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paz
Agenciadoras
de
Puentes de lo local a lo global
paz
Agenciadoras
de
Puentes de lo local a lo global
Corporación de Investigación y Acción Social y Económica –CIASE–
Diagonal 40A No. 14-75
Teléfono (57-1) 3381615–3382317
Bogotá, Colombia
[email protected]
www.ciase.org
Investigación Internacional:
Nerea Balbitua
Diana García S.
Investigación Nacional:
Ana Paola Tinoco
Texto final
Diana García S.
Retroalimentación
Colectivo de Pensamiento y Acción Mujeres, Paz y Seguridad
Aportes conceptuales
Rosa Emilia Salamanca
Carolina Dávila
Coordinación Editorial
María del Pilar López Patiño
Todos los contenidos están bajo licencia creative commons.
Reconocimiento no comercial – Compartir bajo la misma licencia
2.5 Colombia License
Bogotá, Colombia
Abril, 2015
Contenido
5
Agenciadoras de Paz - Puentes de lo local a lo global
7
Principales retos para la revisión documental
8
Metodología
14
Integración documental
15
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
21
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
35
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
47
Conclusiones
53
Perspectivas de investigación y debates pendientes
55
Campos para el pensamiento
57
Bibliografía
59
Bases de datos
Agenciadoras de paz
Puentes de lo local a lo global
Colectivo de pensamiento y acción mujeres, paz y seguridad
L
Esta documentación hace parte de un proceso
más amplio, liderado por el Colectivo de Pensamiento
y Acción Mujer Paz y Seguridad, como- un espacio
de pensamiento y acción de mujeres, de diversos
sectores sociales, que buscan edificar apuestas
conjuntas para construir paz y transformar las formas
de gestionar y tramitar los conflictos en Colombia.
El Colectivo, en julio de 2012, identificó la necesidad
de llevar a cabo un proceso de documentación del
estado de las discusiones, argumentos y enfoques
en relación con las apuestas y discursos en torno
a Mujeres y la Paz, proceso que se concibió como
un paso previo a una investigación más amplia que
se construirá partiendo de las conclusiones de esta
Agenciadoras de Paz, de lo global a lo local
a construcción de paz y la transformación
de los conflictos –en escenarios de conflicto
interno armado, guerra y en los escenarios
cotidianos– es un desafío para las sociedades. Existen
múltiples acercamientos y propuestas que buscan
encontrar otros caminos, para resolver estos retos,
sin recurrir a la eliminación física o simbólica de la
otredad, que en muchas ocasiones parten de las
acciones y propuestas de mujeres. En espacios
formales de debate, de construcción de agendas, de
definiciones políticas y de política en torno a cómo
transformar estos conflictos, las voces de las mujeres
son invisibles (ámbitos globales, nacionales y locales),
a pesar de ser protagónicas en espacios cotidianos.
Se busca trascender este naturalizado silencio.
Este es un acercamiento en el que se identifican
aportes, concepciones, prácticas y motivaciones
que llevan a la visibilidad de las mujeres desde su
multiplicidad, y diversidad social, cuyo punto común es
su pensamiento y trabajo para y por la construcción
de la paz duradera.
En la búsqueda de otras vías, hemos
hallado que hacer visibles las afectaciones y
los dolores suele convertirse en la prioridad
en sociedades atravesadas por las violencias
y los conflictos bélicos; sin embargo, desde el
Colectivo de Pensamiento y Acción: Mujer, Paz
y Seguridad nos hemos puesto a la tarea de
presentar los esfuerzos de sistematización,
recopilación y análisis de los caminos y haceres
de las mujeres en el mundo y, en especial, de
las colombianas, hacia la construcción de paz.
Resulta, entonces, una “fotografía” en algunos
aspectos borrosa e inacabada del momento
actual, en cuanto a los avances y propuestas
que las mujeres y sus organizaciones, crean en
torno a la construcción de la paz y la transformación
de los conflictos. Se convierte así en un insumo para
que el Colectivo pueda reconocer sus aportes y los
caminos más innovadores en el contexto glocal, con
un énfasis en Colombia.
5
fase de documentación en el escenario internacional
y en el ámbito nacional (Colombia).
Somos conscientes de que escribir sobre las
mujeres como constructoras de paz es un aporte en la
edificación de memoria histórica plural y diversa que
incluya las voces, las ideas y los haceres que suelen
oírse menos. Además, estamos convencidas de que
al visibilizar los caminos, lenguajes y estéticas que
han creado se contribuye a reforzar los procesos de
autonomía y participación política y social de mujeres
de diferentes edades, orígenes étnicos, pertenencias
religiosas, orientaciones sexuales, identidades de
género, capacidades, ideales e idearios políticos y
condiciones socio-económicas. Se debe reafirmar que
el camino para construir paz ha sido, y será, un largo
proceso en el que siempre han participado mujeres,
porque la paz duradera sin mujeres, no existe.
Es importante caminar esta ruta desde el
reconocimiento de la existencia de la pluralidad
de las mujeres. No se aborda el análisis desde una
posición esencialista o uniformadora que asume la
existencia de un colectivo homogéneo, en el cual las
mujeres hablan con una sola voz, desde una posición
única. Las mujeres somos diferentes y, por lo tanto,
nuestras motivaciones, metodologías y visiones de la
paz también lo son. Algunos de los textos analizados
parten de la siguiente premisa:
Agenciadoras de Paz
6
Las mujeres no constituyen un grupo separado
y homogéneo. Ellas son esposas, madres e hijas de
hombres (y mujeres) que participan en la guerra
(make war), y sus vidas son inseparables de las de sus
parientes y vecinos […] Asimismo, las experiencias de
las mujeres no son universales y varían de acuerdo a
su posición social. Las experiencias de las mujeres mayores difieren de las experiencias de las más jóvenes,
las de las mujeres más ricas de las experiencias de las
más pobres, las experiencias de las que pertenecen
a un clan o a una etnia de las que pertenecen a otro
[…] Registrar las experiencias y el activismo político
de las mujeres resalta un conjunto de debates que
son relevantes para la comprensión del cambio
político y social, que van desde la naturaleza y el
impacto social de la violencia, hasta la globalización
y el papel que juega la solidaridad internacional.
(El-Bushra, 2003, p. 24) Sin embargo, a pesar de la gran importancia de
reconocer la diferencia de las experiencias de las
mujeres –sus diversos orígenes, posiciones sociales y
económicas, vivencias del conflicto, etc.–, también es
fundamental hacer la pregunta por la existencia de
elementos comunes en los haceres y pensamientos de
las mujeres sobre la paz y el camino para construirla.
¿Existen elementos comunes dentro de
esta diferencia? En caso afirmativo, ¿cuáles son
estos? Al ser una pregunta amplia, desde el Colectivo
se construyeron tres preguntas que hicieran posible
entender en qué medida existe un camino común
o caminos comunes para construir paz desde las
mujeres.
• La pregunta inicial fue: ¿qué motiva a las mujeres
a trabajar por la paz?
• También se exploró sobre cuáles son los pensamientos que cimientan las concepciones de paz
de estos caminos: ¿tienen las mujeres una visión
específica (y diferente) de lo que significa Paz? • Para finalmente preguntar por los haceres, las
múltiples maneras en que los pasos en estos
andares se han edificado: ¿qué metodologías y
conceptos utilizan las mujeres en la construcción
de la paz?
Se cambió la primera pregunta, que inicialmente
era: ¿qué mujeres construyen paz? Nos habíamos
puesto en una encrucijada esencialista, ya que buscábamos generar grupos más o menos homogéneos de
mujeres, cuyas prácticas y apuestas de construcción
de paz, rompían nuestra lógica de los múltiples
encuentros en la diferencia. Por ello, cambiamos
la pregunta hacia la motivación, buscando entrever
cuáles son los impulsores y las razones, que llevan a
que las mujeres, en su multiplicidad, se encuentren
en el camino común de construir una paz duradera
y cotidiana.
Durante este proceso, como un susurro, hemos
sentido una voz constante que nos convida a pensar
y a optar por maneras de incidencia y acción, en
las que se reconozcan los desafíos particulares que
tiene la construcción de paz en Colombia, pero a su
vez nos-reconozcamos en los discursos más amplios
de las mujeres en el mundo, buscando puentes con
otras latitudes; en las que las vivencias sorprenden
por las semejanzas en los caminos hacia la paz y
entristecen por las similitudes en los dolores, pasados
y presentes violentos.
Colombia, nombrada como: Mujeres, autoras y
actoras de paz en Colombia; seguido por las
conclusiones del proceso y caminos para continuar
profundizando en los pensamiento y las acciones.
Para llegar a esta conclusión, hemos recorrido
un proceso que se ve reflejado en este documento,
el cual está compuesto por: la explicación de la
metodología utilizada para la revisión documental,
un aparte sobre los desafíos y retos presentes en
el proceso; una sección que recoge los discursos
recurrentes sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS);
seguido por lo hallado en el ámbito internacional,
denominado: Mujeres construyendo paz en lo
glocal; a continuación la documentación sobre
Esperamos que esta documentación contribuya a la visibilidad de las motivaciones, acciones,
concepciones y propuestas de las mujeres como
constructoras de paz tanto en Colombia, como en el
mundo. Además, que motive a las mujeres, desde los
múltiples ámbitos de acción y pensamiento para la
construcción de paz, a sistematizar, escribir y buscar
métodos de documentación de todo aquello creado
desde lenguajes paralelos: lo que vemos, sentimos,
cantamos, sonamos, soñamos.
Principales retos para
la revisión documental
No podríamos decir que esta
fue una tarea sencilla, nos ha llevado
más tiempo de lo planeado y hemos
aprendido de las multiplicidad de
retos presentes en los procesos
para visibilizar lo dicho y hecho por
las mujeres en los caminos hacia
la paz. Se consideró necesario
resaltar los más importantes, tanto
para el proceso nacional como
internacional.
Se contó con un equipo pequeño para la magnitud de los retos y las preguntas construidas. Tres
personas estuvieron de manera directa en el proceso,
desde Bogotá, Barcelona y Londres. La magnitud de
la búsqueda dejó la enseñanza de que en el futuro
se debe avanzar hacia temas más específicos en el
marco de la construcción de paz desde las mujeres
en el mundo y en Colombia.
Uno de los desafíos que tomó más tiempo y que
implicó generar diversas rutas metodológicas, fue
establecer qué documentos elegir y cuáles debían
ser los criterios para su selección. Este documento
no incluye todo lo escrito, siendo un insumo, más
que un relato cerrado, para un largo camino que se
tiene como sociedad:
Agenciadoras de Paz, de lo global a lo local
Un primer reto ha sido el tiempo limitado para llevar a cabo la
revisión documental (internacional
y en Colombia), que se extendió y
modificó a medida que se estableció su profundidad
y la necesidad de crear un documento más robusto
y articulado. Siendo conscientes de que es necesario
contar con más tiempo para generar un proceso de
investigación que trascienda la revisión de lo ya dicho,
para documentar vivencias y procesos de construcción
de las mujeres actualmente en el ámbito glocal. 7
Visibilizar y reconocer los papeles, aportes y
propuestas de las mujeres para construir una paz
duradera. La mayoría de los recursos analizados en el
ámbito internacional están escritos en inglés, mientras
que el documento de análisis se ha construido en
español; esto ha supuesto tener que dedicar parte del
tiempo disponible a la traducción de contenidos. Este
reto ha llevado a la reflexión en torno a la necesidad de
generar acciones que diversifiquen la disponibilidad
de materiales en múltiples idiomas, que permitan
visibilizar las propuestas en múltiples escenarios
y no perpetuar las brechas idiomáticas presentes
en muchas sociedades, donde quienes tienen más
recursos tienen mayor acceso a la información y a
los conocimiento múltiples; sin perder de vista la
necesidad de construir los materiales y propuesta
del Colectivo al menos en inglés y español para que
se difundan en los escenarios globales de diálogo
en torno a la construcción de paz.
Un hecho que sabíamos desde el momento en
que construimos las preguntas –pero que a su vez
no éramos conscientes del impacto práctico que
tendría en el proceso de análisis y de construcción
de categorías– fue que: los recursos analizados
no ofrecen respuestas explícitas a las preguntas
planteadas como eje de la documentación, sino que
responden a distintos objetivos para los que han
sido creados, por lo que ha sido necesario extraer la
información relevante que nos permitiera contestar
las preguntas formuladas. Eso nos ha implicado
“tensionar” los textos hasta cierto punto; situación
que se ha menguado con los criterios de selección
de textos.
La amplitud de lo encontrado y de las emociones
que nos ha producido encontrar tantos haceres y
Metodología
Agenciadoras de Paz
8
Este proceso ha tenido aspectos comunes en el
desarrollo de la documentación en el ámbito nacional
e internacional, pero a su vez algunas diferencias
debido a la magnitud diferencial de los procesos y
de los recursos bibliográficos disponibles.
concepciones de las mujeres sobre las maneras de
construir paz, ha hecho que sea difícil no usar tiempo
para seguir profundizando o seguir explorando los
relatos y vivencias. La sensación de “inacabado” se
profundizó a medida que el camino se adentrabas en
los debates existentes. Fue evidente que las mujeres,
en su diferencia, generan mecanismos y lugares de
análisis cada vez más robustos y complejos.
Una conclusión, tal vez la más obvia, pero muy
relevante para un proceso ampliado de investigación,
ha partido de un reto constante en este camino: no se
escribe y documenta todo lo que hacen y piensan las
mujeres en sus apuestas por construir paz, incluso se
podría decir que se escribe poco sobre las acciones
y pensamientos de las mujeres, en su multiplicidad,
por habitar sociedades en paz. Existe un sub-registro
significativo de las acciones y apuestas de las mujeres
para construir paz; existiendo escasa bibliografía que
estudie y visibilice –de manera directa–, el papel que
han tenido las mujeres y sus organizaciones en la
construcción de paz en los niveles micro, meso y macro.
Es importante resaltar que las investigadoras
vivimos sucesos vitales ligados estrechamente a la
apuesta de análisis. La vivencia personal de hechos
ligados a las violencias, y en especial a aquellas en
el marco del conflicto armado, ha enriquecido el
documento e implicó que la construcción tuviera
momentos más lentos porque ha sido parte de
un proceso complejo de elaboración de hechos
violentos y dolorosos. Esta situación vital, junto a lo
encontrado, nos ha hecho conscientes de que un
gran número de mujeres que trabajan en torno a la
paz, en la vida cotidiana, desde el activismo, desde
la institucionalidad o desde la academia, todas
atravesadas por la guerra y las violencias.
Este proceso parte de las preguntas construidas conjuntamente por el Colectivo de Pensamiento y Acción Mujeres, Paz y Seguridad, las
cuales buscaban ser una puerta para robustecer
las acciones y construcción conceptual del grupo,
y para generar escenarios de investigación posteriores con mayor solidez. Este proceso también
buscaba dar insumos para identificar aquellos
aspectos novedosos las acciones y pensamientos
del Colectivo.
A partir de las experiencias vividas por quienes
integran el Colectivo, se generó una pregunta general
de este proceso, que fue la guía para hacer una
documentación:
¿Qué se ha escrito sobre Mujeres y Paz? en el
ámbito internacional y en Colombia. Con el fin de
generar varias rutas de entrada a estar pregunta, se
generaron tres cuestionamientos que:
• ¿Qué motiva a las mujeres a trabajar por la paz?
• ¿Tienen las mujeres una visión específica
(y diferente) de lo que significa Paz? Con
esta pregunta nos dimos a la tarea de explorar
qué pensamientos son los que cimientan las
concepciones de paz de estos caminos:
• ¿Qué metodologías y conceptos utilizan
las mujeres en la construcción de la paz? El
propósito con este interrogante era identificar los
haceres, las múltiples maneras en que se han
edificado los pasos en estos andares:
Ruta de desarrollo del proceso de documentación.
En el ámbito internacional:
Figura 1. Descripción ruta de revisión documental.
Agenciadoras de Paz, de lo global a lo local
1
Identificación de recursos
disponibles, con el fin de
analizar las maneras más
recurrentes en las que
se presenta y ¿Cuáles
son las potencialidades y
dificultades que existen
en estos recursos?
Se ha buscado diversificar el tipo de
documentos revisados. Con este fin se han
analizado libros, informes de proyectos,
estudios de caso, historias de vida y documentos temáticos. Temporalmente el texto
más antiguo es el de 1998 y los más recientes
de 2012. Se tomaron elementos previos
para analizar los antecedentes históricos de
la construcción de paz, desde la mujer en el
mundo. Los textos revisados han sido escritos
por: organizaciones e individuos, del ámbito
de la sociedad civil, del Sistema de Naciones
Unidas y algunos entes gubernamentales.
9
2
Análisis de
bases de datos
Análisis de 16 bases de
datos en diferentes ámbitos
(universidades, centros de
investigación, organizaciones
de la sociedad civil y entidades
pertenecientes a las Naciones
Unidas), en distintas localizaciones geográficas y se hizo la
búsqueda en varios idiomas:
Inglés, Francés y Castellano.
Figura 2. Descripción análisis de datos.
3
Selección de
documentos a partir
de los criterios
establecidos.
Análisis de 16 bases de
datos en diferentes ámbitos
(universidades, centros de
investigación, organizaciones
de la sociedad civil y entidades
pertenecientes a las Naciones
Unidas), en distintas localizaciones geográficas y se hizo la
búsqueda en varios idiomas:
Inglés, Francés y Castellano.
Figura 3. Definición selección de textos.
Los criterios de selección establecidos fueron:
• Textos representativos de autoras que trabajan sobre mujeres y paz, dándole forma a los
argumentos relativos a estos temas.
• Variedad geográfica, para hacer que las respuestas a las preguntas, sean lo más globales posibles.
• Variedad de experiencias, con el fin de robustecer los análisis.
• Variedad de fuentes que producen textos, tanto institucionales como no institucionales.
4
Agenciadoras de Paz
10
Análisis de
bibliografía
relevante.
La cuarta fase del proceso de
documentación internacional
se ha centrado en el análisis
de bibliografía relevante. Ésta
ha incluido libros, artículos,
informes y entrevistas. Se han
realizado reseñas sobre textos
significativos que han servido
de base al análisis de las
motivaciones, concepciones y
haceres de las mujeres hacia la
construcción de paz.
Figura 4. Descripción análisis de documentos.
5
Descripción
asistencia a eventos.
Análisis de 16 bases de
datos en diferentes ámbitos
(universidades, centros de
investigación, organizaciones
de la sociedad civil y entidades
pertenecientes a las Naciones
Unidas), en distintas localizaciones geográficas y se hizo la
búsqueda en varios idiomas:
Inglés, Francés y Castellano.
Figura 5. Descripción asistencia a eventos.
Los eventos especializados a los que asistieron fueron:
Una conferencia que la organización sueca Kvinna till Kvinna, llevó a cabo en Bruselas para presentar la
publicación “Equal Women-Lasting Peace”, en la que se analiza la participación de las mujeres en los procesos
de paz –con énfasis en procesos de negociación– y aportes a éstas. También se participó en el lanzamiento
del último Informe sobre Seguridad Humana, en Londres. El Informe analiza de manera crítica, las narrativas
dominantes en torno a violencia sexual contra las mujeres, asociadas a los conflictos armados.
A estos, se suma el seminario organizado en Londres, en octubre de 2012, por Conciliation Resources (CR),
cuyo objetivo fue analizar el común e intercambio de experiencias sobre mujeres construyendo la paz. Este
seminario sirvió para compartir experiencias entre el staff de CR, algunas personas externas a la organización
(Diana Francis –Consultora con larga trayectoria en este tema– y Lee Webster, de WomanKind Worldwide) y
un grupo de personas de organizaciones con las que CR trabaja en Fiji, India y Pakistán, para quienes MPS
es un enfoque prioritario en su trabajo. Este seminario se articuló en torno a cuatro temas de discusión:
metodologías para la identificación, apoyo y consolidación de los roles de las mujeres en la construcción de
la paz; integración de las diferencias internas entre las mujeres en el trabajo con éstas; creación de alianzas
estratégicas en el área de MPS; e integración –o no– de los hombres en el trabajo de MPS. En el seminario
participaron 27 personas con experiencia en distintos países y regiones: Sur del Cáucaso, India, Pakistán,
Colombia y Filipinas).
