C M Y CM MY CY CMY K Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics Revista Científica de la Fundación Española de Dietistas - Nutriconistas Miembro de: ICDA: Confederación Internacional de Asociaciones de Dietistas. EFAD: Federación Europea de Asociaciones de Dietistas. AIBAN: Alianza Iberoamericana de Nutricionistas. FESNAD: Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética. COMITÉ EDITORIAL Editora Jefe: Iva Marques-Lopes Universidad de Zaragoza, España. Editores: Eduard Baladia Centro de Análisis de la Evidencia Científica FEDN, España. Rodrigo Martínez-Rodríguez Universidad de Granada, España. Editora Honoraria: Nahyr Schinca Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas, España. CONSEJO EDITORIAL EJECUTIVO Nutrición básica y aplicada: Alfredo Martínez (coordinador) Universidad de Navarra, Pamplona, España. Itziar Zazpe García Universidad de Navarra, Pamplona, España. 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PATRONATO DE LA FEDN (2015) Giuseppe Russolillo (Presidencia) Yolanda Sala (Vicepresidencia) Nahyr Schinca Martina Miserachs Maria Casadevall Antonio Valls (Asesor legal y secretaría del patronato) CONSEJO GENERAL DE DIETISTAS-NUTRICIONISTAS DE ESPAÑA COMISIÓN EJECUTIVA PLENO Presidencia Alma Palau Secretaría Mª del Rocío Práxedes Gómez Representantes de los Colegios Profesionales Mónica Herrero Martínez (Aragón) Mª del Mar Navarro López (Castilla La Mancha) Carlos Ferrando Ramada (C. Valencia) Manuel Moñino Gómez (Baleares) Ana Carmen Huarte Lakunza (Navarra) Ingortze Zubieta Aurtenche (Euskadi) Tamara Monedero Saiz (Región de Murcia) Representantes de las Asociaciones Profesionales Verónica Sánchez Fernández (Principado de Asturias) Judith S. 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Correo electrónico: [email protected] Depósito legal: B-17288-2011 ISSN (print): 2173-1292 • ISSN (online): 2174-5145 Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics Volumen 19 • Número 1 • Enero - Marzo 2015 www.renhyd.org SUMARIO EDITORIAL Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo? Eva María Trescastro López, Josep Bernabeu-Mestre pág. 1 - 3 ORIGINALES Validación de un método rápido para detectar nitratos en acelgas (Beta vulgaris cycla). Análisis de muestras españolas comercializadas en la región de Huesca y estimación de la ingesta diaria Susana Menal-Puey, Esther Asensio pág. 4 - 11 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social Ivan Armando Osuna-Padilla, Sonia Verdugo-Hernandez, Gabriela Leal-Escobar, Ignacio Osuna-Ramirez pág. 12 - 20 Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador Patricio Ramos-Padilla, Tannia Carpio-Arias, Verónica Delgado-López, Verónica Villavicencio-Barriga pág. 21 - 27 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile Pablo Antonio Valdés-Badilla, Nataly Yicel Vergara-Coronado, Daniela Suazo-Poblete, Andrés Godoy-Cumillaf, Tomás Herrera-Valenzuela, Samuel Durán-Agüero pág. 28 - 35 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino María González-Neira, Ismael San Mauro-Martín, Belén García-Angulo, Diana Fajardo, Elena Garicano-Vilar pág. 36 - 48 ESPECIAL El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España Eva María Trescastro-López pág. 49 - 55 Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics Volume 19 • Issue 1 • January - March 2015 www.renhyd.org CONTENTS EDITORIAL Functional foods: need or luxe? Eva María Trescastro López, Josep Bernabeu-Mestre pág. 1 - 3 ORIGINAL ARTICLES Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake Susana Menal-Puey, Esther Asensio pág. 4 - 11 Nutritional status in mexican elderlys: comparative study between groups with different social assistance Ivan Armando Osuna-Padilla, Sonia Verdugo-Hernandez, Gabriela Leal-Escobar, Ignacio Osuna-Ramirez pág. 12 - 20 Overweight and obesity in school-age children and teenagers of a urban area of Riobamba city, Ecuador Patricio Ramos-Padilla, Tannia Carpio-Arias, Verónica Delgado-López, Verónica Villavicencio-Barriga pág. 21 - 27 Anthropometric profile and habits of physical activity of a school students Mapuches rural Temuco, Chile Pablo Antonio Valdés-Badilla, Nataly Yicel Vergara-Coronado, Daniela Suazo-Poblete, Andrés Godoy-Cumillaf, Tomás Herrera-Valenzuela, Samuel Durán-Agüero pág. 28 - 35 Nutritional and body composition assessment and its relationship with athletic performance in a women’s soccer team María González-Neira, Ismael San Mauro-Martín, Belén García-Angulo, Diana Fajardo, Elena Garicano-Vilar pág. 36 - 48 SPECIAL ARTICLE The role of international health movement in the development of the Dietitian and Nutricionist profession in Spain Eva María Trescastro-López pág. 49 - 55 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 1 - 3 Freely available online OPEN ACCESS Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics www.renhyd.org EDITORIAL Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo? a, a Eva María Trescastro-López *, Josep Bernabeu-Mestre a Grupo Balmis de Investigación en Salud Comunitaria e Historia de la Ciencia, Universidad de Alicante, España. *[email protected] Recibido el 18 de febrero de 2015; aceptado el 24 de marzo de 2015. CITA Trescastro-López EM, Bernabeu-Mestre J. Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo? Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 1 - 3. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.153 Como ocurre en otros ámbitos de la actividad científica, también en el campo de la nutrición humana y la dietética se asiste al fenómeno de las modas. Precisamente, en el campo de la nutrición actualmente uno de los temas “de moda” son los alimentos funcionales. A lo largo de la historia, las recomendaciones o pautas de carácter dietético han estado muy relacionadas, no sólo con los avances de la ciencia de la nutrición, sino también con el concepto de salud vigente en cada momento histórico1–4. De hecho, los alimentos funcionales deben abordarse en el marco de la evolución que ha mostrado la dietética, y desde que se empezaron a establecer las primeras pautas, se fueron produciendo –y se siguen produciendo– cambios importantes en las propiedades nutritivas consideradas y en los criterios utilizados para determinar la adecuación de las dietas5. Durante la primera mitad del siglo XX, el enfoque de los nutricionistas se había centrado en los nutrientes esenciales, aquello que denominaríamos la nutrición adecuada, mientras que durante la segunda mitad del siglo XX, además de insistir en la importancia de una alimentación adecuada en la prevención de determinados problemas de salud, el interés se empezó a orientar progresivamente hacia los com- puestos bioactivos de los alimentos y el papel de la alimentación en la promoción de la salud, lo que conocemos como nutrición óptima, al reconocer que la dieta iría más allá de su mera contribución nutricional5. Pero el concepto de alimento funcional que emergió como uno de los primeros pasos en la búsqueda de una nutrición óptima y personalizada, enfocada a la promoción integral de la salud y a la reducción del riesgo de ciertas enfermedades, no goza todavía de consenso científico. Los efectos beneficiosos de muchos alimentos funcionales son, por el momento, especulativos, aunque empiezan a consolidarse evidencias científicas sobre las propiedades de ciertos grupos de alimentos funcionales. De hecho la Dieta Mediterránea proporciona numerosos y variados alimentos funcionales: frutas, verduras, legumbres, hortalizas, pescados, lácteos fermentados, aceite de oliva virgen y, en cantidades moderadas, frutos secos6. Así pues, desde su formulación el concepto de alimento funcional ha estado rodeado de controversias que conviene recordar7, algunas de ellas de carácter conceptual. El origen de los alimentos funcionales formaba parte de una estrategia para mejorar la calidad de vida, especialmente de la población anciana, y muy en la línea del marketing, Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ DOI: 10.14306/renhyd.19.1.153 1 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 1 - 3 2 Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo? pasaron a formar parte del arsenal de “alimentos fortificados con ingredientes capaces de provocar efectos beneficiosos para la salud”. Sin embargo no deben confundirse con los alimentos enriquecidos, suplementados o propiamente fortificados, ya que en estos últimos la adición de nutrientes busca aumentar su valor nutritivo, pero no va más allá, en el sentido de pretender mejorar la salud de la población a la que se destina, excepto en las consecuencias que se derivan de una mejor adecuación de las necesidades nutritivas. A pesar de todo, la frontera entre ambos grupos de alimentos no siempre está bien definida, y así la adición de nutrientes como el calcio, zinc, o vitaminas antioxidantes puede aportar ambos valores: el nutricional no funcional y el funcional. Pero es sobre todo en el balance coste/beneficios7-8 donde probablemente se sitúan la mayor parte de las controversias y donde procede plantear la pregunta ¿Necesitamos realmente alimentos funcionales? Nadie pone en duda que una alimentación desequilibrada supone una factor de riesgo para la aparición de ciertas enfermedades y que, por el contrario, una alimentación adecuada puede aportar un efecto protector para la salud. Sin embargo, no existe tanto consenso, cuando se plantea si una combinación específica en cantidad y calidad de los alimentos que ingerimos es suficiente para alcanzar los beneficios extra que en un principio cabría otorgar a los alimentos funcionales. Si la respuesta es negativa, ya tenemos justificada la necesidad de complementar una dieta equilibrada con algunos alimentos o componentes de los mismos con efectos específicos y positivos para la salud. Sin embargo, también podemos contemplar la cuestión desde otra perspectiva. Si admitimos la importancia de la alimentación en el mantenimiento de una buena salud, y el efecto negativo que los malos hábitos alimentarios ejercen sobre la misma, para alcanzar el objetivo de una alimentación y nutrición saludables, nos podemos encontrar, básicamente, ante dos posibles estrategias. La primera, quizás la más razonable, insistir en la práctica de hábitos alimentarios correctos. Frente a ella, y en particular cuando los resultados o el impacto de la promoción de dichas prácticas saludables no son los esperados, intentar mejorar la salud introduciendo cambios en la composición de los alimentos, tal como se pretende con los alimentos funcionales. ¿Se está imponiendo la estrategia de los alimentos funcionales frente a la de la promoción de hábitos alimentarios saludables? Si es así, ¿qué consecuencias se pueden derivar? Los nuevos estilos de vida son, al menos en parte, responsables de que un sector importante de la población haya abandonado unos hábitos de alimentación saludables que durante mucho tiempo han formado parte de nuestra tradición y cultura alimentaria. El ritmo de vida actual, la gran oferta de alimentos, la falta de tiempo para cocinar o las pocas ganas de hacerlo, unido a la falta de información y conocimiento en nutrición, hacen que se tomen decisiones erróneas en cuanto a la selección de los alimentos que se van a consumir. Traducido en términos alimentarios, nos encontramos ante un consumo excesivo de productos de origen animal y, por el contrario, ante una escasa ingesta de productos vegetales. Unos hábitos erróneos que adquieren la condición de factor de riesgo en algunos de los principales problemas de salud que definen el actual panorama epidemiológico, tal como ocurre con las enfermedades cardiovasculares o con el cáncer, dos de las principales causas de muerte en las sociedades desarrolladas como la nuestra. Para reducir su incidencia no tenemos ninguna duda acerca de la idoneidad de la promoción de hábitos alimentarios capaces de rebajar el consumo de grasas saturadas y de colesterol y aumentar el de fibra y antioxidantes (o reiterando lo que afirmábamos hace un momento, reducir el consumo de productos de origen animal y aumentar el de frutas y verduras). Por el contrario, sí que existen dudas cuando nos planteamos si pueden alcanzar el mismo objetivo los alimentos modificados, para hacerlos, por ejemplo, más cardiosaludables. Otra de las cuestiones polémicas que rodea a los alimentos funcionales es aquella que tiene que ver con los riesgos que pueden plantear estos productos desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. En principio estos alimentos han sido sometidos a estudios exhaustivos y uno de los requisitos para su comercialización es la demostración de que no provocan efectos tóxicos en el consumidor, a las dosis aconsejadas de consumo. Pero también en este aspecto, en lo referente a las dosis aconsejadas o aceptables, pueden resultar útiles los antecedentes históricos, en la medida en que nos pueden guiar en el camino a seguir7. Así ha ocurrido con ciertos aditivos alimentarios a los que estuvimos asignando una ingesta diaria admisible, y con posterioridad hemos descubierto sus efectos nocivos para la salud. Se impone aplicar siempre el principio de precaución, y evitar políticas de actuación que suponen asumir que quizás lo que hoy se aprueba dentro de unos años no se podrá sustentar. Los potenciales riesgos de los alimentos funcionales existen, no sólo cuando se utilizan en cantidades superiores a las recomendadas, sino también cuando su consumo pudiera interferir en un tratamiento farmacológico, o cuando no se tienen en cuenta recomendaciones paralelas de consumo. Se trata, en definitiva, de un tema complejo, porque el buen o mal uso de estos productos depende en última instancia del consumidor, y aquí surge una cuestión clave en todo el proceso de incorporación y difusión de los alimentos Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 1 - 3 3 Alimentos funcionales: ¿necesidad o lujo? funcionales: ¿hasta qué punto podemos pretender que el consumidor sea un experto en nutrición, capaz de interpretar correctamente la información que se aporta en el etiquetado o en la publicidad? La posible percepción equivocada por parte de los consumidores del verdadero efecto del alimento funcional puede suponer realmente un riesgo. Así, un consumidor con un problema de salud concreto puede llegar a creer que consumiendo todos los alimentos que el mercado le ofrece, bajo el eslogan de que le ayudarán a mejorar sus resultados, podría abandonar o descuidar su tratamiento de primera línea (ya sea farmacológico o dietético) e incluso permiten unas licencias que agravarían su estado de salud. Además, la actual preocupación, cuando no obsesión por la salud, puede complicar el consumo de alimentos funcionales, en la medida en que hace a los consumidores más vulnerables frente a mensajes sesgados en los que se exalten o exageren determinadas propiedades de un alimento o de un ingrediente, separándolos del contexto global de la dieta y del estilo de vida. Los consumidores son realmente sensibles a las alegaciones saludables de los alimentos y esto está llevando a que todos los sectores intenten buscar en sus productos algo que pueda resultar particularmente saludable, porque ¿qué alimento va a conformarse sólo con sus propiedades saludables? Alimentos funcionales, en su justa medida y con sentido común Si fuésemos capaces de desarrollar de forma adecuada la estrategia de promocionar hábitos alimentarios correctos, no sería necesario modificar los alimentos convencionales para alcanzar los efectos saludables que se atribuyen a los alimentos funcionales y, por tanto, en este sentido no serían imprescindibles, pero también hay que reconocer que en casos particulares y concretos pueden resultar, si no estrictamente necesarios, sí convenientes o incluso recomendables, siempre y cuando haya garantías suficientes en cuanto a su seguridad, inocuidad y eficacia9. No hay que olvidar tampoco que los alimentos nacieron pensando en las poblaciones de riesgo o afectadas por ciertas patologías, no para la población sana. Como indica la profesora Carmen Vidal Carou7, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, en cualquier caso, los alimentos funcionales no son una panacea y no deberían ser un recurso fácil para compensar dietas inadecuadas o insuficientes, aunque pueda ser más cómodo consumir un alimento funcional que dedicar la debida atención al conjunto de la dieta. La primera regla para una correcta alimentación sigue siendo una dieta suficiente, variada y equilibrada, que si es así ya incluirá los componentes funcionales propios de la naturaleza de los alimentos ingeridos. Dos serían, por tanto, los principales retos que plantean los alimentos funcionales. En primer lugar, obtener suficiente evidencia científica acerca de sus efectos y seguridad. A pesar del crecimiento en la demanda de este tipo de alimentos, la comunidad científica todavía se encuentra evaluando su idoneidad para la salud humana; sobre todo si consideramos su consumo a largo plazo. En segundo lugar, conseguir, como advierten las autoridades alimentarias y sanitarias de todo el mundo, que el consumo de estos alimentos sea, en cualquier caso, parte de una dieta equilibrada y en ningún caso un substituto de la misma. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Bernabeu-Mestre J, Esplugues-Pellicer JX. El para qué de una historia de la alimentación. En: Bernabeu Mestre J. et al (coords.). Investigación e Innovación Tecnológica en la Ciencia de la Nutrición. El abordaje de la malnutrición en el contexto de la cultura científica. Alicante: Editorial Club Universitario/ Red MeICyted; 2008. p. 7-120. Marañón Posadillo G. Prólogo. En: Martínez Nevot F. Ideas modernas sobre la alimentación. Su importancia en fisiología y patología. Madrid: Editorial Saturnino Calleja; 1923. p. 11-6. Menéndez Patterson MA. Historia del conocimiento científico de la Nutrición. Lección Inaugural del curso 2005-2006. Oviedo: Ediciones de la Universidad de Oviedo; 2005. Sastre Gallego A. Nutrición: historia y cultura. En: Juárez Iglesia M, Perote Alejandre, A (eds). Alimentos saludables y de diseño específico. Alimentos funcionales. Madrid: Instituto Tomás Pascual para la Nutrición y la Salud: 2010. p. 17-28. Bernabeu-Mestre, Esplugues J, Trescastro EM. Evolución histórica de las estrategias alimentarias y sus condicionantes. Alicante: Nunut Nutrididáctica; 2015. Gil Hernández A, Martínez de Vitoria Muñoz E. Dieta mediterránea: interés para la salud. En: Juárez Iglesia M, Perote Alejandre, A (eds). Alimentos saludables y de diseño específico. Alimentos funcionales. Madrid: Instituto Tomás Pascual para la Nutrición y la Salud: 2010. p. 187-97. Vidal Carou C. Balance riesgo/beneficio de los alimentos funcionales. En: Juárez Iglesia M, Perote Alejandre, A (eds). Alimentos saludables y de diseño específico. Alimentos funcionales. Madrid: Instituto Tomás Pascual para la Nutrición y la Salud: 2010. p. 159-71. Vidal Carou C. Alimentos funcionales. Algunas reflexiones en torno a su necesidad, seguridad y eficacia y a cómo declarar sus efectos sobre la salud. Humanitas. 2008; 24: 1-27. Menéndez Patterson MA. Avances científicos en nutrición y alimentación. En: Díaz Méndez C, Gómez Benito C (eds). Alimentación, consumo y salud. Barcelona: Obra Social/ Fundación La Caixa; 2009. p. 55-80. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Freely available online OPEN ACCESS Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics www.renhyd.org ORIGINAL Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake a, b Susana Menal-Puey *, Esther Asensio a Department of Animal Production and Food Science, Higher Polytechnic School, University of Zaragoza, Huesca, Spain. b Department of Analytical Chemistry, Higher Polytechnic School, University of Zaragoza, Huesca, Spain. *[email protected] Received: 06/06/2014; Accepted: 12/01/2015. Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake KEYWORDS Nitrate; Vegetables; Contamination; Dietary intake; Toxicological risk. ABSTRACT Introduction: This paper presents the validation of a rapid method for the determination of nitrate content in chard samples, in order to determine, during two periods (winter and summer of 2012), the current levels of nitrate in this typical vegetable, and the toxicological risk associated with this intake. Material and Methods: A rapid colorimetric determination of nitrate in chard samples by nitration of salicylic acid was validated. The validated method was applied to analyze the content of nitrate in 56 chard samples marketed in Huesca (Spain) and collected in winter and summer seasons, and the toxicological risk associated with the intake for adult and children population was evaluated. Results: The method was specific and robust enough for the required purposes. The main performance characteristics of the method were: limits of detection and quantitation of 0.29 mg L-1 and 0.59 mg L-1, respectively; recoveries from 80.0% to 107.4%; and coefficients of variation lower than 11.4%. The detected mean nitrate content was 2293 mg kg-1 and there was evidence of risk only for extreme consumers (adults and children), especially in winter period. Conclusions: A high percentage of chard samples with a considerable concentration of nitrate were found. Taking into account the estimated dairy intake of nitrate associated with them, it could be recommended to establish a regulatory limit of nitrate to chard, a vegetable of important consumption in Spain. Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ DOI: 10.14306/renhyd.19.1.110 4 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. Validación de un método rápido para detectar nitratos en acelgas (Beta vulgaris cycla). Análisis de muestras españolas comercializadas en la región de Huesca y estimación de la ingesta diaria PALABRAS CLAVE Nitratos; Vegetales; Contaminación; Ingesta diaria; Riesgo toxicológico. RESUMEN Introducción: En este trabajo se presenta la validación de un método rápido para la determinación del contenido de nitratos en muestras de acelga, con el fin de determinar durante dos periodos (invierno y verano de 2012) los niveles de nitratos en esta hortaliza típica y el riesgo toxicológico asociado con este consumo. Material y Métodos: Se validó un método para la determinación colorimétrica de nitratos en muestras de acelga basado en la nitración del ácido salicílico. Una vez validado el método, se aplicó para analizar 56 muestras de acelgas del mercado de Huesca (España) recogidas en las temporadas de invierno y verano, y se valoró el riesgo toxicológico asociado al consumo para la población española adulta e infantil. Resultados: El método fue específico y robusto para los fines requeridos. Las principales características del método fueron: límites de detección y cuantificación de 0,29 mg L-1 y 0,59 mg L-1, respectivamente; recuperaciones de 80,0% a 107,4%; y coeficientes de variación inferiores a 11,4%. El contenido medio de nitratos detectado fue de 2293 mg kg-1 y sólo hubo evidencia de riesgo para los consumidores extremos (adultos y niños), especialmente en el invierno. Conclusiones: Se encontró un alto porcentaje de muestras de acelgas con una concentración considerable de nitratos. Teniendo en cuenta la ingesta diaria estimada de nitratos asociada a ellas, se recomendaría establecer un límite reglamentario de nitratos en acelgas ya que es una hortaliza de consumo importante en España. C ITA Menal-Puey S, Asensio E. Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.110 INTRODUCTION Vegetables constitute the major source of dietary nitrates. The accumulation in plants varies widely between species, and there are several plants that possess higher tendency to accumulate nitrate1. Typically, leafy vegetables contain higher nitrate concentrations compared to roots and fruits. The nitrate content in vegetables may be influenced by factors related to the plant (variety, species and maturity), and to the environment (temperature, light intensity, fertilizers, water used, and deficiency of some nutrients)2. In this sense, there are many bibliographic references that report higher nitrate content in leafy winter vegetables compared to the summer crops. The significance of nitrate to human health derives from the fact that nitrate can be converted in vivo to nitrite which shows toxic effects3. In this regard, maximum limit concentrations of nitrate for certain vegetables (lettuce and spinach) are established by the European Union4. Nitrate levels in lettuce and spinach have been controlled a long time ago in countries of the European Union and around the World3,5–7, but there are few data about chard, one of the most widely consumed vegetables in Spain. Many analytical techniques as spectrophotometry, potentiometry, ion chromatography, polarography, capillary electrophoresis and high-performance liquid chromatography have been used for quantification of nitrates in vegetables samples8, but many of them have been often lengthy and expensive. Taking into account the above, the aim of this study was the validation of a rapid method for the determination of nitrate in chard samples, a typical vegetable of important consumption in Spain, in order to know, in a fast way, the current levels of nitrate in chard samples marketed in Huesca (Spain) and to determine the toxicological risk associated with this intake. 5 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. MATERIAL AND METHODS Reagents and Instrumentation Nitrate calibration standard solutions were prepared from a stock solution of 1000 mg L-1 of nitrate by Panreac (Barcelona, Spain) in distilled water and stored in capped amber vials at 4ºC. Salicylic acid 99% PS, sodium hydroxide PA-ACS-ISO and sulphuric acid 93-98% were supplied by Panreac (Barcelona, Spain). A separate blank was prepared by mixing 0.8 mL of sulphuric acid concentrated (93-98%), 19 mL of sodium hydroxide 2N and 0.25 mL of distilled water. The absorbance of samples was measured using a double beam UV/Visible scanning Spectrophotometer (Unicam UV/ Vis Spectrometer UV2). Samples Preparation The samples were acquired in local markets and large supermarkets of the Huesca region. A sample consisted of 1 kg of vegetable. Samplings were instructed to keep the samples and to take them to the laboratory to be prepared. Prior to analysis, non-edible parts of the sample were removed and the whole samples were chopped and frozen, before the analysis, they were homogenized in a blender while frozen. The nitrates content of chard was determined in two different periods (winter and summer). The first sampling was performed from October 1 to March 31, and the second from April 1 to September 30. Method validation Method optimization: The analytical method for the determination of nitrate in plant tissue was described by Cataldo et al.9 who proposed a colorimetric determination of nitrate in plant tissue by nitration of salicylic acid, after extraction with distilled water, phosphate buffer and centrifugation. Other authors proposed extraction of nitrate, only with hot water6,10 or methanol/water (30:70)11. Based on these works, and in order to get rapid analyses of chard, a simple extraction in distilled water was studied, without centrifugation proposed. Different temperatures and presence of agitation were considered. Absorbance of the complex formed by nitration of salicylic acid is directly proportional to the content of nitrate. Palomino et al.12 showed the absorption spectrum of the chromophore, in line with this work, two different wavelengths (410 nm and 430 nm) were tested. Specificity: On one hand, aqueous calibration curves (n=3) were constructed from several standard solutions at six concentrations of nitrate from 0.5 to 5.0 mg L-1; on the other hand, standard addition curves (n=3) were prepared from chard samples spiked from 1.5 to 5.0 mg L-1. To verify the absence of interfering substances, the slopes of the aqueous calibration and the standard addition curves were compared by applying an ANOVA test. A p-value < 0.05 was considered statistically significant. The aqueous calibration curves were employed to determine the nitrates level of chard commercial samples, when there were no significant differences. Calibration curves: Standard solutions at six concentrations including zero, spaced across the working range (0.5 to 2.5 mg L-1) were processed for six times, and calibration curves were constructed in order to know the linearity of the method. Slope and coefficient values (R) were measured. Detection and quantification limits: The detection and quantification limits were determined by analyzing ten blanks, corresponding to mean value plus three times and ten times the standard deviation, respectively. Repeatability and Reproducibility: Repeatability and reproducibility of the analytical method were assessed. The analyses of each level of the aqueous calibration curves were performed in triplicate on three successive days, and the coefficient of variation for intra-day and for inter-day assays were valuated. In the same way, repeatability and reproducibility of spiked samples (1.5 to 5.0 mg L-1) were analysed. Accuracy: For the period in which samples were examined, nitrate reference test materials were no available (spinach, lettuce), so it was decided to fortify real samples. Chard leaves samples were spiked with four different points of fortification, including zero (1.5 to 5.0 mg L-1), and subjected to extraction process proposed in this paper. Accuracy was evaluated by the comparison of the theoretical values of the nitrate spiked samples and the values obtained in triplicate. The analytical method was considered accurate if the recovery percentages obtained were within 80–110%13. Stability: The solution of salicylic acid may be unstable9. In order to check this fact, some extracts of chard samples (n=3) were analysed using the solution prepared just at the moment of analysis and results were compared to those carried out with solutions prepared one week before (n=3). The acceptance criterion was a response between 95% and 105% of the initial one14. Dietary exposure estimates The daily intake of nitrate through chard was calculated from the median concentration of nitrate in samples and 6 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. the weight consumed. In this work, the daily consumption data from Spanish population analyzed (children 7-12 years, adults and extreme consumers) came from the Spanish Food Safety Authority15. RESULTS Validation of Analytical Method Experimental and instrumental conditions were optimized to get a rapid method to determine nitrate in chard. Two different wavelengths (410 nm and 430 nm) were tested in order to determine the best absorption conditions (Figure 1). As can be seen, the complex formed absorbed maximally at 410 nm. The calibration curve obtained at 410 nm presented better sensitive (slope 0.0785 versus 0.0614) and less uncertainty in their values so, it was decided to work at this wavelength. All the changes made to the initial proposed method were shown in Table 1. As can be observed, experiments showed better nitrate extraction if samples (fresh or defrosted) were mixed with distilled water, stirred and heated (70ºC). The final analysis protocol was as follows. The sample (1.5 g) was weighed and transferred into a 100 mL beaker and 50 mL of distilled water were added. The beaker was placed on a stirred hotplate for 30 minutes without boiling (70ºC) and finally adjusted up to 50 mL with distilled water in a volumetric flask. After filtration, an aliquot of 0.2 mL was transferred to a test tube and mixed thoroughly with 0.8 mL of salicylic acid 5% (w/v) in sulphuric acid (93-98%). After 20 minutes at room temperature, 19 mL of sodium hydroxide 2N were added to raise the pH above 12. The samples were cooled at room temperature and absorbance was measured at 410 nm. Specificity study was shown in Figure 2. The slopes of both, aqueous calibration curves (standard solutions of nitrate from 0.5 to 5.0 mg L-1), and standard addition curves Figura 1. Calibration curves at 410 nm and 430 nm. Tabla 1. List of experiments that were carried out to get faster analysis. Sample Temperature Stirring Weight(g) Nitrate (mg kg-1) Exp1 fresh 70 ºC Yes 1.5 2704.9 Exp2 fresh 70 ºC No 1.5 2468.5 Exp3 defrosted 25 ºC No 1.5 1696.8 Exp4 defrosted 25 ºC Yes 1.5 2236.9 Exp5 defrosted 70 ºC Yes 1.5 2702.8 7 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. (extracts of chard samples spiked from 1.5 to 5.0 mg L-1), were compared by applying an ANOVA test, there were no statistically significant differences between slopes (p > 0.05) so, no matrix effect was observed. same way, spiked samples (1.5 to 5.0 mg L-1) were analysed, and these values were from 0.2% to 4.6% and from 1.7% to 8.7%, respectively (Table 2). All coefficient of variation were lower than 15% 13. The detection and quantification limits (mean plus three times and ten times the standard deviation), were 0.29 mg L-1 (967 mg kg-1) and 0.59 mg L-1 (1833 mg kg-1), respectively. The accuracy study showed recovery percentages from 80.0% to 107.4%, and a degradation phenomenon was observed during storage of one week at 20ºC in darkness, with a response of 86.1% of the initial one. Repeatability and reproducibility of the analytical method were assessed. The analyses of each level of the aqueous calibration curves in triplicate on three successive days showed coefficient of variation values from 0.5% to 5.4% for intra-day and from 0.7% to 11.4% for inter-day assays. In the Analysis of commercial samples Table 3 shows the nitrate contents in 56 samples collected in winter and summer seasons and marketed in Huesca, Figura 2. Specificity study with aqueous calibration and standard addition. Tabla 2. Coefficient of variation (CV) intra-days and inter-days for analytical method. NO3- (mg L-1) CV (%) Intra-day CV (%) Inter-days 0.5 1.1 5.4 4.8 11.4 1.5 3.3 1.2 1.2 7.2 1.9 0.6 0.6 1.3 2.8 3.5 0.8 1.4 1.1 0.7 0.5 0.8 0.7 1.2 5.0 NO3- added (mg L ) -1 CV (%) Intra-day CV (%) Inter-days 0.0 4.6 2.0 2.1 4.7 1.5 3.5 3.3 2.5 7.1 1.9 1.3 0.6 1.2 8.7 3.5 2.0 0.8 3.1 3.0 5.0 0.4 0.5 0.2 1.7 8 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. 9 Spain. To calculate the content of nitrate in chard samples, they were taken into account the dilution carried out on the extract (1:100), the volume of extract prepared (50 mL) and the weight of sample used (1.5 g). Samples with an absorbance signal less than detection limit were classified as samples with nitrate content equal to 967 mg kg-1 (worst case) and samples with an absorbance signal less than quantification limit, equal to 1833 mg kg-1 (worst case). summer, respectively. However, 15 samples (26.8%) exceeded these values, seven winter samples (25.0%) and eight summer samples (28.6%). The 56 samples analysed presented a mean and a median nitrate content of 2293 mg kg-1 and 1833 mg kg-1, respectively. These values were 2399 mg kg-1 and 1930 mg kg-1, for samples cultivated in winter, and 2186 mg kg-1 and 967 mg kg-1 for summer crops. Considering an acceptable daily intake (ADI) for nitrate of 3.7 mg kg-1 (body weight) day for a 60 kg adult16, the nitrate daily intake through chard collected in winter was unacceptable only for extreme consumers, with a relationship EDI/ADI of 107.3% for children and 90.3% for adults. When samples were collected in summer, risk decreased (53.8% and 45.1% for children and adults). No risk was observed for children and adult mean consumers (1.9% and 4.1% for summer and winter period, respectively). Dietary exposure estimates The estimated daily intake (EDI) of nitrate through chard is shown in Table 4. Taking into account the existing regulatory limits, these values were, in all cases, below to the maximum limits established by the European Commission for similar vegetables (Spinacia oleracea), 3000 mg kg-1 and 2500 mg kg-1 for winter and Tabla 3. Nitrate contents in chard samples collected in winter and summer seasons, marketed in Huesca, Spain. Season Nº samples Nitrate content (mg kg-1) Range Mean Median CV (%) Winter 28 967−5999 2399 1930 4.9−24.5 Summer 28 967−9093 2186 967 0.7−17.8 Tabla 4. Estimation of the nitrate dietary intake through chard. Season EDI (mg kg day-1) Consumption (g day person-1) Adults Mean Winter 5.2 Summer Adults Children High level Mean High level 118.5 2.6 71.0 Adult (17 years and over) weight: 68.5 kg Children (7-12 years) weight: 34.5 kg High level: percentile 97.5% Mean 0.2 0.1 High level 3.3 1.7 EDI/ADI (%) Adults Children Mean High level 4.0 0.2 2.0 0.1 Mean 4.1 1.9 High level 90.3 45.1 Children Mean 4.1 1.9 High level 107.3 53.8 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. DISCUSSION These results revealed the existence in the Spanish market of a high percentage of chard samples with a considerable concentration of nitrate (Mean and median nitrate content of 2293 mg kg-1 and 1833 mg kg-1, respectively). According these results, other studies performed in Spain, noted the existence of chard contaminated with similar levels of nitrate. Pardo-Marín et al.17 determined the presence of nitrate in chard by means of liquid chromatography obtained a median nitrate content of 1597 mg kg-1. According to other revisions, chard presented similar or even higher nitrate content compared to other vegetables. Mor et al.3 showed a mean nitrate content of 1132 mg kg-1 for spinach and 1439 mg kg-1 for lettuce marketed in Turkey. Meanwhile, Tamme et al.7 showed mean nitrate levels of 2337 mg kg-1 and 3023 mg kg-1 for spinach and lettuce in Estonia. The median nitrate content in green salads, spinach and lettuce included in the Italian diet were 1720 mg kg-1, 1954 mg kg-1 and 1440 mg kg-1 respectively5, and 2684 mg kg-1 and 1747 mg kg-1 in lettuces and spinach from Sweden6. As can be seen in this study, chard samples collected in winter accumulated more amount of nitrate than those collected in summer. The influence of seasonal variation of nitrate contents in leafy vegetables has been documented in literature. The lettuce and spinach from Estonian market had a 22% and 24% over nitrate levels when grown in winter than in summer7. Lettuces grown in UK, showed a mean nitrate level of 3124 mg kg-1 and 2382 mg kg-1 during winter and summer months respectively18. In Spain, spinach analyzed during winter, showed median concentration levels of nitrate in the order of 1755 mg kg-1 versus 1269 mg kg-1 for spinach collected in summer17. Regarding the dietary exposure estimates, these results were similar to other Spanish data. The mean consumption of chard of Valencia market supposed a nitrate daily intake of 3.5% of the ADI, in case of adult consumers, and 1.7% for children. The EDI for extreme consumers was 78.9% of the ADI17. In the Spanish market, there were chard samples with similar or even higher nitrate levels compared to other leafy vegetables (according to other revisions), and there were evidence of risk for extreme consumers in winter period. Although this study is focused on the area of Huesca, and the samples analyzed were not nationally representative, the authors conclude that there may be a toxicological risk associated with the consumption of chard, and it could be recommended to establish a regulatory limit of nitrate to chard, as well as for other vegetables of important consumption in Europe. ACKNOWLEDGMENTS The authors are gratefully with the collaboration received from Gobierno de Aragón. Grupos Consolidados de Investigación T10 and A01. COMPETING INTERESTS None of the authors had any conflict of interest from a financial, personal, or professional aspect in relation to the findings of this study. BIBLIOGRAPHY 1. 2. 3. 4. CONCLUSIONS The method for analysis of nitrate in chard explained in this paper was specific, stable, robust, precise and accurate, and the sample preparation procedure took less than one hour, so this analytical method could be a low cost and rapid procedure to determine nitrate in chard. 5. 6. 7. Hmelak Gorenjak A, Cencič A. Nitrate in vegetables and their impact on human health. A review. Acta Aliment. 2013; 42(2): 158-72. Rytel E, Lisińska G, Tajner-Czopek A. Toxic compound levels in potatoes are dependent on cultivation methods. Acta Aliment. 2013; 42(3): 308-17. Mor F, Sahindokuyucu F, Erdogan N. Nitrate and nitrite contents of some vegetables consumed in south province of Turkey. J Anim Vet Adv. 2010; 9(15): 2013-6. Official Journal. Regulation 1881/2006/EC of the Commission of December 19. Official Journal European Communities L364. 2006: 5-24. De Martin S, Restani P. Determination of nitrates by a novel ion chromatographic method: occurrence in leafy vegetables (organic and conventional) and exposure assessment for Italian consumers. Food Addit Contam. 2003; 20(9): 787-92. Merino L, Darnerud O, Edberg U, Aman P, Castillo MDP. Levels of nitrate in Swedish lettuce and spinach over the past 10 years. Food Addit Contam. 2006; 23(12): 1283-9. Tamme T, Reinik M, Roasto M, Merema K, Kiis A. Nitrate in leafy vegetables, culinary herbs, and cucumber grown under 10 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 4 - 11 Validation of a rapid method for detecting nitrate in chard (Beta vulgaris cycla). Analysis of Spanish commercial samples marketed in the Region of Huesca, Spain, and estimation of the daily intake. 8. 9. 10. 11. 12. 13. cover in Estonia: content and intake. Food Addit Contam Part B Surveill. 2010; 3(2): 108-13. Prasad S, Chetty AA. Nitrate-N determination in leafy vegetables: Study of the effects of cooking and freezing. Food Chem. 2008; 106(2): 772-80. Cataldo DA, Haroon M, Schrander LE, Youngs VL. Rapid colorimetric determination of nitrate in plant tissue by nitration of salicylic acid. Commun Soil Sci Plan. 1975; 6(1): 71-80. Reinik M, Tamme T, Roasto M, Juhkam K, Jurtšenko S, Tenńo T, et al. Nitrites, nitrates and N-nitrosoamines in Estonian cured meat products: Intake by Estonian children and adolescents. Food Addit Contam. 2005; 22(11): 1098-105. Official Journal. Regulation 1882/2006/EC of the Commission of December 19. Official Journal European Communities L364. 2006: 25-31. Palomino F, Rojas M, Beltran M. Nueva técnica colorimétrica para la determinación de nitratos en el plasma. Revista de la Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia. 1997; 45(2): 63-9. Official Journal. Decision 2002/657/EC of the Commission of August 12. Official Journal European Communities L221. 2002: 8-36. 14. Samanidou VF, Nikolaidou KI, Papadoyannis IN. Development and validation of an HPLC confirmatory method for the determination of seven tetracycline antibiotics residues in milk according to the European Union Decision 2002/657/EC. J Sep Sci. 2007; 30(15): 2430-9. 15. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, AESAN. Modelo de dieta española para la determinación de la exposición del consumidor a sustancias químicas. www.aesan. msc.es/AESAN/docs/docs/notas_prensa/modelo_dieta_ espanola.pdf [accessed: 25/10/2013]. 16. EU Scientific Committee for Food. Opinion on nitrate and nitrite of September 22. Annex 4 to document III/56/95, CS/ CNTM/NO3/20-FINAL. European Commission DG III, Brussels, 1995. 17. Pardo-Marín O, Yusa V, Villalba P, Perez JA. Monitoring programme on nitrates in vegetables and vegetable-based baby foods marketed in the Region of Valencia, Spain: levels and estimated daily intake. Food Addit Contam Part A Chem Anal Control Expo Risk Assess. 2010; 27(4): 478-86. 18. Ysart G, Clifford R, Harrison N. Monitoring for nitrate in UK grown lettuce and spinach. Food Addit Contam. 1999; 16(7): 301-6. 11 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 Freely available online OPEN ACCESS Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics www.renhyd.org ORIGINAL Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social a a b Ivan Armando Osuna-Padilla , Sonia Verdugo-Hernandez , Gabriela Leal-Escobar , c,* Ignacio Osuna-Ramirez a Unidad Académica de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía, Universidad Autónoma de Sinaloa, Culiacán, Sinaloa, México. b Facultad de Salud Publica y Nutrición. Universidad Autónoma de Nuevo León, México. c Facultad de Ciencias Químico Biológicas, Universidad Autónoma de Sinaloa, Culiacán, Sinaloa, México. *[email protected] Recibido el 5 de agosto de 2014; aceptado el 12 de enero de 2015. Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social PALABRAS CLAVE Adulto Mayor; Anciano; Desnutrición; Desnutrición energéticoproteica; Obesidad; Estado Nutricional; Antropometría; México. RESUMEN Introducción: Evaluar la presencia de desnutrición y obesidad en adultos mayores con distintos tipos de apoyo social en Sinaloa, México. Material y métodos: Estudio comparativo, observacional, prospectivo y transversal en 91 adultos mayores. Se determinó el peso corporal, la estatura y medidas antropométricas. Se aplicó el Mini Nutritional Assessment (MNA). Se estimaron los promedios y las desviaciones estándar, así como la distribución de las diferencias entre las mediciones antropométricas y los resultados del MNA de las distintas poblaciones. Se analizaron los datos con las pruebas de KruskalWallis y Ji-cuadrado2. Se utilizó el coeficiente de Pearson para evaluar la correlación entre indicadores antropométricos con MNA. Se consideró significancia estadística un valor de p<0.05. Resultados: La muestra estudiada incluyó 91 adultos mayores: 35 usuarios de una casa de día, 28 miembros de un centro cultural, y 28 residentes de dos asilos. Se observó una prevalencia de desnutrición del 32,1%, 14,3% y 3,5% en institucionalizados, casa de día y adultos independientes, respectivamente. Un 93,2 % de la población estudiada padecía acúmulo de grasa a nivel visceral según el índice de cintura talla (ICT). El índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la pantorrilla (CP) se correlacionaron significativamente con MNA (p<0.05). Conclusiones: Se observó una mayor prevalencia de desnutrición en la población residente de asilos y en los usuarios de casas de día, principalmente en mujeres y población mayor de 80 años de edad. El exceso de tejido adiposo prevalece en la tercera edad. Es necesaria la implementación de estrategias nutricionales específicas para este grupo de edad. Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ DOI: 10.14306/renhyd.19.1.119 12 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social Nutritional status in mexican elderlys: comparative study between groups with different social assistance KEYWORDS Aged; Elderly; Malnutrition; Protein-Energy Malnutrition; Obesity; Nutritional Status; Anthropometry; Mexico. ABSTRACT Introduction: The aim of this study were to determine the prevalence of undernutrition and obesity in older people with various types of social support from Sinaloa, México. Material and methods: Comparative, observational, prospective and cross-sectional study in 91 elderly. Determined body weight, height and anthropometric measurements. Applied the Mini Nutritional Assessment (MNA). Means and standard deviations are estimated. Chi-square2 and Kruskal-Wallis tests were used to analyzed data. Pearson correlation were utilized for evaluated the correlation between antropomethric indicators and MNA. The level of statistical significance was p<0.05. Results: 91 elderlies were evaluated: 35 users of a day House, 28 members of a cultural centre, and 28 residents of two nursing homes. There was a prevalence of malnutrition of 32.1% in the institutionalized, 14.3% on the day house, and 3.5% in independent adult. Obesity were diagnosed in 93.2% of people by Waist/Height Ratio. Good correlations were found between body mass index (BMI) and calf circumference (CC) with MNA (p<0.05). Conclusions: High prevalences of undernutrition were found in nursing homes and user of day homes, with major risks in womans and people major of 80 years. The implementation of nutritional interventions depending on the type of social assistance received is required. C ITA Osuna-Padilla IA, Verdugo-Hernandez S, Leal-Escobar G, Osuna-Ramirez I. Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.119 INTRODUCCIÓN La proporción de adultos mayores de 60 años se ha incrementado durante las últimas décadas a nivel mundial1, siendo éste un grupo poblacional en riesgo de vulnerabilidad social, al enfrentar daños potenciales de su salud, amenazas a la satisfacción de sus necesidades y violaciones a los derechos humanos2. Diversos tipos de asistencia social se ofrecen a esta población vulnerable, tales como: asilos –centro donde se atiende de manera integral las 24 horas del día los 365 días del año a personas adultas mayores–; residencias de día –centro donde se atienden adultos mayores que no pueden permanecer solas en sus domicilios y requieren de atención integral especializada–; y centros culturales, lugares donde los adultos mayores pueden utilizar productivamente el tiempo libre, realizando actividades culturales y recreativas3. Durante el envejecimiento se presentan cambios en muchas funciones corporales, entre ellos los cambios en la composición corporal, caracterizados por pérdida de la masa magra e incremento relativo de la masa grasa4, situación que ubica al adulto mayor en riesgo de desnutrición, producida tanto por una ingesta insuficiente de macronutrimentos y micronutrimentos, así como también por la presencia de enfermedades agudas y/o crónicas5. En México, según la ENSANUT 2012; el 6,9% de la población de adultos mayores cursan con desnutrición, el 42,4% sufren de sobrepeso y el 28,3% de obesidad6. A nivel mundial, este grupo poblacional presenta prevalencias de desnutrición entre un 23 y 60%7-9. La presencia de desnutrición en el adulto mayor se relaciona con mayor número de admisiones y estancia intrahospitalaria, mayor riesgo de caídas, disminución de la función física, empeoramiento de la calidad de vida e incremento en la mortalidad8,10,11. 13 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 14 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social Respecto al tipo de asistencia social, se ha documentado menor peso y reserva de tejido adiposo en aquellos adultos mayores residentes de asilos12; documentando prevalencias de 19,4% de desnutrición, mientras que los adultos que viven en sus hogares presentaron prevalencias de 2%13. Se ha reportado circunferencia de pantorrilla mayor en la población que no reside en asilos14. La aplicación de herramientas de tamizaje nutricional en los distintos centros de asistencia social es de suma importancia para detectar el riesgo y la presencia de desnutrición en los adultos mayores, independientemente del formato empleado5,15. La utilización de medidas antropométricas es importante para complementar las herramientas de tamizaje16. Valores disminuidos en el índice de masa corporal (IMC), en la circunferencia media de brazo (CMB) y la circunferencia de pantorrilla (CP) se relacionan con fragilidad y sugieren disminución en el tejido muscular y adiposo16–19. Otras mediciones de interés son el área muscular del brazo (AMB), el pliegue cutáneo tricipital (PCT)20,21 y el índice de cinturatalla (ICT)22. Los objetivos de la presente investigación son evaluar la presencia de desnutrición y obesidad en tres poblaciones distintas de adultos mayores de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, México; que incluye: residentes de dos asilos, población que asiste a una residencia de día, y usuarios de un centro cultural, con una herramienta de tamizaje y distintos indicadores antropométricos; y evaluar la asociación entre las medidas antropométricas y los resultados obtenidos por el Mini Nutritional Assessment (MNA). MATERIAL Y MÉTODOS Se trata de un estudio comparativo: observacional, prospectivo y transversal. Se utilizó una muestra no probabilística, incluyendo al total de la población de adultos mayores de 60 años, usuarios y residentes de distintos centros de asistencia social (n=101), interesados en participar en el presente estudio de una ciudad de Sinaloa, México. Fueron excluidos aquellos adultos que requerían de alimentación por sonda o endovenosa (n=2), quienes tenían padecimientos mentales (n=3), adultos que se negaron a participar (n=2) y aquellos que presentaron una actitud agresiva al momento de las mediciones antropométricas (n=3). El estudio se desarrolló siguiendo los protocolos de la Declaración de Helsinki. Todos los participantes firmaron consentimiento informado previo a la toma de mediciones. La recolección de datos se realizó durante los meses de octubre y noviembre de 2013. Para el levantamiento de la información, se entrenó a un grupo de nutriólogos, quienes fueron adiestrados en cuanto a las mediciones antropométricas, con el fin de reducir al máximo el error y la variabilidad entre las mediciones. Se efectuaron supervisiones continuas durante todo el proceso de medición. Las medidas antropométricas recolectadas fueron: peso corporal, talla, Circunferencia abdominal (CA), CMB, PCT y CP. Los instrumentos utilizados fueron básculas digitales con una precisión de 0,1 kg, (TANITA UM-081, Illinois, USA), estadímetro de pared graduado en centímetros con una precisión de 0,5 cm (SECA 206, Hamburgo, Alemania), cinta métrica graduada en centímetros, con una precisión de 1 mm (SECA 201, Hamburgo, Alemania) y calibrador de pliegues cutáneos con una precisión de 1 mm (Slimguide, Miami, EU). Se realizaron los cálculos del IMC, ICT y AMB. Se categorizó el resultado de la medición de CP. Se aplicó la herramienta de tamizaje MNA23. El IMC se calculó con la fórmula peso (kg) sobre talla al cuadrado (m)24. El AMB e ICT se calcularon con las siguientes fórmulas25,26. AMBhombres (cm2)= AMBmujeres (cm2)= (CMB - ∏PCT)2 4∏ (CMB - ∏PCT)2 4∏ ICT= 10 6,5 CA Talla El IMC se clasificó según los rangos recomendados por el Commite on Diet and Health Criteria27 para adultos mayores de 60 años: Normal 24-29 kg/m2, Desnutrición<24 kg/m2, y Obesidad>29 kg/m2. Se categorizó el AMB según las tablas de percentiles propuestas por Chumlea W, clasificando a los individuos según el AMB como desnutrición (percentil<25), y musculatura normal (percentil>25)28,29. Se clasificó como depleción muscular aquellos cuya CP era <31,0 cm23. El ICT se evaluó tomando como punto de corte ≥0,5 para diagnosticar obesidad abdominal26. El análisis estadístico se realizó con el software Stata Intercooled versión 12. Un valor p<0.05 fue considerado estadísticamente significativo. Se estimaron los promedios y las desviaciones estándar, así como la distribución de Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social las diferencias entre las mediciones antropométricas y los resultados del MNA de las distintas poblaciones. Se utilizó la prueba de Shapiro-Wilk para evaluar el comportamiento de las variables. Se utilizó Kruskal-Wallis y Ji-cuadrado2 para evaluar la magnitud de las diferencias entre las variables. Se utilizó el Coeficiente de Correlación de Pearson para evaluar la relación entre las variables antropométricas con el resultado obtenido por MNA. RESULTADOS Fue evaluado el estado nutricional de un total de 91 adultos mayores, de los cuales 35 acudían a una casa de día, 28 vivían de forma independiente en sus domicilios y eran miembros de un centro cultural dónde acudían a practicar ejercicio, y 28 adultos mayores eran residentes de dos asilos de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, México. Del total de la población evaluada, el 31,8% correspondió al sexo masculino. Las características antropométricas se presentan en la Tabla 1. La media de edad para cada grupo fue de aproximadamente 81 años en la población usuaria de la casa de día, de 68 años para la población que realizaba ejercicio en el centro cultural, y 76 años para la población institucionalizada. Al analizar las medias del peso corporal, se observa diferencia estadísticamente significativa entre los grupos (p<0.05), encontrando una media de 62,3 kg para los adultos de la casa de día, 73,6 kg para los adultos independientes, y 61,2 kg para los adultos institucionalizados. Según los resultados del MNA, existen diferencias en el estado nutricional entre las tres poblaciones (p<0.05), encontrando una mayor prevalencia de desnutrición en la población de adultos mayores institucionalizados (32,1%), comparado con la población usuaria de la casa de día (14,3%), encontrando una menor prevalencia en la población que practica ejercicio (3,5%). Se estratificó a la población estudiada en 3 grupos, de 60 a 69 años, de 70 a 79 años, y aquellos mayores de 80 años, observándose mayor desnutrición en la población mayor de 80 años en Tabla 1. Características Antropométricas. Variable Valor p Casa de día n = 35 Centro Cultural n = 28 Asilos n = 28 Media, (IC95%) Media, (IC95%) Media, (IC95%) Hombres: 37,1% Hombres: 0% Hombres: 57,1% Mujeres: 62,8% Mujeres: 100% Mujeres: 42,8% Edad 80,8 (78,0–83,6) 67,8 (66,2–69,4) 76 (72,5–79,4) 0.0010 Peso 62,3 (58,2–66,4) 73,6 (68,3–77,9) 61,2 (54,4–67,9)* 0.0017 Talla (m) 1,56 (1,52–1,59) 1,57 (1,55–1,59) 1,54 (1,50–1,57)* 0.3980 IMC (kg/m2) 25,4 (24,0–26,8) 29,7 (27,6–31,8) 25,6 (23–28,2)* 0.0031 27,8 (26,6–29) 31 (29,1–32,8) 27,1 (24,6–29,7) 0.0083 17,3 (15,1–19,5) 24,8 (22,8–26,9) 13,9 (11,5–16,4) 0.0001 95,3 (92–98,7) 94,9 (90,3–99,5) 95,1 (88,7–101,4) 0.0190 32,8 (29,2–36.5) 37,6 (31,2–43,9) 35,4 (27–43,7) 0.0010 32,6 (31,2–34) 36 (34,4–37,6) 30,3 (28,8–31,8) 0.0001 Género CMB (cm) PCT CA (cm) AMB (cm2) CP IMC: Índice de Masa Corporal; CMB: Circunferencia Media de Brazo; PCT: Pliegue Cutáneo Tricipital, CA: Circunferencia Abdominal; AMB: Área Muscular del Brazo; CP: Circunferencia de Pantorrilla. *Dos participantes no pudieron ser medidos. 15 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social La presencia de obesidad se evaluó con el ICT, encontrando un 93,2% de la población evaluada con diagnóstico de obesidad abdominal sin observar diferencias estadísticas entre las tres poblaciones. El 69% de la población identificada con esta condición corresponde al sexo femenino, difiriendo al IMC, con el cual un 27% de la población estudiada fue diagnosticada con obesidad, de las cuales un 91% fueron mujeres (Tabla 4). la casa de día. Al estudiar a la población con desnutrición, destaca una mayor prevalencia en el sexo femenino (54%) (Tabla 2). De acuerdo al IMC, se encontró una mayor prevalencia de desnutrición en la casa de día (43%) y en los asilos (39%), respecto al centro cultural (7%), p<0.05. De la población con IMC<24 kg/m2, el 56% corresponde al sexo femenino. Se observaron diferencias en la circunferencia de pantorrilla entre los tres grupos (p=0.001), indicador con el cual fueron clasificados como desnutridos un 61% de la población institucionalizada, no siendo así en los otros dos grupos. Según el AMB, un 21 % de la población institucionalizada tiene desnutrición. No se detectaron disminuciones en la reserva muscular en las demás poblaciones. La población más afectada según los indicadores antropométricos son los adultos mayores de 80 años que acuden a la casa de día y quienes residen en el asilo. (Tabla 3). Al evaluar la correlación de los indicadores respecto a la puntuación del MNA para la población estudiada, la mayor correlación observada fue para la CP (r=0.42, p=0.0001), seguida por el IMC (r=0.3716, p=0.0003), no observando significancia estadística para el AMB (r=0.0098, p=0.93). (Tabla 5) Tabla 2. Diagnóstico de Desnutrición según MNA. Normal Riesgo Desnutrición Total Casos (%) Casos (%) Casos (%) Casos (%) Casa de día 13 (37,1) 17 (48,5) 5 (14,3) 35 (100,0) 60–69 años 2 1 0 3 70–79 años 2 6 1 9 >80 años 9 10 4 23 17 (60,7) 10 (35,7) 1 (3,5) 28 (100,0) 60–69 años 15 7 0 22 70–79 años 2 2 1 5 >80 años 0 1 0 1 3 (10,7) 16 (57,1) 9 (32,1) 28 (100,0) 60–69 años 0 6 3 9 70–79 años 3 2 3 8 >80 años 0 8 3 11 33 (36,3) 43 (47,2) 15 (16,5) 91 (100,0) MNA Centro Cultural Asilos Total 16 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social Tabla 3. Diagnóstico de casos de Desnutrición con indicadores antropométricos. 60–69 años 70–79 años >80 años AMB 0 0 0 CP 0 0 0 IMC 1 (3%) 3 (9%) 11 (31%) 1 (4%) 0 0 CP 0 0 0 IMC 0 2 (7%) 0 AMB 2 (7%) 2 (7%) 2 (7%) CP 3 (11%) 6 (21%) 8 (29%) IMC 3 (12%) 2 (8%) 5 (19%) Centro/Indicador Casa de Día Centro Cultural 28 AMB Asilos 28 AMB: Área Muscular del Brazo; CP: Circunferencia de Pantorrilla; IMC: Índice de Masa Corporal. Tabla 4. Diagnóstico de Obesidad según ICT e IMC. Casa de Día Centro Cultural Asilos Casos (%) Casos (%) Casos (%) ICT 34 (97,1) 25 (89,2) 24 (92,3) IMC 4 (11,4) 14 (50,0) 6 (23,0) Indicador ICT: Índice de Cintura Talla; IMC: Índice de Masa Corporal. Tabla 5. Coeficientes de Correlación de indicadores antropométricos con MNA según asistencia social. Casa de Día Centro Cultural Asilos Población en General r (p) r (p) r (p) r (p) IMC 0.07 (0.66) -0.141 (0.47) 0.68 (0.001) 0.371 (0.0003) AMB 0.008 (0.96) -0.17 (0.36) 0.04 (0.826) 0.0087 (0.934) CP 0.06 (0.69) -0.01 (0.959) 0.685 (0.0001) 0.42 (0.0001) Indicador AMB: Área Muscular del Brazo; CP: Circunferencia de Pantorrilla; IMC: Índice de Masa Corporal. 17 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social DISCUSIÓN La utilización de herramientas, como el MNA, facilita la detección de adultos mayores en riesgo de desnutrición, lo cual permite la implementación oportuna de programas de atención nutricional dirigida a la mejora del estado nutricional en esta población. Sin embargo, su cumplimentación requiere de la cooperación del adulto mayor, o bien de sus familiares o cuidadores, con la desventaja que tanto en asilos como en las casas de día el personal a cargo conoce la situación de muchos de los pacientes, dificultando el recolectado de datos, mermando la fiabilidad de los mismos. En dichos casos, la evaluación antropométrica puede brindar información relevante de forma aislada, permitiendo identificar a los individuos en riesgo de desnutrición, así como de aquellos con presencia de obesidad. En un estudio realizado en España, Méndez y Col. encontraron que los adultos mayores que vivían en sus hogares tenían 4 veces menos riesgo de estar desnutridos, comparados con aquellos que vivían en asilos30, datos muy parecidos a los encontrados en el presente estudio, donde un 32,5% de los adultos que residen en asilos fueron clasificados como desnutridos. Otro estudio realizado en 1962 sobre adultos mayores en Irán, encontró una prevalencia de desnutrición del 12,2% en la población que vive en casa, y el 45,3% estaba en riesgo de estarlo31. Nouri y Col. aplicaron el MNA en 106 adultos mayores institucionalizados, encontrando una prevalencia de 49,06% con desnutrición, y 12,26% en riesgo de estarlo32, siendo fundamental la incorporación de los profesionales de la nutrición en los asilos y residencias de adultos mayores, para con ellos prevenir y mejorar el deterioro en el estado nutricional. Datos de un estudio realizado en México, describen en adultos mayores sanos un IMC promedio de 26,6 kg/m2, un CP promedio de 34,9 cm, y una CA de 94,7 cm33, cifras muy parecidas a las observadas en la población usuaria del centro de día del presente estudio. Uno de los aspectos que encontramos en las poblaciones estudiadas, es la presencia de exceso de grasa visceral aun con IMC saludable. Según este indicador, sólo un 27% de la población estudiada se encuentra en obesidad, mientras que un 30,3% cursa con desnutrición. Sin embargo, al utilizar el ICT, un 93,2% de la población cursa con obesidad abdominal, datos que nos hablan del proceso fisiológico de la tercera edad caracterizado por disminución de la musculatura e incrementos en el tejido adiposo, entidad denominada obesidad sarcopénica. Se ha recomendado la utilización del ICT, de la CA, o bien el Área Grasa Visceral, como parámetros para diagnosticar síndrome metabólico en adultos mayores, en lugar del IMC, sin embargo no se cuenta con puntos de corte específicos para la población mexicana22,34,35. CONCLUSIONES Las limitantes identificadas en el presente estudio comparativo son: i) el tamaño de la muestra; ii) la homogeneidad del género de la población evaluada, ya que el 68,2% de la población evaluada correspondía al sexo femenino, iii) la ausencia de aleatorización en la selección de la muestra, al evaluar a todos los individuos residentes/ usuarios de los centros ya mencionados; y iv) la inclusión de individuos con un estado cognitivo preservado, pudiendo encontrar mayor prevalencia de desnutrición en los individuos con deterioro cognitivo. Como conclusión, existen diferencias en el estado nutricional en los adultos mayores según el tipo de asistencia social que reciban, identificando mayor prevalencia de desnutrición en los individuos residentes de asilos y en aquellos que acuden a casas de día, respecto a los que viven de forma independiente en casa y acuden a un centro cultural (utilizando la herramienta MNA). La prevalencia de desnutrición es mayor en población femenina y en aquellos mayores de 80 años. La inclusión de herramientas de tamizaje es fundamental para detectar a los adultos mayores con desnutrición. En casos donde no es posible implementar el MNA, el IMC y la CP correlacionan de forma significativa con el resultado del MNA, siendo indicadores útiles para identificar a los individuos con deterioro en el estado nutricional. Para identificar a individuos con exceso de grasa, es conveniente la utilización del ICT, el cual identifica la grasa a nivel visceral, a diferencia del IMC. La presencia de desnutrición y el exceso de tejido adiposo requieren de intervenciones específicas para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, las cuales deberán de ser específicas según el entorno y el tipo de asistencia social que reciben. AGRADECIMIENTOS Agradecemos la colaboración de los adultos mayores participantes, así como también al personal de los asilos y la casa de día por las facilidades proporcionadas para la obtención de los datos. 18 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 12 - 20 Estado nutricional en adultos mayores mexicanos: estudio comparativo entre grupos con distinta asistencia social CONFLICTO DE INTERESES Los autores expresan que no hay conflictos de intereses al redactar el manuscrito. