Taller para Coros y animadores de Canto Taller para Coros y animadores de Canto Parroquia San Joaquín de Flores Diócesis de Alajuela Año 2012 Material preparado por Pbro. Sixto Edo. Varela Santamaría. Cura Párroco, Taller para Coros y animadores de Canto EL CANTO EN LA LITURGIA ¿Qué es Liturgia? Y es que debemos recordar que cuando Cristo estuvo sobre la tierra fue él mismo quien se encargó de ejecutar la voluntad de Dios; pero cuando más tarde regresó a la casa del Padre, fue necesario que la obra realizada, que la invitación hecha no se perdiera, y por eso –tras enviar al Espíritu Santo- designa a personas comunes, hombre y mujeres de carne y hueso para que se hagan cargo de este proyecto. Para comprender el papel que juega el canto en la Eucaristía, debemos empezar por comprender qué es la Liturgia, y luego entrar en la Liturgia de la Eucaristía, porque es allí donde generalmente los coros ejercen su servicio. Muchas veces la liturgia ha sido vista como algo secundario, meramente ritual (“se trata de cumplir con algunos ritos”) o como algo puramente estético (“lo importante es que salga todo muy bonito”). Pero desde hace algunos años se ha vuelto a reflexionar sobre ella y se le ha devuelto el papel central que tiene en la vida de la Iglesia. Y para que esta obra de la salvación se pudiera realizar, fue necesaria la participación de cuatro elementos: 1. La Presencia de Dios 2. Un lenguaje que todos pudieran entender 3. Un conjunto de acciones 4. Que permanecen a través del tiempo. La palabra Liturgia viene del idioma griego. Surge de la unión de dos palabras: Leitos (pueblo, público) y Ergon (obra, acción). Así, Liturgia viene a ser una “Acción en relación con el pueblo” o “Acción o servicio a favor del pueblo”. Y más propiamente, a la luz del Vaticano II tenemos que decir que Liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Cristo (SC 7) Jesucristo realizó esto en su propia persona. Veamos: Él es el Hijo de Dios hecho hombre (Presencia de Dios), que con sus propias palabras (lenguaje que todos podían comprender) y con su propio modo de actuar (acciones), nos trae la salvación. Ya con este significado podemos comprender que la liturgia no se reduce a unos ritos, o a unas ceremonias: es ante todo acción de santificación en la Iglesia (se realiza en el ámbito de la comunidad cristiana), de la Iglesia (es acción de la Iglesia total: Cristo y los suyos) y para la Iglesia (se realiza a favor de quienes componen el cuerpo de Cristo) Los herederos de estas maravillas de la misericordia de Dios (permanencia a través del tiempo) deben ejecutarla haciendo uso de los mismos elementos: presencia de Dios, lenguaje y acciones. Si faltase alguno de estos elementos, no habría liturgia. Podemos ahora entonces intentar una definición de lo que es liturgia: “Una acción sagrada (presencia de Dios) a través de la cual, con un rito (lenguaje y acciones) en la Iglesia y mediante la Iglesia, se ejerce y continúa la obra sacerdotal de Cristo (permanencia de la obra en el tiempo), es decir, la santificación de los hombres y la glorificación de Dios” 2 Taller para Coros y animadores de Canto 2. el culto privado (la oración de cada quien, sus devociones privadas, etc.) Tomemos esta definición y desmenucémosla para entenderla mejor: a) Una acción sagrada: se llama así porque no es una acción cualquiera, algo que los hombres hemos inventado, sino que es iniciativa de Dios y algo que Él mismo hace. ¿Por qué es importante destacar esto? Pues porque vamos a entender que debido a que es acción pública, de toda la Iglesia, el culto litúrgico se ordena, se regula. Y también entenderemos que mis gustos personales (¿caprichos?) no son los que deben privar en el culto público. b) a través de la cual: esto quiere decir que la liturgia no es sólo un instrumento que se usa para que Dios se haga presente y luego se desecha, sino que ella es ya la presencia de Dios. No es que primero hagamos la liturgia y después venga Dios, sino que gracias a que Dios está presente, podemos hacer liturgia. e) mediante la Iglesia: porque Cristo quiso tener una familia, la cual a su vez continúa su obra, es que ya no actúa por sí sólo sino a través de la Iglesia. c) con un rito: cuando Cristo estuvo sobre la tierra, él siendo de carne y hueso realizó la obra de la salvación, pero en estos tiempos en que ya no está presente de la misma forma, los ritos litúrgicos hacen presente al Señor con sus gestos y palabras, para que él continúe salvando a todos los hombres. f) se ejerce y continúa: la salvación realizada por nuestro Señor no es algo que sucedió hace 2000 años y que quedó perdido en el tiempo tan sólo como algo bueno que hay que imitar, sino que ese acto salvador se hizo permanente, es decir seguirá sin interrupción hasta el final de los tiempos, pero realizado en y por la Iglesia. d) en la Iglesia: se refiere a que en el grupo de los congregados se forma realmente el mismísimo cuerpo de Cristo, y Él es la cabeza: somos un pueblo reunido bajo un sólo pastor. g) la obra sacerdotal de Cristo: en la liturgia no se realiza sólo una parte de la obra salvadora de Cristo, sino toda la esa obra. ¿Y en qué consiste esa obra salvadora? pues: Hay que destacar entonces un punto central en la Liturgia: no se trata de una acción individual ni privada, sino que es acción comunitaria. Es muy importante diferenciar entonces entre culto público y culto privado. Definamos cada uno de ellos, para entendernos mejor. h) santificación y glorificación: santificando a los hombres, haciéndolos puros y buenos como Dios nos quiso desde el principio, Dios mismo se ve glorificado, porque por fin se ha realizado todo lo perfecto que Él quería que su obra fuese desde que fue creada y por la cual se le rinde gloria. 1. el culto público (el que realiza la Iglesia entera, siendo signo de unidad). 3 Taller para Coros y animadores de Canto LITURGIA Y CANTO La asamblea que se reúne en la celebración litúrgica participa de diversas formas: con sus respuestas y aclamaciones, con su postura corporal, con el silencio, y con el canto. que brota desde dentro y que hace brotar lo más íntimo del hombre. Cantos de pasión o de penitencia, cantos de triunfo y euforia, cantos de esperanza... un canto bien escogido puede resultar más eficaz que muchas palabras. El ministerio (servicio) del canto El canto expresa nuestras ideas, sentimientos, actitudes y deseos. Es un lenguaje universal, que está presente en todas las épocas de la humanidad. Es uno de los signos de expresión que con mayor facilidad utilizamos para manifestar alegría, dolor, protesta o triunfo. El canto y la música envuelven al hombre entero, y se unen a la Palabra para darle mayor fuerza y expresividad. Por eso el canto siempre se ha utilizado en el terreno religioso y cúltico. Hemos dicho que la liturgia realiza las acciones de nuestra santificación. Estas acciones las realiza la Iglesia a través del ministerio (servicio) de muchos de sus miembros. Tenemos el ministerio que ejerce el sacerdote: presidir la celebración en nombre de Cristo. También está el servicio de los lectores, los ministros extraordinarios de la sagrada Comunión, y por supuesto, el servicio de los que animan el canto (individualmente o en coro). En la liturgia, el canto tiene una función clara: expresa nuestra postura ante Dios (alabanza, petición, reverencia...) y nuestra sintonía con la comunidad y con el misterio que celebramos. El servicio de cada una de estas personas está ordenado (porque como ya dijimos, no se trata de culto privado, sino de culto público) y debe responder a lo que la Iglesia celebra, y a las condiciones particulares de cada comunidad. Si nuestra oración aspira a ser algo más que rutina, o el mero cumplimiento de un deber, si quiere ser una expresión viva de la fe y de la alegría cristiana, es natural que muchas veces se convierta en canto. El canto contribuye a que la oración sea más plena y cale más hondo en nuestra vida. De la misma forma que un lector no puede -a su antojo- leer cualquier pasaje bíblico en la misa, o un sacerdote no puede “inventar” cómo presidir la Eucaristía, los encargados del canto debemos entender que incluso nuestra creatividad tiene límites, porque Por esto, en la Iglesia el canto no se considera un simple adorno que se añade a la oración, algo añadido o artificial, sino que es algo que sale de lo más profundo del espíritu de la persona que ora y de la Iglesia entera, y es parte sustancial de la alabanza y glorificación al Señor. 1. estamos dentro del ámbito de la liturgia (culto público) de la Iglesia, y 2. porque nuestra función es un ministerio, un servicio determinado que prestamos, no animamos el canto por simple gusto de hacerlo o por afición, sino porque queremos servir a Dios y a los hermanos, y entonces estamos dispuestos a asumir las directrices que la Por eso dice San Agustín que el canto es el lenguaje del corazón, algo así como el lenguaje más pleno del hombre. Es algo 4 Taller para Coros y animadores de Canto Iglesia nos da como Madre y Maestra. parroquia. Un canto desmayado o entusiasta, desafinado o sin ninguna coordinación, o incluso una asamblea que no canta... todo es signo de cómo va la sensibilidad de esa comunidad y su expresión de fe. Por la función tan especial que tiene el canto (hemos dicho que es capaz de envolver a la persona en su totalidad), quien lo dirige tiene una gran responsabilidad respecto a la asamblea. Insistimos: es un verdadero ministerio dentro de la Iglesia, y su objetivo es el de ayudar a esa comunidad a celebrar con profundidad y realismo el misterio de la salvación. Es una función pedagógica. Más que artistas invitados, son miembros de esa asamblea, que por sus dones particulares estimulan y sostienen con sus cantos esa celebración. El canto hace fiesta Difícilmente nosotros nos imaginamos una fiesta sin música. En toda cultura, la música es signo de fiesta, de celebración. Si realmente llegamos a vivir nuestra celebración litúrgica (y sobre todo la Eucaristía) como una fiesta, entenderemos también la importancia del canto en ella. Lo que nunca debemos confundir, es que una cosa es una fiesta popular (una “pachanga”) y otra -muy diferente- la fiesta de los cristianos, la fiesta del Señor. El canto hace comunidad. En un documento que se llama “Instrucción sobre la música sagrada” se nos recuerda que con el canto “la oración adopta una expresión más penetrante”, y que mediante la unión de las voces se llega también a una más profunda unión de los corazones... La diferencia fundamental es que a una fiesta social vamos a divertirnos, o sea, a vertirnos, a vaciarnos fuera de nosotros mismos; y la Eucaristía es una fiesta para intro-vertirnos, o sea, vaciarnos dentro de nosotros mismos, porque el Señor entra en nosotros con su Palabra y con el Santísimo Sacramento del Altar. Es algo que pasa notoriamente en los niveles humanos y sociológicos: cantar crea una atmósfera de sintonía, es un signo de solidaridad y de comunión por encima de edades y culturas. Un himno nacional conserva todavía una evidente fuerza de unión, renovando continuamente la razón de ser del grupo y recordando sus raíces. La enseñanza de la Iglesia nos dice que además de ayudar a expresar mejor la fe y de unir a la comunidad, el canto crea un ambiente más festivo y solemne: ya sea expresando con mayor delicadeza la oración o fomentando la unidad, ya sea enriqueciendo los ritos sagrados. Cantar en común ayuda a salirse de uno mismo -de nuestros intereses que son tantas veces egoístas- para incorporarse a la comunidad. Cantar en la celebración cristiana tiene también algo de esto. Nos hace salir de nosotros mismos y nos incorpora a la comunidad. El canto nos va uniendo y nos saca de una actitud pasiva para involucrarnos de una manera activa en lo que todos estamos celebrando. Teniendo ya un panorama claro de lo que es la liturgia y la función del canto en ella, veamos ahora unas notas sobre los coros, antes de ver el canto en la Eucaristía. I. En el coro no estamos para Por eso podemos decir que el canto es un buen termómetro de la vida de una 1. Ser un adorno estético de las celebraciones. No se trata de que la 5 Taller para Coros y animadores de Canto celebración quede “bonita”, que nos feliciten por lo bien que lo hemos hecho. Si la liturgia es acción de toda la comunidad, la música es también cosa de toda la comunidad, y no exclusiva del coro. Por tanto, en el coro no estamos para adornar, sino para celebrar. La música es liturgia decir, que sean miembros activos de la asamblea a la que sirven, sintiéndose miembros de la asamblea que ora y celebra, dando testimonio de su participación gozosa, orante y escuchando la Palabra con la asamblea. No pueden quedarse fuera, o sentirse ajenos a la asamblea, mientras animan a los demás a participar. Si no se integran en la asamblea no pueden esperar que esa asamblea responda a sus esfuerzos de animación. . 2. Hacer un espectáculo. Es verdad que vivimos en una sociedad que cada vez más vive de espectáculos: una sociedad de espectadores. Somos poco creativos y preferimos que nos den todo hecho. Pero en la liturgia el coro no está para hacer espectáculo, para divertir a los mudos espectadores, para amenizarles la celebración como se ameniza una velada. 3. El gran papel del coro como ministerio musical consiste en a) Enriquecer y animar el canto del pueblo b) Crear espacios de descanso que fomenten la contemplación (silencio) c) Dar un colorido más propio a cada celebración, para no cantar siempre lo mismo, distinguiendo tiempos litúrgicos, fiestas y solemnidades, etc. 3. Ser un grupo cerrado. No sólo debe estar unido el grupo entre sí (testimonio…) sino también unido y en comunión con los otros grupos de la parroquia, como un grupo más dentro del conjunto de la parroquia. 4. Prever el momento y la duración de las actuaciones. Hay cantos que son muy opcionales (como el canto para el saludo de la paz), que quizá conviene obviar, y otros que hay que saber “cortar” en el momento justo (Ej. canto de entrada) II. El coro, participante y animador de la liturgia. Para que el coro cumpla con su función ministerial (de servicio) dentro de la liturgia, debemos insistir en algunos puntos fundamentales. 5. Debe haber buena comunicación entre el sacerdote celebrante y el coro. Esto no sólo hará que los pastores valoren más el papel que tiene el coro, sino que también es una oportunidad para intercambiar ideas, pequeños consejos, etc. 1. Cantar es la forma y el signo más profundo de participación en la fiesta litúrgica, después de la comunión sacramental. No podemos quitarle este elemento al resto de la asamblea y guardárnoslo sólo para nosotros. Y cabe cuestionarse: si somos participantes de la liturgia: ¿Cómo anda nuestra participación en la comunión sacramental? 6. El coro debe tener un gran dominio (y la práctica hace al maestro) en escoger, suprimir o seleccionar estrofas, inclinándose por aquellas que van más en consonancia con la liturgia del día. Debe tener programados los cantos antes de la celebración y no 2. Ser participantes de la liturgia antes que animadores de la liturgia. Es 6 Taller para Coros y animadores de Canto andar buscando y rebuscando los papeles mientras se proclama la Palabra, se predica o se consagra. Para la programación de los cantos de cada misa, les sugerimos utilizar la ficha que se encuentra al final del folleto. El Canto en la Eucaristía Lo primero que debemos señalar es que el canto en la Eucaristía es el canto de la Asamblea, y aunque históricamente ha tenido muchos cambios (épocas en que no se cantó nada, épocas en que todo se cantaba...) lo que hay que rescatar es esta característica fundamental: es el canto del pueblo de Dios, de la Asamblea Santa, del cuerpo de Cristo. En la Iglesia primitiva el canto era sencillo, popular, espontáneo. Eso sí, siempre quiso diferenciarse del canto de los paganos (hoy también el canto litúrgico debe diferenciarse del canto pagano...). Con el transcurso de los siglos se han dado diferentes progresos en el canto litúrgico (surgió el gregoriano y el canto polifónico) rescatando el deseo de cada época de alabar al Señor con sus particulares formas de expresión. Hoy por hoy se encuentra una gran variedad de música religiosa, que es también expresión de ese deseo de alabanza y glorificación. Pero, como hemos visto, hay algunas características que cualquier canto -y cualquier coro- deben poseer para participar en el canto litúrgico, entre ellas: Por tratarse de una acción litúrgica (culto público) el canto debe ser el canto de toda la asamblea (como en las primeras comunidades cristianas) y nunca, nunca el concierto de un coro por más profesional que éste sea. La función del coro (o de un solista) es animar la participación de todos en el canto, y no ahogar esa participación. Podríamos decir “es que la asamblea no canta”, pero si nosotros nos dedicamos a cantar cosas rarísimas, con ritmos que hemos tenido que ensayar ochenta veces para aprenderlo ¿cómo esperamos que la gente se lo aprenda oyéndolo un par de veces (o treinta)? También podríamos decir: “pero a la gente le gusta así”. Esto es sólo porque no están bien catequizados (y es función de nosotros hacerlo). Además, si la asamblea llega a cantar poco a poco se sienten más protagonistas y no simples espectadores, como es en realidad. Un punto muy delicado es el de la utilización de música protestante y música popular. Hay que considerar varios puntos. 