Máster Universitario en Neurociencia SISTEMA RENINA ANGIOTENSINA NUCLEAR: IMPLICACIONES EN LA DEGENERACIÓN DOPAMINÉRGICA TRABAJO FIN DE MASTER PRESENTADO POR: Jorge Rendón Universidad de A Coruña 2014/2015 SISTEMA RENINA ANGIOTENSINA NUCLEAR: IMPLICACIONES EN LA DEGENERACIÓN DOPAMINÉRGICA TRABAJO FIN DE MASTER PRESENTADO POR: Jorge Rendón TUTORES: José Luis Labandeira García Catedrático de Anatomía y Embriología Humana Begoña Villar Cheda Profesora interina Dpto Ciencias Morfológicas Facultad de Medicina Universidad de Santiago de Compostela D. JOSE LUIS LABANDEIRA GARCÍA, Catedrático de Anatomía y Embriología Humana, y Dª. BEGOÑA VILLAR CHEDA, Profesora Interina del Departamento de Ciencias Morfológicas de la facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela HACEN CONSTAR QUE: D. JORGE RENDÓN HINESTROZA ha realizado, bajo nuestra tutela, su trabajo fin de máster titulado: Sistema renina angiotensina nuclear: implicaciones en la degeneración dopaminérgica, y que dicho trabajo reúne todas las condiciones necesarias para ser presentado y valorado por la comisión correspondiente. En Santiago de Compostela, 8 de Julio 2014 Fdo: José Luis Labandeira García Fdo: Begoña Villar Cheda Catedrático de Anatomía y Embriología Profesora interina Dpto Ciencias Morfologicas Dpto Ciencias Morfologicas Jorge Rendón Hinestroza Alumno del máster de neurociencias ÍNDICE INTRODUCCIÓN 1 SISTEMA RENINA ANGIOTENSINA (SRA) 1 2 1.1 COMPONENTES DEL SRA 2 1.2. SRA LOCAL O TISULAR 5 1.3 SRA INTRACELULAR O INTRACRINO 5 1.4 SRA EN EL SISTEMA NERVIOS CENTRAL 6 1.5 SRA CEREBRAL Y LA ENFERMEDAD 7 2. ENFERMEDAD DE PARKINSON 7 3. SRA Y EL SISTEMA DOPAMINÉRGICO 9 JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS 11 MATERIAL Y METODOS 13 1 ANIMALES 14 2 OBTENCIÓN DE NÚCLEOS AISLADOS 14 3 CUANTIFICACIÓN DE PROTEINAS Y WESTERN BLOT 15 4 ANALISIS DE LA TRANSCRIPCION EN NUCLEOS AISLADOS 16 RESULTADOS 18 1. CARACTERIZACIÓN DE LOS NUCLEOS AISLADOS 19 2 PRESENCIA DE RECEPTORES AT1 Y AT2 EN LA FRACCION NUCLEAR 20 3 ANALISIS DE LA EXPRESION GENICA POR PCR 21 DISCUSIÓN 22 1. PRESENCIA DE RECEPTORES DE AII EN LA FRACCION NUCLEAR 23 2. PAPEL DE LA AII A NIVEL NUCLEAR. 23 3. SRA NUCLEAR Y SU RELACIÓN CON LA DEGENERACIÓN DOPAMINÉRGICA 24 CONCLUSIONES 26 BIBLIOGRAFIA 28 ABREVIATURAS 38 INTRODUCCIÓN 1 1. EL SISTEMA RENINA ANGIOTENSINA El sistema renina angiotensina (SRA) es filogenéticamente uno de los sistemas hormonales más antiguos, siendo la renina una de las primeras sustancias que mostró efectos fisiológicos. En 1898 Tigersted y Bergman observaron que la inyección de extractos renales ejercía profundos efectos en la presión sanguínea. La hormona angiotensina II (AII), es el péptido efector más importante del sistema y se forma por la acción secuencial de dos enzimas, la renina y la enzima convertidor de angiotensina (ECA) sobre los precursores angiotensinógeno (AGT) y angiotensina I (AI) respectivamente. Durante años, el SRA clásico fue considerado como un sistema humoral circulante cuya función principal es la regulación de la presión sanguínea y la homeostasis del sodio y agua. El SRA induce vasoconstricción por el aumento en la liberación de norepinefrina desde las terminales simpáticas, también activa la liberación de aldosterona desde el cortex adrenal y la hormona antidiurética desde la neurohipófisis, por lo cual el SRA, parece haber jugado un papel importante en la supervivencia de mamíferos y en la evolución humana (Lev-Ran y Porta, 2005). 1.1 COMPONENTES DEL SRA Los componentes más importantes del sistema, representados en la Figura1, son: Angiotensinógeno y AII El AGT es una glucoproteína de peso molecular entre 58 y 61 KDa, aunque se produce principalmente en el hígado está presente, como un péptido biológicamente inactivo, en otros tejidos como el corazón, riñones y tejido adiposo. Por medio de la acción de la renina, el angiotensinógeno es convertido en AI (10 aminoácidos), el cual constituye el péptido precursor del SRA (Zaman y cols., 2002). La AII, es un octapéptido con diversos efectos en diferentes tejidos (Weyhenmeyer y Phillips, 1982), participando activamente en los procesos de inflamación tisular (Liu y cols., 2008). Renina y (pro)renina La renina es una glucoproteína con un peso molecular de entre 35 y 45 KDa, es producida fundamentalmente por las células del aparato yuxtaglomerular del riñón siendo un enzima clave en la generación de AII debido a la naturaleza limitante de su actividad hidrolítica sobre el AGT (Zaman y cols., 2002). 