Este seminario fue seguido de la presentación del último informe de organizaciones WomanKind, ActionAid
y la Universidad de Sussex (Reino Unido), sobre iniciativas locales de paz de mujeres en Afganistán, Liberia,
Nepal, Sierra Leona y Pakistán. Las discusiones que tuvieron lugar en el marco de esta presentación también
se han incluido como aporte en este proceso de documentación.
Figura 6. Descripción fase de conversatorios.
Agenciadoras de Paz, de lo global a lo local
6
Conversaciones
con mujeres
agenciadoras de
paz, en diversos
ámbitos.
También se tuvieron una serie
de conversaciones con mujeres
que trabajan sobre los aportes,
prácticas y propuestas de las
mujeres en escenarios de
construcción de paz, en especial
aquellas que han estado involucradas en acciones globales de
promoción de la participación
de mujeres en escenarios de
conflicto y post-acuerdos.
11
7
Construcción de
mapeo global de
organizaciones
de trabajan sobre
mujeres y paz.
El maleo tenía como fin
visibilizar. Se construyó
un mapeo (Ver anexo) de
iniciativas globales y locales
(de mujeres constructoras
de paz en todos los países
del mundo), el cual buscaba
identificar algunas dinámicas
nacionales, regionales,
continentales y globales
con respecto a los temas de
mujeres, paz y seguridad.
Figura 7. Mapeo global de mujeres constructoras de paz.
En el ámbito nacional (Colombia)
1
Agenciadoras de Paz
12
Revisión y
clasificación
de la producción
documental.
Revisión y clasificación de la
producción documental de
organizaciones de mujeres,
organizaciones que trabajan por
la paz, universidades y centros
de investigación; que incluyó el
registro de fuentes primarias
(sistematizaciones de acciones e
iniciativas) y de fuentes secundarias
(análisis externo de las mujeres como
actoras de paz). ¿Qué se ha escrito
sobre mujer y paz en Colombia?
Figura 8. Descripción metodología revisión documental.
Se revisaron libros, revistas, informes y memorias de encuentros, congresos y seminarios disponibles tanto
en medios físicos como digitales. Entre éstos, se tuvieron en cuenta:
Producción bibliográfica y documental de…
… organizaciones no gubernamentales de mujeres que trabajan sobre mujeres y paz en Colombia.
… de centros de investigación relacionados con los estudios de paz en el país y sus aproximaciones y acciones
relacionadas con la visibilización de las mujeres como actoras de paz.
Los títulos, autores y autoras relevantes disponibles en las bases de datos de bibliotecas en Colombia, como
Biblioteca Luis Ángel Arango, Biblioteca Nacional, Biblioteca Pontificia Universidad Javeriana, Biblioteca
Universidad Nacional de Colombia, Biblioteca Universidad del Valle, entre otras.
2
Análisis de
documentos
seleccionados.
Cabe resaltar que en este proceso de
documentación se revisaron y analizaron
180 títulos, siendo un significativo barrido
de los existentes sobre el tema de mujeres
y paz en Colombia. Elaboración de más de
100 reseñas que resumen cada documento
e identifican si responde a las preguntas
sobre ¿Qué paz construyen las mujeres?
¿Qué las motiva? y ¿Cuáles métodos utilizan
para la construcción de paz?
Figura 9. Descripción análisis de documentos.
Criterios de selección:
• Analizar si las mujeres que escribían sus experiencias se asumían como constructoras de paz; en la mayoría
de documentos que se registran, es clara esta característica. Se puede identificar un hablar como mujer y,
desde el hecho de asumirse mujer: yo mujer escribo, nosotras mujeres escribimos, yo mujer hago, nosotras
mujeres hacemos, yo mujer pienso que…, nosotras mujeres pensamos que…
• A partir de este criterio, se identificó la existencia de apuestas colectivas y experiencias individuales: el
primer grupo comprende las acciones y documentos que surgen de grupos, organizaciones y colectivos de
mujeres; el segundo, incluye a autoras y lideresas, que en sus acciones y libros, aportan directamente –en
la práctica o en la teoría– a la paz en Colombia.
• La consciencia que se está y estaba trabajando para aportar en la construcción de paz; siendo necesario que
en los documentos registrados, se evidencia –tanto en las acciones, como en iniciativas– una intencionalidad
explícita por construir, aportar y/o trabajar hacia la paz.
Figura 10. Mapeo nacional mujeres constructoras de paz.
Agenciadoras de Paz, de lo global a lo local
3
Análisis de
documentos
seleccionados.
Cabe resaltar que en este proceso de
documentación se revisaron y analizaron
180 títulos, siendo un significativo barrido
de los existentes sobre el tema de mujeres
y paz en Colombia. Elaboración de más de
100 reseñas que resumen cada documento
e identifican si responde a las preguntas
sobre ¿Qué paz construyen las mujeres?
¿Qué las motiva? y ¿Cuáles métodos utilizan
para la construcción de paz?
13
Integración documental
Inicialmente cada ámbito (nacional e internacional) tenía un documento de análisis diferente,
sin embargo, se consideró necesario construir un
documento unificado que permitiera enriquecer el
diálogo entre los dos procesos. Ya que una de las
grandes conclusiones de este camino ha sido que lo
Agenciadoras de Paz
14
global es más glocal que simplemente internacional
y que la posibilidad de ver la experiencia colombiana
como un relato con diferencias y semejanzas a otras
localidades y al discurso internacional es fundamental
para potenciar acciones conjuntas y visibilizar las
voces, haceres, pensamientos y propuestas de las
mujeres en los ámbitos institucionales y cotidianos
de construcción de paz.
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
– Imaginarios y Realidades–
Our function is to establish new values, to create an overpowering sense of
the sacredness of life, so that war will be unthinkable; so that when international
disputes arise, even of the most grave character-when lives have been lost, when
our rights have been clearly invaded-we shall not turn to wholesale, deliberate
destruction of life as the means of settling those disputes, of avenging those
deaths, of asserting those rights (Eastman, julio 24, 1915).
que pretenden ser más neutrales, pero que
se toman menos tiempo en entender las
dinámicas de construcción cultural del “ser
mujer” en las distintas sociedades que se
enfrentan al reto de construir paz. Sobre todo
porque estos intentos se dan en contextos
de conflicto, guerra o disputa armada, en
escenarios urbanos y rurales donde se define
que existe paz como noción negativa de
silenciamiento de los fusiles, pero en los
cuales hay dinámicas sustentadas en las
violencias culturales, simbólicas, físicas y
psicológicas.
Uno de los argumentos más frecuentes que
se sustentan en los supuestos culturales que dan
pie a las divisiones simbólicas entre los masculino
y los femenino, y su asignación sexuada, con base
en el sistema sexo-género, es: las mujeres son
intrínsecamente más pacíficas/pacifistas que los
hombres. Esta idea se basa en una noción, que parte
de acercamientos antropológicos y sociológicos
tradicionales, que asumen que la imagen primaria
de los hombres es que han construido su rol social
como “guerreros”–aquellos que tienen la capacidad
de decidir sobre la muerte de otros y de otras–, en
contraposición con el deber ser social de las mujeres,
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
E
s indispensable tener en cuenta que los
argumentos más recurrentes sobre mujeres, paz y seguridad (MPS), suelen tener
dos fuentes principales: las mujeres y quienes hablan
de ellas; esto hace que existan diferentes ópticas
que muestran experiencias y propuestas. Muchas
de estas perceptivas, aunque intentan ser objetivas,
están influenciadas por los supuestos culturales que
sustentan los binomios: mujer/hombre= femenino/
masculino; y el gran listado de atributos naturalizados
a estos binomios, lo cual contribuye a que sea
necesario acercarse a las experiencias concretas y
tomar una breve distancia de algunos acercamientos,
15
posteriores: 1820, 1888, 1889, y 1960, han servido
para hacer visibles las consecuencias diferenciales
de los conflictos armados en hombres y en mujeres
La construcción simbólica de muchas culturas (incluyendo la violencia sexual y de género, así como
personifica a los hombres con las deidades de la otros impactos a niveles político, social y económico),
guerra yel conflicto, mientras que las de la abundancia así como los papeles y contribuciones específicas de
y la paz suelen son mujeres, contribuyendo a la per- las mujeres a la construcción de la paz. Igualmente
petuación de estereotipos de sexo-género. Aunque reconocieron que los aportes de las mujeres no están
la antigua Grecia es una referencia que parte de una representados, incluidos y valorados. Resaltaron la
cosmovisión del mundo, la occidental tradicional, importancia de una participación robusta e igualitaria
que ilustrar este mecanismo de edificación cultural: de las mujeres en la construcción de la paz (con un
foco específico en las mesas de negociación). vistas como “las madres”, es decir: “naturalmente
cuidadoras y protectoras de la comunidad y de la vida”.
La paz ha sido representada a lo largo de
nuestra historia occidental como mujer. La
paz nació con cuerpo y atributos femeninos
en la antigua Grecia, encarnada en la diosa
Eirene, y su figura, relacionada siempre con
la prosperidad y el bienestar, ha perdurado
bajo formas y abstracciones diversas a lo
largo de los siglos. (Martínez, 2000, p. 255).
Además, estas nociones se profundizan con
la forma como se cuenta la Historia, donde se
prioriza la guerra y sus protagonista, por medio
de hombres “valientes”, como quien construye los
sucesos que labran el destino de las sociedades.
Las acciones cotidianas de cuidado, se presentan
como realizadas por mujeres, como consecuencia
de una construcción cultural que las enclaustra en
el ámbito de lo doméstico, aunque sacralizadas
en los escenarios de los discursivo. Ellas no hacen
parte de lo tenido en cuenta para contar La Historia
(Barreto, 2013).
Estas construcciones culturales y el análisis
de las organizaciones que trabajan por la paz en
Colombia evidencian la ausencia de la mirada de
las mujeres sobre el conflicto, así como sobre su
papel diferencial como generadora de paz; esta
revisión documental internacional se ha centrado
precisamente en profundizar y abrir caminos de
estudio en estos aspectos. Agenciadoras de Paz
16
Para hablar de mujeres, paz y seguridad,
es fundamental tener en cuenta las instancias y
desarrollos institucionales que han dado pie al
debate, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas del 2000, y las Resoluciones
Esta Resolución ha sido instrumental a la hora
de poner estos temas en la agenda global y, hasta
cierto punto, nacional y local. El marco creado por
la Resolución 1325 presenta como incuestionables
argumentos como: la mayor vulnerabilidad de las
mujeres, su discriminación en los ámbitos de decisión
o el aporte diferencial de las mujeres en las mesas
de negociación. Al mismo tiempo, existe un acuerdo
generalizado sobre la falta de aplicación de estas
Resoluciones. Por ejemplo, la participación de las
mujeres en las negociaciones de paz sigue siendo ad
hoc (una media de 8% en 11 procesos de negociación
analizados). Menos del 3% de los signatarios de
acuerdos de paz son mujeres. Ninguna mujer ha
sido jamás nombrada jefe mediadora, o mediadora
líder en diálogos de paz auspiciados por las Naciones
Unidas. De los 300 acuerdos de paz, tras el fin de
la guerra fría, sólo 18 han incluido referencias a la
violencia sexual en 10 conflictos (Burundi, Aceh, DRC,
Sudan/Nuba, Sudan/Darfur, Filipinas, Nepal, Uganda,
Guatemala, y Chiapas).
Existe pues, una experiencia limitada en relación
con la participación (y por lo tanto los aportes) de
las mujeres en las mesas de negociación, ya sea
como negociadoras o como mediadoras. Al mismo
tiempo, el ámbito local (el hogar, la comunidad) ha
sido reconocido como el ámbito en el que las mujeres
tienen un mayor espacio de actuación y protagonismo.
La existencia de ‘dos universos paralelos (Anderlini,
2007): en uno de ellos (el hogar, la comunidad,
el ámbito local, la sociedad civil) las mujeres son
activas protagonistas en todas las esferas de la
construcción de paz, en el otro (en los espacios de
toma de decisiones a nivel nacional e internacional
así como en las mesas de negociación) sus roles son
invisibles, y su presencia extremadamente limitada.
El análisis de la documentación internacional nos
ha permitido identificar una serie de argumentos que
se repiten a la hora de resaltar el rol de las mujeres
en la construcción de la paz. Hemos clasificado
estos argumentos en relación con las tres preguntas
centrales de la documentación de forma que arrojen
indicios de las respuestas que desglosamos en los
siguientes apartados: ¿Qué motiva a las mujeres
a trabajar por la paz?
• Las mujeres son intrínsecamente más pacíficas/
pacifistas que los hombres,
• Los conflictos afectan de forma diferente a las
mujeres y a los hombres, el goce efectivo y
realización de sus derechos.
• Diversas formas de violencia, entre las que se
destacan las violencias basadas en el género y la
violencia sexual, contribuyen a la inexistencia de
paz duradera, y estas formas de violencia tienen
un impacto diferencial a largo y corto plazo.
• Como respuesta a las afectaciones que el conflicto
a tenido en sus vidas, sobre todo en sus familias las
mujeres deciden involucrarse en las dinámicas de
construcción de paz, muchas veces bajo la figura
simbólica de la víctimas, la cual si les permitido e
incluso obligado a habitar.
• Por un compromiso político por la protección de
los derechos humanos, los derechos de las mujeres y la construcción de sociedades diferentes.
• Porque en algún momento estuvieron involucradas
Las mujeres adoptan una definición más amplia
de “Paz” que los hombres (más reducido a la ausencia
de lucha), asumiéndola como un estado dinámico
de transformación cotidiana de conflictos y gestión
del poder a través de formas que no se sustentan
en la eliminación de la otredad.
Las mujeres consideran que el bienestar en
la cotidianidad debe ser incluido como parte de la
noción de construcción de paz.
Las mujeres proponen escenarios más participativos e incluyentes de construcción de paz.
Las mujeres hace propuestas concretas sobre
sus necesidades y afectaciones articulares en los
procesos de construcción de paz.
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
¿Qué paz proponen las mujeres?
en los grupos armados y se consideran actoras de la
generación de otras sociedades y posteriormente
de la construcción de paz.
• Por terquedad, ya que muchas mujeres se han
construido con un alto compromiso por sus comunidades o por la transformación de dinámicas
en sus sociedades.
17
Las mujeres crean y fomentan escenarios menos
institucionalizados y más cotidianos para la paz y la
Resolución no violenta de los conflictos.
Las mujeres se reconocen diferentes y no
consideran que el ser mujer- aunque es una excusa
útil- sea suficiente para trabajar colectivamente hacia
la construcción de paz. La paz pasa por encontrar
puentes comunes más complejos, para que no sea
sólo un instante de no violencia sino una apuesta
de construcción cotidiana de bien-estar.
¿Qué conceptos y prácticas
proponen las mujeres? (Métodos)
• Las mujeres aportan un elemento diferencial a
las mesas de negociación (por el mero hecho de
ser mujeres).
• Las mujeres actúan como mediadoras naturales a
nivel local y comunitario. Un nexo “natural” existe
entre las mujeres por el mero hecho de serlo.
• Las mujeres tienen un rol activo (pero desconocido,
e invisible) en la construcción de la paz que se
enmarca fundamentalmente en el ámbito familiar,
local y comunitario.
• La Resolución 1325 ha visibilizado las barreras
a la participación de las mujeres y, por lo tanto,
ha potenciado el papel de las mujeres como
actoras de paz.
• La presencia de las mujeres es vital para prevenir la
violencia, parar la guerra y restaurar comunidades
después del conflicto.
• Las mujeres en el ámbito local contribuyen a la
reparación en el post-acuerdo y manteniendo de
los lazos sociales durante el conflicto, por medio
Agenciadoras de Paz
18
¿Quién y qué se escribe
sobre Mujeres y Paz?
Al analizar lo que se escribe sobre mujeres y
paz en Colombia, se ha evidenciado la presencia de
temáticas predominantes, entre las que vale destacar
(iniciando con la de mayor frecuencia):
•
•
•
•
•
de los cuidados. Las mujeres no sólo son víctimas
de la guerra, sino que subsidian su costo por
medio de trabajo no remunerado (los cuidados
del núcleo de las vidas) y “naturalizado” (relación
paz y economía feminista).
El post-conflicto tiene un doble efecto sobre las
mujeres: abre una ventana de oportunidad para
su participación en la construcción del nuevo
escenario o puede suponer un retroceso en los
derechos de las mujeres.
Las mujeres proponen formas cotidianas para
visibilizar el impactos del conflicto armado en
sus vidas y comunidades.
Las mujeres proponen medio creativos para transmitir los mensajes sobre impactos del conflicto,
construcción de paz y transformación de conflictos.
Las mujeres realizan procesos de incidencia conjuntos y organizados para visibilizar los impactos
del conflicto, sus propuestas de construcción de
paz y transformación de conflictos.
Las mujeres generan escenarios articulados que
mezclan lo cotidiano, lo político y el arte para la
construcción de paz.
• Construcción de paz.
• Historia de las organizaciones de mujeres y de
las mujeres en el conflicto;
• Testimonios y experiencia de las organizaciones
y movimientos de mujeres en Colombia.
• La paz y las propuestas de paz desde el feminismo.
Memoria histórica desde las mujeres.
• Pedagogía y educación para la paz.
• Participación política y empoderamiento de las
mujeres.
• Cultura para la paz.
• El cuerpo como territorio de paz y campo de
resistencia.
• La paz desde las víctimas del conflicto- Verdad,
Justicia y Reparación.
• Resistencia civil y No Violencia.
• Implementación de la Resolución 1325.
• Afectación e impacto del conflicto en las mujeres.
• Tierra y territorio.
• Derechos humanos.
• Agendas para la paz.
• Madres y paz.
• Mujeres en los procesos de paz.
• Mujeres rurales.
• Paz integral.
• Vida libre de violencias como requisito para
conseguir la paz.
También se evidencia que la mayoría de
documentos disponibles hacen referencia a las
acciones nacionales, en contraposición a la escasa
referencia al ámbito regional o local; las regiones
con alguna presencia en la documentación son: el
Caribe colombiano, el Magdalena Medio, Chocó,
Cauca, Putumayo, Nariño, el Oriente Antioqueño,
Medellín, Ciudad Bolívar- Bogotá, Montería, El Salado
y Montes de María.
En cuanto a las perspectivas desde las que se
entiende la paz, los documentos disponibles pueden
catalogarse como:
•
•
•
•
•
Paz desde una perspectiva general.
Paz con enfoque de género.
Construcción de paz desde lo local.
Participación directa en negociaciones de la paz.
Paz y participación política de las mujeres.
Organizaciones de mujeres. El proceso de
documentación incluyó documentos construidos
por organizaciones y redes de mujeres del orden
En los textos se evidenciaban distintos enfoques relacionados a los derechos humanos de las
mujeres y la construcción de paz; entre los que
cabe destacar:
• Salud y derechos sexuales y reproductivos.
• Afectación del conflicto en las mujeres y acceso
a la justicia de las mujeres víctimas del conflicto.
• Participación política de las mujeres.
• Acciones de paz protagonizados por mujeres.
• Reparación a las víctimas desde un enfoque de
género.
Siendo fundamental para estas organizaciones
la visibilización de las violaciones y vulneraciones
de los derechos humanos de las mujeres, tanto
en el marco del conflicto como en los escenarios
de la cotidianidad nacional (violencias de pareja,
violencias urbanas, discriminación por el “hecho
de ser mujer”, etc.). También se constató un
esfuerzo por consolidar la participación política
de las mujeres y el reconocimiento pleno de sus
derechos.
Cabe resaltar que sus aportes teóricos y
metodológicos, e incluso de sus posiciones y posicionamientos sobre la paz, se desprenden de manera
integral de sus acciones, iniciativas y esfuerzos, más
que de una sistematización/enunciación explícita
de los mismos.
Organizaciones de paz. La mayoría de organizaciones hacen un abordaje genérico de la paz y
no se identificaron documentos que explícitamente
estudien el aporte de las mujeres a la construcción de
paz; un escaso número de estudios tienen algunos
acercamientos tangenciales. Cabe resaltar el reciente
trabajo de Planeta Paz, que le da visibilidad a los
aportes de las mujeres a la construcción de paz en
el país.
Universidades y Centros de Investigación.
Se evidencia que la perspectiva de los centros y
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
En cuanto a quiénes y qué escriben sobre
mujeres y paz en Colombia, se quieren destacar
algunas temáticas y posturas recurrentes, expuestas
por organizaciones de mujeres, organizaciones de
paz, centros de investigación y universidades.
nacional: Iniciativa de las Mujeres colombianas
por la Paz (IMP), Fundación Sí Mujer, Ruta Pacífica
de las Mujeres, Red Nacional de Mujeres, Sisma
Mujer, Corporación Humanas, Casa de la Mujer
y Corporación de Investigación y Acción Social y
Económica (CIASE).
