Obras de la carne. Por: Priscila Alejandra Díaz Mes 6. Año 4to, 2015. Semana del 14 al 20. Hola amiguitos la siguiente cosa que no le agrada a Dios, es que tengamos contiendas con los demás, vivimos en un mundo lleno de pleitos, contiendas y relaciones dañadas. Pero la voluntad de Dios es que estemos construyendo, en vez de destruir las relaciones con los demás. El problema es nuestra propia naturaleza que tiende a pelear por nuestros "derechos", en vez de buscar la paz y comprensión. Ustedes deben aprender que Dios espera que seamos hombres y mujeres de paz, que reflejemos a Jesucristo en nuestras actitudes y acciones, que desechemos en nosotros toda actitud contenciosa. Lee los siguientes Proverbios que te ayudaran a saber lo que hacen las contiendas: Carmona. "No tengas pleito con nadie sin razón..." (Proverbios 3:30) "El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas" (Proverbios 10:12). "El hombre iracundo promueve contiendas..." (Proverbios 15:18). "El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos" (Proverbios 16:28). "Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones" (Proverbios 17:1). "...deja, pues, la contienda, antes que se enrede" (Proverbios 17:14b). "Los labios del necio traen contienda; y su boca los azotes llama" (Proverbios 18:6). "El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar" (Proverbios 18:19). "Honra es del hombre dejar la contienda; mas todo insensato se envolverá en ella" (Proverbios 20:3). "Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, y cesará el pleito y la afrenta" (Proverbios 22:10). TE GUSTARIA QUE TE HICIERAN LO DEL DIBUJO?, ¿VERDAD QUE NO? ENTONCES BUSCA SIEMPRE HACER LAS PACES; COLOREA EL DIBUJO Y PREGUNTA A TUS PAPÁS CUANTO DAÑO SE HACE CUANDO ALGUIEN CONTIENDE. Número: 24 ... la verdad os hará libres. Juan 8:32. ¿Dónde estabas tú cuando Dios fundaba la tierra? Por: Pedro Castañeda. “¿Dónde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella su cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?” Job 38.4-7 El versículo más emblemático del libro Job es aquel donde Dios pone en su lugar al hombre delante de Él, no como un asunto de soberbia sino como un asunto de entender Quién está al frente de tan grandes obras, muchas veces inexplicables para el entendimiento humano. Después de una serie de confrontaciones entre Job y sus amigos que intentan “ayudarle” y “consolarle”, Dios pronuncia una simple pero poderosa pregunta a Job: ¿dónde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra? Job estaba sumido en una profunda confusión física, emocional y espiritual por los acontecimientos tan terribles que estaba experimentando. Perdió sus riquezas en un sólo día, su familia muere repentinamente, y él enferma de tal manera que él deseaba la muerte. El hombre justo descrito al inicio del libro de Job, ahora experimentaba sucesos “inexplicables” que le llevarían a cuestionar a Dios. El libro de Job está compuesto por una serie de discursos maravillosos que reflejan el limitado entendimiento humano de la soberanía de Dios. Pero el libro no se queda ahí, concluye con la declaración maravillosa de la potestad eterna de Dios, nuestro Dios que se es cercano para con los humildes, los quebrantados, los limpios de corazón. El Dios que sostiene el universo con el poder de Su Palabra, es el Dios que te ama y cuida de ti en cada momento. Cuando Dios habla a Job, no lo hace con palabras para lamentar la condición tan triste de Job, sino habla de Su poder, de Su grandeza. No por soberbia, insisto, sino para decirnos: el Dios que creó todo esa inmensidad que te rodea, es tu Dios y hará conforme Su voluntad. Yo sigo sorprendido de algo: el Dios que creó el universo entero con Su Palabra, fue el Dios que habitó en medio nuestro en cuerpo de hombre en JESÚS. No logró aun imaginar cómo sería ver a JESÚS caminando entre los hombres llenos de imperfecciones, cuándo ese JESÚS fue el mismo que creó tan perfecta creación. Dios cercano. El libro de Job, considerado el libro más antiguo de la Biblia, narra lo que en algún momento muchos hombres y mujeres experimentamos: confusión ante la vida. No entendemos por qué suceden las cosas, no sabemos por qué nos tocó esta vida, no logramos saber por qué se han ido seres amados. Luego, llegan amigos con buenas intenciones de ayudar pero que sus palabras son una carga más ante el pesado momento que atravesamos. Y cuando agotamos toda oportunidad humana para hallar consuelo, Dios se muestra como el Gran Yo soy, para recordarnos que nada, absolutamente nada, es imposible para Él. Hallemos, pues, consuelo en Su Palabra en todo momento. Que Su Palabra nos recuerda al