EL SIKU ALTIPLAI{ICO: PERSPECTIVAS DE UI{ IMPORTAI{TE LEGADO MUSICAL PRECOLOMBINO Anérico Valencia Chacón Siht bipolar altípláníco . ste artículo tiene un doble experimentales complementarias objetivo. Primeramente, el de informar al lector sobre nues- nuestro trabajo etnomusicológico, rea- tras investigaciones etnomusicológicas realizadas en torno al siku zampoña altiplánica, instrumento tradicional andino perteneciente a la familia de las flautas de pan. Investigaciones que datan desde los inicios de la década del 70, y que siguen constituyendo la materia principal de nuestra o actual preocupación. Presentamos, brevementg nuestras conclusiones respecto a las' principales características de este peculiar instrumento, y al origen preincaico de las mismas, incluyendo las referencias bibliográficas para quienes estén interesados en seguir con mayor profundidad el tema. El segundo objetivo de este artículo, es resumir las diversas actividades a lizadas con el fin de desarrollar las múltiples posibilidades del siku. Acti- üdades que realizamos, convencidos de que este instrumento andino reviste una importancia trascendental para nuestra cultura musical, no sólo debido a su antiguo origen y a los profundos conceptos que encierra, sino también a su vigencia actual y las múltiples posibilidades musicales derivadas de su técnica y concepción colectiva. Experiencias que, finalmente, postulan la formación de una orquesta de instrumentos tradicionales peruanos, constituida en base a un conjunto experimental de sikus. Creemos que la orquesta propuest4 tiene en un futuro cercano posibilidades de constituirse en instrurnento para la creación de nueva música auténticamente peruana respecto, ya en la y de alto nivel. Al Escuela Nacional de Música se ha conformado un primer conjunto expe- rimental de este tipo. I-os conjuntos altiplánicos de sikus. La flauta de pan conocida con los nombres de siku (aymara o quechua) o. zampoña (español), se encuentra en la actualidad en la región de los Andes denominada Altiplano del Collao, alta planicie de una altura promedio de 3500 m. sobre el nivel del mar y que alberga al lago Titicaca. El siku o zampoña es utiiizado en esa fríay alta región andina, de modo colectivo por diversos conjuntos nativós de una a varias docenas de integrantes, los que hacen su aparición en las diferentes 13 zampoña-parte le toca ámitir los sonidos que se suceden" estará de acuerdo a la configuración especial de la melodía que.interpretan y no a la voluntad de los intérpretes. Los sonidos, entonces, serán emitidos de modo fortuito por la zampoña que posea estos sonidos. Así el diálogo musical tradicional fiestas lugareñas. Son los s¡'/carís, iulojulas, ryarachís, surisilarc, lnkitas, chíriguanos, luntus, pusamorenoq místísilarc, zarnpoñadas. Los mismos que tienen diversas particularidades en cuanto a los sikus que emplearq a la indumentaria y coreografía, y d carácter mismo de la música y la danza que interpretan. Pero todos tañen sus instrumentos en forma mancomunada, por parejas; e incluyen generalmentg dos o más instrumentos de percusión para marcar el ritmo de la danza. Y aunque algunos conjuntos poseen un grupo coreográfico que exclusivamente danza, los mismos músicos que danzan de rnanera peculiar al tañer sus sikus constituyer¡ en sí mismos, expresiones simultáneas de música y danza. Desde hace 1.7 años estamos dedicados a la investigación y al desarrollo de estas tradiciones realizado entre las zampoñas ira y arca, componentes del siku bipolar altiplánico, es fortuito y carencial. Esta característica, que aparentemente es una lirnitación técnica obedece más bien a profundos conceptos del mundo andino, los cuales repercuten en el modo de concebir la música como ' del siku. Así (Valencia Chacón 1980, 1983b, 198n, los chiriguanos de Huancané (Valencia Chacón 198'l-., 198?a,, 1983), los ayara- chis de Paratía (Valencia Chacón 1982e, 1983b, 7987),los sikuris a)¡maras y pusamorenos mestizos (Valencia Chacón 1983a 1983b 7987). Estos estudios nos han permitido concluir que, en generaf son dos las características más importantes de las tradiciones del siku: su tecnica intelpretativa y el uso colectivo del instrumento en conjuntos músico-coreográficos. Figura 2. Conjunto ac:tual de síkuris alti- plánicas (Foto: Atrcrico Valencia). importan- "ata"turística te de las tradiciones del siku es el uso de varios grupos instrumentales dentro de un conjunto a la vez musical como coreográfico; grupos diferenciados por los tamaños de los sikus. Es importante anotar que mientras la técnica del diálogo _musical es una relevante característica universal del siku altiplánico,la estructura de los coniuntos