2 La renina se sintetiza a partir del precursor (pre-prorenina) que contiene un péptido señal, que es eliminado rápidamente en el retículo endoplásmico, dando lugar a la (prorenina), esta puede ser empaquetada en gránulos de almacenamiento donde se lleva a cabo la maduración postraduccional, lo cual incluye la activación de la pro-renina a renina mediante rotura proteolítica y glicosilación, procesos todavía poco conocidos (Dinh y cols., 2001). Enzima convertidor de angiotensina La ECA es una enzima que cataliza el paso enzimático final en la producción de AII a partir de AI (Yoshida y cols., 1998), es una glucoproteína de 170 KDa que se encuentra en varios tejidos como los vasos sanguíneos, los riñones, el corazón y el cerebro. Además de actuar en la conversión de AI a AII (un potente vasoconstrictor) la ECA también interviene en la inactivación de la angiotensina 1-7 que tiene efectos vasodilatadores al actuar sobre el receptor MAS (Deddish y cols., 1998). Hace unos años se descubrió un nuevo enzima convertidor de angiotensina que fue llamado ECA2, homologa en un 42% con la ECA, pero con actividades bioquímicas diferentes (Donoghue y cols., 2000; Tipnis y cols., 2000). Por una parte la ECA2 genera angiotensina 19 al hidrolizar la AI, constituyendo una vía indirecta para generar AII y por otra parte ECA2 actúa sobre la AII formando la angiotensina 1-7 que tiene propiedades vasodilatadoras (Donoghue y cols., 2000; Tipnis y cols., 2000) (Figura 1). Receptor de AII tipo 1 El receptor de AII tipo 1 (AT1) es un glucoproteína de 41 KDa, que pertenece a la superfamilia de los receptores acoplados a proteína G (Oparil y cols., 2004; Ji y cols., 1991; Sanberg, 1994). En humanos es codificado por un único gen, mientras que en los murinos se conocen 2 genes que dan origen a dos formas del receptor conocidas como receptor AT1a y receptor AT1b respectivamente y que presentan más de 95% de homología (Kaschina y Unger, 2003). El receptor AT1 se localiza principalmente en las glándulas suprarrenales, el músculo liso vascular, el riñón y el corazón, aunque también ha sido descrito en el cerebro, fundamentalmente en las áreas implicadas en el control de la presión arterial (de Gasparo y cols., 1994). La función de la AII vía receptores AT1 inicia una serie de efectos sistémicos, actuando de dos formas: 3 1). Como hormona circulante: produciendo vasoconstricción y estimulación de la síntesis de aldosterona y vasopresina. 2). Efecto local (autocrino y paracrino): estimulando la proliferación celular, la formación de colágeno o induciendo la apoptosis (Watanabe y cols., 2005). Receptor de AII tipo 2 El receptor de AII de tipo 2 (AT2), pertenece, al igual que el AT1, a la superfamilia de los receptores acoplados a proteína G. Tiene un peso molecular de 40 KDa aproximadamente (de Gasparo y cols., 2000) y es codificado por un único gen. (Touyz y Schiffrin, 2000). El receptor AT2 se expresa de manera predominante durante la etapa fetal, disminuyendo su expresión de manera considerable en el momento del nacimiento, aunque se sigue detectando en niveles bajos en varios tejidos como el nervioso, cardíaco, y renal (Kaschina y Unger, 2003). En la etapa adulta los niveles de expresión de este receptor se incrementan bajo condiciones de estrés o de daño tisular (Escobar y cols., 2004) como después de una lesión vascular, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, cardiomiopatía dilatada, cicatrización de heridas y lesión de nervios periféricos (Gallinat y cols., 1997). Los efectos fisiológicos del receptor AT2 son, en general, contrarios a los del receptor AT1, participa en la vasodilatación, en la inhibición de la proliferación celular, en el desarrollo fetal y en la diferenciación tisular (Escobar y cols., 2004). Figura 1. Esquema representativo del Sistema Renina Angiotensina, modificado de Qiuhong y cols 2013. 4 1.2 SRA LOCAL O TISULAR Uno de los avances más significativos en las últimas dos décadas es el descubrimiento de la existencia de SRA locales (SRAl) o tisulares (Re, 2004). Un SRAl se caracteriza por: 1) la presencia a nivel tisular de los componentes del sistema (AGT, enzimas de conversión, y receptores), 2) la síntesis local de AII y otros péptidos derivados de la Angiotensina, y 3) la unión de la AII a receptores específicos con el resultado de una respuesta fisiológica local (Paul y cols, 2006). Los sistemas locales están regulados independientemente del SRA sistémico, pero puede interactuar con él (Danser, 2003). Se han identificado SRAl en el corazón (Danser, 2003), el riñón (Haller y cols., 2006), el cerebro (Sakai y cols., 2005), el páncreas (Leung y cols., 2005), el aparato reproductor (Paul y cols., 2006), el sistema linfático (Paul y cols., 2006), y el tejido adiposo (Thatcher y cols., 2009). Las funciones del SRAl son variadas, entre ellas están el crecimiento y el remodelado del corazón, la regulación de la presión arterial (Bader y Ganten, 2008), la estimulación del apetito y la secreción hormonal pancreática entre otras (Lago y cols., 2011). 1.3 SRA INTRACELULAR O INTRACRINO Recientemente se ha postulado la existencia de una SRA intracelular (SRAi), en el que tanto la síntesis de AII, como sus efectos biológicos tienen lugar en una localización intracelular (Kumar y cols., 2007). Diferentes hechos apoyan la hipótesis de la presencia del SRA a nivel intracelular (Kumar y cols., 2007): La existencia de diferentes formas glucosiladas de AGT (Sherrod y cols., 2005), diferentes formas de renina como consecuencia de “splicing” alternativo (Clausmeyer y cols., 2000), formas secretadas de ECA intracelular, (Camargo y cols., 2006), enzimas alternativas para la síntesis de AII como las catepsinas y la quimasa (Belova, 2000) y, finalmente, la detección de esos componentes intracelularmente (Camargo y cols., 2006). Por otra parte la renina puede tener efectos intracelulares (Re, 2003) a través del receptor de prorenina (PRR) que se acopla a un sistema de transducción de señales con claros efectos a nivel celular (Schefe y cols., 2006). 