Parte 1 Apocalipsis Capítulo 1 INTRODUCCIÓN 2 Apocalipsis Apocalipsis 3 Parte 1 1:1-20 LA INTRODUCCIÓN 1:1-2 - “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto”. La palabra “revelación” significa destapar, develar o revelar. Los versículos 1 a 2 nos hacen comprender cómo llegó a existir este libro. Dios Padre le dio este libro a Jesús después de su ascensión al cielo. Cristo dijo en Mateo 24:36 refiriéndose al tiempo de su segunda venida: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”. Dios Padre es el único que sabe con exactitud el día y la hora de la segunda venida de Cristo. Como Hijo del Hombre, la revelación que Jesús tuvo de los últimos días no era completa mientras Él estuvo en la tierra. Tuvo que crecer en conocimiento, igual que nosotros. Sin embargo, después de ascender al Padre, en los cielos, supo 4 Apocalipsis todas las cosas. El libro de Apocalipsis fue dado a Jesús por el Padre, quien por medio de un ángel se lo envió después a Juan. Juan fue el último apóstol sobreviviente del Cordero (del grupo original de doce). Escribió cinco libros del Nuevo Testamento— el Evangelio de Juan, las Epístolas I, II y III de Juán, y el libro de Apocalipsis. Juan tenía alrededor de noventa años de edad cuando recibió este libro. En su primera epístola dijo: “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3). Juan conocía íntimamente la Palabra y los caminos de Dios. Recibió su más grande revelación en la vejez. Hay cierta pureza que se forja en los hombres y mujeres que perseveran en caminar con Dios a medida que envejecen. Como dijo Cristo: “Si permanecemos en su Palabra, conoceremos la verdad, y la verdad nos hará totalmente libres (Juan 8:31-32). Las siete bienaventuranzas del libro de Apocalipsis 1:3 - “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”. Esta constituye la primera de “las siete bienaventuranzas del libro de Apocalipsis”. Las otras se encuentran en el capítulo 14:13, 16:15, 19:9, 20:6, 22:7 y 22:14. Muchas de las grandes divisiones de la Biblia comienzan con Apocalipsis 5 sus propias bienaventuranzas, que son las claves para recibir las bendiciones que el Señor desea otorgar a su pueblo. El Pentateuco (Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio) contiene los Diez Mandamientos, de los cuales el Señor dijo en Deuteronomio 6:17-19: “Guardad cuidadosamente los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado. Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres; para que él arroje a tus enemigos de delante de ti, como Jehová ha dicho”. El libro de Salmos comienza con el pronunciamiento de una bienaventuranza acerca de los que no andan en camino de pecadores y que meditan continuamente en la Palabra de Dios. “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Sal. 1:1-3). El primer mensaje de los profetas fue arrepentimiento y retorno a la Ley. Se pronunció una bienaventuranza sobre los que hacen esto. El profeta dijo en Isaías 56:1-2: “Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el 6 Apocalipsis hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal”, (ver también Is. 1:18-20). El Nuevo Testamento tiene, como se sabe, las bienaventuranzas que pronunció el Señor mismo. En su Sermón del Monte, el Señor dio estas nueve bienaventuranzas en Mateo 5:1-12: “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”. Ahora regresemos a la primera bienaventuranza del libro de Apocalipsis. En muchos sentidos es extraordinaria. Primero que Apocalipsis 7 todo, el Señor pronuncia una bendición sobre los que leen o que simplemente oyen las palabras de esta profecía. Solamente en esta porción de las Escrituras se garantiza que la lectura de un libro traerá bendición al lector. Observe que el Señor no dice que debemos entender el libro para recibir la bendición, sino que simplemente lo debemos leer u oír. Además, el libro de Apocalipsis es llamado profecía, ligándolo por tanto al fluir profético que se encuentra especialmente en los profetas mayores y menores del Antiguo Testamento. Esto es sustentado por el hecho de que en el libro de Apocalipsis, muchos temas e ilustraciones de los sucesos del tiempo final, se asemejan a lo enunciado en los libros de los profetas del Antiguo Testamento. Hay una amonestación a guardar los dichos de este libro: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”. Esta advertencia a guardar los mandamientos de este libro se repite en el capítulo 22:9: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. El Saludo 1:4 - “Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de 8 Apocalipsis los siete espíritus que están delante de su trono”. El versículo 4 nos dirige a las siete iglesias de Asia. Para el lector moderno, es necesario mencionar que Asia era el nombre que se le daba a una provincia romana en la parte occidental del país que hoy se conoce como Turquía. Estas siete iglesias fueron las que recibieron atención apostólica de parte del apóstol Juan en su vejez. Él las visitaba haciendo una ronda, de la misma manera que el profeta Samuel lo hizo, viajando a varias ciudades de Israel. “Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió. Y todos los años iba y daba vuelta a Bet-el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares. Después volvía a Ramá porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jeová” (1 Sam. 7:15-17). Estas siete iglesias se enumeran en Apocalipsis 1:11: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”. Ellas fueron las primeras beneficiarias de esta extraordinaria profecía. Después de dirigirse a las siete iglesias de Asia, Juan hace el saludo neotestamentario tradicional de “gracia” (1:4). La gracia es capacitación divina para triunfar sobre todos los obstáculos y luchas que encontramos en nuestra peregrinación de la tierra al cielo. Gracia también significa el inmerecido favor de Dios, que se recibe cuando nos humillamos delante del Señor. Apocalipsis 9 Asimismo, Juan las saluda con “paz”. Paz era el saludo del Señor a sus discípulos antes y después de su resurrección. La paz es el don más preciado de la humanidad, ansiado por naciones y pueblos en todas partes, pero tan escasamente encontrado. Cristo dijo a sus discípulos en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. El apóstol Pablo dijo a los creyentes de Filipos: “Por nada estés [afanosos], sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará [guarnecerá] vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:67). La paz solamente proviene del Príncipe de Paz y se le concede a sus amados. La paz se le da a los justos. Vale la pena observar también que esta salutación tradicional procede del “que es y que era y que ha de venir”. Esta pequeña frase acerca del Señor “que es y que era y que ha de venir” es muy importante. Este título del Señor Jesucristo se repite de diversas maneras a través de las páginas del libro de Apocalipsis. Hay una razón precisa para esto. Es enfatizar el hecho de su resurrección y preexistencia como el Hijo del Hombre, pero también su regreso. Jesús está vivo hoy. En esos términos, ya que todo testimonio tiene que ser confirmado por la boca de dos o tres testigos, el saludo proviene también de los siete Espíritus de Dios, que se nos presentan 10 Apocalipsis por nombre en Isaías 11:2. Estos siete Espíritus del Señor son una extensión de la Persona del Espíritu Santo. 1:5 - “Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre”. Jesucristo es el testigo fiel. Estas palabras reflejan lo que Pablo escribió muchos años antes en Primera Timoteo 6:13: “Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato”. Jesús es también “el [primogénito] de los muertos”. Esto se repite en Colosenses 1:18. Cristo fue el primero en recibir un cuerpo resucitado. Pablo dijo en Primera Corintios 15:20: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho”. El Señor Jesús conquistó la muerte. Ahora, con una elegante sencillez, Juan declara la autoridad y majestad de Cristo con el maravilloso título “El Soberano de los reyes de la tierra”. Este título significa que Cristo es el único que tiene la preeminencia sobre los reyes terrenales. El Señor Jesús es el Rey de Reyes, y reina sobre todos los gobernantes de la tierra. En su acostumbrada forma de expresarse, Juan declara entonces el amor de Jesús por nosotros. Se asemeja a la declaración que hizo en Juan 13:1 acerca del constante amor que Jesús manifestaba a sus discípulos. “Antes de la fiesta de la Apocalipsis 11 pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”. Aun en la hora de su mayor necesidad, el Señor se derramó a Sí mismo por sus discípulos y dio por ellos todo lo que tenía. ¡Ese es amor verdadero! El amor lo obligaba a entregarlo todo. Finalmente, Juan evoca el supremo sacrificio de Jesús por nosotros. Cristo no sólo derramó su sangre por nosotros, sino que lavó nuestros pecados con su preciosa sangre que fluyó del Calvario. Esta palabra “lavó” puede ser traducida también como “liberó o soltó”. El Señor nos lavó, nos hizo blancos como la nieve (ver Is. 1:18) y nos liberó de nuestros pecados con su sangre. 1:6 - “Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. Juan declara la razón principal de que seamos limpiados— es que podamos convertirnos en reyes y sacerdotes para Dios. Esta no es en ningún sentido una verdad aislada. Era el plan y propósito original para los hijos de Israel. El Señor dijo a los hijos de Israel en Exodo 19:6: “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”. El Señor Jesucristo es un Rey, pero también es un Sacerdote según el orden de Merquisedec. Por lo tanto, desea que nosotros también seamos reyes y sacerdotes espirituales. Esta es una verdad que vemos desarrollada con mayor detalle en Apocalipsis 5:9-10. 12 Apocalipsis 1:7 - “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Si, amén”. Uno de los hechos mejor definidos acerca de la segunda venida del Señor Jesucristo es que Él viene con las nubes (ref. Dn. 7:13) y que todo ojo le verá. No habrá una venda secreta. Esta verdad se repite una y otra vez a través de las Sagradas Escrituras. Cristo declaró en Mateo 24:30: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. En los registros de la ascensión de Jesús al cielo cuarenta días después de su resurrección, tenemos un cuadro de su segunda venida. Leemos en Hechos 1:9-11: “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. El Señor Jesucristo regresará a la tierra de la misma manera que ascendió a los cielos. Por esta razón, sabemos varias cosas acerca de su regreso. Vendrá con las nubes. Además, ya que ascendió a los cielos desde el Monte de los Olivos Apocalipsis 13 (Hechos 1:12), cuando regrese sus pies tocarán el Monte de los Olivos (Zac. 14:4). Y todo ojo le verá. Toda la gente alrededor del mundo le verá al mismo tiempo debido a su omnipresencia. Asimismo, todos los que le traspasaron le verán. Zacarías 12:10 dice: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Ver Sal. 22:16, Is. 53:5). El Alfa y la Omega 1:8 - “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”. Aquí Cristo se revela a sí mismo como el “Alfa y Omega”. La primera letra del alfabeto griego es Alfa y la última es Omega. Esto enfatiza el hecho de que el Señor es el principio y el fin de todas las cosas. Pablo realza esta verdad en Filipenses 1:6 al decir: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Por ser el Señor el Alfa y la Omega, podemos estar seguros de que El que empezó la obra en nosotros la completará. Él es el “autor y consumador de nuestra fe” (He. 12:2). Por lo tanto, lo que Dios se propuso desde antes de la fundación del mundo, ya sea para una nación o para un individuo, Él lo cumplirá y lo 14 Apocalipsis realizará. En lo profundo del corazón debemos estar absolutamente persuadidos de esto para poder llegar a la meta que Dios tiene para nuestras vidas. Conociendo el carácter inmutable de Dios, podemos decir por fe, juntamente con David: “Jehová cumplirá [o completará] su propósito en mí” (Sal. 138:8). El Señor declara que Él “es y era y ha de venir”. La repetición constante de esta frase en el libro de Apocalipsis, de ninguna manera está allí por azar, sino que se nos hace para recalcar tanto la certeza de la segunda venida del Señor, como la marcada diferencia entre Cristo y el Anticristo. El Anticristo venidero “era, y no es y ha de venir” (Ap. 17:8,11). ¿Por qué este contraste? La razón es que Cristo viene desde lo alto con las nubes, pero el Anticristo “subirá del abismo”, (ver Ap. 17:8). El Señor es llamado Todopoderoso, pero el Anticristo es un hombre que vivió antes de escribirse el libro de Apocalipsis. Apocalipsis 13:18 declara con claridad que el Anticristo es un hombre: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”. Isaías 14:12-15 habla de Satanás el arcángel caído cuyo nombre anterior era Lucifer. Luego Isaías 14:16 habla del Hombre de pecado (ref. 2 Ts. 2:3), uno que se levantará en Apocalipsis 15 los últimos días y que será totalmente poseído y puesto en acción por Satanás. Cuando Cristo en su segunda venida destruya y arroje al infierno al Anticristo, las naciones dirán: “¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos?” (Is. 14:16). 1:9 - “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo”. Juan se identifica a sí mismo con sus lectores. Aunque era un apóstol muy respetado, se llama simplemente su hermano en la familia de Dios. Esto realza la idea de identificación. Lo mismo es cierto del profeta Ezequiel, quien testificó: “me senté donde ellos estaban sentados” (Ez. 3:15). En otras palabras, él se indentificaba con la gente a quien le ministraba, y podía entender sus necesidades. Juan también dice que es su compañero en la tribulación. Juan no desconocía la tribulación. La iglesia neotestamentaria fue iniciada con aflicciones y la iglesia de los últimos días acabará con la gran tribulación. Hechos 14:22 nos dice que “a través de muchas tribulaciones entramos en el reino de Dios”. El trasfondo de esta abrumadora declaración es la ocasión en que Pablo fue apedreado en Listra. ¿Se da cuenta usted de cómo entraban en el reino de Dios los santos neotestamentarios? Era a través de muchas tribulaciones y persecuciones. 16 Apocalipsis Las mayores persecuciones contra la iglesia de Jesucristo están todavía por venir. Cristo declaró en Marcos 13:19 acerca de los últimos días: “porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá”. Juan recibió el libro de Apocalipsis durante un tiempo de tribulación. Esto puede aplicarse también a los cristianos de hoy. Es durante las épocas de pruebas y aflicciones, que los santos experimentan y reciben las revelaciones más grandes de sus vidas. “Copartícipe vuestro...en el reino y en la paciencia de Jesucristo”. La palabra “hupomone” es el término griego para “paciencia”, y significa: una resistencia firme y conquistadora. Esta clase de paciencia convierte en gloria todos los tipos de sufrimiento. El camino del reino es el camino de la resistencia. Esta perseverancia se encuentra en la persona de Cristo. El mismo Señor soportó hasta el final, y dijo en Mateo 24:13: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Esto se aplica en especial a la iglesia de los últimos días ya que fue dicho en el contexto de los días previos a la segunda venida. La última semana de la vida de Cristo sobre la tierra fue su hora más oscura, pero a la vez, fue su más grandiosa hora. La última semana de la vida y ministerio de Cristo es un tipo de los últimos días de la iglesia. Aunque experimentó los mayores sufrimientos, también recibió la mayor gloria que pueda existir—culminando Apocalipsis 17 en su victoria en la cruz. ¡Y yo recalco que fue una victoria, no una derrota! A pesar de que el libro de Apocalipsis se dio como fuente de consuelo para los cristianos sufrientes en los días de Juan, y para los santos de Dios que padezcan persecución en todas las épocas, tiene una aplicación especial para la iglesia de los últimos días. Declarando el triunfo final de Dios y de Cristo sobre Satanás, el Anticristo, el falso profeta y la iglesia falsa, Apocalipsis nos da seguridad acerca de nuestra postrer victoria si continuamos caminando en la luz. ¡Cuánta seguridad tenemos en Jesús! 1:10 - “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta”. El día del Señor es el domingo. Este fue el día en que Cristo se levantó de entre los muertos. El día de reposo del Antiguo Testamento era el sábado. El domingo es tanto el primer día como el octavo día de la semana. El número ocho significa nueva vida, un nuevo orden y un comienzo fresco en los propósitos de Dios; en esta ocasión, significa la inauguración de la era de la iglesia con la muerte de Cristo en la cruz y su consiguiente resurrección. 1:11 - “Que decía: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”. Cristo es el Alfa y la Omega. Este título se usa dos veces en el capítulo 1 y también en Apocalipsis 21:6 y 22:13. 18 Apocalipsis En la Palabra de Dios las repeticiones se usan para hacer énfasis. Por consiguiente, no se deben pasar por alto. Esto queda claro desde Génesis 41:32, en donde José dijo: “Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla”. Queda claro que el Señor desea hacer hincapié en que completará la obra que ha comenzado, (ver Ro. 9:28). ¡Verdaderamente, “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará! (Fil. 1:6). “Lo que veas, escríbelo en un libro, y envíalo a las siete iglesias”. Esta fue la comisión dada a Juan para que escribiera el libro de Apocalipsis. El ministerio del escritor exige una unción y una gracia especiales, además de una dotación única y un alto grado de preparación. Salomón dijo en Salmos 45:1: “Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero”. Cuando escribimos bajo la unción del Espíritu Santo, arde nuestro corazón en nuestro interior. En Apocalipsis 1:12-17 Juan recibe una novedosa revelación de parte de Jesucristo. Esta fue una revelación de Cristo en su plenitud. Por tres años y medio, Juan se acostumbró a ver al Señor en su forma terrenal, pero ahora recibe una mayor revelación de la plenitud de Cristo. En la última cena, Juan se reclinó sobre el pecho de Jesús, pero esta nueva revelación hizo que cayera a los pies de Jesús como muerto. Las manifestaciones de Jesús tienen distintos niveles. En los cielos Apocalipsis 19 hay también niveles de luz. Entre más cerca estemos del trono de Dios, más brillante y fuerte se vuelve la gloria. El esplendor de la gloria que se nos revela, depende de nuestro desarrollo espiritual. Hay ocasiones en que Cristo suaviza la gloria de su manifestación de tal manera que le podamos contemplar (ref. Ex. 34:33-35). En la vida de Juan hubo un continuo despliegue de la belleza y persona de Jesús, y así debería suceder con nosotros. En Juan 14:21 Cristo nos dio la clave para tener una revelación incesante y creciente de su persona y naturaleza. Cristo dijo: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. La palabra manifestar significa “revelar y mostrar abiertamente”. La clave para esta exposición de la belleza y persona del Señor, es la obediencia a sus mandamientos. Cada vez que el Señor se nos revela, hay un poder transformador para desarrollar en nosotros ese nombre y rasgo específico de Cristo que nos es revelado. Segunda Corintios 3:18 declara que “somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu Santo”. Es el Espíritu Santo el que nos lleva de un nivel de gloria al siguiente. Cada uno de nosotros puede recibir una revelación progresiva de la belleza y carácter de Cristo. A veces esto ocurre visiblemente, cuando tenemos los ojos ungidos para ver a Jesús en el Espíritu. 20 Apocalipsis El secreto para ser transformado se encuentra en Primera Juan 3:2— “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. A medida que contemplemos a Cristo y le veamos en toda su belleza, seremos transformados a su imagen y semejanza. Nos convertimos en aquello en que centramos nuestro corazón y atención. Si tenemos ojos de paloma para el Señor, y si nuestro corazón está fijo en Él, nos volveremos semejantes a Él a medida que le contemplemos. 1:12-13 - “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro”. Juan vio a Cristo ataviado con sus vestiduras de sumo sacerdote que llegaban hasta los pies. Este atuendo estaba hecho de lino fino, que significa justicia (Ap. 19:8). Por lo tanto, cada aspecto de la vida de Cristo estaba lleno de justicia. El cinto de oro significa servicio divino y la dignidad de un cargo, una posición y el carácter de una persona. En este caso, en lo que atañe al Señor, el oro es emblema de la deidad o de la naturaleza divina, y el cinto significa verdad y fidelidad (Is. 11:5). 1:14 - “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego”. Los cabellos blancos siempre simbolizan sabiduría. Recuerde, en Cristo están escondidos “todos los tesoros de la sabiduría y Apocalipsis 21 del conocimiento” (Col. 2:3). Sus ojos eran como llama de fuego. Esto significa la visión penetrante de Cristo. La mirada del Señor atraviesa a una persona y saca a luz lo que está escondido. 1:15 - “Y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas”. El bronce simboliza juicio. El bronce no cambia con el tiempo. Los pies de bronce indican perennidad en sus juicios y una norma inflexible para la caminata del cristiano. Cristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. La ética situacional no existe. ¡Las normas de Dios nunca cambian! El agua significa vida. Jesús dijo en Juan 6:63: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Cuando Cristo habla, sus palabras tienen el sonido de muchas aguas (ref. Sal. 29:3). 1:16 - “Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”. La espada que sale de la boca del Señor significa la eficacia de la Palabra escrita y hablada que es como una espada. La Palabra de Dios es “la espada del Espíritu” (Ef. 6:17). Hebreos 4:12 dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. 22 Apocalipsis El sol significa Cristo. Cuando Cristo se transfiguró, el rostro le brillaba como el sol (Mt. 17:2). En Malaquías 4:2 el Señor es llamado “el Sol de justicia”. 1:17 - “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último”. Hay muchos niveles de manifestación del Señor. Muchos hombres que se mencionan en la Palabra de Dios, cayeron a los pies del Señor, (ver Josué 5:14; Ez. 1:28; Dn. 8:17; 10:15). Ellos fueron sobrecogidos por la majestad y santidad de Jehová—Cristo. El Señor puso su diestra sobre Juan y le dijo que no temiera. La mano derecha es siempre símbolo de autoridad. Cristo es el Primero y el Último. Este título se usa cuatro veces en el libro de Apocalipsis (1:11; 1:17; 2:8; 22:13). Este título es semejante al de Alfa y Omega. 1:18 - “Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. Observe la referencia constante que se hace a la resurrección del Señor. Cristo posee las llaves del infierno y de la muerte. Él tiene poder sobre la muerte. Dios levantó a Cristo de los muertos y lo libró “de los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella” (Hechos 2:24 - NVI). 1:19 - “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas”. El versículo 19 nos da la Apocalipsis 23 pauta para interpretar el libro de Apocalipsis. “Las cosas que has visto” son las cosas que Juan vio en el capítulo 1. “Las que son” se refieren a los capítulos 2 y 3. “Las que han de ser después de estas” se refieren a los capítulos 4 a 22, que desarrollan los acontecimientos que tendrían lugar después del período de vida del apóstol Juan. 1:20 - “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias”. El misterio de las siete estrellas y de los siete candeleros de oro es interpretado por el Señor mismo. Las siete estrellas son los siete ángeles de las iglesias. Sobre cada iglesia hay un ángel gobernador. Es muy importante que sobre nuestra iglesia esté el ángel adecuado. Por ejemplo, cierta vez se juntaron varias iglesias para celebrar una reunión. El Señor reveló que dos ángeles estaban en la plataforma—uno era un verdadero ángel y el otro era un príncipe demoníaco. Estos ángeles estuvieron en conflicto durante ese culto. Puede haber una dualidad de cobertura sobre una iglesia. Cuando una iglesia adopta una falsa doctrina, realmente está admitiendo el espíritu caído que respalda esa falsa doctrina. Lamentablemente, ese espíritu llegará más tarde a gobernar la iglesia (ref. 1 Tim 4:1; 2 Co. 11:3-4; Is. 8:19; Gál. 1:8). 24 Apocalipsis Una segunda interpretación de las siete estrellas es que estos ángeles también pueden hablarnos de un pastor o de un ministerio de líderes. Pablo dijo a los Gálatas: “Me recibisteis como a un ángel de Dios” (Gál. 4:14). El propósito del ministerio es dar luz y permanecer en la senda de justicia, de modo que los demás puedan recibir de nosotros dirección para sus propias vidas. Esta es exactamente la función de las estrellas. No sólo alumbran, sino que permanecen en una trayectoria fija. Por esta razón se usan en la navegación. Una persona puede indicar un punto exacto, desde el cual se puede calcular en qué posición se encuentra. Oh, seamos como las personas que menciona Daniel 12:3: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Los siete candeleros de oro representan las siete iglesias. Un candelero proporciona luz y dirección. También representa la unción de los Siete Espíritus del Señor (Ver Is. 11:2-3; Zac. 4:1-6, 11-13). Cierta vez se le dio a una iglesia una profecía haciéndole la siguiente advertencia: “Si persistes en andar en malos asuntos, quitaré de en medio de ti la luz de mi Espíritu”. Que el Señor nos conceda caminar en una constante comunión con Él, para que el candelero de Dios permanezca en medio de nuestras congregaciones. Apocalipsis 25 Parte 2 Apocalipsis Capítulos 2-3 LOS MENSAJES A LAS SIETE IGLESIAS LAS SIETE IGLESIAS DE ASIA 26 Apocalipsis Apocalipsis 27 Parte 2 2:1 - 3:22 LOS MENSAJES A LAS SIETE IGLESIAS En Apocalipsis 1:11 a Juan se le comisiona para escribir en un libro lo que vio, y enviarlo a las siete iglesias. Juan el amado era el veedor espiritual de estas iglesias locales. Estaban ubicadas en Asia Menor (la Turquía moderna), y todas quedaban en un radio de cien millas de distancia la una de la otra. En Apocalipsis capítulos 2 a 3, los mensajes enviados a las siete iglesias son registrados para nosotros. Cada iglesia recibió del Señor una diferente revelación y un diferente mensaje, cada uno señalando la condición espiritual de la iglesia y sus necesidades. El libro de Apocalipsis, que detalla los juicios de Dios sobre este mundo y sobre la iglesia falsa antes de la segunda venida de Cristo, comienza por mencionar la condición actual de la iglesia en esa época. Como lo declara el apóstol Pedro en 1 Pedro 4:17: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” Apocalipsis 28 Hay cuatro aplicaciones de los mensajes a las siete iglesias: 1. Se aplicaban a las iglesias que existían en los días de Juan. 2. En lo que se refiere a dispensación y orden histórico, se aplican a la iglesia desde tiempos neotestamentarios hasta nuestro tiempo. 3. Se aplican a las iglesias locales de hoy. 4. Se aplican a los individuos (una aplicación personalizada). Paralelo entre las siete iglesias El hecho de que haya siete iglesias significa que pueden conectarse con otros dos conjuntos de siete en la Palabra de Dios—las siete fiestas del Señor (Lev. 23) y las siete parábolas del reino que se encuentran en Mateo 13. 7 IGLESIAS 7 FIESTAS 7 PARÁBOLAS Efeso Esmirna Pérgamo Tiatira Sardis Filadelfia Laodicea Pascua Panes sin Levadura Primicias Pentecostés Trompetas Propiciación Tabernáculos El Sembrador La Cizaña El Grano de Mostaza La Levadura El Tesoro La Perla La Red Apocalipsis 29 Estos paralelos tiene una precisión asombrosa. Sin embargo, recuerde que los símbolos y los paralelos sólo ayudan a ilustrar una verdad, pero no pueden ser tomados como doctrina. Los paralelos, así como las parábolas, no se aplican a todos los aspectos. Estos paralelos nos dicen algunas cosas interesantes para nuestra época. La iglesia de Laodicea, un tipo de la iglesia de los últimos días, hace parejas con la séptima fiesta, la Fiesta de los Tabernáculos. Esta era la fiesta del avivamiento, de la lluvia postrera y de la cosecha. Tiene semejanza con la séptima parábola del reino, acerca de la red, que también significa los últimos días. Por lo tanto, en nuestro tiempo veremos cumplirse la Fiesta de los Tabernáculos y una gran cosecha de almas en el reino de Dios, pero también veremos que muchos cristianos pierden el fervor y amor por el Señor, escogiendo ser pasivos y de poco entusiasmo. Las siete iglesias dispensacionalmente Estas siete iglesias se pueden contemplar dispensacionalmente. Muestran la historia de la iglesia desde los tiempos neotestamentarios. • Efeso significa la iglesia neotestamentaria de los primeros días. • Esmirna significa la iglesia neotestamentria que padeció una gran persecución. Apocalipsis 30 • Pérgamo significa la iglesia romana de los primeros días. • Tiatira significa la Edad del Oscurantismo. • Sardis significa la Edad Media (el tiempo de Martín Lutero) • Filadelfia significa la Era Wesleyana (el avivamiento de Santidad) • Laodicea significa la iglesia de los últimos días. BOSQUEJO DE LOS MENSAJES Cada mensaje tiene un bosquejo similar, como aparece a continuación: 1. Cada iglesia recibe una revelación específica del Señor a través de una descripción de Cristo o de uno de sus títulos. 2. Cuando corresponde, se recibe un elogio de parte del Señor. 3. Cuando corresponde, se recibe la corrección o reprensión del Señor. 4. El Señor siempre concluye con una promesa para los vencedores. Una realidad interesante acerca de estas iglesias es que el nombre de la ciudad tiene un significado que a menudo refleja la condición espiritual de la iglesia. Debemos recordar esto Apocalipsis 31 cuando hacemos la evaluación de los problemas de carácter de la iglesia que atendemos o pastoreamos. EFESO (2:1-7) Efeso significa “deseada” o “deseable”. Este debió ser el tema de la iglesia, pero el Señor la reprendió por haber dejado su primer amor. La ciudad en sí era una escena de gran hermosura. El templo de Diana en Efeso era una de las siete maravillas del mundo. Sin embargo, en medio de esta belleza estaban los horrores de la prostitución en el templo. El templo se había convertido en una fuente de gran ganancia comercial. Por consiguiente, cuando Pablo y sus compañeros fueron acusados de poner en peligro el culto a Diana al introducir el Cristianismo, los artesanos y vendedores de artículos paganos naturalmente se indignaron (Hechos 19:23-41). Las otras seis maravillas del mundo antiguo eran: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Las pirámides de Egipto Los jardines colgantes de Babilonia La estatua del dios griego Zeus en el Olimpo La tumba de mármol del Rey Mauslus en Halicarnaso El coloso de Rodas El faro de Alejandría, en Egipto *A excepción de las pirámides, ninguno de estos monumentos existe hoy. 32 Apocalipsis Efeso era la ciudad más importante de la provincia romana de Asia Menor. En los tiempos neotestamentarios había alcanzado una población de más de un cuarto de millón de habitantes. Su importancia comercial se acentuaba por el hecho de que tres grandes rutas comerciales convergían en la ciudad. Además, era una ciudad de gran trascendencia política. Como ciudad libre, Roma le había concedido el derecho a tener un gobierno propio. De acuerdo con Eusebio, Efeso se convirtió en el hogar de Juan después de que su exilio en Patmos hubo terminado. Efeso era la sede de los concilios de la iglesia primitiva, los cuales tenían el propósito de resolver diferencias doctrinales. Fue destruida por los Godos en el año 262 D.C.; y aunque fue reconstruida, nunca recuperó su prestigio y esplendor anterior. Fue decayendo a paso constante, y en el siglo XIV ya había dejado de existir. Efeso era un puerto, pero en el primer siglo se había convertido en una ciudad a punto de desaparecer, estando incurablemente llena de cieno. Hasta cierto punto, este era el estado de la iglesia. Era innegablemente la mejor de las iglesias neotestamentarias fundadas por el apóstol Pablo (ver Hechos 19). La profundidad y alcance de las verdades que Pablo pudo impartir a esta iglesia superaban por mucho las verdades que presentó en sus otras epístolas. La Epístola de Pablo a los efesios es conocida como “la reina de las epístolas”. Apocalipsis 33 2:1 - “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro”. El Señor sostiene siete estrellas en su diestra y camina entre los siete candeleros de oro. Esto muestra claramente que Él sostiene a sus ministros en su mano y que camina en medio de sus iglesias—viendo todas las cosas. Nada se escapa al escrutinio de su mirada. Hebreos 4:13 dice: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. 2:2 - “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”. El Señor dijo a la iglesia de Efeso: “Yo conozco tus obras—tu estilo de vida—y tu arduo trabajo”. Era una iglesia trabajadora y diligente, indudablemente ávida de almas y abundante en buenas obras. 2:3 - “Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado”. Los miembros de esta iglesia habían soportado mucha oposición y grandes dificultades; pero no se cansaban de hacer el bien (Gá. 6:9; 2 Ts. 3:13). Estas son cualidades valiosas; y haríamos bien en imitar tales características de la iglesia de Efeso. Pablo dijo en Hebreos 6:10: “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia 34 Apocalipsis su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”. Dios recuerda todo nuestro servicio a Él y a su iglesia , y nos recompensará por ello. Por lo tanto, usted puede ver que esta era una iglesia abundante en buenas obras. 2:4 - “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”. Sin embargo, las buenas obras no pueden reemplazar las relaciones. Estos creyentes se habían obsesionado con las obras en lugar de concentrarse en Cristo, y habían perdido el fervor de su amor por el Señor. En lo exterior parecían muy religiosos, trabajando para Cristo, pero el corazón se les había enfriado hacia Aquel a quien servían. Las buenas obras y el ministerio nunca pueden ser sustitutos de una relación de amor con el Señor Jesucristo. Son “cisternas rotas que no tienen agua” (Jer. 2:13). La iglesia de Efeso se había convertido en una iglesia más tipo Marta, que una iglesia tipo María, adoradora del Señor. La diferencia entre estas dos hermanas, que representan dos tipos de creyentes, puede verse en Lucas 10:38-42. “Acontenció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con Apocalipsis 35 muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. Marta era diligente en su trabajo, hacía muchas buenas obras para Jesús, pero con todo su servicio, se apartaba y desviaba de las cosas más importantes de la vida—pasar tiempo con Jesús y darle a Él todo nuestro amor. María, por otro lado, lo amaba profundamente y dedicaba su tiempo a adorarlo. La iglesia de Efeso se especializaba en las obras pero descuidaba su tiempo devocional con el Señor. Sus miembros cayeron en el mismo error de la Sulamita (la esposa de Salomón), quien testificó: “Me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé” (Cantares 1:6). Como la Sulamita, los efesios se especializaron en obras, servicio y atención al prójimo, pero desatendieron su propio corazón y su relación con el Señor. Los creyentes de Efeso habían dejado su primer amor por el Señor, el amor de su desposorio, de manera muy parecida al Israel de antaño. El Señor dijo a Jeremías: “Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada” (Jer. 2:2). La iglesia de Efeso habia dejado de perseverar en el Señor. Muchos matrimonios han quedado destruidos porque la esposa se convirtió en ama de casa y dejó de ser una novia. 36 Apocalipsis Esta impresionante advertencia se vuelve todavía más patética cuando tenemos en cuenta que el apóstol Pablo le había dado a esta iglesia, más que a cualquier otra, una revelación de la íntima relación entre el creyente y el Señor. Pablo dijo en Efesios 3:16-19: “Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. En Juan 15:5 Cristo dijo: “Yo soy la vid, vosotros sois las ramas”. Si una rama es cortada de la vid, todavía puede dar fruto temporalmente. Así era la iglesia de Efeso. Hasta cierto punto sus miembros estaban produciendo fruto todavía. Ellos fueron elogiados por sus obras, pero habían descuidado el flujo de vida que proviene de la unión y comunión con Cristo. Jesús es la Vid. Si no estamos unidos a Él y no recibimos de Él nuestra vida, poco a poco nos iremos secando hasta volvernos improductivos. Tal fue el caso de la iglesia de Efeso. Esta iglesia recibió por tres años las enseñanzas del apóstol Pablo, el mejor maestro del Nuevo Testamento, pero su mensaje no les penetró hasta el corazón. Nunca se volvió parte de ellos. Fueron bendecidos con las mejores enseñanzas, Apocalipsis 37 y aun así no cambiaron. La verdad de las cosas es que la vida es un asunto del corazón. 2:5 - “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. El llamado era al arrepentimiento y a hacer las primeras obras—las cosas que hacían antes. El Señor está hablando de un retorno a la verdadera adoración a Él, y a tener una relación con Él. La advertencia es que si no enmendaban sus caminos y ponían las cosas en orden, perderían la luz de su presencia y la revelación de en medio de ellos—el candelero de Dios. Hace muchos años, cuando yo predicaba en cierta iglesia de Nueva Zelandia, el Señor me dio una visión de su candelero en el santuario. Lamentablemente, el candelero estaba desechado hacia un lado. La impresionante advertencia a esta congregación particular, era que si no mejoraban su andar con el Señor y corregían sus asuntos, Él quitaría la unción del Espíritu Santo. Un estudio del Cantar de los Cantares nos ayudará a mantener siempre fresco nuestro amor por Jesús. 2:6 - “Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco”. Ahora el Señor elogia a los efesios por aborrecer la obra de los nicolaítas. Aquí son necesarias unas palabras explicativas. Los nicolaítas Apocalipsis 38 eran una secta que había distorsionado las enseñanzas de Nicolás, uno de los diáconos de la iglesia primitiva, mencionado en Hechos 6:5. Nicolás dijo que la carne nada era. Algunos de sus seguidores le dieron a esta afirmación el significado de que no importaba lo que hicieran en la carne; y procedieron a entregarse al derroche y libertinaje hasta los extremos más viles. Practicaban la inmoralidad, basados en la libertad espiritual. El Señor dejó muy en claro que también Él aborrecía estas herejías. La promesa a los vencedores 2:7 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. Todas las promesas de Dios son para los vencedores—para los que vencen al mundo, a la carne, al diablo y a todo obstáculo y valla que se les presenta en la vida (ref. 1 Juan 2:12-14). Los que se rinden no heredarán las promesas de Dios. La promesa específica que se da a los vencedores de la iglesia de Efeso es que comerán del árbol de la vida. Lo que se le impidió a la humanidad después de la caída, ahora le es restituido a los vencedores—para que vivan eternamente en el paraíso de Dios. Apocalipsis 39 Aunque estos mensajes contienen promesas específicas para los vencedores de cada una de estas siete iglesias, en un sentido más amplio se aplican a todo creyente. Esto se ve con claridad en la amonestación—“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Debemos pedirle al Señor que nos dé la experiencia que tuvo el Rey David en el Salmo 40:6-8, “Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”. Dios abrió los oídos de David para oír; y éste tuvo un corazón tan transformado por el Señor que se gozaba con lo que oía y se deleitaba en hacer la voluntad de Dios. Es sumamente importante que nuestros oídos sean abiertos por el Señor, de modo que podamos oír la voz del Espíritu y tengamos un corazón que responda y obedezca. ESMIRNA (2:8-11) La ciudad de Esmirna era una colonia griega muy antigua. Fue destruida por los habitantes de Lidia aproximadamente a finales del siglo VII A.C. Por varios siglos, Esmirna fue tierra descuidada y prácticamente dejó de existir hasta su reconstrucción en el Siglo III A. C. por Lisímaco, uno de los generales de Alejandro el Grande. Después de ser reconstruida y de tener una nueva ubicación en esos alrededores, se volvió 40 Apocalipsis famosa dentro del imperio romano por su belleza. El significado de la raíz griega de la palabra Esmirna es “mirra”, que quiere decir sufriente y particularmente muerte. La mirra era el líquido usado para embalsamar en el Medio Oriente. Esto simboliza la vida de los creyentes de Esmirna. Aunque los cristianos vivían en una ciudad muy próspera, eran discriminados y muy pobres, padeciendo una gran persecución. Uno de los aspectos sobresalientes del mensaje a la iglesia de Esmirna es que el Señor no los reprendió. 