músico-coreográficos de sikus de pan que trabajan mancomunadaconstituye una prominente forma de mente en confeccionar el diálogo pluralismo musical andino. Existe una musical. Ira significa "macho", o "el . diversidad de conjuntos de sikus cuque conduce"; Arca, "hembra" o "la que yas particularidades se detailan en sigue". Ambos instrumentos, ira y nuestros diversos estudios. Asi tenearca, constituyen un solo instrumento bipolar. En razón de estandarizar la terminología hemos utiiizado en nuestro estudio los dos sinónimos, siku y zampoña, del modo siguiente: siht bípolar para nombrar al único instrumento que posee la técnica del diálogo musical, y tiene dos "polos" integran- Las dos miís importantes característi- tes, está formado por dos tipos de zampoñas que constituyen el toCc: la cas del siku zampoíu ira y la zampoña arca. La figa- ra 1 representa un típico siku bipolar La primera característica importante del siku o zampoña altiplánica es su altiplánico. naturaleza bipolar y la téinica derivada de ésta. [a técnica del siku es conocida en aymara como jjaWasiña írampí arcampi, que significa "estar de acuerdo la ira y el arca. Consiste en la confección de las frases musicales mediante un íntimo diálogo, la alternancia de sonidos o grupo de sonidos, producidos por dos instrumentos complementarios. Se trata, desde luego, de dos intérpretes en vez de uno. Iray arca son términos aymaras que se refieren a las dos diferentes flautas haustivamente la técnica del diálogo musical altiplánico. Es preciso anotar, sin embargo, una característica esencial del mismo: es carencial y fortuito. Nos explicamos. El siku bipolar altiplánico posee una escala diatónica repartida en sus dos partes, las zam- '14 dual. La segunda hemos estudiado los diferentes conjuntos existentes en la parte peruana del Altiplano (Puno), y recopilado cientos de piezas musicales interpretadas por estos peculiares conjuntos nativos. Véanse al respecto nuestros estudios sobre los sikuris de la isla de Taquile creación colectiva antes que indivi- No es lugar aquí para explicar ex- poñas ira y arca. De modo que la zampoña ira carece de los sonidos que tiene la zampoña arca, y mos que los sikuris de Taquile poseen cuatro grupos de sikus (mama, lama, walay suli);los chiriguanos, tres (tayka, anlilta y chíIi); los sikuris aymaras y pusamorenos mestizos, un número variable que llega a ocho entre los sikuris, y a tres entre los pusamorenos. En general, los tamaños de los sikus pertenecientes a grupos diferentes están en una relación de dos a uno, o de dos a tres. Por otro ladq los conjuntos altiplánicos de sikus son también, como ya se mencionó, grupos co- reográficos. Es d,:cir, estos conjuntos tienen la peculiarielad de que los mismos músicos danzan y desarrollan evoluciones coreográficas mientras tocan sus instrumentos. El paso típico de la danza sikuriana es el denomina- do paso a.terre. Los orígenes de las tradiciones del siku viceversa; sólo entre ambas se logra obtener la escala musical completa. Evidentemente, la frecuencia con la que a cada Respecto a las raíces de las presentes tradiciones del siku, hemos realiza- do, paralelamente al trabajo musicoló- t. gico respectivo en el Altiplano, la correspondiente investigación iconográfica y arqueomusicológica en diferentes vasos e instrumentos precolombinos; principalmente, los que se en- co{or€ográfico de estos conjuntos segunda característica importante de las tradiciones actuales del siku-, viene de la anltura Nasca, Intermedio Temprano (200 AC - 600 DC); El número de cardcteres y diferentes reprresentaciones que se muestran tocando flautas de pan en la cultura cuentran en el Museo Nacional de Antropología y Arqueologra de Lima, Museo Etnológico de Berlín, y Museo del Hombre en París. (Véase al respec- Moche, y los numerosos ejemplares de estos instrumentos encontrados en la to Valencia Chacón 1982b, 1982c, 1982d, 1983b, 79fJ6b, 199n. Estudios cultura Nazca, son indicativos de la gran importancia que las flautas de que nos han permitido adelantar algunas conclusiones y formular hipótesis pan tuvieron en dichas culturas preincaicas. Adicionalmente, las flautas de pan están presentes a través de toda la prehistoria peruana incluyendo el pe- respecto a los orígeneb de las dos principales características del siku. En sín- tesis, nuestras conclusiones son las si- ríodo inca; aún hoy, juegan un rol guientes: 1) Que probablemente la técnica del diálogo musical caracterís- -principal tica de las tradiciones actuales del siku- viene de la ctitura Moclu, cultura de la costa norte dei Perú que se desarrolló en el período Intermedio Temprano (200 AC - 800 DC). 