5 El SRAi se ha estudiado principalmente en el sistema cardiovascular donde se ha comprobado que existe una activación selectiva de la generación de AII intracelular bajo determinadas condiciones fisiopatológicas, como la hiperglucemia (Singh y cols., 2007). Se desconoce por el momento si el SRAi es un sistema extendido en todos los tipos celulares o, si está restringido a ciertas células, sistemas, o tejidos específicos sometidos a ciertas condiciones fisiopatológicas. El hecho de que se hayan comprobado efectos de la AII intracelular en una amplia variedad de tipos celulares como las células cardiacas (Baker y cols., 2004), renales (Zhuo y cols., 2006), hepáticas (Cook y cols., 2001) o vasculares (Cook y cols., 2006) es indicativo de que se trata de un sistema muy relevante (Kumar y cols., 2007). 1.4 SRA EN EL SISTEMA NERVIOS CENTRAL El cerebro como otros órganos, tiene su propio SRAl que es independiente del SRA circulante (Allen y cols., 1992; Mendelsohn y cols., 1984; Saavedra, 2005; Phillips y de Oliveira, 2008), los primeros indicios de esto surgieron cuando se vio que el AGT, la AI y AII, presentes en el cerebro, no podían atravesar la barrera hematoencefálica (Martin y cols., 2006). Cabe destacar que el SRA del cerebro no es totalmente independiente del sistema periférico, ya que la AII periférica puede interactuar con el SRAl en regiones que carecen de una barrera hematoencefálica normal, concretamente, a nivel de los órganos circunventriculares (Li y cols., 2004). Los distintos componentes del SRA, (como AGT, receptores, o enzimas) han sido identificados en el cerebro y mientras que algunos tienen una amplia distribución otros presentan una localización más restringida (Davisson, 2003). La mayoría del AGT sintetizado en el cerebro es producido por astrocitos y es constantemente secretado al espacio intersticial y en el fluido cerebro espinal (Carey y Siragy, 2003; Regitz-Zagrosek y cols., 1996). En general se acepta que el paso limitante en la producción de AII y todos los péptidos relacionados, es la escisión enzimática del AGT por la renina, por lo tanto, un SRA local solamente podría existir en el cerebro si la renina también está presente (Re, 2003). Aunque la actividad enzimática de la renina fue demostrada en el cerebro, los niveles son muy bajos, y no explican la biosíntesis de la AII en el cerebro, lo que sugiere que la AII y los péptidos derivados deben ser formados a través de mecanismos independientes de renina (Grobe y cols., 2008). Los receptores AT1 presentan una amplia distribución por todo el cerebro (Grobe y cols., 2008), que es consistente en los distintos mamíferos estudiados como: ratas, ratones, hámster, 6 perros, monos y humanos (Chai y cols., 2000; Wright y Harding 1995, 1997, 2004;) este receptor parece ser el responsable de las funciones clásicas asociadas con el SRA en el cerebro (Saavedra, 1999; Thomas y cols., 2003). Los receptores AT2 también están presentes en el cerebro (Grobe y cols., 2008) fundamentalmente durante el desarrollo embrionario y fetal, teniendo una distribución más restringida en el adulto (Kaschina y Unger, 2003). Aunque se desconocen algunas de las funciones específicas del SRA en el cerebro, se sabe que actúa regulando numerosos procesos fisiológicos llegándose a sugerir que los péptidos de angiotensina podrían actuar como neurotransmisores, (Grobe., y cols., 2008). 1.5 EL SRA CEREBRAL Y LA ENFERMEDAD Aunque el SRA cerebral fue inicialmente asociado con el control de la presión sanguínea y el equilibrio hidrosalino (Saavedra, 2005; Cuadra y cols., 2010), estudios más recientes relacionan al SRA cerebral con funciones cerebrales adicionales implicando a este sistema en desordenes tales como ansiedad, estrés (Peng y cols., 2002), depresión (Saab y cols., 2007) o ingesta de alcohol (Maul y cols., 2005). Muchos estudios han demostrado que el bloqueo de los receptores AT1 y los tratamientos con inhibidores de ECA tienen efectos beneficiosos previniendo la aparición del accidente cerebrovascular (Stier y cols., 1993), o reduciendo el daño cerebral debido a la reducción de la respuesta inflamatoria (Li y cols., 2005; Lou y cols., 2004). Muchos estudios, tanto clínicos como moleculares, y/o genéticos revelan la implicación del SRA en la modulación del estrés oxidatívo, el envejecimiento y la neurodegeneración relacionando al SRA con patologías neurodegenerativas como la esclerosis múltiple (Kleiman y cols., 2010; Stegbauer y cols., 2009), la enfermedad de Alzheimer (Savaskan, 2005) y la enfermedad de Parkinson (Labandeira-García y cols., 2011). 