gran Rey al que pertenecemos y servimos, quien tiene cuidado de nosotros. Examíname ¡Oh Dios! Por: Marcela Pintle. “Examíname, oh Dios y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.” Salmo 139:23-24. Cada mañana en mí tiempo de oración le pido a Dios que examine mi corazón, y quite todo lo que impide mi comunión con Él. Como hijos de Dios somos santos apartados por medio de Jesucristo, ÉL nos santifica: Pero como personas en la carne puede haber pensamientos, actitudes, palabras que desagradan a Dios, pueden ser imperceptibles a los demás, pero no así para Dios, son pequeñas manchas que si no las limpiamos se pueden ir haciendo más grandes hasta llegar a nublar el entendimiento. Pedir que nos guie en el camino eterno es ser guiados por Su Palabra, es fundamental para todo cristiano la lectura diaria de la palabra de Dios pues es lumbrera a nuestro camino, si queremos guiarnos, por nuestro razonamiento combinado con la palabra de Dios, vamos a tropezar una y otra vez, pues nuestros pensamientos son terrenos y la palabra de Dios es espiritual. Primero hay que alimentar lo espiritual que es lo interno, para que lo físico, lo externo funcione bien. Permitir que Dios escudriñe nuestro corazón, es muestra de humildad de saber que somos imperfectos y que ante Dios no podemos tener una postura de orgullo, creyéndonos perfectos, reconocer que sin pensarlo pecamos, esto es necesario pues como cuerpo de Cristo, miembros de la iglesia, debemos tener especial cuidado de ser limpios, santos, pues para servirle a Dios no puede ser de otra manera. Para formar la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, debe haber una reformación en los hijos de Dios, una limpieza profunda para poder funcionar, ser nuevamente formados, pero ahora con la Palabra de Dios. Si permitimos que Dios nos limpie, tal vez nos duela, pero después encontramos el gozo de su comunión con Él. Así se formara una iglesia, con bases sólidas, que aunque lleguen vientos y huracanes de incredulidad, desanimo, apatía, permanecerá. Pleitos, desarreglo con los puños y arreglo con oración. Cuatro campesinos se encontraron fuera de una ciudad cuando iban de viaje. Los llamaremos los señores A, B, C, y D. El señor A y el señor B durante mucho tiempo habían estado fuertemente enojados, el uno contra el otro por causa de ciertos límites de sus propiedades, pues eran vecinos, y dichos límites no estaban claramente definidos. Cuando A y B se vieron no se saludaron, se hicieron reclamaciones recíprocamente, comenzaron a usar un vocabulario insolente y a ofenderse de palabra. Entonces A desafió a B para que pelearan a puñetazos: A comenzó, y B devolvió los golpes… Al fin A fue derrotado, y cayó al suelo. Mientras, señores C y D estuvieron observando el desarrollo de los acontecimientos; y aunque tenían un problema como el de A y B, y los niños de uno habían peleado con los niños del otro, el señor C dijo a D: “Señor D, yo creo que debemos orar. Vamos a orar”. Después de la oración dijo el señor D: “Vamos a ponernos de acuerdo; para arreglar nuestro problema yo haré mi parte y usted hará la suya. Cada uno de nosotros tiene algo de razón y ha cometido unos errores en este asunto”. El señor C estuvo de acuerdo con esto, y después de haber orado otra vez resolvieron su problema; y el domingo siguiente se sentaron juntos en el templo y juntos adoraron a Dios. Biblia en gráficos. Amando a tus enemigos. Por: Pst. David Wilkerson. Una de las marcas supremas de un creyente maduro es el amor por toda la humanidad perdida. Tales cristianos muestran amor, tanto por los judíos como por los palestinos, por los bosnios y los serbios, por todos. Solamente un creyente maduro, que ha crecido, puede aceptar estas palabras de Jesús: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5:44). Te pregunto: ¿Puedes imaginarte pasando un mes en un hospital de campo palestino, cuidando y alimentando soldados que quieren destruir Israel? ¿Puedes mantener tus prejuicios en control cuando leas los hirientes reportes en los días siguientes? ¿Tendrás el mismo espíritu que estaba en Cristo, que dijo mientras era crucificado: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"? Si quieres andar como Jesús anduvo, no puedes permitir que tus pasiones humanas se inflamen por los titulares. Cristo murió por cada alma en esta tierra, incluyendo los doctores de abortos, asesinos, violadores, acosadores de niños. Ahora mismo, nuestras cárceles están llenas de convictos que han llegado a ser poderosos testigos del amor salvador de Jesús porque alguien les amó a pesar de sus pecados. (Continuara).
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