2) Que existe una fuerte evidencia de que la estructura de los actuales conjuntos de sikus y el carácter músi- 3. Fígura Vaso Moclu, cuyo motioo esa¿Itórico repre*nta aunapareja de "dcspellejados" y que generalmente rparecen tocando el sikl.¿ bipolar . (Mu*o Etnológico de Berlín: rqroducción Kutsclur). (V almcia Clacín 1982c). Figura4. Vaso Moclurepresentando ados "despellejados" tocando enparejasendasfhutas pan,Iigadas por una cuerda que indica su naturalezn bipolar. (Vaso U2806, MNAA). (V alencia Clncdn 79 82d. de importante en la música andina. Pa¡ece, que las culturas andinas dieron y dan especial importancia a las flautas de pan, tal vez por su naturaleza dual. Las culturas andinas, en forma similar a otras, reconocieron la dualidad del mundo. Fenómenos contrastantes tales como la obscuridad y lalvz,la tierra y el cielq la muerte y la vida las fuerzas del mal y el bien, el macho y la hembra, fueron reconocidos por las culturas peruanas, e influenciarrcn, incluso, en su organización social. En un tiempo, por ejemplo las comunidades aymaras fueron divididas en dos partes, el ayala y el manka, bajo el gobierno de dos caciques. Aún más, se cree que los soberanos incas tuvieron su doble. La dualidad, por lo tantq fue un importante concepto de la interpe' tación del mundo por las antiguas culturas peruanas, y nosotros estamos convencidos que el diálogo musical producido en el siku bipolar fue la representación musical de esta filosofía. El hecho que el Altiplano conserve aún importantes conocimientos de culturas lejanas a su hábitat no es de extrañar, si se considera que las dife rentes culturas peruanas no se desarro- llaron aisladamente. Al contrario, hubo una continua interrelacióry como lo demuestran las múltiples investigaciones al respecto. Probablemente, los lupacas y otros pueblos aymaras y quechuas que poblaron el Altiplano, cuyos descendientes mantienen las tradiciones del siku, recibieron el co-. Figura 5. Pictografía ile un vas Moclu. Nótes la cuerda que tiga los instrumentos del silat y que una de las zampoñas e9 más pequeña que Ia otta. (Vabncía componentes Clwcón 1982c). nocimiento musical de Moche y Nasca a través de la gran cultura Tiawanaco. 'Desde luego que en el actual estadio' de nuestra investigación existen varias interrogantes sin respuesta. No obstan15 te, creemos haber demostrado en parte como veremos. Los conjuntos de sikus gue, de algún modo, hubo transfurencia de conocimientos musicales de la costa a la sierra en tiempos preincaicos. Y este fenómeno de transferencia cobra vigencia en la actualidad por el renacimiento de las tradiciones del siku. Si hasta hace algunos años estas tradiciones languidecían y rrepresentan, a nuestro juicio, [o más elaborado en materia de música polifó- nica que ha desarrollado la cultura andina. Asimismo, la técnica del diálogo musical tiene posibilidades musicales insospechadas, partiendo del hecho que, en ella se reparte el esfuerzo y responsabilidad de la interpretación entre dos instrumentistas. Esto puede aprovecharse para llegar a ürtuosismos que son imposibles en la ejecución estaban próximas a desaparecer; hoy, por diversos factores que no es el caso detallar, existen en abundancia no sólo en el Altiplano, sino también en la costa. Aún en Lima se han fonnado decenas de conjuntos de sikuris en los barrios y con sonidos separados por cualquier tipo de intervalo musical. Abre, tarnbién, la posibilidad de individual, maqginales de la ciudad, integrados por inmigrantes puneños. Existen, creación de nuevas técnicas de composición polifónica y orquestaciones occidentales.'Queda clarq pues, que las tradiciones del siku pueden y deben también, diversos grupos culturales y universitarios que cultivan estas tradiciones. Así, desde una amplia perspec- constituir nuevas avenidas para la.futura música peruana. Como músico perteneciente a la moderna cultura andina, aparte de quien se ha dedicado a la estricta in- tiva histórica, no de años, sino de siglos y aún de milenios -taldecomo debe apreciarse el desarrollo una cultura-, se asiste a un retorno de las tradiciones del siku a su lugar de origen, l¡a crosta. En la actualidad, se está cerrando un ciclo de más de un milenio. Y los conjuntos de sikus tienen plena vigencia en esta etapa de crisis medular, y dg insurgencia que nos ha tocado viür, porque constituyen tradiciones de música y de danza que son de interpretar los profundos anhelos de liberación del pueblo peruano, y los sentimientos y signos de capaces la época. La proyección futura del siku y Figura 6. Conjunto dc antgras arquco- puede * ob*rur quc dos de las antaras son exaclamentc ile Ia mitad de tamaño qw ta otra, como en los actualcs conjuntos ile si- hts. (Vabncia Clncún 