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Estadísticas a propósito del día internacional de las personas de edad. Datos Nacionales. INEGI, México. 2013. Pelcastre-Villafuerte B, Treviño-Siller S, González-Vázquez T, Márquez-Serrano M. Social support and living conditions in poor elderly people in urban Mexico. Cad Saúde Pública. 2011; 27(3): 460-70. Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores. Modelos de Atención Gerontólogica. 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Best Pract Res Clin Endocrinol Metab. 2013; 27(4): 509-25. 20 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27 Freely available online OPEN ACCESS Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics www.renhyd.org ORIGINAL Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador a,* a a Patricio Ramos-Padilla , Tannia Carpio-Arias , Verónica Delgado-López , a Verónica Villavicencio-Barriga a Grupo de Investigación en Alimentación y Nutrición Humana (GIANH), Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (ESPOCH), Ecuador. *[email protected] Recibido el 16 de septiembre de 2014; aceptado el 12 de enero de 2015. Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador PALABRAS CLAVE Exceso de peso; Escolares; Adolescentes, Ecuador. RESUMEN Introducción: Determinar la prevalencia de sobrepeso y obesidad en estudiantes escolares y adolescentes del área Urbana de la ciudad de Riobamba. Material y Métodos: Se estudiaron 3.680 estudiantes entre 5 y 19 años, 1.581 escolares y 2.099 adolescentes matriculados en 65 unidades de educación básica y bachillerato. Las variables estudiadas fueron: tipo de establecimiento educativo, sexo, edad, peso, talla. Para el diagnóstico del estado nutricional se utilizó el Índice de Masa Corporal para edad y se empleó los patrones de referencia de la OMS-2007. Los escolares y adolescentes cuya desviación estándar se encontraron <–2 se consideraron con delgadez, entre –2 y +1 con peso normal, >+1 a +2 con sobrepeso y >+2 con obesidad. Los datos se analizaron en los programas de computación: Anthro Plus v1.0.4 y SPSS v20. Resultados: El exceso de peso afecta al 24,1% de los escolares/adolescentes; sobrepeso, 17,8% y obesidad 6,3%. El exceso de peso es estadísticamente mayor en escolares, 27,7% que en adolescentes, 21,5% (p<0,0001). Igualmente, el exceso de peso es estadísticamente mayor en los escolares hombres, 31,0% que en escolares mujeres, 24,4% (p<0,0001). Y es estadísticamente mayor en adolescentes mujeres, 23,3% que en adolescentes hombres, 19,8% (p<0,0001). El exceso de peso en escolares/adolescentes afecta a: establecimientos particulares, 27,7%, establecimientos fiscomisionales, 25,3% y establecimientos fiscales, 22,9%. Igualmente, el exceso de peso es mayor en escolares de establecimientos particulares, 28,1% que en establecimientos fiscales, 27,7% (p=0,9984). Y es estadísticamente mayor en los adolescentes de establecimientos particulares, 27,6% que en establecimientos fiscales, 18,4% (p<0,0001). Conclusiones: La prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/obesidad) en estudiantes escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba es alta (24,1%) y es mayor en escolares (27,7%) que en adolescentes (21,5%). Son necesarias medidas de intervención inmediatas para prevenir y tratar este grave problema de Salud Pública. Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ DOI: 10.14306/renhyd.19.1.123 21 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27 Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador Overweight and obesity in school-age children and teenagers of a urban area of Riobamba city, Ecuador KEYWORDS Overweight; School students ; Adolescents, Ecuador. ABSTRACT Introduction: To determine the prevalence of overweight and obesity among school students and adolescents of a urban area of the city of Riobamba. Material and Methods: 3680 students between 5 and 19 years, 1581 school students and 2099 adolescents enrolled in 65 units of basic education and high school were studied. The variables studied were: type of educational establishment, sex, age, weight and height. For the diagnosis of nutritional status, the WHO-2007 reference standards of body mass index for were used. School children and adolescents whose standard deviation was found <–2 were considered thin, between –2 and +1 normal weight, >+1 to +2 overweight and >+2 as obesity. Data were analyzed by the computer programs: Anthro Plus v1.0.4 and SPSS v20. Results: Being overweight affects 24.1% of school/adolescents; overweight, 17.8% and 6.3% obese. Excess weight is statistically higher (p<0.0001) in school (27.7%) than in adolescents (21.5%). Similarly, excess weight is statistically higher (p<0.0001) in children men (31.0%) than in women (24,4%) at school age. And it is statistically higher (p<0.0001) in adolescent females (23.3%) than in adolescent males (19.8%). Being overweight in school/adolescents affects: private schools (27.7%), treasury missionary establishments (25.3%) and fiscal establishments (22.9%). Similarly, excess weight is greater among schoolchildren in private schools (28.1%) than in fiscal establishments, 27.7% (non statistically p = 0.9984). And it is statistically greater (p <0.0001) in adolescents of private establishments (27.6%) than in fiscal establishments (18.4%). Conclusions: The prevalence of weight excess (overweight / obesity) in school students and young urban area of the city of Riobamba is high (24.1%), and is higher in school age (27.7%) than in adolescents (21,5%). An intervention is needed to prevent and treat this serious public health trend. C ITA Ramos-Padilla P, Carpio-Arias T, Delgado-López V, Villavicencio-Barriga V. Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.123 INTRODUCCIÓN La obesidad representa un problema severo de Salud Pública por las siguientes razones: I) las personas afectadas de obesidad, además de mostrar limitaciones en sus capacidades biológicas, psicológicas y sociales, tienen una expectativa de vida menor que las personas con peso normal1; II) un buen número acusa los signos y síntomas del llamado síndrome metabólico, siendo serias candidatas a desarrollar graves enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como hipertensión arterial, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares que son actualmente las principales causas de enfermedad y muerte en el Ecuador y en el mundo2. Solamente por problemas cardiovasculares cada año mueren unas 18 millones de personas en el planeta3. Estas enfermedades, sin embargo, no son los únicos riesgos; hay otros relacionados con problemas respiratorios, gastrointestinales, algunos cánceres y otros más que caen en la esfera de lo psicológico y social. El costo económico y social para el individuo, la familia y la sociedad que genera la obesidad y las enfermedades que de ella se derivan es muy alto. En el Ecuador esos valores se desconocen, pero en países industrializados como los Estados Unidos de Norteamérica (E.U.A.) se estima que se gastaron aproximadamente 123 billones de dólares en 2001 para tratar la obesidad y los problemas relacionados con ella1,3. Los enormes costos para el tratamiento de esta enfermedad y las patologías asociadas podrían rápidamente 22 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27 Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador abrumar las débiles economías de los países en desarrollo, como Ecuador, que todavía tienen que cubrir los altos costos generados por la desnutrición y las enfermedades infecciosas4,5. Para nadie es desconocido que la obesidad es una enfermedad que se ha incrementado marcadamente en los últimos 40–50 años. Este marcado incremento dio lugar a que desde 1997 la obesidad sea considerada un problema de Salud Pública con características epidémicas. En estos últimos años, se han determinado tanto factores genéticos como medioambientales como causales asociados al aumento de la obesidad6–9. De manera similar a otros países, en E.U.A el incremento de sobrepeso y obesidad ha sido muy marcado. A inicios del Siglo XXI, el 30% de ciudadanos de ese país tenían obesidad y el 64% sobrepeso10,11. El incremento en el número de personas con exceso de peso ocurrió tanto en hombres como en mujeres en todos los grupos étnicos estudiados11. En la misma época, en varios países de América Latina como Argentina, México, Paraguay y Uruguay se estimó que aproximadamente el 50% de la población tenía sobrepeso y el 15% obesidad12. El problema del exceso de peso se concentra en las zonas urbanas en donde se expresan con mayor intensidad y frecuencia diversas manifestaciones de las transformaciones económicas y sociales, tecnológicas, culturales, epidemiológicas, alimentarias, y nutricionales que son el telón de fondo del escenario de la obesidad. Es muy preocupante el hecho de que cada vez sean más numerosos los niños, adolescentes y jóvenes afectados por sobrepeso y obesidad, independientemente de su condición social13–15. Actualmente hay el doble de niños con sobrepeso en los E.U.A. que hace veinte años. En el mismo país, en niños y adolescentes de entre 6 y 17 años, se han registrado diferencias según su origen16: los hispanos/mexicanos tienen más obesidad (17%) que los negros (12%) y estos más que los blancos (10%). En Sudamérica, datos de Chile indican que el porcentaje de varones escolares con obesidad creció de 6,5% en 1.987 a 13,1% en 1996 y que en las mujeres se incrementó de 7,7% a 14,7%17. En México, 1 de cada 4 niños de edades comprendidas entre 4 y 10 años tiene sobrepeso18. En el Ecuador, 14 de cada 100 escolares de 8 años tuvo exceso de peso en 200115,19. Se ha demostrado que un tercio de los pre-escolares y la mitad de los escolares con obesidad tendrán obesidad en su adultez y estarán expuestos a un alto riesgo de padecer diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular e hipertensión arterial20. La obesidad en la infancia y adolescencia es un factor pronóstico de la obesidad en el adulto, estimándose que el 80% de los adultos con obesidad severa tenían obesidad durante la adolescencia. Es natural que los niños y adolescentes aumenten de peso conforme crecen, puesto que normalmente con el crecimiento aumentan el tamaño y volumen de sus huesos, de sus músculos y, por supuesto, la cantidad de masa grasa. Sin embargo, se han señalado tres períodos que resultan críticos para el desarrollo de obesidad: i) el prenatal, ii) de los 5 a 7 años, y iii) la adolescencia, especialmente en las mujeres. Cuando un estímulo o riesgo opera durante estos períodos críticos el individuo experimenta una “programación” o “huella metabólica” que provoca una alteración permanente de determinados procesos biológicos y acarrea en el largo plazo alteraciones en el perfil lipídico, presión arterial, tolerancia a la glucosa, y riesgo de obesidad21. En la ciudad de Riobamba no existen datos de la magnitud del problema de sobrepeso y obesidad en las y los escolares y adolescentes. Consecuentemente, el objetivo del presente trabajo es llenar este vacío y establecer una línea de base para el fin último que es el desarrollo de un programa de educación alimentaria nutricional dirigido a este grupo de población. MATERIAL Y MÉTODOS Diseño, población y muestra Estudio no experimental, descriptivo de tipo transversal. Criterios de inclusión: escolares y adolescentes de los Centros de Educación Básica y Bachillerato de la zona Urbana de la ciudad de Riobamba, que estén legalmente matriculados y asistan regularmente a clases, con edades comprendidas entre 5 y 19 años. Para el presente estudio se consideraron como escolares aquellos estudiantes matriculados entre 1er y 7º año de educación básica y como adolescentes aquellos estudiantes matriculados entre 8º año de educación básica y 3er año de bachillerato. Criterios de exclusión: escolares y adolescentes con discapacidades físicas que dificulten la toma de medidas antropométricas o adolescentes embarazadas. El presente estudio de prevalencia de sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área Urbana de la ciudad de Riobamba, se realizó durante los meses marzo-junio de 2013. El universo de estudio estuvo constituido por 56.383 alumnos matriculados en las unidades de educación del área urbana. La muestra representativa, prevista fue de 3.210 escolares y adolescentes de ambos sexos, entre los 5 y 19 años de edad. Sin embargo se consideró un 15% adicional por posibles pérdidas durante la recolección y análisis de la información. La muestra se calculó utilizando el programa Epi Info 7 con un 97% de fiabilidad, un margen de error máximo del 5% y una frecuencia esperada de 22%. 23 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27 Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador La muestra se conformó por muestreo aleatorio sistemático, a partir de la información de la nómina de planteles de educación escolarizada ordinaria que registra a todos los alumnos matriculados en las unidades de educación, proporcionada por la Dirección Provincial de Educación y Cultura Hispana de Chimborazo. La participación de los escolares y adolescentes en este estudio fue autorizada por la Directora Provincial de Educación y Cultura Hispana de Chimborazo y sus padres fueron comunicados por escrito, conjuntamente la presente investigación cumple escrupulosamente los principios de la Declaración de Helsinki. En el muestreo participaron 65 planteles de educación básica y bachillerato, fiscal (pública, gratuita), fiscomisional (financiada parcialmente por el Estado) y particular (particular, pagada) del área urbana de la ciudad de Riobamba. Variables e instrumentos Las variables de estudio fueron: demográficas (tipo de establecimiento educativo, sexo, edad) y antropométricas (peso, talla, IMC//Edad). Las mismas se registraron en un formulario adjunto. Las medidas antropométricas, peso y talla, se tomaron y registraron siguiendo las normas internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con los escolares y adolescentes descalzos y vistiendo la mínima cantidad de ropa posible. El peso se registró en kilogramos y la talla en centímetros. La talla se tomó con una cinta métrica con una longitud de 1,5 m; en el caso que la altura era mayor que la longitud de la cinta se solucionó colocando la cinta a 50 cm del piso. El peso se tomó con una balanza marca CAMRY con una capacidad de 130 kg y una precisión de +- 1,2 dígitos. Los datos fueron tomados y registrados los estudiantes de 5º y 6º nivel de la escuela de Nutrición y Dietética de la ESPOCH e Internos Rotativos de Nutrición de la Dirección Provincial de Salud de Chimborazo, previamente entrenados. nominal u ordinal se registró número y porcentaje, para variables en escala continua, medidas de tendencia central y dispersión. Luego se realizó un análisis bivariable para determinar las asociaciones entre variables (p<0,05). RESULTADOS La muestra final quedó constituida por 3.680 escolares y adolescentes, 1.581 escolares y 2.099 adolescentes. La edad estuvo comprendida entre 5 y 19 años con una media de 12,61 años. El 51,4% de los escolares/adolescentes fueron hombres y el 48,6% fueron mujeres. En cuanto al tipo de establecimiento, el 72,1% pertenecían a establecimientos fiscales, el 5,2% a establecimientos fiscomisionales y el 22,7% a establecimientos particulares (Tabla 1). Los resultados revelan que el exceso de peso (sobrepeso/ obesidad) afecta al 24,1% de los escolares/adolescentes: sobrepeso 17,8% y obesidad 6,3%, mientras que la delgadez afecta al 2,0%. El sobrepeso es mayor en escolares que en adolescentes, 19,4% vs. 16,6%; mientras que la obesidad es mayor en adolescentes que en escolares, 8,3% vs. 4,9% (Figura 1). El exceso de peso (sobrepeso/obesidad) es estadísticamente mayor en escolares 27,7% que en adolescentes 21,5% (p<0,0001); mientras que el exceso de peso es estadísticamente mayor en los escolares hombres 31,0% que en escolares mujeres 24,4% (p<0,0001); y es mayor en escolares de establecimientos particulares 28,1% que en establecimientos fiscales, 27,7% (p=0,9984). El exceso de peso es estadísticamente mayor en adolescentes mujeres 23,3% que en adolescentes hombres 19,8% (p<0,0001) y es estadísticamente mayor en los adolescentes de establecimientos particulares 27,6% que en establecimientos fiscomisionales 25,3 % y fiscales 18,4% (p<0,0001) (Tabla 2). Criterios de clasificación Para el diagnóstico del estado nutricional se utilizó el Índice de Masa Corporal para edad (IMC//Edad) y se utilizó los patrones de referencia de la OMS 2007. Los participantes cuya desviación estándar se encontraron por debajo de –2 se consideraron con delgadez, los que se encontraron entre –2 y +1 con peso normal, los que se encontraron por encima de +1 a +2 con sobrepeso y los que se encontraron por encima de +2 con obesidad. Análisis Los datos se procesaron y analizaron utilizando los programas de computación: Anthro Plus v1.0.4 y SPSS v20. Se realizó un análisis univariable; para variables en escala CONCLUSIONES Un estudio en escolares realizado en el Ecuador en el año 2001, en una muestra nacional representativa de 1.866 escolares de escuelas públicas y particulares, mostró que la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/obesidad) fue del 14%: 8% con sobrepeso y 6% con obesidad. El exceso de peso fue más común en los niños de las escuelas particulares (20,6%) que en los de las escuelas públicas (10,4%) y también fue más frecuente en las mujeres (15,4%) que en los varones (12,2%). Es importante resaltar que en ese estudio la delgadez fue del 16%22. 24 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27 25 Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador Tabla 1. Distribución de la población según características demográficas. VARIABLE TOTAL (n=3.680) ESCOLAR (n=1.581) ADOLESCENTE (n=2.099) Mínimo 5,00 5,00 11,38 Máximo 19,00 14,26 19,00 Media 12,61 9,01 15,32 Desv. Tip. 3,651 1,915 1,88 Hombre 51,4 50,7 52,0 Mujer 48,6 49,3 48,0 Fiscal 72,1 82,7 64,2 Fiscomisional 5,2 - 9,1 Particular 22,7 17,3 26,8 EDAD (años) SEXO (%) TIPO DE ESTABLECIMIENTO (%) Figura 1. Estado nutricional según grupo etario. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27 Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador Es evidente entonces que la malnutrición (por déficit y exceso) coexistían en el año 2001, siendo la delgadez el problema dominante en los escolares ecuatorianos; no así en los escolares y adolescentes del presente estudio, en quienes el exceso de peso supera al bajo peso. Sin embargo, en ambos grupos etarios sigue existiendo los dos problemas, delgadez (2,0%) y exceso de peso (24,1%), con una franca disminución del bajo peso (14,0 pp) y un incremento del exceso de peso (10,1 pp). Estos cambios epidemiológicos podrían deberse a una disminución de la actividad física y a la mejora en las condiciones socioeconómicas de Ecuador en los últimos años; mejora que supone un mayor acceso económico a los alimentos, sin embargo, este acceso a los alimentos debería ir acompañado de una educación alimentaria adecuada para que suponga una mejor elección de los alimentos. Tanto en los escolares como en los adolescentes ecuatorianos, el exceso de peso es más frecuente en aquellos que estudian en escuelas y colegios privados, 28,1% y 27,6% respectivamente, pero está presente también en los escolares y adolescentes que asisten a las escuelas y colegios fiscales, 27,7% y 18,4%. Casi 3 de cada 10 escolares y casi 2 de cada 10 colegiales que estudian en escuelas y colegios fiscales, en su gran mayoría hijos de familias de bajos recursos económicos, tienen exceso de peso, hecho manifiesto de la obesidad en la pobreza en Ecuador23. Datos de 2005 indican que en Colombia, el exceso de peso en adolescentes (10 a 17 años) alcanzó al 10,3%. El exceso de peso fue más frecuente en las áreas urbanas (11,6%) que en las áreas rurales (7,2%) y fue más común en adolescentes mujeres (12,3%) que en los varones (8,1%)24. En un estudio reportado en 2003 en el Perú, se demostró que el sobrepeso y la obesidad fueron mayores en las ciudades de la Costa peruana que en las ciudades de la Región Andina y la Amazonía. La mayor prevalencia de exceso de peso se presentó en Lima en donde el 31,6% de adolescentes varones tuvieron sobrepeso y el 7,2% obesidad, mientras que el 20,8% de adolescentes mujeres tuvieron sobrepeso y el 18,8% obesidad. En este estudio también se determinó que el exceso de peso fue más frecuente en las adolescentes de nivel socioeconómico alto25. Tabla 2. Prevalencia de exceso de peso (sobrepeso/obesidad) en escolares y adolescentes según sexo y tipo de establecimiento. VARIABLE FRECUENCIA % Escolares 438 27,7 Adolescentes 451 21,5 Hombre 248 31,0 Mujer 190 24,4 Fiscal 361 27,7 77 28,1 Hombre 216 19,8 Mujer 235 23,3 Fiscal 248 18,4 Fiscomisional 48 25,3 Particular 155 27,6 p <0,0001 Escolares Particular <0,0001 0,9984 Adolescentes <0,0001 <0,0001 26 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 21 - 27 Sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba, Ecuador Si bien, no es posible hacer una comparación que refleje con exactitud la realidad de los escolares y adolescentes ecuatorianos frente a sus países limítrofes debido a que existen diferencias metodológicas entre los respectivos estudios. Se destaca que el problema está presente en todos los países mencionados, predominando en el área urbana. Aunque el presente estudio no incluyó la valoración étnica en la población, consideramos que sería importante analizar dicha variable en futuras investigaciones, puesto que ésta pudiese estar relacionada con el desarrollo del exceso de peso. En conclusión, la prevalencia de exceso de peso (sobrepeso y obesidad) en estudiantes escolares y adolescentes del área urbana de la ciudad de Riobamba es alta (24,1%) y es mayor en escolares (27,7%) que en adolescentes (21,5%). A pesar de la magnitud del problema, a la fecha del presente estudio, no existen programas de prevención y/o tratamiento del exceso de peso en la ciudad de Riobamba, por lo que se hacen necesarias medidas urgentes de intervención para prevenir y/o tratar este grave problema de Salud Pública. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. AGRADECIMIENTOS A las autoridades de las Instituciones Educativas participantes; a Daysi Miñaca, Pablo Rosero, y Sandra Abarca de la Dirección Provincial de Salud de Chimborazo; a Mary Alvear y Gladys Bonilla de la Dirección Provincial de Educación y Cultura Hispana de Chimborazo. 15. 16. 17. 18. CONFLICTO DE INTERESES Los autores manifiestan que no existen conflictos de interés al redactar el manuscrito. 19. 20. 21. 22. BIBLIOGRAFÍA 1. Fontaine KR, Redden DT, Wang C, Westfall AO, Allison DB. Years of life lost due to obesity. JAMA. 2003; 289(2): 187-93. 23. 24. 25. WHO (World Health Organization). Global strategy on diet, physical activity and health. 2004. (Geneva: WHO, Fiftyseventh World Health Assembly, Resolution WHA57.17) Hossain P, Kawar B, El Nahas M. Obesity and diabetes in the developing world - a growing challenge. N Engl J Med. 2007; 356(3): 213-5. Hoerger TJ, Ahmann AJ. 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Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile PALABRAS CLAVE Somatotipo; Composición corporal; Estado nutricional; Hábitos de actividad física; Estudiantes rurales; Etnia Mapuche. RESUMEN Introducción: El estado nutricional de los niños puede ser un elemento predictor de salud en la edad adulta, la población Mapuche presenta una prevalencia mayor de obesidad que la población no-Mapuche en Chile. El objetivo del presente estudio es determinar el perfil antropométrico y los hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural particular subvencionada de la ciudad de Temuco. Material y Métodos: El diseño es no experimental, descriptivo, transversal, con un enfoque cuantitativo. La muestra incluyó a todos los estudiantes Mapuches del establecimiento educacional (n=23), en ambos sexos. Se les realizó una evaluación antropométrica con ISAK y se estimó el tiempo total de actividad física a través del Cuestionario Internacional de Actividad Física, versión corta en español (IPAQ-A). Para correlacionar las variables se utilizó una correlación parcial. Resultados: Los escolares alcanzan un promedio de 35,4% de masa adiposa, 34,1% de masa muscular, 11,4% de masa residual, 12% de masa ósea, 7% de masa cutánea y un somatotipo de 4,9–5,1–1,8 que los clasifica como mesoendomorfos balanceados. En cuanto al tiempo total de actividad física, los escolares alcanzan 2225,9 minutos/semana, su gasto energético es de 9592,1 (METs/minuto/semana) y su permanencia sentados equivale a 228,6 minutos a la semana, finalmente se encontró correlación negativa entre IMC y tiempo total de actividad física. Conclusiones: Los escolares presentan un perfil antropométrico mayormente normal, pero con una elevada prevalencia de obesidad. Su nivel de actividad física es alto, situándolos como sujetos activos de acuerdo a tablas normativas. Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ DOI: 10.14306/renhyd.19.1.127 28 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile Anthropometric profile and habits of physical activity of a school students Mapuches rural Temuco, Chile KEYWORDS Somatotype; Body composition; Nutritional status; Physical activity habits; Rural students; Mapuche ethnicity. ABSTRACT Introduction: The nutritional status of children can be a predictor of health in adulthood element, the Mapuche population has a non-Mapuche population that increased prevalence of obesity in Chile. The aim of this study was to determine the anthropometric profile and physical activity habits of Mapuche students of a particular charter school in the rural of Temuco city. Material and Methods: The design is not experimental, descriptive, transversal, with a quantitative approach. The sample included all students of the educational establishment Mapuches (n=23), in both sexes. He underwent anthropometric assessment ISAK and total time physical activity was estimated by the International Physical Activity Questionnaire, short version in Spanish (IPAQ-A). To correlate the variables a partial correlation was used. Results: The students average about 35.4% of fat mass, muscle mass 34.1%, 11.4% of residual mass, 12% of bone mass, 7% of residual mass and somatotype 4.9–5.1–1.8 that meso-endomorph classified as balanced. Regarding the total time physical activity, students reach 2225.9 minutes/ week, your energy expenditure is 9592.1 (METs/min/week) and stay seated equals 228.6 minutes per week, finally negative correlation was found between BMI and total time of physical activity. Conclusions: The students have a mostly standard anthropometric profile, but with a troubling obesity rate. His activity level is high, placing them as active subjects according to normative tables. C ITA Valdés-Badilla PA, Vergara-Coronado NY, Suazo-Poblete D, Godoy-Cumillaf A, Herrera-Valenzuela T, DuránAgüero S. Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.127 INTRODUCCIÓN La falta de oportunidades experimentada por los habitantes de zonas rurales, ha estimulado la migración permanente de la población a los sectores urbanos, que sumado a los avances tecnológicos, la mala nutrición y comodidad que ofrece la ciudad, han provocado efectos negativos sobre los estilos de vida de las personas, como son el aumento del sedentarismo y el sobrepeso1,2. En Chile el panorama no es más alentador, debido a reportar un 88,6% de sedentarismo en la población adulta3 y un 44% de sobrepeso en escolares4. Mientras que antecedentes similares en torno a las etnias, particularmente la Mapuche, son escasos5–7. Por otra parte, diversas organizaciones tanto nacionales como internacionales4,8 han promocionado la actividad física como un elemento fundamental para alcanzar un esta- do óptimo de salud, tarea que debe ser desarrollada desde la etapa escolar a través de juegos, deportes, actividades recreativas o ejercicios físicos programados8. Por ello, han propuesto medir el tiempo de actividad física de niños y jóvenes a través de distintas metodologías, siendo una de ellas el Cuestionario Internacional de Actividad Física (IPAQ-A)9, instrumento validado en varios idiomas (incluido el español) y que proporciona información referente a la intensidad, frecuencia y duración de las actividades realizadas por las personas durante una semana9–12. La escasez de información relativa a la etnia Mapuche incentiva al estudio de variables relacionadas con los estilos de vida saludable de este grupo de la población –particularmente en escolares–, con la intención de aportar información contextualizada que sirva de insumo a docentes, directivos y profesionales en la programación adecuada de las tareas a realizar. En este sentido la presente investigación pretende por objetivo determinar el perfil antropométrico y 29 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile los hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural particular subvencionada de la ciudad de Temuco (ERM). MATERIAL Y MÉTODOS El tipo de investigación contempla un diseño no experimental, descriptivo, transversal, con un enfoque cuantitativo. Sujetos La población está constituida por todos los estudiantes Mapuches de la escuela rural y particular subvencionada los Copihues, lugar de difícil acceso geográfico, de la ciudad de Temuco (n=23), divididos entre 11 mujeres y 12 varones, quienes se encuentran en el rango de los 7 y 12 años. Los criterios de inclusión fueron: ser alumno regular del establecimiento educacional, poseer al menos 1 apellido Mapuche, edad mínima de 7 años cumplidos y contar con la autorización de los padres y el asentimiento del escolar. Fueron excluidos los sujetos que presentaron alguna enfermedad inhabilitante y quienes no desearon participar de la investigación. El estudio fue desarrollado siguiendo lo expuesto en la Declaración de Helsinki, y con la autorización del Comité de Ética respectivo. Mediciones realizadas El peso corporal fue evaluado con balanza digital (Scale-tronix, USA), la estatura con estadiómetro (Seca modelo 220, Alemania), los diámetros con antropómetros (Rosscraft, Canadá), los perímetros con cinta métrica (Sanny, Brasil) y los pliegues cutáneos con cáliper (Harpenden, Inglaterra). Los instrumentos ostentan una precisión de 0,1 kg, 0,10 cm, 0,1 mm, 0,1 mm y 0,2 mm, respectivamente. Respecto a las medidas para determinar el perfil antropométrico, estas consistieron en: diámetros (biacromial, tórax transverso, tórax antero-posterior, bi-iliocrestídeo, biepicondilar, biepicondilar), perímetros (cabeza, brazo relajado, brazo flexionado en tensión, antebrazo máximo, tórax meso esternal, cintura mínima, cadera máxima, muslo máximo, muslo medial y pantorrilla máxima) y pliegues cutáneos (tríceps, subescapular, supraespinal, abdominal, muslo medial y pantorrilla máxima). En cuanto al tiempo total de actividad física y de permanencia sentado de los ERM, se obtuvo a través del Cuestionario Internacional de Actividad Física en su versión corta en español (IPAQ-A) validada para niños y adolescentes11. El IPAQ-A estima el nivel de actividad física a través de pre- guntas en cuatro dominios: ocupacional, doméstico, de transporte y del tiempo libre. El indicador de actividad física se expresa tanto de manera continua, en MET-minutos/semana, como de manera categórica, clasificando el nivel de actividad física en bajo, moderado o alto. Los METs son una forma de calcular los requerimientos energéticos, son múltiplos de la tasa metabólica basal y la unidad utilizada, METminuto, se calcula multiplicando el MET correspondiente al tipo de actividad por los minutos de ejecución de la misma en un día o en una semana, es así como en el presente trabajo se expresa en MET-minuto/semana. Procedimiento Para realizar las evaluaciones, se comenzó con la composición corporal (masa adiposa, masa muscular, masa residual, masa ósea y masa cutánea), de acuerdo al método descrito por Kerr13, mientras que para el somatotipo se utilizó el método de Heath y Cols.14. Todas las medidas fueron tomadas en el lado dominante de los sujetos, en tres oportunidades, de acuerdo al protocolo descrito por la ISAK15, y se obtuvieron a través de un evaluador certificado con nivel II de la ISAK. Posteriormente se aplicó el IPAQ-A para determinar el gasto energético (MET-minuto/semana) de los ERM, valorándolo de la siguiente manera: 1) Caminata 3,3 METs por minutos de caminata por días por semana; 2) Actividad física moderada, 4 METs por minuto por días por semana; 3) Actividad física vigorosa, 8 METs por minutos por días por semana. Sumando los tres valores obtenidos: Total = caminata + actividad física moderada + actividad física vigorosa. El IPAQ-A fue aplicado de manera individual y otorgándoles la misma explicación a cada sujeto, siendo asistidos sólo los niños(as) que requirieron el apoyo a través de un investigador que desempeñó dicho rol. Todas las evaluaciones se realizaron en el mes de mayo del 2014, durante el período regular de clases de los ERM, ocupando una sala calefaccionada a una temperatura de 20 °C y 50% de humedad relativa. Análisis estadístico Se utilizó planilla Microsoft Excel versión 7.0 para el vaciado preliminar de datos y para el tratamiento estadístico se usó el paquete estadístico GraphPad Prism 5.0 (Graphpad Software, San Diego, CA, USA). Las variables fueron sometidas a la prueba de normalidad de Kolmogorov Smirnov y a un análisis descriptivo calculando la media, desviación estándar (DE), valor mínimo y valor máximo. Para correlacionar el perfil antropométrico con los hábitos de actividad física se realizó una correlación parcial, ajustando por sexo y somatotipo. Para todos los casos se estableció un valor de significancia de p<0.05. 30 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35 31 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile En cuanto a las características antropométricas de los ERM, estos alcanzan un promedio de masa adiposa, masa muscular, masa residual, masa ósea y masa cutánea de 35,4%, 34,1%, 11,4%, 12% y 7%, respectivamente. Lo que se puede apreciar en la Tabla 3. RESULTADOS En referencia a las características de los ERM, se puede observar en la Tabla 1 que logran un promedio de edad, peso corporal, talla, índice de masa corporal e índice cintura cadera de 8,7 años, 32,7 kg, 130 cm, 18,7 kg/m2 y 0,8 metros, respectivamente. Respecto a la clasificación somatotípica de los ERM, éstos son mesoendomorfos balanceados. Mientras que las mujeres se identifican como endomesomorfas balanceadas y los varones se categorizan como mesoendomorfos (Figura 1). El índice de masa corporal promedio de los ERM indica que, un 65,3% se clasifica con normopeso, un 13% con sobrepeso y el 21,7% con obesidad (Tabla 2). Tabla 1. Caracterización de los estudiantes rurales Mapuches. Sujetos Hombres (n=12) Mujeres (n=11) Datos Edad (años) Peso Corporal (Kg) Talla (cm) IMC (Kg/m2) Percentil ICC (m) Mínimo 7 21,4 116 14,2 5 0,8 Media±DE 8,9±1,6 35,1±11,5 132,1±11,1 19,5±3,7 55 (5; 95) 0,8±0,1 Máximo 12 58,6 152 28,1 95 0,9 Mínimo 7 17,5 110 14,4 5 0,8 Media±DE 8,4±1,4 30,3±7,8 128,4±11,4 17,9±2,6 21,4 (5; 5) 0,8±0,04 Máximo 11 43 153 23,8 95 0,9 IMC: índice de masa corporal; ICC: índice cintura cadera. Tabla 2. Clasificación del índice de masa corporal de los estudiantes rurales Mapuches. Sexo Bajo (n=0) Normal (n=15) Sobrepeso (n=3) Obeso (n=5) Total (n=23) Hombres (n=12) 0 26,1% 13% 13% 52,2% Mujeres (n=11) 0 39,2% 0 8,7% 47,8% Total (n=23) 0 65,3% 13% 21,7% 100% Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35 32 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile Tabla 3. Características antropométricas de los estudiantes rurales Mapuches. Mínimo Mujeres (n=11) Media±DE Varones (n=12) Media±DE Máximo Endomorfismo 1,8 4,8 ± 1,5 4,9 ± 1,8 8,1 Mesomorfismo 3,2 4,6 ± 1 5,6 ± 1,2 7,8 Ectomorfismo 0,1 2±1 1,7 ± 1,1 4,1 Masa Adiposa (%) 27,3 35,7 ± 4,9 35,2 ± 5,7 44,1 Masa Muscular (%) 17,9 33,8 ± 1,9 34,4 ± 6,5 44,6 Masa Residual (%) 7,2 11,2 ± 1,3 11,6 ± 2,3 14,9 Masa Ósea (%) 9,1 12,1 ± 1,2 11,9 ± 2,3 17,7 Masa Cutánea (%) 4,7 7,2 ± 1,1 6,8 ± 1,1 9,2 Biacromial 24,7 28,6 ± 2,1 28,9 ± 2,6 33,1 Tórax Transverso 17,3 19,7 ± 1,7 21,1 ± 2,3 26,1 Tórax Antero-posterior 12,5 14,7 ± 1,5 18,1 ± 7,3 40,7 5 21,4 ± 2,2 20,5 ± 5,5 26,6 Humeral (biepicondilar) 4,4 5,2 ± 0,5 5,7 ± 0,9 8 Femoral (biepicondilar) 6,2 7,6 ± 0,7 8,3 ± 0,9 9,7 Cabeza 49,7 51,6 ± 1,2 52,2 ± 1,7 56,4 Brazo Relajado 15,5 21,5 ± 3,2 21,7 ± 3,7 28,6 Brazo Flexionado en Tensión 16,9 21,8 ± 2,4 22,7 ± 3,4 29,3 Antebrazo Máximo 16,1 19,0 ± 1,6 20,2 ± 2,2 24,5 Tórax Mesoesternal 53 66,1 ± 8,1 70,0 ± 9,2 88,5 Cintura (mínima) 50,6 61,0 ± 8,1 64,2 ± 8,6 82,9 Cadera (máximo) 57,5 73,3 ± 8,5 76,1 ± 10,3 96,2 Muslo (máximo) 31 40,4 ± 5,8 41,8 ± 6,7 55,5 Muslo (medial) 27,3 35,8 ± 5,4 36,0 ± 5,4 45,2 Pantorrilla (máxima) 22,2 26,9 ± 2,6 29,5 ± 4,5 38 Tríceps 5,6 14,8 ± 4,6 14,6 ± 5,2 23,4 Subescapular 4,4 11,3 ± 4,5 11,9 ± 5,4 21,8 Supraespinal 4 11,4 ± 5,7 13,6 ± 8,9 34,4 4,8 16,7 ± 6,8 19,6 ± 9,6 38,2 Muslo Medial 9 19,6 ± 5,4 20,6 ± 7,5 33,2 Pantorrilla (máxima) 6 13,7 ± 4,8 14,9 ± 5,5 26 DATOS DIÁMETROS Bi-iliocrestídeo PERÍMETROS PLIEGUES CUTÁNEOS Abdominal Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35 33 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile Los ERM en promedio realizan actividad física 2225,9 minutos/semana, su gasto energético es de 9592,1 METs/minutos/semana y permanecen sentados 228,6 minutos a la semana. Al comparar por sexo se observa un mayor tiempo total de actividad física/semana en mujeres 2463,2±2103,4 vs. 1941,1±1630 de los hombres. La actividad física total/ semana (METs/minuto/semana) 11501,8±10283,6 vs. 7300,6±7206,8 (hombres), datos que pueden apreciarse en la Tabla 4. Al analizar la relación entre perfil antropométrico (estado nutricional, composición corporal y somatotipo) con los hábitos de actividad física de los ERM, no se encontró ninguna correlación estadísticamente significativa entre las variables estudiadas, a excepción de la estatura (p<0,05) e IMC (p<0,01) con el tiempo total de actividad física, se observó una correlación positiva con estatura y negativa con IMC (p<0,05) (Tabla 5). Figura 1. Ubicación del somatotipo promedio de los estudiantes rurales Mapuches. Tabla 4. Hábitos de actividad física de los estudiantes rurales Mapuches. Hombres (n=12) Mujeres (n=11) Total (n=23) Media ± DE Media ± DE Media ± DE 1941,1 ± 1630 2463,2 ± 2103,4 2225,9 ± 1878,2 7300,6 ± 7206,8 11501,8 ± 10283,6 9592,1 ± 9068,5 228 ± 1668 230,8 ± 128,4 228,6 ± 143,4 Bajo (n) 0 2 2 Moderado (n) 3 4 7 Alto (n) 9 5 14 HÁBITOS DE ACTIVIDAD FÍSICA Tiempo total de actividad física/semana (min/sem) Actividad física total/semana (METs/min/sem) Tiempo total sentado/semana (min/sem) CLASIFICACIÓN min/sem: Minutos / Semana. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile Tabla 5. Correlación entre los hábitos de actividad física y las características antropométricas de los estudiantes rurales Mapuches. Tiempo total de actividad física semana (min/sem) Actividad física Total semana Tiempo total sentado/semana (min/semana) Peso -0,231 -0,209 -0,072 Talla -0,434* -0,218 -0,198 IMC -0,635** -0,169 -0,144 Circunferencia de Cintura -0,006 0,167 0,171 Masa adiposa -0,175 -0,118 0,138 Masa muscular 0,128 0,049 -0,236 Masa Ósea 0,217 0,183 -0,187 DATOS Correlaciones de Pearson: *p<0,05; **p<0,01 DISCUSIÓN En relación al somatotipo, los ERM hombres se clasificaron como mesoendomorfos y las ERM mujeres como endomesomorfas balanceadas, situación similar a la expuesta por Martínez y Cols.5, quienes estudiaron escolares Mapuches, alcanzando las mismas clasificaciones para hombres y mujeres. Sin embargo, lo reportado por esta investigación denota diferencias menores a favor de las mujeres Mapuches que se presentan más equilibradas. A su vez, Martínez y Cols.16 evaluaron niños de 6 a 14 años de la ciudad de Temuco, sin distinción de etnia, encontrando clasificaciones similares de somatotipo a las antes descritas. Al relacionar los datos encontrados en esta investigación con los anteriores, no se evidencian mayores diferencias entre los sujetos Mapuches y los no-Mapuches. De acuerdo a Heath y Cols.14, en el somatotipo no influye lo genotípico, sino que lo fenotípico es más susceptible a cambios, por lo que la alimentación, el nivel de actividad física u otros factores podrían influenciar en mayor medida la composición corporal de los sujetos. En lo que respecta al estado nutricional, los ERM alcanzaron un 65,3% de normopeso, un 13% de sobrepeso y un 21,7% de obesidad, datos que no encuentran una tendencia en cuanto a la etnia, dado a que Rivera y Cols.7 reportan en niños Mapuches un 49,5%, 29,5% y 18,1% de normopeso, sobrepeso y obesidad, respectivamente. Mientras que Martinez y Cols.16 obtuvieron en niños no-Mapuches un 49,8% de normalidad, 23,1% de sobrepeso y 19,4% de obesidad. Si bien los ERM alcanzan mayormente el normopeso, la tasa de obesidad es llamativa. En cuanto a la composición corporal, no se aprecian mayores diferencias para masa muscular entre los ERM al dividirlos por género, lo que es coincidente con lo expuesto por Domínguez y Cols.17, quienes plantean que antes de la pubertad no existen diferencias estructurales en cuanto a la musculatura entre hombres y mujeres, debido a la ausencia de determinadas hormonas metabólicas. Situación que coincide con lo reportado por Hoyo y Cols.18, quienes midieron la composición corporal con el mismo método a niños de 8 a 12 años, de una población rural de Sevilla. Los hábitos de actividad física de los ERM se clasifican en un nivel alto, de acuerdo a los criterios establecidos por el IPAQ (2012). Situación favorable al compararlos con otros grupos de la misma edad, quienes dedican más tiempo a la televisión, la computadora o vídeo juegos que a practicar actividad física19,20. Al correlacionar el estado nutricional con la actividad física, el IMC se correlacionó negativamente con el tiempo de actividad física, resultados similares a los encontrados en el estudio en escolares de la ciudad de Casablanca, Chile21. 34 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 28 - 35 Perfil antropométrico y hábitos de actividad física de estudiantes Mapuches de una escuela rural de Temuco, Chile 6. CONCLUSIONES En síntesis, los ERM presentan un perfil antropométrico mayormente normal, pero con una tasa preocupante de obesidad. Su nivel de actividad física es alto, situándolos como sujetos activos de acuerdo a tablas normativas. Por otra parte, la cantidad de sujetos evaluados en este trabajo perjudica el tratamiento estadístico de los datos. Sin embargo se pudo establecer una correlación negativa entre IMC y el tiempo total de actividad física/semana. Se sugiere, para próximas investigaciones, ampliar la muestra para buscar otras asociaciones, estudiar variables metabólicas y psicosociales de los estudiantes Mapuches por la importancia que tendrá esta información en el futuro, dado al mestizaje de la población que está mermando la cantidad de personas de etnia pura en Chile. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. CONFLICTO DE INTERESES Los autores expresan que no hay conflictos de intereses al redactar el manuscrito. 14. 15. 16. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. Carrasco EP, Perez FB, Angel BB, Albala CB, Santos JL, et al. Prevalencia de diabetes tipo 2 y obesidad en dos poblaciones aborígenes de Chile en ambiente urbano. Rev Med Chile. 2004; 132(10): 1189-97. OMS. (2012) Organización Mundial de la Salud. 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Estado nutricional de niños Mapuche de escuelas sector de Boyeco. Revista Ciencias de la Actividad Física UCM. 2013; 14(1): 39-46. OMS. (2014) Organización Mundial de la Salud. Recuperado de http://www.who.int/dietphysicalactivity/pa/es/ IPAQ. (2002) International physical activity questionnaire. Recuperado de http://www.ipaq.ki.se/questionnaires/ SpanIQSHL7SELFrev230802.pdf Escalante Y. Actividad física, ejercicio físico y condición física en el ámbito de la salud pública. Rev Esp Salud Pública. 