevo gobierno con cuatro figuras claves: Navarro Rubio, Alberto Ullastres, Fernando María Castiella y López Rodó. De la mano de Carrero Blanco, se iniciaba la poderosa influencia del Opus en la España del franquismo. Estamos ante los que van a ser los protagonistas de la tercera etapa del franquismo. III. EL DESARROLLO SOCIOECONÓMICO DEL PRIMER FRANQUISMO (1939-1959). 1. La autarquía (1939-1959). El régimen de Franco, siguiendo sus principios ideológicos, aplicó la autarquía como política económica. Se entendía que para convertir a España en un país industrial, militar y políticamente fuerte, tenía que ser económicamente autosuficiente. 8 Cuando finalizaron los enfrentamientos militares, la economía estaba profundamente desarticulada. La producción agraria e industrial era muy inferior a la de 1935, las reservas de oro y divisas habían desaparecido, y la red de transporte se encontraba muy deteriorada. Las destrucciones de edificios e instalaciones fabriles fueron moderadas, aunque el régimen las utilizó como elemento de propaganda para justificar la mala situación. a) Racionamiento y mercado negro. Terminada la guerra civil, la lentitud en la recuperación económica se vio favorecida por la política autárquica. Los años cuarenta quedaron en la memoria colectiva de los españoles como los “años del hambre”. Frente al libre funcionamiento de los mercados, el Estado se convirtió en un severo intervencionista; el régimen fijaba precios y obligaba a solicitar autorizaciones para iniciar una actividad económica. Como resultado se creó una economía muy poco competitiva donde el tráfico de influencias y la corrupción fueron elementos destacados. En el sector agrícola, la fijación de los precios por el Estado por debajo del que hubiera resultado de la fijación por la oferta y la demanda, provocó un descenso de la producción y, en consecuencia, a un desabastecimiento de alimentos, lo que obligó al régimen a establecer, desde 1939, las cartillas de racionamiento para organizar la distribución de los productos de primera necesidad. Sin embargo, como los precios de tasa no reflejaban el valor real en el mercado, de inmediato surgieron los estraperlistas y el mercado negro, en el cual las transacciones se hacían al margen de la ley. En muchos casos, sus precios duplicaron o triplicaron los del mercado oficial. En el caso del aceite y del trigo, un tercio de todo lo producido fue comercializado a través de estos Portada de una cartilla de racionamiento. procedimientos ilegales. La escasez energética fue también uno de los símbolos de la penuria económica. Hasta mediados de los años cincuenta, carbón y petróleo estuvieron racionados y desde 1944 hasta 1954 hubo restricciones eléctricas. b) Los ejes de la autarquía. El régimen pretendía alcanzar la autosuficiencia económica a partir del aislamiento del exterior y de la sustitución del mercado por la intervención generalizada de la Administración. El resultado fue el bloqueo del crecimiento económico, la reducción de la competitividad y el desaprovechamiento de la favorable coyuntura económica que conoció Europa tras la Segunda Guerra Mundial al aplicarse el Plan Marshall (1948-1952). La autarquía tuvo dos grandes ejes de actuación. El primero fue la reglamentación de las relaciones económicas con el exterior. Importaciones y 9 exportaciones pasaron a estar completamente controladas, siendo necesario contar con una autorización administrativa para realizarlas. Con esta medida, se pretendía determinar los productos fundamentales y los que eran superfluos, decisión sobre la cual influyó también la escasez de oro y de divisas. Fue también esta la razón por la cual, poco después, se reguló el cambio de la peseta, estableciéndose diversos tipos, todos por encima de su valor de mercado. Como consecuencia, se encarecieron los productos que la economía tenía que importar (por ejemplo, el petróleo) y se produjo una gran escasez de bienes de consumo y de materias primas. El segundo gran eje de la política económica de la primera etapa del franquismo fue el fomento industrial, orientado hacia las actividades de interés militar. En este caso, el principal objetivo fue alcanzar un poder suficiente para asegurar la independencia militar y política del nuevo Estado. La actuación se orientó a impulsar las industrias de bienes de equipo, que recibieron una importante y continuada ayuda pública, lo cual generó un gran gasto público con efectos inflacionistas muy importantes. En 1941, el mismo año en que se nacionalizó la red de ferrocarriles con la creación de RENFE, se fundó el elemento fundamental de esta política industrial: el Instituto Nacional de Industria (INI), un conglomerado de empresas públicas, que intentó producir el máximo posible, con independencia de los costes, y en el mayor número de sectores, al margen de que Ayudas militares y económicas de Estados Unidos a España. existiesen las condiciones favorables para desarrollar las actividades propuestas. En estos primeros años fue cuando se constituyeron las principales empresas nacionales (IBERIA, ENSIDESA, ENDESA, SEAT). 