Eucaristía Día del Maestro 1 – Monición. “Educar es una de las artes más apasionantes de la existencia, y requiere permanentemente ampliar horizontes, recomenzar y ponerse en camino de modo renovado. Además nos cuestionan todos los días las necesidades de un mundo cambiante y acelerado. Hay que vencer el cansancio, superar malestares, medir las fuerzas ante el desgaste del trabajo. Necesitamos el bálsamo de la esperanza para continuar; y la unción de la sabiduría, para restaurarnos en una novedad que asuma lo mejor de nuestra tradición, y para saber reconocer aquello que hay que cambiar, que merece ser criticado o abandonado. El tiempo nos hace humildes, pero también sabios, si nos abrimos al don de integrar pasado, presente y futuro en un servicio común a nuestros niños. Educar en la búsqueda de la verdad, entonces, exige un esfuerzo de armonización entre contenidos, hábitos, y valoraciones; un entramado que crece y se condiciona juntamente, dando forma a la propia vida. Para lograr tal armonía no basta la información o la explicación. Lo meramente descriptivo o explicativo aquí no lo dice todo, si está solo se esfuma. Es necesario ofrecer, mostrar, una síntesis vital de ellos… Y eso sólo lo hace el testimonio. Entramos así en una de las dimensiones más hondas y bellas del educador: la testimonial. El testimonio es lo que unge “maestro” al educador y lo hace compañero de camino en la búsqueda de la verdad. El testigo, que con su ejemplo nos desafía, anima, acompaña, deja caminar, equivocarse y aun repetir el error, para crecer. Educar en la búsqueda de la verdad exigirá de ustedes, queridos docentes, aquella actitud a la que me referí más arriba: “saber dar razón”, pero no sólo con explicaciones conceptuales, con contenidos, sino conjuntamente con hábitos y valoraciones encarnadas. Será maestro quien pueda sostener con su propia vida las palabras dichas. Esta dimensión de alguna manera estética de la transmisión de la verdad, -estética y no superficialmente esteticista-, transforma al maestro en un ícono viviente de la verdad que enseña. Aquí belleza y verdad convergen. Todo se vuelve interesante, atractivo, y suenan por fin las campanas que despiertan la sana “inquietud” en el corazón de los chicos. El educador, al acompañar en la búsqueda, ofrece un marco de contención que, sin quitar la libertad, despeja el miedo y alienta en el camino. Él también, como Jesús, debe unir la verdad que enseña, cualquiera sea el ámbito en que se mueva, con el testimonio de su vida, en íntima relación al saber que enseña. Sólo así el discípulo puede aprender a escuchar, ponderar, valorar, responder… aprender la difícil ciencia y sabiduría del diálogo. Dialogar es cosa de los caminantes. Ésta es otra dimensión fundamental en la búsqueda de la verdad: no temer la cercanía, tan distante de la distancia cortés y de la promiscuidad. La distancia deforma las pupilas porque nos vuelve miopes en la captación de la realidad. Sólo la cercanía es portadora de esa objetividad que se abre a una mayor y mejor comprensión. En el trato personal la cercanía es proximidad: la persona que está al lado es “prójimo” y pide que nos hagamos “prójimo”. El educador que “enseña” a no tener miedo en la búsqueda de la verdad es, en definitiva, un maestro, testigo de cómo se camina, compañero de ruta, cercano, alguien que se hace prójimo. Sabemos que los educadores cristianos y especialmente los educadores en la Fe, tienen una gran historia misionera en nuestra región y debemos responder al reto de nuestros tiempos, 1 anunciar a Cristo en medio de la indiferencia religiosa que nos rodea, a seguir con esperanza nuevos caminos, que conduzcan a otro modo de ser discípulos, a ser verdadera comunidad a ser Iglesia viva en Cristo, por Cristo y para Cristo. Que nuestro trabajo pedagógico encuentre en los métodos, en la organización, en los proyectos, educativos las líneas pastorales de nuestro obispo, para que siga siendo de instrumentos de calidad basados en el Evangelio. Atrevámonos a hacer de la educación una misión de amor con el corazón de testigo y el alma de profeta, dispuestos a ayudar a