7 Taller para Coros y animadores de Canto Ya anotamos que desde el principio del cristianismo, los cantos intentaron diferenciarse de la música pagana, y también que aunque la Eucaristía es una fiesta, no debemos convertirla en una “charanga”. Expliquemos un poquito por qué. La música para la Eucaristía debe expresar el amor que sentimos por Dios. Debe ser instrumento para la alabanza, la meditación y para la comunión entre los hermanos. Por esto desde siempre se han compuesto expresamente piezas musicales para ser utilizadas en la celebración litúrgica. Utilizar música popular (aún cambiándole la letra) presenta serios inconvenientes, entre los principales: 1. Cuando las personas de la asamblea la escuchan, piensan más en la pieza original que en la que están escuchando. (Si escuchamos un “Señor ten piedad” con la música de “Quince años tenía Martina” no vamos a interiorizar, más bien nos puede dar risa…) 2. Muchas veces ese mensaje original es absolutamente incompatible con la doctrina cristiana, y aunque le cambiemos la letra, seguimos -indirectamente- recordando el mensaje original. Por ejemplo, utilizar una canción de Gloria Trevi (con el respeto que como ser humano se merece), sólo porque en una estrofa dice “entre dos es más fácil cargar una cruz”, aunque todo el resto de la canción sea un desastre, no se justifica. 3. Algo también incorrecto es tomar una canción “con algún mensaje positivo” y de buenas a primeras introducirla en la Eucaristía. El canto en la liturgia no es sólo “para oír algo bonito”. Muchas veces, junto a ese “mensaje” se introducen una serie de ideas incorrectas y nocivas. ¿Y LA MÚSICA QUE PROVIENE DE OTROS GRUPOS CRISTIANOS NO CATÓLICOS? Aún cuando sea cristiana, la música proveniente de otras denominaciones cristianas no puede usarse “así como así” en la Eucaristía. Primero, porque poco a poco llega a dar la impresión de que la Santa Misa es igual a cualquier otro culto protestante. Segundo, porque posee una serie de problemas y errores doctrinales. Veamos algunos puntos: La óptica protestante se ha llenado de una insistente “jesuseadera” (Jesús para arriba, Jesús para abajo...), que algunos piensan es para recordar e insistir en la dimensión humana del Señor. Pero han olvidado que Jesús es, sobre todo, el Hijo de Dios, y que es Dios como el Padre y como el Espíritu. Y a Ellos los han dejado de lado, quedándose con una visión muy reducida. En esa misma visión, han perdido la dimensión de comunidad. Para ellos lo único importante parece ser la comunicación individual con el Señor, algo así como “encerrarme yo con Dios, y el resto me vale...”. Y esto contradice las mismas bases del cristianismo. Cristo vino para redimirnos a todos, y el camino que nos ha señalado para la salvación es el camino de la comunidad, el camino de hermanos que se reúnen y caminan juntos, en las buenas y en las malas. Por eso, más que “mi redención”, “mi oración”, “mi Señor”, en la liturgia católica (y en el canto católico) se 8 Taller para Coros y animadores de Canto celebra nuestra redención, nuestra oración, nuestra acción de gracias, celebramos a nuestro Señor. La música protestante jamás ha valorado -obviamente- el sacrificio del altar. La eucaristía no se menciona. Lo más sagrado que tenemos los católicos ni siquiera es tomado en cuenta. ¿Cómo animar una Eucaristía con cantos que ni siquiera valoran lo que se está celebrando? Cualquier tipo de canción o canto que lleve "letra" siempre llevará la huella del autor que la compuso. En el caso de los cantos protestantes es igual. No se puede separar la "teología" o creencias de los hermanos separados de la letra de sus cantos. Pensar así es algo muy ingenuo. En muchas ocasiones el católico canta las alabanzas y al mismo tiempo adquiere "frases" e "ideas" al puro estilo protestante. Un ejemplo de esto es oír repetidamente en algunos laicos católicos "la sangre de Jesús nos cubre", exactamente eso decía Lutero, mientras que nosotros creemos que no solamente nos cubre como algo meramente externo sino que nos transforma interiormente y nos santifica. Estas y otras frases como: "solo Jesús salva"; "somos salvos por la fe" "soy salvo" "no hace falta nada mas que Cristo" "las religiones no salvan" son absorbidas por escuchar cantos protestantes, radio protestante, predicaciones protestantes, Televisión protestante etc. Esto facilita que poco a poco se pierda la "identidad" del católico. La realidad nos enseña que muchas veces así fue como algunos empezaron y después terminaron en una secta pues se crea un ambiente de admiración, donde la base de la fe es el sentir bonito o la emoción. E incluso hay compositores católicos que tienen alabanzas con errores muy marcados sobre la fe por la influencia evangélica. Hace algún tiempo algo similar a esto lo afirmó el P. Zezinho que es uno de los grandes compositores de música católica y decía que era necesario que se cuidara más este aspecto y se revisará la letra de los cantos que se componen sin ninguna asesoría. Desafortunadamente hay católicos "comprometidos" que la razón que usan para decir que "no tiene nada de malo" es que les ‘gusta' esa música. Esta forma de pensar es con criterios muy malos, pues hace a un lado cualquier criterio objetivo y su única base es el "gusto" o sentimiento, como si lo que importara es que se escúchese bonito. Se parece al católico que escucha la predicación protestante porque también le "gusta" y siente bonito. Esta actitud no tiene nada que ver con el auténtico ecumenismo sino mas bien se trata de un ecumenismo ingenuo donde se hacen a un lado las orientaciones del magisterio para la aplicación del mismo. Nunca ha leído la "Unitatis Redintegratio" ni la "Ut unum Sint" ni el directorio sobre el ecumenismo y piensa que esta practicando el ecumenismo al oír cantos protestantes. Con razón hay tanta confusión hasta en gente que da un servicio dentro de la Iglesia Católica. Cuando un católico comprometido escucha continuamente los cantos evangélicos lo que hace muchas veces es divulgar esas ideas y las divisiones. Qué le podría contestar a alguien que lo escucha y le dice que donde puede comprar ese cassette? Acaso le va a decir: vaya hermano a una librería protestante, ellos cantan muy bonito? En realidad sería una falta de coherencia entre lo que predica y lo que cree. 9 Taller para Coros y animadores de Canto Además, si alguien acepta escuchar los cantos, entonces también tendría que aceptar las predicaciones protestantes y la literatura protestante. Pues la música solamente es un medio de transmisión, el lenguaje oral es otro y el impreso otro mas. El resultado es un relativismo eclesial donde ser católico es tener puesta "una camiseta más" y cambiarla cuando ya no le guste. San Pablo dice: "todo me es permitido, pero no todo me es provechoso". Esto es un camino a seguir para la persona que de verdad esta comprometida con el Señor Jesucristo. Hay cosas que aunque no fueran malas dice el apóstol, aun así, no las haría. La razón es que con tal de ganar gente para Jesucristo lo puede dejar de hacer. De hecho uno de los ganchos que usan las sectas es precisamente el canto apara traer a la gente. Es como el "quesito" que se le pone al ratón en la trampa. Normalmente cuando hacen una "secta" nueva lo primero que compran es el "sonido" para la música. Un ejemplo de como se trata de atraer a la gente es Marcos Witt, que se la pasa en congresos de todas las sectas evangélicas, hasta de las mas anticatólicas y antiecuménicas. El católico despistado va para sentir bonito y termina engrosando las filas de una secta religiosa. Fonovisa: ¿Música 'cristiana' o música protestante? De hecho el "truco" ha funcionado muy bien y han logrado engañar a algunos medios de comunicación, incluyendo a Fonovisa, Univisión, Telemundo... que afirman promover música cristiana cuando en realidad se trata de música protestante. También 'hablan' que tal artista es cristiano cuando en realidad se trata de un 'protestante' mas. Hay algunos que incluso, que como buenas sectas que son, afirman que ellos son 'cristianos' como diciendo que los católicos no lo son. Se les olvida o no saben que es peor, que ninguna de esas iglesias protestantes existía antes del año 1517. La verdad es que muchos locutores, entrevistadores... no por salir en los medios de comunicación se convierten automáticamente en personas preparadas y mucho menos en lo religioso. Tanta ignorancia hay en algunos medios de comunicación que hace poco salieron en una premiación para la mejor música cristiana y se trataba en realidad de puros protestantes. Ni modo. Como dice el dicho. De que los hay, los hay... y mientras el católico no proteste, hable y escriba para aclarar las cosas la confusión ira aumentando. Los mismos católicos que trabajan en los medios de comunicación deberían de hablar y aclarar la manipulación y "expropiación" de la palabra 'cristiano' que las sectas están haciendo. En Fonovisa, por ejemplo, una de las encargadas de venta en Estados Unidos es precisamente una protestante interesada en promover a artistas protestantes y a la que no le importa en absoluto el promover a los autores y artistas católicos. Esto es, protestantes disfrazados e infiltrados diciendo que promueven "música cristiana". Ojala y el católico, con este tema, sea más astuto y listo para no dejarse engañar tan ingenuamente. ¿Por qué escuchar cosas diferentes a nuestra fe teniendo tesoros espirituales de cantos tan grandes en la Iglesia Católica? (Martín Valverde; Silvia Mertins; Jorge Gómez; Sandy Calderas; P. Zezinho; P. Cesareo Gabaraín. P. Emilio y muchos más. 10 Taller para Coros y animadores de Canto ¿Por qué en vez de eso no invertimos tiempo y dinero en alabanzas y predicaciones católicas para profundizar en nuestra fe? ¿No sería mejor cantar la fe que recibimos de Nuestro Señor por medio de la Iglesia que El nos dejó? Aún así, si tomamos en cuenta los esfuerzos de apertura a las otras denominaciones cristianas, nada impide que en algún concierto o actividad pastoral (algún encuentro de formación, convivencia, etc.) se utilicen cantos de esta índole, siempre y cuando se mantengan dentro de los límites de la doctrina de la Iglesia católica, y se especifique. Concluyendo: Debemos seguir la enseñanza y el sentir de la Santa Madre Iglesia, que prohíbe la utilización de música popular en la Eucaristía, y que desaconseja el uso de música protestante (en este punto hay que ser muy prudentes). LISTA DE CANTOS QUE NUNCA SE DEBERÍAN CANTAR EN LA EUCARISTÍA Canta Aleluya (Maranatha) Busca Primero (Maranatha) La Canción Del Espíritu (Maranatha) Quiero Alabarte Señor (Maranatha) Es Tiempo De Alabar A Dios (Maranatha) Bendecid Al Señor (Maranatha) En Momentos Así (Maranatha) Eres Mi Protector (Maranatha) Quiero Alabarte (Maranatha) Bendecido, prosperado y en victoria (José Sojo, a pesar de ser un autor católico) Yo quiero ser como Tú (Danny Berrios) Himno de Victoria (Danny Berrios) El rey te mando a llamar (Danny Berrios) Como no creer en Dios (Germán Vélez, Wilkins) La niña de tus ojos. (Daniel Calveti) Llegaron los aleluyas (Rigoberto Amaya) El Caracolito (Rigoberto Amaya) Sumérgeme (Jesús Adrián Romero) 11 Paz en la tormenta (Jesús Adrián Romero) Pan de vida (Jesús Adrián Romero) Llévame al lugar santísimo (Jesús Adrián Romero) Renuévame (Marcos With) Cuán bello es el Señor (Marcos With) En los montes, en los valles (Marcos With) Al estar aquí (Marcos With) Dios de Pactos (Marcos With) Quiero levantar mis manos (Marcos With) Yo te extrañaré (Tercer Cielo) Mi último día (Tercer Cielo) Un pacto con Dios (Rabito) Supe Que Me Amabas (Marcela Gandara) Dame tus ojos (Marcela Gandara) Paz en la tormenta (Jesús Adrián Romero) Viejo mi querido viejo (Canto popular) Al Taller del Maestro (Alex Rodríguez) El sonido del silencio (Alex Rodríguez) De lo profundo (George Hernández) Taller para Coros y animadores de Canto Remolineando (Fernel Monroy) Tu poeta (Alex Campos) Carros del Faraón (Marcos Barrientos) El Poderoso de Israel (Juan Carlos Alvarado) Hombres de valor (Renan Cariasy) Yo tengo un nuevo amor (Roberto Orellana) Levanto mis manos (Samuel Hernández) Decálogo del Cantor 1. Todo instrumento musical es digno de participar en la liturgia, si se toca debidamente. 2. Todo canto que se usa en la liturgia debe ser compuesto expresamente para ella. 3. El canto y la música deben estar al servicio de la Palabra. Esta debe extenderse claramente. 4. Canto, música y letra deben ayudar a la comunidad a expresar su fe cantando. 5. El canto y la música son parte integrante de la celebración litúrgica, nunca motivos de adorno o lucimiento personal. 6. Deben preferirse los cantos inspirados en los Salmos o en la Palabra de Dios a otro tipo de cantos llamados piadosos o sentimentales. 7. Los cantos que acompañan a una acción litúrgica, entrada, ofrendas, saludo de la paz, comunión, no deben prolongarse más allá de estos momentos. 8. El canto debe apoyar y expresar la acción litúrgica que se realiza: procesión de entrada, presentación de ofrendas, comunión, etc. 9. Los cantos y la música que se toquen deben estar de acuerdo con los tiempos litúrgicos que celebra la Iglesia. 10. Deben excluirse de la acción litúrgica los cantos y música compuestos para otros fines, independientemente de su belleza o nobleza. (Por ejemplo los cantos no católicos) (TOMADO DE ACTUALIDAD LITÚRGICA MARZO-ABRIL 1982) 12 Taller para Coros y animadores de Canto LOS CANTOS DE LA EUCARISTÍA El orden que marca cómo se desarrolla la Eucaristía se llama Ordinario de la Misa. En él se detallan algunos cantos que son propios de la celebración, y que tienen algunas características importantes: contenga esa palabra, ya puede utilizarse. Hay ejemplos por montones de "glorias" que no deben utilizarse, anotemos dos: El "Gloria, gloria aleluya" (que de paso está prohibido porque su música está tomada de una marcha militar de los Estados Unidos) y "Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria al Padre...a Él, le sea la gloria". Porque, aunque por lo menos da gloria a cada una de las personas de la Santísima Trinidad, es decir, es una glorificación trinitaria (y esa es la primera característica del himno), se “come” el contenido del mismo, y por lo tanto no es un himno de Gloria. Son los cantos más propios de la Asamblea. De toda la Asamblea. Así que los encargados de animar el canto deben procurar que todos canten. Son cantos invariables en su texto, y necesitan ser respetados como textos litúrgicos, aunque de hecho existan pequeñas variaciones en las letras, que no alteran el contenido. Estos textos del Ordinario de la Misa son textos "ne varietur": no pueden sustituirse por otros, como son el Gloria (IGMR n.53) el Santo, y el Cordero de Dios (IGMR n.366) De la misma forma, el Santo debe incluir todo el texto litúrgico, a saber: -Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. Aún cuando debe respetarse el texto, existe la gran posibilidad de crear música para estos cantos, aprovechando nuestros potenciales creativos. ¿Cuáles son estos cantos? Kyrie (Señor ten piedad) Gloria Aleluya (antes del Evangelio) Sanctus (Santo) Agnus Dei (Cordero de Dios) Según hemos anotado, estos cantos tienen su propia letra, que debe ser respetada: por muy bonito que suene, no podemos sustituir el texto litúrgico. Vamos ahora a destacar algunos puntos de cada uno de los cantos de la Eucaristía (incluidos los que acabamos de mencionar): Así por ejemplo, el canto del Gloria tiene que contener TODA la letra del himno del Gloria. Y no porque cualquier canto 13 Taller para Coros y animadores de Canto El canto de entrada La IGMR2000 nos dice respecto al canto de entrada: - El canto de entrada debe estar en línea con el Misterio Pascual celebrado cada domingo, o con el tiempo litúrgico en "La finalidad de este canto es curso. Puede ser escogido en función de abrir la celebración, fomentar la su relación con las lecturas bíblicas, pero unión de los que no hay que olvidar Los ritos iniciales de la Eucaristía se han que éstas todavía no incluyen: congregado e han sido escuchadas. La procesión de entrada, el saludo al introducir los Santísimo Sacramento, la veneración espíritus en el La duración del del altar. Luego viene la señal de la cruz misterio del canto de entrada y el saludo al pueblo. Siguen la tiempo litúrgico (número de versos o preparación penitencial y el Gloria o de la fiesta, y de estrofas...) debe (cuando corresponde). Finalmente viene acompañar la adaptarse al la oración colecta (se llama así porque procesión del desarrollo de la acrecoge, colecta, todas las intenciones sacerdote y los ción litúrgica. El canto de los fieles. ministros". (n.46 de entrada debe Cf. también OGMR 25) acompañar la procesión, y terminar cuando el sacerdote que preside ya está en la sede. Continuar cantando otras estrofas, (o todo el canto) en ese momento ya no tiene sentido. Pero, tampoco debe interrumpirse de golpe. Lo más lógico y normal es que terminemos la estrofa que se está cantando y cerrar con el estribillo del canto. Su función es constituir y crear la asamblea, ayudarle a acogerse mutuamente y unir las voces, abrir la celebración sonorizando el carácter festivo de toda eucaristía que comienza gozosa porque se han reunido los hermanos; fomentar la unión de los fieles que se han reunido con el privilegio de cantar juntos; introducirnos en el misterio litúrgico o fiesta que celebramos... (OGMR 22-25) Puntos de atención Los textos de los cantos de entrada que ofrece el Misal son, en su gran mayoría, tomados de los salmos. Se les puede reemplazar por otros cantos que estén de acuerdo con la acción litúrgica (ver OGMR n. 26) pero sería lamentable no utilizar jamás los salmos. - Es deseable que la melodía sea "sólida" y bien conocida (o bien aprendida si el canto es nuevo). Un canto demasiado rápido o saltarín no favorecería la unión de los fieles y el desarrollo de la celebración. El canto de entrada, salvo excepción, es claramente uno de aquéllos en que no sería normal que el coro hiciera imposible la participación de la asamblea. 14 Taller para Coros y animadores de Canto El canto de entrada da el tono, tanto por el texto como por la música, a la celebración. Es un canto-obertura que expresa la idea base o contiene los sentimientos con los que la asamblea debe celebrar el misterio de la fe. Características musicales del canto de entrada 1. Debe ser un canto amplio, sonoro, alegre, fuerte, solemne. 2. Su tono debe ser medio, para que todas las personas de la asamblea puedan participar. Un canto muy alto o muy bajo haría que unos “no lleguen” o que otros “se ahoguen”. 