UNIVERSIDAD MIGUEL HERNÁNDEZ DE ELCHE FACULTAD DE MEDICINA Departamento de Medicina Clínica INERCIA TERAPÉUTICA Y PRESCRIPCIÓN NO RECOMENDADA EN PACIENTES HIPERTENSOS. TESIS DOCTORAL REALIZADA POR: D. Miguel José Martínez Orozco Modalidad de presentación de tesis doctoral con un conjunto de publicaciones DIRIGIDA POR LOS PROFESORES: Dr. Vicente Francisco Gil Guillén, Dra. Concepción Carratalá Munuera y Dr. Domingo Orozco Beltran San Juan de Alicante, 2014 1 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 2 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos AGRADECIMIENTOS Difundir los resultados de investigación y facilitar los conocimientos de una tesis doctoral, implica recorrer una trayectoria interminable, compleja y laboriosa. Para conseguirlo es necesario el apoyo de todos los profesionales implicados, de los pacientes y dosis elevadas de trabajo e ilusión. La soledad me ha acompañado durante varios periodos del camino, pero una llamada telefónica, un tweet o un ánimo Miguel, son suficientes para seguir trabajando y no demorar en el empeño. Así quiero agradecer a todos aquellos que me han ayudado, apoyado y animado a seguir adelante, tanto los conocidos de siempre, como los nuevos profesionales que he ido descubriendo a lo largo de la gesta de la presente tesis doctoral. Especialmente doy las gracias: A mis padres, sobre todo a mi padre que ha estado muy cercano y observador en este último trayecto, pese a las dificultades. Esta va por ti yayo. A mi esposa Marta, que ha estado codo con codo hasta el último momento, y que ha sido capaz de transmitirme todos sus conocimientos y aptitudes para concluir el presente trabajo. Su paciencia y buen hacer han sido cruciales. La ilusión que me has contagiado ha sido determinante para llegar a la recta final. A mis hijos Pepe y Miguel, que se han involucrado y me han animado en todo momento, pese al tiempo que les he robado y el espacio que les he ocupado. Con ellos comparto mi inmadurez en algunos temas. ¡Os quiero con locura! 3 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos A mis pacientes, que han sido leales, y que me han aguantado durante todo el trayecto, a pesar de mi presión sanitaria y social. Siempre habrá un agradecimiento mutuo. A mis directores de tesis Vicente, Domingo y Conchi, por haberme transmitido vuestros conocimientos y por compartir conmigo toda vuestra sabiduría, y que ha sido determinante en el desarrollo de mi tesis. Vuestra humanidad ha despertado en mi mucha ilusión, me aporta valores como persona y me empuja hacia delante como sanitario. Vuestro apoyo no tiene precedentes y vuestra exigencia cada día me compromete más, aumentando mi implicación. Vuestra colaboración y dedicación no tienen parangón, es una gran suerte poder trabajar con vosotros. Gracias por creer en mí, por vuestra confianza. Vuestros comentarios y testimonios han ayudado a que esta ilusión se transforme en una realidad. A Antonio ¡siempre con su buen humor! Es el gran motivador de este proyecto, muchas gracias por tu aportación, por tu bondad, tolerancia y por tus conocimientos, tu ayuda ha sido vital. A Zeneida, por su gran capacidad de trabajo, por su dedicación. La confección del trabajo de campo es extraordinaria, su rigor es muy valioso y su aportación científica imprescindible. A la sociedad científica SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Comunitaria) por su contribución investigadora y divulgativa, en especial al grupo de hipertensión y riesgo cardiovascular, y en concreto a Montse, Rosa y Vicente. Desde su secretaría ha emanado mucha información y muy valiosa. A la sociedad científica SEFAR (Sociedad Española de Farmacia Rural), por su actividad divulgadora de infinidad de cursos y proyectos científicos, que me han ayudado en los cimientos de mi trabajo, gracias a J. Guerrero, M. Plasencia y a Sara. 4 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Al Centro de Información de Medicamentos del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de Alicante, en especial a Encarna por su información y divulgación. A Joan, auxiliar de oficina de farmacia que con su paciencia y bondad ha permitido convencer a muchos pacientes de sus obligaciones. Su orden y firmeza, son dos de sus mejores armas. Al Departamento de Farmacología de la Universidad de Valencia, liderado por Pilar D`ocon y gracias a sus colaboradores, sobre todo a Salvador Mañez y a Amalia Ubeda. Mención de honor a los profesores Francisco Morales y Luis Estany (descanse en paz) del Departamento de Farmacología Cardiovascular. A Manuel Machuca, Emilio García y Pedro Amariles por que fueron los que me introdujeron en el precioso mundo de la investigación y me iniciaron en diferentes proyectos y trabajos. Son mis directores de tesina. ¡Muchas gracias por vuestro apoyo y amistad! Al gran Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada, capitaneado por la doctora Faus y Fernando Martínez, especialistas en Farmacia Asistencial. Sin olvidarme del gran farmacólogo Don Antonio Zarzuelo que despertó en mí ese gran interés por la hipertensión. Excelentes colaboradores fueron Isabel Baena y Paloma Fajardo. A la Consellería de Sanitat por permitirnos utilizar el equipo de los centros de salud y el sistema informático sanitario. A Armina Sepehri por su colaboración en la informatización de las bases de datos y en la revisión de esta tesis doctoral. A Ian Johnstone por su apoyo lingüístico en la publicación presentada en esta tesis doctoral. 5 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos A mis compañeros, colegas y amigos farmacéuticos que siguen investigando en otras universidades, en concreto a Dani Sabater y a J. Carbonell por haber compartido conmigo vuestros conocimientos. A todos los médicos y enfermeras del centro de salud que nos han dejado sus vivencias y que han apoyado toda la intervención realizada, sin interferir en todo el proceso de estudio y facilitándonos todo lo necesario para el buen discurrir del trabajo. GRACIAS A TOD@S 6 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos No se descubren nuevos mundos si no se está dispuesto a perder de vista la costa por un largo tiempo. ANDRÉ GIDE, escritor. La playa es el refugio de la barca que teme al temporal, o se gallardea ante la silueta de su pueblo. RAMÓN LLORENS, escritor. 7 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 8 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos ABREVIATURAS Y SIGLAS AAS Ácido Acetil-Salicílico ABUCASIS II ACV Accidente Cerebrovascular ACVA Accidente Cerebrovascular Agudo AEMPS AF Atención Farmacéutica AGP Antiagregante Plaquetario AINE/S Antiinflamatorio No Esteroideo AMPA Automonitorización de la Presión Arterial ARA-II Antagonistas de Receptores de Angiotensina II ASH Association Society Hypertension ATC Guías de Clasificación BOT PLUS Base de Datos del Medicamento CEIPC CI Cardiopatía Isquémica CRD Cuaderno de Recogida de Datos CV Cardio Vascular DASH Dietary Approaches to STOP Hypertension DDD Dosis Diaria Definida DM Diabetes Mellitus EAP Enfermedad Arterial Periférica EC Enfermedad Cardiovascular ECV Evento Cardiovascular EPOC Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica ESH/ESC FDA U.S. Food and Drug Administration Gestor de Prescripción-Dispensación de medicamentos Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios Comité Español Interdisciplinar de Prevención Cardiovascular European Society of Hypertension / European Society of Cardiology 9 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos FR Factores de Riesgo FRCV Factores de Riesgo Cardio Vascular GAIA Gestor Integral de la Prestación Farmacéutica GC Guías Clínicas GPC Guías de Práctica Clínica Hg Mercurio HTA Hipertensión Arterial HVI Hipertrofia del Ventrículo Izquierdo IAM Infarto Agudo de Miocardio IBP Inhibidor de la Bomba de Protones IC Intervalo de Confianza ICP Intervención Coronaria Percutánea IECA Inhibidor de la Enzima Convertidora de Angiotensina IMC Indice de Masa Corporal IT Inercia Terapéutica MAPA Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial MHRA Agencia Británica de Medicamento mm Hg Milímetros de Mercurio OF Oficina de Farmacia OMS Organización Mundial de la Salud OR Odds Ratio PA Presión Arterial PAD Presión Arterial Diastólica PAS Presión Arterial Sistólica PRM Problemas Relacionados con Medicamentos RCV Riesgo Cardio Vascular RNM Resultados Negativos de la Medicación SCORE Systematic Coronary Risk Evaluation SEFH Sociedad Española de farmacia Hospitalaria SEFAC Sociedad Española de Farmacia Comunitaria SEFAR Sociedad Española de Farmacia Rural SEH-LELHA Sociedad Española Hipertensión-Liga Española Lucha Hipertensión Arterial 10 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos SEMERGEN Sociedad Española de Médicos Rurales y Generalistas SEMFYC SNC Sistema Nervioso Central SPD Sistema Personalizado de Dosificación SFT Seguimiento fármaco Terapéutico TIC Tecnologías de la Información y la Comunicación Sociedad Española de Medicina de Familia Comunitaria 11 y Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 12 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos INDICE Página 1, INTRODUCCIÓN 15 1.1 Anti agregación plaquetaria. 17 1.1.1 Antiagregación plaquetaria: Mecanismo de acción 17 1.1.2 La aspirina y el clopidogrel. 23 1.1.3 Tratamiento de la cardiopatía isquémica 32 1.1.4 Prevención cardiovascular (primaria/secundaria) 37 1.1.5 Evidencias del uso de antiagregantes en prevención primaria y 40 secundaria 1.2 Hipertensión 45 1.2.1 Definición, etiología, epidemiología y clasificación 45 1.2.2 Fármacos antihipertensivos 48 1.2.3 Factores que influyen en el control de la HTA 56 1.2.4 HTA como factor de riesgo cardiovascular (RCV) 58 1.2.5 Prevención de la HTA: medidas higiénico- dietéticas 61 1.2.6 Tratamiento y conocimiento de la HTA 65 1.2.7 Efectos de la intervención farmacéutica en pacientes 70 hipertensos. 1.2.8 Adherencia al tratamiento e incumplimiento terapéutico 72 1.2.9 Medida de las cifras de presión arterial 76 1.3 Inercia 79 1.3.1 Definición de la Inercia Terapéutica 79 1.3.2 Diagnóstico de la inercia terapéutica. 83 1.3.3 Causas de la inercia. 86 1.3.4 Estrategias para disminuir la inercia terapéutica (IT) 94 1.4 Funciones de las oficinas de farmacia 104 1.4.1 Gestión de los pacientes con enfermedad crónica 104 1.4.2 Asistencia sanitaria en el paciente crónico 106 1.4.3 Identificación de pacientes que precisan modificaciones 108 terapéuticas 13 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Página 1.4.4 Atención farmacéutica: dispensación y seguimiento 112 farmacoterapéutico 1.4.5 Comunicación-relación con el paciente: elementos facilitadores 116 1.5 Justificación del artículo en el que se basa la tesis 118 2. RESUMEN GLOBAL DE LA PUBLICACIÓN PRESENTADA 121 2.1 Resultados 123 2.2 Discusión. 125 2.3 Conclusiones 127 3. BIBLIOGRAFÍA. 129 4. ANEXO 153 14 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1. INTRODUCCIÓN. 15 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 16 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.1. Antiagregación plaquetaria. 1.1.1. Antiagregación plaquetaria: Mecanismo de acción. La agregación plaquetaria, en términos generales, la situaremos dentro del proceso de regulación de la hemostasia, que es un proceso fisiológico mediante el que la sangre circula fluida por el torrente circulatorio, así como pone en marcha una serie de fenómenos para evitar que salga del interior de los vasos sanguíneos. A través de dos vías, la hemostasia repara la lesión vascular y evita que se forme un coágulo obstructivo: - Por una parte el colágeno activa a las plaquetas circulantes que comienzan a adherirse entre sí y a la zona dañada, es el primer tapón hemostático (sólo formado por plaquetas); la activación de estos elementos celulares libera sustancias que potencian la coagulación plasmática, es la cascada de los factores de la coagulación, con el objetivo de formar una red de fibrina que solidifique el tapón plaquetario; este fenómeno no sólo se debe a estímulos plaquetarios, sino que existen una serie de factores tisulares subendoteliales que también activan la fase plasmática de la coagulación 1. - Por otra parte, hay que poner freno a este mecanismo, sino el tapón hemostático crecería hasta obturar la circulación sanguínea, de esto se encarga el endotelio circundante a la lesión, que libera factores activadores de la fibrinolisis, que tiene por misión autolimitar el proceso mediante la destrucción de fibrina 2,3. 17 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Cuando las condiciones fisiológicas del organismo son óptimas, existe un equilibrio entre los factores prohemostáticos y los antihemostáticos, pero en situaciones patológicas, esta balanza se desequilibra. Así distinguiremos dos grandes cuadros clínicos: Hemorragia: es la salida de sangre del lecho vascular y/o inefectividad de los mecanismos hemostáticos defensivos. Trombosis: es la formación de un coágulo hemostático excesivo o bien en ausencia de estímulo fisiológico. La consecuencia de este proceso, es la obstrucción de una irrigación tisular (trombosis arterial) o del retorno venoso (tromboembolismo venoso). En este caso, los fármacos utilizados deben inhibir los mecanismos procoagulantes o estimular los antihemostáticos endógenos y se llaman fármacos antitrombóticos1. En el control fisiológico de la hemostasia, podemos distinguir tres elementos fundamentales: la plaqueta y su interacción con la pared vascular, la fase plasmática de la coagulación y la fibrinolisis; así también clasificaremos a los agentes hemostáticos en tres grandes grupos: estimulantes del funcionalismo plaquetario, activadores de la coagulación (agentes procoagulantes) e inhibidores de la fibrinolisis. Función plaquetaria. La adhesión de las plaquetas al vaso dañado desencadena su activación que da lugar a los mediadores tromboxano A2 (TXA2) y ADP, que desenmascaran en receptor plaquetario agregación 4,5. 18 GPllb/ llla y desencadenan la Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Las plaquetas son elementos celulares de 2-4 μm de diámetro y de forma oval. Cuando cualquier estímulo activador interactúa con la plaqueta ésta cambia de forma, emite pseudópodos y se adhiere a otras plaquetas y al subendotelio de la pared arterial. A continuación libera todo su contenido, con los siguientes objetivos: activar a nuevas plaquetas (ADP, serotonina, tromboxano) y facilitar el proceso de la fase plasmática de la coagulación (calcio, factor 3 plaquetario, ...). Este proceso es la consecuencia de una serie de cambios bioquímicos intraplaquetarios, sobre los cuales actuarán los fármacos antiagregantes 6. La activación/ inhibición endógena son dos mecanismos paralelos contrarios que regulan la función plaquetaria y que vamos a describir brevemente: en la activación endógena plaquetaria el estímulo interactúa con la superficie de las plaquetas, lo que facilita la activación de proteinas G de membrana acopladas a la fosfolipasa C, que pone en marcha el ciclo del fosfoinositol en el que se producen dos productos: el diacilglicerol, cuyo metabolismo origina el ácido araquidónico, y el inositol trifosfato, que activa la salida de calcio de los depósitos intracelulares al citoplasma. Esta salida de calcio es un estímulo potente de la fosfolipasa A2, la cual libera ácido araquidónico de los fosfolípidos de membrana. Sobre el ácido araquidónico actúa la enzima ciclooxigenasa formándose el tromboxano A2 en la plaqueta y prostaciclina en la pared vascular; estos dos prostanoides tienen efectos muy opuestos, el primero vasoconstrictor y el segundo vasodilatador, que mantienen el equilibrio llamado balanza tromboxano/ prostaciclina, básico para el buen funcionamiento de las plaquetas. En la inhibición endógena plaquetaria existen mecanismos contrarios al proceso de activación que consiguen inhibir la función plaquetaria, a fin de contrarrestar un estímulo constante. Este proceso se resume en diferentes reacciones bioquímicas que dan como resultado AMPc y CMPc que activan la entrada de calcio a sus depósitos intracelulares, con lo cual evitan la agregación plaquetaria. 19 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Regulación de los niveles celulares de calcio: - AMPc: disminuye la concentración de calcio, luego disminuye la agregación plaquetaria. - La prostaciclina (PGI): aumenta el AMPc y el óxido nítrico aumenta el CMPC, luego eleva el AMPc, de ahí su acción antiagregante. El proceso de agregación plaquetaria es muy complejo y parte fundamental del mecanismo de la coagulación. Los antiagregantes se usan como preventivos en la formación de trombos en casos de cirugía vascular y diálisis, en la prevención de trombosis venosas profundas y ante el riesgo de episodios obstructivos coronarios. Además, están incluidos en el grupo de los antitrombóticos las enzimas y los inhibidores directos de la trombina. En función del lugar de interferencia con la agregación plaquetaria distinguiremos: - Interferencia en la vía del ácido araquidónico (síntesis de prostaglandina (PG) y TXA). Inhibición de la ciclooxigenasa: ácido acetil salicílico (AAS). - Interferencia con la función del complejo GPllb/llla. Por disminuir los mecanismos ADP-dependientes: clopidogrel. La clasificación de los principales fármacos antiagregantes, basándonos en su mecanismo de acción, adaptada y modificada de Barragán Casas et al6, es la siguiente: 20 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Acción sobre los mediadores de la activación plaquetaria: - Inhibidores de la producción de TXA2: o Ácido acetilsalicílico. o Trifusal. o Ditazol. - Inhibidores de la fosfodiesterasa: Dipirimadol, y Cilostazol. - Antagonistas del receptor del ADP: - o Ticlopidina. o Clopidogrel. o Prasugrel. o Ticagrelor. o Cangrelor. o Elinogrel. Bloqueadores del receptor GPIIb/IIIa: o Uso intravenoso: Abciximab, Eptifibátida y Tirofiban. o Uso vía Oral: Xemilofiban, Orbofiban y Lotrafiban. - Análogos de inhibidores naturales de la agregación: o Epoprosterol o Iloprost. - Inhibidores de la enzima tromboxano-sintasa y receptores tromboxano: o Picotamida. o Tidogrel. 21 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Los principales fármacos antiagregantes orales utilizados en la práctica clínica habitual los vemos reflejados en la Tabla 1: Tabla 1: Principales fármacos antiagregantes orales. Fármaco Ácido Mecanismo de acción y dosis diaria. Inhibe agregación Prolonga tiempo de sangría. Inhibidores de la ciclooxigenasa (75-325 mg) Sí Sí Triflusal Inhibidores de la ciclooxigenasa (600-900 mg) Sí Sí Dipiridamol Inhibidores de la fosfodiesterasa (200-400 mg) No No Ticlopidina Inhibidores del receptor del ADP (500 mg) Sí Sí Clopidogrel Inhibidores del receptor del ADP (75 mg) Sí No acetilsalicílico Entre los antiagregantes plaquetarios, el AAS es el medicamento con el que se tiene más experiencia, por lo que se ha convertido en el antiagregante de elección y es el patrón de comparación del grupo7. El metaanálisis del Antithrombotic Trialists Collaboration (ATC) 8, es uno de los principales estudios realizados para evaluar la eficacia del tratamiento con AGP en pacientes de riesgo cardiovascular. Este ensayo incluyó 195 ensayos clínicos en que se evaluaba el tratamiento antiagregante frente a un control en pacientes de alto riesgo (n=135,640), demostró que el tratamiento prolongado con antiagregantes en paciente de alto riesgo reduce en un 25% el riesgo combinado de IAM no letal, ACV no letal o muerte de causa CV. En los principales subgrupos evaluados (IAM, ACV o EAP) los beneficios del tratamiento antiagregante superaron los riesgos de complicaciones hemorrágicas. Asimismo aspirina a dosis bajas (75-mg al día) fue la pauta más evaluada y demostró igual eficacia que a dosis altas. Los resultados de este trabajo se presentan en la Figura 1. 22 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Figura 1: Resultados del Metaanálisis: Antithrombotic Trialists Collaboration8 Nuevos fármacos antiagregantes: se están estudiando así como nuevos mecanismos de acción antiplaquetaria, como vorapaxar, antagonista del receptor de trombina, terutroban, inhibidor selectivo y específico del receptor de TXA2; ARC1779, que inhibe la agregación plaquetaria dependiente del factor vW; ALX0081, dirigido al GPIb de unión del factor vW, y el AJW200, un anticuerpo monoclonal IgG4 del factor vW 9. 1.1.2. La aspirina y el clopidogrel. La aspirina. Félix Hoffman hace dos siglos, sintetizó el ácido acetil salicílico a partir de aquel derivado de una sustancia natural que se encontraba en la corteza del sauce blanco (salix). Este salicilato utilizado como antiinflamatorio no esteroideo de acción analgésica, antitérmica y uricosúrica, nos ocupa ahora por su gran efecto preventivo en enfermedades cardiovaculares (ECV) como antiagregante plaquetario. 23 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos El AAS es el agente antiagregante plaquetario por excelencia y de elección, cuyo peso molecular es de 180.16, su fórmula C9H8O4 y en la clasificación ATC pertenece al grupo BO1AC061. El AAS actúa inhibiendo la síntesis de prostanoides, mediante el bloqueo irreversible (por acetilación) de la ciclooxigenasa; esto incapacita a la plaqueta para sintetizar nuevamente la enzima y persiste durante toda su vida (aproximadamente 10 días). La población de riesgo la subdividiremos en: madres embarazadas.- que clasifica al AAS en la categoría C de la FDA, ya que atraviesa la barrera placentaria; y está contraindicado en el tercer trimestre. En madres lactantes no se recomienda su uso, ya que se excreta en leche materna. En niños no se dispone de suficiente experiencia clínica, por lo que su uso no es recomendado; está contraindicado en niños menores de 16 años con procesos febriles, gripe o varicela, ya que su administración se ha asociado a la aparición del síndrome de Reye. El uso de AAS en ancianos no tiene ningún problema, excepto cuando aparezca un cuadro de insuficiencia renal, que modificaremos su administración. Indicaciones. Está indicado en la profilaxis secundaria tras un primer evento isquémico coronario o cerebrovascular de: Infarto agudo de miocardio. Angina estable o angina inestable. Intervención coronaria percutánea. Isquemia cerebral: accidente cerebrovascular no hemorrágico transitorio o permanente. 24 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Reducción de la oclusión del injerto después de realizar un by-pass coronario. La dosificación habitual del AAS oscila entre 100-300 mg / 24h, se debe administrar a la misma hora del día, preferentemente durante las comidas. La administración es vía oral y su absorción es rápida y casi completa. El recubrimiento entérico retrasa su absorción e impide el contacto directo del AAS y la mucosa gástrica. Entre las precauciones, debemos tener en cuenta su uso en pacientes asmáticos, en insuficiencia hepática y renal, en cirugía (suspender ingesta de AAS 5 días antes de la intervención) y en enfermos que estén tomando antiiflamatorios no esteroideos (AINE), corticoides o antidepresivos, ya que pueden aumentar el riesgo de hemorragias especialmente digestivas altas. De las recomendaciones principales de las guías terapéuticas podíamos destacar, que el tratamiento con AAS en pacientes con riesgo cardiovascular elevado ha demostrado una reducción de la incidencia de infarto agudo de miocardio (IAM), accidente vascular cerebral (AVC) no letal y mortalidad de origen cardiovascular. La población diana son los pacientes con riesgo basal de ECV alto (riesgo CV igual o superior al 20% en 10 años o mortalidad CV mayor o igual al 5%). La eficacia de AAS disminuye en casos combinados de muerte por cardiopatía isquémica (CI) e infarto de miocardio (IM) no fatal, menor eficacia que en prevención secundaria8. Cabe destacar que la utilización de AAS en pacientes diabéticos en prevención primaria permanece controvertido; calcular el riesgo CV global del paciente para su adecuado manejo considerando la diabetes mellitus un factor de riesgo más y, en función del mismo, aplicar o no terapias basadas en fármacos. 25 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Eficacia. El AAS ha demostrado ser eficaz en numerosas situaciones clínicas. La administración de AAS en pacientes con angina inestable reduce en un 50% el riesgo de muerte. Reduce la mortalidad cardiovascular en el primer mes postinfarto, se recomienda una dosis inicial de 250-325 mg/día. En angina estable, una dosis de 75-325 mg/día, reduce el riesgo de muerte e IM a corto y largo plazo. Ha demostrado también su eficacia en la prevención de la trombosis aguda y tras la cirugía de revascularización coronaria y en la prevención de la oclusión del injerto hasta un año después de la cirugía. En la fibrilación auricular está indicada en pacientes entre 65 y 75 años sin factores de riesgo embólico. El AAS es eficaz en la prevención secundaria de ictus y accidentes isquémicos transitorios. El AAS ha sido objeto de estudio en múltiples ensayos clínicos como el SAPAT 10,11 donde se evaluó la eficacia frente a placebo en pacientes con CI estable (n=2,035), consiguiendo una reducción del 34% de incidencia de IAM y muerte súbita. Resultados similares se obtuvieron en otro ensayo, en el que se evaluó la eficacia de la aspirina a dosis bajas durante 60 meses en pacientes con CI crónica y la reducción del riesgo fue superior al 50%; aunque no se redujeron ni el número ni la gravedad de los episodios con angina. El estudio CAPRIE 12 13 compara el AAS con clopidogrel, y concluye diciendo que el beneficio del clopidogrel sólo se observó en el subgrupo de pacientes con enfermedad vascular periférica, en detrimento de la AAS. La doble antiagregación AAS - clopidogrel, también se asoció a una reducción del riesgo de sufrir un evento aterosclerótico, aunque se asoció con un incremento significativo del riesgo de sangrado, el balance riesgo/ beneficio es suficiente para recomendar la combinación. Estudio CURE 14,15 . 