7982c). lización Frente a estas perspectivas de las tradiciones del siku, es necesario considerar además, sus extraordinarias posibilidades muiicales. Su belleza tímbrica y su peculiar."ronroneo" son bien reconocidos entre propios y extraños; se prestar¡ además, para desarrollar sutiles y variados matices. Por otro lado, si bien en la música andina existen otros instrumentos que se tocan reunir y'sintetizar lo ya alcanzado a . este nivel por los conjuntos nativos, t6 etnomusicológicás y musicales del autor han sido recíprocas y complementarias; en verdad, la primera fue lógicas N asca exístantes en el Mu,*o N acional ile Ar qucología y Antr opob gía, donde las experiencias realizadas para su actua- también en conjunto, digamos como eiemplo, las tarkas; creemos que el siku üene una incomparable versatilidad en cuanto a tesituras y escalas' mr¡sicales que lo conüerten en el ins' trumento ideal para servir de base a uha orquesta moderna de instrumentos tradicionales peruanos. Basta solo vestigación musicológic4 el autor del presente artículo ha venido realizando múltiples experiencias con el propósito de desa¡rollar las diversas posibilidades musicales de las tradiciones del siku. De manera que las actividades hecha como base de la segunda. Y aquí tocamos algo fundamená en nuestra concepción de la musicología, concepción que hemos tratado de llevar siempre a la práctica: aquella no debe ser, de ninguna manera, actividad docta para conservar piezas de .museo o canal para la nostalgia o vanagloria de lo .que fue nuestro pasadq lejano o reciente; sino que debe servir al pre. sente R sobre todo, al futuro de nuestra cultura musical. Celosos en la conservación de lo esencial del valioso .aporte ancestral de los conjuntos de sikuris, nuestras experiencias han estado dirigidas a lo siguiente: 1) dotar a estas tradiciones de la notación musical, desarrollando un F igura 7 . F oto de un bomb o N asca existente en el Museo del Hombre en París anya pictografía rqrwnta a un conjunto de silnllís ilanzand.o en círanlo, y quc prueba felacientettunte su existencia an la a¿ltura Nasca. (Valcncia Clacón 1987). . método de enseñanza de las'técnicas músico-coreográficas del sikr¡ y de la música a través del siku2) sintetizar las escalas de los sikis en un solo instrumento bipolar; 3) desarrollar las posibilidades del tra- ' dicional diálogo musical, conservando su valiosa esencia; cir dos progresivos tipos de notación' progresiva antes de llegar a la notación pentagrámica. La primera, es una no- tación cifrada numérica que consiste en identificar cada tubo del siku bipo- lar por medio de un número. La se- gunda notación progresiva, combina la notación cifrada con la notación de las figuras musicales. Construcción de los sikus. La cons- trucción de sikus con materiales distintos a la caña (arundo donax) con la que tradicionalmente se construyen, es importante para obtener instrumentos en lugares en los que no es posible conseguir la mencionada caña. Hemos encontrado que los tubos de plástico PVC, constituyen una buena alternativa debido a su disponibilidad, precio, x Figura 8. Díbujo donde aprecia un conjunto de síhtrís Nasca recorriendo una de las famosas t'iguras de la Pampa de Nasca (Líneas de Nasca), según una de las hípótesis del autor. (Valencia Chacón 1982c). 4) aprovechar los aportes de la moderna ingeniería de audio para lograr un instrumento bipolar acorde a las actuales exigencias sonoras; y truyen; y tercero, la propuesta de implantación de bandas y orquestas de sikus en los centros de educación inicial y básica, colegios secundarios y 5) establecer los grupos instrumenta- escuelas especializadas en la enseñan- les conformantes de un conjunto ex- za de la música. Uno de los grandes problemas de la educación musical en el país son los precios prohibitivos de las bandas de instrumentos metálicos para sú uso en los desfiles escolares, y la conformación de orquestas, donde los educandos puedan practicar las habilidades y conocimientos musicales adquiridos. El uso de las bandas y orquestas de sikus, propuesto en nuestro Método del Siku, podría constituir una alternativa viable y sumamente económica, para resolver este problema, aparte que estos conjuntos musicales proseguirían con una tradición musical milenaria que data de la época preincai- perimental de sikus, que abarque un máximo rango de tesiturds, y resluna los aportes de las diversas estructuras de los conjuntos de sikus altiplánicos. Un Método Didáctico Una de las primeras actividades complementa¡ias a nuestra investigación etnomusicológica ha sido elaborar un método de enseianza, de la técnica del diálogo musical. Asimismo, utilizar el siku para la enseñanza