RECOMENDACIONES PRÁCTICAS p a r a e l M É D I C O D E FA M I L I A SOCIEDAD MADRILEÑA DE MEDICINA DE FAMILIA Y COMUNITARIA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Con la colaboración de: SOCIEDAD MADRILEÑA DE MEDICINA DE FAMILIA Y COMUNITARIA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Edita: scm Scientific Communication Management © 2005 Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria Fuencarral, 18 - 1º B - 28004 Madrid Depósito legal: M-14323-2005 ISBN: 84-7592-769-6 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo las fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de almacenaje de información, sin permiso escrito del titular del copyright. 1. DIAGNÓSTICO DE LA ANEMIA COORDINADORA: Marta Sánchez-Celaya del Pozo COMITÉ EDITORIAL: Luis García Olmos Tomás Gómez Gascón Yolanda González Martínez Pilar Martín-Carrillo Domínguez Francisco Muñoz González Pedro Nogales Aguado Marta Sanz Sanz RELACIÓN DE AUTORES: ESPECIALISTAS EN MEDICINA FAMILIAR Y COMUNITARIA - Alcaide Guindo, Pedro. Consultorio local Arroyomolinos. Área 8 - Alcaraz Borrajo, Marta. Dpto. Farmacología. Área 6. Madrid - Alonso Babarro, Alberto. ESAD Área 5. EAP Reyes Católicos - Alonso Roca, Rafael. Especialista en MFyC. EAP Griñón - Alonso Sánchez, Belén. EAP Palacio de Segovia. Área 7 - Alonso Sandoica, Esmeralda. EAP García Noblejas. Área 4 - Álvarez Espinosa, Maica. EAP General Ricardos. Área 11 - Álvarez Sánchez, Belén. EAP La Plata. Área 3 - Andrade Rosa, Cristina. EAP Pintores. Área 10 - Aparicio Velasco, Josefina. EAP Alcalde Bartolomé González. Área 8 - Armisén Gil, Ana. Unidad Docente. Área 6 - Ávila de Tomás, José Francisco. EAP Castilla la Nueva. Área 9 - Ayerbe García-Monzón, Luis. Consultorio Villafranca del Castillo. Área 6 - Azcoaga Lorenzo, Amaya. Residente MFyC. EAP Mendiguchia Carriche. Área 9 - Balboa Esperanza, Clara. EAP Villa de Vallecas. Área 1 - Baños Morras, Raquel. EAP Buenos Aires. Área 1 - Baos Vicente, Vicente. EAP Villalba. Área 6 - Bermejo Lorero, Santiago. EAP Rosales. Área 11 - Blasco Albert, Juana. EAP Pozuelo I. Área 6 - Blasco Lobo, Ana. EAP Mª Jesús Hereza. Área 9 - Bordallo Huidobro, Juan Ramón. Clinisas. Madrid - Botija Yagüe, Mª Pilar. EAP Barrio Cristo-Aldaia. Valencia - Bris Pertiñez, Javier. EAP Villa de Vallecas. Área 1 - Caballero Gallego, Andrés Juan. EAP Mendiguchia Carriche. Área 9 - Caballero Martínez, Fernando. Coordinador Unidad Docente. Área 7 - Caballos Villar, David. Unidad Docente. Área 6 - Calonge García, Mª Eugenia. EAP García Noblejas. Área 4 - Cámara Escribano, Carmen. EAP Dos de Mayo. Área 8 - Camarelles Guillem, Francisco. EAP General Moscardó. Área 5 - Camargo Donaire, Leonor. EAP Federica Montseny. Área 1 - Canals Aracil, Magdalena. EAP Calesas. Área 11 - Carpio Pinedo, Dolores. EAP Federica Montseny. Área 1 - Casanova Colominas, José Mª. EAP Begoña. Área 5 - Causín Serrano, Sofía. EAP Alcalá de Guadaira. Área 1 - Cortes Rubio, José Alfonso. EAP Las Calesas. Área 11. Madrid - Cossio García, Lourdes. EAP Rosales. Área 11 - Costa Zamora, Mª Pilar. EAP Las Calesas. Área 11. Madrid - Cubero González, Paulino. EAP San Isidro II. Área 11 - De Alba Romero, Cristina. EAP San Fermín. Área 11 - De Dios Sanz, Juan José. Consultorio Local Santa María de la Alameda. Área 6 - De Hoyos Alonso, M. Canto. EAP Laín Entralgo. Área 8. Alcorcón - De la Fuente Hermosín, Inés. EAP Rafael Alberti. Área 1 - De la Guía Galipienso, Fernando. EAP Las Matas. Área 6 - De la Peña Gutiérrez, Olga. EAP Rafael Alberti. Área 1 - De la Torre Munilla, Javier. MIR 3º año MFyC. EAP Buenos Aires. Área 1 - De Llama Arauz, Belén. EAP Cerro Almodóvar. Área 1 - De Miguel Sánchez, Cristina. Equipo soporte de Atención domiciliaria. Área 7 3 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA - Debán Miguel, Carlos. EAP Daroca. Área 4 Del Saz Moreno, Vicente. EAP Comillas. Área 9 Díaz García, Eduardo. EAP Mendiguchia Carriche. Área 9 Díaz Sánchez, Julián. EAP Calesas. Área 11 Díaz Sánchez, Santiago. EAP Getafe Norte. Área 10 Díaz Sierra, Genoveva. EAP Ciudades Getafe. Área 10 Durán Macho, Esperanza. EAP Dr. Castroviejo. Área 5 Egocheaga Cabello, Mª Isabel. EAP Isla de Oza. Área 6 Epifanio Gutiérrez, Mª Mar. EAP Las Calesas. Área 11. Madrid Escobar y Álvaro, Luis. EAP Palacio de Segovia. Área 7 Ezquerra Gadea, Julián. Consultorio Quijorna. Área 6 Fernández Amezaga, Javier. EAP Dos de Mayo. Área 8 Fernández de Alarcón Medina, Iciar. EAP Vicente Soldevilla. Área 1 Fernández López, Nieves. EAP Rafael Alberti. Área 1 Fernández Micheltorena, Cristina. C. S. Mar Báltico. Área 4 Fernández Rodríguez, Ángela. Residente 3º año MFyC. EAP San Fernando. Área 8 Fayos Gómez, Pilar. EAP Alcalde Bartolomé González. Área 8 Fragua Gil, Rubén. EAP Alderabán. Área 1 Fouz López, Concepción. EAP Pozuelo. Área 6 García Álvarez, Juan Carlos. EAP Ciudades. Getafe. Área 10 García Carballo, Marta. EAP Isabel II. Área 10 García de Blas, Francisca. EAP Mendiguchia Carriche. Área 9 García Espinosa, Victoria. EAP La Ventilla. Área 5 García Estévez, Sandra. García Fernández, Mª Luisa. EAP Mendiguchia Carriche. Área 9 García Ledesma, Luis. EAP Palacio de Segovia. Área 7 García Muñoz, Amalia. EAP Rosales. Área 11 García Pérez, Miguel Ángel. EAP Presentación el Sabio. Área 8 García Sacristán, Mª José. EAP Castilla la Nueva. Área 9 García Sánchez Molina, Luis. EAP Vicente Soldevilla Área 1 Garrido Barral, Araceli. EAP Barrio del Pilar. Área 5 Garrote García, Miriam. EAP Almendrales. Área 11 Gil Sanz, Esther. EAP Buenos Aires. Área 1 Ginés Díaz, Yolanda. EAP Espinillo. Área 11 Gómez Almodóvar, Cecilio. EAP Buenos Aires. Área 1 Gómez Ciriano, Jorge. EAP María Monterosi. Área 9 Gómez García, Manuel. EAP San Cristóbal. Área 11 Gómez Mateos, Mª Ángeles. EAP San Martín de la Vega. Área 11 Gómez Medina, Francisco. EAP Pintores. Área 10 Gómez Rodríguez, José Mª. EAP los Cármenes. Área 7 González Duque, Ana. Adjunto Urgencias. Hospital Universitario. Canarias González González, Ana Isabel. Gerencia. Área 10 González Hernández, Alberto. EAP Tres Cantos. Área 5 González López, Esteban. Consultorio Villafranca del Castillo. Área 6 González Romero, Elena Aurora. EAP Rafael Alberti. Área 1 Guerra Merino, Ana. EAP Pintores. Área 10 Granados Garrido, José Antonio. EAP Guayaba. Área 11 Grandes Velasco, Sonia. EAP Castilla la Nueva. Área 9 Guereña Tomás, Mª José. EAP Miraflores. Área 5 Gutiérrez Teira, Blanca. EAP Pedro Laín Entralgo. Área 8 Guzmán Sierra, Olga. Área 1 Hernández Núñez, Joaquín. Unidad Docente. Área 6 Hernando Sanz, Yolanda. EAP Villa Vallecas. Área 1 Herranz Torrubiano, Ana Mª. EAP Castilla la Nueva. Área 9 Herrero Hernández, Silvia. Dpto. Farmacología. Área 6. Madrid Iglesias Franco, Higinio. EAP Pedro Lain Entralgo. Área 8 Iglesias González, Rosario. EAP Pedro Lain Entralgo. Área 8 Iglesias Piñeiro, Mª José. EAP Buenos Aires. Área 1 Iglesias Vela, Marta. EAP Rosales. Área 11 Igual Morro, Paula. EAP Palacio de Segovia. Área 7 Jerez Basurlo, Blanca. EAP San Andrés III. Área II Jimeno Rodríguez, Margarita. EAP San Martín de la Vega. Área 11 Jubete Vázquez, Mª Teresa. EAP Cerro Almodóvar. Área 1 Julián Viñals, Rosa. EAP Dr. Castroviejo. Área 5 Justel Pérez, Juan Pedro. EAP Alameda. Área 7 Lamonaca Guasch, Mariana. EAP Vicente Soldevilla. Área 1 Landa Goñi, Jacinta. EAP Pozuelo Estación. Área 6 4 RELACIÓN DE AUTORES - León Vázquez, Fernando. EAP San Juan de la Cruz. Área 6. Pozuelo de Alarcón Lesmes Lora, César. EAP. Área 1. Arganda del Rey Llanes de Torres, Rafael. EAP Presentación el Sabio. Área 8 Lobos Bejarano, José Mª. EAP Villablanca. Área 1 López Álvarez, Begoña. EAP Goya I. Área 2 López Delgado, Eugenia. EAP Miraflores. Área 5 López-García Franco, Alberto. Director Técnico. Área 9 López Higueras, Mª. J. EAP Palacio de Segovia. Área 7 López Larrayoz, Irina. Consultorio Quijorna. Área 6 López Montero, Mª José. EAP Villarejo de Salvanés. Área 1 López Navarro, Rafael. EAP Barrio del Pilar. Área 5 López Rodríguez, Carmen. EAP Ciudad Jardín. Área 2 López Romero, Andrés. Gerencia Atención Primaria. Área 3 Lumbreras García, Gonzalo. EAP Monterrozas. Área 6 Madroñal Martín, Natalia. EAP Buenos Aires. Área 1 Magan Tapia, Purificación. EAP Guayaba. Área 11 Mainka, Joanna. C. S. Navalcarnero.Área 8 Manrique Romero, Mª Isabel. EAP Legazpi. Área 11 Mantilla Morató, Teresa. EAP Mar Báltico. Área 4 Martín Acicoya, Diego. EAP Calesas. Área 11 Martín Álvarez, Mª Dolores. EAP El Abajón. Área 6 Martín Álvarez, Remedios. EAP Espinillo. Área 11 Martín Fernández, Jesús. EAP San Martín de Valdeiglesias. Área 8 Martín Méndez, Lourdes. MFyC. C.S. Área 5 Martínez de Oporto, Mª Paloma. EAP Felipe II. Área 8 Martínez García-Olalla, Carlos. EAP Legazpi. Área 11 Martínez Machuca, Sonia. EAP. Soto del Real. Martos Martínez, Rafael. Mateo Juanas, Raquel. MIR 3º año MFyC. EAP Buenos Aires. Área 1 Melgar Borrego, Ana Belén. EAP Dr. Castroviejo. Área 5 Membrado Gómez, Silvia. EAP Las Matas. Área 6 Méndez-Cabeza Velázquez, Jesús. EAP Torrelodones. Área 6 Méndez Caro, Mª Luisa. Mentrida Rodríguez, José Manuel. EAP Alcalde Bartolomé González. Área 8 Miguel Calvo, Isabel. EAP Palacio de Segovia. Área 7 Miraflores Carpio, José Luis. EAP Juan de la Cierva. Área 10 Molero García, José Mª. EAP Mar Báltico. Área 4 Molina París, Jesús. EAP Francia. Área 9 Molina Siguero, Antonio. EAP Presentación el Sabio. Área 8 Moliner Prada, Carmen. EAP Rosales. Área 11 Montero Ibáñez, Ruth. EAP Villa de Vallecas. Área 1 Montes Barbero, Pilar. EAP Pontones. Área 11 Mora Navarro, Gustavo. EAP Federica Montseny. Área 1 Morales Zumel, Sira. Moreno Cano, Pilar. EAP Dos de Mayo. Área 8 Moreno Gómez, Ana. EAP San Blas. Área 10 Moreno González, Beatriz. Unidad docente A. P. Área 5 Muñoz García, Juan Carlos. EAP San Fernando. Área 8 Muñoz Gutiérrez, Javier. EAP Buenos Aires. Área 1 Múgica Elorza, Pilar. Médico urgencias 061 Nevado Loro, Armando. EAP Espronceda. Área 7 Núñez Isabel, Soledad. EAP San Fernando. Área 8. Móstoles Nuñez Paloma, Sara. EAP Liria. Valencia Olmo Enciso, Luis. EAP Villanueva de la Cañada. Área 6 Olmos Carrasco, Olga. Coordinadora Unidad Docente. Área 5 Orna Martín, Esther. EAP Espronceda. Área 7 Pardo Moreno, Gema. EAP Ángela Uriarte. Área 1. Madrid Parejo Pablos, Mª Dolores. EAP Barrio del Pilar. Área 5 Parga Soler, Nélida. EAP V Centenario. Área 5 Pastor Rodríguez-Moñino, Ana. EAP San Andrés. Área 11 Pejenaute Labari, Mª Elena. EAP Dos de Mayo. Área 8 Penedo Alonso, José Roberto. Urgencias. Hospital Alcazar de San Juan. Ciudad Real Pérez Alonso, Edith. EAP Vicente Soldevilla. Área 1 Pérez González, Julia. Servicio Urgencias. Hospital Universitario. Área 6 Pérez Muñoz, Raúl. Residente 3º año MFyC. EAP San Fernando. Área 8 Pérez-Peñas Díaz-Mauriño, Elvira. EAP Villa Vallecas. Área 1 Pinar Manzanet, Juan Manuel. EAP Canal de Panamá. Área 4 5 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA - Piñera Tames, Marbella. EAP Cerro Almodóvar. Área 1 - Piñero Panadero, Raquel. EAP Espronceda. Área 7 - Prieto Checa, Isabel. EAP Espronceda. Área 7 - Prieto Marcos, Miguel. C.A. Almendrales. Área 11 - Prieto Orzanco, Asunción. EAP San Isidro II. Área 11 - Pozo Martín, María. - Pujol Bengoechea, Paloma. EAP Espronceda. Área 7 - Quintana de la Cruz, Rosa. Urgencias Hospital de Ciudad Real - Ramírez Arrizabalaga, Reyes. EAP Alameda de Osuna. Área 4 - Ramos Gutiérrez, Irma. EAP Rafael Alberti. Área 1 - Redondo Romero, Rosa. EAP General Ricardos. Área 11 - Redondo Sánchez, Jesús. EAP Ramón y Cajal. Área 8 - Rioja Delgado, Eva. EAP Pozuelo-Estación. Área 6 - Rizo Martínez, Silvia. EAP Los Cármenes. Área 7 - Rodríguez Almagro, Paloma. EAP Presentación el Sabio. Área 8 - Rodríguez Bárcena, Mª Jesús. EAP Las Margaritas. Área 10 - Rodríguez Barrientos, Ricardo. Unidad docente. Área 5 - Rodríguez Blanco, Alicia. Unidad docente A. Primaria. Área 5 - Rodríguez de Frutos, Javier. EAP Ciudad Jardín. Área 2 - Rodríguez Fernández, Carmen. EAP San Cristóbal. Área 11 - Rosanes González, Rosa. EAP Dos de Mayo. Área 8 - Roset Monros, Paloma. EAP Orcasur. Área 11 - Ruiz Ferrando, Ernestina. EAP Palacio de Segovia. Área 7 - Rubio Galán, Pilar. EAP Potes. Área 11 - Ruiz García, Antonio. EAP Ciudades Getafe. Área 10 - Ruiz Gomes, María. EAP Buenos Aires. Área 1 - Ruiz Hombrebueno, Nuria. EAP Palacio de Segovia. Área 7 - Sabugal Rodelgo, Gustavo. EAP San Martín de la Vega. Área 11 - Salcedo Peris, Teresa. EAP Buenos Aires. Área 1 - Sánchez Sánchez, Mª Dolores. EAP Estrecho de Corea. Área 4 - Sánchez Sánchez, Sonia. Urgencias Hospital de Fuenlabrada. Área 9 - Sánchez Yubero, Susana. EAP Guayaba. Área 11 - Sanz Pozo, Blanca. EAP El Greco II. Área 10 - Sanz Rodrigo, Carmen. EAP Orcasistas. Área 11 - Seguro Requejo, María Eugenia. EAP Pedro Lain Entralgo. Área 8 - Seijas Ruiz–Coello, Mª Carmen. Unidad Docente. Área 6 - Serrano López de las Hazas, Alberto. EAP Villa Vallecas. Área 1 - Serrano Tomás, Daniel. EAP Dos de Mayo. Área 8 - Sevillano Santamaría, Mª Luisa. Dpto. Farmacología. Área 6. Madrid - Sierra Elena, Mª Inmaculada. EAP Las Calesas. Área 11. Madrid - Silva Melchor, Lorenzo. - Sola Vendrell, Emma. MIR 3º año MFyC. EAP Rafael Alberti. Área 1 - Suárez Mochales, Mª José. EAP Federica Montseny. Área 1 - Tapias Merino, Ester. EAP Comillas. Área 11 - Tejedor Varillas, Alejandro. EAP Pintores. Área 10 - Timoner Aguilera, Julia. EAP Estrecho de Corea. Área 4 - Tojeiro Lorente, Sandra. EAP San Fernando. Área 8 - Torres de Castro, Milko Mario. EAP Buenos Aires. Área 1 - Varela Cerdeira, María. ESAD. EAP Reyes Católicos. Área 5 - Vázquez Borque, Rafael. EAP Presentación el Sabio. Área 8 - Vázquez Perfecto, Gabriel. EAP Las Matas. Área 6 - Velasco Martínez, Mª Eugenia. - Villalba Guijorro, Natalia. Médico adjunto Hospital de la Princesa - Villarroel Rodríguez, José Nemesio. EAP Legazpi. Área 11 - Viñuela Beneitez, Mª Elisa. EAP Dr. Luengo Rodríguez. Área 8 - Zarco Montejo, José. Coordinador Unidad Docente. Área 1 REUMATOLOGÍA - Isasi Zaragoza, Carlos. Reumatólogo H. Puerta de Hierro. Área 6 OFTALMOLOGÍA - Bueno Lozano, Javier. Oftalmológo. INCIVI Madrid - Jiménez Guerra, Vicente. Oftalmólogo. I.O.E. Clínica Baviera. Madrid OTORRINOLARINGOLOGÍA - Sánchez Lainez, Javier. Servicio ORL. Hospital Huercal-Overa (Almería). Hospital Santa María del Rosell. Cartagena. (Murcia) DUE - Escudero Sánchez, Carmen. DUE. EAP Pintores. Área 10 - Fernández Carbajo, Nieves. DUE. EAP Pintores. Área 10 6 ÍNDICE ÍNDICE: PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 ALTERACIONES ANALÍTICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Alteraciones de la serie blanca: leucocitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Alteración de la velocidad de sedimentación globular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Alteraciones de los iones: potasio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Alteraciones de los iones: sodio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. Diagnóstico de la anemia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6. Eosinofilia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7. Hematuria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8. Hipertransaminasemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9. Hiperuricemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10. Poliglobulia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11. Proteinuria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 13 17 20 23 27 30 32 35 38 41 44 NEUROLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 12. Conducta diagnóstica ante los trastornos de memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 13. Diagnóstico de la convulsión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 14. Diagnóstico diferencial de las cefaleas más frecuentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 15. Diagnóstico diferencial de las parestesias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 16. Diagnóstico diferencial del temblor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 17. Tratamiento de la enfermedad de Parkinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 OFTALMOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18. Alteración de la agudeza visual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19. Dolor ocular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20. Ojo rojo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 65 68 71 OTORRINOLARINGOLOGÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21. Acúfenos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22. Hipoacusia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23. Otalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24. Rinitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25. Vértigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 74 77 80 83 86 GASTROENTEROLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26. Actitud ante el estreñimiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27. Diarrea crónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28. Dolor abdominal agudo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29. Epigastralgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 89 92 95 98 UROLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30. Diagnóstico y seguimiento de la incontinencia urinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31. Diagnóstico y tratamiento del prostatismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32. Disfunción eréctil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33. Disuria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34. Úlcera genital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 101 104 107 110 114 ENDOCRINOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 35. Actitud ante el hipertiroidismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 36. Actitud ante el hipotiroidismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 37. Diagnóstico de la diabetes mellitus tipo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 38. Insulinización en diabetes mellitus. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 39. Nódulo tiroideo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 40. Obesidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 41. Prevención primaria de la hipercolesterolemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 42. Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 con antidiabéticos orales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 NEUMOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43. Diagnóstico del asma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44. Diagnóstico de la EPOC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45. Disnea. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46. Neumonía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 146 146 149 152 155 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 47. Tos crónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160 48. Tratamiento del asma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 49. Tratamiento de la EPOC . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 DERMATOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 50. Alopecia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 51. Diagnóstico diferencial de las lesiones eritemato-descamativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 52. Ictericia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 53. Prurito generalizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 54. Púrpura: diagnóstico diferencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181 55. Tratamiento del acné . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 56. Tratamiento de la psoriasis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 57. Úlcera por presión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192 CARDIOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58. Actitud ante edemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59. Actitud ante el ángor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60. Anticoagulación oral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61. Claudicación intermitente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62. Diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia cardíaca. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63. Insuficiencia venosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64. Recomendaciones prácticas para el médico de AP: palpitaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65. Síncope . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66. Soplos y ruidos cardíacos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67. Presión arterial alta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68. Tratamiento de la hipertensión arterial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 195 198 202 205 208 212 215 218 221 225 228 SALUD MENTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69. Actitud ante el paciente agitado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70. Ansiedad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71. Depresión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72. Síntomas físicos inespecíficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73. Trastornos del sueño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 232 235 238 243 247 OSTEOMUSCULAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74. Cervicalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75. Diagnóstico y tratamiento de la lumbalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76. Dorsalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77. Hombro doloroso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78. Monoartritis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79. Poliartritis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80. Prevención y tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250 250 253 256 259 262 265 268 ATENCIÓN A LA MUJER . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81. Actuación ante la paciente durante el climaterio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82. Alteraciones menstruales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83. Amenorrea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84. Anticoncepción hormonal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85. Hirsutismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86. Vaginitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 273 276 279 282 286 289 MISCELÁNEA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87. Actitud ante el consumo de tabaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88. Actitud ante la fiebre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89. Actitud ante las mordeduras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90. Actuación ante los malos tratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91. Astenia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92. Bebedor excesivo de alcohol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93. Diagnóstico en paciente con adenopatías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94. Dolor crónico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95. Dolor torácico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96. Insuficiencia renal crónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97. Mal aliento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98. Paciente frecuentador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99. Patología de la boca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100. Pérdida de peso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101. Actuación ante un PPD. Detección infección latente tuberculosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102. Tratamiento del dolor oncológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292 292 295 299 302 305 308 312 315 318 321 324 327 330 334 337 341 ÍNDICE ALFABÉTICO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344 8 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN El aprendizaje a lo largo de toda la vida es una de las señas de identidad de los profesionales sanitarios, que deben estar al día en la detección, valoración, diagnóstico y tratamiento de enfermedades muy diversas. Es por este motivo que se hace necesaria la edición de publicaciones como la que tiene ahora mismo en sus manos. Recomendaciones prácticas para el médico de familia tiene como objetivo principal mejorar la calidad asistencial sanitaria que se ofrece al ciudadano. Se trata de un compendio de guías de práctica clínica, que supone una puesta al día de los diversos problemas de salud a los que se enfrentan los médicos de familia cada día y es una herramienta de trabajo que facilita su labor en las consultas. La obra hace un repaso a las enfermedades más prevalentes en las consultas médicas, aporta las ideas clave de cada una de estas enfermedades, esquematiza toda la información y hace recomendaciones bibliográficas. Precisamente, contribuir a la actualización constante de los conocimientos, así como al progreso y avance de la investigación y de la formación, y velar por el correcto desarrollo de las profesiones sanitarias es la misión que tiene encomendada la Agencia Laín Entralgo para la mejora continua del sistema sanitario madrileño. Desde estas líneas quiero reconocer el esfuerzo y dedicación a la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria en la edición de esta obra, así como a los autores de cada una de las guías que la componen. Sin duda, será de gran utilidad para todos los que se esfuerzan en conseguir una asistencia sanitaria cada día mejor. M. Carmen Plata Esteban Directora General de la Agencia Laín Entralgo Consejería de Sanidad y Consumo. Comunidad de Madrid 9 PRÓLOGO PRÓLOGO Ha llegado el momento de presentar el último proyecto editorial de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria, más que proyecto ya una realidad que se pensó con el propósito de proporcionar una herramienta que facilite el trabajo diario. Consiste en un conjunto de guías de práctica clínica acerca de los problemas de salud más prevalentes en nuestras consultas. Están elaboradas por médicos de familia especialmente motivados por el tema que abordan y que a su vez conocen la realidad asistencial en Atención Primaria. Se ha cuidado especialmente el diseño para que se convierta en un material de fácil y rápida consulta en nuestro vertiginoso trabajo diario. Con estas recomendaciones se pretende mejorar la competencia profesional desde el compromiso por la calidad de nuestra Sociedad y con el objetivo último de mejorar la asistencia que prestamos al ciudadano. Desde estas breves líneas deseo expresar el agradecimiento a los socios de los que partió la idea, al trabajo callado de los autores y editores, y a la confianza depositada por todos los colaboradores, y por supuesto manifestar la esperanza de que sea útil para todos los médicos de familia que consulten las diversas guías que lo componen. Ana Pastor Rodríguez-Moñino Presidenta de la SMMFyC 11 1. ALTERACIONES DE LA SERIE BLANCA: LEUCOCITOS ALTERACIONES ANALÍTICAS 1. ALTERACIONES DE LA SERIE BLANCA: LEUCOCITOS Autores: I. Ramos Gutiérrez y E. Sola Vendrell IDEAS CLAVE 1. La fórmula leucocitaria se compone de distintos tipos de células que en porcentaje son las siguientes: Neutrófilos segmentados: 55%-65%. Neutrófilos en cayado = no segmentados = jóvenes: 3%-5%. Linfocitos: 25%-35%. Eosinófilos: 0’5%-4%. Basófilos: 0’5%. Monocitos: 4%-8%. a) Se denomina leucocitosis a cifras de leucocitos mayores de 11*109/l. b) Se considera leucopenia a cifras de leucocitos menores de 4*109/l. Casi siempre se debe a un descenso de los neutrófilos y, como consecuencia, a la existencia de una falsa linfocitosis en la fórmula leucocitaria. c) Linfopenia: cifra de linfocitos menor de 1*109/l o al 15% de la fórmula leucocitaria. d) Monocitopenia: cifra de monocitos menor de 0’2*109/l o del 3% de la fórmula leucocitaria. e) Neutropenia: recuento de granulocitos neutrófilos en sangre inferior a 1’5*109/l. El recuento de neutrófilos se calcula multiplicando el recuento total de leucocitos por el porcentaje de granulocitos neutrófilos (cayados y segmentados): Recuento absoluto neutrófilos = recuento total leucocitos*(% cayados + % segmentados) *0’01. f) Desviación izquierda de los neutrófilos: se define como un aumento en la proporción de sus formas inmaduras (juveniles, en banda o en cayado). g) Linfocitosis: se define como el aumento del número de linfocitos mayor de 4’5*109/l. h) Eosinofilia: cifras de eosinófilos mayores de 0’5*109/l. Suele indicar parasitosis, hipersensibilidad o vagotonía. i) La basofilia es un hallazgo que aparece sobre todo en estados hiperlipidémicos, y en mixedema. Más importante es su frecuente significado como signo precoz en las leucemias mieloides crónicas. j) La monocitosis (monocitos mayores de 1*109/l) aparece preferentemente en procesos subagudos o crónicos y en la fase de defensa de los agudos. Las falsas monocitosis se ven en la mononucleosis infecciosa, las infecciones por citomegalovirus (CMV) y la toxoplasmosis. En la mononucleosis infecciosa (MNI) 13 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA no aparecen verdaderos monocitos, sino linfomonocitos o linfocitos T reactivos atípicos. 2. Causas más frecuentes de leucopenia: las leucopenias más frecuentes son las neutropénicas. Se debe pensar en una inducción por fármacos o en postinfección ya que éstas son las dos causas más frecuentes. 3. Hemopatías más frecuentes relacionadas con una leucopenia: agranulocitosis, policitemias, anemia aplásica, anemia esplénica, ciertas formas de leucemia aguda, leucemias “aleucémicas” (especialmente la tricoleucemia) y en panmieloptisis. 4. Las reacciones leucemoides son aquellos cuadros que cursan con cifras mayores de 30*109/l y que plantean un diagnóstico diferencial con una leucemia. En las reacciones leucemoides pueden presentarse formas inmaduras, pero nunca blastos. Pueden plantear duda diagnóstica la MNI, las infecciones graves con reacciones mieloides (tuberculosis, sepsis) y las neoplasias sobreinfectadas. En las reacciones leucemoides del sistema mieloide sirven para el diagnóstico diferencial las fostatasas alcalinas de los leucocitos, que estarán altas en las infecciosas y bajas en las leucemias mieloides crónicas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Balcells A. La clínica y el laboratorio. 16.ª ed. Masson; 1993. p. 159-70. • Farreras Rozman. Medicina Interna. 13.ª ed. Mosby; 1995. p. 1672-83. • Robledo Martín E, Barajas Gutiérrez MA, Montejo Martínez C. Alteraciones de la serie blanca. FMC. 1999;10:669-77. 14 1. ALTERACIONES DE LA SERIE BLANCA: LEUCOCITOS Leucocitosis Fisiológica Embarazo infancia De esfuerzo Bacteriana Formas reactivas Dolor intenso Estrés agudo Posthemorragia Quemaduras Necrosis Traumatismos Infecciosa Vírica Neoplasias Leucemias Leucemias mieloides S. mielodisplásico Enfs. mieloproliferativas Policitemia vera Tumores malignos Metástasis óseas Tóxicas Inflamación Pancreatitis Colitis ulcerosa Fármacos Minerales Catecolaminas Vacunas Litio corticoides CO2 Otras Inf. espirilares Ricketsiosis Complicaciones sépticas Micosis diseminas Granulocitosis con desviación izquierda Intoxicaciones Plomo, benzol Acidosis diabética/urémica Hemopatías Anemia aplásica Policitemia Infecciones Leucocitosis neutrófila creciente: (buena evolución) Leucocitosis decreciente: (mal pronóstico) Con leucopenia: fiebre tifoidea Linfocitosis Infecciones Víricas MNI Traumatismos Estrés Eosinofilia Tumores LLA LLC Linfomas Otras Enfs. autoinmunes Enfs. inflamatorias crónicas Basofilia Estados hiperlipidémicos DM S. nefrótico Mixedema LMC Parásitos Hidatidosis Ascaris Tenias Hipersensibilidad Urticaria aguda Asma Paraneoplásicas Monocitosis Infecciones Sin leucocitosis: sarampión varicela, lúes,TBC Con leucocitosis: tifus, rubéola, endocarditis Falsas monocitosis Neoplasias Hemopatías Policitemia vera Enf. Hodking Metaplasia mieloide mieloma LLA: leucemia linfática aguda; LLC: leucemia linfática crónica; MNI: mononucleosis infecciosa; LMC: leucemia mieloide crónica; TBC: tuberculosis; DM:diabetes mellitus. 15 Intoxicaciones Hidantoínas Fenilbutazona RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Leucopenia No neutropénica Linfopenia Eosinopenia Congénita Infecciones Infecciosa tras acceso febril, procesos sépticos graves Estrés: shock, convulsiones, crisis hemolíticas, parto Adenopática: (Enf. Hodking) Tóxica: medicamentos citostáticos, radiaciones Hormonal: Cushing tratamiento con cortisona. prednisona o ACTH Hemopatías Otros: LES, SIDA y grandes desnutridos Cushing: administración ACTH corticoide Inyección de adrenalina Neutropénica Monocitopenia Basofilopenia Infecciones agudas Hiperfunción corticosuprarrenal Hipertiroideo Estrés Administración corticoides Tratamiento con citostáticos Hemopatías Tratamiento con hormonas tiroideas Embarazo Afecciones alérgicas Anemia perniciosa no tratada Congénita Cíclica: neutropenia recurrente con intervalos regulares (20-22 días) Adquirida Neutropenia crónica idiopática Neutropenia autoinmune Síndrome de ChediakHigashi Neutropenia familiar benigna Secundaria Crisis hipoglucémicas Fármacos: aminopirina, sulfamidas, quinidina y antitiroideos Coma diabético Caquexia y agonía Crisis dolorosas viscerales Postinfecciosa: infecciones por bacilos (salmonelosis), en casi todas enf. víricas y protozoosis Déficit nutricional: définit vitamina B12, folatos y cobre Asociada a transtornos inmunológicos Seudoneutropenia: aumento de adhrencia y agregación por activación del complemento Hiperesplenismo Hemopatías: anemia, mononucleosis infecciosa, ciertas formas de leucemia aguda, mieloma y en la hemoglobinuria paroxística nocturna Alérgica: shock anafiláctico Afecciones reumáticas: síndrome Felty LES: lupus eritematoso sistémico; SIDA: síndrome de inmunodeficiencia adquirida; ACTH: hormona adrenocorticotropa. 16 Endocrinopatías: mixedema, Basedow y panhipopituitarismo 2. ALTERACIÓN DE LA VELOCIDAD DE SEDIMENTACIÓN GLOBULAR 2. ALTERACIÓN DE LA VELOCIDAD DE SEDIMENTACIÓN GLOBULAR Autores: A. González Hernández y E. Díaz García IDEAS CLAVE 1. La velocidad de sedimentación globular (VSG) es una prueba de laboratorio que refleja la velocidad con la que los hematíes se agregan entre sí. Es considerada un indicador global de la presencia de reactantes de fase aguda en plasma. Su magnitud viene determinada por la presencia de moléculas asimétricas, sobre todo fibrinógeno e inmunoglobulinas. Sin embargo, existen numerosos factores externos no relacionados con reactantes de fase aguda que pueden modificar su valor: factores técnicos, edad (aumenta con ella), sexo (más alta en mujeres), alteraciones en cantidad y morfología de los hematíes (anemia, poliglobulia, macrocitosis, microcitosis, esferocitosis, acantocitosis), embarazo, etc. Existe otro parámetro de laboratorio que es un reactante de fase aguda y sólo está determinado por el grado de respuesta inflamatoria, sin que se vea alterado por posibles artefactos: la proteína C reactiva (PCR). Su único inconveniente es su mayor coste. Los rangos de normalidad de VSG, como del resto de pruebas analíticas, deben ser dados por cada laboratorio en función de los materiales y métodos empleados y de las características de la población de su zona de trabajo. Como regla nemotécnica podemos decir que su límite máximo, en varones, es su edad dividida entre 2 y, en mujeres, su edad más 10 dividida entre 2. 2. Procesos en los que tiene mayor relevancia como índice de actividad: a) Polimialgia reumática y arteritis temporal. Puede permanecer algo alta a pesar de remisión con tratamiento. Puede haber una recaída a pesar de que no aumente la VSG. b) Artritis reumatoide. Puede permanecer algo alta a pesar de remisión. c) Linfoma de Hodgkin. Puede indicar la presencia de enfermedad residual si no disminuye en 6 meses tras finalizar el tratamiento, o recaída, en caso de que vuelva a subir. Una VSG superior a 100 sugiere enfermedad metastásica en pacientes con cáncer (nivel de evidencia 2b). Un alto porcentaje de pacientes con cáncer presenta una VSG normal, por tanto una VSG normal no lo descarta. En infecciones agudas, la VSG puede ser normal los primeros días y posteriormente tarde más en normalizarse que la leucocitosis o la temperatura. 3. Una VSG superior a 100 se asocia con muy pocos falsos positivos de enfermedad (nivel de evidencia 2b). Es muy poco frecuente que en este momento no exista ya evidencia clínica que sugiera investigar en determinada dirección. En caso de que no la haya, se recomiendan las pruebas indicadas (nivel de evidencia 5, grado de recomendación D). 17 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 4. La VSG es una prueba inespecífica. La conducta dirigida a diagnosticar la causa de su elevación debe incluir solamente las pruebas complementarias que correspondan en función de los antecedentes, síntomas y signos presentes, y de los resultados de otras pruebas realizadas con anterioridad (nivel de evidencia 3b, grado de recomendación B). 5. No hay recomendaciones claras de cuándo hacerlo. Probablemente lo más juicioso sería entre 2 y 4 meses. Las pruebas complementarias a realizar serán, como mínimo, hemograma, VSG, función hepática y renal y proteinograma. Tras 2 revisiones separadas de 2-4 meses se sugieren revisiones anuales (nivel de evidencia 5, grado de recomendación D). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bridgen ML. Clinical utility of the erythrocyte sedimentation rate. Am Fam Physician. 1999;60:1443-50. • Fincher RM, Page MI. Clinical significance of extreme elevation of the erythrocyte sedimentation rate. Arch Intern Med. 1986;146:1581-3. • Jurado RL. Why shouldn’t we determine the erythrocyte sedimentation rate? Clin Infect Dis. 2001;33:548-9. • Saadeh C. The erythrocyte sedimentation rate: old and new clinical applications. South Med J. 1998;91:220-5. 18 2. ALTERACIÓN DE LA VELOCIDAD DE SEDIMENTACIÓN GLOBULAR VSG elevada (1) Paciente previamente diagnosticado de enfermedad infecciosa, inflamatoria o tumoral No Síntomas, signos o pruebas complementarias que sugieran enfermedad infecciosa, inflamatoria o tumoral Sí Sí El proceso está activo (2) Investigar según orientación clínica (4) No Mantoux, Rx tórax, hemograma, función renal, función hepática, proteinograma, sistemático de orina, hemorragias ocultas en heces (3) Sí VSG > 100 No Citar al paciente en 2-4 meses para anamnesis, exploración y pruebas complementarias (5) Aparecen síntomas, signos o pruebas complementarias que sugieran enfermedad infecciosa, inflamatoria o tumoral No No Persiste VSG elevada Sí Citar al paciente en 2-4 meses para anamnesis, exploración y pruebas complementarias (5) Fin del problema Sí Aparecen síntomas, signos o pruebas complementarias que sugieren enfermedad infecciosa, inflamatoria o tumoral No Persiste VSG elevada No Fin del problema Sí VSG: velocidad de sedimentación globular; Rx: radiografía. Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. Revisiones anuales 19 Sí RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 3. ALTERACIONES DE LOS IONES: POTASIO Autores: M. Garrote García, J. Pérez González y R. Martín Álvarez IDEAS CLAVE 1. Descartar pseudohipopotasemia (leucemia) o pseudohiperpotasemia (hemólisis extravascular, leucocitosis o trombocitosis graves, caquexia); el K+ plasmático es normal. Síntomas de hipopotasemia (hipo K+): la mayoría asintomáticos; astenia, mialgias, estreñimiento, debilidad/parálisis muscular, letargia, síntomas psicóticos, alteraciones del electrocardiograma (ECG). Síntomas de hiperpotasemia (hiper K+): alteraciones del ECG y neuromusculares (astenia, parestesias, paresia, íleo paralítico, disartria y disfagia), en general cuando el K+ alcanza 7-7,5 mEq/l. 2. Si el K+ sérico es de 3,5-4 mEq/l indica depleción corporal de K+. Para evitar hipo K+ se recomienda la ingesta de dieta rica en K+ y si recibe tratamiento diurético, ajustar dosis o suspender. Si con las medidas anteriores no se corrige, valorar suplementos orales en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), hipertrofia ventricular izquierda, tratamiento con digoxina o enfermedad coronaria, por alto riesgo de desarrollar arritmias mortales incluso con hipo K+ leve. 3. Causas de hipo K+: a) Ingesta inadecuada de K+, elevada ingesta de sodio o de alcohol. b) Hipomagnesemia: sospechar ésta si el K+ sérico no aumenta tras 4 días de tratamiento. Si el Mg sérico es inferior a 1 mEq/l (N = 1,7- 2,8 mEq/l), administrar sulfato magnésico al 50% 2 ml i.m./12 horas × 2 días y 2 ml/día × 1 día o Mg 20-40 mEq/día × 1 día v.o. (Magnogene® 5-10 grageas/día en 1- 2 tomas). c) Pérdidas intestinales (diarrea, laxantes) y renales (diuréticos -la causa más frecuente-, alcalosis metabólica, vómitos, drenaje gástrico, diabetes mal controlada, penicilinas, gentamicina, ingesta de regaliz, ICC). d) Fármacos: catecolaminas, anfotericina B, aminoglicósidos, teofilina, beta2 agonistas, cloroquina. e) Síndrome de Cushing por elevadas dosis de corticoides. 4. El K+ en orina de 24 horas distingue déficit por pérdida intestinal (K+o/24 horas < 25 mEq) o renal (K+o/24 horas >25 mEq). 5. Cambios ECG en hipo K+ (secuenciales): onda U superior a 1 mm y T aplanada y depresión STQ, RS ensanchado, QT y PR prolongados. 6. Alimentos ricos en K+ (de mayor a menor contenido): higos secos, dátiles y ciruelas secas, nueces, aguacate, cereales integrales, germen de trigo, verduras (espinacas, tomates, brócoli, remolacha, zanahoria, coliflor, patatas), frutas (plátano, kiwi, naranja, mango), carnes (vaca, cerdo, ternera, cordero). 20 3. ALTERACIONES DE LOS IONES: POTASIO 7. Reposición oral: cloruro potásico (KCl; Potasion® 1 cápsula = 8 mEq K+) de elección, salvo si existe acidosis metabólica, en la que se usará bicarbonato o citrato potásico. La dosis media de KCl es 20-40 mEq 2-3 veces/día según déficit. El ascorbato potásico (Boi-K® 1 comprimido = 10 mEq K+, Boi-K Aspártico® 1 comprimido = 25 mEq K+) se puede usar en lugar de KCl. 8. Causas de hiperpotasemia (hiper K+): a) Excreción de K+ disminuida: insuficiencia renal aguda (IRA) y crónica (IRC), hipoaldosteronismo primario o secundario, fármacos (antiinflamatorios no esteroideos [AINE], inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina [IECA], trimetoprima-sulfametoxazol, pentamidina, digoxina, heparina y diuréticos ahorradores de K+). b) Sobrecarga de K+: alimentos ricos en K+ en casos de insuficiencia renal crónica, infección. c) Redistribución del K+: acidosis metabólica (insuficiencia renal, cetoacidosis diabética, intoxicación digitálica), bloqueadores beta y alfa-beta bloqueadores (labetalol). 9. Cambios ECG en la hiper K+ (secuenciales): T alta y picuda superior a 5 mm → ensanchamiento QRS, aumento PR, desaparición P → patrón sinusoidal → disociación auriculoventricular, taquicardia o fibrilación ventriculares y asistolia. 10. Instaurar dieta pobre en K+ (50-60 mEq/día) y resinas de intercambio iónico (Resincalcio®) oral (20 g/8-12 horas), se recomienda asociar laxante o en enema de limpieza 50-100 g (200 ml de agua)/8 horas. Para evitar la sobrecarga secundaria de sodio se puede asociar un diurético de asa. 11. Cloruro cálcico al 10% (1 ampolla = 10 ml), 10 ml diluidos en 50 ml de suero glucosado al 5% a pasar en 10-15 minutos; si los cambios ECG no revierten se puede repetir la dosis en 1-2 minutos. Después iniciar suero glucosado al 50% 50 ml + insulina rápida 10 UI o suero glucosado al 20% 500 ml + insulina rápida 15 UI en 2 horas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Cohn JN, Kowey PR, Whelton PK, Prisant LM. New guidelines for potassium replacement in clinical practice: a contemporary review by the National Council on Potassium in Clinical Practice. Arch Intern Med. 2000;160(16):2429-36. • Gennari FJ. Disorders of potassium homeostasis. Hypokalemia and hyperkalemia. Crit Care Clin. 2002;18(2):273-88. • Mandal AK. Hypokalemia and hyperkalemia. Med Clin North Am. 1997;81(3):611-39. 21 22 Sí Tto K+ < 2,5 No K+ 2,5-3 No K+ 3-3,5 No ECG anormal Tratamiento Sí Sí Sí Intolerancia Sí oral No Tto oral Control analítico repetido Suplementos dietéticos No Intolerancia oral Sí Sí Derivación a hospital Descenso sérico 1 mEq/l ~ déficit corporal 100 mEq BQ sang: bioquímica sanguínea; Cr: creatinina; Rx: radiografía; Tto: tratamiento; SG: suero glucosado; fcos: fármacos; ECG: electrocardiograma. Considerar: Abuso de diuréticos Vómitos subrepticios Abuso de laxantes No Diagnóstico Anamnesis, expl. física Hemograma BQ sang: glucosa, urea, Cr, Na, K, Cl, Ca, Mg, proteínas Orina: SO, Na, K, urea, Cr, Cl- y K+ orina 24 horas ECG Gasometría arterial Rx/Eco sistema urinario Actividad renina y aldosterona plasmática Diagnóstico etiológico Descenso (K+ < 3,5 mEq/l) Trastornos del potasio (K+ sérico normal: 3,5- 5,5 mEq/l) Sí Sí Control analítico Restricción K+ en dieta Suspender fcos. que elevan el K+ Resinas intercambio iónico No K+ ≥ 6,5 No ECG anormal Tratamiento Diagnóstico etiológico Tto No Diagnóstico Considerar: Cortisol sérico basal Actividad renina y aldosterona plasmática Sí Anamnesis (fármacos), expl. física Hemograma BQ sang: glucosa, urea, Cr, Na, K, Cl, Ca, Mg, GOT, GPT, CPK, LDH, proteínas Orina: SO, Na, K, urea, Cr Gasometría arterial Rx/Eco sistema urinario Elevación (K+ > 5,5 mEq/l) RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 4. ALTERACIONES DE LOS IONES: SODIO 4. ALTERACIONES DE LOS IONES: SODIO Autores: J. de la Torre Munilla, R. Mateo Juanas, C. Gómez Almodóvar y J. Muñoz Gutiérrez IDEAS CLAVE 1. Es fundamental realizar una anamnesis cuidadosa, registrando antecedentes de pérdidas renales y extrarrenales, patologías de base, toma de diuréticos y posible potomanía. La pérdida asociada de agua y sodio (diuresis osmótica, glucosuria, manitol, diarrea osmótica) y la ganancia de sodio (sueros hipertónicos, exceso de mineralcorticoides) son causas de hipernatremia. 2. Se debe explorar el estado del volumen extracelular, buscando signos de hipovolemia (p. ej., signo del pliegue positivo) o de hipervolemia (presencia de edemas). 3. Pruebas de laboratorio útiles: simple de orina incluyendo densidad y sodio, y básico de sangre incluyendo glucosa, urea y sodio. Osm (p) = 2 x Na (mEq/l) + glucosa (mg/dl)/18 + urea/6 (mg/dl). La osmolaridad (Osm) urinaria es el dato fundamental para llegar al diagnóstico etiológico de la hipernatremia. La respuesta normal a la hipernatremia es el aumento de la Osm urinaria, por lo que resulta útil la medición de iones en orina: Si [Na] orina + [K] orina > [Na] plasma hay retención de agua libre. Si [Na] orina + [K] orina < [Na] plasma hay alteración en la concentración de la orina. 4. Cuando la hiponatremia es sintomática o es inferior a 115 mEq/l debe ser derivado al hospital. 5. El tratamiento de la hipernatremia debe ir dirigido a normalizar la concentración de plasmática de sodio y para ello es necesario identificar y tratar la causa que nos ha llevado a esta situación. Por otro lado, será necesario el aporte de agua libre y normalizar el volumen extracelular en caso de que esté alterado. La corrección de las pérdidas de agua debe hacerse de forma lenta para evitar daño cerebral (edema cerebral y convulsiones). La velocidad de reposición dependerá de si la hipernatremia es aguda o crónica. En general, el ritmo de administración será del 40%-50% del déficit en las primeras 24 horas y el resto en las siguientes 24 horas. 23 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Adirogue H, Madias N. Hypernatremia. Primary Care 2000; 342(20):1493-9. • Alcázar Arroyo R, Caramelo Díaz C. Trastornos hidroelectrolíticos y del equilibrio ácido-base. [14/05/2003]. Disponible en [www.senefro.org/nac/pdf/cap12pdf]. • Harrison´s principles of internal medicine. 15.ª ed. Editorial McGraw-Hill; 2001. • Jennifer Chang MD. Hipernatremia treatement algorithm. [26/05/2003]. Disponible en [Emergency Medicine at NCEMI emergency medicine and primary care resources.htm]. • Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital general universitario Doce de Octubre. 5.ª ed. 2003. • Manual Washington de terapéutica médica. 30.ª ed. Editorial McGraw-Hill; 2001. • Mosquera González, JM. Principios de Urgencias. Emergencias y Cuidados Críticos. Capítulo 5.2.3 Hipernatremia. [14/05/2003] Disponible en: www.uninet.edu/tratado/c050203.html. 24 4. ALTERACIONES DE LOS IONES: SODIO Hiponatremia Na(p) < 135 mEq/l Determinar Osm (p) Normal (275-290) Baja Elevada Hiperlipidemia Hiperproteinemia Densidad orina < 1.005 Hiperglucemia Pseudohiponatremias Polidipsia Densidad orina > 1.005 VEC ↓ VEC normal VEC ↑ SIADH Na(o) < 20 Na(o) > 20 Na(o) < 20 Pérdidas extrarrenales Vómitos Diarrea Na(o) > 20 Pérdidas renales Pérdidas extrarrenales Pérdidas renales Diuréticos tiazidas ICC Cirrosis S. nefrótico Administrar suero fisiológico Insuficiencia renal Restringir H2O Diuréticos de asa Tratar patología de base Na(p): sodio plasmático (mEq/l); Na(o): sodio en orina (mEq/l); Osm(p): osmolaridad plasmática (mOsm/kg); VEC: volumen extracelular; ICC: insufiencia cardíaca congestiva; SIADH: secreción inadecuada de hormona antidiurética; GC: glucocorticoides. 25 Hipotiroidismo Déficit GC Restringir H2O Dieta con sal Tratamiento hormonal RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Hipernatremia Na(p) 150 mEq/l ¿Administración de Na desproporcionalmente alta con respecto al agua? Hipernatremia por ganancia de Na Sí Hipernatremia por pérdida de agua y Na No ¿Función renal alterada? Sí Derivación Nefrología VEC Osm(o) No Diurético de asa Reposición agua ↓VEC ↑Osm(o) Pérdida extrarrenal agua VEC normal ↓Osm(o) Pérdida renal agua ↓↓↓Osm(o) ↓Osm(o) No ¿Diurético? Diabetes insípida Sí Diuresis osmótica Tratamiento suero hipotónico Derivación endocrinología Reposición de agua Osm(o): osmolaridad urinaria (mOsm/kg); Na(p): sodio plasmático (mEq/l); VEC: volumen extracelular. 26 ↓Dosis o suspender 5. DIAGNÓSTICO DE LA ANEMIA 5. DIAGNÓSTICO DE LA ANEMIA Autores: R. Julián Viñals, A.B. Melgar Borrego, L. Martín Méndez y E. Durán Macho IDEAS CLAVE 1. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la anemia se define como la disminución de la concentración de hemoglobina en sangre por debajo de sus valores normales. 2. Los valores normales del hemograma en adultos son: Hemoglobina (Hb) Hematocrito (Hto) Volumen corpuscular medio (VCM) Recuento de hematíes Varón Mujer 13-18 g/dl 42 %-52 % 86-98 fl 4,5-5 millones/mm3 12-16 g/dl 37 %-48 % 86-98 fl 4-4,5 millones/mm3 3. Las anemias pueden clasificarse de distintas formas, una se basa en el VCM. Esta clasificación nos permite, con un simple hemograma, orientar el diagnóstico desde un principio. Según esto dividimos las anemias en: a) Microcíticas: aquellas con VCM inferior a 80. b) Normocíticas: aquellas con VCM de 80-100. c) Macrocíticas: aquellas con VCM superior a 100. 4. El sexo, la historia de pérdidas hemáticas, los hábitos alimentarios, los antecedentes familiares y la exposición a tóxicos ayudan a establecer el diagnóstico de la anemia. 5. La anemia microcítica más frecuente es la ferropénica. En la mujer joven son las pérdidas de origen ginecológico las que suelen producirla, y en el hombre y mujer posmenopáusica la hemorragia oculta de origen gastrointestinal. 6. La microcitosis franca sin anemia sugiere talasemia minor, con una probabilidad mayor del 90%. 7. En pacientes ancianos y con enfermedades crónicas la sensibilidad de la ferritina sérica para el diagnóstico de anemia ferropénica disminuye. 8. En las anemias macrocíticas el grado de elevación del VCM puede orientarnos sobre su etiología: si el VCM está entre100-110 fl es más probable que esté causado por alcoholismo, infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), enfermedades hepáticas, administración de fármacos antineoplásicos o trastornos hematopoyéticos. Si el VCM es superior a 130 fl habitualmente se debe a déficit de vitamina B12 o ácido fólico. 27 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 9. El aumento de VCM puede preceder la aparición de anemia perniciosa en más de 6 años. 10. La anemia por enfermedad crónica es la causa más frecuente de anemia normocítica. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Espinas Boquet J. Alteraciones del hemograma: serie roja, anemia. En: semFYC, editores. Guía de actuación en atención primaria. 2ª ed. Barcelona: Doyma; 2002. • Montejano Ortega L, Gilsanz Rodríguez F. Protocolo diagnóstico de la anemia. Medicine. 2001;8(50):2655-6. • Ricard Andrés MP. Protocolo de actitud diagnóstica en las anemias. Medicine. 1996; 7(28):1220-2. • Sociedad Española de Medicina Interna. Guías de actuación clínica. 2000. Disponible en URL www.saludaliamedica.com. 28 Talasemia Buscar causa: digestiva, ginecológica, etc. 29 Nefropatía Hepatopatía Endocrinopatías: Hipo/hipertiroidismo, Adisson, hipogonadismo, Panhipopituitarismo Anemia secundaria An. enf. crónica: Médula ósea Hemosiderina Sideroblastos en anillo > 15% Anemia hipoplásica Buscar causa Diseritropoyesis Positivo: Hemólisis inmune Negativo Hiperesplenismo Drogas Metabulopatía Mielodisplasia Megaloblástica Estudio de MO Fe: hierro; N: Normal; ↓: disminuido; ↑: aumentado; vit: vitamina; ác.: ácido; enf.: enfermedad; an.: anemia; MO: médula ósea; déf.: déficit; VSG: velocidad de sedimentación globular. Coombs directo Sangrado agudo Microangiopatía Formas específicas Esferocitosis Anemia hemolítica Secundaria Alcohol, drogas, hepatopatía, tabaquismo, reticulocitosis hipotiroidismo, enf. MO Reticulocitos Historia clínica, evolución, frotis, pigmentos biliares, etc. Buscar causa (morfología hematíes) Cuadro leucoeritroblástico Enf. crónica Déf. Fe incipiente Aplasia Leucemia, mieloma... Mielofibrosis Infiltración, metástasis Mielodisplasia No ↓ Normal Macrocítica Buscar causa: malabsorción, dieta carencial, embarazo, etc. Malabsorción An. perniciosa Déficit FI Prueba de Schilling Anemia por déficit de folato Anemia megaloblástica Normocítica Buscar causa Estudio de MO: Fe Buscar causa Enfermedad Anemia crónica sideroblástica VSG neutrofilia linfopenia ↓ albúmina Anomalías asociadas Enfermedad en leucocitos y plaquetas sistémica Reticulocitos N o ↓ Estudiar familia Estudios de hemoglobina Ác. fólico ↓ Vit. B12 y ác. fólico Primaria Vit. B12 ↓ Anemia Fe N o ↓ Fe N o Fe N o Ferritina N o Ferritina Ferritina N o Transferrina N Transferrina ↓ Transferrina Anemia ferropénica Fe ↓ Ferritina ↓ Transferrina Sideremia, ferritina y transferrina Microcítica 5. DIAGNÓSTICO DE LA ANEMIA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 6. EOSINOFILIA Autor: J. J. de Dios Sanz IDEAS CLAVE 1. El hallazgo de eosinofilia en el hemograma es una situación muy corriente en la práctica clínica. 2. Las causas de eosinofilia son muy numerosas: alergia, parasitosis, asma y otras enfermedades pulmonares, reacción a fármacos, conectivopatías, enfermedades malignas, fundamentalmente linfomas y síndromes mieloproliferativos, etc. 3. Es importante una detallada historia clínica haciendo énfasis en fármacos, viajes recientes y síntomas generales, al igual que una cuidadosa exploración física, buscando lesiones cutáneas, adenopatías y hepatoesplenomegalia. 4. Mediante historia clínica y la exploración física diagnosticaremos la gran mayoría de las condiciones patológicas asociadas a la eosinofilia. 5. De los datos obtenidos mediante la historia y la exploración se deducirán las pruebas diagnósticas que se realizarán a continuación. La realización de pruebas diagnósticas que no vengan sugeridas por la historia clínica y la exploración raramente estarán indicadas. 6. El síndrome hipereosinófilo idiopático se define por un número de eosinófilos mayor de 1.500 por ml en sangre, de más de seis meses de evolución, sin otra causa que lo justifique. Su característica es una infiltración de los tejidos por eosinófilos. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bain BJ. Hypereosinophilia. Curr Opin Hematol. 2000;7:21-5. • Bosch Gil JA. Síndrome hipereosinofílico. Med Clin (Barc).2001;117:375-6. • Brigden ML. A practical workup for eosinophilia. You can investigate the most likely causes right in your office. Postgrad Med J. 1999;105:193-212. Séller PF. Eosinophilia in travelers. Med Clin North Am. 1992;76(6):1413-32. 30 6. EOSINOFILIA Eosinofilia. Más de 700 por ml Historia clínica y exploración Sí ¿Diagnóstico? Tratamiento y seguimiento específico No Buscar síntomas o signos sospechosos de malignidad: síntomas generales, hepatoesplenomegalia, adenopatías. Buscar alteraciones hematológicas: pruebas de función hepática y renal Descartar malignidad: pruebas de imagen. Biopsias de ganglio, cutáneas, médula ósea, etc. Sí Sospecha de malignidad No Antecedentes epidemiológicos de parasitosis Búsqueda específica de la parasitosis dependiendo del antecedente: examen de heces, serología, aspirado duodenal, ecografía abdominal Sí No ¿Más de 1.500 eosinófilos durante más de 6 meses y/o síntomas compatibles? Sí No Diagnóstico de síndrome eosinófilo idiopático: diagnóstico y tratamiento específico 31 Reevaluación periódica RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 7. HEMATURIA Autores: M.a J. Guereña Tomás, B. Alonso Sánchez y E. Viñuela Beneitez IDEAS CLAVE 1. La hematuria es la causa más frecuente de cambio en el aspecto de la orina. 2. Otra causa de orina oscura no hematúrica (falsa hematuria) es una orina concentrada o con elevada concentración de pigmentos biliares. Se descarta mediante el uso de tiras reactivas (ofrece una sensibilidad de mas del 90% y especificidad del 65%-99%). 3. La prevalencia de hematuria se estima del 13% en adultos. 4. La posibilidad de que sea la manifestación inicial de una enfermedad maligna obliga a considerarla un síntoma importante que debe investigarse rápida y profundamente. 5. Puede ser: franca o macroscópica, o aparecer en el análisis de la orina (microscópica). La presencia de hematíes en el estudio microscópico del sedimento se considera patológica, siendo anormal la presencia de más de 3 hematíes/campo microscópico (considerar el sangrado menstrual o toma de anticoagulantes). 6. La hematuria es indicio de enfermedad renal, del tracto urinario o de un trastorno sistémico que secundariamente afecta al tracto urinario. 7. Se han definido más de 100 causas de hematuria. 8. Características clínicas: el sangrado del tracto urinario superior tiñe por igual todo el chorro de la orina, es decir, total. Si es inicial orienta hacia una patología cervicoprostática y si es final hacia una enfermedad vesical. Los coágulos en la orina indican una causa posglomerular. 9. El 60% de las hematurias son de origen extrarrenal, siendo las más frecuentes: a) Infección urinaria (más frecuente). b) Litiasis. c) Neoplasia genitourinaria (fundamentalmente el carcinoma de vejiga o de la vía excretora alta en mayores de 55 años). 10. Entre las causas de hematuria aislada de origen glomerular se deben considerar la glomerulonefritis mesangial IgA (no precisa mas intervención), la nefropatía hereditaria (síndrome de Alport) y la enfermedad de la membrana basal adelgazada (hematuria familiar benigna). 11. La hematuria de origen glomerular presenta una elevada proporción de hematíes dismórficos (mayor del 89%) y asocia proteinuria y/o cilindruria. 12. En el 70% de los casos de microhematuria no se encuentra causa a pesar de un estudio exhaustivo. 13. Pronóstico: el 60% suele tener buen pronóstico. Solo el 15% suele corresponder a una neoplasia. 32 7. HEMATURIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Alegre R, Morales E, Mon C. Aspectos clínicos del análisis elemental de orina. En: Acedo MS, Barrios A, Díaz R, et al, editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 4.ª ed. Madrid: Hospital 12 de Octubre; 1998. p. 537-48. • Buitrago F, Turabián JL. Problemas nefrourológicos. En: Martín Zurro, Cano Pérez JF, editores. Atención Primaria. Conceptos, organización y práctica clínica. 4.ª ed. Barcelona: Harcourt; 1999. p. 1082-127. • Cantero M. Orina oscura. En: Guía de actuación en Atención Primaria. semFYC 2.ª ed. Barcelona: EdiDe; 2000. p. 399-403. • García Ramos JB, Fernández Santiago E, Torrubia Romero FJ. Un paciente con hematuria en Atención Primaria. Medicina Integral. 1998;32(6):221-6. 33 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Paciente con hematuria Falsa hematuria Confirmación (Exploración, tira reactiva) No Sí Sedimento Proteinuria > 1g/d y/o cilindros hematíes dismorficos Hematuria de vías urinarias Hematuria glomerular Hipercalciuria o hiperuricosuria Hallazgos patológicos No Seguimiento: UIV, cistoscopia, TAC si síntomas Normal Tto Sedimento a familiares Microhematuria Urocultivo + – Lowenstein Baar orina Normal Sí Edad > 45 años No Algoritmo de infección urinaria Ca (O) y U (O) Ca (O) > 4 mg/K/d U (O) > 750 mg/d Ecografía Nefrólogo: ¿biopsia renal? Leucocituria Aislada Con coágulos Sí Microhematuria familiar benigna Seguimiento Urólogo: valorar según los hallazgos UIV, cistoscopia, TAC Ca (O): calciuria de 24 horas; U (O): uricosuria de 24 horas; UIV: urografía intravenosa; TAC: tomografía axial computarizada; tto: tratamiento. 34 8. HIPERTRANSAMINASEMIA 8. HIPERTRANSAMINASEMIA Autores: J. Díaz Sánchez, M. Epifanio Gutiérrez, P. Montes Barbero e I. Sierra Elena IDEAS CLAVE 1. La alteración de las pruebas hepáticas es un hallazgo frecuente en Atención Primaria (AP). 2. Las transaminasas (GOT y GPT) son enzimas que se encuentran en los hepatocitos, marcadores sensibles de lesión hepática, pero sólo la GPT es específica de tejido hepático, ya que la GOT también se encuentra en riñón, músculo, cerebro, etc. 3. La determinación de transaminasas es rápida y barata. 4. No existe correlación entre las cifras de transaminasas y el grado de lesión hepática. 5. El límite superior de la normalidad es más alto en personas de raza negra, hispanos y varones. Además las transaminasas se elevan con la edad y el peso corporal. 6. En nuestro país la principal causa de elevación persistente de las transaminasas se debe al consumo de alcohol. Otras causas son: medicamentos, hepatitis víricas (B y C), hígado graso, hepatitis autoinmune, hemocromatosis, enfermedad de Wilson y déficit de alfa1-antitripsina. 7. Prácticamente cualquier medicación puede causar una elevación de las transaminasas (antiinflamatorios no esteroideos [AINE], antibióticos, antiepilépticos, etc.). 8. Dentro de las causas extrahepáticas destacan la enfermedad celíaca, miopatías, ejercicio intenso, sarcoidosis, enfermedad de vías biliares, neoplasias, etc. 9. El primer paso en la evaluación es obtener una anamnesis completa después de haber repetido la prueba para confirmar el resultado. 10. Las pruebas de laboratorio iniciales recomendadas son: serología virus hepatotropos, perfil férrico, proteinograma, ceruloplasmina y estudio de coagulación. 11. La ecografía es una técnica que por su favorable relación coste-riesgo se ha convertido en rutinaria para el estudio de las enfermedades hepáticas. 12. Cuando a la hipertransaminasemia se asocia una colestasis, la ecografía nos permitirá distinguir entre un origen intra o extrahepático de la misma. 13. Si a pesar de todas las pruebas no se identifica la causa de la elevación de transaminasas, se recomienda una biopsia hepática, excepto si dicha elevación es menor del doble de los valores normales, donde se recomienda observación. 35 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Freixedas Casaponsa R, Espuga García M. Estudio del paciente con alteración persistente de las pruebas hepáticas. Formación Médica Continuada. 1994;7:41124. • Johnston DE. Special considerations in interpreting liver function tests. Am Fam Physician. 1999;59:2223-30. • Payeras Llodrá G, Pérez Piqueras J. Protocolo diagnóstico de la hipertransaminasemia. Gastroenterología integrada. 2001;2(1):48-52. • Pratt SD, Marshall M, Kaplan MD. Evaluation of abnormal liver-enzyme results in asymptomatic patients. N Engl J Med. 2000;342:1266-71. 36 37 Aumentadas + Enf: enfermedad; P. músculo: patología muscular. CPK, aldolasa Solicitar: Ig’s antigliadina Ig’s antiendomisio Otras causas Remitir a especialista Enf. hepatocelular Enf. vías biliares Enf. páncreas Fármacos, etc. ECO Patrón colestasis (↑GGT, ↑FA) No Negativas todas las pruebas P. músculo Ejercicio extremo Enf. celíaca Diagnóstico de presunción Serología virus hepatotropos Perfil férrico Ceruloplasmina Proteinograma Estudio de coagulación Ecografía abdominal Repetir analítica incluyendo Anamnesis y exploración física completa Sí ¿Persiste elevación? Abstención alcohol. Repetir analítica en 6 semanas Sí ¿Sospecha alcohol? No ¿Sospecha de tóxicos? Hepatitis vírica, Wilson, etc. Sí No No Elevación transaminasas < doble Elevación transaminasas > doble Bioquímica general con perfil hepático completo Hipertransaminasemia asintomática Sí Sí No Observación Biopsia Control en 3-6 meses Sí ¿Persiste elevación? Alta No ¿Persiste elevación? Suspender tóxico/ fármaco. Repetir analítica en 6 semanas Patrón citólisis (↑GOT, ↑GPT) Control analítico posterior 8. HIPERTRANSAMINASEMIA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 9. HIPERURICEMIA Autores: J. M. Pinar Manzanet y M.a E. Velasco Martínez IDEAS CLAVE 1. La hiperuricemia no es una enfermedad, sino un trastorno metabólico. No está justificado su despistaje sistemático ni es una indicación de tratamiento per se, al no estar éste exento de efectos secundarios. 2. Un 90% se producen por disminución de la eliminación de ácido úrico, teniendo además la mayoría (90%) una causa secundaria, entre las que destacan el alcohol y los fármacos hiperuricemiantes como son: tiazidas, salicilatos a dosis bajas, etambutol, pirazinamida, furosemida, ácido nicotínico, ciclosporina y levodopa. 3. Las complicaciones de la hiperuricemia son la artritis gotosa, la litiasis renal y la nefropatía gotosa. A pesar de estar asociada a hipertensión arterial, resistencia insulínica, obesidad y dislipidemia no se ha conseguido demostrar el papel de la hiperuricemia como factor de riesgo cardiovascular independiente. 4. La 1.ª articulación metatarsofalángica se afecta hasta en un 90% de los pacientes en algún momento de la evolución de la artritis gotosa, caracterizada por ataques agudos monoarticulares. El tratamiento de un ataque agudo de gota debe iniciarse con antiinflamatorios no esteroideos (indometacina, preferentemente) y colchicina (si lo permiten los efectos secundarios gastrointestinales). En ocasiones son útiles los corticoides orales e incluso intraarticulares. 5. A pesar de ser el déficit de eliminación la causa más frecuente de hiperuricemia, el fármaco más empleado es el alopurinol (inhibidor de la formación de ácido úrico), debido a las contraindicaciones para el uso de uricosúricos: insuficiencia renal, gota tofácea y litiasis renal. No obstante, tanto para la elección del tratamiento como para averiguar las causas será necesaria la determinación de uricosuria de 24 horas. 6. No se debe comenzar un tratamiento hipouricemiante hasta pasadas 3-4 semanas de un ataque agudo, añadiendo siempre colchicina desde 3 días antes hasta 2-3 meses después de iniciado el tratamiento. Si el paciente ya tomaba un hipouricemiante no debemos suspenderlo durante un ataque agudo de gota y tampoco deberemos instaurar tratamiento hipouricemiante ante un primer ataque de gota, sino esperar a ver el patrón de frecuencia de las crisis. 7. Las enfermedades linfo y mieloproliferativas, así como el tratamiento quimioterápico pueden producir nefropatía aguda por ácido úrico, siendo necesario el tratamiento profiláctico con alopurinol y la alcalinización de la orina. 38 9. HIPERURICEMIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Coll JM, Blanch J. Hiperuricemia y gota. Aspectos terapéuticos. JANO. 1997;52:735-40. • Fernández I, Ron FA, Costa CJ. ¿Cuándo tratar la hiperuricemia? FMC. 1996;3(7):464-71. • Rodríguez Pago C. Hiperuricemia y gota [en línea] [6-5-03]. Disponible en: [www. fisterra.com/ guias2/gota.htm]. • Wortmann RL. Disorders of purine and pyrimidine metabolism. En: Braunwald E, Fauci A, Kasper DL, Hanser SL, Longo DL, Jameson JL editors. Harrison´s principles of internal medicine. 15th ed. New York: Mc Graw-Hill; 2001 (edición digital). 39 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Hiperuricemia (Ác. úrico > 7 mg/dl en varones, 6 en mujeres) Considerar HTA DM Dislipidemia Obesidad Confirmar Asintomática Sintomática Litiasis renal o nefropatía urática Gota tofácea Evitar alcohol Dieta Descartar fármacos y otras causas secundarias Abundante hidratación No Sí Artritis recurrente Enf. mielo/linfoproliferativa o quimioterapia Sí No Sí No FÁRMACO < 12-13 mg/dl > 12-13 mg/dl Ác. úrico en orina 24h < 700-1.000 mg > 700-1.000 mg Insuficiencia renal o edad > 60 a No Observación y control analítico Sí Uricosúricos (benzbromarona) Alopurinol HTA: hipertensión arterial; DM: diabetes mellitus. 40 10. POLIGLOBULIA 10. POLIGLOBULIA Autores: R. Llanes de Torres, R. Vázquez Borque y A. Molina Siguero IDEAS CLAVE 1. Por eritrocitosis, poliglobulia o policitemia se entiende el aumento del volumen total de los hematíes circulantes, cuya medición precisa se realiza mediante la determinación de la masa eritrocitaria. 2. La probabilidad de que exista un aumento real de la masa eritrocitaria crece paralelamente a la elevación del hematocrito. Así, para un hematocrito de 52 en varones o 47 en mujeres, la probabilidad es de un 35%, y llega al 99% ante un hematocrito de 60 en varones o 55 en mujeres. 3. La eritrocitosis puede producirse mediante varios mecanismos: a) Disminución del volumen plasmático, con normalidad de la masa globular real: poliglobulia relativa. b) Aumento de la masa globular por exceso de eritropoyetina fisiológico (hipoxemia), patológico (enfermedad renal/tumor) o iatrógeno (tratamiento con eritropoyetina (EPO), corticoides o andrógenos): poliglobulias secundarias. c) Incremento de la masa globular, de forma primaria, sin aumento de la EPO: policitemia vera, eritrocitosis idiopática. 4. El tabaquismo es la causa más frecuente de eritrocitosis secundaria, pues la presentan entre el 3% y el 5% de los fumadores. La probabilidad de que la eritrocitosis de un fumador sea debida al tabaco es del 98%. Si se dispone de la determinación de carboxihemoglobina, valores mayores al 4% apoyan fuertemente este diagnóstico. 5. Las demás causas de eritrocitosis secundaria, salvo las cardio y broncopatías, son infrecuentes. Así, el 0,1% de las eritrocitosis de los fumadores y el 1% de las de los no fumadores son debidas a tumores: carcinoma renal, hepatoma, hemangioma cerebeloso, leiomioma uterino, carcinoma de ovario u otros. 6. La principal causa de policitemia primaria es la policitemia vera, un síndrome mieloproliferativo clonal con una incidencia anual de cuatro a seis casos por millón de habitantes, y que suele debutar entre los cincuenta y los setenta años, con leve predominio en varones. 7. Actitud diagnóstica ante un aumento de hematocrito: a) Confirmar la eritrocitosis e intentar conocer su existencia previa. Siempre debe realizarse una minuciosa anamnesis y una correcta exploración física. b) En pacientes asintomáticos, con cifras moderadas de hematocrito, normalidad de plaquetas y leucocitos, y sin esplenomegalia, suele ser suficiente el seguimiento clínico. c) En pacientes con hematocrito mayor de 57 (52 en mujeres) es necesario un estudio exhaustivo que incluya un estudio de imagen abdominal. 41 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Barquinero Canales C, González Martín M. Poliglobulias. En: Ruiz de Adana R, et al editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica en atención primaria. 2.ª ed. Madrid: Díaz de Santos; 1996. p. 492-8. • Cervantes Requena F. Policitemia vera y otras poliglobulias. En: Rozman C, editor. Medicina Interna. 14.ª ed. Madrid: Harcourt; 2000. p. 1938-40. • Díez JL. Policitemia Vera. En: Muñoz B, Villa LF, editores. Manual de Medicina Clínica. 2. ª ed. Madrid: Díaz de Santos; 1993. p. 353. • Pearson TC, Messinezy M. Idiopathic erythrocytosis, diagnosis and clinical management. Pathol Biol (Paris); 2001. 49(2):170-7. • Weber B, Budd J. Erythrocytosis. En: Black ER, Bordley DR, Tape TG, Panzer RJ, editors. Diagnostic Strategies for common medical problems. 2 ed. Philadelphia: American College of Physicians; 1999. p. 596-608. 42 No 43 → Sí EPOC SAOS Cardiopatía cianosante Sospecha de: Addison Cushing Tumores virilizantes Toma de: EPO, corticoides, andrógenos No Derivación a Hematología Eritrocitosis idiopática No Enf. endocrina o renal Neoplasia. Iatrogenia Sí No y sin Síntomas Asintomático Sin hallazgos exploratorios Ecografía/TAC abdominal Hematuria Dolor abdominal Poliglobulia secundaria (No hipoxémica) El tratamiento específico corrige el Hcto Poliglobulia secundaria (Hipoxémica) Derivación a endocrino Mal de altura Hemoglobinopatía Tóxicos: cobalto Rx tórax Espirometría Gasometría (SatO2 < 92%) ECG Ecocardio Disnea, taquipnea, cianosis Sí Hcto > 57; > 52 → No Policitemia vera Sí (M1+M2) y (M3 ó 2 menores) > 50 años con: M1: masa eritrocitaria > 36 ml/kg ( ) > 32 ml/kg ( ) M2: satO2 > 92% M3: esplenomegalia m1: trombocitosis > 400.000 ml m2: leucocitosis > 12.000 ml m3: fosfatasa alcalina leucocitaria > 100 m4: vit. B12 sérica > 900 pg/ml Control de Hcto periódico Anamnesis + exploración física + hemograma + VSG + bioquímica + vitamina B12 + sistemático de orina Confirmación de hematocrito elevado → Corrección: Volemia Causas precipitantes PA Ansiedad Peso Tabaquismo Poliglobulia relativa Deshidratación Cetoacidosis Uso de diuréticos Diarrea masiva Golpe de calor S. de Gaiböck: (varón con HTA, sobrepeso, estrés, y fumador) ECG: electrocardiograma; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; Rx: radiografía; TAC: tomografía axial computarizada; EPO: eritropoyetina; SAOS: síndrome de apnea obstructiva del sueño; Hcto: hematocrito; VSG: velocidad de sedimentación globular; HTA: hipertensión arterial; PA: presión arterial. Se confirma causa secundaria de eritrocitosis Eritrocitosis del fumador Sí Hcto No estable y/o se corrige al no fumar Sí Fumador Eritrocitosis (Hcto > 52%; > 47%) 10. POLIGLOBULIA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 11. PROTEINURIA Autores: H. Iglesias Franco, R. Iglesias González y M. E. Seguro Requejo IDEAS CLAVE 1. Proteinuria: presencia de proteínas en orina, con o sin enfermedad subyacente. 2. Las tiras reactivas pueden dar falsos positivos: orina concentrada, gestación, presencia de mioglobina y hemoglobina, orina alcalina (pH > 8). 3. Detectada una proteinuria en la tira reactiva, debemos confirmarla con una segunda determinación. Así se excluye la proteinuria transitoria. 4. Determinadas situaciones como, ejercicio intenso, infecciones, insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), deshidratación, gestación o fiebre, pueden originar una proteinuria transitoria. 5. Una eliminación menor de 150 mg de proteínas en orina de 24 horas, se considera fisiológica. 6. Es fundamental instruir adecuadamente al paciente en la recogida de orina de 24 horas, para que ésta se efectúe correctamente. 7. En niños o personas en los que sea difícil recoger la orina, se puede recurrir a la relación proteínas/creatinina, en muestra de primera orina de la mañana, dada su buena correlación con la proteinuria de 24 horas. 8. La cuantificación de la proteinuria por unidad de tiempo es importante para el diagnóstico diferencial y para determinar el pronóstico. 9. En toda proteinuria patológica, de cualquier rango, hay que realizar historia clínica completa, analítica con estudio de función renal y ecografía renal. 10. En la anamnesis de un paciente con proteinuria debemos investigar: antecedentes familiares, diabetes mellitus, ingesta de fármacos, infecciones, abuso de drogas, etc. 11. El 5%-10% de los adolescentes presentan una proteinuria de rango patológico durante el ortostatismo, desapareciendo en decúbito (proteinuria ortostática). Se aconseja seguimiento anual a pesar de su carácter generalmente benigno. 12. Para confirmar una proteinuria ortostática es preciso efectuar dos recogidas de orina: una al levantarse, tras permanecer 8 horas en decúbito (orina decúbito), y una segunda muestra durante el día (orina ortostática), tras llevar 8 horas en activo, sin realizar ejercicios violentos. Si ambas muestras son positivas se descarta la proteinuria ortostática. 13. Toda proteinuria sintomática mayor de 2 g en 24 horas, o de causa incierta, debe ser valorada por Nefrología. 44 11. PROTEINURIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Carroll MF, Temple JL. Proteinuria in Adults: A Diagnostic Approach. American Family Phyician. 2000; 62: 1333-40. • Larson TS. Concise review for primary care physicians. Evaluation of proteinuria. Mayo Clin Proc. 1994;69:11154-8. • Marqués A, Avellana E, Pujinla M. Abordaje y diagnóstico etiológico de la proteinuria. FMC. 1999;6:173-80. • Yamagata K, Yamagata Y, Kobayashi M, Koyama A. A long-tern follow-up study of asyntomatic hematuria and/or proteinuria in adults. Clin Nephrol. 1996;45: 281-8. 