2. Las primeras medidas liberalizadoras (1951-1956). La marginación de España del Plan Marshall (1948-1952), que permitió la reconstrucción de la Europa de posguerra, impidió a nuestro país acceder a créditos que hubieran facilitado una pronta recuperación económica. En 1951, la situación generada por la política de autarquía había llevado a movimientos huelguísticos en Barcelona, Madrid y Asturias. En el marco de las relaciones internacionales, el recrudecimiento de la Guerra Fría y el estallido de la guerra de Corea, explican el cambio de actitud de EE.UU. con respecto al régimen de Franco, "anticomunista de siempre". En estas circunstancias, entre 1950 y 1952, EE.UU. concedió créditos a España para la compra de productos agrícolas, materias primas y equipo industrial. A continuación, con los Acuerdos de 1953, las ayudas de amplían, y aunque en buena medida quedó establecida la dirección de la ayuda, dada la escasez de divisas que padecía España, los Acuerdos resultaron fundamentales. Sin duda, los problemas de escasez se suavizaron y también permitieron la eliminación del racionamiento (las cartillas de 10 racionamiento ya se habían eliminado en 1952). Las ayudas americanas fueron en paralelo a la apertura hacia el exterior del régimen (ingreso en la ONU en 1955) y a la resurrección del mercado libre, rebajándose progresivamente el intervencionismo estatal y el proteccionismo para conectar con el liberalismo capitalista, ideología económica subyacente en la Europa del momento que llevará a la creación del Mercado Común Europeo en 1957. A pesar de los efectos positivos -entre otros, un suave crecimiento industrial-, nuestros costes de producción eran muy altos, carecíamos de bienes de equipo, la inflación era muy alta, teníamos un fuerte déficit comercial y las reservas de divisas eran cada vez menos. En definitiva, la autarquía no funcionaba. A la altura de 1957 la economía española estaba bloqueada, necesitaba un cambio drástico de dirección. El giro vendrá de la mano del nuevo gobierno, remodelado en 1957, en el que se incorporan los tecnócratas del Opus Dei. Este gabinete pondrá fin a la política autárquica y establecerá medidas liberalizadoras (Plan de Estabilización) que propiciarán un fuerte crecimiento a la economía española. IV. LA OPOSICIÓN POLÍTICA DURANTE EL PRIMER FRANQUISMO. 1. La oposición en el interior. a) La oposición en los años cuarenta. En España destacan tres frentes en la lucha antifranquista: el movimiento obrero, los grupos monárquicos y el maquis o guerrilla. La actividad clandestina de pequeños grupos del PCE, del PSOE y de la CNT nunca se interrumpió, como prueba la serie de encarcelamientos y de ejecuciones de militantes de estas organizaciones que se produjeron desde 1939. Con todo, la actuación de estas agrupaciones políticas, como consecuencia de la fuerte represión del régimen, disminuyó durante la década de 1950. Los grupos monárquicos llegaron a practicar hasta la conspiración. El momento más difícil para el dictador se produjo en 1943, cuando militares monárquicos dirigieron una carta colectiva a Franco en la que le pedían la restauración de la monarquía en la persona de don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII. Dos años más tarde, Juan de Borbón hizo público en Lausana (Suiza) un manifiesto en el que solicitaba a Franco que se retirara para restaurar la Zona de actuación de los maquis o guerrilla antifranquista. 11 monarquía en su persona. El maquis o guerrilla se constituyó a partir de dos grupos diferentes. El primero de ellos se formó a partir de núcleos que subsistían diseminados por zonas de montaña desde finales de la guerra civil. Su objetivo era continuar la guerra, que no daban por acabada, esperando el momento oportuno que permitiera una ofensiva exterior contra la dictadura. El segundo grupo lo constituían las unidades que habían luchado victoriosamente contra los alemanes en Francia, que intentaban trasplantar aquella experiencia a España. Fuerzas de oposición al régimen durante el primer franquismo. Entre 1944 y 1950 intervinieron en varias zonas, y su acción más espectacular fue el intento de penetración por el valle de Arán (octubre de 1944). Pero el aislamiento entre los diferentes grupos de guerrilleros, la represión militar y de la Guardia Civil, y el recuerdo de la guerra, experiencia que la población civil no quería repetir, explican su fracaso. Además, no hay que olvidar que en 1948 el PCE renunció a continuar la lucha guerrillera. b) La oposición en los cincuenta. En la década de 1950, la oposición interior experimentó tres cambios significativos: (la renuncia a la práctica violenta, es decir, a la guerrilla), (la transformación social y generacional de sus miembros) y (el impulso de la actuación opositora en las universidades y en el seno de los sindicatos franquistas, para aprovechar las elecciones a enlaces sindicales y jurados de empresa, embriones del sindicato Comisiones Obreras). Frente a estas acciones el régimen franquista reaccionó de dos maneras: de una parte, endureció la represión mediante la Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo (1958) y la Ley de Orden Público (1959), y, de otra, aceptó cierta flexibilidad respecto a las demandas salariales con la Ley de Convenios Colectivos (1958). Por otro lado, como ya se ha comentado, los cambios acaecidos en las relaciones internacionales, con las diferencias crecientes entre el bloque occidental liderado por Estados Unidos y el bloque soviético dirigido por la Unión Soviética, hicieron que las potencias occidentales suavizaran sus condenas al franquismo. 