3. La melodía debe facilitar la marcha, el movimiento. Por tanto debe preferirse una melodía fácil, con intervalos fáciles de entonar. Formas de realizar el canto de entrada 1. La forma más corriente es la alternancia estribillo-estrofa. El pueblo canta el estribillo y el coro o un solista las estrofas. 2. Otra forma es la hímnica. Toda la asamblea canta el canto completo o bien se alterna entre ella a dos voces. 3. Se puede dar también el silencio musical, como en el caso del Viernes Santo, o los domingos de Cuaresma. Criterios para seleccionar el Canto de entrada a. Debemos tomar en cuenta el tiempo litúrgico que celebramos b. Si es un canto procesional, no debe entorpecer la marcha de la procesión ni con su ritmo ni con su tiempo. c. El texto debe ir en consonancia con el carácter del canto. Un texto meditativo no procede como texto de entrada. d. El canto de entrada no es para ser escuchado o meditado, sino para ser cantado. e. Música y texto han de compenetrarse mutuamente. No podemos cantar un texto triste con una música alegre. f. Debe tratar de tomar en cuenta el “tema” de la liturgia de la Palabra del día. Kyrie eleison (Señor ten piedad) - Hay que notar que la IGMR considera que el Kyrie es ante todo una aclamación antes que una imploración. Por esto, en el caso de la primera y segunda forma que no son aclamatorias, se canta el Kyrie después de la preparación penitencial. Es preferible escoger un Kyrie bastante breve, que mantenga el carácter invocatorio de este canto. "Es un canto con el que los fieles aclaman al Señor y piden su misericordia, regularmente habrán de hacerlo todos, es decir, tomarán parte en él el pueblo y los cantores" (OGMR 30). Es la aclamación a Cristo resucitado cuyo nombre nuevo es "Señor". No es un segundo acto penitencial; no corresponde por lo tanto reemplazarlo por alguna súplica de perdón, sería duplicar el acto penitencial. - Cantarlo en griego (Kyrie), como lo propone el Misal, recordará que el griego es la lengua materna de la Iglesia; estas palabras no son más difíciles de Puntos de atención 15 Taller para Coros y animadores de Canto comprender que el hebreo del Amén o el Aleluya. Kyrie Eleison, que se trasladó al comienzo de la misa. Las más antiguas melodías de los Kyries muestran su carácter de letanía. Más tarde, estas melodías antiguas, más sencillas, se fueron enriqueciendo y adornando con abundantes melismas. Cantar una sola sílaba con muchas notas era familiar a los pueblos latinos, en cambio, a los nórticos les resulta desagradable. Es, ante todo, una aclamación confiada a Cristo, el Señor. Aunque incluye súplica de piedad, es también una alabanza, un homenaje a Cristo, vencedor del pecado y de la muerte, que viene a sanar los corazones afligidos y a llamar a los pecadores. El Señor, grande y poderoso, fuente de bondad, luz y origen, creador del universo, conoce nuestra debilidad y quiere ayudarnos, por eso está sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros. Hemos de cantarlo tres veces dobles: Señor ten piedad (2) Cristo ten piedad (2) Señor ten piedad (2) Y en algunas ocasiones alternar el canto con los tropos (frases que amplían el canto intercalándose en su melodía) IGMR30 Históricamente el Kyrie eleison parece provenir de las oraciones de los fieles. Estas desaparecieron de la misa quedando la respuesta litánica del pueblo: Gloria (Alabanza) Se trata esta vez de un himno, no de una simple aclamación o de unas respuestas litánicas. Un himno llamado “angélico”, por las palabras con que empieza, y también “gran doxología”, en relación con la pequeña doxología o alabanza que es el “Gloria al Padre”. sacerdote o un cantor o el coro, pero es cantado o por todos juntos, alternando el pueblo con los cantores, o sólo por los cantores. Si no se canta, lo recitarán todos juntos o alternando en dos coros (y no sacerdote-asamblea.) Insistimos: se recita o se canta este texto del Gloria, y no se remplaza por otro únicamente porque está la palabra "gloria". Es el único texto que tenemos en común con la Iglesia ortodoxa de Oriente desde el siglo V. Ya contiene todos los elementos básicos de la Plegaria Eucarística. Dice la Ordenación General del Misal Romano: «El Gloria es un antiquísimo y venerable himno con que la Iglesia congregada en el Espíritu Santo glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas» (n.31). En efecto, es antiquísimo que hay citas de él o versiones de su texto ya en el s. IV. No es raro encontrarlo en manuscritos bíblicos como apéndice a los salmos. Por ejemplo en el Codex Alejandrino de la segunda mitad del s. V. A comienzos del s. VI ya tiene un lugar establecido en la Misa del Rito Romano. Y muy a menudo es llamado gran doxología (glorificación). Y la IGMR2000 nos dice: "Es el himno antiquísimo y venerable por el que la Iglesia congregada en el Espíritu Santo glorifica a Dios Padre y al Cordero y le suplica (n.53). El texto de este himno no puede ser cambiado por otro. Lo comienza el 16 Taller para Coros y animadores de Canto UN BUEN RESUMEN DE NUESTRA HISTORIA DE SALVACIÓN Este venerable y antiquísimo himno consta fundamentalmente, como todo canto, de una letra y de una melodía. La melodía puede variar. A lo largo de los siglos se ha cantado el Gloria de innumerables modos: las melodías gregorianas, las polifonías del clásico y del barroco, etc., y ahora se debe buscar siempre algo más digno y bello. El Gloria empieza con el canto de los ángeles, y sigue con una serie de alabanzas al Padre, para pasa después a alabanzas de Cristo, intercaladas con súplicas al mismo, y concluir con una doxología trinitaria. a) El canto de los ángeles, tomado de Lc. 2,14, da nombre al himno: “Gloria a Dios en el cielo...” Este inicio se puede pensar como dividido en dos pensamientos: gloria a Dios y paz a los hombres. O bien, como prefieren en sus explicaciones varios Padres orientales, en tres: a Dios, gloria en el cielo; en la tierra, paz; y a los hombres, buena voluntad Pero la letra hay que respetarla; traducida primero del griego al latín, ahora traducida al español, puede tener ciertas variaciones, pero de tal modo que se pueda decir siempre que es realmente el texto original traducido. No se deben admitir, pues, textos que sean, sí, una glorificación trinitaria pero NO el himno «Gloria»; ni mucho menos algún canto usado por el único motivo de que en él viene la palabra «gloría». b) A continuación cantamos alabanzas al Padre. Una alabanza que se fija más en Dios mismo que en los favores recibidos de Él. Por ejemplo: GLORIA, GLORIA, ALELUYA, (3) EN NOMBRE DELSEÑOR. Cuando sientes que tu hermano necesita de tu amor, no le cierres las entrañas, ni el calor del corazón: busca pronto en tu recuerdo la palabra del Señor: «Mi ley es el amor». (Siguen otras 2 estrofas) c) Sigue la alabanza a Cristo. Aquí se suceden los nombres o títulos dirigidos a Cristo: “Señor Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre”. A los títulos les sigue una letanía de súplicas precisamente porque estamos convencidos del Señorío de Cristo le podemos dirigir confiadamente nuestra petición de ayuda. Finalmente dirigimos a Cristo más alabanzas: “porque sólo Tú eres Santo...” d) Todo concluye con una doxología, breve pero densa: “con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre”. Totalmente fuera del tema, se usaba sólo porque aparece la palabra gloria. Además la melodía es una marcha revolucionaria de Estados Unidos, que no debe usarse en la Liturgia. El gloria es el himno de alabanza propio para ser cantado en el tiempo de pascua y navidad (sobre todo), omitiéndose en adviento y cuaresma. Puntos de atención - El Gloria, al igual que "Luz gozosa " y la primera parte del Te Deum, es un himno del siglo II. El hecho de que los cristianos canten estos himnos desde hace dieciocho siglos merece veneración y respeto. Su nota dominante es el júbilo, la alabanza confiada y alegre a Dios Padre, por la obra que ha realizado en el Hijo, con la fuerza del Espíritu Santo. El gloria lo canta toda la asamblea, o alternando los cantores una parte y la asamblea otra. - Habrá que evitar hacer de este himno un canto más. 17 Taller para Coros y animadores de Canto - Habrá que evitar también hacer de él un gran trozo de concierto que se escucha estando sentados. Se omite durante el Adviento y la Cuaresma. G L O R I A Aunque está previsto también que pueda ser recitado por todos o alternadamente (ver OGMR 31), no hay que olvidar que es un himno hecho para ser cantado. - El "Gloria" puede ser entonado, ya sea por el sacerdote, ya sea por el animador de los cantos o por el coro, ya sea directamente por la asamblea misma (ver OGMR 87). Salmo responsorial Una de las partes de la Liturgia de la Palabra más maltratadas es el Salmo Responsorial. La causa principal podría ser el desconocimiento, muy generalizado, de su finalidad y características. Su nombre expresa la forma normal de hacerlo: con responsorios; y su naturaleza: ser canto. Puede cantarse de dos formas: de forma responsorial: se ha de preferir en cuanto sea posible. El salmista o el cantor del salmo canta la estrofa del salmo y toda la asamblea participa de la respuesta. de forma directa: el salmo se canta sin que la asamblea intercale la respuesta y lo cantan, o bien el salmista o cantor del salmo él solo. Cualquiera de las dos formas debe hacerse desde el ambón (OLM 22) que es el lugar de la proclamación de la Palabra y no desde el lugar del coro. (Se entiende que quien va al ambón es el solista y no todo el coro) Ordinariamente es leído, ni siquiera es proclamado, cuando no hay posibilidad de cantarlo. Es muy de desear que por lo menos la antífona sea cantada por la asamblea (IGMR 61) Al respecto, imaginémonos a un grupo de amigos que vienen a felicitar al amigo cumpleañero y a la hora de llegada, recitan el “cumpleaños feliz”, o un grupo de escolares recitando el Himno Nacional... Con respecto al Salmo diremos que se recomienda, en la medida de lo posible, que el salmo que acompaña el conjunto de la “Liturgia de la Palabra” sea cantado por algún salmista o alguna persona que pueda hacerlo. Para este fin existen diversas melodías, pero sobre todo debe tenerse el cuidado de que el Pueblo Santo debe participar en algún momento con el canto. Evidentemente no es el lugar de cantar cualquier otro canto en lugar del salmo escogido en función de la lectura: es otra forma de la proclamación de la Palabra de Dios. Sería empobrecer la Liturgia de la Palabra, ya que la función de esta pieza es ayudar a meditar e interiorizar el mensaje de la Palabra escuchada que se prolonga en el salmo. Felices las parroquias y/o comunidades con un cantor o un director de coro que tiene el carisma y el arte de improvisar hermosas 18 Taller para Coros y animadores de Canto melodías sálmicas que todos escuchan con recogimiento y emoción... nueva que promueva una meditación mas interiorizada. Algunos salmos se han convertido en cantos conocidos por su frecuente utilización: "Que alegría cuando me dijeron", "El Señor es mi Pastor", "Cantad alegres a Dios". No recomendamos utilizarlos cuando se presentan como salmo responsorial, sino utilizar una melodía recitativa, distinta de la de los cantos, lo cual permite evitar la rutina y el desgaste del texto que no llama más la atención, y permita oírlos de una manera Sin embargo hay excepciones, p. Ej. S. 14 "¿Quien puede entrar?" (Palazon); S. 114 "Caminaré en presencia del Señor" (J. Espinoza), Y otros, cuya melodía se presta para la contemplación, con la condición de que sea un solo cantor el que actúe de salmista, la asamblea respondiendo con el estribillo. Aleluya (Canto antes del Evangelio) El canto que precede al Evangelio está básicamente marcado por esta frase antiquísima proveniente del hebreo, y que significa Alabad a Yahveh. Es un grito de victoria de los redimidos (Cf. Ap. 19, 1-3) y tiene una dimensión eucarística: nuestro aleluya, nuestra alabanza al Padre es el mismo Cristo en el altar. Pero también tiene una dimensión escatológica: nuestra alabanza terrestre se dirige hacia la alabanza definitiva que cantaremos en la vida eterna. evangélica con signos particulares: un ministro especial, un libro especial (el evangeliario) un saludo antes de proclamarlo, signaciones, incensación, beso y aclamación especial al terminar. Otros signos especiales son la petición y bendición antes de su proclamación y la aclamación del pueblo. El nuevo orden de las lecturas (leccionario) facilita un verso que o se canta o no se canta, pero que no debemos simplemente leer interrumpiendo el canto, por ejemplo, cantar aleluya, hacer una pausa para que un lector diga la aclamación y luego volver a cantar aleluya. Es la aclamación entusiasta “con que la asamblea de los fieles recibe y saluda al Señor que va a hablar y profesa su fe cantando” (OLM 23). En tiempo penitencial la aclamación es diversa. Por esto, si no se canta, puede suprimiese (IGMR 39). Deberíamos tener menos preocupación por recitar el versículo correspondiente y provocar en cambio, la participación masiva en un versículo común que conozca toda la asamblea. Entonces sí, la aclamación del aleluya es otro canto dentro del rito de las lecturas; la asamblea, que antes ha escuchado, meditado, asentido, ahora aclama jubilosa al Señor. «La lectura del Evangelio constituye la cima de la Liturgia de la Palabra» (OLM 13), pues aunque todas las lecturas sean palabra de Dios, la Iglesia siempre ha visto en el Evangelio la palabra de la Palabra personal del Padre. Las otras lecturas son su preparación o su extensión; por eso ha rodeado la lectura 19 Taller para Coros y animadores de Canto salmo responsorial -cuidado si no se le da más importancia que al salmo, que quizá ni se cantó- por lo que deberíamos simplemente cantar aleluya, aunque nos parezca un canto simple. Sólo en el tiempo cuaresmal deberían utilizarse piezas como "Tu palabra me da vida" “Evangelio es decir...” “Cuando hablas tu” u otras similares. Proclamar la Palabra es celebrar la presencia de Cristo, y el canto del Aleluya es la celebración de esa presencia. Por eso, excepto en Cuaresma, que es un tiempo penitencial, el canto antes del evangelio debe ser siempre Aleluya, y no otros. Además si el canto se compone de varias estrofas, aparte del aleluya, éste aparecerá como un pobrecito apéndice, perdido entre las estrofas, asimilándose al Canto de ofrendas. No es el más importante. Quizás es el único canto que se podría reservar al coro, como canto de meditación. La intervención de la asamblea no es tan necesaria en este momento muy secundario. Este canto es a la vez: -Inicio, preparación de la Eucaristía (la asamblea se transforma en vista del banquete) Bendito seas, Señor por este pan, Recordemos: no es fruto de la tierra y del trabajo de los un "canto de -Al mismo tiempo, este hombres, que ahora te presentamos, ofertorio" (habrá canto pone en calor y él será para nosotros alimento de que modificar el acentúa líricamente el salvación. canto "Te gesto del momento ofrecemos Padre (procesión de ofrendas). ¡Bendito seas por siempre, Señor! Nuestro..." por "Te Este canto acompaña la presentamos este procesión de los dones Bendito seas, Señor por este vino, pan"...) que en el altar serán fruto de la vid y del trabajo de los transformados en el Es el momento en hombres, que ahora te presentamos, cuerpo y la sangre de que, estando el él será para nosotros bebida de Cristo. sacerdote sentado salvación. a la sede, se - Precisamente porque efectúa la colecta. acompaña esta procesión, es un canto Se levanta y va a la entrada del breve, conduciendo a la asamblea hasta presbiterio para recibir el pan y el vino, la oración sobre las ofrendas junto con las canastas de la colecta. Las (concluyendo allí el prólogo, la palabras de presentación pueden rezarse preparación de la Eucaristía). en silencio o dialogadas con la asamblea. -Incluso, cuando no hay procesión de Una vez terminada el lavabo, debe dones podría perfectamente omitirse, terminarse el canto, de manera que no como hemos dicho, y así dar oportunidad espere para formular la invitación: "Oren para escuchar la bellísima oración que hermanos..." Si no hay procesión, mejor hace el sacerdote al presentar el pan y el que no haya canto. vino (ver cuadro) o puede ambientarse este momento de la preparación de los Una vez terminada la oración de los fieles dones con un acompañamiento (con la que se concluye la liturgia de la instrumental. Palabra), comienza la “Liturgia Eucarística”. 20 Taller para Coros y animadores de Canto Cuando la asamblea escucha un canto del coro, éste debe ayudar a crear un clima de oración. nuestro sacrificio de salvación, de allí que a esta parte de la misa ya no se le llama ofertorio. Por esto son preferibles cantos sobre la caridad, el amor entre los hermanos, etc. No es necesario cambiar cada domingo de canto de ofrendas. Se puede tener uno para cada tiempo litúrgico y una colección para los domingos ordinarios. Ante todo, este canto debe hablar de la unión, la caridad y la fraternidad de todos los miembros de la asamblea, y no tanto de “ofrecer”, porque el ofrecimiento se hace después, en el momento en que el sacerdote ofrece de Dios Padre a Cristo, Sanctus. Es la doxología (glorificación) que concluye la motivación de la acción de gracias iniciada en el Prefacio. en que el prefacio termina debe cantarse, aún cuando no se cante el prefacio. Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus Deus Sábaoth. Pleni sunt caeli et térra gloria tua. Hosanna in excélsis. Benedictus qui venit in nomine Domini. Hosanna in excélsis. La incorporación del Sanctus a la misa es tan remota que figura en todas las liturgias. En oriente parece datar de fines del s. II, pero antes de ser aceptado por la liturgia estaba muy en uso en la oración privada, como himno en honor a Cristo. Es una aclamación bíblica (Isaías 6,3, Apoc. y Mt 21,9) que no corresponde cambiar por cualquier Y que en la versión castellana se ha convenido en estas expresiones: canto. Forma parte integrante de la Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Plegaria Eucarística, y Universo. Llenos están el cielo y la tierra de la 2ª parte ("Bendito el tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene" Mt 21,9) que viene en nombre del Señor. Hosanna sirve de transición con en el cielo. el memorial que sigue: "Santo eres en El texto es muy antiguo y se inspira en verdad..."). Esta segunda parte en Isaías 6,3. La expresión “Dios de los muchos cantos es eliminada, por lo que ejércitos” se ha cambiado por “Dios del valdría la pena revisar cuales están universo” con gran acierto. El Benedictus completos y a cuáles es necesario hacer está inspirado en Mt. 21,9 y en el s. VII se el añadido. incorpora al Sanctus, colocándose en el s. XV después de la consagración, pues la Por el género literario que poseen la polifonía se había extendido mucho en la oración sobre los dones y el himno primera parte del Sanctus. Hoy ha vuelto bendicional de alabanza y de acción de a su lugar primero. gracias, o prefacio, se deberían cantar siempre, -pero, esto corresponde al El “Sanctus” es la expansión, el Presidente decidirlo-. De allí que por ensanchamiento de la alabanza lógica consecuencia también el “santo y el formulada en el prefacio. El diálogo inicial bendito”, o aclamación jubilosa y solemne entre el Presidente y la asamblea invita a 21 Taller para Coros y animadores de Canto la acción de gracias. El celebrante proclama en la asamblea las maravillas que Dios ha hecho con los hombres y la asamblea entra en juego con el himno de los serafines, asociándose así a la alabanza de la creación (“El cielo y la tierra...”), los ángeles (“Santo...”) y la Iglesia (“Bendito el que viene...”). eucarística y por ello debe procurarse la participación de toda ella. Toda la asamblea alaba; bien por medio de un canto continuo o bien alternando las aclamaciones (los serafines se dirigían uno al otro: “Santo, Santo”, dice Isaías...). El pueblo debe intervenir, por lo menos, en el “Santo es el Señor” y en los dos “Hosanna”. Se puede dialogar con el coro y éste puede enriquecer polifónicamente esta alabanza. El “Sanctus” es un pequeño himno compuesto por una serie de aclamaciones que expresan actitudes humanas y espirituales bastante diversas: “Santo, santo, santo es el Señor...”: triple adoración. “Llenos están el cielo y la tierra...”: una “confesión” (proclamación). “¡Hosanna...!”: un grito de alabanza. “Bendito el que viene...”: una bendición. Hay que tener mucho cuidado al final del canto, ya que conviene que se mantenga un buen clima de oración (“Santo eres en verdad...” sigue la oración); por tanto, aquel final no es, en realidad, un final. Finalmente, debemos recordar que se hay que respetar el texto y no adaptarle música que no sea exclusivamente litúrgica. El santo, junto con el salmo responsorial, es el principal de las cantos del Ordinario, es decir, de la misa. Es la primera aclamación de la asamblea en la plegaria Durante la Consagración. Por esta razón no es recomendable distraer a la asamblea con música instrumental en este momento, ya que lo verdaderamente importante en este momento es la adoración en silencio. Por ello, una vez concluido el santo, cesa toda música y todo instrumento musical. Inclusive, si el Presidente de la celebración canta las palabras de la institución, debe evitarse todo acompañamiento, máxime si no se tiene pleno conocimiento de la melodía que va a usar el Presbítero. Al momento de la consagración -desde que el Presbítero impone las manos sobre los dones y hasta la aclamación- los fieles deben permanecer de rodillas como signo de humildad y pequeñez que el hombre reconoce ante la grandeza de Dios que se hace presente eucarísticamente entre la asamblea congregada a no ser que lo impida la estrechez del lugar o la aglomeración de la concurrencia o cualquier otra causa razonable (OGMR 21); pero además estará mirando hacia el Altar donde se están consagrando las especies eucarísticas, pues el momento de la elevación es para que los fieles adoren a su Señor a quien miran en el Pan y el Vino consagrados. Después de la consagración, si el Presbítero canta la aclamación, puede acompañarse con música la respuesta de la asamblea, pero nunca se deberá sustituir o ahogar la respuesta del pueblo. 22 Taller para Coros y animadores de Canto Doxología Final: “Por Cristo con él y en él...” La doxología final, expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con la aclamación del pueblo que es el Amén. Además al ser parte de la Plegaria Eucarística tenemos que tener presente lo que nos dice la OGMR al respecto: De allí que la doxología si se canta, lo hará únicamente el Presidente (y los concelebrantes si es que hay). La asamblea únicamente responderá con el Amén, que en la medida de la posible debe ser cantado con gran júbilo, pues es el asentimiento que la asamblea da a toda la oración que el Presidente acaba de realizar. El acompañamiento musical aquí, resulta igualmente apropiado, si se conoce la melodía. Si no, se debe evitar improvisar ya que esto perturba al que canta y puede incluso perturbar a la asamblea. La Plegaria Eucarística que exige que todos la escuchen con reverencia y en silencio y que tomen parte en ella por medio de las aclamaciones previstas en el mismo rito (n.55h). El Padre Nuestro. Conviene cantar esta oración tan importante que inicia la preparación a la comunión pero que sea el texto del Señor por ser, como el Credo, un "símbolo" de unidad, y no textos arreglados. Por ello debemos erradicar “el famoso” "Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad..." herético y que utiliza la melodía lánguida de una película más bien erótica. Además debemos tener presente que si se canta no se reza, y se reza no se canta, entonces porque hacer las dos cosas, ¿No es más bien esto una repetición…? Si se canta, se debe seguir la letra propia del Padre Nuestro y no otra, además tener en cuenta que NUNCA TERMINA CON EL AMÉN. Además tengamos presente que la música sagrada es la que se ha creado propiamente para la celebración del culto divino. Por lo que se ha de evitar la adaptación de música “profana” como música sacra (Musicam Sacram 4a . 60) Tanto la invitación -que hace el Presidente-, la oración misma del Pater Noster, el embolismo -propio del Presidente- y la doxología, con que el pueblo cierra esta parte, se pronuncian o con canto o en voz alta (OGMR 56a). Canto de Paz. Las normas no mencionan canto de paz. El rito de la paz es un rito optativo y, por lo tanto secundario. Muchos cuestionan su lugar en este momento de la misa, y lo verían mejor ubicado antes de la presentación de los dones (Cf. Mt 5,23) "Si, al acercarse al altar, te acuerdas..." o como convivencia al terminar la celebración. El rito de la fracción es mucho más importante; es de institución divina. Es este rito de la fracción que habría que destacar con el canto del Cordero que lo acompaña. Darse la paz es un RITO, no es un canto. Se trata de un elemento gestual y no musical. Siendo un gesto, lo importante es el intercambio del saludo fraterno. Cantar durante el rito de la paz no es oportuno porque además de 23 Taller para Coros y animadores de Canto desvirtuar su sentido de gesto físico, también opaca el rito siguiente de la Fracción con su canto propio del Cordero de Dios. Con la sobrecarga de dos cantos seguidos, se vuelve pesado y se alarga sin necesidad en este momento. Cantar en el rito de la paz no tiene fundamento sustentable y, además, distrae restando agilidad y simplicidad a la celebración. (Además no se puede cantar y al mismo tiempo decirse: "¡la paz contigo hermano!", a no ser que sea el coro que actúa solo por su cuenta para la asamblea, pero no con la asamblea. Lo que no es correcto es el sustituir el cordero de Dios por los llamados cantos de paz, desarrollando el rito de la paz a bombo y platillo. Estos cantos de la paz, generalmente, se sitúan en un nivel sociológico o antropológico. Pocas letras hacen referencia a Cristo, a la paz del Resucitado, y sus melodías son, con frecuencia, bastante ligeras. El canto de paz es un canto potestativo, no ritual, es decir, se puede o no cantar. Pero no abusemos de los cantos de la paz. Los podemos reservar para determinadas celebraciones como el “día mundial de la paz” (1 de enero), el Jueves Santo, el día de Pascua de Resurrección y en alguna eucaristía en que el rito de paz se extiende demasiado, por ejemplo en las ordenaciones de Presbíteros o Diáconos. Tampoco los cantos que se usan son muy adecuados, generalmente pobrísimos textual y musicalmente: "La paz esté con vosotros..." Texto inadecuado, muy pobre y reiterativo, sin la presencia de Dios. El único canto aceptable que se podría cantar de vez en cuando es: "Shalom, Shalom, Shalom haya paz en tu corazón", sin que se convierta en una costumbre obligatoria, "Shalom hebreo" que sí afirma que la paz viene de Dios: "Shalom para ti, Dios te da la paz, Dios te da el amor"… El principal problema que presenta este canto es que opaca el Cordero que debe acompañar el rito de la fracción del Pan. Agnus Dei. (Cordero de Dios) Es el canto de la fracción del pan, gesto de institución divina que dio su nombre a la misa. Lo canta la asamblea (no el sacerdote) mientras éste parte el pan y lo reparte entre varios o en distintos copones para la comunión de los fieles. (Ni hablar de buscar hostias consagradas en misas anteriores: en el Sagrario, pues lo ideal es que se consagren las hostias para cada misa y no que se guarden cientos de ellas en el sagrario, cuando está previsto que esto último es solo para los enfermos o la comunión fuera de la Santa Misa. Se canta mientras dure el reparto del Pan, sobre todo si se demora en la concelebración. otros textos o cantos. Pertenecen a la asamblea. ¡Pobre Cordero! El principal “pecado” que se comete con este canto es que cuando se hace, ya ha pasado el rito al que debe acompañar: la fracción del Pan. Esto, porque el canto se paz de extendió en demasía y porque la materialidad de este canto, que no ha sido bien entendido y por lo mismo no es bien realizado. Este canto está inspirado en las palabras por las que Juan Bautista reconoció y saludó al Redentor, y con los acentos de gloria y alabanza que se tomaron del Apocalipsis. Estos son los cantos litúrgicos del "Kyriale" que no deben ser sustituidos por 24 Taller para Coros y animadores de Canto terminando la última vez con “danos la paz”. «El acto de la fracción del pan, realizado por Cristo en la última Cena, en los tiempos apostólicos fue el que sirvió para denominara la íntegra acción eucarística. “Pecados” contra el Cordero El principal es que no acompaña a la Fracción del Pan. La causa es que ésta se ha hecho muy insignificante (no significa), contrariando así a la Tradición y lo estatuido: Según el Líber Pontificalis fue el Papa Sergio I, de origen sirio, quien introdujo el canto del Agnus Dei en la Misa romana. Es, desde su origen, un confractorium, es decir, un canto para acompañar la Fracción del Pan. ¡El pan ya viene prepartido! (las hostias «pequeñas»). La hostia «grande» se parte, pero no se reparte: «La naturaleza misma del signo exige que la materia de la "celebración eucarística aparezca verdaderamente como alimento. Conviene, pues, que el pan encáustico, aunque sea ácimo y elaborado en la forma tradicional, se haga en tal forma que el sacerdote en la Misa celebrada con el pueblo, pueda realmente partirlo en partes diversas y distribuirlas, al menos a algunos fieles» (IGMR 283). No hay, pues, inconveniente en que se consagren varias hostias «grandes», que se dividan en varias partes (unas cuatro al menos) y se repartan. La Instrucción General para el uso del Misal Romano dice así: «Agnus Dei: mientras se hace la fracción del pan y la mezcla, los cantores o un cantor, cantan el Agnus Dei, según la costumbre, con la respuesta del pueblo: o lo dicen al menos en voz alta. Esta invocación puede repetirse cuantas veces sea necesario para acompañar la fracción del pan. La última vez se concluirá con las palabras: «Danos la paz». (IGMR 56 e). Este canto acompaña la fracción del pan, porque contiene una idea fundamental: el Cordero de Dios que se parte en el altar es el mismo Cordero que en la cruz fue “partido” por nuestra salvación. A Él le pedimos que tenga misericordia de nosotros, y que nos conceda la paz. Se comienza a cantar y se sigue cantando durante la Paz (por supuesto nadie le hace caso). No es canto para acompañar la Paz, sino la Fracción. El actual «canto de la Paz» (que no es litúrgico, tampoco necesariamente antilitúrgico) muchas veces oculta y aún elimina al «Cordero». Este rito no tiene sólo una finalidad práctica, sino que significa además que nosotros, que somos muchos, en la comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (I Cor 10,17) (OGMR 56c) Por ello no debe iniciarse este canto durante el gesto de la paz, sino hasta que el intercambio del saludo ha terminado, es decir cuando el Presidente de la Celebración toma el Cuerpo de Cristo en sus manos y lo parte. La primera invocación (Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros) puede repetirse cuantas veces sea necesario (si por ejemplo hay muchas hostias que partir), Su finalidad original de acompañar la Fracción del Pan determina que se pueda multiplicar (ver más arriba OGMR 56 e). Según esto, ¿Se podría, dada la rapidez con que se hace la Fracción en las Misas ordinarias disminuir su número cuando se canta, es decir, no necesariamente cantarlo tres veces? 25 Taller para Coros y animadores de Canto silencio para la oración y acción de gracias de cada persona. Canto procesional de comunión. La actitud más acertada durante la comunión es cantar. Los fieles se unen cantando y caminando juntos para recibir el cuerpo del Señor. Aún después de comulgar, debemos seguir cantando, porque permanecemos unidos a los hermanos que todavía están rumbo al altar. Para la oración personal tendremos oportunidad cuando concluya el canto. El Ordenamiento General del Misal Romano (OGMR) nos explica la finalidad y sentido de este canto: “Mientras el sacerdote y los fieles reciben el sacramento, tiene lugar el canto de comunión, canto que debe expresar, por la unión de voces, la unión espiritual de quienes comulgan; demostrar, al mismo tiempo, la alegría del corazón y hacer más fraternal la procesión de los que van avanzando para recibir el cuerpo de Cristo.” (OGMR 21 . 56) También puede entonarse un himno de acción de gracias cuando toda la asamblea ha terminado de comulgar. Con él expresamos la alabanza por la Eucaristía celebrada y por la comunión del Cuerpo y la Sangre del Señor. Es una aclamación comunitaria de acción de gracias. El canto comienza cuando comulga el sacerdote y se prolonga mientras comulgan los fieles, hasta el momento que parezca oportuno, porque puede -y debe- dejarse también un momento de Canto final (envío). hubiere concluido, apresúrese cada uno a hacer buenas obras". Y ¿EL CANTO FINAL ?... No hay "canto final". La liturgia no le prevé. Estaría fuera de la acción litúrgica, ya que la Asamblea ha sido disuelta por el rito de envío. Es este rito de envío que habría que revalorizar. Es lo que, en forma muy expeditiva, realiza el rito de despedida (y no de conclusión). La Eucaristía no termina. Está siempre empezando. Es muy poco acertado el cambio que algunos hacen, al decir: "Hermanos la misa ha terminado, ¡podéis ir en paz!" Es como, decir al final de una reunión: "Se levanta la sesión, ¡nos vamos! Por eso, ¿qué sentido tendría añadir un cántico de acción de gracias a una Eucaristía Acción de gracias que ya acaba de durar más de una hora?... Al terminar la larga Vigilia Pascual, el Aleluia de Haendel impacta como una explosión de alegría, mucho más que un canto. Las últimas palabras de la misa son palabras de envío de parte de Cristo mismo, como en la Ascensión: "Vayan, es ahora su misión" La Misa no termina con un "Amen" final, sino con la palabra "Gracias": "¡Demos gracias a Dios!" que abre a la vida, al mundo, a la misión... Y al final de un matrimonio, será latoso imponer un canto, cuando los invitados tienen ganas de felicitar a los novios recién casados: es la marcha nupcial que se impone (la de Mendelssohn o la de Wagner: hay una para la entrada y otra para la salida!...) La celebración eucarística que tuvo un inicio más bien lento en el rito inicial, tiene un desenlace rápido. La antigua liturgia eucarística descrita por Hipólito de Roma a inicios del S. III terminaba con estas significativas palabras: "Cuando se Y ¿no sería incongruente que, después de la despedida del sacerdote: "Podéis ir 26 Taller para Coros y animadores de Canto en paz", el monitor se apresure de dar la contra-orden: "Nos quedamos para rezar a la Virgen!"