Las nubes de Dios Anciano Ricardo Rodríguez Tercer servicio Guatemala, 12 de abril del Año de la Misericordia Hablar acerca de la venida del Señor es un tema que a la Iglesia novia le llena de esperanza, pues esperamos el cumplimento de esta profecía con un corazón ardiendo de amor por el Amado. Sin embargo, para otros podría resultar un tema sin relevancia ya que consideran, o se les ha sembrado en sus corazones, que este evento no sucederá sino hasta dentro de un largo tiempo, por tanto viven sus vidas de una forma desordenada y desagradable delante de los ojos de Dios. Como pueblo escogido del Señor, no debemos ignorar lo que las Escrituras nos hablan a este respecto, pues todo lo que Él ha prometido, ciertamente se ha de cumplir. Ahora bien, no debemos confundir el momento en que la Iglesia novia será arrebatada de la tierra, -suceso que se dará en secreto y al cual se le nombra como parusía-; con la segunda venida del Señor a la Tierra -acontecimiento en el cual todo ojo le verá, aun los que le traspasaron-, y que se le denomina como epifanía. La Biblia nos describe, tanto en Ap 1:7 LBLA como en Mt 24:30 LBLA, que el Señor descenderá en una nube con poder y gran gloria y todo ojo le verá; esto en relación a Su segunda venida (epifanía), luego de finalizado los 7 años de gran tribulación. Mas los que tememos al Señor y buscamos agradarle viviendo una vida en santidad, no estamos esperando la epifanía del Señor sino Su parusía. En este magno evento anhelado por nosotros, lo que sucederá es que los muertos en Cristo resucitarán y nosotros, los vivientes, seremos transformados y levantados en una nube para ser llevados al encuentro con Jesús, según se describe en 1 Ts 4:17 CST. La versión BLS, en este mismo versículo traduce de la siguiente manera: nos reunirá en las nubes con los demás; la versión PDT dice: todos subiremos a las nubes; y si lo vemos en la versión BPD diría: sobre las nubes al encuentro de Cristo. Llama la atención el hecho de que Jesús, al ascender al cielo, lo hizo en una nube, y de igual manera volverá en Su epifanía. Por otro lado, la Iglesia será arrebatada en una nube para ir al encuentro del Señor. Entonces podemos ver que las nubes son el vehículo que Dios utiliza. Según la RAE, una nube es una masa de vapor acuoso suspendida en la atmósfera; y el Dicc. Strong nos deja ver que la nube (anan – H6051) es una neblina, nubarrón, humo. Esta palabra “anan” tiene su raíz primaria en la palabra “cubrir” (H6049); usada solo como denominativo y significa nublar, actuar encubiertamente. Entendiendo esto, podemos decir que la nube de Dios nos va a cubrir y levantar a los aires. La lectura en Ap 11:12 BLA nos señala que los dos testigos subieran al cielo en una nube. Por otra parte, al escudriñar toda la Escritura podemos ver eventos en los cuales la nube de Dios cubría al pueblo, o los levantaba, veamos algunos ejemplos: En Lc 9:3334 LBLA vemos que el Señor sube al monte a orar y toma consigo a tres de Sus discípulos (Pedro, Juan y Jacobo). Estando en el monte se aparecen Moisés y Elías vestidos de gloria, y hablaban con el Señor. Es en este instante que la Biblia describe que una nube les cubrió a todos ellos. El libro de Job 22:13-14 LBLA también hace mención de la nube de Dios y como ésta cubre al Señor. Las nubes de Dios en ocasiones son utilizadas como vehículos, conforme vemos en Sal 104:3 PDT y en Ex 19:9 LBLA. Moisés, a su vez, fue tomado en una nube y llevado ante el monte de Dios, Ex 24:16-18 LBLA. El profeta Elías subió al cielo en un torbellino y Eliseo describe la nube como carros de Israel, según leemos en 2 Re 2:11-12 LBLA. Y en Ez 1:4 LBLA, se nos describe que la nube contiene un fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor, y en su centro, algo como metal refulgente en medio del fuego. No podemos dejar de mencionar que la Biblia deja ver que la Iglesia novia sube al encuentro de Su amado en una nube de incienso o nube de humo, Cnt 