2. La oposición en el exterior. Acabada la guerra, un gran número de diputados, figuras políticas de todos los partidos y convencidos republicanos partieron al exilio y desde el exterior intentaron mantener las instituciones republicanas en el exterior. Así, en agosto de 1945, se reunieron en México las Cortes republicanas de 1939, aunque sólo cien diputados, y eligieron a Diego Martínez Barrio como presidente de la República en el exilio y a José Giral como presidente del gobierno. Entre estos grupos destacaron: anarquistas, socialistas, comunistas, y varios representantes de partidos republicanos de izquierda. Si un adjetivo les define es: desunión. Desunión y enfrentamiento en el interior de los distintos grupos y desunión en las instituciones republicanas por la dispersión de sus miembros, principalmente en Francia y México. 12 Tema 8 El segundo franquismo (1959-1975). El presente tema se desarrolla entre 1959 y la muerte de Franco en 1975. 1959 es un año clave, es la fecha del Plan de Estabilización que puso las bases para el desarrollo económico de los sesenta y primeros setenta. La España de los sesenta no se parece en casi nada a la que sale de la Guerra Civil, sólo en una cosa: el sistema político ha cambiado muy poco. Estudiaremos primero la evolución política: el gobierno de los tecnócratas autores del desarrollo económico-, la llegada a la presidencia de Carrero Blanco y, por último, la agonía del régimen. En lo económico hablaremos de las transformaciones económicas profundas que experimenta la economía española y su incorporación definitiva al sistema económico capitalista, pero este desarrollo experimenta un brusco frenazo en 1973 con la crisis del petróleo. Con todo, las transformaciones económicas producen profundos cambios sociales y de mentalidad que demandan una apertura del régimen y mayores cotas de libertad. Por último, hablaremos de la oposición al franquismo durante esta etapa, dando mucha importancia a los movimientos de oposición de los dos últimos años de vida de Franco, momento clave para entender qué va a pasar tras la muerte de éste. I. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL SEGUNDO FRANQUISMO (1959-1975). 1. La tecnocracia: el dominio del Opus Dei (1957-1969). Esta etapa del franquismo va a estar marcada por los intentos de preparar el régimen para el futuro. Así, temas como un cierto pluralismo político y la sucesión de Franco se van a convertir en el eje del periodo, cuestiones sobre las que aparecerán posturas diferenciadas dentro se las familias del régimen. Pese al dominio de los tecnócratas, apareció una corriente proveniente del Movimiento, la antigua Falange, que era partidaria de un mayor aperturismo, aunque otros seguían en el más puro inmovilismo. En definitiva, la Evolución del segundo franquismo. lucha entre tecnócratas y aperturistas va a ser otra de las claves del periodo. a) La definitiva institucionalización del régimen. Los tecnócratas pusieron en marcha desde 1957 una amplia reforma de la administración pública. Se trataba de adaptar la administración a las nuevas circunstancias de desarrollo económico. Por otro lado, en 1958 se aprobó la sexta ley fundamental, la ley de Principios Fundamentales del Movimiento, una recopilación de leyes y normativas anteriores, que definía al Estado español como D. Juan Carlos como sucesor jura los principios fundamentales del Movimiento ante Franco en julio de 1969. una “monarquía tradicional, católica, social y representativa”. Mediante referéndum se aprobó la séptima y última de las leyes fundamentales del Estado, la Ley Orgánica del Estado, promulgada en enero de 1967. Ésta abordaba el tema central del periodo: el intento de asegurar el futuro del régimen. Separó los cargos de Jefe del Estado y de presidencia del gobierno, ratificó la institución monárquica como forma política del Estado español. También abrió las Cortes a una cierta participación popular al introducir en las Cortes la representación “familiar”, elegidos por votación por los cabezas de familia. Una de las cuestiones más importantes del periodo -la sucesión a Franco- fue resuelta por el mismo Franco, que, desde muy pronto, había optado por don Juan Carlos de Borbón, candidato también defendido por el equipo Carrero Blanco-tecnócratas. En julio de 1969, las Cortes aceptaban como sucesor de Franco, en la Jefatura del Estado, al príncipe don Juan Carlos de Borbón. Ello implicó saltarse la línea dinástica con el objetivo de garantizar el funcionamiento de las instituciones después de la muerte del dictador, naciendo el sucesor de las mismas entrañas de la dictadura. b) La estrategia política de los aperturistas. Aunque el dominio político de esta etapa corresponde a los tecnócratas surgen otros grupos que se enfrentan a ellos, dentro del contexto de los cambios económicos y sociales que se estaban produciendo y sobre todo ante la perspectiva de un régimen sin Franco. Dentro de estos grupos destacan los inmovilistas o búnker (sector duro del Movimiento que pretendía el inmovilismo más absoluto) y los aperturistas, provenientes también del Movimiento y liderados por Manuel Fraga y José Solís. Ambos llegan a ser ministros e intentan a través de sus propuestas (Ley de Prensa de Fraga, Estatuto de Asociaciones de Solís…) promover un cierto aperturismo político. Los aperturistas también mantenían diferencias con los tecnócratas del Opus y aprovecharon, para desacreditarlos, el escándalo Matesa, en 1969, un tema de corrupción