?... rezar una oración a la Virgen o al santo del lugar, o bien, incluso, el Ángelus o un breve canto a la Virgen; y solamente después, dar la bendición final y las palabras de envío. Una vez pronunciado el envío, el sacerdote da el ejemplo, besa el altar y empieza la salida con los ministros... (no para desparecer en los bastidores, sino)... para saludar y despedir a los fieles a la puerta del templo, fomentando así una breve convivencia y acercamiento familiar... Nos parecerá pérdida de tiempo, pero entonces, ¿Por qué hablamos de inculturación? Luego, música de órgano o música grabada, o cualquier canto no necesariamente estrictamente religioso, más bien festivo, de estilo carismático... sobre todo si hay muchos jóvenes y niños. Si hubiere que cantar algún canto no religioso (Himno nacional, himno de Colegios, etc.) se hará finalizada la Misa, entre la bendición y las palabras de envío. Los cantos a la Virgen María pueden, según la ocasión, cantarse al comienzo o al final de la Misa, pero no durante la presentación de dones o en la comunión. Pero, sinceramente, ¿cómo podríamos "terminar" la misa? Inmediatamente después de la postcomunión, se dan los avisos. Antes de la bendición final se puede, sobre todo en los santuarios, invitar a ¿QUÉ MÚSICA PARA NUESTRAS CELEBRACIONES? La lengua vernácula y la ampliación del repertorio musical El primer paso fue el de las traducciones de textos, buscando autores literarios que dieran al texto litúrgico un cierto estilo, inteligible y no vulgar. El segundo paso será de los músicos. Deberán dar expresión musical a dichos textos, y es el proceso que se ha seguido, y que podemos decir que aún no está concluido, porque van apareciendo nuevos textos, porque se van modificando algunos de los traducidos en un primer momento, porque la liturgia es vida del pueblo y no permanece estática. Uno de los temas que preocupó largo tiempo a los liturgistas después del Concilio Vaticano II fue la inteligibilidad de la celebración para la asamblea. Para ello era necesario que se desarrollara ésta en la lengua del pueblo. Las Instrucciones de la Sagrada Congregación de Ritos de 1964 y de 1967 ya indican con claridad la posibilidad de la utilización de la lengua vernácula cuyo uso "puede ser adecuado en muchas ocasiones". Los repertorios se ampliaron considerablemente con estas traducciones y musicalizaciones. No podemos decir que con anterioridad no existiera un elenco amplio de cantos, pero lo cierto es que se pasó de piezas populares que podían en algunas ocasiones acompañar las celebraciones paralitúrgicas o incluso las litúrgicas, a la Poco a poco se va incorporando en la liturgia la lengua vernácula. Y decimos poco a poco, porque traducir los textos exigió mucho tiempo y todavía más musicalizarlos. 27 Taller para Coros y animadores de Canto utilización del texto litúrgico totalidad en lengua vernácula. en su en los textos que forman el ordinario (Señor, ten piedad, Gloria, Santo, Cordero de Dios, así como las respuestas y aclamaciones), y por otra parte que para los textos que no forman este ordinario (canto de entrada, posible canto en la presentación de ofrendas, canto de comunión, canto final) se pueden usar cantos apropiados aprobados por la Conferencia episcopal. El misal presenta unas antífonas -normalmente sálmicaspara el canto de entrada y para el canto de comunión, pero hay que decir que conviene no reducir la celebración a estas antífonas ya que la forma musical de la celebración quedaría reducida a la forma responsorial, sin mucha diferencia entre el canto auténticamente responsorial (el salmo entre lecturas) y los cantos que de por sí no lo son, como es el caso del procesional de entrada o el de la comunión. Y es en este momento donde situamos nuestra reflexión. Situación actual de la música en nuestras comunidades No podemos generalizar. Debemos distinguir entre las comunidades que celebran diariamente la liturgia con un grupo estable de fieles y que han cultivado la música, y las comunidades que solamente se reúnen el domingo para celebrar la Pascua Semanal. Y todavía debemos distinguir entre comunidades que se han preocupado por tener un nivel musical en la celebración que se debe ir elevando, y las comunidades que han creído suficiente un cierto uso de la música y del canto en sus celebraciones. Digamos también que el texto del Salmo Responsorial no debe ser cambiado por otros textos, Y que el versículo antes del evangelio (aleluya o aclamación) debe sintonizar con el mensaje evangélico. Las primeras son comunidades religiosas o comunidades con un grupo de fieles que celebran, diariamente la liturgia. La situación musical de estos grupos, a pesar de no ser óptima, es muy buena, porque vemos en ellas como un camino que se está recorriendo. No podemos decir que estas comunidades hayan resuelto ya la cuestión musical, pero sí que hay un intento generoso en bastantes de ellas para que la liturgia sea expresión de alabanza, para que suba la oración acompañada con notas y armonías agradables como el incienso ante el Señor. Las comunidades que celebran a diario la liturgia, podemos afirmar que están en una buena situación musical, generalmente. Luego están las comunidades parroquiales. La situación es bastante diferente. Nos encontramos con una extensa gama, amplia por lo que respecta a la realidad musical. Desde la parroquia en que el único que canta es el casethe o el CD que se conecta para que la celebración sea "más solemne", o la que tiene un presbítero que realiza todos los ministerios que prevé la liturgia -desde presidente de la celebración a monaguillo, pasando por músico y organista- hasta comunidades que disponen de coral, de director de cantos, e incluso instrumentos musicales. Como hemos dicho, están en camino y cada vez mejoran sus celebraciones, y podemos decir también, que intentan dar vida a los textos litúrgicos, con melodías de uno u otro estilo-, pero respetando el texto litúrgico. Respecto al texto litúrgico es preciso clarificar que es intocable el ordinario de la misa, que no se deben hacer cambios 28 Taller para Coros y animadores de Canto religión un refugio infantiloide ante la realidad social que nos rodea? Lo cierto es que también en estos últimos años se ha visto en estas comunidades parroquiales una preocupación por la música en la celebración, pero los resultados son diversos de una parroquia a otra y por eso nos preguntamos: ¿qué cantamos en nuestras celebraciones dominicales? ¿Cómo cantamos? ¿Qué criterios tenemos para elegir los cantos? Ciertamente que los .responsables de las celebraciones intentan mejorarlas, pero muchas veces no encuentran material apto para hacerlo. Quizás los compositores de música y de letra deberían hacer un examen de conciencia serio y ver si lo que componen es para una celebración litúrgica o para cantar en cualquier otra situación. Y si lo que pretenden es componer cantos religiosos -no litúrgicos- deberían especificarlo sin temor, en sus obras editadas, de manera que cuando llega un material nuevo publicado a cualquier persona, pueda tener claro si es realmente litúrgico o no. De no ser así los compositores están ejerciendo un mal servicio a la comunidad cristiana. Los cantos en las asambleas dominicales parroquiales Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la situación es bastante pobre, en general. En las parroquias se canta poco y no muy bien. A pesar de los esfuerzos por introducir cantos y más cantos en nuestras celebraciones, muchos de ellos no son más que la expresión de la piedad, más o menos elaborada, con más o menos gracia musical, que uno o diferentes autores ofrecen a las comunidades para que enriquezcan su celebración litúrgica. Podemos decir que dichos cantos no pueden atribuirse la categoría de litúrgicos, por muy inculturados que sean, o por muy atractivos que resulten. La liturgia quiere músicas actuales, ciertamente, pero que no evoquen el último anuncio de la televisión; la liturgia quiere música que exprese el sentimiento del pueblo, pero no el sentimentalismo (nos dan mucho miedo esos cantos que, después de cantarlos, producen una sensación de "¡ay! ¡qué bien que estamos aquí.'"). La elección de los cantos Si el compositor de letra y música no ha acertado en su composición, todavía hay la posibilidad de no deformar una celebración. Es cuestión de que el responsable de elegir los cantos de la celebración tenga claros los criterios que debe seguir: no se puede cantar un canto cualquiera, no se debe cantar el último canto que ha salido porque es más nuevo o más moderno, no se debe hacer una elección en función -solamente- de lo que la asamblea sabe, no se debe cantar lo primero que se nos ocurre. La elección de los cantos es un proceso serio, lo cual no quiere decir que tenga que ocupar un tiempo exagerado para efectuarse. Si repasamos el repertorio musical en lengua castellana nos encontramos con muchos cantos que reúnen estas cualidades. Y quizás lo peor de esta situación es que los que han criticado en los últimos años aquellos cantos de principio de siglo, “ñoños” y sentimentales, ahora están elaborando otros que se sitúan en el mismo plano, tanto de contenido como de musicalidad. ¿No será que queremos hacer de la Es preciso que el responsable de la celebración conozca la asamblea que debe animar y también e! repertorio musical que dicha asamblea domina, así como las líneas conductoras de la celebración concreta que debe animar. 29 Taller para Coros y animadores de Canto Con esta base se pueden elegir ya los cantos que la comunidad debe cantar en una celebración: cantos litúrgicos: por tanto, que la letra responda al texto litúrgico, o que se inspire en dicho texto sin que deforme el contenido, cantos con una letra aceptable teológicamente, cantos que la asamblea conozca y pueda cantar sin dificultad: se trata de alabar a Dios con el canto y no padecer cantando en una celebración, cantos con una cierta calidad musical. canto -como demuestra la experiencia- no es el que se canta en la radio, ni el que sonoriza las películas del cine o de la televisión. El canto litúrgico es el que da vida al texto litúrgico o al contenido que la liturgia evoca en cada fiesta, este canto puede nacer del pueblo y de su folklore, pero no debe ser vulgar. Este canto ha de ser rico en contenido, el que nace de la liturgia, y de la Sagrada Escritura. No se puede concebir que comisiones del mundo entero hayan realizado esfuerzos considerables para componer unos textos litúrgicos válidos y actuales y que un compositor prescinda de dicho esfuerzo para crear él una letra más actual y más válida para la liturgia. Es un absurdo. Debemos superar este momento actual que es decadente en cuestión musical. Debemos hacer un gran esfuerzo para que nuestras celebraciones litúrgicas sean tales. No podemos volver a transformar la celebración en un concierto -como últimamente está pasando con algunos cantos que por tan modernos y por tener unos ritmos tan actuales impiden a la asamblea participar y la transforman en espectadora-, ni podemos convertir nuestras celebraciones en la sucesión de cancioncillas, que de tan simples desagradan. Si desde finales del siglo pasado se ha mantenido un esfuerzo constante en muchas personas para hacer de la liturgia una realidad viva y encarnada en la sociedad, no podemos ahora perder el tren y quedarnos en un cierto sentimentalismo musical. Es preciso que continuemos el esfuerzo para conseguir que nuestras asambleas vivan en la celebración la fe de la Iglesia, expresada también en música, y no que se limiten a vivir la "grupitis" eclesial de unas cuantas personas que creen ser el corazón y la verdad de la Iglesia. Cantemos, sí, pero cantemos la fe de la Iglesia universal que está expresada en la celebración litúrgica y, procuremos que la música que da vida a esta fe sea la más adecuada y la más rica. La música tiene un lugar importante en la celebración y debemos descubrirlo o redescubrirlo. Nuestro esfuerzo está encaminado hacia la consecución de una música religioso-litúrgica. No es suficiente con que sea popular-religiosa; la música en la celebración debe ser diferente. No estamos abogando por el gregoriano, que ya tuvo su momento y todavía hay comunidades que lo mantienen. Debemos descubrir desde la situación actual que vivimos un canto que sea litúrgico. Este 30 Taller para Coros y animadores de Canto EL CANTO EN LOS DIFERENTES TIEMPOS LITÚRGICOS A través de todo el año litúrgico, la Iglesia celebra en diferentes momentos las distintas etapas de nuestra historia de la salvación. Cada tiempo litúrgico destaca algún punto específico de esta historia salvífica, y obviamente, los cantos que acompañan ese tiempo también deben ayudar a destacar esas mismas ideas. Así nos aseguramos que el canto se convierta en una agente de catequesis para la asamblea. EL CANTO LITURGICO EN ADVIENTO El adviento es un tiempo relativamente corto; cuatro semanas en total. Por esta razón no es conveniente cambiar totalmente de cantos cada año o cada domingo de adviento, sobre todo pensando en parroquias y comunidades pequeñas. estas ideas clave (tal vez asomar algún villancico bien buscado…) Si al comenzar el adviento nos encontramos que en la celebración litúrgica se respira novedad por la decoración del templo, el color de los ornamentos, la entronización del leccionario, la corona de adviento, etc; Cómo no va a estar presente el canto en esta novedad siendo parte integrante de la liturgia? La instrucción “Musicam Sacram” nos lo recomienda vivamente: Sí es bueno introducir cada año un canto nuevo y conservar los cantos de años anteriores de modo que puedan convertirse con el paso del tiempo en “tradicionales”, es decir, en “indicadores” de ese tiempo. “Se solemnizarán con el canto aquellas celebraciones a las que la liturgia concede un relieve especial a lo largo del año litúrgico” (M.S. 44). Aún cuando el comercio nos va llenando la cabeza con la idea de que “ya es navidad” –a veces desde octubre-, la Iglesia tiene plena conciencia de que este tiempo aún no ha empezado (la Navidad va del 25 de diciembre al 6 de enero). Por eso no se deben incluir villancicos, sino cantos que hablen de la esperanza en la venida del Señor. 1.- La ambientación musical del templo. Musicalmente podemos también ambientar el templo donde la comunidad se va a reunir. Esta ambientación musical nos ayuda a crear un clima propicio, nos indica que no entramos en un sitio vacío, sin vida, en una casa impersonal, anónima. Es nuestra casa, la casa del pueblo de Dios y la música ambiental nos acoge. Las dos primeras semanas del Adviento hacen más énfasis en la segunda venida de Cristo, la venida final que todos anhelamos (lo que llamamos parusía), y las semanas tercera y cuarta vuelven sus ojos para recordar los elementos previos a su nacimiento en Belén. Así también podemos buscar cantos que destaquen El adviento es tiempo de cierta sobriedad, que debe contrastar con la ornamentación 31 Taller para Coros y animadores de Canto Saber escoger los cantos. Recordar que no son cuaresmales, es decir penitenciales. La música sólo debería usarse para acompañar los cantos y si en algún caso se tocara música instrumental que sea creadora de un ambiente de serenidad. Antes y después de las celebraciones convendría una ambientación musical con cantos gregorianos de Adviento o música de órgano que mantengan el ambiente discreto y recogido. NUNCA VILLANCICOS. Hay que cuidar también en este tiempo el canto de entrada, el cual deberá crear el ambiente de la celebración, cantos como: 'Ven, Señor no tardes', "Cielos, lloved vuestra justicia", 'Esperando al Mesías' pueden ser muy oportunos. Este canto es preferible repetirlo los cuatro domingos en vez de cambiarlo perdiendo el sentido creador de atmósfera. festiva y alegre propia de la navidad. Por eso el canto ha de expresar esta cierta sobriedad, en cuanto al uso de los instrumentos; como nos lo aconseja el Ceremonial de los Obispos: “Utilícense con la moderación que conviene a este tiempo sin que se anticipe la alegría plena de la navidad” (C.E. 236) 2.- Los cantos del ordinario. En el adviento hay un especial relieve de los cantos del Ordinario, recordando que se suprime el gloria en este tiempo. Muchos de ellos expresan la dimensión escatológica del adviento; por eso tenemos que hacer un esfuerzo mayor para cantarlos con total expresividad, pues tienen resonancias y armónicos de gozosa expectación. 3.- Los cantos marianos en Adviento La exhortación sobre el culto a María “Marialis cultus”, de Pablo VI, nos recuerda que el adviento es el tiempo litúrgico donde debe brillar más la figura de la Santísima Virgen María, porque ella es la puerta del cielo y la estrella del adviento; por ella nos viene el Salvador; y por eso hay que destacar la figura de María en algunos momentos (sobre todo en el cuarto domingo de adviento). Ella viene a librar al pueblo que tropieza. 1. El Aleluya debería cantarse los domingos y mejor omitirse los días feriales. 2. Sería también oportuno cantar los cuatro domingos una misma respuesta para la oración de los fieles, la cual podría ser: "Ven, Señor Jesús", "Ven, Señor no tardes más", "Venga a nosotros tu reino". etc. Las celebraciones pueden terminar con un canto a la Virgen. 32 Taller para Coros y animadores de Canto EL CANTO LITURGICO EN NAVIDAD El tiempo de navidad es un tiempo breve en su duración, pero repleto de festividades. Comprende desde las primeras vísperas de la Natividad del Señor, el 24 de diciembre, hasta las segundas vísperas del domingo en que se celebra el Bautismo del Señor. Es el tiempo en que se da cumplimiento a las promesas del adviento. Esta teología de los textos de navidad nos dará la pauta y el contexto tanto para componer música para la navidad como para seleccionar los cantos y villancicos cuya letra vaya más en consonancia con lo que la Iglesia quiere celebrar. Además, otro canto que hay que destacar es el Santus, que hace eco de la alegría desbordante de los ángeles en el "Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. ¡¡Hossana en el cielo! En navidad cantamos el misterio de Dios hecho hombre por nosotros. Por tanto, las eucaristías de este tiempo no se pueden reducir a meros villancicos. Debemos cantar algo más que villancicos. Estos encontraran su momento en la eucaristía, pero no sustituirán ni al salmo ni a los cantos del Ordinario. Y también debemos destacar, por ejemplo, el himno del Gloria, que es el gran canto litúrgico de la navidad. 2.- El canto de los villancicos El tiempo de navidad es un tiempo muy querido y entrañable para la Iglesia y para la piedad popular, que lo ha expresado no sólo en la rica imagenería navideña, sino también en su popular y folclórica música: el villancico. No es fácil en el villancico conjugar la alegría juguetona y traviesa con la profundidad teológica y mistérica. “El villancico ha de ser comprometido y tierno a la vez; no amargo ni contestatario, sino universal y ecuménico. 1.