19
grupos de investigación es más teórica que la de
las organizaciones y gran parte de los aportes se
enmarcan en la reflexión sobre el género. Se resaltan
Agenciadoras de Paz
20
los aportes bibliográficos de la Universidad del Valle,
donde el análisis de la construcción de paz desde
un enfoque de género ha sido una prioridad.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
–Documentación en el ámbito internacional–
E
sta sección presenta las conclusiones
con base en la lectura y análisis de una
selección de la documentación existente
sobre Mujeres y Paz en el ámbito internacional.
En el ámbito internacional se hace referencia a
publicaciones que recogen experiencias en distintos
países y regiones, sin incluir a Colombia, puesto que
existe un documento paralelo que lleva a cabo este
análisis; siendo importante resaltar que en la mayor
parte del documento. Se usa el término glocal, ya que…
Busca dar respuesta a tres preguntas clave
identificadas por el Colectivo de Pensamiento
¿Qué motiva a las mujeres
a trabajar por la paz?
que llevan a las mujeres a realizar acciones, generar
propuestas y promover procesos que hagan de la
paz una noción política y vital fundamental en el
trabajo colectivo e individual.
Las respuestas que recogen los documentos
revisados se pueden agrupar en las siguientes
categorías:
Una experiencia personal en el conflicto.
Cuando la vida familiar se ve atravesada por un suceso
doloroso causado por violencias socio-políticas, ya
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Con la finalidad de entender cuáles eran y son
los caminos que llevaban a las mujeres a trabajar por
la paz y a promover procesos que contribuyan a la
construcción de paz en sus sociedades y deconstruir el
imaginario de que las mujeres son pacifistas y pacíficas
por naturaleza, sin que esto implique desconocer
su rol vital en la edificación de la paz, entendida
desde una noción de paz compleja y duradera.
Este apartado describe las múltiples motivaciones
MPS: ¿Qué motiva a las mujeres a trabajar por
la paz? ¿Tienen las mujeres una visión específica
(y diferente) de lo que significa Paz? ¿Qué metodologías y conceptos utilizan las mujeres en
la construcción de la paz? Permitiendo dar una
mirada a la multiplicidad de formas de entender la paz y generar acciones para construirla,
también rompe la visión única de las mujeres
“pacifistas”, dando una visión sobre la multiplicidad
de tonalidades, propuestas y apuestas que hay
detrás de los procesos de edificación de paz y
transformación de conflicto promovidas por las
mujeres en el mundo.
21
sean ligadas a una guerra, un conflicto armado o un
conflicto urbano (entre otras formas de violencias)
hace que las mujeres se involucren en procesos que
reivindican la paz como una situación, un derecho
y un futuro deseable. A menudo la necesidad de
‘hacer algo’ frente a la pérdida de un hijo o hija, o del
marido o compañero como consecuencia del conflicto,
empuja a las mujeres a tener un rol protagónico en
la búsqueda de la paz. Los casos de mujeres que han
jugado un papel esencial en países como Sri Lanka
y Uganda testimonian, entre muchos otros, estas
formas de involucrarse en la paz (Anderlini, 2007). En el seminario organizado por Conciliation
Resources en octubre de 2012, participantes de la
parte paquistaní de Cachemira explicaron cómo
las mujeres cuyos maridos han desaparecido a
consecuencia del conflicto (llamadas ‘half widows’
o ‘mitad viudas’), participan en la búsqueda de la
paz asumiendo una visibilidad que posiblemente
no hubieran tenido si sus estuvieran maridos vivos.
Igualmente, el libro de Sanam-Anderlini apunta a esta
hipótesis: los ejemplos de mujeres construyendo la
paz que aparecen se refieren en su inmensa mayoría
a mujeres atravesadas por el conflicto; muchas de
ellas como madres que han perdido a sus hijas e hijos,
como esposas que han perdido a sus esposos, como
hijas... las mujeres llegan a la paz al identificar que
su “rol tradicional” de mujer-esposa-madre puede
ser asumido desde un rol activo en la sociedad, en la
cual sus vivencias cotidianas, ligadas a las labores del
cuidado que les han sido tradicionalmente asignadas,
son un escenario propicio para la modificación de
la dinámica de violencia existente.
Agenciadoras de Paz
22
Aunque el imaginario de las mujeres en la
guerra suele estar ligadas a considerarlas siempre
víctimas o siempre pacifistas, es importante resaltar
que algunos poco documentos, en su mayoría no
formales (publicaciones digitales, pequeños apartados
en documentos de divulgación) muestran como las
mujeres que han participado en la guerra, siendo
parte de uno de los actores armados involucrados, se
han comprometido a construir paz en los procesos
posteriores. Un ejemplo de ello son las excombatientes en Ruanda, que solicitaron en los procesos
de paz poder ser parte de los cuerpos de paz de
Naciones Unidas; además como se refleja en los pocos
documentos sobre MPS en Centroamérica, Morena
Herrera –excombatiente del Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional–, se convirtió en
lideresa en los escenarios de construcción de paz,
generando procesos comunitarios desde la sociedad
civil organizada.
Cuando el cuerpo de las mujeres ha sido campo
de batalla en el marco del conflicto, como ha sido el
caso en todas la guerras internas, externas y en los
conflictos urbanos; las mujeres se han dedicado a
denunciar el uso de la violencia sexual y las violencias
contra las mujeres como arma de guerra, a través
de múltiples medios, dejando de lado la posición de
víctima pasiva, que socialmente se le pretende asignar.
Los documentos institucionales, de la sociedad civil
y de la academia, muestran partes de esta dinámica
compleja, de dejar de asumirse sólo víctima, con una
profunda vergüenza de los hechos que la afectaron,
para asumirse como agenciadoras de paz.
Las mujeres a las que el conflicto les ha cruzado
la vida con hechos de victimización o de participación
activa en los grupos armados comienzan a darse
cuenta de la “utilidad” colectiva de sus historias;
aunque en las lógicas más académicas o políticas
formales se busca “objetivizar” estas experiencias a
través de la lógica del “testimonio”. Algunas propuestas
de documentación de historias de vida muestran una
perspectiva más amplia de las mujeres como sujetas
complejas y multidimensionales en los proceso de
construcción de paz. Aún se muestra en muchas
ocasiones a las mujeres como víctimas silenciosas de
la guerra, por ello es necesario hacer más esfuerzos
por visibilizar a las sujetas complejas, con múltiples
voces interiores, que construyen paz.
Es importante resaltar que las afectaciones y
formas en el que el conflicto atraviesa las vidas de
las mujeres es múltiple y que no hay una entrada
única, las mujeres pueden comenzar su búsqueda de
la paz como resultado de una situación dolorosa, de
una decisión política de tomar las armas o resultar
involucradas y afectadas por dinámicas de la guerra,
como consecuencia de haber emprendido un camino
por reivindicar la paz. Es necesario seguir explorando
las dinámicas multidimensionales en la que las
guerra y las violencias se entrecruzan en la vida de
las mujeres, para encontrar los mecanismos más
efectivos para que sus voces sean escuchadas,
ya sea cuando reivindican la paz negativa como el
silenciamiento de los fusiles y que sus territorios
dejen de estar habitados por uniformes, a través de
la denuncia de los hechos victimizantes o cuando
optan por seguir la senda del camino hacia una paz
duradera, que cuestiona las lógicas de las violencias
estructurales, encontrando en las historias de vida,
caminos hacia la reconciliación y la reconstrucción
del tejido social.
La búsqueda de ‘algo común’ con otras mujeres
en líneas divisorias opuestas. La experiencia de
una búsqueda más allá de la división, la exploración
de lo común aparece a menudo referida a la hora
de explicar por qué las mujeres se involucran en
la construcción de la paz. A veces esta búsqueda
se basa en la maternidad (‘todas somos madres’,
‘todos nuestros hijos mueren en el conflicto’). Otras,
en la idea idealizada y erróneamente naturalizada
que todas hemos nacido mujeres–con órganos
reproductivos comunes, los usemos o no para la
procreación– y que nos encontramos en el lugar de
nuestro origen biológico. A veces es la religión o la
búsqueda misma del diálogo entre religiosidades y
espirituales diferentes la que hace que las mujeres
trabajen hacia los «comunes». También la existencia
de historia colectiva o el compartir un territorio (en
muchas ocasiones en disputa), contribuye a que las
mujeres construyan puentes entre sus diferencias
para edificar paz. No se puede ignorar a las mujeres,
que partiendo de visiones políticas diferentes e incluso
distantes, encuentran en la paz una opción común
que posibilita el diálogo en escenarios de decisión
y participación y edificación política.
Aunque el premio Nobel de paz puede tener
objeciones, también ha reconocido a mujeres que
han visibilizado la necesidad y llevado a cabo acciones,
para buscar aquello común que permite transitar
hacia la paz, trasgrediendo las líneas divisorias, ya
sean geográficas, políticas, religiosas, etc.
Es importante resaltar que la mayoría de
documentación nombra a las mismas mujeres o
los mismos procesos o conflictos, aunque esto
muestra una debilidad global en la documentación
y visibilización de las motivaciones, apuestas y
propuestas de la amplia diversidad de mujeres
que trabajan por la paz en el mundo; esto no hace
que los caso ampliamente difundidos no tengan
profundas enseñanzas y reflexiones. Uno de estos
casos, que está siempre visible en las publicaciones
y en los medios de comunicaciones es el conflicto
Israel/Palestina, este es un gran ejemplo de cómo
las mujeres buscan mecanismos para quebrar los
muros físicos y simbólicos, que buscan dividirlas. En
este proceso las mujeres han encontrado a través
de la política, de acciones de humanitarias, de la
música (…) maneras de hacer visible su desacuerdo
con las lógicas de la división, con los imaginarios del
amigo-enemigo, del bueno-el malo.
Existen múltiples experiencias documentadas,
pero es necesario seguir documentando, las maneras- cada vez más innovadoras- que las mujeres
encuentran para romper con las lógicas binomiales
y divisorias, porque uno de los grandes aporte
de las mujeres a la construcción de paz, es la de
reconocerse en la otredad y buscar con ella caminos
hacia la reconciliación y la construcción de apuestas
comunes, en la diferencia.
Por el rol de ser “mujer” en la sociedad.
Aunque existan posiciones críticas sobre la naturalización del rol de las mujeres como pacifistas,
este ha sido asumido de esta manera por mujeres
de carne y hueso, al igual que muchos de los otros
roles socialmente construidos. Por ello, una de
las motivaciones recurrentes a las que se hace
referencia es el hecho de ser mujeres y lo que
esto implica en sus sociedades. Por ejemplo, la
continuidad de su rol como cuidadoras, proveedoras
a pesar del conflicto es motivación de las mujeres
(por ejemplo, la necesidad de lograr asistencia
médica para los enfermos, comida para las familias,
etc. para construir y reivindicar la necesidad de paz.
Es desde las dinámicas cotidianas del cuidado que
las mujeres generan dinámicas de protección en
escenarios de guerra y contribuyen
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Un caso ampliamente documentado es el de
Rigoberta Menchú, lideresa indígena, que ha basado
su trabajo en la noción de reconciliación etno-cultural
basada en el respeto de los derechos humanos de
los pueblos indígenas. Otro ejemplo, ampliamente
nombrado es el de Betty Williams y Mairead Corrigan,
fundadoras del Movimiento de Paz de Irlanda del
Norte, quienes asumieron el reto de dialogar y buscar
lo común en la espiritualidad, al protestar, desde
su fe católica o protestante, contra la violencia y la
guerra que afectaba un territorio común, habitado
por ambos credos.
23
La ampliación hacia el conflicto del rol tradicional
como mediadoras de las mujeres en la comunidad
(por ejemplo, el caso de las mujeres de la comunidad
Naga, en India). Un elemento supuestamente ‘biológico’: las mujeres afrontan el conflicto de manera
diferente a los hombres: se centran en las semejanzas
más que en enfatizar las diferencias (investigaciones
del psicólogo Simon Baron-Cohen). Aunque en el
contexto de negociaciones de paz no hay pruebas
concluyentes, este argumento aparece mencionado
entre participantes en negociaciones en Sudáfrica,
Naga, Irlanda del Norte y Georgia (Anderline, 2007).
Las mujeres también construyen paz generando
acciones consientes para subvertir los roles tradicionales que las sociedades les han asignado, un
ejemplo claro de esto es el proceso de incidencia
que ha devenido en la Resolución 1325 y conexas.
Además, reconocen que la paz, y el camino para
lograrla, es una oportunidad para edificar cambios
en su posición en la sociedad: las mujeres ven su
aportación a la paz como un trabajo para transformar
actitudes y prácticas, estructuras y competencias,
preparar el terreno para los cambios locales y globales
que la paz permanente requiere.
Experiencia vital de múltiples formas de
violencias. La afectación cotidiana de las violencias
en la vida de las mujeres es una motivación constante
para pensar y actuar buscando la paz. Las mujeres
han trascendido la lógica de la denuncia de los
hechos, que al teorizarla y trabajar en procesos que
buscan prevenir experiencias cotidianas de violencias,
entre las que se destacan la violencias basadas
en el género, problematizan la noción de paz. La
consideran un proceso complejo y multidimensional,
que no sólo involucra a las sociedades con conflicto
bélicos presentes sino a todas las sociedades, donde
las violencias basadas en el género y por el hecho
¿Qué paz proponen las mujeres?
Agenciadoras de Paz
24
Los textos revisados sugieren que las mujeres
tienen una concepción más holística de la paz que
va más allá de la ausencia de conflicto bélico y el
silenciamiento de los fusiles; que está complejizada
de ser mujeres son uno de los componentes más
destacados y recurrentes de las violencias estructurales existentes.
Por compromiso político y/o social. Las mujeres, aunque los roles tradicionales buscan reforzar la
idea de su homogeneidad, tienen posiciones políticas
múltiples y sueñan sociedades diferentes; por ello
algunas mujeres eligen la opción política (ya sea en el
escenarios de Lo político o de La política) de trabajar
por la paz. Este compromiso es vario-pinto y pasa por
la protección de los derechos humanos, los derechos
de las mujeres y la construcción de sociedades
diferentes, etc. Esta motivación política también puede
partir del hecho que en algún momento estuvieron
involucradas en los grupos armados- en los cuales
tenían ideales y postura política que buscaban/buscan
cambiar sus sociedades- y se consideran actoras de
la generación nuevas sociedades y por ende de la
construcción de paz. Esta lógica del compromiso también pasa por su
terquedad, ya que muchas mujeres se han construido
con un alto compromiso por sus comunidades o por
la transformación de dinámicas en sus sociedades;
la documentación muestra que las mujeres generan
procesos de organización social, formal o no formal,
por un compromiso de transformación de la sociedad
en la que viven, por un agotamiento vital de las
dinámicas de las violencias y las estructuras existentes.
Es importante resaltar que la división entre lo
político y lo social no puede ser tajante, y que este
ha sido una de las grandes reivindicaciones de los
movimientos feministas y de mujeres, por ello se
podría concluir que las mujeres tienen motivaciones
socio-políticas, en los ámbitos meso, micro y macro
para llevar a cabo acciones y generar propuestas
para construir paz.
por una idea de movimiento, de cambio constante
y por la noción de cambios necesarios los ámbitos
glocales. Es una paz que entiende la existencia
de múltiples voces y la necesidad que estas
sean escuchadas en múltiples ámbitos sociales
y políticos.
En este sentido, parece haber consenso en la
existencia de una ‘visión de la paz de las mujeres’,
y por tanto, una propuesta específica de lo que es
la paz de ellas, eue lejos de pretender idealizar a
las mujeres, busca evidenciar que sus procesos
vitales- atravesados por los roles de género
tradicionales y por múltiples búsquedas para
subvertirlos- implican otras formas de entender
la paz o las pa(z)es.
En base a las lecturas realizadas podemos
agrupar algunos de los argumentos planteados: Las mujeres unen ‘la paz familiar’ (en el ámbito
doméstico) a la paz social, a lo colectivo. Una
sociedad en paz no es sólo una sociedad donde
no hay un conflicto armado, sino una sociedad en
la que los principios de justicia social, igualdad,
derechos y responsabilidades, y las necesidades
humanas básicas (educación, salud, seguridad,
libertad de movimiento, etc.) están garantizados.
“La paz para las mujeres significa casa, comida y
educación para sus hijos. Sobre todo, las mujeres
necesitan seguridad en el hogar, necesitan dormir
bien en sus camas sabiendo que son libres de
violencia.” (Rana, 2012).
Otro tipo de paz relacionado es la paz mental, la
paz personal, “paz es saber qué tu hijo volverá a casa
por la noche” (Rana, 2012). Es en este sentido que se
afirma que la presencia de mujeres en los procesos
de negociación sirve para expandir la agenda de paz.
Los procesos de negociación de Israel/Palestina,
Proceso de paz Naga en India, Sri Lanka, Irlanda del
Norte, y Guatemala sirven para proporcionar soporte
de este argumento (Anderline, 2007). Desde las acciones, ideas y propuestas, las mujeres
consideran que la paz es un escenario político y social
de de-construcción de desigualdades, lo que implica
generar acciones y propuesta que problematizan
la naturalización de los roles sociales de hombres y
mujeres, y la idea de que en tiempos de paz las mujeres
deben ocupar los lugares tradicionales que se le han
asignado; como en el caso de Paraguay. Después
de la guerra del Chaco, las mujeres visibilizaron que
sus roles se transformaron durante los conflictos,
ya que asumieron dinámicas cotidianas ligadas a los
“masculino” y que esto no se puede borrar con la
finalización de la guerra. Las mujeres se niegan, cada
vez con mayor fuerza, a que los conflictos bélicos
sean entendidos sólo como paréntesis de las vidas
cotidianas, sino que deben ser analizados como
escenarios de cambio, en muchos casos obligados
y dolorosos, pero que deben ser asumidos con sus
aprendizajes para la sociedad.
Otra forma de ver esto es desde el ángulo
del conflicto: según esta lógica, el conflicto no se
manifiesta únicamente a través de las armas o
de la lucha física, sino en las desigualdades, las
discriminaciones, la ausencia seguridad, en el sentido
de la seguridad nacional, pero sobre todo desde una
perspectiva de seguridad humana y de la seguridad
cotidiana (en los ámbitos de lo privado y lo público),
el acceso a derechos etc.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Una de las formas en las que las mujeres
problematizan las lógicas monolíticas de la Paz,
es al entender la paz como proceso colectivo en el
que se escucha a aquellos y aquellas invisibles. La
entienden como un proceso que debe incluir a
más actores que los que han empuñado las armas
(El-Bushra, 2012), es una reivindicación de no legitimar
el monopolio de la Paz a aquellas élites armadas.
Esta es una de las razones por las que se afirma
que las mujeres, ‘‘expanden la agenda de paz’ y la
unen a temas como:
• La inclusión de las perspectivas de las víctimas y
el reconocimiento de sus vivencias (Liberia, Mali).
• El vínculo con las bases (lo local, lo comunitario)
(Irlanda del Norte, Guatemala, Sudáfrica).
• La necesidad de establecer consensos mínimos
y reconocer las posibilidades del disenso (Anderline, 2007).
• La necesidad de incluir debates sociales en torno
al bien-estar, como parte fundamental de los
procesos de construcción de paz.
• Desnaturalizar todas las dinámicas patriarcales y
hetero-normativas en la construcción de paz, ya
que estas han hecho que la guerra y los conflictos
armados naturalicen e incluyan en su arsenal,
la eliminación de la otredad que desea y ama de
manera no hegemónica o que construye su ser,
trascendiendo los deber ser: biologisistas- mujeres
trans, mujeres lesbianas, mujeres célibes.
25
La paz como una vida libre de violencias es
uno de los grandes debates teóricos y políticos vitales,
que han llevado a cabo las mujeres en los escenarios
de construcción de paz. Haciendo evidente que las
sociedades no viven en paz en su vida cotidiana,
y que el ideal de que la paz es un producto de
los acuerdos es ilusoria e irreal. Esto se refleja los
Planes Nacionales de Acción de la Resolución 1325
que se han desarrollado en países “sin conflicto
armado”, en los cuáles se compendian una serie
de acciones para asegurar una paz duradera que
incluyen acciones para que las mujeres vivan vidas
libres de violencias. Esto implica tener una noción
de paz que no naturaliza ningún tipo de violencia y
se aleja del imaginario de que la guerra o conflicto
bélico son el único escenario de violencia en el que se
debe incidir para construir la paz. Esta visión asume
la paz como vivencia cotidiana, que se sustenta en la
garantía de los derechos humanos.
