BOLETÍN DE PRENSA Presentación Entre sus acervos, la Casa de la Ciudad conserva una colección de planos y dibujos originales de obras que el ingeniero Francisco Tort Ràfols realizó o proyectó en los estados de Oaxaca y Chiapas entre finales del siglo XIX y la primera década del siglo XX. Estos planos llegaron a nuestra institución como un donativo generoso de la familia. Francisco Tort Ràfols junto con sus hermanos, formaron parte de una generación de ingenieros y empresarios decimonónicos que lucharon por implementar en México la idea del progreso que dominaba en aquel entonces. Centraron todos sus sueños, capacidades y esfuerzos en promover la industrialización del país. Según las ideas de la época, la invers ión industrial y la modernización de la infraestructura iban a producir la consolidación del país, y para lograrla, se le brindó condiciones muy ventajosas. A la vez el estado invirtió de manera importante en la infraestructura comercial y educativa para formar los nuevos cuadros que iban a dirigir la nación ‘moderna’. En todo este proceso era imprescindible el trabajo de los ingenieros-arquitectos. Desafortunadamente, el proceso industrializador condujo a impagables costos sociales que produjeron el estallido revolucionario que conocemos. De la importante actividad constructiva de los años anteriores a la Revolu ción nos quedan muy pocos planos y dibujos originales. En años anteriores, la Casa de la Ciudad logró identificar, entre los materiales conservados en el Archivo General del Estado, los planos del ingeniero del estado, Rodolfo Franco, los cuales fueron presentados al público en el 2006. Con motivo de la celebración del Centenario de la Revolución mexicana, la Casa de la Ciudad desea exponer en esta ocasión una segunda colección de materiales originales que hacen resaltar el trabajo del ingeniero Francisco Tort Ràfols y su valiosa aportación a la arquitectura porfiriana de la ciudad de Oaxaca. El reciente rescate de las colecciones es un hecho muy afortunado para la historia de la arquitectura en Oaxaca: se trata aquí de los dos principales arquitectos del porfiriato en Oaxaca. Las obras de Franco y Tort son sin duda las que representan la cara porfiriana de la ciudad de Oaxaca. Aunque se suele caracterizar a Oaxaca como una ciudad colonial, hay que reconocer que gran parte de la arquitectura de su centro pertenece más bien a las tres décadas anteriores a la Revolución mexicana. Agradecemos a: Silvia Mercedes Hernández-Mejía Tort, Ana María Tort Rodríguez, Rosa María Tort y familia, Eduardo Tort Parada, Dr. Fernán Pavía Farrera, Irma Rivas, Consuelo Bustamante Vasconcelos, Archivo General del Estado de Oaxaca y al Maestro en arquitectura Sergio Spíndola Pérez Guerrero, quien nos asesoró y nos autorizó reproducir partes de su tesis “La arquitectura porfirista en la ciudad de Oaxaca” en esta exposición. Sebastián van Doesburg Director de la Casa de la Ciudad Arquitectura mexicana del porfiriato La arquitectura de la época porfirista es fundamentalmente una continuación del rumbo que la arquitectura mexicana había tomado desde la reapertura y consolidación de la Academia de Bellas Artes a mediados del siglo XIX. Sobre todo a partir de 1857, bajo la dirección de Francisco Javier Cavalleri, la Academia promovió las ideas del historicismo desarrollado en el norte de Europa a favor del rigor del neo clasicismo mediterráneo. Durante el gobierno de Porfirio Díaz, a partir de 1877, el historicismo deriva en el eclecticismo, con una mayor libertad de combinar e integrar distintos lenguajes arquitectónicos. El gobierno de Porfirio Díaz promovió con fuerza esta arquitectura como expresión de su ideología y política liberal del llamado progreso, de la industrialización y mejoramiento de la infraestructura productiva y administrativa. Para ello se intensificaron los nexos con las academias europeas, sobre todo la de París, Londres y Roma. La pauta de este movimiento la marcaron los