2001; 85(4): 329-38. Hagströmer M, Bergman P, De Bourdeaudhuij I, Ortega FB, Ruiz JR, Manios Y, et al. Concurrent validity of a modified version of the International Physical Activity Questionnaire (IPAQ-A) in European adolescents: The HELENA Study. Int J Obes (Lond). 2008; 32 (Supl 5): S42-48. OMS. (2010) Recomendaciones sobre actividad física para la salud. Recuperado dehttp://www.who.int/moveforhealth/ publications/en/mfh_concept_paper_spanish.pdf Keer D. 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Rev Med Chile. 2004; 132: 1395-402. 35 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Freely available online OPEN ACCESS Revista Española de Nutrición Humana y Dietética Spanish Journal of Human Nutrition and Dietetics www.renhyd.org ORIGINAL Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino a a, a a María González-Neira , Ismael San Mauro-Martín *, Belén García-Angulo , Diana Fajardo , Elena a Garicano-Vilar a Centros de Investigación en Nutrición y Salud, España. *[email protected] Recibido el 26 de mayo de 2014; aceptado el 16 de septiembre de 2014 . Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino PALABRAS CLAVE Fútbol; Rendimiento Deportivo; Nutrición Deportiva. RESUMEN Introducción: En el fútbol femenino, cumplir con los requerimientos nutricionales podría influir positivamente en el rendimiento deportivo. El objetivo del presente estudio fue analizar la ingesta nutricional y la composición corporal (CC), comprobando su relación con el rendimiento deportivo. Material y métodos: Estudio observacional, descriptivo, prospectivo y correlacional, realizado en 17 jugadoras del equipo semiprofesional de Torrelodones C.F. de Madrid. Se determinó el peso y la talla y se calculó el índice de masa corporal (IMC). La CC se determinó mediante bioimpedancia eléctrica (BIA). La ingesta nutricional se analizó a través de un registro dietético semanal (valorado a través del programa DIAL) y el test KIDMED. Se determinó el volumen máximo de oxígeno (VO2 máx) a partir de la prueba Course-Navette y se realizó el test de percepción subjetiva de esfuerzo (PSE). Resultados: IMC: 22,80±2,9kg/m2; masa grasa: 24,51±5,5%; y masa magra: 43,6±2,9kg. La ingesta energética fue de 1901±388kcal. El aporte de hidratos de carbono supuso el 40,3±5,6%, las proteínas el 15,9±3,29% y las grasas el 41,8±4,1% de las kcal totales. Existió una relación inversa entre IMC y peso, y los valores de VO2 máx. Hubo una pérdida de peso significativa después del entrenamiento (p=0,003) y del partido (p=0,008). Conclusiones: La alimentación fue inadecuada en las jugadoras, no correspondiendo la ingesta de nutrientes con sus requerimientos, a pesar de entrenar en un equipo semiprofesional. Debido a la importancia que la nutrición juega en la competición y rendimiento deportivo, se debe seguir trabajando para una recomendación adecuada en este colectivo. Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ DOI: 10.14306/renhyd.19.1.109 36 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino Nutritional and body composition assessment and its relationship with athletic performance in a women’s soccer team KEYWORDS Soccer; Athletic Performance; Sports Nutritional Science. ABSTRACT Introduction: In women’s soccer, meeting the nutritional requirements could have a positive impact on athletic performance. The aim of this study was to analyze dietary intake and body composition (CC), proving their relationship with athletic performance. Material and Methods: Observational, descriptive, prospective, and correlational study performed on 17 players from Torrelodones C.F., a semi-professional team in Madrid. Weight and height were measured and the body mass index (IMC) was calculated. The CC was determined by bioelectrical impedance analysis (BIA). Dietary intake was analyzed through a weekly food registry (assessed with the program DIAL) and the KIDMED test. The maximum volume of oxygen (VO2 max) was determined by the Course-Navette test and the rating of perceived effort test (PSE) was also taken. Results: IMC was 22.80±2.9kg/m2, fat mass was 24.51±5.5% and lean mass 43.6±2.9kg. Energy intake was 1901±388 kcal. The contribution of carbohydrates accounted for 40.3±5.6%, protein 15.9±3.29%, and fat 41.8±4.1% of total kcal. There was an inverse relationship between IMC and weight, and VO2 max values. There was a significant weight loss after training (p=0.003) and after the match (p=0.008). Conclusions: Player’s diet was inadequate, not corresponding nutrient intake with their requirements, despite training in a semi-professional team. Because of the importance that nutrition plays in competition and athletic performance, investigations should continue working on an appropriate recommendation for this collective. C ITA González-Neira M, San Mauro-Martín I, García-Angulo B, Fajardo D, Garicano-Vilar E. Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.109 INTRODUCCIÓN Desde hace más de treinta años, el fútbol femenino forma parte de las disciplinas deportivas1. El fútbol es un deporte técnico-táctico en equipo, de resistencia y a la vez de contacto, englobando actividades de baja, media y alta intensidad (con momentos anaeróbicos y otros aeróbicos). Además de la influencia que ejercen la genética y el entrenamiento individual en el rendimiento deportivo, podemos considerar la dieta del deportista como uno de los factores más importantes a la hora de optimizar dicho rendimiento2. Por ello, cumplir los requerimientos de ingesta energética y nutricional influirá positivamente en el rendimiento, tanto físico como deportivo de los futbolistas3–5. Una nutrición apropiada ayuda a optimizar la producción de energía durante el ejercicio. Además una nutrición no apropiada en el deportista, puede contribuir, entre otras, a la aparición de lesiones deportivas2. Los avances en la fisiología del ejercicio han hecho posible ir concretando algunas recomendaciones específicas para cubrir las necesidades nutricionales de los atletas, es decir, conocer prácticas dietéticas que ayuden a los atletas a optimizar su rendimiento deportivo2. En cuanto al género, el gasto de energía medio aproximado durante un partido es de 1.100 kcal para una futbolista de 60 kg6, menor que en hombres. En relación a las necesidades de nutrientes del futbolista, destacar que es importante mantener un consumo adecuado de hidratos de carbono (HC) (55–60%), ya que cuanto más glucógeno y glucosa haya disponibles para el músculo, más rápido y durante más tiempo podrán correr los jugadores6,7. Las proteínas parecen desempeñar una función importante en la recuperación muscular post-esfuerzo, sugiriendo incrementar las necesidades diarias hasta un máximo de 1,2 a 1,6 g/kg de peso corporal (PC)6. Las grasas se aconseja que supongan entre un 25–30% de la energía total de la 37 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino dieta, con un contenido alto de ácidos grasos insaturados, disminuyendo el porcentaje de forma evidente en los momentos previos a la competición y llegando a ser nulo durante la misma8,9. Dichas necesidades son similares a las que se presentan en un patrón de Dieta Mediterránea. Aunque llevar una alimentación correcta no es el único factor que vaya a condicionar el éxito de un jugador, si ésta se descuida el deportista podría ver su rendimiento físico mermado10. Durante el período de formación de los jóvenes futbolistas tienen lugar una serie de cambios antropométricos que determinarán el estado final del futbolista en cuanto a estado de forma física y potencial de rendimiento deportivo. Por lo que la nutrición durante esta etapa de desarrollo puede ser decisiva para el futuro deportista2. Además de la alimentación, la composición corporal (CC) y el PC son dos de los muchos factores que favorecen un óptimo rendimiento deportivo11. La presencia de grasa corporal (GC) en el deportista es necesaria, ya que un bajo porcentaje se asocia con un deterioro de la salud y del rendimiento deportivo12. Son diversos los estudios que llegan a la conclusión de que, por término medio, las mujeres futbolistas presentan en torno a un 21% de masa grasa (MG)13. Aun así, considerando el tamaño del campo y el tiempo de juego, se debe tener en cuenta que la alta cantidad de grasa y una robustez elevada perjudican el desempeño físico. En un juego de 90 minutos se recorren cerca de 10 kilómetros a una frecuencia cardiaca máxima entre el 80 y 90%, lo cual resulta difícil para deportistas con exceso de peso14. Fundamento de eso es el trabajo de Mladenovic en 200515, que estudió los cambios ocurridos en los equipos femeninos de Serbia y Montenegro, mostrando que al disminuir el índice de masa corporal (IMC) en un 3,75% y la grasa en un 1,7%, se puede aumentar en un 18,4% el VO2 máx15–17. No obstante, los niveles óptimos de grasa que permiten un buen rendimiento deportivo deberían de valorarse individualmente en cada caso. Maximizar la masa muscular (MM) es deseable en deportes que requieran fuerza, potencia y resistencia muscular, pero puede suponer un inconveniente en deportes de resistencia13,18 En los deportes de equipo en general, y fútbol en particular, es más difícil que en los deportes individuales describir un morfotipo ideal por la presencia de distintas posiciones de juego y de distintas funciones sobre el terreno de juego19. A pesar de ello, se han publicado valores en fútbol femenino que se resumen en la Tabla 120, siendo las futbolistas consideradas endomorfas, mesomorfas y endomesomorfas21. En esta tabla se observa que los grupos evaluados son diferentes en su somatotipo, evidenciando biotipos diferentes. Quizás a esta edad, donde la función de juego y el tiempo de entrenamiento no parecen causar modificaciones morfológicas en estas deportistas, el somatotipo no es factor discriminante de rendimiento deportivo18. Los objetivos del presente estudio fueron analizar la ingesta nutricional y la CC y su relación con el rendimiento deportivo de un equipo de fútbol semiprofesional femenino de la Comunidad de Madrid. MATERIAL Y MÉTODOS La población de estudio estuvo constituida por 17 mujeres de entre 16 y 37 años, todas ellas jugadoras del equipo semiprofesional femenino de Torrelodones C.F., perteneciente a la Segunda División Femenina de España, población Tabla 1. Comparación de Somatotipo con otros autores: somatotipo medio, puntos de la somatocarta y distancia de dispersión del somatotipo medio (SDD del SM). Nivel Autor/Año n Especialidad Sub 17 Sudamérica 28 Fútbol Selecciones Sudamérica U17 4,23 3,77 Almagià et al. (2008) 25 Fútbol Selección chilena U20 3,9 Can et al. (2004) 17 Fútbol Profesional turco (3 años) 3,07 n: frecuencia; Endo: endomorfia; Meso: mesomorfia; Ecto: ectomorfia. X Y 2,04 -2,2 1,3 4,7 1,5 -2,4 4 3,55 2,43 ENDO MESO ECTO -0,64 1,6 SDD del SM 2,8 2,7 38 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino donde fueron tomados los datos. Se trató de un estudio observacional, descriptivo, prospectivo y correlacional en el que se realizó un cuestionario ad hoc (datos personales, anamnesis clínica, hábitos de vida, alimentación, deporte, etc.), en marzo del año 2013. Se midieron el peso y la talla, y se calcularon el IMC, el porcentaje de grasa, la masa libre de grasa (kg) y el porcentaje de agua de cada jugadora. La CC se determinó mediante bioimpedancia eléctrica (BIA) tetrapolar monofrecuencia (50 kHz), de la compañía TANITA, Modelo BP-601. Se estandarizó un protocolo para la medición de la CC mediante la BIA que consistió en: 1) ayuno previo de 3 horas como mínimo; 2) haber orinado antes de realizar la medición; 3) no haber ingerido café, té o mate, ni haber realizado actividad física desde 12 horas antes de tomar la medición; 4) no haber ingerido bebidas alcohólicas ni diuréticos desde 24 horas antes de realizar la impedancia. La estatura, definida como la distancia entre el vertex (vértice craneal) y el plano de sustentación –también denominada como talla en bipedestación o simplemente talla– se midió con un estadiómetro Seca 216, rango 3,5 a 230 cm, con una precisión de 1 mm. La medición se realizó con el sujeto de pie, sin zapatos, completamente estirado, colocando los pies paralelos y con los talones unidos (apoyados en el borde posterior) y las puntas ligeramente separadas (formando aproximadamente un ángulo de 60°), las nalgas, hombros y cabeza en contacto con un plano vertical. La cabeza se mantuvo cómodamente erguida con el borde orbitario inferior en el mismo plano horizontal que el conducto auditivo externo (plano de Frankfurt). El antropometrista realizó una tracción a nivel de los procesos mastoideos, para facilitar la extensión completa de la columna vertebral. Los brazos colgaban a lo largo del cuerpo de una manera natural con las palmas de las manos frente a los muslos. Se le pidió al sujeto que realizara una inspiración profunda para obtener la extensión máxima de la columna. Se descendió lentamente la plataforma horizontal del estadiómetro hasta contactar con la cabeza del estudiado, ejerciendo una suave presión para minimizar el efecto del pelo. Los ojos del examinador estaban por lo menos a la misma altura del sitio donde el panel movible hace contacto con la cabeza. Se analizó la ingesta nutricional y los hábitos nutricionales a través de un registro dietético semanal y el test KIDMED22. Una vez finalizado, se realizó la valoración nutricional de la alimentación de las deportistas mediante el programa informático DIAL23. En el cuestionario ad hoc, de 2 folios de extensión, se incluyeron ítems sobre hábitos dietéticos (número de tomas, realización de comidas fuera de casa, presencia de picoteo, percepción subjetiva de la calidad de su alimentación, etc.). Se realizó una prueba de rendimiento físico –test de Course- Navette (CN)24–, para determinar el volumen de oxígeno máximo (VO2 máx), un día de partido y otro de entrenamiento. En ambos días se midió el PC y el porcentaje de agua, antes y después del ejercicio, y se incluyó el test de percepción subjetiva de esfuerzo (PSE), basado en la escala de Borg25,26. El requerimiento calórico en entrenamiento se determinó a partir de la fórmula de Cunningham27 (tasa metabólica en basal = 500 + 22 x (masa corporal magra en kg)), multiplicada por un factor de actividad individual28. El requerimiento de proteínas se calculó de manera individual, obteniendo la media y teniendo en cuenta los requerimientos específicos para jugadores de fútbol (1,2–1,6g/kg de PC/día) 6. Conociendo la ingesta recomendada de energía (IRE), el requerimiento de glúcidos se calculó de manera individual y teniendo en cuenta la energía total requerida y las características del ejercicio físico (kcal/día de HC = IRE x% recomendado HC; g de HC = kcal/día de HC x 4 kcal (por g de HC). Conociendo los requerimientos de HC de cada jugadora, se valoró si éstas ingerían las cantidades adecuadas o no en base a los datos de ingesta extraídos a partir del registro dietético de una semana, haciendo la media de los 7 días. Previo al estudio, se realizó una sesión informativa con las jugadoras y los entrenadores, para evitar cualquier duda en la cumplimentación de los registros o cuestionarios. Todas las participantes fueron informadas, de forma escrita y oral, sobre la finalidad del estudio y firmaron una hoja de consentimiento informado. Todos los datos fueron recogidos por dietistas-nutricionistas entrenados y formados, homogenizando con un protocolo de recogida de datos y monitorización del estudio. El análisis de los datos se realizó con el software SPSS, versión 21. Se analizaron descriptivamente las variables de medida, comprobando el ajuste de las variables numéricas a la distribución normal mediante la prueba de ShapiroWilk. Posteriormente se aplicó la Prueba T de Student para analizar la diferencia de peso y porcentaje de agua tras los entrenamientos y partidos para dos muestras relacionadas o la correspondiente prueba no paramétrica de rangos con signo de Wilcoxon, cuando la distribución no fue normal. En los valores de ingesta nutricional se utilizaron estas pruebas para comprobar la diferencia entre el consumo y el requerimiento de kcal, proteína y glúcidos. Para estudiar la relación del rendimiento deportivo con la CC, la ingesta nutricional y otros factores relacionados, se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson de asociación lineal, cuando se trataba de variables numéricas. Para el análisis de la relación con variables dicotómicas se aplicó la Prueba T de Student para dos muestras relacionadas o la 39 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino correspondiente prueba no paramétrica de rangos con signo de Wilcoxon. También se utilizó la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis para el análisis de la relación del rendimiento deportivo con las variables categóricas cuando los grupos comparados no fueron homogéneos, usando el nivel de significación del 5%. RESULTADOS El peso, la talla, el IMC y la CC (% de MG y MM en kg), se muestran en la Tabla 2. El peso medio de las jugadoras fue de 61,4±8,7kg. La talla media, según posiciones de juego, fue de 164,2 cm en las centrales; 161,3 cm en las delanteras; 161,5 cm en las laterales; y 164,6 cm en las medio-centros, destacando la talla de la portera que estuvo por encima de la media, en comparación con sus demás compañeras (172 cm). Los valores medios de IMC fueron de 22,8±2,9kg/m2. El porcentaje medio de MG fue de 24,5±5,5% y la MM de 43,6±2,9kg. La ingesta media de energía, de nutrientes y el perfil calórico de la dieta de las jugadoras se muestra en la Tabla 3. Las ingestas de calorías semanal (1.900,81±388,16kcal) y de un día de entrenamiento (1.931,93±535,77kcal) fueron inferiores a las recomendadas (2.592,35±264,01kcal) (Figura 1). El perfil calórico medio estuvo constituido por un 40,3±5,7% de HC; 41,8±4,1% de lípidos y, 15,9±3,3% de proteínas. La ingesta de HC simples fue de 87,9±26,9g. El consumo de HC horas previas (6 horas antes) a la práctica deportiva era inadecuado en el 50% de las jugadoras el día del entrenamiento, en el que se realizó la prueba de CN, y en el 31,2%, el día del partido. Presentaban un perfil lipídico con un alto consumo de ácidos grasos saturados (AGS) (12,4±2,3%) y de ácidos grasos monoinsaturados (AGM) (21±2,4%) y, bajo de ácidos grasos poliinsaturados (AGP) (5,4±1,0%). La ingesta media de hierro semanal fue de 12,46±3,12mg/día. Los resultados obtenidos a través del cuestionario KIDMED mostraron patrones de hábitos alimentarios poco saludables. Según los datos recogidos, el 41% de las jugadoras no consumía ninguna ración de fruta y de las que la consumían, sólo un 47% tomaba una segunda ración, el mismo porcentaje que tomaba al menos una ración de verdura, pescado 2–3 veces por semana y pasta y/o arroz 5 o más veces por semana. Las legumbres eran consumidas más de una vez a la semana por el 71% y los frutos secos 2–3 veces por semana por el 29%. La ingesta de 2 yogures y/o 40 g de queso al día sólo era realizado por un 56% de las futbolistas. El desayuno era omitido por un 12% de las encuestadas y, del 88% que sí lo realizaba, el 88% incluía al menos un lácteo, un 29% optaba por la bollería industrial y el 65% dijo elegir un cereal o derivado. Es destacable que un 18% de las jugadoras no usaba habitualmente el aceite de oliva en su casa, el mismo porcentaje que dijo consumir chucherías y caramelos varias veces al día. Por último, a través de este cuestionario, se obtuvo que el 59% de las jugadoras comía una o más veces por semana en un centro de comida rápida. Sólo el 5,9% obtuvo una calidad de dieta óptima según los valores correspondientes a la escala KIDMED de evaluación del ajuste a los estándares de la Dieta Mediterránea (adherencia a Dieta Mediterránea). Sin embargo, al preguntarles por su alimentación de forma subjetiva, el 64,7% contestaron que “sí llevaban una alimentación adecuada”, lo que difiere de la realidad tal y como se ha descrito, además de que el 76,5% afirmó que realizaba la conducta de picoteo. Tabla 2. Estadísticos descriptivos de los parámetros antropométricos y composición corporal. Medida N M Mn Dt Mín Máx SW Edad (años) 17 22,12 21,00 4,55 16,00 37,00 0,001 Peso (kg) 17 61,51 60,60 7,92 50,30 79,80 0,010 Estatura (cm) 17 165,18 163,00 6,75 159,00 188,00 0,000 IMC (kg/m2) 17 22,81 21,70 2,96 19,80 29,90 0,002 Grasa (%) 17 24,51 23,10 5,58 16,30 36,90 0,386 Masa muscular (kg) 17 43,64 43,30 2,99 38,00 50,00 0,717 N: frecuencia absoluta; M: media; Mn: mediana; Dt: desviación típica; Mín: valor mínimo; Máx: valor máximo; SW: valor crítico de significación correspondiente al estadístico de contraste de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk. 40 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino Tabla 3. Valores de ingesta alimentaria. N M Mn Dt Mín Máx SW Número de tomas 17 3,94 4,00 1,03 2,00 5,00 0,011 KidMed 17 5,35 6,00 2,00 1,00 8,00 0,070 Consumo semanal medio (Kcal) 16 1900,81 2013,00 388,16 1133,00 2362,00 0,093 Ingesta energética el día de entrenamiento (Kcal) 16 1931,94 2028,50 535,77 906,00 2926,00 0,504 Calorías procedentes de glúcidos simples 16 351,63 317,50 107,78 181,00 540,00 0,294 Requerimiento calórico (entrenamiento) 17 2592,35 2505,00 264,01 2243,00 3115,00 0,240 Proteína media semanal (%) 16 15,90 15,00 3,30 12,40 24,30 0,025 Proteína media semanal (gr) 16 73,76 73,30 11,83 54,20 104,00 0,565 Requerimiento de proteínas en población adulta (gr) 17 49,21 48,48 6,33 40,24 63,84 0,018 Requerimiento de proteínas en jugadores de fútbol (gr) 17 86,12 84,84 11,08 70,42 111,72 0,018 Grasa media semanal (%) 16 41,85 41,40 4,12 35,10 49,10 0,677 Grasa media (gr) 16 89,39 94,50 20,38 48,10 119,00 0,316 Grasas saturadas (%) 16 12,42 12,85 2,36 8,10 16,40 0,695 Grasas poliinsaturadas (%) 16 5,43 4,95 1,07 4,20 7,70 0,010 Grasas monoinsaturadas (%) 16 21,01 21,05 2,46 16,20 26,00 0,834 Glúcidos (%) 16 40,34 41,25 5,67 27,90 52,20 0,504 Glúcidos (gr) 16 182,78 187,00 52,26 66,40 266,00 0,934 Glúcidos simples (gr) 16 87,98 79,40 26,90 45,30 135,00 0,296 Requerimiento glúcidos (gr) 17 388,47 375,00 39,74 336,00 467,00 0,238 Ingesta de glúcidos 6 h antes del ejercicio (gr) 16 86,94 91,55 49,09 2,60 163,50 0,758 Energía de glúcidos simples (%) 16 18,41 18,09 3,57 13,27 27,19 0,451 Glúcidos el día de entrenamiento (gr) 16 158,63 167,95 56,16 46,80 245,00 0,429 Agua (l/día) 16 1,40 1,37 0,46 0,67 2,54 0,241 Colesterol (mg/día) 16 342,63 316,50 128,03 209,00 745,00 0,002 Hierro (mg/día) 16 12,46 11,85 3,13 8,90 21,40 0,025 Medida DATOS GENERALES E INGESTA CALÓRICA INGESTA DE PROTEÍNA INGESTA DE LÍPIDOS INGESTA DE GLÚCIDOS OTRAS INGESTAS N: frecuencia absoluta; M: media; Mn: mediana; Dt: desviación típica; Mín: valor mínimo; Máx: valor máximo; SW: valor crítico de significación correspondiente al estadístico de contraste de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk 41 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino La pérdida de peso producida el día del entrenamiento (Test CN) es de 0,37±0,28kg y el día del partido de 0,7±0,45kg, supusieron respectivamente una pérdida del 0,6±3,2% y del 1,1±5,2% del PC (Tabla 4). El análisis de la normalidad de la variable peso, antes y después del evento, indicaron que el peso no siguió la distribución normal antes (p=0,010) y después del entrenamiento (p=0,007), así como antes (p=0,011) y después del partido (p=0,010). La diferencia relacionada del peso antes y después del entrenamiento arrojaron un resultado estadísticamente significativo (z=–2,950; p=0,003), indicando que existe una pérdida de peso significativa asociada a la realización del entrenamiento. La pérdida de peso también fue significativa tras la realización de un partido (z=–1,163; p=0,008). Se comprobó, tanto antes del partido (p=0,011) como después (p=0,008), que la distribución del peso no se ajustó a la distribución normal. En cuanto al efecto del ejercicio sobre el porcentaje de agua, se siguió una dinámica similar, que no resultó estadísticamente significativa (z=–1,178; p=0,239) tras el entrenamiento, ni tras la realización del partido (t14 =–1,168; p=0,262). Se evaluó la capacidad aeróbica de las deportistas (VO2 máx) y la PSE como medidas del rendimiento atlético. El VO2 máx medio fue de 38,7±5,8 mL/kg/min (Tabla 5). Los resultados obtenidos en el Test de PSE mostraron que la media de PSE de cada jugadora el día la prueba física (después continuaron con el entrenamiento habitual) fue de dura a muy dura (5,3±2,1 puntos) y el día del partido de moderada a dura (3,8±1,4 puntos), según los valores de la escala de Borg del 0 al 10. Los valores de PSE correspondientes al entrenamiento no siguieron la distribución normal, según la Prueba de Shapiro-Wilk (p=0,010). Al analizar si existían diferencias en la PSE entre el entrenamiento y el partido Figura 1. Diferencias entre los requerimientos y la ingesta de las jugadoras. A: Diferencia entre la ingesta y el requerimiento calórico el día del entrenamiento; B: Diferencia entre la ingesta de proteína y el requerimientoen jugadores profesionales de fútbol; C: Diferencia entre la ingesta y el requerimiento de glúcidos (gr); D: Diferencia entre la ingesta y el requerimiento de glúcidos (%). 