2: 8 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero, y el postrero, el que estuvo muerto y vivió”. El Señor se presenta a la iglesia de Esmirna como el Primero y el Postrero, el que estuvo muerto, y ahora vive. Esto describía a la ciudad de Esmirna, otrora ciudad floreciente, luego muerta, y ahora viva de nuevo. Sin embargo, esta revelación de Jesús se refiere directamente a los santos de Esmirna que tuvieron que soportar una gran persecución, incluso hasta la muerte. El Señor les anima deciéndoles que Él ha pasado por el valle de la muerte y se ha levantado a una vida de resurrección; y que ellos también participarán de esta misma vida. 2:9 - “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás”. El Señor los elogia por sus obras. Además, les dice que Él tiene conocimiento de todo lo que han sufrido. Cuán grande consuelo es darnos cuenta Apocalipsis 41 de que nuestro amado Señor conoce de nuestras pruebas y es angustiado en todas nuestras angustias (Ver Is. 63:9). Los creyentes de Esmirna eran en su mayoría gente muy pobre en lo natural, pero en lo espiritual eran ricos. Poseían las riquezas verdaderas y duraderas de la gracia de Dios, (ver Prob. 8:18). Habían acumulado grandes tesoros en el cielo (Mateo 6:1920). Alabado sea el Señor por todas sus bendiciones materiales, pero necesitamos comprender que no podemos llevarnos ninguna de ellas al cielo. ¡Debemos ser ricos en gracia y en verdad! En Esmirna habían hermanos falsos. Alegaban ser judíos (o creyentes), pero no eran auténticos. En Romanos 2:28-29 Pablo definió la diferencia entre hermanos verdaderos y hermanos falsos al decir: “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios”. Aunque probablemente estos hombres eran circuncisos en la carne pero incircuncisos de corazón, no eran a los ojos del Señor miembros de la iglesia verdadera sino de la falsificación de la iglesia—El Misterio de la Babilonia—la esposa de Satanás. A los que son veraces y auténticos, les duele ver a los que no son sinceros. El corazón de los rectos desdeña la hipocresía. Apocalipsis 42 2:10 - “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. El Señor les dijo a estos creyentes que no temieran ninguna de las cosas que padecerían, pues Él estaría con ellos en sus pruebas de fuego, así como estuvo con Sadrac, Mesac y Abed-nego en el horno de fuego de Babilonia (Dn. 3:25). El número diez puede significar pruebas (ref. Daniel 1:2; Nm. 14:22). Los diez días de tribulación pueden referirse a los diez períodos específicos de persecuciones que ha sufrido la iglesia bajo diez emperadores romanos, desde Nerón hasta Diocleciano. Nerón Domiciano Trajano Marco Aurelio Severo Maximino Decio Valeriano Aureliano Diocleciano Año 54-68 D.C. Año 81-96 D.C. Año98-117 D.C. Año 161-180 D.C. Año 193-211 D.C. Año 235-238 D.C. Año 249-251 D.C. Año 253-260 D.C. Año 270-275 D.C. Año 284-305 D.C. El emperador que sucedió a Diocleciano fue Constantino, el que después de convertirse al Cristianismo, lo hizo la religión Apocalipsis 43 oficial del estado. Las persecuciones cesaron después de su conversión, pero lamentablemente, como veremos después, un enemigo más peligroso surgió en forma de componendas, el cual procuró destruir la pureza del testigo de Cristo. Esmirna era una iglesia sufriente. Se tomó su nombre de la raíz griega que se usa para “mirra” y que significa muerte, por ser el líquido que se usaba en esos días para embalsamar. Estaba dispuesto que la iglesia de Esmirna fuera una iglesia de mártires. Hasta el renombrado mártir Policarpo fue el obispo de Esmirna. Cuando lo arrestaron y le ofrecieron la libertad a cambio de maldecir a Cristo, contestó: “He servido a Cristo por ochenta y seis años, y sólo me ha hecho bien. ¿Cómo, entonces, podría yo maldecir al que es mi Señor y Salvador?” Entonces lo tomaron y lo quemaron en la hoguera. La mirra también se refiere espiritualmente al fruto de la mansedumbre, (compare Cantares 4:12-14 con Gál. 5:22-23). Esta iglesia que estaba pasando por tribulación, estaba produciendo el hermoso fruto de la mansedumbre. La tribulación, si es acogida con la actitud correcta, nos transforma a la imagen de nuestro Señor Jesús, quien dijo: “Yo soy manso y humilde”. El Señor exhortó a estos santos a ser fieles hasta la muerte, así como Cristo fue obediente hasta la muerte (Fil. 2:8). La recompensa de esto es la corona de vida. Santiago 1:12 dice: “Bienaventurado el que soporta la tentación; porque cuando Apocalipsis 44 haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”. Ciertamente, estos creyentes de Esmirna vencieron al diablo “por la sangre del cordero, y por la palabra de su testimonio; y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (Ap. 12:11). ¡Heredaremos la vida eterna si permanecemos fieles y sinceros hasta la muerte! La promesa a los vencedores 2:11 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. La promesa del Señor para ellos fue que no serían perjudicados por la segunda muerte. La segunda muerte es ser arrojado al lago de fuego y eternamente separado de Dios, (ver Ap. 20:12-15). ¡Cuán terrible será para los pecadores, enterarse de que todo lo que les espera después de haber pasado miles de años en el infierno, son los horrores del lago de fuego por la eternidad! Esto debería persuadirnos a llevar una vida piadosa en toda justicia y santidad todos los días de nuestras vidas aquí en la tierra, a fin de heredar, por su gracia, la corona de vida. PÉRGAMO (2:12-17) Pérgamo (o Pérgamum) fue la capital de Asia hasta fines del Siglo I. Fue famosa por el culto a Asklepios, simbolizado por una serpiente enrollada en un arbusto. Se asociaba a esta serpiente con la habilidad de curar. Pérgamo significa “casada” Apocalipsis 45 y también “enaltecida”, palabras que tienen un significado espiritual para la iglesia. Fue esta iglesia un perfecto ejemplo de la época de la iglesia romana de los primeros días, período de la historia en que la iglesia se casó con el estado, comenzando en tiempos de Constantino. Por lo tanto, la iglesia era enaltecida, y no perseguida, pero perdía su poder espiritual a medida que aumentaba su poder económico y su prestigio. 2:12 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos dos filos”. El Señor se presenta como Aquel que tiene la espada aguda de doble filo. Es una referencia a Hebreos 4:12—“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” También hacía alusión al hecho de que el procónsul romano tenía lo que se llamaba el poder de la espada. Esto significaba que tenía poder para enviar a la muerte a hombres y mujeres sin consultarlo de antemano con Roma. Cristo tiene el poder sobre la vida y la muerte. 2:13 - “Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás”. La sede de Satanás se le atribuye a esta ciudad. Era el lugar de su trono. Con fines de aclaración, esto necesita explicarse mejor. 46 Apocalipsis El culto al Sumo Sacerdote de Babilonia la Misteriosa, denominado Pontífice, tenía su sede en Babilonia. Este recibía el nombre de “Pontifex Maximus”, que significa “Constructor principal de puentes”, lo que indica que es la persona que se pone en la brecha entre Dios y los hombres. Cuando Babilonia fue vencida por los persas, el sumo sacerdote fue a Pérgamo, en donde se le dio la bienvenida. Después, los reyes de Pérgamo desempeñaron este papel. Cuando Attalus III, Pontífice y rey de Pérgamo murió en el año 133 A.C., el título le fue legado a Roma. Con el tiempo, el emperador romano Julio César fue hecho Sumo Pontífice en el año 63 A.C. Los emperadores romanos continuaron ejerciendo esa prerrogativa hasta que el emperador Graciano, que era cristiano, la rechazó. Damasco, obispo de Roma, fue elegido para esta posición en el año 378 D.C. y desde entonces, los papas han conservado el título. Una mayor información en cuanto a los ritos de Babilonia que fueron incorporados al Catolicismo, se encuentra en la sección que cubre el capítulo 17 de Apocalipsis. El Señor elogió a la iglesia de Pérgamo por retener su nombre que es sobre todo nombre. Esto era difícil para los cristianos de Pérgamo en particular, ya que su ciudad fue la primera sede de un templo erigido al culto del César. Tenían que negar que el César era Señor, para poder permanecer fieles a Cristo. En esta ciudad llena de idolatría, los creyentes conservaban su fe Apocalipsis 47 pagando un alto precio. El Señor señala a Antipas, el cual pagó el precio supremo de convertirse en su mártir fiel. 2:14 - “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación”. A pesar de las muchas cualidades admirables de esta iglesia, había en ella una mezcla; y el Señor no encontró perfectas sus obras. Les faltaba discernimiento. De esta iglesia podemos ver la necesidad de discernimiento. Si no discernimos entre lo justo y lo malo, podríamos desviarnos hacia doctrinas que nos robarán la vida eterna. Los creyentes de Pérgamo acogían a los que propagaban la doctrina de Balaam. La explicación de esta doctrina, junto con la vida de Balaam el profeta, se encuentra en Números 22-25. El profeta Balaam era un hombre de renombre en todas las tierras al oriente del Jordán, porque tenía poder para bendecir o maldecir a los pueblos. Era un profeta de Dios, pero en su vida había mezcla. Se volvió a las prácticas paganas, especialmente la hechicería, con el fin de obtener los resultados que deseaba (ref. 2 P. 2:15; Judas 1:11). Lamentablemente, siempre que existe mezcla en una vida, adquiere vigencia el viejo refrán de: “Una manzana podrida echa a perder toda la caja”. Por su amor al dinero y sus ansias de prestigio, cuando Balaam se dio cuenta de que no podía maldecir a los hijos de Israel 48 Apocalipsis porque Dios los había bendecido, recurrió a un ardid muy poco honesto para traer juicio sobre el pueblo de Dios. Aconsejó a Balac, el rey moabita que lo había buscado para que le ayudara contra los israelitas, a enviar muchachas moabitas al campamento de Israel. Ellas seducían a los israelitas para que cometieran fornicación e idolatría. El resultado fue que Dios ordenó la muerte de los transgresores. Por lo tanto, la doctrina de Balaam es seducir al pueblo de Dios para que fornique y se asocie con los ídolos. Es de lamentar que la doctrina no se detuvo con la muerte de Balaam. Ha prevalecido por todas las generaciones, hasta este mismo día. Entró en la iglesia primitiva, y con remordimiento tenemos que decir que se encuentra también en la iglesia del los últimos días. Dios quiere que andemos con pureza, (ver 1 Ts. 4:3-7) y que no tengamos otros dioses o afectos delante de Él. 2:15 - “Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco”. Como ya se mencionó, los nicolaítas eran los que equivocadamente seguían la enseñanza del diácono Nicolás, el cual enseñó que la carne nada era. Llevaron la enseñanza hasta un extremo, diciendo que no importaba lo que se hiciera en la carne. Por consiguiente, justificaban una vida de pecado y libertinaje. Sin embargo, hay otro aspecto de su enseñanza que se toma de los derivados del nombre “Nicolaíta”. Nico significa Apocalipsis 49 “dominar” y laitan viene de “laico”. Entonces, se da la idea de la feligresía en la iglesia, que es dominada por el sacerdocio y los ministros. De nuevo, esta es la precursora del Catolicismo. 2:16 - “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca”. El mandamiento del Señor es al arrepentimiento. Arrepentirse significa dar media vuelta—un cambio direccional de 180 grados. Significa que una persona que está caminando en cierta dirección se vuelva y comience a caminar en sentido contrario. El Señor advierte que si no se arrepienten, Él peleará con la espada de su boca contra los que persistan en desobedecer. A diferencia del procónsul romano que sólo podía matar a una persona físicamente, el Señor Jesucristo tiene el poder de tomar la vida de una persona y enviar su alma a la eterna condenación. Cristo dijo en Mateo 10:28: “No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destuir el alma y el cuerpo en el infierno”. La promesa a los vencedores 2:17- “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. En el versículo 17 hay tres promesas muy especiales hechas a los vencedores. 50 Apocalipsis 1. El maná escondido. Primero que todo, comerán del maná escondido. El maná fue el alimento que nutrió en el desierto a los hijos de Israel. El maná se menciona en el Salmo 78:24-25 como comida angelical: “Hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, y les dio trigo de los cielos. Pan de nobles comió el hombre; les envió comida hasta saciarles”. El maná escondido se interpreta espiritualmente como las verdades escondidas en la Palabra de Dios. Proverbios 25:2 dice: “Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo”. Dios esconde y encubre sus más preciosas y profundas verdades de los que no son sinceros. Cuando sus discípulos le preguntaron por qué hablaba a las multitudes en parábolas y en dichos difícles de entender, Él respondió: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado” (Mt. 13:11). Alguien que lee las Escrituras sin formalidad, no descubrirá jamás los muchos tesoros contenidos en ellas. Se requiere escudriñar y estudiar las Escrituras diligentemente con un corazón puro, para obtener el maná escondido. Este es deber de un rey. Sólo los que aman la verdad la encontrarán, porque el Señor no “echa sus perlas (sus verdades más preciosas) delante de los cerdos” (Mateo 7:6). 2. Una piedrecita blanca. La segunda promesa al vencedor es que el Señor le dará una piedrecita blanca. Una piedra blanca es símbolo de inocencia. En una corte griega, después de haber Apocalipsis 51 oído las pruebas, el acusado era sacado del lugar mientras los jueces deliberaban. Cuando acordaban un veredicto, el acusado era traído de regreso. Sobre la mesa de los jueces estaba colocada una piedra—una piedra blanca para un veredicto de “no culpable” y una piedra negra para un veredicto de “culpable”. Por consiguiente, en esta promesa el Señor está diciendo que Él presentará al vencedor sin falta y sin mancha ante el trono de Dios. Judas 1:24 dice: “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría”. 3. Un nombre nuevo. Tercero, el Señor promete dar al vencedor un nombre nuevo. El nombre espiritual de una persona revela su llamamiento, promesas y carácter. Nuestro nombre nuevo revela el aspecto del carácter del Señor que Él ha forjado en nosotros y la faceta específica de ministerio en que estamos. Hay que enfatizar que esto puede revelársele en esta vida a un cristiano vencedor. No necesariamente tenemos que esperar hasta la eternidad para saber nuestro nuevo nombre en Cristo. Queremos la bendición de Isaías 62:2, que dice: “Y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará”. TIATIRA (2:18-29) El significado de la raíz del nombre Tiatira es “sacrificio continuo”. Era una ciudad opulenta y famosa por sus tinturas colorantes. Una de las personas convertidas que mejor 52 Apocalipsis conocemos es Lidia, una comerciante. Hechos 16:14 dice: “Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”. La iglesia de Tiatira surgió de Efeso en el periódo de tres años en que el apóstol Pablo enseñaba en esa ciudad. Esta iglesia local presenta los síntomas de la iglesia de la Era del Oscurantismo, la cual instituyó el sacrificio continuo llamado “Misa”. 2:18 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido”. El Señor se acerca a esta iglesia en forma de juez. Sus ojos de fuego (Sal. 11:4) y sus pies como de bronce, representan juicio. 2:19 - “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras”. Era una iglesia que se especializaba en las buenas obras. De hecho, sus últimas obras eran mayores que las primeras. En otras palabras, se hicieron más sabios y mejores. Todos los cristianos deberían desear ardientemente que sus obras postreras fueran las mejores. Estos eran caritativos, y su caridad fluía en forma de atenciones hacia los demás. Eran fuertes en la fe y recibieron elogios de parte del Señor por su paciencia. Apocalipsis 53 2:20-23 - “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras”. ¿A qué se debía el error de esta iglesia? A que no era una iglesia separada. El mensaje de “amor” estaba desequilibrado en esta congregación; y como resultado admitían a una mujer llamada Jezabel porque ella se autodenominaba cristiana y profetisa. El verdadero amor les habría enseñado a no permitir que esta mujer los descarriara con sus enseñanzas. Debido a que esta mujer profetizaba y parecía ser muy espiritual, le permitieron enseñar en su iglesia. Ella es decrita como una Jezabel—nombre de la malvada reina de Israel y esposa de Acab, que lo insitaba a cometer perversidades y lo confirmó en el camino de la impiedad (1 Reyes 21:25). La mujer que en el libro de Apocalipsis es llamada Jezabel, tenía el mismo espíritu de la reina de Israel. Ella desviaba al pueblo de Dios hacia la fornicación y la idolatría. Por medio de 54 Apocalipsis su profecía hizo que los hombres de esta iglesia cometieran adulterio con ella—haciendo todo en el nombre de Dios. El juicio de Dios sobre ella era que le mataría a sus hijos y los arrojaría en una gran tribulación. Es muy posible que ella haya dado a luz hijos naturales a través de su estilo de vida adúltero, pero es más probable que esto se refiera a sus hijos espirituales (o seguidores). Al juzgarla el Señor, y a los que fueron por ella descarriados, temblarían las iglesias delante del Señor. Dios es conocido por el juicio que ejecuta (Sal. 9:16; ref. Ex. 7:5); y sus juicios ponen su temor en el corazón de su pueblo. Lo interesante de esto es que la corrupción que destruía a esta iglesia venía de adentro, no del exterior. Esta mujer era una creyente declarada, que le había dado la espalda al Señor y hacía que los demás la imitaran. Recordemos la amonestación del rey David a Salomón en cuanto a la mujer extraña que abandona al compañero de su juventud (Pr. 2:17). Desgraciadamente esta Jezabel espiritual que tipifica la Era del Oscurantismo y la Iglesia Católica, también es símbolo de los miembros de la iglesia de hoy. Hay muchos que profetizan en el nombre del Señor y no andan rectamente con Él. Tengamos cuidado con estos seudocristianos. No sigamos ni sus enseñanzas ni sus costumbres. No tengamos ninguna relación con ellos o nos descarriarán. El Señor tiene mucha longanimidad con su pueblo. Dios esperó 120 años a que el pueblo de los días de Noé cambiara, (ver Gn. 6:3; 1 P. 3:20). Apocalipsis 55 Él espera un largo tiempo para tener piedad de nosotros (Is. 30:18). En este lapso, nos da la oportunidad y la gracia de arrepentirnos, porque el arrepentimiento es un don que sólo Dios puede dar, (ver Ro. 2:4-5). Sin embargo, si preferimos no cambiar y continuamente rechazamos su gracia, el Señor tendrá que juzgar nuestra iniquidad. Dios determina un día (He. 4:7). Debemos buscar al Señor mientras pueda ser hallado (Is. 55:6), en caso contrario, llegará el día en que ya no podremos encontrar a Dios, como le sucedió a Esaú (He. 12:17). El Señor fue muy paciente con esta Jezabel de la iglesia de Tiatira, dándole tiempo para cambiar. Pero al rechazar su gracia, el Señor la juzgó. El Señor es absolutamente recto y justo. Todas sus obras se hacen con equidad y justicia (Deut. 32:4). Él recompensa a cada uno según sus obras. Esta verdad se repite constantemente desde el principio hasta el fin de las Escrituras, (vea Ap. 20:13). En Colosenses 3:25 Pablo advirtió a la iglesia: “Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque [con Dios] no hay acepción de personas”. Los que hacen lo malo serán castigados. Dios no hace acepción de personas. Lo que es correcto es correcto y lo que es malo es malo. Busquemos las maneras de hacer lo correcto a los ojos de Dios. 2:24-25 - “Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido Apocalipsis 56 lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga”. El Señor prometió a los que no habían sucumbido a las zalamerías de Jezabel, no imponerles otra carga. Evidentemente, era una batalla espiritual y moral la que la iglesia de Tiatira tenía que soportar contra esas doctrinas insidiosas. Es lamentable que, muchas veces, cuando se han presenciado en una iglesia situaciones en que el mal se ha hecho manifiesto, la mayor parte de la membresía se ha puesto de parte de los que andaban inicuamente. Es necesaria una gracia abundante para poder defender el bien y mantenerse firme contra los inicuos que adoptan falsas doctrinas. Estas batallas espirituales verdaderamente agotan nuestras mentes, pero “a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús” (2 Co. 2:14). El Señor exhortó a estos creyentes a retener hasta su regreso lo que tenían. La promesa a los vencedores 2:26.28 - “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana”. Los que venzan y no se rindan, recibirán muchas bendiciones especiales. Todas estas promesas se basan en hacer la voluntad de Dios hasta el fin. Apocalipsis 57 1. Poder sobre las naciones. El Señor dará a los vencedores poder y autoridad sobre las naciones. Ellos gobernarán las naciones con vara de hierro. Esta es una referencia al reino milenial de Cristo sobre la tierra. Los vencedores serán coherederos con Cristo y gobernarán con Él por mil años (Ap. 20:6). El Señor dice en el Salmo 2:8-9: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás”. El profeta Jeremías recibió autoridad sobre las naciones. Cuando el Señor comisionó a Jeremías para desempeñar el oficio de profeta, le dijo: “Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar” (Jer. 1:10). Las palabras de Jeremías produjeron una tremenda impresión en las naciones. Él era un hombre del Espíritu, que tenía la autoridad del Señor. Pidámosle al Señor esta misma bendición y manto. 2. La estrella de la mañana. Además, el vencedor recibirá la estrella de la mañana. La Estrella de la Mañana es realmente un título del Señor Jesús (ref. 2 P. 1:19). El Señor dijo en Apocalipsis 22:16: “Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”. Esta iglesia, que tuvo que combatir a la falsa profetiza Jezabel, recibió la promesa más preciosa de todas—el Señor Jesucristo. Esta es la porción de Apocalipsis 58 los levitas espirituales. En el Antiguo Testamento la herencia de los levitas y de los sacerdotes era el Señor. 2:29 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. El mensaje concluye como los demás dirigidos a las siete iglesias, con la amonestación a oír lo que el Espíritu de Dios le está diciendo a la iglesia hoy. SARDIS (3:1-6) Sardis significa “los que escapan” o “los que salen de”. Dispensacionalmente esta iglesia simboliza la Era de la Reforma, cuando se abrieron los ojos de muchos integrantes del pueblo de Dios, y empezaron a salirse de la Iglesia Católica. 3:1 - “Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”. El Señor se presenta a la iglesia de Sardis como El que tiene los siete Espíritus de Dios. Como dijo Pablo: “La letra mata, pero el Espíritu vivifica”. (2 Co. 3:6). Cristo estaba diciendo a esta congregación: “He venido a ustedes como El que trae vida. Ustedes tienen nombre de que viven, pero la realidad es que están muertos”. El trasfondo histórico de cada iglesia en particular ayuda muchas veces a entender por qué el Señor habló a estas iglesias como lo hizo. El Señor le dijo a esta iglesia que tenía nombre Apocalipsis 59 (o reputación) de estar viva, pero que realmente estaba muerta. Sardis era conocida por su esplendor pasado, pero también por su decadencia presente. Ahora era una ciudad degenerada. Vivían de su anterior prestigio, pero en verdad estaban muertos. Pablo dijo: “primero lo natural, después lo espiritual”. Como le acontecía en lo natural a esta ciudad, así le acontecía en lo espiritual a esta iglesia. El estado natural de la ciudad revelaba la condición espiritual de la iglesia. Tristemente muchas iglesias de hoy en día son como la de Sardis. Son famosas por lo que Dios hizo en el pasado, pero en su presente hay decadencia. Los creyentes de Sardis tenían nombre de que vivían, pero realmente habían perdido el fuego. Muchas iglesias y creyentes de hoy, están en una situación semejante. Viven de lo que Dios hizo en el pasado. Carecen de una unción y visión presentes. La importancia de tener hoy algo fresco de parte de Dios, se ilustra bellamente con el viaje de los hijos de Israel. Durante su permanencia en el desierto, recibían a diario el maná, pero no lo podían guardar para el día siguiente porque se enmohecía. Lo que una vez tuvo vida se vuelve muerte. La iglesia necesita aceite fresco, verdad fresca y maná fresco. Lo que cuenta no es lo que fuimos, sino lo que somos hoy. 3:2 - “Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios”. El Señor amonestó a los creyentes de Sardis a estar alerta y a fortalecer lo que les quedaba. 60 Apocalipsis La historia de Sardis es muy reveladora. Por su orgullo tenía el hábito de ser descuidada. En el año 600 A.C., Sardis ya se había convertido en una de las ciudades más ricas del mundo. Croesus, considerado el rey más acaudalado de la historia, gobernó aquí con un esplendor oriental. La ciudad fue construida sobre una roca y se consideraba impenetrable. Cuando la rodeó Ciro, rey de Persia, el ejército arrogantemente quitó la guardia de los lugares estratégicos—creyendo que ningún ejército podría penetrar en su fortaleza. Pero sobornado un muchacho por Ciro, reveló los pasadizos secretos para entrar en la ciudad. Lamentablemente, los habitantes de Sardis no aprendieron su lección. De nuevo dejaron la ciudad sin centinelas cuando Alejandro el Grande la estaba sitiando. Este tomó la ciudad tal como lo había hecho Ciro en años pasados. A pesar de las advertencias de Cristo, en el año 1402 D.C. los defensores nuevamente dejaron a la ciudad sin atalayas cuando era rodeada por los musulmanes, quienes la conquistaron y destruyeron totalmente. Es una terrible acusación que el Señor le diga a una iglesia o a un individuo que Él no ha encontrado perfectas sus obras. Las Sagradas Escrituras mencionan repetidas veces el hecho de que el Señor busca perfección. Cualquier cosa inferior nos descalifica de las expectativas y del bien que Dios nos ha deparado. Apocalipsis 61 El Señor Jesús dijo en Mateo 5:48: “Sed, pues, vosotros perfectos [maduros y completos], como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. No queremos ser como la tierra que recibió la semilla de la Palabra de Dios entre espinos (obras de la carne), y no produjo ningún fruto perfecto (Lc. 8:14). 3:3 - “Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”. El Señor advirtió a la iglesia de Sardis que si no eran vigilantes, Él vendría inesperadamene y sin previo aviso, como ladrón en la noche. El Señor Jesús dijo en Mateo 24:42-44: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. Debemos siempre estar alerta porque el enemigo busca destruirnos cada vez que tiene una oportunidad. No nos volvamos orgullosos ni seguros de nosotros mismos en nuestro andar cristiano, no pensemos que ya hemos logrado cierto nivel de madurez y que la caída es imposible. ¡Acuérdese de Sardis! Si no guardamos nuestros corazones diligentemente, y si no andamos con cautela, el enemigo puede entrar en nuestras vidas y destruirnos. El Señor reprendió a la iglesia de Sardis diciéndole que vendría como ladrón en la noche. 62 Apocalipsis Eso era exactamente lo que Ciro había hecho años atrás. Él tomó la ciudad de noche. Cuán imprescindible es que aprendamos la lección que los habitantes de Sardis nunca aprendieron, y vigilemos los asuntos espirituales. 3:4 - “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas”. Aun en congregaciones en que la mayoría de los creyentes están espiritualmente muertos, por lo general hay algunos que caminan con el Señor (ref. 1 Reyes 19:18). Así sucedía en esta iglesia. El Señor elogió a los miembros de la iglesia de Sardis que no se habían contaminado, y que permanecían fieles al Señor. Cristo les promete que andarán con Él en vestiduras blancas (símbolo de pureza) porque son dignos. Ellos se han hecho dignos andando en obediencia a la Palabra de Dios. Pongamos atención a la exhortación del Rey Salomón en Eclesiastés 9:8: “En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza”. 3:5-6 - “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Hay tres promesas para el vencedor: 1. Será vestido de vestiduras blancas. Los que vencieren serán ataviados con vestiduras espirituales blancas. El atavío Apocalipsis 63 blanco significa la pureza y justicia de Cristo. Nosotros necesitamos un cambio de vestiduras espirituales (ref. Zac. 3:3-4). A los ojos de Dios no debemos tener ni mancha, ni defecto ni arruga (Ef. 5:27). 2. Su nombre no será borrado del libro de la vida. El Señor también promete no borrar del libro de la vida los nombres de los vencedores. En los cielos, el libro de la vida es el que contiene todos los nombres de los redimidos y de aquellos a quienes se les dará entrada al cielo (ref. Fil. 4:3; Ap. 13:8; 17:8; 20:12,15; 21:27; 22:19). Obviamente, para que algo sea borrado de un libro, tuvo que haber estado allí alguna vez. Esto prueba claramente que una persona puede ser salva en un momento dado, tener su nombre escrito en este libro, y luego volverse contra el Señor y perder su salvación. El apóstol Judas esclareció muy bien esto: “Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron” (Judas 1:5). ¡Cuán grande bendición es realmente que nuestros nombres permanezcan escritos en el libro de la vida! 3. El Señor confesará su nombre delante de su Padre y delante de sus ángeles. El Señor promete también confesar los nombres de los vencedores delante de su Padre y de sus ángeles. Cristo dijo en Mateo 10:32: “A cualquiera, pues, que Apocalipsis 64 me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos”. Por lo tanto, una de las cualidades del vencedor es que no tiene miedo ni vergüenza de confesar al Señor con franqueza delante de los demás, aun cuando ello signifique persecución. El Señor reconoce a aquellos que lo reconocen a Él. Tan sencillo como eso. FILADELFIA (3:7-13) Ahora llegamos a la iglesia de Filadelfia. La iglesia de Filadelfia, así como la de Esmirna, no recibió reproche de parte del Señor. Esta iglesia representa el avivamiento Metodista y el movimiento de Santidad dirigido por John Wesley en los años 1700. La ciudad de Filadelfia fue fundada por Attalus II Filadelfo, rey de Pérgamo, 160-138 A.C. Fue llamada así para rememorar el amor que le tenía a su hermano Emenes II, al cual sucedió. Filadelfia significa “amor fraternal”. La ciudad estaba situada como entrada al altiplano de la provincia de Asia. Fue fundada para ser un centro misionero que difundiera el idioma y cultura griegos en tierras extranjeras. Estos tres factores considerados para establecer la ciudad, tienen sus contrapartes espirituales en el mensaje de Cristo a la iglesia de esa población. Había una atmósfera de amor en Filadelfia. Como sucedía en lo natural, sucedía en lo espiritual. La ciudad tenía una puerta Apocalipsis 65 abierta para la propagación de la cultura e idioma griegos en otras tierras, y el Señor le promete a esta iglesia, en el versículo 8, una puerta abierta para la difusión del evangelio. 3:7 - “Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”. El Señor se presenta como el Santo—lo cual significa Aquel que es la esencia misma de la santidad. Esta es la iglesia que tipifica la Fiesta del Día de la Propiciación, e históricamente simboliza el movimiento de Santidad de los días de John Wesley. Verdaderamente, este es el mensaje que el Señor ha estado dejando oír por todo el mundo desde la Guerra de Yom Kippur en el año 1973, es decir, el mensaje de pureza y circuncisión de corazón—santidad a Jehová. Además, Cristo se revela a Sí mismo a esta iglesia como “El Verdadero”. Jesucristo no sólo es la personificación misma de la verdad (Juan 14:6), sino que es enteramente genuino. Oh, ser como Él y tener esa verdad en lo íntimo (Sal. 51:6) y ser sincero en sumo grado, libres completamente de cualquier aleación o mezcla. El Señor declara tener la llave de David. Esta frase se encuentra sólo una vez más en las Escrituras, en Isaías 22:20-22, en donde se revela su importancia. “En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías, y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. Y pondré 66 Apocalipsis la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá”. El hombro es el símbolo de gobierno (Is. 9:6). Por lo tanto, la llave de David es la autoridad espiritual para abrir y cerrar puertas. Jesús es El que tiene el poder de abrir puertas que nadie puede cerrar, y de cerrar puertas que nadie puede abrir. 3:8 - “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”. El Señor dice que sabe que las obras de ellos son buenas y puras. Por lo tanto, en el ámbito espiritual ha puesto ante ellos una puerta abierta, la cual no puede ser cerrada por ningún hombre ni potestad espiritual. La iglesia de Filadelfia era una iglesia misionera, que tenía una puerta abierta a las naciones. Nosotros a la verdad queremos las bendiciones de la tribu de José, cuyas ramas se extendían “sobre el muro” (Gn. 49:22). Queremos tener un ministerio que abarque nuestros entornos, pero también queremos tener herencia en las naciones de la tierra y ser una bendición para otras congregaciones en todo el mundo. Estos devotos creyentes también fueron elogiados por guardar la Palabra del Señor y por no negar su nombre, pese a su poca fuerza. Esto no se refiere a una debilidad espiritual, sino al hecho Apocalipsis 67 de que esta iglesia local era de poca membresía. Es mucho mejor tener una iglesia relativamente pequeña, pero con creyentes totalmente entregados y comprometidos con el Señor, que tener una próspera iglesia de cristianos indiferentes. Los creyentes de Filadelfia permanecieron fieles al Señor. Se negaron a llamar Señor al César. Ellos tenían solamente un Señor, y ese era el Señor Jesucristo. 3:9 - “He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado”. La sinagoga de Satanás se refiere a los judíos judaizantes que alegaban ser judíos genuinos, cuando de hecho contradecían la verdad que es en Cristo. Por favor note con referencia a la sinagoga de Satanás, que el apóstol Pablo da la definición de un verdadero judío en Romanos 2:28-29, como lo mencionamos anteriormente: “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios”. Asimismo, Salomón se refiere a la congregación falsa en Proverbios 21:16: “El hombre que se aparta del camino de la sabiduría vendrá a parar en la compañía de los muertos”. Ellos estaban seguros de que el Señor los amaba. Nuevamente se ve la semejanza que había con la ciudad de Filadelfia, 68 Apocalipsis edificada por el amor que el Rey Attalus II le profesaba a su hermano, el Rey Emenes II. Nosotros necesitamos tener esta misma certeza de qu el Señor nos ama. Si, Cristo murió por todo el mundo, pero las Escrituras claramente declaran que “Jehová es justo, y ama la justicia” y “ama a los que son justos” (ref. Salmo 11:7). 3:10 - “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra”. Además, fueron elogiados por guardar la palabra de su paciencia, indicando no solamente fidelidad a la Palabra de Dios, sino sufrimiento por causa de ella. De esta iglesia tenemos un ejemplo maravilloso de la iglesia de los Siglos XVIII y XIX, que abundaba en santa devoción y en ardiente deseo por las almas de hombres y mujeres. Esta fue la iglesia que revitalizó y revivió el entusiasmo por las misiones. Muchas sociedades misioneras se fundaron en esa época. Fue una era de líderes tan notables como John Wesley, William Carey y William Booth. El Señor los recompensó guardándolos de la tentación que vendría sobre todo el mundo para someterlo a prueba. Históricamente esto se referiría a las diez persecuciones específicas perpetradas por los emperadores romanos que aparecen enumerados en nuestros comentarios sobre la iglesia Apocalipsis 69 de Esmirna. Evidentemente, el oro que ha sido purificado ya no se vuelve a pasar por fuego otra vez. Ni pasaría de nuevo el Señor a esos preciosos y amados cristianos de Filadelfia por las tribulaciones que sólo tenían un fin—probar la fe de los que aún conservaban mucha aleación en sus vidas. 3:11 - “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”. Ahora llega una advertencia para los creyentes de todas la épocas— “Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”. Cuán importante es poder darnos cuenta de que el Señor ha puesto delante de todo creyente una carrera y un premio—una corona. Sin embargo, es lamentable que muchos cristianos no completen su carrera, quedando destituidos de la meta del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús para sus vidas. Como resultado, la corona que debió ser suya, es pasada a otro que sí la merece. Rubén perdió su porción de primogénito y la doble bendición, por inmoralidad. En su lugar la recibió José, quien la obtuvo a través de pureza. Judas perdió su ministerio apostólico por causa de su traición a Jesús, y Matías reclamó la posición que éste perdió. La alarmante verdad de que podemos perder nuestra corona, es vívidamente descrita en el libro de Ester. Por su orgullo, obstinación y desobediencia a su esposo, la reina Vasti del 70 Apocalipsis imperio persa, fue depuesta. La corona que le debió pertenecer, pasó a ser de otra más digna—la sabia y virtuosa Ester. Por lo tanto, caminemos siempre nosotros humildemente delante del Señor, con un santo temor de perder nuestra corona eterna. 3:12 - “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Los vencedores recibirán las siguientes bendiciones: 1. Al vencedor Dios lo hará columna en su templo. Los que vencieren todas las arremetidas del enemigo y resistan los vientos y presiones de la vida, serán hechos columnas en el templo de Dios. Debemos ser columnas en la iglesia en que Dios nos ha sembrado, sirviendo de apoyo a los líderes; también queremos calificar para un ministerio en el templo milenial, y ser transformados en columnas del templo celestial. Las columnas denotan fuerza y estabilidad. Sostienen y aguantan el peso y la presión de un edificio. La estabilidad y durabilidad de un templo dependen de sus pilares. Debemos confiar en esta promesa de Dios que fue dada a los vencedores de la iglesia en Filadelfia. Queremos ser como las columnas del templo de Salomón, llamadas Jaquín y Boaz, ( ver 1 Reyes 7:15-22). Jaquín significa “Él establece” y Boaz significa “en el está la fuerza”. Apocalipsis 71 Es interesante que esta promesa de ser columna se le dé a la iglesia de Filadelfia, porque era una ciudad propensa a terremotos y temblores. Si alguien necesitaba estabilidad, esa era la iglesia de Filadelfia. En el año 17 D.C., la ciudad fue aplanada por un gran sismo. El emperador Tiberio contribuyó a la reconstrucción. Por consiguiente, la promesa de ser una columna que nunca más saldría de allí, tenía mucho significado para estos creyentes. La iglesia de Filadelfia era como un pilar para el Cristianismo. Aun cuando el islam inundó Asia Menor, Filadelfia permaneció fiel al evangelio de Jesucristo. No obstante, recuerde esto: Si el Señor promete hacer de usted una columna, espere encontrar grandes presiones y embestidas del enemigo, pero sepa también que Dios hará que usted mantenga la firmeza. 