Una de las particularidades de los discursos
de las mujeres que trabajan por la Paz, es que se
alejan de la idea de que la paz es un concepto único,
un estado que se alcanza y permanece inamovible
posteriormente; por ello, la paz es entendida y vivida
como un proceso dinámico, en constante construcción
y siempre inacabado; que implica procesos de transformación de los existente y cuestionamiento de las
dinámicas que generan inercia en las sociedades.
En la mayoría de los relatos y de las acciones
de las mujeres como agenciadoras de paz, la paz
implica la vivencia con la otredad, entendiendo
vivencia como una noción compleja que trasciende
la tolerancia o la “aceptación antiséptica” de quien es
diferente. Implica buscar mecanismos de diálogo y
de construcción colectiva de acuerdos sociales entre
aquellos sectores/poblaciones/personas, que por
motivos que van desde lo político hasta la convivencia
barrial, resuelven sus disputas por medio de la
eliminación física o simbólica del otro o la otra. Las
mujeres han generado acciones y propuestas que
implican hablar de una cultura de paz, que comienza
por no asumir la diferencia como peligro sino como
potencialidad transformadora de las sociedades.
Agenciadoras de Paz
26
Una constante en la documentación es que
las mujeres generan acciones y propuestas que
piensan una paz más allá de sus territorios, ya que
múltiples iniciativas de construcción de paz desde las
mujeres buscan apoyar a mujeres en otros territorios
afectados por conflictos armados y guerras. Además,
se visualiza en el mapeo de iniciativas globales,
regionales y nacionales, que la paz es entendida
como un bien común a la humanidad y por ello se
reconoce y defiende la necesidad de pensar la paz
más allá del territorio próximo, por medio de acciones
en red, desde perspectivas glocales.
La mujeres entienden la paz como memoria, en
el sentido que reconocen que la única manera de
construir paz duradera es asumiendo que es necesaria una larga conversación sobre lo ocurrido, para
entender las afectaciones particulares y colectivas,
para buscar maneras para que el conflicto –en su
expresión bélica–, no reaparezca en las sociedades
y reconocer las múltiples voces en la sociedad,
mostrando que la memoria es un mecanismos de
construcción de paz cuando complejiza las situaciones
políticas y sociales, transversalizándola con los relatos
de las cotidianidades.
Cuando se analiza qué entienden las mujeres
por paz y qué paz proponen, se encuentra una
respuesta multidimensional, que generar un concepto
amplio de la paz que incluso podría ser las pa(z)
es, lo cual indica que las mujeres rompen con la
pretensión “moderna” de generar nociones monolítica
y acabadas. La paz para las mujeres pasa por la
cotidianidad, por el cuestionamiento de lo estructural,
por el reconocimiento del movimiento y el cambio,
por la afirmación de una misma y de la otredad, por
una vivencia cotidiana y política local y global, por
un procesos de relatar desde múltiples lugares la
propia historia(…) Aunque esta documentación nos
ha llevado a concluir que sí existen propuestas de
paz particulares desde las mujeres, es necesario
seguir ampliando el espectro y problematizando
las nociones de paz que tienen las mujeres y cómo
estas están influenciadas por sus orígenes, vivencias
y posiciones socio-políticas.
¿Qué prácticas proponen? (Métodos)
En relación con las acciones emprendidas por
las mujeres en la búsqueda de la paz, a través de la
literatura revisada se observa una gran diversidad
(en función del contexto, las características de cada
conflicto, etc.) y múltiples escenarios de acción.
Sin embargo, existen ciertas dinámicas comunes
y métodos que «repiten» sus características; una
serie de caminos que se recorren a menudo, y que
podemos clasificar de la siguiente manera:
1. Acciones relacionadas con la supervivencia
y la provisión de necesidades básicas. (elaboración/
producción de comida, cuidados médicos, alojamiento, generación de recursos, acompañamiento a
víctimas, cuidado de huérfanas y huérfanos, vivencias
relacionadas con VIH/SIDA).
Estas acciones buscan dar respuesta a situaciones en las que el acceso a las necesidades básicas
se ve dificultado o impedido por la situación de
conflicto, o mitigar los efectos del conflicto bélico en
la comunidad, desde una óptica ‘humanitaria’ (más
que cuestionar o enfrentar a los actores armados).
Hay múltiples ejemplos de este tipo de métodos
en los que las mujeres median entre los actores
armados para lograr acceso a los campos de cultivo,
mercados, hospitales, etc., o dinámicas de protección
y cuidado de otras y otros, en campos de refugio o
asentamientos provisionales. Es importante resaltar
además las acciones de reconstrucción físicas de los
espacios habitacionales impactados por las dinámicas
de la guerra y la violencia. 2. Resistencia a la militarización y a las
dinámicas de la guerra
Existen múltiples procesos y acciones puntales
en las cuales las mujeres se oponen a la militarización
de sus territorios o a la lógica de supremacía militar
fomentada desde el Estado o desde sectores de la
Existe una creciente voz que proviene desde las
mujeres de Centroamérica y México en contra de las
dinámicas de militarización de sus comunidades, ya
sea por la presencia de grupos armados ilegales o
por las dinámicas de control por parte de la fuerzas
del Estado. Las mujeres han realizado acciones
públicas, jurídicas y de resistencia pacífica para evitar
que sus hijos e hijas sean reclutados por los actores
armados, siendo a su vez parte de los movimientos
de objeción de conciencia. Las acciones públicas y en calle, en rechazo a la
guerra, han sido una constante global. Un ejemplo
de estas fueron las protestas de mujeres por la paz
en los años 60s y la constitución del campamento
Greenham en contra de la carrera nuclear y la lógica
de la destrucción mutua asegurada.
Otra de las formas documentadas de resistencia
de la militarización y de las lógicas de la guerra ha
sido por medio de acciones destinadas a la ruptura
de las cotidianidades; el ejemplo más frecuente
y que se ha dado en múltiples contextos locales,
son las huelgas de piernas cerradas, en las cuales
las mujeres se niegan a tener relaciones sexuales
mientras se mantengan las hostilidades.
Toda la documentación concuerda en que las
mujeres llevan a cabo acciones cotidianas, políticas
y públicas de resistencia a las lógicas de la guerra,
buscando mecanismos creativos para detener
las ruedas de violencia y odio, presentes en sus
sociedades.
3. Construcción de la paz al interior de las
familias, en el ámbito del hogar. Una de las
ideas clave sobre la que existe consenso en los
documentos analizados es que las mujeres juegan
un rol fundamental a la hora de mantener la paz,
mediar y llegar a acuerdos en el ámbito familiar (por
ejemplo, se documenta cómo las mujeres actúan
como mediadoras en conflictos familiares en el caso
de mujeres rechazadas por sus maridos después
de haber sido violadas en el contexto del conflicto
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
“We strike against death, desolation,
destruction and on behalf of life and liberty.”
(Protestamos contra la muerte, la desolación y en pro de la vida y la libertad)
(Swerdlow, 1993).
sociedad. Un ejemplo de estos es el Libro “Abajo las
armas” de Bertha Von Suttner´s, éste ha sido un hito
histórico para visibilizar mecanismos de resistencia
y argumentos en contra a la idea de la guerra como
lugar de triunfo y gloria.
27
bélico (El-Bushra, 2012)). “La mayoría de las mujeres
intentan disuadir a sus familiares [hombres] de
participar en acciones violentas; ellas solucionan las
disputas familiares”.
A veces este rol está ligado a los roles sociales
que se les han asignado dentro de las familias (como
madres, o como hijas o hermanas), en otras ocasiones
se muestra cómo las mujeres actúan como ‘puente’
o ‘nexo’ entre grupos antagónicos dentro de la
comunidad (por ejemplo, cuando una mujer proviene
de un clan determinado, pero por matrimonio se ha
insertado en otro clan); esta capacidad de ser puente,
la utilizan para aumentar su capacidad de incidencia
en escenarios cotidianos de construcción de paz y
cómo los métodos que emplean parten de lógicas
que fomentan acercamientos pequeños en el día a
día; hay ejemplos de las mujeres generando procesos
de reconstrucción del tejido social, a través de la
comida o de espacios ligados al baile, entre otros.
Este rol se atribuye fundamentalmente al proceso
socialización de las mujeres en el que se prioriza el
diálogo y la influencia indirecta a la hora de ejercer
el liderazgo en el ámbito familiar. Esto implica que
las mujeres generan acciones constantes en su
cotidianidad por buscar la paz duradera y no sólo
acciones puntuales y disgregadas.
La literatura revisada concluye que este rol, estas
habilidades de las mujeres como constructoras de
paz dentro de las familias, trasciende a un nivel más
macro, a la paz entre comunidades (mediando entre
grupos opuestos) y, más allá, a la mesa de negociación
(de tal forma que en ésta, las mujeres suelen jugar
un rol más conciliador entre posturas antagónicas)
y establecen puentes entre lo local y lo nacional. Sin
embargo, la enorme distancia existente entre el nivel
local y la mesa de negociación continúa siendo una
de las principales barreras a la participación de las
mujeres en la construcción de la paz, ya que se sigue
atribuyendo el lugar protagónico y trascendente a
los espacios de negociación entre las élites armadas,
más que a los esfuerzos constantes de generación
de escenarios para la paz en la cotidianidad.
Agenciadoras de Paz
28
4. Mantenimiento o transformación de
tradiciones. Existe consenso en que las mujeres
son clave en la construcción de paz a través del
roles, que han optado por asumir en:
• Las formas tradiciones de diálogo intra-comunitario.
• Creación de puentes entre grupos opuestos.
• Creación de espacios para el diálogo.
• Análisis de conflictos.
• Construcción de consenso en torno a temas
controvertidos.
• En escenarios de mediación.
• En espacios de monitoreo de acuerdos de paz.
Estas habilidades son sistemáticamente menospreciadas cuando se trata de aplicarlas en la mesa
de negociación. La decisión sobre quién se sienta
en éstas (a quien representa) y qué cualidades debe
tener, recae sobre élites (normalmente masculinas)
que, aunque a veces reconocen las habilidades de
las mujeres en lo local, asumen que éstas no son
aplicables a la mesa de negociación: “las mujeres
pueden resolver un conflicto relacionado con la cabra
del vecino, pero es difícil imaginar que alguien las
tome en serio en una mesa de negociación”.
En el ámbito de la cotidianidad, y en los niveles
micro, meso y macro, las mujeres también buscan
generar acciones de transformación de las dinámicas culturales y sociales, ya que reconocen en las
violencias estructurales y en las discriminaciones
naturalizadas son un impedimento mayúsculo en
la construcción de paz. Las mujeres han generado
campañas publicitarias, performances con el cuerpo,
apuestas de arte callejero, entre otras, para romper
con las lógicas que las excluyen de la sociedad y les
asignan el lugar de la invisibilidad. El proceso de
documentación nos permitió ver que gran parte de
las acciones del movimiento de mujeres en busca
de condiciones dignas de vida y del reconocimiento
de derechos de las mujeres está ligado a una noción
de paz duradera, más allá de la visión restringida de
la paz negativa.
5. Acciones de acercamiento con ‘la otredad’.
La búsqueda de lo que ‘nos une’, de las semejanzas
entre grupos e individuos con perspectivas opuestas,
que se encuentran en distintas líneas divisorias es
un concepto a menudo utilizado por las mujeres
según la revisión documental. Una metodología
utilizada es el establecimiento de diálogos con
diferentes sectores sociales con el objetivo de buscar
soluciones negociadas al conflicto, por ejemplo
con la comunidad empresarial en Sri Lanka, o las
acciones comunes demandando la paz llevadas
a cabo en Nepal por grupos de la sociedad civil
representando mujeres, castas y grupo étnicos
(Anderlini, 2007). Cabe resaltar las acciones de
asociatividad de mujeres pertenecientes a sectores
en disputa o a espacios territoriales divididos, ya
que utilizan dinámicas particulares para trabajar
colectivamente. Caben resaltar las opciones por la
música o la generación de redes transfronterizas
de comercio.
en espacios cotidianos, comunitarios, nacionales,
regionales, subcontinentales, continentales y de
incidencia global.
Para ser escuchadas las mujeres se tienen que
organizar para lograr sus objetivos. Sólo cuando
multiplican sus voces, se hacen oír. Esto sucede tanto
a nivel global (por ejemplo, el proceso de cabildeo
que conllevó a la creación de la Resolución 1325),
como a nivel local.
6. Organización colectiva. Como lo evidenció el
mapeo de organizaciones en el ámbito global (mapeo
adjunto) las mujeres en el mundo, han optado por
generar diversas formas de organización, ya sea
“En una sociedad patriarcal es extremadamente
difícil que se escuche la voz de las mujeres. Por eso
es importante que las mujeres actúen de forma
conjunta”. (Sanam Anderlini, 2007).
Inferencias
Potencialidades
Vacíos
Retos
• Existen propuestas sobre
MPS en casi todos los países
del mundo.
• Un número importante de
propuestas sobre MPS en el
mundo son impulsadas por
el movimiento feminista.
• Las propuestas con pretensiones globales suelen estar
acentuadas en el “Norte
global”.
• Existen apuestas continentales más articuladas
en África que en los otros
continentes. El continente
con menores apuestas
articuladas es América.
• Es posible realizar un
mapeo de las alianzas
existentes entre los
ámbitos local, nacional y
global, para profundizar
en análisis de las apuestas
comunes.
• Sería interesante, a través
de la profundización del
mapeo, hacer una serie
de análisis de los cruces
temáticos y las prioridades
de las iniciativas incluidas,
que potencie las acciones
locales, nacionales, regionales y globales.
• Permite analizar dinámicas y
presencia de iniciativas que
trabajan sobre MPS en los
ámbitos nacionales, continentales y globales; sin embargo,
sigue siendo insuficiente la
información sobre iniciativas
locales y comunitarias.
• No se evidencian relaciones
consolidadas entre las iniciativas pertenecientes al “sur
global”.
• Es probable que las iniciativas
que se visibilicen, sean aquellas con acceso a fuentes de
financiación, siendo las más
autónomas las menos visibles.
• Potenciar la visibilización
de apuestas locales, que
incluyan a la diversidad de
agenciadoras involucradas.
• Llevar a cabo una exploración georreferencial más
detallada.
• Generar un proceso de documentación-investigación
que incluya el trabajo local
y a su vez utilice las redes
sociales como fuentes de
información, teniendo
en cuenta la dificultad
técnica que implica hacer
seguimiento a fuentes de
investigación de rápido y
continuo crecimiento de
contenidos.
Figura 11. Análisis preliminar de la documentación.
Dentro de esta metodología se hallaron ejemplos
como la organización de manifestaciones masivas y
movilizaciones públicas (3.000 mujeres en Irlanda del
Norte en 1970; Liberia, en los años 90, donde 12.000
madres habían perdido a sus hijos en los dos lados del
conflicto de Sri Lanka (Anderline, 2012), las madres de
la Plaza de Mayo en Argentina, entre muchas otras.
El mapeo (ver anexo) de organizaciones en
el ámbito global y en cada uno de los países, se
identificaron 36 organizaciones o redes globales, 20
redes u organizaciones continentales y organizaciones
en todos los países del mundo; permitiendo la
visibilización de los esfuerzos de las mujeres hacia
la construcción de paz.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Desde las apuestas internacionales que nacieron
a finales del siglo XIX, pasando por las múltiples iniciativas que surgieron en el siglo XX y las que han nacido
y se han consolidado en las últimas dos décadas: las
mujeres han generado espacios sostenibles para
posicionar sus opciones y apuestas con respecto a las
construcción de paz, han abierto espacios de diálogo
con sus gobiernos, con la comunidad internacional
y con espacios de la sociedad civil, tradicionalmente
habitados por los hombres.
29
Del mapeo se puede concluir que:
7. Propuestas religiosas y desde la
espiritualidad en colectivo. En la literatura analizada y el mapeo de iniciativas se evidenció que las
mujeres optan por prácticas desde la religiosidad y
la espiritualidad para construir paz. Es el caso de las
acciones de Leymah Gbowee y cómo la campaña de
acción masiva de las mujeres por la paz en Liberia
se sustentaba en principios religiosos para exigir
el fin de la violencia y para la construcción de paz.
Existen además varias iniciativas de círculos de
mujeres por la paz ampliamente documentados
en diversos países del mundo, los cuáles utilizan
meditaciones, simbología sagrada y otras formas de
expresión colectiva de la espiritualidad para trabajar
por la paz.
8. Influencia ‘discreta’, “detrás de escena”.
Bien porque los espacios donde se concentra el poder
de decisión (como la mesa de negociación) están a
menudo cerrados y son inaccesibles, bien porque
estratégicamente las mujeres deciden actuar “detrás
de escena” porque asumen están propuesta de
acción menos visible como una posibilidad de cambio
estructural, más generado por la transformación de
sujetos reales que por las dinámicas más difusas del
impacto en la opinión pública.
Por ejemplo, los grupos de mujeres en Liberia,
abordando en los pasillos a los negociadores (hombres) y contándoles sus propuestas en relación con
lo que estaban discutiendo; las mujeres en Ghana
haciendo cabildeo a través de los medios de comunicación tanto del país que acogía las negociaciones,
como de la prensa internacional (Anderline, 2012).
También, se encontraron en la documentación
propuestas desde las mujeres jóvenes israelíes
que han decido generar un procesos colectivo de
objeción de conciencia.
Agenciadoras de Paz
30
9. Incidencia y lobby. Las mujeres han llevado
a cabo una serie de acciones de incidencia en
los ámbitos locales, nacionales y globales, para el
reconocimiento de la importancia de la participación
activa de las mujeres en los múltiples escenarios
de construcción de paz. Esta incidencia también ha
estado dirigida para el posicionamiento de otras
concepciones de paz, que trascienden la lógica clásica
de seguridad. Un ejemplo fundamental de estos
procesos ha sido la Resolución 1325 del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas y las resoluciones
conexas, que han sido el resultado de dinámicas de
incidencia por parte de redes globales de mujeres,
en el marco de una relación bidireccional con los
procesos de incidencia nacional y local. Otro ejemplo
que cabe destacar fueron las dinámicas de incidencia
formal, realizadas por las mujeres de Ruanda, para
lograr el reconocimiento de la violencia sexual como
arma de guerra y como crimen de lesa humanidad.
Las mujeres en el mundo han creado propuestas
de “bancadas de mujeres” en los órganos legislativos
para promover acciones de incorporación de sus
miradas en las agendas nacionales de paz y para la
creación de leyes que aseguren la garantía de una
vida libre de violencias. El lobby que se puede ver
reflejado en la documentación analizada, incluye
temas prioritarios para las mujeres en espacios
electorales, por medio de la convocatoria a debates
con candidatos y candidatas, la generación de agendas
comunes de exigibilidad de derechos, entre otras.
10. Rol activo en las mesas de negociación. Es
importante señalar que el punto anterior no implica
que las mujeres no quieran estar, ni hayan buscado
activamente un lugar en la mesa de negociación.
Lo que demuestra es la diversidad de prioridades,
estrategias y metodologías empleadas en función
del contexto, los procesos de paz y los análisis de
las propias mujeres.
La literatura existente sobre mujer, paz y seguridad aboga de una forma clara –y esta es una
de las razones de su existencia–, por la inclusión
de las mujeres en la mesa de negociación. Lo hace
presentando argumentos sobre el aporte diferencial
de las mujeres a los procesos de negociación, a la
construcción de la paz y al contexto del post-acuerdo.
Como ya apuntábamos anteriormente, a pesar de
los más de diez años de existencia de la Resolución
1325, los ejemplos de participación de las mujeres
en los procesos formales de negociación de paz son
aún limitados. Las acciones para conseguir un espacio en la
mesa son numerosas y a menudo dependen del
contexto y del formato en el que se desarrollen las
negociaciones. Algunas acciones empleadas, sacadas
de la literatura revisada, (Anderline, 2007) son:
Sri Lanka: el ejemplo de Sri Lanka es interesante
porque apunta (1), al reconocimiento por parte del
gobierno y del grupo armado del rol de las mujeres,
y (2), porque visibiliza la diferencia de tener una
mujer mediadora: cuando se empezó a hablar de
negociaciones formales (2002) entre el gobierno y el
LTTE (el grupo armado rebelde) gracias a la presión, y
la reputación, de las mujeres se formó un Subcomité
de Género integrado sólo por mujeres, nominadas
por las dos partes en conflicto (Gobierno y LTTE). La
mediadora (Noruega) también fue una mujer.