inversionistas nacionales y extranjeros de capital privado, motor de la economía porfirista, seguidos poco después por el estado mexicano. Tanto en proyectos particulares como públicos notamos la influencia del estilo neo-gótico, del clasicista, ecléctico francés y del art nouveau. Al mismo tiempo dentro del mismo eclecticismo, surgieron los proyectos de carácter nacionalista, en los cuales, elementos decorativos de las culturas mesoamericanas engalanaron pedestales y pabellones de índole nacionalista. La estabilidad y continuidad política de la época permitió el desarrollo de proyectos de gran escala y de costos elevados. Nuevas técnicas constructivas europeas, entre ellas la estructura de metal, llegaron a México, aplicándose en la industria y en los nuevos espacios públicos (mercados, hospitales, teatros, etc.). En algunos casos se importaban hasta los materiales de construcción. En Oaxaca, la introducción de ésta arquitectura ocurrió tarde. Pero a finales del siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, la presencia de la nueva arquitectura se hizo evidente. La remodelación de las fachadas del Instituto de Ciencias y Artes en un estilo clásico francés, y la construcción del Panteón municipal, de estilo meramente clásico, anunciaron ya elementos de la nueva arquitectura en su decoración y elementos constructivos. Sin embargo, es durante la primera década del siglo XX que el Ingeniero Rodolfo Franco y su colega Francisco Tort incorporan a Oaxaca en el panorama de la arquitectura porfirista ecléctica. Archivo Fundacióm Bustamante Vasconcelos Ex hospicio de la Vega Hoy Archivo Histórico Municipal Archivo Fundacióm Bustamante Vasconcelos Calzada Porfirio Díaz Archivo Fundacióm Bustamante Vasconcelos Ex hacienda Aguilera Hoy Escuela de Medicina UABJO Chalet Vasconcelos Hoy Universidad Vasconcelos Archivo Fundacióm Bustamante Vasconcelos Avenida Juárez 502 García Vigil 212 Avenida Juárez 105 La obra de Francisco Tort Ràfols No puede hablarse estrictamente de la obra del ingeniero Francisco de Paula Tort Ràfols (1851-1921) omitiendo a sus hermanos, hecho especialmente claro en el caso de Francisco y Damián Tort Ràfols, quienes sin la menor duda trabajaron hombro con hombro hasta el sensible fallecimiento del segundo, en Cintalapa, a principios de 1894. Francisco Tort Ràfols Su abuelo fue Damián Tort Roca, un catelán, que llegó a Puebla y se casó en 1814 con María de los Angeles Vivó Mayól, vecina de Teziutlán, Puebla. Tuvieron entre sus hijos a José María Tort Vivó (1816-1876), quién, cuando la familia regresó a Cataluña en 1829, realizó allí los estudios profesionales para obtener el título de médico. En 1842, José María Tort Vivó se casó con Francisca Ràfols Carretero. En Cataluña, la pareja tuvo un hijo: José María. Posteriormente, alrededor de 1844, los Tort Ràfols regresaron a Puebla, donde nacieron Damián, Dorotea, Francisco de Paula –nuestro arquitecto- y María Guadalupe. A mediados de la década de 1850, se mudaron a la Ciudad de México, donde nació el último hijo, Eduardo. Fue en México cuando José María Tort Vivó se hizo amigo de José Zorrilla, el autor de ‘don Juan Tenorio’. De México llegaron a Oaxaca, a mediados de la década de 1870, y, una década después, a Chiapas. En 1878, Francisco de Paula Tort Ràfols se casó en Oaxaca con María de la Soledad Santibáñez Maldonado. El registro de su matrimonio, conservado en el Archivo Parroquial del Sagrario Metropolitano de Oaxaca, especifica que era vecino de la Mina de Natividad y que su testigo fue José Zorrilla. El contacto con este importante empresario de origen español debe haberse hecho anteriormente a esta fecha. Podemos suponer que la llegada de Francisco Tort a Oaxaca tuvo que ver con la famosa mina de oro y plata en la cual Zorrilla tenía acciones, junto con los Allende y los Baigts. Por otro lado, sólo tres años antes, Zorilla y asociados habían inaugurado la fábrica de textiles San José, cerca de Etla, cuyos edificios