2. El vencedor no saldrá más de allí. Dios promete establecer al vencedor en el camino de la justicia y como columna del templo que nunca más saldrá de allí. Muchos son los que comienzan la carrera con un éxito rotundo, pero luego se desvían de la ruta. Cuán grande bendición es estar sembrado en la casa del Señor como columnas y como árboles de justicia (Ver Sal. 92:1213). Debemos estar firmemente arraigados y establecidos en la casa del Señor y permanecer allí. Recuerde, Cristo dijo que “el esclavo del pecado no queda en la casa para siempre” (Juan 8:34-35). 72 Apocalipsis 3. Dios dará al vencedor un nombre triple. El vencedor recibirá también un nombre triple de parte del Señor. El Señor promete escribir sobre él “el nombre de Mi Dios, el nombre de la ciudad de Mi Dios (la Nueva Jerusalén) y un nombre nuevo”. Esta es una promesa que la esposa de Cristo heredará, porque llevará el nombre de su esposo celestial. Cuando una novia se casa, adopta el nombre de su esposo. Esto automáticamente le concede los privilegios siguientes—ella se identifica con él; se convierte en parte de él, y toma sobre sí su posición y autoridad. Siendo así, cuando los vencedores de la iglesia de Filadelfia recibieron el privilegio de ese triple apelativo, significa que de inmediato se identificaron: 1. Con Dios mismo, siendo verdaderos hijos e hijas del Dios viviente. 2. Como habitantes que moran en la ciudad de Dios—la Nueva Jerusalén. 3. Como poseedores del nuevo nombre de Cristo, que significa gozar de todos los privilegios de los galardones que Cristo mismo disfrutará, (ver Ap. 19:12-13). Los creyentes necesitan orar mucho para que el Señor desarrolle en sus vidas el mismo carácter que desarrolló en la iglesia en Filadelfia. Ellos tenían el amor de Dios perfeccionado en sus vidas. Se les dio una puerta abierta a los campos misioneros del mundo. Estos preciosos santos impartían a los demás la verdad y la santidad. Ellos permanecieron fieles hasta el fin, Apocalipsis 73 retuvieron sus coronas, y cumplieron lo que Dios había designado para sus vidas. 3:13 - “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Oh, que tengamos oído para oír de las preciosas recompensas que le esperan a una iglesia fiel. LAODICEA (3:14-22) La ciudad de Laodicea fue ampliada por Antíoco II, Rey de Siria, y vuelta a nombrar en honor de su esposa, Laodicea. Era una ciudad extremadamente rica, famosa por sus establecimientos bancarios, por sus escuelas de medicina que se especializaban en un unguento para curar ciertas afecciones de los ojos, y por su ropa lujosa hecha con la lana de sus rebaños. La ciudad estaba situada en el punto de convergencia de la carretera principal de Efeso a Siria, y los caminos que venían de Pérgamo y el Valle de Hermus a Pisidia y Panfilia. Manantiales de aguas termales de Hierápolis fluían a través de acueductos hacia Laodicea, en donde el agua se volvía tibia, y desde ese punto hasta Colosas, se volvía fría. Laodicea fue devastada por un terremoto en el año 61 D.C. La población, habiendo rechazado la ayuda ofrecida por el senado romano, reconstruyó con sus propios fondos toda la ciudad. Era una ciudad y, lamentablemente, una iglesia muy confiada en sí misma y autosuficiente. 74 Apocalipsis 3:14 - “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios”. El Señor se presentó a Sí mismo de una manera muy significativa, declarando que Él es el Amén, o el Fin. Evidentemente, esta es la última de las siete iglesias que recibió mensaje del Señor, e indica la iglesia de los últimos días, que completará la era de la iglesia. El Señor también se reveló a la iglesia de Laodicea, como el Testigo Fiel y Verdadero. En otras palabras, lo que Él estaba por decirles era ciertamente la verdad y no la falsa seguridad en que ellos habían caído. Este mensaje venía de Aquel que era el principio de la creación de Dios, como se ve en Proverbios 8:22-23, en donde se dice lo siguiente acerca de Cristo : “Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra”. 3:15-16 - “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Al dirigirse a la iglesia de Laodicea, el Señor no encuentra nada digno de elogiar. De hecho, dice que estos creyentes no eran ni calientes ni fríos, sino tibios. Su estado espiritual igualaba la condición de las aguas que fluían por la ciudad provenientes de los manantiales de aguas termales de Hierápolis. Las aguas de Laodicea eran tibias. A todos les encantaban las fuentes de aguas termales de Apocalipsis 75 Hierápolis y las aguas frías de Colosas, pero nadie se inclinaba por las tibias aguas de Laodicea. En lo natural, preferimos nuestras bebidas o muy calientes, como el café y el té, o muy frías; pero nos desagrada toda bebida tibia. La iglesia de Laodicea era tibia en su experiencia cristiana. Había cierta insipidez en su caminata con Cristo. Les faltaba fervor. No tenían un entusiasmo ardiente por las almas, ni deseos de progresar en Dios hasta alcanzar la perfección. Por esta causa, el Señor dice que los vomitará de su boca. El Señor aborrece a los cristianos indiferentes y sin compromiso, que viven alejados del blanco, (ver 1 R. 18:21). El Señor quiere que cada creyente sea ferviente y totalmente entregado a Él. 3:17 - “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. La iglesia de Laodicea era muy orgullosa y confiada en sí misma. Ciertamente eran ricos y abundaban en recursos, naturales y económicos. Sin embargo, carecían de las verdaderas riquezas de Jesucristo. Espiritualmente eran pobres, ciegos y desnudos. Cristo habló de esta arrogante actitud de los autosuficientes, en su parábola de Lucas 12:16-21. “La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a 76 Apocalipsis mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”. Los creyentes de Laodicea creían que la vida consistía en la abundancia de bienes que poseían. Sin embargo, somos verdaderamente ricos cuando somos ricos en Dios. Debemos procurar ser ricos en misericordia (Ef. 2:4), ricos en buenas obras (1 Tim. 6:18), y ricos en la fe (Stg. 2:5). Procuremos entonces encontrar en Cristo toda nuestra suficiencia, porque Él es el Todosuficiente y en Él estamos nosotros completos. Como ya lo afirmamos, Laodicea era una de las ciudades más acaudaladas del mundo en la época en que se escribió el libro de Apocalipsis. Cuando un terremoto acabó con ella en el año 61 D.C., los habitantes de Laodicea rechazaron la ayuda romana y reconstruyeron ellos mismos la ciudad. Con razón Laodicea podía ufanarse de ser rica y de no carecer de nada. De hecho, “Somos ricos y de ninguna cosa tenemos necesidad” fue su respuesta al emperador romano cuando les ofreció ayuda para reedificar su ciudad. Esta actitud orgullosa e independiente, lamentablemente, también se metió en la iglesia. Aunque eran prósperos en lo económico, en lo espiritual estaban en bancarrota. Aunque podían suministrar el ungüento curativo para varias enfermedades de la vista, en lo espiritual estaban Apocalipsis 77 ciegos. Y de nuevo, aunque eran famosos por sus lujosos atuendos, el Testigo Fiel y Verdadero les declaró que en lo espiritual estaban desnudos—no teniendo puestas las vestiduras de Dios (justicia, alabanza, etc.). 3:18 - “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”. Esto se refiere a las tres fuentes de riqueza que tenía la ciudad—la banca, la producción de ropa de lana, y los medicamentos— las cuales le habían dado renombre. El Señor les aconseja comprar de Él, oro refinado en fuego. La ciudad de Laodicea era extremadamente acaudalada y próspera. Abundaban en ella las monedas de oro, pero el Señor le dice que carecen de las riquezas verdaderas. Con las Escrituras se interpretan las Escrituras. De Primera Pedro 1:7 tenemos la interpretación de oro refinado en fuego. “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. Por lo cual, el Señor les está aconsejando comprar fe, la que solo se recibe por medio de pruebas severas. Él les dice que paguen el precio de la verdadera fe, que es el verdadero oro y riqueza genuina que se debe desear, para que sean ricos. La fe nos enriquece para con Dios. 78 Apocalipsis “Vestiduras blancas para vestirte”. Ahora el Señor les dice a los de Laodicea que compren vestiduras blancas. Esto seguramente les debe haber dolido porque eran famosos por su lana y ropas. Las vestiduras blancas son el atuendo de Cristo, de los ángeles, y de los santos del Señor. Simbolizan pureza. Isaías 1:18 dice: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Luego leemos en Daniel 11:35 acerca de los últimos días: “También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aún para esto hay plazo”. Cuando Cristo fue transfigurado, su vestidura brillaba con la blancura de la luz (Mt. 17:2). Debemos estar ataviados con vestiduras puras y blancas, que no estén manchadas por las obras de las carne (Judas 1:23).. La idea de aparecer desnudos delante del trono de Dios se expresa también en Segunda Corintios 5:1-4: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; Apocalipsis 79 porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida”. En Apocalipsis 16:15 el Señor dice: “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza”. “Unge tus ojos con colirio, para que veas”. El Señor entonces procede a aconsejarles que unjan sus ojos con colirio. Esto les debió ser molesto, en especial a ellos por ser Laodicea un centro médico que se especializaba en el colirio para los ojos. De nuevo encontramos aquí una lección que el pueblo de Dios necesita aprender hoy en día. Nuestros ojos espirituales necesitan estar ungidos. Pablo oró por los creyentes de Efeso: “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Ef. 1:18). Es necesario que el Espíritu Santo nos ilumine para que podamos entender la Palabra de Dios y su propósito para nuestras vidas. Debemos decir la oración del salmista cada vez que leamos o estudiemos la Biblia: “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo119:18). 3:19 - “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”. El Señor castiga a los que ama. El verdadero amor le dice a las personas su mal, esperando 80 Apocalipsis que ellas vean la verdad y cambien. Pablo dijo en Hebreos 12:6-8: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos [ilegítimos], y no hijos”. Los verdaderos hijos son los que admiten corrección. Si hijos e hijas dejaran de recibir la corrección de su padre, serían considerados hijos ilegítimos. (Ver Proverbios 13:24; 23:13-14; 27:6; 29:15,17). Salmos 94:12 declara una bendición sobre aquellos que admiten que el Señor los discipline: “Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyes”. Debemos estar contentos cuando el Señor nos disciplina, sabiendo que nos ama y desea hacernos más como Él (Job 5:17). Pablo dijo en Primera Corintios 11:32, “Mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo”. El mayor castigo que las personas pueden recibir de parte de Dios, es que Él no las discipline y las deje seguir por su propio camino, (ver Oseas 4:17). Es la uva aplastada, y no la uva intacta, la que produce el valioso vino. No hay una forma más segura de que un niño acabe destruido, que dejándolo a su antojo. Es un hecho de la vida que el mejor deportista y el más refinado hombre de letras, reciben el entrenamiento más exigente. Apocalipsis 81 3:20 - “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Cuan clemente es el Señor al darle a esta iglesia despreocupada y engreída, la oportunidad de conocerle de una manera tan íntima como para ser su invitado a cenar. Comprendiendo la clemencia del Señor y nuestra responsabilidad de responder a Él con igual gracia y gratitud de corazón, voy ahora a contar una experiencia personal que ilustrará los tratos del Señor con la iglesia de nuestro tiempo, simbolizada en Apocalipsis por la iglesia de Laodicea. Hace muchos años, cuando pastoreaba una iglesia en el oeste de los Estados Unidos, esta porción de las Escrituras cobró vida para mi esposa y para mí. Se trataba de una congregación que en su mayor parte no había admitido el mensaje y experiencia pentecostales. El Señor nos hizo comprender con claridad que debíamos presentar el mensaje de hablar en otras lenguas como señal valedera de haber recibido la experiencia pentecostal conforme a Hechos 2:4. Muchos de aquellos queridos santos abrazaron y recibieron el bautismo del Espíritu Santo con las señales acompañantes, entre ellos el pastor anterior, que se había jubilado y era ahora un miembro de la congregación. En una reunión matutina de oración, un anciano habló en lenguas, y antes de que la interpretación fuera dada, la esposa de uno de los diáconos dijo de manera estridente y desafiante: 82 Apocalipsis “¡No!” Era casi mediodía, y yo estimé que lo más sabio que podía hacer era terminar la reunión, cosa que hice de inmediato. Unos pocos minutos después, al entrar en la parroquia, vi el candelero de Dios pasando a través de la pared. Fue una experiencia impactante y me sentí realmente revestido de la santidad de Dios, quedando literalmente sobrecogido. No había pasado una hora cuando recibí una llamada telefónica de uno de mis parroquianos, informándome que la esposa de ese diácono estaba ahora hospitalizada. Fue algo totalmente imprevisto, porque acababa de estar bien y rebosante de salud durante la reunión. Sin embargo, esa noche el Señor dio una visión similar a otro anciano y también a un miembro de la congregación. La visión era del Señor parado afuera del cuarto del hospital. La interpretación que ellos me dieron fue: “Oh, no hay problema con nuestra hermana, porque el Señor está afuera de su cuarto”. No obstante, esa no fue la interpretación que me dio el Señor a mí. Él habló de esta manera: “Ella es una cristiana de Laodicea, satisfecha de sí misma, que piensa que ya no necesita más. Yo estoy a la puerta de su corazón, y llamo, deseoso de encontrarme con ella de una manera nueva, bautizándola en el Espíritu Santo, pero no me recibe”. ¡Qué tragedia la de esta querida hermana! Pero ¿qué de nosotros? A lo mejor hemos recibido el bautismo en el Espíritu Santo y creemos Apocalipsis 83 que ya lo hemos alcanzado todo, cuando en realidad el Señor tiene aún mucho más para nosotros en este día y en esta era. Jesús enseñó en Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. La actitud nuestra siempre debe ser la de los pobres en espíritu, para que por su gracia recibamos todo lo que el Señor tiene para darnos. Pensemos en la parábola de Lucas 18:9-14: “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo [Jesús] también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar, uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigao mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”. Dios resiste a los soberbios y a las personas con aires de superioridad moral. Cuando el Señor se nos acerca buscando compañerismo, respondamos con prontitud a sus acercamientos y busquemos su rostro diligentemente. 3:21-22 - “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con 84 Apocalipsis mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Esta es la promesa que el Señor ofrece a cada uno de nosotros en toda la Palabra de Dios. Él quiere que gobernemos y reinemos con Él. Es una verdad específica a la que el Espíritu Santo le está dando vida en nuestros días. Pero recordemos algunos de los requisitos. Pablo dijo en Romanos 5:17: “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia”. Para reinar en vida, debemos recibir la abundancia de la gracia y también ser justos. Una abundancia de gracia sólo se le da a aquellos que tienen una abundancia de tribulaciones, así que bienvenido a una vida de pruebas, amados, si desean reinar y gobernar con el Señor Jesucristo. Además, así como el rey David dijo: “Habrá un justo que gobierne entre los hombres, que gobierne en el temor de Dios” (2 Sa. 23:3). Tomemos en serio el mensaje del Espíritu a las siete iglesias, pero especialmente el mensaje a la iglesia de Laodicea, simbólico de la iglesia de nuestros días. Apocalipsis 85 Parte 3 Apocalipsis Capítulos 4-19 LOS AÑOS FINALES DE LA ERA DE LA IGLESIA 86 Apocalipsis Apocalipsis 87 Parte 3 4:1 - 19:21 LOS AÑOS FINALES DE LA ERA DE LA IGLESIA Ahora llegamos a una nueva sección del libro de Apocalipsis. Después del mensaje del Señor a las siete iglesias, Juan ve una puerta abierta en el cielo. Una voz le dice “sube acá” y se le muestran a Juan ciertos acontecimientos que tendrán lugar después de su existencia. Los capítulos 4 a 19 son un retrato de los años finales de la era de la iglesia, conducentes a la segunda venida del Señor Jesús. Es muy importante que todo cristiano comprenda estos capítulos porque estamos viviendo en los días en que estos sucesos se cumplirán ante nuestros propios ojos. Hay muchos aspectos de la Parte 3 que son difíciles de entender, pero iluminados por el glorioso Espíritu Santo, trataremos de esclarecer mucha de la confusión que hay en torno a estos capítulos. Apocalipsis 88 CAPÍTULO CUATRO UNA PUERTA ABIERTA EN EL CIELO (4:1-11) 4:1 - “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Esta puerta se distingue de la puerta abierta que se puso delante de la iglesia de Filadelfia, en que aquella era una puerta geográfica para ministerios. Esta otra es una puerta celestial que lleva a panoramas celestiales. Con esto, la intención era expresamente mostrar al apóstol Juan lo que sucedería en el futuro. Los capítulos 4 a 19 son distintos de los mensajes a las siete iglesias que aparecen en los capítulos 2-3, que fueron acontecimientos presentes en el período en que Juan vivía. El trono de Dios 4:2-3 - “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda”. He aquí una descripción impresionante de la majestad de Dios. A su descripción se le atribuye un parecido con la piedra jaspe, la cual revela su majestad. La piedra cornalina se refiere a juicio, y la esmeralda simboliza su misericordia. Apocalipsis 89 Hay un arco iris en torno al trono de Dios, el cual se ve también en la visión del trono de Dios que tuvo Ezequiel: “Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová” (Ez. 1:28). Los siete colores del arco iris se refieren a los siete Espíritus de Dios que rodean el trono. La jerarquía celestial 4:4 - “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”. Estos veinticuatro ancianos son los patriarcas de las doce tribus de Israel y los doce apóstoles del Cordero. Es evidente que son de los redimidos de la humanidad y que son humanos integrando el cuerpo gobernante supremo del cielo. Apocalipsis 5:8-10 nos dice más acerca de estos veinticuatro ancianos: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. 90 Apocalipsis Los veinticuatro ancianos son lo selecto del grupo élite compuesto por reyes y sacerdotes. Ellos ofrecen copas de oro llenas de las oraciones de los santos y se sientan además en tronos celestiales muy cerca del trono de Dios. 4:5 - “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”. Se nos dice claramente que las siete lámparas que están delante del trono son los siete Espíritus de Dios. Sus nombres y sus funciones se mencionan en Isaías 11:2: “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová”. También están representados por el candelero en el lugar santo del Tabernáculo de Moisés. Los relámpagos, truenos y voces se refieren todos a juicios, como lo vemos en Éxodo 19:16, 18-19: “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento...Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre el fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante”. Apocalipsis 91 Las cuatro bestias (o seres vivientes) 4:6.7 - “Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando”. El “mar de vidrio semejante al cristal” que está delante del trono, se refiere a la pureza absoluta que rodea el trono de Dios. Este trono, que es el punto central de todo el cielo, está en medio de este mar de cristal. También se nos dice que hay cuatro seres llenos de ojos delante y detrás, los cuales rodean el trono de Dios. Estos cuatro seres vivientes, como se les llama en Ezequiel capítulo 1, también se mencionan en Isaías 6. A medida que estudiamos estos pasajes en detalle, nos damos cuenta de la convivencia que existe en el trono de Dios. Primero está Dios Padre, como se ve en Apocalipsis 5:1: “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos”. También está el Hijo, el Cordero de Dios, como se ve en Apocalipsis 5:6: “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”. Los cuatro seres vivientes también rodean el trono de Dios. Apocalipsis 92 Apocalipsis 4:7 describe estos cuatro seres: “El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando”. Sus cuatro caras reflejan el carácter universal de Cristo. Revelan sus diferentes aspectos. • El león - revela a Cristo como el Rey de reyes • El becerro - revela a Cristo como el Sumo Sacerdote • El hombre - revela a Cristo como el Hijo del Hombre • El águila volando - revela a Cristo como el Hijo de Dios que se remonta hasta lugares celestiales. 4:8 - “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”. Estas cuatro seres vivientes tienen seis alas que les facilitan un perfecto desplazamiento. Pueden moverse hacia arriba, hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados. Están llenas de ojos porque son los ojos de Aquel-que-todolo-ve. Leemos en 2 Crónicas 16:9: “Porque los ojos de Jehova contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. Estos cuatro seres vivientes no descansan ni de día ni de noche, dando gloria a Apocalipsis 93 Dios en todo momento. Esta es también una de las características de Dios, como se ve en el Salmo 121:4: “He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”. El clamor perpetuo de estas cuatro bestias es: “Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso” (ref. Isaías 6:3). La santidad es el aspecto fundamental de la naturalea de Dios. Por cuanto Dios es santo, desea que sus hijos sean igualmente santos. 1 Pedro 1:15-16 dice: “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. Levítico 20:7-8 dice: “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico”. Esto sugiere que la santidad es necesaria para poder guardar los mandamientos de Dios. Debemos definir lo que la verdadera santidad es. La santidad literalmente significa estar separado y apartado en cuerpo, alma y espíritu de todo aquello que desagrade al Señor en pensamiento, palabra o acción. Es estar separado del mundo, de la carne y del diablo. Sin embargo, esta separación sólo constituye un aspecto de la santidad. Si queremos volvernos santos, debemos estar completamente unidos a Dios, el Único que es santo. Los cuatro seres vivientes dan continuamente gloria al Hijo, de 94 Apocalipsis quien se dice “El que era” (lo que significa que vivió en la tierra) y “que es” y “que ha de venir” (refiriéndose a su segunda venida). Uno de los ministerios principales de las cuatro bestias es adorar a Dios Padre y al Hijo. El Hijo confirma en Juan 4:23-24 el deseo del Padre de ser adorado, diciendo: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. 4:9 - “Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos”. Los seres vivientes dan continuamente gloria, honra y acción de gracias al Señor. Dar gloria a Dios significa engrandecer y exaltar sus cualidades y su potestad en lo que compete a su carácter y hazañas creadoras. Dar honra a Dios significa estimarlo por encima de todos los demás; y dar gracias significa tener gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros. Debemos adorar continuamente al Señor en nuestros corazones y con nuestros labios, y darle gracias por todas las cosas. En realidad, tenemos muchísimo que agradecer al Señor. Me quejaba de no tener zapatos, hasta que vi a otro que no tenía pies. Apocalipsis 95 4:10-11 - “Los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”. Al expresar los seres vivientes toda su adoración al Señor, los ancianos responden adorándolo. Aquí es necesario explicar por qué Dios desea ser adorado. La adoración es realmente para nuestro beneficio, pues adquirimos la semejanza del objeto o persona de nuestra adoración. Esto se ve en sentido negativo en el Salmo 115:4-8: “Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen, mas no palpan; tienen pies, mas no andan; no hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos”. Es un hecho que adquirimos la semejanza del objeto o persona que adoramos. Los ancianos echan sus coronas delante del trono porque está tan claro que todo lo que tenemos es por Él. Sin Él no somos nada, y por Él somos algo. Por consiguiente, los ancianos claman diciendo: “Digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”. Nosotros no existiríamos si Él no nos hubiera Apocalipsis 96 creado, pero fuimos creados para su deleite. Entonces, necesitamos orar para recibir gracia y entregar nuestras vidas como sacrificio vivo, santo y aceptable a Aquel que está sentado en el trono. CAPÍTULO CINCO EL LIBRO DE LOS SIETE SELLOS (5:1-14) 5:1 - “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos”. Apocalipsis capítulo 5 comienza con la palabra “y”. Por lo tanto, es una sucesión cronológica del capítulo 4 en el que el apóstol Juan ha visto el trono. Ahora los ojos y la atención de Juan se centran en la mano derecha de la Majestad en las alturas—Dios Padre. En su diestra está un rollo escrito por ambos lados, el cual está sellado con siete sellos. La apertura de estos sellos, entonces, será la clave para lo que acontecerá posteriormente en el resto del libro. De hecho, los sellos están vinculados a juicios, como lo veremos después. La apertura de los sellos dará lugar a una sucesión de tres juicios específicos sobre la tierra, a saber: 1. Los siete sellos 2. Las siete trompetas 3. Las siete copas (las últimas siete plagas) Apocalipsis 97 5:2-5 - “Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos”. La pregunta es: ¿Quién es digno de desatar los sellos del juicio? Nadie fue encontrado digno de abrir el libro, ni en todo el cielo ni en la tierra. Entonces uno de los ancianos declaró a Juan, que lloraba, que el León de la tribu de Judá había vencido para abrir el libro. Esto se refiere al linaje davídico de Cristo, quien como David en tiempos pasados, venció a todos sus enemigos. Jesús, en la cruz, derrotó a nuestro enemigo número uno, Satanás. El Señor Jesucristo es el único que fue encontrado digno de abrir este libro y los siete sellos. El precio de abrir estos sellos fue fenomenal. El hecho es que hubo que pagar un precio. Nadie fue capaz de pagarlo, a excepción del Hijo de Dios que dio su vida en rescate por todos. Cristo fue encontrado digno de abrir el libro porque como Cordero de Dios sin mancha, sacrificó su vida por nosotros (Ap. 5:9-10). Alabado sea su nombre bendito. El hecho de que el mismo cielo y la Deidad se rijan por la 98 Apocalipsis necesidad de ser encontrados justos en todas sus acciones, es algo que merece nuestra atención y seria consideración. Este es un tema que debe discutirse con cierto detalle. La Deidad puede ordenar que se le adore, no sólo por lo que ellos representan, sino por lo que han hecho (sus obras). Ellos ordenan la adoración en Apocalipsis 4:11 por el esplendor y sabiduría de sus obras en la creación. Pero ahora veremos que el Hijo de Dios recibirá el honor de abrir los sellos; este es el tema de un nuevo cántico de adoración en Apocalipsis 5:9. 5:6-7 - “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba en el trono”. Al volverse, Juan vio al Cordero inmolado del Calvario, que estaba en pie en medio del área del trono y entre los cuatro seres vivientes y los ancianos. Cristo tiene juntamente con el Padre, la única preeminencia en los cielos. Esta no es sólo una distinción que le fue conferida por el Padre, sino que Él se hizo digno de ella. Filipenses 2:7-11 dice acerca de Cristo: “Sino que [él] se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre Apocalipsis 99 de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. Por su obediencia al Padre, yendo a la cruz y muriendo por la humanidad, Jesús obtuvo la preeminencia. Por eso podía acercarse y tomar el libro de la mano de su Padre. 5:8-10 - “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. En este momento, los cuatro seres vivientes y los ancianos se postran delante del Cordero de Dios que ha quitado los pecados del mundo. Jesucristo no sólo nos ha redimido, sino que, como lo manifiesta constantemente la palabra de Dios, nos ha hecho reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. Esta debe ser nuestra visión para calificar, o para que el Señor nos halle dignos de gobernar y reinar con Él durante el reino milenial que sigue a esta dispensación. Apocalipsis 100 Reyes y Sacerdotes Cristo es el Rey de reyes, pero también es el sumo sacerdote de nuestra fe (Heb. 3:1). Él es un Rey-Sacerdote. En las Escrituras, la combinación de estos dos cargos se ve primeramente en la vida de Melquisedec (Gn. 14:18), que era sacerdote de Dios y rey de Salem (antiguo nombre de Jerusalén). Cristo, que era del linaje de David a través de la tribu de Judá, es rey por descendencia. Sin embargo, a la tribu de Judá no se le hizo promesa concerniente al sacerdocio. Mas Dios hizo a Cristo Sumo Sacerdote de nuestra fe según el orden de Melquisedec. Dios desea transformarnos a la imagen del Señor Jesucristo, y esto implica ser hechos reyes y sacerdotes. El designio original de Dios para los hijos de Israel era que fueran todos reyes y sacerdotes para Él. El Señor les dijo en Éxodo 19:5-6 cuando los hubo sacado de Egipto: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardáreis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”. La condición para convertirse en este reino de sacerdotes era oír su voz y guardar su pacto. No obstante, al poco tiempo los israelitas comenzaron a desobedecer al Señor, hasta el grado de fabricar un becerro de oro para adorarlo como a su dios (Ex. 32). Después de esto, el sacerdocio se le dio exclusivamente a la tribu de Leví, y el reino Apocalipsis 101 y trono de Israel fue dado exclusivamente a la tribu de Judá. Por lo tanto, el deseo de Dios para todo su pueblo de hacerlos reyes y sacerdotes para Él, nunca se cumplió en la nación de Israel. Pero los propósitos de Dios siempre se llevan a cabo. Por consiguiente, el Señor en la era neotestamentaria nos ha dado a nosotros como creyentes, esta promesa de ser reyes y sacerdotes. 1 Pedro 2:9 dice: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Estamos llamados a ser un real sacerdocio. La palabra griega para “real” significa “de naturaleza real” y se deriva de la palabra griega “basileus” que es el vocablo para “rey” (ref. Ap. 5:10; 19:16). Es así que vemos nuestro llamado a ser reyes y sacerdotes, y a reinar con el Señor. Sin embargo, al igual que Israel, debemos obedecer diligentemente la voz del Señor y guardar su pacto para que se efectúe esta promesa en nuestras vidas. Un rey gobierna y reina, y el Señor quiere enseñarnos a reinar en esta vida, preparándonos para un trono en el milenio y en la eternidad. Si no gobernamos en esta vida, no gobernaremos en la eternidad. Es en esta vida que calificamos y nos capacitamos para la primera resurrección y para gobernar y reinar con Cristo. Un rey es un vencedor, y nosotros debemos ser más que vencedores en cada situación (Ro. 8:37). La clave para triunfar 102 Apocalipsis sobre las circunstancias está en nuestra actitud. No debemos quejarnos, sino vencer cada prueba y tentación para poder ser reyes. En el Antiguo Testamento, el propósito del sacerdocio era ofrecer sacrificios. En el Antiguo Testamento se ofrecían sacrificios de animales, pero en el Nuevo Testamento el sacrificio que desea el Señor es nuestro cuerpo y alma. Como lo dice Pablo en Romanos 12:1, debemos presentar nuestros cuerpos “como sacrificio vivo” al Señor, (ref. He. 10:5). 5:11-12 - “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era de millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”. Entonces Juan oyó un numero incontable de ángeles enalteciendo al Cordero de Dios. Examinemos los galardones que Jesús recibió por su irreprensible vida de obediencia a la voluntad de su Padre. Jesús ha recibido: — Poder - Después de resucitar, el Señor Jesucristo apareció a sus discípulos, diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mt. 28:18). Toda potestad le pertenece al Señor. — Riquezas - Toda la opulencia del cielo está a su disposición, sin embargo, se hizo pobre por nosotros. Apocalipsis 103 — Sabiduría - Jesús mismo es la personificación de la sabiduría, como se ve en Proverbios 8. Además, Él nos ha sido hecho sabiduría (1 Co. 1:30). ¡Él es nuestra sabiduría! — Fuerza - Uno de los grandes atributos de un líder es ser fuerte y firme en sus decisiones y propósitos, teniendo asimismo la fuerza para llevarlos a cabo. — Honor - Jesús ha recibido todo el honor, que significa ser exaltado y ocupar el lugar de preeminencia. Colosenses 1:18 dice: “Para que en todo tenga la preeminencia”. — Gloria - Esto significa estar cubierto con el carácter y la majestad propias de Dios. 2 Pedro 1:17 dice lo siguiente acerca de Cristo: “Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia”. — Bendición - Es recibir la abundancia universal de la bondad de Dios tanto en el ámbito material como en el espiritual. Jesús es bendito de Su Padre. 5:13-14 - “Y a todo lo creado que está en cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: “Al que está sentado en el trono, 104 Apocalipsis y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos”. El apóstol Juan oyó entonces que todas las criaturas de los cielos, de la tierra, de debajo de la tierra, y del mar, decían: “Alabanza, honra, gloria y poder sean al que está sentado en el trono (que es el Padre) y al Cordero (el Hijo) por los siglos de los siglos”. Esta es una repetición de lo que el apóstol Pablo dijo en Filipenses 2:10-11: “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. Todos tendrán que confesar que la Deidad es digna. Todos sus enemigos, todos los que los han censurado y combatido, tendrán que confesar que ellos son dignos. ¿Por qué? Porque han probado serlo mediante la obra de la creación y en su plan redentor de toda la humanidad. Ellos han mostrado y demostrado su amor y sabiduría. Por consiguiente, los cuatro seres vivientes y los ancianos se postran en adoración delante de Aquel que vive por los siglos. Aquel que fue despreciado en la tierra es exaltado en los cielos por toda la eternidad. Él es realmente digno. Apocalipsis 105 CAPÍTULO SEIS LOS SIETE SELLOS SON ABIERTOS (6:1-17) En el capítulo 5 de Apocalipsis, el Cordero de Dios venció para abrir el libro que tiene siete sellos, y en Apocalipsis capítulo 6, llegamos realmente a la apertura de los sellos. Estos siete sellos son juicios que tendrán lugar al final de la era de la iglesia. El primer sello 6:1-2 - “Ví cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer”. Solamente el Señor Jesucristo tiene el privilegio de abrir los siete sellos. Con la apertura del primer sello, hubo un sonido de trueno, que por lo general en las Escrituras es presagio de juicio. Los primeros cuatro sellos que dan salida a los cuatro jinetes del Apocalipsis, como son llamados universalmente, ciertamente traen sobre la tierra las catástrofes más terribles. El jinete del caballo blanco recibió un arco y una corona, y emprendió su camino conquistando y para conquistar. Evidentemente, este ángel proviene de Dios, pues monta un caballo blanco. En su segunda venida, Cristo vendrá sobre un caballo blanco, y también sus acompañantes (Ap. 19:11-14). Apocalipsis 106 Este ángel sale para conquistar a los enemigos del Señor y para realinear a las naciones para los tiempos del fin. El segundo sello 6:3-4 - “Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada”. El jinete sobre el caballo bermejo tiene poder para quitar la paz de la tierra, lo que muy claramente significa que los habitantes de ella se matarán los unos a los otros. Esto se parece un tanto a lo que ya vemos hoy en día representado en la antigua nación de Yugoslavia. Sin lugar a dudas vendrán muchas guerras, civiles y de otra índole, que estallarán por doquiera, especialmente cuando los sellos sean abiertos. El tercer sello 6:5-6 - “Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”. El jinete del caballo negro tiene una balanza en la mano para Apocalipsis 107 traer caos a la economía de las naciones. Por lo cual, habrá escasez de comida en este tiempo. Una medida de trigo por un centavo equivaldría probablemente a una hogaza de pan por la paga de un día. Tres medidas de cebada, que al menos en la época neotestamentaria era inferior al trigo, se le daba a los soldados romanos como castigo. Este ángel recibe instrucciones de no traer juicio sobre el aceite y el vino por ahora. El cuarto sello 6:7-8 - “Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar a espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra”. El nombre del jinete sobre el caballo amarillo era muerte, y el infierno le seguía. Es evidente que estos cuatro jinetes vienen a eliminar a muchos pecadores de la faz de la tierra. Se les ha dado poder sobre la cuarta parte de la tierra para matar con espada, con hambre, con muerte y con las fieras de la tierra. Por lo tanto, los cuatro jinetes del Apocalipsis son en realidad el principio de dolores (que da paso al período de tribulación), trayendo calamidades sobre la tierra en el ámbito de guerras y anarquía civil. Incluso en naciones y pueblos civilizados, una gran parte de la población será propietaria de armas. Los homicidios adquirirán una frecuencia alarmante, y aumentará la Apocalipsis 108 violencia en todas partes. Habrá crisis alimentaria general, ocasionando racionamiento en muchos lugares. Sumado a esto, la cuarta parte de la tierra tendrá todavía más angustia, personificada en el ángel de la muerte que la visitará de manera semejante a la décima plaga que cayó sobre Egipto. El quinto sello 6:9-11 - “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”. Con la apertura del quinto sello, Juan ve un grupo de mártires en el cielo. Estas almas de los fieles muertos provienen de todas las dispensaciones, hablando al unísono, indudablemente movidos por el Espíritu a inquirir del Señor: “¿Hasta cuándo, oh Señor?” En el Salmo 13:1-2, tenemos de labios del salmista un clamor semejante en el Espíritu: “¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Apocalipsis 109 con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?” La razón de esta pregunta, especialmente en este pasaje de Apocalipsis, es permitirle al Señor indicarnos una verdad sumamente importante. Todos los que están señalados para ser enviados a la muerte o al martirio, deberán sufrir antes de que el Señor pueda vengarlos de sus enemigos y eliminar a éstos. En otras palabras, cuando se abra el quinto sello, todavía quedarán muchos otros que serán martirizados. Esto tiene significado en nuestras vidas. Cuando en Apocalipsis el Señor da sus razones a los que están bajo el altar, entendemos que nuestras pruebas no influyen sólo sobre nuestras vidas, sino que Dios tiene obras que completar en las vidas de otros por medio de nuestras tribulaciones. Como está escrito en Romanos 14:7: “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí”. Otra verdad que sale a la superficie aquí en este pasaje de Apocalipsis, es que hay un cierto número de personas que están destinadas a convertirse en mártires. Esto es confortante, dado que todas las cosas están soberanamente determinadas por Dios. Por eso, no es necesario estar atemorizado o inquieto por las duras pruebas futuras que vienen sobre la tierra en estos tiempos del fin. Estamos en su mano, y lo que ha sido predeterminado para nosotros desde antes de la fundación Apocalipsis 110 del mundo, acontecerá. Ya sea que tengamos el privilegio del martirio o que seamos protegidos en medio de la gran tribulación, eso ya ha sido decidido por un amoroso Padre Celestial que es omnisciente. Lo que de acuerdo con su sabiduría nos convenga, sucederá. Por lo tanto, alegrémonos y regocijémonos, porque la gracia será dada conforme al propósito celestial para nosotros. El sexto sello 6:12 - “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre”. Isaías, profeta del Antiguo Testamento, menciona un terremoto que tiene lugar en los últimos días, y lo ubica en la ciudad de Sion o sus cercanías. (Ver Isaías 29:1-6). No obstante, este terremoto a que se refiere Isaías pareciera tener cumplimiento en Apocalipsis 11:13, cuando cae la décima parte de la ciudad de Jerusalén. Mas podría estar incluído en Joel 2:30: “Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo”, en donde se habla de prodigios en la tierra. En Mateo 24:7 el Señor mismo habla de terremotos que tienen lugar en los últimos días. Este gran terremoto que ocurre con la apertura del sexto sello, puede ser, en parte, responsable de la realineación de montes e islas que se mencionan en el versículo 14. El sol se vuelve tinieblas, como lo dice Joel 2:31: “El sol se Apocalipsis 111 convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová”. En este momento debemos notar que puede haber un lapso de tiempo que transcurra entre los acontecimientos de Apocalipsis 6:12 y la segunda venida (mencionada en Mateo 24:29-30). 