Meditaciones para el Quinto Período de 10 Días 4-13 de Mayo [Crecimiento EXTERIOR: Discipulado/Testificación] Día 41 – Lunes 4 de mayo de 2015 Nuevo Tema de los 10 Días: Discipulado y Testificación Pasaje Bíblico para la meditación: 1 Pedro 3:13-17. Versículo Clave: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. 1 Pedro 3:15. Todos tenemos un testimonio, pero, ¿sabemos cómo compartirlo? Decimos que somos cristianos adventistas del séptimo día, pero, ¿sabemos por qué? Si nos pusieran en un aprieto, ¿estaríamos listos para dar respuesta de nuestra fe? En Hechos 1:8 la Biblia nos dice: “Me seréis testigos”. Como respuesta a este versículo, Elena de White escribe: “Estas palabras de Jesús no han perdido nada de su fuerza. Nuestro Salvador pide testigos fieles en estos tiempos de formalismo religioso; pero ¡cuán pocos, aun entre los que profesan ser embajadores de Cristo, están listos para dar un testimonio fiel y personal por su Maestro!” (Obreros evangélicos, p. 289). Ya sea que seamos cristianos desde hace años o un corto tiempo, Dios nos dio a cada uno un testimonio personal, y es una de las herramientas más eficaces para compartir el evangelio. Sin embargo, la realidad es que cuando se trata de testificar en la vida diaria, puede que solo tengamos unos pocos minutos para compartir el gozo que encontramos en Cristo. O quizás ni siquiera podamos hablar. Quizás todo lo que alguien verá serán nuestras acciones, la forma en que hablamos a nuestros familiares, o la manera en que manejamos una situación frustrante. Como dijo un pastor: “¡Lo que estás haciendo es tan atronador que no puedo oír lo que dices!” Sí, nuestras palabras no dichas y nuestras acciones dicen mucho sobre nuestra relación con Cristo. Me encanta la siguiente cita del libro El Deseado de todas las gentes. Dice: “Nuestra confesión de su fidelidad es el factor escogido por el Cielo para revelar a Cristo al mundo. […] lo que será más eficaz es el testimonio de nuestra propia experiencia. Somos testigos de Dios mientras revelamos en nosotros mismos la obra de un poder divino” (p. 313). Ya completamos cuarenta días de oración. Y Dios ha estado bendiciendo. Durante los próximos diez días vamos a concentrarnos en el “Discipulado diario” y los aspectos prácticos de lo que significa “ser testigo” para los que nos rodean. Así que, al seguir orando por nuestra iglesia y nuestros líderes y el próximo congreso de la Asociación General, oremos para que Dios nos muestre cómo compartir con los demás el gran regalo —nuestro testimonio— que él nos ha dado. ¡Oremos para que él nos haga testigos fieles para su gloria! Melody Mason Coordinadora, 100 Días de Oración Asociación Ministerial de la Asociación General [Nueva Página de Testimonios: Ya que estamos en el tema de los testimonios, queremos invitarle, si tiene un testimonio sobre cómo la iniciativa 100 Días de Oración hizo impacto en su iglesia o en su vida personal, a que por favor lo comparta en nuestra nueva página de testimonios en nuestro sitio web. Puede compartir comentarios o incluso una imagen de su grupo de oración para que otras personas puedan ser animadas y bendecidas.] Día 42 – Martes 5 de mayo de 2015 ¿Qué sabor tengo? Pasaje Bíblico para la Meditación: Mateo 5:1-14. Versículo Clave: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres” (Mateo 5:13). El líder del grupo me preguntó: “¿Eres adventista?” En ese momento deseé desaparecer. Yo era un estudiante universitario inmaduro, no convertido, y acababa de usar algunas palabras muy groseras y desagradables para decirles a unos adolescentes ruidosos que dejaran en paz mi auto. Cuando descubrieron que asistía a un colegio adventista local, el líder mencionó a alguien que conocía y que iba allí y después preguntó si yo también era adventista. Aunque yo apenas si iba a la iglesia en ese entonces, recuerdo haberme sentido muy mal por la forma en que había representado mi cristianismo. Mis acciones ese día dejaron un sabor horrible en las bocas de esas mentes jóvenes impresionables. El hecho es que ya sea que tengamos intención o no, todos ejercemos influencia constante sobre los que nos rodean. Jesús ilustró esto con la metáfora de la sal: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres” (Mateo 5:13). Así que, ¿qué “sabor” queda en la boca de las personas después de estar cerca de mí? ¿Hace que quieran saber más de Dios, o hace que se alejen con repugnancia? Realmente, como escribe Elena de White: “El argumento más poderoso en favor del Evangelio es un cristiano amante y amable” (El ministerio de curación, p. 372). Sin embargo, por mí mismo, no soy muy amable. Cuando alguien me trata mal, mi tendencia es responder y proteger el yo. Pero Dios nos prometió que cuando estemos llenos del Espíritu, daremos el fruto del Espíritu. ¡Y ese fruto tendrá buen sabor! Solo imagine el impacto que tendrá en los no cristianos en su esfera de influencia cuando reaccione con paciencia a su jefe enojado, cuando esté alegre aun cuando su auto se avería o se amontonen las inconveniencias, cuando sus planes de viaje sean cambiados y todos estén enojados con el agente de puerta de embarque en el aeropuerto pero usted permanece amable, cuando va una milla extra para darle al camarero grosero una palabra agradable de ánimo. Por supuesto, usted no puede hacer todas estas cosas por su cuenta, sino que las hace porque está tan lleno con el Espíritu Santo que el carácter de Cristo ha comenzado a ser su carácter. La inspiración nos dice: “Si nos humilláramos delante de Dios, si fuéramos bondadosos, corteses, compasivos y piadosos, habría cien conversiones a la verdad donde ahora hay una sola” (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 154). Quiero que todos los que me rodean deseen conocer a Jesús porque pueden gustar de su fruto en mi vida. Oremos para que tengamos más del Espíritu de Cristo, para que el mundo pueda realmente “gustar, y ver que es bueno Jehová” (Salmo 34:8). Desafío de oración de corazón Padre celestial, naturalmente no alcanzamos tu carácter maravilloso, amante. Pero tú no has elegido para llevar fruto (Juan 15:16), así que, trae el fruto del Espíritu a nuestros corazones hoy. Por favor, haznos tan rebosantes de tu bondad que todas las personas con las que entremos en contacto quieran saber qué nos hace diferentes. ¡Jesús, vive en nosotros hoy, para que nuestros vecinos, compañeros de trabajo, amigos y familiares puedan realmente gustar y ver que tú eres bueno! ¡Por favor, llénanos con tu Espíritu Santo! En el nombre de Jesús, Amén. Por Zac Page (Zac es pastor de la Iglesia ASD de Templeton Hills, en Templeton, California. Él y su esposa, Leah, hace siete años que están casados y son oradores en retiros de reavivamiento y oración. Para leer más sobre el testimonio personal del Pastor Zac, haga clic aquí.)
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