26 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Resistencia al AAS. Tenemos una población importante, de alrededor del 20% en la que se ha documentado en estudios de laboratorio la resistencia a la AAS. Concretamente se han podido detectar metabolitos del TXA2 en orina de pacientes en tratamiento crónico con AAS, con lo que se deduce que no ha habido una inhibición completa de la ciclooxigenasa. Estos mecanismos de resistencia no son bien conocidos actualmente, se sospecha vinculación con factores genéticos (mutación del gen que codifica la enzima). Luego, se debe tener en cuenta las posibles interacciones farmacológicas que puedan disminuir el efecto antiagregante. Desde el punto de vista clínico se puede sospechar esta situación en pacientes con tratamiento antiagregante correcto con AAS que presenten eventos isquémicos agudos. El efecto adverso más destacable es el daño en la mucosa gástrica relacionado con la dosis y puede producir síntomas y aumentar la incidencia de hemorragia gastrointestinal, así entre las consideraciones de seguridad del fármaco en el tratamiento de pacientes con intolerancia gastrointestinal a AAS, tenemos la recubierta entérica del principio activo o la adición de un inhibidor de la bomba de protones (IBP); un reciente estudio ha mostrado que la adición de esomeprazol a la aspirina (80 mg/día) fue mejor que la sustitución por clopidogrel para la prevención de la úlcera sangrante recurrente en pacientes con úlcera y enfermedad vascular16. El clopidogrel. Antiagregante plaquetario análogo a la ticlopidina, moderna molécula de síntesis cuyo PM: 321,82 y de fórmula C16H16CLNO2S, en la clasificación ATC está en B01AC04 y por amplio consenso su dosis diaria definida (DDD) es de 75mg v. oral. Inhibe selectivamente la unión del ADP a su receptor plaquetario y la activación del complejo GPllb/llla mediada por ADP, inhibiendo así la agregación plaquetaria. Es necesaria la biotransformación del clopidogrel para conseguir la inhibición de la agregación plaquetaria ya que se biotransforma en un metabolito que es el activo 17. 27 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos En la población de riesgo, embarazadas, el clopidogrel se clasifica en la categoría B de la FDA, en mujeres lactantes se recomienda suspender la lactancia o evitar la administración, ya que los metabolitos del clopidogrel se excretan por leche materna, en niños menores de 18 años no se recomienda su uso y en ancianos su uso es aceptado sin requerirse ajuste posológico. Indicaciones. Trombosis. Prevención de accidentes aterotrombóticos: x Adultos que han sufrido un IAM reciente (hasta 35 días), un Infarto cerebral o padezcan una arteriopatía periférica establecida. x Cardiopatía isquémica: a) Síndrome coronario agudo sin elevación del segmento ST (angina inestable o IAM sin onda Q) b) Pacientes con IAM con elevación del segmento ST, candidatos a terapia trombolítica, en combinación con AAS. Entre las precauciones a tener en cuenta tenemos la insuficiencia hepática grave, la hemorragia activa/digestiva, úlcera péptica y tratamiento concomitante con anticoagulantes orales donde está contraindicado el clopidogrel. Las guías de práctica clínica recomiendan como resumen de la evidencia, al clopidogrel como agente antiagregante plaquetario oral que se utiliza para prevenir episodios ateroscleróticos (IM, ictus y muerte vascular) en pacientes con historia reciente de accidente cardiovascular (cardíaco o cerebral) o de enfermedad vascular periférica18. 28 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Su administración se puede realizar en monoterapia (cuando existe intolerancia a la AAS) o combinado con el AAS. En las últimas guías de manejo SCASEST americanas y europeas, las citas sobre la resistencia al clopidogrel son numerosas, afirmando la evidencia de una considerable variabilidad interindividual en la respuesta al fármaco, con un gran rango de inhibición en la agregación plaquetaria a una determinada dosis. Esta variabilidad interindividual viene determinada por: dosis de fármaco, el intervalo, medicamento que se absorbe y concentración del mismo, estado de activación plaquetaria, cumplimiento del tratamiento, error en la medicación, unión del principio activo a las proteínas plasmáticas, variables fisiológicas, factores patológicos como la insuficiencia renal o hepática, interacción con otros fármacos, el IMC. El metabolito activo del clopidogrel, provoca cambios irreversibles en el receptor P2Y12, lo que ayuda a entender el efecto acumulativo que aparece con la administración diaria de una dosis de clopidogrel y también la recuperación lenta de la actividad del receptor tras suspender el tratamiento. La comparación directa entre el clopidogrel y el AAS se llevó a cabo en el ensayo CAPRIE 19 que incluyó a más de 19.000 pacientes y en el cual el clopidogrel (75 mg/día) redujo el riesgo para una variable combinada de ictus isquémico, IM y muerte vascular frente al AAS (325 mg/día) en una población con enfermedad vascular previa, y también se demostró que la tolerancia gastrointestinal fue mejor para el clopidogrel. Otros dos estudios fueron el CHARISMA 20 y el MATCH21, en pacientes con alto riesgo vascular con enfermedad vascular establecida, que comparaban clopidogrel - AAS, y concluyen a favor del primero por la reducción del IM y el segundo, por el incremento de riesgo de sangrado. El ensayo PROFESS en curso, vaticina un aumento de eficacia y seguridad del tratamiento a largo plazo del clopidogrel comparado con AAS18, 19, 22 , 23 . Muchos autores han empleado el término respondedor o no respondedor de acuerdo a los cambios en la agregación tras la toma de clopidogrel. Si administramos el fármaco y se inhibe por encima de un cierto nivel, la agregación plaquetaria es respondedora y si la inhibición no alcanza esos niveles será resistente. Al final lo fundamental, no es que el paciente tenga una inhibición 29 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos mayor o menor respecto a la basal, sino el grado de inhibición de la agregación plaquetaria que tiene en un momento dado. Entre las precauciones a tener en cuenta en la administración de clopidogrel, destacaremos las interacciones y los efectos secundarios más relevantes: la ya citada potenciación de la agregación plaquetaria en combinación con AAS; el aumento de riesgo de hemorragia con anticoagulantes orales; el uso con precaución de AINES, heparina y atorvastatina; y por supuesto se desaconseja mezclar con IBP, que trataremos más adelante. Las reacciones adversas o efectos secundarios se han detallado en los estudios ya citados CAPRIE y CURE, y los clasificaremos principalmente en: hematológicos (hemorragias, cefalea, mareo y parestesia), trastornos del oído, gastrointestinales como diarrea, dispepsia, gastritis, úlcera gástrica y duodenal, y erupciones cutáneas exantemáticas y prurito. La última y más trascendente interacción del clopidogrel, es con omeprazol y esomeprazol, no con otros IBP (inhibidores de la bomba de Protones). Recientemente la revisión de la información reunida y evaluada ,por parte de la Agencia Española de medicamentos y productos sanitarios (AEMPS) y el resto de agencias europeas de medicamentos 24, han acordado desaconsejar el uso concomitante de clopidogrel con IBP omeprazol o esomeprazol o con otros inhibidores del isoenzima CYP2C19. El comité de medicamentos de uso humano en su reunión de Marzo de 2010 concluyó: - Los estudios realizados confirman que omeprazol puede reducir los niveles del metabolito activo del clopidogrel y reducir su efecto antiagregante, apoyando la existencia de una interacción entre clopidogrel y omeprazol o esomeprazol. - Existen suficientes datos para hacer extensiva esta precaución al resto de los IBP. 30 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Mientras algunos estudios muestran una reducción de la inhibición de la agregación plaquetaria cuando se asocian a IBP (sin especificar) con clopidogrel 25, otros no muestran una diferencia significativa cuando se asocian otros IBP distintos a omeprazol 26, 27 . Por ello, se ha considerado que no se dispone de datos concluyentes respecto al resto de IBP diferentes a omeprazol o esomeprazol. Estudios observacionales posteriores muestran un incremento de los acontecimientos cardiovasculares en pacientes tratados simultáneamente con clopidogrel e IBP; también existen otros que no confirman estos resultados 26, 27, 28, 29 . La evidencia disponible respecto a la repercusión clínica de esta interacción no es homogénea entre estudios observacionales y análisis a posteriori de ensayos clínicos controlados. La AEMPS recomienda a los profesionales sanitarios: o En pacientes en tratamiento con clopidogrel se desaconseja el uso concomitante de omeprazol o esomeprazol, excepto que se considere estrictamente necesario. En este último caso no se recomienda espaciar en el tiempo la administración de ambos medicamentos. o Estas recomendaciones no se aplican actualmente al resto de IBP ya que, la evidencia disponible no apoya esta precaución. Se recomienda valorar individualmente y los beneficios esperados del mismo en relación a sus posibles riesgos. o Se desaconseja el uso concomitante de clopidogrel junto con otros inhibidores de CIP2C19 diferentes a omeprazol o esomeprazol como son fluoxetina, ticlopidina, ciprofloxacino, etc. Excepto que se considere estrictamente necesario. 31 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos o La agencia británica, MHRA, añade una recomendación más: en estos pacientes tomando clopidogrel se puede utilizar otros IBP distinto al omeprazol y esomeprazol. Además, se puede valorar la utilización de otros fármacos como los antagonistas H2 (excepto cimetidina), como ranitidina, famotidina o los medicamentos antiácidos. 1.1.3. Tratamiento de la cardiopatía isquémica. La cardiopatía isquémica (CI) es la enfermedad coronaria que la sitúa entre las primeras causas de muerte en nuestro país. Es una entidad que tiene un enorme impacto en el individuo que la padece, en su calidad de vida, su futuro personal y social, incrementando el riesgo de muerte súbita. La OMS considera las siguientes formas clínicas de CI: o Muerte súbita por paro cardíaco. o Angina de pecho. o Infarto agudo de miocardio (IAM). o Insuficiencia cardíaca. o Arritmias. Entre los tipos de cardiopatía isquémica tenemos la angina de pecho, la isquemia silente y el infarto. La angina de pecho es un dolor retrosternal intenso y de carácter compresivo que a menudo irradia al hombro y brazo izquierdo; se debe a un desequilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno cardíaco, que se ve favorecido por las placas ateromatosas y por el vasoespasmo coronario. 32 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Podemos distinguir tres tipos de angina de pecho: estable, inestable y de reposo. La angina de pecho es la forma clínica predominante de la CI. Actualmente en España, la enfermedad isquémica del corazón ocasiona el mayor número de muertes cardiovasculares (31% en total, un 40% en varones y un 24% en mujeres). Dentro de la enfermedad isquémica del corazón, el IAM es el más frecuente con un 64% (67% en los varones y 60% en las mujeres). Cerca de un millón de personas sufren angina de pecho y la tasa de morbilidad hospitalaria por cardiopatía isquémica es superior a 376 por 100,000 habitantes, aunque los datos muestran que la incidencia del IAM se mantiene estable 30,31,32 . La enfermedad coronaria es prevenible de forma integral, antes de su ocurrencia y son prevenibles los impactos negativos, una vez que esta ha ocurrido. En la CI muchas de las acciones preventivas inciden también en beneficio de la prevención de otras enfermedades, este valor añadido hace que se pueda decir que “la prevención de la CI es el corazón de la prevención”. Muchas muertes son evitables con una actuación precoz y correcta, y la mayoría de los pacientes que superan la fase crítica, pueden ser rehabilitados e incorporarse a su vida habitual. Los factores de riesgo modificables serían los siguientes: tabaco, hipertensión arterial (HTA), dislipemias, obesidad y sedentarismo. La cardiopatía isquémica es la enfermedad ocasionada por la arterioesclerosis de las arterias coronarias, que son las arterias que se encargan de proporcionar sangre al miocardio. La HTA puede determinar la aparición de CI con la presencia de otros factores de riesgo coronario. Los pacientes que han sufrido un IM o padecen una angina inestable, tienen un riesgo de un 5% o más al año de padecer un nuevo infarto o de muerte por CI. Entre los factores de riesgo relacionados con la probabilidad de sufrir un nuevo evento se encuentra la HTA 33 33,34 . Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Actualmente se dispone de pocas evidencias acerca de los efectos de reducción de la HTA en los pacientes hipertensos que han sufrido un IM. Los estudios epidemiológicos prospectivos demuestran que la HTA es un factor de riesgo para un segundo evento coronario. En un estudio de seguimiento prospectivo a largo plazo en varones con antecedentes de IM, se observó una asociación entre la presión arterial y la mortalidad por CI (mayor con la presión arterial sistólica) 35. Diversos ensayos clínicos y una revisión sistemática han demostrado que el descenso de las cifras de colesterol en pacientes que habían sufrido un IAM previo, reduce significativamente la mortalidad y morbilidad cardiovascular 36,37,38,39,40 . El beneficio obtenido es proporcional al riesgo previo del paciente y al grado de descenso de las cifras de colesterol que se obtengan, independientemente del método usado para bajar las cifras basales de colesterol. En el proceso de degeneración de la arteria normal a lesión temprana (estría grasa), progresaríamos a una lesión avanzada de la arteria, que se caracteriza por una placa fibrosa clínicamente manifiesta, y finalizaría con la llamada lesión complicada que es la formación del trombo. Ante los síntomas de la CI actuaríamos mediante fármacos antianginosos (betabloqueantes, nitratos y antagonistas del calcio); frente a la progresión degenerativa de la CI actuaríamos mediante estatinas; y frente a la mortalidad ocasionada por la CI, emplearíamos los antiagregantes plaquetarios. El tratamiento antiplaquetario está indicado para la prevención de la trombosis coronaria debido a la favorable relación entre el beneficio y el riesgo en pacientes con cardiopatía isquémica estable. En la mayoría de los casos, el fármaco de elección es la aspirina a dosis bajas; la dosis antitrombótica óptima de aspirina se sitúa en 75-150 mg/día, ya que la eficacia puede ser menor con dosis inferiores o superiores a este rango. Tres son los grupos de fármacos que han demostrado beneficio post-IM además de los utilizados para el control de los distintos factores de riesgo: 34 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos antiagregantes/anticoagulantes, betabloqueantes e inhibidores del enzima convertidor de angiotensina (IECA). El AAS reduce el número de reinfartos, mortalidad cardiovascular y mortalidad global 41 . El clopidogrel, reduce los eventos vasculares un 10% más que el AAS, y es una alternativa tan segura como eficaz8. Pautas generales Los objetivos del tratamiento de los pacientes con angina estable están claramente especificados en las guías de práctica clínica de las principales sociedades científicas y se pueden reducir a dos: - El primer objetivo es mejorar el pronóstico previniendo el IM y la muerte, mediante la reducción de la incidencia de eventos trombóticos agudos y el desarrollo de disfunción ventricular izquierda. Los cambios en el estilo de vida y la modificación de factores de riesgo, junto con intervenciones farmacológicas, pueden mejorar el pronóstico reduciendo la progresión de las placas de ateroma y estabilizándolas (disminuyendo la inflamación y preservando la función endotelial) y previniendo la trombosis, si se produce la rotura de la placa o la disfunción del endotelio. En algunos pacientes con enfermedad coronaria extensa y gran cantidad de miocardio en riesgo, la revascularización ha demostrado alargar la vida. - El segundo objetivo de la estrategia terapéutica de la angina estable es aliviar los síntomas, reduciendo los episodios isquémicos y mejorar la calidad de vida 42 . Entre las medidas generales, el paciente y los familiares deben estar informados de las implicaciones del diagnóstico y de los tratamientos de dicha enfermedad; se debe aconsejar a los pacientes que descansen de grandes 35 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos actividades, y se recomienda el uso de nitratos sublinguales para el alivio inmediato de los síntomas43. Debemos prestar especial atención al estilo de vida, y según las recomendaciones del Grupo de Trabajo de la Tercera Reunión de las Sociedades Europeas para la prevención de la enfermedad cardiovascular en la práctica clínica se debe: - Aconsejar al paciente que deje de fumar. - Adoptar una dieta mediterránea rica en frutas, hortalizas y pescado. - El consumo excesivo de alcohol es perjudicial. - Animar al paciente a realizar actividades físicas adaptadas a sus posibilidades, de esta forma se aumenta la tolerancia al ejercicio, se reducen los síntomas y se obtienen efectos favorables en el peso, lípidos sanguíneos, presión arterial y sensibilidad a la insulina. - La controversia del estrés, nos lleva a pensar en los factores psicológicos como origen de los ataques de angina, con un exceso de ansiedad. El manejo adecuado de alteraciones concomitantes, como la HTA o la diabetes, según los últimos informes del grupo de trabajo sobre prevención de las enfermedades cardiovasculares, propone considerar un umbral más bajo para introducir terapia farmacológica en la HTA (130/85 mmHg) en pacientes con enfermedad coronaria establecida. Los pacientes con diabetes concomitante y/o enfermedad renal deben recibir tratamiento para alcanzar una presión arterial menor de 130/80 mmHg 44 . 36 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.1.4. Prevención cardiovascular (primaria/secundaria). Entre los niveles de prevención más importantes vamos a diferenciar entre: a) Prevención primaria: es aquella que actúa sobre el periodo prepatogénico, cuyo objetivo es incrementar la salud de los sanos, disminuyendo la enfermedad. Evita la enfermedad actuando sobre los factores de riesgo, antes de que actúen sobre el individuo. b) Prevención secundaria: actúa sobre el periodo patogénico y es el conjunto de actividades dirigidas a la recuperación de la salud, cuando la enfermedad ha comenzado pero aun no ha provocado manifestaciones perceptibles en el enfermo, evitando el daño o mayor daño y la muerte (administración de AAS después de un infarto). La alta mortalidad del primer síndrome agudo coronario y la menor supervivencia de los que la superan, convierten a la prevención primaria de la cardiopatía isquémica (es decir, la prevención del primer infarto y de la muerte súbita cardíaca) en un objetivo primario de la cardiología 45. a) Aquí podemos utilizar dos estrategias: - Una dirigida a la población general que está en manos de la comunidad, y el sistema sanitario sólo puede intervenir indirectamente estimulando a la población y a sus líderes de opinión a modificar sus hábitos de vida hacia otros más cardiosaludables. - La dirigida a los pacientes con mayor riesgo (hipercolesterolémicos, hipertensos, tabaquismo, sedentarismo, diabetes y obesidad). Esta si se 37 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos realizará dentro del sistema sanitario tratando, tras su identificación a estos individuos. b) El paciente que supera un IM presenta una mortalidad del 10% en el primer año, y del 3 al 5% en los siguientes años. Además, el riesgo de reinfarto es elevado (10%) durante el primer año, especialmente en los no transmurales (24%). Aquí, los factores de riesgo, siguen siendo marcadores pronósticos y su control mejora el pronóstico evolutivo de la CI 46. El tratamiento farmacológico41 incluye la utilización de: - Betabloqueantes: su administración en las primeras horas del IM disminuye el reinfarto, las arritmias graves y la muerte súbita (en especial la asociada a rotura cardíaca). El beneficio es mayor en los pacientes con IM extenso, que presenta complicaciones arrítmicas o mecánicas durante la fase aguda. Se recomiendan los que carecen de actividad simpaticomimética intrínseca, sean o no selectivos. - Antitrombóticos: el AAS (75-325 mg/día) disminuye en un 20-30% la aparición de nuevos accidentes coronarios, por lo que debe administrarse siempre que no existan contraindicaciones para su uso (úlceras gastroduodenales, diátesis hemorrágicas). Los anticoagulantes orales se administran en pacientes de alto riesgo (IAM anterior extenso, insuficiencia cardíaca, historia previa de tromboflebitis). También pueden utilizarse en pacientes con episodios embólicos, aneurisma ventricular, taquiarritmias o insuficiencia cardiaca. - IECA: se recomienda no sólo en pacientes con insuficiencia cardiaca postinfarto de miocardio, sino en todos aquellos que presentan una fracción de eyección menor del 35%. Previenen la progresión de la disfunción ventricular, disminuyen el número de recurrencias y aumentan la supervivencia. 38 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos - Hipolipemiantes: reducen la morbimortalidad cardiovascular y las estatinas, además, la mortalidad general. Los fármacos antiagregantes plaquetarios son considerados como una pieza clave como tratamiento coadyuvante en los procedimientos invasivos cardiológicos, debido a que el inevitable trauma provocado por la intervención coronaria percutánea (ICP) en el endotelio y en las capas más profundas de la pared vascular coronaria intervenida, puede provocar una activación de las plaquetas, incrementando el riesgo de episodios tromboembólicos. La Sociedad Europea de Cardiología considera a la combinación de acido acetilsalicílico y clopidogrel como el tratamiento estándar antiplaquetario previo a la ICP en pacientes con enfermedad coronaria estable, ya sea con o sin implantación de un stent 47. Los posibles beneficios de la polimedicación de estos pacientes pueden tener consecuencias negativas, ya que aumenta la incidencia de reacciones adversas, disminuye el cumplimiento y los beneficios esperados. Riesgo cardiovascular, consideraciones47-51 o Valoración del riesgo cardiovascular en tablas. o La relación beneficio/riesgo favorable para el AAS en prevención primaria en pacientes con alto riesgo basal de evento cardiovascular (riesgo cardiovascular igual o superior al 20% en 10 años o mortalidad cardiovascular igual o mayor a 5%). Obtenemos un mayor beneficio en pacientes con presión arterial controlada. Los pacientes con cifras tensionales superiores a 145 mmHg, el beneficio del tratamiento disminuyó, aumentando a su vez el riesgo de ictus. 39 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.1.5. Evidencias del uso de antiagregantes en prevención primaria y secundaria. El algoritmo para la indicación de ácido acetilsalicílico (AAS) en prevención primaria es el siguiente 48: ver figura 2 40 Figura 2: Algoritmo para la indicación de AAS en prevención primaria. FR: factores de riesgo, GI: Gastrointestinal. ¿Alergia o contraindicación AAS? Sí No No AAS Estimación del riesgo cardiovascular Moderado o bajo Alto Valoración riesgo hemorrágico ¿Beneficio cardiovascular supera riesgo hemorrágico? No Sí No AAS Informar y atender preferencias del paciente ¿Acepta el paciente recomendaciones de AAS? No Sí No AAS ¿FR sangrado GI presentes? No Sí AAS Fármaco gastroprotector 100 mg/día AAS, ácido acetil salicílico; FR, factor de riesgo; GI, gastrointestinal. 41 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos La prevención primaria, son las intervenciones preventivas en población sana con factores de riesgo cardiovascular. La prevención secundaria son intervenciones sobre personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular (coronaria, cerebrovascular o arterial periférica). Prevención primaria15: ante la posible duda, “me han dado una aspirina por si acaso”, debemos asegurar rotundamente tres puntos principales: a) El beneficio cardiovascular obtenido está muy cercano al daño potencial (hemorragias, principalmente digestivas) derivado de su utilización. b) Menor beneficio que en prevención secundaria. c) Es prioritario el abordaje de otras medidas que implican menos riesgo y que son potencialmente más efectivas, como cambios en el estilo de vida, el tratamiento de la dislipemia o el control de las cifras tensionales. Los pacientes con diabetes mellitus, tienen un mayor riesgo de CI y la mortalidad por esta causa es tres veces mayor en los varones diabéticos, luego el riesgo cardiovascular es elevado49. Las evidencias disponibles no recomiendan el uso rutinario del AAS en prevención primaria en pacientes diabéticos y que las decisiones para su uso deben ser individualizadas, valorando beneficios y riesgo de sangrados53. La decisión de prescribir AAS como prevención primaria debería hacerse de manera individualizada y tras una cuidadosa evaluación. También el efecto sumatorio de la terapia antiplaquetaria sobre la terapia estándar basada en antihipertensivos y estatinas en la prevención primaria se debe seguir estudiando y valorando 50. 42 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos En prevención primaria el riesgo de hemorragias, tanto gastrointestinales como del sistema nervioso central continúa siendo muy cercano el factor de protección de un primer ataque cerebrovascular (no así de un infarto agudo de miocardio) y por lo tanto su uso debe recomendarse sólo en pacientes de alto riesgo. Luego el balance riesgo-beneficio debe tenerse presente en particular frente a los pacientes con HTA y diabetes mellitus, dos entidades en las cuales hay una marcada disfunción endotelial y de los mecanismos reológicos y antitrombóticos naturales. Estos grupos constituyen la población en la cual se prescribe con mayor frecuencia el AAS con la intención de prevención primaria. Ante la pregunta ¿Es adecuado el uso de aspirina en prevención primaria?: en los pacientes de alto riesgo (con patología vascular oclusiva), el tratamiento antiplaquetario reduce el riesgo de eventos vasculares serios; así mismo, se aumenta el riesgo de hemorragia, aunque en menor cuantía que el beneficio. Pero en prevención primaria, el balance neto está menos claro, así un grupo de expertos han efectuado un metaanálisis con todos los estudios realizados con aspirina en prevención cardiovascular primaria y secundaria para comparar los resultados absolutos y relativos del efecto del fármaco en ambos tipos de prevención. Con una muestra de 95,000 pacientes en prevención primaria y 17,000 en secundaria51, concluyeron que si bien, los metaanálisis previamente efectuados mostraban un beneficio neto de aspirina en prevención secundaria y un efecto no muy claro en la del tipo primario; el estudio analizado ahora muestra una reducción proporcional comparable en la prevención primaria y la secundaria, sin embargo, la reducción absoluta del riesgo es muy inferior en la primaria respecto a la secundaria. La reducción del beneficio absoluto es sólo dos veces mayor que el aumento del riesgo absoluto de hemorragias. En resumen el uso rutinario a largo plazo de aspirina no parece estar justificado en todos los individuos aparentemente sanos por encima de un determinado nivel moderado de riesgo coronario, la reducción de eventos oclusivos vasculares ha de sopesarse frente al aumento de hemorragia mayor (estudio ATC) 8. 