musical. Hemos encontrado que el siku es un instrumento que no tiene dificultades técnicas en cuanto a la obtención de sonidos de buena calidad, aun por principiantes, 1o que lo conüerte en un instrumento ideal para la enseñanza musical. Respecto a este punto de aplicación del siku hemos publicado un manual titulado Método del Siku o Zam- ca. Notación. bean Chapter) en la Universidad Estatal de Florida (Valencia Chacón 1986) y en el Congreso de la Asociación de Educadores Musicales de los Estados del Sur, Tamp+ E.U.a., 7987. Actual.mente, el Método del Siku que nos ocup4 se viene aplicando en diversas .academias de enseñanza de instrumentos autóctonos, especialmen- te, en la "Escuela del Siku Bipolar". Esta escuela, fundada y dirigida por el autor, esta aplicando el método de educación musical a través del siku en diversas instituciones culturales y al- gunos centros educativos. Asimismq ha sido puesto en práctica en algunos colegios de Florida, E.U.A. La música dialogal puede fácilmen- te anotarse en un sistema de dos pen- Otras actiüdades complementarias tagramas, como el que se muestra en la a nuestro trabajo etnomusicológicq en las que hemos estado envueltos durante varios años, son los diversos experi- Figura 9. Este sistema de notación 1o de los clásicos contenidos en todo método didáctico, tres importantes cripción de la música de sikuri; principalmente, porque permite apreciar con claridad ei diáiogo entre las zampoñas arca e ira. usando otros materiales diferentes a la caña con que tradicionalmente se cons- en la enseñanza de la música, como fue demostrado en el taller realizado durante la Reunión Anual de Society for Etnomusicology (Southeas t / Caib- Hacia la conformación de un coniun- hemos empleado con éxito en la trans- puntos: primerq ei medio de obtener una notación para el diálogo musical; segundq la construcción de los sikus aceptable calidad del sonido que La fácil construcción de instrumentos siguiendo las instrucciones especificadas en nuestro Método (ibid: 29) hace posible que los sikus puedan ser utilizados universalmente producen. to experimental de sikus trat4 además poña (1985). Este Método y Sin embargo, con propósitos didácticos, ümos por conveniente introdu- mentos musicales realizados con la perspectiva de conformár un conjunto experimental de sikus, capaz no sóio de cubrir las nuevas necesidades de la actual música altiplánica, sino también de servir de dispositivo musical para interpretar música andina de alto nivel t7 B l téenico. tos euales se indiean a contin-liaeién. AI/.ch. Síntesls de las eseaias de ios diferentes conjuntos de eikus. ta tabla eie la Figura 10, obtenida en base a los datos-que aparecen en Ruestros diversos trabajos aeerca de los sikurís y pusamorenos (véase Valcnela ehaeón 1983a" 1989b, 1987), múestra ios difereRtes "n'úmeros" conesponiiientes á las diversas escalas cón qüc soR eons*uidos en la actualiria<i ios sikus'de los sikuris aymaras en el .t. S r¿c.tl SIKU RI N092 !,r¿ IKU ARCA 0¡¡¡to -r",,1" ."4i, i--T1 ffi ffi e.. AltipiaRo,. eomo se apreeia en la tabia en mcneión, los diferentes conjuntos de sikus están afinados en las ese'alas lnayol.cs ele Soi y Re (sikus Ne y R.e'b (slkus irÍe 30)" Fa y Do (sikus Na 32), -y Mi y Si {sikus Ne 28'29), Fa# 34). Esto nos teveia que eada conjunto tlc sikus es, eñ . realida'd, bitonal; es d'eeir, -Pósee dos esealas nrayores. Adertrás, se puede apreciar que todas ias esealas ihóstiádas en ia tabl4 jun- ta5 €óntienen k¡s soRidos de la exala ero:ftiáitea. De rnodo qr,," ior actuales eoniuntos de sikus trabalan ya con los doee grados de la esea.la crornática. Por io tanto, uno de los obje'tivos de nuestras experiencias ha si:do reunir las escalas'diaténieas, tradicional.rnente utiliaadas por los'diversos conjuntos de sikus, €n ün s6lo inst-rumento ciornático. Respecto a este pri.mer objetivo, nu€stias aetlüdarles seTemontan a la déeada délVO, cuando en el Taller de Ir4úsiea Hat'arisun tuvirnos que incor- porar algunos sonidos adicionales al tradieionral siku d,iatónieo para cubrir las neeesi*ades de un ar.reglo musieal de un hayno rnestizo lruneño, para ser interpretado 'eon ,el siku. La música andin:a .rncstiz4 eon la ineorporaeión de inStrülnéñtos occ.ldentales tales el violf,ry ctr aeor¿león, la guitarra y ii:s'diicrcntcs insrru,m€rftos rnetálicos de viento, Xracc ya ,rnueho tiernpo que €rnPlea Xa eseala'e{oliádca, no plecisaméñte cóñ cl propósito de hacer músitá Con ttioüvos tromáticos, sino para utilizar las diferentes éscalas fneRores y perrnitir la rnodutaeión. Así pues no tlebe €xtÍHñar-la ado¡rción de la.escala citnnátirp en il sikrr, €n'ün conjunto tx¡rerirnental; 'es :uir ipaso Xógico 'Oue 