reconstruir nuestro mundo y transformarlo en un mundo de hermanos con olor a justicia y sabor a Reino de Dios.” SS. Francisco 2- Liturgia de la Palabra Monición Vamos a escuchar la Palabra de Ella nos hará comprender y valorar el motivo que hoy nos reúne fraternalmente. Abramos la mente y el corazón a su mensaje. Lectura del libro del Eclesiástico 39, 6-14. Si el gran Señor así lo desea, será colmado del espíritu de inteligencia: derramará como lluvia sus sabias palabras y celebrará al Señor con su plegaria; dirigirá rectamente su consejo y su ciencia y reflexionará sobre los secretos de Dios; con su enseñanza hará brillar la doctrina y se gloriará en la Ley de la Alianza del Señor. Muchos alabarán su inteligencia, que nunca caerá en el olvido; su recuerdo no se borrará jamás y su nombre vivirá para siempre. Las naciones hablarán de su sabiduría y la asamblea proclamará su alabanza. Si vive largo tiempo, tendrá más renombre que otros mil; si entra en el reposo, eso le bastará. Himno a la Sabiduría y a la obra de Dios Voy a seguir exponiendo mis reflexiones, porque estoy colmado como la luna llena. Escúchenme, hijos santos, y crezcan como rosal que brota junto a la corriente de agua. Exhalen suave fragancia como el incienso y florezcan como el lirio; derramen aroma y entonen un canto, bendigan al Señor por todas sus obras. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo 112 (111): Al salmo respondemos: Tu enseñanza es fuente de alegría Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es bendecida. Tu enseñanza es fuente de alegría En su casa habrá abundancia y riqueza, La generosidad permanecerá para siempre. Para los buenos brilla una luz en las tinieblas: Él es Bondadoso, el Compasivo y el Justo. Tu enseñanza es fuente de alegría 2 Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. No tendrá que temer malas noticias: su corazón está firme, confiado en el Señor. Su ánimo está seguro, y no temerá, Aun hasta que vea la derrota de sus enemigos. Tu enseñanza es fuente de alegría Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. El malvado, al verlo, se enfurece, rechinan sus dientes y se consume; pero la ambición de los malvados se frustrará. . Tu enseñanza es fuente de alegría Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 18,1-5 En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: « ¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?». Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Palabra del Señor 3 - Oración de los fieles A cada intención, respondemos: Tu Palabra Señor es mi alegría. Te pedimos por tu Iglesia, para que nunca deje de proclamar con fidelidad el mensaje de la salvación, oremos, -Por los Obispos, sacerdotes y diáconos, para que se preocupen constantemente en acrecentar la fe en el pueblo a ellos confiados, oremos, -Por los Maestros, para que perseveren con confianza y alegría en la tarea de acompañar y educar a los niños mientras crecen, oremos, -Por los niños de nuestras comunidades educativas, para que gracias al ejemplo y la palabra de sus maestros, puedan 3 descubrir también la belleza del rostro de Cristo, y se entusiasmen en su seguimiento, oremos, -Para que en nuestras comunidades educativas el Evangelio sea el principio inspirador de todas nuestras actividades, y así hagamos brillar tu Luz en nuestro tiempo. oremos, 4- Presentación de las ofrendas LUZ Te presentamos, Señor, esta luz signo de que la fe del bautismo va siendo custodiada y va creciendo en el seno de nuestras instituciones educativas. FLORES Te ofrecemos Señor estas flores, lo más hermoso de nuestros campos. Representan a nuestros compañeros educadores en la fe, los estudiantes y sus familias que son lo más hermoso razón de ser del campo educativo. PAN Y VINO Recibe, Señor, el pan y el vino que en esta Eucaristía se convertirán en el Cuerpo y en la sangre del Señor, en alimento y fuente de amor para todos los educadores del país. 5- CEREMONIA DE ENVÍO Guía: Queridos hermanos: La misión diocesana apunta a despertar un nuevo fervor misionero en una Iglesia cada vez más arraigada en la fuerza y el poder perenne de Pentecostés. Por