43 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos En algunos países como el Reino Unido es curiosa la prohibición del uso de aspirina en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular así, según el siguiente artículo no se debe emplear AAS en prevención primaria ya que no existe ninguna evidencia de beneficio útil para su uso profiláctico, al igual que advierte del riesgo de sangrado grave y de no iniciar el tratamiento para la prevención primaria de enfermedad cardiovascular con aspirina a dosis baja de forma rutinaria, debe haber una revisión individual Otros estudios como el CAPRIE 52 . 19 , CHARISMA 20 , CLARITY 42 , y el SAPAT10 ya citados, también están en la misma línea y añaden que el escaso beneficio derivado del tratamiento con clopidogrel frente a AAS, no justifica la diferencia de coste. Prevención secundaria: la abordaremos con antiagregantes plaquetarios, principalmente AAS y clopidogrel. Realizaremos prevención secundaria en patología cardiaca: CI estable o crónica, infarto agudo de miocardio con elevación del ST, angina inestable y síndrome coronario agudo sin elevación del ST, tratamiento intervencionista valorando la doble antiagregación. También realizaremos prevención secundaria en patologías cerebrales: accidente vascular cerebral agudo y prevención secundaria del accidente vascular cerebral. Y por último, la prevención secundaria en enfermedad arterial periférica, es decir, en la claudicación intermitente. 44 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.2. Hipertensión. 1.2.1. Definición, etiología, epidemiología y clasificación. La hipertensión arterial (HTA) se define como la elevación de las cifras de presión arterial sistólica (PAS) > 140 mmHg y/o presión arterial diasistólica (PAD) > 90 mmHg en adultos de 18 años o mayores (PAS > 130 mmHg y PAD > 80 mmHg) en diabéticos, ECV y Enfermedad Renal Crónica44,53. Es una condición muy frecuente. En España, refiriéndonos a sujetos mayores de 18 años, su prevalencia es de aproximadamente un 35% (y llega al 40% en edades medias, y al 68% en los mayores de 60 años) y afecta a unos 10 millones de personas 54,55. El grado de conocimiento y tratamiento farmacológico de la HTA en la población general de España es moderadamente alto, pero el control es escaso56. Aunque la situación epidemiológica varía entre los diversos estudios consultados aproximadamente de cada diez hipertensos adultos tratados farmacológicamente, nueve no mantienen un adecuado control de cifras tensionales. Por ello, existe una gran distancia entre las evidencias sobre los beneficios de tratar la HTA y lo que se logra en la práctica, al menos en nuestro país. El bajo control actual de la HTA se debe entre otros motivos, a la inercia clínica de los médicos, que suelen decidir pocos cambios terapéuticos farmacológicos en hipertensos no controlados, y a factores relacionados con el propio paciente, como el escaso cumplimiento del tratamiento y un pobre seguimiento de los consejos higiénico-dietéticos. 45 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Clasificación. En el año 2003 y 2004, aparecen las primeras clasificaciones contemporáneas de HTA, cuyos cimientos están vigentes hoy en dia. Las primeras guiase de práctica clínica europeas 57-59 , con un alto valor especifico, ya subdividían los niveles de presión arterial y nos ofrecen los distintos tipos de HTA: 57, 58, 59 . - HTA del adulto. - HTA inducida por el embarazo: se define como un aumento del PAS mayor a 30 mmHg y/o de la PAD mayor a 15 mmHg, respecto al comienzo del embarazo o una PA > 140/85 durante el embarazo o en las 24 horas siguientes al parto. - HTA maligna o acelerada: es la asociada a la presencia en el fondo del ojo de exudados, hemorragias o edema de papila. - HTA como urgencia hipertensiva: se diagnostica cuando existen cifras muy elevadas de PAS (> 210 mmHg) y/o PAD (120 mmHg) en individuos asintomáticos o con síntomas inespecíficos (por ejemplo mareo), sin afectación o con afectación leve de órganos diana. - HTA como emergencia hipertensiva: se diagnostica cuando las cifras de PA se acompañan de importante afectación clínica y/o de órganos diana: encefalopatía hipertensiva, accidente cerebrovascular hemorrágico o isquémico, aneurisma disecante de aorta, eclampsia. - HTA de “bata blanca” o HTA clínica aislada en consulta: se trata de la HTA registrada únicamente en consulta. 46 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos - HTA resistente: se diagnostica en pacientes con PAS mayor o igual a 140 mmHg y/o PAD mayor o igual a 90 mmHg con adecuado cumplimento que recibe triple terapia farmacológica casi a la máxima dosis, como mínimo desde hace 3 meses, siendo uno de los medicamentos empleados un diurético. En 2007 los niveles de presión arterial en adultos se dividen en : - Normal - Prehipertension - Hipertensión( grado 1,2,3) - Como podemos observar en la (tabla 2) Tabla 2: Clasificación de los niveles de presión arterial en mmHg. (TOMADA DE LAS GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA DE LA SOCIEDAD EUROPEA DE HIPERTENSIÓN, 2007) ÓPTIMA NORMAL NORMAL-ALTA GRADO 1 GRADO 2 GRADO 3 PAS < 120 120 – 129 130 – 139 140 - 159 160- 179 >180 PAD < 80 80 – 84 85 – 89 90 - 99 100 - 109 >110 Calificación NORMAL PRE-HIPERTENSIÓN Datos del Framingham Heart Study HIPERTENSIÓN 60,61 han mostrado que valores de PA de 130-139 / 85-89 mm Hg se asocian con un aumento de dos veces del riesgo relativo de enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos con niveles de PA por debajo de 120 / 80 mm Hg. La clasificación de la HTA ya utilizada en 2003 y ratificada en las guías de las ESH / ESC 2007 y en las directrices europeas sobre HTA se exponen en la Tabla 3 47 62,63 . Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Tabla 3: Definición y clasificación de la presión arterial. Categoría Sistólica Diastólica Óptima < 120 y < 80 Normal 120 – 129 y/o 80 – 84 Normal alta 130 – 139 y/o 85 – 89 Hipertensión de grado 1 140 – 159 y/o 90 – 99 Hipertensión de grado 2 160 - 179 y/o 100 – 109 Hipertensión de grado 3 y/o Hipertensión sistólica aislada Y < 90 La hipertensión sistólica aislada debe clasificarse (1, 2, 3) según los valores de presión arterial sistólica en los intervalos indicados, siempre que los valores diastólicos sean < 90 mmHg. Los grados 1, 2 y 3 corresponden a las clasificaciones de hipertensión leve, moderada y grave, respectivamente. Estos términos se han omitido para evitar la confusión con la cuantificación del riesgo cardiovascular total. 1.2.2. Fármacos antihipertensivos. La hipertensión arterial (HTA) se define como la elevación de las cifras de presión arterial sistólica mayor de 140 mmHg y/o presión arterial diastólica mayor de 90 mmHg en adultos de 18 años o mayores. Es una enfermedad crónica, silente de origen genético desconocido, multipatológica, causa directa o indirecta de numerosas muertes y muy frecuente. El grado de conocimiento y tratamiento farmacológico de la HTA en la población general española es moderadamente alto pero el control es escaso. Del total de pacientes con HTA en España tenemos, enfermos conocidos (80-85%), tratados (55-65%) y controlados óptimos (10%)55. 48 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Con la edad, las arterias pierden elasticidad, calibre y aumenta su fragilidad; esto junto a deformaciones y daños endoteliales, permite que aumente la resistencia, lo que origina las diferentes patologías cardiacas. Lesiona órganos como los riñones, el cerebro y el corazón e incluye la muerte prematura. El grado de distensibilidad y adaptabilidad de los vasos sanguíneos a la fuerza con que les llega la sangre (complianza), se convierte en un factor determinante en el progreso y pronóstico de la HTA; además, esta rigidez arterial lleva ligada cierta fragilidad, lo que representa un factor de riesgo por la posible “rotura” que puede ocurrir ante la llegada de un “plus” de HTA, con la consiguiente hemorragia interna (ictus). El corazón, con su fuerza de bombeo es el responsable directo de la presión arterial, es a su vez esclavo de la misma. Efectivamente, cuando ocurre un incremento de la resistencia periférica (vasoconstricción), el corazón debe de vencer esa resistencia para garantizar el correcto flujo de sangre a los tejidos. Este trabajo extra que tiene que realizar el corazón de manera permanente, provoca paulatinamente su hiperplasia e hipertrofia, aumentando de tamaño para adaptarse a los nuevos requerimientos 64,65. En definitiva, se están sentando las bases para el desarrollo de futuras cardiopatías isquémicas e insuficiencias cardiacas. Por consiguiente, se pone de manifiesto que la HTA es un factor de riesgo para ictus, IC, anginas e infartos, pero modificable por forma y estilo de vida. Es aquí, donde la atención farmacéutica tiene un papel importante a desempeñar, así la prevención y el control, tanto como el tratamiento y diagnóstico de la HTA puede ser ejercida por el farmacéutico 66. Clasificación farmacológica según el nivel de HTA: - Factores patogénicos exógenos, se trata de factores de riesgo que favorecen la aparición de la HTA. Su conocimiento nos proporciona las bases necesarias para instaurar medidas preventivas frente a la HTA, y para su tratamiento no farmacológico cuando ya se haya presentado la enfermedad: son la edad, raza, sexo, herencia, sal, grasas saturadas, 49 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos alcohol, calcio potasio, magnesio, sobrepeso, tabaco, sedentarismo y ejercicio físico 67. - Principales grupos de fármacos empleados en el tratamiento de la HTA 68,69,70 . A) Antihipertensivos de acción central: o Alfametildopa: origina una disminución de la síntesis de noradrenalina y con ella del tono adrenérgico, lo que tiene su aplicación como tratamiento antihipertensivo. El inconveniente es su lento comienzo de acción, y su principal problema radica en la reducción de la síntesis de noradrenalina y dopamina en otras partes del SNC, originando depresión. o Agonistas de los adrenoreceptores alfa2: es el caso de la clonidina. La estimulación de receptores presinápticos alfa2 provoca la disminución de noradrenalina en el SNC. Tiene un comienzo de acción más rápido que el anterior, pero corremos el riesgo de hipertensión de rebote si se interrumpe bruscamente el tratamiento, con el consiguiente problema asociado de riesgo de accidente cerebrovascular. B) Diuréticos: constituyen una de las claves del tratamiento de la HTA. En la actualidad, siguen siendo uno de los grupos terapéuticos de primera elección, como queda reflejado por el último informe de la OMS. Son junto con los betabloqueantes, los únicos grupos farmacológicos que han demostrado en estudios de seguimiento a largo plazo, reducciones significativas de la morbimortalidad secundaria a la HTA (cardiovascular y cerebrovascular). Su efecto protector sobre las complicaciones de la HTA está ligado fundamentalmente a la reducción de las cifras tensionales. La reducción de la morbimortalidad es más 50 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos significativa sobre el accidente cerebrovascular y la insuficiencia cardiaca que sobre la CI (mediatizado por elevadas dosis). Son fármacos eficaces, económicos y generalmente bien tolerados a dosis bajas. Muchos de sus efectos secundarios, como la pérdida de potasio, la intolerancia a la glucosa y la impotencia, se asocian con el empleo de dosis altas (presentan una curva plana dosis/respuesta). Existen cinco familias de diuréticos que difieren por sus mecanismos de acción, y son las tiazidas, diuréticos del asa, ahorradores de potasio, inhibidores de la anhidrasa carbónica y osmóticos. Los diuréticos tiazídicos estan especialmente indicados en el tratamiento de la HTA sistólica aislada del anciano, además de ser fármacos básicos en el manejo de la insuficiencia cardiaca. C) Betabloqueantes: son agentes de primera fila en el tratamiento de la HTA, rebajando de forma sustancial las tasas de morbimortalidad cardiovascular y cerebrovascular en pacientes hipertensos. Son eficaces para controlar la HTA y hacer regresar la hipertrofia ventricular izquierda. Sus principales efectos secundarios incluyen, bradicardia, insuficiencia cardiaca, broncoconstricción, reducción del flujo renal y de la filtración glomerular entre otros. Respecto a su empleo en el tratamiento de la HTA, están indicados en los siguientes casos: o HTA con estado hipercinético asociado, es decir, alto gasto cardiaco y taquicardia. o HTA en el contexto de la CI. o HTA asociada a la migraña. 51 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos o HTA asociada al glaucoma. o HTA en pacientes de edad menor de 40 años. El tratamiento con betabloqueantes debe comenzarse con dosis mínimas, que se aumentarán lentamente durante varias semanas. El carvedilol, bisoprolol, metoprolol y nevibolol han sido eficaces en reducir la mortalidad y morbilidad asociada a la insuficiencia cardiaca. De manera similar a los diuréticos, se ha descrito un aumento del riesgo de desarrollo de diabetes asociado al uso de betabloqueantes. No deben asociarse a calcioantagonistas no dihidropiridínicos (diltiazem y/ verapamilo). D) Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA): son fármacos de primera línea en el tratamiento de la HTA, y ofrecen una prevención cardiovascular primaria similar a los fármacos clásicos en el paciente hipertenso y probablemente superior en casos de HTA y diabetes. En pacientes con alto riesgo cardiovascular, mayores de 55 años con antecedentes de episodios cardiovasculares o diabéticos con algún factor de riesgo añadido, los IECA disminuyen la morbimortalidad cardiovascular y total incluso en ausencia de HTA. Su mecanismo de acción inhibe el sistema reninaangiotensina- aldosterona, en el paso de angiotensina1 a la angiotensina2, uno de los vasoconstrictores más poderosos, bloquean uno de los mecanismos más activos en el desarrollo y mantenimiento de la HTA. 52 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Además, los IECA actúan inhibiendo el sistema de degradación de las bradicininas, lo que le confiere propiedades vasodilatadoras periféricas de gran interés, todo ello sin afectar al gasto cardiaco. Los IECA ofrecen una nefroprotección especial al ser eficaces en la prevención primaria, secundaria y terciaria de la nefropatía diabética y en diferir la progresión de la insuficiencia renal de etiología no diabética. Han demostrado ser de gran utilidad en insuficiencia cardiaca, tanto de origen isquémico como miocárdico, por inhibir el remodelado de la pared ventricular y vascular. Entre los efectos adversos más notables tenemos el angioedema, hiperpotasemia y tos. Los tipos de HTA en los que están indicados los IECAS son: o HTA esencial. o HTA con complicaciones metabólicas. o HTA con insuficiencia cardiaca. o Prevención de la nefropatía diabética. o Tratamiento precoz del postinfarto de miocardio. Son fármacos el lisinopril y el captopril, y son profármacos el enalapril, ramipril, quinapril, y cilazapril, que precisan desesterificación hepática para convertirse en fármacos. 53 de una Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos E) Antagonistas del calcio: Recordemos que el calcio interviene en prácticamente todos los procesos cardiovasculares. El mecanismo de acción bloquea los canales del calcio voltaje dependientes tipo L. La selectividad vascular y tisular, frente a la acción miocárdica, es una de las características farmacoclínicas más interesantes que distinguen los diferentes bloqueantes de los canales del calcio entre si; el ideal debería poseer una alta selectividad vascular, un inicio de acción lento y un perfil plasmático sostenido. Por sus acciones específicas inducen vasorelajación de la musculatura lisa vascular a nivel coronario, periférico y pulmonar, y por tanto, reducción de las cifras de presión arterial. Como consecuencia de la vasodilatación producen un aumento del gasto cardiaco mediado por la frecuencia. Este efecto no lo producen el verapamilo y el diltiazem, no inducen taquicardia y no aumentan el gasto cardiaco pero están contraindicados en pacientes con insuficiencia cardiaca o disfunción ventricular. Los antagonistas del calcio están indicados en HTA pulmonar, arritmias, angina de reposo, vasculopatías periféricas y espasmo reflejo. En pacientes de edad avanzada actúan como nefroprotectores, , y las reacciones adversas más comunes son gastrointestinales y edema periférico. Los clasificamos en selectivos: tipo verapamilo, tipo diltiazem y tipo nifedipina y amlodipina; y en no selectivos: flunaricina. 54 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos F) Antagonistas de los receptores de angiotensinall (ARAll): su acción farmacológica es la inhibición de la vasoconstricción e hipertensión mediada por angiotensina ll. Están indicados en HTA, insuficiencia cardiaca, ictus y nefropatía diabética. Los ARA ll tienen muchas características comunes con los IECA, siendo la principal diferencia la tolerabilidad. El tratamiento con ARA ll en pacientes con HTA e hipertrofia ventricular izquierda ha demostrado ofrecer una protección cardiovascular superior al tratamiento con betabloqueantes, especialmente en casos con diabetes. En la insuficiencia cardiaca se ha demostrado que los ARA ll ofrecen una eficacia similar a los IECA tanto como alternativa como en casos con intolerancia previa a estos. La asociación de un ARA ll al tratamiento con IECA puede ocasionar un beneficio añadido en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Los más utilizados son: losartan, valsartan, irbesartan y telmisartan. G) Alfabloqueantes: bloquean la unión de las catecolaminas a los receptores alfa l post -sinápticos, inhibiendo la vasoconstricción mediada por estas e induciendo, por tanto, vasodilatación; reducen el tono arteriolar y venoso, por lo que disminuyen la HTA. Producen hipotensión postural, y se utilizan en la hiperplasia prostática benigna. Son la prazosina, terazosina y doxazosina. Las indicaciones clásicas del tratamiento antihipertensivo con alfabloqueantes son las asociaciones de HTA con hipertrofia benigna de próstata y de HTA con dislipemia. Las formulaciones retardadas de doxazosina suelen ser mejor toleradas. H) Inhibidores de la renina: aliskirén ha venido a completar el manejo farmacológico del sistema renina-angiotensina. En general, los medicamentos que bloquean el sistema renina- 55 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos angiotensina conducen a una activación del mecanismo de retroalimentación negativo, por el que la reducción de la concentración de angiotensina ll produce un incremento compensatorio en la síntesis de renina. Por el contrario, el efecto antihipertensivo del aliskirén es mantenido a pesar del incremento compensatorio en la producción de renina. Por otro lado, aliskirén no actúa sobre otros enzimas relacionados con la renina, presentes en la pared vascular y que son capaces de producir angiotensina l a partir de angiotensinógeno, con lo que el bloqueo de la síntesis de angiotensina l y ll no es absoluto. I) Vasodilatadores Periféricos: consiguen disminuir la presión arterial mediante agentes vasodilatadores que disminuyen la resistencia periférica, como son: la hidralazina, el nitroprusiato, el minoxidilo y el diazóxido. 1.2.3. Factores que influyen en el control de la HTA. Para conseguir un buen control de las cifras tensionales , tenemos que buscar el intervalo en cada grupo de población , así el objetivo del tratamiento en todos los sujetos menores de 18 años, es una presión arterial menor de 140/90 mmhg; en pacientes menores de 55 años intentar alcanzar la presión arterial óptima menor de 120/80 mm Hg , y en pacientes de elevado riesgo, con diabetes mellitus, enfermedad renal crónica y enfermedad cardiovascular (cerebral o coronaria) , conseguir una presión arterial menor de 130/80 mmHg. Hoy, el grado de conocimiento y tratamiento farmacológico de la HTA en la población española es moderadamente alto, ha mejorado mucho, pero el control es escaso. Aunque la situación epidemiológica varía entre los diferentes revisiones consultadas, se podría resumir que de los pacientes tratados, sólo un 10% mantienen un control adecuado de las cifras tensionales, 56 son los Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos controlados óptimos. Por ello, existe una gran distancia entre las evidencias sobre los beneficios de tratar la HTA y lo que se logra en la práctica, al menos en nuestro país. El bajo control actual de la HTA se debe , entre otros motivos a factores relacionados con el paciente ,como el escaso cumplimiento del tratamiento y un pobre seguimiento de los consejos higiénico-dietéticos; otros factores que influyen de manera determinante son la inercia clínica o terapéutica de los médicos , que suelen decidir pocos cambios terapéuticos farmacológicos en hipertensos no controlados. De todos estos factores hablaremos más adelante, pero habría que incidir un poco en esta inhibición en la toma de decisiones terapéuticas adecuadas por parte del facultativo, en el contexto de las necesidades del paciente, el cual debe someterse a las recomendaciones sobre los cambios en el estilo de vida. El incumplimiento terapéutico tiene más influencia a nivel individual en cada paciente (prevalencia del 32%), en cambio, la inercia terapéutica consigue unos valores de prevalencia superiores, entre el 51-84%, esto nos indica que, a nivel poblacional es el factor que más influye en el control de la HTA. En el estudio CUMAMPA 71, se comparó médicos que cometían inercia con otros que no la cometían, pero aquí la influencia del incumplimiento y de la inercia en el control de la HTA, se repartió por igual entre ambas (35% cada una). Otros estudios, presentados, donde se evalúa el impacto de los programas educativos y formativos para reforzar los objetivos terapéuticos y evitar las enfermedades cardiovasculares (ZANyCONTROL) 72, observamos una mejoría significativa en el control de la HTA. Aparte existen una serie de estrategias para mejorar la adherencia, que ya citaremos en su capítulo, y que realmente pueden ser muy efectivas, al igual que saber las causas del incumplimiento. 57 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.2.4. HTA como factor de riesgo cardiovascular (RCV). Se define el RCV como la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, CI, enfermedad cerebrovascular o arteriopatía periférica, en un determinado periodo, generalmente 10 años. La estimación del riesgo cardiovascular se realiza a través de: - Escala de Framingham61, donde consideramos el riesgo coronario total (tenemos la angina de pecho estable, la angina inestable, el infarto de miocardio y la muerte por enfermedad coronaria) en los próximos 10 años; y en pacientes con riesgo elevado, la probabilidad es mayor o igual al 20%. - La escala basada en el estudio SCORE 60 (Systematic Coronary Risk Evaluation), elaboradas por las sociedades europeas de cardiología, hipertensión y aterosclerosis (recomendadas por el comité español interdisciplinario para la prevención cardiovascular), donde consideramos el riesgo de morir por CI, enfermedad cerebrovascular y arteriopatía periférica en los próximos 10 años, y donde los pacientes de riesgo elevado, la probabilidad es mayor o igual al 5%.Las utilidades del cálculo del RCV son identificar grupos de riesgo (bajo, moderado y alto), establecer las prioridades de la prevención cardiovascular y definir la intensidad de la intervención( introducción o no de fármacos) con que deben ser tratados los factores de riesgo cardiovasculares. Las prioridades en prevención cardiovascular (Sociedades Europeas, proyecto SCORE 2003) 60 son para: a) Pacientes con enfermedad coronaria, enfermedad arterial periférica, o enfermedad cardiovascular aterosclerótica. b) Individuos asintomáticos con alto riesgo de desarrollar enfermedades ateroscleróticas por tener: 58 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1) Varios factores de riesgo que dan lugar a un riesgo actual mayor o igual al 5% de desarrollar un evento cardiovascular mortal a lo largo de 10 años. 2) Valores muy elevados de un solo factor de riesgo (colesterol total mayor o igual a 320 mg/dl, colesterol LDL mayor o igual a 240 mg/dl, presión arterial mayor o igual 180/100 mmHg). 3) Diabetes tipo 1 con microalbuminuria o diabetes tipo 2. c) Familiares próximos (de primer grado), pacientes con enfermedad cardiovascular aterosclerótica de aparición precoz, e individuos asintomáticos de muy alto riesgo. La presión arterial es igual al gasto cardiaco por la resistencia periférica, el primero nos da la frecuencia en corazón y el segundo nos da el calibre del vaso. El 97% de los hipertensos tiene la resistencia periférica aumentada debido a: una vasoconstricción funcional, un remodelado vascular (alteración de la estructura vascular), reducción de la distensibilidad de las arterias y aumento de la tensión parietal. La enfermedad vascular hipertensiva se origina por una disfunción endotelial, cambios morfológicos en células endoteliales y rarefacción (pérdida de vasos). Los factores hemodinámicas más los factores humorales son los que modifican los componentes de la pared vascular, por lo que se modifica el endotelio y las células musculares lisas. La HTA es un factor de riesgo cardiovascular principal, causal y modificable. Según el séptimo informe del JOINT NATIONAL COMMITTE 73,74 , los principales factores de riesgo cardiovascular son: HTA, tabaco, diabetes( los tres más peligrosos), obesidad, sedentarismo, dislipemia, microalbuminuria, filtrado glomerular menor de 60 ml/min, edad y antecedentes familiares; cuando coexisten varios de estos factores, el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular se multiplica. Observamos que la HTA es el primer factor de riesgo cardiovascular, 59 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos que al igual que los demás, son predictores útiles de morbilidad y mortalidad cardiovascular y renal, y su control se traduce en una reducción de los eventos clínicos 75. La HTA facilita el desarrollo de enfermedad oclusiva coronaria y predispone a accidentes coronarios, también juega un papel fundamental en el accidente cerebral vascular, en la CI y en la patología de aorta; otra vez el tratamiento y control de la HTA reduce de forma significativa estas patologías. Según la Fundación Española del Corazón y la Sociedad Española de Cardiología 76 (2013) la HTA supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente al sobreesfuerzo; esto origina un aumento del riego sanguíneo y puede desencadenar en insuficiencia coronaria, angina de pecho y arritmias. En aquellos pacientes que ya han sufrido un problema cardiovascular, la HTA puede intensificar el daño. La HTA propicia arterioesclerosis y fenómenos de trombosis (que pueden desencadenar en IM o infarto cerebral); a la vez que puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (causa de muerte). Los beneficios del control de estos factores de riesgo y otros emergentes como la microalbuminuria, la enfermedad renal y la proteína C reactiva, se han observado con los diferentes grupos de antihipertensivos, tanto con los clásicos como con los introducidos posteriormente. Las principales complicaciones que la HTA puede provocar en los órganos diana, en resumen son: o En el corazón: IM, hipertrofia del ventrículo izquierdo e insuficiencia cardiaca. o En el cerebro: accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico y accidente isquémico transitorio. 