2. ENFERMEDAD DE PARKINSON La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegerativa progresiva de curso prolongado y etiología incierta. Descrita en 1817 por James Parkinson, quien la describió como ¨parálisis temblorosa”, la EP forma parte de las alteraciones en el sistema motor. Se manifiesta por una combinación variable de temblor, rigidez, bradicinesia y una alteración característica de la marcha y la postura (Aminoff, 1998). Los pacientes con la EP, además de 7 los síntomas motores clásicos, tienen síntomas no motores (Chaudhuri y cols., 2007) como depresión, alucinaciones, ansiedad o psicosis. A pesar de que estas condiciones son frecuentes en la EP y que reducen la calidad de vida, siguen subdiagnosticadas y, por ello, sin tratamiento (Schneider y cols., 2008). La causa de esta enfermedad es la degeneración progresiva de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia nigra pars compacta (SNc), una población de neuronas del mesencéfalo ventral que proyectan hacia el estriado, principalmente al núcleo caudado y el putamen, por lo que su muerte representa un déficit de dopamina en estas estructuras (Figura 2) (Hornykiewicz, 2001; Arias-Carrion, 2008). Una de las principales características es la presencia, en las neuronas que sobreviven, de inclusiones proteicas intracitoplasmáticas llamadas cuerpos de Lewy, formados por ubiquitina y α-sinucleína (Hornykiewicz, 2001; Arias-Carrion, 2008). Actualmente se reconoce a la EP como una enfermedad neurodegenerativa multisistémica que afecta a diversas vías neuronales y sistemas de neurotransmisores (Hodaie y Lozano, 2007). Figura 2. Estructuras que integran a los ganglios basales en el cerebro humano. Las proyecciones de la sustancia nigra llegan al estriado, principalmente al núcleo caudado y putamen. GPe: segmento externo del globo pálido; GPi: segmento interno del globo pálido; SNc: zona compacta de la sustancia nigra; NST: núcleo subtálamico. Modificada de Arias-Carrion , 2008 8 La EP se manifiesta cuando la pérdida de las neuronas dopaminérgicas excede el umbral crítico: 70-80% de las terminales dopaminérgicas en el estriado y 50-60% de los somas neuronales en la SNc ya que existen mecanismos compensatorios que retrasan la aparición de los síntomas. Una vez que aparecen los primeros síntomas, la muerte neuronal continua y los trastornos motores progresan lentamente (Hornykiewicz, 2001; Arias-Carrion, 2008). Aunque la degeneración y muerte de las neuronas dopaminérgicas de la SNc, es uno de los principales problemas, esta degeneración se extiende a otros núcleos del tallo cerebral y otras áreas del cerebro que presentan células dopaminérgicas (Hornykiewicz, 2001; Arias-Carrion, 2008), por lo que además del déficit de dopamina en el estriado, se presentan alteraciones de otros neurotransmisores como noradrenalina, serotonina, acetilcolina y ácido gammaaminobutírico (Hornykiewicz, 2001; Arias-Carrion, 2008). Actualmente, se desconocen las causas que generan la mayor parte de los casos de EP y se postula que el estrés oxidativo, la disfunción mitocondrial, toxinas exógenas, acumulación intracelular de metabolitos tóxicos, infecciones virales, excitotoxicidad y deficiencias en el sistema inmune, pueden ser factores que favorecen la aparición de la EP (Hornykiewicz, 2001). Tanto las anormalidades genéticas que causan la patología, como la exposición a toxinas ambientales favorecen el estrés oxidativo, lo que puede dañar específicamente a las neuronas dopaminérgicas. La eliminación de antioxidantes como la vitamina E en la dieta induce la pérdida del 33% de neuronas dopaminérgicas en la substancia nigra de ratas, mientras que otras regiones cerebrales permanecen sin alteraciones (Dexter, 1994). El alto potencial de oxidación del propio metabolismo de la noradrenalina y la serotonina aumentan el estrés oxidativo en los pacientes afectados por la EP, lo que explica el daño encontrado en el locus coeruleus y los núcleos del rafe, regiones en donde se sintetizan ambos neurotransmisores, respectivamente (Dexter, 1994). 3. SRA Y EL SISTEMA DOPAMINÉRGICO Diversos estudios ponen de manifiesto la presencia de un SRAl en los ganglios basales, así altas concentraciones de ECA han sido observadas en el estriado y la sustancia nigra de mamíferos (Quinlan y Phillips, 1981; Allen y cols., 1992) y recientemente se ha demostrado la presencia de los receptores AT1 y AT2 en las neuronas dopaminérgicas y las células gliales 9 (como astrocitos y microglía) de la sustancia nigra (Rodríguez-Pallares y cols., 2008; Joglar y cols., 2009; Garrido-Gil y cols., 2013). Varios trabajos muestran una relación importante entre el SRA y la dopamina en los ganglios basales (Rodriguez-Perez y cols., 2010, 2012; Labandeira-García y cols., 2012). El SRA a través del receptor AT1 potencia el estrés oxidativo, un factor muy importante en el desarrollo y evolución de todas las formas de la EP, aunque se discute si es un evento primario o una consecuencia de otros factores patogénicos. En cualquier caso, la degeneración dopaminérgica está incuestionablemente mediada por la sobreproducción de especies oxigenadas reactivas (EROs) y especies reactivas de nitrógeno (ERN) (Simonnet y cols., 1981; Rodriguez-Pallares y cols., 2007, 2008;). Los tratamientos con candesartan (un antagonista del receptor AT1) consiguen disminuir la muerte neuronal dopaminérgica ya que disminuye el EO y la inflamación (Villar-Cheda y cols., 2012). En situaciones de riesgo, como el envejecimiento, existe un desajuste en la interacción de estos dos sistemas, por una parte el SRA está hiperactivo, mientras que hay una disminución de la dopamina y sus receptores. Este desajuste va acompañado de un aumento en el EO e inflamación así como de una mayor vulnerabilidad de las neuronas dopaminérgicas a la degeneración (Villar-Cheda y cols 2012; Dominguez-Meijide y cols., 2014). 