-El canto del Gloria Es el gran canto litúrgico de la navidad. Conviene que se aprenda entero y sea cantado por toda la asamblea como himno. Recordando que el Gloria que se ha de cantar es el Gloria litúrgico y no el Gloria in excelsis Deo, canto nº 242 del Cantad Alegres a Dios, que ni siquiera está colocado con los demás Glorias litúrgicos, pues es un villancico. Los villancicos tienen su lugar en la eucaristía en la presentación de las ofrendas, y al final de la eucaristía, en la adoración de la imagen del Niño. Los villancicos para este momento los podemos seleccionar con un criterio abierto y universal. (Debe hablar de lo que toda la Iglesia celebra)”. La Iglesia celebra la navidad siempre a la luz de la resurrección. Navidad es ya el inicio de la redención salvífica. Por ello los textos en navidad nos hablan de una alegría desbordante, de contemplar la victoria de nuestro Dios, de “aclamad al Señor tierra entera”, de “alégrese el cielo y goce la tierra retumbe el mar y cuanto contiene”; el cielo y la tierra se unen; Dios baja a la tierra y el hombre sube junto a Dios, etc. Esta es la alegría desbordante de la navidad que alcanza a todos, al santo, al pecador, al gentil, al triste... Si alguno se adapta, podría utilizarse también para el canto de entrada. No debemos olvidar nunca los matices particulares que tienen los diversos días de este período, en su mayor parte pueden ser acompañados por aquellos cantos que son parte de la música de la Iglesia, (pero excluyamos los que no dicen nada a la fe sino que se quedan en los elementos accesorios o los que, siendo tan regionales, traicionen la cultura propia. 33 Taller para Coros y animadores de Canto EL CANTO LITURGICO EN EL TIEMPO ORDINARIO Durante el tiempo ordinario, la Iglesia celebra el Misterio de Cristo y de la Iglesia en su totalidad, y cada domingo nos habla de este acontecimiento maravilloso. La clave de lectura (y de los cantos) de este tiempo es siempre el misterio de Cristo. La lectura continua del Evangelio está en el centro de la Espiritualidad de este tiempo, y nos propone la vida y las palabras de Jesús como norma de vida. El misterio de Cristo en el tiempo ordinario significa tomar en serio el ser discípulos, escuchar y seguir al Maestro en el vivir diario. Este tiempo es tiempo de crecimiento y maduración, un tiempo en el cual Cristo quiere llegar a ser nuestro rey (último domingo del año litúrgico). La escogencia de los cantos en este tiempo debe hacerse con cuidado para no caer en la repetitibidad de los cantos, es decir cantar siempre lo mismo sin tener en cuenta la liturgia de la palabra de ese domingo o día entre semana. Algunos coros o animadores de cantos, piensan que preparar los cantos de la misa es muy sencillo, es simplemente buscar qué vamos cantar y listo! Sin embargo, esto no es así. Una verdadera elección de los cantos implica: una lectura seria y orante de la Palabra de Dios que se va a proclamar en la celebración (para esto tenemos el calendario litúrgico). Tratar de encontrar el tema principal o temas principales que trata de regalarnos Dios por su Palabra. Casi siempre el tema de la primera lectura es continuado en el Evangelio. Hacer una lista de posibles cantos (2 por rito) que servirían para acompañar la celebración. Podemos ayudarnos con la lista que ofrece “La Misa de cada día” o el índice del “Cantad Alegres a Dios”. Escoger de la lista los cantos que verdaderamente se adaptan al sentido de la celebración. Ejemplo: Domingo XX del tiempo Ordinario (20 de Agosto del 2006) 1 paso: leemos las lecturas y sacamos las ideas principales. I Lectura: Prov. 9,1-6 Nos muestra a la sabiduría personificada: ha construido una casa, ha plantado siete columnas, preparado un banquete. Hace una invitación a comer de su pan y beber de su vino etc. Esta sabiduría se puede identificar en el Nuevo Testamento con Cristo. Salmo 33 Gustad y ved que bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él -bis- (Puede cantarse) II Lectura Ef. 5,15-20 Exhortaciones para no dejarse llevar por la presión de las costumbres paganas. Lo que realmente es bueno es dejarse llenar del Espíritu. Evangelio: Jn 6,51-58 Adherirse a Jesús no es sólo creer en él, es también comer su Carne y beber su Sangre. No simbólicamente sino realmente. Sólo alimentados de Cristo podemos aspirar a tener vida eterna, pues Él es el Pan de Vida que ha bajado del cielo. 34 Taller para Coros y animadores de Canto 2 paso: Ya tenemos algunas ideas de la liturgia de la Palabra. En concreto, vemos que el tema de este domingo es el Pan de Vida, de allí que los cantos deben buscarse en esta línea: cantos eucarísticos. 3 paso: vemos que cantos sugiere “La misa de cada día”: Entrada: Cantando la alegría de vivir (31) Que bien todos unidos (160) Ofrendas: En torno a tus altares (189) Cuando un niño con hambre (52) Comunión: Yo no soy nada (272) Como el siervo que a las fuentes (37) Envío: Hemos de ser sinceros (98) 4 paso: hacer una lista con otras opciones: Entrada: La misa es una fiesta muy alegre (353) Cantad alegres a Dios (30) Ofrendas: Esto que te doy (109) Pan de vida te presentamos (314) Comunión: Yo soy el pan de vida (246) Tu eres Señor el pan de vida (208) Señor tu eres el pan (180) Envío: Id amigos por el mundo (105) Den al Señor sus alabanzas (257) 5 paso: escoger las mejores opciones, según el tema de la liturgia. EL CANTO LITÚRGICO EN CUARESMA 1.- Tiempo de austeridad en el canto La carta que publicó la Congregación para el Culto Divino, en 1988, sobre la “Preparación y Celebración de las Fiestas Pascuales” entre otros aspectos que recuerda y aclara, tiene muy presente el del canto. La Cuaresma, como el Adviento, son tiempos litúrgicos no tan importantes como la Pascua y la Navidad. Estas son centrales, nucleares en el año litúrgico, y vienen precedidas cada una de su tiempo que las prepara: la Cuaresma es a la Pascua algo parecido a lo que es el Adviento a la Navidad. Pero Adviento y Cuaresma son tiempos en que las comunidades cristianas están psicológicamente más predispuestas a la creatividad, a hacer cosas, a organizar algo. Por esta razón debemos aprovechar estas disposiciones para mejorar y potenciar el canto. Empieza afirmando que “los cantos de las celebraciones, especialmente de la Misa, pero también los de los ejercicios piadosos, han de ser conformes al espíritu de este tiempo, y corresponder lo más posible a los textos litúrgicos” (19). Cuando habla del Domingo de Ramos recuerda que “durante la procesión los cantores y el pueblo cantan los cantos indicados en el Misal Romano, como son 35 Taller para Coros y animadores de Canto el salmo 23 y el 46, y otros cantos apropiados en honor de Cristo Rey” (32). Pero sobre todo al hablar del Triduo Pascual se preocupa de que también se cuiden los cantos, como luego diremos. indudable la eficacia psicológica del silencio con que empieza la celebración de la Muerte del Señor el Viernes Santo, cuando normalmente buscamos la ambientación con un canto de entrada. Durante la Cuaresma tiene que cambiar nuestro repertorio. En el Tiempo Ordinario cantamos el “Juntos como hermanos” o “Junto a ti al caer de la tarde”, pero en los tiempos fuertes y fiestas los cantos deben ser nuevos, propios, casi exclusivos de este tiempo, porque así es como ejercen su mejor influencia educativa, marcando los diversos tiempos del Año. Un detalle de la pedagogía maternal de la Iglesia es la excepción en todo este largo recorrido en la austeridad: el cuarto domingo de Cuaresma, domingo laetare, se permiten los instrumentos y el adorno discreto del altar con flores. Como signo de austeridad no deberíamos cantar el canto final ni tampoco en el rito de la paz, para resaltarlo más en Pascua como signo de la presencia del Resucitado. En Cuaresma, como en cualquier tiempo, debemos cantar, pero no debemos cargar de cantos la celebración. Demos oportunidades en este tiempo al silencio musical y a la austeridad en el canto. Aquí sería bueno recordar las direcciones en que debe moverse el canto durante Cuaresma. A la luz de estas claves teológico-espirituales cabría discernir los cantos que ya existen, los que vale la pena seleccionar para nuestro repertorio y los que habrá que componer para ayudar a las comunidades cristianas a expresar bien su fe y crecer en su celebración más profunda de la Pascua. 2.- Los textos de los cantos Cuidar la letra (los contenidos) de un canto, así como su calidad musical, su adaptación al momento de la celebración, al tiempo litúrgico y a la comunidad concreta, son aspectos importantes, no indiferentes. De ellos puede depender en buena medida la eficacia espiritual de la Cuaresma como preparación a la Pascua. No podemos olvidar que el tiempo de Cuaresma es un tiempo penitencial; tiempo de austeridad, que se manifestará tanto en el ornato del templo como en el canto. Esta austeridad hay que destacarla para que resalte más el gozo cuando se haga desbordante en la Pascua. Por este motivo, desde el comienzo de la Cuaresma hasta la vigilia Pascual queda prohibido adornar con flores el altar; no se recita ni se canta el gloria ni el aleluya en ninguna celebración. Los grandes temas que deben aparecer en los textos de Cuaresma reflejan las distintas directrices de la Cuaresma actual. Los cantos con el tema del pecado y el perdón son abundantes. Es una directriz que se ha desarrollado bastante, pero en Cuaresma tenemos que cantar algo más que el pecado y el perdón. Durante la Cuaresma, por ejemplo, callan los instrumentos, no acompañan “festivamente”, permitiéndose sólo para sostener el canto, como corresponde al carácter penitencial de este tiempo; es decir, acompañan “prácticamente”. Así también el aleluya deja de cantarse pues el silencio resulta una buena pedagogía, para que el Aleluya de la Noche Pascual y el sonido de los instrumentos en Pascua destaquen su intensidad festiva. Es Otros temas cuaresmales los encontramos en las lecturas, las oraciones, las Plegarias Eucarísticas, los sacramentos de este tiempo: el paso de la enfermedad a la salud, de la oscuridad a la luz, de la debilidad a la fortaleza, de la tentación y el pecado a la gracia y la victoria. De la muerte a la vida. 36 Taller para Coros y animadores de Canto Experimentando en nuestra existencia este mismo paso Pascual de Cristo Jesús. sentirnos y reconocernos débiles. Comunidad de pecadores, que necesitan la salvación. Los que son ricos no piden. Los que lo saben todo no preguntan. Los que se creen santos no piden perdón. Pero nosotros nos sentimos pecadores. Esto es lo que fundamentalmente deberían reflejar también los cantos de la Cuaresma y la Pascua: nuestra incorporación a la Pascua de Jesús. Esta actitud debe ir unida a otra muy importante: la de conversión. Las tres direcciones en que esto se concreta tradicionalmente, a modo de prácticas cuaresmales, son el ayuno (control de sí), la oración (apertura a Dios) y la caridad (apertura al prójimo). Un ayuno que no ha pasado de moda: el cristiano tiene que seguir diciendo a veces “no”, para lograr ser libre y recordarse a sí mismo que lo material no es lo absoluto. Una oración que no sólo es decir oraciones, sino abrirse a Dios. Una caridad que no es sólo limosna, sino solidaridad y apertura al prójimo. Ahora bien, el proceso de Pascua recibe expresiones muy variadas y complementarias. La primera es la negativa: la experiencia que todos tenemos de ser débiles y de que existe el pecado en nosotros, en la comunidad eclesial y en el mundo. No todo en nosotros es ya Pascua o evangelio. Hay muchas cosas que son anticristo. Como también hay estructuras, en nuestro mundo, que se pueden considerar estructuras de pecado. La Pascua de Jesús, el paso del Señor, debe estar siempre en el horizonte de nuestros cantos. El tema del éxodo, por lo que tiene de movimiento, de dinamismo. El prójimo, la solidaridad con los necesitados, como apertura a los hermanos; la escucha atenta y meditativa de la Palabra como apertura a Dios. Además de los símbolos que acabamos de nombrar -agua, luz y vida- se habla del hombre viejo que deja paso al hombre nuevo, de los cristianos revestidos de Cristo, del grano de trigo que tiene que morir para dar fruto, y se ponen en juego simbolismos como el de la ceniza o el fuego, los cirios que participan de la luz del Cirio de Cristo, etc. Otros temas son el desierto, con su travesía y su experiencia de libertad; la montaña sagrada, con su escala para llegar a la Pascua; los sacramentos Pascuales: el recuerdo vivo de nuestro bautismo; el agua ( la mujer samaritana ), la luz ( el ciego de nacimiento ), la vida ( la resurrección de Lázaro ). Todos estos temas nos señalan la dirección catecumenal de la Cuaresma. La conversión, la alianza nueva, la renovación bautismal, etc. 3. Los cantos en la Eucaristía cuaresmal Unas breves sugerencias sobre el recorrido de los cantos de la Eucaristía en el tiempo de Cuaresma. El canto de entrada debería ser más bien de tono penitencial en las cuatro primeras semanas, y en las últimas más centrado en la redención de Cristo y la Cruz. Por ejemplo, sería bueno cantar una o dos estrofas del canto “Danos, un corazón” (u otro canto), y volver a cantar otra estrofa como acto penitencial, dando así unidad a todo el rito de entrada. ¿Qué mejor cosa podemos pedir, cantando, a Es lógico que la Cuaresma la empecemos escuchando la frase con que el sacerdote nos pone la ceniza: “conviértete y cree en el Evangelio”. Cuaresma de pecadores. Otra actitud, quizá la primera, actitud que debería reflejarse en los cantos es la de 37 Taller para Coros y animadores de Canto Dios, que el que nos dé un corazón nuevo? propias de cada día, y si no puede ser, recurrir a las aclamaciones más comunes: “Tu Palabra me da vida”, “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”, que se convertirían en específicas del tiempo Cuaresmal. Cabe también cantar las letanías de los santos como canto de entrada en los domingos de Cuaresma. Durante la procesión se inicia el canto de las letanías, eligiendo los santos más significativos. Se interrumpe para el saludo del presidente y una breve monición, y luego se sigue con las invocaciones penitenciales que hay en las mismas letanías, para concluir todo con la oración colecta del día. Esta iniciativa, además de dar mayor variedad al modo de comenzar la celebración, proporciona la ocasión de invocar a los santos, lo que hace bien a una comunidad cristiana: los santos, con la Virgen al frente, son los que han celebrado mejor la Pascua del Señor, son los mejores frutos de la Pascua de Cristo, los que nos han demostrado que vivir el evangelio es posible desde todas las condiciones de la vida. Para después del evangelio están las aclamaciones normales, pero con canto: “Palabra del Señor. Gloria y honor a ti, Señor Jesús”. La respuesta (a ser posible cantada) a la oración Universal en Cuaresma podría ser más distintiva de este tiempo. Si siempre se canta “Te rogamos, óyenos”, “Te lo pedimos, Señor”, en este tiempo podría ser “Kyrie, eleison”, con músicas gregorianas sencillas. La aclamación memorial, después del relato de la institución, podría ser para todo el tiempo de Cuaresma-Pascua: “Cristo se entregó por nosotros. Por tu Cruz y Resurrección nos has salvado, Señor”. El salmo responsorial debe ser el propio. Es bueno aprovechar los del Libro del Salmista, conscientes de la importancia meditativa de este salmo y la respuesta cantada por parte del pueblo. En Cuaresma es bueno que se cante siempre el Cordero de Dios durante la fracción del Pan, que debería ser prolongada, como pide el Misal, comulgando siempre del pan partido en la misma celebración. En torno al Evangelio hay una doble serie de aclamaciones. Antes de la lectura, como en Cuaresma no se canta el Aleluya, es la ocasión para dar a esa pequeña aclamación el tono de alabanza al Cristo que nos va a hablar. Por poco que se pueda, sería bueno ensayar las que el Libro del Salmista pone como El canto de comunión podría ser más austero: centrado en el Cristo que nos redime, que quiere ser nuestro alimento en el camino para la Pascua. 38 Taller para Coros y animadores de Canto EL CANTO LITÚRGICO EN SEMANA SANTA Y TRIDUO PASCUAL La Congregación para el Culto Divino publicó el 16 de enero de 1988 el documento La preparación y celebración de las fiestas Pascuales (PFP) con un objetivo claro: “recordar algunos aspectos doctrinales y pastorales..., en orden a mejorar la celebración de los misterios de la redención y favorecer la participación más fructuosa de los fieles a las mismas” (PFP 5). Cantos recomendados para la procesión: Anunciaremos tu Reino Señor nº16 Cantad Alegres a Dios Camina Pueblo de Dios nº27 Juntos como hermanos nº111B Que alegría cuando me dijeron nº159 Tu reinarás nº210 Tu Reino es vida nº211 Vienen con Alegría nº236 1.- DOMINGO DE RAMOS La Semana Santa comienza con el domingo de Ramos en la Pasión del Señor en Jerusalén. Para la Eucaristía se entonan los cantos de Cuaresma 2.- JUEVES SANTO 2.1- Misa Crismal “Durante la procesión los cantores y el pueblo cantan los cantos indicados en el Misal Romano, como son el salmo 23 y el 46, otros cantos apropiados en honor de Cristo Rey” (PFP 32). Escoger cantos apropiados para este día es una tarea pastoral muy importante ya que a través del canto vamos a favorecer el que todos sintonicen con el misterio que celebramos. La Misa Crismal tiene dos aspectos de gran utilidad pedagógica para nuestros cristianos. Por un lado, el obispo consagra el Crisma y bendice los Óleos para los distintos sacramentos, dentro de la eucaristía. Por otro lado, esta eucaristía es como una manifestación de la comunión existente entre el obispo y sus presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo (P.O. 7). Es un buen modelo de cómo deberían cuidarse los cantos “propios” de cada tiempo o fiesta, para dar a su celebración la máxima expresividad y profundidad posible. 2.2- Misa Vespertina: En la Cena del Señor. La misa vespertina en la Cena del Señor no es ni más ni menos que una eucaristía, celebrada con toda dignidad, autenticidad y motividad por celebrarse en la noche en que fue entregado nuestro Señor. Pero la eucaristía central en el Triduo Pascual es la Vigilia Pascual. Pero también pide que “no se omitan con facilidad los textos litúrgicos de los cantos para la participación del pueblo” y que sus traducciones tengan melodías apropiadas. “Prepárese un repertorio propio para estas celebraciones, a ser utilizado únicamente en las mismas”. O sea, que no se resuelvan estas celebraciones tan específicas de la Semana Santa con cantos “comunes”, sino con “propios”, los más cercanos posible al texto que los libros litúrgicos proponen. El canto nos ayudará a celebrar con mayor autenticidad y sentido. Los cantos que hay que tener en consideración. 