60 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos o En enfermedad renal crónica: enfermedad arterial periférica y retinopatía periférica. 1.2.5. Prevención de la HTA: medidas higiénico- dietéticas. La prevención de la enfermedad cardiovascular, pasa por evitar un aumento de las cifras tensionales, que conseguiremos a dos niveles: prevención primaria, mediante estrategias poblacionales e individuales, y prevención secundaria. La estrategia poblacional es crucial para reducir la incidencia global de la enfermedad cardiovascular, ya que tiene por objetivo reducir la HTA (como factor de riesgo) mediante modificaciones medioambientales y del entorno que induzcan modificaciones de los hábitos de vida. La declaración de Luxemburgo de 2005, sobre salud cardiovascular, definió las características necesarias para alcanzar el nivel óptimo de salud cardiovascular: o Evitar el consumo de tabaco. o Actividad física adecuada(al menos 30 minutos al día). o Dieta saludable. o Ausencia de sobrepeso. o HTA menor de 140/90 mmHg. o Colesterol total por debajo de 200mg/dl. Así, los principios para el cambio de hábitos y manejo de factores de riesgo conductuales, pasa por una interacción positiva y cercana entre el facultativo sanitario y el paciente, mediante una escucha activa y una aceptación 61 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos por parte del paciente, involucrándolo y favoreciendo ese cambio en el estilo de vida de forma gradual y efectiva. Si la educación sanitaria es fundamental, más lo es la intervención, a través de la puesta en marcha de acciones que permitan un cambio en la actitud sobre un estilo de vida determinado. Así los farmacéuticos, se encargaran junto con otros profesionales de la salud, de mejorar la detección, control y seguimiento de los factores de riesgo cardiovasculares, reforzando las medidas educativas sobre estilos de vida, medidas de la presión arterial periódicas y valoración de la adherencia terapéutica. El tabaquismo. La dependencia crónica de la nicotina, actúa de efecto potenciador exponencial, si actúa sinérgicamente con otros factores de riesgo. El asesoramiento médico firme y explícito para dejar de fumar, es clave en el proceso de abandono del hábito de fumar. El apoyo conyugal y familiar en la deshabituación tabáquica, es de gran ayuda. En la oficina de farmacia disponemos del arsenal necesario y del consejo preciso de todos los profesionales, para conseguir evitar este hábito; así, los chicles y parches de nicotina, los antidepresivos ( incluído el bupropion) y la vareniclina( agonista del receptor acetilcolina de la nicotina), han demostrado su eficacia para ayudar al cese del tabaquismo. El principal objetivo antihipertensivo no es en si mismo el descenso de las cifras de tensión arterial, sino la reducción de la mortalidad y morbilidad de la esfera vascular asociada al exceso de presión; que se consigue con la cesación tabáquica. En este sentido, el beneficio potencial del tratamiento antihipertensivo se centra en la capacidad de reducir la probabilidad de aparición de un episodio cerebro vascular, cardiovascular o renal en un individuo o población determinada, mediante el descenso de la presión arterial, mediante el tratamiento de los factores de riesgo asociados a la misma. Las medidas no farmacológicas dirigidas 62 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos a cambiar el estilo de vida deben ser instauradas en todos los hipertensos o individuos con presión arterial normal- alta, como tratamiento de inicio. Los cambios en el estilo de vida que reducen la presión arterial (y la enfermedad cardiovascular) son 76,.77: - Reducción de peso: el tratamiento del sobrepeso puede considerarse satisfactorio si se logra reducir del 5-10% del peso inicial en un periodo de 6-12 meses, y muy satisfactorio si la disminución de peso continúa y, sobre todo, si esta es duradera; se consigue con un programa de control dietético (dieta), de ejercicio físico y suplementos coadyuvantes, que ayudarán a movilizar los depósitos de grasa; entre los coadyuvantes tenemos las fibras vegetales, el chitosan y el coenzima Q10. Según la tabla de DASH 77 , recomienda el mantenimiento del peso corporal normal en un IMC entre 18.5/24.9, y una reducción aproximada en las cifras de presión arterial sistólica de entre 5-20 mmHg por cada 10 kg de reducción de peso. - Restricción del consumo de sal: en el control de la HTA, es primordial la limitación en la ingesta de sal. Luego, aparte de aconsejar moderación al añadir sal para condimentar los alimentos preparados en el hogar, hay que consumir alimentos frescos y con bajo contenido en sodio, ya que conservas y derivados, y alimentos curados o encurtidos, contienen sal. Dentro del plan de acción para la reducción del consumo de sal y prevención de la HTA en España el Ministerio de Sanidad declara la guerra abierta al consumo excesivo de sal. A la vez que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), corroborando a la OMS recomienda menos de 5g por persona al día (reducción de sal en el pan y en otros alimentos). La reducción de sodio, en no más de 100 mmol/día (2.4 g de sodio) supone una reducción aproximada de la presión arterial sistólica de entre 2-8 mmHg - 78 . Limitación del consumo de alcohol: este apartado debe ser abordado con cada paciente individualmente, sin aconsejar su ingesta y persuadir al 63 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos individuo de los beneficios para la prevención cardiovascular. La controversia entre ventajas e inconvenientes no son objeto de nuestro estudio; a pesar que la dieta DASH permite el consumo moderado de alcohol, y cita que no más de dos copas (30ml de etanol) al día en varones y no más de una copa en mujeres, reduce de 2 a 4 mm Hg la presión arterial sistólica. - Aumento de la actividad física: los beneficios de la actividad física son de sobra conocidos para la salud. El rendimiento que se atribuye al ejercicio físico aeróbico moderado, sería efectivo sólo cuando se camine durante 150 min. semanales (30 min durante 5 días a la semana) con una intensidad de 100 pasos por minuto76. Las campañas para contrarrestar el sedentarismo divulgadas por los médicos complementan y fortalecen la información. La actividad física regular reduce entre 4 -9 mmHg la presión arterial sistólica76. - Dieta DASH 77 : es una dieta similar a la mediterránea donde se promueve el aumento en el consumo de frutas y verduras y la reducción de grasa total y grasa saturada, que son los objetivos de las dietas equilibradas y saludables que nos recomiendan: a) La dieta ha de ser variada y proporcionar una ingesta calórica adecuada para el mantenimiento del peso ideal. b) Fomentar el consumo de: frutas y verduras (fuentes principales de potasio y con bajo contenido en sodio), cereales integrales y pan, productos lácteos bajos en grasa, pescado y carne magra. c) El aceite de oliva, el de pescado y los ácidos grasos omega-3, poseen propiedades protectoras específicas. d) La ingesta total de grasa no debe superar el 30% de la ingesta calórica total, y la de los ácidos grasos saturados no debería 64 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos exceder un tercio de la ingesta total de grasa. La ingesta de colesterol debería mantenerse por debajo de los 300 mg/día. e) En dietas isocalóricas, la grasa saturada debe reemplazarse por hidratos de carbono complejos y en otra parte por ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados procedentes de alimentos de origen vegetal y pescado. La dieta DASH77, que recomienda el consumo de frutas, vegetales y pocas grasas saturadas, consigue una reducción aproximada de la presión arterial sistólica de 8-14 mmHg. 1.2.6. Tratamiento y conocimiento de la HTA. En la persecución objetiva de reducir esta mortalidad y morbilidad provocada por el aumento de presión vascular, obtendremos el beneficio potencial del tratamiento antihipertensivo si nos centramos en la capacidad de reducir la probabilidad de aparición de un episodio cerebrovascular, cardiovascular o renal en un individuo o población determinada, mediante el descenso de la PA. Es importante destacar que en la consecución de dicho objetivo es necesario tratar todos los factores de riesgo asociados a la HTA. Los objetivos de la presión arterial en función del riesgo de los individuos y de su esperanza de vida libre de complicaciones cardiovasculares se resumen en la Figura 3. 65 Figura 3: Objetivo de control de la presión arterial. OBJETIVO GENERAL PA < 140/90 PACIENTES DE ALTO RIESGO, DIABÉTICOS, ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA O ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR PACIENTES < 55 AÑOS INTENTAR PA OPTIMA PA < 120 /80 PA < 130 /80 El grado o nivel de conocimiento y tratamiento de la HTA en la población española son moderadamente altos. Cuando los cambios en el estilo de vida no consiguen normalizar la presión arterial, y sobre la base de que los pacientes pueden tener un riesgo cardiovascular más alto, no parece prudente retardar en exceso el inicio del tratamiento farmacológico. Cualquier fármaco de uno de los grupos principales puede ser útil para iniciar el tratamiento; que tiene carácter indefinido, por lo que resulta esencial una buena comunicación entre el personal sanitario y el paciente. Antes de comenzar el tratamiento se debe informar al paciente sobre la naturaleza de su proceso y sobre los objetivos de la terapéutica antihipertensiva, con el fin de que el enfermo tome conciencia y conocimiento de su patología76. 66 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos En primer lugar se aborda el tratamiento no farmacológico, donde las medidas no farmacológicas dirigidas a cambiar el estilo de vida deben ser instauradas en todos los hipertensos o individuos con PA normal-alta, bien sea como tratamiento de inicio, bien complementando el tratamiento farmacológico. Los cambios en el estilo de vida que reducen la PA y la enfermedad cardiovascular, son la reducción de peso, restricción del consumo de sal, limitación del consumo de alcohol, aumento de la actividad física, aumento del consumo de frutas y verduras, reducción del consumo de grasa total y grasa saturada, y abandono del tabaco; como se resume en la Tabla 4. Tabla 4: Modificaciones del estilo de vida en el paciente con HTA. (TOMADA DE LAS GUÍAS DE ACTUACIÓN DE ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SEMFYC) Modificación Reducción de peso Dieta DASH* (similar a mediterránea) Reducción de sodio Recomendación Reducción aproximada PAS Mg. (rango) Mantenimiento del peso corporal normal 5 – 20 mmHg / 10 Kg. de (IMC 18,5-24,9) reducción de peso Consumo de frutas, vegetales, pocas grasas saturadas No más de 100 mmol día (2,4g sodio) 8 – 14 mmHg 2 – 8 mmHg Ejercicio aeróbico regular (al menos 30 Actividad física minutos al día casi todos los días de la 4 - 9 mmHg semana) Moderación del No más de 2 copas (30 ml de etanol) al día consumo de alcohol en varones y no más de 1 en mujeres * DASH: Dietary Approaches to STOP Hypertensión (N Engl j Med 2001;344:3-10) 67 2 – 4 mmHg Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Basándonos en las guías de la Sociedad Europea de Hipertensión 200776, vamos a enumerar el decálogo en que se resumen los principios del tratamiento farmacológico antihipertensivo: 1) El tratamiento antihipertensivo forma parte del manejo integral del riesgo cardiovascular. 2) Cualquier fármaco de los grupos principales es válido para el inicio del tratamiento. Se comienza con una dosis baja del fármaco elegido, que minimiza los efectos secundarios. 3) Planificar una reducción gradual de la presión arterial. 4) Comprobar la respuesta en un plazo de 4-6 semanas. 5) En caso de respuesta desfavorable o de efectos adversos se optará por cambiar de grupo de fármacos. 6) La tasa de respuesta a la monoterapia no suele superar el 50%: la mayoría de los pacientes necesitarán una asociación de fármacos. 7) Utilizar fármacos de acción prolongada que sean eficaces durante 24 horas y que permitan la dosis única diaria. 8) La elección de un determinado tipo de fármaco será individualizada para cada paciente. 9) El objetivo terapéutico serán unos niveles de presión arterial menores de 140/90 mm Hg. En pacientes diabéticos, enfermedad renal crónica o cardiovascular establecida, el objetivo es llegar a menos de 130/80 mm Hg. 10) El tratamiento se mantendrá de forma indefinida. 68 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos El tratamiento farmacológico combinado, se utiliza cuando la monoterapia no es efectiva, y en pacientes con alto o muy alto riesgo cardiovascular, puede llegar a ser necesario utilizar más de dos fármacos. Las asociaciones alargan la duración del efecto antihipertensivo, permiten la utilización de dosis más reducidas que en monoterapia, lo que minimiza la incidencia de efectos secundarios y mejora el cumplimiento terapéutico. Asociaciones. Entre las razones para asociar dos fármacos antihipertensivos, y potenciar así su efecto, tenemos, que permite utilizar dosis menores y reducir las reacciones adversas dosis-dependientes del medicamento, y que los efectos adversos de uno, están antagonizados por el otro. Las condiciones para asociar son: que tengan distinto mecanismo de acción, que tengan efectos hemodinámicos complementarios y que las reacciones adversas sean diferentes y compensatorias73. Estas asociaciones se observan en la Figura 4. Figura 4: Asociación de los distintos antihipertensivos. Ieca-Arall Antag.ca Diuréticos Betabloqueantes 69 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos La buena relación entre médico y paciente, la educación sanitaria, la ayuda en la adaptación de la dosis, la buena comunicación y empatía, y la simplificación del tratamiento optimizan el cumplimiento terapéutico y el conocimiento de la patología. 1.2.7. Efectos de la intervención farmacéutica en pacientes hipertensos. La intervención farmacéutica es la actuación dirigida a modificar alguna característica del tratamiento, del paciente que lo utiliza o de las condiciones de uso, y que tiene por objetivo resolver problemas relacionados con los medicamentos (PRM) y resultados negativos asociados a la medicación (RNM). En toda intervención farmacéutica debemos anotar: la fecha de inicio y cierre de la actividad, médico y farmacéutico responsables, motivo y tipo de intervención, gravedad del problema, grado de aceptación, impacto y tiempo empleado, recogida de datos y cálculo de costes; otras intervenciones incluidas son la educación sanitaria al paciente, las consultas farmacoterapéuticas, informes de alta, coordinación con atención primaria, modificaciones de hábitos de riesgo, etc. La HTA es una enfermedad crónica y de mal pronóstico cuando el paciente no recibe el tratamiento oportuno y monitoreo adecuado. Ante esta realidad, parece necesario y casi obligatorio, realizar una intervención farmacéutica sobre el paciente para que mejore el progreso de su patología, esta consiste en implantar los programas de atención farmacéutica (AF) en farmacia comunitaria. Un reciente estudio sobre HTA, valora la intervención farmacéutica, a toda la población que acude a la oficina de farmacia (hipertensos y no hipertensos), mediante una entrevista, unas recomendaciones higiénico-dietéticas, modificaciones de hábitos con riesgo para su salud, una sencilla encuesta (favoreciendo el cumplimiento del tratamiento), medida de la presión arterial y seguimiento farmacoterapéutico del paciente con posteriores tomas de tensión. El 70 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos objetivo principal de este estudio, era mejorar las cifras de presión arterial, mediante el efecto de la intervención farmacéutica. Se ha relacionado cifras de presión arterial con factores de riesgo, se ha intervenido con las recomendaciones indicadas y lo que queremos es evaluar si el efecto de la intervención, se ha reflejado en mejoras de HTA. En los resultados se consigue desenmascarar prehipertensos e hipertensos ocultos que se derivaron al médico; el 69% de los pacientes tenía su HTA controlada al final del estudio, que es superior al 26% de los pacientes que al principio tenía su HTA controlada79. En España hemos pasado de un 13% de pacientes controlados en 1995 al 40% actual. Así, la intervención al 73.8% de los pacientes, ha originado un cambio en una medida higiénico-dietética, que por pequeña que sea revierte en su salud, y un 92% de los mismos habían disminuido su HTA. Durante este intervalo de tiempo que duró la intervención (3 meses), hay pacientes que han tenido que modificar su medicación (añadiendo otra molécula o cambiando la actual) Otro trabajo, es el estudio PRESSFARM 80 . 81 , acabado de publicar y realizado por 102 farmacias comunitarias, que evalúa la efectividad de un programa de AF en la mejora del control de la PA en pacientes hipertensos mal controlados, y donde los resultados nos muestran que el porcentaje de cumplidores en el grupo de intervención al inicio era del 30%, mientras que al final de la misma los cumplidores eran un 60.8%. Así, concluimos diciendo que la atención farmacéutica a pacientes hipertensos mal controlados se asocia a un aumento del nivel de control y de la adherencia al tratamiento y una mayor detección y corrección de problemas relacionados con los medicamentos. Después de una exhaustiva revisión de las últimas actualizaciones en efectos de la intervención farmacéutica en pacientes hipertensos, siempre obtendremos mejoras, en cifras tensionales, en la optimización de hábitos correctos y en el cumplimiento y adherencia a su tratamiento, que, a quien más va a beneficiar es al estado de salud del paciente. Sobre todo sorprende la elevada capacidad de corrección de las cifras tensionales, inducidas por la responsabilidad del propio paciente, motivadas por nuestra intervención y por el seguimiento farmacoterapéutico realizado. 71 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.2.8. La Adherencia al tratamiento e incumplimiento terapéutico. Organización mundial de la Salud (OMS) 82 ha definido de forma general la adherencia, como el grado en que el comportamiento de una persona (tomar su medicación, seguir un régimen alimentario, realizar cambios del modo de vida) se corresponde con las recomendaciones de un prestador de asistencia sanitaria. El incumplimiento es el factor decisivo en la falta de consecución de los objetivos terapéuticos planteados, y sugiere que es el paciente el que sigue de forma pasiva la indicación de su médico, por lo tanto es el factor de riesgo olvidado y la asignatura pendiente en la botica. El escaso cumplimiento del tratamiento y la falta de adherencia al mismo, son los dos motivos principales del bajo control actual de la HTA. Su importancia radica, en que se ha comprobado que una baja adherencia empeora el curso de la enfermedad, la mortalidad e incrementa los costes sanitarios. La baja adherencia no es un problema sólo relevante, sino que es tan frecuente, que en los países desarrollados la adherencia terapéutica en pacientes que padecen enfermedades crónicas promedia un 50%, y entre un tercio y la mitad de los medicamentos prescritos a estos enfermos no se utilizan como se recomendó. El personal sanitario debe ser capaz de identificar, mediante predictores, la baja adherencia terapéutica, esta prevención permite poner en marcha estrategias que minimicen este problema, como: la educación del paciente, la simplificación de los regímenes terapéuticos, la mejora de la accesibilidad del paciente al personal sanitario que lo atiende y la comunicación entre ellos (involucrando al paciente en las decisiones). La simplificación del tratamiento se consigue con fármacos de acción prolongada; a la vez que conseguir mezclar en la misma cápsula una estatina y un antihipertensivo mejora notablemente la adherencia. La mayor frecuencia de la visita médica y de los registros domiciliarios de PA favorece la adherencia. El tratamiento multidisciplinario, el registro de las cifras tensionales en un diario y la 72 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos colaboración de los familiares, nos van a ayudar mucho en el cumplimiento del paciente. Vamos a citar las posibles causas de incumplimiento y las estrategias para solucionarlo según el programa PRODEFAR 83: Causas de incumplimiento: o Estigma del paciente. o Estigma por la falta de apoyo familiar. o Desacuerdo con el diagnóstico clínico. o Estar separado/ divorciado/ viudo. o Jóvenes o mayores de 60 años. o Bajo nivel de estudios. o Tendencias suicidas. o Miedo a la aparición de efectos adversos. o Falta de confianza en el tratamiento. o Aversión al consumo de medicamentos. o Demora al inicio de la acción. o Descuido del autocuidado. o Perfil de efectos adversos. 73 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos o Sensación de mejora antes de acabar. Estrategias para mejorar la adherencia: o Educar sobre la patología y ayudar a entender su naturaleza. o Discutir el balance beneficio-riesgo del tratamiento. o Informar del riesgo de aparición de síntomas de retirada. o Ayudar a adaptar la toma de la medicación a la rutina diaria. o Comunicar de forma explícita la duración aproximada del tratamiento. o Cambiar de medicación cuando sea necesario. o Facilitar la comunicación con el clínico. o Invitar al paciente a preguntar sus dudas sin vacilar. o Remarcar que hay que informar al médico si se abandona la terapia. o Informar sobre los efectos adversos. o Educar sobre la medicación: mecanismos de acción, inicio de la acción en 4-6 semanas, etc. o Insistir en la importancia de tomar la medicación a diario y de continuar el tratamiento aun cuando se sienta mejor. 74 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Se está llevando a cabo el estudio AFEMPA, con un grupo control y otro de intervención, al que se le realizará un programa educativo durante seis meses, acompañado de la automedida domiciliaria de la PA (AMPA), para descubrir si mejora la adherencia al tratamiento y el control de la PA, en pacientes hipertensos tratados farmacológicamente en varias oficinas de farmacia. Otros estudios demuestran la eficacia de la intervención telefónica 84 y de correo en el cumplimiento del paciente hipertenso, demostrando que son medidas eficaces en la mejora de las cifras tensionales. Otro trabajo analiza la frecuencia de asistencia del paciente a la Unidad de Cumplimiento de las Prescripciones Crónicas, observando que esta unidad disminuye la frecuencia de asistencia de las visitas médicas, mejora el acceso al tratamiento del paciente renovado y supone un ahorro considerable en el tiempo de atención 85. Cabe citar las últimas actualizaciones del grupo de cumplimiento en las últimas Jornadas Nacionales sobre Cumplimiento, donde el estudio PERSISDIUR, el estudio PERFILES o la recopilación de los distintos grupos de cumplimiento, junto con la SEH-LELHA, ponen de manifiesto que sabiendo las causas del incumplimiento, podemos encontrar las estrategias para mejorar la adherencia. La inercia clínica es causa de incumplimiento, demostrado en recientes publicaciones 86,87, donde recordamos que es una de las causas del bajo control de la HTA, debido a que los médicos suelen decidir pocos cambios terapéuticos farmacológicos en hipertensos no controlados, así como la aceptación de cifras aisladas límite de PAS y PAD, como adecuadas en pacientes con CI/ángor y en diabéticos, o la falta de adhesión a guías y la dificultad para descartar la bata blanca, por parte de los médicos. Y por último y más reciente, son las conclusiones extraídas de los resultados preliminares de los estudios TABARCA88 y CARDIOTENS ll 89 que ponen de manifiesto la preocupación por la falta de adherencia y por el incumplimiento en pacientes que abandonan los tratamientos de HTA y que no 75 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos perciben ningún efecto adverso por ser una enfermedad asintomática, y el alarmante aumento de la obesidad. 1.2.9. Medida de las cifras de presión arterial. El objetivo general es conseguir en nuestros pacientes una PA<140/90 mmHg; y una PA < 130/80 mmHg en pacientes con alto riesgo, diabéticos, enfermedad renal crónica o enfermedad cardiovascular; e intentar una PA óptima < 120/80 mmHg en pacientes menores de 55 años. Una medida correcta de la PA es un componente básico en el manejo del paciente con riesgo cardiovascular. Las tres técnicas básicas para la medida de la PA son: la medida en el entorno clínico, la automedida en el domicilio (AMPA) y la monitorización ambulatoria con dispositivos automáticos (MAPA). Sus principales ventajas y limitaciones aparecen resumidas en la Tabla 5. 