10 JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS 11 El SRA es uno de los sistemas hormonales más importantes del organismo ya que está relacionado con el control de la presión arterial y la homeostasis de fluidos. Aunque en un principio se lo consideró exclusivo del sistema cardiovascular y renal existen estudios que demuestran la presencia de un SRA en el SNC y más concretamente en los ganglios basales (Quinlan y Phillips., 1981; Allen et al., 1992, Valenzuela y cols 2010, Garrido-Gil y cols 2013). Por otra parte numerosos estudios revelan la implicación del SRA en la modulación del EO, envejecimiento y neurodegeneración, involucrando a este sistema en patologías neurodegenerativas como la EP (Jenkins y cols., 1999; Rodriguez-Pallares y cols., 2004, 2005, Lopez-Real y cols., 2005; Muñoz y cols., 2006; Rey y cols., 2007; Villar-Cheda y cols. 2012, 2014) Observaciones recientes, en varios tipos celulares, sugieren que la AII podría sintetizarse y actuar en el interior de la célula (Baker y cols., 2004) como parte de un SRAi y aunque se desconoce cuál es la función exacta de este sistema intracrino varios estudios sugieren que la AII podría actuar regulando la función nuclear (Eggena y cols., 1996). El SRAi podría estar también presente, y ser funcional, en las neuronas dopaminérgicas lo que abriría una nueva perspectiva al estudio de este complejo sistema y su implicación con la EP. Aunque son muy escasos, hay algunos datos que muestran la presencia a nivel intracelular de algunos componentes del SRA (Garrido-Gil y cols. 2013), lo que nos hace pensar que el SRA podría estar presente y desempeñar un papel funcional a nivel nuclear. Con base en lo expuesto anteriormente, en este trabajo nos plantemos los siguientes objetivos: 1. Aislar, a partir de cerebro de rata, la fracción celular enriquecida en núcleos que conserven sus características morfológicas y funcionales. 2. Demostrar la existencia de un SRAi en los núcleos aislados del cerebro 3. Determinar si el SRAi regula la función nuclear. 12 MATERIAL Y METODOS 13 1. ANIMALES En la elaboración de este trabajo se emplearon ejemplares de rata macho jóvenes de la cepa Sprague-dawley. Todos los experimentos se llevaron a cabo conforme a las directrices de la unión europea 2010/63/EU y 86/609/CEE y han sido aprobados por el comité de ética de la Universidad de Santiago de Compostela. 2. OBTENCIÓN DE NÚCLEOS AISLADOS Las ratas fueron sedadas y sacrificadas por decapitación, el cerebro fue rápidamente extraído y lavado con tampón A (320mM de sacarosa, 3mM MgCl y 20mM de Tris a pH 7.4). Todos los pasos del protocolo de aislamiento se realizan en hielo. El cerebro se disecciona en pequeños fragmentos que se colocan en tubos con 1.5ml de tampón A y 20µl de Tritón al 10%, hasta un total de 4mg de tejido por tubo, posteriormente se mantienen en hielo 15 minutos. El tejido se homogeniza suavemente mediante un homogeneizador de Cristal (Kontes) con el fin de mantener la integridad de la envoltura nuclear. El homogenado es transferido a un tubo y se completa con tampón A hasta 2ml, posteriormente se centrifugan a 4ºC durante 15 minutos a 1000g. (Coulter Microfuge 22R; BECKMAN). El sobrenadante se descarta y el precipitado se resuspende despacio en 4ml de tampón B (2.2M de sacarosa, 1mM de MgCl y 10mM de Tris a pH 7.4), y la muestra se centrifuga a 4°C durante 60 minutos a 60.000g en una ultracentrífuga (Coulter JXT 09H14, Avanti J-26XPI; Beckman) usando un rotor basculante (SW-60; Beckman). El precipitado, que contiene los núcleos, se resuspende cuidadosamente en 2ml de tampón A y se lavan los núcleos por centrifugación a 4ºC durante 10 minutos a 1000g. Tras esta última centrifugación vaciamos el sobrenadante y resuspendemos los núcleos en aproximadamente 100µl de tampón A. Para confirmar la pureza e integridad de los núcleos aislados estos fueron teñidos con el colorante Hoechst (Sigma), y examinados al microscopio (ECLIPSE TE 300; Nikon) utilizando un filtro de fluorescencia para ultravioleta. 14 3. CUANTIFICACIÓN DE PROTEINAS Y WESTERN BLOT La concentración de proteína presente en los núcleos aislados fue determinada mediante el método del ácido bicinconínico de Pierce (Thermo Scientific) capaz de monitorizar el Cu1+ producido por la reducción alcalina de Cu2+ en presencia de proteína (reacción de Biuret). Proteína + Cu2 → Cu1 (reacción de Biuret). La concentración de proteína presente en los núcleos aislados se referencia a una recta patrón de la proteína albúmina sérica bovina que abarca el rango de 125 a 1500 μg/ml (Hung, y cols., 1984) La cuantificación de proteínas se realizó en placas de 96 pocillos, cargando 25µl de muestra o patrón y añadiendo 200µl del reactivo de trabajo, preparado a partir de las soluciones A y B del kit comercial en una proporción 50:1 respectivamente. Tras incubar 30 minutos a 37ºC se lee la absorbancia a 562 nm en un espectrofotómetro (OPTIC ivymen SYSTEM 2100-C) Las proteínas de las distintas fracciones obtenidas en el proceso de aislamiento de los