to de Encuentro de Cr n tia is da d D E P O S T A M ov im ie n GACETILLA N° 1 - AÑO 2015 . 12 de Junio Devoción al Sagrado Corazón Cristo vive en la Eucaristía Hablando de corazón a corazón Psicología y Espiritualidad Próximas actividades Cristo vive en la Eucaristía Interés general Corpus Christi 1 da d M ov im ie n en recuerdo del sacrificio del Calvario. En él, mediante el ministerio sacerdotal, Cristo continua de forma incruente el Sacrificio de la Cruz hasta que se acabe el mundo. La Eucaristía es también comida que nos recuerda la Ultima Cena; celebra nuestra fraternidad en Cristo y anticipa ya el banquete mesiánico del Reino de los Cielos. Por la Eucaristía, se da Jesús mismo, Pan de Vida, en alimento a los cristianos para que sean un pueblo más grato a Dios, amándole más y al prójimo por Él. Se reserva la Eucaristía en nuestras iglesias como ayuda poderosa para orar y servir a los demás. Reservar el Santísimo Sacramento significa que, al terminar la comunión, el Pan consagrado que sobra se coloca en el Sagrario y allí se guarda reverentemente. La Eucaristía en el Sagrario es un signo por el cual Nuestro Señor está constantemente presente en medio de su pueblo y es alimento espiritual para enfermos y moribundos. Debemos agradecimiento, adoración y devoción a la real presencia de Cristo reservado en el Santísimo Sacramento. Las tumbas de los mártires, las pinturas murales de las catacumbas y la costumbre de reservar el Santísimo Sacramento en las casas de los primeros cristianos durante las persecuciones, ponen de manifiesto la unidad de la fe en los primeros siglos del Cristianismo sobre la doctrina de la Eucaristía, en la cual Cristo realmente se contiene, se ofrece y se recibe. De la Eucaristía sacó fuerzas toda la Iglesia para luchar valerosamente y conseguir brillantes victorias. La Eucaristía es el centro de toda la vida sacramental, pues es de capital importancia para unir y robustecer la Iglesia. La novena en honor del Sacramento de la Encuentro de de Cr to Sagrada Eucaristía puede hacerse muchas veces durante el Año Litúrgico, para ahondar nuestra fe en este gran misterio de amor, centro de toda la vida sacramental de la Iglesia. n tia is La Eucaristía es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad, toda la Persona de Cristo vivo y glorioso, bajo las apariencias de pan y vino. El concilio de Trento define claramente esta verdad, fundamental para la vivencia y adoración de Cristo: " En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad Cristo íntegramente." Como católicos, creemos que Jesucristo está personalmente presente en el altar siempre que haya una hostia consagrada en el sagrario. Es el mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, que andaba por los caminos de Galilea y Judea. Creemos que El viene ahora como nuestro huésped personal, cada vez que recibimos la Santa Comunión. La Eucaristía es uno de los siete sacramentos instituidos por Cristo para que participemos de la vida de Dios. Es el mayor de todos los sacramentos, porque contiene a Cristo mismo, el Autor Divino de los Sacramentos. Hay tres aspectos o momentos en la Eucaristía. El primero se dice real Presencia de Cristo en el altar, siempre que haya una hostia consagrada en el Sagrario. Segundo, la Eucaristía como sacrificio, que es la Misa. Y tercero, la Santa Comunión. La palabra Eucaristía, derivada del griego, significa "Acción de gracias". Se aplica a este sacramento, porque nuestro Señor dio gracias a su Padre cuando la instituyó. Además, porque el Santo Sacrificio de la Misa es para nosotros el mejor medio de dar gracias a Dios por sus beneficios. La Sagrada Eucaristía es el verdadero centro del culto católico, el corazón de la fe. Y porque creemos que el hijo de Dios está verdaderamente presente en el Sacramento del altar, construimos bellas iglesias, ricamente adornadas. El Sacrificio de la Misa no se limita a ser mero ritual Devoción al Sagrado Corazón Espiritualidad Adora al Verbo encarnado y a su Corazón que, por amor a los hombres, se dejó traspasar por nuestros pecados. 