fueron diseñados por Francisco Tort. En el año de 1883 los ingenieros Tort recibieron la oferta de montar otra fábrica de hilados, tejidos y estampados de algodón en la región de Etla: Vista Hermosa, la más grandiosa de las fábricas de textil en Oaxaca. El 16 de septiembre de 1884 el gobernador de Oaxaca, Luis Mier y Terán, celebró un contrato con los señores José Zorrilla y Juan Sáenz Trápaga, mediante el cual el gobierno concedería exenciones fiscales para fomentar la inversión. Los industriales extranjeros montarían en contraprestación un motor hidráulico y la línea de alimentación para la electrificación de la ciudad de Oaxaca. En 1885, los hermanos propusieron al gobierno del estado su plan de traer el agua de Etla, desde los llamados molinos de Laso, al cerro de la Soledad. Sin embargo, una buena parte de las obras de los hermanos se desarrolló en el vecino estado de Chiapas. En 1886, los hermanos firmaron un contrato para la construcción del ferrocarril de Tonalá a Tuxtla de Gutiérrez, importante ruta comercial entre el Pacífico y la ciudad más moderna del estado y en vías de desarrollo, aunque no lograron terminarlo. Fue en Cintalapa, Chiapas, donde fundaron “Tort Hermanos” la empresa que construyó, en asociación con inversionistas de Tuxtla, “La Providencia, compañía industrial y manufacturera de Chiapas, S.A.”, una fábrica textil cuya presa proveía la energía eléctrica. Entregada formalmente el 25 de diciembre de 1892, La Providencia fue exitosa desde el inicio de sus operaciones. Hoy en día quedan sus edificios abandonados como un testimonio de aquel sueño industrial. Los hermanos realizaban la compra directa de la maquinaria, principalmente inglesa, para las fábricas cuya instalación tuvieron a su cargo. Las compras significaban un esfuerzo enorme, no sólo por los desplazamientos geográficos que representó, sino también porque hacer llegar las máquinas a su punto de destino implicaba un tránsito a lomo de mulas muy difícil y accidentado desde el puerto mexicano de arribo hasta el sitio de emplazamiento. Hasta hubo la necesidad alguna vez de cortar alguna pieza grande para hacer posible su traslado, para volver a integrarla una vez lista para instalarse. Con frecuencia Damián aportaba maquinaria de su invención como complemento de la que solían importar (por ejemplo, hay patentes de una máquina para hacer cerillos de 1868 y otra para purgar azúcar de 1883). Chalet de la fábrica de Vista Hermosa. Plano elaborado por Francisco Tort Ràfols. Mapoteca Casa de la Ciudad Colección Fernán Pavía Colección Fernán Pavía Colección Fernán Pavía Fábrica La Providencia, Chiapas. A principios de 1894 murieron casi simultáneamente dos de los hermanos, Damián y Eduardo, dejando la dirección de la empresa al garete. La Providencia se puso a la venta. Posteriormente, entre 1909 y 1910, Francisco Tort Ràfols, de regreso en Oaxaca, remodeló dos casas de la Avenida Morelos en la ciudad de Oaxaca. La primera pertenecía al importante inversionista francés Juan Baigts y la segunda al conocido abogado y político Guillermo Meixueiro. Estas casas aún existentes, que forman un juego armonioso en el crucero con 5 de Mayo, son características del nuevo estilo arquitectónico que se impuso durante el porfiriato en Oaxaca: casas de partida tradicional cubiertas de elementos decorativos eclécticos. Francisco Tort y Soledad Santibáñez tuvieron varios hijos: Carmen (nacida 1879), María (1881), Enrique (1882), Consuelo (1884), Concepción (1886), José (¿?) y Alfonso (¿?). Francisco Tort murió el 1 de Mayo del año de 1921. Fue enterrado en el panteón municipal en la fosa 56, línea 9, cuadro 1o. Texto elaborado en base a información recaudada por el Sebastián van Doesburg, Silvia Mercedes Hernández-Mejía Tort y Ana María Tort Rodríguez. Casa en la calle 5 de Mayo # 111 Casa en la calle 5 de Mayo # 203 Mapoteca de la Casa de la Ciudad Mapoteca de la Casa de la Ciudad
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