financiera e industrial en que estaban implicadas personas pertenecientes a los tecnócratas y al Opus. Fraga y Solís maniobraron para que el asunto se conociera a través de la prensa, desprestigiando a sus adversarios políticos. Franco actuó a su manera. Destituyó a los 2 ministros responsables (del Opus) y a los críticos (Fraga y Solís) y formó un nuevo gobierno con personas adictas a Carrero Blanco. Pero la división entre las familias franquistas era ya un hecho consumado. c) La política exterior. Desde 1957 la política exterior franquista se fijó como objetivos el acercamiento a la Europa comunitaria, el mantenimiento de una estrecha relación con los EE.UU. y la recuperación de Gibraltar. España alcanzó durante este tiempo la mayor aceptación internacional en los casi cuarenta años de franquismo. Desde que en 1957 se creara la La descolonización de las últimas colonias CEE -actualmente Unión Europea- los españolas. tecnócratas, imponiéndose a los militares y los falangistas, que no estaban de acuerdo, eran partidarios de la entrada de España en ella. No obstante, la entrada no se conseguiría hasta 1986, debido al impedimento político, no obstante se cerraron acuerdos comerciales. Las relaciones con EE.UU. estuvieron marcadas por los pactos bilaterales y las sucesivas prórrogas. España basó su política exterior en estos acuerdos y aunque pedía más colaboración americana a cambio de las bases, no lo consiguió. La presión para la recuperación Gibraltar se convirtió en una constante y símbolo de la política exterior española. A la presión diplomática se le unieron otras medidas como el aislamiento del Peñón, pero sin resultado positivo. España aceptó la independencia de Guinea Ecuatorial (1968) y cedió el Ifni a Marruecos (ya independizado de España y Francia en 1956), no obstante pretendió conservar el Sáhara Occidental (o Sáhara Español). Pero en noviembre de 1975, ante las presiones de Marruecos, España firmó los Acuerdos de Madrid, quedando el Sáhara repartido entre Marruecos y Mauritania; esta decisión es la base de la problemática actual de la población saharaui. 2. El declive del régimen (1969-1975). Tras el nombramiento de Juan Carlos como sucesor en la Jefatura del Estado en julio de 1969, el que era vicepresidente del gobierno, almirante Luis Carrero Blanco, se esforzó en sentar las bases de una transición pacífica hacia la "Monarquía del 18 de julio". a) Carrero Blanco y el fracaso del aperturismo (1969-1973). El vicepresidente Carrero, en octubre de 1969, después del escándalo Matesa, se hizo cargo del nuevo gobierno, que trazó un amplio programa político; veamos a continuación sus principales puntos de actuación. En primer lugar intentó relanzar la economía, objetivo que se consiguió. En política exterior el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, López Bravo, firmó un acuerdo comercial con la CEE y estableció relaciones diplomáticas con China y con la República Democrática de Alemania (la Alemania comunista). En el aspecto cultural y educativo se produce la reforma del sistema educativo 3 con la Ley Villar Palasí de 1970, que pretendía la equiparación con Europa, extendiendo la enseñanza básica gratuita hasta los 14 años a través de la EGB. Es el sistema educativo anterior al actual. Pero también se produjo un gran número de proyectos que no se llevaron a cabo, como el Anteproyecto de Asociaciones Políticas o el intento de mejorar sus relaciones con la Iglesia. En el campo laboral se intenta resolver la conflictividad obrera con la nueva Ley Sindical, pero resultó un fracaso. Simultáneamente un nuevo enemigo se iba fortaleciendo: ETA, que se mostró especialmente activa. La respuesta del gobierno fue endurecer en 1971 la Ley del Orden Público de 1959. A principios de 1973 el enfrentamiento en el seno del franquismo, entre los aperturistas y los inmovilistas provocó una crisis de gobierno que resolvió Franco formando un nuevo gobierno en junio, separando por primera vez -tal como preveía la Ley Orgánica de 1967- la Jefatura del Estado y la del gobierno, cargo que asumió Carrero Blanco. El nuevo gabinete, que practicó un “giro a la derecha”, apenas sí se estrenó: el día 20 de diciembre de 1973, el presidente Carrero Blanco moría en Madrid víctima de un espectacular atentado de ETA. Luis Carrero Blanco (1903-1973). b) Gobierno de Arias Navarro (1974-1975). Enfermedad y muerte de Franco. Ante la sorpresa general, el sucesor de Carrero fue Arias Navarro, quien forma gobierno, en enero de 1974, con predominio de franquistas puros. No obstante pretendió dar una imagen de ruptura con la etapa de Carrero y en un discurso pronunciado ante las Cortes en febrero de 1974 parecía adoptar una vía aperturista al declararse partidario de ciertas reformas y de la aprobación de un Estatuto de Asociaciones políticas (espíritu del 12 de febrero). El Estatuto se estuvo estudiando durante todo el año y se aprobó el 21 de diciembre, pero era poco viable (los partidos debían quedar bajo el techo de los Principios Fundamentales del Movimiento). Todo seguía, por tanto, igual. Por otra parte, los inmovilistas estaban en contra de cualquier reforma, como demostró con sus críticas al “12 de febrero” el falangista y exministro Girón de Velasco, personaje muy influyente dentro del régimen. En el verano de 1974 Franco cayó enfermo, ingresando en una clínica para ser tratado de una tromboflebitis. El príncipe