42 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino Tabla 4. Diferencia de peso y agua tras un entrenamiento o un partido. Antes del evento Después del evento Entrenamiento N M Dt SW M Dt SW p Peso (kg) 14 61,46 8,77 0,010 61,11 8,63 0,007 0,003a % Agua 13 56,91 4,31 0,046 57,28 4,29 0,254 0,239a Partido N M Dt SW M Dt SW p Peso (kg) 15 61,46 8,72 0,011 60,94 8,63 0,010 0,008a % Agua 15 57,23 4,14 0,550 57,51 3,95 0,308 0,262b N: frecuencia absoluta; M: media; Dt: desviación típica; SW: valor crítico de significación correspondiente al estadístico de contraste de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk; p: value correspondiente a la prueba aplicada para comprobar la diferencia de medias relacionadas; a: prueba no paramétrica de rangos con signo de Wilcoxon; b: prueba t de Student para muestras relacionadas. Tabla 5. Rendimiento deportivo según VO2 Máx y prueba subjetiva de esfuerzo. Medida N M Mn Dt Mín Máx SW VO2 Máx 13 38,79 40,80 5,85 29,20 46,60 0,454 PSE entrenamiento 13 5,31 4,00 2,18 3,00 9,00 0,010 PSE partido 13 3,85 4,00 1,41 2,00 6,00 0,071 N: frecuencia absoluta; M: media; Mn: mediana; Dt: desviación típica; Mín: valor mínimo; Máx: valor máximo; SW: valor crítico de significación correspondiente al estadístico de contraste de la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk no se mostró un resultado estadísticamente significativo (z=–1,490; p=0,136), a pesar de que los valores descriptivos apuntaban a que las futbolistas percibían que realizaban mayor esfuerzo en el entrenamiento (M=5,31; Dt=2,18) que en el partido (M=3,85; Dt=1,41). Al estudiar la relación del rendimiento deportivo con la CC se obtuvo que la capacidad aeróbica (VO2 máx) se encontraba significativamente asociada al peso (r=–0,595; p<0,05) en sentido inverso, lo que indicó que las deportistas con mayor peso tenían una capacidad aeróbica menor que las de un peso inferior (Tabla 6). También existió relación entre VO2 máx e IMC (r=–0,615; p<0,05), de manera que la mayor capacidad aeróbica se asoció con valores de IMC más bajos. La PSE, tanto en el entrenamiento como en el partido, no se relacionó con la CC, a pesar de que el tamaño del efecto de algunas correlaciones fue de magnitud media. 43 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino Tabla 6. Correlaciones de Pearson para estudiar la asociación de la composición corporal con el rendimiento deportivo. Rendimiento Composición corporal Diferencia de peso tras entrenamiento (kg) Diferencia de agua tras el entrenamiento (%) Diferencia de peso tras el partido (kg) Diferencia de agua tras el partido (%) Peso (kg) Estatura (cm) IMC (kg/m2) Grasa (%) Masa muscular (kg) r n r n r n r n r n r n r n r n r n VO2 Max PSE entrenamiento PSE partido -0,223 13 -0,158 12 -0,425 11 -0,196 11 -0,595* 13 0,137 13 -0,615* 13 -0,532 13 -0,511 13 -0,233 13 0,090 12 -0,320 11 -0,108 11 -0,235 13 -0,040 13 -0,288 13 -0,054 13 -0,300 13 0,053 12 0,106 12 0,070 13 0,153 13 -0,310 13 0,379 13 -0,338 13 -0,339 13 -0,090 13 r: coeficiente de correlación de Pearson; n: tamaño de la muestra. *p-value < 0,05 DISCUSIÓN El promedio de talla de las jugadoras (165±6,7 cm) está dentro de los valores medios encontrados en otros estudios similares29,30. No existen diferencias significativas entre la talla y la posición de juego, salvo la portera, que es de las jugadoras con mayor estatura, coincidiendo con otros autores13,31. El PC medio del 88,2% (61,4±8,7kg) es un PC adecuado para la media, sin embargo, en el 11,8% restante existe un PC excesivo13,30. Este exceso de PC puede suponer una desventaja en el campo, ya que el fútbol es un deporte en el que hay que mover el cuerpo con rapidez y agilidad11. El IMC medio (22,8±2,9kg/m2) está dentro del rango que la OMS considera como normal para la población general (18,5–24,9kg/m2)32. Además, está dentro de los valores medios resultantes en otras mujeres futbolistas (22,41±2,54kg/m2)30, siendo únicamente superado por un 11,8% de las jugadoras, lo que coincide con las mismas participantes que presentan sobrepeso por un aumento de MG mayor de lo habitual en esta población. Al igual que ocurre con el PC, es destacable la amplia diferencia entre el valor mínimo y el máximo, con un rango de 10,1 kg/m2 para el IMC y de 29 kg para el PC. En relación al porcentaje de MG, si comparamos los porcentajes de grasa obtenidos (24,5±5,5%) con los porcentajes encontrados en un equipo de fútbol femenino que juega en Primera División Nacional (21,9±0,9%)13, las participantes presentaron un promedio de porcentaje MG elevado. Sin embargo, si lo referenciamos con los porcentajes resultantes de un equipo de fútbol femenino que juega en la Primera División Regional (29,4±1,4%)13, con una frecuencia de entrenamiento de 4,5 horas semanales, igual al de las jugadoras del estudio, sólo un 11,8% de la muestra supera este porcentaje. No obstante, los diversos estudios realizados sugieren que por término medio las mujeres futbolistas presentan en torno a un 21% de MG13, siendo superado este porcentaje por el 64,7% de la muestra. El alto grado de adiposidad puede alterar el rendimiento deportivo de las mismas, ya que el porcentaje de grasa es el componente más influyente en el rendimiento deportivo, habiendo una relación inversa entre la cantidad de GC y el rendimiento12,18. No obstante, un porcentaje de MG muy bajo, tampoco permite obtener un buen estado de salud y un buen rendimiento físico, siendo necesario en la mujer, un mínimo de un 12% de MG12, presentando todas las jugadoras un porcentaje superior a este valor. Destacar que tan sólo un 25% de las jugadoras se aproximaba a las recomendaciones de ingesta calórica. Esto es importante, pues una ingesta insuficiente de energía, también puede afectar al rendimiento deportivo, ya que la falta de sustrato energético (glucógeno, ácidos grasos) es una causa de fatiga5,8,27,33. Además, es destacable que un 18,8% de las jugadoras realiza una ingesta calórica por debajo de 30 kcal/kg de PC magro al día. Esto, además de empeorar 44 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino el rendimiento deportivo, puede tener consecuencias negativas para el metabolismo, la función menstrual y para la reabsorción y formación ósea27. El aporte energético de las jugadoras tampoco es el adecuado en cuanto a macronutrientes y distribución de los mismos, ya que a través de los registros dietéticos se observa cómo muchas de las futbolistas realizan únicamente 2 ingestas el día de entrenamiento y/o partido, siendo además estas comidas bajas en HC. El perfil calórico de las jugadoras (40,3±5,7% HC; 41,8±4,1% de lípidos; y 15,9±3,3% de proteínas), se aleja del perfil deseable (55–60% HC, 25–30% de lípidos y 12–15% de proteínas), teniendo en cuenta la fisiología de este deporte, así como el mantenimiento de la salud y el rendimiento deportivo34,35,36. En relación al porcentaje de HC medio consumido (40,3±5,6%), señalar que sólo un 5,8% de las jugadoras consumió más del 50% de la energía total a partir de HC y, ninguna supera el 55%. Por otra parte, si se especifica el tipo de HC, se puede destacar cómo el 100% de las jugadoras presentan una ingesta de HC simples de 18,4±3,6%, correspondientes a 87,97±26,89g/día, superior a la recomendación (<5% de las kcal totales de la dieta)37. Estos valores son el resultado de un consumo excesivo de bebidas carbonatadas azucaradas, bollería industrial, golosinas, etc. El consumo de este tipo de alimentos y bebidas es realizado, por muchas de ellas, momentos previos a la práctica de ejercicio, pudiendo provocar una “hipoglucemia reactiva” y una elevada liberación de insulina7,35,38. Por otra parte, al analizar la cantidad de HC que consumen horas previas (6 horas antes) al entrenamiento o partido, se extrae que el 50% de las jugadoras no realizan una ingesta de HC suficiente el día de entrenamiento y un 31,3% tampoco el día de partido. No consumir una cantidad suficiente de HC, no permite conseguir unos niveles de glucógeno adecuados, agotándose antes dicho sustrato y apareciendo antes la fatiga6,35,38. En cuanto a las proteínas, el 50% de las jugadoras no cumple las recomendaciones de ingesta, por exceso o por defecto, para este deporte (1,2–1,6g/kg/día)39, siendo un dato que evidencia que la alimentación de las jugadoras no es adecuada. No tener un consumo adecuado de proteínas puede dificultar el crecimiento muscular, la reparación y la adaptación que sobreviene después del ejercicio6,8,39. Con respecto a las grasas, presentan una ingesta (41,8±4,1%) por encima del porcentaje recomendado8, con un perfil de lípidos inadecuado, teniendo todas las futbolistas de la muestra un consumo elevado de AGS (12,4±2,3%); el 56,3% de las jugadoras alto de AGM (21±2,4%) y un 50% bajo de AGP (5,4±1,0%). Es destacable, que aunque en su conjunto, el porcentaje calórico derivado del consumo de alcohol no es significativo (6,5±5,2%), un 6,25% de las jugadoras tiene un aporte calórico derivado del mismo por encima al 10% de las calorías totales, superando las recomendaciones38. Al analizar otros micronutrientes, se obtiene que el promedio de ingesta de hierro de las jugadoras (12,5±3,12mg/día) está por debajo de las cantidades diarias recomendadas de hierro para mujeres de entre 19 a 50 años (18mg/día)40. Por otra parte, es importante destacar que un 12,5% de las jugadoras notificó presentar anemia ferropénica, observando en éstas, al analizar su ingesta, que no tienen un aporte suficiente de hierro a través de su alimentación. Es frecuente encontrar una elevada prevalencia de anemia ferropénica en deportistas, especialmente en mujeres41, siendo el aporte insuficiente de hierro a través de la dieta una de las principales causas, aunque no la única42. La deficiencia de hierro puede tener como consecuencia una alteración en el rendimiento físico de las deportistas, debido al papel importante que juega el hierro en el transporte y liberación de oxígeno a la célula muscular y en la obtención de energía en el metabolismo aeróbico41. Basándonos en las últimas recomendaciones en el patrón de la Dieta Mediterránea22, los datos resultantes del KIDMED muestran que las jugadoras tienen una baja ingesta de verduras, hortalizas y frutas (un 53% no consume al menos una ración de verdura/hortaliza al día, mismo porcentaje que no consume una segunda pieza de fruta), teniendo en cuenta que se deben consumir al menos 2 raciones de verdura/ hortaliza al día y 3 piezas de fruta para obtener un correcto aporte de agua, vitaminas, minerales y fibra. El consumo de cereales, arroz y pasta también es bajo (el 53% no los consume 5 o más veces por semana), debiendo incluir 1–2 raciones de estos alimentos en las comidas principales. El consumo de pescado tampoco es el adecuado (el 53% no toma pescado 3–4 veces por semana) y el consumo recomendado de legumbres (al menos 2 veces por semana) no es realizado por el 29% de las jugadoras, siendo este último alimento una fuente importante de HC complejos junto con los cereales, arroz, pasta y tubérculos. La ingesta óptima de lácteos y derivados (2 raciones/día) no es realizada por un 44%. Los lácteos son la mejor fuente de calcio, siendo este micronutriente esencial para la constitución de la densidad y la masa ósea1,6. Un 12% no realiza el desayuno y, de quienes lo hacen (88%), un 29% opta por bollería industrial. Estos alimentos son ricos en azúcares sencillos y en grasas hidrogenadas, elevan rápidamente los niveles de glucosa, disparando la producción de insulina34. Además, el 88% de las futbolistas realiza alguna comida en un establecimiento de comida rápida, siendo éstos últimos característicos por ofrecer alimentos con una alta densidad calórica, produciendo un desequilibrio energético y nutricional en la dieta. Por otra parte, el número de comidas que realizan al día no se acerca a la recomendación (sólo un 12,5% realiza más de 4 ingestas). No repartir la ingesta de alimentos en varias 45 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 36 - 48 Valoración nutricional, evaluación de la composición corporal y su relación con el rendimiento deportivo en un equipo de fútbol femenino comidas a lo largo del día (4–5) puede producir un reparto inadecuado de energía, haciendo que la carga de glucógeno sea menos eficiente4. Por último, destacar que hay un porcentaje de jugadoras (18%) que no usa de manera habitual el aceite de oliva, pudiendo ser una de las causas de que el perfil lipídico se aleje de los objetivos nutricionales35. La pérdida de peso observada el día de entrenamiento (0,6±3,2% de PC) y el día de partido (1,1±5,2% de PC), podría suponer una ligera deshidratación por la pérdida de agua, ya que aunque hay que tener en cuenta las pérdidas derivadas del consumo de glucógeno y de las oxidaciones de los principios inmediatos, el 71,4% tuvo una pérdida superior o igual al 1% el día de entrenamiento y un 64,3% el día de partido (Tabla 4). Estas pérdidas (entre 1–2%), son suficientes para producir una elevación de la temperatura corporal durante el ejercicio y disminuir el rendimiento físico43. El VO2 máx medio es de 38,7±5,8mL/kg/min, estando el 41,7% de las jugadoras por debajo de la media (39mL/kg/ min) de futbolistas de élite de primera división31. Si tenemos en cuenta otros estudios19, el 100% presenta un VO2 máx bajo y sólo un 46,2% presenta una capacidad aeróbica buena según los valores de referencia de García Manso y Cols.44. No obstante, sería preciso calcular el VO2 máx a través de otros métodos de evaluación (prueba de esfuerzo, monitores de frecuencia cardiaca o similares) para tener un valor más confiable y válido. Las puntuaciones obtenidas en el test de PSE, son mayores el día de entrenamiento (5,3±2,1) que el día de partido (3,8±1,4). Esto puede deberse a que la intensidad de ejercicio fue mayor el día de entrenamiento, ya que previamente se realizó el tes CN. Destacar que las jugadoras que mayor VO2 máx presentan son las que mayor nivel de esfuerzo dicen soportar a través de la puntuación en la escala de Borg20,22, existiendo una relación directa entre ambos parámetros. CONCLUSIONES El déficit de adecuación a la dieta es mayor de lo esperado para un equipo semiprofesional que se entrena semanalmente para competir, sólo el 5,9% de las atletas mantiene una adherencia a la Dieta Mediterránea óptima. La ingesta de nutrientes por parte de las jugadoras no corresponde con sus requerimientos, ni en macronutrientes ni en hierro. En porcentaje de MG del conjunto estudiado está en consonancia con los valores estándares de referencia, salvo 2 jugadoras en las que existe un porcentaje de MG por encima de dichos valores. Se ha encontrado una relación inversa entre IMC y peso, y los valores de VO2 máx. También se ha observado una relación inversa entre la cantidad de GC y el rendimiento deportivo, pudiendo verse alterado éste último en las jugadoras estudiadas. Debido a la importancia que la nutrición juega en la competición y el rendimiento deportivo, creemos fundamental trabajar para aplicar el beneficio de una nutrición óptima y personalizada en el entorno del fútbol femenino. AGRADECIMIENTOS Agradecer a todo el quipo Femenino de Torrelodones C.F. y a sus entrenadores. CONFLICTO DE INTERESES Los autores manifiestan que no existe conflicto de intereses al redactar el manuscrito. Limitaciones en el estudio: • El cuestionario KIDMED fue diseñado y validado en 2004, para valorar la adherencia de la población española infanto-juvenil a la Dieta Mediterránea de 2 a 24 años de edad, saliendo una de las participantes de la muestra de estas edades (36 años). • Dentro del protocolo de buenas prácticas de la BIA, se recomienda que en mujeres se efectúe la medición lejos del período premenstrual para evitar la retención líquido, factor que no se tuvo en cuenta, pues las sesiones de intervención no se pudieron cambiar de fecha (adelantar o retrasar). BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. Grimm K, Kirkendall D. Salud y buena condición física de las futbolistas. 1ª ed. FIFA, editor. Altstätten: rva Druck und Medien AG; 2007. Ruiz F, Gravina L, Gil J, Díaz E, Gil S, Hoyos I. Ingesta de energía y macronutrientes en jóvenes deportistas de diferentes edades. Osasunaz. 2007; 233-47. Martínez C, Sánchez P. Estudio nutricional de un equipo de fútbol de tercera división. 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Entre 1920 y 1930 se fue configurando en el contexto internacional una nueva cultura de la nutrición y a partir de este momento la nutrición y la dietética se convirtieron en un tema a tratar y empezaron a perfilarse las políticas nacionales e internacionales en nutrición. Durante el período de entreguerras, la mayoría de los países crearon sus servicios de higiene de la alimentación y pusieron en marcha institutos nacionales de nutrición. En dichos escenarios asistenciales e investigadores se desarrollaron los primeros procesos de profesionalización de los Dietistas-Nutricionistas. Fue en el contexto del abordaje comunitario de los problemas nutricionales, cuando se perfiló la necesidad de contar con profesionales capacitados para aplicar los conocimientos de la nutrición. Este hecho favoreció su creación y lo hizo ligado al abordaje de la problemática de la malnutrición desde la perspectiva colectiva, sin olvidar sus inicios en el ámbito de la atención al paciente hospitalizado y la nutrición clínica. La nutrición logró su ruta de diferenciación profesional sobre todo en el contexto de la salud pública. Obra bajo Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Más información: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ DOI: 10.14306/renhyd.19.1.115 49 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 49 - 55 El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España The role of international health movement in the development of the Dietitian and Nutricionist profession in Spain KEYWORDS Nutritionists; Dietitians; History, 20th Century; Health Occupations; Spain ABSTRACT During the first world war and the subsequent post-war period, hunger and malnutrition became such severe problems that Governments and international agencies were spurred into action. Between 1920 and 1930, a new culture of nutrition emerged in the global arena. Nutrition and dietetics began to receive careful consideration and national and international policies on nutrition started to take shape. During the interwar period, many countries created food hygiene services and launched national institutes of nutrition, and it was within these welfare and research scenarios that the first steps were taken towards professionalization of the role of dietitian and nutritionist, since the community approach taken to nutritional problems highlighted the need for trained professionals to apply knowledge of nutrition. This circumstance favored the creation of a professional role linked to a collective approach to the problem of malnutrition whilst maintaining its roots in the field of inpatient care and clinical nutrition. Nutrition attained its distinct professional identity above all in the context of public health. C ITA Trescastro-López EM. El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España. Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 49 - 55. DOI: 10.14306/renhyd.19.1.115 INTRODUCCIÓN En España, la profesión de Dietista-Nutricionista está consolidando su posición en el mercado laboral y en particular en el Sistema Nacional de Salud1. Sin embargo, es importante tener en cuenta los antecedentes históricos de una profesión para entender la realidad en la que se encuentra en el presente. Es por ello que se van a realizar algunas reflexiones sobre cómo se dieron las circunstancias para que se configurara la profesión de Dietista-Nutricionista, y más concretamente cuál fue el papel que desempeñaron los organismos internacionales de salud. Aunque los problemas de alimentación y nutrición ya estaban presentes en las conferencias internacionales y congresos de Higiene y Demografía del siglo XIX, fue en las primeras décadas del siglo XX cuando el problema de la alimentación se incorporó plenamente a la agenda de los organismos internacionales. Esto se debió a diversas causas, entre ellas el desarrollo de la ciencia de la nutrición, lo cual permitió visualizar la dimensión biológica y social del problema del hambre y la desnutrición2. Desde un punto de vista histórico las políticas de nutrición se fueron configurando como una respuesta a los problemas que hoy en día la FAO y la OMS definen como seguridad alimentaria, es decir como un instrumento para resolver las dificultades de acceso de la población a una alimentación suficiente, sana y equilibrada, sin olvidar que muchas veces esta población se encuentra ya de por sí en una situación que podríamos definir como de desnutrición crónica, condicionada la mayoría de las veces por el círculo vicioso de la miseria, pobreza y hambre3. Como se intentará mostrar a continuación, la evolución de una actividad profesional como la de Dietista-Nutricionista, ha tenido un desarrollo paralelo al del propio concepto de seguridad alimentaria y ha jugado un papel fundamental para intentar conseguirla. Con el nacimiento de los Estados modernos, y en particular durante la Ilustración, el objetivo de asegurar un abastecimiento de las poblaciones se convirtió en una de las prioridades políticas. La promoción del bienestar material de los súbditos (en donde se incluía la alimentación) aparecía como una condición indispensable para el desarrollo y consolidación del poder de los estados, tanto económico como militar. El deficiente estado nutricional 50 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 49 - 55 El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España que presentaban las clases trabajadoras adquirió en el siglo XVIII el carácter de problema social y se convirtió en un freno para el desarrollo económico4. Con la llegada de la industrialización se acentuó el problema social y económico que comportaban los problemas nutricionales de la clase trabajadora y, a lo largo del siglo XIX, el problema de la alimentación despertó el interés y la atención de la comunidad internacional y se incorporó a la agenda del movimiento sanitario. En los Congresos Internacionales de Higiene y Demografía, los problemas de salud asociados a las deficiencias que mostraba la alimentación de la población se convirtieron en un tema habitual y la nutrición colectiva fue introducida como cuestión oficial en muchas de aquellas reuniones5. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS Fue, sobre todo durante la Primera Guerra Mundial y durante la posguerra, cuando el hambre y la desnutrición cobraron mayor importancia y estos problemas atrajeron la atención de los gobiernos y de los organismos internacionales. A los problemas alimentarios directos derivados de la contienda bélica se sumó la crisis económica que atravesaba Europa6,7. Así, el 10 de enero de 1920 se firmó el Pacto para la creación de la Sociedad de Naciones. En el artículo 23 de su Carta fundacional se postulaba que los estados miembros se debían esforzar en tomar medidas de orden internacional para prevenir y combatir las enfermedades. En aquellos momentos el principal problema de salud pública era intentar controlar las enfermedades de tipo infeccioso y para ello resultaba fundamental la mejora del estado nutricional de la población, por lo que para conseguir un adecuado estado de salud de la población era requisito indispensable proporcionar una alimentación adecuada5. Entre 1920 y 1930 se fue configurando en el contexto internacional una nueva cultura de la nutrición6,7. Los estudios realizados en la década de 1920 indicaban que las clases populares no comían lo suficiente para mantener su salud y poder trabajar normalmente8. A partir de entonces, el binomio alimentación y salud se convirtió en una piedra angular de las políticas de salud pública. Desde organismos como el Comité de Higiene de la Sociedad de Naciones se ponía en marcha un programa de higiene de la alimentación, que debía ser aplicado a escala nacional por las escuelas nacionales de salud pública que se difundieron por Europa durante el primer tercio del siglo XX bajo el impulso de la Fundación Rockefeller, y por los institutos nacionales de alimentación5. Fue por tanto a partir de este momento cuando la nutrición y la dietética se convirtieron en un “tema a tratar” y cuando empezaron a perfilarse las políticas nacionales e internacionales en nutrición. El Comité de Higiene de la Sociedad de Naciones, al mismo tiempo que creaba la Comisión Consultiva de Expertos sobre Nutrición, diseñó una estrategia de cooperación con la Oficina Internacional de Higiene Pública, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Instituto Internacional de Agricultura, llegando a formalizar una Comisión Mixta de los cuatro organismos9. Estudios como los que elaboraron J. Boyd Orr sobre los consumos alimentarios en función de los gastos semanales dedicados a la alimentación en Gran Bretaña10, permitieron señalar que la ciencia de la alimentación podía aportar los argumentos científicos necesarios para la reivindicación de un poder adquisitivo mínimo. Esta afirmación iba a resultar fundamental en el proceso de institucionalización de la nutrición como disciplina, ya que a través de ella se podía exigir que el ser humano tuviera unos ingresos mínimos que aseguraran su correcta alimentación y supervivencia, al mismo tiempo que dichos ingresos le permitirían salir de la pobreza11. A lo largo de los años treinta y la década de 1940 se celebraron a nivel mundial diversas reuniones y conferencias que tenían como tema central cuestiones relacionadas con la alimentación y la nutrición12. Uno de los organismos internacionales que más promovió este tipo de reuniones fue la Organización Panamericana de Salud (OPS)13. En mayo de 1929, en la reunión de su Consejo Directivo se aprobó un plan de actuación que incluía actividades relacionadas con la alimentación y la nutrición, consiguiendo que los gobiernos de las repúblicas americanas se concienciaran de la importancia de una alimentación adecuada para el ser humano. El Consejo recomendó, además, que la OPS emprendiera las gestiones oportunas para fomentar el estudio de los hábitos y recursos dietéticos por parte de los gobiernos representados y así difundir los conocimientos relacionados con una correcta alimentación. La OPS incorporaba un nuevo y positivo esfuerzo a favor de la salud pública de todos los países americanos, otorgando a la alimentación y la nutrición un papel fundamental14. De hecho, en la novena Conferencia Panamericana desarrollada en Buenos Aires en 1934, se resolvió que las direcciones de sanidad de los países americanos debían organizar institutos y departamentos encargados de establecer la composición y el valor nutritivo de los alimentos propios de cada país, y realizar el estudio 51 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 49 - 55 El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España estadístico de la alimentación de diversos grupos sociales y de los problemas de obtención, elaboración y distribución de los alimentos, con el fin de establecer normas deseables de higiene alimentaria14. En la Tercera Conferencia Panamericana de directores Nacionales de Sanidad, celebrada en Washington en 1936, se hizo un reconocimiento de los países latinoamericanos que habían incorporado en distintos organismos e instituciones actividades de nutrición y alimentación racional con fines sanitarios. La Conferencia recomendó a aquellos países que no habían iniciado esa clase de tareas hacerlo a la mayor brevedad; así mismo instó a que las prácticas de alimentación de las colectividades formaran parte de las funciones sanitarias locales, siendo conveniente para este objetivo la formación de un personal especializado en el ámbito de la nutrición. También recomendó realizar una difusión conveniente del uso correcto de sustancias alimenticias bajo la orientación científica de un organismo competente y que se aplicaran los nuevos conocimientos surgidos sobre aminoácidos, sales minerales y vitaminas, con el fin de mejorar la alimentación popular14. Hay que subrayar, sin duda, la atención que prestó durante el período de entreguerras la OPS al problema de la nutrición y la alimentación en su aspecto preventivo, en respuesta a las demandas y exigencias planteadas en las conferencias sanitarias panamericanas y en otros foros internacionales14. Desde el ámbito de la Sociedad de Naciones y su Comité de Higiene, también se impulsó la celebración en la década de 1930 de conferencias de expertos para discutir problemas relacionados con la nutrición. En junio de 1935, la 19ª sesión de la OIT votaba unánimemente una resolución que reconocía que la nutrición era esencial para el bienestar de los trabajadores, y denunciaba la existencia de gran cantidad de personas insuficientemente alimentadas en muchos países7,15. A raíz de dichos acuerdos tuvo lugar en Londres un congreso internacional sobre “las bases fisiológicas de la nutrición”. Las actas de esa reunión incluían un informe que resumía el estado de nutrición en varios países con estadísticas de producción y consumo, así como el precio de los alimentos. Se reconocía la existencia de un problema alimentario tanto en áreas industriales como agrícolas de Europa. El objetivo científico principal era proponer un patrón de dieta óptima. Al mismo tiempo, los problemas de nutrición que presentaba el mundo rural europeo adquirieron gran relevancia en el contexto internacional. Aunque en cada área geográfica de Europa existían características especiales en los hábitos de los campesinos, las encuestas realizadas presentaban similitudes. La principal característica era la monotonía, puesto que en el hogar del campesino medio se utilizaba solamente un número limitado de alimentos. Una dieta más variada resultaba menos peligrosa pues evitaba la carencia de uno o más elementos esenciales, particularmente minerales y vitaminas8,15. La preocupación por las enfermedades carenciales y la malnutrición, sobre todo en las áreas rurales, era importante; pero al mismo tiempo se denunciaba que no había bastantes encuestas ni informes que aportasen datos fiables sobre si la ingesta de vitaminas y minerales cubría las necesidades fisiológicas, aunque la escasez de una o más vitaminas explicaba los síntomas de enfermedades carenciales detectadas con frecuencia en las poblaciones rurales de muchas partes de Europa8,16. Al hilo de aquellas denuncias, en muchos países se pusieron en marcha diversas iniciativas17. En el caso español, la encuesta que llevó a cabo el Departamento de Higiene de los Alimentos de la Escuela Nacional de Sanidad de Madrid, en 1934, ponía de manifiesto que en varias regiones españolas se presentaban casos de querato-conjuntivitis y queratomalacia, especialmente, de xeroftalmia, xerosis y hemeralopía, que eran signos de una carencia grave y muy completa de vitamina A. Junto a las alteraciones de carácter oftalmológico, las investigaciones también mostraban alteraciones de carácter dentario en la infancia que eran consecuencia de un déficit general de vitaminas, especialmente de vitamina D (antirraquítica) y también de vitamina C (antiescorbútica), al mismo tiempo que revelaban la existencia del raquitismo18. Los resultados de todas aquellas investigaciones venían a reforzar muchas de las deficiencias cualitativas y cuantitativas que mostraba, en términos de alimentación y nutrición, la población española. Su alimentación media no resultaba satisfactoria. La población presentaba variados y frecuentes trastornos que estaban ligados a una alimentación inadecuada16. Para poder afrontar todas aquellas deficiencias y otros problemas relacionados con la alimentación y la nutrición de la población española, desde la Escuela Nacional de Sanidad se reclamó la creación de un Instituto de Higiene de la Alimentación. Desgraciadamente, la guerra civil frenó aquel incipiente proceso de institucionalización de la disciplina en nuestro país y hubo que esperar varias décadas para que se retomase18,19. Sin embargo, fue durante el período de entreguerras cuando la mayoría de los países crearon sus servicios de higiene de la alimentación y pusieron en marcha sus institutos nacionales de nutrición20. En dichos escenarios asistenciales e investigadores se desarrollaron los primeros procesos de profesionalización de los Dietistas-Nutricionistas. 52 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 49 - 55 El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LA CREACIÓN DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES Volviendo al contexto internacional, los intentos por mantener la paz y el orden social fracasaron y en 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial, período durante el cual la desnutrición, la subalimentación y la miseria que acompañaban a amplios sectores de la población hacían temer el estallido de importantes epidemias5. En este escenario y para buscar una solución al problema alimentario se creó una Organización Internacional con el nombre de FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación)21, cuyos objetivos eran: elevar el nivel de nutrición y las condiciones de vida de las poblaciones sometidas a su respectiva jurisdicción; mejorar el rendimiento de la producción y la eficacia del reparto de todos los productos alimenticios y agrícolas; mejorar las condiciones de vida de la población rural y contribuir así a la expansión de la economía mundial y liberar del hambre a la humanidad3. En 1946, se fundó el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), dependiente de la OPS, con la ayuda financiera de la Fundación Kellogg. Su objetivo era estudiar los problemas de nutrición de la zona, buscar las soluciones adecuadas y ayudar a los gobiernos en la aplicación práctica de las mismas22. Llevaba ya la FAO tres años de funcionamiento, cuando el 7 de abril de 1948 se creó la Organización Mundial de la Salud, el organismo de las Naciones Unidas especializado en salud. Sus objetivos eran mucho más amplios que los que se habían planteado los organismos internacionales anteriores. Tal y como establecía en su constitución, el objetivo de la OMS era que todos los pueblos pudieran gozar del grado máximo de salud23. En muchos países eran visibles las consecuencias de una nutrición inadecuada como causa de muchas enfermedades y de sus elevadas cifras de mortalidad infantil. Además representaba un freno para el adecuado desarrollo de niños escolares y adolescentes, y explicaba la salud precaria y la escasa productividad en muchos adultos. No bastaba con aumentar las raciones, era preciso equilibrar mejor las dietas. Se imponía la necesidad de modificar hábitos y de facilitar a los administradores sanitarios, los educadores y las autoridades en general, la adquisición de los conocimientos prácticos imprescindibles en materia de nutrición y dietética22. Los observadores de la Comisión Interina de la OMS que asistieron a la segunda conferencia anual de la FAO propusieron la creación de un comité mixto sobre nutrición encargado de asesorar a la FAO y a la OMS. Así empezó una colaboración excepcionalmente estrecha entre ambos organismos mediante un comité mixto de expertos24. El primer Comité Conjunto de Expertos FAO-OMS que se celebró en Ginebra en 1949 afirmó que, mientras en la FAO el énfasis se tenía que poner sobre la nutrición en relación con la producción, distribución y consumo de alimentos, en la OMS dicho énfasis tenía que recaer sobre la nutrición en relación con el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades. Desde la consideración plena de la nutrición y la alimentación como factores condicionantes del estado de salud de las poblaciones, la política de actuación de la OMS se caracterizaba porque llevaban a cabo estrategias de prevención específica de los problemas nutricionales, para ser desarrolladas, sobre todo en los servicios locales de salud24. La OMS denunciaba, en la década de 1950, que el tratamiento y la prevención de las enfermedades de la nutrición, particularmente las de los niños, era a menudo inadecuado por insuficiencia de la formación profesional que la mayoría de los médicos y las enfermeras recibían en la materia22. Al mismo tiempo, se insistía que para realizar una intervención y mejorar la alimentación de la población continuaban necesitando más encuestas y estudios que permitiesen descubrir cuáles eran las deficiencias y poder así corregirlas. Después de formular en su reunión de 1949 algunas recomendaciones al respecto, el Comité Mixto FAO-OMS de Expertos en Nutrición examinó la cuestión con mayor detenimiento y en 1951 preparó una Guía del nutricionista para determinar los estados de nutrición22. Como se ha apuntado con anterioridad, fue el trabajo llevado a cabo por los institutos de nutrición lo que permitió la formación de Dietistas-Nutricionistas a través de escuelas de dietética y nutrición. En sus inicios la nutrición y la dietética se contemplaban como una rama sujeta a la medicina y uno de los componentes de la terapéutica en el tratamiento de las enfermedades. Pero fue sobre todo en el contexto del abordaje comunitario de los problemas nutricionales, que como se ha visto tuvo su mayor desarrollo en el período de entreguerras, cuando se perfiló la necesidad de profesionales “capacitados” para aplicar los conocimientos de la ciencia de la nutrición14. La mejora del estado nutricional de la población se consolidó como uno de los componentes fundamentales de los programas de salud pública, pero era evidente que no 53 Rev Esp Nutr Hum Diet. 2015; 19(1): 49 - 55 El papel del movimiento sanitario internacional en el desarrollo de la profesión de Dietista-Nutricionista en España existía suficiente personal especializado. Al mismo tiempo que se consolidaba la profesionalización de los DietistasNutricionistas, se recomendaba la incorporación de los contenidos de nutrición a los programas formativos de ciencias de la salud, reforzando de ésta forma la condición de profesionales de las ciencias de la salud que cabe otorgar a estos profesionales25. CONFLICTO DE INTERESES No existen conflictos de intereses por parte de la autora del presente trabajo. FINANCIACIÓN CONCLUSIONES Por profesionalización se entiende el proceso por el cual una ocupación adquiere una funcionalidad importante para el orden social, en la medida en que involucra una dinámica de especialización de saberes y habilidades. En este caso, fue la necesidad de contar con Dietistas-Nutricionistas lo que favoreció su creación. Ésta no surgió del quehacer tradicional con la atención de las enfermedades individuales, como había ocurrido con otras ciencias de la salud como la enfermería, sino que lo hizo ligada al abordaje de la problemática de la malnutrición desde la perspectiva colectiva o poblacional, sin olvidar sus inicios en el ámbito de la atención al paciente hospitalizado y la nutrición clínica. La nutrición logró su propia ruta de diferenciación profesional sobre todo en el contexto de la salud pública. En España, la profesión de Dietista-Nutricionista se ha empezado a consolidar en las últimas décadas. Este tardío proceso de institucionalización está encontrando problemas a la hora de concretar los espacios laborales y de intervención, al haber ocupado otros profesionales y en ocasiones, “otros actores no tan profesionales”, las funciones que habitualmente corresponden a Dietistas-Nutricionistas. En el momento de configurar su propio estatus profesional, parece oportuno recordar la historia que se ha intentado resumir en este artículo y se hagan servir los argumentos que ofrece para abordar los retos que tienen planteados los Dietistas-Nutricionistas como colectivo. Como profesionales de las ciencias de la salud tienen mucho que decir en el presente y en el futuro y deben trabajar para conseguir su pleno reconocimiento profesional. Este trabajo se ha desarrollado en el marco de los proyectos de investigación: “La lucha contra la desnutrición en la España contemporánea y el contexto internacional (18741975)” (Ref.: HAR2009-13504-C02-01) Ministerio de Ciencia e Innovación; Beca Predoctoral del Programa de Formación de Profesorado Universitario (Ref.: FPU/AP200803309) Ministerio de Educación; Programa Prometeo de la Generalitat Valenciana (Ref.: Prometeo/2009/122) y el proyecto “La sanidad internacional y la transferencia de conocimiento científico en Europa 1900-1975”. Período: 2011-2013 (Ministerio español de Economía y Competitividad HAR2011-23233). BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. AGRADECIMIENTOS La autora quiere agradecer a Josep Bernabeu-Mestre su ayuda, comentarios y sugerencias. 6. 7. Russolillo G, Baladia E, Moñino M, Colomer M, García, M, Basulto, J. et al. 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