45 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Proteinuria Descartar falsos positivos Proteinuria transitoria No Tiras reactivas Confirmar x 2 Sí Sedimento ITU Anormal Tratamiento Nefropatía Normal No Proteinuria fisiológica Cuantificar Proteinuria > 150 mg/24 h proteinuria/creatinina Sí < 2 g/día > 2 g/día Función renal Función renal Normal Normal Alterada Estudio proteinuria ortostática Proteinuria sintomática + Proteinuria ortostática Control/anual Sedimento Función renal Presión arterial – Proteinuria aislada Control/semestral Sedimento Función renal Presión arterial Causa conocida Alterada Proteinuria sintomática Causa Causa desconocida conocida Tratamiento enfermedad Tratamiento enfermedad Control/mensual (hasta estabilización) Sedimento Función renal Presión arterial Control al mes Valorar derivación ITU: infección del tracto urinario. 46 Derivar Nefrología 12. CONDUCTA DIAGNÓSTICA ANTE LOS TRASTORNOS DE MEMORIA NEUROLOGÍA 12. CONDUCTA DIAGNÓSTICA ANTE LOS TRASTORNOS DE MEMORIA Autores: M. Canto de Hoyos Alonso, F. García de Blas, E. Tapias Merino y A. Garrido Barral IDEAS CLAVE 1. Las causas más frecuentes de quejas de memoria, son los trastornos de ansiedad, los síntomas depresivos y las demencias. La pérdida de memoria puede ocurrir en el curso de un envejecimiento normal. 2. La prevalencia de las demencias es del 5%-10% en sujetos mayores de 65 años, aumentando con la edad. La enfermedad de Alzheimer es la más frecuente (50%80%), seguida de demencias vasculares y mixtas (20%-30%). Las demencias reversibles (fármacos, depresión, procesos metabólicos o endocrinos) son el 1% del total. 3. Ante quejas de fallos de memoria, debe hacerse una evaluación completa (grado de recomendación A) con entrevista clínica en la que se investigará si existen problemas emocionales (ansiedad, depresión), alteraciones de conducta o síntomas psicóticos, si hay presencia de otros síntomas cognitivos (fallos de orientación, dificultades de cálculo o lenguaje, pobreza de juicio), o problemas funcionales (dificultad para realizar las tareas de la vida diaria que venía realizando). 4. Se debe confrontar la anamnesis con un familiar que nos informe del momento de aparición de los síntomas, su forma de comienzo, intensidad y comparación con la situación previa del paciente (grado de recomendación A). Se investigará el consumo de fármacos, alcohol y otros antecedentes personales o familiares que orienten sobre la causa del deterioro. 5. Los test neuropsicológicos permiten una valoración mental estructurada, pero no establecen por sí mismas el diagnóstico de demencia. Se recomiendan (grado de recomendación B) el uso de un test de entrevista al informador (TIN) junto con un test corto de valoración mental al paciente, como el MEC (Miniexamen Cognoscitivo de Lobo) o el SPMSQ (Short Portable Mental Status Questionnaire de Pfeiffer) o la prueba cognitiva de Leganes (PCL), recientemente validado en AP. Se establece un punto de corte para demencias de 57/85 para el TIN, 24/35 para el MEC, más de 3 errores para el Pfeiffer (4 en analfabetos) y 22/30 para el PCL. El test del reloj se recomienda como complemento. 6. La depresión y los síndromes confusionales (delirium) se presentan a menudo con síntomas y exploración que pueden simular una demencia. Es preciso reevaluar al paciente una vez tratado, ya que también son procesos que pueden coexistir con la demencia. 7. El diagnóstico de demencia debe hacerse en base a criterios clínicos, siendo la entrevista la clave fundamental. Hay criterios estandarizados (CIE 10, DSM IIIR, DSM IV-TR, Sociedad Española de Neurología (SEN). 47 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 8. Para diagnosticar a un paciente de demencia es necesario que presente deterioro en más de una función cognitiva o conductual, con intensidad suficiente como para interferir en sus actividades sociolaborales o familiares. Se aconseja que el deterioro sea objetivado mediante pruebas y refrendado por un informador que confirme los cambios respecto al nivel previo del paciente. El deterioro no debe ocurrir exclusivamente en el curso de un cuadro confusional. 9. A los pacientes con afectación de alguna área cognitiva objetivada por pruebas y refrendada por un informador, pero que no cumplen el resto de criterios de demencia (el deterioro no es global y siguen teniendo autonomía funcional) se les encuadra dentro de deterioro cognitivo ligero (DCL). Esta situación puede estar provocada por múltiples causas (tóxicas, trastorno sistémico, depresión, etc.) o puede ser el estadio inicial de una enfermedad neurodegenerativa, por ello, los sujetos con DCL deben ser reevaluados periódicamente porque pueden evolucionar a demencia (grado de recomendación A). 10. La exploración física y neurológica y las pruebas complementarias orientan sobre la etiología de la demencia y descubren comorbilidad asociada. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • García de Blas F, Tapias E, de Hoyos MC. Demencias. En: Martín I, editor. Guía del anciano. 2.ª ed. [en prensa]. Barcelona: semFYC; 2002. • Knopman DS, DeKosky ST, Cummings JL, et al. Practice parameter: diagnosis of dementia (an evidencebased review). Report of the Quality Standards Subcommittee of the American Academy of Neurology. Neurology. 2001: 56:1143-53. Disponible en: www.aan.com. • Paterson CJ, Gauthier S, Bergman H, Cohen CA, Feightner JW, Feldman H, et al. The recognition, assessment and management of dementing disorders: conclusions from the Canadian Consensus Conference on Dementia. CMAJ. 1999;160 Suppl 12:S1-15. Disponible en: www.cma.ca/cmaj/vol-160/issue-12/dementia/ index.htm. • Robles A, del Ser T, Alom J, Peña-Casanova J y Grupo Asesor del Grupo de Neurología de la Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología. Propuesta de criterios para el diagnóstico clínico del deterioro cognitivo ligero, la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Neurología. 2002;17(2):17-32. • GOLT de demencias semFYC. Guía de demencias semFYC. semFYC ediciones. En prensa. 48 12. CONDUCTA DIAGNÓSTICA ANTE LOS TRASTORNOS DE MEMORIA Quejas de memoria Forma de comienzo, tiempo evolución presencia de otros síntomas: fallos de orientación o lenguaje, trastornos de ánimo o comportamiento, cambios de carácter, dificultad para realizar tareas habituales Entrevista al paciente/la familia Valoración mental, emocional y funcional ¿Aparición brusca? Alteración del nivel de conciencia Sí Síndrome confusional (delirium) Tratar y reevaluar No ¿Ansiedad/depresión? Diagnóstico etiológico Sí Ansiedad Depresión No ¿Presenta otras alteraciones cognitivas o conductuales? ¿Test de valoración mental alteradas*? No Alteración de memoria por envejecimiento No Deterioro cognitivo leve Reevaluar anualmente Sí ¿Afectación importante de las actividades de la vida diaria? Valoración diagnóstica y seguimiento anual Sí Comprobar que cumple criterios de demencia (CIE 10, DSM IV, SEN) Sí Demencia AF: demencia, AP: fármacos, HTA, alcohol, ictus, malnutrición Síntomas focales, parkinsonismo, temblor, rigidez, incontinencia Hemograma, bioquímica básica, calcio, hormonas tiroideas, vit. B12 (ancianos) P. de imagen: TAC o RMN Seguimiento cada 6 meses Completar datos anamnesis Exploración física y neurológica Exploraciones complementarias Diagnóstico etiológico: enfermedad de Alzheimer, demencia vascular o mixta, etc. (*) ver puntos clave. (CIE 10, DSM IV, SEN): criterios de demencia de la OMS, la Asociación Americana de Psiquiatría y la Sociedad Española de Neurología, respectivamente. AF y AP: antecedentes familiares y personales. HTA: hipertensión arterial; TAC: tomografía axial computarizada; RMN: resonancia magnética nuclear. 49 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 13. DIAGNÓSTICO DE LA CONVULSIÓN Autor: P. Roset Monros IDEAS CLAVE 1. Una crisis comicial es la manifestación clínica de una descarga anormal sincronizada y excesiva de neuronas corticales. 2. Una crisis convulsiva única y las crisis epilépticas accidentales no son una epilepsia, ni tampoco puede considerarse como una epilepsia la repetición más o menos frecuente de crisis epilépticas en el curso de una afección aguda. 3. Las características clínicas de una crisis epiléptica son: a) Síntomas de activación cortical focal (aura) que precede al episodio convulsivo. b) Estado poscrítico: estado confusional prolongado (dificultad en reconocer personas o ambientes familiares) inmediatamente después del episodio. c) Automatismos durante el episodio de pérdida de conciencia (chupeteo, parpadeo). d Mordedura de lengua. e) Déficit neurológico después del ataque (afasia, hemiparesia). 4. No puede hablarse de epilepsia si el paciente no ha sufrido crisis, aunque su electroencefalograma (EEG) sea tipo epileptiforme. 5. Se habla de epilepsia cuando el paciente sufre crisis recurrentes. 6. Las causas de la epilepsia varían con la edad. 7. Cuando ocurre una crisis comicial se debe intentar establecer una relación causaefecto entre algún acontecimiento vital reciente y la aparición de la convulsión. 8. Clasificación de las crisis comiciales: a) Crisis parciales (CP) (focales): ● CP simples: – Motoras. – Sensitivas. – Autonómicas. – Psíquicas. ● CP complejas. ● CP generalizadas secundariamente. b) Crisis generalizadas: – Ausencias. – Mioclónicas. – Clónicas. – Tónicas. – Tónico-clónicas. – Atónicas. 50 13. DIAGNÓSTICO DE LA CONVULSIÓN BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Blanco-Echevarría A, Cea-Calvo L, García-Gil ME. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica. Hospital Universitario 12 de Octubre. 5.ª ed. 2003. • Dias Silva JJ. Guía Clínica de Epilepsia (16/02/2002). Disponible en: www.fisterra.com/ guías2/epilepsia. • Scott Morey S. Neurologic Group Develops Recommendations for Management of Epilepsy. American Academy of Family Physicians, 1999. • William J, Marks JR, García PA. Management of Seizures and Epilepsy. American Family Physician, 1998. 51 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Convulsión ¿Es una crisis? Sí No Manejo de la crisis Primera crisis Epiléptico conocido Buscar factores precipitantes Recoger: AF, AP, edad, EF, BQ, hemográfica, ECG ¿Inicio focal, fiebre, TCE, VIH, o exploración anormal? No (crisis generalizada) < 40 años Neurología (TC; EEG) Síncope Migraña Narcolepsia Hipoglucemia AIT Psicógena Sí No Sí Alcohol Menstruación Estrés Fármacos (tricíclicos, barbitúricos, etc.) Enfermedades cerebrovasculares Tumores cerebrales Epilepsias reflejas > 40 años Urgencias: TC craneal o RMN Reajustar tratamiento AIT: accidente isquémico transitorio; AF: antecedentes familiares; AP: antecedentes personales; EF: exploración física; BQ: bioquímica; ECG: electrocardiograma; TCE; traumatismo craneoencefálico; TC: tomografía computarizada; EEG: electroencefalograma; RMN: resonancia magnética nuclear; P. lumbar: punción lumbar; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. 52 14. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS CEFALEAS MÁS FRECUENTES 14. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS CEFALEAS MÁS FRECUENTES Autores: M.a L. García Fernández, A. Azcoaga Lorenzo y J. Gómez Ciriano IDEAS CLAVE 1. La mejor prueba diagnóstica en un paciente con cefalea es una anamnesis completa, que debe incluir: a) Edad de inicio. b) Intensidad, duración y frecuencia de los episodios. c) Localización y características del dolor. d) Síntomas asociados. e) Factores moduladores del dolor. f) Estado general de salud. g) Respuesta a tratamientos previos. 2. Estará indicada la realización de pruebas de neuroimagen en aquellos pacientes que presenten: a) Cefalea de inicio brusco, sobre todo si está relacionada con el ejercicio físico. b) Cambios recientes significativos y no explicados en el patrón de una cefalea previa. c) Empeoramiento progresivo a pesar de tratamiento apropiado. d) Signos o síntomas de focalidad neurológica. e) Cefalea tusígena. 3. La cefalea en racimos, por sus características clínicas, cumple varios criterios de alarma, por tanto, a pesar de ser una cefalea primaria, requiere evaluación especializada. 4. En todo paciente mayor de 50 años con cefalea de reciente comienzo se debe descartar arteritis de la temporal. 5. En todo paciente con cefalea crónica diaria se debe descartar abuso de analgésicos. 6. La clasificación de las de cefaleas de la International Headache Society (IHS), aporta criterios para clasificar cefaleas, no pacientes. Se debe tener en cuenta que un mismo paciente puede tener más de un tipo de cefalea. 53 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Headhache classification comité of international headache society. Classification and diagnostic criteria for headache disordes, cranial neuralgias, and facial pain. Cephalalgia. 1988;9 Suppl 7. • Evaluation of headhache. UP TO DATE. 2002. • Silberstyein SD, Rosenberg J. Multiespecialty consensus on diagnosis and treatment of headache. Neurology. 2000;54:1553. • Grupo de Trabajo de Cefaleas de semFYC. Recomendaciones semFYC Cefalea, 1999. 54 55 Otros síntomas Localización Duración episodios Náuseas Vómitos Fotofobia Sonofobia Aura Unilateral alternante o bilateral 4-72 h Migraña No Cefalea tensional Bilateral Variable: horas a 1 semana Cefalea tensional crónica Autonómicos ipsilaterales Unilateral estricta <4h Clúster Cefalea tensional Episódica recidivante Larga evolución Sí ¿Cefalea episódica previa? > 4 horas Migraña crónica diaria Migraña No < 4 horas Duración episodios Crónica diaria (> 15 días/mes) Cefalea Precisa valoración especializada preferente para completar diagnóstico Edad > 50 años Cambios recientes no explicados tras historia clínica exhaustiva Sin respuesta al tto Unilateral estricta Precisa valoración urgente hospitalaria para completar diagnóstico Focalidad neurológica Signos meníngeos Disminución del nivel de conciencia Cefalea explosiva y/o relacionada con ejercicio físico Verificar signos y síntomas de alarma Reciente comienzo (horas o días) 14. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS CEFALEAS MÁS FRECUENTES RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 15. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS PARESTESIAS Autores: M.a P. Martínez de Oporto, M. Ruiz Gomes, S. Causín Serrano y E. Rioja Delgado IDEAS CLAVE 1. Sensibilidad: a) Primaria: táctil, vibratoria posicional, dolorosa y térmica. b) Cortical: discriminación entre dos puntos, localización del tacto, estereoagnosia, grafestesia y estimulación lateral simultánea. 2. Síntomas: a) Fenómenos positivos: hormigueos, pinchazos, comezón, fulguración, cuchillada, calambre, etc. Obedecen a génesis ectópica de ráfagas de impulsos en un lugar con umbral disminuido de las vías sensitivas, tanto de las fibras sensitivas periféricas como centrales. b) Fenómenos negativos: resultado de una pérdida de la función sensitiva con disminución o ausencia de sensibilidad. Aparece entumecimiento con una distribución determinada y hallazgos anormales en la exploración. Los síntomas pueden ser positivos o negativos pero los signos sensitivos son fenómenos negativos. 3. Parestesia: sensación anormal sin estímulo aparente. Salvas anormales generadas en uno o varios focos ectópicos. 4. Diagnóstico topográfico: a) Sistema nervioso central: nivel medular, bulbar, cerebelo, subcortical y cortical. b) Sistema nervioso periférico: neuropatías. 5. Las neuropatías se clasifican por: a) Topografía lesional: ● Plexopatía. ● Radiculopatía: enfermedades degenerativas, metabólicas y vasculares, espina bífida, traumatismos, tumores, infecciones e inflamaciones. ● Mononeuropatía: afectación de un único nervio periférico o craneal. ● Mononeuropatía múltiple: alteración de varios nervios individuales de forma asincrónica y asimétrica. ● Polineuropatía: afectación simétrica, distal, sincrónica y difusa. Patrón típico en guante o calcetín. b) Síntomas predominantes: motora, sensitiva, sensitivo-motora y autonómica. 56 15. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS PARESTESIAS c) Evolución: aguda, subaguda y crónica. d) Patogenia: hereditaria o adquirida. e) Patrón neurofisiológico: desmielinizante o axonal. f) Desmielinizante o axonal. 6. Neuropatías compresivas: afectación aislada de un nervio periférico debido a fuerzas mecánicas que actúan de forma prolongada. Las etiologías más frecuentes son el atrapamiento y la compresión. Síndrome del túnel del carpo: síntomas (parestesias en cara palmar del 1.º, 2º y 3.er dedos y mitad radial y palmar del 4.º, dolor, debilidad), factores precipitantes (sueño, posiciones forzadas, actividades repetitivas), factores mitigantes (cambios de postura, agitar la mano), exploración (maniobras provocadoras: Tinel, percusión del mediano en la muñeca; Phalen, hiperflexión de la muñeca afectada). 7. Polineuropatías adquiridas: a) Predominantemente motora: síndrome de Guillain-Barré, porfiria, difteria, plomo, amiotrofia diabética. b) Predominantemente sensitiva: lepra, diabetes (polineuropatía distal simétrica sensitiva), déficit de vitamina B12 o B1, cáncer, amiloidosis, uremia, enfermedad de Lyme, síndrome de Sjögren. c) Neuropatías dolorosas: alcohol, déficit nutricionales, diabetes (neuropatía aguda dolorosa), tóxicas (arsénico y talio), vasculitis, crioglobulinemia, enfermedad de Lyme, neuropatía paraneoplásica, neuropatía sensitiva idiopática, amiloidosis, polineuropatía distal simétrica asociada al virus de la inmunodeficiencia humana. d) Predominantemente vegetativa: diabetes mellitus, amiloidosis, síndrome de Guillain-Barré (variante pandisautonómica pura), tóxicas (vincristina), porfiria, neuropatía vegetativa asociada al VIH, pandisautonomía idiopática. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Demyer W. Técnica del examen neurológico. Editorial Panamericana; 1994. p. 372-408. • Gimeno Álava A. Neurología básica. Ed Idepsa; 1995. p. 167-201. • Guía de actuación en Atención Primaria. Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria; 1998. p. 182-6. • Harrison. Principios de Medicina Interna. 14.ª ed. Ed McGraw-Hill; 1998. p. 140-4; 2592-3. 57 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Estudio del paciente con síntomas sensitivos Tiempo de evolución Distribución de síntomas Enfermedades sistémicas Antecedentes familiares Consumo de drogas, exposición a tóxicos Enfermedades recientes: virales Anamnesis + exploración física y neurológica Etiológico Diagnóstico Pruebas complementarias básicas Sistemático de sangre y orina, VSG, proteinograma e inmunoelectroforesis, vit. B12, ác. fólico Según sospecha HbAc, LUES, VIH, borrelia, PTH, TSH, t3, t4, ANA, ANCA, factor reumatoide, metales pesados en orina, crioglobulina, CK, porfirinas en orina, tóxicos Imagen Rx tórax, columna, TAC, RM Otras punción lumbar, biopsia nerviosa, electromiografía Topográfico Sospecha de organicidad Neuropatías periféricas Plexopatías Radiculopatías Mononeuropatías múltiples Mononeuropatías STC 1,2 y 3er dedo Tinel y Phalen Canal cubital 4 y 5° dedo, mano en garra Parálisis radial dorso muñeca, mano péndula Parálisis peronea pie caído, marcha en estepaje Meralgia parestésica lateral muslo Polineuropatías Adquiridas Hereditarias Tratamiento del dolor neuropático Primera elección Antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, nortriptilina, imipramina, clomipramina) Segunda elección Carbamazepina, gabapentina, tramadol Tercera elección Mexiletina, fenitoína, neosidantoína Otras opciones Crema de capsaicina Dosis 10-100 mg por la noche 200-400 mg, 3-4 veces/día 300-800 mg, 3 veces/día 50 mg, 3-4 veces/día 200-300 mg, 3 veces/día 300-400 mg por la noche 0,025%, 3-4 veces/día tópica Criterios de derivación Sospecha de síndrome. GuillainBarré Hipercalcemia Uremia Patología vascular cerebral Fractura vertebral Esclerosis múltiple Síndromes paraneoplásicos Tumores SNC Hernia discal Polineuritis del SIDA Epilepsia Sospecha de migraña acompañada Piramidalismo Síntomas de evolución rápida Cuadros compresivos SNC: sistema nervioso central; SIDA: síndrome de la inmunodeficiencia adquirida; VSG: velocidad de sedimentación y glóbulos; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; ANA: anticuerpos antinucleares; AUCA: anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo; PTH: hormona paratiroidea; TSH: hormona estimuladora del tiroides; TAC: tomografía axial computerizada; RM: resonancia magnética. 58 16. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL TEMBLOR 16. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL TEMBLOR Autores: J. A. Granados Garrido, P. Magán Tapia y S. Sánchez Yubero IDEAS CLAVE 1. El temblor es un trastorno del movimiento y de la postura y, por tanto, depende de alteraciones en los sistemas extrapiramidal y cerebeloso. La característica más importante es su carácter rítmico. No debe confundirse el temblor con otros movimientos anormales como tics, mioclonías, acatisia, corea, balismo, fasciculaciones, asterixis (flapping tremor). 2. Existe un temblor fisiológico que no puede apreciarse por inspección, pero que puede exagerarse en situaciones normales (emoción, frío, fatiga muscular) o acompañando a algunas condiciones patológicas como la hipoglucemia, el hipertiroidismo, la ansiedad y la deprivación alcohólica. Independientemente de la situación motora en que aparece o en que predomina, el temblor patológico se atenúa o desaparece durante el sueño. 3. El temblor de reposo es el que aparece en situación de relajación muscular; el temblor postural o de actitud es el que se desencadena por contracción isométrica de determinado grupo muscular; el temblor intencional o cinético es el asociado a un movimiento dirigido a un objeto específico. La mayoría de los temblores suelen aparecer entre la sexta y séptima décadas de la vida. 4. Para el paciente y la familia, la presencia de temblor suele provocar “miedo a la enfermedad de Parkinson” o bien despreocupación, por creer que se trata de un “fenómeno normal” por la edad o por la historia familiar. El temblor es la forma de presentación inicial en el 70% de los pacientes con enfermedad de Parkinson. El diagnóstico de enfermedad de Parkinson requiere tener 2 de los siguientes criterios: bradicinesia, rigidez y temblor de reposo. En el anciano, el temblor esencial es 10 veces más frecuente que la enfermedad de Parkinson. 5. Los fármacos son causa frecuente de temblores. La mayor parte de ellos se resuelven al suspender el medicamento implicado, aunque a veces se requieren meses. Los fármacos son la causa más frecuente de parkinsonismo secundario. Los más frecuentemente implicados son antipsicóticos y calcioantagonistas piperacínicos. El parkinsonismo inducido por fármacos puede aparecer meses después de iniciado el tratamiento. 6. En la anamnesis, por tanto, además de preguntar por el momento en que aparece o predomina el temblor, debe preguntarse por el uso de fármacos, la historia familiar de temblores y la existencia o no de síntomas de enfermedades asociadas (psiquiátricas, endocrinas, hepáticas o neurológicas). También es muy importante valorar el grado de incapacitación que ocasiona el temblor para decidir sobre su tratamiento. 59 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 7. Algunas maniobras que pueden ayudar al diagnóstico del temblor son: prueba dedo-nariz (dismetría), observación de la marcha, provocación de reflejos posturales, observación de la escritura y dibujo de una espiral. 8. El temblor esencial se presenta sin historia familiar en un 40%-50% de los casos. Es lentamente progresivo, aunque rara vez causa incapacidad funcional (temblor esencial grave o maligno). Existen algunos temblores de clasificación difícil: temblor primario de la escritura, temblor ortostático primario, temblor aislado de la voz, temblor aislado de la mandíbula, etc., que algunos autores clasifican como temblores esenciales tipo II. Se define otro grupo (tipo I) con los temblores esenciales asociados a signos neurológicos que resultan insuficientes para definir una enfermedad neurológica concreta. 9. El temblor esencial puede manejarse en Atención Primaria y tratarse con fármacos si es molesto o incapacitante para el paciente. El fármaco de elección es el propanolol (nivel de evidencia A) en dosis lentamente progresivas desde 10 mg/8-12 horas hasta 160-320 mg/día. Como alternativa se encuentran la primidona o la gabapentina, aunque para ninguno existe evidencia consistente ni de eficacia ni de mantenimiento del efecto a largo plazo. 10. El temblor postural asociado a enfermedad (en el algoritmo “temblor postural sintomático o secundario”), puede ser diagnosticado en Atención Primaria y será derivado a la especialidad médica correspondiente según se considere necesario. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Casabella Abril B, Ruiz Riera R, del Amo Monleón B. Temblor. En: “c@p sesiones clínicas”. Disponible en: URL www.cap-semfyc.com/sesclin/sc0010/sc0010.htm [15 pantallas]. • García de Francisco A, García de Francisco S, Prieto Zancudo C. Parkinsonismo inducido por fármacos. FMC. 2002;9(4):283-9. • Roquer González J. Temblor. En: Martín Zurro, Cano Pérez, editores. Atención Primaria. Conceptos, organización y práctica clínica. 4.ª ed. Madrid: Harcourt Brace; 1999. p. 1206-11. • Urbano-Márquez A, Estruch Riba R. Temblor. En: Medicina Interna Farreras-Rozman. Generalidades. 13.º ed. Madrid: Harcourt Brace; 1995. p. 1376-8. 60 16. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL TEMBLOR Temblor ¿Se observa en reposo? Sí Temblor de reposo No ¿Toma fármacos? No Temblor de acción Temblor postural o de actitud Temblor cinético o de intención Enfermedades del cerebelo ¿Toma fármacos? Sí Sí Parkinsonismo farmacológico Enfermedad de Parkinson Valorar retirada Derivar a Neurología No ¿Enfermedad asociada? No Sí Temblor postural sintomático o secundario Temblor fisiológico exagerado episódico Frío Fatiga muscular Emoción Fármacos Temblor esencial Enfermedad neurológica Parkinsonismo avanzado Neuropatía periférica Deterioro congitivo Depresión Focalidad neurológica Atención Primaria 61 Enfermedad no neurológica Ansiedad Hipertiroidismo Alcoholismo Deprivación alcohólica Enfermedad de Wilson RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 17. TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON Autores: A. García Muñoz, M. Iglesias Vela, S. Bermejo Lorero y C. Moliner Prada IDEAS CLAVE 1. El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson (EP) se hace por criterios clínicos que son el temblor, la bradicinesia, la rigidez y la inestabilidad postural (han de estar presentes al menos dos de los cuatro). Con estos criterios existe un 20%-25% de falsos positivos. La presencia de dificultad para darse la vuelta en la cama, caminar arrastrando los pies, micrografía, dificultad para levantarse de una silla y dificultad para abrir un tarro, incrementan la probabilidad del diagnóstico de la EP. Nivel de evidencia 3, grado de recomendación C. 2. Además hay otros síntomas menos frecuentes como el deterioro intelectual, la depresión y la disfunción autonómica (estreñimiento, retención urinaria, etc.) y signos como las distonías segmentarias y la acatisia. 3. Los síndromes hipocinético-rígidos, también llamados parkinsonismos secundarios, son indistinguibles hasta en un 25 % de la EP en estadios iniciales, y de ellos hasta el 70% tienen causas farmacológicas (de ahí la importancia de descartarlas siempre en primer lugar). Entre los fármacos parkinsonizantes más frecuentes se encuentran: neurolépticos, litio, antidepresivos tricíclicos, metildopa, antiepilépticos, antagonistas del calcio y etanol. 4. Tras la sospecha diagnóstica es imprescindible realizar una cuidadosa anamnesis y exploración física acompañadas de una analítica completa incluyendo hormonas tiroideas. Si el paciente tiene menos de 50 años se recomienda estudio de ceruloplasmina, cobre en orina de 24 horas y un examen de la córnea con lámpara de hendidura para descartar la enfermedad de Wilson. Derivar al neurólogo para confirmar el diagnóstico y valorar indicación de tratamiento. 5. El tratamiento farmacológico pretende aportar la sustancia deficitaria (dopamina) y disminuir la actividad colinérgica (que aumenta al disminuir la anterior). La elección del fármaco depende de la edad, severidad y predominio sintomático y se realiza mediante: a) Levodopa: asociada a inhibidores de la dopa-decarboxilasa (levodopa/benserazida o levodopa/carbidopa) para evitar efectos secundarios dopaminérgicos periféricos, indicado en pacientes con EP que padezcan compromiso funcional. Con los años se pierden los efectos de la levodopa y puede aparecer resistencia al tratamiento (a los 5 años de tratamiento dos tercios de los pacientes la presentan), situación que mejora con uso de dosis menores a intervalos más frecuentes y/o adición de selegilina o agonistas dopaminérgicos. 62 17. TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON b) Agonistas dopaminérgicos (bromocriptina, cabergolida, lisuride, pergolida). En estadios avanzados de la EP y en monoterapia en inicio. c) Anticolinérgicos (benztropina, biperideno, orfenadrina, prociclidina, trihexifenidilo): útil de inicio si predominio de temblor y rigidez. Evitar uso en > 60 años. d Amantadina. e) Inhibidores de la monoaminooxidasa B (selegilina), útil para iniciar tratamiento en pacientes con síntomas mínimos, sin problemas funcionales. f) Inhibidores de la catecolortometil transferasa (entacapona), útil en especial en pacientes con fluctuaciones motoras que presentan fenómeno de final de dosis. El tratamiento quirúrgico (talamotomía, palidotomía, subtalamotomía, estimulación talámica o subtalámica o trasplantes tisulares) con algunas técnicas aún en fase experimental, puede ser eficaz en determinados pacientes cuando falla el tratamiento farmacológico. 6. El tratamiento de la EP además de farmacológico debe incluir educación sanitaria, medidas rehabilitadoras y apoyo psicológico, siendo fundamental el papel del médico de familia en el control de enfermedades crónicas coincidentes y los efectos secundarios de la medicación. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Calvo E, Minué C, Zabala A. Tratamiento actual de la enfermedad de parkinson. FMC. 1995;303-13. • Goutham R, et al. Does this patien have Parkinson disease? JAMA. 2003;347-53. • Grupo de Estudio de los Trastornos del Movimiento Sociedad Española de Neurología. Enfermedad de Parkinson: conceptos generales. Guías de práctica clínica en la enfermedad de Parkinson. Neurología. 1999;5-13. • Kulisevsky J, Agular M, Calopa M, Marti MJ, Pascual BM. Enfermedad de Parkinson. Guías terapéuticas de la Sociedad Catalana de neurología. Disponible en: www.scn.es/form/guiasterap/parkinson.htm. • Moore AP, Clarke C. Enfermedad de Parkinson. En: BMJ publishing group. Barcelona: Evidencia clínica; 2004. p. 275-277. • López del Val L.J. Tratamiento. Enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento.Continua neurológica. 2004;21-37. 63 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Temblor No Sí ¿Hipocinesia y rigidez? Sí De reposo ¿Fármacos o tóxicos productores? Sí No ¿Fármacos? Suspenderlos y observar evolución Asintomático Sí No Sí Suspensión De actitud Fino No Fisiológico aumentado (ansiedad, hipertiroidismo, beta-adrenérgicos, abstinencia alchohol, cafeína, anfetaminas) Polineuropatía, Enf. cerebral o cerebelosa Esclerosis múltiple Enf. Wilson No Parkinsonismo farmacológico De intención ¿Secundario a otra enfermedad? Grosero ¿Fármacos? Sí Suspensión No ¿Qué predomina? No Temblor esencial ¿Antecedentes familiares? Sí Síntomas extrapiramidales Infecciones, TCE, tumores cerebrales, enf. cerebrovasculares, hipoparatiroidismo, degeneración hepatocerebral adquirida Sí No Parálisis supranuclear progresiva Atrofia multisistémica Demencia Sí Sí No Enf. Alzheimer, Creutzfeld-Jakob, Complejo Parkinsondemencia-ELA Parkinsonismo sintomático No Enf. Wilson, Neuroacantocitosis, Enf. Huntington, Enf., Hallevorden Spatz Idiopático (enfermedad de Parkinson) TCE: traumatismos craneoencefálicos; ELA: esclerosis lateral amiotrófica. 64 18. ALTERACIÓN DE LA AGUDEZA VISUAL OFTALMOLOGÍA 18. ALTERACIÓN DE LA AGUDEZA VISUAL Autores: C. Sanz Rodrigo y F. León Vázquez IDEAS CLAVE 1. La agudeza visual es la capacidad de percibir como distintos dos puntos próximos, esto es, la capacidad de percibir detalles. 2. Se puede confirmar la sensación subjetiva del paciente mediante los optotipos. 3. De la anamnesis obtenemos datos fundamentales: a) Coexistencia de dolor y/u ojo rojo. b) Afectación mono o bilateral. c) Aparición brusca o progresiva. d) Permanencia o desaparición de la pérdida de agudeza. 4. La pérdida de agudeza asociada a dolor nos orienta hacia el mismo diagnóstico diferencial del ojo rojo, incluso antes de que el enrojecimiento se manifieste. 5. Las ametropías (miopía, hipermetropía, astigmatismo) son la causa más frecuente, junto con las cataratas, de pérdida de agudeza visual de forma progresiva en adultos. 6. En las pérdidas progresivas de visión, el saber si son o no bilaterales ofrece escasa ayuda para hacer el diagnóstico diferencial, ya que existen formas uni y bilaterales de todas las patologías descritas. 7. La pérdida brusca y permanente (más allá de 24 horas) de la agudeza visual suele ser unilateral. Exige una revisión del fondo ojo para descartar patología de la retina de origen vascular (oclusión de la arteria o de la vena centrales de la retina), no vascular (desprendimiento) o neuritis óptica. También puede haber afectación vítrea (hemorragia en diabéticos, enfermedad de Eales), o coroiditis. 8. Cuando la pérdida es brusca, permanente y unilateral es menos frecuente la patología ocular bilateral (como la neuritis óptica), y pensaremos en enfermedad de la corteza cerebral occipital, donde reside la visión, o en casos de histeria o simulación. 65 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Cilveti Puche A, Lapeira Andraca M. Alteración de la agudeza visual. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria; 2002. p. 875-8. • Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA). Neuropatías ópticas. Neuritis ópticas. Diagnóstico diferencial de la disminución de visión. Valladolid: Universidad de Valladolid; 2000 [formato electrónico]. Disponible en: www.ioba.med.uva.es/pub/cb-of-12.pdf. • Jiménez Parras R. Diagnóstico diferencial del ojo rojo y disminución de la visión. En: Andrés Domingo ML, et al, editores. Pregrado de Oftalmología. Madrid: Luzán 5;1987.p.409-19. • Vallelado Álvarez AI. Protocolo diagnóstico de la disminución de la agudeza visual. Medicine. 2000;8(24):1253-4. Disponible en: http://db.doyma.es/cgi-bin/wdbcgi.exe/doyma/mrevista. fulltext?pident=14102. 66 18. ALTERACIÓN DE LA AGUDEZA VISUAL Historia clínica y exploración Dolor No dolor Pupila Instauración Miosis irregular Iridociclitis Midriasis media Glaucoma agudo Normal Queratitis Progresiva Brusca Transitoria Unilateral Permanente Bilateral (raro) Amaurosis fugax Agujero estenopeico Duración Unilateral Bilateral No mejoría Fondo ojo (ver “Ideas clave”) Transiluminación Opacidad medios Segundos Edema papila Minutos insuficiencia vertebrobasilar Menos de 1 hora Migraña 67 Mejoría Ametropía Patología de: Córnea Cristalino (catarata, presbicia) Vítreo No opacidad Glaucoma crónico Retinopatía o maculopatía Neuritis óptica y otras patologías del nervio óptico RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 19. DOLOR OCULAR Autores: C. Balboa Esperanza, Y. Hernando Sanz, J. Bueno Lozano y E. Pérez-Peñas Díaz-Mauriño IDEAS CLAVE 1. El dolor ocular abarca un amplio abanico de síntomas, desde el verdadero dolor ocular a la sensación de cuerpo extraño. Las causas del dolor ocular son muy numerosas y variadas (oculares, orbitarias y/o anejos y causas extraoculares o dolor referido). 2. El dolor ocular verdadero puede estar localizado, pero generalmente se irradia a órbita y región frontoparietal homolateral. Por otra parte, el dolor referido se produce por estructuras adyacentes cuya inervación sensitiva procede de la primera rama del trigémino. 3. La dacriocistitis aguda es un cuadro local llamativo. Cursa con dolor, sobre todo a la palpación, edema y eritema. 4. La celulitis orbitaria es un cuadro grave, de etiología infecciosa, generalmente desde los senos paranasales. Cursa con dolor periocular que aumenta con los movimientos y con el simple roce de la zona, exoftalmos, edema palpebral, quemosis conjuntival y alteración de la motilidad ocular y/o visión. 5. Los tumores y la patología vascular orbitaria son cuadros poco frecuentes pero de gravedad considerable. 6. La cefalea refractiva, astenopia o fatiga ocular se manifiesta por punzadas oculares y, a veces, dolor vago o difuso, irradiado a zona frontal y occipital. Se acompaña de contracciones del orbicular, visión borrosa transitoria y congestión ocular. Es consecuencia de la fatiga del músculo ciliar para intentar compensar pequeñas alteraciones refractivas y/o soportar un esfuerzo visual forzado y continuado. 7. En la neuritis óptica el dolor es profundo, unilateral y se intensifica con los movimientos oculares. Hay una pérdida de visión que puede desarrollarse de forma súbita. 8. La arteritis de la temporal cursa con cefalea, polimialgias, velocidad de sedimentación globular muy elevada y a veces asocia una neuropatía óptica anterior que produce disminución de la visión. Responde bien a los corticoides orales. 9. Cuando el dolor ocular se debe a patología del segmento anterior, asocia la tríada sintomática de lagrimeo, fotofobia y blefaroespasmo. Cuando existe edema corneal asocia visión borrosa. 10. El glaucoma agudo se manifiesta por dolor ocular intenso lancinante, pérdida de visión, midriasis media arrefléxica, halos coloreados, hiperemia periquerática y asocia sintomatología vegetativa. 68 19. DOLOR OCULAR 11. La uveítis anterior cursa con dolor ocular intenso pulsátil, miosis, fotofobia, lagrimeo, inyección ciliar y visión borrosa. Se instaura progresivamente en horas. 12. Las lesiones corneales presentan dolor ocular intenso y blefaroespasmo, por ello, para explorar a veces es necesario instilar previamente anestésico tópico, nunca como tratamiento (retrasa la cicatrización). Pueden deberse a queratitis (que suelen afectar también a la conjuntiva: queratoconjuntivitis), cuerpo extraño o erosión corneal. 13. El médico de familia debe derivar al oftalmólogo ante alguno de los signos de alarma: dolor ocular intenso, disminución de la agudeza visual, anomalías pupilares, alteración de transparencia de la córnea, diplopia o alteración de la motilidad ocular y/o falta de respuesta al tratamiento en 48 horas de las siguientes patologías: dacriocistis, conjuntivitis agudas, cuerpos extraños corneales y conjuntivales, abrasiones corneales por traumatismos leves y queratoconjuntivitis agudas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Fontenla JR, Grau M, Martín C, Pita D. Dolor ocular agudo. Jano. 1998;55:44-58. • Honrubia FM. Oftalmología General. Ebrolibro, 2001. • Pastor Jimeno JC. Guiones de Oftalmología. McGraw-Hill; 1999. • Val A. Dolor ocular sin ojo rojo. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 1.ª ed. semFYC. 1998. p. 724-5. 