Irlanda del Norte. En 1996 se anunció que los
partidos políticos que se sentarían en la mesa de
negociación serían los 10 que resultaran más votados
en las elecciones; las mujeres (aglutinadas en una red
que incluía mujeres de diversos sectores religiosos,
sociales y geográficos) intentaron que sus perspectivas
se integrarán en los programas de los partidos
políticos ya existentes, pero esta propuesta no fue
aceptada por ninguno. Así, esa red se transformó en
partido político (Northern Ireland Coalition Network),
logrando el puesto 9 en las elecciones y, por tanto,
un asiento en la mesa de negociación.
Somalia. Cuando comenzaron las negociaciones de paz, sólo los cinco clanes del país fueron
reconocidos como los legítimos participantes. Todos
ellos estaban liderados por hombres y ninguno
incluyó mujeres en sus delegaciones. Un grupo de
mujeres decidieron formar un ‘sexto clan’, el clan de
las mujeres. Finalmente, en 2004 el sexto clan fue
reconocido como un interlocutor válido y sumado
a la mesa de negociación.
11. Cabildeo y promoción de los derechos de
las mujeres. Las mujeres no sólo realizan acciones
de lobby directo, sino que han generado múltiples
iniciativas de cabildeo, denuncia y promoción de
los derechos humanos de las mujeres en el marco
de los conflictos armados, pero también en otros
ámbitos de afectación por violencias estructurales.
• Campañas de sensibilización y denuncia,
• Documentación de violaciones de derechos
humanos en el contexto del conflicto armado,
12. Trabajo comunitario y reconstrucción
de comunidades en los pos-acuerdos. Este tipo
de métodos incluye las acciones en pro de la
reconciliación, curación, educación para la paz,
desmilitarización, reintegración de combatientes,
acompañamiento a víctimas de violencia. Son
acciones que parten del compromiso de que las
mujeres por re-construir el existente o construir
un nuevo tejido social. Estas acciones tienen un
amplio contenido psicosocial y de transformación
colectiva del duelo y la pérdida.
Estas acciones son semejantes a las labores de
protección y mitigamiento del impacto del conflicto
en las comunidades y se sustentan en la presencia
mayoritaria de las mujeres en los ámbitos cotidianos y
de contención de los efectos “micro” de las violencias,
que son efectos siempre presentes y que requieren
acciones constantes para su transformación.
13. Investigación y construcción colectiva
de conocimiento. Un amplio número de los
documentos analizados, eran en sí mismos una
expresión de la capacidad de las mujeres en el
ámbito global, de contribuir a la edificación de la
paz, al producir materiales académicos desde la
teorización y la sistematización de experiencias
entorno a la paz presente y deseada. Aunque la
academia e incluso espacios menos formales de
producción de conocimiento están mayoritariamente
habitados por hombres, es fundamental resaltar
que en las áreas ligadas a la construcción de paz y
la transformación de conflicto, hay una importante
presencia de mujeres.
Un ejemplo de estas académicas es: Elise Boulding, quien ha desarrollado ampliamente la noción
de culturas de paz y ha sido una de las principales
exponentes de concepciones de la paz ampliada,
más allá del silenciamiento de los fusiles.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Este tipo de acciones incluye múltiples metodologías (como gran parte de las ya anunciadas) entre
las que cabe destacar:
entre las que cabe destacar informes sombra a
diversos actores globales para generar estrategias
de apoyo y de control de los actores armados
legales e ilegales,
• Búsqueda de apoyos internacionales: donantes,
redes, medios de comunicación, etc. (Somalia,
Afganistán, Iraq),
• Acciones de denuncia y monitoreo, por medio de
un Observatorio y de acciones de alerta temprana.
31
Es importante resaltar el uso de métodos
no-tradicionales por parte de las mujeres para
construir de manera colectiva conocimiento;
cabe destacar el uso de escenarios «típicamente
femeninos» con este fin. En múltiples escenarios
se han creado telares u otras propuestas desde la
costura para documentar las situaciones que han
afectado a las mujeres en el marco del conflicto o
sus propuestas de paz.
14. Formación y capacitación. Las mujeres
han optado por generar dinámicas de formación y
capacitación entre mujeres, hacia múltiples actores
sociales y políticos para lograr el posicionamiento de
las propuestas de las mujeres, de los instrumentos
nacionales e internacionales y de metodologías
transformadoras. Cabe destacar el creciente número
de espacios virtuales de formación sobre Mujeres,
Paz y Seguridad, que hace uso estratégico de la redes
sociales y de las TIC para posicionar las apuestas y
propuestas desde las mujeres.
Existen propuestas de formación en espacios
formales como universidades y centros de estudio,
múltiples dinámicas de formación semi-formal fomentada por gobiernos, entidades supranacionales
y organizaciones de la sociedad civil. También se
registran propuestas de educación no formal en
espacios cotidianos como las calles o escenarios
comunitarios, en la mayoría de los casos utilizando
dinámicas lúdicas y de educación popular.
15. Generación de estéticas de paz y para
la paz. Las mujeres han creado espacios de
articulación artística, desde las artes plásticas, la
música, las danzas, el teatro, etc., reconociendo
la efectividad del uso de lenguajes paralelos para
sensibilizar y movilizar a diversos actores sociales
y políticos. Las redes nacionales, regionales y
globales de mujeres han creado campañas que
utilizan insumos como la ilustración, la poesía, la
animación, entre otras, para difundir sus propuestas
de construcción de paz.
Agenciadoras de Paz
32
Cabe resaltar la existencia de múltiples grupos de
teatro, especialmente en Centroamérica, documentados en la revisión, que han optado por el uso del
Teatro del Oprimido, para transformar colectivamente
las dinámicas violentas y reflexionar sobre la cultura
de paz. Otra muestra de estas expresiones es la
colaboración de 13 artistas, de diversas partes del
mundo, en la iniciativa: Women Call for Peace, que
buscaba posicionar diversas concepciones sobre
la paz, en un espacio dialogante y colectivo. Uno de
los documentos más completos analizados es una
expresión de estas propuestas desde las estéticas,
el libro: 1325 Mujeres Tejiendo Paz, el cual hace una
mezcla de historias de vida con propuesta gráficas
que ilustran las apuestas y propuestas y cuenta
con un valioso componente adicional: el diálogo
intergeneracional de mujeres hacia la construcción
de paz. 16. Acciones judiciales nacionales e
internacionales. En el estadio de lo “formal” las
mujeres han utilizado las herramientas jurídicas
para posicionar las afectaciones diferenciales de
los conflictos armados. Las exigencias jurídicas
de las de las mujeres víctimas en Ruanda y en los
Balcanes, han sido ampliamente documentadas para
el reconocimiento, juicio y sanción de las violaciones
de los derechos humanos de las mujeres en el marco
del conflicto armado. Además, aunque existan debates
sobre la efectividad de la legislación internacional, la
Resolución 1325 y conexas, son un ejemplo de los
mecanismos jurídicos impulsados por las mujeres,
para la incorporación de un enfoque de mujeres, paz
y seguridad, en el ámbito global y nacional.
Cabe resaltar que este listado de métodos,
tiene un final no conclusivo, puesto que las
categorías no tienen una línea tajante entre sí.
Este tipo de clasificaciones lineales son problemáticas porque presentan una visión a menudo
distorsionada de la realidad, a través de la sucesión
de metodologías. Al tomar una opción no se
descartan las demás, porque en la realidad se
utiliza una multiplicidad de métodos que no son
mutuamente excluyentes, sino que se dan de
forma paralela y complementaria. La construcción
de paz se debe asumir desde múltiples niveles,
reconociendo la existencia de diversos actores
a los cuales influenciar y la potencia de varios
lenguajes utilizados de manera dialogante.
Una evidencia de esta multiplicidad está
documentada por Bouganvielle, el cual muestra
cómo las mujeres tuvieron un papel determinante
en el éxito de las negociaciones de paz a diferentes
niveles:
• Diseño del proceso de paz mismo: asegurarse de
que había espacio suficiente para el diálogo y el
fortalecimiento de las relaciones interpersonales.
• Asegurándose de que las distintas facciones
estuvieran representadas (diálogos inclusivos).
• Apoyándose, usando su rol de madres para
englobar a las partes en conflicto (“tú eres mi hijo,
y tú también, los dos sois mis hijos”).
• Preparando ‘agendas conjuntas de paz’ de las
mujeres a través de las zonas en conflicto.
• Sensibilizando/informando a la población en
general, sobre el avance de las negociaciones de
forma que estas tuvieran un amplio apoyo social.
• Trabajando con otros sectores (iglesia, jefes
locales) para promover la reconciliación entre
las distintas partes en conflicto. “El trabajo local,
comunitario de las mujeres fue clave para el éxito
de las negociaciones formales”.
• Asegurándose de que en la mesa de negociación
(donde sólo 13 de los 75 delegados eran mujeres),
los negociadores (hombres) no se centraran en
sus rivalidades personales sino en la búsqueda
de la paz.
Es fundamental reconocer que una de las
mayores potencias de los métodos propuestos
por las mujeres para la construcción de paz es
su componente holístico y no lineal, una apuesta
consiente por generar procesos que no se queden en
un sólo lenguaje o un sólo público. Las mujeres –en sus
prácticas para la construcción de paz– han decidido
romper con las lógicas de fragmentación habituales
de los escenarios modernos y generar apuestas cuya
finalidad es el diálogo entre los diversos métodos,
concepciones y actores.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
33
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
–Documentación de propuestas existentes sobre Mujeres y Paz en Colombia–
La maestra que enseña a sus estudiantes a repensarse; la víctima que busca la verdad,
la justicia, la reparación y la no repetición; las excombatientes de bandos opuestos que se
conocen y se explican sus puntos de vista, sus razones; la empresaria que decide trabajar en
zonas de conflicto para construir con la gente: la monja que esconde a jóvenes para que no
les recluten los actores armados ilegales; la periodista que define parte de su proyecto personal para darle voz a las víctimas; la indígena que intenta entender por qué la humanidad se
aleja tanto de la naturaleza; la mujer afro que construye en la de-codificación del racismo; la
feminista antimilitarista; la activista por la paz desde su compromiso político; la militar que es
consciente de la responsabilidad de la fuerza pública como garantes de derechos. E
ste apartado recoge las conclusiones de
la revisión documental en Colombia. La
visibilización de ¿quiénes y qué escriben
las mujeres y sobre mujeres y paz en Colombia?
Contiene la sistematización y análisis breve de la
bibliografía seleccionada sobre mujeres y paz; seguida
por la clasificación de las motivaciones que han
llevado y llevan a las mujeres a trabajar por la paz.
También presenta un breve análisis del “tipo” de paz
que construyen e imaginan las colombianas. Hace,
además, una recopilación de los métodos que han
utilizado las mujeres para visibilizar sus propuestas
de paz para la sociedad colombiana. Para finalizar,
se presentan unas breves conclusiones y los retos
futuros de investigación que esta documentación
evidencia.
¿Qué motiva a las mujeres
a trabajar por la paz?
el estudio documental ha dado como resultado la
siguiente clasificación –clasificación porosa, por ello
las motivaciones no son excluyentes–:
A partir de los documentos analizados se
evidenció que existen múltiples caminos para que
las mujeres lleguen a trabajar por la paz, por ello,
• Ellas, sus familias, amigos o amigas han sido
afectados por el conflicto armado.
Son pocas las investigaciones y sistematizaciones
que se han realizado sobre las mujeres colombianas
como constructoras de paz, mostrando que: las
mujeres imaginan, hacen, crean y construyen paz,
desde lo local, regional y nacional, sin embargo, no
se les reconoce como protagonistas de los espacios,
discursos, propuestas y acciones que edifican la paz,
la voz principal y el rol protagónico siguen siendo
para los hombres.
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
35
• Tomaron la opción política de dejar las armas
para construir un país mejor.
• No pueden vivir en un país en guerra, rodeadas
de injusticia y dolor, sin hacer nada al respecto.
Afectadas directa o indirectamente por
el conflicto armado. Ella hace parte también
del Colectivo de Noviolencia, desde donde espera
fortalecer opciones para resolver los conflictos de
manera pacífica y creativa. Espera dejar a sus hijas e
hijo una herencia menos dolorosa que la que viven
en la actualidad. (Zúñiga, 2006, 53).
En Colombia hay una enorme producción
bibliográfica que aborda los efectos del conflicto
armado sobre las mujeres, evidenciando el impacto
diferencial y desproporcionado en el marco del
conflicto armado sobre sus cuerpos y vidas; que en
su mayoría, no permite identificar cómo las mujeres
víctimas trabajan por la construcción de la paz en el
país. Sin embargo, algunos textos narran las historias
de mujeres víctimas del conflicto armado, que hacen
parte de iniciativas de construcción de paz como: el
Colectivo de No Violencia en Cali, Aves del Paraíso
de la Fundación Paz y Bien o las historias de mujeres
del Valle Encantado.
Algunos documentos que permiten evidenciar
el agenciamiento por la paz de las mujeres víctimas,
a destacar son:
“Umbral de la Memoria: Historias de vida
de las mujeres del suroccidente colombiano
sobrevivientes del conflicto armado”.
Mujeres que hacen historia. Cuerpo, tierra
y Política en el Caribe Colombiano y Mujer y
Guerra” y “Víctimas y resistentes en el Caribe
colombiano”. Grupo de Memoria Histórica
de la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación (CNRR).
Agenciadoras de Paz
36
Las historias recogidas en estos libros evidencian
que muchas mujeres empiezan a trabajar por la
paz porque han sido afectadas de manera directa
o indirecta por los actores armados. Trabajan por la
paz, desde una perspectiva de paz positiva, utilizando
los medios legales para hacer realidad sus derechos,
organizándose con otras mujeres víctimas para suplir
necesidades e interponer demandas, algunas de ellas
se han unido a organizaciones, como es el caso del
Colectivo de no Violencia o la Fundación Paz y Bien.
Pese a los enormes esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales y de la Comisión
Nacional de de Reparación y Reconciliación (CNRR),
hay pocos trabajos que buscan evidenciar cómo las
mujeres víctimas del conflicto armado trabajan por
la construcción y mantenimiento de paz.
Tomaron la opción política de dejar las armas
para construir un país en paz. Este apartado quiere
resaltar la opción política de dejar las armas y de
trabajar por la paz por la que han optado algunas
excombatientes, preguntando: ¿qué lleva a algunas
de las excombatientes a trabajan por la paz?
Para responder esa pregunta, y reiterando el
ánimo de no generalizar, se analizaron dos de las
más importantes obras autobiográficas escritas por
mujeres excombatientes: Vera Grabe y María Eugenia
Vásquez, permitiendo identificar algunas motivaciones
en estos caminos de construcción de paz.
“Por Colombia, por la paz, dejen las armas”,
fue la orden del comandante del M-19, el 8 de
marzo de 1990. En el caso de Vera Grave y otras
excombatientes, la opción de la dejación de las
armas para ingresar al a vida civil a construir paz, está
directamente relacionada con la decisión política del
M-19 en su conjunto; sin embargo, en el libro Razones
de Vida, Vera Grabe, presenta sus reflexiones sobre
cómo la opción armada perdió sentido para ella.
Una revolución sin ética y sin humanismo
no tenía sentido y no valía la pena (…). Sobre
nuestra propia práctica fuimos aprendiendo
que los fines no justifican los medios a cualquier
precio y que al profundizar la lucha por la
democracia, la paz y los derechos humanos,
empezamos a tocar los límites de nuestra
guerra y nos acercábamos a una paz por otros
senderos (Grave, 2000, 306).
En el caso de María Eugenia Vásquez y en el
de otras mujeres, además del contexto político,
también hubo motivaciones personales o dolorosos
acontecimientos que precipitaron el abandono de
la opción armada. María Eugenia confiesa, respecto
a una reunión de la dirección nacional del M-19
(enero de 1987), convocada para hacer un balance
y definir nuevas estrategias, después de la toma del
Palacio de Justicia:
“El peso del tema militar desbalanceaba
los análisis, y las jerarquías estaban determinadas por el éxito táctico más que por las
estrategias políticas. Ésa, al menos, era mi
apreciación. Creo que para entonces era clara
la militarización de la política en el M-19. Hasta
la idea de una fuerza militar con combatientes
internacionales, que actuara en varios países,
fue parte del delirio en que nos sumió la guerra.
(Vásquez, 2000, p. 333).
Esta sensación y una pérdida demoledora
fueron causas suficientes para repensar la vida en
su totalidad:
Estas mujeres y sus compañeras, dejaron
las armas y todo el poder que ellas conllevan, lo
cual ya es un acto político de construcción de paz,
pero adicionalmente, han desarrollado actividades
encaminadas a la construcción de paz, en el caso de
Ellas, trabajan por la profundización de la
democracia desde la perspectiva de las mujeres,
porque como escribió Vera Grave: Mujeres, sin ti la
paz no es posible.
“Nos propusimos que las mujeres seríamos
un pilar del proceso de construcción de la paz,
y jalonadoras de una ética de vida. Nuestro
lema era: Mujeres, sin ti la paz no es posible,
y estábamos convencidas de que el éxito de
un movimiento democrático radicaba en la
participación de las mujeres, aunque estaba por
verse cómo se dará posteriormente la presencia
femenina en el movimiento político que surgió
de los acuerdos de paz”. (Grave, 2000, p. 355).
En conclusión, haber participado en la guerra,
haber tomado la opción política de dejar las armas,
es lo que las ha motivado a trabajar por la paz; sin
embargo, sigue pendiente la visibilización de las
acciones de paz de las mujeres que han dejado
otros grupos armados (como los paramilitares) o las
apuestas de paz desde las ex-militares y ex-policías.
No pueden vivir en un país en guerra rodeadas
de injusticia y dolor sin hacer nada al respecto.
Esta es la motivación menos documentada, sin
embargo decidimos incluirla porque hace parte
de la vida cotidiana del Colectivo, de las mujeres
que lo componen y de los múltiples espacios de
construcción de paz que se habitan, todos con
alta presencia de lideresas. La única referencia
documentada que encontramos, fue un texto en el
que Susy Bermúdez, en el artículo Convivencia: ¿Bajo
qué parámetros? Reflexiones de una mujer, madre y
actualmente profesora universitaria, explica que ella,
como cualquier colombiana se interesó por la paz.
Desde hace algunos años dedica buena parte
de su tiempo a promover foro e investigaciones en
torno a la pedagogía para la paz.
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
La muerte de mi hijo Juan, en plena adolescencia, rompió mi existencia en dos. Me había
preparado bastante bien para afrontar mi propia
muerte, había soportado con sensatez la de mis
más queridos compañeros sucedida en combate, incluso logré entender como parte de la cruel
dinámica de la confrontación los asesinatos que
durante los últimos años acabaron con la vida
de compañeros y colaboradores. Pero, la muerte
súbita de mi muchacho. ¡No! No entraba en los
riesgos, no estaba prevista, no tenía razón de
ser, eso me corrió el piso […] La persona que yo
había sido hasta ese momento, estalló en mil
pedazos. Contradicciones, cuestionamientos,
desgastes y desamores ocuparon los espacios
que mantenían obstinadamente la esperanza
y la fe en un proyecto político revolucionario.
(Vásquez, 2000, p. 333).
Vera Grabe y María Eugenia Vásquez muy ligado a la
educación a través de organizaciones como Planeta
Paz o la Corporación Observatorio para la Paz. Así
mismo el Colectivo de Mujeres Excombatientes, ha
realizado ejercicios de reconciliación y encuentros
con los diferentes actores del conflicto.
37
(…) En mi proceso de socialización no
me enseñaron que la paz se construye; que
era importante reflexionar sobre el manejo
de los sentimientos; que la imaginación se
debía ejercitar para buscar mayor número de
alternativas conciliatorias ante la presencia de
problemas; que la comunicación oral, escrita,
corporal y, entre otras, la que manejan los
medios masivos de comunicación era factible
de ser mejorada; que infortunadamente es
poca la reflexión que se ha hecho sobre
cómo hemos aprendido a relacionarnos con
el conflicto y la diferencia; de igual modo que
la exploración del sí mismo, en cuando a la
¿Qué paz proponen las mujeres?