'debe datse para ,qüe éste importante rinstrüiñehto 3c ponga a tono con las Ftgura 9.. EjinryIo de Ia notación de Ia míisica diatogal. Escala Número ¡ 'eorn'ó t8 Grupos A, C, E Grupos B, D, F (1er. Sub-conjunto) (2do- Sub-conjunto) '28:29 SoI M Re 30 Fa#M 32 34 FaM RebM MiM .36 MibM ReM 38 'TiFu_ra A!. Tabtl 4! mrcsitrlhs es:caLas . '(V alericia Chacon 1lg 87 ) . I\,f DoM siM Sib M dit'trentes "níime/os'" de s'íkus y LaM su:s corrcsponilientes ra-T-'- f- "' necesidades del desarrollo de la actual música andina. Sólo su rezago y la poca importancia que se le dio en las nuevas expresbnes de esta música, explican la conservación de una única escala diatónica, limitada en múltiples sentidos y anacrónica panr las nuevas necesidades. Máxime sí se constata que las escalas musicales en la música andina han constituido siempre un pa¡ámetro variable, aún mucho antes de la intervención occidental. En efecto, existe suficiente evidencia de que las culturas de la prehistoria andina tuvieron múltiplés y diferentes por ejemplo Policarpo Caballero Farfán 1946; C-arlos Vega 1946; Holzmann 1968; Olsen f980); y no una única escala pentafónica como algunos tempranos investigadores creyeron (D'Harcourt 1925). Policarpo Caballero (1946), por ejemplo, Figura 73. Sit;.¿ Bipolar Cromátíco plástico. demostró que las culturas andinas Nóte* Ios dos pequeños micrót'onos que lun . usaron no solo escalas bifónicas, trif& gido incoworados al instrumento. nicas, tetrafónicas y.pentafónicas, sino también escalas hexafónicas, heptafónicas, octofónicas y otras más compleias con cierta clase de cromaüsmos. Desde luego, esas múltiples variedades de escalas musicales probablemente representan diferentes épocas y culturas en un complejo proceso de cambio y permanencia. A pesar de que los detalles de este proceso permanecen aún desconocidos, es posible imaginar escalas musicales (véase Figura77. Sih¿ Bipolar Cromático expaimental construido con caña. que durante el mismo hubo indudablemente múltiples influencias, progresos y aún pérdida de importantes tradiciones. Y en la actualidad, muchas de estas diferentes , escalas todavía permanecen y coexisten en la actual música andina (Holzmann 1968), junto a la escala diatónica y cromática. Es, pues, probable que las escalas andinas hayan tenido una lógica y p"t*a."tti" evolución desde sus formas más simples hasta el cromatismo. Sin embargo, debe quedar claro que Figura 12. sifu Bipolar Croruítico compacro construido con caña. no postulamos de hingún modo I Figura 14. Configuracíón de Ia zampoña cromática ira, Varte at sih¿ bipotar cromátíco, guPo sanja, construida de plÁstico en Ia Llníaersida^d Estatal de Florida. a cambio alguno en los sikus tradicionales de los conjuntos nativos altiplánicos. Estos son valores preciosos de nuestra cultura que debel mantener€e, y que nosotros nos sentimos especialmente orgullosos de haber contribuido a su conservación mediante nuestros diferentes trabajos musicológicos. Las' experiencias en relación a las nuevas escalas para los sikus se refieren, estrictame¡rte, a las necesidades de un conjunto experimental de sikus. Por 79 -q ,{l ,ü :l c : l,'j " 5ANJ,A ',,il ¿Aóña7r6 I I I I I I CÓN J ,s f1 ?¡L-fA ' -¿ ¡ notas por la zompoña ira, sin ninguna limitación, porque ambas zampoñas tienen la escala completa. Además, con el bipolar cromático sería posible interpretar cualquier clase de interualo almónico. Aqrí es impoitante señalar rt rl uN-ro EylpEp/ ptE¡tlrta¿ oe c4baaT St<¿ ¿2oWAT|¿O ÓUu - 6tA us cee4A-ry-c-as-) que quizás las flautas de pan Nasca constituían aparatos bipolares con escalas completas en cada Parte, y que eran similares en ese sentido a los sikus cromáticos experimentales. Sin embargo, a pesar de esta especulación y de las conveniencias t&nicas anota- - das, pensamos que es importante, en principio, conservar las aparentes limitaciones del diálogo musical autóctono, pues éstas obedecen, como ya en Do.-si.t- oo,- s¡, *,-; --JF- Do.- s,t --+- bq - s; I -+- bi - 6t s -+- o'.'sft---+- Figura 15. Rangos de los dit'erentes conjuntos de sikus, incluyendo Dot' e;l múltiples oportunidades lo hemos manifestado, a profundos conceptos de la cultura andina. Este aspecto -+ los pertenecientes sumamente importante y delicado de nuestras experiencias que tiene que al conjunto experittuntal de sikus crom,áticos otro lado, como teóricamente es posible construir, de acuerdo a la acústica de los tubos resonantes, cualquier tipo de escala para el siku bipolar (incluyendo las escalas micrctonales), si alguna vez consideramos estas escalas necesarias, no creemos que habría ningún inconvéniente en incorporarlas. En noviembre de 1974, con la colaboración de Maria