69 70 Valorar afectación corneal Aciclovir pomada y oral Herpes zóster 1.a rama trigémino Sí Cefaleas Migraña Tensionales En racimos Refractiva Neurológica No ¿Asocia lesiones dermatológicas? No ¿Asocia síntomas ORL? Sinusitis Sí Calor seco AB pomada AB oral AINE oral AB tópico No Orzuelo Infl. párpado Dacriocistitis Infl. saco lagrimal Epífora Exploración anejos Sí Neuritis óptica Pupila Glaucoma agudo Midriasis Uveítis Miosis – Celulitis No Oclusión Lágrimas Actínica Lavado Química Ojo seco Retirar Sí No Extracción (lavado o torunda) +AB tópico +oclusión Cuerpo extraño Lesión corneal Secreción + Vascular Quístico AB tópico + midriático + oclusión Erosión corneal Conjuntivitis AINE tópicos Epiescleritis Derivar a OFT Tumores Sospecha patología orbitaria AB tópico Lentes C Infección Queratitis Tinción fluoresceína Sí ↓Agudeza visual Sí Difuso Síndrome orbitario (Inflamación periocular, alteración motilidad y/o proptosis) ORL: Otorrinolaringología; OFT: Oftalmología; AINE: antiinflamatorio no esteroideo; AB: antibiótico. Derivar a OFT Arteritis temporal No Ojo rojo No ¿Existe inflamación periocular? Pulsos temporales presentes Sí ↓Agudeza visual No Focal Dolor ocular RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 20. OJO ROJO 20. OJO ROJO Autores: S. Rizo Martínez, V. Jiménez Guerra y J. M. Gómez Rodríguez IDEAS CLAVE 1. El ojo rojo es un conjunto de entidades que cursan con enrojecimiento de la superficie anterior del ojo, párpados, córnea, conjuntiva, epiesclera, esclera, iris y cuerpo ciliar. 2. El ojo rojo es un elemento acompañante de múltiples afecciones oculares, por lo que antes de adoptar una decisión conviene intentar un diagnóstico del proceso causal. 3. El enrojecimiento puede deberse a la hiperemia de los diferentes plexos vasculares de la superficie anterior del ojo o a la colección de sangre en el espacio subconjuntival que no sigue ningún entramado vascular característico. 4. Inyección conjuntival: afectación del plexo superficial, vasos móviles con ayuda de torunda de algodón, la instilación de vasoconstrictores débiles produce blanqueo. 5. Inyección periquerática: afectación más profunda, vasos no móviles, no desaparece con vasoconstrictores débiles. 6. Tinción corneal con fluoresceína: prueba diagnóstica para valorar alteraciones corneo conjuntivales; colorante naranja que se presenta como verde fluorescente con iluminación con luz azul cobalto, tiñe áreas erosionadas y denudadas del epitelio. 7. Se puede determinar de forma orientativa la presión intraocular (PIO) mediante palpación bidigital del globo ocular bajo el reborde orbitario superior. 8. El dolor debe ser diferenciado de la sensación de cuerpo extraño y picor. La conjuntivitis nunca duele. 9. La visión de halos, aunque a veces surge en la conjuntivitis, suele indicar presencia de edema corneal, ya sea por patología propia de la cornea o secundaria a un aumento de la PIO por glaucoma agudo. 10. La mayoría de las cojuntivitis bacterianas están producidas por Staphylococcus aureus y que responden bien al tratamiento farmacológico habitual. 11. Nunca en un ojo rojo aplicar anestésicos tópicos, prescribir corticoides tópicos de forma continuada, y si se sospecha glaucoma, no dar atropina ni colirios anticolinérgicos. 12. Derivar al oftalmólogo ante: pérdida de agudeza visual, dolor ocular, inyección periquerática, pupilas de tamaño y reactividad anormales, alteraciones corneales, hipertonía del globo ocular. 13. El médico de familia puede tratar, si existe seguridad en el diagnóstico, blefaritis, orzuelos, conjuntivitis alérgica, conjuntivitis bacteriana aguda y viral (estas últimas 71 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA carecen de tratamiento específico), equimosis subconjuntivales. Y será conveniente la valoración del oftalmólogo si no se obtiene mejoría del cuadro en 48-72 horas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Douglas RC , Benjamín CH. The Wills Eye Manual: Office on Emergency Room Diagnosis and Treatment of Eye Diseases. 2.ª ed.: R. Lippicott Company; 1994. • Fernández-Vega L, Villacampa T. Patología inflamatoria del segmento anterior del ojo y de los anejos oculares. Oftalmología: monografías para la formación. Luzán; 1993. p. 7-32. • Kansky JJ. Conjuntiva. En: Oftalmología Clínica. Barcelona: Doyma; 1992. p. 48-65. • Teus M. Ojo Rojo. En: Teus M. Manual básico de Oftalmología para la Atención Primaria; 1996. p. 1-53. 72 73 Serosa Epiescleritis (sectorial o difusa) Sin secreción Control y tratamiento Conjuntivitis vírica Conjuntivitis bacteriana Purulenta Conjuntivitis alérgica (prurito, antecendentes de alergias) Mucosa Con secreción Molestia ocular sin dolor Visión normal Pupila normal Hiperemia conjuntival Blefaritis (sequedad, prurito, escamas adheridas a las pestañas) Asociada a inflamación palpebral Patología corneal (fluorescina +) Queratitis (herpes simple, adenovirus) Úlcera corneal (¿traumatismo?) Abuso de lentes de contacto Cuerpo extraño Pupilas normales Miosis hiporreactiva Derivar al oftalmólgo Glaucoma agudo Dolor ocular intenso Cefalea Visión de halos Náuseas y vómitos Visión disminuida Midriasis media arreactiva Hiperemia periquerática Patología uveal (fluorescina -) Uveítis anterior Molestia ocular con dolor Visión disminuida Hiperemia ocular 20. OJO ROJO RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA OTORRINOLARINGOLOGÍA 21. ACÚFENOS Autores: C. de Miguel Sánchez y A. López Romero IDEAS CLAVE 1. Afecta a un 10%-17% de la población adulta, sobre todo entre 50 y 70 años de edad, sin diferencias por sexos. 2. Su fisiopatología no está aclarada, aunque se piensa que están implicadas varias áreas del sistema nervioso central y periférico, lo que explicaría la distinta percepción del síntoma y la débil respuesta a los diferentes tratamientos. 3. Los acúfenos subjetivos (sólo percibidos por el paciente) y no pulsátiles (no coincidentes con el latido cardíaco, ni con la respiración) son los más frecuentes, y más que de diagnóstico diferencial hay que hablar de asociaciones etiológicas. 4. Un 90% de los pacientes que presentan acúfenos subjetivos tienen problemas otológicos; alteraciones del oído externo: cerumen, otitis externa, osteoma; alteraciones del oído medio: otitis media, otoesclerosis, perforación timpánica; alteraciones del oído interno: síndrome de Ménière, presbiacusia, trauma acústico, barotrauma; alteraciones en el conducto auditivo interno: neurinoma del acústico. Un 33% refieren patología vascular: sordera brusca o apoplejía laberíntica, hipertensión arterial, vasculitis o aterosclerosis. Un 10% se asocian al consumo de fármacos: antiinflamatorios no esteroideos, principalmente ácido acetilsalicílico, ibuprofeno y naproxeno, antibióticos (aminoglucósidos, eritromicina, doxiciclina y minociclina), furosemida y agentes tópicos otológicos (antisépticos, antibióticos y antiinflamatorios). Un 5%-10% presentan patología neurológica: traumatismo craneoencefálico, esclerosis múltiple, jaqueca con aura auditiva, meningitis o crisis del lóbulo temporal. 5. También pueden ser debidos a problemas dentales, trastornos de la articulación temporomandibular, factores metabólicos (hiper-hipotiroidismo, hiperlipidemia, diabetes mellitus, déficit de vitamina B12 y zinc), ansiedad y depresión. No obstante, los más frecuentes son por exposición al ruido y por presbiacusia. La anamnesis se centrará en los antecedentes personales y familiares de interés según el diagnóstico diferencial. 6. La exploración física se dirigirá hacia el área ORL, cuello, exploración cardíaca, neurológica y fondo de ojo. La mayoría de los pacientes con tinnitus presentan además hipoacusia. Las quejas son proporcionales a los síntomas psicológicos y no a la intensidad del sonido. El tinnitus unilateral justifica un estudio riguroso para excluir el neurinoma del acústico. 74 21. ACÚFENOS Es un error frecuente no tomar medidas diagnósticas ni terapéuticas ante este síntoma. 7. Con el tiempo los acúfenos desaparecen o disminuyen significativamente en el 75% de los casos. El 25% persisten, y empeoran en pocos casos, por lo que debemos conocer el grado de repercusión en la calidad de vida del paciente para introducir o no medidas terapéuticas. Aunque las medidas generales pueden ser recomendadas, no existen ensayos clínicos que avalen su efectividad. Si el tinnitus molesta en el silencio, se pueden utilizar los aparatos caseros para enmascarar el ruido, como un ventilador, humidificador o una radio sintonizada entre dos emisoras. 8. Una revisión sistemática encontró evidencia limitada a partir de un ensayo clínico aleatorio pequeño y de corta duración, de que los antidepresivos tricíclicos, nortriptilina 50-150 mg/día y amitriptilina 50-100 mg/día, mejoran los síntomas de la depresión, la puntuación en una escala de discapacidad relacionada con los acúfenos y la audiometría de la intensidad de los ruidos de los acúfenos, pero no mejoraban de manera significativa la gravedad de los mismos. No se encontró evidencia en personas sin síntomas depresivos. 9. No se encontró evidencia suficiente sobre los efectos de las benzodiazepinas, los antiepilépticos, la nicotinamida, la cinarizina, el zinc, el baclofeno, el Ginkgo biloba, la acupuntura, los imanes, la estimulación electromagnética, la hipnosis o el láser de baja potencia. Tan sólo, un ensayo clínico con alprazolam a dosis de 11,5 mg/día demostró mejoría en la calidad de vida de los pacientes más que en la percepción de los acúfenos. Se encontró evidencia limitada de los efectos de la psicoterapia. No existe un tratamiento que sea efectivo en un porcentaje de pacientes como para ser indicado de forma generalizada. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Acúfenos. Guías Clínicas. Fisterra 2002;2(48). Disponible en: URL: www.fisterra.com. • Lockwood AU, Salvi RJ, Burkard RF. Tinnitus. N Engl J Med. 2002; 347(12):904-10. • Tonkin J. More can be done than most GPs think. Aust Fam Physician. 2002;31(8):712-6. • Waddell A, Canter R. Acúfenos. En: Evidencia Clínica. 1.ª ed. Bogotá: Grupo Editorial Legis S.A.; 2002. p. 494-504. 75 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Acúfenos Anamnesis Exploración física Otoscopia patológica Otorrea Tapón de cerumen Cuerpo extraño Otoscopia normal Hemograma Bioquímica Audiometría Si clínica compatible TSH Serología luética Vitamina B12 Derivación si: Acúfenos objetivos o pulsátiles Hipoacusia de conducción sin causa evidente Hipoacusia neurosensorial o mixta Exploración neurológica patológica Acúfenos persistentes de causa desconocida Medidas farmacológicas Si clínica depresiva: Amitriptilina 50-100 mg/día (C) Nortriptilina 50-150 mg/día (C) Medidas generales Evitar ruido intenso sin protección Evitar bebidas alcohólias, con cafeína (café, té, cola) y chocolate No fumar Evitar AINE, AAS y fármacos con cafeína (antigripales) Aparatos caseros para enmascarar el ruido AINE: antiinflamatorio no esteroideo; AAS: ácido acetilsalicílico; TSH: hormona estimulante del tiroides. 76 22. HIPOACUSIA 22. HIPOACUSIA Autores: N. Madroñal Martín y E. Gil Sanz IDEAS CLAVE 1. Entre un 25%-40% de la población mayor de 65 años tiene un déficit de audición, esta prevalencia aumenta hasta el 80% en mayores de 85 años. 2. La hipoacusia del adulto es causa de discapacidad crónica. En el anciano se asocia con aumento de morbilidad (depresión, disminución de la capacidad funcional y aislamiento social), siendo en la actualidad infradiagnosticada e infratratada. 3. El médico de Atención Primaria debe ser el primero en detectar esta alteración, pudiendo tratar algunas de sus causas, y realizar una derivación precoz para las restantes. 4. Anamnesis, otoscopia y acumetría (diapasón) son los elementos diagnósticos con los que cuenta el médico de Atención Primaria. 5. La acumetría permite sospechar si se trata de una hipoacusia de transmisión o conducción (Rinne negativo y Weber lateralizado hacia el oído patológico), o una hipoacusia de percepción o neurosensorial (Rinne positivo y Weber lateralizado hacia el oído sano). 6. Dentro de los problemas frecuentes y abordables en Atención Primaria se encuentra la otitis externa. En pacientes diabéticos e inmunodeprimidos habrá que descartar otitis externa maligna. 7. Precisan derivación a Atención Especializada para completar estudio y/o tratamiento aquellos pacientes con: hipoacusia y otoscopia normal, hipoacusia postraumática, perforación timpánica y mala respuesta al tratamiento. 8. Se derivará para valoración urgente por otorrinolaringólogo toda hipoacusia neurosensorial unilateral súbita, y aquellas causadas por ototóxicos. 9. El interrogatorio sobre dificultades en la audición a pacientes ancianos dentro del programa de actividades preventivas puede detectar pérdidas significativas de la misma (sensibilidad: 83%-90%, especificidad: 71%-75%, nivel de evidencia III). 10. La utilización de audioscopio (combinación de otoscopio y audiómetro simplificado) mejoraría la sensibilidad (87%-96%) y especificidad (70%-90%) de la deteción con nivel de evidencia III, grado de recomendación B. 11. Dentro de las medidas de prevención de la hipoacusia, el fomento y desarrollo de los Programas de Protección de la Audición y Control del Ruido presentan un grado de recomendación A y nivel de evidencia II-2. 12. En la actualidad se están valorando distintos métodos de screening para esta patología: “The screening for Auditory Impairment which Hearing Aids Test Trial: Wispered Voice Test y Hearing handicap Inventory for the Elderly-Screening (HHIE-S)”. 77 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Yueh B, Shapiro N, MacLean CH, Shekelle PG. Screening and management of adult hearing loss in primary care: scientific review. JAMA. 2003;289:1976-85. • Patterson C. Prevention of hearing imparment and disability in the elderly. Canadian Task Force on Preventive Health Care. 2003. • Bogardus ST, Yueh B, Shekelle PG. Screening and management of adult hearing loss in primary care: clinical applications. JAMA. 2003;289: 1986-990. • Thomassin JM, Paris J. Stratégie diagnostique devant une surdité de l’adulte. Encycl Méd Chir, Oto-rhinolaryngologie 2002;20-181-A-10:6p. 78 22. HIPOACUSIA Patológica Alteración en OE Patología infecciosa Otitis externa Hipoacusia del adulto Anamnesis Otoscopia Alteración en OM Tímpano íntegro: Miringitis OMA OS Obstrucción del CAE Cerumen Cuerpo extraño Tímpano perforado OMC/colesteatoma Barotrauma Tumores Malformaciones Tratamiento en Atención Primaria Mejoría EpS No mejoría Derivar a Atención Especializada Hipoacusia de transmisión Hipoacusia de percepción Acumetría (diapasón) Normal OE: oído externo; OM: oído medio; CAE: conducto auditivo externo; OMA: otitis media aguda; OS: otitis seromucosa; OMC: otitis media crónica; EpS: educación para la salud. 79 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 23. OTALGIA Autores: S. Núñez Isabel, J. Sánchez Lainez y J. Mainka IDEAS CLAVE 1. Importante: ante clínica de otalgia, primero realizaremos la palpación preauricular en el trago. Si es dolorosa (signo de trago +), sugiere patología del conducto auditivo externo. Si además la otoscopia es imposible, por el estenosamiento del conducto o por el dolor que produce al paciente, diagnosticamos otitis externa aguda. En este caso no es fundamental la visualización del tímpano. El tratamiento antibiótico es tópico, a no ser que sospechemos otitis externa maligna. 2. Sospechar otitis externa maligna en inmunodeprimidos, ancianos, diabéticos. 3. De rutina palpar la región retroauricular: mastoides. Si está inflamada, dolorosa a la palpación y/o se borra el pliegue cutáneo del pabellón con la piel, de la región mastoidea (mastoidismo positivo), debemos derivar al paciente a Urgencias para descartar mastoiditis aguda. 4. Otalgia referida: supone aproximadamente el 50% de los casos. A considerar: a) Neuralgias: pares craneales implicados V, VII, IX y X. b) Patología cervical. c) Patología dentaria. d) Disfunción de la articulación temporomandibular: dolor en la masticación. e) Faringoamigdalitis. f) Parotiditis, sialoadenitis. g) Enfermedad de la mucosa oral. h) Tumores de la esfera de Otorrinolaringología. Descartar cáncer de cavum en otitis media secretora del adulto. 5. Derivar con carácter urgente ante sospecha de complicaciones de otitis media aguda: mastoiditis, meningitis, tromboflebitis del seno lateral, abscesos, etc. 6. Pautar antibioterapia en otitis media aguda en niños pequeños (menores de 2 años) y si en 72 horas no mejora el proceso valorar cambio del antibiótico o realizar timpanocentesis. 7. La otitis media aguda que supura espontáneamente suele suponer el comienzo de la mejoría. La perforación timpánica espontánea cicatriza en pocas semanas, pautar antibiótico tópico no ototóxico y valorar el tímpano a las 3-4 semanas. Si persiste la perforación, derivar al ORL con carácter normal. 8. En los casos donde se precise analgésicos hay que valorar pautar antiinflamatorios no esteroideos, si no existen contraindicaciones. 80 23. OTALGIA 9. No se debe pautar antibioterapia tópica de forma injustificada para evitar sobreinfección micótica, resistencias y eczema del conducto auditivo externo. 10. Interrogar sobre el uso de bastoncillos y prohibirlo, fundamentalmente en pacientes con eczema en el conducto auditivo externo y/u otitis externa de repetición. 11. Considerar el diagnóstico de colesteatoma en otorrea fétida más perforación timpánica. 12. El herpes zóster ótico (síndrome de Ramsay-Hunt) se manifiesta como otalgia intensa que puede preceder a la aparición de lesiones vesiculosas en el pabellón auricular (sólo concha y fosita navicular), conducto auditivo externo y tímpano; puede asociarse a parálisis facial. Precisa tratamiento con aciclovir oral o derivados. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Estopa Dueso J. Dolor de oído y otorrea. En: Espinás Boquet J, et al, editores. Guía de Actuación en Atención Primaria. Barcelona: EdiDE; 2002. p. 125-30. • González Saavedra I. Otalgia. FMC. 1998;5 Supl 9:45-54. • Llor C, et al. Terapéutica de las infecciones de las vías aéreas altas. En: Guía semFYC. Recomendaciones en el uso de antimicrobianos en Atención Primaria. Barcelona: EdiDe; 2001. p. 9-30. • Molina Blanco A, López Amado M. Otitis y otalgias en Atención Primaria. En: López Amado M, et al, editores. Diagnóstico y tratamiento de la patología ORL en Atención Primaria. Barcelona: Masson; 2000. p. 15-30. 81 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Otalgia Otoscopia alterada No Otalgia referida Sí CAE alterado Tímpano alterado Tímpano hiperémico Abombado y/o fiebre OMA Bullas hemáticas Síndrome gripal Miringitis bullosa OMA secretora Analgésicos Actitud expectante ATB oral Analgésicos Inflamación Otorrea serosa OE difusa Antisépticos/ ATB tópico + analgésicos Forúnculo Otorrea purulenta OE circunscrita ATB oral + analgésicos y/o drenaje Masas con micelios Prurito Vesículas costras y/o descamación Otomicosis Antimicóticos tópicos y/o aspiración Eczema Medidas higiénicas + corticoides tópicos CAE: conducto auditivo externo; OE: otitis externa; OMA: otitis media aguda; ATB: antibiótico. 82 Tímpano opaco Burbujas o nivel líquido Tejido de granulación Otorrea fétida OE maligna Ingreso hospitalario Tapón de cerumen 24. RINITIS 24. RINITIS Autores: D. Caballos Villar, J. Hernández Núñez, A. Armisén Gil y M. C. Seijas Ruiz-Coello Resumen de eficacia de los fármacos sobre síntomas de rinitis Estornudos Rinorrea Obstrucción Anosmia Antihistamínicos +++ ++ +/- - Cromonas ++ + + +/- Corticoides sistémicos + + +++ ++ Corticoides tópicos +++ ++ ++ ++ Anticolinérgicos - ++ - - IDEAS CLAVE 1. Rinitis infecciosa: aguda inespecífica o coriza común/rinitis crónicas específicas (diftérica, sifilítica, tuberculosa). 2. Rinitis colinérgica o vasomotora: etiología inespecífica/obstrucción nasal alternante, estornudos ocasionales y en salvas, prurito intenso en crisis, rinorrea profusa y gran influencia de factores ambientales/tratamiento: corticoides tópicos. 3. Rinitis farmacológica: aspirina, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), anticonceptivos orales, vasoconstrictores nasales. 4. Rinitis hormonal: ciclo menstrual, pubertad, embarazo, hipotiroidismo, acromegalia. 5. Rinitis crónica inespecífica: a) Rinitis crónica simple: presencia de factores favorecedores de la infección que mantienen la inflamación constante de la mucosa: anatómicos (desviaciones septales, hipertrofia adenoidea), físico-químicos (humos, tabaco, drogas inhaladas, sequedad ambiental, exposición continuada al frío), medicamentosos (vasoconstrictores nasales). Clínica: obstrucción nasal alternante que evoluciona a constante y bilateral, rinorrea espesa. A veces, anosmia, rinolalia, cefalea y faringitis. Tratamiento: corrección de factores predisponentes/lavados nasales con suero salino/antihistamínicos y/o mucolíticos/vasoconstrictores tópicos durante cortos períodos de tiempo. b) Rinitis crónica hipertrófica: evolución de la forma simple. Mala respuesta a tratamiento. En ocasiones cirugía otorrinolaringológica. 83 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA c) Rinitis crónica atrófica: origen desconocido, se relaciona con inmunodepresión, carencias nutricionales, infección (Klebsiella ozaenae) y secundaria a cirugía ORL. Más frecuente en sexo femenino y pubertad. Clínica: obstrucción nasal por presencia de costras amarillo-verdosas en mucosa. Tratamiento: lavados con suero salino fisiológico (SSF), cremas hidratantes con vitamina A/en ocasiones cirugía ORL. 6. Rinitis intrínseca: frecuente relación con asma bronquial control neumológico. espirometría y valorar BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Clement P. Allergic and non-allergic rhinitis.Clinical aspects. WB Saunders; 1993. p. 58-65. • International consensus report on diagnosis and management of rhinitis. International rhinitis management group. Allergy. 1994;49 Suppl 19:1-34. • Rodríguez Mosquera M. Rinitis alérgica. Inf Ter Sist Nac Salud. 2000; 24:1-8. • Urbal KR. Overview of diagnosis and management of allergic rhinitis. Prim Care. 1998;25(3): 649-62. 84 24. RINITIS Paciente con insuficiencia respiratoria nasal Unilateral Bilateral Causa mecánica (Anatómica, cuerpo extraño) No alternante Alternante Causa variable Anamnesis y exploración Causa en mucosa ¿Estornudos en salvas? ¿Prurito y rinorrea acuosa? ¿Tos recurrente? No Rinitis no alérgica Sí ¿Predomina obstrucción nasal? ¿Hidrorrea intensa? ¿Estornudo ocasional? ¿Hipersensibilidad ambiental? Rinitis alérgica Sí Tratamiento Rinitis intrínseca Tratamiento Otras rinitis Infecciosa Colinérgica Por fármacos Por alimentos Hormonal Crónica Tratamiento Control ambiental (siempre) Tto. profiláctico y/o sintomático Si persisten síntomas { Antihistamínicos/corticoides tópicos Descongestionantes tópicos Anticolinérgicos tópicos Derivar consulta ORL ORL: Otorrinolaringología. 85 Etiológico No mejoría clínica RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 25. VÉRTIGO Autores: P. Rodríguez Almagro, V. del Saz Moreno y M. A. García Pérez IDEAS CLAVE 1. Definición de vértigo: ilusión de movimiento, normalmente rotatorio, del paciente o de los objetos que le rodean. 2. Es imprescindible realizar en todos los casos una buena anamnesis y exploración física, que incluya otoscopia, valoración del nistagmo y examen neurológico completo si se quiere realizar una adecuada orientación diagnóstica. 3. La presencia de inestabilidad importante, nistagmo que cambia de dirección y manifestaciones vegetativas leves orientan al diagnóstico de vértigo de origen central, mientras que una inestabilidad moderada, nistagmo unidireccional con o sin componente rotatorio e importantes manifestaciones vegetativas son más características del vértigo de origen vestibular o periférico. 4. En Atención Primaria las causas más frecuentes son el vértigo paroxístico posicional benigno (VPPB), la neuronitis vestibular y la enfermedad de Ménière, aunque siempre han de ser tenidas en cuenta causas de origen vascular y neurológico (Nivel de evidencia 1b). 5. Los agentes tóxicos que pueden afectar con frecuencia al sistema vestibular incluyen el alcohol y fármacos como aminoglucósidos, salicilatos, furosemida y cisplatino. 6. La maniobra de Dix-Hallpike explora la presencia de nistagmo posicional. Su valor predictivo positivo es del 83% y su valor predictivo negativo del 52% para el diagnóstico de VPPB (Nivel de evidencia 1b). Se considera nistagmo posicional típico al que aparece tras unos segundos de latencia, dura entre 2 y 30 segundos, y va agotándose en sucesivos intentos. 7. La maniobra de Epley para VPPB es un tratamiento seguro y efectivo aunque sólo dos ensayos controlados y con escaso tiempo de seguimiento sustentan esta conclusión (Grado de recomendación A. Nivel de evidencia 1a). Las contraindicaciones de la maniobra de Epley son: cardiopatía inestable, estenosis carotídea severa y cervicopatía importante. 8. En general el tratamiento farmacológico sintomático de episodios agudos de vértigo no debe ser superior a 3 días ya que períodos más prolongados suprimen el feedback para el desarrollo de mecanismos de compensación y pueden reducir la efectividad de la rehabilitación vestibular. Diversos estudios apoyan la utilización de sulpiride como tratamiento de elección para episodios agudos de vértigo de cualquier etiología (Grado de recomendación A.1a). 9. No hay suficiente evidencia sobre la efectividad de la betahistina para reducir la frecuencia y severidad de los ataques en el tratamiento de la enfermedad de Ménière. (Grado de recomendación D. Nivel de evidencia 5). 86 25. VÉRTIGO 10. Tanto el VPPB como la neuronitis vestibular son diagnósticos clínicos, por lo que es necesario descartar otras patologías. Ante una evolución tórpida o atípica de los mismos habrá que descartar causas vasculares, que se presentan hasta en un 25% de los casos con vértigo como síntoma aislado. 11. En caso de vértigo con afectación auditiva habría que pensar en las siguientes posibilidades: laberintitis bacteriana (cuadro febril; derivación urgente para valoración otorrinolaringológica [ORL], Ramsay-Hunt (zóster que afecta a VIII par junto con otros pares vecinos; lesiones herpéticas en pabellón auditivo; valorar derivación a ORL para tratamiento con antiherpéticos y corticoides), ictus del VIII par (poco frecuente; valorar si hay factores de riesgo cardiovascular), afectación tóxica del VIII par (aminoglucósidos, ácido acetilsalicílico, etc.; retirar tóxicos, observación), laberintitis serosa (concomitante con viriasis respiratoria; tratamiento sintomático, observación), Ménière (crisis de repetición, con sensación de plenitud auditiva; a descartar neurinoma del acústico; derivación a ORL) y neurinoma del acústico u otros tumores del ángulo pontocerebeloso (derivación a ORL/ neurología en caso de sospecha, o de haber descartado las demás causas). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Hanley K, O’Dowd T., Symptoms of vertigo in general practice: a prospective study of diagnosis. Br J Gen Pract. 2002; 52: 809-12. • Hilton M, Pinder D. The Epley (canalith repositioning) manoeuvre for benign paroxysmal positional vertigo (Cochrane Review). Oxford. The Cochrane Library; 2002. Issue 4. • James AL, Burton MJ. Betahistine for Meniere’s disease or síndrome (Cochrane Review). Oxford. The Cochrane Library; 2002. Issue 4. • Hanley K, O’Dowd T, Considine N. A systematic review of vertigo in primary care. Br J Gen Pract. 2001; 51: 666-71. 87 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Diagnóstico del vértigo Vértigo Sí ¿TCE reciente no valorado? No Vértigo posicional paroxístico Sí ¿Curso paroxístico No por cambios posicionales, asintomático en reposo? No ¿Afectación auditiva? Sí No No ¿Duración < 1 hora? ¿Síntomas y Sí signos de focalidad neurológica? Afectación laberíntica o del VIII par ¿Factores de riesgo cardiovascular? Sí ¿Asociación con cefalea migrañosa? Tratamiento sintomático Migraña basilar Sí ¿Conocida? Probable Sí fístula ¿Antecendente perinlinfática de TCE, barotrauma, cirugía otológica o Derivación colesteatoma? ORL No No Sí Epilepsica ¿Conocida? No ¿Con crisis comicial? Sí Tratamiento ¿Desencade- No nante claro? No Sí No ¿Antecendente Sí de esclerosis múltiple o vasculitis? Derivación para valoración neurológica urgente No Sí Trastorno de pánico Sí Neuritis tóxica Corrección No Probable NEURONITIS VESTIBULAR Suspender observación ¿Maniobra Dix-Hallpike? Típico ¿Tóxicos? No Atípico AIT, migraña sin dolor o epilepsia Probable VÉRTIGO POSICIONAL PAROXÍSTICO BENIGNO No Sí Sí ¿Criterios DSM-IV? Posible patología neurológica central: Isquemia de territorio vertebrobasilar (ACVA-AIT), traumática, complicación tumoral (neurinoma del VIII par, cerebelo), epilepsia, esclerosis múltiple Tratamiento sintomático Respuesta a maniobras liberadoras Derivación para valoración ORL Negativa ¿Mejoría 48 h? No Positiva Sí Seguimiento. Valorar VSG y serología lúes Reevaluación. Derivación para valoración neurológica urgente (descartar infarto cerebeloso) Seguimiento TCE: traumatismo craneoencefálico; ACVA: accidente cerebrovascular agudo; AIT: accidente isquémico transitorio; ORL: otorrinolaringología; VSG: velocidad de sedimentación globular. 88 26. ACTITUD ANTE EL ESTREÑIMIENTO GASTROENTEROLOGÍA 26. ACTITUD ANTE EL ESTREÑIMIENTO Autor: J. R. Bordallo Huidobro IDEAS CLAVE 1. El 26% de los varones y el 34% de las mujeres mayores de 65 años padecen de estreñimiento y al menos el 75% de los pacientes ingresados en residencias geriátricas u hospitalizados. 2. Se considera la existencia de estreñimiento funcional cuando al menos existen dos de los siguientes síntomas durante por lo menos un año sin toma alguna de laxantes: a) Sensación de esfuerzo considerable en al menos el 25% de las ocasiones. b) Heces duras en al menos el 25% de las ocasiones. c) Sensación de evacuación incompleta en al menos el 25% de las ocasiones. d) Menos de dos movimientos intestinales a la semana. 3. Conviene destacar como preguntas clave: duración del proceso, hábitos higiénicosdietéticos, presencia de dolor abdominal, sangre o estrechamiento de las heces, síntomas constitucionales y toma de medicación. La exploración física debe ser completa e incluir el tacto rectal. En la analítica general puede ser aconsejable la realización de sangre elemental, calcio, potasio, glucosa, creatinina y hormona estimulante del tiroides (TSH). 4. Entre las causas de estreñimiento de tipo general se encuentran: diabetes, hipercalcemia, hipotiroidismo, enfermedad de Parkinson, accidentes cerebrovasculares agudos (ACVA), depresión, etc. Sin embargo, la mayoría de los casos de estreñimiento de larga evolución son debidos a trastornos funcionales de la motilidad y al uso de medicamentos astringentes. 5. Los medicamentos más a tener en cuenta son: analgésicos opioides, antiinflamatorios, antiácidos con calcio o aluminio, hierro, antidepresivos tricíclicos, litio, sedantes, bloqueantes del calcio (especialmente verapamil), diuréticos y pseudoefedrina. 6. Causas de estreñimiento local pueden ser: fisuras, hemorroides trombosadas, rectocele, estenosis y tumores. 7. La rectosigmoidoscopia debería ser realizada a todo paciente con estreñimiento reciente sin una causa obvia. Incluso si se identifica un proceso benigno, el colon debe ser examinado porque un cambio en los hábitos de la deposición puede ser causado por una neoplasia oculta. 89 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 8. La evaluación estructural del colon es especialmente aconsejable a partir de los 50 años. La colonoscopia o la rectosigmoidoscopia más el enema opaco son suficientes para excluir las lesiones concretas como causa de estreñimiento. 9. Debe aconsejarse al paciente una dieta rica en fibra, realizar la deposición 5-10 minutos después de la comida para aprovechar el efecto gastrocólico, favorecer el ejercicio físico (15-20 minutos al menos dos veces al día) y beber al menos 1,5 litros de agua (ocho vasos). Existe evidencia epidemiológica de que una dieta rica en fibra disminuye el estreñimiento, la diverticulosis y el cáncer colorrectal. Si no hay mejoría añadir agentes formadores de masa. 10. Se puede recurrir a preparados comerciales de fibra (Plantago ovata, salvado, etc.). Se trata de agentes formadores de masa. Son coloides hidrófilos que incrementan el bolo intestinal favoreciendo el peristaltismo. Son el grupo de laxantes más recomendable en tratamiento prolongado. Si no hay mejora añadir laxantes osmóticos. 11. Los laxantes osmóticos (lactulosa, etc.) son útiles en el estreñimiento crónico cuando las anteriores medidas no son suficientes. En cualquier caso, cada categoría de laxantes debería probarse al menos durante un mes para determinar su eficacia. En casos puntuales podrían añadirse reblandecedores de heces por vía rectal (enemas, bisacodilo rectal, etc.). El uso de laxantes estimulantes de forma crónica debe de ser desaconsejado de manera determinante. Si no hay mejoría derivar al especialista del aparato digestivo. 12 . En dicha especialidad debería contemplarse la posibilidad de realizar estudios complementarios como tránsito gastrointestinal, manometría anorrectal y ecografía en las personas mayores de 50. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Hert M, Huseboe J. Management of constipation. National Guideline Clearinghouse. Disponible en: www.guidelines.gov. • Leal JC, Castaños R, Saavedra P, et al. A06 laxantes. Medimecum: Guía de Terapia Farmacológica; 2002. p. 64-71. • Locke GR, Pemberton JH, Philips SF. American Gastroenterological association medical position estatement: guidelines on constipation. Gastroenterology. 2000;119 (6):1761-6. • Schaefer DC, Lawrence JC. Constipation in the Elderly. American Family Physician, 1998. Disponible en: www.aarp/98091/sap/schaefer.num. 90 26. ACTITUD ANTE EL ESTREÑIMIENTO ¿Padece el anciano de estreñimiento? Sí Historia y exploración física ¿Existe depresión? Sí Incrementar ejercicio y usar antidepresivos no astringentes (p. ej. ISRS) ¿Está tomando medicamentos astringentes? Sí No Sí Retirarlos o cambiarlos ¿Padece de trastornos anorrectales? Iniciar tratamiento específico No Sí Colonoscopia o rectosigmoidoscopia + enema opaco ¿Existen alteraciones metabólicas? (diabetes, hipercalcemia, hipotiroidismo, etc.) Sí Realizar tratamiento local ¿Ha comenzado recientemente con sangrado rectal o dolor? No Resultado anormal Rectosigmoidoscopia Resultado anormal Tratamiento específico ISRS: inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. 91 Resultado normal Iniciar medidas higiénico-dietéticas RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 27. DIARREA CRÓNICA Autores: L. Escobar y Álvaro, I. Miguel Calvo y M.J. López Higueras IDEAS CLAVE 1. Se define diarrea crónica como aquella que dura más de 4 semanas con aumento en la frecuencia (más de 3 veces al día) y cambio en la consistencia (más de 200 g al día). 2. Las causas más frecuentes en Atención Primaria son: consumo de fármacos (laxantes, etc.) y otras sustancias, factores dietéticos, infecciones, enfermedad inflamatoria intestinal, carcinoma de colon y especialmente el síndrome del colon irritable. 3. En la historia clínica hay que reseñar viajes exóticos, dieta, fármacos, hábitos sexuales, antecedentes de endocrinopatías y estado emocional del paciente. 4. Para el diagnóstico etiológico es importante diferenciar entre los procesos de localización colónica y los situados en el intestino delgado. 5. En la diarrea cuyo origen es el intestino delgado, a diferencia de la de origen colónico, las heces son de gran volumen, color claro, con mal olor y pueden aparecer partículas de alimento o gotas de grasa. 6. Una diarrea de instauración brusca, continua, de preferencia nocturna, con pérdida de peso y elevación de la velocidad de sedimentación globular es sugestiva de organicidad, 7. Las pruebas diagnósticas se solicitarán según sospecha etiológica y origen de la diarrea (intestino delgado o grueso). 8. El tratamiento de base consiste en la corrección del desequilibrio hidroelectrolítico y déficit nutricional si existiese. 9. Los ensayos terapéuticos son una buena opción cuando existe un alto grado de sospecha sobre la etiología, pero es difícil confirmarla. 10. La loperamida, difenoxilato y la codeína no deben utilizarse en diarreas infecciosas, colitis ulcerosa, diarreas secundarias a antibioterapia, niños menores de 2 años y embarazadas. 92 27. DIARREA CRÓNICA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • AGA Govening Borrad. American Gastroenterological Association medical position statement: Guidelines for the evaluation and management of chronic diarrea. Gastroenterology. 1999;116:1461-3. • Cano Martínez S. Diarrea crónica [en línea] [8-1-2002] Disponible en: www.fisterra.com/guias2/ diarrea.htm. • Fine KD, Schiller LR. AGA technical review on the evaluation and management of chronic diarrhea. Gastroenterology. 1999;116:1464-86. • Miguel Calvo I, García Paredes J. Diarrea crónica. En: Herrerías Gutiérrez JM, Amador Romero FJ, editores. Gastroenterología y Hepatología. 1.ª ed. Madrid: Aula Médica SL; 2002. p. 175-86. 93 94 Suprimir fármacos o sustancias Colonoscopia, enema opaco Determinar hormonas tiroideas Hipertiroidismo Dieta Libre de lactosa, prueba de H2 de aliento Déficit de lactasa + Enteropatía difusa Sí Normal Patología biliar o pancreática Sobrecrecimiento bacteriano Sí Colon irritable Sí Normal TAC, ECO, PFP Normal No Prueba de Schilling No No Intestino grueso Enema opaco y/o colonoscopia +/biopsia Diagnóstico Origen de la diarrea D-Xilosa +/grasa en heces - Tránsito gastrointestinal Intestino delgado Endoscopia + biopsia Coprocultivo Viaje a zona endémica No Prueba de H2: prueba de hidrógeno en aliento; TAC: tomografía axial computarizada; PFP: pruebas de función pancreática; ECO: ecografía; VSG: velocidad de sedimentación globular. Abuso de laxantes otros fármacos o sustancias Ca. Colon o sangre en heces Sí Sospecha etiológica Hemograma Bioquímica VSG Análisis de heces Anamnesis Exploración física Diarrea crónica RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 28. DOLOR ABDOMINAL AGUDO 28. DOLOR ABDOMINAL AGUDO Autores: M. A. Gómez Mateos, G. Sabugal Rodelgo y M. Jimeno Rodríguez IDEAS CLAVE 1. El dolor abdominal agudo puede ser debido a entidades simples relativamente triviales o a enfermedades graves que precisan una actuación urgente. 2. Si un paciente con dolor abdominal agudo presenta inestabilidad hemodinámica se debe tratar de estabilizar y derivar a un hospital de forma urgente. 3. No se debe administrar analgesia a un dolor abdominal hasta aclarar el origen del cuadro. 4. La sospecha clínica y la exploración son la base del diagnóstico del abdomen agudo. 