CANTOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA. CANTO DE ENTRADA CANTO DE COMUNIÓN Un cántico nuevo, cantad al Señor, un cántico nuevo, cantad al Señor. Triunfó de la muerte el Hijo de Dios. Triunfó de la muerte el Hijo de Dios. 1. Cantad las naciones, los pueblos del orbe, decid a los hombres que resucitó. Cantad aleluya, aleluya. CANTO DE OFERTORIO CRISTO RESUCITO, CRISTO RESUCITO, EL ES MI AMOR, ES MI SEÑOR. CRISTO ES MI SALVADOR. CRISTO HA VENCIDO AL MAL, ÉL NOS ENSEÑA A AMAR, ÉL ES LA PAZ, ES LA VERDAD,CRISTO ES MI LIBERTAD. Cantad que es primavera en la vida, cantad que ha amanecido el nuevo sol, Cristo es el Alfa, el Omega, el Señor, Cristo es mi redentor. Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua. Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza. • • Parroquia Santo Tomás de Villanueva. Agustinos Recoletos. Granada. Tlf. 958 095807 Lucharon vida y muerte en singular batalla y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta. ¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, Los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua. Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda. Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa. DESPEDIDA En la mañana de resurrección, caminan al sepulcro donde esta el Redentor. Se preguntan al marchar: quien moverá. Quien abrirá la tumba donde esta el Señor. El Señor nuestro Dios resucitó. Aleluya. Aleluya. Aleluya. AVISOS PARROQUIALES • CORAZÓN AGUSTINIANO Boletín litúrgico dominical. Hoy, primer domingo de mayo, estamos realizando la colecta para Cáritas Parroquial. También hoy celebramos en nuestra ciudad de Granada, el “Día de la Cruz”. Estamos en el mes de Mayo, dedicado a la Virgen María. Todas las tardes, a las 19:30 rezo del Rosario y meditación mariana. www.santotomasdevillanueva.parroquias.net DOMINGO V DE PASCUA 3 DE MAYO 2015 Seguimos proclamando el Libro de los Hechos de los Apóstoles como contenido para nuestra primera lectura. Pero hoy impacta por su realidad. Nos dice cómo en una Iglesia que goza de paz, que progresa, que se construye animada por el Espíritu, existen también en ella sospechas, recelos desconfianzas. Ha llegado un discípulo – Pablo de Tarso-- que no era de los suyos y les da miedo acogerlo. Necesitan la confirmación de Bernabé para aceptarlo en el grupo. Siempre debemos abrir nuestro corazón y aceptar a los demás. San Juan en la segunda lectura, procedente de la primera carta del Apóstol, nos recuerda que el amor no quiere palabras, sino obras. Que la caridad, el amor, no se realiza con la boca sino con las manos. Que una oración por muy hermosa que sea, pierde su validez, si en el corazón existen rencores, envidias, recelos, maldad. La solución a todos nuestros problemas la encontramos en el Evangelio de Juan. Hemos de estar injertados a la vid, a Cristo. Sólo así podremos dar frutos. Sólo así nuestros frutos serán: el amor, el servicio y la verdad. Nuestra misión consiste en hacerlos fecundar y ponerlos al servicio de los hermanos. PERMANECED EN MI AMOR Realmente la imagen proyectada esta semana por Jesús de Nazaret sobre la vid y los sarmientos tiene una lectura de unidad, de completa e indestructible unidad. Es verdad que sin Jesús –la vid—, los sarmientos –todos nosotros—no pueden vivir, ni progresar, ni dar fruto. Celebremos en el domingo nuestra unión con El LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 9, 26-31 En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, porque no se fiaba de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó como había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y como en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos lo bajaron a Cesaréa y le hicieron embarcarse para Tarso. Entre tanto la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo. SALMO 117 SALMO RESPONSORIAL SALMO 21 R.- EL SEÑOR ES MI ALABANZA EN LA GRAN ASAMBLEA. Cumpliré mis votos delante de sus fieles. Los desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que le buscan: viva su corazón por siempre. R.Lo recordarán y volverán al señor hasta de los confines de la tierra; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos. Ante él se postraran las cenizas de la tumba, ante él se inclinaran los que bajan al polvo. R.Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá, hablaran del Señor a la generación futura, contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: todo lo que hizo el Señor. R.- LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 3, 18-24 Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él, en caso de que condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios; y cuanto pidamos lo recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 15, 1-8 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: -- Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo poda para que dé mas fruto. Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos. EL CANTO EN LA LITURGIA La música y el canto son esenciales en toda fiesta humana, y también en nuestras celebraciones litúrgicas. No son un mero adorno, “para que la celebración salga bonita”, sino que son oración hecha música, palabra cantada. “Cantar es orar dos veces”, afirma san Agustín. Para que el canto y la música tengan en la celebración de la comunidad el lugar que les corresponde, es necesaria una buena preparación litúrgica y musical de quienes componen el “coro”, y que éste sea siempre un servidor de la asamblea, no un coro “espectáculo”. Una celebración, especialmente una eucaristía sin canto, es como un día nublado: igual es día, pero le falta algo para ser alegre, para estar lleno de vida. Por eso, el servicio que prestan los guitarristas, vocalistas y otros instrumentistas es uno de los más importantes y hermosos para la liturgia de la comunidad. Los cantos de la eucaristía deberían ser siempre cuidadosamente preparados por el equipo de liturgia y el coro. La improvisación, lamentablemente demasiado común en muchas comunidades, empobrece nuestra posibilidad de alabar al Señor. Los cantos deben ser conocidos por los fieles. Participemos con nuestros cantos en la celebración. Cada uno de nosotros puede aportar algo de su voz para hacer más digna y bella nuestra celebración cristiana. EL CREDO DE NUESTRA FE Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados. La resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
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