1-Canto de Entrada. 2-Gloria (se canta con una adecuada y oportuna monición) 39 Taller para Coros y animadores de Canto 3-Lavatorio de los pies 4-Procesión de los dones 5-Canto de Comunión 6-Traslado del Santísimo al lugar de la reserva. Cantos recomendados Eucaristía y la Vigilia: para - los cantos de la ostensión y la adoración de la Cruz (“Mirad el árbol de la Cruz”, etc.), La comunión puede ser en silencio para que el signo sea más expresivo. la EL USO DE INSTRUMENTOS MUSICALES DEBERÍA SER NULO ESTE DÍA. Cantos Eucarísticos, de adoración y de la caridad o amor. 4.- SÁBADO SANTO Durante el Sábado Santo -hasta la Vigiliala Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, su descenso al lugar de los muertos, y esperando en la oración y en el ayuno su resurrección. Ver índice del Cantad Alegres a Dios. CANTOS CATÓLICOS Y NO DE OTRAS DENOMINACIONES. 3.- VIERNES SANTO Es un día para contemplar en silencio la muerte del Señor y por eso los cantos no se usan o por lo menos con mucha austeridad. Este día está completamente centrado en la cruz. La comunidad cristiana proclama la pasión del Señor y ejercita su función sacerdotal rogando por todos los hombres, adora la cruz y comulga de la reserva del día anterior. Es un día de silencio, lleno de oración, esperanza y gozosa expectativa. Día de serenidad, recogimiento, sosiego y sobriedad. Todo el peso espiritual de este día recae en la Liturgia de las Horas. - En la Vigilia Pascual, se cantan las aclamaciones en torno al Cirio Pascual y al pregón, las respuestas a los salmos responsoriales -como mínimo-, el Aleluya, las letanías de lo santos -si hay bautizosy la aclamación que sigue a la bendición del agua, así como los cantos que acompañan a la aspersión con el agua (que también podrían servir para cuando los domingos la Eucaristía se inicia con esta aspersión). En la celebración de la pasión del Señor, “el sacerdote y sus ministros se dirigen en silencio al altar sin canto alguno” (PFP 65). La pasión según san Juan se canta o se proclama. Para la adoración de la cruz úsese una única cruz, tal como lo requiere la verdad del signo. Durante la adoración, cántense las antífonas, los “improperios” y el himno Oh cruz fiel, que evocan con lirismo la historia de la salvación, o bien otros cantos apropiados. - la oración universal del Viernes Santo sobre todo la aclamación de respuesta del pueblo, También en otros momentos se pide que haya melodías oportunamente publicadas: el pregón Pascual y la bendición del agua bautismal. 40 Taller para Coros y animadores de Canto EL CANTO LITÚRGICO EN PASCUA 1. Nota Introductoria. Si la cuaresma era un tiempo de austeridad y silencio musical, la pascua es el tiempo de realce musical, de abundancia y florecimiento del canto. Es un tiempo de alegría y de gozo para entonar cantos de fiesta en honor de Cristo resucitado. 2.1- Cantos propios de la Vigilia. A- El canto del Lucernario La proclamación de “Luz de Cristo” que puede ser cantada y rearfirmada por la respuesta de los fieles “Demos gracias a Dios” en el camino al templo, integra el sentimiento comunitario a través de la marcha. En pascua tenemos que conseguir que la liturgia, en su conjunto, suene y resuene como una gran obra sinfónica: la sinfonía de la nueva creación en Cristo, afinados y vibrantes todos sus instrumentos. B- El canto del Pregón El cantor del pregón, además de ensayarlo bien, es preciso que sienta su contenido y lo exprese vibrando con el texto y el sentido al pueblo, el cual participará con las respuestas que le son propias y que hacen más cercano el sentido final de este hermoso poema. Una de las actividades principales de la comunidad cristiana durante el tiempo pascual es el canto al Señor resucitado, vivo y glorioso “Sólo el hombre nuevo puede cantar el cántico nuevo” (san Agustín). La pascua es la Fiesta de las fiestas y “Cristo resucitado - nos dice san Atanasio - viene a animar una gran fiesta en lo más íntimo del hombre”. 3.- El canto de los Salmos en la noche pascual. En la noche pascual se da un gran diálogo entre Dios y su pueblo. Dios habla a su pueblo por medio de las lecturas y su pueblo le responde con los salmos y las oraciones. El ideal está fijado en cantar todos los salmos enteros. Cuando esto no es posible podemos cantar al menos las antífonas. La palabra clave es !Aleluya! No podemos olvidar ni separar de la pascua los cantos al Espíritu Santo, pues Pentecostés no es una fiesta aparte. Es la plenitud y el cumplimiento de lo inaugurado en la noche de pascua: el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos. Es el culmen de la pascua. I lectura: Salmo 103. nº140 “Oh Señor envía tu Espíritu, que renueve la faz de la tierra” 2.- El canto en la Vigilia Pascual. Durante la Vigilia, la Iglesia espera la resurrección del Señor y la celebra con los sacramentos de la iniciación cristiana. II lectura: Salmo 15. nº270 o la siguiente respuesta: “Protégeme Dios mío me refugio en ti. Protégeme Dios mío me refugio en ti” La Vigilia pascual, “la madre de todas las santas vigilias” (san Agustín), es una noche de vela de la comunidad en honor del Señor. Con ser la noche más importante del año, no es muy popular, aunque poco a poco la comunidad cristiana se va centrando en esta noche. III lectura: Salmo Ex15,1-6.17-18 Nº338 o la siguiente respuesta: “Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Cantemos al Señor, sublime es su victoria” 41 Taller para Coros y animadores de Canto IV lectura: Salmo 29. Cantar la siguiente respuesta: “Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado” V lectura: Salmo Is 12,2-6. Cantar la siguiente respuesta: “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación”. 5- El canto del aleluya Este canto es distintivo de todas las celebraciones pascuales. En la Vigilia Pascual se toma como aleluya antes del Evangelio, el salmo 117 que se canta luego de la octava lectura. 6- Liturgia Bautismal. Si esta noche hay bautizos, entonces se deben preparar cantos para el momento del rito: VI lectura: Salmo 18. nº209 “Tu Palabra me da vida” o cantar la siguiente respuesta:“Señor tu tienes palabras, palabras de vida eterna” Letanías de los Santos y otros: eje. nº310: “Hay que nacer del agua” VII lectura: Salmo 41. Se puede cantar la primera estrofa y el estribillo del canto nº36, como respuesta del salmo: “Como el siervo al agua va, vamos hacia ti Señor...” 7- Los demás cantos son como en el ordinario. No hay que olvidar que esta noche es factible el canto de la Paz con todo su sentido en medio de la esperanza y en gozo pascual. VIII lectura: Salmo 117. nº86 “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría...” 8- El canto del “Regina Coeli” Es un canto pascual, de tinte mariano, que asocia la figura maternal de la Virgen el plan Redentor de su Hijo. 4- El gloria. Se entona con toda la solemnidad y la alegría de Cristo resucitado, después de la séptima lectura con su salmo. 42 Taller para Coros y animadores de Canto Cantos para el domingo ________________ de __________________ Fecha_______________ Primera Lectura ________________________________ Salmo ________________________________________ Segunda Lectura _______________________________ Evangelio _____________________________________ Canto de entrada ___________________________________________ Acto penitencial _____________________________________________ Himno del gloria _____________________________________________ Salmo o antífona Responsorial _______________________________________________ Aclamación antes del Evangelio _______________________________________________ Presentación de los dones __________________________________________________ Santo _____________________________________________________ El gran amén de la Plegaria _________________________________________________ Padrenuestro_______________________________________________ Canto de paz _______________________________________________ Cordero de Dios _____________________________________________ Canto de comunión ___________________________________________ 43 Taller para Coros y animadores de Canto Bibliografía Utilizada Antonio Alcalde. Canto y música litúrgica Alberto Aranda. Manantial y Cumbre Buena Prensa, Actualidad Litúrgica Marzo-Abril 1982 Julio-Agosto 1990 CELAM. Celebrar la Eucaristía Conferencia Episcopal Chilena, Comentando la Institutio Generalis 2000 Dionisio Borobio. La Celebración en la Iglesia Editorial montecarmelo, Chapucillas Litúrgicas OGMR Ordenación General Misal Romano Pablo VI, 1975 IGMR Institutio Generalis Missalis Romani Juan Pablo II, 2000 OLM Ordo Lectionum missae Pablo VI, 1969 Material elaborado por Pbro. Sixto Edo. Varela Santamaría. Cura Párroco San Joaquín de Flores 2012 44 Taller para Coros y animadores de Canto Anexos 45 Taller para Coros y animadores de Canto NO CANTE CON LA ASAMBLEA DESDE EL MICRO Jean Lebon Más de un animador de cantos se sobresaltará al leer este título. Pero, ¡si pudiera hacer que escucharan dos grabaciones tomadas en directo en una misma asamblea: una en la que el animador se calla y otra en la que vocifera desde el micro...! Esta última actitud es un grave error. He aquí mis argumentos: — Contrariamente a una opinión muy extendida, cantar con la asamblea desde el micro, lejos de incitarla, la invita a no cantar. Los grandes del mundo de la canción lo saben: cuando quieren que el público participe y cante, ellos callan. — Cuando el animador canta desde el micro, la imagen sonora de la asamblea queda falseada. Se oye un vago murmullo acompañando la voz de un líder. ¿Es esto el Pueblo de Dios? — Si el animador canta desde el micro con la asamblea, ésta podrá progresar, quedará ahogada. animador se convertirá inevitablemente la boquilla vocal sin la cual la asamblea tiene voz. uno que cante. En cambio, todo irá mejor si él calla y busca únicamente mediante el gesto obtener lo que espera de la asamblea. — Para verificar si el canto ya está bien sabido hay que incitar a cantar, escuchar y callar. Si todavía no —en .período de aprendizaje—, se debe tener cuidado con las deformaciones (los casos son numerosos). — Si el animador está convencido y actúa con decisión, sin vacilar, la asamblea responderá sin titubeos. La naturaleza siente horror al vacío y la asamblea también. Si el animador calla, quizá después de alguna vacilación un tanto miedosa, se elevará un canto, no el del animador, sino aquel original e irremplazable del Pueblo de Dios. Algunas observaciones complementarias... no El en no — La Liturgia —y muy a menudo el canto— es diálogo en el que cada cual tiene su papel (vocal). Entonces, y sólo entonces, la liturgia será viva. — Si todos lo cantan todo, el "templo" se adormece de estrofa en estrofa. Es entonces cuando el solista debe reanimar el canto y devolverle la vivacidad que ha ido perdiendo poco a poco. El animador no logrará su propósito si en el fondo busca inconscientemente una seguridad cantando: por lo menos que haya 46 — Hablamos del canto con micrófono. Estas observaciones son válidas también para el presidente de la celebración, para el lector desde el ambón. Su deseo de cantar con la asamblea es totalmente legítimo: pero que sepan retirarse del micro. El principio aquí expuesto tiene una excepción: cuando el canto es nuevo, totalmente desconocido por la asamblea, y, sobre todo, cuando no hay acompañamiento musical. En estos casos el animador podrá cantar con la asamblea, pero manteniendo una distancia del micro de unos 40 cms. "Eglise qui chante" (noviembre 1989) (publicado en Misa Dominical) Actualidad Litúrgica Julio - Agosto 1990 pág. 10 Taller para Coros y animadores de Canto DUDAS SOBRE LA MÚSICA LITÚRGICA 1) ¿Que es la Música Litúrgica? La música Litúrgica, como su nombre lo dice, es la música que utilizamos dentro de las celebraciones litúrgicas de nuestra Iglesia; Misa de Domingo, funerales, bodas, confirmaciones ó bautismos. La Liturgia Católica es una Liturgia musical. La asamblea de creyentes tiene un papel central en el canto de la Liturgia. La gente canta textos de la Palabra de Dios y textos de los rituales de la Liturgia. oración en la asamblea. Es muy importante que la gente cante porque la acción de cantar la liturgia forma cristianos. Cuando la comunidad canta, ésta expresa y profundiza su fe. La música Litúrgica realza los textos y rituales de la liturgia y mueve a la asamblea a la unidad. Abandonamos el individualismo para unirnos en una comunidad de creyentes cantándole a Dios. Escogemos música que ayuda a la comunidad a cantar su fe en unidad. Por lo tanto, debemos re-evaluar la utilización de cualquier canto que no cumple completamente con la misión de mover a la asamblea a cantar en unidad y fe. El papel más importante de los coros o cantores es el de ayudar a la asamblea de creyentes a participar de lleno en la Liturgia en forma activa y consciente. El canto en la Liturgia y sus ritos es una dimensión normal de cada experiencia de 2) ¿Por qué el Vaticano II enfatizó que la gente debe cantar? Citando 1 Pedro 2,9, el Concilio Vaticano II afirmó que el Pueblo de Dios debe participar completa, consciente y activamente en la Liturgia. El Concilio ordena a los Pastores de la Iglesia a hacer la participación activa en la liturgia la meta prioritaria frente a todas las otras metas. Cuando la asamblea de creyentes canta la liturgia, esta está participando activamente en la liturgia y expresando su fe. Expresar la fe, la profundiza. diáconos podían proclamar la Santa Escritura. Los catequistas instruían a los Católicos a venir a oír Misa. La gente entendía que 'ministerio' era algo reservado para los sacerdotes, hermanos y hermanas religiosas. Estas prácticas, consecuentemente limitaban al pueblo en su noción de responsabilidad personal de llevar el reino de justicia a su vida diaria. Los En los años anteriores al Concilio Vaticano II, el pueblo no cantaba ni respondía durante la Santa Misa. El pueblo era espectador pasivo que veía al sacerdote y a los servidores hacer la liturgia y llevar a cabo los responsorios y aclamaciones. Sólo el coro cantaba. La gente escuchaba. Sólo los Sacerdotes y 47 pastores de nuestra Iglesia entendieron que el pasivismo en el canto y las respuestas era algo más apropiado para un salón de conciertos y no para una Taller para Coros y animadores de Canto asamblea de creyentes expresando y profundizando su fe como comunidad. El propósito del canto en la liturgia es el proclamar el mensaje y expresar sentimientos humanos. Cantamos los ritos, respondemos, proclamamos la Palabra de Dios y compartimos en el Sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Cristo. El presidente nos envía a continuar nuestro ministerio en el mundo como Cuerpo de Cristo. Somos los ministros responsables de construir el reino en el mundo. Salimos a evangelizar. Después del Concilio Vaticano II, hemos visto que la participación activa en una celebración litúrgica bien planeada tiene el poder de formar a la persona en su fe y fortalecerle para evangelizar a la sociedad. La participación activa puede convencer al pueblo de Dios de que el ministerio es también su misión 3) ¿Cuál es la diferencia entre los términos "música sacra" y "música litúrgica"? Ambos términos "música sacra" y música litúrgica" se refieren a la música utilizada dentro de la liturgia. Lo que estos dos términos diferentes indican es el cambio en la forma en que la iglesia se refería a la música para la liturgia antes del Concilio Vaticano II y como se refiere después de éste. la liturgia en el siglo VI, asignando cantos propios a los textos de la liturgia durante el año litúrgico. Los compositores europeos de la iglesia del mundo conocido escribieron cantos simples para los salmos, cánticos, e himnos de la liturgia y la Sagrada Escritura. Más tarde el Papa Pío X (1903 - 1914) reunió a los oficiales de la Iglesia para delinear la forma en que los compositores pudiesen escribir e implementar música para la liturgia. Los compositores de música sacra debían ser aprobados por Roma y la lista original estaba constituida por compositores europeos solamente. Con esta forma de control, Roma desarrolló un sistema de criterios y estándares que les permitía juzgar objetivamente la naturaleza sacra o profana de la música. Durante los primeros tres siglos de la Iglesia, los Pastores de la iglesia enseñaban que la música es sirviente de la religión. La música para la liturgia era llamada "música sacra." La música era sacra sólo cuando ésta abría las mentes de los creyentes a las enseñanzas cristianas y preparaba sus corazones para la vivencia de lo sagrado. Es por esto que la música instrumental estaba prohibida en las iglesias, pues al carecer ésta de un texto de reflexión, no podía convertir los corazones de los creyentes. En el siglo pasado el Concilio Vaticano II produjo el documento 'Constitución de la Liturgia Sagrada' (Diciembre 4, 1963) Este documento menciona: "para promover la participación activa, la gente debe ser motivada a tomar parte en la celebración por medio de aclamaciones, respuestas, salmodia, antífonas y cantos, así como por medio de acciones, gestos y Cuando la Iglesia se estableció en Roma, entre los siglos VI (seis) y IX (nueve), definió como sagrada la música que se utilizaba en la liturgia y como profana la música popular. Con la ayuda de investigaciones y recursos de los Benedictinos, el Papa Gregorio I organizó 48 Taller para Coros y animadores de Canto presencia" (CLS 30). Con esto la asamblea reemplazó al coro como cantantes principales en la liturgia. ese tiempo. Como resultado, el canto en el idioma vernáculo paso a ser esencial en la liturgia. Esta nueva perspectiva y la celebración de la liturgia