Juan Carlos tuvo que ejercer interinamente la Jefatura del Estado. Una vez recuperado, Franco recobró sus poderes y exigió a Arias Navarro que se olvidara del “espíritu del 12 de febrero”. La aventura del cambio terminaba. Paralelamente, otras circunstancias estaban contribuyendo a crear más dificultades al régimen. Así, la crisis económica de 1973 cuyos efectos empezaban a notarse (subida de los precios, más paro, descenso del turismo, menos divisas…); la revolución del 25 de abril de 1974 en Portugal, la llamada “revolución de los Claveles”, acababa con la dictadura de Salazar, este hecho perjudicaba al franquismo; por último, la descolonización del Sáhara Español era otro problema pues el Frente Polisario reclamaba la independencia y Marruecos, por su parte, también reclamaba este territorio. 4 Durante 1975 la situación económica se agravó. El terrorismo fue a más: en varios atentados, perpetrados en los ocho primeros meses del año, murieron once policías. El régimen respondió con dureza. El 27 de septiembre fueron ejecutados cinco condenados a muerte de ETA y FRAP. Hubo manifestaciones en capitales europeas, peticiones de clemencia, se retiraron trece embajadores a lo que el régimen respondió con una concentración de apoyo a Franco el 1 de octubre. Días después se anunciaba que Franco estaba enfermo. Marruecos aprovechó el momento para reclamar el Sáhara y para acelerar la anexión organizó una movilización, a comienzos de noviembre, la llamada Marcha Verde, que llegó a atravesar la frontera saharaui. Al fin, el 18 de noviembre, se firmaban, como ya se ha dicho, los Acuerdos de Madrid, por los que el Sáhara Español era entregado a Marruecos y Mauritania. Dos días después, el 20 de noviembre, después de una larga agonía, moría Franco. El 22 del mismo mes Juan Carlos era proclamado rey de España. II. EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA DEL SEGUNDO FRANQUISMO (1959-1975). 1. El plan de estabilización (1957-1959) Las dificultades que, a partir de 1956, se fueron acumulando en el campo de la economía provocaron una radical modificación en la política económica del régimen franquista. La situación era tan crítica que, por ejemplo, en 1959 España se podía haber quedado sin petróleo por falta de divisas para pagarlo. Franco había formado, en 1957, un nuevo gobierno en el cual dos personalidades destacadas del grupo tecnócrata –técnicos ligados al Opus Dei-- ocuparon dos carteras básicas del área económica. Éstas fueron la de Comercio, desempeñada por Alberto Ullastres, y la de Hacienda por Mariano Navarro Rubio. A lo largo de la década de los 60 serán siempre políticos de esta tendencia tecnócrata los que dirigirán la política económica en España y los que dirijan la mayoría de los ministerios. El Plan de Estabilización. Los nuevos ministros, Ullastres y Navarro Rubio, elaboraron un Plan de Estabilización Económica, que consideraban imprescindible para asentar sobre una base sólida el proceso de crecimiento económico que se quería iniciar. Para poner en marcha el Plan hubo que vencer muchas reticencias, incluso, las de Franco y Carrero Blanco, pero no había otra receta para sacar a España del marasmo económico. Finalmente, el Plan de Estabilización recibió la aprobación del gobierno mediante un Decreto fechado el 21 de julio de 1959. Mediante este Decreto se impusieron una serie de medidas básicas para orientar la economía del país. Citaremos sólo algunas de las más significativas: 1. Reducción del gasto excesivo del Estado y del de los particulares. Esto implicó 5 restricciones en la concesión de créditos y congelación de los salarios. 2. Desaparición progresiva de los controles del gobierno sobre las actividades económicas. 3. Apertura de la economía española a los mercados exteriores. Ello obligó a devaluar la peseta (60 ptas. un dólar; antes 42). La finalidad última de esta operación de política económica era poner en contacto la economía española con la internacional. Esto se hacía en un momento en que ésta se encontraba en una etapa de fuerte crecimiento. Por otra parte, poco después de la publicación del Decreto citado, el gobierno dio muchas facilidades a las empresas extranjeras que quisieran instalarse en España. Con ello se eliminaban buena parte de los obstáculos que, en este terreno, se habían creado a lo largo de la etapa autárquica. Para realizar esta transformación económica, España pudo contar con la concesión de importantes créditos internacionales, del FMI, la OECE y de la banca norteamericana. En resumen, este Plan de Estabilización fue calificado como "la operación económica de más alcance realiza por el Estado en el período 1939-1959", fue una "operación singular y laudable de política económica". Su aplicación fue un éxito. España va a conocer una etapa de fuerte crecimiento económico, uniéndose al grupo de países industrializados del mundo. 