76 Tabla 5: Ventajas y limitaciones de la AMPA. (TOMADA DE LAS GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA DE LA SOCIEDAD EUROPEA DE HIPERTENSIÓN, 2007) VENTAJAS LIMITACIONES Las medidas se corresponden mejor con la No permite hacer tomas de PA durante las afectación de órganos diana. horas de sueño Evita el efecto de la bata blanca No todos los pacientes son tributarios de AMPA Permite mediciones en diferentes momentos Uso de aparatos no validados del día. Permite valorar el efecto de fármacos Necesidad de entrenamiento de los pacientes antihipertensivos. Mejora el cumplimiento terapéutico, al implicar de forma más directa y activa al paciente. Puede inducir a la toma de decisiones Coste menos que el AMPA Posibilidad de falsear resultados si los aparatos no disponen de memorias Coste de los aparatos de AMPA para el paciente La medida estandarizada de PA en el entorno clínico, realizada por médicos, enfermeros y farmacéuticos, debe hacerse con, una validación y calibrado del equipo y con el sujeto en reposo físico y mental, es decir, reposo y relajación previa a la medida, ambiente tranquilo y confortable, reducción de la ansiedad y minimización de la actividad mental (no hablar, no preguntar); y debemos evitar la administración reciente de fármacos con efectos sobre la PA, evitar tiempo prolongado de espera y el consumo de cafeína y tabaco en los 15 minutos previos. La mayoría de los sujetos a los que se realiza una medida de presión, experimenta una elevación transitoria de la PA, situación conocida como reacción de alerta o hipertensión clínica aislada (fenómeno de la bata blanca). Esta reacción es inconsciente y depende del tipo de persona que efectúa la medición (disminuyendo con el personal conocido, frente al no habitual), y no puede evitarse, pero si reducirse con una técnica correcta, ya que tiende a extinguirse con el tiempo, incluso dentro de 77 la misma visita; siguiendo estas Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos recomendaciones, todavía entre un 20-25% de sujetos, presentan hipertensión clínica aislada 90 y es causa de un mal diagnóstico, hipotensión e incumplimiento terapéutico. Se recomienda realizar como mínimo dos mediciones, separadas por un minuto, debiendo repetir una tercera si se detecta una diferencia de PA entre ambas mayor de 5mmHg. Aquí el esfigmomanómetro de mercurio, en desuso, es el patrón para la calibración del resto de dispositivos y para poder realizar mediciones fiables en pacientes con fibrilación auricular y otras arritmias graves 91. En cuanto al AMPA, los equipos electrónicos de medida de PA son los dispositivos recomendados en el momento actual, y podemos distinguir entre semiautomático y automático, auscultatorio y oscilométrico, y de brazo o de muñeca. El personal sanitario informará al paciente del uso validado de modo independiente del aparato y de los procesos de unificación de criterios92 (procedimientos de validación consultar en http://www.seh-lelha.org). Se reconoce que las medidas obtenidas por AMPA se correlacionan mejor con la afectación de órganos diana y la presencia de factores de riesgo cardiovascular asociados a HTA, que las medidas obtenidas en el entorno clínico. Además podemos evitar la hipertensión clínica aislada y mejorar el cumplimiento terapéutico por aumento de la adherencia al tratamiento 93,94, al implicar de forma más directa y activa al paciente. Otras ventajas son: que permite mediciones en diferentes momentos del día, consigue valorar el efecto de fármacos antihipertensivos, que presenta una mayor reproducibilidad o precisión y permite informar mejor de la variabilidad de la PA. Por lo tanto, la AMPA es una técnica de gran interés en la práctica clínica, pero que exige la implicación activa del personal sanitario a través de un control continuado de las condiciones de su desarrollo por el enfermo. La AMPA está indicada: - En el diagnóstico de la HTA: para la detección de fenómenos de reacción de alerta y para la confirmación del diagnóstico de HTA de grado 1. 78 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos - En el seguimiento clínico de los pacientes: para confirmar la sospecha de HTA refractaria95, para valorar la respuesta del paciente al tratamiento, detección de hipotensión, diagnóstico de HTA lábil e identificación de pacientes con elevada variabilidad tensional. Y por último, la monitorización ambulatoria de la PA con dispositivos automáticos (MAPA) es la técnica más perfeccionada para las mediciones ambulatorias durante 24 horas por su excelente correlación pronóstica. Esta técnica ha introducido un considerable cambio en el diagnóstico y tratamiento de HTA, ya que permite múltiples medidas de la PA, estimando el patrón actividadsueño y no induce reacción de alerta. 1.3. Inercia. 1.3.1. Definición de la Inercia Terapéutica. En el año 2001 Phillips LS et al96 definieron la Inercia Clínica (IC) como”los fallos del médico en la iniciación o en la intensificación del tratamiento cuando están indicados”. Este concepto permite una mejora en la detección, el nivel de conocimiento y el control de diferentes enfermedades crónicas como es la HTA. Se genera inercia cuando se reconoce el problema y no se actúa, iniciando o intensificando la terapia correspondiente. Tenemos el precedente inmediato en el año 2000, donde Bungard TJ97 et al proporcionan los primeros indicios, categorizando la inercia como un problema del sistema sanitario y de sus profesionales, y no achacable al paciente; lo demuestran a través de un estudio realizado en pacientes con fibrilación auricular, donde buscan las causas por las que no reciben el tratamiento adecuado con Warfarina. 79 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos El JNC VII34, en el año 2003, en su informe dio a conocer el concepto de IC incluyéndolo en su guía clínica en el control de la HTA. Este informe nos proporciona otra definición de inercia: “el hecho de no valorar o combinar los medicamentos a pesar de saber que el paciente no consigue el buen control, por lo que debe ser superado este problema para conseguir el mejor control en los pacientes hipertensos“. Esta definición se traduce como una actitud conservadora de los clínicos al no modificar el tratamiento, a pesar de saber que los hipertensos están mal controlados, tras un tiempo de seguimiento adecuado y evidencia de que no reducen sus cifras tensionales. En el año 2003, J Ceitlin 98 , desde la atención primaria, señala como una de las causas de inercia la falta de habilidades y entrenamiento por parte de los médicos a la hora de realizar diagnósticos y enfocar tratamientos. La inercia Terapéutica (IT) se considera como los fallos del profesional sanitario en la iniciación o intensificación del tratamiento cuando son necesarios para el paciente, y a pesar de saber que están indicados no se alcanzamos los objetivos terapéuticos deseados. Los trabajos que màs inciden en la IT son en 2004 Andrade SE et al99 y en 2006 Okonofua EC et al 100 , en el primero se acuña la definición de IT, en el segundo se reconoce el problema y se valora la necesidad de su reducción y los beneficios que podría conllevar; así define la Inercia terapéutica como el "fracaso de los proveedores para iniciar nuevos tratamientos o de aumento de las dosis de los tratamientos ya existentes, cuando se registran valores anormales de un parámetro clínico". En el año 2005, O Connor PJ et al 101, 102 , describen los factores que influyen en la inercia terapéutica, (Tabla 6) y los clasifican en 3 categorías que son: 80 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Tabla 6: Factores que contribuyen a la inercia clínica. MEDICO PACIENTE x Los efectos secundarios de x La falta de iniciar el los medicamentos. tratamiento. x Polimedicación. x La falta de objetivos claros. x Olvido de la medicación. x La subestimación de las necesidades de los pacientes. x Coste de los medicamentos. x Falta de identificar y gestionar x Negación de la enfermedad. condiciones de comorbilidad x Estilos de vida. tales como la depresión. x Enfermedad con pocos x La falta de tiempo y una x No utilización de Guías. x No registro de la enfermedad. x Falta de planificación en las visitas. x No hay trabajo coordinado en equipo para el seguimiento del paciente. síntomas. atención insuficiente. x Atención reactiva en lugar de atención proactiva. Así, un estudio SISTEMA DE SALUD x Baja interrelacióncomunicación con su x Falta de comunicación del clínico con las oficinas de farmacia. médico. 103 , analizo que las causas por las que los médicos no intensificaban el tratamiento de la HTA eran las siguientes: a) habían descendido las cifras de presión arterial y el objetivo de control “casi” se había alcanzado, b) la consideración que el tiempo desde el inicio del tratamiento era demasiado corto para apreciar el efecto deseado del fármaco, c) los métodos de automedida daban unas cifras de presión arterial satisfactorias. Incidir aquí, que si priorizamos en la patología más urgente, relegaremos a un segundo o tercer plano la intensificación del tratamiento antihipertensivo. Unificando criterios y trabajos presentados podemos llegar a dilucidar que, la inercia además de influir en el ámbito terapéutico del proceso asistencial, que sería la inercia terapéutica (IT), también influye en el diagnostico y el seguimiento del proceso, para lo que utilizamos como elemento diferenciador el algoritmo de la Figura 5. 81 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Figura 5: Algoritmo de práctica clínica para diagnosticar la INERCIA: Definición de conceptos 104. Concienciación del clínico de los objetivos a conseguir Evitar los fallos Iniciación del tratamiento (Inercia diagnóstica/terapéutica inicial tras el cribado/diagnóstico) “Cifra Modificaciòn del tratamiento (Inercia terapéutica en el seguimiento) No se llega al diagnóstico de Se llega al diagnóstico pero no se inicia el tratamiento !" #$%&%'* alto RCV, ECV Inercia diagnóstica Cribados alterados dos que se aceptan como normales Inercia terapéutica inicial Confirmación diagnóstica de hipertensión con cifras elevadas que se acepta como normal y/o no se estratifica el RCV para iniciar el tto Inercia terapéutica en el seguimiento +6 se acepta como normal Están indicados según las guías de práctica clínica los objetivos diagnósticos y terapéuticos, pero por alguna razón se falla. Los clínicos adoptan una actitud conservadora, no confirman el diagnóstico guías y no modifican el tratamiento pero, al estar indicado, realizan más seguimiento 82 PA = Presión Arterial RCV = Riesgo cardiovascular HTA = Hipertensión arterial ECV = Evento cardiovascular 1.3.2. Para Diagnóstico de la inercia terapéutica. su diagnóstico es necesario una mayor concienciación y sensibilización por parte de los profesionales sanitarios en la aplicación de las guías de práctica clínica. El fundamento de la detección del problema de inercia es el convencimiento claro de que en nuestros pacientes se tienen que conseguir las cifras de control estricto, tal y como indican las guías. Estas ya nos avisan de la dificultad de conseguir un control óptimo en la reducción de la PAS a menos de 140 mmHg en los ancianos menores de 80 años, e incluso próximos a 130 mmHg en los diabéticos y, en general, en los pacientes con riesgo cardiovascular elevado y/o con evento cardiovascular. Ante esta dificultad, muchos clínicos le echan la culpa al incumplimiento terapéutico y adoptan una postura conservadora y se conforman con cifras sistólicas aisladas elevadas, por ser pacientes de muy difícil manejo y llevar tratamientos complejos (pluripatológicos y polimedicados). En la propuesta de un algoritmo en la práctica clínica para la detección del problema de la inercia, éste se debe sustentar, por una parte en descartar las otras causas que pueden justificar el mal control de la tensión arterial. Es decir, en las razones no relacionadas con la inercia que ocasionan mal control tensional, que están indicadas en las guías de práctica clínica y que se deben responder antes de vencer la inercia en el caso de que el clínico cayera en ella. Por otra parte, una vez descartadas estas causas y si persiste el mal control, hay que valorar los motivos y factores que se asumen como razones relacionadas con la inercia. Todos los aspectos comentados se observan en la Figura 6. Pero, tal y como se ha indicado, para su diagnóstico es necesario una mayor concienciación y sensibilización por parte de los profesionales sanitarios en la aplicación de las guías de práctica clínica. 83 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Figura 6: Algoritmo de práctica clínica en el diagnóstico de la inercia terapéutica en la asistencia. 7:;:=>@"H CONTROLADO RAZONES NO RELACIONADAS CON LA INERCIA Y QUE DEBEN RESPONDER ANTES DE VENCER LA INERCIA (GPC) RAZONES RELACIONADAS CON LA INERCIA Motivos: Factores: Q=W medicación. Q6 visitas: ![6 modificar el tto” QX6#6'# la PA suficiente. QH suficientemente eficaz. Q>66Y Q /pluripatologías con ttos complejos. Q`:#[ en la consulta médica, de enfermería o en la farmacia? Q`66+6 eleve la PA o interaccione con el Tto hipotensor? Q`>k6[ que haga efecto el Tto? Q`>k[;wx{ Q[ adversos al aumento de dosis. Q riesgo C.V. en los que es difícil conseguir el control óptimo Q\]# para alcanzar los objetivos. Q[6 en bajar la PAS. Q`>k6 terapéutico? Q`>k:[''{ Q`>k'| secundaria? No cometer fallos en la iniciación del tratamiento o modificación, cuando está indicado por la falta de control. Modificaciones terapéuticas según GPC hasta conseguir los objetivos de control, respetando los tiempos necesarios Si la PA no se soluciona con 3 fármacos a dosis adecuadas siendo uno de ellos 66*+6 resistente y valorar sus posibles causas 84 PA = Presión Arterial. PAS= Presión Arterial Sistólica. HTA= Hipertensión. CV= Cardiovascular. RCV = Riesgo cardiovascular GPC = Guías de práctica clínica Tto= Tratamiento. Los profesionales sanitarios saben que sus pacientes no están bien controlados, y aceptan valores alterados límites, pero no los terminan de asumir como cifras normales; ya que, en vez de modificar los tratamientos hacen más seguimientos de sus pacientes, los citan más veces y, resultado de ello, es originar pacientes hiperfrecuentadores que, a la larga, pueden masificar las consultas asistenciales 105 . En el estudio CLUE 106 Figura 7, llevado a cabo en consultas especializadas hospitalarias se observa que la Inercia Terapéutica no solo es de Atención Primaria. Figura 7: Estudio ESTUDIO CLUE Actitud ante el paciente no controlado Cambio 31,100% Disminución ,600% Aumento 17,200% Mantenimiento 51,100% CLUE106. Actitud ante el paciente no controlado. 85 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.3.3. Causas de la inercia. Las causas de inercia Terapéutica (IT) son múltiples y afectan tanto a los profesionales médicos, de enfermería como de farmacia. El conocimiento y análisis de las causas de inercia es fundamental para la introducción de medidas correctoras y evitar sus consecuencias negativas sobre el control de patologías crónicas como es el caso de la Hipertensión. Las causas de por qué se produce la inercia terapéutica se observan en la Tabla 7 su análisis indica que nos encontramos ante un problema importante y las soluciones para resolverlo están en luchar contra las barreras que dificultan la aplicación de las guías. Pero lo más importante es que debe haber programas educativos y formativos que refuercen la ventaja de conseguir en pacientes los objetivos terapéuticos para evitar las enfermedades cardiovasculares y hacer hincapié en la evaluación de los logros contenidos y autoevaluación del problema en nuestra práctica clínica. La publicación original de Phillips96 incluía una serie de posibles causas de Inercia Terapéutica no excluyentes entre sí, y que pueden coincidir en un mismo profesional. Publicaciones más recientes han ampliado el espectro de las causas de IT (Tabla 7). 86 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Tabla 7: Causas de inercia terapéutica CAUSAS DE INERCIA TERAPÉUTICA 1.Sobre-estimación • De la atención médica • De la adherencia a las Guías de Práctica Clínica 2.Déficit • Formación • Organización 3. Otras causas • Infra-estimación del riesgo cardiovascular • Incumplimiento terapéutico por parte del paciente • Culpabilización del paciente • Percepción de que las “cosas van bien” • Recelos en la aceptación de los objetivos de las Guías • Inercia clínica justificada (Modificada de Phillips) Sobrestimación de la asistencia sanitaria y del seguimiento de las Guías de Práctica clínicas (GPC). Muchos clínicos no conocen el grado de control real, entre sus pacientes, de los factores de riesgo (FR) clásicos como la HTA y la Diabetes. Además, es muy habitual la sobrestimación, por parte de los profesionales, de la adherencia y seguimiento de las recomendaciones de las Guías de Práctica Clínica 107. Un estudio realizado sobre 139 médicos 108 de atención primaria de la Administración de Veteranos de los EEUU demostró que los médicos opinaban que en el 75% de sus hipertensos seguían las recomendaciones de las Guías Clínicas, cuando la realidad era del 67% (p<0.001), y que el 68% de los pacientes tenían sus cifras de presión controladas, cuando, en realidad, el grado de control era del 43% (p<0.001). 87 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos La realización de auditorías periódicas, incluidas en los programas de dirección por objetivos, puede ser de ayuda en la detección de este problema. Infraestimación del riesgo cardiovascular. La infraestimación del riesgo vascular es otra de las posibles causas de Inercia Terapéutica. En el estudio Control-Project en los hipertensos de alto riesgo existía una subestimación del riesgo real,109. La introducción de calculadoras de riesgo en los sistemas informáticos de las consultas es de utilidad para paliar este tema. Relación entre cumplimiento terapéutico e inercia terapéutica. El incumplimiento y la Inercia Terapéutica han sido considerados como dos causas independientes del insuficiente grado de control de los FR. Sin embargo, un reciente estudio, realizado en una cohorte de más de 2,000 pacientes con DM2 de reciente diagnóstico, ha demostrado que aquellos pacientes que iniciaban un tratamiento hipoglucemiante y eran peores cumplidores, a pesar de tener unos niveles de HbA1c elevados, tenían menos probabilidades que sus médicos modificasen el tratamiento, al contrario de lo que ocurría con los mejores cumplidores 110. En el mencionado estudio Control-Project, la principal causa de mal control de la HTA, en opinión del 64.3% de los médicos, era el presunto incumplimiento de los cambios del estilo de vida y, en segundo lugar, el incumplimiento del tratamiento farmacológico (38.2% de los encuestados). Por lo tanto, parece existir cierta interrelación entre las conductas de los pacientes (incumplimiento) y el de los médicos (inercia terapéutica). 88 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Sin embargo, un reciente estudio de la Administración de Veteranos ha puesto en entredicho la asociación entre inercia e incumplimiento 111, por lo que ante la falta de control de un FR, como es la HTA, hay que considerar todas las opciones. Inercia terapéutica clínicamente justificada. En ocasiones los médicos tienen motivos para no modificar el tratamiento, lo que no debe confundirse con el concepto de IT ya que puede indicar, incluso, una práctica clínica correcta 112. Así, un estudio analizó las causas por las que los médicos no intensificaban el tratamiento de la HTA 113 destacando las detalladas en la Tabla 8. Tabla 8: Razones para no modificar el tratamiento antihipertensivo ante un paciente no controlado (modificada de Saffordy Ferrari). RAZONES PARA NO MODIFICAR EL TRATAMIENTO ANTIHIPERTENSIVO ANTE UN PACIENTE NO CONTROLADO • Tiempo todavía corto hasta alcanzar el efecto antihipertensivo. • Satisfacción” con la reducción de la PA. • Habían descendido las cifras de PA y los Objetivos de control “casi” alcanzados. • Cifras de PA ambulatorias (AMPA/MAPA) normales o satisfactorias. • Diagnóstico de incumplimiento farmacológico y hábitos. • “Preocupación” o estrés del paciente al entrar en consulta. • Dificultades previas en alcanzar el control. • Coste de la medicación para el paciente. • Enfermedades intercurrentes (asma, EPOC). • Demandas competitivas. • Efectos secundarios de Ia medicación. • Interacciones medicamentosas. • Condiciones que interfieren con la medida de la PA (tabaco, café). • Control clínico de la HTA por otros profesionales. • Mal control en una primera ocasión. 89 La existencia de “demandas competitivas” es un concepto que debe incluirse en este punto. En la práctica clínica real el médico se enfrenta, en un mismo paciente, con múltiples diagnósticos y problemas que deben resolverse en un estrecho margen de tiempo. En estas condiciones, tanto el paciente como el propio médico priorizan el problema más sintomático, o el que más preocupa, y problemas percibidos como menos urgentes, como es el caso de intensificar el tratamiento antihipertensivo o antidiabético, puede quedar relegados a otra visita. Este fenómeno ha sido bien estudiado en el caso de la DM2 114,115 . Ahora bien, si el profesional es consciente de que no hay justificación alguna para mantener una actitud de Inercia Terapéutica, puede incurrir en mala práctica. Recelos sobre las recomendaciones de las Guías Clínicas (GC). Las GC son consideradas como instrumentos útiles en el proceso de toma de decisiones. En el estudio REACT 116 . (Reassessing European Attitudes about Cardiovascular Treatment), 754 médicos de atención primaria de diferentes países de Europa participaron en una encuesta sobre la aceptación y grado de implementación percibida de las GC europeas de prevención de la cardiopatía isquémica La mayoría de los médicos (89%) coincidían con el contenido de la GC, y el 81% afirmaban que la utilizaban. Sin embargo, solo el 18% pensaban que podían implementarse en mayor grado. Las principales barreras para la misma eran la falta de tiempo (38%), los costes de prescripción (30%) y el cumplimiento del paciente (17%). 90 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Por otra parte, las GC que planteen objetivos maximalistas, con poco de margen de maniobra o sin contemplar objetivos parciales, pueden ser causa de inercia terapéutica. Las bajísimas tasas de control de la HTA en pacientes con DM2 confirman estas impresiones. En la Tabla 9 se muestran algunas de las barreras para la aplicación de las recomendaciones de las guías de práctica clínicas GPC 117 . 91 Tabla 9: Barreras que dificultan la aplicación de las guías. BARRERAS QUE DIFICULTAN LA APLICACIÓN DE LAS GUÍAS 1.- Relacionadas con las propias guías. a) Discordancia enfermedad. entre diferentes guías que manejan la misma b) Fallos en la comunicación de los aspectos más relevantes. c) Falta de estrategias claras para su aplicación. d) Actualización poco frecuente. e) Aplicabilidad cuestionable en pacientes individuales. 2.- Relacionadas con el Profesional Sanitario. a) Falta de conocimiento y familiaridad con las guías. b) Desacuerdo con algunas recomendaciones de las guías. c) Falta de motivación para aplicar las recomendaciones. d) Falta de auto-eficacia; algunos médicos opinan que las guías son inaplicables. e) Falta de expectativas; algunos convencidos de que alcanzar los médicos no objetivos tenga están mayor impacto en la morbi-mortalidad. 3.- Relacionados con la práctica diaria. a) Falta de tiempo. b) Falta de recursos. b) Falta de incentivos. d) Falta de líderes de opinión. Con respecto a las barreras que dificultan la implantación de las guías en la práctica clínica Egan y Basile 118. En el año 2003 analizaron qué factores dificultan, por parte de los profesionales, la adherencia correcta a dichas guías, siendo tres las respuestas manifestadas: 92 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos a) Las barreras que se relacionan con la práctica clínica. Éstas se consideran las más importantes y se asocian fundamentalmente, a falta de tiempo, recursos, no incentivación y ausencia de expertos y líderes de opinión. b) Las barreras que se relacionan con las propias guías al existir muchas y haber discrepancias entre ellas. Por regla general, las guías son documentos extensos, voluminosos, poco manejables y están sometidas a continuas revisiones. En ellas se analizan las evidencias disponibles y éstas son muchas veces cuestionadas por falta de estudios o restricciones en los criterios de selección. Otro problema añadido es la falta de estrategia de implementación de las guías en la práctica asistencial. c) Los motivos relacionados con el profesional sanitario en lo que respecta a falta de conocimiento y familiaridad con las guías, junto con problemas de convencimiento a la hora de que alcanzar los objetivos recomendados en las guías sí tiene impacto en los resultados. Por otra parte, existe por lo general una falta de motivación en los profesionales sanitarios al no conseguir los objetivos esperados en sus pacientes. Déficits de formación Los problemas de la formación tanto de los médicos, farmacéuticos y enfermeros enfocados hacia el control de los factores de riesgo pueden estar presentes en el pre-grado, durante la formación de especialistas y en la formación continuada postgrado. La correcta formación es una condición necesaria, aunque no suficiente, para mejorar la competencia profesional. 93 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Déficits de organización La práctica clínica de calidad es imposible sin una buena organización de la misma. En este sentido, la coordinación entre profesionales médicos, de enfermería y farmacéuticos es fundamental para cubrir todo el proceso asistencial de la Atención Primaria. Algunas GPC y otros documentos119 señalan algunas directrices sobre las funciones comunes y diferenciadas de cada uno de los profesionales que interviene en el proceso asistencial de factores de riesgo como la HTA. 1.3.4. Estrategias para disminuir la inercia terapéutica (IT). Desde un punto de vista formal, cada una de las causas de IT puede comportar diferentes estrategias para resolverla. Sin embargo, son escasos los estudios desarrollados para disminuir la IT y la mayoría de ellos analizan la influencia del personal sanitario en el paciente120. Por tanto, a continuación, se señalarán posibles estrategias para disminuir la inercia centradas en las causas descritas hasta ahora. Sobrestimación de la asistencia y del seguimiento de las Guías Clínicas (GC). La realización de auditorías periódicas, incluidas en los programas de dirección por objetivos en Atención Primaria, puede ser de ayuda tanto en la detección de este problema como en su corrección. El médico, al observar la evolución de algunos indicadores centrados en la lista de pacientes, en comparación con los del resto de sus compañeros del Centro de Salud, del área sanitaria, incluso de la globalidad del sistema, puede ser más consciente de la realidad e introducir medidas correctoras. 94 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos El grado de control de la HTA, expresado en el porcentaje de pacientes con cifras de PA menores a un límite pre-establecido, es un buen ejemplo de ello. Una de las medidas para mejorar este indicador se basa en la medición correcta de la presión arterial121. En este sentido, en el estudio MEDIDA 122 participaron unos 400 médicos españoles que incluyeron más de 4,000 pacientes hipertensos que seguían tratamiento farmacológico estable y a los que se les realizaron 2 mediciones de la PA: La primera según la práctica habitual (visita 1) y tras 7 días sin haber realizado modificación terapéutica alguna, en la que se aplicaron los criterios sobre medida correcta de la PA basados en las Guías sobre HTA (visita 2). El grado de control basados en las Guías fue del 32.2% en la visita 1 y del 46.6% en la visita 2 (p<0.001). El porcentaje de pacientes a los que se modificaron las recomendaciones terapéuticas fue del 54.1%. Sin embargo, a criterio de los investigadores, el porcentaje declarado de control fue del 59.1% en la visita 1 y del 76.4% en la visita 2, lo cual indica la persistencia de la sobrestimación asistencial mencionada. Figura 8. 