Sendero Foxo do Lobo

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Ruuttaa:: ““FFooxxoo ddoo LLoobboo””
DESCRIPCIÓN.-
Un "Foxo do Lobo", es una
trampa para dar caza al lobo en siglos
pasados. Está compuesto por dos altos
muros de mampostería, de varios
kilómetros de longitud, dispuestos en
forma de embudo que se va
estrechando cada vez más, hasta llegar
al extremo fortificado y excavado donde
caía el lobo y no podía escapar.
Los lobos eran dirigidos, en batida, por la gente de varias parroquias,
mediante ruído, perros y fuego, hacia el punto donde estos muros se
estrechaban, haciendo cada vez más angosto el camino y los muros más altos,
hasta llegar finalmente a un foso o pozo circular levantado también en piedra,
de unos 4 metros de altura.
La ruta remonta el río Almofrey en su
cuenca alta (afluente que desemboca
en el río Lérez a la altura de la
calzada y el puente romano de Bora).
El sendero recorre varias
parroquias de Carballedo (molino del
Lombiño, piscina fluvial da Chan),
Rebordelo (aldea de Sabugueiro,
ermita de San Brais), Loureiro (Aldea
de
Arufe,
Iglesia,
molino
de
Chandolío, molino dos Pasos, molino do Beseiro, molino da Portalaxa, batán de
lino), Corredoira (Ponte Serrapio, Foxo do Lobo).
Tiene una longitud de 14 km, con una dificultad
media.
Es un recorrido cubierto de arbolado de hoja
caduca, y bastante resguardado del sol, al borde de un
río muy limpio de montaña.
Tiene un paisaje de bosque agradable, y podría ser un entorno muy
recomendable para el cuento de "Caperucita y el lobo".....
Hay que ir hasta la capital del Concello de Cotobade, llamada A Chan,
en Carballedo.
Salimos desde Pontevedra por la carretera de Orense, la N-541, la de
los concesionarios (Citroen, Audi, Opel, Ford) y la del Hospital Montecelo; y a la
altura de la ITV de Bora, nos desviamos a la derecha y cogemos por la
carretera secundaria PO-233, que nos lleva directamente a Carballedo.
Allí delante del Ayuntamiento de Carballedo, aparcamos.
Datos del itinerario.Distancia: 14 km.
Tiempo estimado: 5 horas
Retorno circular: si.
Pendientes: sí
Ríos: sí
Vados: sí, un puente medieval.
Señalizado: sí.
Guía: sí.
Datos de interés.-
1) Llevar una mochila pequeña, con el bocadillo favorito
y una botella de agua (no hay fuentes en el camino)
2) Llevar botas cómodas de senderismo (12 € en
Carrefour, o tiendas de deportes).
3) Llevar un pantalón cómodo (tipo vaquero, tela sarga,
o similar).
En épocas pasadas, los montes gallegos estaban plagados de animales
salvajes. Animales, que debido a la abundancia de ganado libre y en
condiciones de semilibertad, hacían estragos en las ganaderías de los
habitantes de las zonas. Por ello eran un enemigo del hombre, ya que
diezmaban el ganado. Hay que pensar que en el siglo XIX incluso los osos
llegaban a la costa.
Otro de estos animales salvajes era el lobo (canis lupus) que campaba a sus
anchas por las sierras habitadas. Por eso los hombres, ya desde la edad media,
idearon un sistema para eliminar a estas fieras de manera selectiva. Para ello
se construían largos muros ("sebes") en forma de "V" y de mampostería. En el
vértice de la "V" se localiza el foso. Este foso era de planta circular y podía
tener hasta cuatro metros de profundidad. Los lobos eran acorralados en estos
muros y llevados hasta el foso de donde no podían escapar. Allí, moría al caer
encima de estacas afiladas o, más bien, era clavado con chuzos hasta su
muerte. Por medio de una pequeña puerta se retiraban los cadáveres. Las
batidas, según referencias escritas, se solían organizar los sábados y a ellas
acudían los lugareños de diversas parroquias.
Es posible que su ubicación pudiera estar ligada a fortalezas medievales en
zonas montañosas. Aquí, a poco más de un kilómetro existe un monte que
conserva la denominación de Monte Castillo y que conserva restos de sillares
que formaban parte de la muralla que se aprovechó para el foso. La forma de
cazarlos consistía en dos grupos de personas con perros que se dispersaban
por el monte y haciendo ruído para acorralar a los lobos hacia en esta trampa
donde se les daba muerte. Aquí, en Carballedo, se conservan los restos de uno
de estos fosos. Cotobade esconde otros dos restos de fosos, en Campo de Anta
(Corredoira) y en Conllosa (Valonga).