5. Los signos exploratorios abdominales de irritación peritoneal son los que tienen mayor sensibilidad y valor predictivo positivo en el diagnóstico de abdomen agudo. 6. La exploración pélvica y rectal cuidadosa es imprescindible en todo dolor abdominal. 7. Varios procesos extra-abdominales pueden presentarse clínicamente como dolor abdominal referido. 8. El dolor abdominal visceral (origen en vísceras abdominales o torácicas) es sordo y mal localizado. 9. El dolor abdominal parietal (origen en peritoneo) suele ser agudo, intenso y bien localizado, se agrava con la tos, los movimientos, la palpación y obliga al enfermo a la quietud. Produce contractura refleja de la musculatura abdominal en la zona afecta. 10. Ante un dolor en epigastrio en paciente con enfermedad coronaria previa o con sospecha clínica debe realizarse un electrocardiograma para descartar patología coronaria. 11. Las enfermedades metabólicas producen un dolor abdominal que puede simular cualquier otro proceso de origen intraabdominal. 12. Una mujer embarazada con dolor abdominal debe ser valorada por un ginecólogo. 13. Si existe sospecha de embarazo en una mujer con dolor abdominal agudo debe ser derivada a urgencias si no se puede confirmar la gestación en Atención Primaria. 14. La clínica y las alteraciones analíticas en un abdomen agudo quedan establecidas unas 6 horas después del comienzo del cuadro. 95 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 15. El tratamiento quirúrgico de un abdomen agudo no debería demorarse más de 12-24 horas por el mayor riesgo de complicaciones, por lo que el período de observación sin analgesia no debe superar nunca este tiempo. 16. Los ancianos y los niños tienen predisposición a presentar formas oligosintomáticas que retrasan el diagnóstico y el tratamiento del abdomen agudo. 17. Existen cuadros clínicos como la pancreatitis, enfermedad de Crohn activa, etc., que aunque no se presentan como abdomen agudo deben ser también derivados a un hospital para ingreso de forma urgente. Si el cuadro de dolor abdominal persiste sin diagnóstico se debe vigilar su evolución y tratar de filiar lo antes posible. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Álvarez Sánchez JA, Fernández Lobato R, Marín Lucas J, Gil López JM, Moreno Azcoita M. Validez diagnóstica de los signos y síntomas que definen el diagnóstico de apendicitis aguda. Gastroenterol Hepatol. 1997; 20(1):11-6. • Clinical policy: critical issues for the initial evaluation and management of patients presenting with a chief complaint of nontraumatic acute abdominal pain. Ann Emerg Med. 2000;3 (4):406-15. • Pujol Farriols R, Vilar Puig L. Patología digestiva. En: Atención Primaria. Conceptos, organización práctica clínica. 4.ª ed. Harcourt-Brace; 1999. p. 1271-4. y • Silen W. Abdominal pain. En: Harrison’s Principles of Internal Medicine. 15th ed. New York: Mc Graw-Hill; 2001. p. 67-70. 96 28. DOLOR ABDOMINAL AGUDO Dolor abdominal agudo Estabilidad hemodinámica Sí No Anamnesis Examen físico Medidas de soporte Irritación peritoneal Sí No Abdomen agudo Gestación Sí No Confirmada o sospecha Hemiabdomen superior Sí No ECG Diagnóstico etiológico Isquemia No Normal Sí Criterios de ingreso Sí Observación sin analgesia No Tratamiento médico Irritación peritoneal Derivación hospitalaria Resolución Dolor abdominal a filiar ECG: electrocardiograma. 97 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 29. EPIGASTRALGIA Autores: L. Ayerbe García-Monzón, E. González López, I. López Larrayoz y J. Ezquerra Gadea IDEAS CLAVE 1. Aunque la mayor parte de los pacientes con dolor epigástrico tiene patología de origen digestivo, hay que pensar siempre en otras posibilidades (cardiopatía isquémica, dolor osteomuscular, neuralgia, etc.). 2. En pacientes con dispepsia, menores de 55 años y sin signos de alarma (pérdida de peso, masa palpable, vómitos, hemorragia digestiva, disfagia) no es necesaria la realización de una endoscopia en principio (B*). 3. El tratamiento con inhibidores de la bomba de protones (IBP) es eficaz en la mejora de los síntomas de la dispepsia (A*). No hay estudios concluyentes que muestren que los IBP son más eficaces que los anti- H2 (B*). El tratamiento sintomático es la medida más coste-efectiva en pacientes con dispepsia (B*). 4. A los pacientes con dispepsia y uno o más signos de alarma se les debe hacer una endoscopia (B*). 5. La endoscopia es la prueba de elección en la exploración del tracto digestivo superior y la de más rendimiento diagnóstico (B*). Una endoscopia con resultado negativo nos permite diagnosticar una dispepsia funcional (A*). 6. Todos los pacientes con úlcera duodenal, y los que tengan úlcera gástrica e infección demostrada por Helicobacter pylori, deben recibir tratamiento erradicador (A*). 7. La prueba no invasiva de elección para detectar infección por H. pylori es la prueba de urea C13 (B*). 8. El tratamiento erradicador de primera línea debe hacerse con amoxicilina (metronidazol en caso de alergias), claritromicina e IBP durante 7 días. El tratamiento de segunda línea se debe hacer con subcitrato de bismuto, metronidazol, tetraciclinas e IBP durante 7 días (B*). 9. No es necesaria la endoscopia de control a pacientes con úlcera de duodeno que evoluciona bien (B*). 10. La dispepsia funcional mejora con IBP y con anti-H2 (B*). No hay estudios concluyentes sobre el beneficio en estos pacientes tratados con procinéticos (B*). La terapia psicológica produce alguna mejoría en estos pacientes (C*). 98 29. EPIGASTRALGIA *Grado de recomendación según la calidad, el número y la adecuación de los estudios en los que se basa. A: grado más alto de recomendación, imperativo, extremadamente favorable. B: grado de recomendación favorable pero no imperativo. C: recomendación favorable pero no conclusiva. D: ni recomienda ni desaprueba la intervención. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bonfill Cosp X. Ferrándiz Santos J, Mascort Roca JJ, Marzo Castilleja M, Piqué Badía JM, editores. Guía de Práctica Clínica de Dispepsia, 2001. Disponible en: www.guiasgastro.net. • Delaney BC, Moayedi P, Forman D. Initial management strategies for Dyspepsia (Cochrane review) From The Cochrane Library, Issue 2. Oxford: Update Software, 2003. • Moayedi P, Soo S, Deeks J, Delaney B, Inmes M, Forman D. Pharmacological Interventions for non-ulcer dyspepsia (Cochrane review) En: Cochrane library, Issue 2. Oxford: Update software, 2003. • Sans Cuffi M, Soriano Izquierdo A. Protocolo Diagnóstico de la Dispepsia. Medicine. 2000:8(2):89-92. 99 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Valorar neumonía Valorar neuralgia radicular Paciente con epigastralgia Valorar dolor osteomuscular Valorar cardiopatía isquémica Valorar origen digestivo ¿Abdomen agudo? Valorar dispepsia Derivar a Urgencias ¿Fármacos gastroerosivos? Suspender y Tto con omeprazol Sí No No mejoran ¿Edad? Menor de 55 años Mayor de 55 años Sí ¿Vómitos, disfagia, hemorragia digestiva, masa, disminución de peso? Úlcera gástrica Neoplasia No Prueba rápida de ureasa Tto. con ranitidina u omeprazol Mejoría Seguimiento + – No mejora Prueba del aliento, Urea C13 – Tto erradicador Sin lesión orgánica Endoscopia + Úlcera duodenal ¿Complicada o recurrente? Sí No Tto erradicador Tto erradicador Endoscopia de control en 8-12 semanas No mejora Repetir tto No mejora No mejora Mejoría Seguimiento Repetir tto erradicador No mejora Mejoría Seguimiento No mejora Dismotilidad, RGE, dispepsia funcional Procinéticos, ranitidina u omeprazol Derivar a Digestivo RGE: reflujo gastroesofágico. 100 30. DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO DE LA INCONTINENCIA URINARIA UROLOGÍA 30. DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO DE LA INCONTINENCIA URINARIA Autores: M. D. Sánchez Sánchez, E. Alonso Sandoica, C. Fouz López y A. J. Caballero Gallego IDEAS CLAVE 1. La incontinencia urinaria (IU) es un problema prevalente, que puede afectar de forma importante a la calidad de vida de quien la padece, y se prevé que aumente en los próximos años. La Atención Primaria (AP) debe tener una actitud proactiva en la detección de dicha patología. Los factores de riesgos indican hacia dónde dirigir la sospecha clínica. 2. Un correcto diagnóstico y tratamiento puede permitir resolver hasta un 80% o más de los casos de IU que se presentan en AP. 3. Hay un número importante de incontinencias reversibles. La polifarmacia, especialmente en personas de edad, puede alterar el equilibrio funcional, favoreciendo la IU. 4. La IU de urgencia es la más prevalente en ancianos. 5. La IU de esfuerzo es propia de la mujer joven. 6. La hipertrofia benigna de próstata se asocia a incremento de frecuencia urinaria, especialmente nocturna, urgencia o urgeincontinencia. 7. La IU de esfuerzo en el varón suele ser secundaria a intervención quirúrgica de la próstata. 8. La prueba de esfuerzo y la prueba de Bonney se utilizan para el diagnóstico de la IU de esfuerzo. 9. La IU de urgencia se diagnostica por incremento de la frecuencia diurna y nocturna, acompañado de síntomas de urgencia. 10. La historia clínica, la exploración física y el análisis de orina elemental tienen un grado de recomendación (GR) A en el diagnóstico de la IU. La analítica de sangre tiene un GR B. 11. Es importante preservar el tracto urinario superior, facilitando el vaciamento vesical a baja presión. 12. La terapia conductual, el entrenamiento vesical y la rehabilitación del suelo pélvico ayudan a controlar los síntomas, y deben complementar el tratamiento farmacológico. 13. Los fármacos antimuscarínicos tienen un GR A para el tratamiento de la IU. 14. El tratamiento debe realizarse siempre con la colaboración del paciente, con el objetivo de la mejora de su calidad de vida. 101 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 15. Las técnicas de urodinamia no son fácilmente accesibles a la AP. Deberían reservarse para el diagnóstico de los casos complejos, graves o rebeldes al tratamiento médico. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Abrams P, Cardozo L, Khoury S, Wein A, editors. Incontinence, 2nd International Consultation on Incontinence; 2001 Jul 1-3; París, Francia. 2 ed. Plymouth (UK): Plymbridge Distributors Ltd; 2002. • Choe JM. Incontinence, Urinary Nonsurgical Therapies. E-Medicine [pág. web] 2002 Mar 29. Disponible en: URL: www.emedicine.com/med/topic3085.htm. • Grupo de Estudio del Suelo Pelviano en la Mujer de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SP). Actualización del Documento de Consenso sobre Incontinencia Urinaria en la Mujer. Madrid (SP): Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia; 2002. • Resnick NM, Yalla SV. Evaluación y Manejo Médico de la Incontinencia Urinaria. En: Walsh PC, Retik AB, Stamey TA, Vaughan DE, editores. Campbell Urología. 6.ª ed. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana; 1994 p. 630-46. 102 30. DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO DE LA INCONTINENCIA URINARIA ALGORITMO DE DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO DE LA INCONTINENCIA URINARIA (IU) Consulta por pérdidas Sospecha clínica Sí ¿Más de un mes de evolución? D R No I P Historia clínica (A), cuestionario breve y diario miccional Evaluación de la calidad de vida y deseo de tratamiento Exploración física (A): abdominal, rectal, neurourológica, ginecológica, prostática Orina elemental (A), con o sin cultivo (B) Residuo posmiccional por ecografía o sondaje (B) Delirium Restricción movilidad Retención urinaria Infección urinaria Infamación Impactación fecal Poliuria. Polifarmacia ¿Se resuelve con el tratamiento? No Sí Fin del proceso Diagnóstico clínico IU urgencia IU rebosamiento IU compleja: IU recurrente IU asociada a: Dolor Hematuria ITU recurrente Síntomas miccionales Radioterapia previa Cirugía radical pelviana RPM elevado IU mixta Pautas de comportamiento Reentrenamiento vesical Ejercicios de suelo pélvico Tratamiento oral: Bloqueadores alfa si HBP Antimuscarínicos si IU urgencia ¿Se resuelve? Manejo especializado No IU: incontinencia urinaria; RPM: residuo posmiccional; ITU: infección del tracto urinario. 103 IU esfuerzo Sí RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 31. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL PROSTATISMO Autores: E. Alonso Sandoica, M. D. Sánchez Sánchez, C. Fouz López y A. J. Caballero Gallego IDEAS CLAVE 1. La denominación de prostatismo está siendo sustiuida por el término más amplio de síntomas del tracto urinario inferior (STUI) que deben ser investigados para descartar una posible etiología vesical o uretral. 2. La incorporación de los cuestionarios de cuantificación de síntomas prostáticos (IPSS) posibilita una mejor valoración de la intensidad de los síntomas de los pacientes, siendo de gran utilidad en la toma de decisiones terapéuticas y en el seguimiento de su evolución. 3. El tacto rectal aumenta el valor predictivo positivo del antígeno prostático específico (PSA) por lo que esta exploración debe seguir formando parte de la evaluación inicial básica. 4. Debido a las incertidumbres que aún rodean la detección del cáncer prostático en cuanto a disminución de mortalidad con y sin tratamiento, la decisión de determinar el PSA debe ser valorada individualmente, teniendo en cuenta la edad del paciente, tacto rectal y factores de riesgo para soportar un eventual tratamiento de cirugía o radioterapia. 5. El residuo posmiccional no se corresponde con la intensidad de los síntomas, la flujometría, el tamaño prostático ni el grado de obstrucción. 6. Las pruebas de imagen en el estudio de los síntomas atribuibles a la hiperplasia prostática benigna (HPB) deben considerarse como opcionales y sólo se justificarían ante la sospecha de complicaciones de esta patología o para decidir la idoneidad de un tratamiento intervencionista. 7. La variabilidad en la historia natural de la HPB justifica una actitud de simple observación o de tratamiento, según la gravedad de los síntomas. 8. Aunque aún no se conoce con exactitud el mecanismo de acción de los diversos agentes fitoterapéuticos existentes, se dispone ya de datos clínicos de algunos de estos preparados que objetivan una eficacia superior a la obtenida mediante placebo. 9. Se ha comprobado la eficacia y seguridad de los fármacos bloqueadores alfa en el ámbito de la Atención Primaria. El mareo y la astenia atribuibles a estos fármacos no se ven relacionados con los posibles cambios en la presión arterial de este tipo de medicación. 10. Finasteride ha demostrado ser capaz de disminuir la sintomatología prostática, siendo útil adicionalmente para tratar la hematuria secundaria a la HPB y disminuir la incidencia de retenciones de orina. 104 31. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL PROSTATISMO BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • De la Rosette J, Perachino M, Thomas D, et al. Guidelines on benign prostatic hyuperplasia. European Association of Urology. Netherlands: EAU Central Office; 2001. • Donovan JL, Peters TJ, Neal DE, Brokes ST, Gujval S, Chacko KN. A randomized trial comparing transurethral resection of the prostate, laser therapy and conservative treatment of men with symp- toms associated with benign prostatic enlargement: The ClasP study. J Urol. 2000;164:65-70. • Fitzpatrick JM, Blackledge G, Newling D. PSA- Promoter os stress and anxiety or providentially-sent antigen? Eur Urol. 2002; Suppl 1:10-4. • Thompson I, Carroll P, Coley CH, et al. Pautas de buena práctica clínica para el PSA de la American Urological Association. AUA Update Series (ed esp). 2001;3:97-104. 105 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL PROSTATISMO Síntomas del tracto urinario inferior Evaluación básica Anamnesis IPSS Tacto rectal PSA* Análisis de función renal y de orina Síntomas sólo y próstata adenomatosa Síntomas urinarios asociados a: Tacto rectal sospechoso PSA elevado Hematuria Infección Enfermedad neurológica Derivar para valoración y tratamiento por Urología Síntomas molestos Síntomas no molestos Pruebas opcionales Ecografía Residuo posmiccional Espera vigilada Informar de las opciones de tratamiento valorando intensidad de síntomas, molestias y preferencias del paciente Tratamiento farmacológico Bloqueadores alfa Alfuzosina Doxazosina Tamsulosina Terazosina Fitoterapia Inhibidores 5-α-reductasa Finasteride Éxito Fracaso *En varones con esperanza de vida mayor de10 años en quienes el diagnóstico de cáncer de próstata alteraría su manejo. PSA: antígeno prostático específico; IPSS. 106 32. DISFUNCIÓN ERÉCTIL 32. DISFUNCIÓN ERÉCTIL Autores: C. Fernández Micheltorena y E. Alonso Sandoica IDEAS CLAVE 1. La prevalencia de la disfunción eréctil (DE) en España es del 19% (estudio EDEM). En varones mayores de 40 años alcanza el 40%, aunque sólo el 10% acudirá al médico y será tratado. Asociada a enfermedades como: diabetes, hipertensión arterial (HTA), hiperlipidemia, coronariopatías, enfermedad vascular periférica, depresión; hábitos como el tabaco, alcohol, sedentarismo, drogas; y tratamientos con tiazidas, bloqueadores beta, antidepresivos, benzodiazepinas, digoxina, gemfibrozilo. El médico de familia debería realizar una detección activa de la DE. 2. La DE puede comportarse como síntoma “centinela” en coronariopatías, enfermedad vascular periférica y diabetes según los estudios. La historia médica y examen físico son recomendaciones tipo I-C. La historia sexual filiará el proceso en orgánico, psicógeno o, con mayor probabilidad, mixto y lo diferenciará de trastornos del deseo, eyaculación u orgasmo. Es muy importante explicar al paciente las posibles causas de su enfermedad y tranquilizarle ante la posibilidad de tratamientos eficaces. 3. La petición testosterona en>de 50 años y en <de 50años si hay sospecha de hipogonadismo (nivel de evidencia IIa – B), realización de glucemia (no realizada antes) nivel de evidencia (IIa – C); TSH en sospecha de patología tiroidea (nivel evidencia IIa-C); colesterol (no realizado antes) (nivel de evidencia IIa-C). 4. Solamente en un 5% de los casos habrá que derivar a otro especialista. En el caso de alteraciones importantes psicodinámicas individuales o de pareja conviene derivar a psicoterapeuta para pedir asesoramiento. 5. Una buena información al paciente sobre el uso, eficacia y seguridad del tratamiento permitirá establecer una alianza terapéutica; recordar que habrá pacientes que por razones varias rehusarán el mismo. Intentar en lo posible la colaboración de la pareja: el estímulo sexual es obligatorio para que estos fármacos actúen. Los pacientes de bajo y medio riesgo cardiovascular (consenso de Princeton) para el ejercicio que supone la actividad sexual (3-6 METS: cargar pesos, caminar 1,8 Km en 20 minutos, etc.) pueden ser tratados por el médico de familia y derivar al cardiólogo para una estabilización previa o programa de entrenamiento físico a los de alto riesgo cardiovascular reevaluando posteriormente. Advirtiendo que el riesgo cardiovascular viene determinado por el que entrañe el esfuerzo físico inherente a la propia relación sexual, existe evidencia clínica suficiente para afirmar (ensayos clínicos realizados con sildenafilo) que no se modifican las cifras tensionales, no existe interferencia con antihipertensivos y que la tasa de eventos cardiovasculares es la misma que en población general. 6. Modificar hábitos nocivos por sí solo no hará recuperar una función eréctil deteriorada, la única recomendación preventiva eficaz es la práctica de ejercicio físico. 107 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Sustituir en lo posible los fármacos causantes de DE y esperar 2-3 semanas, aunque en la mayoría de las ocasiones habrá que tratar porque la retirada del fármaco no hará que se recupere la función eréctil. 7. El tratamiento de primera línea de la DE consiste en los fármacos orales, los dispositivos de vacío y anillos constrictores (poco extendido su uso al restar espontaneidad a las relaciones por lo engorroso de su empleo). Dentro de los fármacos hay dos tipos: los inhibidores de la 5-fosfodiesterasa (PDF5) sildenafilo, vardenafilo y taladafilo; y el agonista dopaminérgico central apomorfina sublingual cuyo uso se encuentra en entredicho por la escasa eficacia frente a placebo presentada en los estudios. Los inhibidores PDF5 son de similar eficacia, pero farmacodinámicamente diferentes (las comidas grasas interfieren en la absorción de vardenafilo y no en la de sildenafilo y taladafilo. Los dos primeros alcanzan antes las concentraciones máximas en sangre, taladafilo tiene una vida media más larga y la elección entre ellos dependerá de las características de la vida sexual de cada paciente. La única contraindicación absoluta para su uso es el tratamiento con nitratos o donadores de óxido nítrico. Conviene hacer seis intentos con la dosis necesaria para probar su eficacia (comenzando por dos intentos con sildenafilo 50 mg, taladafilo 10 mg o vardenafilo 10 mg y subir a 100, 20 y 20 mg, respectivamente, si es necesario, salvo en diabéticos e intervenidos de próstata que comenzaremos por dosis máxima). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Albaugh J, Amargo I, et al. Health care Clinicians in sexual Health Medicine: Focus on erectile dysfunction. Urologic Nursing. 2002;22(4):217-31. • Glassman PA, Bromley HR, Cusack. The Primary Care Management of erectile Dysfunction. Department of VA. Pharmacy Benefyts Management/ Medical Advisory Panel –The Primary Care. 1999;99(14). • Montorsi F, Salonia A, et al. Pharmacological management of erectile dysfunction. BJ Urology International. 2003;91:446-54. • Stegall MJ, et al. Assesing patients with actual or potential erectile dysfunction. Profesional Nurse. 2002;18(3):155-9. • Therapeutics letter Octubre 1999. Nº 32 Therapeutics iniciative,Evidence Based drug therapy “Management of erectile dysfunction” Autor The Therapeutics Initiative (The university of British Columbia). 108 32. DISFUNCIÓN ERÉCTIL Paciente con DE El paciente consulta o el médico detecta activamente (1) Historia médica, sexual y psicosocial. Examen físico: cardiovascular, neurológico, endocrino, genitourinario. Información al paciente de las causas y de la posibilidad de tratamientos eficaces (2) Pruebas de laboratorio: glucosa, lípidos, hepática, función renal; testorerona basal y libre en mayores de 50 años y menores con síntomas de hipogonadismo; prolactina si está baja la testosterona; TSH en sospecha (3) hipotiroidismo DE primaria Anormalidades de pene y/o testes Endocrinopatías complejas Cirugías y traumatismos pélvicos previos Psicopatología complicada Moderado y alto riesgo Sí Derivar a Atención Especializada (4) No eficaz Modificar estilos de vida Sustituir fármacos causantes de DE Tratamiento de enfermedades y de factores de riesgo Tratamiento de primera línea: Sildenafilo, vardenafilo o taladafilo (seis intentos) Apomorfina sl (seis intentos) Aparatos de vacío y/o anillos Consejo sexual, educación al paciente (6) El paciente quiere ser tratado El estado cardiovascular permite la relación sexual (5) Eficaz Reevaluación tras estabilizar el estado cardiovascular Educación e información Seguimiento: Revisar cada 6-12 meses, proceso crónico que puede precisar cambios en medicación y posología según las características de cada paciente DE: disfunción eréctil; TSH: hormona estimulante de tiroides. Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 109 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 33. DISURIA Autores: J. Muñoz Gutiérrez, C. Rodríguez Fernández, J. Redondo Sánchez y J. M.a Casanova Colominas IDEAS CLAVE 1. La disuria se define como dolor o sensación de quemazón al orinar. La infección es la causa más frecuente de disuria, y se presenta como cistitis, prostatitis, pielonefritis o uretritis. El síndrome miccional se caracteriza por disuria, polaquiuria, tenesmo vesical o urgencia miccional, no siempre acompañado de bacteriuria. 2. En mujeres, la presencia de disuria, polaquiuria, hematuria, dolor lumbar y dolor en ángulo costovertebral aumenta la probabilidad de padecer infección del tracto urinario (ITU) (grado recomendación B). Sin embargo, la ausencia de disuria, ausencia de dolor lumbar, historia de leucorrea, historia de irritación vaginal o la presencia de exudado vaginal durante la exploración son síntomas o signos que reducen la probabilidad de padecer ITU (grado recomendación B). 3. Datos sugestivos de complicación: a) Síntomas indicativos de pielonefritis u otra infección grave: duración prolongada, escalofríos, dolor en fosa renal o temperatura elevada. b) Antecedentes clínicos que sugieran mayor probabilidad de infección urinaria complicada o necesidad de estudio más detallado, como: • Anomalías estructurales: obstrucción de la vía, prostatitis, litiasis, tumores, malformaciones de la vía, cistitis, cuerpos extraños (prótesis, sonda, catéter, stents), reflujo vesicouretral, vejiga neurógena, abscesos renales o vesicales, fístulas. • Alteraciones metabólicas y hormonales: diabetes mellitus, gestación, insuficiencia renal. • Inmunosupresión del paciente: riñón trasplantado, inmunodeficiencia congénita o adquirida, neutropenia, neoplasias. • Patógenos inusuales: resistentes al tratamiento antibiótico, parásitos y hongos, especies de Mycoplasma, bacterias asociadas a cálculos. • Otras situaciones: grupos de edad extrema (niños, ancianos), varones, hospitalización, duración del cuadro superior a 7 días, uso reciente de antibióticos, consulta en el servicio de urgencias en medio urbano. 4. Piuria: presencia de más de 10 leucocitos por campo de gran aumento (400x). Bacteriuria: presencia de bacterias en la orina, que, en condiciones normales, es estéril. Bacteriuria significativa: término que se emplea para diferenciar la infección real de la contaminación. El método diagnóstico básico es el cultivo de la muestra urinaria 110 33. DISURIA obtenida por micción espontánea a mitad de la misma. La infección está presente si se cumple alguno de estos criterios: a) 105 unidades formadoras de colonias ucf/ml de orina por micción espontánea de no coliformes ó 102 ucf/ml de coliformes en mujeres con sintomatología. b) 103 ucf/ml de bacterias en varones sintomáticos. c) 102 ucf/ml de bacterias en una muestra obtenida con un sondaje. Cualquier crecimiento bacteriano (en paciente sintomático o asintomático) en una muestra obtenida por punción suprapúbica. 5. La presencia de nitritos en la tira reactiva de orina aumenta la probabilidad de ITU en 5 veces, la piuria moderada aumenta dicha probabilidad en 1,5 veces y la presencia de ambos hallazgos en 7 veces (grado recomendación B). 6. Infección recurrente: la bacteriuria aparece tras un intervalo de tiempo en el que esta llega a desaparecer (cultivo no significativo). Las recurrencias de la bacteriuria pueden ser recidivas o reinfecciones: a)Recidivas o recaída: reaparición de la bacteriuria por el mismo germen que la infección inicial en las dos semanas posteriores a finalizar el tratamiento. Es consecuencia de la persistencia del organismo en el tracto urinario. b)Reinfección: reaparición de la infección con un germen diferente al que causó la infección inicial o con el mismo patógeno después de un intervalo de dos semanas posterior al finalizar el tratamiento. Representa una nueva infección y generalmente no se asocia a alteraciones estructurales o funcionales del tracto urinario. 7. Los varones sanos que presentan un síndrome de cistitis y no poseen factores de complicación identificables, pueden tratarse igual que la pielonefritis no complicada en mujeres jóvenes. Se recomienda un cultivo previo al inicio del tratamiento. Normalmente no es necesario un examen urológico en los varones jóvenes que responden al tratamiento. 111 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Johnson JR, Stamm WE. Diagnosis and treatment of acute urinary tract infections. Infect Dis Clin North Am. 1987;1:773. • Medina-Bombardó D, Seguí-Díaz M, Roca-Fusalba C, Llobera J, and the dysuria team. What is the predictive value of urinary symptoms for diagnosing urinary tract infection in women? Family Practice. 2003;20:103-7. • Ronald AR, Harding GK. Complicated urinary tract infections. Infect Dis Clin North Am. 1997;11(3):583-92. • Stephen Bent S, Brahmajee K, Nallamothu BK, Simel DL, Fihn SD, Saint S. Does This Woman Have an Acute Uncomplicated Urinary Tract Infection? JAMA. 2002;287:2701-10. 112 33. DISURIA Mujer con disuria Varón con disuria Sí Considerar vaginitis, vulvovaginitis no infecciosa, etc. No ¿Polaquiuria, tenesmo o urgencia miccional? ¿Secreción uretral? No Sí Ver comentarios ¿Lesiones en el pene? ¿Datos sugestivos de complicación? Sí Descartar uretritis Sí Descartar úlceras genitales, balanitis No No Sí Orquitis Epididimitis ¿Dolor escrotal? Examen de orina (tira reactiva) No ¿Dolor prostático o perineal? Leucocituria Nitritos + Examen de orina Sedimento Probable ITU Sí Prostatitis Prostatodinia No Sí Urocultivo Estudio Tratamiento según antibiograma Sí ¿ITU recurrente? ¿Piuria? Sí No ITU no complicada probable Tratamiento empírico Pauta corta 3 ó 5 días ITU: infección del tracto urinario; AB: antibiótico. 113 Probable ITU Solicitar urocultivo Iniciar tto AB empírico Causas mecánicas Estenosis uretral HBP Etc. No ¿Hematuria? No Sí Litiasis renoureteral Litiasis vesical Neoplasia RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 34. ÚLCERA GENITAL Autores: J. M.a Casanova Colominas, M. Gómez García, C. Rodríguez Fernández y J. M.a Molero García IDEAS CLAVE 1. Son causa de úlceras genitales no infecciosas (1): las de origen traumático, exantema medicamentoso, dermatosis (enfermedad de Behçet, síndrome de Reiter, pioderma, psoriasis, liquen plano, aftas), sarna, neoplasias (cuando la úlcera es crónica). 2. Todo paciente con primer episodio de herpes genital debe iniciar tratamiento, incluso sin confirmación histológica (2). El tratamiento de las recurrencias se prolonga durante 5 días, con pautas similares. El tratamiento supresivo diario está indicado cuando se padecen 6 ó más recurrencias al año. Tratamiento del herpes genital Primer episodio Recurrencias Aciclovir 400 mg vía oral, Famciclovir 125 mg vía oral, cada 8 horas, durante dos veces al día, durante 7- 10 días 5 días Aciclovir 200 mg vía oral, Valaciclovir 500 mg vía oral, cinco veces al día, 7-10 días dos veces al día, durante Famciclovir 250 mg vía oral, 3-5 días tres veces al día, 7- 10 días Valaciclovir 1 g al día, Valaciclovir 1 g vía oral, dos vía oral, durante 5 días veces al día, durante 7-10 días - Tratamiento supresivo Aciclovir 400 mg vía oral, cada 12 horas Famciclovir 250 mg vía oral, cada 12 horas Valaciclovir 250 mg vía oral, cada 12 horas 3. El aspecto clínico de las úlceras genitales (3), no es suficientemente sensible y específico para el diagnóstico, por ello se recomienda siempre la confirmación bacteriológica o serológica, teniendo en cuenta la prevalencia de las infecciones en el área. A pesar de las investigaciones oportunas en aproximadamente un tercio de las úlceras genitales no se encuentra agente etiológico identificable. 4. El diagnóstico del virus del herpes simple (VHS) es básicamente clínico. La técnica preferida es el aislamiento del VHS en cultivo de células de las lesiones ulcerosas. La técnica de inmunofluorescencia directa (IFD) es práctica, sensible y específica. Las técnicas como la preparación de Tzanck o la prueba de Papanicolau son utilizadas, pero son poco sensibles y específicas. 114 34. ÚLCERA GENITAL Es obligatoria la exclusión de la sífilis ante toda úlcera genital sospechosa. Debe intentarse la observación de frotis fresco extraído del fondo de la úlcera en microscopio de campo. Estudio serológico de la sífilis con las pruebas no treponémicas (RPR o VDRL) y treponémicas (FTA-Abs o MHA-TP). Las pruebas treponémicas suelen ser positivas con anterioridad a las no treponémicas y son más sensibles en el diagnóstico de sífilis primaria precoz (90% de FTA-Abs frente al 75% de VDRL). El diagnóstico de chancroide no es fácil, puede ser de cierta utilidad la tinción Gram o GIEMSA del exudado del chancro o aspirado de adenopatía, pero el cultivo, incluso utilizando el cultivo en medio específico, tiene una sensibilidad menor del 80%. 5. Todo paciente que ha mantenido una relación sexual no protegida puede haber sido contagiado de una o varias infecciones de transmisión sexual simultáneamente. Cuando además existen úlceras genitales aumenta la contagiosidad de otras infecciones como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), por eso es necesario su exclusión, mediante las correspondientes pruebas. Se debe tener en cuenta la existencia del período ventana que en el caso del VIH puede ser hasta tres meses después del contagio (4). 6. Los contactos sexuales de los pacientes con enfermedades de transmisión sexual (ETS) deben ser informados. Muchas de ellas pueden estar asintomáticas (5). 7. En el tratamiento de la sífilis (6), el tratamiento de elección de la sífilis primaria sigue siendo la penicilina benzatina , a la dosis de 2,4 millones de unidades intramuscular; dosis única. En caso de alergia a la penicilina se puede utilizar doxiciclina a dosis de 100 m vía oral cada 12 horas, durante 14 días. Se han utilizado tetraciclinas, ceftriaxona, y azitromicina, pero no se tiene tanta experiencia como los regímenes anteriores; además están contraindicados en gestantes. El seguimiento clínico debe realizarse a los 10-15 días y la úlcera debe estar prácticamente resuelta, pero es esencial el seguimiento serológico en todos los pacientes a los 3, 6 y 12 meses, para confirmar la disminución de las titulaciones de RPR o VDRL hasta su negativización. 8. El tratamiento recomendado en el paciente con chancroide es (7): Azitromicina 1g oral dosis única Ceftriaxona 250 mg intramuscular dosis única Ciprofloxacina 500 mg oral dos veces al día, tres días Eritromicina 500 mg tres veces al día, 7días 9. Una vez excluidas las ETS más frecuentes o porque se trata de un paciente que acude de zonas endémicas, existen otras (8) raras en nuestro medio a tener en cuenta: el linfogranuloma venéreo (LGV) y el granuloma inguinal (GI). El LGV cursa con una adenopatía característica y sintomatología general. Se produce por la infección de la Chlamydia trachomatis. El diagnóstico se hace por exclusión de otras causas y por estudio serológico. El tratamiento de elección es doxiciclina 100 mg dos veces al día, durante 21 días. 115 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA El GI (donovanosis) está causado por el Calymmatobacterium granulomatis, es una infección típica de ciertos países como India, Papúa-Nueva Guinea, Australia central, y Sudáfrica. Cursa con úlcera dolorosa, sin adenopatías. El tratamiento de elección es doxiciclina 100 mg al día durante tres semanas. (Los números entre paréntesis hacen referencia al algoritmo). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Diseases characterized by genital ulcers. MMWR Recomm Rep. 2002;51(6):11-25. • Soriano V. Manual del SIDA, 1999. • Guía Sandford de terapia antimicrobiana, 2002. • Recomendaciones en el uso de antimicrobianos en Atención Primaria. 3.ª ed. semFYC,1999. • Manual de enfermedades infecciosas en Atención Primaria. Grupos de enfermedades infecciosas, 1999. • Principios de Medicina interna. Harrison 14.ª ed. • Picazo, et al. Infecciones en Atención Primaria, 1994. 116 34. ÚLCERA GENITAL Úlceras genitales en Atención Primaria Paciente sexualmente activo con úlceras genitales Descartar causas no infecciosas de ulceras genitales (1) Historia clínica y exploración de lesiones Lesiones Vesículas o costras Dolorosas Múltiples Recurrentes Adenopatías Múltiples Bilaterales No supurativas Lesiones Induradas No dolorosas Fondo exudativo Generalmente única Adenopatías No dolorosas No inflamatorias Duras Probable herpes genital Probable sífilis Probable chancroide Recomendable la confirmación histológica. (3) Obligada en la sífilis y chancroide Excluir otras causas no infeccioas (1) Estudio de contactos e información de medidas de prevención (5) Tratamiento etiológico empírico (6) y seguimiento Lesiones y Adenopatías no bien definidas Considerar todos los diagnósticos Considerar otras ETS menos frecuentes: LGV y granuloma inguinal (8) Excluir otras ETS asociadas incluida la infección por VIH (4) Tratamiento etiológico empírico (2) y seguimiento Lesiones Dolorosa Mal delimitada Sangrante Blanda y purulenta Adenopatías Inflamatorias Múltiples Supurativas Tratamiento etiológico empírico (7) y seguimiento Solicitar pruebas de laboratorio para herpes genital, sífilis (campo oscuro y serología, y cultivos). Repetirlas si fueran negativas Tratamiento de prueba para sífilis y VHS. Esencial el seguimiento ETS: enfermedades de transmisión sexual; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; VHS: virus herpes simple. 117 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA ENDOCRINOLOGÍA 35. ACTITUD ANTE EL HIPERTIROIDISMO Autores: E. López Delgado y M. J. Guereña Tomás IDEAS CLAVE 1. La tendencia actual es de hablar de: hipertiroidismo cuando hay un aumento en la producción de hormonas tiroideas por la glándula tiroides. Se habla de tirotoxicosis cuando hay manifestaciones bioquímicas y fisiológicas derivadas de la presencia en los tejidos de un exceso de hormonas tiroideas. 2. Prevalencia: es mayor en las mujeres (1,9%-2,7%) frente a los hombres (0,1%0,2%). Más frecuentes en edad media de la vida. 3. Clínica sugerente: síntomas (pérdida de peso, aumento de apetito, elevación temperatura corporal, intolerancia al calor, taquicardia, pérdida de memoria y atención, nerviosismo, insomnio, etc.) y signos (piel caliente y húmeda, eritrosis palmar, mixedema, pelo fino, onicólisis, bocio, arritmias, taquicardia, etc.). 4. Pruebas complementarias: laboratorio (leucocitosis, anemia normo-macrocítica; hipertransaminemia, hiperbilirrubinemia, hiperglucemia, hipercalcemia, etc.). Electrocardiograma: taquicardia sinusal, arritmias (fibrilación auricular, taquicardia supraventricular). Radiología: desmineralización ósea, signos de insuficiencia cardíaca. 5. Los anticuerpos antitiroideos que solicitamos son los anticuerpos antiperoxidasa y antitiroglobulina. 6. La ecografía tiroidea no es suficiente a la hora del diagnóstico de hipertiroidismo y es indispensable la gammagrafía tiroidea (no siempre disponible desde Atención Primaria). 7. En los casos que no se pueda acceder a gammagrafía tiroidea deberán derivarse todos los casos para una valoración inicial por Atención Especializada. 8. El tratamiento tiene como objetivo mejorar la clínica y disminuir la presencia de hormonas en sangre (endógena o exógena). 9. La actitud ante casos de hipertiroidismo subclínico y síndrome de enfermo eutiroideo será expectante en función de la evolución. 