6:13 - “Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento”. La pregunta que por tanto tiempo se ha hecho es: ¿Son verdaderas estas estrellas? Ciertamente, al ver en Apocalipsis 12:4 que el dragón arrastra con su cola a la tercera parte de las estrellas del cielo y las arroja a la tierra, estas estrellas deben ser interpretadas como ángeles. (Para un comentario adicional, favor ver la exposición sobre Apocalipsis 12). Sin embargo, cuando aparecen mencionados el sol y la luna, que obviamente se deben interpretar al pie de la letra, las estrellas también deben ser tomadas de ese modo. Así es que a partir de este momento veremos acontecimientos catastróficos en forma de meteoritos de todos los tamaños y dimensiones golpeando la tierra. 6:14 - “Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”. Este versículo y el anterior se mencionan en Isaías 34:4: “Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la 112 Apocalipsis hoja de la parra, y como se cae la de la higuera”. Esto está asociado con el día de la venganza del Señor, y al autor se le ha dado el privilegio de tener una visión de lo siguiente: 6:15-17 - “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” Nos acostumbramos a ver el rostro del Señor cuando le contemplamos. Es un rostro lleno de piedad, que rebosa la dulzura de su adorable naturaleza. Sin embargo, lo que ven los habitantes de la tierra cuando el cielo se desvanece enrollándose como pergamino, es un rostro intensamente severo. Sus ojos son aterradores. La analogía es la de un juez en proceso de pronunciar alguna terrible sentencia sobre el malhechor. Y ciertamente, eso sería verdad porque es exactamente lo que Él es—el Juez Justo de toda la tierra, lleno de furor contra los pecadores impíos. En su presencia, todo aquel que no haya conocido su gracia salvadora, no podrá permanecer en pie . Apocalipsis 113 CAPÍTULO SIETE LOS SIERVOS DE DIOS SON SELLADOS (7:1-8) 7:1 - “Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol”. Estos cuatro ángeles son los primeros de las cuatro trompetas que se tocan cuando el séptimo sello es abierto. 7:2-3 - “Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”. Este sello que reciben los justos es para protegerlos en tiempo de juicio. En la época en que tuvo lugar el último sitio de Jerusalén por Nabucodonosor, se sellaron también los que se tuvieron por dignos. Leemos de este sello en Ezequiel 9:4-6: “Y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis 114 Apocalipsis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santurario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo”. 7:4-8 - “Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados”. En el libro de Apocalipsis hay dos grupos de 144,000. La pregunta es : ¿Son los dos el mismo grupo o son dos grupos diferentes? Las Escrituras nos aclaran que son dos grupos diferentes. Los del capítulo 7 son los preservados de Israel. Ellos son de las doce tribus de Israel, mientras que los del capítulo 14 son los redimidos de entre los hombres. De manera que hay una clara distinción hecha entre estos dos grupos. Por eso, esa es la interpretación que debemos aceptar. Además, hay una prueba numérica de dos grupos de 144 simbolizada en Apocalipsis 115 el Antiguo Testamento en el Tabernáculo de David. 1 Crónicas 25:7 dice: “Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho (o sea 288—compuesto de dos grupos de 144). Volviendo ahora a los 144,000 sellados de Israel, observamos que no figura la tribu de Dan, y que en su lugar está la de Manasés, el hijo mayor de José, otorgando a José la doble porción entre las tribus. La razón de esto se encuentra en la profecía acerca de Dan, dada por su padre Jacob en Génesis 49:16-17: “Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de Israel. Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo y hace caer hacia atrás al jinete”. Dan fue concebido por medio de un acto de celos que tuvo Raquel. Génesis 30:1-6 dice: “Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero. Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre? Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella. Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella. Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob. Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan”. Los celos son un espíritu que no sólo activa a Satanás, sino también al Anticristo—el hombre de Apocalipsis 116 pecado que se levantará en los últimos días. El número doce significa gobierno. Por lo tanto, 12 x 1,000 (el número del período milenial) significa gobierno durante el Milenio. 12 x 12 x 1,000 igual a 144,000—lo que significa los doce meses del año. En el sacerdocio del Antiguo Testamento, los sacerdotes normalmente desempeñaban su oficio solamente una vez al año, por un mes. LA GRAN MULTITUD EN EL CIELO (7:9-17) 7:9-12 - “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén”. Después de ver la puesta del sello sobre los 144,000, Juan ve una gran multitud en el cielo. Es un grupo incontable de santos provenientes de todas las naciones, razas, pueblos e Apocalipsis 117 idiomas. Dios, de entre todas las razas y grupos étnicos, tendrá un pueblo que le sirva. Es por esto que el evangelio debe ser predicado en “todas las naciones” (Mt. 28:19). 7:13-17 - “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”. Estos creyentes están ataviados con vestiduras blancas. Se nos indica que esta enorme muchedumbre de santos sale de la gran tribulación. Está compuesta por personas de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas. Tienen palmas en sus manos, lo cual significa justicia, pues han participado de la justicia de Cristo. Este grupo contrasta con la multitud de los que le dieron la bienvenida al Señor el Domingo de Ramos en que triunfalmente entró en Jerusalén, y que luego tomaron parte en su crucifixión. Este grupo rindió fielmente su vida por Él. Él Apocalipsis 118 los recompensará conduciéndolos a las fuentes vivas de aguas celestiales, y enjugando todas sus lágrimas de angustia y sufrimiento. CAPÍTULO OCHO LA APERTURA DEL SÉPTIMO SELLO (8:1) 8:1 - “Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora”. En vista de que no se encuentra en las Sagradas Escrituras ninguna otra referencia a un período de media hora, haremos silencio en aquello que la Biblia calla. Solamente podemos decir que antes de que el séptimo sello sea abierto (lo cual da paso a un período de ayes que vienen sobre la tierra), todo el cielo con impresionante solemnidad detiene sus actividades de alabanza y gozo, por causa de los juicios que están por soltarse sobre la tierra. Es casi igual al silencio que sobrecoge a los espectadores de una ejecución, aun cuando el ejecutado merece su juicio. Está muy claro que el séptimo sello da paso a las siete trompetas. Por lo tanto, es absolutamente innegable que los tres conjuntos de juicios que aparecen en Apocalipsis—sellos, trompetas y copas—son cronológicos y siguen una secuencia. Las siete trompetas no pueden presentarse sino hasta después de que los siete sellos estén completos. Asimismo, está claro que las siete copas son los últimos siete juicios que serán derramados y que no podrán tener lugar sino hasta después Apocalipsis 119 de las siete trompetas. Por consiguiente, no hay otra forma de ver estos juicios sino en orden cronológico. No pueden suceder ni simultánea ni paralelamente. Esto está muy claro en el libro de Apocalipsis. LAS SIETE TROMPETAS (8:2 - 9:21: 11:15-19) 8:2 - “Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas”. La apertura del séptimo sello no fue un juicio en sí, pero dio paso a la siguiente serie de juicios que tiene por nombre “las siete trompetas”. Estas siete trompetas también se llaman ayes. Juan vio siete ángeles en el cielo que recibieron una trompeta cada uno. Estas trompetas son invariablemente aludidas como las siete voces, pues la trompeta no daba un sonido estridente, sino que más bien era usada para hablar (ref. 8:13). 8:3 - “Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono”. Primero, se nos presenta otro ángel, parado junto al altar. En el libro de Apocalipsis, constantemente se nos presenta el templo celestial, su mobiliario y el ministerio en el templo: 1. El hecho de que somos reyes y sacerdotes (1:6) 2. El sacrificio de sangre de Jesús (1:5) 3. Los siete candeleros de oro (1:12) Apocalipsis 120 4. Los siete espíritus de Dios, simbolizados por el candelero de oro (3:1) 5. Las almas de los mártires bajo el altar (6:9) 6. El altar, nuevamente (8:3) 7. El incensario de oro (8:3) 8. El incienso (8:3) 9. El altar de oro delante del trono (8:3; 9:13) 10. El arca del pacto en el templo celestial (11:19). Este incienso ofrecido sobre el altar, estaba hecho de estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro (Ex. 30:34). El estacte, como la mirra, se refiere a la mansedumbre. La uña aromática se refiere a rendir nuestras vidas. Esta es la actitud de Ester—“Y si perezco, que perezca” (Est. 4:16). El gálbano se refiere a las lágrimas (ref. He. 5:7). El incienso puro se refiere a la fe. El incienso, que realmente es la vida de oración del Cordero de Dios aquí en la tierra, fue ofrecido con las oraciones de los santos. Las oraciones, que están todas hechas en el nombre de Jesús, son por lo tanto santificadas y aceptadas por Dios Padre en virtud de la vida de sacrificio de su Hijo. Así, el humo del incienso, originado en las oraciones de los santos, salía de la mano del ángel y subía hasta la presencia de Dios. 8:4-5 - “Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el Apocalipsis 121 ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”. Por lo tanto, las oraciones y el incienso fueron vertidos como juicios sobre la tierra, y soltaron los juicios de trompeta. Este es Dios, vengando a sus elegidos como lo había prometido, a aquellos que claman a Él de día y de noche. Cristo dijo en Lucas 18:7-8: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.” EL SONIDO DE LAS SIETE TROMPETAS 8:6 - “Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas”. Es la presentación de las oraciones de los santos delante de Dios (mezcladas con el incienso) en el tiempo señalado por Dios, lo que causa que los juicios de trompeta se derramen sobre la tierra. Con esto podemos ver nuevamente la soberanía de Dios en cuanto a los tiempos; porque está claro que es Dios quien incita al ángel a ofrecer, en este momento, el incienso y las oraciones. La primera trompeta 8:7 - “El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde”. La primera trompeta (o sea, el primer ángel que toca su trompeta) trae juicio sobre toda la hierba Apocalipsis 122 verde. Una tercera parte de los árboles es destruida, lo cual también deberá afectar al reino animal, ya que depende de la vegetación. La segunda trompeta 8:8 - “El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tecera parte del mar se convirtió en sangre”. Con la segunda trompeta, la tercera parte del mar se convertirá en sangre. Esto es un gran recordatorio del poder que se le dio a Moisés cuando fue enviado a Egipto como emisario del Señor. Este será el mismo poder manifestado por Moisés en los últimos días. Como uno de los dos testigos, él profetizará 1,260 días durante el período de tribulación, juntamente con Elías. Durante el tiempo en que tienen lugar las siete últimas plagas de la ira de Dios (derramadas hasta en el último período de juicio), el ángel encargado de las aguas, dice en Apocalipsis 16:6 el por qué de esta justa retribución a la humanidad: “Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen”. En este segundo juicio de trompeta, solamente una tercera parte del mar es convertida en sangre. 8:9 - “Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida”. La caída en el mar de esta montaña que arde en Apocalipsis 123 fuego, trae como consecuencia la muerte de una tercera parte de las criaturas y destruye una tercera parte de la flota mercantil y naviera del mundo. Esto verdaderamente llevará a la quiebra a las compañías de seguros mercantiles a nivel internacional, tales como la compañía Lloyds de Londres, Inglaterra. La tercera trompeta 8:10-11 - “El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas”. Ahora las fuentes de las aguas son golpeadas. (El nombre de la estrella es probablemente el nombre de un ángel caído). Una tercera parte de las aguas se volverá amarga por el ajenjo. El ajenjo es una planta originaria de Palestina y de Europa. Realmente no es venenosa, pero en los tiempos antiguos, se asociaba lo amargo con el veneno. Muchas personas morirán a causa de los terribles efectos del ajenjo. La cuarta trompeta 8:12 - “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera 124 Apocalipsis parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche”. Ahora es golpeada la tercera parte de los cuerpos celestiales. Una tercera parte del sol, una tercera parte de la luna y una tercera parte de las estrellas son golpeadas para que haya tinieblas. Se nos dice que cuando el sexto sello es abierto, el sol se oscurece. Por consiguiente, debemos concluir que la duración de este juicio es comparativamente un corto período de tiempo, y luego las condiciones de nuevo se normalizan (como sucedió con las plagas que azotaron a Egipto). Por ejemplo, leemos en Éxodo 8:15: “Pero viendo Faraón que le habían dado reposo [o alivio], endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho”. Este parece ser el caso a lo largo del período de tribulación que abarca el libro de Apocalipsis. El énfasis sobre la tercera parte parece indicar el hecho de que la tercera parte de las huestes celestiales se rebeló, juntamente con Lucifer, contra Dios . 8:13 - “Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles! ” Como ya lo mencionamos antes, las siete trompetas o voces son también llamadas ayes. Han sonado cuatro, y ahora un ángel es enviado a proclamar en alta Apocalipsis 125 voz por en medio del cielo, que tres ayes más están por sonar. Veremos que éstos son todavía más impresionantes que los anteriores. CAPÍTULO NUEVE La quinta trompeta 9:1 - “El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo”. En términos muy claros, hemos declarado que la estrella que cae del cielo es un ángel caído. Una estrella caída está siempre asociada con un ángel o un santo. En esta ocasión, está hablando de un ángel porque se le da la llave que literalmente abre el pozo del abismo (el que no tiene fondo) para soltar una horda de ángeles caídos. Por lo tanto, por éste y por muchos otros versículos, sabemos que el infierno está en el centro de la tierra (ref. Ez. 31:16). 9:2 - “Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo”. Muchos de los que han tenido el privilegio de ver el infierno, están conscientes de los aspectos siguientes: El humo es producido por hornos de fuego que son también los que dan la única luz que hay en ese terrible y funesto lugar. El abismo en verdad no tiene final, y los desdichados a quienes se juzgó dignos de ese lugar, experimentan a perpetuidad la sensación de ir en descenso. 126 Apocalipsis En visiones que he tenido del infierno, oí los lamentos eternos de las personas condenadas. Tal parece que así como en el cielo no todos son iguales, así sucede también en el infierno. Según el estilo de vida de cada quien, así es el lugar eterno que le corresponde. En vista de que el Señor se refirió más a los horrores del infierno que a los placeres del cielo, parece apropiado, a este nivel, reflexionar sobre lo que Jesús enseñó acerca de la eterna situación de los condenados, así como también otros pasajes de las Escrituras que tratan sobre el infierno. Cristo dijo en Marcos 9:43-48: “Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga”. Leemos en Isaías 66:23-24: “Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová. Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres Apocalipsis 127 que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre”. Y Pedro dijo en 2 Pedro 2:4: “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio”. Cuando el abismo sea abierto, será visible para todo ser viviente. Será como un volcán gigantesco en erupción, arrojando lava y humo a tal grado que se oscurecerán el sol y el aire. Mi esposa y yo volábamos en avión de Toronto a Portland el mismo día en que el Monte Santa Helena hizo erupción en el estado de Washington, EE.UU. La nube de ceniza volcánica era tan inmensa que bien alcanzaba treinta millas de longitud en el momento que volábamos junto a ella. Para los que estaban en tierra, el sol y el aire se oscurecieron. Fue un pequeño vislumbre de lo que será el día en que el abismo sea abierto. 9:3-5 - “Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre”. 128 Apocalipsis He aquí una descripción de un grupo de ángeles caídos, que en el momento de la rebelión en el cielo, no retuvieron sus posiciones anteriores, como lo comenta Judas 1:6: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”. Este grupo específico se describe como langostas, que son voraces por naturaleza. Además, tienen colas como de escorpión, cuyo aguijonazo, sin ser mortal, afecta el sistema nervioso, resultando en un dolor casi inaguantable. Acerca de los ángeles, se nos dice en el Salmo 104:4: “El que hace a los vientos sus mensajeros, y a las flamas de fuego sus ministros”. Los que han visto ángeles saben que pueden tomar el aspecto de bestias de proporciones indescriptibles. Así sucede con este grupo particular de ángeles caídos. Su objetivo es atormentar a los hombres por cinco meses, o sea 150 días, que es el período de tiempo comparable con el diluvio de los días de Noé. Génesis 7:24 dice: “Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días”. La composición de 150 es 15 (que significa separación divina, como se ven en Génesis 7:20) x 10 (que significa mandamiento o justicia divina). En consecuencia, el tormento de 150 días o cinco meses, es la justicia divina por sus homicidios, hechicerías, etc. (Ver Ap. 9:21). 9:6 - “Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá Apocalipsis 129 de ellos”. El tormento provocado por el aguijonazo de estos infernales escorpiones será tan terrible que los hombres desearán la muerte, pero debido a que el poder de la vida y de la muerte viene de Dios, no tendrán la potestad para morir. Conociendo personalmente tan terrible y agonizante sufrimiento en la vida de mi propia esposa, podemos comprender—aunque por supuesto, no aprobar—por qué los que sufren de tan duros tormentos en esta vida, soportando dolorosas discapacidades, desean ponerle fin a sus vidas esperando encontrar alivio en el más allá. Esto da lugar a un tema discutido intensamente, que recorre el mundo entero y que se refiere al derecho del hombre a morir o poner fin a su propia vida en algunas situaciones extremas. Dediquemos entonces un momento a tratar de explicar por qué a veces el Señor permite que sus propios hijos atraviesen un sufrimiento tan intenso. El Señor dijo en Mateo 18:8-9: “Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.” A veces el Señor permite, y hasta ordena la enfermedad y el sufrimiento, con el fin de desprender al hombre de su afecto por este mundo. Sólo la eternidad nos revelará la cantidad de individuos que en sus lechos de enfermedad han buscado la salvación del Señor. 130 Apocalipsis Las personas que han intentado suicidarse, y que por la misericordia de Dios han sido rescatadas del abismo del infierno, ciertamente dan testimonio de que se les castigó por haber desafiado la infinita sabiduría de un Dios amantísimo. De ahí que estos ayes tengan la finalidad de tratar de inducir a los abatidos por estos espíritus caídos, a volverse al Señor. Y por eso, en su sabiduría, la muerte no se les concede porque ello arruinaría todo el propósito de la prueba. 9:7-10 - “El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses”. El aspecto de estos ángeles caídos, siendo mitad animal y mitad humano, sólo puede retratar la perversidad del carácter de aquellos que abandonaron su primer estado, como lo declara Judas 6. Habiéndose rebelado contra Dios, perdieron la dulzura y sencillez de la naturaleza divina que un día los caracterizó, y han sido confinados a las tinieblas del abismo hasta la hora específica que aquí se indica. Aun contemplando estas monstruosidades desde la relativa calma de nuestras moradas Apocalipsis 131 terrenales, no podemos evitar ver a sus semejantes en las personas que a nuestro alrededor se han dado a la homosexualidad y a prácticas malignas similares. El apóstol Juan describe a estas langostas con el aspecto de caballos preparados para la guerra. En la cabeza llevan coronas y sus rostros parecen humanos. Sin embargo, tienen cabello como de mujer, cosa nada extraña en los homosexuales de nuestro tiempo y era. Sus dientes son como de león, y tienen coronas de oro en sus cabezas. Esto significa que una vez ocuparon posiciones reales en los ámbitos celestiales, pues el león es el rey de todas las fieras. También tienen corazas de hierro, que antaño eran habituales en los caballos de batalla. Además, como ángeles, tienen alas que producen el sonido de carros militares tirados por caballos, corriendo a la guerra. Y sus colas son como escorpiones. 9:11 - “Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión”. Este Apolión (o destructor) es el mismo ángel caído que tuvo un encuentro con Cristiano en el valle de la humillación, como lo registra el libro de John Bunyan, “El Progreso del Peregrino”. Este ángel es un adversario tan temible como el que nunca quisiéramos encontrar los seres mortales. Por eso, al reflexionar sobre estos terribles ayes, estemos firmemente convencidos de mente y de corazón, de que han sido enviados por un Padre Celestial siempre amante, cuyo objetivo fundamental es darle a la humanidad un vislumbre del infierno para que pueda volverse Apocalipsis 132 al Salvador del mundo, y creyendo en Él, no perezca mas tenga vida eterna. 9:12 - “El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto”. Por lo tanto, en su gran compasión, el Señor le da a la humanidad la oportunidad de arrepentirse. Por medio de estos ayes Dios no sólo da una oportunidad, sino tres, para reflexionar sobre los juicios eternos y sus consiguientes castigos. Claramente se nos dice que la quinta trompeta es el primero de los últimos tres ayes. La sexta trompeta es el segundo ay, y la séptima trompeta es el tercer ay. Esto es muy importante cuando consideramos el marco de tiempo que abarcan estos juicios, como veremos en un momento. La sexta trompeta 9:13 - “El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios”. Vale la pena observar que estos juicios derramados sobre los habitantes de la tierra salen de posiciones específicas en los lugares celestiales, que tienen relación con el templo de Dios. Es así que el segundo ay sale de los cuatro cuernos del altar de oro. En el Tabernáculo de Moisés, éste era el lugar en que se ofrecían los sacrificios de incienso, los cuales simbolizan las oraciones de los santos. Indudablemente, es en respuesta a estas oraciones de misericordia, que estos ayes llegan a los malvados para darles oportunidad de arrepentirse. Apocalipsis 133 Los cuatro ángeles son desatados 9:14 - “Diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates”. Una voz de entre los cuatro cuernos dijo al sexto ángel que sostenía la trompeta, que desatara a los cuatro ángeles junto al río Eufrates. A este nivel de nuestro estudio, es necesario aportar algunas observaciones acerca de la importancia del Eufrates. Está en Israel en la zona fronteriza de más al norte, según la promesa que se le hizo a Abraham en Génesis 15:18: “En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates”. Es también un río que se vincula con el juicio de Babilonia, ya que esta gran ciudad estaba construida a ambos lados del Eufrates. Jeremías 51:63 dice: “Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates”. Por lo tanto, el Eufrates está asociado con juicio, como veremos nuevamente en Apocalipsis 16:12. Debemos también recordar que Babilonia fue levantada por Dios para juzgar a su pueblo, Israel. 9:15 - “Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres”. Estos obviamente son también parte de los ángeles que abandonaron su anterior estado rebelándose contra Dios juntamente con Lucifer, y que fueron 134 Apocalipsis atados con cadenas para este día particular de su libertad, a fin de traer juicio sobre la humanidad. Realmente el propósito que tienen es herir a la tercera parte de la población humana. Junto con la destrucción de una cuarta parte de la humanidad por el juicio del cuarto sello, la población de la tierra está siendo diezmada. Estos cuatro ángeles también son asociados con un inmenso ejército de jinetes, que son hordas de espíritus malignos. 9:16 - “Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número”. Este ejército de 200 millones es comparable con la población total de los Estados Unidos de América, que es una quinta parte de la población de China o de India. Es un ejército al que nadie le puede hacer frente. Esta descripción es igualmente impresionante. 9:17 - “Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre”. Este es un recordatorio de la descripción del ejército babilónico que conquistaba a todos los pueblos, y que se menciona en Joel 2:1-11: “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto Apocalipsis 135 del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como el desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape. Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán. Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla” (Joel 2:1-5). “Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes. Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual marchará por su camino, y no torcerá su rumbo. Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán. Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones. Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?” (Joel 2:6-11). 9:18-19 - “Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban”. Por estos tres—los 136 Apocalipsis ángeles, los jinetes, y los caballos—una tercera parte de la humanidad fue muerta. Los caballos pueden matar debido a que su poder reside en sus bocas y en sus colas, que tienen cabeza de serpiente. Es con ellas que pueden dañar a la humanidad. Como lo hemos manifestado antes, todo el propósito de estos ayes es llevar al arrepentimiento a hombres y mujeres de todas partes, mostrándoles en la tierra de los vivientes algo del castigo eterno del infierno. Sin embargo, lamentablemente, ¿cuál dice la palabra de Dios que será la reacción de ellos? 9:20-21 - “Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oir, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos”. Este es un principio de la humanidad, enunciado por el Señor en Lucas 16:19-31 en su enseñanza sobre el rico y Lázaro. El rico, siendo atormentado, imploraba a Abraham, que estaba en el paraíso, que enviara a Lázaro a testificar a sus familiares, para librarlos a ellos de ir al infierno. Abraham le contestó: “A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos”. Pero el rico no se Apocalipsis 137 conformaba: “No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán”. De nuevo contestó Abraham: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”. La verdad del asunto es sencillamente esta—si nuestros corazones no son transformados por el nuevo nacimiento, ni son escritas las leyes de Dios en las tablas de carne de nuestros corazones, ningún juicio final nos llevará al arrepentimiento. Igualmente cierto es esto durante el milenio, cuando el diablo será atado. Isaías 66:23-24 dice: “”Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová. Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre”. Por lo tanto, durante el reino milenial de nuestro Señor—un período de justicia—los pecadores recibirán oportunas advertencias de la eterna condenación y tormento que les espera si no se arrepienten. Pero lamentablemente, muchos de los que han tenido la oportunidad de ver dentro del abismo para contemplar el fin de todos los que se rebelan contra Dios, aun así preferirán andar en sus perversos caminos. La clave, como siempre, es meditar a menudo en la palabra de Dios, y como lo declara el Salmo 1:1, evitar las malas compañías. Apocalipsis 138 CAPÍTULO DIEZ EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS (10:1-7) 10:1-4 - “Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas”. Revelación significa “la remoción del velo”. Sin embargo, aunque el libro de Apocalipsis (Revelación) fue escrito para “aclarar” o “abrir lo que estaba sellado”, este pasaje específico se refiere a un suceso que, en la sabiduría de Dios, permanecerá encubierto para los hijos de los hombres en la tierra de los vivientes, por lo menos hasta que el acontecimiento realmente tenga lugar. Siendo así, nos conviene adoptar la actitud de David en el Salmo 131:1-2 con respecto a estos asuntos— “Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí. En Apocalipsis 139 verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma”. De la misma manera, nosotros no debemos esforzarnos por profundizar en el tema de los siete truenos, sino más bien contentarnos con volver nuestra atención hacia los eventos que la palabra registra en este santo libro. 10:5 - “Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo”. Es sumamente interesante que este ángel esté parado sobre el mar. Como veremos más adelante en el libro de Apocalipsis, hay acontecimientos notables que tendrán lugar en torno a este mar, que es por supuesto el Mediterráneo. El mar en las Escrituras, siempre es el Mar Mediterráneo, a menos que se indique de otra manera. Además, Juan estaba en la Isla de Patmos, que quedaba en el Mediterráneo. 10:6-7 “Y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas”. Apocalipsis 140 Por consiguiente, cuando acabe el sonido del séptimo ángel, no solamente el tiempo no será más (que significa que el plan de Dios para la humanidad durante esta dispensación habrá llegado a término), sino que el propósito de Dios para sus santos también será cumplido. El misterio de Dios está declarado en Colosenses 1:27: “A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Esta frase “que el tiempo no sería más”, quiere decir literalmente y con más exactitud: que ya no habrá más demora. En otras palabras, cuando el séptimo ángel toque su trompeta, los juicios de las siete copas se derramarán en breve, dándo término al período de la ira. EL LIBRITO (10:8-11) 10:8-11 - “La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos; naciones, lenguas y reyes”. Apocalipsis 141 Entonces Juan recibió un librito del ángel que estaba en pie sobre el mar y sobre la tierra. Cuando se lo comió, fue dulce en su boca como la miel, pero al comerlo, amargó su vientre. Este librito era probablemente un mensaje profético adicional que el apóstol Juan tenía que dar a las iglesias. Esto trae a la memoria el rollo que Ezequiel se comió, como lo registra Ezequiel 3:1-3: “Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel”. El Señor desea que la verdad (como lo dice David en el Salmo 51:6) se vuelva real en nuestras entrañas y sea escrita indeleblemente en nuestros corazones. El profeta debe convertirse en su propio mensaje. Nosotros obtenemos autoridad en la palabra de Dios cuando experimentamos y vivimos nuestro propio mensaje, (ref. Mr. 1:22). Como predicadores, maestros y cristianos, debemos convertirnos en la palabra viva. Pablo dijo en 2 Corintios 3:2-3: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”. Apocalipsis 142 CAPÍTULO ONCE LA MEDICIÓN DEL TEMPLO (11:1-2) 11:1-2 “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses”. He aquí una Escritura más que nos muestra claramente que en Jerusalén habrá un templo edificado en los últimos días. Se llama el Templo de Dios, y como tal, solamente podrá ser construido en Jerusalén. Es obvio que no se está refiriendo al templo celestial, porque los gentiles no podrían hollar con sus pies el templo del cielo. Asimismo, el Anticristo difícilmente se conformaría con ocupar o profanar un templo que no fuera palpable. Además, los dos testigos también ministrarán en Jerusalén. Ahora consideremos unos versículos más que apoyan la edificación del templo en Jerusalén. Hablando de la persona del Anticristo, Daniel 11:45 dice: “Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude”. Esto habla con claridad acerca del templo de Dios, como lo muestra lo escrito por el apóstol Pablo. Al citar este mismo versículo tomado de Daniel Apocalipsis 143 11:45, Pablo hace alusión al Anticristo: “El cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Ts. 2:4). Daniel 9:27 también menciona al Anticristo: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. La versión en inglés de la Biblia [New International Version], dice de la siguiente manera: “Él confirmará un pacto con muchos por un ‘siete’. A la mitad del ‘siete’ pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda. Y en un ala del templo instituirá una abominación desoladora, hasta que el fin que está decretado se derrame sobre él”. Esto fue citado por el propio Señor Jesucristo en Mateo 24:15: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”. Aquí tenemos al Señor mismo confirmando que la gran tribulación empieza exactamente después de que la abominación desoladora sea ofrecida. Por lo tanto, el resumen de los acontecimientos de los últimos días es el siguiente: El Anticristo hará un pacto de siete años Apocalipsis 144 con Israel. A la mitad de este período, cuando hayan pasado aproximadamente tres años y medio, el Anticristo romperá el pacto, ofreciendo la abominación desoladora. Esta última bien podría consistir en un cerdo, que fue la forma en que Antíoco Epifanes IV profanó el templo años antes, ofreciendo un cerdo. Esto da paso al inicio de los últimos tres años y medio, conocidos como la gran tribulación. Otro factor que debemos tener en cuenta, es que a Juan se le indicó medir a los que adoraban en el templo. Esto indicaría, por lo tanto, el retorno de los judíos a la práctica de sacrificar animales como en el Antiguo Testamento, lo que se hará después en el templo que menciona Ezequiel (Ez. capítulos 40-48), que será construido durante el reino milenial de Cristo sobre la tierra. Luego debemos considerar el hecho de que la abominación desoladora es ofrecida en el santo templo, mientras el atrio es gobernado y dominado por los gentiles. Probablemente esto significaría que los gentiles tendrán derecho a controlar el atrio, pero el templo en sí será abierto únicamente a los judíos. Esta era la situación que se daba en los días del gobierno romano en Israel. A los judíos se les permitía llevar a la muerte a los nojudíos que eran capturados dentro del recinto del templo. LOS DOS TESTIGOS (11:3-12) 11:3 - “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio”. El principio de Apocalipsis 145 este período del testimonio de los dos testigos debe ser anterior a los últimos días del Anticristo en vista de que él los matará. Los dos testigos son fácilmente identificables. 11:4 - “Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra”. Esta es una cita directa de Zacarías 4:14, que dice: “Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”. La pregunta es esta: ¿En qué parte de los Evángelios encontramos a dos hombres que están en pie cerca del Señor? Mientras Jesús se transfiguraba en el monte, Moisés y Elías aparecieron y estuvieron con Él, según Mateo 17:1-3: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él”. Estos dos profetas se mencionan juntos en Malaquías 4:4-6: “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”. Es imposible que Enoc sea uno de los dos testigos, como algunos han sugerido, pues 146 Apocalipsis él no tiene relevancia para la nación de Israel y no realizó ningún milagro del que se guarde registro. 11:5-6 - “Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran”. Los milagros que realizan los dos testigos son únicamente atribuibles a Moisés y a Elías (ref. Ex. 7:20; 8:112:29; 1 R. 17:1; 18:41-45; 2 R. 1:10-12). Tendrán poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y herirán la tierra con toda clase de plaga, cuantas veces quieran. Este milagro fue realizado por Moisés, como lo registra Éxodo 7:19: “Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra”. Elías tenía poder para cerrar el cielo de manera que no lloviera en los días de su profecía. Santiago 5:17 nos dice: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses”. Apocalipsis 147 Continúa, como ya lo anunciamos, una explicación del hecho de que la bestia (el Anticristo) hará guerra contra Moisés y Elías y los matará. 11:7-12 - “Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron”. Después de que Moisés y Elías hayan completado su ministerio de tres años y medio, el Anticristo los matará. Sus cuerpos yacerán en las calles de Jerúsalén por tres días y medio. Entonces el Señor los levantará de entre los muertos, y serán llevados al cielo en una nube. Cristo dijo en Mateo 23:29-31: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los 148 Apocalipsis profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas”. Como nunca, los hijos de Israel se alegrarán con la muerte de Moisés y Elías. Serán asesinados en Jerusalén, donde fue crucificado nuestro Señor. Tenemos la tendencia a pensar en Jerusalén como la Ciudad Santa, así lo hacía yo ciertamente. Cuando mi esposa y yo volábamos hacia Tel Aviv por primera vez, habiendo estado expuestos a todas las costumbres de los paganos en Asia, le dije al Señor cuando estábamos por aterrizar: “Por fin estamos en tu tierra y todo será justo y lleno de bondad”. Entonces el Señor avivó para mí Apocalipsis 11:8, en donde Jerusalén es descrita como Sodoma y Egipto. Santo cielo, no pasó mucho tiempo para que yo comprendiera que los judíos de este tiempo distan mucho de su santificación. UN GRAN TERREMOTO (11:13-14) 11:13 - “En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo”. Siete mil personas morirán en este terremoto, aterrorizándose los sobrevivientes y dándo gloria al Dios del cielo. No se puede Apocalipsis 149 deducir que este sismo sea aquel que se menciona en Zacarías 14:4 , el cual parte en dos el Monte de los Olivos, porque ese terremoto ocurre cuando el Señor regresa con sus santos. La venida del Señor no ocurre sino hasta después de los últimos siete juicios de las copas. Es por eso que este terremoto es diferente al que tendrá lugar en la segunda venida. Recuerde, Cristo dijo que habrían muchos terremotos en los últimos días, que conducirían a su regreso (Mt. 24:7). Durante este sismo, una décima parte de la ciudad de Jerusalén caerá. Esto en sí es un símbolo del juicio de Dios (recordando que de parte de Dios, el diez tipifica la justicia divina y sus mandamientos). Siete mil personas morirán en este sismo. Siete mil se refiere al hecho de que la existencia del hombre sobre la tierra es de siete mil años. En las Escrituras hay dos grupos de siete mil—este grupo de Apocalipsis 11:13 y un grupo de siete mil santos fieles en 1 Reyes 19:18, mencionados por el Señor cuando le dijo a Elías: “Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron”. Este grupo nos indica que Dios tiene en cada generación un remanente de siervos suyos que Él resguarda. Desde sus inicios, ha habido en cada año de la existencia del hombre, un remanente fiel. Los siete mil que mueren en el terremoto representan a los inicuos que vivieron en el transcurso de los siete mil años del hombre. 