en el lenguaje de la gente ampliaron nuestra idea de la música litúrgica. Los pastores de la Iglesia estaban convencidos que el texto cantado puede activar una conversión más profunda en el corazón de las personas al cantar estas en su propio idioma en vez de Latín, el único lenguaje permitido hasta El documento también abrazó la opción de que la música fuese hecha por la gente de las varias culturas en el mundo. Roma no controlaría ya más una lista de compositores aprobados de música litúrgica. Como resultado, la música católica se convirtió en música multicultural 4) ¿Cuál es la función del Cantor? El Cantor es un facilitador y un instructor. El cantor anima a la asamblea a cantar y tiene la capacidad de enseñarles música nueva. El cantor actúa cuando no hay coro que guíe a la asamblea a cantar en la liturgia. El Cantor enfoca su atención en la gente para asegurar que ésta cante. El Cantor debe resistir la Aunque el salmista, que tiene la función de cantar los versos del Salmo responsorial y la antífona de la comunión, tiene un papel diferente al del Cantor, estas dos funciones se ven frecuentemente combinadas en una sola persona, el Cantor. tentación de atraer la atención hacia sus habilidades musicales. La música en la liturgia es una actividad comunal, no individual. En su lugar, estas capacidades, el resultado del talento y trabajo duro, son entregadas a la comunidad y la liturgia como una avenida para acercarnos a la presencia de Dios. Aunque la comunidad puede y debiera apreciar las habilidades del cantor, esas habilidades son utilizadas a su máximo para ayudar a la asamblea a participar activamente ya cantar a toda voz. El cantor debe entender la importancia de la participación activa de la asamblea para llevarla al centro del culto a Dios. El Cantor o Salmista canta los versos de los salmos en forma tal que cada palabra es escuchada claramente. El cantor tiene la responsabilidad de utilizar la Biblia y otros recursos de estudio para conocer los antecedentes históricos de cada salmo para que, al cantarlo, sepa quien lo cantaba en tiempos bíblicos y porqué razón. Un cantor debe estar bien preparado; es un ministro que presenta un salmo después de haberlo orado, estudiado su lugar en la tradición y estudiado cada matiz de su utilización musical. Este método toma tiempo y permite al cantor interiorizar el salmo. Cuando finalmente el salmo es cantado, el Cantor lo hace desde dentro de su corazón. Para lograr el canto de la asamblea el Cantor es un animador que utiliza gestos para indicar la entrada a la asamblea. Su cara expresa un envolvimiento participación entusiasta en el canto. Si se utiliza un sistema de sonido, el Cantor debe ser cuidadoso de no hacer que su voz sea el sonido dominante en la 49 Taller para Coros y animadores de Canto asamblea. El cantor puede guiar a la asamblea en la primera frase o verso de un canto conocido, pero se alejará del micrófono para que los instrumentos acompañen las voces del coro principal, la asamblea. La voz del Cantor no debe ser amplificada todo el tiempo. Las personas en la asamblea deben oírse a si mismas cantar sin la voz del cantor dominando la asamblea. La Constitución de la Sagrada Liturgia aclara que cada persona, ministro o laico, que tiene un oficio dentro de la liturgia, debe hacer todas, pero solamente, las partes que le corresponden a ese oficio en particular, de acuerdo con la naturaleza de el ritual y los principios de la liturgia (CSL 28). El sacerdote no proclama la primera y segunda lecturas o el salmo, y así mismo, el cantor no toca el instrumento. En el caso de haber un organista o pianista que acompaña a la asamblea, éste debiera guiar a la asamblea sólo con el instrumento y no tomar, si no es necesario, el papel del cantor de guiar también con la voz. Cuando hay un coro, la función del coro, como grupo, es muy similar a la del cantor. 5) ¿Cuál es la función del Director Litúrgico de Coro? Un director litúrgico conoce por experiencia la oración católica y la celebración de festividades y temporadas del año litúrgico. Esta persona debiera tener un profundo amor por la misión de Jesús, quien le encarga a promover esa misión en cada aspecto de la vida y ministerio de la persona. coro o cantor. El coro principal es la asamblea que canta la liturgia. El director se preocupa si hay tan sólo una persona en la asamblea que no esté cantando. El director convoca cantantes de fe a hacer un coro que expresan su fe al ministrar. El director escoge música litúrgica integra y bien hecha que ayude al coro a expresar la profundidad y belleza de su fe. Al mismo tiempo, el director lleva a cabo una formación constante musical y catequética para los miembros del coro. El director litúrgico se diferencia de un director de un coro en una escuela o universidad porque su enfoque es único. Un director litúrgico de coro trabaja con música para ayudar a la asamblea a cantar el rito en la liturgia lo cual levanta los corazones de los creyentes y los mueve a la conversión y a la misión. La meta de los músicos litúrgicos es la participación completa, consiente y activa de cada católico en la liturgia. Recordemos que la asamblea completa ejerce un ministerio de música. Esto es logrado a través del diálogo de oración cantada entre la gente, el dirigente y el 50 Taller para Coros y animadores de Canto 6) ¿Cuál es la función del Coro? El miembro del coro es primero un discípulo y después un ministro. El músico pertenece primero que todo a la asamblea; es un devoto y es un ministro que comparte su fe, sirve en la comunidad, y expresa el amor de Dios a través de la música. Un coro litúrgico está más preocupado en establecer un diálogo musical entre sí, la asamblea y el presidente de la liturgia. Esta preocupación será mayor que el deseo de actuar frente la asamblea. El coro actúa como un grupo de cantores para introducir música nueva, para enseñar a la asamblea como participar activamente en la liturgia, y para animar a la asamblea a cantar. El coro es un grupo de discípulos que son músicos. Su meta es avivar la fe de cada persona en la asamblea al mover a cada uno a cantar y expresar su fe. El coro apoya y anima el canto de la asamblea 7) ¿Por qué es el órgano el principal instrumento en la liturgia? ¿O realmente lo es? acompañar a la asamblea en su cantar en la liturgia. En tiempos antiguos de la Iglesia, el órgano se utilizaba fuera de la Iglesia. La música dentro de la liturgia era solamente vocal. Después que el Papa Gregorio VI revisó los cantos en el siglo VI, la Iglesia empezó a aceptar gradualmente el órgano en la liturgia en los siglos VIII y IX para acompañar los cantos. La Iglesia fue utilizando el órgano y otros instrumentos para hacer que el canto Gregoriano sonara más bello. Sólo los instrumentos aprobados por Roma podían se utilizados en la liturgia. Aunque la Iglesia aceptó gradualmente el órgano, no aceptaba originalmente algunos instrumentos de percusión. Estos instrumentos eran considerados por la Iglesia instrumentos seculares, no sacros. Conforme la fe se fue esparciendo a otras tierras este juicio debe haber sido extraño para otras El instrumento principal en la liturgia es la voz de la asamblea (la gente, el sacerdote, el coro, el cantor y todos los otros ministros). El órgano puede sostener la nota, la melodía y el ritmo de los cantos o aclamaciones. Puede guiar y 51 Taller para Coros y animadores de Canto culturas en las cuales los instrumentos de percusión eran considerados sagrados. litúrgicos se amplió a aceptar los que el obispo local considerara apropiados. Debido a la naturaleza universal de la Iglesia en el mundo, y su apertura gradual a otras culturas, la apertura a otros instrumentos para la liturgia fue cambiando. El criterio para instrumentos Aunque el órgano se considera muy apropiado para la liturgia ya no es el único instrumento capaz de levantar los corazones de los fieles o de facilitar su participación. 8) ¿Cuáles otros instrumentos son apropiados para acompañar a la feligresía durante la liturgia? Aunque la Constitución de la Sagrada Liturgia considera el órgano altamente apropiado otros instrumentos pueden utilizarse también en la liturgia. instrumento es inapropiado. Se puede utilizar un instrumento o un grupo de instrumentos para la liturgia. Sin embargo, se debe tener siempre presente que lo más importante en la liturgia no es la instrumentalización. Si se puede lograr una buena instrumentalización pero esto hace difícil el canto de la asamblea, se esta interrumpiendo la liturgia y deben hacerse cambios inmediatamente. Podemos utilizar clarinete, flauta, oboe, trompeta, tuba, trombón, saxofón, violín, guitarra, arpa e instrumentos de percusión, para nombrar algunos. Los instrumentos, así como los músicos, deben ayudar a la asamblea a cantar la liturgia. Cuando la liturgia se detiene o el canto de la asamblea es interrumpido por la utilización de un instrumento en particular, dicho Siempre es importante que quienes tocan cualquier instrumento durante la liturgia busquen una constante superación en sus técnicas y capacidad musical, pero nunca para llegar a opacar o sobresalir ante el canto de la asamblea, sino para embellecerlo cada vez más. 9) ¿Cómo podemos lograr que la asamblea cante con gusto y bien? Para lograr que una asamblea cante hace falta establecer un repertorio de música litúrgica que le guste a la gente. Estos cantos deben ser repetidos durante las temporadas litúrgicas del año. Un repertorio sólido da forma e instruye a la asamblea que le gusta cantar en una espiritualidad cristiana. ser delegado con la responsabilidad de seleccionar y formar el repertorio de la asamblea en tal forma que la asamblea pueda cantar cantos apropiados para cada temporada del año litúrgico. Muchas veces se ve que no se le da la importancia necesaria a esta necesidad. El repertorio litúrgico de la parroquia forma la espiritualidad católica. Si el repertorio es débil o no existente esto puede deformar espiritualmente a la asamblea. El repertorio de la parroquia debe empezarse con una planeación cuidadosa. Un ministro de música debe 52 Taller para Coros y animadores de Canto La asamblea necesita a un músico competente y principalmente fervoroso que entienda los rituales de la liturgia y escoja la música apropiada para cada uno de estos de acuerdo con la temporada litúrgica. Este músico debiera tener la a la asamblea al centro de la adoración para cantar la liturgia. Por lo menos una parte de la asamblea debe tener acceso al texto y la música. La utilización de himnarios es recomendable cuando sea posible para unificar a la asamblea. También es una buena práctica el planear música que la gente pueda aprender de memoria. La parroquia necesita la utilización de instrumentos de buena calidad sonora, debidamente afinados y acompañando al coro y a la asamblea desde un lugar apropiado en la asamblea. Los músicos deben capacitarse constantemente en el manejo de su instrumento para embellecer el canto de la asamblea. capacidad de estudiar, enseñar y dirigir la música litúrgica de modo que pueda llevar 10) ¿Cómo se puede organizar un repertorio litúrgico para la parroquia? El encargado de la Pastoral Litúrgica debe tener una reunión con todos los coros y cantores para planear el año litúrgico por llegar. Juntos pueden hacer una lista de los cantos, himnos y aclamaciones que la asamblea canta bien. La meta es tener un repertorio utilizado por todos y así evitar que cada Misa tenga un repertorio diferente. El repertorio puede ser lo suficientemente extenso para que cada Misa no sea una replica de la anterior en cuanto a la selección de cantos, pero que todos los cantos utilizados en varias Misas de un sólo día tengan una verdadera unificación en tema. Trabajando juntos el director ayuda a acordar lo siguiente: más conocidos en todas las Misas de la parroquia. Incluir seis cantos procesionales o convocatorios, (cantos de entrada), que la gente sepa ya de memoria y los cante regularmente. 1. Un esbozo del año litúrgico completo: Adviento, Navidad, tiempo Ordinario de invierno, Cuaresma, Triduo Pascual, Pascua (incluyendo Pentecostés) y tiempo Ordinario de verano. 3. Para las aclamaciones de la oración eucarística, escoger unos tres Santos, Aclamaciones Memoriales y varios Amen. Tratar de que la aclamación memorial y el amén sean en el mismo tono para utilizarlos juntos. Hay que tomar suficiente tiempo para enseñar a la asamblea cualquier nueva versión de estas oraciones cantadas. Aunque parezca 2. Hacer una lista de alrededor de seis cantos que la asamblea ya conoce para cada temporada. Lo mejor es escoger los 53 Taller para Coros y animadores de Canto aburrido para los miembros del coro, no hay nada de malo en el utilizar las mismas oraciones durante todo el año si es necesario para que la asamblea las aprenda y las cante. Lo mismo se debe aplicar para el Cordero de Dios cantado. la asamblea canten con gusto. Los miembros del coro podrán decir que están aburridos de estar cantando los mismos cantos con la asamblea, pero el que la asamblea se sepa bien un repertorio apropiado le puede dar la oportunidad a los miembros del coro de concentrarse en otras áreas del canto para hacer los cantos más interesantes, por ejemplo, hacer voces utilizando las diferentes voces, altos, sopranos, bajos, tenores para crear polifonías mientras la asamblea canta la melodía base. Además, conforme la asamblea se descubre como parte activa e importante en los momentos de canto, esta estará más dispuesta a aventurarse a aprender nuevos cantos de vez en cuando. El crear un repertorio como el mencionado arriba le da a la asamblea un repertorio lo suficientemente extenso para el año litúrgico. Se debe permitir el tiempo necesario para que la asamblea lo domine. El hecho de que la asamblea completa sepa un canto determinado no es señal de que ya hay que cambiarlo, sino de que el coro esta cumpliendo su misión ministerial. Recuerda que la misión del coro de la parroquia es el que todas las personas en 11) ¿Cual es la mejor manera de introducir un canto nuevo en Misa? La mejor forma de introducir un canto nuevo es practicándolo con la asamblea antes de la Misa. El coro debe estar conciente que lo que al coro le tomó horas de práctica no lo podrá aprender la asamblea en cinco minutos antes de una Misa. Por esto es necesario hacer esta pequeña práctica varias veces. Cuando se enseña un canto nuevo a la asamblea, éste se debe utilizar por algunas semanas. Es importante que las primeras tres o cuatro veces que se utiliza un canto nuevo, el coro no realice arreglos vocales complicados si no que canten la melodía base que la asamblea debe aprender hasta que la asamblea empiece a dominarla. 12) ¿Que partes de la Misa se deben Cantar? Las aclamaciones que se deben cantar son el Salmo, la aclamación antes del Evangelio, las aclamaciones durante la plegaria eucarística (Santo, Aclamación Memorial y Amen), y el rito de la fracción. Se debe planear música apropiada para la procesión de entrada y la de comunión. El canto de entrada prepara a la asamblea para la Palabra de Dios y la temporada litúrgica del año. Crea unidad entre la gente para convertir una asamblea de desconocidos en una comunidad de creyentes, hermanos en Cristo. Durante la procesión de Comunión el canto debe hablar de la acción que está haciendo la asamblea: la unión en la Eucaristía. Siendo que el canto debiese durar tanto como la acción de la asamblea y terminar cuando la acción termina, es importante no seleccionar cantos demasiado largos que tengan que cortarse a la mitad, para terminarlo al mismo tiempo que la acción de la procesión. Es importante no seleccionar un canto muy largo. Esto porque los cantos largos suelen llevar un mensaje 54 Taller para Coros y animadores de Canto que se forma a lo largo del canto completo, y el terminar el canto en la mitad destruye el mensaje que el canto tiene en sí. Algunos coros optan equivocadamente por seguir cantando hasta terminar el canto que seleccionaron aún después de que la procesión de la comunión ha terminado. Esto desfigura la misión principal del canto procesional y transforma el sentido litúrgico del momento en un capricho del coro. canto debe estar preparado sólo para la duración del rito. El canto de salida nunca ha sido una parte oficial de la liturgia. Técnicamente hablando, la liturgia acaba en el momento en que el sacerdote da la bendición y envía al pueblo en paz. Es por esto que el canto de salida se puede suprimir o se puede cantar con mayor flexibilidad en tema, estilo, duración etc. Básicamente queda a libre opción del coro. Las reglas estrictas de liturgia ya no aplican en este momento. Sin embargo es recomendable que se utilice un canto con un tema de alabanza, agradecimiento o de envío a llevar a Dios a los lugares a donde ahora va cada uno de los integrantes de la asamblea, más ya como individuos y no como asamblea. El coro debe preparase para cantar el Salmo cada domingo. La asamblea puede cantar los cantos ordinarios como el Señor ten Piedad, el Gloria y el Cordero de Dios. Sin embargo, la utilización de estos cantos requiere de planeación especial. Siendo estas oraciones las que la asamblea recita cuando no hay música, es muy importante que el coro utilice melodías sencillas y que dé tiempo a la asamblea para que aprenda a cantarlas antes de que se empiecen a utilizar dentro de la Misa, pues sería un error litúrgico si el coro se dedica a cantarlas bellamente quedándose la asamblea callada durante un momento en que ésta debía participar activamente con viva voz. Hay que ensayarlas, si es necesario, antes de la Misa para que la asamblea las aprenda y participe como es debido. Se pueden considerar cantos suplementarios para los momentos de la presentación de las ofrendas, la acción de gracias después de la comunión y canto de salida. El canto para la presentación de las ofrendas puede ser con participación de la asamblea, instrumental, o puede ser cantado sólo por el coro. En todos los casos, este 55
© Copyright 2024