10. Tratamiento farmacológico sintomático en cualquier etiología: bloqueadores beta (propanolol principalmente, también atenolol y nadolol). 11. Tratamiento farmacológico inhibitorio de síntesis hormonal: tionamidas (metimazol; propiltiouracilo en embarazadas y crisis tirotoxicosis -medicación extranjera-). Indicado en enfermedad de Graves-Basedow. 12. Otros tratamientos farmacológicos menos usuales: yodo, glucocorticoides, litio. 13. Tratamiento con 131 indicado en: enfermedad de Graves-Basedow, adenoma tóxico, BMN (bocio multinodular) tóxico. 118 35. ACTITUD ANTE EL HIPERTIROIDISMO 14. Tratamiento quirúrgico (tiroidectomía subtotal) indicado en: enfermedad de Graves-Basedow, adenoma tóxico, BMN tóxico. 15. Eliminar la causa desencadenante en las tirotoxicosis facticias (ingesta conocida o no de yodo), iatrogénicas (amiodarona, etc.), tumor ovárico, etc. 16. En el caso de las tiroiditis si son agudas y supuradas derivar a otorrinolaringología de forma urgente. Si son subagudas antiinflamatorios y en casos más graves corticoides. 17. Una crisis hipertiroidea es una emergencia médica y el paciente deberá ser trasladado lo antes posible al hospital. No debe usarse el ácido acetilsalicílico para disminuir la temperatura: aumenta la concentración de hormona libre. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Álvarez P, Cordido Carballido F. Hipertiroidismo [en línea] [28/04/03].Disponible en: www.fisterra.com/ guias2/hipertiroidismo.htm. • Martín Vélez RM, Delgado Martín AE, Sánchez López J, Soto Blanco F, Jiménez López AM, Maldonado Díaz I. Un paciente con hipertiroidismo. Medicina Integral. 2001;37:383-9. • García-Gil D, Tinoco Racero I, Rodríguez Leal C, García del Río E. Protocolo. Manifestaciones clínicas de sospecha de patología tiroidea. Criterios de derivación a la asistencia especializada. Medicine. 2000;8:967-8. • Carral San Laureano F, Oliveira Fuster G, Aguilar Diosdado M. Protocolo diagnóstico de Hipertiroidismo. Medicine. 2000;18:971-3. 119 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Sospecha clínica de aumento de hormonas tiroideas Determinación de TSH/T4L ↓TSH/T4L ↑ ↑TSH/T4L ↑ ↓TSH/T4L normal T3 ↑ Hipertiroidismo Subclínico HIPERTIROIDISMO PRIMARIO Oftalmopatía infiltrativa/bocio difuso Hipertiroidismo secundario/terciario T3 ↓ T3 Normal Síndrome Enfermo eutiroideo Observación Derivación endocrinología No Sí Gammagrafía ↓Captación isótopos ↑Captación isótopos Difusa Determinación de anticuerpos antitiroideos Nodular ↓Ac ↑Ac Único Múltiple Bocio Sí Enfermedad Graves-Basedow Adenoma tóxico BMN tóxico Fase inicial T. Hashimoto Fenómeno Job-Basedow No Tiroiditis subaguda Metástasis Ca. ovario Valorar derivación ORL Derivación a endocrinología Ac: anticuerpos; BMN: bocio multinodular; Ca: carcinoma; TSH: hormona estimuladora de la tiroides; ORL: otorrinolaringología. 120 Tiroiditis facticia Retirada producto Derivación a ginecología 36. ACTITUD ANTE EL HIPOTIRODISMO 36. ACTITUD ANTE EL HIPOTIROIDISMO Autores: B. de Llama Arauz, M. Piñera Tames y M.ª T. Jubete Vázquez IDEAS CLAVE 1. El hipotiroidismo es un estado de hipofunción de la glándula tiroidea, derivado de alteraciones a cualquier nivel del eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo. 2. En el adulto los síntomas tempranos son inespecíficos y su evolución insidiosa, por lo que la sospecha clínica resulta imprescindible para su diagnóstico. 3. Los síntomas típicos son: letargia, hipersensibilidad al frío, edema facial, estreñimiento, menorragia, rigidez muscular, mialgias, síndrome del túnel carpiano o infertilidad. 4. Entre los síntomas atípicos: macrocitosis sin anemia, derrame pericárdico, dilatación cardíaca, alteraciones psicológicas, íleo adinámico, megacolon u obstrucción y ataxia cerebelosa. 5. El hipotiroidismo primario representa el 95% de los casos, siendo la etiología más frecuente la tiroiditis crónica autoinmune de Hashimoto en áreas sin déficit de yodo. El riesgo de hipotiroidismo clínicamente manifiesto es mayor si la hormona estimulante de la tiroides (TSH) es superior a 10-12 microIU/ml, en ancianos y en pacientes con anticuerpos antitiroideos positivos. 6. El hipotiroidismo central puede ser: secundario (alteración hipofisaria) o terciario (alteración a nivel del hipotálamo). Se diagnostica por T4 libre baja con TSH normal o baja. 7. Se debe descartar hipotiroidismo en niños y mujeres menores de 30 años con colesterol total superior a 280 mg/dl. 8. No está indicado el cribado masivo de hipotiroidismo subclínico en la población general, sí en mujeres a partir de los 40-50 años con síntomas inespecíficos. 9. En el hipotiroidismo subclínico, por lo general asintomático, detectamos niveles de T4 libre normales, con TSH ligeramente elevada. Existe una gran controversia sobre la indicación de tratamiento en estos pacientes, en general se recomienda en aquéllos con riesgo de evolución a hipotiroidismo franco: niveles de TSH mayores de 10-20 microIU/ml, anticuerpos antiperoxidasa positivos, bocio o presencia de síntomas inespecíficos susceptibles de mejoría (depresión, estreñimiento, cansancio, etc.). 10. El tratamiento de elección son los preparados sintéticos de hormonas tiroideas (Ltiroxina) que no producen elevaciones bruscas en los niveles séricos de T3, peligrosos en ancianos y cardiópatas. 11. En pacientes con enfermedad no complicada la dosis de inicio es de 50 microg/día, con aumentos progresivos cada dos semanas de 25-50 microg/día. 121 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA En ancianos, en hipotiroidismo de larga evolución o presencia de patología cardiovascular se iniciará el tratamiento con 25 microg/día, aumentando dosis cada 4-6 semanas. 12. Es fundamental informar sobre la enfermedad e implicar al paciente para lograr la correcta adherencia al tratamiento. 13. Se derivarán para estudio por endocrinología: pacientes menores de 18 años, falta de respuesta al tratamiento inicial, embarazadas, cardiópatas, presencia de alteraciones estructurales en la glándula tiroidea, hipotiroidismo de origen central o sospecha de asociación con otra enfermedad endocrina. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • American Association of Clinical Endocrinologists medical guidelines for clinical practice for the evaluation and treatment of hiperthyroidism and hypothyroidism. Endocr Pract. 2002;8(6):457-69. • American Thyroid Association. Guidelines for detection of thyroid disfunction. Arch Intern Med. 2000;160(11):1573-5. • Díez Juan J. Hipotiroidismo en el anciano: importancia clínica y dificultades en el diagnóstico y tratamiento. Med Clin (Barc). 1998;11:742-50. • Mark Helfand MD, Craig C Redfem DO. Clinical Guideline: Screening for Thyroid Disease: An Update. Ann Intern Med. 1998;129:144-58. 122 123 TSH↑ ↑Dosis L-tiroxina Control anual Determinación TSH ECO tiroidea Normal Nódulo Hipotiroidismo subclínico T3 y T4 normales Enfermedad de Hashimoto Anticuerpos antitiroideos↑ 6-8 semanas Tratamiento con L-Tiroxina Con bocio: Bocio endémico Exceso de iodo Inducido por fármacos TSH↓ o normal Hipotiroidismo tiroprivo: Poscirugía-131 Radioterapia cervical T3↓y/o T4↓ TSH↑ Determinación TSH Anamnesis y exploración Sospecha hipotiroidismo Derivación Endocrinología Hipotiroidismo secundario: Adenomas Panhipopituitarismo Poscirugía-131 Granuloma eosinófilo T4↓ TSH: hormona estimuladora del tiroides. Tirotoxicosis Fármacos Enfermedades no tiroideas T4↑ o normal TSH↓ o normal 36. ACTITUD ANTE EL HIPOTIRODISMO RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 37. DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 Autores: G. Mora Navarro, L. Camargo Donaire, B. Jerez Basurco y M.ª D. Martín Álvarez IDEAS CLAVE 1. Se admiten tres métodos válidos para diagnosticar la diabetes mellitus (DM): a) Glucemia al azar ≥ 200 mg/dl junto con síntomas evidentes de hiperglucemia (poliuria, polidipsia, pérdida de peso, polifagia) es también diagnóstico de DM. Todo resultado diagnóstico debe confirmarse en días posteriores, excepto si existe hiperglucemia con descompensación metabólica inequívoca, en cuyo caso, una glucemia ≥ 200 mg/dl confirma el diagnóstico de DM. b) Glucemia en plasma venoso (no capilar) tras ayuno de 8-12 horas: es el método de elección en la práctica clínica. c) Sobrecarga oral de glucosa mediante test de tolerancia oral a la glucosa (TTOG). No se recomienda su uso clínico rutinario por su gran variabilidad individual, baja reproducibilidad, mayor coste, incomodidad y difícil cumplimiento de las condiciones para su realización. Se reserva su uso en investigación, tras el parto si se ha diagnosticado una diabetes gestacional durante el embarazo o ante resultados contradictorios (por ejemplo, si la glucemia basal es normal pero existe sospecha clínica de DM, complicaciones microvasculares o cifras elevadas de HbA1c). 2. La hemoglobina glucosilada (HbA1c) no es válida para el diagnóstico, aunque existen estudios que parecen probar dicha validez; actualmente se recomienda como método de elección para evaluar el grado de control glucémico. Tampoco la glucemia posprandial sirve para el diagnóstico, aunque también existen ciertas expectativas al respecto. 3. Cribado de diabetes en personas asintomáticas: a) En población general sin factores de riesgo no existen evidencias a favor del cribado, por lo que se desaconseja (recomendación tipo D). b) La Asociación Americana de Diabetes (ADA) recomienda una determinación de glucemia basal cada tres años en individuos mayores de 45 años sin factores de riesgo. En nuestro medio parece prudente recomendar la realización de la glucemia basal a la vez que se siguen las recomendaciones de cribado de los otros factores de riesgo cardiovascular. c) En pacientes con los siguientes factores de riesgo de padecer diabetes se realizará una determinación: 124 37. DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 • Obesidad (índice de masa corporal ≥ 27 kg/m2). • Antecedentes de DM en familiares de primer grado. • Hipertensión arterial. • Colesterol ligado a lipoproteína de alta densidad (HDL) ≤ 35 mg/dl y/o triglicéridos ≥ 250 mg/dl. • Antecedentes de diabetes gestacional o macrosomía ≥ 4 kg. • Antecedentes de glucemia basal alterada (GBA) o tolerancia alterada a la glucosa (TAG). 4. El método de cribado de la DM es la determinación de glucemia basal en ayunas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Classification of Diabetes Mellitus. Diabetes Care. 1997;20:1183-9. • American Diabetes Association. Clinical Practice Recommendations 2002. 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Relationship between fasting plasma glucose and glycosylated haemoglobin: potential for false-positive diagnoses of type 2 diabetes using new diagnostic criteria. JAMA. 1999;281:1203-10. • 1998 Clinical Practice Guidelines for the Management of Diabetes in Canada. CMAJ. 1998;159 Suppl 8:S1-29. • American Diabetes Association. Clinical Practice Recommendations 2002. Screening for Diabetes. Diabetes Care. 2002;25 Suppl 1:S21-4. 125 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • Engelgau MM, Venkat Narayan KM, Herman WH. Screening for type 2 diabetes. Diabetes Care 2000;23:1563-80 (correction, Diabetes Care 2000;23:1868). • Wareham NJ, Griffin SJ. Should we screen for type 2 diabetes? Evaluation against National Screening Committee criteria. BMJ. 2001;322:986-8. 126 37. DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 Síntomas de diabetes Poliuria, polidipsia y pérdida de peso Glucemia al azar ≥ 200 mg/dl (1) ≥ 126 mg/dl Sospecha clínica o grupo de riesgo en paciente asintomático Glucemia basal (4) 110-125 mg/dl (2) (4) < 110mg/dl (4) Glucemia a las dos horas durante un TTOG (3) ≥ 200 mg/dl (5) Diagnóstico de diabetes mellitus (1) (2) (3) (4) (5) Glucemia basal alterada (GAB) 140-199 mg/dl < 140mg/dl Normal Tolerancia alterada a la glucosa (TAG) Estos criterios deben ser confirmados repitiendo la determinación en un día diferente, excepto que presente hiperglucemia con descompensación metabólica aguda inequívoca. Glucema basal: determinación en plasma venoso, a primera hora de la mañana, tras ayuno de 8-12 horas. TTOG: prueba de sobrecarga oral a la glucosa con 75 g. Esta técnica no se recomienda en la práctica clínica rutinaria. Las cifras se refieren a glucemia en plasma venoso y confirmadas en dos ocasiones, en días diferentes. El diagnóstico de diabetes es provisional y debe ser confirmado mediante una segunda determinación. 127 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 38. INSULINIZACIÓN EN DIABETES MELLITUS Autores: C. Debán Miguel, M.ª J. Rodríguez Bárcena y A. Tejedor Varillas IDEAS CLAVE 1. El criterio para insulinizar debe ser la no consecución del objetivo terapéutico con otras medidas: HbA1c superior a 7 (recomendación nivel B). En personas ancianas, con enfermedades invalidantes, expectativa de vida baja o riesgo de hipoglucemias graves deben utilizarse criterios menos estrictos. 2. La insulinización debe realizarse en el momento del diagnóstico cuando se sospeche una diabetes tipo 1, diabetes y embarazo, clínica cardinal e hiperglucemias intensas (> 300 mg/dl) con cetonuria. También puede realizarse tratamiento insulínico transitorio en situaciones de estrés o enfermedad intercurrente, ya que se revierte la glucotoxicidad y se preserva la función de la célula β. En este caso puede intentarse trasferencia a antidiabético oral (ADO) una vez conseguido control glucémico. El tratamiento insulínico definitivo en diabéticos tipo 2 se realiza cuando existe control metabólico deficiente a pesar de tratamiento oral combinado adecuado a dosis máximas o contraindicación de ADO. 3. La insulinoterapia debe utilizarse cuando el tratamiento combinado de ADO no alcance el objetivo. 4. En terapia combinada con ADO la dosis de insulina recomendada es de 0,1-0,3 UI/kg/día. En obesos y en hiperglucemia grave asociada a cetonuria los requerimientos suelen ser superiores. 5. En el tratamiento combinado la forma más frecuente y aceptada de administrar la insulina es por la noche en una sola dosis a la hora de acostarse. La insulina utilizada en estos casos será generalmente de acción intermedia (NPH) o análogo de acción lenta. 6. Habitualmente se mantiene uno de los ADO, el que presenta el mecanismo de acción más apropiado: si existe sobrepeso u obesidad la primera opción terapéutica es la metformina que además va a reducir la ganancia ponderal que produce la insulina. Actúa fundamentalmente sobre la hiperglucemia basal. Si el paciente es delgado o normopeso se combinará preferiblemente con un secretagogo (sulfonilurea generalmente o repaglinida si predominan hiperglucemias posprandiales). La dosis del secretagogo se reducirá en un tercio o un medio de la dosis máxima empleada previamente. Los inhibidores α-glucosidasas se pueden utilizar si predominan hiperglucemias posprandiales ligeras. 7. En caso de no conseguirse controles adecuados y predominio de hiperglucemia basal deberá incrementarse la dosis de insulina nocturna de forma progresiva hasta un máximo de 25-30 UI. 8. Si aun así no se consigue control deberá incrementarse la dosis y administrarse en dos inyecciones: la forma más aceptada de hacer la distribución es el 60% por la mañana y el 40% por la noche, aunque dichas proporciones pueden variar según perfiles glucémicos. Si persiste el mal control pasar a insulina en monoterapia: dos dosis de insulina mixta o terapia intensiva con tres o más pinchazos. 128 38. INSULINIZACIÓN EN DIABETES MELLITUS 9. La administración de insulina en monoterapia debe utilizarse cuando la reserva pancreática sea escasa o ausente (esto puede deducirse de la escasa respuesta al tratamiento farmacológico oral o confirmarse mediante la determinación de niveles de “péptido C”). La dosis se calculará inicialmente entre 0,3-0,5 UI/kg/día. En obesos o descompensación importante pueden requerirse de 0,5 a 1 UI/kg/día o más. Las necesidades medias de insulina suelen estar alrededor de 0,6-0,8 UI/Kg/día. 10. Los perfiles glucémicos deben utilizarse para indicar cómo (tipo de insulina) y dónde (momento del día) realizar los ajustes terapéuticos con insulina. La insulinización en ancianos deberá realizarse mediante dispositivos precargados de fácil manejo y pautas sencillas. 11. Si con dos inyecciones de insulina no se consiguen los objetivos de control glucémico se utilizará insulinoterapia intensiva en tres o más dosis dependiendo de los resultados de los perfiles glucémicos. 12. El tipo de insulina más recomendable predesayuno y precena es la insulina mixta o mezcla (10/90, 20/80, 30/70, 40/60, 50/50 dependiendo del porcentaje de insulina rápida/intermedia que interese según glucemias posprandiales y preprandiales, respectivamente). La insulina que mejor suele adaptarse a las necesidades del paciente es la 30/70, aunque debe individualizarse y en algunos casos pueden ser necesarias mezclas diferentes predesayuno y cena. Si existen hiperglucemias poscomida se utilizará una 3.ª dosis de insulina o análogo rápida antes de la misma. También pueden utilizarse tres o más dosis de insulina o análogos de acción rápida más 1 dosis de insulina o análogo de acción prolongada. 13. El ajuste terapéutico (dosis y pauta) se individualizará en función de los perfiles glucémicos: las glucemias preprandiales con las insulinas de acción intermedia de la inyección anterior y las posprandiales con la rápida o análogo de acción rápida de la inyección que precede a dicha comida. Debe tenerse en cuenta que deben modificarse las dosis según tendencias, no con resultados aislados. 14. Una vez conseguido el control glucémico óptimo debe reevaluarse periódicamente con determinaciones de HbA1c cada 3-6 meses (recomendación nivel D) y con perfiles glucémicos realizados por el propio paciente con frecuencia variable dependiendo de su grado de estabilidad glucémica. Se realizará reajuste terapéutico en función de los resultados obtenidos, implicando en él al propio paciente. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • American Diabetes Association. Standards of Medical Care for patients with Diabetes Mellitus. Diabetes Care. 2002;25:S33-49. 129 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • De Luis DA, Aller R, Cuellar L, Terroba C, Ovalle H, Izaola O, et al. Effect of repaglinide addition to NPH insulin monotherapy on glycemic control in patients with type 2 diabetes. Diabetes Care. 2001;24(10):1844-5. • Goday Arno A, et al. Proyecto COMBO. Criterios y pautas de terapia combinada en la diabetes tipo 2. Documento de consenso (y II). Atención Primaria. 2001; 27:351-63. • Skyler JS. Tratamiento con insulina. En: Levobitz HE, editores. Tratamiento de la Diabetes Mellitus y sus complicaciones; traducción de la obra original en inglés Therapy for Diabetes Mellitus and Related Disorders American Diabetes Association (ADA). 3.a ed. 1998; p. 148-63. 130 38. INSULINIZACIÓN EN DIABETES MELLITUS Diabetes mellitus con HbA1c > 7 (1) Intensificar medidas no farmacológicas + terapia combinada de ADO ¿Se puede optimizar control glucémico con medidas no farmacológicas + ADO? Sí (3) Terapia combinada: insulina (0,1-0,3 Ul/kg/día) + ADO(4) No Insulinizar (2) Reserva pancreática suficiente ¿Cuál es la mejor pauta? Reserva pancreática escasa o ausente Insulina en monoterapia (0,3-0,5 Ul/kg/día (9) Monodosis de insulina o análogo de acción retardada al acostarse o mixta precena (5) Dos dosis de insulina mixta: 60% predesayuno y 40% precena (10) ¿Qué mecanismo fisiopatológico predomina? (6) Insulinodeficiencia (normopeso o delgado) Insulinorresistencia (sobrepeso u obeso) ¿Se consiguen los objetivos de control? (11) Sí No MTF + I 1a. opción hiperglucemia basal IAG + I Ligera HG posprandial SU + I ↓dosis SU 1/31/2 R+I Si HG posprandial Tres o más dosis de insulina o análogo IAG + I Ligera HG posprandial ¿Con qué pauta? (12) Sí ¿Se consiguen los objetivos de control? No Aumento progresivo de insulina nocturna hasta 25-30 UI (7) Sí Mixta: predesayuno y cena Insulina o análogo de acción rápida: precomida ¿Se consiguen los objetivos de control? Monodosis de lenta o análoga acción prolongada e insulina o análogo acción rápida antes de cada comida ¿Se consiguen los objetivos de control? No No Fraccionar insulina en 2 dosis de insulina de acción retardada o mixta + ADO y ajustar (8) Sí ¿Se consiguen los objetivos de control? Sí No Ajustar insulinoterapia hasta control (13) Derivar a Endocrinología No ¿Se consiguen los objetivos de control? Sí Control glucémico óptimo (reevalución y ajuste terapéutico periódico) (14) ADO: antidiabéticos orales; MTF: metformina; IAG: inhibidores α-glucosidasas; SU: sulfonilureas; R: repaglinida; I: Insulina. Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 131 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 39. NÓDULO TIROIDEO Autores: B. López Álvarez y P. Alcaide Guindo IDEAS CLAVE 1. Factores sugestivos de malignidad en el nódulo tiroideo: a) Antecedentes personales de radiación del cuello o de la cabeza. b) Edad menor de 30 años o mayor de 70 años. c) Nódulo solitario. d) Nódulo de crecimiento rápido. e) Nódulo duro y/o adherido a estructuras vecinas. f) Existencia de adenopatías regionales. g) Parálisis de cuerdas vocales, afectación del nervio recurrente. h) Antecedentes familiares de carcinoma medular de tiroides y/o neoplasia endocrina múltiple (MEN). i) Metástasis a distancia. j) Sexo masculino. k) Diámetro del nódulo mayor de 4 cm. 2. A considerar: a) La prevalencia del nódulo tiroideo en la población general es del 4% y, de estos, sólo el 5%-6,5% son malignos. b) Ante la detección de un nódulo tiroideo, es obligada la determinación de hormona estimulante de la tiroides (TSH), hormonas tiroideas y anticuerpos antitiroideos. (Véase algoritmo de evaluación de función tiroidea). c) Existen distintos procedimientos para la evaluación de los pacientes con nódulos tiroideos. • La punción aspiración con aguja fina (PAAF) y posterior biopsia de nódulos tiroideos es el método más preciso para la selección de pacientes que necesitan cirugía tiroidea, y la mejor prueba inicial para el diagnóstico. • La utilidad de la ecografía de tiroides es básicamente para realizar la valoración morfológica. El papel de la ecografía como prueba inicial es controvertido y en general no es coste-efectiva. Hay que considerar la posibilidad de descubrir otros nódulos menores de 1,5 cm. y no palpables (inicidentalomas), que si poseen características sugestivas de malignidad deben ser estudiados. La aparición de microcalcificaciones no es sinónimo de malignidad pero sí sugestivo. 132 39. NÓDULO TIROIDEO • La utilidad de la gammagrafía tiroidea es escasa y sirve para evaluar la funcionalidad del nódulo. En general, un nódulo caliente suele tener características benignas y en el caso de nódulo frío hay que descartar malignidad. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Hegedüs L, Bonnema SJ, Bennedbaek FN. Management of Simple Nodular Goiter: Current Status and Future Perspectives. Endocrine Reviews. 2003;24(1):102-32. • Mandel SJ. Thyroid Nodules. En: Meet-the-Professor Handouts, ENDO 2000, the Endocrine Society`s 82nd Annual Meeting, Toronto, Canada; 2000. p. 195-201. • Ross DS. Diagnostic approach to and treatment of thyroid nodules. 2002 Up To Date. www.uptodate.com. • Schlumberger MJ, Filetti S, Hay ID. Nontoxic Goiter and Thyroid neoplasia. En: Larsen PR, Kronenberg HM, Melmed S, Polonsky KS, editors. Williams Textbook of Endocrinology. 10nd ed. Philadelphia: Saunders; 2003. p. 457-90. 133 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Nódulo tiroideo Evaluación clínica Factores de riesgo de malignidad: (ver ideas clave) ¿Riesgo de malignidad? No Sí PAAF Derivación cirugía Sólido Quístico Citología Observación Maligno Sospechoso Insuficiente Benigno Repetir PAAF y citología Maligno Sospechoso Insuficiente Benigno Otros métodos a considerar: (ecografía, gammagrafía, cirugía) PAAF: punción aspiración con agua fina. 134 40. OBESIDAD 40. OBESIDAD Autores: M.I. Manrique Romero y C. Martínez García-Olalla IDEAS CLAVE 1. La obesidad tiene una alta prevalencia (13%) y se asocia a una disminución en la esperanza de vida. 2. Se relaciona con diabetes mellitus (DM) tipo 2, hipertensión arterial (HTA), dislipidemias, cardiopatía isquémica, problemas osteomusculares, insuficiencia venosa en miembros inferiores, accidente cerebrovascular agudo (ACVA), gota, esteatosis hepática, litiasis biliar, hernia de hiato, apnea del sueño, insuficiencia respiratoria, trastornos psicológicos y tumores (colon, recto, próstata, ovarios, endometrio, mama y vesícula biliar). 3. La mejor correlación con la grasa corporal es el índice de masa corporal (IMC) (IMC= peso kg/talla m2), para adultos entre 20 y 69 años. IMC: sobrepeso grado I (25-26,9), sobrepeso II (27-29,9), obesidad tipo I (30-34,9), obesidad II (3539,9), obesidad III mórbida (40-49,9) y obesidad IV extrema (> 50). 4. Desde un IMC de 28 la obesidad se convierte en un factor de riesgo de importancia. 5. Un índice cintura/cadera (C/C) superior a 1 en varones y a 0,90 en mujeres (distribución androide de la grasa), constituye mayor riesgo para la salud que la distribución ginoide (glúteos). 6. La obesidad se debe a factores genéticos y medioambientales. Ante un IMC superior a 30 deben descartarse secundarismos como: hipotiroidismo, síndrome de Cushing, poliquistosis ovárica, insulinoma, fenotiazidas, glucocorticoides, antidepresivos tricíclicos, contraceptivos orales, hidrazidas, sulfonilureas y metiglinidas, deshabituación tabáquica y trastornos del comportamiento. 7. En la historia clínica se investigarán antecedentes familiares, evolución de la obesidad, entorno alimentario, enfermedades asociadas, intentos, aspectos psicosociales y actividad física cotidiana. La exploración física incluye inspección, peso, talla, IMC, tensión arterial, palpación del tiroides, índice C/C. 8. Se solicitará: hemograma, glucemia, perfil lipídico, renal, hepático y uratos. Hormona estimulante de la tiroides (TSH) si se sospecha alteración tiroidea. 9. La decisión de iniciar y seguir un tratamiento personalizado y con objetivos realistas, debe ser iniciativa del paciente, dado el éxito poco frecuente. 10. El objetivo inicial será un descenso del 5% al 10% del peso, en 6-12 meses 11. La dieta hipocalórica (en general entre 1.200-1.500 calorías/día) es imprescindible para bajar de peso (evidencia grado A). Ejercicio físico adaptado al individuo, contribuye a la pérdida de peso (evidencia A), pérdida de grasa 135 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA abdominal (evidencia B), mejora la función respiratoria (evidencia A) y mantenimiento (evidencia C). Inicio 30-45 minutos de actividad moderada, 3-5 días a la semana. 12. La terapia de apoyo unida al tratamiento mejora la pérdida de peso y el mantenimiento (evidencia B). También mejora el seguimiento, durante los 6 meses siguientes (evidencia B). 13. Hay dos fármacos indicados en el tratamiento de la obesidad: orlistat y sibutramina (evidencia B), que nunca deben sustituir la dieta, el ejercicio físico o los cambios en el estilo de vida. Tras una valoración, si no se consigue el efecto deseado en 4-6 semanas, deben retirarse. 14. Orlistat, cápsula de 120 mg. Disminuye la absorción del 30% de los triglicéridos de la dieta. Dosis: 1-3 cápsula/día. Condiciones de prescripción: a) Pacientes que hayan perdido al menos 2,5 kg con dieta y ejercicio el mes previo. b) IMC igual o superior a 28 en presencia de DM, HTA o dislipidemia. c) IMC igual o superior a 30 sin otros factores de riesgo. d) Mayor de 18 y menor de 75 años. e) Seguimiento por un médico. f) Continuación del tratamiento más de tres meses, sólo si han perdido el 5% del peso total desde el inicio. g) Continuación del tratamiento más de 6 meses si han perdido más del 10% del peso total. h) No aconsejable más de 12 meses y nunca más de 24. Efectos adversos: urgencia fecal y aumento del número de deposiciones. Interacciones: vitaminas liposolubles (KEDA). No dar con fibratos, biguanidas, acarbosa, anorexígenos. Ajustar dosis con pravastatina. 15. Sibutramina, cápsula de 10 y 15 mg. Inhibe la recaptación de serotonina y noradrenalina, anorexígeno central. Por sus frecuentes efectos secundarios de tipo anfetamínico, el incremento de la tensión arterial, tanto en normo como en hipertensos, la falta de experiencia en tratamientos superiores a un año, la no descartada aparición de los efectos secundarios que obligaron a retirar los otros anorexígenos y las numerosas interacciones, debe usarse con precaución. Contraindicaciones: HTA, embarazo y lactancia, niños, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, arteriopatía periférica, enfermedad cerebro vascular, arritmias, hipertiroidismo, hipertrofia benigna de próstata. Efectos adversos: aumento de la tensión arterial, taquicardia, cefalea, insomnio, sensación vertiginosa, ansiedad, estreñimiento, sequedad de boca. Interacciones: aumento de toxicidad con eritromicina, claritromicina, ketoconazol, itraconazol, ciclosporina, nifedipina, verapamil; incremento del riesgo de síndrome serotoninérgico maligno si se asocia con antidepresivos imipramínicos y tipo inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS), sumatriptán, dihidroergotamina, litio, opiáceos, inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO). 16. Otros tratamientos: fluoxetina: no ha demostrado eficacia al año de seguimiento. Su uso está aprobado en caso de bulimia, no de obesidad. 136 40. OBESIDAD 17. Conviene advertir a los pacientes acerca de los peligros potenciales de ciertas hierbas o fármacos de composición desconocida. 18. En el tratamiento de la obesidad de niños y adolescentes suele ser suficiente estabilizar el peso, aumentando la actividad física y con consejo conductual para instaurar hábitos saludables. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Clinical guidelines on the identification, evaluation, and treatment of overweight and obesity in adults: Executive summary. exert panel on the identification, evaluation, and treatment of overweight in adults. Am J Clin Nutr. 1998;68:899-917. • Córdoba García R, Ortega Sánchez-Pinilla R, Cabezas Peña C, Forés García D, et al. Recomendaciones sobre estilo de vida. Aten Primaria. 2001;28:32-5. • Grupo de Salud sobre Riesgo Cardiovascular de la Gerencia de Atención Primaria de Valladolid Oeste. Guía Clínica del manejo de la Obesidad. Junio 2003. Disponible en: www.fisterra.com/ guías2/obesidad.htm. • Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Consenso SEEDO 2000 para la evaluación del sobrepeso y la obesidad y el establecimiento de criterios de intervención terapéutica. Med Clin (Barc). 2000;115:587-96. 137 138 Sí No No Reevaluar. Empleo fármacos Sí ¿Quiere perder peso? ↓5%-10% en 6 meses Sí IMC < 34,9 Sí No Dieta, ejercicio, modificación conducta. Fármacos No No Obesidad 2.a Historia, exploración, analítica Sí IMC 30-39,9 EpS: educación para la salud; FRCV: factores de riesgo cardiovascular; IMC: índice de masa corporal. Refuerzo EpS mantenimiento Sí ↓5%-10% en 6 meses No Consejo: dieta, ejercicio Control periódico Dieta, actividad física, modificación de la conducta Sí ¿Quiere perder peso? No Peso estable grasa ginoide No FRCV Sí IMC 27-29,9 IMC > 27 No Sí No Refuerzo, control para mantenimiento Sí ↓>10% en 6 meses No Derivar Sí IMC > 40 Analizar razones. Fijar objetivos No Comorbilidad Sí RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 41. PREVENCIÓN PRIMARIA DE LA HIPERCOLESTEROLEMIA 41. PREVENCIÓN PRIMARIA DE LA HIPERCOLESTEROLEMIA Autores: T. Mantilla Morató y A. Nevado Loro IDEAS CLAVE 1. El diagnóstico de hipecolesterolemia se debe realizar tras dos determinaciones de colesterol total (CT) igual o superior a 250 mg/dl (6,48 mmol/l) entre una semana y tres meses de separación. 2. Perfil lipídico incluye: CT, lipoproteína de baja densidad (LDL), lipoproteína de alta densidad (HDL) y triglicéridos (TG). Requiere ayuno de 12 horas. 3. Para realizar el cálculo del riesgo cardiovascular (RCV) se recomienda utilizar las Tablas del Estudio SCORE para países de bajo riesgo, que estima mortalidad cardiovascular en 10 años. 4. Las hiperlipidemias familiares tienen un alto riesgo aterogénico, por lo que no se realiza cálculo del RCV. El objetivo de la LDL es inferior a 130 mg/dl (3,37 mmol/l). 5. La cifra de LDL se obtiene por la fórmula de Friedewald LDLc=CT-HDLc-TG/5. Si los triglicéridos (TG) son mayores de 400 mg/dl se debe calcular el LDL de forma directa o utilizar el colesterol no-HDL (CT-HDL) que será 30 mg/dl superior al marcado como LDL. 6. El paciente con diabetes mellitus presenta un RCV mayor que la población general. La ADA (American Diabetes Association) y el NCEP-III (National Cholesterol Education Program) equiparan el riesgo al paciente que ha sufrido un evento cardiovascular, por lo que recomiendan un objetivo de LDL inferior a 100 mg/dl. 7. Si el riesgo de mortalidad cardiovascular en 10 años es < 5%: dieta, abandono tabaco, ejercicio físico y mantener el RCV bajo. Repetir cada 5 años. 8. Si el riesgo de mortalidad cardiovascular en 10 años es ≥ 5%: RCV alto: consejo intensivo sobre modificaciones estilo de vida durante 3-6 meses. Si LDLc<100 mg/dl o RCV <5% insistir en modificaciones estilo de vida. Si persiste un RCV ≥ 5% añadir fármacos con el objetivo de conseguir un LDLc<100 mg/dl. 9. El fármaco de elección son las estatinas. Según la disminución de LDLc necesaria para el paciente se elegirá la estatina dependiendo de su potencia (atorvastatina, simvastatina, lovastatina, pravastatina, fluvastatina). 10. Asociación de fármacos: estatina+ezetimiba; estatina+resina; fibrato+resina; estatina+fibrato (no gemfibrozilo). 139 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • American Diabetes Association. Standards of medical care for patients with diabetes mellitus. Diabetes Care 2002; 25: S33-S49. • Conroy RM, Pyörälä K, Fitzgerald AP, Sans S, Menotti A, De Baker G, et al. Estimation of ten-year risk of fatal cardiovascular disease in Europe: the SCORE Project. Eur Heart J 2003; 24:987-1003. • Expert panel on detection, evaluation, and treatment of high blood cholesterol in adults. Summary of the second report of the National Cholesterol Education Program (NCEP) Expert Panel on Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Cholesterol in Adults (Adult Treatment Panel). JAMA 2001; 285: 2486-97. • Guía Europea de Prevención Cardiovascular en la Práctica Clínica. Tercer Grupo de trabajo de las sociedades europeas y otras sociedades sobre prevención cardiovascular en la práctica clínica. Aten. Primaria 2004; 34: 484-92. • Lago F, Blasco M, Álvarez A, Mantilla T, Llor C. Manual de práctica clínica en Atención Primaria: dislipemias. Barcelona: SCM; 2001. • Lago F, Álvarez A, Blasco M, Lapetra J, Llor C, Mantilla T, et al. Dislipemias. Recomendaciones semFYC 2ª edición. SemFYC ediciones; 2004. 140 No 141 LDLc < 100 mg/dl control cada 6 meses valorar fármaco LDL: lipoproteína de baja densidad; RCV: riesgo cardiovascular; DM: diabetes mellitus. Control/5 años Perfil lipídico/ Cálculo RCV RCV < 5% Riesgo alto RCV > 5% DM LDL < 130 mg/dl ¿Hiperlipidemia familiar? Perfil lipídico Control/2 años Control/5 años Calcular RCV Tabla SCORE Países bajo riesgo ≥ 250 mg/dl 200-249 mg/dl < 200 mg/dl Colesterol total (2 determinaciones) Sí 41. PREVENCIÓN PRIMARIA DE LA HIPERCOLESTEROLEMIA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 42. TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 CON ANTIDIABÉTICOS ORALES Autores: G. Mora Navarro, L. Camargo Donaire, M J. Suárez Mochales y D. Carpio Pinedo IDEAS CLAVE Antidiabéticos orales (ADO) según su mecanismo de acción Sulfonilureas (SU) Fármacos que estimulan la secreción pancreática de insulina o secretagogos Meglitinidas Fármacos que disminuyen la resistencia a la insulina Fármacos que retrasan la absorción de hidratos de carbono Glibenclamida Gliclacida Glipentida Glipizida Gliquidona Glimepirida Clorpropamida* Tolbutamida* Repaglinida (Rep) Nateglinida A nivel hepático: Biguanidas En tejidos periféricos: Tiazolidinedionas o glitazonas Metformina (Met) Butformina* Pioglitazona Rosiglitazona Inhibidores de alfaglucosidasas (IAG) Acarbosa (Aca) Miglitol *No se recomienda su utilización por sus importantes efectos adversos. 1. El primer paso en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es la intervención sobre los estilos de vida: dieta equilibrada y el ejercicio físico. 2. Si con ello no se consiguen los objetivos de control glucémico se debe iniciar tratamiento con antidiabéticos orales (ADO) en monoterapia: metformina (Met) si existe sobrepeso u obesidad o secretagogos si no. Los inhibidores de las alfaglucosidasas (IAG) se recomiendan como primer fármaco cuando el inadecuado control se debe a hiperglucemias posprandiales o si existe contraindicación para el uso de secretagogos o Met. 3. Cuando no se logran los objetivos con un solo ADO se iniciará terapia combinada con ADO. En situaciones concretas (contraindicación de ADO, preferencia del paciente, etc.) es posible añadir una dosis de insulina al fármaco o pasar directamente a insulinoterapia. Las combinaciones de ADO más usadas son: 142 42. TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 CON ANTIDIABÉTICOS ORALES a) Sulfonilureas (SU)+Met: es la combinación más estudiada y se ha demostrado utilidad añadiendo Met a pacientes inicialmente controlados con SU y viceversa. b) Repaglinida (Rep)+Met: combinación equiparable a la anterior pero menos estudiada. c) La combinación de IAG con SU o con Met (menos estudiada y con frecuentes efectos adversos gastrointestinales) es útil para corregir las hiperglucemias posprandiales. d) Pioglitazona y rosiglitazona tienen su uso autorizado en España en dos situaciones: – Combinadas con SU únicamente si existe contraindicación o intolerancia a Met. – Combinadas con Met únicamente en pacientes obesos. e) Nateglinida esta autorizada en asociación con Met cuando no se consigue buen control con Met a dosis máxima. f) Si no se logra el control, es posible la asociación de tres fármacos (secretagogo +Met+IAG), sobre todo en pacientes que rechazan insulinización. 4. Si el tratamiento con ADO no consigue el control se pautará una combinación de un ADO y una dosis única de insulina (Ins) intermedia generalmente nocturna: a) SU+dosis única de Ins. Consigue reducciones importantes de la HbA1c con menor requerimiento insulínico, menor ganancia de peso y mejor aceptación de la insulinoterapia. b) Met+Ins. En paciente con sobrepeso tratados con varios fármacos, se suspenden todos menos la Met y se asocia una dosis nocturna de Ins; si con ello no se logra el control se añadirá a la Met dosis múltiples de Ins. También es útil añadir Met a pacientes mal controlados con insulina en monoterapia. d) Aca+Ins: menos estudiada. Útil para reducir las glucemias posprandiales y la dosis de insulina en pacientes tratados con Ins en monoterapia. e) Ins+dos ADO: combinaciones menos estudiadas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • American Diabetes Association. Clinical Practice Recommendations 2003. Diabetes Care. 2003; 26 Suppl 1. • Fernández Fernández I. Actualización en antidiabéticos orales. Inf Ter Sist Nac Salud. 