2. La desarrollismo. España del Los resultados del Plan de Estabilización fueron inmediatos. No obstante, a corto plazo, entre 1959 y 1960, el Plan produjo, como es normal en este tipo de operaciones, una fuerte recesión económica (congelación salarial, caída del consumo y de la inversión, aumento del paro…), todo esto estaba previsto y entraba dentro de los cálculos. Pero a partir de 1961 se produjo un fuerte crecimiento Índice de la producción industrial en España entre 1900 y 1985, índice 100 para el año 1958. económico calificado por algunos como milagro español. El crecimiento se basó en una fuerte expansión industrial que se produjo por los bajos salarios y la masiva llegada de capitales extranjeros que veían en España un lugar favorable para las inversiones. Se construyó así un tejido industrial diversificado y potente, un fenómeno sin precedentes en la Historia de España. El crecimiento industrial atrajo a un gran número de campesinos que huyeron en masa a las ciudades, este fenómeno motiva a su vez un alza de los salarios agrícolas por la falta de mano de obra y este hecho conlleva la mecanización del campo por lo cual se produce también la modernización del sector que iba paralelo con el despoblamiento del interior del país. En el sector servicios el sector turístico fue el verdadero motor de la economía: miles de europeos acudían a España aprovechando los bajos precios, la amplia oferta de sol y playa y la existencia de una infraestructura hotelera en rápida expansión. La balanza comercial (diferencia entre importaciones y exportaciones) era deficitaria, pero la balanza de pagos (donde intervienen además más factores) estaba equilibrada por los ingresos del boom del turismo, por las remesas de los emigrantes 6 españoles en Europa y por los capitales extranjeros invertidos en nuestro país. A partir de 1963 el gobierno intentó regular el crecimiento mediante los Planes de Desarrollo, copiados del modelo francés. Desde el gobierno se marcaban objetivos económicos a cumplir cada tres años en determinados sectores, complementando las medidas con subvenciones públicas e incentivos fiscales. Dos de los objetivos perseguidos eran la industrialización de nuevas zonas y lograr disminuir el desequilibrio económico regional, en estos aspectos el balance fue un rotundo fracaso. El crecimiento fue ininterrumpido entre 1961 y 1973 y fue debido en gran parte a la bonanza económica internacional que se da en este periodo que posibilita el crecimiento, de la misma manera, cuando llegue la crisis del 1973 el contexto internacional influirá poderosamente sobre la economía española. El aumento de los intercambios con Europa impulsó al gobierno español a iniciar "conversaciones exploratorias" con la CEE. En junio de 1970 España y la CEE firmaron un Acuerdo preferencial que estuvo en vigor hasta la plena integración de nuestro país en la CEE, el 1 de enero de 1986. 3. La crisis económica mundial y la agonía del régimen (1973-1975). En octubre de 1973 se desencadenaba la crisis del petróleo como medida de protesta de los países árabes exportadores de petróleo contra Occidente por su apoyo a Israel. Dos meses después, moría el jefe del gobierno, Carrero Blanco, en un atentado terrorista. Dos hechos coincidentes en el tiempo que abren paso al declive del régimen y a su Caricatura sobre la crisis del petróleo de 1973. descomposición interna. El final del franquismo coincidía, en efecto, con una caída del crecimiento económico, un incremento de la inflación y un aumento del paro. 4. Las transformaciones sociales. Muchas son las diferencias con el primer franquismo. La más evidente es el espectacular desarrollo económico que vive el país, aunque con retraso con respecto a Europa. Ese desarrollo económico y el contacto con el exterior, ya bien sea a través de la emigración a Europa, o debido al boom del turismo, generan cambios sociales importantes y, sobre todo un cambio de mentalidad. Aunque el régimen no evoluciona casi en lo político, los españoles de los años sesenta tienen más preocupaciones políticas y deseos de consumo, piden, a gritos, una apertura que no se dará hasta la muerte del dictador. a) Los movimientos migratorios. El desarrollo económico trae profundos cambios. El primero y más importante es que la agricultura pierde el protagonismo económico que había tenido desde siempre, es 7 sustituida por la industria y el sector servicios. Esto genera que un gran número de españoles abandone el campo y se vaya a vivir a las ciudades, esto se conoce como éxodo rural. Madrid, el País Vasco y Cataluña son las principales zonas de recepción de estos trabajadores rurales, creciendo de manera espectacular el volumen de estas ciudades sin existir, la mayoría de las veces, la planificación adecuada. Los recién llegados pasan a poblar barrios de la periferia sin las más mínimas condiciones de vida. Las zonas de salidas de estos desplazados son, mayoritariamente, las zonas del interior: Extremadura, Andalucía, las dos Castillas… Al lado de las migraciones interiores, se estableció un flujo ininterrumpido de emigrantes españoles que de forma continua saldrán para la Europa desarrollada. Estos emigrantes saldrán con carácter temporal, pero en muchos casos fijarán su residencia definitiva en países como Alemania, Francia, Holanda o Suiza. Desde el punto de vista económico su papel será decisivo pues generan importantes capitales (ahorro) que son la base para la puesta en marcha de un gran número de negocios. b) El crecimiento de la población. En los años sesenta la población experimenta un espectacular crecimiento que se ha dado en llamar el baby boom. Con una alta natalidad y una mortalidad en franco retroceso, el crecimiento vegetativo español era alto. Esto generó problemas de ajustes entre una población en crecimiento y las infraestructuras sanitarias y educativas del país que eran claramente insuficientes. Ante este reto el