Para abordar la pregunta, se usaron dos tipos
de textos, por un lado aquellos que hablan sobre
mujeres o grupos de mujeres que trabajan por la
paz; y, por el otro, los que desarrollan –en primera
persona– posturas teóricas y prácticas de mujeres en
torno al tema de paz. Cabe reiterar que la mirada es
de mujeres diversas, como diversos son sus métodos,
aportes metodológicos y teóricos en torno a la paz;
por lo que una respuesta homogénea es imposible
y poco deseable.
Las nociones de paz(es) de las mujeres colombianas se han agrupado en:
Agenciadoras de Paz
38
• Paz construida en todos los ámbitos: la persona
misma, el hogar, la comunidad y la mesa de
negociación.
• Paz basada en el reconocimiento de la humanidad
del otro y de la otra.
• Paz con conflicto y complejidad.
• Paz desde y para la protección de la vida.
• Paz con transformación de parámetros culturales
y sociales.
• Paz con derechos humanos y derecho internacional humanitario.
• Paz sin guerras, sin armas y sin violencia.
• Paz con desarrollo.
• Paz con verdad, justicia y reparación.
historia personal y a las posibilidades para
lograr un desarrollo más integral, permita
abrirse al camino de ser, logrando así acabar o
simplemente ser consciente de los estereotipos
que sobre nosotros mismos y sobre los otros
ha creado la cultura” (Bermúdez, 1996, p. 154).
¿Cuáles son las historias de las mujeres que han
conformado la Iniciativa de Mujeres por la Paz, o
de la Ruta Pacífica, o de la Red Nacional de Mujeres
(…)? ¿Por qué ellas deciden trabajar por la paz? He
aquí una de las ventanas de investigación que se
abren gracias a esta revisión documental.
Paz basada en el reconocimiento de la
humanidad del otro y de la otra. El reconocimiento
del otro y la otra para construir paz, es una idea
recurrente en los textos revisados. Así lo expresa Elena
Garcés, fundadora de Mujeres y Paz: Mi filosofía es
que se debe unir en vez de dividir y que las mujeres
debemos ser capaces de trabajar entre nosotras
aunque seamos diferentes y tengamos historias
y formas de pensar distintas (Zúñiga, 2006, p.32).
El reconocimiento del otro y de la otra implica
romper interpretaciones simplistas que dividen
las personas en buenas y malas. Lo cual se hace
reconociendo vivencias, valores y actitudes de los y
las actoras del conflicto. A ellos se refiere Grave, 2002,
223: Lejos de interpretaciones simplistas de “buenos
y malos”, nos permite, y obliga, a reconocer en los
actores de los conflictos realidades (vivencias, valores,
actitudes, etc.) de paz (…). También lo menciona
Zúñiga, 2006, 104), diciendo que se trata de una lógica
incluyente basada en el reconocimiento y respeto
por el otro y la otra, así como en la construcción de
consensos; una lógica que acepta la complejidad y
busca tramitar las diferencias a través de formas
no violentas.
En el estudio de Cartografía de la Esperanza,
que analiza iniciativas ciudadanas de mujeres en
resistencia civil no violenta, resalta que son iniciativas
de aprendizaje desde la diversidad. Es particularmente
importante mostrar que estas experiencias hacen
referencia a la diversidad étnica dado que se centran
en grupos donde participan mujeres indígenas,
afrodescendientes y campesinas; permitiendo valorar
la diversidad étnica y el auto reconocimiento.
Cuando la fortaleza está en la diferencia,
se tiende a sacralizar lo propio y a disminuir
el valor de lo diferente, creando ambientes
de tensión que ocasionan discriminación
contra el otro. (….) Con la participación en las
iniciativas se ha ido ganando en tolerancia y
en aceptación de la diversidad y la diferencia
lo que ha permitido un mayor reconocimiento
en la sociedad y un autorreconocimiento de las
etnias. Esto ha llevado a revaluar los intereses
y los valores de las relaciones e interrelaciones
fundamentadas en la pertenencia de grupo
en lazos étnicos, ascendentes, de sangre,
en contraposición con posiciones sociales
jerárquicas o posiciones por posesión de
recursos (Villareal, 2006, 257).
Tramitar la diferencia sin aniquilar al otro o a la
otra, superando el discurso de muerte y la eliminación
–simbólica o física– de lo diferente, permitiendo
reconocer y trabajar con el otro y la otra, desde la
diversidad y complejidad, son características de los
discursos de las mujeres sobre la paz. Tal vez quien
mejor lo expresa es Claudia Díaz (2002, 132) cuando
afirma que aceptar la diferencia y la diversidad implica
asumir la vida; “la uniformidad es la muerte”.
En esta multiplicidad de escenarios, empieza
con la paz interior, que implica que cada persona
requiere bien-estar consigo misma para construir paz,
a ello se refiere una de las integrantes de Mujeres
Paz-íficas así: Somos pacíficas con cierto acento, con
verraquera, con entusiasmo, pues no estamos de
Otro escenario que se resalta, especialmente en
aquellos espacios con raíces comunitarias, es la paz
en el hogar, así lo dice Elena Garcés: “el proceso de
paz debe iniciarse, primero que todo, con nosotras
mismas, con nuestros hijos, con nuestros hermanos
y luego con los otros. Porque si yo estoy desde la paz
yo no puedo odiar (…)” (Zúñiga, 2006, 73). Esta idea de paz pasa por transformar las relaciones inequitativas basadas en los roles de género,
como lo evidencia la Cartografía de la Esperanza: “La
experiencia y la reflexión las han llevado a concluir
que si las mujeres son agentes materiales y simbólicos
de este proceso que crea modelos autoritarios y
convierte su cuerpo en objeto de dolor y dominación,
ellas mismas también pueden explorar nuevos
patrones de relación y crianza que lleven a modelos
solidarios donde la imposición y la coerción no tengan
cabida” (Villamizar, 185).
Otra de las dimensiones de la paz, es la noción
de paz con el ecosistema, aquella que trasciende las
relaciones entre humanos e implica procurar armonía
con los animales y la naturaleza. Esta perspectiva ha
sido promovida por las ecofeministas y tiene reflejo
en propuestas de algunas mujeres como Norma
Hernández (9); La razón central de la resistencia de
las mujeres es el afianzamiento de la vida, tanto la
propia, como la de otros y otras y la del ecosistema,
trascendiendo tiempos y espacios.
Por su parte, Vera Grave (2002, 232), al referirse
a la formación para la paz habla de relacionar todos
los ámbitos de paz. Esto supone trabajar en una
formación en paz desde varias racionalidades ya
que resulta imposible limitarla a una sola: la paz
…interior que comprende el arte, la búsqueda de
veracidad, de autenticidad, de sinceridad; la paz
“objetiva”, observable, empírica, que va desde el
comportamiento individual hasta los pactos de paz, la
Resolución pacífica de conflictos, el DIH, cognoscibles
desde la perspectiva de la investigación científica en
sentido positivo; la paz positiva relacionada con el
mundo social, estudiada con mirada sistémica: desde
los ecosistemas hasta Gaia; desde las sociedades y
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
Paz construida en todos los ámbitos: la persona
misma, el hogar, la comunidad y la mesa de
negociación. Algunos de los textos analizados se
refieren a que la paz se construye desde múltiples
ámbitos, que incluyen los niveles micro, meso y macro
de las sociedades: paz interior, paz en el hogar, paz
con los demás, con el ecosistema y en las mesas
de negociación.
acuerdo con la guerra; estamos luchando por la paz
y esa paz hay que lucharla desde nuestro propio yo.
Yo tengo que estar en paz desde mí misma. (Zúñiga,
2006, 73).
39
los estados hasta el sistema mundial; temas globales
como el desarrollo; la paz cultural, referida a las
construcciones intersubjetivas en las que cabrían
las culturas, las éticas, los sistemas de valores.
En cuanto a la paz negociada, todos los textos
revisados, que la anuncian, coinciden en denunciar el
carácter patriarcal de las mesas, la poca participación
de las mujeres en ellas y la ausencia de discusión
sobre las realidades que afectan a las mujeres tanto
en la guerra como en la paz; sin embargo, existen
diversas posiciones sobre el papel que deben tener
las mujeres en estos escenarios de decisión política,
como se evidencia a continuación.
Las que se alinean con el movimiento de No
violencia, están más cercanas a darle poca importancia
a la participación de las mujeres en las mesas de
negociación, ya que consideran que la resistencia
a la guerra nace en los bordes: (…) seguramente es
importante que las mujeres estemos en los espacios
públicos de gobernabilidad, en las llamadas mesas
de negociación, pero la resistencia no se lleva a
cabo allí, la resistencia se realiza en los bordes, se
realiza en las redes, se dispone contando con el
azar, la resistencia es una fuerza que no se localiza
porque ella nace del devenir y del encuentro de otras
singularidades que tiene como propósito los medios,
sin fin, resistir es también desarmar y esto lo sabe
la etiología (…) (López, 46 citado en Navia, 2005, 10).
Por otra parte, el Grupo de Trabajo de la
Resolución 1325, en relación con los diálogos de
paz que se desarrollan en el marco del gobierno
del presidente Juan Manuel Santos elaboró un
documento reclamando al gobierno que se nombre
a mujeres en las mesas de negociación. Así mismo,
en los informes de seguimiento al cumplimiento de
la Resolución 1325 y en los documentos que a ellas
se refieren se hace énfasis en la importancia de la
participación de las mujeres y del enfoque de género
en las mesas y agendas de negociación.
Agenciadoras de Paz
40
Paz con conflicto y complejidad. Los textos
revisados hacen alusión a una noción fundante de
teoría de la no violencia: el conflicto hace parte de la
vida humana. La paz no se trata de vivir sin conflictos,
significa canalizarlos de manera no violenta, basada
en el respeto de las otras y los otros. En general,
implica que en los cimientos de la construcción de
la paz, debe estar el conflicto, como algo inevitable
que también da oportunidades. (UNIFEM, S.F., 37).
Algunas de las mujeres complejizan la paz,
entendiéndola como un escenario que trasciende la
no violencia e incluye el desarrollo, como es el caso
de María Ladi Londoño (1995, 75), quien argumenta
que: “La paz es indesligable del desarrollo porque
también es más que ausencia de guerras. La paz es
un estado con adecuados niveles de convivencialidad,
tolerancia, equidad cooperación y reacciones no
violentas para disentir y manejar los conflictos”.
Otras mujeres consideran que implica modificar las
maneras tradicionales de gestionar los conflictos:
La paz es mucho más que la ausencia de guerra;
es un estado de armonía y tranquilidad que existe
solo cuando reina la justicia, la igualdad y la libertad
y cuando se utiliza el dialogo sincero y amable, sin
ironías, sin agresiones y sin chismes, para resolver
el conflicto (Zúñiga, 2006, 72).
Paz con transformación de parámetros
culturales y sociales. Plantean una paz que trascienda
las lógicas de poder imperantes de amigo-enemigo,
de vencedores y vencidos, por una paz hecha con
alegría, con placer o gozo: “No nos interesa una
paz a la hijueputa si no tiene proceso. Por eso no
solamente desde el punto de vista político sino
también feminista, hemos estado de acuerdo con la
paz con alegría, con derecho al placer, a la felicidad,
al deseo, porque nosotras queremos cambiar el
mundo pero gozándonoslo (…) (Zúñiga, 2006, 72).
La Agenda de mujeres por la Paz, promueve y
exige diseño de políticas públicas que fomenten una
cultura de no violencia y respeto de la diversidad,
así como políticas que desarrollen nuevos sistemas
de valores y una ética civilista (…) con perspectiva
de género que eduque y prevenga el maltrato a las
mujeres, niñas y niños.
Paz desde y para la protección de la vida.
Hemos incluido aquí la idea (y en muchos casos
realidad cotidiana impuesta-elegida) de asociar a las
mujeres con el cuidado de la vida, en especial de su
rol de madre; esta idea-realidad está presente en las
palabras de las Paz-íficas: Las mujeres damos la vida,
y la vida se convierte en el límite… Se trata en todo
caso de disponer y permitir el acontecimiento que
da lugar a su afirmación y esto se logra construyendo
pacientemente el tejido social. El tejido social es
un soporte en medio del caos, para que desde el
caos florezca la salida. (…) Es indignante escuchar
diariamente guerreristas predicando la guerra con
los hijos ajenos (Zúñiga, 2006, p.39).
Además, se hace visible esta posición de madres
que buscan la paz, en las arengas que se dicen en
las marchas de mujeres:
“No pariremos hijos para la guerra”.
“Ni un hijo más para la guerra”.
En los lugares donde el conflicto armado es
más agudo, allí donde impera la guerra, las mujeres
resisten para proteger la vida; lo hacen hablando
con los armados, generando recursos y alimentos
para las familias, curando y amando. Estas formas
de aproximarse a la paz por parte de las mujeres
han quedado plasmadas en investigaciones como
la de Cartografía de la Esperanza y en los trabajos
de Hernández, sobre resistencia civil en Colombia.
El aporte de las mujeres de preservar localmente
la vida, allí donde la exclusión y la inequidad son
evidentes, garantiza su permanencia y la del resto
de la comunidad al ofrecer alternativas de ingreso
y, por ende, de sobrevivencia, que constituyen un
beneficio real para ellas, sus familias y la colectividad.
(Villamizar, 2006, 183).
Así también lo consigna el Grupo de Trabajo de
la Resolución 1325 en Colombia, al evidenciar otras
formas de concebir la seguridad: “Las feministas
apuestan a una seguridad orientada a la protección
de la vida” (Grupo de Trabajo de la Resolución 1325
en Colombia, 2011, 37).
Paz sin guerras, sin armas y sin violencia. Esta
postura, expresa cómo algunas mujeres están contra
la guerra y las razones que la sustentan, desde una
postura arraigada en la vida; asumiendo un NO a las
armas porque son un instrumento de sumisión, de
humillación, de esclavitud, porque ellas presentan
un estrategia patriarcal: “la guerra es una estrategia
privilegiada del patriarcado para desvalorizar a la
mujer; ellos en la guerra ganan protagonismo social
y político y ellas están excluidas (Zúñiga, 2006, 81).
Este rechazo de las armas, desde esta lógica,
es radical, en el caso de Gloria Cuartas, llegó hasta
rechazar su escolta y el uso de armas para su propia
protección: “Acepté la candidatura [de Apartadó],
quería trabajar con ellas en forjar una nueva visión
de la vida, sin la compañía de la eterna sombra de
la amenaza. Por eso prescindí de tener escolta y
rechacé también llevar armas.”(Navia, 2005, 52).
Paz con desarrollo. El planteamiento central
de la Agenda de Mujeres por la Paz se basaba en
la realidad palpable de la exclusión histórica de las
mujeres de los espacios públicos y en los escenarios
de toma de decisión. Además, evidenciaba la reiterada
exclusión de los escenarios y condiciones para el
bien-estar, por ello plantearon: reforma tributaria,
reforma agraria, nuevo modelo de desarrollo con
equidad social, expedición de la ley orgánica de
ordenamiento territorial, todo, con perspectiva de
género y participación de las mujeres.
Así mismo, pensar la paz con desarrollo, para
algunas mujeres implica prevenir injusticias y hostilidades, es tranquilidad y es gozar de la protección y la
tranquilidad social, es cumplimiento de promesas y
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
Paz con derechos humanos y derecho
internacional humanitario. Las mujeres, hablan de
manera reiterada sobre los derechos humanos y el
derecho internacional humanitario en relación con la
paz. Por ejemplo, en la Agenda de Mujeres por la Paz
de 2002, el primer punto que ellas suscribieron fue el
cumplimiento del derecho internacional humanitario
(DIH) por todos los actores involucrados en el conflicto.
La mirada de las mujeres sobre el DIH está basada en
los riesgos que para ellas implica la guerra, a saber:
reclutamiento, militarización de la vida, respeto a la
intimidad, a las decisiones afectivas de las mujeres,
prohibición de la esclavitud doméstica y sexual, etc.
En cuanto a los derechos humanos, se refieren
a una perspectiva integral de los mismos, asumiendo
que todos los derechos están interrelacionados, de tal
manera que la realización de unos exige la realización
de otros. Por eso la paz incluye derechos económicos,
culturales, sociales; sexuales y reproductivos; civiles
y políticos: “Partamos de reconocer que el ejercicio
de los Derechos Humanos potencia a los individuos
y a las comunidades, facilita la legitimidad de las
instituciones, crea la condición necesaria para que
la gente goce de seguridad humana, vida aceptable,
y pueda participar de la vida económica y de la
construcción de la paz” (Cuartas, 2002, 100).
41
programas estatales, es respeto a las diferencias y a
los derechos humanos, es uso de métodos pacíficos
para solucionar los desacuerdos (Zúñiga, 2006, 75).
Paz con verdad, justicia y reparación. En
varias investigaciones, las mujeres hacen referencia
a los derechos a la verdad, la justicia y la reparación,
argumentando que las huellas del conflicto armado
en las mujeres son diferenciales por eso la verdad, la
justicia y la reparación se deben hacer reconociendo
los roles y realidades que la asignación de unos
roles de género específico han implicado en la vida
cotidiana y los espacios público-políticos. Con especial
énfasis, en las acciones específicas con respecto a
los sucesos de violencia “por el hecho de ser mujer”
como son la violencia sexual, la esclavitud doméstica,
entre otras:
En la construcción de los pactos que hacen los
pueblos y en la puesta en escena de ese camino
de reconciliación, además de las intenciones
¿Qué prácticas proponen?
La revisión documental realizada permite
evidenciar que a lo largo de la historia de este país,
las mujeres se han movilizado y han trabajado de
manera activa y comprometida en los procesos de
construcción de paz. De la revisión documental se
registraron 46 tipos de acciones que han utilizado
los grupos de mujeres que trabajan por la paz y se
visibilizan algunos ejemplos de éstas, siendo claro
que muchos nombres y acciones han dejado de
registrarse, ya que hasta hace muy poco se empezó
a escribir en Colombia la historia de las mujeres y
la historia local.
Agenciadoras de Paz
42
Las prácticas y métodos elegidos por las mujeres
colombianas se han subclasificado en 15, agrupando
las acciones que tienen algunas similitudes, así:
Acciones asociadas con la movilización de
masas: marchas organizadas por mujeres; marchas
en las que convocan sólo a mujeres; recolección
de legitimación del otro y del semejante, de los
propósitos de justicia, de las intenciones de respeto
y de reconocimiento, parece entrar en juego
la explicitación, de modo claro, de un punto: el
reconocimiento y la asunción de la verdad. Es
necesario enfrentar con veracidad en la guerra,
la asunción de los muertos y la aceptación de
la responsabilidad histórica de los crímenes se
hacen necesarias. Hago referencia a las verdades
sociales, jurídicas e históricas que los pueblos y los
grupos implicados en el conflicto buscan ocultar y
negar pero más específicamente llamo la atención
sobre la verdad del goce implicada en esos actos
de búsqueda de poder y de venganza a través
de la guerra, verdad que de modo más radical
y a toda costa se tapona con la racionalidad del
psicoanálisis ha descubierto que para lograr la
pacificación del sujeto consigo mismo, con los otros
y con el mundo debe justamente enfrentarse a
su verdad, que es la de su deseo y su goce. (Díaz,
2002, p. 137).
de firmas; campañas; plantones; movilizaciones;
carnavales y vigilias.
Las marchas han sido uno de los métodos
más usados y documentados, son las acciones más
visibles del movimiento de mujeres a favor de la paz.
La primera registrada es la de 1946 convocada por
la Unión Femenina y la más grande, la realizada en
2002, convocada por la Movilización Nacional de
Mujeres en contra de la Guerra, en la que participaron
aproximadamente 40.000 mujeres.
Las mujeres colombianas también se han volcado
a las calles en forma de plantón, método utilizado
especialmente por el movimiento internacional de
mujeres de negro. Las mujeres de Negro de Cali, se
plantan en la plaza los últimos martes de cada mes,
a las 5 p.m., para protestar por los secuestrados. En
Bogotá, las Madres de Soacha protestan por los falsos
positivos. Las mujeres de la Asociación Caminos de
Esperanza-Madres de La Candelaria, con las fotos
de sus desaparecidos, utilizan los plantones y las
movilizaciones para hacer visible la situación de
desaparición forzada que padece el departamento
de Antioquía y el país. Es una resistencia civil que
tiene el propósito de hallar las personas que han
sido secuestradas, luchando contra el olvido y la
impunidad.
