“El diseño del orden” Sobre Emil Ruder, Dieter Rams

“El diseño
del orden”
Sobre Emil Ruder,
Dieter Rams,
Gui Bonsiepe
y algunos
de sus textos
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“El diseño del orden”
Emil Ruder, “La Tipografía del hombre”, (1959).
Emil Ruder, tipógrafo, diseñador gráfico, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de
Zurich y fundador junto con Armin Hofmann de la Escuela de Diseño de Basilea. También contribuyó a la fundación del International Center for the Typographic Arts (ICTA) en
Nueva York. Uno de los carteles más famosos que hizo fue aquel para la exposición die
gute Form (1958).
Este texto muestra una parte del ensayo o manual de diseño ‘Typographie’, escrito por
el suizo (1914-70), donde se aprecia su posicionamiento a favor del Estilo tipográfico
internacional. El manual Typographie fue publicado en alemán, inglés y francés en 1967,
ayudando a propagar a nivel mundial dicho estilo. Se convirtió pues, en un texto básico
para el diseño gráfico y la tipografía en Europa y Norte América.
Comentario a su texto
En primer lugar Ruder habla de la interrelación de función y forma, con lo que quiere
transmitir la idea de que no es fácil obtener el equilibrio correcto entre ambas dado que,
si una de las dos se debilita -aunque sea mínimamente-, se corre el riesgo de que la sobrepase la otra. Después habla de los espacios no impresos y de cómo éstos tienen un
valor propio, del que se hace un uso deliberado en la tipografía.
También hace referencia al concepto de Diseño “global”, con el que transmite la idea de
que todas aquellas publicaciones que contienen cierta cantidad de páginas requieren de
un diseño sistemático, que no puede limitarse a una página sola sino que debe aplicarse
a la publicación en su totalidad. También recuerda la gráfica y papelería de una empresa,
que debería estar diseñada a partir de un sistema global. Habla de la Grilla, con la que
dice debería diseñarse todo impreso en el que hay variaciones frecuentes de texto, epígrafes e ilustraciones de distintos tamaños. El texto viene a mostrar la bondad del uso de
la grilla ya que en este caso también supone de nuevo el diseño bajo sistema, un diseño
global correcto y congruente.
Además Ruder habla de la comparación entre los textos escritos e impresos. La comunicación de unos y otros nunca será la misma y el intento por conseguirlo sería un fracaso ya que el carácter escrito es personal, subjetivo, espontáneo e irrepetible, mientras
que el carácter impreso, es neutral, objetivo, universal e impersonal. Finalmente hace
mención a la tipografía en el trabajo pictórico. A diferencia del arte oriental, donde la
ilustración y el texto son un todo indivisible, en occidente conseguir esta combinación
armónica entre ilustración y tipografía resulta difícil, convirtiéndose por tanto en una de
las tareas superiores del tipógrafo contemporáneo.
Así pues, a través de la explicación de estas normas y conceptos (cada uno siempre con
la ayuda de un ejemplo), deja claro que la tipografía es un medio para ordenar, una expresión de la era del orden y la precisión técnica. Primero se han de cumplir unas estipulaciones básicas (cantidad de texto, espacio, etc.) para conformar una buena estructura
y después viene la forma. Se aprecia por tanto, su punto de vista y su apoyo a la “tipografía suiza”.
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“El diseño del orden”
Dieter Rams, “Omit the unimportant” (1984).
‘Omit the unimportant’ refleja la filosofía del autor en lo que a diseño se refiere. Diseñador, arquitecto y ebanista alemán, Dieter Rams fue una figura clave en el renacimiento
del diseño funcionalista del mismo origen (die gute Form) de finales de la década de
1950 y 1960. Entró a trabajar en la compañía Braun, pasando a ser jefe del equipo de
diseño. Influyó enormemente en la dirección estilística de la marca y en numerosos diseñadores, a través de su ética “menos, pero mejor” (,,Weniger, aber besser”). Estableció
los 10 principios del buen diseño y, según él, la única empresa actual que sigue rigurosamente estos principios es Apple.
Comentario a su texto
Cada producto industrial sirve para un objetivo específico. La gente compra un producto
por sus funciones específicas, su diseño debe cumplir las expectativas de la función del
producto (el diseño tiene que ir en función de la función). Este aspecto de la funcionalidad no debería verse de manera tan estrecha y puritana como se ha visto en los últimos
años.