núcleos fueron analizadas mediante la técnica del Western-blot. Se diluyen las muestras de proteínas en tampón RIPA (de inglés “Radio-Immunoprecipitation Assay”) y se añade tampón de carga (Tris-Glicina, Metanol, Agua destilada) y se desnaturalizaron las proteínas mediante la incubación a 95ºC durante 5 min en un baño térmico (ACCU BLOCK Digital Dry Bath Labnet). Posteriormente las proteínas son separadas en un gel del 5-10% Acrilamida-Bis acrilamida, SDS-PAGE, utilizando el sistema de electroforesis (Mini PROTEN Tetra System; Bio-Rad). Se cargaron las mismas concentraciones de proteína por pocillo (18-25 µg) y se dejaron migrar en el gel durante 2 horas a 90Voltios, y a 0.07Amperios. Posteriormente las proteínas fueron transferidas a unas membranas de nitrocelulosa utilizando el sistema de transferencia húmeda de Bio-Rad con tampón de transferencia, durante 2 horas a 90V, y a 0.45A. Para comprobar la correcta transferencia se realizó una tinción de las membranas con el colorante rojo Ponceau (Sigma) y posteriormente fueron lavadas con PBS-T (PBS Tween 20 al 1%), y bloqueadas durante 1 hora con PBS-T conteniendo 10% de leche. Tras el bloqueo las membranas fueron incubadas toda la noche con los anticuerpos primarios: cabra anti-AT1 (1:200), conejo anti-AT2 (1:200) ratón anti-HDAC2 (1:200) de Santa Cruz 15 Biotechnology y ratón anti-Tubulina (Sigma Aldrich; 1:25000), todos ellos diluidos en PBS-T con 5% leche. A continuación se lavan las membranas con PBS-T y se incuban durante 1 hora con los anticuerpo secundarios anti-ratón, anti-cabra ambos de Santa Cruz Biotechnology o con proteína A (GE Healthcare UK Limited) todos conjugados con peroxidasa de rabano. La inmunorreactividad fue detectada con un kit de quimioluminiscencia (Milipore) y fotografiado con el sistema de detección (Molecular Imager Chemidoc XRS System, BioRad). 4. ANALISIS DE LA TRANSCRIPCION EN NUCLEOS AISLADOS Para analizar el papel del SRAi a nivel nuclear, los núcleos aislados se tratan con AII a una concentración de 100nM o 10nM durante 30 minutos a 37ºC. Posteriormente se incuban durante una hora a 37 ºC en un sistema de transcripción “in vitro”.que contiene tampón, nucleótidos dNTP (Promega) e inhibidor de ARNasas, (Promega), para que pueda tener lugar la trascripción de novo ARN. El ARN de los núcleos fue extraído con Trizol (Invitrogen) siguiendo el protocolo del fabricante para fluidos biológicos. Tras la homogeneización de los núcleos con trizol se añadió cloroformo y se centrifugó a 11000rpm, durante 10 minutos a 4ºC. Tras la centrifugación, se pasó a otro tubo la fase acuosa (que es la que contiene el ARN) y se añadió isopropanol para precipitar el ARN. Las muestras se centrifugaron a 12000rpm durante 20 minutos y se lavó el pellet con etanol al 75% mediante centrifugación. Para obtener un ARN de calidad este se precipitó con guanidina isotiocianato (Sigma) y etanol al 100%, se lavó nuevamente el pellet con etanol al 75% mediante centrifugación y finalmente se resuspendió en agua DEPC (del inglés “Diethylpyrocarbonate”). El ARN se calentó a 65ºC durante 5 minutos para desnaturalizar e inmediatamente se midió la absorbancia utilizando el lector de placas TECAN (Salzburg Austria) los que nos da la concentración de ARN total. La síntesis del ADN complementario (ADNc) se realizó partiendo de 1,5 µg de ARN total utilizando como transcriptasa inversa la M-MVL (del inglés “Molony murine leukemia virus”; Invitrogen) y añadiendo a la reacción una mezcla de nucleótidos, cebadores hexámeros (Invitrogen), y un inhibidor de ARNasa (RNAse-out, invitrogen). 16 El protocolo de retrotranscripción consistió en una primera fase de desnaturalización a 70ºC durante 10 minutos y una segunda fase de reacción a 37ºC durante una hora utilizando para ello el termociclador (Labnet Multigene). Para cuantificar los niveles relativos del ARNm se empleo la técnica de PCR en tiempo real, esta técnica se basa en la utilización de un fluoróforo que se une al ADN de doble hebra, lo que permite la cuantificación del producto generado en la reacción de amplificación, en la elaboración de este trabajo utilizamos SYBR® como fluoróforo. Para la PCR a tiempo real, se preparó un mezcla para cada uno de los genes que queremos amplificar que son: ANG, AT1, AT2, y GAPDH (de inglés Glyceraldehyde 3-phosphate dehydrogenase). Esta mezcla (Pmix) contiene cebadores específicos y la mezcla de reacción “iQSYBR® Green super Mix” (Bio-Rad) que incluye el tampón, MgCl2, los nucleótidos y la polimerasa (Taq DNA polimerase). Las secuencias de los cebadores (F del inglés “Forward”) y (R del inglés “Reverse”) son: AT1: F-5´TTCAACCTCTACGCCAGTGTG y R-5´GCCAAGCCAGCCATCAGC, AT2: F-5´AACATCTGAAGACCAATAG y R-5´AGAAGGTCAGAACATGGAAGG, ANG: F-5´GAGTGAGGCAAGAGGTGTA y R-5´TCCAACGATCCAAGGTAGAA GAPDH: F-5´GCAAGTTCAACGGCACAGTCAAG y R-5´ACATACTCAGCACCAGCATCACC Cada muestra contiene 4µL de ADNc y 40 µL Pmix, que se cargan en la placa de 96 pocillos por duplicado. Tras cubrir la placa con el adhesivo microseal (Bio-Rad) se llevó al termociclador (MyiQ; Bio-Rad). El protocolo de PCR consiste en: 1. Desnaturalización inicial de 3 minutos a 95ºC, que también sire para activar la polimerasa. 2. 