Las distintas expresiones del movimiento feminista y del movimiento de mujeres, abanderadas bajo
la consigna No a la guerra y Respeto a los Derechos
Humanos de las Mujeres, desarrollaron una múltiple
presencia política desde lo lúdico, lo simbólico y lo
organizativo. (Tobón, 2003, p. 16)
Las mujeres se han volcado a las calles para
protestar contra el secuestro, como fue el caso de
la marcha convocada por las Mujeres Paz-íficas, para
protestar contra el secuestro de Ingrid Betancourt;
o para denunciar hechos de violencia que afectan
de manera particular a las mujeres, como la marcha
al Putumayo, convocada por la Iniciativa de Mujeres
por la Paz y la Ruta Pacífica, en la que participaron
aproximadamente 7.000 mujeres. Las mujeres de las
organizaciones del Salado, se encuentran registradas
en el libro Cartografía de la Esperanza.
Otra iniciativa fue la Declaración Contra la Guerra
(septiembre de 2000), hecha por las Mujeres Paz-íficas.
Las marchas y movilizaciones convocadas por
las mujeres han tenido nombres profundamente
significativos como Jornada Exorcicemos la muerte y
alumbremos la vida, Las Mujeres paz Harán, Rompiendo el Silencio, Vigilias por la Vida y por la Paz, Cadenas
de Mujeres contra la Guerra y por la Paz, Marchas y
Movilizaciones por la Vida, No pariremos ni un hijo
más para la guerra. En ellas han incluido poesía,
cantos, flores, ritos, mimos y, en general, han usado
otros lenguajes simbólicos y artísticos resignificando
las dinámicas habituales de las marchas.
En 2012, se inició un nuevo proceso de diálogo
entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional –sin la
participación de la sociedad civil ni de mujeres
negociadoras–, por ello algunas organizaciones de
mujeres enviaron una carta pública al presidente
Juan Manuel Santos en los siguientes términos: Las
organizaciones de mujeres apoyamos este proceso
de diálogo y negociación y esperamos como resultado
final un camino hacia la paz... Además, reconocemos
los aportes que las mujeres tienen para la paz, su
experiencia en diversos temas y por ello esperamos
ver mujeres representantes del gobierno en la Mesa
de Negociación; así mismo esperamos que el gobierno
inste a las guerrillas para que también lo hagan.
Uso de medios masivos de comunicación:
programas de radio; participación en programas de
televisión y afiches.
Pronunciamientos públicos: manifiestos,
mandatos, comunicados, declaraciones, artículos
de opinión y cartas abiertas de las mujeres dirigidas
a los actores armados.
Monitoreo, seguimiento y documentación.
Creación de Observatorios y Documentación de
casos. Siendo importante destacar el observatorio
creado por Sisma mujer.
La presencia más activa y más documentada de
las movilizaciones a favor de la paz por parte de las
mujeres, se dio durante el proceso de negociación
entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana y
las FARC-EP, que empezó en 1998 y tuvo lugar en
el Caguán.
Investigación y asesoría. Investigación sobre
paz; Investigación sobre el trabajo de mujeres por la
paz; Investigación sobre el impacto del conflicto sobre
las mujeres; Asesorías y asistencia técnica en temas
asociados a la construcción de paz y publicaciones
académicas.
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
Adicionalmente, se ha registrado que las mujeres
han participado de manera activa y comprometida
con las acciones propuestas por el movimiento
de paz, a saber la Semana por la Paz, la Asamblea
Permanente de la Sociedad Civil, Mandato por la
Paz, marchas nacionales en contra de las violencias
y en favor de la paz.
Dos ejemplos de este método fueron: la campaña
convocada por la Confluencia Nacional de Redes
denominada Con los derechos de las Mujeres, la
Democracia si va; así mismo, la Red Nacional de
Mujeres organizó el Congreso de Paz y País y la
Consultiva Nacional de Mujeres (Tobón, 2003, 18) y
la campaña para la eliminación de la violencia contra
la mujer en las comunidades indígenas wayuú,
impulsada por Fuerza de Mujeres Wayuú.
43
Participación en las mesas de negociación y
las mesas alternas. Participación como asesoras
de los negociadores y participación con ponencias
en mesas alternas.
Pese al enorme trabajo desarrollado en favor
de la paz, la revisión documental permite evidenciar
que las mujeres no han sido negociadoras en los
procesos de paz, solamente han sigo asesoras, a
pesar de lo cual se han abierto espacios para que
sus voces sean oídas en el marco de los procesos
de paz. Así lo demuestran los documentos recogidos
en el marco de la campaña Ahora por la paz todas
las mujeres, para enviarlos a las Mesas de Trabajo
por la Paz, creada durante el gobierno de Belisario
Betancur Cuartas (1982-1986).
Otro de los espacios en los que participaron
las mujeres fue la Comisión facilitadora de carácter
ciudadano para hacer aproximaciones con el grupo
guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN); con
la presencia de Piedad Córdoba, María Emma Mejía
y Patricia Lara. (Velásquez, 2000, 35). La experiencia
más significativa durante el proceso de diálogo y
negociación la constituyó la actuación coordinada de
aproximadamente 85 organizaciones de mujeres en
la Audiencia Especial sobre Mujer y Empleo, en San
Vicente del Caguán, a donde viajaron 700 mujeres.
Allí se presentaron 60 ponencias que recogían el
sentir de la diversidad de mujeres colombianas
(Tobón, 2003, p. 16).
Acciones judiciales. Demandas ante cortes
nacionales (en relación con la ley de justicia y paz, con
los efectos del desplazamiento sobre las mujeres) y
Asistencia jurídica a víctimas y demandas ante cortes
internacionales.
Agenciadoras de Paz
44
Se creó la Mesa Mujer y Conflicto Armado por
iniciativa del Instituto Latinoamericano de Servicios
Legales Alternativos –ILSA–, con el fin de evidenciar
las múltiples formas de violencia que afectan a
las mujeres y niñas en el marco de la violencia
sociopolítica. La Mesa también promovió la visita
a Colombia de la Relatora Especial de las Naciones
Unidas sobre Violencia contra la Mujer (UNIFEM,
42). Además, las organizaciones de mujeres se han
dedicado prioritariamente a registrar los terribles
efectos del conflicto en la vida de las mujeres y a la
promoción de recursos judiciales (el más importante
de ellos, el Auto 092 de 2008).
Formación y capacitación. Capacitaciones
sobre Resolución 1325, derechos de las mujeres,
paz, realización de foros nacionales e internacionales
y de congresos.
Las capacitaciones y procesos de formación
han sido uno de los métodos más destacados, con
temáticas recurrente como: derechos humanos
de las mujeres, acceso a mecanismos de justicia,
participación política y construcción de paz. El estudio
realizado por la Corporación Humanas, 10 años de la
Resolución 1325 en Colombia, permite evidenciar que
la gran mayoría de las organizaciones entrevistadas
realizan procesos de formación.
Constituyente de las mujeres y acuerdo de la
Agenda Nacional de Mujeres por la Paz. En 2002 se
elaboró la Agenda de Mujeres por la Paz, siendo una
de las estrategias más incluyentes y democráticas
realizadas por las mujeres para la construcción de
la paz. A través de un proceso que duró más de
dos años, con base en 600 propuestas recogidas
en encuentros regionales y sectoriales acordados
a través de un gran evento nacional que llamaron
la Constituyente Emancipatoria de las Mujeres, se
aprobó la Agenda.
Creación de espacios organizados de mujeres.
Un ejemplo de esta apuesta por crear espacios organizativos fue en 1972, cuando nace la Organización
Femenina Popular, en un sector de Barrancabermeja.
Fue una propuesta de la Iglesia Católica influenciada
por la Teología de la Liberación para organizar a las
mujeres en torno a la superación de la violencia. Otro
ha sido la consolidación de la Ciudad de las Mujeres
de Turbaco de la Liga de mujeres desplazadas que
obtuvo el premio nacional de paz. Este listado podría
ser cuantioso, y sin duda es una tarea pendiente
hacer un mapeo, en los ámbitos locales, regionales
y nacionales, de todas las organizaciones creadas
por las mujeres para construir paz.
Acciones ecuménicas. Eucaristías, rosarios,
procesiones. Vale la pena destacar que en el 2000 se
creó la Red Ecuménica Nacional que se originó en el
Primer Encuentro Ecuménico Nacional de Mujeres.
Acciones artísticas. Obras de teatro; obras de
arte plástico; conciertos; performances y acciones
simbólicas.
Las mujeres usan estéticas para la paz, por
ejemplo la Movilización de Mujeres de Barranquilla,
en 2007, cuando más de 5000 mujeres vestidas de
blanco y paraguas negros, marcharon en silencio;
o las obras de teatro y performances como Sangro
sin armas, sangro de Margarita Rosa Tirado, Oficios
y orificios de Adriana Tamayo, Quitarnos la Mordaza,
de Voces de Luna Roja promovidos por las Mujeres
Paz-íficas y el festival de teatro Mujeres en Escena
por la Paz, promovido por la Corporación Colombiana
de Teatro.
Acciones de incidencia. Lobby legislativo; lobby
en política pública y participación en la construcción
de políticas públicas que aborden el tema de paz.
Gestión para el acercamiento entre actores
armados. Intercambio epistolar con insurgentes y
buenos oficios para acercar a las partes.
Ha habido múltiples situaciones en las que
las mujeres han promovido acercamientos entre
actores armados. La Operación Sirirí, promovida
por la Iniciativa de Mujeres colombianas por la Paz
(IMP): “Consistió (…) en una estrategia pacífica y no
violenta de las mujeres que tenía como fin un cambio
de actitud de las partes en conflicto para concretar
un Acuerdo Humanitario”.
En cuanto a la metodología de las conversaciones
directas con actores armados para rescatar a hombres
y mujeres reclutados o secuestrados, vale la pena
resaltar actitudes de resistencia y autonomía como
las que encarnan Piedad Córdoba, Gloria Cuartas,
Eleonora Castaño de la Asociación Nacional de
Mujeres Campesinas e Indígenas (ANMUCIC) y Yolanda
Becerra de la Organización Femenina Popular (OFP),
o las mujeres del Cauca que fueron a reclamarle sus
hijos a la guerrilla (UNIFEM, S.F., 33).
Encuentros de mujeres. Un ejemplo de estos
escenarios de encuentro y diálogo colectivo, fue el
Encuentro Internacional de Mujeres contra la Guerra,
realizado en Bogotá en agosto de 2004, promovido
por IMP y la Ruta Pacífica de Mujeres y convocado
por el Movimiento de Mujeres contra la Guerra
(UNIFEM, 37, S.F.); con el lema “ni guerra que nos
mate, ni paz que nos oprima”.
Actuar en Red. Redes locales y Regionales;
redes nacionales y redes internacionales. Resulta
importante destacar el trabajo en red como estrategia
para construir paz; entre las redes nacionales se
destacan: la Red Nacional de Mujeres, Red Ecuménica
de Mujeres, Alianza Iniciativa de Mujeres por la Paz
y la Ruta Pacífica de Mujeres.
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
La Política Nacional de Equidad de Género para
las Mujeres, ha sido uno de los mayores ejemplos de
incidencia. Este escenario contó con la participación
activa de miles de mujeres y a partir de la conformación
de un grupo metodológico mixto (conformado por
sociedad civil, cooperación internacional y gobierno,
promovida por las mujeres representantes del
movimiento en el Consejo Nacional de Planeación) se
avanzó en el diseño de los lineamientos de la política
pública. Desde la perspectiva de paz, el movimiento
de mujeres hizo incidencia para incluir elementos de
la Resolución 1325 de 2000, que fueron asumidos
como parte de los lineamientos de prevención de
las violencias.
45
Conclusiones
“A liberation movement that is nonviolent sets the oppressor
free as well as the oppressed.
[Un movimiento de liberación no-violento
libera tanto al opresor/a como al oprimida/o]”
Barbara Deming
E
sta documentación no pretende
ser un punto final. Es, por el
contrario, un abrebocas a
campo de estudio, trabajo y creación. Es
un llamado por vernos reflejadas unas en
otras y poder aprender de las experiencias
de mujeres en todo el globo, que han
decido inventar haceres para construir
paz y, a su vez, encontrar maneras para
que nuestras propuestas puedan dialogar,
construir, transformar y transformar-se a
partir de procesos que las hagan visibles
en el ámbito glocal.
Si tuviéramos que resaltar cuál ha
sido la voz constante que nos ha llamado
mientras hacíamos este proceso, es una
que nos convida a pensar y a optar por
maneras de incidencia y acción, en las que
reconozcamos los desafíos particulares que tiene la
construcción de paz en Colombia, pero a su vez nos
reconozcamos en los discursos más amplios de las
mujeres en el mundo, buscando puentes con otras
latitudes; en las que las vivencias sorprenden por las
semejanzas en los caminos hacia la paz y entristecen
por las similitudes en los dolores, pasado y presentes
violentos.
Conclusiones
Una de las principales conclusiones fue que los
procesos de documentación sobre las mujeres en
procesos de construcción paz son bastante limitados.
A pesar que una primera mirada sugiere lo contrario,
al profundizar el análisis se descubre que se hace
referencia a procesos sobre-documentados (países
de la Ex-Yugoslavia, Somalia, Sierra Leona, Nepal,
Indonesia, Liberia e Irlanda del Norte). Esto se debe,
en parte, a la existencia de numerosas organizaciones
de la Sociedad Civil trabajando (y documentando)
en estos países y a que la mayoría de las bases
de datos recoge información institucionalizada
(implementación de la Resolución 1325 a través
de Planes de Acción Nacional), lo cual concentra la
información en aquellos estados que han priorizado
la construcción de estos planes.
47
La revisión documental arrojó que son pocas
las investigaciones y sistematizaciones que se han
realizado sobre las mujeres colombianas como
constructoras de paz, mostrando que: las mujeres
imaginan, hacen, crean y construyen paz, desde lo
local, regional y nacional;
sin embargo, no se les reconoce como protagonistas de los espacios, discursos, propuestas y
acciones que edifican la paz, la voz principal y el rol
protagónico siguen siendo para los hombres.
Las propuestas con pretensiones globales
suelen estar acentuadas en el “Norte global”, lo que
implica una necesidad de seguir problematizando
las relaciones norte-sur. Además, se observó que
no existe mucha información sobre los procesos
de construcción de paz en América Latina, y mucho
menos de las propuestas y acciones de las mujeres
de las mujeres en el subcontinente, hay algunos
documentos puntuales sobre Colombia y los procesos
de paz en Centroamérica; haciendo presente que
existe un desafío importante para visibilizar las
propuestas, apuestas y acciones de las mujeres
latinoamericanas en los escenarios globales de
construcción de paz.
Cuando el cuerpo de las mujeres ha sido campo
de batalla en el marco del conflicto, como ha sido el
caso en todas la guerras internas, externas y en los
conflictos urbanos; las mujeres se han dedicado a
denunciar el uso de la violencia sexual y las violencias
contra las mujeres como arma de guerra, a través
de múltiples medios, dejando de lado la posición de
víctima pasiva, que socialmente se le pretende asignar.
Los documentos institucionales, de la sociedad civil
y de la academia, muestran partes de esta dinámica
compleja, de dejar de asumirse sólo víctima, con una
profunda vergüenza de los hechos que la afectaron,
para asumirse agenciadoras de paz.
Agenciadoras de Paz
48
Sin duda, un foco de los documentos producidos
es la implementación de la 1325, ya que ha sido un
instrumento que potencia el debate y las herramientas
de incidencia para asegurar la participación de las
mujeres en los procesos de construcción de paz. Se
han recibido críticas por parte de mujeres del mundo,
puesto que su existencia limita e institucionaliza la
mirada, invisibilizando mecanismos y propuestas
más cotidianas o que surgen de nociones políticas de
acción social más directa en torno a la construcción
de paz.
Hemos hallado que la Resolución 1325 es el ítem
más frecuente en la documentación. Este proceso
permitió evidenciar que la noción generalizada,
desafortunadamente idealizada, de las mujeres como
constructoras de paz, se basa en la naturalización de
que las mujeres compartimos una identidad común,
casi idéntica y con un contenido biologisista ligada a
la maternidad-bondad. Pero a su vez, ha sido grato
encontrar discursos, estares y haceres que evidencian
que el hecho de ser mujer acorta y se vuelve excusa
para trascender otras identidades, –muchas veces
construidas como opuestas en escenarios de conflicto
(nacionales, religiosas, étnicas, etc.)–, en la búsqueda
de superar fronteras simbólicas que alimentan las
guerras y conflictos. Esta documentación ha permitido
ver y resaltar las diferencias y los puntos comunes
de las mujeres que construyen paz.
Este proceso mostró los múltiples casos y experiencias documentadas, pero a su vez de la necesidad
de seguir haciendo visibles de manera sistemática las
maneras- cada vez más innovadoras que las mujeres
encuentran para romper con las lógicas binomiales
y divisorias que sustentan a las sociedades; y, por
ende, sus conflictos bélicos y guerras; porque uno de
los grandes aporte de las mujeres a la construcción
de paz es reconocerse en la otredad y buscar con ella
caminos hacia la reconciliación.
Es importante resaltar, que en todos los documentos analizados y en los espacios de aprendizaje
más vivencial –seminarios, foros, entrevista– que
transitamos, se hace visible el impacto diferencial y
específico que tienen los conflictos armados, guerras
y otras formas de violencias socio-políticas (como
los conflictos urbanos o rurales no reconocidos
como conflictos; por ejemplo la situación actual de
México, en las vidas de las mujeres. Existe una triste
concordancia en todos los documentos en que a las
mujeres a la que los conflictos ha cruzan la vida, los
cuerpos y los profundos afectos. Por ello, es necesario
seguir explorando las dinámicas multidimensionales
en la que las guerras y las violencias se entrecruzan en
la vida de las mujeres, para encontrar los mecanismos
más efectivos para que sus voces sean escuchadas y
las afectaciones particulares reparadas de manera
integral, encontrando en las historias de vida y en
las apuestas políticas de las mujeres caminos hacia
la reconciliación y la reconstrucción del tejido social.
Además, queremos hacer un llamado a que
no se siga perpetuando la idea de la mujer-victima,
ya que un número importante de los documentos
analizados tienen elementos que las sitúan en ese
lugar simbólico en los ámbito ligados al conflicto,
la guerra y la construcción de paz. Por ello, es
necesario hacer más esfuerzos por visibilizar a las
sujetas complejas, con múltiples voces interiores,
que construyen paz en el mundo. Es importante
evidenciar que son múltiples las afectaciones y
formas en el que el conflicto atraviesa las vidas de
las mujeres y no hay un solo camino de entrada, ni
unas únicas formas de hacer.
A partir de los relatos recorridos, se ha evidenciado que las situaciones de post-acuerdo tienen un
doble efecto sobre las mujeres. Por un lado, abre
una ventana de oportunidad para su participación
en la construcción del nuevo escenario y, por otro
lado, puede suponer un retroceso en los derechos
de las mujeres. Los conflictos armados abren las
posibilidades para que se produzcan cambios en
las relaciones de género, sin embargo, estos cambios no suelen ser radicales, sino que se centran
en una reordenación de la división del social del
trabajo. Igualmente hay una tendencia a que estas
oportunidades terminen una vez acaba el conflicto
(El-Bushra, 2003).
Las mujeres reconocen que la paz y el camino
para lograrla. Es una oportunidad para edificar
cambios en su posición en la sociedad: las mujeres
ven su aportación a la paz como un trabajo para
transformar actitudes y prácticas, estructuras y
competencias, preparar el terreno para los cambios
locales y globales que la paz permanente requiere. Los
documentos evidencian que las mujeres se niegan,
cada vez con mayor fuerza, a que los conflictos sean
entendidos sólo como un paréntesis de las vidas
cotidianas, sin ser analizados como escenarios
de cambio y de profundos aprendizajes para las
sociedades.
La documentación evidencia que las mujeres
tienen un rol activo (pero desconocido e invisible) en
la construcción de la paz que se enmarca fundamentalmente en el ámbito familiar, local y comunitario,
especialmente como mediadoras Las mujeres en
el ámbito local contribuyen a la reparación en el
marco de los post-acuerdos y manteniendo de los
lazos sociales durante el conflicto, por medio del
cuidado. Las mujeres son víctimas de la guerra y
además subsidian su costo por medio de trabajo
no remunerado y “naturalizado” de los cuidados.