Uno de los principios del diseño es omitir lo no importante para enfatizar lo importante.
Debemos descubrir nuevamente el entorno y volver a los aspectos simples. Los productos deben ser lo más neutrales y abiertos posible, dejando sitio a la autoexpresión de
quienes lo utilizan. El buen diseño es el menor diseño posible, cuanto menos diseño mejor. Obtener formas armónicas utilizando medios simples es una tarea difícil. Las formas
innecesarias y complicadas son una autoexpresión del diseñador en lugar de expresar
las funciones del producto de manera sencilla. Es la manera de diseñar de la filosofía
Braun. Los productos de Braun eliminan lo superfluo para enfatizar lo más importante.
Los objetos emiten señales a la mente y a las emociones. Estas señales crean sensaciones, pero lo más importante es que el objeto comunique su uso. Como dice Rams, su
propia experiencia se resume en:
1.- Los objetos tienen que diseñarse de manera que su función y atributos sean directamente entendidos.
2.- Cuantas menos oportunidades demos a la creación de diseño informativo, más servirá el diseño para evocar respuestas emocionales.
“La alternativa es volver a la simplicidad. Para ello es necesaria la participación no sólo
de diseñadores, sino también de todos aquellos involucrados en el desarrollo de nuevos productos. Los diseñadores tendríamos que trabajar juntos y no parar aquí, sino ir
más allá, transmitir/expresar lo que llevamos dentro en concretos objetos tridimensionales. Las tendencias agresivas del entorno y la sociedad actual van ganando impulso y
contrarrestan las ideas de para que se creó el diseño. El diseño es el esfuerzo de hacer
los objetos útiles para las personas. Es algo más racional que irracional, optimista y
proyectado hacia el futuro. El método del diseño es ser firme y progresivo. En un mundo actual menos natural y cada vez más artificial y comercial, el valor y la utilidad del
diseño aumenta. Por eso aquí el trabajo de los diseñadores puede contribuir a conducir
hacia una existencia más humana en el futuro”.
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“El diseño del orden”
Gui Bonsiepe, “Educación para el diseño visual” (1965).
Gui Bonsiepe (Alemania 1934), es un diseñador industrial que estudió y posteriormente
enseñó en la Escuela de Ulm, Alemania. Bonsiepe afirma que el diseño no cuenta con un
cuerpo teórico propio, sino que toma prestadas teorías de otras disciplinas y las adapta al contexto del diseño. Sin embargo, promueve la madurez de la disciplina para que
cuente con un cuerpo teórico sustentable que eleve al diseño al nivel de las ciencias
sociales, ciencias exactas y las artes. Bonsiepe tiene una influencia fuerte en el diseño
latinamericano (Chile, Argentina, Brasil) donde emigró tras el cierre de las puertas de la
Escuela de Ulm. Más tarde se mudaría a EEUU, donde trabaja en el campo del Diseño
de información. Actualmente vive en Argentina.
El texto ‘Educación para lo visual’ nos muestra una parte de su texto publicado en la revista de la Escuela Ulm, el cual nos habla del rol del diseñador y las responsabilidades del
diseño para con la sociedad.
Comentario a su texto
Bonsiepe hace referencia a la Bauhaus para explicar el verdadero origen del diseño, ya
que es a través de esta escuela cuando por primera vez se formula la idea de humanizar
el entorno basado en la tecnología y la industria moderna como verdadero objeto del
diseño, como verdadera tarea del diseñador. Bonsiepe se apoya en Ruskin y en cómo
éste último sentía que la miseria estética era una expresión de la miseria social y, que al
mejorar el mundo estéticamente, se mejoraría dicho mundo. Bonsiepe añade a esta cita,
que ya se podría haber alzado como derecho humano, el derecho a un entorno humano,
a un entorno ordenado y funcional.
El autor trata de definir el diseño y ubicarlo en cuanto a materia de aprendizaje, para lo
cual utiliza como ejemplo la Escuela de Ulm. Según Bonsiepe, al diseño no se le reconoce su derecho a la autonomía ni desde el mundo de las artes ni desde el de las ciencias.