2001;25:33-45. 143 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • Godoy Arno A, Franch Nadal J, Mata Cases M. Proyecto COMBO. Criterios y pautas de terapia combinada en la Diabetes tipo 2. Documento de consenso (I). Aten. Primaria. 2001;27:197-206. • Godoy Arno A, Franch Nadal J, Mata Cases M. Proyecto COMBO. Criterios y pautas de terapia combinada en la Diabetes tipo 2. Documento de consenso (II). Aten. Primaria. 2001;27:351-63. 144 42. TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 CON ANTIDIABÉTICOS ORALES TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2 CON ANTIDIABÉTICOS ORALES Modificación de estilos de vida: dieta y ejercicio Mal control ¿Sobrepeso? No Sí Iniciar tratamiento con secretagogo Iniciar tratamiento con metformina Mal control Mal control Añadir 2.° fármaco (Metformina o IAG o glitazona) Añadir 2.° fármaco (Secretagogo o IAG o glitazona) Mal control Mal control Añadir 3.er fármaco Añadir 3.er fármaco Metformina + 1 dosis de insulina Secretagogo + 1 dosis de insulina Mal control Metformina + dosis múltiples de insulina Mal control Mal control Insulina en monoterapia (dosis múltiples) Alternativas posibles: individualizar; IAG: inhibidores de las alfa glucosidasas. 145 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA NEUMOLOGÍA 43. DIAGNÓSTICO DEL ASMA Autores: J. Méndez-Cabeza Velázquez, L. Olmo Enciso, J. Molina París y S. Núñez Palomo IDEAS CLAVE 1. El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias de etiología no del todo conocida. En los individuos susceptibles, esta inflamación determina episodios recurrentes de obstrucción bronquial de intensidad variable con tos, sibilancias, disnea y opresión torácica, que suele empeorar por la noche o en la madrugada. Estos episodios se asocian generalmente a un estrechamiento de las vías aéreas variable y con frecuencia reversible de forma espontánea o con tratamiento. Esta inflamación produce también un aumento de la hiperrespuesta bronquial a gran variedad de estímulos. Las pruebas de función pulmonar permiten estudiar: la obstrucción bronquial, la reversibilidad, la variabilidad y la hiperreactividad bronquial. 2. El diagnóstico de confirmación se realiza con espirometría forzada. La relación FEV1/ FVC detecta la obstrucción. El FEV1 valora el grado de obstrucción y la respuesta al tratamiento. 3. La reversibilidad se evalúa mediante la prueba broncodilatadora (PBD), es positiva cuando el resultado del FEV1 o de la FVC es superior al 11% del basal y el incremento de volumen es de al menos 200 ml en valor absoluto. La sospecha clínica, asociada a una obstrucción espirométrica con PBD positiva, es diagnóstica de asma. 4. Si existe obstrucción y la PBD no es positiva, se debe realizar una prueba con corticoides. Si éstos logran la normalización de la obstrucción se considera que el paciente puede tener asma y se beneficiaría del uso de ellos. Un resultado negativo no excluye enfermedad. 5. La variabilidad se calcula mediante el FEM (registro domiciliario del flujo espiratorio máximo [RDFEM], por la mañana y por la noche) durante 10-15 días. Un resultado superior al 20% es diagnóstico de asma. Si es inferior al 20% es deseable realizar una prueba de carrera libre. Se considera positivo cuando el descenso máximo del FEV1 o del FEM es superior al 15% del basal, pero un resultado negativo no excluye asma, debiéndose realizar pruebas de provocación bronquial con metacolina o histamina. 146 43. DIAGNÓSTICO DEL ASMA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Calvo E, Hernández E, Llauguer MA, Molina J, Naberan K, y Grupo de Respiratorio de semFYC. Asma. En: Recomendaciones semFYC. Barcelona: Edide; 1996. • Global Strategy for Asthma Management and Prevention. NHLBI/WHO. Disponible en: www.ginasthma.com.2002. • Martín Escribano P, Molina París J. Asma bronquial. En: López Encuentra A, Martín Escribano P, editores. Neumología en Atención Primaria. Madrid: Aula Médica; 1999. p. 269-98. • Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria y Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Recomendaciones para la atención del paciente con asma. Arch Bronconeumol. 1998;34:394-9. 147 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Signos y síntomas guía Anamnesis Espirometría forzada PBD Patrón normal PBD (-) RDFEM Patrón obstructivo PBD (+) Patrón obstructivo PBD (-) Reversibilidad casi total Variabilidad > 20% Ensayo terapéutico Variabilidad < 20% No reversibilidad < 20 años Edad Prueba de carrera libre (+) Persiste No sospecha de asma > 20 años Sí (-) Persiste sospecha de asma (+) Tratamiento con corticoides Sí No (-) (+) Prueba de Broncoprovocación (-) Expectativa, nueva valoración y considerar otra enfermedad Diagnóstico de asma PBD: prueba de broncodilatación; Patrón normal: FEV1 > 80%, FEV1/FVC < 70%, FVC > 80%; Patrón obstructivo: FEV1 < 80%, FEV1/FVC < 70%, FVC normal o disminuido; RDFEM: resgistro diario del flujo espiratorio máximo. 148 Expectativa, nueva valoración y considerar otra enfermedad 44. DIAGNÓSTICO DE LA EPOC 44. DIAGNÓSTICO DE LA EPOC Autores: J. Méndez Cabeza Velázquez, J. Molina París, G. Lumbreras García y S. Núñez Palomo IDEAS CLAVE 1. Presencia de una obstrucción crónica y poco reversible al flujo aéreo demostrado mediante espirometría forzada y causada por la existencia de bronquitis crónica (BC) y/o enfisema pulmonar (EP). 2. BC (criterio clínico): presencia de tos productiva al menos durante tres meses al año, dos o más años consecutivos, siempre que se hayan descartado otras causas de tos crónica. 3. EP (criterio anatomopatológico): agrandamiento anormal y permanente del espacio aéreo distal al bronquiolo terminal, acompañado por destrucción de las paredes alveolares, sin fibrosis previa. 4. Manifestaciones clínicas: aparición de tos y expectoración crónicas, a las que se asocian progresivamente infecciones respiratorias frecuentes y disnea más tarde. 5. “Paquetes-año”, se calcula dividiendo el número de cigarrillos fumados al día entre 20, y el resultado se multiplica por el número de años que ha fumado. 6. Estudio diagnóstico inicial: espirometría forzada, con prueba broncodilatadora (PBD), y radiografía de tórax. Seguimiento con espirometría. 7. Otras pruebas útiles en el estudio completo son: hemograma, electrocardiograma, proteinograma (despistaje del déficit de alfa-1-antitripsina en < 40 años y enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC]), gasometría arterial, pulsioximetría, medición de la capacidad de los volúmenes estáticos y de la difusión pulmonar del monóxido de carbono (DLCO), tomografía computarizada y pruebas de esfuerzo. 8. Se objetiva obstrucción cuando la relación FEV1/ FVC es inferior al 70% y el FEV1 inferior al 80% del valor de referencia. 9. La PBD es habitualmente poco reversible. Es positiva si el cambio del FEV1 posbroncodilatador es superior al 11% del basal y superior en 200 ml en valores absolutos. 10. El FEV1 se utiliza para definir el nivel de gravedad y establecer el deterioro funcional: EPOC leve > 80% del teórico, moderado 50-79%, grave 30-49%, muy grave < 30%. 11. El consejo antitabaco es la medida terapéutica más importante (evidencia A). 149 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Álvarez-Sala JL, Cimas E, Masa JF, Miravitlles M, Molina J, Naberan K, et al. Recomendaciones para la atención al paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. SemFYC-SEPAR. Arch Bronconeumol. 2001;37:269-78. • Calvo E, Cimas E, Hernández E, Llauguer MA, Molina J, Naberan KX, y Grupo de Respiratorio de semFYC. EPOC. En: Programas Básicos de Salud. Programa del Adulto. Madrid: Ed. Doyma; 1999. • Pauwels RA, Buist AS, Calverley PMA, Jenkins CR, Hurd SS. Global strategy for the diagnosis, management and prevention of Chronic Obstructive Pulmonary Disease. National Heart, Lung and Blood Institute/WHO. Global Initiative for Obstructive Lung Disease (GOLD), Workshop Summary. Am J Respir Crit Care Med. 2001;163:1256-76. • The COPD Guidelines Group of the Standard of Care Committee of the British Thoracic Society (BTS). BTS Guidelines for the Management of Chronic Obstructive Pulmonary Disease. Thorax. 1997;52 Suppl: S1-28. 150 44. DIAGNÓSTICO DE LA EPOC Sospecha clínica de EPOC Síntomas compatibles Fumador > 10 paquetes-año > 40 años No EPOC Nueva valoración Normal Espirometría forzada Patrón no obstructivo ESTUDIO PATOLOGÍA RESTRICTIVA DLCO Medición de volúmenes estáticos (CPT, CRF, VR) Valorar derivación Neumología PATRÓN OBSTRUCTIVO PBD Negativa Positiva Nueva valoración Registro domiciliario FEM Tratamiento (broncodilatodores y corticoides inhalados u orales) No Variabilidad Reversibilidad Sí EPOC EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; PBD: prueba broncodilatadora. 151 Asma RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 45. DISNEA Autores: J. Díaz Sánchez, P. Montes Barbero, D. Martín Acicoya y M. Canals Aracil IDEAS CLAVE 1. La disnea se define como la “sensación de falta de aire”, que aparece durante el reposo o con un grado de actividad física inferior a la esperada. No se considera patológica cuando aparece con el ejercicio extenuante en individuos sanos con buena condición física ni con el ejercicio moderado en personas sanas no acostumbradas al esfuerzo. 2. La mayor parte de los pacientes con disnea de evolución crónica o de causa no clara en un examen inicial tienen una de estas 4 etiologías: asma bronquial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad intersticial pulmonar o una cardiopatía. 3. Una correcta anamnesis puede darnos la orientación diagnóstica en dos terceras partes de los casos. 4. Puesto que las causas orgánicas más frecuentes de disnea son cardíacas y pulmonares, los métodos más útiles para evaluar la disnea son el electrocardiograma y la radiografía de tórax. Sólo pueden excusarse en los casos en los que se tenga certeza de que la disnea es de origen psicógeno. 5. La espirometría debe realizarse en todo paciente en el que las pruebas iniciales no proporcionen el diagnóstico. 6. Los criterios de traslado urgente al centro de referencia por un cuadro de disnea son: a) Disnea aguda con inestabilidad hemodinámica. b) Disnea aguda subsidiaria de estudio urgente y no disponer de pruebas complementarias. c) Necesidad de tratamiento urgente no disponible en centro de trabajo. 7. La inestabilidad hemodinámica se puede mostrar de las siguientes maneras: a) Dolor torácico o síncope. b) Disnea o taquipnea extremas. c) Alteraciones del nivel de conciencia. d) Alteraciones en la tensión arterial (hipo o hipertensión). e) Cianosis, mala perfusión periférica, desaturación. 8. Aunque existen varias escalas para evaluar la disnea, la interpretación puede ser difícil debido a la subjetividad del síntoma. Una de las escalas más empleadas es la de la NYHA (New York Heart Association): 152 45. DISNEA a) Clase I: ausencia de síntomas con la actividad habitual. b) Clase II: síntomas con actividad moderada. c) Clase III: síntomas con escasa actividad. d) Clase IV: síntomas en reposo. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Anonimus. American Thoracic Society. Dyspnea. Mechanisms, assesment, and management: a consensus statement. Am J Respir Crit Care Med. 1999;159:321-40. • Laluezo Blanco A, Gracia Lorenzo V, et al. Disnea. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Universitario 12 de Octubre. 5.ª ed. 2003(10):91-8. • Morgan W, Hodge H. Diagnostic evaluation of dyspnea. American Family Physician. 1998;15;57(4):711-6. • Prats Graciá E, Alonso Peces E, et al. Protocolo diagnóstico de disnea. Medicine. 1997; 7 (36): 1601-3. 153 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Disnea Anamnesis Exploración física Síndrome de distrés respiratorio del adulto (SRDA) Anamnesis Exploración física Tromboembolismo pulmonar (TEP) Volet costal ¿Origen psicógeno? No ¿Inestabilidad hemodinámica? Sí Actitud urgente Neumotórax a tensión Sí Tratamiento Otros: IAM, EAP... No Menos de 1 semana Duración Más de 1 semana ECG, Rx tórax Analítica, espirometría ECG, Rx tórax Patrón de condensación pulmonar (neumonía): Tos, expectoración, dolor pleurítico, fiebre... Espirometría normal Sospecha causa neumológica Patrón pleural (neumotórax, derrame): Dolor lancinante, disnea súbita Patrón de obstrucción vascular pulmonar (TEP): dinea brusca, taquipnea, taquicardia, factores de riesgo de enfermedad tromboembólica, etc. Patrón mecánico: traumatismos, contusiones, etc. Otros: fiebre, trastornos metabólicos, fármacos, etc. PBD, PBP, Registro PF ¿Sospecha de enfisema o proceso intersticial? VOL DLCO Espirometría: Patrón restrictivo Patrón de obstrucción aérea: Extratorácico (ingesta cuerpo extraño):estrilor inspiratorio Intratorácico (alergenos, humos, asma): sibilancias espiratorias, etc. Patrón de edema pulmonar: Cardiogénico: ortopnea, edemas, DPN, etc. No cardiogénico: sepsis, traumatismo, etc. (SDRA) ¿Sospecha de hiperreactividad bronquial? VOL DLCO Espirometría: Patrón obstructivo Reversible: PBD positiva No reversible: PBD negativa Sospecha causa cardiológica Ecocardiograma, Holter, etc. Sospecha otras causas Neurológicas, digestivas, endocrinológicas, anemia, etc. IAM: infarto agudo de miocardio; ECG: electrocardiograma; Rx: radiografía. 154 46. NEUMONÍA 46. NEUMONÍA Autores: J. M. Molero García, J. Redondo Sánchez y J. Muñoz Gutiérrez IDEAS CLAVE Pneumonia Patient Outcome Research Team (PORT) Paciente con NAC No ¿Tiene más de 50 años? ¿Tiene historia de alguno ¿Presenta? de los siguientes procesos? No Alteración del Enfermedad neoplásica estado mental ICC FC >125 lpm Enfermedad cerebrovascular FR >30 rpm Enfermedad renal TAS <90 mmHg Enfermedad hepática Tª <35°C o >40°C Sí No CLASES II: manejo ambulatorio Clase III: ambulatorio/hospitalario Clase IV, V: hospitalización CLASE I Escalas de valoración de riesgo de mortalidad CURB-65 / CRB-65 Manejo de NAC en función de resultado de CURB-65 Clase Descripción de ítems (1 punto por cada ítem) CURB-65 CRB-65 Manejo C 0-1 0, 1 - Domicilio Confusión mental. Desorientación temporoespacial (Test Mental Abreviado < 8 ítems) U Urea plasmática ≥ 7 mmol* R Frecuencia Respiratoria ≥ 30/min 2 2 Valoración hospital B Baja presión arterial: PAS <90 mmHg y PAD < 60 mmHg 3-4-5 3-4 Ingreso hospitalario 65 Edad ≥ 65 años *En CRB-65 se elimina este parámetro • El diagnóstico de neumonía adquirida en la comunidad (NAC), exige la existencia de una sintomatología clínica de infección respiratoria aguda, con o sin signos auscultatorios de condensación y una demostración radiológica de infiltración pulmonar no atribuible a otra causa, en un paciente que no ha permanecido hospitalizado en los últimos 14 días. • La etiología de las neumonías viene determinada por diferentes factores: edad, área geográfica, ámbito de presentación, gravedad del proceso, presencia de comorbilidad en el paciente y características epidemiológicas. 155 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • La presencia de comorbilidad (diabetes, insuficiencia cardíaca, cirrosis, insuficiencia renal, EPOC, alcoholismo) es el factor más determinante en la etiología, para la presencia de gérmenes resistentes a antibióticos, la existencia de complicaciones y la necesidad de hospitalización. • La mortalidad global oscila entre el 5-30%. Una tercera parte de las NAC precisa ingreso hospitalario, por este motivo en toda NAC debe realizarse una valoración individual de la gravedad o riesgo de evolución complicada o mortalidad y decidir el lugar de tratamiento (domicilio u hospitalario). • La decisión final de ingreso hospitalario, debe ser individualizada, basada en la situación clínica, escalas de severidad, aspectos sociales y psiquiátricos del paciente y deseos del mismo. • Los hallazgos clínicos aunque pueden orientar el diagnóstico en algunos casos, no permiten diferenciar entre cuadros de NAC típicos y atípicos. La mayoría de los casos se manejan como NAC sin orientación etiológica. • El rendimiento de las pruebas complementarias para establecer el diagnóstico etiológico es poco rentable y se reservan para los paciente que requieren hospitalización. • El tratamiento debe ser empírico, con la pauta antibiótica más adecuada ante la etiología más probable. En la elección del tratamiento se debe recurrir además de las manifestaciones clínicas y radiológicas, factores epidemiológicos y características microbiológicas de la zona, a la severidad del proceso, edad del paciente y presencia de patología asociada. • En el tratamiento de las NAC debe incluirse un antibiótico activo frente a S. pneumoniae, ya que es el germen más frecuente. • Los gérmenes “atípicos” están aumentando su frecuencia (20-40%) y deben considerarse como posibles patógenos asociados a todos los grupos de pacientes con NAC. • La elevada tasa de resistencia del neumococo a penicilina (40-50%), la ha relegado a un antibiótico de segunda elección. La amoxicilina es la aminopeniclina oral más activa frente al neumococo, con un 95% de cepas sensibles a altas dosis del antibiótico, sólo o asociado a inhibidor de betalactamasas. • Entre el 30-40% de los neumococos son resistentes a macrólidos, por lo que su utilización como monoterapia no es recomendable, excepto en caso de elevada probablidad de NAC atípica. • Un tercio de las cepas de hamophilus influenzae son resistentes a penicilinas por producción de betalactamasas, siendo sensible a la combinación amoxicilina-clavulámico. • Las quinolonas son activas contra los agentes etiológicos más frecuentes de las neumonías típicas y atípicas y pueden usarse como monoteropia. Su utilización como tratamiento de primera elección debe reservarse para los casos de neumonía en 156 46. NEUMONÍA • • • • • • pacientes hospitalizados o de abordaje extrahospitalario en los que falla el tratamiento de 1ª elección, presentan alergia a los fármacos de 1ª elección o existe la sospecha de gérmenes poco habituales o de neumococo de elevada resistencia a betalactámicos. La telitromicina es activa frente a los gérmenes atípicos y al neumococo resistente a penicilina y resistente a eritromicina, por lo que se considera una alternativa a los macrólidos en caso de sospecha de presencia de neumococo resistente, cuando se tenga que utilizar un macrólido. Todo paciente con NAC debe ser reevaluado clínicamente en 48-72 horas y el tratamiento empírico debe mantenerse al menos durante este tiempo. La falta de respuesta al tratamiento empírico el empeoramiento en los 3-4 primeros días, es un criterio de hospitalización del paciente. La duración del tratamiento se relaciona con la etiología: 7-10 días para las NAC, 14 días para las atípicas y 3 semanas para la infección por legionella. La resolución radiológica es más lenta que la clínica: 50-60% de los pacientes tiene radiología normal a las 4 semanas y el 95% a las 12 semanas (más lenta en ancianos y presencia de comorbilidad). La estrategia de prevención de la NAC más adecuada es la de facilitar la vacunación antigripal y antineumocócica cuando esté indicada. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Fine MJ, Auble TE, Yealy DM, Hanusa BH, Weissfeld LA, Singer DE. A prediction rule to identify low-risk patients with community-acquired pneumonia. N Engl J Med 1997; 336: 243-50. • Lionel A. Mandell, John G. Bartlett, Scott F. Dowell, Thomas M. File, Jr., Daniel M. Musher, and Cynthia Whitney .Update of Practice Guidelines for the Management of Community-Acquired Pneumonia in Immunocompetent Adults. Infectious Diseases Society of America. Clinical Infectious Diseases 2003; 37:1405-1433. Disponible en URL: www.journals.uchicago.edu/CID/journal/issues/ v37n11/32441/32441.html. • Tratamiento antibiótico empírico inicial de la neumonía adquirida en la comunidad en el paciente adulto inmunocompetente. Consenso SEPAR, SEQ, SEMI, SEMES. Rev Esp Quimioterapia 2003; 16: 457-66. Disponible en URL: www.seq.es/seq/0214-3429/16/4/457.pdf. • Protocolos clínicos SEIMC. Pachón J. Infecciones en el tracto respiratorio inferior. [Consultado 1 de junio del 2003]. Disponible en URL: www.seimc.org/protocolos/clinicos/proto1.htm#3. 157 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • Manejo clínico de las neumonías adquiridas en la comunidad. Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas (SAEI) y la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFYC). Enferm Infecc Microbiol Clin 2003;21(7):350-357. Disponible en URL: http://db2.doyma.es/ p d f / 2 8 / 28v21n07a13050526pdf001.pdf. • BTS guidelines for the management of community acquired pneumonia in adults - 2004 update. Pneumonia Guidelines Committee of BTS Standards of Care Committee [Internet]. 2004. [Visitada el 10 de Enero de 2005]. Disponible n URL: www.brit-thoracic.org.uk/docs/MACAPrevisedApr04.pdf. • Picazo JJ, Betriu C, Rodríguez-Avial I, Culebras E, Gómez M.Vigilancia de resistencias a los antimicrobianos: estudio VIRA 2004. Enferm Infecc Microbiol Clin 2004;22(9):517-25. 158 46. NEUMONÍA Síntomas clínicos y auscultatorios de sospecha de NAC Radiología de tórax Infiltrado radiológico Sí Diagnóstico de NAC No Valorar otros diagnósticos Criterios convencionales de hospitalización Senilidad (> 70 años) Compromiso o insuficiencia respiratoria severa Comorbilidad o IDP Inestabilidad hemodinámica o sospecha de bacteriemia Afección Rx multilobular, derrame o cavitación Sospecha de neumonía por aspiración Alteracion del nivel de conciencia Alcoholismo, problema social, psiquiátrico grave Incapacidad para realizar tratamiento oral ¿Contraindicaciones del tratamiento ambulatorio? Sí No Calcular el índice de gravedad de la neumonía (PORT, CURB) Derivación al hospital Riesgo elevado, PORT (Clase IV, V) CURB Riesgo leve/moderado de complicaciones (clase I, II, o III) Iniciar tratamiento empírico en domicilio Adulto joven (< 60 a) Edad avanzada (> 60 a) Comorbilidad y/o patógenos no habituales (1) Comorbilidad y/o patógenos no habituales (1) Sí No No ¿Elevada sospecha de neumonía típica? No Sí Amoxicilina 1 g (VO), 7-10 días alternativa: Cefalosporina 2.a G, macrólidos, FQ, tetracicinas Fumador: amoxi/ clavulánico Sí Probilidad elevada de NAC “atípica” Macrólidos (VO), 14 días Alternativa: FQ Mantener tratamiento Seguimiento clínico y radiológico Sí Amoxicilinaclavulánico: 875- 125 mg (VO) ó 2000/125/12h 7-10 días Alternativa: doxicilina, FQ ¿Respuesta al tratamiento en 72 h? Amoxicilinaclavulánico: 875- 125 mg (VO) ó 2000/125/12h +/- macrólidos, 10-14 días Alternativa: FQ Telitromicina 800 mg (VO) 7-10 d No Cefalosporinas 2.a/3.a G, o amoxicilinaclavulánico + macrólidos, (VO/IV). o FQ, (VO/IV) 14-21 días (1) Factores de riesgo de patógenos poco habituales y de neumococo resistentes a betalactámicos Edad avanzada Alcoholismo Tratamiento esteroideo o antibiótico en últimos 3 m IDP Comorbilidad Exposición a niños procedentes de guarderías Ausencia de respuesta al tratamiento en 48-72 h Datos Rx sospechosos o atípicos Sospecha de microaspiración NAC de comienzo muy grave NAC progresiva o refractaria, resistente al tratamiento, complicaciones, no infecciosa NAC: neumonía adquirida en comunidad; FQ: fluorquinolonas; IDP: inmunodeprimido; IRC: insuficiencia renal. 159 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 47. TOS CRÓNICA Autores: J. Molina París, J. Méndez-Cabeza Velázquez, S. Núñez Palomo y S. García Estévez IDEAS CLAVE 1. La tos de larga evolución es aquella que persiste más de tres semanas, no está ligada a un proceso agudo, y cuya etiología hasta ese momento es desconocida. 2. La etiología más frecuente de tos crónica es el tabaco. 3. La historia clínica es la herramienta más eficiente para orientar el proceso diagnóstico. 4. Debe valorarse una posible causa farmacológica (colirios, gotas nasales y, especialmente, pacientes tratados con inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina [IECA]). 5. En no fumadores las causas más importantes son el goteo nasal posterior, el asma y el reflujo gastroesofágico, por este orden. Estas tres explican la tos de larga evolución en el 94% de los casos. 6. La exploración otorrinolaringológica, la cardíaca y la pulmonar aportan importante información para el diagnóstico. 7. La radiografía de tórax representa la exploración complementaria más útil. Está indicada siempre que la anamnesis y el examen físico no han permitido un diagnóstico preciso. Suele ser normal en procesos extrapulmonares, tabaquismo o asma. Permite, generalmente, excluir enfermedades graves, como el carcinoma broncogénico, la sarcoidosis o la fibrosis pulmonar. 8. Las radiografías de senos y lateral de cavum, y la espirometría con prueba broncodilatadora o el registro de la variabilidad domiciliaria del flujo espiratorio máximo (FEM), tienen un rendimiento diagnóstico alto cuando no se ha llegado al diagnóstico definitivo. 9. El tratamiento dependerá de la etiología. En todos los casos el paciente deberá dejar de fumar. 10. El tratamiento farmacológico específico es altamente eficaz (88%-95%). Por ello, la utilización de fármacos antitusivos inespecíficos, que no han demostrado claramente su eficacia en ensayos clínicos, o de antibióticos de forma indiscriminada debe restringirse. 11. La derivación está indicada cuando se precisan exploraciones complementarias no accesibles desde Atención Primaria, cuando existe falta de respuesta a un tratamiento correcto o se presentan complicaciones de difícil control. 12. La tos de larga evolución puede ser la manifestación principal de una enfermedad grave. 160 47. TOS CRÓNICA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • De Diego A, Perpiñá M. Estudio y diagnóstico de la tos crónica en el adulto. Arch Bronconeumol. 2000;36:208-20. • Irwin RS. Silencing chronic cough. Hospital Practice. 1999;15:53-60. • Molina París J, Olmo Enciso L. Tos de larga evolución. En: Guía de Actuación en Atención Primaria, ed. Barcelona: Edide; 2000. 2.ª • Palombini BC, Castilhos CA, Araújo E, Leite O, Carneiro D, Prestes D, et al. A pathogenic triad in chronic cough. Chest. 1999;116:279:84. • Plaza Moral V. Manejo diagnóstico de la tos crónica. Arch Bronconeumol. 2002; 38 Supl 7:22-6. • Ross Lawler W. An office approach to the diagnosis of chronic cough. American Family Physician. 1998;58:2015-22. 161 Anormal Reevaluar 162 Tratamiento específico Asma Espirometría + PBD Registro del FEM Persiste tos Derivación RGE pH-metría 24 h Tránsito gastroduodenal Gastroscopia PBD: prueba broncodilatadora; FEM: flujo espiratorio máximo; IECA: inhibidor de la enzima conversora de la angiotensina; TAC: tomografía axial computarizada; ORL: otorrinolaringológica. Curación Goteo nasal posterior Exploración ORL Rx senos y/o cavum Estudio de las tres causas principales en no fumadores Normal Rx tórax Tratamiento específico Persiste tos Causa no evidente Causa evidente Historia clínica Tos de larga evolución Ecocardiograma TAC Broncoscopia Investigar la causa Tratamiento específico Persiste tos tras 4 semanas Suspender tabaco Valorar uso de IECA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 48. TRATAMIENTO DEL ASMA 48. TRATAMIENTO DEL ASMA Autores: J. Méndez-Cabeza Velázquez, J. Molina París, L. Olmo Enciso y S. Núñez Palomo IDEAS CLAVE 1. El tratamiento del paciente con asma engloba tres aspectos básicos: medidas de evitación, educación sanitaria y tratamiento farmacológico. 2. Debe evitar: fumar, exponerse al humo de otros fumadores, el polvo de la casa, irritantes (laca, insecticidas, pinturas, colonias, humos), tener animales domésticos en el domicilio y fármacos desencadenantes de asma. 3. Los objetivos de la educación son: conocer qué es el asma y los signos y síntomas que se deben controlar para determinar el estado de su enfermedad en cada momento, resolver todas aquellas dudas que tenga el paciente, evitar desencadenantes, conocer los fármacos empleados en el tratamiento, la forma correcta de administrarlos y la diferencia entre los “aliviadores” y los “preventivos”, saber qué medidas tomar cuando están iniciando una crisis leve y qué hacer cuando no mejora o en situaciones más difíciles. 4. Los beta2-adrenérgicos de vida media corta se deben usar únicamente cuando hay síntomas. En las crisis de asma representan el tratamiento de elección, administrados siempre con cámara espaciadora. 5. Los beta2-adrenérgicos de vida media larga son útiles para la prevención de los síntomas a largo plazo, principalmente nocturnos, además de evitar el broncoespasmo inducido por el ejercicio. No se deben usar como medicación de rescate, ni como tratamiento único del asma. 6. El bromuro de ipratropio es útil como fármaco de rescate en niños pequeños, en personas mayores y en pacientes con cardiopatía. 7. La teofilina tiene un efecto broncodilatador inferior, provoca efectos secundarios más importantes y frecuentes y tiene un margen terapéutico estrecho. 8. Los corticoides inhalados son la base del tratamiento del asma crónico persistente. Se debe mantener la dosis que consiga controlar los síntomas durante tres meses, para después reducirla hasta alcanzar la mínima eficaz. En situaciones de mal control se recomienda, antes de aumentar la dosis, añadir un beta2-adrenérgico de vida media larga, siempre que previamente se haya comprobado la adherencia al tratamiento y una correcta técnica de inhalación. 9. Los corticoides orales sólo se usan en pacientes con asma grave mal controlada y en crisis, administrados en pautas cortas. 10. Los antileucotrienos son eficaces en el tratamiento de mantenimiento del asma leve o moderado, su utilización permite reducir la dosis de corticoides inhalados. 163 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 11. Las cromonas son útiles como tratamiento preventivo, en el tratamiento de mantenimiento del asma persistente leve en niños, como coadyuvante a los corticoides inhalados, o como alternativa si éstos no se toleran o se rechaza su uso. 12. El uso de la inmunoterapia puede considerarse en asma persistente leve, con sensibilización a un solo alergeno demostrado por la historia clínica y las pruebas cutáneas, y cuando no se logra controlar los síntomas a pesar de un tratamiento farmacológico y medidas de evitación correctos. 13. Los avances en los conocimientos de los mecanismos inmunológicos del asma han permitido valorar nuevas estrategias terapéuticas en investigación: antagonistas de la IgE, anticuerpos monoclonales (anti CD4, anti IL-4, anti IL-5), suplatast tosilate, promoción de citocinas del fenotipo Th1 y la administración de IL-12 recombinante humana. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Calvo E, Hernández E, Llauguer MA, Molina J, Naberan K y Grupo de Respiratorio de semFYC. Asma. En: Recomendaciones semFYC. Barcelona: Edide; 1996. • Global Strategy for Asthma Management and Prevention. NHLBI/WHO, 2002. Disponible en: www.ginasthma.com. • Martín Escribano P, Molina París J. Asma bronquial. En: López Encuentra A, Martín Escribano P, editores. Neumología en Atención Primaria. Madrid: Aula Médica; 1999. p. 269-98. • Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria y Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Recomendaciones para la atención del paciente con asma. Arch Bronconeumol. 1998;34:394-9. 164 48. TRATAMIENTO DEL ASMA Algoritmo del tratamiento del paciente con asma según el nivel de gravedad Asma Intermitente Síntomas: < 1 vez sem asintomático entre crisis Síntomas nocturnos: < o = 2/ mes FEM o FEV1 > 80% Variabilidad < 20% Beta2-agonistas de corta duración inhalados a demanda Beta2-agonistas de corta duración o cromoglicato antes del ejercicio o de la exposición al alergeno En < 2 años se puede usar bromuro de ipratropio Persistente leve Persistente moderado Persistente grave Síntomas: > 1 vez sem. Síntomas nocturnas: > 2/mes FEM o FEV1 > 80% Variabilidad 20%-30% Síntomas: diarios, afectan a la vida normal Síntomas nocturnos: > 1/mes FEM o FEV1 60% Variabilidad > 30% Síntomas contínuos, actividad física diaria muy alterada. Síntomas nocturnos: casi diarios FEM o FEV1< 60% Variabilidad > 30% Beta2-agonistas de corta duración inhalados a demanda Corticoides inhalados como primera elección Se pueden usar inicialmente inhidores de los leucotrienos Se pueden añadir beta2-agonistas de larga duración, especialmente si hay síntomas nocturnos En niños se puede comenzar con cromoglicato o nedocromil antes de considerar los corticoides inhalados, que se emplearán si los anteriores no son suficiente Teofilinas retardadas Corticoides inhalados y beta2agonistas de larga duración Añadir un inhibidor de los leucotrienos, especialmente en pacientes sensibles a la aspirina y en la prevención del broncoespasmo inducido por el ejercicio Si es preciso, usar teofilinas de acción retardada Beta2-agonistas de corta duración inhalados FEM: flujo espiratorio máximo; FEV1: volumen espiratorio máximo en 1 segundo. 165 Corticoides inhalados a dosis altas Beta2-agonistas de larga duración Corticoides orales Inhibidor de los leucotrienos Añadir, si es preciso, bromuro de ipratropio inhalado o teofilinas de acción retardada Beta2-agonistas de corta duración inhalados RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 49. TRATAMIENTO DE LA EPOC Autores: J. Méndez-Cabeza Velázquez, J. Molina París, G. Lumbreras García y S. Núñez Palomo IDEAS CLAVE 1. Los objetivos del tratamiento son: abandonar el hábito tabáquico, preservar la función pulmonar o reducir su deterioro, detectar y tratar precozmente las agudizaciones y complicaciones, mejorar la calidad de vida y aumentar la supervivencia. 2. Las únicas medidas que han demostrado aumentar la expectativa de vida son: el abandono del hábito tabáquico y la oxigenoterapia crónica domiciliaria cuando está indicada. 3. Recomendaciones generales: alimentación equilibrada para mantener peso ideal, ejercicio físico, evitar exposición a humos y polución atmosférica, vacunación antigripal en otoño a todos los pacientes. 4. La principal medida preventiva es la supresión del tabaco. 5. El paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) leve ha de utilizar medicación cuando presenta síntomas. 6. El paciente con EPOC moderado debe recibir tratamiento crónico con broncodilatadores. Puede beneficiarse del efecto sinérgico que ha demostrado la asociación de anticolinérgicos y beta2-adrenérgicos inhalados (la teofilina se podría utilizar como un tercer broncodilatador si no se controlan los síntomas con los anteriores). 7. En pacientes con EPOC grave, sintomáticos a pesar de no fumar y de recibir dosis de broncodilatadores máximas, debe considerarse la administración de corticoides inhalados, pues han demostrado disminuir el número de exacerbaciones y mejorar la calidad de vida de estos pacientes. 8. Algunos estudios sugieren que el tratamiento regular con N-acetilcisteína disminuye el número de agudizaciones y los días de discapacidad por paciente y mes, pero todavía no hay suficientes datos para recomendar su empleo regular. 9. Los antibióticos (ATB) no deben emplearse en EPOC leve salvo que la agudización sea grave, lo que se define por los tres criterios de Anthonisen (aumento de la disnea, incremento del volumen del esputo y de la purulencia del mismo). En EPOC moderada los ATB están indicados cuando aparecen al menos dos de estos síntomas. En EPOC grave deben emplearse ATB al observar cualquiera de estos síntomas, por el riesgo que conlleva el fracaso terapéutico. 166 49. TRATAMIENTO DE LA EPOC 10. La oxigenoterapia continua domiciliaria está indicada en pacientes estables con un tratamiento médico correcto y completo, que han dejado de fumar, y con una actitud colaboradora, cuando la gasometría indica una PO2 inferior 55 mmHg o entre 55-59 mmHg si existen signos de hipertensión pulmonar, arritmias o insuficiencia cardíaca, evidencia de cor pulmonale, hematocrito superior al 55% o deterioro de las funciones intelectuales. 11. Los programas multidisciplinarios de rehabilitación pulmonar que incluyen la fisioterapia, el entrenamiento muscular, el tratamiento nutricional, la psicoterapia y la educación sanitaria, pueden mejorar la capacidad de ejercicio y la calidad de vida de los pacientes con EPOC. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Global strategy for the diagnosis, management and prevention of Chronic Obstructive Lung Disease. National Heart, Lung and Blood Institute/WHO. Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease (GOLD) 2003. Disponible en:www.goldcopd.com. • Rodríguez-Roisin R, Barberá JA, Sánchez-Agudo L, Molina París J, Sunyer J, Macián V, Navarro D, Hernando P, López Encuentra A, Puig F, Carné X. -Jurado de Consenso-, por el Grupo de TrabajoConferencia de Consenso para el diagnóstico y tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Arch Bronconeumol 2003; 39(Supl 3):5-47. • National Institute for Clinical Excellence. Clinical Guideline 12: Management of chronic obstructive pulmonary disease in adults in primary and secondary care. February 2004. Disponible en: www.nice.org.uk • Álvarez-Sala JL, Cimas E, Masa JF, Miravitlles M, Molina J, Naberan K, Simonet P, Viejo JL. Recomendaciones para la atención al paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. semFYCSEPAR. Arch Bronconeumol 2001;37:269-278. • Calverley P, Pauwels R, Vestbo J, Jones P, Pride NB, Gulsvik A, for the TRISTAN study group. Combined salmeterol and fluticasone in the treatment of chronic obstructive pulmonary disease: a randomised controled trial. Lancet 2003; 361:449-456. 167 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA ALGORITMO DEL TRATAMIENTO DEL PACIENTE CON EPOC EN FASE ESTABLE EPOC Leve FEV1/FVC < 70% FEV1 ≥80% del teórico Con o sin síntomas Bromuro de ipratropiotiotropio o beta2adrenérgicos inhalados a demanda cuando existen síntomas Tratamiento pautado con: broncodilatadores de acción larga Moderada Grave FEV1/FVC < 70% FEV1 50-79% del teórico FEV1/FVC < 70% FEV1 30-49% del teórico Añadir teofilinas si persisten los síntomas Considerar rehabilitación respiratoria EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica. 168 Ajuste nutricional Muy Grave FEV1/FVC < 70% FEV1 < 30% ó < 50% más insuficiencia respiratoria o insuficiencia ventricular derecha Oxigenoterapia continua domiciliaria si hay insuficiencia respiratoria Añadir glucocorticoides inhalados si hay más de 3 exacerbaciones anuales 50. ALOPECIA DERMATOLOGÍA 50. ALOPECIA Autores: J. Blasco Albert y C. Cámara Escribano IDEAS CLAVE 1. Se considera fisiológico una pérdida entre 70-100 cabellos diarios. El diagnóstico de toda alopecia debe basarse en una cuidadosa historia cínica incluyendo antecedentes familiares y personales. 