95 Estos resultados se aprecian en la Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Figura 8: Estudio MEDIDA. Porcentaje de control de la HTA declarado por el investigador y medido en función de las recomendaciones de la Guía Española de HTA. 90 80 70 60 50 Declarado 40 Calculado 30 20 10 0 Visita 1 Visita 2 La experiencia del grupo DISEHTAC 123 en Cataluña ha demostrado que la realización de auditorías periódicas no solo aumenta el grado de control de la HTA, sino que los médicos participantes adoptan una actitud más activa. En efecto, la última revisión de este estudio muestra que casi el 77% de los médicos, ante unas cifras de mal control, realizan algún cambio de tratamiento, de manera especial la combinación de fármacos antihipertensivos; mientras que la actitud más expectante o conservadora se observa en los hipertensos mayores de 65 años o con HTA de grado I 124. Existen proyectos de ensayos clínicos orientados a disminuir la IT a través de una mejora de la adherencia a las recomendaciones de las guías de práctica clínicas (GPC). 96 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Una interesante experiencia procede del estudio ALLHAT 125, en el que una de las técnicas utilizadas consistía en evaluar la actitud del médico a través del envío periódico de cartas en las que se les explicaba, de forma comparativa, el porcentaje de control en referencia a otros médicos participantes en el estudio. También se enfatizaba la importancia del aumento de la terapia para conseguir el control del paciente. A lo largo del ensayo se observó un grado de control progresivamente mayor que alcanzó el 70%. Infraestimación del riesgo cardiovascular. La introducción de calculadoras de riesgo cardiovascular en los sistemas informáticos de las consultas es de utilidad para paliar este tema. Además, en determinadas zonas de España, la evaluación del riesgo constituye un indicador en los programas de dirección por objetivos. En las dos situaciones comentadas hasta ahora, la incentivación (económica o de otra índole) pueden mejorar los indicadores de seguimiento de las guías clínicas. Inercia clínica justificada. Las razones esgrimidas por un profesional para no introducir cambios terapéuticos ante el mal control, por ejemplo de la HTA, son múltiples. Ahora bien, si el profesional es consciente de que no hay justificación alguna para mantener una actitud de IT, también debe saber que puede incurrir en mala práctica, incluso en problemas éticos, lo que obliga a reflexionar antes de seguir adelante. Recelos sobre las recomendaciones de las GPC. Para aquellas personas escépticas sobre la efectividad del seguimiento de las recomendaciones de las guías, conviene destacar que una correcta adherencia de los profesionales sanitarios a las mismas (ej: Guías Europeas sobre Insuficiencia Cardiaca) conlleva una menor tasa de hospitalizaciones126. 97 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos La formación médica continuada que incluya la discusión en grupo de los contenidos de las GPC puede ser una buena estrategia para evitar dichos recelos. Por otra parte, el diseño de GPC, o la adaptación de las existentes, debe contar con la colaboración del máximo número de profesionales de diferentes ámbitos y sensibilidades con objeto de despertar el menor número de objeciones a sus recomendaciones. Cumplimiento terapéutico e inercia terapéutica. Sin duda, un elemento clave en la relación entre incumplimiento e inercia es la calidad de la relación médico-paciente. Los profesionales sanitarios y, especialmente el médico, deben desplegar todas sus capacidades comunicativas hacia los pacientes. La cordialidad, calidez, empatía, respeto, concreción, asertividad , escucha activa y la comunicación no verbal constituyen algunos de los elementos claves de una entrevista clínica de calidad127, deteriorada por algunos de los males endémicos de nuestro Sistema Nacional de Salud (masificación, burocratización excesiva, desprestigio de las instituciones y sus profesionales, ...). Además, el profesional sanitario debe transmitir confianza respecto a sus capacidades técnicas y conocimientos sobre la enfermedad o factor de riesgo en cuestión y mostrarse tan seguro de lo que dice, como atento y comprensivo hacia las reticencias y objeciones que pueda plantear el paciente. Una actitud autoritaria o, en el extremo contrario, muy paternalista puede inducir sentimientos de inferioridad en los pacientes y comprometer negativamente el seguimiento y la estrategia terapéutica 128. Además, en el conjunto de las estrategias educacionales dirigidas a los pacientes, es importante valorar si algunas de ellas son eficaces en la reducción de la IT. En este sentido, un reciente ensayo clínico valoró la eficacia de una revista educacional bimensual, entregada en el domicilio de los pacientes, sobre la IT de los médicos129. En la visita final del estudio se observó IT en el 17.8% del grupo de intervención vs el 32.9% en el grupo control (p<0.05). El NNT (número 98 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos de pacientes que se necesita tratar para evitar un caso de IT) fue de 6.6 pacientes. Estrategias mixtas. En el estudio EFEDIS126 se analizó la influencia de 3 intervenciones sobre más de 1,100 hipertensos aleatorizados en los siguientes 4 grupos: 1.- Grupo de control (GC) que recibieron la intervención habitual; 2.- Intervención educativa y programa de automedición domiciliaria de presión arterial (AMPA) (GE); 3.- Uso de una tarjeta autoevaluadora del cumplimiento y programa de AMPA (GT) y 4.Intervención Mixta: Tarjeta, intervención educativa y programa AMPA (GET) (Tabla 10). La IT se midió mediante el cociente: (Número de pacientes a los que no se les ha modificado el tratamiento farmacológico en cada visita / Número de ! #$ &'$ tuvo una duración de 6 meses. Se observó la eficacia de dichas estrategias ya que la IT fue del 60% en el GC y del 38.4%, 30.2% y 14.7% (p=0.001) en los GE, GT y GET, respectivamente (Tabla 10). Los NNT calculados fueron de 4,6, 3,3 y 2,2 en los 3 grupos de intervención citados. 99 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Tabla 10: Porcentaje de inercia terapéutica en visita 2 y visita final por grupos de intervención entre los hipertensos no controlados. Estudio EFEDIS. PORCENTAJE DE INERCIA TERAPÉUTICA EN VISITA 2 Y VISITA FINAL POR GRUPOS DE INTERVENCIÓN ENTRE LOS HIPERTENSOS NO CONTROLADOS. ESTUDIO EFEDIS. GC GE GT GET N=255 N=230 N=215 N=221 HIPERTENSOS NO GC GE GT GET CONTROLADOS VISITA 2 N=159 N=95 N=77 N=58 MUESTRA GLOBAL POR GRUPOS INERCIA TERAPÉUTICA 152 84 63 25 MUESTRA GLOBAL VISITA 2 (59.6%) (36.5%) (29.3%) (11.31%) 152 84 63 25 (95.6%) (88.4%) (81.8%) (43.1%) HIPERTENSOS NO GC GE GT GET CONTROLADOS VISITA FINAL N=165 N=104 N=86 N=77 INERCIA TERAPÉUTICA HIPERTENSOS NO CONTROLADOS VISITA 2 INERCIA TERAPÉUTICA 154 93 67 40 MUESTRA GLOBAL VISITA FINAL (60.4%) (40.4%) (31.1%) (18%) 154 93 67 40 (93.3%) (89.4%) (77.9%) (51.9%) INERCIA TERAPÉUTICA HIPERTENSOS NO CONTROLADOS VISITA FINAL p p .01 .01 p .01 .01 GC: Grupo Control; GE: Grupo de educación y programa de automedición domiciliaria; GT: Grupo de intervención mediante tarjeta y programa de automedición domiciliaria; GET: Grupo con las 3 intervenciones. Inercia y desmotivación del profesional Si bien no hay estudios que relacionen la inercia terapéutica con la desmotivación de los profesionales, las elevadas cifras del síndrome burnout (“estar quemado”) en nuestro país, próximas al 30% 130, no son una buena noticia y es tentador establecer relaciones entre ambas situaciones. Una política de 100 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos incentivaciones (dirección por objetivos y carrera profesional) puede ser una de las posibles estrategias para mejorar dicha situación y vencer las causas de inercia clínica en la práctica clínica.( Ver fig. 9 ) 101 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Figura 9: Algoritmo en la práctica clínica para vencer la inercia en nuestros pacientes. Modificada de O’Connor et al. Aplicación a nivel individual: #. '( !" # " $ - $ %& '( *#). !#) '( # * +, / + / + * * 0 #1 ) $ ( &) / / #+ bajar más. 2 + , 3 + IT. Inercia terapéutica. GPC. Guías de Práctica Clínica 102 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Como las causas de lT son múltiples, también lo son las estrategias para corregirla. Cada profesional debe analizar, de forma autocrítica, las razones por las que no puede (o no quiere) modificar o colaborar en la modificación del tratamiento en pacientes que no alcanzan los objetivos. En muchos casos, el profesional sanitario encontrará una solución para mejorar el grado de control y, por tanto, reducir el riesgo cardiovascular de los pacientes. En aquellos pacientes bien controlados, en los que todas las estrategias funcionan de manera correcta, es muy conveniente mantener una “inercia terapéutica activa”, que parece un contrasentido, o “positiva”, quizás un nuevo concepto. Como recomendaciones para vencer la inercia clínica se propone: formación continuada que enfatice las recomendaciones de las guías de práctica clínica, autoevaluación sistemática de la práctica clínica, uso rutinario de los árboles de decisión, actualización de conocimientos mediante consulta con expertos y análisis crítico de sus pautas de actuación. Además de las recomendaciones anteriores se ha de considerar la necesidad de fomentar y divulgar investigación en condiciones de práctica clínica 131. Cada vez se habla más de que la inercia no es sólo dependiente del médico, sino también existen variables que dependen del clima organizativo de las consultas y de los centros sanitarios y, también, de las características del paciente. (Ver fig 9) Por tanto, para su solución debe haber una mayor implicación de la Administración Sanitaria que lleve a mejoras organizativas, facilitando los recordatorios en la historia clínica, la formación en guías de práctica clínica a todos los profesionales sanitarios y favorecer la interrelación entre los profesionales sanitarios. 103 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.4. Funciones de las oficinas de farmacia. 1.4.1. Gestión de los pacientes con enfermedad crónica. La atención integral de los pacientes con enfermedades crónicas es uno de los mayores retos de los sistemas sanitarios modernos. Orientados principalmente a atender procesos agudos, los hospitales concebidos para pacientes agudos tienen sus camas mayoritariamente ocupadas por crónicos, cuesta adaptarse al perfil de paciente con una o varias patologías de larga evolución. Cada vez es más frecuente la coexistencia en el mismo paciente de dos o más situaciones crónicas: la pluripatología. El patrón de enfermedades ha cambiado, hay una mayor prevalencia de enfermedades crónicas que repercute en el impacto de la comorbilidad, que acompaña a los pacientes crónicos y obliga a un abordaje multidisciplinario. Sólo realizando una llamada telefónica desde la oficina de farmacia (OF) para comprobar el estado de salud del paciente (si se toma la medicación, cómo tiene la PA y demás parámetros), conseguiríamos una mayor adherencia al tratamiento y una implicación del mismo en su pluripatología; consiguiendo un paciente más activo en la toma de decisiones y un mayor conocimiento sobre su propia enfermedad, a la vez que mejoramos la relación entre el enfermo y el sanitario. La ley 29/2006 de 26 de julio, de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios 132 , en su artículo 53 define la farmacovigilancia como la actividad de salud pública que identifica, cuantifica, evalúa y previene los riesgos del uso de medicamentos, con el seguimiento de sus efectos adversos, integrado en el sistema español de farmacovigilancia, que fluye de las redes europeas e internacionales de farmacovigilancia, formando parte del nuevo modelo asistencial. 104 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos El proyecto de AF, es el gran marco de actuación, desde la OF, donde el colectivo de farmacéuticos refleja el compromiso global de la profesión, en pro de instalar este modelo de práctica asistencial, en el paciente crónico. Consta de tres partes: dispensación, indicación y seguimiento farmacoterapéutico, esta última es la que tiene más incidencia en el paciente crónico, por su pluripatología y por el abordaje multidisciplinar. Todos los proyectos y trabajos de investigación sobre la HTA deben consensuarse, ya que su gestión sanitaria en pacientes que la adquieren como crónica requieren un seguimiento a largo plazo dentro y fuera de la oficina de farmacia o centro sanitaria. Para lo cual se elaborado un documento de consenso, que es la Guía de actuación para el farmacéutico comunitario en pacientes con HTA y riesgo cardiovascular 133. Esta será una herramienta básica de trabajo, para estos pacientes que acuden muy frecuentemente a la farmacia para que hagamos un seguimiento de su patología. La estratificación de riesgos, junto con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y la implantación generalizada de modelos de historia clínica electrónica y farmacoterapéutica, y la receta electrónica, crean la base para actuar en una estrategia común, y una actuación conjunta de paciente- médico –enfermero –farmacéutico. Las aplicaciones informáticas (buenas herramientas) deben ser sencillas, estar integradas en los programas de gestión, han de proporcionar información actualizada y fiable, dar acceso a la información clínica del paciente, garantizar un sistema de alertas o avisos y permitir la actualización permanente y trabajar en distintos niveles asistenciales. Las nuevas tecnologías, hoy permiten la monitorización de pacientes a distancia, el telecuidado y la telemedicina que aportan mucha información en la decisión clínica. La historia clínica electrónica permite, acceder on-line, desde cualquier punto de la red sanitaria, a la información sobre la salud del paciente. La receta electrónica, es parte integrante de los nuevos modelos de atención a pacientes crónicos, y a parte de facilitar y optimizar la obtención de medicamentos y productos sanitarios, va a reducir las visitas de los pacientes al centro de salud, 105 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos y en la OF tendremos un conocimiento real casi inmediato de las prescripciones realizadas por los facultativos, desarrollando y potenciando la AF. La dispensación electrónica avanzada, a través de una intranet propia, va a comunicar en tiempo real la OF, el sistema informático del Colegio Oficial de Farmacéuticos 134 y GAIA. GAIA es el gestor integral de la prestación farmacéutica, organiza las transacciones de servicios y retribuciones que integra la prescripción y dispensación de medicamentos (ABUCASIS ll). La reorganización del sistema de salud hacia un modelo mejor preparado para prevenir y gestionar la enfermedad crónica dependerá, de la existencia de marcos de trabajo que permitan avanzar de forma organizada, con el objetivo de crear estrategias y herramientas para conseguir un modelo socio-sanitario, que mejore el cuidado del paciente crónico. 1.4.2. Asistencia sanitaria en el paciente crónico. Podemos definirla como la prestación de servicios sanitarios y farmacéuticos para conservar y restablecer la salud del paciente crónico. La AF es un servicio de asistencia sanitaria y el farmacéutico es el profesional sanitario idóneo para desarrollar esta labor asistencial, por su cercanía y accesibilidad a la población, y por las labores que puede desempeñar, sobre todo en el seguimiento farmacoterapéutico del paciente crónico. A petición del Ministerio de Sanidad, en una de las últimas reuniones de la Comisión Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, consiguió aprobar una estrategia para la mejora de la atención sanitaria a pacientes crónicos y polimedicados135. Así, muchos pacientes con problemas relacionados con los medicamentos (PRM) acaban en urgencias del hospital, debido al elevado número de medicamentos que consumen, que se convierte en un factor asociado a los resultados negativos de la medicación (RNM). Esta estrategia debe ser conjunta para que se 106 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos garantice la mejora de la calidad de la prestación farmacéutica y que asegure la coordinación entre los profesionales sanitarios de atención primaria, hospitalaria y OF 136. El objetivo de estos programas es la revisión sistemática de la efectividad, seguridad y eficiencia de los tratamientos de los pacientes crónicos, y ponerla a disposición de los médicos para la eventual toma de decisiones. Las acciones específicas a realizar por el farmacéutico consisten en: - Control y seguimiento de tratamientos y pautas posológicas. - Ayudar al cumplimiento mediante apoyo presencial. - Controlar la eficacia y eficiencia de los tratamientos. - Detectar efectos adversos y errores en la medicación. - La educación sanitaria a los pacientes. - Evitar la acumulación de medicamentos sin usar. En la prevención de la enfermedad, promoción y protección de la salud y educación sanitaria, la OF, como establecimiento sanitario próximo y de fácil acceso al paciente/ usuario debe promover las siguientes acciones: o La mejora de la asistencia sanitaria integral y la calidad del servicio farmacéutico. o La resolución de los problemas de salud de nuestros enfermos de la manera más eficaz posible. o La detección precoz de enfermedades. o La mejora del control de las enfermedades (HTA). 107 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos o La potenciación de medidas sanitarias preventivas. o La promoción de hábitos saludables de vida. Para lo cual debemos de disponer de material educativo adecuado para facilitar consejos sencillos, claros y fáciles de comprender; además, debemos diseñar campañas y programas sanitarios que faciliten a la población un conocimiento más profundo sobre los hábitos de vida saludables, y/o participar y colaborar con las que pongan en marcha las administraciones. Y por último, impulsar la colaboración y participación del resto de profesionales sanitarios, de manera que se constituya un equipo multidisciplinar que facilite la actuación coordinada ante el paciente, creando modelos de relación entre profesionales sanitarios para el abordaje de la pluripatología del enfermo crónico 137. El uso de sistemas de información más adaptados a las nuevas tecnologías, que permiten la estratificación de pacientes para prestarles una atención sanitaria diferenciada, y los sistemas innovadores que llevan la asistencia al paciente también fuera de los centros sanitarios, son los objetivos aplicables a nuestros enfermos crónicos, como son los hipertensos. 1.4.3. Identificación de pacientes que precisan modificaciones terapéuticas. Para detectar pacientes crónicos, polimedicados y de alto riesgo, que por cualquier motivo, tuvieran que realizar cambios en su tratamiento, previa valoración y evaluación del médico facultativo, aplicaremos la herramienta más potente de que disponemos, que es la atención farmacéutica (AF) en los tres niveles que citamos a continuación: 108 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos En la indicación farmacéutica, el paciente demanda medicamentos que no requieren prescripción médica, para patologías que no precisan un diagnóstico preciso, aquí es donde detectamos principalmente: - Interacciones con medicamentos o alimentos. - Reacciones adversas (también medioambientales). - Incompatibilidades. - Toma de medicamentos errónea. - Contraindicaciones, como las alergias. - Que no necesite el medicamento. En la dispensación, el farmacéutico con una actitud activa, garantiza la provisión de medicamentos adecuada a las necesidades clínicas del paciente, a las dosis precisas según sus requerimientos individuales, durante el periodo de tiempo adecuado y con la información para su correcto uso, aquí detectamos: o Interacciones con medicamentos. o Incumplimiento( se puede evitar con SPD y recuento de comprimidos) o Duplicidades. o Necesidad de advertencias especiales a grupos o estratos poblacionales (embarazadas, crónicos, plurimedicados, ..). 109 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos o Desconocimiento de la utilidad de cada medicamento en cada patología. o Errores en la posología, que corregimos o derivamos al médico. o Contraindicaciones de alto riesgo con otras patologías. o Errores en las normas para la correcta administración. o Que no toman precauciones de uso. o Desconocimiento del periodo de validez de un medicamento, una vez abierto o reconstituido. o Mala conservación del medicamento. Diferentes organismos internacionales como el Consejo de Europa 138, recomiendan la implantación del servicio de seguimiento farmacoterapéutico (SFT) como “una necesidad asistencial de los pacientes”, hecho que queda recogido en la Ley de Garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios; y que establece que los farmacéuticos velarán por el cumplimiento de las pautas establecidas por el médico responsable del paciente, en la prescripción, y cooperarán con él en el seguimiento del tratamiento a través de los procedimientos de AF, contribuyendo a asegurar su eficacia y seguridad. Se trata de aportar un enfoque complementario al seguimiento realizado por otros profesionales sanitarios, y contribuir así a dotar a la asistencia sanitaria del necesario componente multidisciplinar. En este proceso, que se alarga casi indefinidamente en el tiempo y que aumenta el contacto y la confianza del paciente con el farmacéutico, podremos identificar y reconocer incidencias en el desarrollo de las patologías y el tratamiento del paciente, y así poder detectar o prevenir PRM y RNM y solucionarlos. Luego, vamos a ser capaces de detectar posibles modificaciones del tratamiento, mediante el control de: 110 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos o El incumplimiento terapéutico y la falta de adherencia al tratamiento. o La presión arterial. o De pacientes y patologías ocultas. o De la morbilidad relacionada con el uso de medicamentos. o De la implicación del paciente en su enfermedad. o Duplicidades en los cambios de nivel asistencial. o El abandono de tratamientos. o De medicamentos de estrecho margen terapéutico. o De los problemas asociados. o De las pruebas analíticas. o La detección precoz de enfermedades. o De numerosos olvidos. El SFT consiste en seleccionar a pacientes crónicos, polimedicados y de elevado riesgo de presentar PRM/RNM, susceptibles de integrarse en un programa de AF, implantando el modelo de práctica profesional 139 que engloba una entrevista inicial con el paciente, y con su medicación elaboramos la historia farmacoterapéutica y valoramos el tratamiento( a los hipertensos los citamos para tomas de PA); en una segunda fase realizamos un seguimiento a la prescripción y una evaluación prospectiva de los tratamientos en cuanto a adecuación de dosis, pauta, interacciones, alergias y duración del tratamiento. 111 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Por último, la revisión de síntomas o patologías no tratados, a través de la historia clínica, la notificación de errores y efectos adversos, y el seguimiento y evolución de efectos secundarios e indicación clínica, para valorar la efectividad y seguridad de los tratamientos instaurados, y los síntomas y evolución del paciente. Lo que se pretende en definitiva es la implicación del colectivo farmacéutico, hacia una actividad más asistencial, que mediante el SFT, junto con el seguimiento de los otros profesionales sanitarios, pueda llevar a cabo el abordaje conjunto del tratamiento y la resolución de los posibles problemas que surjan, en mejora todo, de la calidad de vida del paciente. Una vez identificado el paciente y su problema, si no podemos resolverlo, derivaremos al médico, aprovechando los nuevos canales de comunicación entre ambos, como son el impreso interconsulta, documento de incidencias y la comunicación telefónica. 1.4.4. Atención farmacéutica: dispensación y seguimiento farmacoterapéutico. La atención farmacéutica (AF) es considerada como la actividad práctica esencial del quehacer farmacéutico, lo que se asocia a un interés amplio y creciente por desarrollar y adquirir conocimientos y habilidades para la implantación de los servicios básicos de AF, como lo son la dispensación, la indicación farmacéutica, el seguimiento farmacoterapéutico (SFT), la farmacovigilancia y la educación sanitaria 140. En la práctica, la AF es la participación activa del farmacéutico en la mejora de la calidad de vida del paciente, considerando a este el eje fundamental de la actividad y facilitándole el máximo beneficio de los medicamentos, limitando los riesgos que conllevan. La sociedad actual está demandando al farmacéutico una mayor implicación asistencial, así, recopilando algunos datos epidemiológicos observamos que, en España, más de la mitad de los pacientes con enfermedades crónicas no cumplen adecuadamente el tratamiento prescrito 141. El incremento de visitas a urgencias relacionadas con el uso de los 112 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos medicamentos (uno de cada tres pacientes) o el aumento de ingresos hospitalarios debidos a resultados no deseados al objetivo de la farmacoterapia (dos de cada cinco ingresos), son ejemplos que indican claramente que es necesario un cambio en la práctica profesional. Se calcula que estos problemas podrían prevenirse en el 75% de las ocasiones, mediante un SFT óptimo del paciente. Así se constituye el Foro de AF, que es un grupo de debate formado por representantes de distintas instituciones y entidades científicas relacionadas con la AF, e implicadas en la puesta en marcha de este proyecto a disposición del paciente, e interrelacionando con los demás agentes sanitarios del sistema de salud. El objetivo del Foro es universalizar la práctica asistencial centrada en el paciente, en todos sus ámbitos de actuación, ya que hasta hace poco la actividad de la OF se centraba más en el medicamento, es el paso “de la farmacia galénica a la farmacia clínica y AF con el horizonte en el Medication Therapy Management”. Otros objetivos son garantizar una farmacoterapia óptima, prevención de enfermedades y adquirir conocimientos básicos para la implantación y uso de las guías clínicas. El valor de la AF es el elemento esencial que garantiza la calidad del servicio farmacéutico y la capacidad de sus profesionales para ser considerados agentes de pleno derecho del sistema sanitario español, y debido al aumento de la población polimedicada o con tratamientos crónicos, la AF es vital para un buen cumplimiento terapéutico y para evitar problemas de salud provocados por un mal uso de la medicación. La base de datos del medicamento, BOT PLUS, es considerada por la Agencia Europea del Medicamento como una fuente de información de referencia sobre medicamentos en la Unión Europea. BOT PLUS ofrece información objetiva y actualizada sobre medicamentos y productos sanitarios, y es la herramienta fundamental en la información que el farmacéutico maneja diariamente en su labor asistencial. 