Y por tanto, la Ecuela de Ulm también se mueve en un terreno intermedio entre quienes
quieren hacer del diseño un arte y quienes quieren hacer de él una ciencia. No obstante
Bonsiepe establece una diferencia entre artista y diseñador: El diseñador intenta mejorar
el entorno humano mientras que el artista demuestra el efecto del mundo sobre el individuo. El artista interpreta; el diseñador no. Según él, el arte, subjetivo, individual, es el
área de la experiencia estética y aunque por supuesto exista estética en el diseño no se
impone ésta a la labor del diseñador. Además el diseño tiene una ética. Bonsiepe afirma
que el diseño está pensado para la vida y no para la destrucción , por lo que no considera diseño, en ningún caso, el planeameinto de los sistemas de armamento y defensa.
Bonsiepe quiere dejar claro con este texto, cómo debe ser entendido y aplicado el
diseño visual y cómo debe ejercer la figura del diseñador visual. Sobre todo, hace hincapié en la educación en este tipo de diseño para lo cual habla también del enfoque
de la Escuela de Ulm como centro de enseñanza del diseño. Alude al diseño visual y a
su enseñanza desde Ulm con un enfoque esencialmente nuevo. Enfoque que integra la
industria de la comunicación (la cinematografía, la televisión, la radiodifusión y la industria
editorial) pero sin formar parte de las posibles farsas que dentro de ella se puedan dar.
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“El diseño del orden”
En primer lugar hay que distinguir entre comunicación visual y publicidad, ya que no toda
comunicación tiene el fin de persuadir ni una motivación primordialmente económica.
Por otro lado, asume que la publicidad está vinculada al poder económico. Esto puede
significar algo bueno o malo, dependerá de las intenciones subyacentes, de la manera
en la que se haya realizado. En medio de todo esto se encuentra el diseñador visual. Según Bonsiepe, la labor del diseñador no es tener prejuicios ni cerrarse a consideraciones
negativas de la publicidad y abrirse solo a aspectos educacionales. Ha de consideralo
todo, sin sucumbir a ningun enfoque en concreto, mas que el de responsabilidad social
como figura representante de la cultura visual de su sociedad.
Para Bonsiepe, la educación, encargada de preparar al diseñador visual, ha de ser la
herramienta para no hacer a los futuros diseñadores inclinarse hacia ningún lado de la
balanza y a mantenerse firme en su resposabilidad social. Por ejemplo, para no dejarse
llevar por la dinámica actual de la enorme rotación de productos en el mercado. Por otro
lado como decía, la comunicación no persuasiva (sistemas de señales para tránsito y
para información en las máquinas, el mundo de la comunicación con fines educativos,
etc.) también es contemplada desde la Escuela de Ulm. Esto se une a la idea anterior, y
es que la educación en el diseño visual ha de tener el fin de formar profesionales generales, que tengan la capacidad de pensar de manera global, integral, que no discriminen
nada y sepan adaptarse a lo que se les presente, pero con el suficiente criterio como
para saber decidir y no dejarse llevar.
Conclusiones
Todos los textos plasman la importancia de la función del producto, comunicación,
tipografía, espacio, etc. como algo fundamental en el diseño. Esto no significa que la
estética sea menos importante pero, según los textos y los autores analizados, no debe
“tapar” la función o hacer que ésta sea menos clara o evidente. El diseño de un objeto es en primer lugar para que ese objeto realice una función, el de una tipografía para
que dicha tipografía, de una manera más o menos bonita, se pueda leer y así con cada
elemento diseñado.
Para ello, el diseñador debe basarse en los aspectos simples y neutrales de las cosas
a la hora de diseñar, para que el el resultado del objeto, espacio o comunicación y su
función sea lo más claro posible, dejando que sea el usuario el que lo interprete. El diseñador a su vez, ha de redescubrir el entorno con estos ojos simples, puros y neutrales y
diseñar para mejorarlo, para humanizarlo. Su labor engloba por tanto, una responsabilidad para con la sociedad. El diseñador debe tener una mente abierta, considerar todo
enfoque, no discriminar ni tener consideraciones negativas hacia extremos como algunas
tendencias actuales del mercado de crear para destacar más y vender más; pero tampoco ha de dejarse llevar por ellos. Ha de mantenerse firme y bajo esa responsabilidad
social recordar que el diseño es el útil que puede hacer estar por encima de los extremos para finalmente mejorar nuestra existencia.
Esta mentalidad global e integral hace del diseño y del diseñador un mundo no individual
sino al revés, sumamente participativo, un mundo que incita a la colaboración por parte
de todas las personas que lo rodean.
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