3:6 RV60 y NTV. Al leer Nm 9:17 LBLA, encontramos que el pueblo de Israel no se movía si la nube no se movía, lo cual es sombra para nosotros, y nos habla de guía, ministración y sujeción. La Iglesia debe reconocer la autoridad de Dios a través de los cinco ministerios y sujetarse a la misma. Por otro lado, la nube también tipifica la presencia misma del Señor. El poder de Dios se hace manifiesto a través de la nube. Cuando los hermanos de Moisés se revelan y murmuran en su contra, vemos como el juicio de Dios cae, quedando Miriam leprosa por un periodo de tiempo y el campamento tuvo que detenerse hasta que ella se sanara, Nm 12:5-15 LBLA. Es importante que seamos sujetos a nuestras coberturas y no murmuremos contra ellos, no sea que atraigamos el juicio de Dios sobre nuestra cabeza y la de los nuestros. La gloria de Dios también es representada en la nube que se asienta en el trono de la misericordia, según vemos en 1 Re 8:10-12 LBLA. Hemos aprendido que existen 12 manifestaciones de la gloria de Dios y que unidas conforman la plenitud de Su gloria. Por otra parte, es a través de estas 12 glorias que somos transformados hasta alcanzar la imagen del Hijo del 1 Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo. www.ebenezer.org.gt Las nubes de Dios Anciano Ricardo Rodríguez Tercer servicio Guatemala, 12 de abril del Año de la Misericordia Hombre. Sin embargo, es la gloria Kabowd (H3519) la que desciende y llena la casa. Esto significa que Dios quiere llenar nuestra casa con esta gloria y que a través de esta llenura seamos preparados para subir al encuentro de nuestro Amado. La gloria kabowd, en el Dicc. Strong es vista como: honor, honra, gloria, gran cantidad, multitud, riqueza; reputación, majestad, esplendor. La misma se encuentra 200 veces mencionada en la Biblia. Observamos en Jos 7:19-20 LBLA que la gloria Kabowd nos redarguye para que confesemos nuestros pecados y nos apartemos de ellos; aun por aquellos que nos son ocultos debemos pedir perdón al Señor. A su vez, esta gloria nos da honra y nos levanta de las aflicciones, tal como vemos en 1 Sam 2:8 OSO; nos mueve a entregar nuestras vidas como una ofrenda de olor grato al Señor y a adorarle en espíritu y en verdad, 1 Cr 16:28-29 LBLA. También llena nuestras vidas de gozo y nos hace abundar en las bendiciones del Señor, conforme se describe en 1 Cr 29:26-28 LBLA. Si bendecimos la vida de aquellos que nos rodean, seremos envueltos por la gloria de Dios, tal como le sucedió a Moisés y Aarón, que luego de ofrecer ofrenda al Señor y bendecir a todo el pueblo, la presencia del Señor descendió y los cubrió, Lv 9:22-23 LBLA. La Palabra de Dios, nos muestra en Os 9:11 RV62, que Efraín volará como ave. El nombre Efraín significa doblemente fructífero. La palabra “ave” mencionada en este pasaje, es la palabra “uf-H5774” y es vista como cubierta con plumas, o más bien como cubierta con alas, según el Dicc. Strong. Podemos interpretar entonces que al fructificar y dar buenos frutos para el Señor, seremos habilitados para volar como aves; en otras palabras, seremos arrebatados. Esta misma palabra “ave” es empleada en Pro 23:5, Is 40:31, Is 60:8 y Ap 8:13 LBLA cuando se refieren a la palabra “águila”. Sabemos que el águila que vuela hacia el cielo y que va proclamando los tres “ayes”, está representando a la Iglesia novia al momento de su arrebatamiento; por tanto, si estos tres “ayes” anuncian los juicios decretados sobre los moradores de la Tierra, podemos decir con plena seguridad que la Iglesia novia de Jesucristo será arrebatada antes de que inicie la semana 70 de Daniel. Teniendo esto presente, alentémonos unos a otros con estas palabras: “MARANATHA” “CRISTO VIENE PRONTO” y levantemos nuestras cabezas, pues nuestra redención se acerca. Amén! Redactado por: Hna. Natalie Marie Figueroa 2 Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo. www.ebenezer.org.gt
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