113 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos La dispensación: se define como el servicio profesional del farmacéutico encaminado a garantizar, tras una evaluación individual, que los pacientes reciban y utilicen los medicamentos de forma adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis precisas según sus requerimientos individuales, durante el periodo de tiempo adecuado, con la información para su correcto uso y de acuerdo con la normativa vigente. Sin embargo, el aumento de los fallos en la farmacoterapia (evitables) y el consiguiente problema de salud que conlleva, hace necesaria una actuación profesional más comprometida, activa y responsable para poder evitar estor errores. El servicio de dispensación ayuda a identificar y resolver situaciones de riesgo de problemas relacionados con: la mala utilización, la inadecuación por uso de otros medicamentos, identificación de pacientes que necesiten un cambio terapéutico, la incomprensión de la finalidad terapéutica o la presencia de otros problemas de salud. En la metodología, una vez identificado el usuario, nos aseguraremos que conoce el proceso de uso de los medicamentos y que los va a tomar, generalmente el proceso se realiza mediante receta médica( electrónica), a continuación verificaremos las condiciones de no dispensación (embarazo, alergia) y si no observamos incidencia alguna de sospecha o detección de PRM/RNM citados en el apartado 1.4.3., pasaremos al episodio de seguimiento. El seguimiento farmacoterapéutico (SFT): se define como el servicio profesional que tiene como objetivo la detección de problemas relacionados con medicamentos (PRM), para la prevención y resolución de resultados negativos asociados a la medicación (RNM). Este servicio implica un compromiso, y debe proveerse de forma continuada, sistematizada y documentada, en colaboración con el propio paciente y con los demás profesionales del sistema de salud, con el fin de alcanzar resultados concretos que mejoren la calidad de vida del paciente. 114 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Tiene como objetivos: reducir la morbi-mortalidad relacionada con el uso de medicamentos, garantizar el cumplimiento terapéutico142, relacionar los problemas de salud con los efectos de los medicamentos que toma el paciente, detectar problemas adyacentes, y prevenir y resolver resultados negativos asociados a la necesidad, efectividad y seguridad de los medicamentos, aportar un enfoque complementario al seguimiento realizado por otros profesionales sanitarios, y contribuir así a dotar a la asistencia sanitaria del necesario componente multidisciplinar. La metodología a seguir es la oferta de servicio de SFT, con la posterior secuencia de entrevistas personales, recogida de datos y autorización de la misma (Anexo I), a continuación elaboramos el estado de situación (recopilación de medicamentos, elaboración de la historia farmacoterapéutica, problemas de salud y parámetros biológicos), para pasar a la fase de estudio y evaluación, en esta última se procede a la interpretación y evaluación de datos para valorar si tenemos PRM/RNM (se identifican, se clasifican, y se analizan las causas del PRM) reales o potenciales y su gravedad, magnitud y significación clínica. 115 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Finalmente está el plan de actuación, que es la intervención farmacéutica y consiste en modificar alguna característica del tratamiento, del paciente que lo utiliza o de las condiciones de uso y que tiene por objetivo resolver un PRM/RNM, informando al paciente y derivando al médico; sólo queda evaluar los resultados, documentarlo y continuación o fin del procedimiento. En el SFT debemos preguntarnos si realmente el paciente necesita una determinada estrategia terapéutica, o si le está haciendo efecto un determinado medicamento, o si este es seguro. Se debe personalizar y debemos incidir en la responsabilidad profesional y ética que tiene el farmacéutico en este proceso, previniendo, detectando y resolviendo PRMs 143, y el ahorro de costes que permite, sobre todo el coste en salud. 1.4.5. Comunicación-relación con el paciente: elementos facilitadores. La importancia de la relación y confianza del paciente con el farmacéutico, ya la describía en 1989 Hepler y Strand 144 definiendo el llamado pharmaceutical care como “la provisión responsable de la farmacoterapia con el propósito de alcanzar resultados definidos que mejoran la calidad de vida del paciente”. Se trata de la evolución de la farmacia dispensadora a la farmacia asistencial, más orientada al paciente, definiendo así los elementos facilitadores que se dan en la misma145. Otro paso, es el cambio de una actividad basada en el proceso de uso del medicamento, a una mayor implicación y responsabilidad en los resultados de la farmacoterapia, por parte del farmacéutico 146. Paralelamente se ha producido un cambio progresivo en la denominación del establecimiento, pasando de llamarse oficina de farmacia a farmacia comunitaria 147. 116 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos Por todo lo anterior, la comunicación con los pacientes es una cuestión clave y esencial para obtener un resultado óptimo de la intervención farmacéutica y del SFT. La comunicación es un proceso bidireccional y de participación activa entre farmacéutico y paciente, donde desarrollaremos habilidades para obtener información de los pacientes o para transmitir contenidos que sean aceptados por ellos, a través de la entrevista. El primero es la obtención de información (no interrogatorio) del paciente sobre la percepción de su enfermedad, la utilización de sus medicamentos, los resultados de las exploraciones clínicas o las visitas a otros profesionales sanitarios; el segundo es la consecución de modificaciones en el paciente en relación al conocimiento de los medicamentos y la enfermedad, en el proceso de uso de los fármacos, en algunos hábitos higiénico-dietéticos, o en la utilización de productos sanitarios. En el proceso de la entrevista debemos utilizar la persuasión, el convencimiento y la empatía, para conseguir la fluidez de la comunicación y la confianza del paciente. Con carácter previo debemos recabar el consentimiento expreso e informado del paciente, y el compromiso de la declaración de protección de datos ante la agencia. Realizaremos una entrevista inicial con el paciente, donde elaboraremos la historia farmacoterapéutica (hábitos, alergias, tratamiento farmacológico y otros) e identificaremos PRMs y RNMs, para su análisis, resolución y seguimiento; en las entrevistas sucesivas (donde ha aumentado mucho la confianza del paciente) actualizaremos la historia farmacoterapéutica y prestaremos especial atención a la aparición de nuevos problemas de salud o cambios en el tratamiento. 117 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1.5 JUSTIFICACION DEL ARTÍCULO EN EL QUE SE BASA LA PRESENTE TESIS DOCTORAL: -Orozco, Z Perseguer-Torregrosa, VF Gil-Guillen, A Palazon-Bru2, D OrozcoBeltran and C Carratala´-Munuera. Suitability of antiplatelet therapy in hypertensive patients. Journal of Human Hypertension (2014), 1–6. 2014. Macmillan Publishers Limited All rights reserved 0950-9240/14 www.nature.com/jhh FACTOR DE IMPACTO: 2,818 (Indexed en la base bibliometrica JCR (Journal Citation Report) Journal Ranking 2012. For 2012, the journal JOURNAL OF HUMAN HYPERTENSION has an Impact Factor of 2.818. Total Journals Journal Rank Quartile Category Name PERIPHERAL VASCULAR DISEASE in Category in Category in Category 68 26 Q2 La mejora de las prácticas de prescripción adecuados para el tratamiento requiere que los médicos acepten y adopten guías de práctica clínica previamente acordado por expertos nacionales e internacionales. Los dos principales factores que impiden el logro de los objetivos en relación con el control de las enfermedades (hipertensión , diabetes, dislipemia…) son: la falta de cumplimiento terapéutico y la inercia clínica. Este último concepto fue definido por Phillips como la incapacidad de iniciar o intensificar el tratamiento por parte de los médicos cuando está indicado. Según el Comité Español para la Prevención Cardiovascular Interdisciplinario (CEIPC) , la terapia antiplaquetaria ( AT ) está indicado en la prevención primaria de los pacientes 118 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos hipertensos, cuando su riesgo cardiovascular, es medido con el SCORE, y es > o = 10% , en prevención secundaria debe prescribirse de manera sistemática AT. La aspirina se prescribe generalmente, aunque en los pacientes que son alérgicos a la aspirina la prescripción de clopidogrel es aceptada. El clopidogrel se prescribe, además de la aspirina durante al menos 1 mes en pacientes que han sufrido un síndrome coronario agudo, en pacientes revascularizados con implantación de un stent recubierto, o para al menos 12 meses en los pacientes con un sin elevación del ST Q1 síndrome coronario aguda. No existe una recomendación para la combinación sistemática de ambos agentes en pacientes con enfermedad aterosclerótica estable crónica. La incidencia de inercia terapéutica es muy alta en pacientes con hipertensión arterial y se asocia fuertemente con un buen control de la presión arterial, llegando al 80 % en práctica clínica, Tan importante como el concepto de inercia es el exceso de tratamiento en forma de no adherencia a las guías de prescripción recomendada (NGRP). Con esto pacientes que pueden sufrir eventos adversos secundarios no deseados, en particular hemorragia en el caso de AT. Existe controversia con respecto a las indicaciones de la AT en la prevención primaria, como es el caso, por ejemplo, en pacientes diabéticos o pacientes con un umbral de bajo riesgo, así como en la prevención secundaria de diversas enfermedades cardiovasculares , como es la insuficiencia renal. La evidencia hasta ahora no aclara las recomendaciones en relación a la AT. No tenemos conocimiento de ningún estudio que evalúa simultáneamente la prescripción adecuada y la prescripción inadecuada de AT en la prevención de 119 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos la enfermedad cardiovascular. Este estudio se llevó a cabo en la Comunidad Valenciana, que es una Región del Mediterráneo en el este de España. El sistema de salud tiene cobertura universal y la atención primaria es de libre acceso. Las principales características de los pacientes que asisten a los servicios de atención primaria son en su mayoría mujeres, coexistencia de factores de riesgo cardiovascular, la edad avanzada y la alta frecuentación. Los médicos son conscientes de las directrices médicas para la práctica clínica. En consecuencia, se realizó este estudio en el ámbito de la atención primaria, cuyo objetivo es determinar si los pacientes hipertensos tienen realizada su prescripción de forma adecuado al AT, y analizar el exceso o deficiencia de tratamiento de acuerdo con las directrices de las guías españolas y europeas, así como los factores asociados. Se realizó un estudio observacional descriptivo prospectivo. si un paciente hipertenso estaba tomando AT Se evaluó (aspirina o clopidogrel o ambos) a lo largo de 3 visitas. La indicación de tratamiento fue siempre por prescripción, no por la automedicación de los pacientes. Las visitas se llevaron a cabo en 20 centros de salud y una oficina de farmacia en la Comunidad Valenciana. La colección de datos se inició el 26 de marzo de 2007 y terminó el 14 de agosto de 2009. Invitamos a 767 pacientes hipertensos a participar. Fueron reclutados consecutivamente en los centros de salud cuando fueron a ver a su médico para obtener recetas y en la farmacia cuando asistieron a recoger su medicación prescrita. 120 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 2. RESUMEN GLOBAL DE LA PUBLICACIÓN PRESENTADA. 121 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 122 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 2.1. Resultados. La Figura 1, del manuscrito se muestra el número de pacientes en cada fase del estudio. De 767 pacientes invitados a participar, 754 fueron finalmente incluidos en el estudio. De éstos, 712 completaron las tres visitas y 42 no lo hicieron. Las razones de abandono del estudio en la primera visita (n = 30) fueron: muerte (2), deseo de dejar de tomar la medicación (1), razones personales (10), no responder al teléfono (1), ingreso hospitalario (3), dolor mientras se le tomaba la presión arterial (2), no traer la medicación de una forma organizada (1), y causa desconocida (10). Las razones de abandono del estudio en la segunda visita (n = 12) fueron: ingreso hospitalario (1), cambios en la medicación (3), no traer la medicación prescrita (4), razones personales (3), y causa desconocida (1). De los 712 pacientes estudiados, 117 tenían recomendación de terapia antiplaquetaria (7.7% en prevención primaria y 92.3%, en prevención secundaria) y 595 no. Las características descriptivas de la muestra de estudio (n = 712) se resumen en la Tabla 1. Aquellos pacientes que completaron el estudio tenían una alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo 16%, dislipemia 44.7%, y diabetes 23.3%); además, aproximadamente el 15% de ellos estaba en prevención secundaria, tenían edad avanzada (media de 63.6 años), y su media de índice de masa corporal (IMC) era mayor de 30 kg/m2 (30.3). Respecto a la comparación de los pacientes que completaron el estudio con los que se retiraron del mismo, los pacientes que se retiraron del estudio tuvieron significativamente (p < 0.05) más proporción de diabetes, de prevención secundaria, y tenían un IMC más alto que los que completaron el estudio. Por último, en relación con los medicamentos antiagregantes, no se encontraron diferencias entre los dos grupos. La inercia terapéutica sólo se pudo evaluar en prevención secundaria (n = 108) y su magnitud fue del 49.1% (Intervalo de Confianza al 95% (IC 95%): 39.6-58.5%). En cuanto al tipo de tratamiento antiagregante prescrito en aquellos pacientes que no experimentaron inercia terapéutica, se encontró que el fármaco más prescrito fue la aspirina (Tabla 2). En el análisis de los factores 123 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos asociados a la inercia terapéutica (Tabla 2), los p-valores de las variables elegidas en la estrategia fueron: enfermedad coronaria (<0.001), presión arterial diastólica (0.004), dislipidemia (0.006), presión arterial sistólica (0.076) y sexo (0.178). Los otros p-valores (no incluidos en el modelo de regresión) fueron: ictus, 0.240; diabetes, 0.447; tabaquismo, 0.618; IMC, 0.628; número de fármacos para hipertensión, 0.760; edad, 0.815. El modelo de regresión logística mostró que los factores asociados con una mayor inercia fueron: ser mujer (OR=0.460, IC 95%: 0.187-1.133, p = 0.091), sin dislipemia (OR = 0.393, IC 95%: 0.156-0.992, p = 0.048), no tener enfermedad coronaria (OR = 0.215, IC 95%: 0.086-0.539, p = 0.001), presión arterial sistólica baja (OR = 0.993, IC 95%: 0.959-1.027, p = 0.667) y presión diastólica alta (OR = 1.076, IC 95%: 1.014-1.142, p = 0.016). La prescripción no recomendada de medicación antiplaquetaria estuvo presente en 69 de 595 pacientes (11.6%, IC 95%: 9.0-14.2%). Por definición esto sólo se evaluó en prevención primaria, ya que a todos los pacientes en prevención secundaria se les recomienda recibir tratamiento antiplaquetario. El tratamiento antiplaquetario utilizado en los pacientes con prescripción no recomendada fueron: aspirina (62), clopidogrel (4) y ambos (3) (Tabla 3). Por otra parte, en la Tabla 3 se resumen los factores que se asociaron a la prescripción no recomendada. Los más relevantes fueron: sexo masculino (OR = 1.610, IC 95%: 0.930-2.786, p = 0.089), tabaquismo (OR = 2.055, IC 95%: 1.017-4.152, p = 0.045), dislipemia (OR = 3.227, IC 95%: 1.860-5.599, p < 0.001) y diabetes (OR = 2.795, IC 95%: 1.604-4.871, p < 0.001). Ninguno de los otros factores estuvo cerca de la significancia estadística (p > 0.10): mayor número de medicamentos para la presión arterial (OR = 1.031 , IC 95%: 0.9341.138, p = 0.546), mayor presión arterial sistólica (OR = 1.010, IC 95%: 0.9971.022, p = 0.130), menor presión arterial diastólica (OR = 0.979, IC 95%: 0.9501.009, p = 0.169), mayor edad (OR = 1.010, IC 95%: 0.985-1.035, p = 0.429) y mayor IMC (OR = 1.013, IC 95%: 0.959-1.071, p = 0.637). 124 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 2.2. Discusión. Los pacientes que se retiraron del estudio tenían un mayor riesgo cardiovascular (diabetes, prevención secundaria, y mayor IMC) en comparación con los que permanecieron en el estudio. Como este estudio no fue un ensayo clínico, esto no representa un sesgo de selección, ya que nuestro objetivo fue cuantificar un problema, no comparar diferentes grupos. Este estudio muestra el elevado nivel de inercia terapéutica y prescripción no recomendada en terapia antiplaquetaria en pacientes hipertensos. Debido a la escasez de datos publicados en la literatura solo podemos comparar nuestros resultados en patologías como la hipertensión y la diabetes. En la revisión crítica de estos estudios se aprecia una gran variabilidad, en estudios realizados sobre consulta médica, la magnitud es muy importante y gira alrededor del 70-85% de pacientes mal controlados en los que sus médicos adoptan una actitud conservadora no modificando el tratamiento 148 149 150 151 , , , . Si los estudios se realizan sobre médicos motivados que conocen el concepto, la magnitud baja de forma importante obteniendo prevalencias de alrededor del 33% de inercia terapéutica. Al no encontrar estudios parecidos, no podemos comparar la magnitud obtenida, pero pensamos que cometer inercia en 1 de cada 2 hipertensos que necesitan antiagregación y prescribir una antiagregación no indicada en uno de cada 9, es relevante para reflexionar y modificar esta práctica clínica. Debemos valorar la posibilidad de sangrados, en especial en pacientes antiagregados y con mal control de la tensión arterial sistólica. El análisis de los factores predictores tanto de inercia terapéutica como de prescripción no recomendada refleja las actuales controversias en las indicaciones de antiagregación en pacientes hipertensos, especialmente en prevención primaria, 152,153,154 . Valoramos positivamente que los pacientes mejor antiagregados son aquellos que más lo necesitan y se corresponden con hipertensos que han 125 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos tenido un ictus o una enfermedad coronaria. Aunque no hay que olvidar que existe un porcentaje importante de hipertensos con estas patologías que no están antiagregados. En cuanto a los factores de riesgo, los pacientes dislipémicos obtuvieron mejores índices de antiagregación, sin embargo, estos factores deberían ser corroborados por otros estudios con mayor tamaño muestral. El hecho de encontrar mayor prescripción no recomendada de medicación antiplaquetaria en pacientes hipertensos dislipémicos y diabéticos, podría ser un reflejo de las controversias actuales sobre si antiagregar o no a estos pacientes y la escasa medición del riesgo cardiovascular en estos hipertensos. Los modelos multivariantes sólo utilizaron variables del paciente, por lo que otros factores podrían influir en nuestros indicadores; por ejemplo, varaibles asociadas con la relación médico-paciente, la formación del médico o el ámbito de trabajo. La importancia de nuestro estudio se debe a la ausencia de bibliografía encontrada sobre estudios que valoren conjuntamente adecuación de la antiagregación plaquetaria a las guías por defecto cuando están indicados y por exceso cuando no está recomendada. Por la fuerte asociación y grado de evidencia en determinados hipertensos de los beneficios de una antiagregación adecuada junto con el exceso de riesgo de hemorragia en pacientes antiagregados sin una indicación. Creemos que es muy relevante para la práctica clínica conocer tanto su magnitud como qué factores se asocian a estos problemas para establecer estrategias que modifiquen estas situaciones 155 156 157 158 159 . Se quiso minimizar cualquier posible debilidad del estudio con criterios de inclusión-exclusión y retirada muy estrictos para seleccionar a los pacientes que pudieran aportar la mejor información posible. También fuimos muy estrictos a la hora de medir las variables principales tal como se expresa en el apartado de Métodos de este estudio. No obstante, asumimos que la principal limitación ha sido la falta de potencia estadística en el análisis de subgrupos, por ejemplo los individuos en prevención primaria y SCORE mayor o igual del 126 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 10% han sido sólo 9 y que no pudimos realizar un modelo multivariante con más variables explicativas en el análisis de los pacientes en prevención secundaria. Así que no pudimos analizar exhaustivamente la inercia en estos subgrupos de pacientes. Un mayor tamaño muestral podía posiblemente haber permitido el análisis de estos relevantes subgrupos, teniendo en cuenta la escasa valoración del riesgo cardiovascular y su frecuente infraestimación, especialmente en prevención primaria,160. En prevención secundaria la indicación de terapia antiplaquetaria está mas clara 161 . Es importante hacer énfasis en que hoy en día, aun con un mínimo umbral de riesgo, existen evidencias del efecto favorable de la antiagregación en prevención primaria. El metaanálisis de Raju y el estudio Fremantle 162 realizados en población general y en diabéticos ponen de manifiesto el beneficio de las aspirina en prevención primaria. Por otra parte, en cuanto a la prescripción inadecuada, también hay que tener en cuenta el riesgo de sangrado y a la hora de tomar decisiones balancear riesgos y beneficios, tal y como recomiendan las directrices de las sociedades científicas 163. 2.3. Conclusiones. Como conclusiones podemos decir que, en cuanto a la prevención de eventos con antiagregantes, tanto la inercia como la prescripción indecuada tienen una prevalencia relativamente alta y aunque hay factores claramente asociados todavía queda mucho por conocer. Como dice Cocheri manuscrito recientemente publicado de prevención primaria "the game is not over". 127 antiagregación 164 en un plaquetaria en Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 128 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 3. BIBLIOGRAFÍA. 129 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 130 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 1 Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Catálogo de medicamentos 2010. Madrid; 2010. 2 Jin RC, Voetsch B, Loscalzo J. Endogenous mechanisms of inhibition of platelet function. Microcirculation. 2005; 12: 247-58. 3 Collen D, Lijnen HR, Stamatoy G, Nienhuis AW, Majerus, PV. Fibrinolysis and the control of hemostasis. Philadelphia; 1994. p. 725-752. 4 Maseri A. Inflammation, atherosclerosis, and isquemic events: exploring the hidden side of the moon. N Engl J Med. 2003; 336: 1014-6. 5 Badimon L, Vilahur G. 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ANEXO. 153 Inercia terapéutica y prescripción no recomendada en pacientes hipertensos 154 Journal of Human Hypertension (2014), 1–6 & 2014 Macmillan Publishers Limited All rights reserved 0950-9240/14 www.nature.com/jhh ORIGINAL ARTICLE Suitability of antiplatelet therapy in hypertensive patients MJ Martı´nez-Orozco1,2, Z Perseguer-Torregrosa2,3, VF Gil-Guille´n2, A Palazo´n-Bru2, D Orozco-Beltran2 and C Carratala´-Munuera2 Antiplatelet therapy (AT) is indicated in hypertensive patients with increased cardiovascular risk. The literature about the adequate or inadequate prescription of AT is scarce. We conducted a prospective descriptive study to quantify therapeutic inertia and nonguideline-recommended prescription (NGRP) of AT (aspirinor clopidogrel or both), and to assess associated factors, calculating the adjusted odds ratios (ORs) from multivariate models. In 2007–2009, 712 primary health-care hypertensive patients in a Spanish region were enrolled. Inertia was defined as the lack of an AT prescription, despite being indicated by guidelines, whereas NGRP was defined as AT prescription when there was no guideline recommendation. We also recorded cardiovascular variables. Inertia and NGRP were quantified for primary and secondary prevention. Of 108 patients in secondary prevention, 53 had inertia (49.1%, 95% confidence interval (CI): 39.6–58.5%). Associated profile: female (OR ¼ 0.460, P ¼ 0.091), no dyslipidemia (OR ¼ 0.393, P ¼ 0.048), no coronary heart disease (OR ¼ 0.215, P ¼ 0.001) and high diastolic blood pressure (OR ¼ 1.076, P ¼ 0.016). In primary prevention, NGRP was present in 69 of 595 patients (11.6%, 95% CI: 9.0–14.2%). Associated profile: male (OR ¼ 1.610, P ¼ 0.089), smoking (OR ¼ 2.055, P ¼ 0.045), dyslipidemia (OR ¼ 3.227, Po0.001) and diabetes (OR ¼ 2.795, Po0.001). Although certain factors were clearly associated with these phenomena much still remains to be learnt. Journal of Human Hypertension (2014) 0, 000–000. doi:10.1038/jhh.2014.25 Q1 INTRODUCTION Improving adequate prescription practices for treatment requires that clinicians accept and adopt clinical practice guidelines previously agreed by national and international experts. The two main factors preventing achievement of the objectives concerning disease control (hypertension, diabetes, dyslipidemia, and so on) are lack of compliance and therapeutic inertia.1 This latter concept was defined by Phillips as failure to initiate or intensify treatment by physicians when indicated.2 According to the Interdisciplinary Spanish Committee for Cardiovascular Prevention (CEIPC), antiplatelet therapy (AT) is indicated in the primary prevention of hypertensive patients when their cardiovascular risk, as measured with the SCORE, is X10%; in secondary prevention AT should be prescribed systematically. Aspirin is usually prescribed, although in patients who are allergic to aspirin clopidogrel is normal. Clopidogrel is prescribed in addition to aspirin for at least 1 month in patients who have had an acute coronary syndrome, in revascularized patients with implantation of a coated stent, or for at least 12 months in patients with a non-ST elevation acute coronary syndrome. No recommendation exists for the systematic combination of both agents in patients with chronic stable atherosclerotic disease.3 The incidence of therapeutic inertia is very high in patients with hypertension and is strongly associated with good blood pressure control, reaching 80% in clinical practice.4,5 Just as important as the concept of inertia is excess treatment in the form of nonguideline-recommended prescription (NGRP). With this, patients can suffer undesired adverse secondary events, particularly hemorrhage in the case of AT. Controversy exists regarding the indications for AT in primary prevention, as is the case, for example, with diabetic patients or patients with a low-risk threshold, as well as in secondary prevention in various cardiovascular diseases, like kidney failure. 