150 Apocalipsis 11:14 - “El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto”. El primer ay y el segundo ay están asociados con el sonido de las trompetas quinta y sexta, que ya pasaron. La séptima trompeta, por consiguiente, dará lugar al tercer ay. EL SÉPTIMO ÁNGEL TOCA LA TROMPETA (11:15-19) 11:15 - “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”. Ahora el séptimo ángel toca su trompeta, la última de las siete. Este es el tercer ay, que comprende los juicios de las copas. Aparentemente no es un toque de trompeta único; sino que incluye todos los acontecimientos de los juicios finales. Esto es evidente por la frase que se usa en el capítulo 10:7: “Sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará”. Esto significa un período de tiempo y también diversos acontecimientos. La séptima trompeta es heraldo de las siete últimas plagas, las cuales son muy rápidas y completan los juicios de Dios. 11:16-18 - “Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron Apocalipsis 151 las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”. Esta séptima trompeta está preparando el camino para la introducción del derramamiento de la ira de Dios a través de los juicios de las copas, que ciertamente traen una destrucción profunda y general a la tierra y a la humanidad igualmente. 11:19 - “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”. Observamos que aquí nuevamente se menciona una pieza de mobiliario—el arca del pacto, que contiene las tablas de la Ley. Por lo cual veremos caer sobre los habitantes de la tierra, los juicios que corresponden al quebrantamiento de las leyes de Dios. CAPÍTULO DOCE LA IGLESIA DE JESUCRISTO (12:1-17) 12: 1 - “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. A través de la palabra de Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis, hay dos mujeres. Una representa los caminos de Dios, y la otra, los caminos del 152 Apocalipsis mal. Algunos ejemplos son: Sara y Agar, Ana y Penina, la sabiduría y la mujer extraña; y ahora en el libro de Apocalipsis, la iglesia gloriosa y Babilonia la Misteriosa, la cual estudiaremos al llegar a Apocalipsis 17. Esta maravilla en los cielos es claramente la iglesia de Jesucristo. Como cualquier esposa, está ataviada con la gloria de su Esposo, el Sol de Justicia. La luna es símbolo de una mujer porque refleja la gloria del sol, su esposo. En Génesis 37:9-10 observe la interpretación que hizo del sueño de José, Jacob su padre: “Soñó [José] otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?” En el sueño de José, la luna representaba a su madre, Raquel. Por eso está claro que esta mujer representa la Iglesia. Una corona de doce estrellas representa las doce tribus y los doce apóstoles. (Para una explicación más detallada, favor ver el comentario sobre Jerusalén la Celestial, en el capítulo 21). 12:2 - “Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento”. Esta mujer, la iglesia, dio a luz el hijo varón. Por lo tanto, de la Iglesia saldrá un grupo especial de creyentes maduros, llamados el hijo varón. En el versículo 5 se desarrolla más este tema. Apocalipsis 153 12:3 - “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas”. Este dragón no es otro que Satanás en persona. La identidad de este dragón se revela en el versículo 9: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. El dragón tiene siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. 12:4 - “Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese”. Vale la pena observar que cuando Satanás se rebeló y fue arrojado del cielo (ref. Is. 14:12-15; Ez. 28:13-17), llevó consigo a una tercera parte de las estrellas ( o ángeles) con él. Sin embargo, dos terceras partes de los ángeles permanecieron fieles al Señor en la rebelión que antecedió a esta creación. En los últimos días, Satanás procurará devorar al hijo varón. 12:5 - “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hiero a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono”. Este hijo varón también se menciona en Isaías: “Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera 154 Apocalipsis por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos. Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová que da el pago a sus enemigos. Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo. ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos (Is. 66:5-8). Este hijo varón gobernará las naciones con vara de hierro; son coherederos con Cristo. Serán partícipes de la misma promesa dada al Señor Jesús en el Salmo 2:8-9: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás”. Hay tres grupos de cristianos que se mencionan en el capítulo 12 de Apocalipsis, los cuales corresponden y son paralelos a grupos de tres que se mencionan en otras partes de la palabra de Dios: 1. Las tres secciones del Tabernáculo de Moisés: el Lugar Santísimo, el Lugar Santo y el Atrio. 2. Los tres cielos, mencionados por Pablo en 2 Corintios 12:2: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del Apocalipsis 155 cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo”. 3. Los tres grupos de creyentes según el viaje de los hijos de Israel—los que están en la Tierra Prometida, los que están en el desierto, y los que están en Egipto. 4. Los tres grupos de madurez cristiana—padres, jóvenes e hijos, de acuerdo con lo dicho por el apóstol Juan en 1 Juan 2:12-14: “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”. Los tres grupos de creyentes mencionados en Apocalipsis 12 son: 1. El hijo varón—que es arrebatado al inicio de la gran tribulación. Apocalipsis 12:5 dice: “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su Apocalipsis 156 trono”. 2. La mujer—que es protegida a lo largo de la tribulación. Apocalipsis 12:14 dice: “Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”, 3. El remanente—-que es perseguido durante la tribulación. Apocalipsis 12:17 dice: “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. Las suposiciones deben tener como fundamento símbolos bíblicos muy sólidos. El Señor Jesucristo nos dio una clave muy importante al decir en Mateo 24:37: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. Es por eso que los días de Noé nos dan la pauta para entender los últimos días. En la época de Noé hubo tres grupos distintos de personas, que corresponden a los tres grupos aludidos en el capítulo 12 de Apocalipsis: 1. Enoc—que fue arrebatado antes del diluvio. 2. Noé—que fue preservado durante el diluvio. Apocalipsis 157 3. Los que en otro tiempo desobedecieron—los cuales no fueron librados del diluvio, (ver 1 P. 3:20). Por lo tanto, vemos que un grupo muy selecto de la iglesia, llamado el hijo varón, llegará a la madurez y será arrebatado (tomado para el cielo) al inicio de la gran tribulación. La mujer será protegida durante la tribulación. Con todo, hay un tercer grupo de creyentes llamado El resto de la descendencia de ella, el cual será perseguido durante la tribulación, y muchos de ellos serán asesinados. 12:6 - “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días”. Este grupo de creyentes será resguardado y protegido por 1,260 días. Este grupo es análogo a las ocho personas que fueron preservadas durante el diluvio en los días de Noé. Pasaron por el diluvio, pero fueron protegidos. Exactamente así les acontecerá a estos creyentes. Estarán aquí en la tierra durante la gran tribulación, pero serán protegidos. 12:7-9 - “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. 158 Apocalipsis Habrá una guerra en los cielos a mediados del período de siete años. Miguel y sus ángeles combatirán a Satanás y sus ángeles, arrojándolos del cielo. Esto nos indica que el diablo todavía tiene acceso a los lugares celestiales, aunque ya no ocupa mas su posición anterior. Es sólo cuando Miguel y sus ángeles se levantan, que el diablo y sus ángeles son echados fuera, como se lee también en Daniel 12:1: “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran prícipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. 12:10-11 - “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Aquí se nos especifican tres condiciones para vencer a Satanás en los últimos días: 1. La sangre derramada del Señor Jesucristo—Si andamos en luz, como Él está en luz, su sangre nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7). 2. La palabra de nuestro testimonio—Tengamos una experiencia con el Señor día a día, viviendo en base a toda palabra que sale de Él (Mt. 4:4). Apocalipsis 159 3. Menospreciando nuestra vidas hasta la muerte— Convirtámonos en un sacrificio vivo, tomando nuestra cruz cada día (Lc. 9:23) y estando crucificados con Él. 12:12-16 - “Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca”. Ahora Satanás sabe que le queda muy poco tiempo, y persigue a la iglesia con toda su furia. De hecho, se nos dice que sólo le quedan 1,260 días para atormentar a los hijos de los hombres. Lo primero que el dragón trata de hacer es destruir a la mujer. Sin embargo, ella recibe protección y es provista de un refugio seguro en el desierto. Entonces él persigue al remanente de la descendencia de ella. Como lo han observado varios comentaristas, la interpretación correcta de la mujer es clave para entender gran parte de lo que sigue en el libro de Apocalipsis. Está muy claro que ella 160 Apocalipsis está relacionada con Israel. Como ya lo hemos señalado, el sueño de José ayuda enormemente a entender este fenómeno. Sin embargo, ¿cuál Israel es ella?, pues la Biblia llama a la Iglesia el Israel de Dios en Gálatas 6:16. La mujer está tanto en el cielo como en la tierra. Por eso, aparentemente es el cuerpo constituido por los verdaderos creyentes judíos y gentiles, porque ellos son también los integrantes de la Jerusalén Celestial, (ver Ap. 21:12-14). Sería difícil que ella fuera exclusivamente terrenal, en vista de que el grupo hijo varón tiene las promesas de Cristo, las que también le fueron hechas a la iglesia gentil (ver Ap. 2:26-27). Ciertamente el hijo varón no puede ser Cristo, por la posición cronológica de este capítulo, y también por los otros acontecimientos de este período. Satanás es echado fuera del cielo a la mitad del período de siete años. En este momento, el hijo varón será arrebatado, dando así inicio a la Gran Tribulación. Por consiguiente, el hijo varón no podría ser nunca nuestro Señor Jesús. Entonces, estos factores señalan al arrebatamiento de un grupo selecto de creyentes en este tiempo. Otro detalle interesante es que esto marca también el tercer gran genocidio que hay en las Escrituras. 1. El que tuvo lugar en torno al nacimiento de Moisés 2. El que tuvo lugar en torno al nacimiento de Cristo 3. El que tiene lugar durante la Gran Tribulación. Apocalipsis 161 Al salir a luz, o nacer, el hijo varón, Satanás procura matarlo (a este grupo). Existe el deseo perverso de matar al bebé que sale de la matriz. Hoy en día, vemos el genocidio de bebés no nacidos aún, resultado de las tolerantes leyes del aborto que rigen en tantos países. Es Satanás, haciendo otra vez su obra. 12:17 - “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. El tercer grupo de creyentes, el resto de la descendencia de la mujer, es perseguido por Satanás. Entre estas personas hay muchas que serán asesinadas durante este tiempo difícil. CAPÍTULO TRECE LA TRINIDAD IMPÍA (13:1-18) En Apocalipsis capítulo 13, vemos lo que se llama la trinidad impía. La trinidad impía está compuesta por el dragón, que es Satanás (el ángel caído Lucifer), la bestia, que es el Anticristo, y el falso profeta. Satanás siempre busca copiar todo lo que el Señor hace. Así que también procurará duplicar la Santísima Trinidad—Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. En los últimos días, la trinidad impía se levantará, dándose a conocer. Satanás, siendo arrojado del cielo al principio de la gran tribulación, dará poder a un hombre que antes vivió, Apocalipsis 162 llamado el Anticristo. Un tercer miembro, el falso profeta, por medio de grandes señales y milagros inclinará la atención y adoración de la gente hacia la bestia y Satanás. Satanás sabe que le queda poco tiempo, y se esforzará por atraer todas las almas que pueda. El Anticristo—La bestia 13:1 - “Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo”. Juan está claramente sobre la tierra en el versículo 1, de pie en las playas del gran mar, el Mar Mediterráneo. Él ve una bestia emergiendo del agua. Por lo general a esta bestia se la llama el Anticristo. La contraparte de esta revelación, en el Antiguo Testamento, le fue dada a Daniel en Dn. 7:2-7: “Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar. Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la obra, subían del mar. La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así; Levántate, devora mucha carne. Después de esto miré, y he aquí otra, semejante Apocalipsis 163 a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos”. Estas cuatro bestias representan cuatro reinos que reinaron sucesivamente sobre la nación de Israel y la persiguieron. La primera bestia, con semejanza de león, es el reino de Babilonia. La segunda bestia, con semejanza de oso, es el reino medopersa. La tercera bestia, con semejanza de leopardo, es el imperio griego. La cuarta bestia, de dientes de hierro, es el imperio romano. Esta bestia tenía diez cuernos. Los diez cuernos se refieren a los diez reyes que se levantarán en los últimos días de entre los límites del antiguo imperio romano (Ver Ap. 17:12). Ellos son una prolongación del imperio romano, el cual, en realidad, nunca dejó totalmente de existir. La bestia que Juan vio es el Anticristo. Tenía siete cabezas y diez cuernos. Ahora se nos proporciona información adicional sobre esta bestia. 13:2 - “Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad”. El leopardo se refiere al imperio griego; el oso, al imperio persa; el león, al imperio babilónico. (Favor ver nuestro libro sobre Daniel para 164 Apocalipsis una explicación más amplia). Entonces estos tres imperios del pasado deberán surgir nuevamente en los días finales, y la bestia gobernará sobre ellos. El hecho de que esta bestia (el Anticristo) tenga diez cuernos, es indicativo de que se levanta del imperio romano resurgido, el cual estará compuesto de diez reyes. El que su cuerpo sea como de leopardo, denota también la rapidez de su ascenso al poder, tal como lo atestiguamos en la historia en el caso del gran rey griego Alejandro III, popularmente conocido como Alejandro el Grande. El Anticristo con toda certeza será incitado por Satanás, así como Cristo lo fue por el Espíritu Santo. Satanás le dará su poder, su asiento (o trono), y una gran autoridad, ya que tratarán de reproducir las funciones del Padre y del Hijo. 13:3 - “Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia”. Una de las grandes dificultades que hay en el libro de Apocalipsis es la diferencia entre las cabezas de Satanás y del Anticristo. Las siete cabezas de Satanás están coronadas (Ap. 12:3), lo que muestra que él rige sobre estos reyes o naciones, mientras que la bestia tiene coronas sólo sobre los diez cuernos. Por eso, el Anticristo gobierna sobre estos diez reyes, como está claro en Apocalipsis 17:12-13: “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia”. Apocalipsis 165 Como ya lo hemos dicho, estos diez reyes reinarán dentro de los límites del antiguo imperio romano, como se ve en la imagen de Daniel 7:23-24: “La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará”. Ahora consideremos estas siete cabezas del Anticristo (Ap. 13:1). ¿Qué son y qué representan? Estas siete cabezas son las mismas que posee el dragón, excepto que las cabezas del dragón tienen coronas (Ap. 12:3). Estas siete cabezas son por lo tanto los siete reinos que han angustiado a Israel desde su principio como nación, y ciertamente desde el momento en que estuvo en su propio territorio. Son: Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y Roma, y los diez reyes (los diez cuernos) que en nuestros días se levantarán de entre los límites del antiguo imperio romano. Apocalipsis 17:10 nos dice: “Y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo”. Los cinco reyes (o reinos) que han caído (en la época de Juan) serían Egipto, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia. El que es debió ser Roma, sexto reino. Luego, el séptimo reino sería el de los diez cuernos, que en Apocalipsis 17:17 es llamado “reino” y no “reinos”. 166 Apocalipsis Muchos ponen objeción a que estos siete reyes sean reinos y no propiamente reyes, dado que el idioma griego dice claramente reyes. Sin embargo, en Daniel 7:17 estos reinos son mencionados como reyes, siendo en realidad reinos. Es por eso que el intercambio entre reyes y reinos se justifica bíblicamente. Asimismo, tenemos el hecho de que Satanás, que ha azotado a Israel desde su principio, lo ha hecho a través de estos siete reinos y no únicamente en la época de los emperadores romanos. 13:4 - “Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” Está claro aquí que la bestia recibe su poder de Satanás. La bestia será un hombre de guerra. Esto se comprueba en Daniel 11:38-42 en donde se le llama el rey del norte que hará guerra contra muchas naciones, incluyendo a Egipto, a la que destruirá. Es evidente entonces, que el Anticristo será un gran líder militar. 13:5 - “También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses”. Es evidente que el Anticristo alegará ser Dios y rechazará el nombre que es sobre todo nombre, el nombre de Jesús y del Padre. Acerca de este hombre de pecado, Daniel 11:36 dice: “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engradecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la Apocalipsis 167 ira; porque lo determinado se cumplirá”. Se le dio poder para continuar por cuarenta y dos meses. Esto significa que este período particular de su vida de blasfemia durará ese tiempo. De acuerdo con Daniel 9:27: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. El Anticristo impondrá un pacto sobre Israel por siete años. Luego lo romperá, dando con ello inicio a los últimos cuarenta y dos meses de su reinado, el cual será tiempo de tribulación. 13:6 - “Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo”. Asimismo, Daniel 7:25, refiriéndose al Anticristo, declara que hablará grandes palabras contra el Altísimo. Su ira será contra los que están en el cielo (los que participarán de las bendiciones del reino del cual él quedó excluido). 13:7 - “Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.”. Daniel 7:25 dice: “Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán 168 Apocalipsis entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. Por eso en muchos pasajes de la palabra de Dios existe la solemne advertencia de que así como el Anticristo tendrá potestad sobre Moisés y Elías para matarlos, así también la tendrá sobre el resto de los santos en la voluntad predeterminada de Dios. Tal parece que gobernará también sobre muchas naciones. 13:8 - “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Está claro que el Señor enviará un fuerte engaño, de modo que los que aman sus propios caminos de iniquidad, aceptarán al Anticristo. Esto lo pone de relieve el apóstol Pablo en 2 Tesalonicenses 2:8-10: “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”. La razón por la cual Dios permite que Satanás presente este hombre, es para que el mundo se vea forzado a tomar una decisión. Todos los justos vendrán a Cristo, y todos los inicuoss al Anticristo. El mundo se definirá en dos campamentos. El Apocalipsis 169 Anticristo aun sacará de la iglesia a los inicuoss, dejando una iglesia perfeccionada. Cuando contemplamos este versículo con sumo cuidado, vemos que realmente el Señor ha escrito nuestros nombres en su libro desde antes de la fundación del mundo. Esto se debe a su presciencia. Muchos versículos respaldan esto, así como el hecho de que Cristo, en la presciencia de Dios, fue a la cruz antes de que este mundo fuera creado (1 P. 1:19-20). Esto es muy natural, puesto que el Padre tiene todo conocimiento y poder. Él ha predispuesto todas las cosas. Sin embargo, debemos hacer una pausa aquí para que todas las Escrituras estén perfectamente equilibradas. Dios no predestina al infierno a ningún hombre o mujer, porque Él desea que todos sean salvos, pero sabe de antemano quiénes lo aceptarán y recibirán como su Salvador personal, y quienes no. El Señor “no desea que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 P. 3:9). Él desea que “todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Tim. 2:4). Por favor leer Romanos 8:29-30 muy cuidadosamente. 13:9 - “Si alguno tiene oído, oiga”. Esta es la misma amonestación que se hace en los capítulos 2 y 3, al final de cada carta enviada a las siete iglesias. Cuán solemne es esta Apocalipsis 170 advertencia que nos llama a reflexionar y a poner atención, especialmente a este capítulo sobre el Anticristo. Muchas personas enseñan sobre el antimilenialismo, el cual niega prácticamente la venida del Anticristo. ¡Cuánto dolor y tragedia tendrá este tipo de creyentes! Será una época de gran persecución, como lo declara el versículo siguiente. 13:10 - “Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos”. Los seguidores del Anticristo deberán pasar por los mismos sufrimientos que ellos infligieron a los santos. El Anticristo mismo será derrotado y destruido por el Señor Jesús. De esta manera, en lo que se refiere a adversarios, los santos son consolados. El falso profeta 13:11 - “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón”. Como ya se ha mencionado, habrá un enorme engaño debido al deseo de Satanás de suplantar a Dios y de aparecer como Dios. Veremos, por consiguiente, a la trinidad impía procurando presentar una falsificación de la gloriosa Trinidad Santa. Esto es aplicable específicamente a la segunda bestia, la cual se esforzará por hacer la obra del Espíritu Santo, exaltando a la Apocalipsis 171 primera bestia (el Anticristo) así como el Espíritu Santo exalta al Cristo de Dios. Esta bestia es llamada el falso profeta. Tendrá la apariencia de un manso cordero, pero está lleno del diablo y habla las palabras de Satanás. 13:12 - “Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada”. Dirigirá la adoración y la glorificación de la bestia. El falso profeta es la falsificación satánica del Espíritu Santo, quien glorifica al Hijo de Dios y dirige a los santos a adorarlo (Juan 16:14). De nuevo aquí, se nos menciona el hecho de que la primera bestia será sanada de su herida mortal. Esto podría significar que realmente muere y resucita, o que sencillamente es revivido de los muertos por ser un hombre del pasado, como ciertamente lo declaran muchos otros versículos. 13:13 - “También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres”. El Dios del cielo permite que el falso profeta haga prodigios para que sus propósitos se lleven a cabo. Dios permitirá que todos los que aman la iniquidad sean engañados y sigan a la bestia. 13:14 - “Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió”. 172 Apocalipsis El propósito de la imagen es satisfacer a los que aman la idolatría. Esta imagen nos recuerda a aquella que erigió el gran Nabucodonosor en Babilonia, como lo relata Daniel 3:1: “El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia”. A propósito, cuando se calcula el valor numérico de las palabras de Daniel 3:1, resulta en 4,662, lo que equivale a 7 x 666—el número de la bestia según Apocalipsis 13:18. (Recuerde, cada letra hebrea tiene un valor numérico). Por lo tanto, la imagen de Nabucodonosor fue la precursora de la imagen de la bestia. 13:15 - “Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase”. Esta situación es idéntica a la que encontramos en Daniel 3:4-6: “Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo”. Se darán instrucciones de matar a todos aquellos que no adoren Apocalipsis 173 la imagen de la bestia. Pero recuerden, amados, así como Dios guardó a Sadrac, Mesac y Abed-nego, también puede protegernos a nosotros. Además, el darle vida a la escultura nos trae a la memoria la superstición griega que se encuentra, por ejemplo, en el Partenón de Atenas, en donde la gente le pedía consejo a una imagen. Sin embargo, en aquellos días, la voz de la imagen sería la de una persona de poca estatura, escondida en la base de la imagen. La marca de la bestia 13:16 - “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente”. En las Escrituras, fue literalmente una marca la que Dios le puso a Caín para protegerlo de ser asesinado por quien le encontrara. La razón era que había matado a Abel. Génesis 4:15 dice: “Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara”. Otra marca fue puesta en los días en que la ciudad de Jerusalén era destruida por el ejército de Nabucodonosor en Ezequiel 9:4-6: “Y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las 174 Apocalipsis abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno: pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo”. El otro relato en que Dios pone una señal está en el libro de Apocalipsis, en donde 12,000 seleccionados de cada tribu de Israel son sellados con una marca para protegerlos de los siete juicios de las trompetas (Ap. 7:3). Por lo tanto, Satanás en su deseo de falsificar la obra del Señor, exige que se le ponga una marca a todos sus devotos para que puedan comprar y vender en los últimos días. 13:17 - “Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”. La marca infame puede ser o una insignia específica, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Con respecto al número de su nombre, se nos dice: 13:18 - “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”. Por lo tanto, el número del Anticristo será una recopilación de las letras de su nombre, lo cual es común en los alfabetos griego y hebreo. Apocalipsis 175 CAPÍTULO CATORCE SIETE VISIONES DE LOS ACONTECIMIENTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS (14:1-20) 1. Las primicias (14:1-5) 14:1 - “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente”. En la primera visión, Juan ve al Cordero de Dios— Jesucristo—en pie sobre el monte de Sion celestial. Le acompañan 144,000 santos que tienen el nombre del Padre escrito en la frente. Estos 144,000 contrastan con los que llevan la marca de la bestia. Estos tienen el nombre del Padre escrito en la frente. Este grupo de 144,000 es diferente del mencionado en el capítulo 7. No deben ser confundidos el uno con el otro. El grupo del capítulo 7 es exclusivamente de las doce tribus de Israel, mientras que el de este capítulo consiste en los redimidos de la tierra. Además, un grupo está en el cielo y el otro en la tierra. Es muy significativo que los cantores del Tabernáculo de David eran 288 (1 Cr. 25:7). 288 se divide en dos grupos de 144, que simbolizan estos dos grupos de 144,000 del libro de Apocalipsis. 14:2 - “Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era 176 Apocalipsis como de arpistas que tocaban sus arpas”. Esta voz aparentemente es la del Cordero que canta en medio de su pueblo. El Salmo 22:22 dice: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.” El apóstol Pablo cita el Salmo 22:22 en Hebreos 2:12 como relativo a Cristo. La idea de muchas aguas también denota pureza, y al asociarla con el trueno, añade un sentido de temor reverencial que corresponde a la majestad en las alturas. Este grupo, cantando al acompañamiento de sus arpas, muestra su adoración al Cordero. A David se le llamó el dulce cantor de Israel, por sus odas de exaltación y adoración al Señor. 14:3 - “Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra”. A este grupo de los 144,000 redimidos de la tierra se les concede un cántico nuevo. David, después de ser librado de un horrible abismo por el Señor, recibió un cántico nuevo para cantar. En el Salmo 40:3 dijo: “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”. Es un cántico que solamente este grupo específico de redimidos puede cantar, porque ellos no tienen defecto delante del trono de Dios. Apocalipsis 177 14:4-5 - “Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios”. Estos santos nos hacen recordar el remanente de Israel, como lo define Sofonías 3:13: “El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa, porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice”. Se nos dice que ellos son sexualmente puros y que tienen el privilegio de seguir al Cordero por dondequiera que va. Quizás este sea el mayor de todos los honores, estar continuamente en su adorable presencia. En todos los sentidos, éstos son las primicias para Dios. Son como el Señor mismo, hechos a su hermosa imagen y semejanza. Estos son “la crema y nata”, a quienes se les conceden privilegios que otros creyentes no tendrán en el cielo. Por consiguiente, en el cielo hay diferencia entre los creyentes. Algunos están más cerca del Señor que otros. Algunos son llamados muy pequeños en el reino de los cielos y otros son llamados grandes en el reino de los cielos (Mt. 5:19). Debemos ser puros para poder alcanzar la excelencia de Dios. Este versículo expone con claridad la importancia de la pureza sexual para el Señor. Sin embargo, hay varios pasajes que corroboran esto y quisiéramos citarlos a este nivel. Pablo dice Apocalipsis 178 en 1 Tesalonicenses 4:3-4: “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor”. A esto se suma la sexta bienaventuranza en Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. De ahí la razón de que el rey David haya clamado después de su pecado con Betsabé, en el Salmo 51:10: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. Procuremos vivir una vida santa, orando que el Señor cree en nosotros un corazón limpio. TRES ADVERTENCIAS En las tres visiones siguientes, se hacen tres advertencias: 2. El evangelio eterno (14:6-7) 14:6-7 - “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. De acuerdo con lo dicho por el Señor, uno de los distintivos de los últimos días es la predicación universal del evangelio, como lo registra Mateo 24:14: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el Apocalipsis 179 mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Se deja muy en claro, tanto en el libro de Apocalipsis, como en los otros pasajes que tienen que ver con escatología, que el Señor en estos últimos días, dará a todos la oportunidad de conocer la verdad. Es un claro llamado a arrepentirse y a volverse al Dios vivo, y hace resonar el mensaje del Salmo 2:10-12: “Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían”. El arrepentimiento fue el mensaje de Cristo durante su ministerio terrenal, como se ve en Mateo 4:17: “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. En visiones que el Señor en su bondad me ha concedido, he visto el avivamiento de los últimos días. En estas visiones de avivamiento, vi que naciones enteras rechazaban la verdad por el amor que le tenían a la iniquidad. 3. Babilonia cae (14:8) 14:8 - “Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”. Este es un mensaje que siempre se está desarrollando, y que debe 180 Apocalipsis entenderse según la profesía del Antiguo Testamento y del libro de Apocalipsis. El origen de la ciudad de Babilonia se encuentra en Génesis 10:8-10: “Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar”. Babilonia, situada en las riberas del Eufrates, fue edificada por Nirmrod, quien es prototipo de los que se rebelan contra Dios. Junto a su esposa Semiramis, y un hijo ilegítimo, Tamuz, Nimrod fue el padre de todo culto pagano. Asimismo, fue en Babel que se hizo el intento de edificar una torre que llegara hasta el cielo. Los habitantes de Babel aspiraban a hacerse un nombre para sí mismos a través de la fuerza humana. Nimrod fue más tarde divinizado y se le conoció como dios de las potencias. Dedicaremos una mayor atención a Babilonia cuando estudiemos los capítulos 17 y 18, pero bástenos decir ahora que en toda su historia, Babilonia ha sido la fuente de todos los cultos paganos y es, por consiguiente, rotundamente condenada por el Señor. Por eso en muchos pasajes del Antiguo Testamento, hay versículos que declaran los juicios del Señor sobre esta ciudad. Apocalipsis 181 4. El juicio sobre los que adoran a la bestia (14:9-12) 14:9-12 - “Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. El mismo juicio aterrador que fue pronunciado sobre la bestia, también es pronunciado sobre sus seguidores. Esto tiene coherencia con los juicios de Dios que se mencionan a lo largo de la palabra de Dios. Por ejemplo, los que apoyaron al rebelde Coré y a sus compañeros, sufrieron el mismo final fatídico. “Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación...El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová....Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la rebelión de Coré” (Nm. 16:33,41,49). Apocalipsis 182 En cuanto al juicio sobre los que llevan la marca de la bestia, debemos observar que es un tormento eterno, infinito y por todas las edades. El Señor Jesús advirtió en Mr. 9:44, 46 y 48, sobre el hecho de que el juicio es eterno y sin tregua: “Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga”. El profeta Isaías lo corrobora: “Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre” (Is. 66:24). Este juicio es para reconfortar a los santos que guardan los mandamientos del Señor, asegurándoles que sus opresores acabarán en el lago de fuego por los siglos de los siglos. Es para estimular a los santos a perseverar, a mantenerse firmes y leales a la verdad, y a resistir al Anticristo. El siguiente oráculo da la promesa de un eterno galardón para los vencedores. 5. Los muertos benditos (14:13) 14:13 - “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Si, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Aunque este es un texto predilecto en las plegarias fúnebres, se aplica especialmente a los días comprendidos en el período de la tribulación. Es la segunda de las siete Bienaventuranzas del Apocalipsis 183 libro de Apocalipsis, y contiene ciertas verdades doctrinales que son de suma importancia. Primero, solamente los que mueren en el Señor son bienaventurados—no simplemente los que mueren. Es muy importante la manera en que morimos. Como está escrito en Eclesiastés 11:3: “Y si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará”. Segundo, solamente hay reposo para los piadosos. Los demás no tienen descanso ni de día ni de noche, tal como Isaías 57:20 declara: “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo”. Tercero, sus obras los seguirán. Pablo también menciona esto en 1 Timoteo 5:24-25: “Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas”. Lo que hayamos sembrado en esta vida, ciertamente nos seguirá al más allá—a los malvados, sus pecados; y a los justos, sus buenas obras y la semilla que hayan sembrado en muchos corazones y vidas. Gobernemos también nosotros nuestras vidas según la amonestación de Pablo en 1 Timoteo 6:18-19 en cuanto a hacer el bien, a ser ricos en buenas obras, dadivosos, 184 Apocalipsis dispuestos a compartir—porque los que así proceden están “atesorando para sí buen fundamento para lo por venir y echando mano de la vida eterna”. Esta vida es tan fugaz. Especialicémonos en hacer buenas obras, así como en llevar una vida de fe; porque ciertamente la fe sin obras es muerta. 6. La prefigura de la cosecha de los últimos días (14:14-16) 14:14-16 - “Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada”. Ese Hijo del Hombre es fácilmente identificado, no pudiendo ser nadie más que nuestro precioso Señor Jesucristo, como lo vemos en Daniel 7:13-14: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”. En estos términos, tenemos la misma escena y evento que Daniel retrata en el capítulo 7. Apocalipsis 185 Otros versículos del Nuevo Testamento confirman que este es el Señor mismo. Es la cosecha de los elegidos, descrita en Mateo 24:30-31: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. Ahora bien, hay otra cosecha. Sigue la cosecha (o juicio) de los inicuos, tal como lo vemos en el oráculo siguiente, el cual completa las siete visiones del capítulo 14. 7. La cosecha de los inicuos (14:17-20) 14:17-20 - “Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”. El ángel que sale del templo celestial es el ángel que vendimia a los inicuos. Hay algunos detalles que debemos observar aquí. Primero, el ángel recibe órdenes de otro ángel que tiene potestad 186 Apocalipsis sobre el fuego. Si contemplamos a este ángel juntamente con el ángel que tiene poder sobre las aguas, entenderemos el hecho de que Dios ha creado ángeles con ministerios muy definidos. Las personas a quienes Dios les ha abierto los ojos ocasionalmente , sabrán que hay ángeles encargados de localidades geográficas específicas. Por ejemplo, a veces cuando Dios ha abierto mis ojos, he visto ángeles controlando el tráfico en intersecciones muy congestionadas. (Este tema se cubre con más detalle en nuestro libro sobre Angeología). Segundo, se declara que las uvas están maduras. Esto se entiende fácilmente gracias a la naturaleza. La fruta debe estar madura antes de ser cosechada. Esta verdad se repite en toda la palabra de Dios. Hay un tiempo señalado para el juicio y para las recompensas, y ese tiempo depende de que las personas que están comprendidas en ello, alcancen su plenitud espiritual (para bien o para mal). Otro ejemplo de esto se encuentra en Génesis 15:16: “Y en la cuarta generación [la simiente de Abraham] volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí”. Este juicio sobre los amorreos aparentemente fue ejecutado por Josué, el cual acabó con el poder de ellos al destruir a sus cinco reyes en la conquista de Canaán (Jos. 10:1-43). El gran lagar de la ira de Dios que fue pisado fuera de la ciudad hace referencia a Isaías 63:1-4: “¿Quién es éste que viene de Apocalipsis 187 Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar. ¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas. Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis [redimidos] ha llegado”. Esto nos habla de la segunda venida del Señor, en la que derrotará a sus enemigos. Además, hace alusión a Joel 3:1213: “Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos”. Entonces, resumiendo estos dos últimos oráculos que se refieren a la vendimia de los justos y de los inicuos, nos parece que la vendimia de los justos ocurre primero, y que los malvados se quedan para soportar las últimas copas de su ira. El que unos sean tomados y otros sean dejados, se comprueba con las propias palabras del Señor en Mateo 24:40-41: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada”. Esto se aplica a la primera vendimia. Y está implícito en la parábola que sigue, en Mateo Apocalipsis 188 24:42-51, la cual se refiere a los siervos fieles e infieles, exhortando firmemente a estar preparados en su venida, porque entonces Él separará a los inicuos de los justos. Apocalipsis 14:20 dice en la VRV: “Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”, que es la longitud de la frontera oriental de Israel. Se llevará a cabo hacia el oriente de la ciudad de Jerusalén, en el valle de Josafat y sobre los montes de Judea. Por lo tanto, estos siete oráculos nos proporcionan la secuencia cronológica de los acontecimientos que, como veremos después, se constatan en los capítulos siguientes. Haremos referencia a estas visiones cuando los sucesos referidos en ellas se relaten con más detalles. CAPÍTULO QUINCE LOS SIETE ÁNGELES CON LAS ÚLTIMAS SIETE PLAGAS (15:1 - 16:21) 15:1 - “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios”. Los relatos que siguen tratan sobre el derramamiento de estas siete copas (o frascos) que uno de los cuatro seres vivientes entrega a los ángeles. Apocalipsis 189 Estos juicios de copas constituyen la tercera y última expresión del derramamiento de la ira de Dios sobre la humanidad. A pesar de que los juicios de copas tienen cierta semejanza con los de los sellos, no son los mismos. Son mas bien un continuo agrandamiento de la ira de Dios que se vierte sobre los habitantes de la tierra, y que comenzó con la apertura de los sellos. 