2 da d M ov im ie n hospitalidad que se tienen con un invitado, como le dirá a Simón el fariseo (Lucas 7, 44‐47). ¿Quién podrá explicar los sentimientos de su Corazón amantísimo cuando en el Calvario, clavado y agonizante en la Cruz, nos dio a su Madre como Madre nuestra? (Juan 19, 26‐27). Jesús nos dio voluntariamente a cada uno hasta la última gota de su preciosa Sangre, como si cada uno fuera el único, la única, en el mundo. ¿Cómo no nos vamos a acercar con confianza a Cristo? ¿Qué pretextos, que razones, pueden impedir nuestro amor, si tenemos el corazón para pedir perdón? Después de la Ascensión al Cielo con su Cuerpo glorificado, no cesa de amarnos para que vivamos siempre muy cerca de su Corazón amantísimo. Por eso, nos promete y nos cumple: “yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 20). Adoremos el Corazón Sacratísimo de Jesús. El meditar en el amor que Cristo nos impulsa a agradecer mucho tantos dones, tanta misericordia inmerecida que nos da. Y al ver cómo muchos viven de espaldas a Dios, y que nosotros no somos todo lo fieles que Él merece, vayamos a su Corazón amantísimo y pidámosle perdón, por ellos y por nosotros; allí encontramos la paz, fruto del Espíritu Santo. Juan Pablo II nos dice: El Corazón del Salvador nos invita a regresar al amor del Padre, fuente de todo amor auténtico: "En esto se sabe que es Amor, no que amamos a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y nos envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados". Jesús recibe del Padre incesantemente, en compasión y misericordia, el amor que El derrama abundantemente sobre los seres humanos. Su Corazón revela particularmente la generosidad de Dios hacia los pecadores. La reacción de Dios hacia el pecado no disminuye Encuentro de de Cr o su amor, sino que hace más grande el fluirt de Su misericordia que se torna en el principio de la redención. n tia is Desde los primeros tiempos de la Iglesia, se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón que, por amor a los hombres, se dejó traspasar por nuestros pecados, nació la Iglesia, y por ese Corazón se nos abrieron las puertas del Cielo. Todos los cristianos tenemos un doble deber con el Sagrado Corazón del Señor: Uno, de acción de gracias por las maravillas del amor que Dios nos tiene: “mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Romanos 5, 8), y... Dos, de reparación, porque este amor es mal o poco correspondido, incluso por quienes reconocemos que tenemos tantos motivos para amar y agradecer. El Corazón de Jesús es fuente y expresión de su infinito amor por cada hombre, sean cuales sean las condiciones en las que se encuentran. Nadie nos ha amado más que Jesús, nadie nos amará más. Me amó ‐decía San Pablo‐ y se entregó por mí (Gálatas 2, 20), y cada uno de nosotros puede repetirlo. Y el Señor dijo: “Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido” (Lucas 15, 6). El Corazón de Jesús amó como ningún otro, experimentó alegría y tristeza, compasión y pena: se llenó de alegría, dice San Lucas (Lucas 10, 21) con el pequeño éxito de los Apóstoles en su primera salida evangelizadora; y llora, cuando la muerte le arrebata un amigo (Juan 11, 35). A Jesús no le era indiferente ‐no lo es ahora en nuestro trato diario con Él‐ el que unos leprosos no volvieran a darle las gracias después de haber sido curados (Lucas 17, 11‐ 19), o las delicadezas y muestras de El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz. Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor." Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía. He aquí las promesas que hizo Jesús a Santa Margarita, y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón: 1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado. 2. Pondré paz en sus familias. 3. Les consolaré en sus penas. 4. Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte. 5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas. 8. Las almas tibias se volverán fervorosas. 9. Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección. 10. Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más empedernidos. 11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de El. 12. Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo. Las condiciones para ganar esta gracia son tres: 1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción. 2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final. 3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento. Oración para los nueve primeros Viernes Jesús mío dulcísimo, que en vuestra infinita y dulcísima misericordia prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaren en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos: acordaos de esta promesa y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención, concededme que muera detestando todos mis pecados, creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo Corazón. Amén.o de Encuentro de C r t Jaculatoria. Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús. da d 3 n tia is 6. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada. 7. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia. M ov im ie n La contemplación del Corazón de Jesús en la Eucaristía estimulará al creyente a buscar en ese Corazón el misterio inagotable del sacerdocio de Cristo y de la Iglesia. Les permitirá saborear en comunión con sus hermanos y hermanas la dulzura espiritual de la fuente de la caridad. El ayudar a todos a redescubrir su propio Bautismo les hará más conscientes de tener que vivir su dimensión apostólica al difundir amor y participar en la misión de evangelizar. Y muy cerca de Jesús, está su Madre, nuestra Madre. Ella es la imagen de la Iglesia, templo del Espíritu y modelo de todos los cristianos por la humildad con la que recibió, amó y sirvió al Señor. Roguemos a nuestra Madre santísima nos ayude a ser fieles al Sagrado Corazón de Jesús, como ella siempre nos puso el ejemplo. Testimonio de una consagrada al Sagrado Corazón por Angela Bourdein Apostolado de la oración. Desde ese momento agradecí mucho a Dios por darme este gran regalo, esta oportunidad de poder entregar mi corazón, mis sueños, mis anhelos y unirlos al suyo, para que junto a Él pueda cumplir la voluntad de Dios en mi vida, ya que nos cuesta aceptar eso muchas. Vi en esto una manera de tomar fuerzas para seguir este camino que hace ya un largo tiempo el Señor me presentó a través de Encuentro. Esta consagración me llevó a pensar y a pedirle que cada día vaya moldeando mi corazón y lo vaya haciendo semejante al suyo; que no me olvide que Él está al lado mío, que ofrezca mi mano al que lo necesita y que nunca separe mi vista de El que es el “Camino, la Verdad y la Vida” que quiero que muchos puedan conocer, ya que conocer su corazón, su amor, llena todos los vacíos, los rincones oscuros de nuestra vida y los sana. Jesús hace nueva todas las cosas y transforma nuestra vida. Los invito a todos aquellos que quieran consagrar su corazón a Jesús que no duden en hacerlo. Nos da fuerzas, nos va uniendo cada vez más a su amor y nos ayuda a poder imitarlo en las pequeñas cosas cotidianas de nuestra vida para poder llevarlo a nuestra familia, amigos, compañeros de apostolado y por qué no, a desconocidos que también tienen necesidad de escuchar la voz de Jesús. No tenemos que olvidarnos que muchas veces una palabra o un gesto pueden acercar a una persona a que conozca el amor infinito que nos tiene Dios. De Posta!! de Encuentro de 4 Cr da d Angie Bourdein to n tia is Hace dos años en la Misa diaria de la Iglesia Nuestra Señora de los Milagros (Inmaculada), comenzaron a anunciar que el que quisiera podía consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús. Yo no entendía muy bien que era eso pero una amiga me propuso consagrarnos juntas como una manera de entregarnos a su Sagrado Corazón y disponer nuestra vida a su servicio, para que Él sea nuestra guía y que estemos siempre protegidas en su divino corazón. Nos explicaron que consagrarnos era muy sencillo, y no estaba reservado a los sacerdo‐ tes o religiosos/as sino que todo laico puede acceder si así lo quiere. La condición era que, despúes de consagrarnos, deberíamos ir a misa los primeros viernes del mes durante nueve meses seguidos, que se podía conti‐ nuar por el tiempo que quisiéramos. El Papa Benedicto XV dijo sobre este tema que “Los primeros viernes de mes, {son} un don del Sagrado Corazón. La Iglesia ha bendecido esta piadosa costumbre iniciada con las promesas de Jesucristo a santa Margarita María de Alacoque, indicando el espíritu de reparación y de conversión con que hay que vivirla. "Te prometo, en la excesiva misericor‐ dia de mi Corazón, que su Amor omnipotente concederá a todos los que comulguen los nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final". La comunión en estos primeros viernes de mes lleva una profunda renovación espiritual, como reparación por los pecados personales del mes precedente y como ayuda para vivir más unido a Cristo en el siguiente, y a incrementar la entrega al apostolado para la salvación de los hombres. También nos invitaron a rezar por las inten‐ ciones del mes del Santo Padre y a unirnos al La voz del encuentrista M ov im ie n Hablando de corazón a corazón El día 28 de mayo se llevó a cabo el primer Curso de Formación del año a cargo de la Secretaría de Estudios. El disertante invitado fue el Pbro. Alberto Bosio, psicólogo, que trató el tema de “Psicología y espiritualidad”. Nada más tortuoso que el corazón humano y no ene arreglo: ¿quién puede penetrarlo? Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus acciones. Jr 17, 9‐10 Psicología en su e mología significa “Ciencia de la psiquis”, y Espiritualidad hace referencia a todo lo que transcurre en el individuo que no sucede en el plano material o sico, y desde el punto de vista religioso significa la vida del Espíritu Santo en nosotros, la presencia de Dios, la capacidad del hombre de trascender a lo divino. El Catecismo de la Iglesia Católica habla del “Hombre capaz de Dios”. A pesar de tener como punto en común al hombre, la ciencia y la religión muchas veces se ven incomunicadas, cuando en realidad se necesitan: no todo se resuelve desde la fe y no todo se resuelve con la ciencia. Debe haber diálogo y colaboración entre ambas. En la Edad Media donde la Psicología todavía no exis a como tal, toda patología se atribuía a los demonios. Hoy en día pasa a la inversa, todo se considera patología. Víctor Frank decía que “El problema de hoy no es psicológico. Es un problema de no saber qué hacer con mi vida. Y esto ya no es psicológico es existencial, que es mucho más hondo” y está más ligado a un problema religioso. Entonces, ¿por qué no se da el diálogo entre la Actividades Curso de Formación por la Secre de Estudio ciencia y la espiritualidad?. Por parte de la Iglesia se ha dejado en claro en varios documentos, como el Concilio Va cano II, que es necesario servirse de las ciencias humanas porque en defini va siempre se trata de un problema antropológico, de una concepción del ser humano. Esta concepción ya en el Génesis se establece: Dios hizo al hombre de erra. El hombre es materia animada, porque ene vida. La imagen y semejanza del hombre con Dios se da en el momento en que Dios sopla su propio espíritu en el hombre. Eso hace que el hombre sea un misterio insondable, el cual no se agota en una ciencia. El único que puede conocer al hombre en su integridad es Dios, su creador. Por su parte, la psicología se basa en un reduccionismo antropológico. No comprende la realidad íntegra del hombre. Muchos psicólogos, ante realidades espirituales ligadas a lo religioso, se apartan de tratar esos temas en la terapia bajo el pretexto de que ellos hacen ciencia. Tanto el sacerdote como el psicólogo deben reconocer la integridad de la persona, y es necesario un diálogo entre ambos para enriquecerse. En Aristóteles está presente en la siguiente frase este ideal: “No debemos, a pesar de no ser más que hombres, limitarnos, como quieren algunos, a los conocimientos y sen mientos puramente humanos: ni reducirnos, mortales como somos, a una condición mortal; es preciso, por lo contrario, que en cuanto de nosotros dependa nos desatemos de los lazos de la condición mortal, y hagamos todo lo posible por vivir conforme a lo mejor que hay en nosotros.” to de Encuentro de da d 5 Cr n tia is M ov im ie n Psicologia y Espiritualidad Próximas actividades Recordatorios 84° ENCUENTRO DE MUJERES de Encuentro de Cr “Sed pobre de todo, y el Corazón de Jesús os enriquecerá” da d Edad: entre 19 y 32 años Última fecha para recepció Miércoles 5/08/2015 de (en Casa de Cursillos - Be n de fichas 21 a 23 hs lgrano 3436) Informes: Cecilia Muzycka | 342-156305666 [email protected] Alicia Echevarría | 342-155361981 [email protected] Advocación: Sagrado Corazón de Jesús Solicitá las fichas de inscripción en: to de Encuentro de da d 6 Cr n tia is Si querés suscribirte para recibir información sobre las [email protected] actividades del MEC enviá un mail a [email protected] M ov im ie n to n tia is M ov im ie n Del 20 al 23 de Agosto - 2015 ¡Qué bien se está contigo, Señor, junto al Sagrario! Qué bien se está contigo, ¿por qué no vendré más? Hace ya muchos años vengo a verte diario y aquí te encuentro siempre - Amante solitario Sólo, pobre, escondido, pensando en mi, quizás!... Tú no me dices nada ni yo te digo nada; si Tú lo sabes todo, ¿qué te voy a decir? Sabes todas mis penas, todas mis alegrías, sabes que vengo a verte con las manos vacías, y que no tengo nada que te pueda servir. Siempre que vengo a verte, siempre te encuentro solo, ¿será, Señor que nadie sabe que estás aquí? No se; pero se, en cambio. que aunque nadie viniera, aunque nadie te amara ni te lo agradeciera, aquí estarías siempre, esperándome a mi... ¿Por qué no vendré más? ¡Qué ciego estoy, qué ciego! Si se por experiencia, que cuando a Ti me llego, siempre vuelvo cambiado, siempre salgo mejor. ¿A dónde voy, Dios mío, cuando a mi Dios no vengo? ¡Si Tú me esperas siempre! Si a Tí siempre te tengo, si jamás me has cerrado las puertas de Tu Amor. Por otros se recorren a pie largos caminos, acuden de muy lejos, cansados peregrinos, M ov Mimov ie nim ie n Encuentro de de to Encuentro d Cr eC de o r t 7 12 años ad n d da d n tia is stia i o pagan grandes sumas, que no han de recobrar 1974 - 2014 INICIO
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