1 The evidence so far does not clarify the recommendations concerning AT.6–10 We are unaware of any study evaluating simultaneously both the adequate and the inadequate prescription of AT in the prevention of cardiovascular disease. Accordingly, we conducted a study in the primary care setting to determine whether hypertensive patients are or are not prescribed suitable AT, analyzing the excess or deficiency of therapy according to the guidelines, as well as associated factors. MATERIALS AND METHODS Study population This study was performed in the Valencian Community, which is a Mediterranean region in eastern Spain. The health system has universal coverage and primary care is freely accessible. The main characteristics of patients attending primary care services are predominantly women, coexistence of cardiovascular risk factors, older age and high frequentation. The physicians are all aware of the medical guidelines for clinical practice.11 Design and participants We undertook a descriptive prospective observational study evaluating at three visits whether a hypertensive patient was taking AT (aspirin or clopidogrel or both). The indication for therapy was always by prescription, not by self-medication of the patients. The visits were undertaken 1 month and 2 months after the first visit. The visits took place at 20 health centers and one community pharmacy in the Valencian Community. The data collection started on 26 March 2007 and finished on 14 August 2009. We invited 767 hypertensive patients to participate. They were recruited consecutively at health centers when they went to see their physician to obtain prescriptions and at the pharmacy when they attended to collect their prescribed medication. The following selection criteria were defined: (a) inclusion: hypertensive patient aged 25 years or older, on antihypertensive treatment for at least Miguel Martı´nez Community Pharmacy, Benimantell, Spain; 2Department of Clinical Medicine, Miguel Herna´ndez University, San Juan de Alicante, Spain and 3Zeneida Perseguer Community Pharmacy, Petrel, Spain. Correspondence: Professor A Palazo´n-Bru, Department of Clinical Medicine, Miguel Herna´ndez University, Carretera de Valencia-Alicante S/N San Juan de Alicante, Alicante 03550, Spain. E-mail: [email protected] Received 24 August 2013; revised 14 February 2014; accepted 18 February 2014 Antiplatelet therapy inertia in hypertension MJ Martı´nez-Orozco et al 2 3 months and who agreed to participate in the study. (b) Exclusion: patient refusal to participate in the study, severe concomitant disorders or conditions that the physician or the pharmacist considered could mask the results, any factor related to mental, pathological or social disorders considered by the researcher to hinder or prevent the follow-up, pregnant or lactating women, hypertensive patients involved in another study, hypertensive patients who lived in the same house as somebody else taking the same antihypertensive treatment, hypertensive patients who had no contact phone number to call in the event that they failed to attend, hypertensive patients obtaining their treatment at different pharmacies (this only for the patients at the pharmacy), hypertensive patients for whom it was not possible to determine whether they had taken the AT during the follow-up (the patients were asked to bring their aspirin or clopidogrel packet with them in order to have two quality criteria to determine the taking or not taking of the AT: the office record and the checking of the packets (this only for the patients at the pharmacy)). Of the 767 patients invited to participate, 712 finally finished the study, representing a loss rate of 7.2%, of which 1.7% (n ¼ 13) had one or more exclusion criteria and 5.5% (n ¼ 42) withdrew from the study. Variables and measurements The principal parameters measured were: Therapeutic inertia if the patient on secondary prevention or primary prevention with a CEIPC SCORE X10%3 was not prescribed AT by the physician. At the pharmacy, this was assessed after checking the packets brought to the pharmacy by the patient, telephone consultation with the physician and seeing the computerized record of the office. This parameter was measured separately for primary and secondary prevention. Excess antiplatelet prescription in patients who received a prescription despite it not being recommended according to the CEIPC.3 Obviously, this parameter was performed only for primary prevention, because all patients in secondary prevention have the recommendation for AT. Q2 Furthermore, the following variables associated with hypertension, according to the European consensus hypertension guidelines,12 were measured: gender, smoking, dyslipidemia, diabetes, personal history of cardiovascular disease (defined by European Society of Hypertension/ European Society of Cardiology guidelines12 or coronary heart disease or stroke, number of drugs for high blood pressure, systolic and diastolic blood pressure, and age; the body mass index was also calculated. In addition, we performed measurements of total cholesterol and highdensity lipoprotein cholesterol to calculate the cardiovascular risk (CEIPC SCORE3 in primary prevention patients. Data on gender, smoking habits, personal history of disease, number of drugs for high blood pressure and age were obtained during the patient interview and corroborated from the clinical records. The blood pressure was measured at each visit taking two measurements, according to the 2007 European guidelines12 with a validated and calibrated automated forearm oscillometric sphygmomanometer (Omron CPII 705, Omron). The body mass index was calculated using the standard methods to measure weight and height. To obtain the lipid parameters, blood was drawn at the start of the morning after an 8-h fast using calibrated devices. The cardiovascular risk was calculated from the CEIPC SCORE,3 which uses calculations of both total cholesterol and the ratio of total cholesterol to high-density lipoprotein cholesterol; the highest value was used in both cases. At the first visit, the patients were informed about the study and we assessed their exclusion criteria. In addition, the following variables were measured: anthropometric data, smoking habit, the presence of diabetes mellitus and dyslipidemia, a history of cardiovascular disease and the blood pressure. At the second visit, we asked the patients about their drugs and the blood pressure was measured. Finally, at the last visit the drugs and the blood pressure were assessed and we performed the blood tests. Sample size Of the 712 hypertensive patients analyzed, 108 patients in secondary prevention should have had a recommendation for AT, but 53 of these had inertia. Nine patients in primary prevention should have had the recommendation and all had inertia; because of the small sample size, no further analysis was done in this group. The other 595 patients in Journal of Human Hypertension (2014) 1 – 6 primary prevention should have had no recommendation for AT, although 69 of them had a NGRP. Thus, using a 95% confidence level and a maximum expected ratio (P ¼ q ¼ 0.5), the expected error rate in the estimations of inertia in secondary prevention and NGRP in primary prevention were 9.4% and 4.0%, respectively. Statistical methods The qualitative variables are expressed as exact amounts and percentages and the quantitative variables as mean and standard deviation. A multivariable logistic regression model was performed to estimate adjusted odds ratios (ORs) for relationships between the principal parameters and the study variables. In secondary prevention patients, because of the fact that we had few patients and few events (therapeutic inertia), we selected fewer variables to have a n:k ratio (number of events/number of predictors in the model) greater than 10 (a total of 5 variables in our case, 53/5 ¼ 10.6). The selection strategy performed was: (a) to compare percentages or means of the explanatory variables between having and not having inertia using the w2-tests (Pearson and Fisher) and Student’s t-test, (b) sort the variables according to the P-values obtained (low to high) and (c) select the top 5. Accordingly, in this group of patients, we adjusted the ORs for the chosen variables using the previous strategy. For the patients in primary prevention, there were not enough patients or events (NGRP) to use all the study variables in the model. We therefore adjusted the ORs for gender, smoking, dyslipidemia, diabetes, number of drugs for high blood pressure, systolic blood pressure, diastolic blood pressure, age and body mass index. The lipid parameters were not included in the adjustment because of their collinearity with dyslipidemia. The likelihood ratio test was carried out for the goodness-of-fit of the model. Furthermore, we compared the patients who completed the study with those who withdrew from it, using tests based on the w2 (Pearson and Fisher tests) and Student’s t-test. All analyses were performed at a 5% significance level and associated confidence intervals (CIs) were estimated for each relevant parameter. The statistical analysis was done using IBM Q3 SPSS Statistics 19.0 (IBM). Ethical consideration The study afforded no extra risk to the patient and an indirect benefit was expected as the results would improve the use of AT in the primary healthcare setting. The study was conducted according to the principles of the World Medical Association Declaration of Helsinki13 and complied with the norms in the European Union guidelines of good clinical practice. Each patient was informed about the study and the data required, and promised to attend the three visits and do the tests involved. This was done at the first visit where the patient provided signed consent. The study was approved by the Ethics Committee of the Health Department of Elda (Valencian Community). RESULTS Figure 1 shows the number of patients in each study phase. Of 767 patients invited to participate, 754 were finally included in the study. Of these, 712 completed all three visits and 42 did not. The reasons for withdrawal at the first visit (n ¼ 30) were death (2), wish to cease taking the medication (1), personal reasons (10), not answering the telephone (1), hospital admission (3), pain while taking the blood pressure (2), not bringing the medication in an organized way (1) and unknown (10). The reasons for withdrawal at the second visit (n ¼ 12) were hospital admission (1), change in medication (3), not bringing the prescribed medicine (4), personal reasons (3) and unknown (1). Of the 712 study patients, 117 had a guideline recommendation for AT (7.7%, primary prevention; 92.3%, secondary prevention) and 595 did not. The descriptive characteristics of the study sample (n ¼ 712) are summarized in Table 1. Those patients who completed the study had a high prevalence of cardiovascular risk factors (smoking 16%, dyslipidemia 44.7% and diabetes 23.3%); additionally, about 15% of them were in secondary prevention, they had an advanced age (mean of 63.6 years), and their mean body mass index was greater than 30 kg m 2 (30.3). Regarding comparison of the patients who completed the study with those who withdrew from it, the & 2014 Macmillan Publishers Limited Antiplatelet therapy inertia in hypertension MJ Martı´nez-Orozco et al 3 Figure 1. Hypertensive patients who participated in the study at primary health care in the Valencian Community (Spain), 2007–2009 data. Table 1. Descriptive analysis for hypertensive patients who completed or withdrew from the study at primary health care in the Valencian Community (Spain), 2007–2009 data. Variable Antiplatelet therapya Aspirin Clopidogrel Both None Male gender Smoking Dyslipidemia Diabetes Secondary prevention CHD Stroke CEIPC SCORE X10%b Number of drugs for high blood pressurea SBP (mmHg)c DBP (mmHg)c Age (years) BMI (kg m 2) Total cholesterol (mmol l 1)b HDL cholesterol (mmol l 1)b Completed the study n ¼ 712, n(%)/x(s.d.) Withdrew from the study n ¼ 42, n(%)/x(s.d.) Pvalue 103 16 5 588 315 114 318 166 108 44 19 9 2.5 (14.5) (2.2) (0.7) (82.6) (44.2) (16.0) (44.7) (23.3) (15.2) (6.2) (2.7) (1.5) (2.5) 2 (16.7) 0 (0) 0 (0) 10 (83.3) 20 (47.6) 10 (23.8) 14 (33.3) 16 (38.1) 12 (28.6) 1 (2.4) 1 (2.4) NA 1.8 (1.2) 0.674 0.185 0.151 0.030 0.021 0.505 1 NA 0.050 139.6 80.7 63.6 30.3 4.9 1.5 (18.4) (9.8) (11.7) (5.0) ( 0.9) (0.4) 143.5 (19.2) 78.3 (12.6) 67.0 (9.4) 32.2 (6.2) NA NA 0.181 0.235 0.067 0.028 NA NA 0.788 Abbreviations: BMI, body mass index; CEIPC, Interdisciplinary Spanish Committee for Cardiovascular Prevention; CHD, coronary heart disease; DBP, diastolic blood pressure; HDL, high-density lipoprotein; n (%), absolute frequency (relative frequency); NA, not applicable; SBP, systolic blood pressure; x (s.d.), mean (s.d.). aOnly in patients with two or three visits bOnly in patients with primary prevention and three visits. cThe blood pressure mean was calculated using all the patient visits in the study (three visits if they completed the study, one or two visits if they withdrew from the study). The lipids and the CEIPC SCORE do not appear for patients who withdrew from the study because these parameters were measured at the last visit. & 2014 Macmillan Publishers Limited patients who withdrew from the study were significantly (Po0.05) more likely to have diabetes, be in secondary prevention, and have a higher body mass index than those who completed the study. Finally, concerning the antiplatelet medication, we did not find any differences between the two groups. Therapeutic inertia could only be evaluated in secondary prevention (n ¼ 108) and its magnitude was 49.1% (95% CI: 39.6–58.5%). Concerning the type of AT prescribed in those patients who did not experience therapeutic inertia, we found that the most prescribed drug was aspirin (Table 2). In the analysis of factors associated with therapeutic inertia (Table 2), the chosen variables with their P-values in the strategy were: coronary heart disease (o0.001), diastolic blood pressure (0.004), dyslipidemia (0.006), systolic blood pressure (0.076) and gender (0.178). The other P-values (not included in the regression model) were: stroke, 0.240; diabetes, 0.447; smoking, 0.618; body mass index, 0.628; number of drugs for high blood pressure, 0.760; age, 0.815. The logistic regression model showed that the factors associated with higher inertia were being a woman (OR ¼ 0.460, 95% CI: 0.187– 1.133, P ¼ 0.091), no dyslipidemia (OR ¼ 0.393, 95% CI: 0.156– 0.992, P ¼ 0.048), no coronary heart disease (OR ¼ 0.215, 95% CI: 0.086–0.539, P ¼ 0.001), low systolic blood pressure (OR ¼ 0.993, 95% CI: 0.959–1.027, P ¼ 0.667) and high diastolic blood pressure (OR ¼ 1.076, 95% CI: 1.014–1.142, P ¼ 0.016). NGRP was present in 69 of 595 patients (11.6%, 95% CI: 9.0– 14.2%). By definition, this was only evaluated in primary prevention, as all patients in secondary prevention are recommended to receive AT. The AT used for the patients with a NGRP was aspirin (62), clopidogrel (4) and both (3; Table 3). Furthermore, Table 3 summarizes the factors that were associated with NGRP. Themost relevant were: gender male (OR ¼ 1.610, 95% CI: 0.930–2.786, P ¼ 0.089), smoking (OR ¼ 2.055, 95% CI: 1.017– 4.152, P ¼ 0.045), dyslipidemia (OR ¼ 3.227, 95% CI: 1.860–5.599, Po0.001) and diabetes (OR ¼ 2.795, 95% CI: 1.604–4.871, Journal of Human Hypertension (2014) 1 – 6 Antiplatelet therapy inertia in hypertension MJ Martı´nez-Orozco et al 4 Table 2. Analysis of the inertia for antiplatelet therapy for hypertensive patients in secondary prevention at primary health care in the Valencian Community (Spain), 2007–2009 data. Variable Q6 Antiplatelet therapy recommended by guidelines n ¼ 108 n(%)/x(s.d.) Inertia n ¼ 53 (49.1%) n(%)/x(s.d.) Adj. OR 95% CI (Adj. OR) P-value Antiplatelet therapy Aspirin Clopidogrel Both None 41 12 2 53 Gender Male Femalea 54 (50.0) 54 (50.0) 23 (42.6) 30 (55.6) 0.460 (0.187, 1.133) 0.091 Smokingb Yes No 14 (13.0) 94 (87.0) 6 (42.9) 47 (50.0) Dyslipidemia Yes Noa 69 (63.9) 39 (36.1) 27 (39.1) 26 (66.7) 0.393 (0.156, 0.992) 0.048 Diabetesb Yes Noa 31 (28.7) 77 (71.3) 17 (54.8) 36 (46.8) CHD Yes Noa 44 (40.7) 64 (59.3) 12 (27.3) 41 (64.1) 0.215 (0.086, 0.539) 0.001 0.993 1.076 (0.959, 1.027) (1.014, 1.142) 0.667 0.016 Strokeb Yes No Number of drugs for high blood pressureb SBP (mm Hg) DBP (mm Hg) Age (years)b BMI (kg m 2)b 19 89 3.1 135.4 76.4 68.2 29.3 (38.0) (11.1) (1.9) (49.1) (17.6) (82.4) (2.5) (15.1) (8.9) (8.8) (4.2) 7 (36.8) 46 (51.7) 3.0 (2.5) 138.1(14.5) 78.9 (9.1) 68.0 (8.6) 29.5 (4.3) Abbreviations: Adj. OR, adjusted odds ratio; BMI, body mass index; CHD, coronary heart disease; CI, confidence interval; DBP, diastolic blood pressure; n(%), absolute frequency (relative frequency); SBP, systolic blood pressure; x(s.d.), mean (s.d.). Likelihood ratio test: w2 ¼ 28.8, Po0.001. OR adjusted for gender, dyslipidemia, CHD, SBP and DBP. aReference. bNot included in the model (see strategy in statistical methods). Po0.001). None of the other factors was in the least significant (P40.10): higher number of drugs for high blood pressure (OR ¼ 1.031, 95% CI: 0.934–1.138, P ¼ 0.546), higher systolic blood pressure (OR ¼ 1.010, 95% CI: 0.997–1.022, P ¼ 0.130), lower diastolic blood pressure (OR ¼ 0.979, 95% CI: 0.950–1.009, P ¼ 0.169), older age (OR ¼ 1.010, 95% CI: 0.985–1.035, P ¼ 0.429) and higher body mass index (OR ¼ 1.013, 95% CI: 0.959–1.071, P ¼ 0.637). Q4 DISCUSSION The patients who withdrew from the study had an increased cardiovascular risk (diabetes, secondary prevention and higher body mass index) as compared with those who remained in the study. As this study was not a clinical trial, this did not represent a selection bias as our objective was to quantify a problem, but not to compare different groups. This study highlights the important degree of therapeutic inertia and NGRP in AT in hypertensive patients. However, because of the very few studies along the same lines, we can only compare our results in such conditions as hypertension and diabetes. Critical review of these studies shows great variability, with 70–85% of poorly controlled patients whose physicians adopt a conservative attitude and prefer not to change the treatment.14–17 Nevertheless, when the study is undertaken among motivated physicians who are aware of the concept of therapeutic inertia, the magnitude of the problem is greatly reduced, with prevalence rates of therapeutic inertia around 33%.16 The lack of similar Journal of Human Hypertension (2014) 1 – 6 studies to ours, although, prevents comparison of the magnitude found here, but committing therapeutic inertia in one out of every two hypertensive patients who need AT and the NGRP of AT in one out of every nine patients warrants reflection about changing clinical practice. Consideration should be given to possible episodes of hemorrhage, particularly in patients treated with AT and high blood pressure. The analysis of the factors predicting therapeutic inertia and NGRP reflects the current controversies concerning the indications for AT in hypertensive patients, particularly in primary prevention.8,9,18–20 The results were encouraging in that the patients who were better controlled with AT were precisely those who most needed it, that is, hypertensive patients who had had a coronary heart disease. It should not be forgotten, although, that an important percentage of hypertensive patients with these conditions were not receiving AT. Concerning risk factors, the dyslipidemic patients presented better indices of AT. Nevertheless, these factors should be corroborated with other studies involving a larger sample. The finding of greater NGRP of AT in dyslipidemic and diabetic hypertensive patients could reflect the current controversies about whether these patients should or should not receive AT and the low measurement of cardiovascular risk in these hypertensive patients. The multivariate models only used patient variables, so other factors may influence our indicators; for example, variables associated with the physician–patient relationship, physician training or work setting. & 2014 Macmillan Publishers Limited Antiplatelet therapy inertia in hypertension MJ Martı´nez-Orozco et al 5 Table 3. Analysis of the NGRP of antiplatelet therapy for hypertensive patients in primary prevention at primary health care in the Valencian Community (Spain), 2007–2009 data. Variable Antiplatelet therapy not recommended by guidelines n ¼ 595 n (%)/x (s.d.) NGRP, n ¼ 69 (11.6%) n(%)/x(s.d.) Adj. OR 95% CI (Adj. OR) P-value Antiplatelet therapy Aspirin Clopidogrel Both None 62 4 3 526 Gender Male Femalea 252 (42.4) 342 (57.5) 38 (15.1) 31 (9.1) 1.610 (0.930, 2.786) 0.089 Smoking Yes Noa 91 (15.3) 504 (84.7) 15 (16.5) 54 (10.7) 2.055 (1.017, 4.152) 0.045 Dyslipidemia Yes Noa 246 (41.3) 349 (48.7) 46 (18.7) 23 (6.6) 3.227 (1.860, 5.599) o0.001 2.795 (1.604, 4.871) o0.001 1.031 1.010 0.979 1.010 1.013 (0.934, 1.138) (0.997, 1.022) (0.950, 1.009) (0.985, 1.035) (0.959, 1.071) 0.546 0.130 0.169 0.429 0.637 Diabetes Yes Noa Number of drugs for high blood pressure SBP (mmHg) DBP (mmHg) Age (years) BMI (kg m 2) Total cholesterol (mmol l 1) HDL cholesterol (mmol l 1) 133 462 2.5 140.0 81.4 62.8 30.6 4.9 1.5 (10.4) (0.7) (0.5) (88.4) (22.4) (77.6) (2.5) (18.8) (9.8) (12.0) (5.2) (0.9) (0.4) 62 4 3 0 30 39 2.9 142.1 80.2 64.0 30.8 4.7 1.5 (89.9) (5.8) (4.3) (0.0) (22.6) (8.4) (3.1) (16.2) (10.9) (14.3) (4.5) (1.1) (0.4) Abbreviations: Adj. OR, adjusted odds ratio; BMI, body mass index; CI, confidence interval; DBP, diastolic blood pressure; HDL, high-density lipoprotein; n(%), absolute frequency (relative frequency); NGRP, non-guideline-recommended prescription; SBP, systolic blood pressure; x (s.d.), mean (s.d.). Likelihood ratio test: w2 ¼ 46.9, Po0.001. OR adjusted by gender, smoking, dyslipidemia, diabetes, number of drugs for high blood pressure, SBP, DBP, age and BMI. Lipid parameters not included in the multivariate model due to collinearity with dyslipidemia. aReference. The importance of our study relates to the lack of other studies that have evaluated jointly the suitability of guidelinerecommended AT, that is, no treatment when indicated or giving treatment when not indicated. This is important because of the strong association and degree of evidence in certain hypertensive patients of the benefits of adequate AT20–23 and the excess risk of hemorrhage in patients receiving AT when it is not indicated.24,25 In clinical practice, being aware of the magnitude of therapeutic inertia and its associated factors is of particular relevance in order to establish strategies to change the situation. We attempted to minimize any possible weakness of the study by using very strict inclusion, exclusion and withdrawal criteria for patient selection in order to provide the best information possible. In addition, we were also very strict when measuring the main variables, as can be seen in the Materials and methods section. Notwithstanding all these precautions, the main limitation was the lack of statistical power in the subgroup analysis. For example, there were only nine patients receiving primary prevention with a SCORE X10% and we could not perform a multivariate analysis with more explanatory variables in the secondary prevention patients. We could not therefore analyze exhaustively the inertia in these subgroups of patients. A larger sample size could possibly have allowed the analysis of these relevant subgroups, considering the poor evaluation of cardiovascular risk and its frequent underestimation, especially in primary prevention.26,27 The indication for AT in secondary prevention is clearer.28 Emphasis should be given to the fact that, even assuming a minimum risk threshold, evidence now exists for the favorable effect of AT in primary prevention. The meta-analysis in the study by Raju et al.21 in the general population and the Fremantle study29 in diabetic patients highlights the benefit of aspirin in & 2014 Macmillan Publishers Limited primary prevention. On the other hand, consideration should also be given to the risk of bleeding in the event of inadequate prescription and a balance made when deciding the risk/benefit ratio, as recommended by the various scientific societies.22,30 CONCLUSION In conclusion, in the use of AT to prevent events, both inertia and unsuitable prescription were relatively high. Although certain factors were clearly associated with these phenomena, much still remains to be learnt. As Cocheri recently said in a paper about AT in primary prevention ‘the game is not over’.31 What is known about topic Improving adequate prescription practices for treatment requires that clinicians accept and adopt clinical practice guidelines. The two main factors preventing achievement of the objectives are lack of compliance and therapeutic inertia. Antiplatelet therapy is indicated in hypertensive patients when they have high cardiovascular risk. Just as important as the concept of inertia is excess treatment in the form of prescription of non-guideline-recommended drugs. What this study adds We are unaware of any study evaluating simultaneously both the adequate and the inadequate prescription of antiplatelet therapy in hypertensive patients. As a new feature, we quantify whether hypertensive patients are or are not prescribed suitable antiplatelet therapy, analyzing the excess or deficiency of therapy according to the guidelines. Journal of Human Hypertension (2014) 1 – 6 Q5 Antiplatelet therapy inertia in hypertension MJ Martı´nez-Orozco et al 6 CONFLICT OF INTEREST The authors declare no conflict of interest. ACKNOWLEDGEMENTS We thank everyone who has contributed to the scientific content of the manuscript or provided technical support is in this section. We also thank the Conselleria de Sanitat (Valencian Community) for allowing us to use the equipment of the health centers and the computerized health system. We also thank Armina Sepehri for collaboration in the data computerization process, and Ian Johnstone for help with the English language version of the text. A research grant from the Department of Clinical Medicine at Miguel Herna´ndez University was used to buy reagents for biochemical testing. This was the only role of the funding sources in the study. REFERENCES 1 Okonofua EC, Simpson KN, Jesri A, Rehman SU, Durkalski VL, Egan BM. Therapeutic inertia is an impediment to achieving the Healthy People 2010 blood pressure control goals. Hypertension 2006; 47(3): 345–351. 2 Phillips LS, Branch WT, Cook CB, Doyle JP, El-Kebbi IM, Gallina DL et al. Clinical inertia. Ann Intern Med 2001; 135(9): 825–834, Review. 3 Lobos JM, Royo-Bordonada MA, Brotons C, Alvarez-Sala L, Armario P, Maiques A et al. Guı´a europea de prevencio´n cardiovascular en la pra´cticaclı´nica. Adaptacio´n Espan˜ola del CEIPC 2008. 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