15:2 - “Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios”. Tenemos el vislumbre de una escena celestial en la que contemplamos a los que han vencido a la bestia. El mar de vidrio mezclado con fuego se refiere al hecho de que éstos han pasado la prueba de su fe, la cual fue probada por fuego. Han resistido al Anticristo y menospreciado sus vidas hasta la muerte. Por lo tanto, son recompensados con el privilegio de estar en pie sobre el mar de vidrio, alabando al Señor que los preservó con su poder. 15:3-4 - “Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras , Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque 190 Apocalipsis tus juicios se han manifestado”. El cántico de Moisés se encuentra en Éxodo 15:1-21, aunque hay registro de otro en Deuteronomio 32:1-43. Sin embargo, el cántico de Éxodo armoniza más con el cántico del Cordero y es generalmente aceptado como el que se les ha enseñado desde una edad temprana a los judíos piadosos a través de los siglos. Se cantaba en la iglesia primitiva, y en nuestros días se han musicalizado porciones de él. Los dos cánticos fluyen juntos. Uno de los temas centrales de ambos cánticos es el glorioso triunfo del Señor sobre todos sus enemigos. Son los juicios del Señor los que harán que las naciones suban a adorarle. Esto ocurrirá durante el reino milenial, después de que el Señor regrese. El período de tiempo es muy importante porque antes de esto ocurre la rebelión que se menciona en el Salmo 2:2-3: “Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas”. Asimismo, Joel 3:2 nos habla de las naciones que se levantan contra Jerusalén en los últimos días: “Reuniré a las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra”. 15:5-6 - “Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto Apocalipsis 191 en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro”. A través del libro de Apocalipsis, vemos que ciertas partes del templo celestial de Dios se mencionan en relación con acontecimientos posteriores que tienen lugar en la tierra. Hay una seria razón para ello. Específicamente es porque los siete ángeles que tienen las últimas plagas salen del tabernáculo del testimonio, o sea del lugar santísimo. Es aquí en donde están depositadas las dos tablas de piedra que contienen los diez mandamientos. Es significativo que estos ángeles salgan del lugar santísimo, porque los habitantes de la tierra están siendo castigados por no guardar los diez mandamientos, (ref. Is. 24:5-6). También nosotros debemos pedir al Señor que grabe estos mandamientos en las tablas de carne de nuestros corazones. Al escribir esta porción en particular, fui puesto una vez más en alerta sobre la absoluta necesidad de que tengamos esta experiencia personal en nuestras vidas, para ser librados de estos juicios y, sobre todo, para tener derecho a entrar en el templo celestial de Dios. 192 Apocalipsis Se hace énfasis en que los siete ángeles están vestidos de lino puro y blanco, que nos habla de justicia. Solamente los puros serán encontrados dignos de derramar la ira de Dios sobre los habitantes desobedientes de la tierra. Sus cintos de oro simbolizan sus funciones de realeza y sacerdocio. La naturaleza noble y sagrada de su cargo, está ilustrada en Daniel 10:5: “Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón [un ángel] vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz”. 15:7 - “Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos”. Vale la pena observar que los seres vivientes que fueron responsables de revelar los siete sellos a Juan, también participan dando las siete copas llenas de la ira de Dios a los siete ángeles. Estos cuatro seres vivientes están llenos de la imponente santidad de Dios y también llevan, intrínseca en su propia naturaleza, una manifestación del mensaje del evangelio. Ellos fueron los escogidos para ser instrumentos en estos juicios del tiempo final, que constituyen el castigo divino por violar los mandamientos de Dios y por ofender la esencia misma de su naturaleza divina, que es la santidad. El hecho de que Dios sea mencionado como el que vive por los siglos de los siglos es significativo dentro del contexto de estos juicios, ya que éstos están dirigidos principalmente a los seguidores de la bestia. La bestia pretenderá ser Dios, pero es sólo un hombre que perecerá y será reducido a nada. Apocalipsis 193 15:8 - “Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles”. Vemos aquí la manifestación del poder y la gloria de Dios. Él se está preparando para avanzar contra aquel que desde la antigüedad se sublevó contra su supremo poder y sabiduría. Por lo tanto, ningún hombre podrá ahora inquirir en el templo de Dios hasta que estas plagas se hayan cumplido. Es casi como si Dios se levantara en su majestad para demostrar que solamente Él es supremo. El hombre, objeto de su poder creativo y sabiduría, verá una vez más un despliegue de la grandeza y majestad de Dios. Esto es así para que nosotros, como miembros de la raza de Adán, podamos saber que “el poder le pertenece solamente a Dios”. El Salmo 62:11 dice: “Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder”. Esta es una lección que el Señor desea esculpir indeleblemente en nuestros corazones a perpetuidad. CAPÍTULO DIECISÉIS EL DERRAMAMIENTO DE LAS SIETE COPAS 16:1 - “Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”. El mandato de derramar las copas es dado ahora por una gran voz que sale del templo y bien pudiera ser Apocalipsis 194 la voz del Señor. Si fuera de un ángel, ciertamente sería por mandato expreso del Señor, porque todas las cosas que están arriba en los cielos y abajo en la tierra están claramente dirigidas por la Majestad en las alturas. Indudablemente esta es la contraparte de lo que Isaías oyó: “Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová que da el pago a sus enemigos” (Is. 66:6). LAS SIETE COPAS La primera copa 16:2 - “Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”. Este es un juicio selectivo sobre los que han recibido la marca de la bestia. El tercer ángel de los siete oráculos del capítulo 14 dio la voz de alarma a los que estaban en la tierra, explicando el juicio eterno de los que aceptaran la marca de la bestia. Observemos aquí que el juicio comienza sobre la tierra para las almas condenadas y perversas. La segunda copa 16:3 - “El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo Apocalipsis 195 ser vivo que había en el mar”. El mar es afligido convirtiéndolo en sangre, y toda alma viviente sufre por ello. La tercera copa 16:4 - “El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre”. Ahora los ríos y las fuentes de las aguas se convierten en sangre. Esto ciertamente es parecido al juicio que Moisés hizo venir sobre Egipto, y aparentemente al juicio que cae sobre Israel durante la época de su segundo ministerio, con Elías, en los últimos días, como lo anuncia el capítulo 11. Sin embargo, Dios es loado por estos juicios. 16:5-6 - “Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen”. Esta claro en éste y en otros versículos, como Apocalipsis 13:7, que el Anticristo matará a muchos santos. Los elegidos serán martirizados en masa. Por consiguiente, los que han perpetrado estos martirios serán juzgados, no sólo en el más allá, sino también estando aquí en la tierra. Ellos hicieron que corriera la sangre de los mártires de Jesús. Así que beberán sangre como justo pago por su crueldad blasfema. Otro ángel hace resonar los justos juicios de Dios en este sentido. Apocalipsis 196 16:7 - “También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos”. Los juicios del Señor son justos. Ellos han derramado sangre—por lo tanto, sangre beberán. Esto es lo que manifestó el apóstol Pablo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gal. 6:7). La cuarta copa 16:8-9 - “El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria”. Esta es una experiencia anticipada del juicio eterno que les espera en el lago de fuego. Escritores, como John Bunyan, que han visto la situación de los condenados en el lago de fuego, nos cuentan que es como si constantemente hubieran olas que arrojaran las almas de los condenados, cuyos gemidos se pueden oir, clamando: “Agua, agua, agua”. Ese fue el caso del hombre rico en el relato que el Señor mismo dio en Lucas 16:23-26: “Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta Apocalipsis 197 llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá”. En el infierno, por supuesto, al rico le hubiera gustado mucho arrepentirse y que se le diera otra oportunidad. Pero aquí en la tierra, en el tiempo de los últimos juicios, cuando todavía el arrepentimiento es posible, los hombres abatidos por el precursor del tormento eterno, deciden maldecir al Señor en vez de implorar su clemencia. Está claro que todavía en este momento tardío de la dispensación de los tiempos, el arrepentimiento es posible para los hijos de la raza de Adán, excepto para aquellos que tienen la marca de la bestia. Aquí hay otra verdad que merece nuestra atención. No nos cabe ninguna duda de que los habitantes de la tierra saben que estas plagas proceden de Dios. Aparentemente, es reconocido por todos que Satanás y la bestia no tienen el poder para impedir que estas calamidades sobrevengan a sus seguidores. En este momento, Dios es indiscutiblemente todopoderoso, y no lo son aquellos que pretenden ser Dios. De manera que aun cuando ya no hay mas engaño y se conoce la verdad, los hombres abatidos todavía deciden no darle gloria al único Dios verdadero. Apocalipsis 198 La quinta copa 16:10-11 - “El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras”. Las tinieblas son derramadas ahora. Ahora llega el juicio selectivo sobre la ciudad capital de la bestia, que será la antigua ciudad de Babilonia, reconstruida. La iglesia falsa es Roma, pero el Anticristo tendrá también su asiento en Jerusalén en este tiempo (ver 2 Ts. 2:4). Su reino es sumergido en tinieblas, recordándonos la novena plaga de Egipto que se encuentra en Ex.. 10:21-29. Se declara en forma específica que el reino de la bestia es cubierto de tinieblas. Esto indica que la bestia sólo reina sobre una sección definida de la tierra, o sea, sobre el imperio romano restaurado de diez reinos (un tema que será ampliado en el capítulo siguiente). Es evidente que los hombres todavía están sintiendo los efectos de la primera plaga por sus dolores y por sus úlceras. Sin embargo, a pesar de esta horrenda desgracia, todavía se niegan a arrepentirse, aun cuando pueden percibir que todo está perdido. La sexta copa 16:12-14 - “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del Apocalipsis 199 falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Aunque los juicios del Señor han estado derramándose con una severidad cada vez mayor, la obra de los malvados todavía continúa. El engaño asoma de nuevo su repungnante cabeza al soltar tres espíritus que convocan a los reyes del oriente a la gran batalla de Armagedón. El Eufrates se secará otra vez, recordándonos el relato en Isaías 44:27, donde el profeta predijo que se secaría el río Eufrates cuando la antigua Babilonia en el reino de Belsasar, fuese tomada por Ciro, rey de Persia. El Eufrates es la fortificación natural que impide el avance de tropas invasoras del oriente que pretendan descender, no sólo a la moderna tierra de Irak, sino a todo el Medio Oriente, incluyendo la tierra deseable de Israel. Los tres espíritus que salen de las bocas de la trinidad impía, reciben poder para obrar milagros, para ir a los reyes de toda la tierra y traerlos a Armagedón. Armagedón es la última y gran batalla que ha sido predeterminada por Dios para destruir a sus adversarios de una vez y para siempre. El versículo 16 declara con claridad que es Dios el que los reúne a todos para Armagedón. ¡Cuán soberano es nuestro Dios! Su voluntad siempre es ejecutada, ya sea por la trinidad impía, por los espíritus inmundos, o por los reyes del mundo. Al final, todos Apocalipsis 200 LA ÚLTIMA BATALLA Apocalipsis 201 simplemente cumplirán su santa voluntad y vendrán a la última y gran batalla, que es llamada “el gran día del Dios Todopoderoso”. Los inicuos serán incitados a venir. Sin embargo, creerán que fue su propia idea. Romanos 11:33 dice: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! La tercera bienaventuranza del Apocalipsis 16:15 - “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza”. Ahora, entremezclada con este relato, está la tercera bienaventuranza. El aviso de un regreso inminente del Señor Jesús está ya por darse a este nivel de los acontecimientos del tiempo. Esta advertencia y amonestación hace resonar las enseñanzas explícitas del propio Señor en Mateo 24:42-44: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. Esta misma advertencia fue repetida por el apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:2: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”. Apocalipsis 202 De manera que, aun en esta hora tardía en la secuencia de acontecimientos, muchos serán encontrados fuera de guardia. Estos son los escogidos, porque obviamente los inicuos han tomado ya la decisión de seguir a la bestia y de llevar su marca. Debemos entonces deducir que muchos de los escogidos no son martirizados por la trinidad impía, o esta advertencia estaría de más. La Batalla de Armagedón 16:16 - “Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón”. La palabra griega Armagedón es una interpretación de la palabra hebrea “har megiddo”, que literalmente significa “la montaña de Meguido”. Armagedón (la montaña de Meguido) está situada en la planicie de Esdraelon o Jezreel, que en línea recta queda aproximadamente a cincuenta y cinco millas de Jerusalén. Este valle tiene una extensión de casi catorce por veinte millas. Está situado cerca de la ciudad de Meguido. El rey Josías murió aquí en una batalla contra Faraón Necao (2 R. 23:29-30). Será aquí en donde Cristo derrote al Anticristo en batalla. La séptima copa 16:17-21 - “El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, Apocalipsis 203 y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande”. La séptima copa está acompañada de una gran voz que sale del templo, indicando que los juicios de Dios han llegado a su fin, juicios derramados sobre la tierra desde las alturas celestiales. El gran terremoto que divide en tres partes a la ciudad de Babilonia, es distinto del sismo que se asocia con el segundo ay del sexto juicio de trompeta (Ap. 11:13), el cual sacudió a la ciudad de Jerusalén y produjo arrepentimiento en su población. Este terremoto da contra el corazón mismo del imperio de la bestia—su ciudad capital. El texto sugiere que el terremoto demolerá también otras ciudades. De esta forma, vemos que al caer Babilonia (siendo ella la dominante), otras ciudades también caen. Por lo tanto, el día del juicio de Babilonia está cercano. El que las islas y los montes huyan puede significar un gran cataclismo geológico que tiene lugar cuando esta copa es derramada. Y en cuanto a los 204 Apocalipsis hombres, Dios usa (como lo ha hecho en dispensaciones pasadas) un pesado granizo que destruye a los inicuos, como sucedió en los días de Josué: “Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada” (Jos. 10:11). Asimismo, Ezequiel claramente profetiza de grandes piedras de granizo en los últimos días, y también de montes derribados, en Ezequiel 38:18-22: “En aquel tiempo, cuando venga Gog contra la tierra de Israel, dijo Jehová el Señor, subirá mi ira y mi enojo. Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel; que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra. Y en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice Jehová el Señor, la espada de cada cual será contra su hermano. Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre”. De esta manera, parecería que Ezequiel estaba declarando el derramamiento de la séptima copa con atención particular a Gog y a Magog, que son lugares de la Turquía moderna. Apocalipsis 205 CAPÍTULO DIECISIETE EL JUICIO DE LA GRAN RAMERA (17:1-18; 19:1-5) 17:1 - “Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas”. Hay dos mujeres que a través de las páginas de la palabra de Dios personifican a: 1. La iglesia verdadera de Israel (la mujer buena) 2. La iglesia falsa de Babilonia (la mujer extraña) En la palabra de Dios, una mujer significa: 1. La personificación de la bondad—la mujer buena 2. La personificación de la maldad—la mujer extraña Por lo tanto, se usará aquí una mujer para representar a la iglesia falsa (o, la que se conoce como el falso sistema religioso, “el misterio de la Babilonia”). Uno de los siete ángeles (que derrama las últimas siete plagas sobre la tierra) le muestra al apóstol Juan el juicio de la gran ramera. Este mismo ángel es usado 206 Apocalipsis para mostrar a Juan la esposa del Cordero. Por lo tanto, vemos a las dos mujeres al final de los tiempos en toda su gloria—la ramera en toda su inmundicia, y la esposa del Cordero en toda su pureza. 17:2 “Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”. Esta mujer sentada sobre muchas aguas significa, en un sentido, un lugar geográfico. La antigua Babilonia estaba situada literalmente sobre las aguas del Eufrates, que fluye hacia el Golfo Pérsico, mientras que la Roma moderna está situada sobre el Tiber. El énfasis que se hace sobre el hecho de que los reyes de la tierra han fornicado con ella, se debe a que todas las religiones paganas han estado y están impregnadas de la inmoralidad más degradante. Esto ciertamente es verídico de la antigua Roma, que muy apropiadamente era llamada “la gloria del Imperio y la cloaca de las naciones”. De cualquier modo, hay una sensación no sólo de inmoralidad física, sino también de envilecimiento espiritual. Ahora, esto necesita explicarse con más detalle. 17:3-6 - “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenían siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia Apocalipsis 207 de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro”. La mujer, llamada El Misterio de la Babilonia, es el falso sistema religioso que tuvo su origen en la ciudad edificada por Nimrod, el que se rebeló contra Dios. Su fundador la llamó “bab-El”, que significa puerta de Dios. Debido al deseo de erigir una torre para reunir a los rebeldes, fue golpeada por Dios y llegó a conocerse como “Babel”, que simplemente significa confusión. La esposa de Nimrod, Semiramis, y su hijo ilegítimo, Tamuz, introdujeron el concepto del culto a la madre y al hijo. La imagen de la reina del cielo con el hijo es la raíz de muchas religiones paganas. También, hay misterios que comprenden absoluciones sacerdotales, pasteles que se le ofrecen a la reina del cielo, y purificaciones purgatoriales. Por lo tanto, aunque Babilonia había sido destruida desde hacía mucho tiempo, los misterios de esos ritos habían sido conservados a través del sumo sacerdote que había huído a Pérgamo juntamente con sus seguidores. Más tarde, fueron a Italia, y eventualmente Roma se convirtió en la sede de estos misterios. El Sumo Sacerdote se ponía una mitra en la que estaba labrado el nombre Pontifex Maximus, que significa 208 Apocalipsis “constructor de puentes”. El Sumo Sacerdote pretendía ser el puente entre Dios y el hombre. Este título se lo apropió Julio César, y después, Constantino se convirtió tanto en cabeza de la iglesia como en portador del título de Sumo Sacerdote de estos misterios babilónicos. Posteriormente el título se volvió exclusivo de los papas, y así lo han conservado hasta este día. No es el propósito de este libro tratar detalladamente sobre el parecido que tienen la iglesia católica romana y otros sistemas religiosos con la antigua Babilonia; este tema ya ha sido desarrollado elocuentemente por el difunto Rev. Alexander Hislop en su libro intitulado Las Dos Babilonias. Nuestro objetivo es simplemente identificar en las Escrituras, a la mujer que Juan vio como El Misterio de la Babilonia. Creemos que esto se hará muy claro al continuar analizando los versículos sucesivos en este capítulo. La historia realmente sirve para enseñarnos muchas lecciones, así como para darnos entendimiento acerca del futuro. La historia no es una casualidad. Es guiada y dirigida por un Dios omnisciente que es el cerebro de sus planes de redención, no sólo para los individuos, sino para todas las naciones de la tierra. 17:7 - “Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos”. De este modo el ángel trata de esclarecer muy bien la identidad, no sólo de la mujer, sino también de la bestia que la trae. Ahora él se Apocalipsis 209 concentra en la explicación que lleva a la identidad de la bestia. 17:8 - “La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será”. Primero, se nos dice que la bestia era, lo que significa que la bestia vivía antes de que fuera escrito el libro de Apocalipsis. Luego se nos dice que la bestia no es, lo que significa que no estaba viva en los días de Juan. La bestia ascenderá del abismo infinito. La bestia es la falsificacion de Cristo. Pero así como Cristo era, y es y ha de venir (descendiendo del cielo), la bestia era, y no es, y asciende del abismo. Por lo tanto, los cristianos identificarán claramente a la bestia, pero aquellos cuyos nombres no se escribieron en el Libro de la Vida desde antes de la fundación del mundo, serán completamente engañados. Nadie ha regresado nunca de los muertos; por lo tanto, todo el mundo quedará prendado de la bestia y le servirá. Ahora el ángel se vuelve a referir a la identificación de la mujer. 17:9 - “Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes [o siete colinas], sobre los cuales se sienta la mujer”. Se nos dice en el versículo 18 que la mujer es una ciudad. ¿Qué ciudad era conocida como la ciudad construida sobre siete colinas? Los poetas y los escritores 210 Apocalipsis romanos han mencionado siempre a Roma como la ciudad construida sobre siete colinas en la ribera oriental del Tiber. Además, debemos nosotros recordar que esto se escribió en los días del apóstol Juan, cuando el imperio romano dominaba. Ese era en latín el nombre popular de la ciudad capital, urbis septis colis, o la ciudad de las siete colinas. Al identificar a la mujer, El Misterio de la Babilonia como Roma, las Escrituras prosiguen a declarar que ella ha bebido la sangre de los santos y de los mártires de Jesús (17:6). A este nivel, es útil dar ejemplos que apoyan estos argumentos. Escogemos un período conocido infamemente como La Matanza de los Inocentes o La Masacre del Día de San Bartolomé, el 24 de agosto de 1572. La reina madre de Francia, Catalina de Médicis y su hijo Carlos IX firmaron un tratado con los hugonotes, protestantes franceses, concediéndoles libertad de culto. Una vez que los atrajeron, al igual que a su líder el príncipe de Conde, dándoles una falsa sensación de seguridad, los mataron. Miles de protestantes fueron martirizados. El Papa Pío V celebró en Roma este suceso acuñando una moneda. Su sucesor, el Papa Clemente VIII, llamó “cosa maldita” a la posterior tolerancia de los protestantes. Amados, permanezcamos alerta pues El Misterio de la Babilonia mostrará sus verdaderos colores otra vez en estos días. Nuevamente correrá la sangre de los santos. Apocalipsis 211 Por supuesto, en la historia hay muchos tipos de Anticristo. Yo deseo mencionar solamente uno a este nivel, es decir a Adolfo Hitler, para ilustrar la suma cautela que la iglesia debe tener en este momento del acontecer mundial. Adolfo Hitler persiguió a los judíos y fue el responsable del exterminio de alrededor de seis millones de ellos, por dar una cifra conservadora. Asimismo, sabemos que aterrorizaba a los que se opusieran a él y a su régimen, enviando aun a su propia gente a los campos de concentración. Sólo estos hechos, que fueron muy conocidos no sólo en el extranjero sino también en Alemania, deben bastar para identificarlo como a un monstruo. Sin embargo, por haber prácticamente eliminado el desempleo, devolviéndole al país una sólida posicion económica e instituyendo además un ordenamiento jurídico que acabó con todo tipo de delincuencia pública que importunaba a la nación, muchos pastores y líderes de iglesias lo vitorearon como su Mesías. Vistiendo camisas color marrón, se convirtieron en seguidores de los Nazis, cuyo símbolo era la cruz retorcida. Cuando el Anticristo aparezca, temo que muchos pastores y líderes de iglesias lo seguirán de la misma manera, por no haber fijado sus ojos en Cristo y solamente en Cristo, y por no haber hecho de la palabra de Dios su sustento cotidiano. Ignorantes de la palabra, clamarán juntamente con las multitudes: “Paz, paz, paz”, y en forma ciega y voluntaria irán en pos de la bestia. 212 Apocalipsis Había suficiente evidencia que demostraba que Adolfo Hitler y su Tercer Reich, o reino, eran diabólicos, pero escogieron seguirlo por los panes y los peces. Amados, estemos nosotros sumamente apercibidos. 17:10-11 - “Y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición”. Ahora, por la gracia de Dios, debemos esforzarnos por aclarar el misterio de los siete reyes. Ellos son las siete cabezas de la bestia, pero también de Satanás mismo. Este pasaje sugiere que está tratando sobre aquellos que han gobernado a instancias de Satanás o que han sido por él incitados. La solución debe ser hallada en las Escrituras. La bestia es sólo una de las siete cabezas (él es de entre los siete pero es el octavo). Por consiguiente, representa a un rey que vivió antes de que se diera el libro de Apocalipsis (o sea, antes de finales del siglo I D.C.), pero que ahora está muerto. El Anticristo, entonces, procede de uno de los cinco reinos anteriores a Roma. Satanás, por otro lado, incita a todos los siete. Examinemos las Escrituras para ver en dónde Satanás, el diablo o dragón, está asociado con reyes o reinos. Vemos con claridad en Ezequiel 29:2-3: “Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. Habla, y di: Apocalipsis 213 Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice”. Faraón rey de Egipto es identificado como el dragón. Este no es el faraón del Éxodo, sino otro faraón. Por lo tanto, diríamos que Satanás no sólo incita a este faraón, sino que realmente a todo el reino de Egipto. También leemos en Jeremías 51:34: “Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera”. En este versículo el rey de Babilonia es también identificado como dragón, lo que significa que es incitado por Satanás. La bestia es comparada con un animal híbrido que tiene pies de oso, representando a Persia, y con un león que representa a Babilonia, y también con un cuerpo que representa a Grecia. Por lo cual no estaría de más declarar que estas siete cabezas representan las naciones (y sus reyes) que han abatido a Israel— es decir, Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, y Roma (el reino presente en los tiempos de Juan). Roma es el sexto reino. Por esto, el reino que deberá seguir será el reino (singular) de los diez reyes. Ellos serán diez naciones unidas dentro de los confines del Antiguo imperio romano. La bestia será el octavo rey u onceavo cuerno (Dan. 7:8,11,20,21). Él pertenece a uno de los cinco reinos caídos. La bestia no puede ser de Egipto porque es llamada Rey del Norte (Dan. 11:40). Egipto, que Apocalipsis 214 está al sur de Israel, es llamado Rey del Sur. Los Siete Reyes (Reinos) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Egipto Asira Babilonia Medo-Persia Grecia Roma 10 Reyes-El Imperio Romano Resucitado El Anticristo es el octavo rey. Él es un rey que vivió en la época de los primeros cinco reinos. Él es el onceavo cuerno que se levanta después de los diez reyes (el séptimo reino). 17:12 - “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia”. Estos diez reyes son fácilmente identificados a través de Daniel 7:23-24: “La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará”. Apocalipsis 215 Cuadro comparativo de los siete reinos y el Anticristo LOS SIETE REINOS Daniel 2 La Imagen Daniel 7 Apocalipsis 17 Cuatro Bestias 7 Reyes 1. EGIPTO Cinco 2. ASIRIA 3. BABILONIA Cabeza de Oro El León 4. MEDOS Y Pecho de Plata PERSAS El Oso Han Caído 5. GRECIA 6. ROMA 7. DIEZ REYES EL ANTICRISTO Vientre y Muslos de Piernas de Hierro Diez Dedos El Leopardo La Cuatro Bestia (de dientes de hierro) Uno es Diez Cuernos Uno que vendrá Los Diez Reyes (cuernos) El Cuerno Pozueño La Bestia que era y no es, y será 216 Apocalipsis La bestia llega después del surgimiento de los diez reyes. Estos diez reyes se levantan del cuarto reino de la visión de Daniel. La visión de cuatro reinos que recibió Daniel comienza con Babilonia (el tercer reino en gobernar sobre Israel). Por eso en la visión de Daniel el imperio romano es el cuarto reino, pero históricamente es el sexto reino en haber gobernado a Israel. Estos diez reyes se levantarán de adentro de los confines del antiguo imperio romano. Ellos son llamados un reino, indicando que están muy claramente vinculados y ligados—separados pero unidos. Reinan por una hora, o por un tiempo muy breve, y su poder se deriva de la bestia. 17:13 - “Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia”. Estos diez reyes se entregarán a la bestia, quien a su vez sojuzgará o someterá a tres de estos diez reyes, probablemente porque no lo siguen totalmente (ver Dan. 7:24). 17:14 - “Pelearán contra el Cordero; y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”. Estos diez reyes dentro de los confines del antiguo imperio romano harán guerra juntamente con la bestia, contra el Señor, en la batalla de Armagedón. Los que descienden del cielo con el Cordero son llamados y elegidos y fieles. Apocalipsis 217 Llamados Ser llamado es uno de los prerrequisitos principales para poder seguir al Cordero. El Señor mismo declaró en Juan 6:44: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero”. No podemos tener el atrevimiento de entrar en su presencia, porque así como sucede con un monarca terrenal, nadie puede entrar en la presencia real sin haber sido llamado. Bíblicamente esto es ilustrado en la vida de Esther, reina de Persia. Aunque era la esposa del gobernante rey Asuero, no osaba entrar en la presencia de su propio esposo sin haber sido previamente llamada. Ester dijo: “Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey, saben que cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin ser llamado, una sola ley hay respecto a él: ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para ver al rey estos treinta días” (4:11). Elegidos Cristo declaró en Mateo 22:14: “Porque muchos son los llamados, y pocos escogidos”. Por lo tanto, a muchas personas en esta vida se les da la oportunidad, pero cuán pocos pasan las pruebas, porque la elección se hace en los tiempos de prueba y aflicción. Isaías 48:10 dice: “He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción”. Como Apocalipsis 218 sucede en la vida en general, una cosa es que nos llamen para ocupar una posición, empleo, cargo, o recibir un nombramiento, y otra cosa muy diferente es que nos dejen en ese puesto. Después de que se nos ofrece la oportunidad de un empleo, debemos demostrar que estamos aptos para desempeñarlo. Si lo hacemos, somos elegidos para conservar esa posición. Prácticamente todo en la vida depende de que seamos capaces de hacer el trabajo a que nos han llamado o invitado, o en el cual nos han dado la oportunidad de demostrar nuestras aptitudes. Así es en el reino de los cielos. A muchas personas se les da la oportunidad de ser salvas, pero son muy pocas las que perseveran en el camino de la luz. Esto se aplica no sólo al mantenimiento de nuestro nivel espiritual, sino a nuestro progreso en el Señor. Necesitamos, por su gracia, continuar hasta alcanzar todo lo que Él se ha propuesto hacer con nuestras vidas. Ser elegido requiere largos períodos de pruebas, como lo dice Isaías, en el horno de aflicción. No hay sendas fáciles hacia la gloria; y estas pruebas son necesarias para perfeccionarnos, a fin de que seamos contados por dignos de seguir a nuestro glorioso Señor a dondequiera que va. Esto nos lleva a nuestro tercer requisito. Fieles Aun cuando hemos calificado para un puesto, la pregunta siguiente es esta: ¿Somos fieles en cumplir las obligaciones que Apocalipsis 219 se relacionan con esta posición? Las Escrituras nos dicen que dos hombres en particular fueron elogiados por su fidelidad— Abraham y Moisés. De hecho, a Abraham se le llama el fiel Abraham (Gál. 3:9), y de Moisés se dice que fue fiel en toda su casa (He. 3:2). Estos tres niveles de ser llamados, elegidos y hallados fieles, corresponden a las tres categorías de cristianos de quienes el apóstol Juan escribe en 1 Juan 2:12-14—hijitos, jovenes y padres. Otra analogía sería las tres secciones del Tabernáculo de Moisés—el Atrio, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. El primer grupo sabe que es salvo, la segunda categoría de cristianos se están convirtiendo en la palabra hecha carne, mientras que los terceros son aquellos en cuyos corazones de carne están siendo escritas las leyes de Dios. 17:15 - “Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”. Ahora el ángel se vuelve hacia la mujer, la ramera— El Misterio de la Babilonia. Esto reafirma el hecho ya declarado de que El Misterio de la Babilonia prácticamente ha influído sobre todas las naciones desde el principio del tiempo. Todas se han contaminado con los misterios de iniquidades que literalmente han enviado a muchos millones de personas al infierno, donde no está Cristo, sólo porque confiaron en que sus hechicerías les darían la eterna redención. La celebración de la misa y la confesión se originan en ritos 220 Apocalipsis babilónicos. Ha sido en vano acudir a la reina del cielo, elevándole plegarias. Sus adeptos han sido víctimas de engaño, y para su eterna mortificación, han caído en el abismo sin fin. ¡Cuán grande es la ira de Dios que está reservada para ella, con quien las naciones fornicaron de múltiples maneras! Pero el Señor la destruye a través de potestades del mal que Él ha escogido. El mismo en quien El Misterio de la Babilonia confía, será el que la destruya, como vemos en el versículo siguiente. 17:16 - “Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego”. Otros confiaron en ella, y ella los engañó. Por lo tanto, en la justicia ideal de Dios, será destruida por los aliados de la bestia—los diez reyes. La historia sólo sirve para confirmar este hecho. En su Decadencia y caída de la iglesia romana, Malaquías Martin enumera las ocasiones en que Roma y el Vaticano fueron saqueadas por las tropas españolas, alemanas e italianas. Durante el reinado de Clemente VIII en 1525, Malaquías Martin relata cómo por diez días consecutivos, los únicos sonidos que se pudieron oír fueron los gemidos de las mujeres, el llanto de los niños y los gritos de los hombres siendo torturados. Nos aseguran las Sagradas Escrituras que la historia se repetirá cuando los ejércitos de los diez reyes invadan Roma otra vez, y aniquilen a la ramera juntamente con sus seguidores. Es Dios Apocalipsis 221 quien se ha propuesto acabar con la ramera, poniendo en el corazón de los diez reyes este deseo de destruir Roma, y así llevar a cabo su santa voluntad. 17:17 - “Porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios”. Los que la destruirán, son precisamente los mismos en quienes la ramera se apoya para dominar. A lo largo de la historia de la iglesia, ella ha jugado a la política con los gobernantes de los reinos que la rodean. Ellos a su vez, han visto a menudo su falsedad y han marchado contra ella. Así será en los últimos días. ¿Quién es entonces esta ramera, este Misterio de la Babilonia? El último versículo del capítulo 17 lo esclarece a fondo. 17:18 - “Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”. No cabe ninguna duda acerca de lo que aquí se está diciendo. En los días de Juan, solamente una ciudad reinaba (tiempo presente) sobre toda la tierra, y esa era Roma. Era esa gran ciudad. Y como lo declara con tanta claridad el versículo 9, era la ciudad edificada sobre siete colinas. Roma, y solamente Roma, podría ajustarse a esa descripción. La mujer, El Misterio de la Babilonia, es la iglesia católica romana, centralizada en Roma. EL ANTIGUO IMPERIO ROMANO 222 Apocalipsis Apocalipsis 223 CAPÍTULO DIECIOCHO La caída de Babilonia (18:1-24) Ahora se aborda el tema de la destrucción de la Babilonia moderna, que es la antigua ciudad iraquí que está siendo reconstruida hoy en día, y se relata la multitud de sus pecados. La profecía comienza con la visitación de un gran ángel que desciende del cielo. Ahora la narración da un giro, de El Misterio de la Babilonia” (Roma) a la ciudad física de Babilonia. (Ver el Apéndice para obtener mayores detalles sobre la diferencia entre El Misterio de la Babilonia y la ciudad de Babilonia). Sin embargo, en este capítulo hay todavía cierto flujo entre la ciudad de Babilonia y la iglesia falsa. Podría haber un doble cumplimiento y una doble aplicación de muchos de estos versículos. 18:1 - “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria”. Al igual que en los ejemplos de previas escenas de juicio, los que intervienen en ellas, rebosan del grado más alto de santidad y luz. Este ángel, cuya función es anunciar la caída de esa perversa ciudad, concluye una serie de profecías relacionadas con este acontecimiento, el cual ha abarcado un tiempo que prácticamente se remonta a su fundación por Nimrod, hace aproximadamente cuatro mil años. Cuando el surgimiento de la Neobabilonia fue profetizado por 224 Apocalipsis Isaías, también lo fue su destrucción definitiva. Esto fue reiterado por el profeta Jeremías. La ciudad de Babilonia resurgirá en los días postreros, sólo para ser nuevamente aniquilada, y la Babilonia espiritual (Roma) caerá también. Muchas de las frases usadas en esta profesía son repeticiones de las que se encuentran en los escritos de los profetas del Antiguo Testamento. Estudiemos ahora el desenvolvimiento cronológico de los sucesos, tal como se presentan en este capítulo. 18:2 - “Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida [o prisión] de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y [aborrecible]”. Esta en sí es una cita de varias Escrituras. Isaías 21:9 declara: “Y he aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra”. Asimismo, Isaías 13:19-22 dice: “Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios. Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada; sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes. En sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite; y cercano a llegar está su tiempo, y sus Apocalipsis 225 días no se alargarán”. Por lo tanto, una vez más tenemos la autoridad para vincular a las dos Babilonias—la Babilonia natural (la ciudad situada en el moderno Irak) y la Babilonia espiritual (Roma). Ahora, el ángel comienza la narración de las perversidades de Babilonia. 18:3 - “Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites”. Es sorprendente la frecuencia con que se menciona la fornicación relacionándola con Babilonia. Debemos considerar esto desde un ángulo histórico y también como una situación que se da en la actualidad. La Babilonia histórica fue el centro de los ritos paganos y de los sistemas religiosos. Unida a estas prácticas, estuvo la peor clase de inmoralidad y libertinaje. Verdaderamente estas prácticas son demasiado viles para ser especificadas en un libro de esta naturaleza. Y la Babilonia espiritual, la iglesia de Roma, también es acusada de fornicación. Nadie que haya hecho siquiera un estudio precursor de la historia de la iglesia, puede pasar por alto el hecho de que la inmoralidad ha plagado a la iglesia falsa. Incluso se ha denunciado la conducta licenciosa en extremo de ciertos papas en el ejercicio mismo de sus funciones. 