Salazar, construi- mos las primeras cuatro zampoñas cromáticas de caña, partes constituyentes de dos sikus bipolares cromáticos (ver Figura 11). Con estos instmnientos cromáticos se formó dentro del Taller de Música Hatarisun un cuartet9 integrado por Irma Franke, Maria Salazar, Niels Valencia y Américo Valencia. Este cuarteto interpretaba, entre otras piezas, un arreglo especial de "El Condor Pasa" de Alomía Robles y algunas pi.ezas del repertorio clásico. Entre iulio y noviembre de 197$ este mismo par de sikus bipolares cromáticos fue utilizado por el conjunto Hatarisun $orge Acoit+ Pedro Crovetto, Miriam Salas y Américo Valencia) en una serie de presentaciones en diversos escenarios, tales como la Alianza Francesa (21/7 /78), el Conservatorio Nacional de Música y el Teatro Felipe Pardo y Aliaga G/11/78). Posteriormente a estas presentaciones públicas, donde se mostraron algunas posibilidades de los nuevos instru- ver con los principios de la estética y con las posibles .musical andina, qegl4s que de estos principios se deri- mentos, hemos construido diferentes vaían en la composición de la música modelos de sikus cromáticos, como el siku compacto de caña que se muestra en la Figura 12, y el siku cromático de coniebida para el coniunto experimental propuesto, será detallado posteriormente en otro' artículo complementa- plástico construido en diciembre de rio. Sólo queremos mencionar 1985 en la Escuela de Música de la Universidad Estatal de Florida (Figuras 13 y 74). Este siku cromático fue utilizado por el conjunto "Aconcagua" de la misma universidad norteamericana en los diversos conciertos realiZados en diferentes lugares del país del que, de la contradicción suscitada entre la decisión de conservar el diálogo musical carencial autóctono y la superación de las lirnitaciones técnicas que a veces ocasiona, hemos probado la conveniencia de extender el diálogo musical a un mayor número de instrumentos-parte. Es decir, el diálogo musical podría eventualmente ser realizadg, de ser requeridor por más de dos Zampoñas. De este modo hemos arribado a la concepción de un nuevo aparato musicaf q.tl d"ttort inamos en norte (vease Figura 16). Desarrollo del diálogo musical tradi. cional t Como ya mencionamos anteriormente, el diálogo musical producido en el siku bipolar diatónico tiene una aquí general síku multipolar. Este aparato estaría conformado eventualmente por cualidad importante: es carencial y la interacción de varios sikus bipolares fortuito. Por esta razón, no es posible con este tradicional aparato bipolar cromáticos. Para finalizar este punto, es necesario advertir que nuestras experiencias de cromatización del siku son completamente opuestas a otras recientes de las que hemos tenido conocimiento. En que el compositor asigne convenientemente los sonidos que deben tocar las zampoñas ira y arca para facilitar la intti¡pretación o lograr diversos efectos. Lo que, obviamente, se lograría cuando se usa el siku bipolar cromático, pues tanto la zampoña ira cromática como la zampoña arca cromática disponen de los doce sonidos de la escala musical. Así el compositor o arreglista estaría en capacidad de decidir libremente qué notas serán interpretadas por la zampoña arca, y qué consideracióru a que el siku bipolat y su técnica del diálogo musical es, desde todo punto de vista, un importantísimo valor cultural, siempre lo hemos defendido de los que sin mayor conocimiento ni estudio tratan de conver- tirlo en un instrumento individual, uniendo sus dos partes constituyentes para ser interpretados por una sola .::-: .j ¡1 ,':l ;ii 20 persona. Es el caso que el uso del crqmatismo en estas otras experiencias, tiende precisamente a consolidar el uso individual del instrumento e igno' rar su técnica dual. Para nosotros el siku cromático sintetiza en un solo instrumento las diferentes escalas hoy utilizadas por los conjuntos attiplánicos de sikus y está encaminado a desarrollar el tradicional diálogo musical. Por 1o tanto, creemos necesario adara¡ que las otras experiencias tienen una filosofía completamente opuesta a la de las nuestras y no tienery desde lueBo, ningún fundamento de estudio previo de las tradiciones culturales andinas. No puede, pues, haber confusión: mientras aquellas son en grado sumo la distorsién individualistá del siku y de su técnica dual, las nuestras apuntan, precisamente, a consolidar el diálogo musical como técnica i-p* rante en la composición de la nueva 76 . El grupo " Aconcagua" ile la Universidad Estatal de Flarida intcrpretando Cóndor Pasa" de Daniel Alomía Robles, y usando un siku bipolar soruitico. Figura 'El música andina. Aplicación de la electrónica en los sikus Nuestras experiencias