40 ciclos compuestos por una primera fase desnaturalización a 95ºC, una segunda fase de hibridación a 59ºC y una fase de elongación a 72ºC. 3. Finalizar bajando a 4ºC hasta terminar. Los resultados del experimento de PCR en tiempo real se cuantificaros mediante la técnica de 2ΔΔCT. El análisis estadístico se hizo usando el software SigmaPLot, representando los datos como media y error estándar (ANOVA de una vía). 17 RESULTADOS 18 1. CARACTERIZACIÓN DE LOS NUCLEOS AISLADOS Una vez finalizado el proceso de aislamiento de núcleos analizamos su integridad mediante un microscopio de contraste de fase (Fig. 3A) o utilizando el colorante fluorescente Hoechst que se une específicamente a la cromatina (Fig. 3B). En la figura 3 podemos observar que los núcleos conservan su estructura intacta, pudiendo apreciarse la envoltura nuclear y el nucléolo (Fig. 3A´). Con el marcador Hoechst (Fig. 3B´) se puede observar que cuanto más pequeño es el núcleo mayor es su intensidad. La diferencia de tamaño es esperada ya que partimos del homogenado de cerebro donde existen distintos tipos de células. Figura 3. Núcleos aislados observados con microscopia de contraste de fase (A), o tras su tinción con el colorante fluorescente Hoechst (B). Nótese la integridad de los núcleos que muestran intacta su envoltura nuclear (flechas negras).El nucléolo está indicado por flechas trasparentes. Barra de calibrado 50 µm Mediante Western blot comprobamos la pureza de los núcleos aislados (figura 4). La proteína HDAC2, un marcador de núcleos, está presente, tanto en la fracción nuclear, como en el homogenado total, en el cual se observa la presencia de dos bandas. En cuanto a la tubulina, un marcador citoplasmático, podemos ver una banda muy intensa en el homogenado total mientras que es indetectable en la fracción nuclear indicando que no hay contaminaciones citoplasmáticas. 19 Figura 4. WB tras el aislamiento de núcleos. El marcados nuclear HDAC2 está presente tanto en el homogenado total como en núcleos, mientras que la tubulina está ausente de la fracción nuclear. 2. PRESENCIA DE RECEPTORES AT1 Y AT2 EN LA FRACCION NUCLEAR Una vez que tenemos una fracción nuclear sin contaminaciones citoplasmáticas analizamos, mediante western blot, la presencia de los receptores AT1 Y AT2 en los núcleos (Figura 5). El receptor AT1 está presente en ambas fracciones, en el homogenado total podemos observar varias bandas, dos de ellas más intensas, y otra un poco más tenue que corresponde con la banda presente en la fracción nuclear, donde aparece claramente y de mayor intensidad. En cuanto al receptor AT2 la banda principal aparece muy marcada en las dos facciones analizadas, aunque en los núcleos aislados se puede observar una segunda banda de intensidad moderada. Figura 5. WB de los núcleos aislados que muestra la presencia de los receptores AT1 y AT2 en la fracción nuclear. 20 3. ANALISIS DE LA EXPRESIÓN GENICA POR PCR Una vez confirmada la presencia de receptores para AII en los núcleos aislados investigamos si estos podrían actuar regulando la expresión génica. Para ello analizamos la expresión de algunos genes del SRA tras la estimulación con AII. Cuando incubamos los núcleos en presencia de AII (10nM o 100nM) podemos ver una tendencia a aumentar la expresión de los genes del precursor AGT y de los receptores AT1 y AT2 (Figura 6). Esta tendencia es mayor al aumentar la dosis de AII llegando a un incremento en los niveles de ARNm, de aproximadamente el 40% para AT1, 45% para AT2 y 40 % para ANG cuando se trata con AII 100nM. Figura 6. Niveles relativos de ARNm medidos por PCR a tiempo real de, AGT (A) y de los receptores AT1 (B) y AT2 (C) en cerebro de rata. Los niveles de ARNm se midieron con relación al gen control GAPDH. Los datos se representa como media y error estándar (ANOVA de una vía). 21 DISCUSIÓN 22 1. PRESENCIA DE RECEPTORES AT1 Y AT2 EN LA FRACCION NUCLEAR Los resultados de este estudio demuestran, mediante la técnica de Western Blot, la presencia de receptores para AII en los núcleos de cerebro de rata lo que es indicativo de la existencia de un SRAi en el cerebro, corroborando así las investigaciones previas realizadas por el grupo de investigación que describen mediante técnicas inmunohistoquimicas, la presencia de estos receptores no solamente en la superficie celular, si no también, en el citoplasma y el núcleo de neuronas de la SNc de monos y humanos (Garrido-Gil y cols., 2013). Nuestros resultados concuerdan con diversos trabajos en los que se describe la presencia de estos receptores a nivel nuclear mediante el uso de diversas técnicas, como Wertern Blot (Egenna y cols; 1993), o inmunofluorescencia, (Tadevosyan y cols., 2010). La transfección de células del musculo liso vascular con un plásmido que expresa el receptor AT1 unido a la proteína amarilla fluorescente también confirma la localización nuclear de este receptor (Cook y cols., 2007). 