226 Apocalipsis La otra denuncia es que han vivido ostentosamente. Los mercaderes se han enriquecido a costa de la iglesia falsa. Esto es comprensible dados los lujos que ella se ha permitido. En muchos casos, los edificios de sus iglesias son literalmente casas de tesoro. En el siguiente versículo hay una verdad que es de enorme importancia para nuestro tiempo y era. 18:4 - “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Este versículo debería ser abordado o interpretado de dos maneras. Desde un punto de vista histórico, sabemos que antes de que los hijos de Israel estuvieran realmente en el cautiverio babilónico, el profeta Isaías previó no sólo el cautiverio que sufrirían aproximadamene cien años más tarde, sino también la renuencia de Israel a abandonar Babilonia cuando se le presentó la oportunidad de ello con el decreto de Ciro de reedificar el templo. Por consiguiente, en Isaías 52:2,11-12 les dice con voz de trueno y con verdadera urgencia profética a aquellos que están dispuestos a sumirse en el mundo del paganismo rehusando salir de Babilonia: “Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion...Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová. Porque no saldréis apresurados, ni Apocalipsis 227 iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel”. Cuando estudiamos el Período de Restauración, es interesante notar que hubo tres grupos separados que salieron de Babilonia a Jerusalén, dirigidos cada uno por Zorobabel, Esdras y Nehemías. Sin embargo, la gran mayoría de judíos decidió permanecer en Babilonia. Probablemente amaban la seguridad y las comodidades de Babilonia. En esta forma, la historia se repite. Una gran parte del pueblo del Señor está hoy en lugares que no avanzan en Dios; estas iglesias o fraternidades no tienen una visión progresiva ni una visión de avivamiento. Pero aun así, muchísimos cristianos prefieren quedarse allí. Me recuerda una visión que tuve en la década del 60. Esencialmente la visión consisitió en el avivamiento carismático, cuando casi todas las denominaciones recibieron la visita del Señor con el bautismo del Espíritu Santo. En esta visión, veía el río Jordán en tiempo de inundación, desbordándose por sus riberas. Por millas, la tierra que por lo general era árida, se cubría por el agua. Pero entonces veía que las aguas retrocedían y que quedaban muchos estanques. Numerosas personas jugaban en estas pozas, pero éstas se secaban más tarde. La interpretación que me dio el Señor fue que el avivamiento 228 Apocalipsis estaba por llegar, pero que el propósito del Señor era que su pueblo viniera al torrente de las aguas. Si continuaban acampando en sus denominaciones no Pentecostales, acontecería que lo que ya habían recibido, desaparecería con el tiempo, y volverían a secarse espiritualmente. La iglesia católica (a través del buen papa Juan XXIII que abrió las ventanas de su iglesia al Espíritu Santo) vio a las congregaciones recibiendo el bautismo del Espíritu Santo. Sin embargo, la palabra del Señor era: “No se queden en su iglesia testificándole a los que están en ella. ¡Salgan a donde fluyen los ríos de agua viva!” La siguiente es una analogía que el Señor me dio: El pueblo del Señor es como árboles. El lugar en que se siembra un árbol, determina cómo será su crecimento. Un árbol plantado en el desierto no se desarrollará, pero uno plantado junto a corrientes de agua dará su fruto en su tiempo, “su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará” (Sal. 1:3). Por lo tanto, el Señor me dijo: “Dile a mi pueblo que vaya donde fluyen las aguas de vida, para que produzca fruto que alcance la madurez”. De manera que, amados, salgan de Babilonia y vayan a una congregación en donde se esté moviendo el Espíritu Santo. No sean, por favor, como aquellos judíos que permanecieron en Babilonia cuando Dios se movía en Jerusalén. Ellos se quedaron con el pasado y no participaron del novedoso mover de Dios. Apocalipsis 229 Además, permanecer en la Babilonia espiritual del día de hoy, significa participar de sus pecados y juicios. Dios establece un día límite. En estos últimos tiempos, Él castigará a Babilonia por todos sus pecados pasados. 18:5 - “Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades”. Es importante entender los juicios de Dios. Revisemos unos pocos versículos. Eclesiastés 3:15 dice: “Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó”. En Mateo 23:34-36, el Señor Jesús dijo exactamente lo mismo, hablándole a la pecadora ciudad de Jerusalén en sus últimos días: “Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad; para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación”. De esta forma, prosigue diciendo que su casa les será desolada, por causa de la destrucción que Roma traerá sobre Jerusalén en el año 70 D.C. Viviendo en nuestro tiempo, y quizás sin ser estudiosos de la historia de la iglesia, dejamos de reconocer la horrible 230 Apocalipsis pecaminosidad de la iglesia romana a través de los siglos. Ella está literalmente saturada de la sangre de los mártires. La inquisición instituida por el Papa Inocente III en 1230, fue responsable de la tortura y muerte de cientos de miles de creyentes protestantes. Durante la época de la Reforma, de nuevo hubo masacres de santos evangélicos, y esto será hecho por ellos otra vez, con vigor y cruel ferocidad, cuando el Anticristo llegue a tener plenos poderes. Pero Dios se acuerda del pasado. Todas esas almas que en Apocalipsis 6:9-10 están debajo del altar, y que fueron muertas a través de todas las generaciones, deben ser vengadas por un Dios que es santo. El imperio romano fue responsable de la muerte de la Cabeza de la iglesia, nuestro glorioso Señor Jesús, por medio del cargo del procurador Poncio Pilato. Ello continuó con las diez persecuciones específicas bajo el mandato de emperadores posteriores. Dios no ha olvidado esto, y el tiempo del juicio ha llegado, con las citas de Jeremías 50:15: “Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído sus cimientos, derribados son sus muros, porque es venganza de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo”. La idea de una doble retribución se encuentra en los juicios de Dios sobre Israel. El Señor levantó a Babilonia para juzgar a Israel por sus pecados, como se ve en Jeremías 16:18: “Pero primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque contaminaron mi tierra con los cadáveres de sus ídolos, y de Apocalipsis 231 sus abominaciones llenaron mi heredad”. La Babilonia espiritual heredará ahora el mismo destino; sus seguidores serán juzgados ahora. 18:6 - “Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble”. Esto es continuación de Jeremías 50:29: “Pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella hizo”. De nuevo, esto nos habla de la Babilonia natural. Ahora sigue una denuncia de su vida de lujos, tan aborrecida por el Todopoderoso por la soberbia y la arrogancia que revela. Las hijas de Sion eran de esa manera censuradas y reprendidas en Isaías 3:16-17: “Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies; por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas”. 18:7 - “Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto”. Esta última frase es una cita de Isaías 47:8: “Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad”. 18:8 - “Por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; 232 Apocalipsis muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga”. Esa seguridad en sí misma, tan carente de fundamentos, será recompensada por un juicio triple de muerte, lamentación y hambre. Esto le sobrevendrá en un solo día. El testimonio del juicio es acorde con lo acontecido a la antigua Babilonia en los días de Belsasar, como se registra en Daniel 5:30: “La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos”. 18:9 - “Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio”. Los diez reyes acabarán por completo con ella, mientras que los otros reyes harán lamentación sobre ella. En esta descripción está claro que Babilonia será totalmente consumida por el fuego, y las llamas serán tales (como lo veremos en el siguiente versículo), que los reyes de la tierra se pararán lejos”. 18:10 - “Parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” Esto ya ha sido confirmado por el profeta en Isaías 25:2: “Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado”. También Isaías 47:11 declara: “Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que Apocalipsis 233 no sepas vendrá de repente sobre ti”. Luego viene la segunda endecha. La primera fue la de los reyes de la tiera, y ahora escuchamos la de los mercaderes, quienes se han enriquecido con el deseo de riquezas de la iglesia falsa. 18:11-16 - “Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!” El pasaje anterior es muy parecido en carácter a las lamentaciones pronunciadas sobre Tiro, como lo registra Ezequiel 27. El príncipe de Tiro es también un símbolo de Satanás. Vale la pena observar que la causa de la caída original 234 Apocalipsis de Lucifer se presenta en Ezequiel 28:14-17: “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras de fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti”. Veintiocho artículos de mercadería, relacionados con Babilonia, se mencionan en estos versículos. Las llamas que consuman a Babilonia serán una experiencia anticipada de los tormentos eternos del lago de fuego. 18:17-19 - “Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad es semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!” La tercera endecha es la de los marineros. Lo repentino de la Apocalipsis 235 destrucción es enfatizado por un concepto que se repite tres veces: “en una hora ha venido tu juicio; has sido reducida a nada y has sido desolada”. Por lo tanto, Babilonia experimenta lo mismo que Tiro. Los mercaderes y los marineros se lamentan por el hecho de que su fuente de ingresos ha sido destruida por un infierno ardiente. 18:20 - “Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella”. Luego hay un mandato para que los cielos se regocijen juntamente con los santos apóstoles y los profetas, porque Dios los ha vengado, derramando juicio sobre los que los privaron de la vida. 18:21 - “Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada”. En este versículo está demostrado que el derrocamiento de Babilonia será violento. En simbología, esto fue manifestado por el profeta en Jeremías 51: 60-64: “Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia. Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas, dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado. Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates, y dirás: 236 Apocalipsis Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos. Hasta aquí son las palabas de Jeremías”. Cuando uno estudia atentamente este libro, es asombroso que casi el diez por ciento del libro de Apocalipsis abarca la condenación y destrucción de Babilonia. Basados en esto, podemos entender la impresionante enormidad de sus pecados que, desde el tiempo de Nimrod, han prácticamente envuelto a la población mundial. Entonces empezamos a comprender el odio santo de Dios por Babilonia, y por todo lo que ella representa. Será destruida con violencia porque ha perpetrado violencia desde sus inicios. Por lo tanto, el ángel continúa reiterando la determinación de su caída. 18:22-24 - “Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra”. La alegría y el regocijo de Babilonia son silenciados para siempre a consecuencia de la multitud de sus diversas perversidades, con las cuales engañaba a la humanidad. Apocalipsis 237 CAPÍTULO DIECINUEVE La culminación del juicio de la ramera 19:1-5 - “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicos son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes”. Esta sección es una continuación del capítulo diecisiete que trata sobre el juicio de la gran ramera. La ira de Dios tiene estas proporciones porque tanto la Babilonia natural, como la espiritual, han corrompido la faz de la obra de Dios sobre la tierra. Ella ha dado muerte a los profetas y a los apóstoles, y ahora Dios está vengando la sangre que ella hizo derramar. El juicio es tan grande que el humo de su tormento se levantará perpetuamente. Este es un tormento eterno. Amados, en su paciencia y longanimidad, Dios ha fijado un día límite. En el tiempo señalado por Dios, Él juzgará a nuestros enemigos. 238 Apocalipsis LA CENA DE LAS BODAS DEL CORDERO (19:6-10) Como hemos dicho a menudo, en toda la palabra de Dios fluye el tema de dos mujeres. La una representa todo lo que es bueno y puro, mientras que la otra es una mujer extraña, que abandona las sendas de justicia para seguir el camino del pecado, convirtiéndose en la absoluta personificación del mal. De esa manera comenzó El Misterio de la Babilonia sus caminos de maldad, abandonando las sendas del justo Noé y yéndose por los senderos secretos de las tinieblas, convirtiéndose en la amante que gobierna a la iglesia falsa. Sin embargo, todo el cielo recibe ahora la orden de alabar al Señor. 19:6-7 - “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado”. ¡Qué contraste! He aquí la plenitud de la mujer virtuosa de Proverbios 31:10-11, aquella en quien el corazón de su marido está confiado. He aquí la esposa del Cordero de Dios. Como esposa sabia, ella se ha preparado. ¿Qué significa esto? Fundamentalmente indica que ella está llena de las virtudes de su esposo celestial, el fruto del Espíritu. Como la mujer de Apocalipsis 239 Proverbios, ella es industriosa y sabia, atiende bien su casa y guarda su corazón con toda diligencia, porque sabe bien que de éste mana la vida (Pr. 4:23). 19:8 - “Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos”. No debemos olvidar nunca que somos lo que somos por la gracia de Dios. Sin su gracia, no somos nada. Es únicamente por su divino favor que tenemos la vida eterna, la salvación del infierno, y el derecho de hacer de la gloria celestial nuestra morada perdurable. Por lo tanto, este versículo inicia con esa reflexión de la gracia en que la esposa del Cordero está vestida de lino fino, limpio y blanco. Oh amados, comprendamos nuestra necesidad de depender de la gracia de Dios; porque es sólo por su gracia que podemos calificar para estar en el grupo de los que constituyen su esposa. Está claro que debemos estar vestidos de su justicia y de su pureza, como lo declara el apóstol Pablo en Filipenses 3:9: “Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”. Nuestro clamor debe ser siempre: “Oh, Dios, crea en mí un corazón limpio”. Ahora vamos a ser introducidos a una verdad que ha sido encontrada en varios versículos más de la palabra de Dios, y 240 Apocalipsis que ahora tiene su cumplimiento aquí. 19:9 - “Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”. El Señor Jesucristo se refirió con frecuencia a la fiesta judía de las bodas, para demostrar ciertas verdades espirituales acerca de su segunda venida. Por lo cual es importante que revisemos brevemente algunos de los aspectos prominentes de las costumbres nupciales judías, antes de pensar en el versículo nueve. En los tiempos de los patriarcas, se consideraba un deber del padre del novio obtener esposa para su hijo. Ejemplo de ello es el pasaje en el cual Abraham le dice a su siervo Eliezer qué clase de esposa debe escoger para su hijo Isaac (Gn. 24:3-6). “Tomar mujer” era la expresión bíblica normal, y la acción se expresaba con la ceremonia en que la esposa era tomada de la casa de su padre”. Esto ocurría por lo general un año después del desposorio, que equivale a nuestro compromiso matrimonial. Este año le permitía al esposo preparar una casa para su esposa, como lo vemos en las palabras de Cristo en Juan 14:1-3: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, Apocalipsis 241 para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. De esa manera, una vez preparada la casa, el padre del esposo señalaba el momento en que éste llegaría a tomar su mujer. Están los acompañantes o amigos del esposo, que van con él a la casa de la desposada. Juan el Bautista dijo en Juan 3:29: “El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido”. De igual manera, la desposada era acompañada de sus doncellas, llamadas vírgenes, que integraban el cuerpo nupcial con que el esposo regresaba a su propia casa. El momento exacto de la llegada del esposo no se conocía, como lo constata Mateo 25:5-6: Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” Las verdaderas bodas se celebraban con una fiesta. Los asistentes eran el cuerpo nupcial y los convidados. Para los convidados, había vestiduras especiales. Los que no llevaban vestiduras eran rechazados, como lo esclarece la parábola de Mateo 22:11-14: “Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las Apocalipsis 242 tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos”. En resumen, lo que hemos estado diciendo es esto: En una boda existen fundamentalmente los grupos siguientes: 1. El esposo 2. La esposa 3. Los amigos o acompañantes del esposo 4. Las acompañantes, doncellas o vírgenes que integran el grupo de la esposa 5. Los convidados a las bodas Por consiguiente, cuando llegamos a la quinta bienaventuranza del libro de Apocalipsis, los benditos son los llamados a la cena de las bodas del Cordero. Estos creyentes no son la esposa del Cordero, sino otros que tienen el privilegio de estar en la cena de las bodas. Muchas interrogantes surgen ahora, tales como: ¿Quiénes son los convidados, y en qué difieren de la esposa? El Cantar de los Cantares nos ayuda a contestar estas preguntas. Salomón, simbolizando el esposo, dice en Cantares 6:9: “Mas una es la paloma mía, la perfecta mía; es la única de su madre, la escogida de la que la dio a luz. La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada; las reinas y las concubinas, y la Apocalipsis 243 alabaron”. Vemos aquí algunos de los grupos celestiales— doncellas, reinas y concubinas. Pero sobre todas está su paloma, su impoluta. Habiendo visto todas estas maravillas, Juan prosigue. 19:10 - “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. Una de las verdades de este versículo radica en la importancia que se le adjudica a la profecía. Se declara que el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. De hecho, toda la palabra de Dios está básicamente saturada de profecía. La palabra está escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo mismo. Por lo tanto, vemos por qué Pablo nos conseja no apagar el Espíritu, en 1 Tesalonicenses 5:19-20: “No apaguéis el Espíritu. No menospreciéis las profecías”. Asimismo, necesitamos prestar atención a la amonestación de Pablo en 1 Corintios 14:1: “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis”. También el versículo diez nos habla del hecho de que los ángeles verdaderos se niegan a recibir adoración, la cual sólo le pertenece por derecho a Dios. Sin embargo, los ángeles falsos buscan almas engañadas para que les rindan culto. Ahora, en los versículos siguientes, veremos al Señor que 244 Apocalipsis aparece después de la fiesta de bodas, un hecho que es verificado en Lucas 12:35-37: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles”. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO (19:11-21) 19:11 - “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea”. El Señor Jesús es llamado Fiel y Verdadero. Isaías 11:5 dice acerca de Cristo: “Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura”. Ser llamado fiel, de la misma manera en que Moisés fue llamado fiel en toda su casa, es indicativo de firmeza, confiabilidad, estabilidad y adhesión a la obra que se le ha encomendado. Esta tarea consiste en llevar completamente a cabo la voluntad de Dios para su vida, en el presente y en la eternidad. Verdadero significa estar lleno de la verdad, porque Él es la palabra encarnada. Contiene también el sentido de autenticidad. Ciertamente, Él es el único verdaderamente auténtico, lo que en un sentido significa ser una vasija purificada de toda escoria, o que no tiene mezcla. Apocalipsis 245 Es evidente ahora que Él avanza para hacer guerra contra los enemigos de la verdad y de la justicia. Va montado sobre un caballo blanco. Esto en sí es símbolo de monarquía y gobierno, ya que en tiempos pretéritos, como lo hiciera David, los jueces, reyes y gobernantes, cabalgaron sobre mulas o asnos blancos. “Con justicia juzga y pelea”. Esta última guerra, Armagedón, juzgará a los poderes de la trinidad impía y los derrotará. 19:12 - “Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo”. Esos ojos penetrantes, como llama de fuego, nos hablan de los ojos de Cristo que todo lo ven. Sus ojos son penetrantes y ante Él todas las cosas están desnudas. Esas muchas diademas se refieren a sus victorias. Ciertamente, una de estas diademas será la corona de justicia que Pablo menciona en 2 Timoteo 4:8: “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. 19:13 - “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS”. Las vestiduras del Señor están teñidas en sangre. La sangre de sus vestiduras nos habla de la victoria adquirida con sangre en la cruz, y también de la victoria obtenida sobre sus enemigos, a quienes matará cuando regrese. 246 Apocalipsis Leemos de su venida en Isaías 63: 1-6: “¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar. ¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas. Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado. Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira. Y con mi ira hollé los pueblos, y los embriagué en mi furor, y derramé en tierra su sangre”. El pergamino palestino traduce Génesis 49:11 de esta manera: “¡Cuán bello es el Rey Mesías! Se ciñe sus lomos y sale a hacer guerra contra sus enemigos. Matará a reyes y príncipes, y enrojecerá los ríos con la sangre de sus muertos. Sus vestiduras estarán teñidas de sangre y Él mismo lo estará con el jugo del lagar”. El Señor del cielo y de la tierra aparece como el Verbo de Dios. Aquí tenemos un retrato más de Cristo, el Verbo de Dios Encarnado, a quien Juan describió en su evangelio. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). Apocalipsis 247 19:14 - “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”. Estos son los escogidos, los redimidos. El Señor dijo en Mateo 24:31: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. Es interesante e importante observar que dondequiera que se impone un juicio, las personas a quienes se les concede la honra de imponer el juicio son descritas como la personificación de la pureza. La autoridad de Cristo radica además en el hecho de que Él pudo decir en Juan 14:30: “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí”. Cristo llevaba una vida pura y separada, y el diablo nada tenía en Él, no tenía ningún poder sobre Él. Si nosotros queremos gobernar y reinar con el Señor, debemos también ser puros de corazón. 19:15 - “De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”. Este pasaje es análogo a Isaías 11:4: “Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío”. Apocalipsis 248 Cristo regirá con vara de hierro. Esto se menciona proféticamente en el Salmo 2:9, y también en Apocalipsis 2:27. Ciertamente, cuando Él regrese, será en venganza. No sólo castigará a las naciones con vara de hierro en su venida, que es irónico en el sentido de que el último reino es de hierro (el imperio romano resucitado), sino que también gobernará con vara de hierro en el milenio. Nadie se desviará de las leyes de Dios como se hace hoy. Luego Dios se refiere a pisar el lagar del vino de su ira. Esto ya ha sido mencionado anteriormente en Isaías 63:1-6 con respecto al versículo 13. Por lo cual, aquí en este versículo, hay tres aspectos de juicio que son aludidos, es decir: 1. La espada que está en su boca 2. La vara que está en su mano 3. Pisar con sus pies el lagar del vino de su ira (ver también 14:19) 19:16 - “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”. Cuando el Señor venga, no habrá lugar para equivocarse en cuanto a su identidad. Todos verán lo que está escrito (un rótulo) en su vestidura y en su muslo cuando cabalgue sobre su caballo. Este escrito declara que Él es el REY DE REYES y el SEÑOR DE SEÑORES—el gobernante supremo del universo bajo Dios Padre. Apocalipsis 249 La batalla final 19:17-21 - “Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”. Esta cena, en la cual las aves del cielo consumen la carne de los muertos, es explicada con más detalle por boca del profeta, en Ezequiel 39: 17-20: “Y tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor: Dí a las aves de toda especie, y a toda fiera del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes a mi víctima que sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los montes de Israel; y comeréis carne y beberéis sangre. Comeréis carne de fuertes, y beberéis sangre de príncipes de la tierra; de carneros, de corderos, de machos cabríos, de bueyes y de 250 Apocalipsis toros, engordados todos en Basán. Comeréis grosura hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las víctimas que para vosotros sacrifiqué. Y os saciaréis sobre mi mesa, de caballos y de jinetes fuertes y de todos los hombres de guerra, dice Jehová el Señor ”. Este juicio tendrá lugar sobre los montes de Israel. De acuerdo con Isaías 63, será también sobre los montes de Edóm. En Apocalipsis 14:20, el juicio será probablemente al oriente de la ciudad de Jerusalén, abarcando toda la longitud de la nación, alrededor de doscientas millas. Este será el alcance del territorio de los ejércitos invasores, que ya habrá sido ocupado por ellos mismos. El Anticristo y los reyes de la tierra se reunirán para esta batalla, lo cual es muy parecido a lo que Nimrod se propuso hacer al construir la torre de Babel. Cuán imposible e inútil es combatir a Dios, sin embargo, la bestia y sus seguidores están tan engañados que intentan llevar a cabo lo ridículo. El resultado está claro. Y tal como Dios lo estableció aproximadamente dos mil años antes del suceso, la bestia y el falso profeta son echados vivos al lago de fuego, juntamente con los engañados—todos los que recibieron la marca de la bestia. Yo no puedo más que recordar los acontecimientos que tuvieron lugar durante la caída de la Alemania Nazi, cuando se supo que Adolfo Hitler se había suicidado. Muchas personas de la élite joven del país, también Apocalipsis 251 se suicidaron. ¿Por qué? Todas sus aspiraciones habían quedado destruidas por haber confiado en un hombre que era un monstruo. Por lo tanto, tengo la certeza de que éste será el fin de todos los que siguen a la bestia, cuando descubran que ha sido arrojada al lago de fuego. Quedarán completamente desmoralizados. Pero lo que será infinitamente peor para ellos, es que serán condenados al lago de fuego que arde con azufre, como hemos visto en el capítulo 14:9-10. En el capítulo 19:21, leemos que el remanente de los ejércitos, morirá por la espada que sale de la boca del Señor. 252 Apocalipsis Apocalipsis 253 Parte 4 Apocalipsis Capítulo 20 EL MILENIO 254 Apocalipsis Apocalipsis 255 Parte 4 20:1-15 EL MILENIO En la Parte IV contemplaremos el milenio. Este es el período de mil años que comienza inmediatamente después de la segunda venida del Señor. Los judíos serán restaurados a la tierra en este tiempo, y Cristo reinará desde su trono en Jerusalén. David será el príncipe de Israel (bajo Cristo), y los santos vencedores de Dios que han calificado, gobernarán y reinarán con su amado Señor. El juicio de Satanás 20:1-3 - “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; Y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y despues de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”. 256 Apocalipsis De nuevo, vemos que los ángeles, mensajeros del Señor que ejecutan su voluntad, son usados aquí con el objeto de atar a Satanás. Es importante observar que es el Señor mismo, el que tiene las llaves del infierno, como lo leemos en Apocalipsis 1:18: “Yo soy el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. Este ángel es simplemente su emisario. De manera que Satanás es atado por mil años, ya que al final del reino milenial de Cristo sobre la tierra, se necesita que Satanás engañe nuevamente a las naciones impías. Vemos, entonces, dos verdades muy importantes aquí. Primero que todo, habrá rebelión en el milenio—un hecho que se recalca en Zacarías 14:16-19: “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos”. Asimismo, Dios pone a Satanás completamente bajo control. Él es usado por Dios para realizar sus propósitos eternos. Tan Apocalipsis 257 pronto como el propósito ha concluido, Satanás, como vemos en el versículo 10, será echado en el lago de fuego juntamente con la bestia y el falso profeta. Es así que en el transcurso del reinado milenial de Cristo sobre la tierra, no habrá más actividad demoníaca, pero el pecado original sí estará presente a causa de la naturaleza adámica dentro del hombre. 20:4-6 - “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. La primera resurrección Hay dos resurrecciones específicas: 1. La resurrección que tiene lugar en la segunda venida de Cristo. 2. La resurrección general que tiene lugar después del reinado milenial de Cristo sobre la tierra. 258 Apocalipsis No todos los cristianos tendrán parte en la primera resurrección. Esta es solamente para los santos vencedores que resucitarán y recibirán sus cuerpos glorificados para vivir y reinar con el Señor durante su reinado milenial sobre la tierra. Esto se esclarece muy bien en la palabra de Dios. El apóstol Pablo dijo en Filipenses 3:10-11: “A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos”. El deseo y meta de Pablo era calificar para la primera resurrección, la cual se menciona en Apocalipsis 20:5-6. Esta palabra “resurrección” que Pablo usa en Filipenses 3:11 es en griego una palabra compuesta que se emplea solamente aquí, y cuyo significado es resurrección de entre los muertos. Esto sugiere que en esta ocasión sólo resucitarán algunos muertos, no todos. Pablo deseaba estar en este grupo especial y selecto de “gente llamada de entre los muertos”. Obviamente, si se pudiera suponer que basta con ser creyente para resucitar automáticamente en esta ocasión, Pablo jamás se hubiera esforzado ni hubiera anhelado calificar para estar en este grupo. Por lo tanto, sólo un grupo selecto de creyentes que son santos resucitarán en este momento. Ellos recibirán cuerpos glorificados y gobernarán y reinarán con Cristo durante su reinado milenial. Ellos serán reyes y sacerdotes que enseñarán a las naciones los Apocalipsis 259 estatutos de Dios. El resto de los salvos y de los perdidos, no resucitará sino hasta después del reinado milenial del Señor, cuando todos comparezcan ante Él para dar cuenta de sus vidas (Ap. 20:12-15). Los requisitos de la primera resurrección pueden ser establecidos brevemente de la siguiente manera: 1. Experimentando Filipenses 3:10-11, que incluye: a. Conocer a Dios en forma íntima b. Conocer el poder de su resurrección c. Conocer la participación de sus padecimientos d. Llegar a ser semejantes a Él en su muerte 2. Los que son decapitados por su testimonio, habiendo rechazado la marca de la bestia, tienen parte en la primera resurrección. 3. También están incluidos los que son benditos y santos, lo cual significa que han sido contados por dignos de recibir la abundancia de la gracia y el don de la justicia, como lo dice Romanos 5:17, y que son santos en todo el sentido de la palabra. La última gran batalla 20:7-10 - “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que 260 Apocalipsis están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tiera, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaba la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Satanás será puesto en libertad por un corto tiempo, después de mil años, y saldrá a engañar a Gog y a Magog, que son (como nos lo indica Josefo en su libro Antigüedades de los Judíos) los nietos de Noé de la descendencia de Jafet, quienes habitaban en el área que los griegos denominan Galacia. Los griegos llaman descendientes de Magog a los escitas. Los dos se encuentran situados en lo que hoy sería el país de Turquía. El profeta Ezequiel se expresó elocuentemente contra estos dos países, como lo vemos en Ezequiel 39:2-7: “Y te quebrantaré, y te conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes de Israel; y sacaré tu arco de tu mano izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano derecha. Sobre los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos que fueron contigo; a aves de rapiña de toda especie, y a las fieras del campo, te he dado por comida. Sobre la faz del campo caerás; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. Y enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en las costas; y sabrán que yo soy Jehova”. Apocalipsis 261 Ezequiel 39:2-7 revela que Gog y Magog estarán entre los principales adversarios de Israel antes de la segunda venida. Luego, al final del milenio, como se ve en Apocalipsis 20:7-10, nuevamente serán engañados por Satanás para que se levanten contra la ciudad amada, Jerusalén. Otra vez serán destruidos, y ahora, a perpetuidad. Como ya lo hemos mencionado, Satanás será confinado para siempre al lago de fuego, una vez que su utilidad para Dios haya terminado. El juicio del gran trono blanco 20:11-15 “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Este será el acontecimiento más impresionante en los anales de la historia de la humanidad, cuando toda persona comparezca ante el trono de Dios. Este es el momento en que se aplicará a 262 Apocalipsis todos la justicia verdadera. La cara del juicio es tan austera que la tierra y el cielo huyen de aquel que está en el trono. Nos será útil, para entender esta verdad, reflexionar sobre algunos versículos que tratan sobre la gran responsabilidad que tenemos de nuestras acciones, palabras y desempeño en esta vida. • 1 Corintios 3:13: “La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”. • 2 Corintios 5:10-11: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias”. • Gálatas 6:7: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. • Mateo 5:19-20: “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera Apocalipsis 263 que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. • Mateo 12:36-37: “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. • Romanos 2:5-13,16: “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverado en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán 264 Apocalipsis juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”. Luego, se lleva un libro en el que todos nuestros hechos y pensamientos quedan registrados. Seremos juzgados de conformidad. Que Dios nos conceda recibir la gracia para vivir el resto de nuestras vidas teniendo en cuenta el tribunal de Dios, y nos especialicemos en el amor y en la sabiduría. La pregunta más importante es esta: ¿Está escrito nuestro nombre en el Libro de la Vida? De no estarlo, seremos echados en el lago de fuego juntamente con todos los condenados que están en el infierno. Esta es la muerte segunda. Apocalipsis 265 Parte 5 Apocalipsis Capítulos 21-22 CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA 266 Apocalipsis Apocalipsis 267 Parte 5 21:1 - 22:21 CIELONUEVOYTIERRANUEVA 21:1-3 - “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”. Vemos en esta porción de la Escritura que la dispensación de esta creación pasará después del milenio. Y, como lo expresa el Señor en el versículo cinco: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”, las cosas anteriores pasaron, como lo describe Isaías 65:17-18: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo”. (Ver también 2 Pedro 3:12-14). 268 Apocalipsis Se nos presenta aquí la Jerusalén Celestial, adornada como una esposa preparada para su marido. El propósito de la Jerusalén Celestial es ser la habitación del Señor. Es el tabernáculo o la morada de Dios, así como nosotros somos los templos del Dios viviente (2 Co. 6:16). 21:4-5 - “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte; ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aqui, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas”. Nuevamente se nos da la seguridad de que el Señor enjugará todas nuestras lágrimas, refiriéndose a los pesares anteriores de esta vida, porque todas las cosas pasaron y no serán recordadas nunca más ni entrarán en nuestras mentes. Este es uno de los atributos más bondadosos de la Deidad: Dios se olvida. Y nosotros, también, seremos capaces de olvidar todas las angustias de esta dispensación presente. 21:6 - “Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”. Uno de los títulos del Señor es el Alfa y la Omega, cuyo significado es que lo que Él comienza, indefectiblemente lo acabará. Por lo tanto, tenemos el privilegio de contemplar, por medio de la revelación que le fue comunicada a Juan el Amado, aquello que el Señor determinó desde antes de la fundación del mundo. Apocalipsis 269 1 Corintios 15:24-26 dice: “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia” Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. Nosotros podremos beber abundantemente de la fuente del agua de la vida. Y, tal como lo dijo Él en Juan 10:10: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. 21:7 - “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. Ahora vienen las promesas para los vencedores. Permítasenos decir, a este nivel de nuestro estudio, que es de suma importancia darnos cuenta de que todas las promesas de Dios son exclusivamente para los vencedores. Esto es verdad con respecto a los mensajes a las siete iglesias. Esas promesas también se aplican sólo a los vencedores. Por consiguiente, por la gracia de Dios, debemos pedir gracia para tener victoria sobre la carne, el mundo y el diablo, y para ser como aquellos del capítulo 12:11, quienes menospreciaron sus vidas hasta la muerte. El Señor les dice a los vencedores que Él será su Dios y que ellos serán sus hijos. 21:8 - “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Ahora, hay una 270 Apocalipsis lista de ocho categorias de inicuos que tendrán su parte en el lago de fuego, que es la muerte segunda. 1. Los cobardes son los que juzgan a Dios como indigno de su confianza. Se niegan a ejercitar la fe, pero se apoyan en el brazo de la carne como su ayuda. Se avergüenzan de Cristo y temen a lo que familiares y amigos pudieran pensar de ellos si se identificaran con Cristo. Los cobardes evaden seguir a Cristo, especialmente en los últimos días en que podría significarles pérdida de dinero, y aun de la vida. 2. Los incrédulos son los que dudan de lo que Dios ha dicho. Se niegan a creer en sus promesas y en su palabra. Hebreos 11:6 nos dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Los incrédulos son los que dudan hasta de la existencia de Dios. Como resultado, perecerán. 3. Los abominables son los inmundos. Esta palabra se usa en Tito 1:16 hablando de creyentes que profesan conocer a Dios pero lo niegan con sus hechos, siendo contradictorios en sus costumbres, de tal manera que sus obras no corresponden a la vida de un cristiano. 4. Los homicidas son los que quebrantan el sexto mandamiento “No matarás”, y aunque parezca asombroso, los que cometen el pecado de aborto también cometen Apocalipsis 271 homicidio y no se les dará entrada en el reino de los cielos si no se arrepienten. 5. Los fornicarios son aquellos que fornican por costumbre, cometiendo toda clase de impureza sexual, como la homosexualidad y el lesbianismo. Ellos pasarán la eternidad en el infierno. 6. Los hechiceros son los que practican y consienten en que se practique la hechichería en sus diversas formas. (Los celos y la rebeldía son como el pecado de hechicería porque conducen a ella—recuerde al rey Saúl). 7. Los idólatras son los que rinden culto a ídolos, ya sea tangibles (en forma de otros dioses), o intangibles (los que adoran a personas y tienen otros objetos de afecto, en vez de Dios). 