régimen tuvo que construir a marchas forzadas hospitales, escuelas e institutos. La mayoría de los nuevos centros educativos serán públicos, la enseñanza privada –casi toda de carácter religioso-- no podía absorber ese incremento. Junto al esfuerzo inversor, se aprobó la Ley General de Educación (1970). Otra medida importante fue la Ley de Bases de la Seguridad Social, aprobada en 1963, por la que se unificaba el sistema de seguros dispersos en una Seguridad Social total (atención médica, pensiones, subsidios, indemnizaciones). Un problema crónico fue el déficit de viviendas, como Migraciones interiores entre 1960 y 1975. consecuencia de la inmigración masiva al desbordar el crecimiento de las ciudades, dando como resultado la construcción de barrios sin planificación y mal dotados de servicios. c) La modernización de la sociedad y el cambio de mentalidades. En esencia la población española sufrió una profunda transformación que le llevó a conocer cotas de bienestar y de consumo inimaginables en las etapas anteriores. El consumismo presidió la vida de los españoles frente a la simple supervivencia de la época anterior. El ejemplo típico fue la adquisición de un automóvil, teniendo en el famoso Seat 600 el caso más conocido. El consumismo conlleva un cambio de mentalidad y en parte 8 sustituye a los valores tradicionales del primer franquismo. A esto se une una nueva generación que o no vivió la guerra o eran muy pequeños entonces y que pedían o demandaban cambios y mayores cotas de libertad. La modernización vino también de la apertura al exterior a través del turismo que en los años sesenta vivió un auténtico boom. El contacto con estos ciudadanos de la Europa comunitaria impregnó la vida de los españoles que veían en estos países el modelo a seguir, y no sólo en cuanto a las modas. La cerrazón El crecimiento demográfico entre 1940 y 1970. del régimen y las limitadas libertades contrastaban profundamente con el modelo europeo. La inauguración de TVE en 1956 fue otro símbolo del consumo y de la modernización. El poseer el famoso aparato se convertía en la aspiración máxima de todo trabajador, y a la vez, aunque controlado por el régimen, era una ventana abierta al mundo. Por último, otro síntoma de que la sociedad estaba cambiando fue el aumento importante de la población activa femenina, la incorporación de la mujer al mercado laboral rompía con uno de las características más destacadas del primer franquismo. d) El aumento de las clases medias. Desde el punto de vista social el hecho más destacado, y común con todas las sociedades desarrolladas, es el incremento cuantitativo de las clases medias. Junto a los nuevos ejecutivos comerciales e industriales surgen con gran fuerza las nuevas clases medias: los empleados de banca, los técnicos, secretarios, maestros y profesores, etc. Entre los hijos de estos grupos surgirán las nuevas actitudes ante los temas tabúes de la sociedad de posguerra: el sexo, la desvinculación del núcleo familiar, la insatisfacción y la crítica a la sociedad de consumo. Los jóvenes universitarios serán la punta de lanza de la protesta popular contra el régimen, en paralelo a la oposición obrera. III. LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL FRANQUISMO. 1. La oposición desde la fase tecnocrática hasta 1973. Una de las características más importantes de la lucha contra el franquismo es el debilitamiento de la oposición exterior que sólo en los últimos años, y ante la inminencia de la próxima muerte de Franco, cobra fuerza. Por el contrario, en el interior se va diversificando y haciéndose socialmente más amplia, fenómeno paralelo a la disminución de la feroz represión de la etapa anterior. a) La oposición social. Calificamos de social a esta oposición porque de forma espontánea creció el rechazo contra el régimen, y los grupos de oposición no estaban organizados políticamente por ningún partido clandestino. Las protestas obreras fueron en aumento desde 1962, la represión contra ellas fue menos contundente que en la etapa anterior. Asturias, País Vasco, Madrid y Barcelona y su 9 cinturón industrial fueron los principales escenarios de la conflictividad obrera (manifestaciones, huelgas…), eran, evidentemente, las zonas más industrializadas. En 1964 surge el sindicato clandestino Comisiones Obreras como organización alternativa al sindicato oficial. Su táctica fue entrar en las organizaciones del régimen y aprovechar los cauces oficiales para organizar a los trabajadores. A finales del franquismo era el sindicato más importante, aunque era ilegal. Otras organizaciones tradicionales como la UGT o la CNT no consiguieron levantar cabeza en estos momentos, estaban prácticamente desaparecidas. Las protestas universitarias cobraron fuerza a partir de 1965. Los actos de protestas se repetían frecuentemente y el régimen respondía con cargas policiales, detenciones, cierre de centros universitarios… El movimiento estudiantil ya no se detuvo hasta el final, el régimen no contaba con el apoyo de la juventud. La propia Iglesia Católica ya no era la institución monolítica que apoyaba al régimen. Después del Concilio Vaticano II (1962-1965) la jerarquía católica se aleja del franquismo, y era más abierto el rechazo por parte de los sacerdotes jóvenes, muchos de ellos empezaron a militar en organizaciones católicas de claro contenido social que apoyaron las protestas obreras: Hermandad de Obreros de Acción Católica (HOAC), Juventud Obrera Católica (JOC)… El gobierno calificaba estas actuaciones como ingratas y traidoras. b) La oposición política. De todos los movimientos que en el interior luchaban contra el franquismo, el más organizado y el que contaba con más apoyos era el PCE (Partido Comunista de España), partido dirigido por Santiago Carrillo. Su estrategia política consistía en el entrismo, es Número de huelgas entre 1963 y 1972. decir, en entrar en las organizaciones legales del Movimiento y en todo tipo de asociaciones más o menos legales: organizaciones estudiantiles, asociaciones de vecinos… Muy vinculado a este partido estaba el sindicato Comisiones Obreras. El PSOE no tenía ni con mucho la misma implantación; su dirección y casi todos sus mandos estaban en el exterior y los pocos núcleos del interior tenían poco margen de maniobra. Es un partido dividido entre los partidarios de un sistema republicano y la no colaboración con los comunistas por un lado y, por otro, los partidarios de la monarquía constitucional y la colaboración con todos los partidos políticos para conseguir la democracia. En la extrema izquierda surgieron variantes del comunismo que iban desde el PCE Marxista-leninista, hasta grupos terroristas como el FRAP. En la derecha la oposición al régimen estaba integrada por varias tendencias, entre ellas los monárquicos y la Democracia Cristiana. Este último grupo participó en 1962 en el Congreso del Movimiento Europeo en la ciudad alemana de Múnich, lugar de encuentro entre los grupos de oposición de dentro y de fuera del país. Estos grupos pidieron a la entonces Comunidad Económica Europea que no aceptara a España como miembro mientras no hubiera un sistema democrático homologable con los países de la citada organización. El régimen consideró esta reunión como una conspiración y lo denominó el “contubernio” de Múnich y muchos de los 10 participantes en ese encuentro fueron arrestados al volver a España. De la misma manera se vigorizó también la oposición de los partidos nacionalistas como Esquerra Republicana de Catalunya o el Partido Nacionalista Vasco, que se estructurarían en los últimos años del franquismo. En Cataluña se crea en 1972 la Asamblea de Cataluña que agrupaba a todas las fuerzas políticas catalanas en la lucha por la libertad y la autonomía. De esta etapa es también ETA, que surgió en 1959 como una escisión del PNV que mezclaba principios marxistas y nacionalistas. A partir de 1968 adoptó la estrategia de la lucha armada contra el franquismo, al que castigaría duramente en sus últimos años, el atentado más famoso fue el que segó la vida del presidente del gobierno Luis Carrero Blanco en 1973. 2. La reorganización de la oposición política en vísperas de la muerte del dictador (1974-1975). La oposición es consciente de que el fin está próximo y se empiezan a realizar los primeros contactos para organizar la España democrática. a) Fuerzas políticas en el exterior que se oponen a la continuidad del franquismo. Dentro de la ilegalidad y actuando tanto dentro como fuera del país, las principales formaciones políticas opuestas al franquismo fueron: - Monárquicos partidarios de retornaral sistema constitucional, con Juan de Borbón. -PSOE. En el Congreso de Suresnes, celebrado en esa localidad próxima a París en 1974, fue elegido como Secretario General del Partido, Felipe González, imponiéndose la tendencia socialista de monarquía constitucional. - PCE, se había renovado, promovía también la formación de un frente común antifranquista, defendiendo la reconciliación nacional. Su Secretario en el exilio fue Santiago Carrillo. b) Los primeros pasos para formar alianzas. Miembros de la Junta Democrática en París. En julio de 1974 se constituye en París la Junta Democrática, integrada por el PCE, Comisiones Obreras, Partido Socialista Popular (dirigido por Tierno Galván), carlistas, políticos vinculados adon Juan, entre otros. Reclama una total “ruptura” con la legalidad de la dictadura y la brusca desaparición del sistema franquista. Un año después, en julio de 1975, el PSOE animó a la formación de la Plataforma de Convergencia Democrática, a imitación de la iniciativa Comunista. A la Plataforma se adhieren los democristianos y liberales, algunos carlistas y partidos de extrema izquierda. Optaron por la vía de la “reforma” o “ruptura pactada”, es decir, la transformación de la dictadura en democracia partiendo de su propia legalidad, e incluso contando con la voluntad de las fuerzas aperturistas. 11 De nuevo se manifiestan las discrepancias entre comunistas y socialistas, pero ambas tendencias coinciden en la necesidad de acabar con la dictadura, la no colaboración en la política del presidente Arias Navarro y la necesidad de una reforma constitucional. c) El papel de aperturistas en el interior. Muerte de Franco en las páginas del diario Arriba. los Además de estas fuerzas “ilegales”, en el escenario que decide cuál será el futuro político de una España sin Franco también cuenta el papel político desempeñado por el cada vez más fuerte sector aperturista del franquismo (Fraga, Fernández Ordóñez, Pío Cabanillas...). Reclaman una reforma constitucional a partir de las instituciones y las leyes franquistas. En este punto coinciden con las ideas de la Plataforma de Convergencia Democrática. 12
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