también consideran los aportes de la ingeniería de audio y el uso de computadoras en la música como elementos contemporáneos que bien pueden ser utilizados en un conjunto experimental de sikus. Nos referimos, por ejemplo, a la amplificación electronica del sonido para los sikus de mayor tamaño, ya que estos últimos presentan dificultades en cuanto a la obtención de sonidos de intensidad suficiente para el buen equilibrio sonoro de conjunto. Con este propósitq el siku bipolar cromáti- cq mostrado en la Figura 6, tiene incorporado un sistema de amplificación consistente en dos pequeños micróñonos de alta fidelidad, un amplificador y una columna parlante. Asimismo,las experiencias en este rubro apuntan a la aplicación de la mecánica y filosofía bipolar sikuriana en el diseño de dispositivo de control digital para moder- nos sintetizadores polifónicos. Los detalles de todo lo cual, pertenecientes a la ingeniería electrónica, serán tratados en un posterior artículo especiali- zada. Tesitu¡as para r¡,n conjunto experimental de sikus Otro de los puntos esenciales de nuestras experiencias, es la determina, ción de las tesituras y los grupos ins- trumentales conformantes del coniunto experimental de sikus. Se consiáeró la posibilidad de que este conjunto tenga el máximo ámbito de tesitura permitido por la acústica de los tubos resonantes en que se basan todas las flautas de pan; y que los rangos y número de grupos intrumentales que conformara el conjunto sean convenientemente determinados para que cumplan eficazmente con los fines polifónicos de éste. El diagrama de la Figura L5 muestra uno de los modelos de tesiturag y grupos conformantes del conjunto experimental. En el diagrama se aprecian también los rangos correspondientes a los prototipos de los conjuntos nativos de chiriguanos, aya- rachis, sikuris de Taquile, sikuris Aymaras y pusamorenos mestizos. Se puede observar que el conjunto de sikus propuesto cubre la totalidad del ámbito de tesitura utilizado por estos conjuntos nativos y abarca el mismo espectro del conjunto occidental de cuerdas. El conjunto propuesto posee seis grupos denominados tayka írpa, tayla, nnja, malta, anlaúa, y suli, los cuales tienen los siguientes rangos: grupo tayka irpa de L% u malta Do; gr:upo tayka de Mi, a Don; grupo sanja de Si, a Dor: grupo malta de Si, a Do.; grupo ankuta de Si" a Dor; grupo suli de Sin a Dor. La presente notación de las alturas de los sonidos es la que ha sido adoptada en E.U.A. para trabajos científicos. Esta notación comienza con Doo para el Do más bajo que el oído humano puede percibir. Ios grupos tayka irpa y tayka son grupos de ensayo para explorar las máximas posibilidades de los sikus en los bajos y el grupo suli se extiende hacia el extremo agudo. Para dar una idea de los tamaños de los ínstrumentos del coniunto, podemos señalar que el tubo mayor del grupo tayka tiene alrededor de 2m. de largo y el menor tubo del grupo suli sólo 2 cm. Aunque, teóricamente, es posible construir instrumentos de mayor rango superior o inferior, evidentemente, se estaría bordeando los límites físicos posibles de usq fuera de los cuales los tubos pon imposibhs de ser tocados por ser demasiado grartdes o pequeños. Finalmente, este conjunto experimental de sikus puede servir de -base para la conformación de una orquesta de instrumentos tradicionales peruanos. Bastaría la inclusión de otros ins. trumentos que coloreen con sus difer€ntes timbres la música dialogal producida por los sikus. Podrían utilizarse, para tal efecto las familias de las tarkas (suli, ankuta y tayka), pitos (suli, malta, tayka), quenachos, quenas, pinkillos, ocarinas, cajas, bombos. También, desde luego, instrumentos rnestizos y occidentales charangos y guitarras. como son los 27 REFERENCIAS Caballe¡o Farfan, Policarpo 7946 lnflwncía de Ia Música Incaica en el C-ancionero del Norte Argentino. Buenos Aires: Comisión Nacional de Cultura Argentina. dAlarcourt, Raoül y Marguerite 7925 La Musíquc des lncas et ses Swoi&nces. París: Par¡l Geuthner. Holzmann, Rodolfo 1!)68 "De la Trifonia a la Heptafonia en la Música Tradicional Peruana". Reimpresión de la Revista Saz lvlarms, 1968. Lima: Comité de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Olsen, Dale A. 1980 'Folk Music of South America: A musical Mosaic". En Musics of Many Cultures: An Introductíon, sd. F'lizabeth Ma¡ 386425. Berkeley: University of California Press. Valencia Chacón, Américo 1980 "Los Sikuris de la Isla de Taquile. Estudio del Siku Bipolar de Ta- quile". Separata del Boletín de Lima I (Setiembre): S\-ffi; 9 (Noviembrel: 62-75. 1981 "Los Ctririguanos de Huancané. 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