8. Los mentirosos son los que no aman la verdad y no hablan la verdad, como lo declara Pablo en 2 Tesalonicenses 2:10: “Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”. Aunque podríamos sin demora descartar a este grupo, aduciendo que no es cristiano, creemos que un estudio más profundo tendería a tomarlo por aquellos miembros de la iglesia que caen en la categoría descrita en Proverbios 5:12-14: “Y Apocalipsis 272 digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, y mi corazón menospreció la reprensión; no oí la voz de los que me instruían, y a los que me enseñaban no incliné mi oído! Casi en todo mal he estado, en medio de la sociedad y de la congregación”. Otro pasaje que apoyaría el argumento de que esta es una seria advertencia para los cristianos descarriados de la fe, sería 1 Corintios 6:9-10, en donde Pablo dice: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”. Este es un llamado de alerta para los creyentes, y también para los no redimidos, a no dejarse engañar. Andemos en una verdadera libertad y no nos enredemos con las obras de la carne. La esposa del Cordero 21:9 - “Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero”. Es interesante que los siete ángeles que son usados por Dios para administrar las últimas siete plagas, tienen el privilegio de revelar a las dos mujeres: El Misterio de la Babilonia o iglesia falsa, y la iglesia verdadera o esposa del Cordero (la Jerusalén Celestial). Compare el capítulo 17:1 con 21:9. Ellos muestran los juicios Apocalipsis 273 de Dios sobre los justos y los injustos, de manera que todos tiemblen y teman. 21:10 - “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios”. Este monte es, por supuesto, el monte de Sion celestial, aludido por Pablo en Hebreos 12:22: “Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles”. Ver también Apocalipsis 14:1-5 para la cima del monte. Sion es el monte del Señor, mencionado por David en el Salmo 15:1, con estas palabras: “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?” Entonces siguen los requisitos: el que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón (Sal. 15:2-5). Es sobre el monte de Sion que la Jerusalén celestial está edificada, y ella descenderá del cielo a la nueva tierra. 21:11 - “Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal”. La gloria de Dios se manifiesta como una luz brillante, pero también a través de la bondad de Dios. Cuando Moisés le imploraba al Señor que le mostrara su gloria, el Señor le respondió: “Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para Apocalipsis 274 con el que seré clemente” (Ex. 33:19). Por lo tanto, la gloria de Dios es también la manifestación de su benevolencia, gracia y misericordia. Y realmente, toda la creación y todos los sucesos a partir de ella, son sencilla y únicamente la expresión de su bondad. La piedra de jaspe es de varios colores, pero esta variedad específica es clara como el cristal. Esto nos habla de una piedra sin distorsión, a través de la cual se hace perfectamente patente la gloria de Dios y sus atributos. Esta pureza de intenciones y motivos, es la obra que el Señor procura forjar en nuestras vidas al triturarnos y quebrantarnos (como lo declara Job 41:25: “Y a causa de su desfallecimiento hacen por purificarse”). Estos quebrantamientos de Dios nos purifican de toda corrupción de carne, del mundo y del diablo, para que por su gracia, el Señor Jesús pueda ser visto en nosotros y a través de nosotros, con mayor perfección. El muro y las puertas de la ciudad 21:12-14 - “Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero”. Apocalipsis 275 En esta bellísima descripción de la Jerusalén celestial, vemos que es una composición del Israel terrenal y de la Iglesia. Pablo dijo en Efesios 2:13-20: “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Las doce tribus son las que se encuentran enumeradas en el capítulo 7 y no las tribus originales, ya que Dan ha sido excluido y reemplazado por Manasés. Asimismo, los cimientos no serán los doce apóstoles originales, porque Judas perdió su obispado, como lo registra el Salmo 109:8, y fue substituido por Matías, según Hechos 1:20-26. La disposición de las puertas, tres de cada lado, es congruente con el orden del campamento en Números 2. A este nivel, 276 Apocalipsis declaremos simplemente que así como en el Salmo 122:3-5, las tribus ascendían, tribu por tribu, a la antigua Jerusalén, así también entrarán las tribus en la Nueva Jerusalén por su propia puerta. Por lo tanto, parecería que todos los santos tuvieran sus propias tribus espirituales y entraran por sus respectivas puertas. Por esta razón, creemos que el Señor puede mostrarnos nuestra tribu, de acuerdo con su voluntad. Esta revelación de nuestra tribu espiritual nos ayudará a entender algo del propósito particular del Señor para nuestras vidas, al compararla con las profecías que Jacob (Gn. 49) y Moisés (Dt. 33) les dieron a las tribus. Nuestra tribu espiritual revela nuestro llamamiento, promesas y ministerio. Las medidas de la ciudad y del muro 21:15-17 - “El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel”. Las medidas de la ciudad y del muro revelan el propósito y el ministerio de la Jerusalén Celestial. Siendo múltiplos de 12, que Apocalipsis 277 es el número de gobierno, revelan el destino de la ciudad celestial, el cual es gobernar juntamente con su glorioso Señor y esposo por todas las edades venideras. La ciudad es cuadrada, lo cual indica que es un reinado universal y completo. Tiene 12,000 estadios. En nuestro moderno sistema de medición, sería 1,500 millas al cubo. La base de un cubo de este tamaño, en los Estados Unidos, se extendería desde la frontera de Canadá hasta la de México, y desde la Costa del Pacífico hasta Minneapolis-St. Paul, Minnesota, aproximadamente. En cuanto a extensión, la ciudad tendría alrededor de la mitad del territorio de los Estados Unidos. Esto sirve para ilustrar otra verdad—un creyente podría estar en el cielo y aun así no estar en la Nueva Jerusalén. Esto se esclarece cuando vemos en el versículo 24 que hay naciones que llegan a la Nueva Jerusalén, pero que no son parte de ella. Obviamente, la Nueva Jerusalén estará en el centro de la nueva tierra, así como la Jerusalén de hoy ocupa esa posición geográfica. Los cimientos del muro 21:18-20 - “El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio. Y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el Apocalipsis 278 quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista”. Cuando mi esposa y yo estuvimos en Africa, tuvimos el privilegio de estar en la refinería Rand viendo el proceso de extracción del oro de una mina. El oro que tiene un 88% de pureza se valora como de calidad inferior. Entonces, es sometido a la temperatura extrema de 1100 grados centígrados para elevarlo a un grado de pureza de 99.996%. (A propósito, la última aleación que se le quita al oro es la plata). En asuntos espirituales, es el Señor quien se sienta como refinador. Leemos en Malaquías 3:2-3: “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia”. El Señor tendrá una esposa sin mancha. “A fin de presentarse a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Ef. 5:27). La Ciudad Santa es como el vidrio, sin distorsión, refleja perfectamente la imagen de su Esposo Celestial. Los doce cimientos Estas doce piedras de los cimientos representan los doce apóstoles (ver versículo 14) y por consiguiente, son diferentes Apocalipsis 279 de las piedras que se mencionan en el pectoral del Sumo Sacerdote, las cuales representan las doce tribus de Israel. En cuanto al orden de los apóstoles, ninguna instrucción nos es dada que permita aparejar las piedras de los cimientos con el apóstol correspondiente. Por lo cual, dondequiera que las Escrituras no nos hablen de un tema, nosotros nos contentaremos con guardar silencio. Las doce puertas 21:21 - “Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio”. La perla es un símbolo de sufrimiento porque es producida por la ostra a un alto costo: soportar una irritación extrema. Hace algún tiempo, mi esposa y yo estábamos en la iglesia de un pueblo universitario. Después del culto, se reunieron a nuestro alrededor estudiantes universitarios haciéndonos preguntas. Una de las interrogantes fue: “¿Por qué producen perlas algunas ostras y otras no? La respuesta que yo di fue algo así: “Es porque algunas ostras no recogen partículas extrañas, mientras que otras sí. Cada partícula extraña se convierte en un núcleo en torno al cual la ostra suelta su secreción”. Sin embargo, esta respuesta no fue suficiente para los estudiantes. La siguiente pregunta surgió: “¿Por qué recogen partículas extrañas algunas ostras, y otras no?” Yo dije: “¡No sé!” La noche estaba avanzada, pero un estudiante emprendedor 280 Apocalipsis sugirió llamar por teléfono al profesor de Biología Marina, y de la manera más amable, él dio la respuesta. Cuando las ostras se mueven y buscan continuar, revuelven las partículas extrañas del fondo del mar o del río, las cuales se infiltran en la cobertura de la ostra. Una ostra reposada en el fondo del agua, difícilmente agita las partículas extrañas. Por eso la que desea proseguir es la que producirá la perla. Así sucede con los cristianos. Los que quieren permanecer en este o en aquel nivel, casi nunca tienen opresiones ni sufrimientos. Pero los que siempre buscan avanzar en su caminata espiritual, deseando ser conformados más y más a la imagen del Señor, son los que experimentan la participación de sus padecimientos. A éstos se refiere Pablo cuando dice que “a través de muchas tribulaciones entran en el reino de Dios” (Hch. 14:22). Ellos son los que están calificando para estar en el grupo llamado la esposa de Cristo. Es condicional—si sufrimos con Él, reinaremos con Él. “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Ro. 8:17). “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él” (Fil. 1:29). “Si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (2 Ti. 2:12). “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Ti. 3:12). Apocalipsis 281 Entonces, podríamos concluir que las puertas de perlas de la ciudad santa se abren para aquellos que conocen la participación de los padecimientos de Cristo (Fil. 3:10). Él es el Salvador sufriente, por lo tanto, su esposa debe participar de los mismos sufrimientos. “La calle de la ciudad era de oro puro”. El oro nos habla de divinidad, y también de la esposa que participa de la naturaleza divina que mana de su Esposo Celestial. 2 Pedro 1:4 dice: “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. Nuestra naturaleza debe ser purificada de toda aleación de la carne, del mundo y del diablo. Esto solamente puede alcanzarse probando nuestra fe con fuego. Pedro también expresó: “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 P. 1:7). 21:22 - “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero”. Aunque hemos sido claramente informados de que hay un templo ahora en el cielo (capítulo 15:5,8), en los cielos nuevos y en la tierra nueva no hay necesidad de este templo. La razón es que los 282 Apocalipsis santos de la Jerusalén Celestial están tan purificados, que el Señor puede morar con ellos sin que medie un templo. En consecuencia, a este punto en los anales del tiempo, el Señor ha consumado su más ardiente deseo, expresado en Exodo 25:8: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”. Siempre ha sido el anhelo del Señor morar directa e íntimamente con el hombre. Por la santidad que hay en Él y por la iniquidad que hay en nosotros, su deseo no puede cumplirse totalmente, sino hasta que haya cielos nuevos y tierra nueva. 21:23 - “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”. Tampoco el sol y la luna son necesarios ahora, porque la gloria del Señor puede ser manifestada y soportada directamente por el hombre. Hasta este momento, nos ha limitado nuestra propia naturaleza pecadora. Y en una condición como la nuestra estuvieron aun los varones más santos que han vivido en la tierra dentro de este tabernáculo de carne. Así lo describe Daniel en Dn.10:59: “Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la Apocalipsis 283 vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra”. Las naciones de la tierra nueva 21:24-26 - “Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella”. Muchas veces, al hacer un estudio de escatología y de los juicios de los últimos días, pasamos por alto la declaración del Señor en Mateo 25:31-33: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda”. Por consiguiente, los que están a su derecha heredarán el reino preparado para ellos desde antes de la fundación del mundo. Pero después dijo en Mateo 25:41,46: “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles... E irán éstos al castigo Apocalipsis 284 eterno, y los justos a la vida eterna”. Podemos distinguir cuáles son las naciones que recibirán reconocimiento en la tierra nueva, por el trato dado por ellas a los que están en desgracia. Debemos procurar influir en nuestros gobiernos, para que recuerden esta terrible verdad y promulguen leyes que socorran a los necesitados. Ahora, de nuevo, se nos hace una seria advertencia en cuanto al destino de los malvados. 21:27 - “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”. Una verdad que se repite a lo largo de las Sagradas Escrituras, es que el fin de los malos consiste en que se les negará acceso a la suprema felicidad y bienaventuranza de los redimidos. Además, debemos asegurarnos de que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida del Cordero. Para que nuestros nombres no sean borrados, no debemos tratar con negligencia la salvación del Señor. Recordemos que sólo los que perseveran hasta el fin serán salvos. CAPITULO VEINTIDÓS El río limpio de agua de vida 22:1-2 - “Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y Apocalipsis 285 otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”. Esto se asemeja a las aguas que fluyen del templo milenial descrito en Ezequiel 47, las cuales darán vida y sanidad a los que estén en el reino de Cristo sobre la tierra, inmediatamente después de su segunda venida. En la tierra nueva, esta agua de vida fluye del trono mismo de Dios. Hay una calle principal en la ciudad de la Nueva Jerusalén, la cual está a los dos lados de este río. Los árboles de vida, que crecen junto al río, dan doce clases de frutos, una para cada mes. Por lo tanto, sabemos que el tiempo se medirá de la misma manera que hoy, en ciclos mensuales. Cada mes tendrá su fruto específico, y las hojas de los árboles serán para la sanidad de las naciones. Entonces, habrá sanidad natural para cualquier cosa que nos aqueje durante esta eternidad de deleite en la tierra nueva. 22:3-5 - “Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos”. 286 Apocalipsis En la tierra nueva será finalmente quitada la maldición que le fue impuesta a la creación por causa del pecado de Adán. En la tierra nueva, debido a la naturaleza perfeccionada de sus habitantes, no habrá maldición. Los siervos de Dios podrán contemplarle, y por ello serán como Él (1 Jn. 3:2). Y el nombre de Dios estará en sus frentes, porque estarán haciendo sólo su voluntad. No habrá noche en la tierra nueva, porque no habrá maldad. La noche y la maldad son sinónimos (ref. 1 Tes. 5:5-7). El Señor Dios será su luz. Al igual que su Señor, ellos no se adormecerán ni dormirán (Sal. 121:4). Además, sus siervos reinarán a perpetuidad como reyes y sacerdotes. Todo el propósito de la creación fue producir una clase de siervos que amara y adorara a Dios; siervos que simplemente desearan contemplar a su amado Señor y se volvieran más y más como Él. 22:6 - “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”. Esta declaración corrobora lo expresado en Apocalipsis 1:1, que el Señor envió su ángel personal a Juan, para mostrarle lo que acontecería en el transcurso de las siguientes generaciones y dispensaciones de los propósitos de Dios para la humanidad, que culmina con la bienaventuranza de cielos nuevos y tierra nueva. Apocalipsis 287 Ciertamente, era de esto que los apóstoles tenían hambre y sed. 2 Pedro 3:13-14 dice: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”. La Sexta Bienaventuranza 22:7 - “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”. Y de nuevo, se declara la esperanza del regreso cercano de nuestro glorioso Señor. ¡Pero cuán importante es guardar los dichos y amonestaciones de este libro! Esta es una advertencia que se repite una y otra vez en los siguientes versículos. 22:8 - “Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas”. Sobrecogido por el éxtasis de estas revelaciones, Juan se postra otra vez a los pies del mensajero del Señor, como lo hizo en el capítulo 19:10. Pero el mensajero del Señor le responde en el siguiente versículo: 22:9 - “Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. Los ángeles verdaderos no aceptan ser adorados; todos ellos desvían la 288 Apocalipsis alabanza y la adoración hacia el Señor, quien es el único digno. Es significativo que el ángel continúe diciendo que se guarden las palabras de este libro. Luego vemos una instrucción que hace que este libro difiera de Daniel, su libro hermano que se encuentra en el Antiguo Testamento. 22:10 - “Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca”. El libro de Apocalipsis ha tenido vigencia desde los comienzos de la era de la iglesia hasta ahora. Esto se debe a que contiene mensajes de consuelo para todos aquellos que han sufrido persecuciones y pruebas, desde el principio de la era de la iglesia hasta el fin de esta dispensación. Sin embargo, el libro de Daniel se cerró con el mandato de un ángel, en Daniel 12:4: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”. El libro de Daniel fue sellado en los días de Daniel, pero ahora, por el contrario, está siendo abierto por el Espíritu Santo, porque su mensaje tiene mucha validez para la iglesia de estos últimos días. Ahora llegamos a uno de los versículos más impresionantes de la palabra de Dios. 22:11 - “ El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía”. Esta es una porción de la escritura que se hizo muy real para mí Apocalipsis 289 en lo personal, mediante una visión. En esta visión, vi un río de luz que era intensamente puro y que se extendía ante mí. Este era el camino de justicia, como lo define Proverbios 4:18: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”. Sin embargo, este río de luz se dividía en dos ríos de luz, uno corría hacia la derecha y el otro hacia la izquierda. El que iba hacia la derecha parecía tener una pureza tan perfecta como la del otro, pero según avanzaba, vi que su luz comenzaba a disminuir y a volverse gris. Luego sus aguas se volvieron cada vez más oscuras. Yo podía ver muchas criaturas inmundas en las aguas. Al final, fluyó hacia un bosque oscuro, y luego hacia el abismo. El de la izquierda fluyó siempre hacia arriba, hasta encontrar su fin en el monte de Sion, la Jerusalén Celestial. Allí fluía hacia la diestra del Señor de la Gloria, el Señor Jesucristo. Entonces, el Señor me dijo muy claramente que su iglesia se dividiría en estos últimos días. El Señor me dijo que habría un factor que dividiría a la iglesia: el asunto del divorcio y nuevo matrimonio (que ya está ocurriendo hoy). Los que defienden esta impureza se desviarán hacia el río de la derecha, y su trayectoria se volverá cada vez más oscura cuando sean más y más transigentes con otros problemas que surgirán en estos días finales. Se vuelve aterrador este versículo cuando nos ponemos a pensar que está dirigido a los santos. A los que han escogido el camino 290 Apocalipsis de los injustos y de los inmundos, se les dice que permanecerán en esa ruta. No habrá regreso para tomar las sendas de los justos. Los justos se harán todavía más justos, y permanecerán en el camino de la justicia. El Señor los hará andar por sus sendas, como lo prometió en Ezequiel 36:27: “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”. Los que han preferido fluir en la corriente de los justos, recibirán gracia adicional para proseguir hacia la vida de santidad. Hay una marcada diferencia entre una persona justa y una persona santa. El patriarca Lot es un ejemplo de ello. El apóstol Pedro declara que Lot fue un hombre justo (2 P. 2:7-8). Pero no se le hubiera podido calificar de santo, porque sus deseos estaban gobernados por las cosas de este mundo, lo cual no sucede con una persona santa. Daniel ejemplifica a una pesona santa, habiéndose negado a las tentaciones mundanas, para seguir al Señor completamente y sin reservas. Sea él nuestro ejemplo. A continuación de este versículo están otros que completan y dan vigor a este mensaje. 22:12 - “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según su obra”. Observamos de nuevo la grave advertencia de que seremos recompensados según nuestras obras. Juntamente con Apocalipsis 20:13, este es un recordatorio de que cada quien será juzgado conforme a lo que ha obrado. Apocalipsis 291 Asimismo, Pablo nos recuerda en 1 Ti. 5:24-25: “Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo, se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas”. Así como el Señor mismo lo declaró, en Marcos 4:22: “Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz”. 22:13 - “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”. Ahora el Señor nos recuerda el hecho de que Él, siendo el Alfa y la Omega, no sólo comienza, sino también termina lo que se ha propuesto. El libro de Apocalipsis revela el fin de las obras de Dios que fueron dispuestas desde antes de la fundación del mundo. Además, nosotros, personalmente, tenemos esta confianza que expresa el apóstol Pablo en Filipenses 1:6: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. La séptima bienaventuranza 22:14 - “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad”. Ahora, la séptima bienaventuranza establece claramente que ser bendecidos por el Señor, depende de que guardemos sus mandamientos. Al hacerlo, tendremos derecho al árbol de la vida, tal como lo expresa el versículo 2. Apocalipsis 292 22:15 - “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira”. Aquí también está la afirmación tan importante de que aquellos, y sólo aquellos, que guardan sus mandamientos, tendrán el derecho eterno de entrar por las puertas de la ciudad. Por el contrario, los cristianos que no guarden sus mandamientos y enten desnudos a la vida eterna, como dicho en 2 Corintios 5:3, no tendrán el privilegio de ingresar por esas doce puertas. Los que están fuera del reino son: 1. Los homosexuales - un perro es un varón que se prostituye 2. Los hechiceros - aquellos que son canales para que los espíritus demoníacos obren toda clase de perversidad. 3. Los fornicarios - los que son sexualmente inmundos 4. Los homicidas - los que son responsables de quitarle la vida a otros 5. Los idólatras - los que rinden culto a ídolos 6. Los que aman y hacen mentira - los que en el corazón no tienen amor por la verdad. No sólo mienten, sino que disfrutan mintiendo. 22:16 - “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de Apocalipsis 293 David, la estrella resplandeciente de la mañana”. Ahora el Señor mismo, dirigiéndose a Juan, declara enfáticamente que Él ha enviado su ángel para testificar de estas cosas en las iglesias. Esto nos garantiza aún más que estos acontecimientos futuros son de suma importancia para las iglesias, y que este libro de Apocalipsis debe ser enseñado con toda diligencia en nuestro tiempo, porque ya se acerca el día de su aparición. Las enseñanzas sobre su segunda venida suscitan esperanza y santidad en todas las personas que abrazan estas gloriosas verdades, las cuales, por su gracia, nos preparan para ser parte de la esposa sin mancha ni arruga. También es digno de observar que el Señor hace hincapié en que Él es la raíz y el linaje de David. Al hacerlo, establece sus derechos mesiánicos al trono de Judá y se manifiesta como el verdadero rey de Israel. Jesús es también la estrella resplandeciente de la mañana, la que proclama el amanecer del nuevo día. 22:17 - “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. La Esposa está unida por completo al glorioso Espíritu Santo, como se ilustra en el libro de los Hechos, en donde los apóstoles pudieron decir: “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros” (Hechos 15:28). Necesitamos conocer la bendita persona del Espíritu Santo de una manera más íntima. 294 Apocalipsis “Y el que oye, diga: Ven”. Los que verdaderamente oyen, recogen el mensaje y repiten a otros el sagrado llamamiento. “Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Esta invitación es muy parecida a la que el Señor Jesús hace en Juan 7:37, en el último día de la fiesta de los tabernáculos: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Seguidamente, el Señor Jesús hace una advertencia muy solemne: 22:18-19 - “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”. Observe el contraste que hay en este libro bendito. En Apocalipsis 1:3 se pronuncia una bendición para los que leen u oyen lo expresado en este libro; pero ahora se pronuncia una maldición para todo aquel que le añada o quite palabras en cualquier forma. ¿No nos sugiere solamente esto, la importancia y valor que el Señor le da a las cosas escritas aquí? 22:20 - “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”. El libro se cierra con las palabras del Señor, quien da fe de estas mismas cosas. Apocalipsis 295 22:21 - “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén”. En seguida, el apóstol se despide y bendice a los destinatarios de este libro. Que el Señor nos conceda ser de esas personas que meditan con frecuencia y, sobre todo, que obedecen los mandamientos contenidos en este libro tan bendecido entre todos los demás. Amén y Amén. Apocalipsis 296 EPÍLOGO Habiendo concluido el breve estudio de este glorioso libro, ofrecemos a usted un cuadro aproximado de acontecimientos, tal como aparecen registrados en el Apocalipsis. Están los juicios en tres episodios, que son los siete sellos, seguidos por las siete trompetas, culminando con las siete últimas plagas o copas de su ira. Luego, igualando a éstos en orden secuencial, están los dos testigos; la manifestación del Anticristo en toda su plenitud; la cena de las bodas del Cordero; y la batalla de Armagedón, en la que el Señor aparecerá en su gloria para derrotar a Satanás, el Anticristo y el falso profeta. Después de esto, tendrá lugar el reinado milenial de Cristo sobre la tierra, seguido de los cielos nuevos y la tierra nueva. Confiamos y oramos que este estudio haya sido una bendición para usted, ayudándole a tener una percepción más clara de los sucesos de los últimos tiempos. ¡Que el Señor le bendiga abundantemente! Apocalipsis 297 Apéndice El Misterio de la Babilonia (Roma) y la ciudad reconstruida de Babilonia Apéndice por Rev. Brian D. Alarid Razones para la reconstrucción de la antigua ciudad de Babilonia en los últimos días 1. La Antigua Babilonia nunca fue destruida en un momento, como estaba profetizado en Jeremías 51:8: “En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane”. Isaías 13:19 compara la destrucción final de Babilonia con la destrucción de Sodoma y Gomorra: “Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios”. Babilonia cayó ante el ejército de Darío, comandado por Ciro en el año 539 A.C., prácticamente sin pelear. Belsasar y el ejército de Babilonia, en un estupor de embriaguez, fueron totalmente tomados por sorpresa. A pesar de que los medos y los persas capturaron a Babilonia en el año 539 A.C. y se apoderaron de la ciudad en un solo día, no destruyeron totalmente a Babilonia. Su ruina no ocurrió sino 298 Apocalipsis hasta mucho tiempo después en el correr de la historia. Fue abatida por etapas, en el transcurso de años. Babilonia se debilitó gradualmente. 2. La Babilonia física descrita por Jeremías en el capítulo 51, es muy parecida a la que nos ofrece Juan en Apocalipsis 18. 3. Se dice que Babilonia será destruida en el día del Señor, que es un término del Antiguo Testamento que denota tribulación y juicios de los días postreros. Isaías 13:6 dice: “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso”. 4. De acuerdo con Isaías 14, Israel entrará en el reposo de Dios después de que Babilonia sea destruida. En vista de que esto aún no ha sucedido, este acontecimiento tendrá lugar en el futuro. 5. Los descubrimientos arqueológicos han demostrado que los ladrillos y las piedras de la Babilonia antigua han sido reutilizados con fines de construcción. Esto es contrario a la profecía de Jeremías 51:26: “Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jehová”. 6. La visión de la mujer en el efa de Zacarías 5:5-11 indica que la maldad y el comercio regresan a Babilonia. “Y salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora Apocalipsis 299 tus ojos, y mira qué es esto que sale. Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Este es un efa que sale. Además dijo: Esta es la iniquidad de ellos en toda la tierra. Y he aquí, levantaron la tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel efa. Y él dijo: Esta es la Maldad; y la echó dentro del efa, y echó la masa de plomo en la boca del efa. Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y los cielos. Dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan el efa? Y él me respondió: Para que le sea edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base”. Esto fue dicho diecinueve años después de la caída de Babilonia. Babilonia fue vencida por los medos y los persas en el año 539 A.C., y esta profecía de algo venidero fue dada por Zacarías en el año 520 A. C., en el segundo año de Darío (ref. 1:7). 7. La descripción hecha en Apocalipsis 18 de la caída de Babilonia, se entiende mejor si se toma literalmente. LAS DOS BABILONIAS DE APOCALIPSIS 17 Y 18 Apocalipsis 17 obviamente se está refiriendo a Roma y a su falso sistema religioso—la iglesia católica romana. Tal ha sido la interpretación aceptada sobre “el Misterio de la Babilonia” a través de los siglos. Esta fue la opinión que tuvieron en el 300 Apocalipsis transcurso de los años, los reformistas Jerónimo y Agustín, y los maestros de la Biblia más conservadores. La Babilonia del capítulo 17 es aludida como “el Misterio de la Babilonia” y como “la mujer sentada sobre la Bestia”. Apocalipsis 17:18 dice: “Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina [en tiempo presente, está reinando] sobre los reyes de la tierra”. La gran ciudad que reinaba en los días de Juan era Roma. Esto está claramente indicado. Sin embargo, Juan recibe después una revelación de otro ángel que desciende del cielo, en Apocalipsis 18:1. Aunque no había división de capítulos en el escrito original, esto marcó una visión nueva, otro ángel y otra revelación de una ciudad diferente a la referida en el capítulo 17. Esta ciudad ya no es llamada “el Misterio de la Babilonia” ni “la Babilonia Espiritual”, sino que se menciona muy llanamente como “la gran Babilonia” (18:2) y “Babilonia, la gran ciudad” (18:21). La palabra ciudad se empleó siete veces en cinco versículos de Apocalipsis 18, para describir a esta Babilonia. Es evidente que no se está refiriendo al sistema religioso. La palabra ciudad se empleó sólo una vez en el capítulo 17 para describir “el Misterio de la Babilonia”, la iglesia católica romana (17:18), y esto con el objeto de exponer su identidad. Algo que siempre debemos recordar acerca de la profecía bíblica, es que si bien es cierto que hay cumplimiento espiritual de muchas profecías del Antiguo Testamento, también debe ocurrir siempre, en lo natural, el cumplimiento físico de ellas. Apocalipsis 301 Son muchos los maestros de la Biblia que han errado al interpretar las Escrituras, porque no han aplicado este principio bíblico de hermenéutica. La interpretación natural de cualquier versículo no debe quedar espiritualizada. Esto es importante, por ejemplo, cuando consideramos el tempo que le fue mostrado a Ezequiel (capítulos 40-48). Aunque es cierto que la iglesia es el templo de Dios, debe haber también un cumplimiento físico de esta profecía cuando el Señor regrese. Porque bien podríamos razonar que Elías no vendrá en los días postreros porque ya vino en la persona de Juan el Bautista (Mt. 11:14; 17:10-13). Por eso, para evitar equivocarnos al interpretar las Escrituras, es mejor que sigamos la regla de que la profecía puede tener cumplimientos espirituales, pero necesariamente debe cumplirse en lo físico. Esta verdad es muy apropiada cuando hablamos de las profecías sobre Babilonia. En el Antiguo Testamento hubo muchas profecías dadas sobre Babilonia, las cuales no se cumplieron nunca. Aunque muchas de ellas todavía pueden tener cumplimiento en la Babilonia Espiritual (Roma), deben también cumplirse en lo físico. Apocalipsis 18 señala la ciudad de Babilonia, que debe, por consiguiente, ser reedificada en los últimos días, para ser juzgada y para que se realicen todas las profecías de su destrucción. Existen muchas semejanzas impresionantes entre Jeremías 50- 302 Apocalipsis 51 y Apocalipsis 18. Comparemos varias de ellas. Recordemos que los capítulos 50-51 de Jeremías se refieren a la ciudad física de Babilonia, que está situada sobre el Eufrates. Por lo cual, en muchas de estas comparaciones, veremos que Apocalipsis 18 necesariamente se refiere a la ciudad de Babilonia, y no a Roma. Sin embargo, usted encontrará que muchos versículos del capítulo 18 se aplican también a Roma. Esto, porque las Escrituras pueden tener doble aplicación y cumplimiento. Apocalipsis 303 COMPARACIONES ENTRE JEREMÍAS 50-51 y APOCALIPSIS 18 La Babilonia de Jeremías 50-51 La Babilonia de Apocalipsis 18 1. Babilonia será quemada con fuego 51:58 - “El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego...” 18:8 - “Y será quemada con fuego” 2. Los sistemas mercantiles serán destruidos 50:37 - “”Espada contra sus tesoros, y serán saqueados”. 18:11 - “Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías”. 18:15 - “Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando”. 3. Venganza 50:15 - “Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo”. 18:6 - “Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble”. Apocalipsis 304 4. El Señor que la juzgará es fuerte 50:34 - “El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia”. 18:8 - “...y será quemada con fuego”. 5. Los muertos de la tierra están en ella 51:49 - “Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra”. 18:24 - “Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra”. 6. Los inicuos lamentarán su destrucción 51:41 - “¡Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones! 18:19 - “¡Ay, ay de la gran ciudad...pues en una hora ha sido desolada!”. Apocalipsis 305 COMPARACIONES ENTRE: “El Misterio de la Babilonia” (Capítulo 17) y la Gran Ciudad de Babilonia (Capítulo 18) El Misterio de la Babilonia - La Gran Ciudad de Babilonia (Capítulo 17) (Capítulo 18) TÍTULOS • • • • La Gran Ramera La Mujer El Misterio de la Babilonia La Madre de las Rameras y de las Abominaciones de la Tierra • • La Gran Babilonia (ref. 16:19) La Gran Ciudad de Babilonia * Todos los títulos para “el Misterio de la Babilonia” señalan: 1. Una iglesia, distinguiéndola como una mujer (ref. 12:1); y 2. Un sistema religioso que admite ídolos (Madre de los idólatras y de los ídolos de la tierra). * Todos los títulos de Babilonia en Apocalipsis 18 señalan directamente una ciudad—es la ciudad reconstruida de Babilonia—y no un sistema religioso. Apocalipsis 306 REFERENCIAS Apocalipsis 17; 19:1-3 Apocalipsis 18; 14:8; 16:19 SEMEJANZAS A. LAS DOS LLEVAN VESTIDURAS SIMILARES 17:4 1. 2. 3. 4. 5. Púrpura Escarlata Oro Piedras preciosas Perlas 18:16 * Lino Fino 1. Púrpura 2. Escarlata 3. Oro 4. Piedras preciosas 5. Perlas B. LAS DOS HICIERON FORNICAR A OTROS 17:2 - “Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”. 18:3 - “Los reyes de la tierra han fornicado con ella”. (Ref. 18:9). C. LAS DOS HAN MATADO A LOS SANTOS Y ESTÁN LLENAS DE SANGRE 17:6 - “Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro”. 18:24 - “Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra”. Apocalipsis 307 D. LAS DOS SERÁN QUEMADAS CON FUEGO 17:16 - “[Los diez cuernos]... la quemarán con fuego”. 18:8 - “Porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga”. E. LAS DOS QUEDARÁN DESOLADAS 17:16 - “[Los diez cuernos]... la quemarán con fuego”. 18:19 - “¡Ay, ay de la gran ciudad...pues en una hora ha sido desolada!”. DIFERENCIAS 1. El Misterio de la Babilonia recibe el nombre de la ramera (17:1,15,16; 19:2); sin embargo, no se le dice así a la ciudad de Babilonia. (Este el mismo vocablo griego porne, que se usa para decir “ramera” en Apocalipsis 17:5, y significa: “una idólatra”). 2. El Misterio de la Babilonia se sienta sobre muchas aguas (17:1). En otras palabras, es un sistema religioso que existe en casi todas las naciones de la tierra. Esto no se dice acerca de la Gran Babilonia de Apocalipsis 18. Aunque la ciudad de Babilonia influirá sobre las naciones, esto denota que la Babilonia del capítulo 18 es un sitio geográfico. Apocalipsis 308 3. Las dos Babilonias reciben nombres muy diferentes y precisos, como lo observamos antes. 4. “El Misterio de la Babilonia” es destruida por los diez cuernos (17:16); la Gran Babilonia es destruida por el Señor mismo (18:8; 18:20). 5. El juicio de la Gran Babilonia vendrá de repente, en una hora; pero no se dice esto sobre El Misterio de la Babilonia. El Misterio de la Babilonia (Roma) Ella recibe el nombre de “La Madre de las Rameras” (Idólatras, en el griego) y “La Madre de las Abominaciones” (Idolataría, en el griego). La iglesia católica es la madre de los ídolos y de los idólatras, produciendo una falsa adoración por medio de los ídolos de María y de otros santos. Seis veces en Apocalipsis 17 se usa la palabra mujer para mencionar El Misterio de la Babilonia (la iglesia católica). Esto es muy interesante, pues ya hemos notado en Apocalipsis que “una mujer” se refiere a una iglesia (ver Ap. 12). Apocalipsis 309 La Gran Babilonia—La ciudad reconstruida de Babilonia Por lo tanto, con todos los versículos y evidencias anteriores, parece que la antigua ciudad de Babilonia será reedificada. Este proceso ya ha comenzado. Llama la atención que a través de la historia, Babilonia es una ciudad que ha sido reconstruida una y otra vez, y la historia se repetirá en estos días postreros. Nabucodonosor reedificó y amplió esta antigua ciudad hasta llevarla a su mayor desarrollo y belleza durante su reinado (aproximadamente 605-562 A.C.). Se estima que esta ciudad, estando en su apogeo, tuvo una población de un millón de personas y abarcó un área de casi ocho millas cuadradas. Posteriormente, tras años de desolación, Babilonia estuvo en el proceso de recuperar su grandeza pasada, en tiempos de Alejandro el Grande, pero éste murió allí en el año 323 A.C., a medio reconstruir el palacio del sur, de Nabucodonosor. La ciudad de Babilonia, a casi cincuenta millas al sur de Bagdad, ha pasado por extensas excavaciones arqueológicas desde el siglo XIX. Los museos de Berlín y la Sociedad Alemana de Oriente, realizaron allí excavaciones entre 1899 y 1917; y desde 1979 Iraq ha emprendido un proyecto de restauración a gran escala. Varios monumentos ya han sido excavados. La restauración de Babilonia se detuvo durante la Guerra del Golfo en 1991, pero todavía hay planes vigentes de continuar la reedificación de la ciudad. Hoy, el teatro de Alejandro ha 310 Apocalipsis sido restaurado, y se levanta a casi 65 pies de altura, con asientos para 4,000 personas. Saddam Hussein se propone restaurar Babilonia completamente y llevarla a su gloria anterior. En 1993, artistas y músicos de más de veinte países, asistieron a un gran festival de las artes en Babilonia. Durante el festival, que tuvo una duración de dos semanas, en una noche en particular, más de 100,000 personas caminaron por las calles de esta antigua ciudad. A juzgar por las Ecrituras, es aparente que la reconstrucción de Babilonia ciertamente se completará en estos últimos días, sólo para que Babilonia vuelva a ser destruida por el Señor. Ante nuestros propios ojos, podemos ver el principio del cumplimiento de esto. Sí, la Palabra de Dios es siempre verdadera, y estar viendo el cumplimiento de la profecía bíblica debe motivarnos a poner nuestra esperanza y confianza en su palabra eterna. Apocalipsis 311 312 Apocalipsis Apocalipsis 313 314 Apocalipsis
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