el bautismo, todos hemos sido llamados a trabajar con todas nuestras fuerzas en la misión salvífica de la Iglesia. Hoy somos llamados a salir fuera de las fronteras de nuestras oficinas, de las Instituciones Educativa de los grupos, comunidades, parroquias, incluso de nuestra diócesis, en la entrega y servicio del Evangelio, para vivenciar la providencia de Dios para con su Iglesia. Antes de ser enviados Señor, te dirigimos esta plegaria símbolo de agradecimiento por tu infinito amor y bondad al caminar junto a nosotros como lo hiciste con los Discípulos de Emaús. Salmo (Compartido, a dos coros,) Señor Jesús, eres luz para mi camino. Eres el Salvador que yo espero. Tú eres La defensa de mi vida. ¿Quién me hará temblar? Lo sé de sobra Señor: seguirte es duro; ¡Hay tantas cosas fáciles de conquistar a mi lado! Yo sé, Señor, que si me dejo llevar por ellas, Me amarrarán hasta quitarme la libertad que busco. Yo sé que si te sigo y me fío de ti, los obstáculos del camino caerán como hojas de otoño. 4 Aunque el dinero y el placer me rodeen como un ejército, Mi corazón, Señor Jesús, no tiembla. Aunque la publicidad fácil me declare la guerra Y mis ojos encuentren en cada esquina Una llamada a perder mi dignidad humana, Mi corazón dirá que no, porque en ti me siento tranquilo. Una cosa te pido, Señor, y es lo que busco: Vivir unido a ti, tenerte como amigo y refugiarme en Ti. En la tentación guárdame Señor como el paraguas de la lluvia; Escóndeme en un rincón de tu tienda y así me sentiré seguro como sobre roca firme. Señor Jesús, escúchame, que te llamo. Ten piedad. Respóndeme, que busco tu rostro. Mi corazón me dice que tú me quieres, y estás presente en mí, Que te preocupas de mis problemas como un amigo verdadero. Busco tu rostro: no me escondas tu rostro. No me abandones, pues tú eres mi Salvador. Dame la certeza de saber que aunque mi padre y mi madre me abandonaran. Tú siempre estarás fiel a mi lado. Señor, enséñame el camino, guíame por la senda llana. Yo espero gozar siempre de tu compañía. Yo quiero gozar siempre de tu Vida en mi vida. Espero en ti, Señor Jesús: dame un corazón Valiente y animoso para seguirte. Ayúdame a llevar tu luz para mi camino Y tu Palabra en mis labios permanentemente Jesús Maestro en ti confío. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo... Amén. Sacerdote: (pidiendo la bendición para los Maestros misioneros) Señor Jesús, que quisiste llamar para colaborar en la obra de la extensión de tu Reino a innumerables hijos e hijas de tu Iglesia, para que fueran mensajeros de tu amor entre los hombres y testimonio vivo de tu caridad: Concede a estos educadores misioneros tuyos que hoy se disponen a partir para anunciar tu Buena Noticia “más allá de las fronteras”, la gracia de ser apóstoles incansables al servicio de tu Reino. Fortalece su fe, para que puedan dar testimonio de tu amor, especialmente ante los que no creen en Ti. Robustece su esperanza, para que sepan contagiar alegría. Enciende su caridad, para que puedan consolar a los que sufren y ayudarles eficazmente. 5 Concédeles tu Santo Espíritu y hazlos dóciles a sus inspiraciones, para que, abandonando sus seguridades personales, sepan salir al encuentro de los que están alejados de Ti. (A continuación bendice el símbolo misionero puede ser: cruz, Rosario vela, agenda, Biblia, etc.) Sacerdote: Señor y Dios nuestro, tu qué quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, bendice (+) estas… que serán entregadas a estos hijos tuyos a los que llamaste a colaborar contigo en el anuncio de la Buena Noticia a través de la educación a todos los hombres. Por Jesucristo Nuestro Señor. Todos: Amén Oración (Maestros) Señor Jesucristo: Te entrego mis manos a Ti Señor, para trabajar con amor; te entrego mis pies, para seguir tu camino con decisión. Te entrego mis ojos, para ver las necesidades del mundo. Te entrego mi lengua para hablar, tus palabras de caridad. Mi alma es tuya, habítala, que allí crezca siempre tu amor; en confianza y fe en Ti, vive y ora siempre en mí. Amén Canto final: SOIS LA SEMILLA 6
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