Es importante resaltar que las mujeres en
diversos relatos presentes en este proceso hacen
un llamado porque la división entre lo político y lo
social sea tajante, por ello se puede concluir que
las mujeres tienen motivaciones socio-políticas, en
los ámbitos meso, micro y macro para llevar a cabo
acciones para construir paz y estas no deben ser
invisibilizadas porque comparten el hecho común
de haber nacido o haberse construido mujeres.
Este proceso, lejos de pretender idealizar a las
mujeres, busca evidenciar que sus procesos vitales
–atravesados por los roles de género tradicionales y
por múltiples búsquedas para subvertirlos– implican
otras formas de entender la paz o las pa(z)es. Las
mujeres han generado acciones y propuestas que
implican hablar de una cultura de paz, que comienza
por no asumir la diferencia como peligro sino como
potencialidad transformadora de las sociedades.
Para un número creciente de mujeres, reflejadas en
documentos de diversa índole, la paz es un proceso
complejo y multidimensional, que no sólo involucra a
las sociedades con conflictos bélicos presentes, sino
a todas las sociedades, donde las violencias basadas
en el género y por el hecho de ser mujeres son uno
Conclusiones
Es importante resaltar que en muchos documentos se evidencia que en los espacios institucionales
se les sigue atribuyendo el lugar protagónico y
trascendente los escenarios de negociación de las
élites armadas, más que a los esfuerzos constantes
de generación de escenarios para la paz en la
cotidianidad en muchos casos protagonizados por
mujeres, hecho que lleva a que las mujeres, para ser
escuchadas y tenidas en cuenta, busquen organizarse
o hacer incidencia “detrás de escena”. Es importante
señalar que el punto anterior no implica que las
mujeres no quieran estar, ni que no hayan buscado
activamente un lugar en la mesa de negociación;
sino que las mujeres han preferido ser estratégicas
e incidir en la paz como un proceso vital y no como
un proceso de protagonismo político.
49
de los componentes más destacados y recurrentes
de las violencias estructurales existentes.
Las mujeres presentes en la documentación
hacen esfuerzos constantes por desnaturalizar todas
las dinámicas patriarcales y hetero-normativas en
los ámbitos de construcción de paz, ya que estas
han hecho que la guerra y los conflictos armados
naturalicen e incluyan en su arsenal la eliminación
de la otredad que desea y ama de manera no
hegemónica o que construye su ser trascendiendo
los deberes ser biologisistas, mujeres trans, lesbianas,
bisexuales. Las mujeres adoptan una definición más
amplia de “Paz” que los hombres (más reducido a la
ausencia de lucha o el silenciamiento de los fusiles),
por ende sus agendas en relación con la paz son
más inclusivas e incluyentes.
Al complejizar el acercamiento a los procesos
de construcción de paz desde las mujeres, se lleva
a cabo una ruptura de supuestos culturales, ya que
se evidencia que las mujeres, en su diversidad, han
tenido diferentes papeles en la guerra y la paz, que
no son sólo cuidadoras, sino parte activa de los
actores armados y personalidades de los ámbitos de
la política. Uno de los grandes cambios en la forma
de analizar la participación, motivación y apuesta de
las mujeres en escenarios de construcción de paz,
es entenderles como procesos, no como acciones
desarticuladas y únicas, sino como sucesos, acciones
y pensamientos que se entrecruzan y transforman.
Agenciadoras de Paz
50
Cabe resaltar que esta listado de métodos,
concepciones y haceres de las mujeres en los ámbitos
de construcción de paz tienen un final no conclusivo,
ya que las categorías no tienen una línea tajante entre
sí. Son la expresión de la apuesta de muchas mujeres,
en su diferencia, por asumir la construcción de paz
desde múltiples niveles, reconociendo la existencia
de diversos actores a los cuales influenciar y la
potencia de varios lenguajes utilizados de manera
dialogante. Cuando se buscan analizar qué entienden
las mujeres por paz y qué paz proponen, se encuentra
una respuesta multidimensional, que generar un
concepto amplio de la paz que incluso podría ser
las pa(z)es.
La paz para las mujeres pasa por la cotidianidad,
por el cuestionamiento de lo estructural, por el
reconocimiento del movimiento y el cambio, por la
afirmación de una misma y de la otredad, por una
vivencia cotidiana y política local y global, por relatos,
desde múltiples lugares, de la propia historia. Las
concepciones de la paz desde las mujeres, pueden
ser catalogadas como:
• Las mujeres unen ‘la paz familiar’ (en el ámbito
doméstico) a la paz social, a lo colectivo.
• Paz mínima como silenciamiento de los fusiles.
• Paz es entendida como paz mental y paz personal.
• Paz como proceso colectivo, en el que se escucha
a aquéllos y aquéllas invisibles.
• Paz es un escenario político y social de deconstrucción de desigualdades.
• Paz como una vida libre de violencias.
• Paz como vivencia cotidiana, que se sustenta en
la garantía de los derechos humanos.
• Paz entendida y vivida como un proceso dinámico,
en constante construcción y siempre inacabado.
• Paz como condiciones dignas de vida y del
reconocimiento de derechos de las mujeres, en
el marco de la paz duradera.
• Paz implica la vivencia con la otredad.
• Paz como una vivencia global, más allá de sus
territorios.
• Paz como memoria.
Es claro que para las mujeres la paz no es
solamente la ausencia de violencias y la construcción
de mecanismos formales de tramitación de conflictos,
sino que implica ir a sus raíces más profundas.
Dichas causas son de orden multicausal y en ellas el
nivel más profundo es de orden cultural y simbólico
ligado a la manera patriarcal como se configura el
poder en estas sociedades. La paz para las mujeres
es holística; las mujeres unen ‘la paz familiar’ (en
el ámbito doméstico) a la paz social, a lo colectivo;
consideran que la paz no es sólo el silenciamiento
de los fusiles, piensan que la paz es además mental y
personal. Piensan que la paz es un proceso colectivo
de escucha a aquéllos y aquéllas invisibles, es un
escenario político y social de de-construcción de
desigualdades.
La paz supone una vida libre de violencias y una
vivencia cotidiana que se sustenta en la garantía de
los derechos humanos. La paz es entendida y vivida
como un proceso dinámico, inacabado y en constante
construcción; paz entendida como condiciones dignas
de vida y del reconocimiento de derechos de las
mujeres, en el marco de la paz duradera. La paz
implica la vivencia con la otredad, paz como una
vivencia global, más allá de los territorios locales,
paz como memoria.
Es fundamental reconocer que una de las
mayores potencias de los métodos y concepciones
propuestas por las mujeres para la construcción
de paz es su componente holístico y no lineal, una
apuesta consiente por generar procesos que no
se queden en un sólo lenguaje o un sólo público
o en una idea única y acabada. Las mujeres en
sus prácticas para la construcción de paz han
decido romper con la lógicas de fragmentación
habituales de los escenarios modernos y generar
apuestas que tengan como finalidad el diálogo
entre diversos métodos, concepciones y actores;
por ello es necesario leer el siguiente listado
imaginándolo más como un tejido de haceres y
estares, y menos como un recetario médico con
una única píldora adecuada; las mujeres construyen
paz por medio de:
• Acciones relacionadas con la supervivencia y la
provisión de necesidades básicas.
• Resistencia a la militarización y acciones armadas.
• Construcción de la paz al interior de las familias,
en el ámbito del hogar.
• Mantenimiento o transformación de tradiciones.
• Acciones de acercamiento con ‘la otredad’.
• Organización colectiva.
• Propuestas religiosas y desde la espiritualidad.
• Influencia ‘discreta’, “detrás de escena”.
• Incidencia y lobby.
• Rol activo en las mesas de negociación.
• Cabildeo y promoción de los derechos de las
mujeres.
• Trabajo comunitario y reconstrucción de comunidades en los pos-acuerdos.
• Investigación y construcción colectiva de conocimiento.
• Formación y capacitación.
• Generación de estéticas de paz y para la paz.
• Acciones judiciales nacionales e internacionales.
Esta documentación recoge el llamado de
muchos relatos institucionales e institucionalizados
analizados: La paz se construye con la participación
activa de muchas mujeres, desde sus diferencias; la
paz sin mujeres no existe. Una de las principales conclusiones de esta primera fase fue que los procesos
de documentación sobre las mujeres en procesos
de construcción paz son bastante limitados.
Una de las barreras que se ha encontrado en el
ámbito académico internacional para incluir la experiencia
de los países latinoamericanos y por ende de las mujeres,
es la barrera idiomática. Consideramos imprescindible
que se logre un mecanismo para que estos trabajos
puedan ser traducidos a otros idiomas especialmente
al inglés y sean incluidos de manera oportuna en las
reflexiones y debates globales sobre la paz.
Aún la reflexión sistemática sobre estas preguntas es precaria. Hay mucha más práctica y literatura
narrativa que una producción de conocimiento
sobre la propuesta que hay en estas prácticas. Una
lectura desde un enfoque de género, un enfoque
diferencial e interseccional que permita analizar su
riqueza esta aun bastante ausente.
Conclusiones
51
Perspectivas de investigación y debates pendientes
E
sta documentación ha
permitido evidenciar que sí
existen propuestas de paz
particulares desde las mujeres, por
ello, es necesario seguir ampliando el
espectro y problematizando las nociones de paz que tienen las mujeres
y cómo estas están influenciadas por
sus orígenes, vivencias y posiciones
socio-políticas.
A esto se suma que una esta
experiencia de documentación nos
ha obligado a ver y hacer conciencia
de los múltiples niveles de la realidad
donde las mujeres hacen para edificar la paz; haciendo presente la
necesidad de fortalecer las relación
en cuadro- es decir estructural, entre lo local, lo
nacional, lo regional y lo global y a su vez entre
sus múltiples puentes directos. Esto implica que
es necesario hacer visible de manera explícita y
consciente la alimentación continua que se da
entre todos los ámbitos de construcción de paz y
de transformación de conflictos.
• Poner a dialogar las vivencias y discursos de
diversas latitudes, asumiendo de manera res-
Perspectivas de investigación y debates pendientes
Es importante que los discursos sobre Mujeres,
Paz y Seguridad (MPS) tengan presente que su
mayor potencia está en no desligarse de las vivencias
locales, donde los sucesos superan las estadísticas,
los datos y las recomendaciones, ya que transcurren
por la vida, el miedo, la libertad y las posibilidades; a
la vez que reconoce que lo global, para serlo, debe:
ponsable las similitudes; pero, a su vez, haciendo
presentes las diferencias de las mujeres que
habitan el planeta.
• Trascender la idea de un sur global que debe
caminar hacia los deberes ser del norte global;
reconociendo los aprendizajes posibles que
parten de las vivencias de mujeres de diversas
latitudes, sobre todo del sur, ya que la guerra
está presente en sus territorios.
• Una esfera alimentada por todas las tonalidades
que el mundo tiene, no una expresión de una
única pintura a ser aplicada.
• Es fundamental que los ámbitos regionales sean
espacios intermedios para el diálogo global y, a
su vez, para el fortalecimiento de lo nacional y
local. Siendo –en una menor escala– un escenario de encuentros entre lugares diversos, sin
olvidar las potencialidades que tienen visibilizar
53
Agenciadoras de Paz
54
las distancias y diferencias. Reconociendo que
las fronteras territoriales son diferentes a las
fronteras simbólicas, ya que el compartir estares
naturales y sociales cercanos en el territorio vital
hace que hayan vivencias y realidades cotidianas
más cercanas; pero a su vez permite ver como la
cercanía territorial es trascendida por el hecho
colectivo de ser humanas y humanos.
• El ámbito nacional debe reconocerse como puente
directo entre lo local y lo global, ya que es el
tamiz por el cual los sucesos o las herramientas
internacionales permean las vivencias cotidianas;
y, a su vez, es el trampolín por medio del cual
la vida en lo local se hace visible en los ámbitos
internacionales, ya sea través de la institucionalidad del orden nacional o de una sociedad civil
que ha construido puentes entre las múltiples
esferas de incidencia y acción. Siendo importante
que los discursos nacionales de MPS reconozcan
y potencien la diversidad interior y no pretendan
homogeneizar.
• Los espacios locales son espacios de relación
directa con la vida y con las vivencias- aquellas
ligadas con las acciones cotidianas de construcción
de paz y con generación de condiciones reales
para que la paz duradera sea una realidad- por
ello es necesario que sean entendidos como la
fuente primaria de información y a su vez como
el sustento de los discursos y acciones regionales,
nacionales y globales. Es relevante escuchar a las
mujeres en sus espacios cotidianos, recordando
que la paz duradera es una realidad cuando
abandona las leyes y los libros y se convierte en
un estar presente en cada calle, casa, vereda o
barrio.
• Teniendo en cuenta esta relación estructural y que
la Resolución 1325 ha permeado todos los ámbitos
descritos –por su amplia presencia en las discursos
y acciones–, es fundamental que se utilice teniendo
en cuenta como los interacciones y acciones de
los múltiples escenarios se retroalimentan. Sin
caer en la herrada idea que la construcción de
paz desde las mujeres a surgido a partir de esta
Resolución o se ha hecho realmente presente
a partir de ella. Es necesario que la Resolución
1325 sea asumida como una herramienta, de
gran utilidad, pero no como el discurso acabado
sobre mujeres, paz y seguridad, sino como una de
•
•
•
•
las múltiples puertas hacia esta amplio, diverso
e inacabado debate. Por ello, es importante
seguir contando con recursos suficientes para
incidencia hacia y la implementación de planes
nacionales y locales de la Resolución 1325, con
un alto componente participativo.
Uno de los aprendizajes en este proceso de
documentación ha sido que es necesario analizar
las dinámicas/apuestas de construcción de paz
desde las mujeres, desde un lente, que como
ellas bien proponen, que priorice los cotidiano
y no se quede en las construcciones culturales
y conceptuales ligadas a la noción ideal de “la
Mujer”. Es necesario seguir profundizando en que
las cotidianidades son diversas y pasan desde los
ámbitos de la casa, de la calle, hasta los estrados
judiciales y los espacios de incidencia internacional.
Este estudio apunta a que la mayor parte de los
recursos (investigaciones, documentaciones,
análisis, etc.) sobre mujeres y construcción de
paz, sobre todo en ámbitos académicos e institucionales, han sido producidos por mujeres,
feministas, occidentales, haciendo necesario un
mayor apoyo en la documentación llevada a cabo
por mujeres activistas de paz en el Sur sobre sus
propias experiencias.
A partir de lo analizado es fundamental asumir
una perspectiva de interseccionalidad, ya que
es necesario generar una herramienta teórica
y de análisis que reconozca las realidades
diferenciales de las mujeres que construyen
paz; asumiendo desde el inicio la existencia de
particularidades territoriales, étnicas, de género,
de orientación sexual, etarias, socio-económicas,
políticas, entre otras.
Es necesario generar un diálogo sobre de
construcción de paz, cultura de paz, teorización
feminista y análisis de género; que transcurra por
la construcción teórica formal y robustecimiento
de marco conceptual y de análisis; acciones
participativas continuas de construcción colectiva
de conocimiento con mujeres en el ámbito local,
nacional y global; acciones colectivas de articulación para la construcción de paz en lo glocal;
metodologías de recolección cotidiana y en casa;
y presentación de resultados de investigación en
lenguajes paralelos: académicos, comunitarios y
ligados a las artes.
Campos para el pensamiento
• ¿Existe una lógica unificadora y una visión
paradigmática detrás de las acciones de las
mujeres que, además permite clarificar los aportes
diferenciados de las mujeres a la construcción de
paz estaría en la carga simbólica y transformadora
de su actuar? ¿Qué liga esas acciones y métodos?
¿Podemos hablar de un método más amplio que
articula las acciones específicas que muestra el
proceso de documentación?
• Es posible realizar un mapeo de las alianzas de las
mujeres existentes entre los ámbitos local, nacional
y global que permitía profundizar en análisis de la
apuesta comunes hacia la construcción de paz.
• ¿Existen particularidades que hacen a las
mujeres resilientes en contextos de conflicto
armado? ¿Cómo transforman su dolor en
potencia para la acción política? Lo que hacen
las mujeres constructoras de paz ¿en qué aporta
a estos procesos de resiliencia transformadora?
(resignificación y proactividad).
• Las mujeres han teorizado sobre muchos temas
desde el feminismo y recientemente desde los
feminismos como: sistema patriarcal, violencias,
justicia de género, derechos de las mujeres, discriminación, economía del cuidado, seguridad,
participación política, participación ciudadana entre
otros. ¿Cómo todo esa reflexión alimenta una visión
holística de paz desde las mujeres? ¿Lo holístico
en la visión de paz de las mujeres? ¿Incorpora
elementos de transformación de paradigmas?
• Hay la necesidad de indagar por otras mujeres
que construyen paz y que no aparecen fácilmente
en la documentación: funcionarias, académicas,
políticas, mujeres de comunidades, mujeres
intelectuales y otras mujeres cuyas historias no
se conocen).
Campos para el pensamiento
• La manera cómo las mujeres desde el ejercicio
del cuidado ( factor potenciador) en contextos
de conflicto armado trascienden a la esfera
pública y se transforman en agenciadoras
políticas. Desde esta perspectiva las mujeres
actúan de manera estratégica, potenciando
sus roles e impactando simultáneamente lo
privado y lo público en la construcción de
paz, transformándose y transformando su
práctica y sus imaginarios sobre el ser mujer. Se
indagaría por prácticas y discursos en diferentes
momentos en el mismo contexto específico, en
diferentes realidades territoriales.
• Las motivaciones por las cuales las mujeres se
convierten en constructoras de paz, no son por una
condición natural sino por elementos complejos de
construcción social, cultural y simbólica cruzados
por hechos o situaciones contextuales específicas,
de carácter local, nacional e internacional.
• Desde la perspectiva del análisis de género
-que busca identificar la forma como en cada
cultura se hacen asignaciones simbólicas, de
roles, valores, instituciones y oportunidades, a
hombres y mujeres, determinando relaciones
de poder-, se puede concluir que las mujeres
históricamente han tenido un acceso inequitativo
al poder y la riqueza.
• Sería de interés profundizar en la indigaación en
torno a la siguen hipótesis: “la singularidad de la[s]
mujer[es], con respecto a la guerra no es que ellas
sean pacíficas por naturaleza biológica o social,
sino que son ajenas al orden sociosimbólico que
la sustenta” (Grau en Magallón, 2006, 215). Es
decir, la experiencia histórica de exclusión de lo
público ha hecho que las mujeres participen en
menor medida en la guerra.
55
Las pa(z)es y la acción. Sobre epistemología y
sobre el método:
• Profundizar porque es importante investigar desde
la perspectiva de las mujeres y por mujeres. A ello se
suma la importancia de investigar con perspectiva
de género, perspectiva diferencial e interseccional,
• Es imprescindible preguntar de manera directa
a las mujeres por los sentidos y las maneras
como se involucran en la construcción de paz.
Plantear esta investigación con enfoque regional
y haciendo énfasis en las mujeres que a las que
se refiere el punto anterior. Hacer epistemologías
y metodologías de la vida cotidiana,
• Aprovechar el material existente narrativo, testimonial, historias de vida, para el análisis pero
falta el análisis desde los campos planteados,
• Para entender los aportes de manera diferenciada
es necesario comparar las acciones de hombres
constructores de paz y mujeres constructoras de
paz. ¿Es posible hablar de aportes diferenciados
sin este estudio comparado?
Agenciadoras de Paz
56
• Generar un proceso de documentación-investigación que incluya el trabajo local y a su vez utilice
las redes sociales como fuentes de información,
teniendo en cuenta la dificultad técnica que implica
hacer seguimiento a fuentes de investigación de
rápido y continuo crecimiento de contenidos,
• Sería interesante, a través de la profundización del
mapeo, hacer una serie de análisis de los cruces
temáticos y las prioridades de incidencia de las
iniciativas incluidas, que potencie las acciones
locales, nacionales, regionales y globales,
• No existe mucha información sobre los procesos de construcción de paz en América
Latina, y mucho menos de las propuestas y
acciones de las mujeres de las mujeres en
el subcontinente, hay algunos documentos
puntuales sobre Colombia y los procesos de
paz en Centroamérica; haciendo presente que
existe un desafío importante para visibilizar las
propuestas, apuestas y acciones de las mujeres
latinoamericanas en los escenarios globales de
construcción de paz.
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