2. PAPEL DE LA AII A NIVEL NUCLEAR. Con el tratamiento de AII observamos, una tendencia a aumentar la expresión de los genes de los receptores de AII y del AGT, en la misma línea, otros trabajos parecen indicar que la AII intracelular es capaz de incrementar la tasa de transcripción de genes vía uniones nucleares en distintos tipos celulares como células hepáticas (Eggena, y cols 1993) renales (Li y Zhuo, 2008) o cardiacas (Baker, y cols., 2004). Nuestros datos indican que la AII intracelular podría estar regulando la trascripción de genes del propio sistema como parte de un proceso de autorregulación. Aunque nuestros datos no son significativos, quizás debido al pequeño tamaño de los grupos analizados, estudios anteriores indican que la AII incrementa la transcripción de AGT y renina en respuesta a este péptido, mientras que no estimula la transcripción de genes control (Eggena, y cols 1993). En otras investigaciones se encontró que los receptores nucleares de la AII median la síntesis de novo ARN, regulando la expresión de genes implicados en procesos inflamatorios como el NFκ-β (del inglés Nuclear factor kappa-light-chain-enhancer of activated B cells) (Tadevosyan, y cols., 2010), TGF-β1 (del inglés Transforming growth factor beta 1), y la citoquina proinflamatoria MPC-1 (del inglés “monocyte chemoattractant protein 1”) (Li y Zhuo., 2008). Estos receptores nucleares también regulan la recaptacion de Na+, aumentando 23 la expresión del gen NHE-3 (del inglés “sodium and hydrogen exchanger-3”) en células renales (Li y Zhuo., 2008). La existencia de receptores nucleares no es exclusiva del SRA, así el sistema el β-adrenérgico que regula entre otras cosas la presión sanguínea, la tasa cardiaca o la contractilidad del miocardio (Brodde., 1990; Sanders., 1995), presenta a nivel nuclear receptores acoplados a proteína G que actúan estimulan la actividad transcripcional (Boivin y cols., 2006). Otro ejemplo son los receptores de estrógenos que forman parte de la superfamilia de los receptores nucleares y que actúan como factores de transcripción regulando la expresión génica de manera dependiente de su unión al ligando y en respuesta específica a las señales fisiológicas y patológicas (Aranda, y Pascual., 2001., Krishnan y cols., 2001). 3. SRA NUCLEAR Y SU RELACIÓN CON LA DEGENERACIÓN DOPAMINÉRGICA. Son cada vez más numerosos los estudios que relacionan al SRA con la degeneración dopaminérgica (Muñoz, y cols., 2006; Rey, y cols., 2007; Labandeira-Garcia, y cols., 2012). La AII, vía receptores AT1, provoca estrés oxidativo (activación de NADPH oxidasa) y la subsecuente activación de quimioquinas, citoquinas y moléculas de adhesión lo que desencadena una migración de células inflamatorias (Ruiz-Ortega, y cols., 2001). A nivel nigroestriatal el aumento del EO e inflamación se consideran procesos tempranos de la muerte celular dopaminérgica que junto con otros factores desencadenarían la EP (Labandeira-Garcia, y cols., 2012). En el cerebro la respuesta inflamatoria es llevada a cabo por las células gliales, en especial por la microglía, y se produce por cualquier deterioro del tejido nervioso, ya sea en situaciones de lesión neuronal, enfermedad e incluso envejecimiento (Gao y cols., 2003; Lull y Block, 2010). Dado que la AII actúa promoviendo el EO y la inflamación (Joglar, y cols., 2009) y a nivel intracelular es capaz de regular la expresión de genes implicados en estos procesos (Tadevosyan, y cols., 2010; Li y Zhuo., 2008) es de particular interés el estudio de este SRAi en la sustancia nigra, una región cerebral especialmente vulnerable a la degeneración. Aunque a nivel tisular el bloqueo de la ECA y de los receptores AT1 han demostrado ser beneficiosos, disminuyendo el EO e inflamación lo que a su vez disminuye la muerte celular dopaminérgica (Lopez, y cols., 2005; Rey, y cols., 2007; Rodriguez, y cols., 2008; Joglar, y cols., 2009) todavía se desconocen los efectos de estos fármacos a nivel intracelular. 24 Este trabajo, junto con datos de otros investigadores, constituyen un punto de partida para una mejor comprensión del SRAi y su posible implicación en la EP, proporcionando un nuevo enfoque que puede tener importantes implicaciones clínicas y terapéuticas. 25 CONCLUSIONES 26 En este trabajo hemos llegado a las siguientes conclusiones: 1. La técnica de fraccionamiento celular empleada nos permite obtener núcleos puros e intactos que conservan sus características morfológicas y funcionales. 2. Con las condiciones experimentales utilizadas en éste trabajo, se demostró la presencia de receptores AT1 y AT2 en los núcleos aislados, indicativo de la existencia de un SRAi. 3. El SRA nuclear parece actuar regulando la expresión de algunos genes del propio sistema. 27 BIBLIOGRAFIA 28 Allen AM, MacGregor DP, Chai SY, Donnan GA, Kaczymarzyk S, Richardson K, Kalnins R, Ireton J, Mendelsohn FAO (1992). Angiotensin II receptor binding associated with nigrostriatal dopaminergic neurons in human basal ganglia. Ann. Neurol, 32:339-344. Aminoff MJ (1998). Enfermedad de Parkinson y otros trastornos piramidales. Principios de Medicina Interna ed. Mc Graw Hill Interamericana Vol. 17, No. 1:25-33. Aranda A y Pascual A. Nuclear hormone receptor and gen expression (2001). Physiological Review. 81:1269-1304. Arias-Carrión O (2008). Basic mechanisms of rTMS: Implications in Parkinson's disease. Int Arch Med. 1-2:1755-7682. Bader M, Ganten D (2008). Update on tissue renin-angiotensin systems. 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