2. La caída del cabello es uno de los motivos de consulta más frecuentes en dermatología, representando aproximadamente el 5% de las primeras visitas. 3. La alopecia es mal tolerada tanto en mujeres como en varones, llegando a producir en algunos casos graves trastornos psicológicos. 4. La prueba de pilotracción o signo de Saboreaud consiste en realizar un simple tirón de un mechón preferentemente del área temporal. Es positiva si se desprenden más de dos cabellos. 5. El signo del pellizcamiento o maniobra de Jacquet consiste en intentar pellizcar el cuero cabelludo afecto. Si se consigue con facilidad, estamos ante un caso de alopecia cicatricial no reversible. Por el contrario si es difícil el pellizco es signo de persistencia de folículos por lo tanto la alopecia es recuperable. Las causas más frecuentes de alopecia cicatricial son: traumatismos, radiaciones, quemaduras, mala praxis de trasplantes de cabello, infecciosas (lepra, lúes, tuberculosis, herpes zóster, tiñas inflamatorias); infiltraciones neoplásicas, liquen plano, LED, foliculitis disecante, etc. 6. La alopecia areata es una pérdida brusca de cabello localizada sin descamación, que conserva los orificios foliculares. Son típicos los “pelos peládicos” o en exclamación que se caracterizan por ser más gruesos en su extremo distal que en el proximal. Es la alopecia localizada más frecuente. Con frecuencia es recidivante y no es raro que haya antecedentes familiares de casos similares. 7. La MAGA (alopecia androgenética de patrón masculino) y la FAGA (alopecia androgenética de patrón femenino) comprenden más del 80% de las alopecias difusas. 8. La tricotilomanía es más frecuente en niños que en adultos. Los casos infantiles habitualmente se resuelven solos, mientras que en los adultos suele ser preciso tratamiento psiquiátrico. 9. El tratamiento de la alopecia androgenética con minoxidil o finasteride debe mantenerse por tiempo prolongado ya que el pelo vuelve a caer al suspenderlo. 10. El finasteride puede reducir los niveles de antígeno prostático específico (PSA) en un 50% en varones mayores de 50 años. No está aprobado su uso en mujeres en edad fértil por su capacidad teratogénica. 169 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 11. En España sólo está disponible comercialmente el minoxidil al 2%. 12. El efluvio telogénico en ocasiones se asocia a ferropenia, en cuyo caso se pautaría hierro. 13. El querion debe tratarse precozmente y de forma correcta, incluso en ocasiones requiere tratamiento con antibiótico, de lo contrario puede llegar a producir alopecia cicatricial. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Camacho F, Montagna W. Tricología. Enfermedades del folículo pilosebáceo. Vol. 4. Biblioteca Aula Médica; 1999. • Casanova JM, Ribera Pibernat M. Conducta a seguir ante un paciente con alopecia. FMC. 2001;8(2):113-27. • De las Heras, Alonso ME. El médico. Aula Acreditada. Tema XV. Programa anual 2001-2002 de formación continuada. • Fitzpatrick TB, Johnson RA, Wolff K. Atlas de dermatología clínica. McGraw-Hill Interamericana; 1997. 170 50. ALOPECIA ALOPECIA Paciente con caída de cabello Realizar test de pilotracción (4) Si extracción de menos de 1-2 cabellos Negativo Caída fisiológica (1) Si extracción más de 2 cabellos Positivo Alopecia Adquirida Congénita Difusa Aguda Crónica Stres médicoquirúrgico previo Parto Anticonceptivo Intervención quirúrgica Enf. febril Reducción peso Sí No Efluvio telogeno (12) Valoración Especializada Localizada Antecedentes familiares de calvicie No cicatricial Cicatricial Descamación Alopecia Androgenética (7) Sí Tto con minoxidil al 2%-5% durante 6 meses (11) Mejoría No Seguir con tto (9) mejoría Efluvio anageno MAGA Examen directo KOH o cultivo No – Finasteride a dosis de 1 mg/24 h (10) No Si no mejoría Derivar dermatología Sí Pelos torcidos, rotos y de diferente tamaño Dolor Inflamación Supuración Sí Falsa tiña Tiña tonsurante Derivar a dermatólogo Pelos (6) peládicos o en exclamación FAGA + Asociado a: Mejoría tras Fármacos ceder la causa Anticoagul. desencadenante Antipsicóticos H. tirodeas Ayuda Déficit psicológica nutrucionales RT Citostáticos Alt. tiroideas Test Pellizcamiento (5) No Tricotilomanía (8) Alopecia areata Querión (13) Antifúngicos vía oral durante 6-8 semanas Solución queratolítica o corticoides Tto psicológico salud mental Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 171 > 10% o rápida progesión Derivar Dermatología < 10% : Corticoides tópicos alta potencia Infiltración corticoides Antralina Minoxidil 5% RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 51. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS LESIONES ERITEMATO-DESCAMATIVAS Autores: R. Rodríguez Barrientos, B. Moreno González, A. Rodríguez Blanco y O. Olmos Carrasco IDEAS CLAVE 1. Carcinoma intraepidérmico, lesión descamativa de bordes irregulares, bien definidos. 2. Por Candida, suele producirse descamación en los bordes de las lesiones. 3. Muy frecuente, suele comenzar en la infancia, intenso prurito, lesiones bilaterales de bordes mal definidos en zonas de flexión. En el lactante afecta a la cara pero respeta el triángulo peribucal. 4. Alérgica: se presenta con edema, descamación discreta, muy pruriginosa, por cosméticos en cara y axilas, en manos suelen ser alergenos profesionales y en pies componentes del calzado. Por irritante primario: muy frecuente, amas de casa y trabajadores manuales en manos, con fisuras dolorosas, suele ser por desodorantes en axilas. 5. Afecta a niños, se localiza en la punta de los dedos con escasa afectación de espacios interdigitales. 6. Muy frecuente, ligeramente pruriginosa, afecta al centro de la cara y borde del cuero cabelludo, también en región esternal y espalda. 7. Afecta a niños y adultos jóvenes, intenso prurito, comienza en las caras laterales de los dedos y se presenta con vesículas; brotes en primavera-verano. 8. Infección bacteriana, ingles-axilas, bilateral, descamación uniforme, color naranja o marrón. 9. Pruriginosa, simula una dermatitis alérgica de contacto. 10. Más frecuente que la fotoalérgica, simula un eritema solar intenso, es pruriginosa. 11. Aparece varias horas después de la exposición solar (12-24 horas), es pruriginosa. 12. Pápulas foliculares en la cara externa de brazos y muslos, también en la cara; la piel recuerda a un rallador. 13. En la cara palmar de muñecas, con estrías blanquecinas y, habitualmente, lesiones en la mucosa oral. 14. Lesión con intenso prurito, placa de borde bien definido. 15. Empeora con el sol, se extiende periféricamente y cura en el centro con cicatriz atrófica. 16. Carcinoma de la piel, si afecta al pezón o la aréola está asociado a carcinoma de mama. 172 51. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS LESIONES ERITEMATO-DESCAMATIVAS 17. Pápulas foliculares en codos, rodillas, tronco y cara, etiología desconocida, puede dejar cicatriz. 18. Se inicia con una placa primaria o “heráldica”, generalmente localizada en el tronco; posteriormente exantema con placas y pápulas ligeramente descamativas. 19. Pápulas epidérmicas foliculares que se desprenden de una pieza, en codos y rodillas fundamentalmente. 20. Muy frecuente, máculas hipo-hipercrómicas, menos de 1 cm, en tronco, cuello y parte proximal de extremidades. 21. Muy frecuente, escamas de color blanco-nacarado que se desprenden fácilmente con el rascado y se provoca sangrado en pequeñas gotas. Buscar siempre más lesiones en zonas típicas. En pliegues son placas de coloración rojo brillante sin descamación (psoriasis invertida). 22. Lesión adherente, bien delimitada, tacto rugoso, generalmente en mayores de 50 años. 23. Borde con mayor descamación, ligeramente pruriginosa, a veces asintomática, uni/bilateral; en los pies es típica la afectación de espacios interdigitales, aplicar corticoides modifica el aspecto. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Ashton R, Leppard B. Diagnóstico Diferencial en Dermatología. 1.ª ed. Barcelona: IATROS-GRASS Ediciones; 1994. • Freedberg IM, Eisen AZ, Wolff K, Austen KF, Goldsmith LA, Katz SI, et al, editores. Fitzpatrick´s Dermatology in General Medicine CD-ROM. 5th ed. New York: McGraw-Hill Companies, Inc, 1999. • Rook, Wilkinson, Ebling. Textbook of Dermatology on CD-ROM. 6 th ed. Oxford: Blackwell Science Ltd; 1999. 173 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Localización de las lesiones Cuero cabelludo Pliegues Intertrigo candidiásico (2) Psoriasis invertida (21) Eritrasma (8) Dermatitis seborreica (6) Psoriasis (21) Palmas-plantas En cualquier localización Síntomas (*) No Síntomas (*) Sí Sí Dermatitis contacto (4) Tiña (23) Bowen (1) Paget (16) Sífilis secundaria No Psoriasis (21) Dermatitis juvenil palmo-plantar (5) Dishidrosis (7) Cara Tronco y miembros Síntomas (*) Síntomas (*) No Sí No Después de exposición solar Dermatitis seborreica (6) Queratosis actínica (22) Lupus eritematoso discoide (15) Queilitis angular (2) Dermatomiositis No Sí Dermatitis atópica (3) Liquen simple (14) Liquen plano (13) Pitiriasis liquenoide crónica (17) Micosis fungoide Enfermedad de Darier Eritrodermia Dermatitis seborreica (6) Pitiriasis versicolor (20) Pitiriasis rosada de Gibert (18) Psoriasis (21) Pitiriasis rubra pilaris (19) Ictiosis Hiperqueratosis folicular (12) Erupción lumínica polimorfa (11) Erupción fototóxica (10) Erupción fotoalérgic (9) (*) Síntomas: SÍ: prurito intenso, dolor, escozor; NO: ligero prurito o asintomáticas. Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 174 52. ICTERICIA 52. ICTERICIA Autores: M. M. Torres de Castro y T. Salcedo Peris IDEAS CLAVE 1. Ictericia: Signo clínico que consiste en la coloración amarillenta de piel y mucosas debido al exceso de bilirrubina (Brb), hiperbilirrubinemia (cifras normales de bilirrubina entre 0,3-1mg/dl). Clínicamente evidente cuando los niveles séricos de Brb son superiores a 2-2,5 mg/dl. 2. El enfoque diagnóstico de la ictericia parte de la determinación de la cifra de Brb y sus diferentes fracciones: Brb indirecta/no conjugada y Brb directa/conjugada. 3. La clasificación etiológica más utilizada, es aquella que se basa en la distinción de la fracción de Brb elevada: hiperbilirrubinemia no conjugada, hiperbilirrubinemia conjugada. 4. La existencia de coluria orienta hacia una hiperbilirrubinemia conjugada. Cuando existe exceso de Brb conjugada, al ser hidrosoluble se elimina por vía renal produciendo coloración oscura de la orina, coluria. Por el contrario la Brb no conjugada es liposoluble, por lo que no ocasiona coluria. 5. Cuando un paciente ictérico acude a la consulta las primeras pruebas de laboratorio que se deben solicitar son: sistemático de sangre, coagulación, función hepatobiliar (GOT, GPT, GGT, FA, LDH). 6. Siempre que existe ictericia con hiperbilirrubinemia conjugada debe realizarse como prueba inicial de imagen una ecografía abdominal, que nos permite el estudio de la vía biliar y el parénquima hepático. 7. Recordar el concepto de bilirrubinemia moderada inferior a 6 mg/dl, y bilirrubinemia elevada superior a 6mg/dl, para el diagnóstico de enfermedad de Gilbert frente a la de Crigler-Najjar. La enfermedad de Gilbert es una enfermedad benigna que afecta al 2%-5% de la población. Herencia autosómica recesiva, se diagnostica por un aumento moderado de la Brb indirecta, ausencia de hemólisis y normalidad rigurosa de la función hepática. La ictericia se suele acentuar en procesos infecciosos, embarazo o por estrés. La enfermedad de Crigler-Najjar es poco frecuente y suele ser diagnosticada y tratada en la infancia. 175 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Caballería L, Parés A. Consulta diaria. Qué haría usted ante un enfermo ictérico. Medicina Integral. 2003;41:70-8. • Caballería L, Rodés J. El enfermo con ictericia. En: Montero M, Bruguera M, Gomollón F, Santolaria S, editores. Principios básicos de gastroenterología para médicos de familia. Madrid: Jarpyo Eds; 2002. p. 481-95. • Franco A, Moreno V, García Ictericia. En: Blanco-Echevarria A, Cea-Calvo L, García-Gil ME, Menassa A, editores. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica. Madrid: Grupo MSD Eds; 2003. p. 563-9. • Herrero JL, Prieto J. Ictericias. En: Farreras-Rozman. Medicina Interna. Madrid: Doyma Eds; 1999. p. 280-8. • Iborra J, Calleja J. Protocolo diagnóstico de la hiperbilirrubinemia. Medicine. 2000;8:717-21. 176 52. ICTERICIA ICTERICIA Paciente con ictericia = hiperbilirrubinemia Hiperbilirrubinemia no conjugada ↑LDH Reticulocitos Anemia Hipersideremia Ecografía-función hepatobiliar No hemólisis Bilirrubinemia moderada Prueba del ayuno positiva Hemólisis Hiperbilirrubinemia conjugada Enfermedad de Gilbert Bilirrubinemia elevada ECO N Función HB N Colestasis ECO N Lesión hepatocelular Enfermedad de Crigler-Najjar Enfermedad Rotor/Enf. Dubin-Jonhson Derivar a especialista para estudio Vía biliar dilatada Derivar a especialista para estudio + CPRE Vía biliar no dilatada Transaminasas > 10 veces valor normal Derivar a especialista para estudio + CPRE/biopsia hepática Transaminasas < 10 veces valor normal ↓Protrombina Hipoalbuminemia Moderada colestasis Hepatopatía crónica Hepatitis aguda Viral Tóxica LDH: lacticodeshidrogenosa; CPRE: colangiopancreatografía retrógrada endoscópica. 177 Derivar a especialista para estudio + biopsia hepática RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 53. PRURITO GENERALIZADO Autores: B. Álvarez Sánchez y J. Timoner Aguilera IDEAS CLAVE 1. Para el correcto abordaje es preciso una minuciosa anamnesis sobre las características del mismo (localización, duración, factores precipitantes, intensidad, cronología) y los antecedentes del paciente (toma de fármacos, contacto con sustancias irritantes, factores ambientales, relaciones sexuales, animales). 2. La exploración de la piel del paciente es fundamental en busca de lesiones dermatológicas que puedan justificar la clínica, así como el estado de hidratación, aspecto (palidez, ictericia, color cetrino), pliegues, uñas, cabello. 3. En algunos casos es preciso realizar exploraciones complementarias básicas (hemograma, bioquímica básica que incluya función renal, hepática, glucemia, sideremia y, si existe sospecha clínica, hormonas tiroideas). 4. Existen unas medidas generales comunes (grado C de recomendación): utilizar ropas holgadas, evitar lana y telas sintéticas, restringir los alimentos relacionados con la histamina, vigilar la toma de fármacos, controlar los cambios bruscos de temperatura, evitar situaciones de exceso de calor, recomendar baños de agua tibia, evitar sequedad de piel utilizando cremas hidratantes después del baño. 5. Tratamiento tópico mediante el enfriamiento de la piel, con lociones antipruriginosas (fenol, mentol, calamina) (grado C de recomendación), con cremas hidratantes (vaselina) y emolientes de urea o lactato amónico. Los corticoides tópicos están indicados sólo en el caso de lesiones dermatológicas con componente inflamatorio. 6. Los antihistamínicos sólo están indicados en el caso de procesos mediados por histamina como urticaria. En la dermatitis atópica son precisos más estudios para recomendarlos como tratamiento etiológico, sí como tratamiento sintomático sedante. 7. El uso de rayos ultravioleta tiene indicaciones precisas (prurito urémico, acuagénico, síndrome de inmunodeficiencia adquirida [SIDA]), no hay grado de evidencia. 178 53. PRURITO GENERALIZADO BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Aoiz JI, Pérez de Molino AM, Luelmo J. Un paciente con prurito primario. Medicina Integral. 2000;35(4):149-59. • Blasco J, Ruiz R, Sánchez I. Protocolo diagnóstico diferencial del prurito. Medicine. 2002;8(89):4841-4. • Morató ML. El prurito sin lesiones cutáneas. FMC Formación Médica Continuada en Atención Primaria. 1998;5(3):148-56. • Ruiz Carralero M. Guía de manejo del Prurito [en línea] [31-10-2002]. Disponible en: www.fisterra.com/guias2/prurito.htm. • Sarraqueta P, Biurrun MJ , Valcayo AM, Vives R. Actitud ante un prurito generalizado en Atención Primaria. Atención Primaria. 1996;17(9):590-4. 179 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Prurito generalizado No Prurito primario ¿Lesiones de rascado? No ¿Lesiones cutáneas primarias? Sí No ¿Embarazada? Enfermedades dermatológicas (dermatitis, urticaria, liquen plano, psoriasis, eritrodermia) ¿Enfermedad sistémica conocida? No Sí Prurito idiopático Colestais recurrente Herpes gestacionis Erupción polimorfa Sí No Analítica (hematología, bioquímica, tiroideas, heces) Evidencia D Sí ¿Piel seca? Sí Xerosis Prurito senil ¿Alterada? No ¿Otros familiares con picor? Sí No ¿Factores externos? (fármacos, humedad, irritantes) Colestasis Insuficiencia renal crónica, infestaciones Alteraciones hematológicas Diabetes mellitus Hipertiroidismo HIV, neoplasias Sí No Sí Prurito psicógeno Prurito idiopático Picaduras Escabiosis Prurito acuagéncioo Lavados excesivos Prurito en relación con factores externos 180 54. PÚRPURA: DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL 54. PÚRPURA: DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Autores: J. M. Méntrida Rodríguez, J. Aparicio Velasco y P. Fayos Gómez IDEAS CLAVE 1. Púrpura: Lesiones cutáneas maculares rojo violáceas que no desaparecen a la vitropresión. Extravasación de hematíes en la dermis. a) Ante toda púrpura: • Valorar estado general del paciente. • Si es posible, realizar aproximación diagnóstica. • Casi siempre requieren estudio especializado urgente o programado. • Con sospecha de alteración plaquetaria o defecto de coagulación derivar a Hematología. • Con sospecha de afectación vascular derivar a Dermatología. b) Derivación urgente: • Púrpura en neonatos. • Extensas áreas equimóticas o hemorragias en mucosas. • Signos directos o indirectos de hemorragias viscerales o sepsis. • Signos o síntomas de afectación extracutánea en púrpuras palpables. • Púrpura distal con livedo reticularis tras procedimiento intravascular. Tabla 1. Clasificación de los trastornos funcionales de las plaquetas (De Harrison: Principios de Medicina Interna 14ª Ed. Madrid: Mc Graw Hill; 1998) I. Trastornos de la adherencia de las plaquetas A. Hereditarios 1. Síndrome de Bernard-Soulier 2. Enfermedad de von Willebrand B. Adquiridos 1. Uremia 2. Enfermedad de von Willebrand adquirida II. Trastornos de la agregación plaquetaria A. Hereditarios 1. Tromboastenia de Glazmann 2. Afibrinogenemia 181 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA B. Adquiridos 1. Inhibición de los productos de degradación de la fibrina 2. Disproteinemias 3. Fármacos: ticlopidina, anticuerpos monoclonales (Rheo-Pro) III. Trastornos de la liberación de las granulaciones A. Hereditarios 1. Albinismo oculocutáneo (Síndrome de Hermansky-Pudlak) 2. Síndrome de Chédiak-Higashi 3. Déficit aislado de granulaciones densas (δ) 4. Síndrome de la plaqueta gris (déficit de granulaciones α y δ) B. Adquiridos 1. Derivación cardiopulmonar 2. Trastornos mieloproliferativos 3. Fármacos: AAS y otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) Tabla 2. Vasculitis de pequeño vaso por hipersensibilidad (leucocitoclásticas) – Púrpura anafilactoide de Schönlein-Henoch – Enfermedad del suero (tras administración de) • Sueros heterólogos (antitetánico, venenos de serpientes, etc.) • Proteínas heterólogas (hormonas, enzimas) • Gammaglobulinas antilinfocitarias • Medicamentos (penicilinas, sulfamidas, estreptomicina, hidantoínas) – Púrpura por autoinmunización eritrocitaria de Gardner-Diamond (sensibilidad cutánea al ADN) – Asociada a procesos infecciosos • Bacterianos, víricos, micóticos y parasitarios – Asociada a medicamentos • Antibióticos diversos, antimicóticos, antiinflamatorios, diuréticos, antitiroideos, etc. – Asociada a sustancias químicas • Insecticidas, herbicidas y derivados del petróleo – Asociada a alergenos alimentarios • Proteínas de la leche, gluten – Asociada a neoplasias • Procesos linfoproliferativos (enfermedad de Hodgkin, micosis fungoide, mieloma, etc.) • Tumores sólidos (pulmón, colon, mama, próstata, riñón, etc.) 182 54. PÚRPURA: DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL – Asociada a enfermedades crónicas persistentes • Colagenosis (LED, artritis reumatoide, síndrome de Sjögren) • Crioglobulinemia mixta • Hipergammaglobulinemia de Waldenström • Enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn • Fibrosis quística • Cirrosis biliar primaria – Asociada a vasculitis sistémica • Panarteritis nodosa clásica (PAN) • Granulomatosis de Churg-Strauss • Arteritis de células gigantes (arteritis de la temporal, enfermedad de Takayasu • Granulomatosis de Wegener • Enfermedad de Kawasaki – Cutáneas idiopáticas o de etiología incierta • Síndrome de Behçet • Síndrome de Sweet • Eritema elevatum diutinum • PAN cutánea • Vasculitis liveloide • Atrofia blanca BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Carrascosa JM, Ferrándiz C. Púrpura. FMC. 2001;8:215-29. • Handin RI. Trastornos de la coagulación y trombosis. En: Fauci AS, et al, editores. Harrison: Principios de Medicina Interna. 14.ª ed. Esp. Madrid: McGraw Hill; 1998. p. 842-54. • Handin RI. Trastornos de la Hemostasia. En: Fauci AS, et al, editores. Harrison: Principios de Medicina Interna. 14.ª ed. Esp. Madrid: McGraw Hill; 1998. p. 834-42. • Lázaro-Ochaíta P. Alteraciones cutáneas en relación con trastornos vasculares periféricos. En: Dermatología: Texto y Atlas, 1993. p. 357-75. • Wankerton TE, Kelton J. The platelet life cycle: Quantitative disorders in blood. En: Handin RI, et al, editors. Blood: Principles and Practice of Hematology. Philadelphia: Lippincott; 1994. p. 973-1049. 183 184 Hepatopatías Déficit Vitamina K Anticoagulantes Hemofilias Bazo∅ Aplasias Anemia refractaria Metástasis PTI Fármacos Infecciones PTT-SHU Vasculitis CID/sepsis Prót. vascular Bazo↑ T. de protrombina↑ Trombopenia Leucemias Linfomas Hepatopatías Enf. depósito Esplenomegalia congestiva ↓Factores Coagulación VII, IX, XI, XII TTPA↑ TP normal o ↑ Derivación Atención Especializada programada o urgente Según la gravedad de la presentación clínica ↓Factores coagulación Vit. K dependientes II, V, VII, X TS↑ TP↑ Disfibrinogenemia No FRVSG, coagulación, BQ, proteinograma, IG, Anticuerpos, serología Rx Tórax Biopsia cutánea Vaculitis (tabla 2) Embolismo colesterol Localización acra + livedo reticularis tras procedimiento intravascular CID Sí ¿Trombopenia? TP↑ TTPA↑ Localización preferente en MMII con o sin afectación sistémica Púrpura palpable Probable alteración vascular Púrpura con apenas afectacion mucosa No hematomas ni hemorragias Petequias: < 2 mm Equímosis: > 10 mm Púrpura: 2-10 mm Derivación a Urgencias Escorbuto, Marfan Ehlers-Danlos Alt. colágeno Púrpura senil corticoides Atrofia piel y subcutáneo Alteración tejido de soporte perivascular Succión, tos, vómito, Valsalva, estasis venosa Mecánicas Angiocapilaritis No palpable MMII: miembros inferiores; TTPA: tiempo tromboplastina activada; TS: tiempo de sangría; TP: tiempo de protombina; CID: coagulación intravascular diseminada. Alteración funcionalismo plaquetario (tabla 1) TS↑ Resto normal Probable alteración de la coagulación Probable alteración plaquetaria Derivación a especializada y/o estudio de coagulación Grandes equímosis, hematomas y hemorragias No petequias ni fragilidad capilar Petequias no palpables, equímosis, afectación mucosas y hemorragias Morfologías de las lesiones Presencia de signos/síntomas de gravedad Antecedentes familiares y personales, signos, síntomas y lesiones extracutáneas asociadas Paciente con púrpura RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 55. TRATAMIENTO DEL ACNÉ 55. TRATAMIENTO DEL ACNÉ Autores: M.ª P. Botija Yagüe, S. Martínez Machuca, G. Pardo Moreno y N. Parga Soler IDEAS CLAVE 1. El acné es una alteración benigna que consiste en la queratinización anómala del folículo pilosebáceo asociada a una hipersecreción sebácea. 2. Es la enfermedad dermatológica más frecuente, afectando al 80% de la población. Predomina en la adolescencia. Afecta a ambos sexos por igual, aunque en varones el comienzo suele ser más tardío y grave. 3. La causa exacta del acné es desconocida. Los principales factores son: el aumento de la secreción sebácea, la obstrucción folicular y la proliferación de Propionibacterium acnes. 4. El principal objetivo del tratamiento del acné es reducir el número de lesiones y el impacto psíquico que conllevan. 5. El consejo (counselling) dado al paciente es una de las principales claves del manejo terapéutico. La educación sanitaria es clave en el tratamiento, se debe explorar la repercusión psicosocial sobre el adolescente, conocer qué es lo que cree y sabe del acné. Se debe emplear el tiempo suficiente para informar adecuadamente y desmontar falsas creencias sobre esta enfermedad. 6. No se ha demostrado que ningún alimento desencadene o empeore el acné. No se relaciona con la falta de higiene, la masturbación, ni la virginidad. 7. La limpieza excesiva puede agravar las lesiones. Se aconsejan lavados suaves con jabón neutro 1-2 veces al día. 8. Algunos cosméticos de base oleosa, pueden agravar la enfermedad. Advertir que la manipulación de las lesiones facilita la aparición de complicaciones y cicatrices. 9. El tratamiento deberá comenzarse lo antes posible. La respuesta terapéutica puede aparecer pasados unos meses y en algunos casos el tratamiento ha de prologarse durante varios años. 10. Los pacientes con acné grave y los que no respondan al tratamiento convencional deben ser derivados para valoración y manejo por dermatología. 11. El acné comedogénico o inflamatorio leve debe ser inicialmente tratado con agentes tópicos. Los agentes de primera elección son el peróxido de benzoílo o un retinoide tópico, dependiendo de la tolerancia a estas sustancias. 12. Los medicamentos tópicos se deben aplicar sobre la piel seca cuando hayan transcurrido al menos 15-30 minutos después de haberse realizado un lavado. No deben usarse en el acné inflamatorio grave. Cuando se usan varios tratamientos tópicos se debe separar su aplicación por lo menos una hora. 185 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 13. El peróxido de benzoílo está disponible en gel a concentraciones del 2,5%, 5% y 10%. Puede aparecer irritación local al inicio del tratamiento. Comenzar con concentraciones bajas (2,5%) en base acuosa, en 1-2 veces aplicaciones diurnas. 14. El ácido retinoico se presenta en cremas en concentraciones de 0,025%, 0,05%, 0,1% y 0,4%. Produce eritema y sequedad al principio. Comenzar con concentraciones de 0,025% cada dos días por la noche (fotosensibilidad) y posteriormente se puede aumentar la frecuencia de aplicación y la concentración sin superar el 0,1%. No usar en el embarazo. 15. Los antibióticos tópicos utilizados son: eritromicina base al 2% (gel, toallitas, solución) y clindamicina al 1% en solución acuosa. Se aplican dos veces al día. Seguros en el embarazo y la lactancia. Evitar la clindamicina en pacientes con enfermedad intestinal crónica (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn). 16. Los antibióticos orales se añadirán a los tratamientos tópicos en caso de acné moderado-grave. Las tetraciclinas son de primera elección al ser efectivas y no muy caras. El tratamiento se mantendrá durante al menos tres meses antes de decidir que ha fracasado. 17. La tetraciclina ha de administrarse con el estómago vacío (una hora antes o dos horas después de las comidas) y con un vaso de agua. 18. Las tetracilinas están contraindicadas en el embarazo, la lactancia y en niños menores de 12 años. A los 2-3 meses las lesiones desaparecen, pero conviene mantener el antibiótico a dosis bajas a largo plazo para prevenir recidivas. 19. La eritromicina es preferible reservarla para los pacientes en los que el uso de otros antibióticos está contraindicado, ya que es frecuente la resistencia del Propionibacterium acnes a esté fármaco. 20. Los antiandrógenos no deben usarse ni en varones ni en embarazadas. 21. La isotretinoína oral siempre ha de administrarse como único tratamiento. Se ha de tomar con el estómago lleno o un vaso de leche. Los efectos adversos (sequedad de piel y mucosas, pérdida de peso y dolor óseo) son dosis dependientes. Debe realizarse analítica al inicio, al mes y cada tres meses de lípidos y transaminasas. Precisa consentimiento informado y es prescrita por dermatología. 22. La isotretinoína oral es teratogénica. Deben utilizarse medidas anticonceptivas durante el tratamiento y mantenerlas hasta dos meses después de finalizarlo. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Botija P, Garrido A, Iglesias MJ. Acné. En : El Adolescente. Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria; 2001:133-9. 186 55. TRATAMIENTO DEL ACNÉ • Guía terapéutica en Atención Primaria basada en la Evidencia. Problemas de la piel. Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. 2003;117-8. • Johnson B, Nunley Jr. Topical therapy for acne vulgaris: how do you choose the best drug for each patient? Postgrad Med. 2000;107(3):69-80. • Salcedo F, Cabrejas A. Acné. Guía de Actuación en Atención Primaria. 2002;597-603. • Webster GF, Poyner T, Cunliffe B. Acne vulgaris. BMJ. 2002;325:475-9. 187 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA ¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO DE ELECCIÓN EN EL ACNÉ? Tipos de acné Acné comedoniano o no inflamatorio Peroxido de benzoílo al 5%10%: (crema, gel, loción) 1 aplicación 1 ó 2 veces día o ácido retinoico (tretinoína tópica al 0,025%-0,05%) una aplicación nocturna Acné inflamatorio moderado-grado II (10-20 pápulas, pústula, nódulos) Acné inflamatorio grave-grado III (Conglobata) Tratamiento tópico como en el grado I + antibioterapia oral: tetraciclina HcL 250 mg/6 horas o 500 mg/12 horas o doxiciclina 100 mg/día o minociclina 100 mg/día Derivar a dermatología desde el inicio Acné inflamatorio leve-grado I (< 10 pápulas/pústulas Peróxido de benzoílo al 5 % tópico 1 aplicación 1 ó 2 veces al día + clindamicina al 1% o eritromicina al 2% (gel, toallitas, solución) 1 aplicación cada 12 horas No respuesta Añadir tretinoína (ác. retinoico) al 0,025/-0,05%, una aplicación nocturna Alternativa: eritromicina 250-500 mg/12 horas vía oral En mujeres: ciproterona 2 mg + etinilestradiol 0,035 mg, en ciclos de 21 días Si no responde en 3 meses derivar a dermatología 188 (> 20 nódulos, quistes, abscesos) Isotretinoína 2,520 mg (0,5-1 mg/kg/d) en 2-3 tomas hasta 10 mg vía oral (prescripción exclusiva por dermatología) + utilización de método anticonceptivo seguro 56. TRATAMIENTO DE LA PSORIASIS 56. TRATAMIENTO DE LA PSORIASIS Autores: L. García Ledesma, E. Ruiz Ferrando, N. Ruiz Hombrebueno y P. Igual Morro IDEAS CLAVE 1. Clasificación de la psoriasis según extensión y gravedad: a) Psoriasis leve: • Estable en placas, afecta a menos del 10% de la superficie corporal. • Psoriasis en gotas. b) Psoriasis moderada: • Afecta entre el 10% y el 25% de la superficie corporal, excepto si afecta zonas incapacitantes como cara, manos, pies, genitales y pliegues y siempre que no exista afectación articular. c) Psoriasis grave: • Afecta más del 25% de superficie corporal o zonas incapacitantes. • Afectación articular con limitación de la movilidad. • Alteración emocional con repercusión en el desarrollo de las actividades normales. 2. Recomendaciones generales: a) Tratamiento e información individualizados sobre su enfermedad. b) Medidas preventivas: evitar traumatismos en la piel, estrés, alcohol e ingesta de fármacos (antiinflamatorios no esteroideos, bloqueadores beta, inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina [IECA], sales de litio, antipalúdicos, corticoides sistémicos, interferón alfa). c) Empezar con terapias sencillas y cómodas. d) Mantener buena hidratación de la piel y baños de sol. 3. Tratamiento tópico. Normas de aplicación: a) Corticoides: recomendados de alta potencia betametasona y clobetasol, excepto en zonas como cara y pliegues. No se deben aplicar más de 4 semanas para evitar efectos secundarios, se consigue la remisión en el 70%, continuar con tratamiento de mantenimiento. b) Análogos de la vitamina D: mejoría global de las lesiones, pero sin diferencia con los corticoides tópicos; puede usarse en la cara y en los pliegues. • Calcipotriol una aplicación cada 12 horas durante 8 semanas, mejora la respuesta si se aplica con apósito hidrocoloide. • Tacalcitol una vez al día durante 8 semanas. b) Existe una asociación de calcipotriol con dipropionato de betametasona que se aplica una sola vez al día. 189 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA c) Derivados de la antralina: • Tazaroteno indicado en afectación leve-moderada, hasta el 20% de la superficie corporal. Una aplicación al día durante 12 semanas. d) Cremas hidratantes y queratolíticos indicados para disminuir la hiperqueratosis. El más utilizado como queratolítico es la vaselina salicílica a diferentes concentraciones, según localización, y la urea como emoliente. 4. Tratamientos sistémicos: indicación exclusiva por el dermatólogo. Dependen del tipo de psoriasis, extensión y la patología de base. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Casanova JM, Ribera M. Actualización sobre el tratamiento de la psoriasis. FMC. 1998;5(9):603-13. • Davison S, Poyner T, Baker J. Guía de bolsillo de la psoriasis 2002. Barcelona: J & C Ediciones Médicas; 2002. • Lozano Ochaíta P, Suárez Fernández R. Actualización en el tratamiento de la psoriasis. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud. 2001;25(4):105-10. • Pardasani AG, Feldman SR, Clark AR. Treatment of Psoriasis: An Algorithm-Based Approach for Primary Care Physicians. American Family Physician. 2000;61(3):725-33. 190 56. TRATAMIENTO DE LA PSORIASIS Psoriasis P. P. P. P. infantil eritrodérmica pustulosa invertida P. vulgar ”placas eritematosas con escamas balquecinas” P. moderada-grave P. cuero cabelludo: Eliminar escamas (champú de alquitrán, queratolíticos) Corticoides (solución, gel o emulsión) Calcipotriol solución P. leve P. cutánea Derivación a dermatología Hidratantes y queratolíticos Análogos vitamina D Corticoides tópicos Calcipotriol Fototerapia UVB Fotoquimioterapia PUVA Tratamientos sistémicos: Retinoides orales (acitretina) Metotrexate Ciclosporina Tacalcitol Buen control No Emolientes Ditranol Alquitrán de hulla (Coaltar) Tazaroteno Buen control No 191 Sí Retirada gradual de corticoides tópicos Uso de corticoides menos potentes Períodos de descanso Tratamiento de mantenimiento 2 días/semana RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 57. ÚLCERA POR PRESIÓN Autores: A. Guerra Merino, F. Gómez Medina, N. Fernández Carbajo y C. Escudero Sánchez IDEAS CLAVE 1. Pautas generales para cura de las úlceras: a) Ambiente tranquilo y analgesia previa. b) Medir tamaño de la lesión. c) Limpiarlas con suero salino. d) Secar con gasas estériles. e) Retirar con material quirúrgico los restos de tejido necrótico. f) Volver a limpiar con suero salino. g) Seleccionar apósito, pasta o gel. 2. Tipos de apósitos: a)Apósitos de poliuretano: son apósitos semioclusivos. • Espumas: Presentan una baja adherencia a la piel y una gran capacidad para absorber exudados. Están indicadas en úlceras de media y alta exudación. También indicadas en úlceras con piel perilesional muy deteriorada por su baja adhesividad, como en úlceras vasculares. • Películas: lámina plástica fina de poliuretano adhesiva transparente, indicada en heridas o úlceras superficiales, no absorben exudados. • Presentación: espumas con o sin borde adhesivo y con formas anatómicas como talón o sacro. b) Apósitos hidrocoloides: oclusivos o semioclusivos. Las placas tienen una gran adherencia por lo que requieren piel intacta alrededor de la úlcera. Indicadas en úlceras con exudado leve o moderado. La presentación en cinta, gránulos o pasta se emplea para rellenar cavidades. No debe utilizarse en úlceras infectadas. • Presentación: cinta, gránulos o pasta. También láminas o placas normal o trasparente. c) Hidrogeles: compuestos a base de agua y microcristales muy absorbentes. Tienen el aspecto de gel semitransparente. Indicados para rehidratar la herida, favorecen el desbridamiento autolítico y absorben exudados. Alivian el dolor de las heridas. Contraindicados en úlceras muy exudativas. • Presentación: gel amorfo o en placa. 192 57. ÚLCERA POR PRESIÓN d) Alginatos: tienen una gran capacidad de absorción, indicados en úlceras exudativas con fondo purulento, con tendencia a sangrar e incluso úlceras infectadas. Polisacáridos naturales cuya base es una fibra de alginato cálcico. • Presentación: placa o cinta. e) Apósito de carbón: puede llevar carbón activado y plata. Indicados en heridas muy exudativas, infectadas y malolientes. 3. Criterios de derivación a) Dificultad en la cicatrización a pesar del tratamiento tópico, movilización y curas. b) Importante sobreinfección de la úlcera, sin respuesta al tratamiento antibiótico. c) Úlceras profundas con necrosis que precisen desbridamiento y posible injerto. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Directrices Generales sobre el tratamiento de las úlceras por presión: GNEAUPP;1998. • Guía de úlceras por presión. Imsalud Área X de Madrid; 2003. • Roldán Valenzuela A.Terapéutica Local. Disponible: en www.ulceras.net. • Soldevilla Ágreda JJ. Guía Práctica en la atención de las úlceras de la piel. Braun;1994. 193 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Úlceras por presión Prevención Evaluación Cambios posturales Crema hidratante Proteger prominencias Alimentación equilibrada Evitar puntos de presión Riesgo de aparición: Índice de Norton Tratamiento: según localización, estadío, severidad, signos de infección, estado de piel periúlcera, estado general del paciente Estadio I: eritema cutáneo que no palidece a la presión, piel intacta Estadio I: lavar con jabón neutro. Secar bien, hidratación y medidas de prevención Estadio 2: úlcera superficial, pérdida parcial de grosor que afecta a epidermis y/o la dermis Estadio 2: desbridamiento de tejido necrótico, limpieza con suero fisiológico, apósitos hidrocoloides y/o hidrogeles que mantengan humedad Estadio 3: pérdida total de grosor con necrosis de tejido subcutáneo sin llegar a fascia Estadio 3: toma de cultivo si procede. Desbridamiento enzimático, autolítico, quirúrgico o mecánico. Elegir apósito Estadio 4: destrucción extensa, necrosis de tejidos adyacentes: músculo, fascia, hueso… Estadio 4: desbridamiento quirúrgico, antibioticos sistémicos, si infección, elegir apósito ÍNDICE DE NORTON DE RIESGO DE ÚLCERAS POR PRESIÓN ESTADO GENERAL ESTADO MENTAL ACTIVIDAD MOVILIDAD INCONTINENCIA 4. BUENO 4. ALERTA 4. CAMINANDO 4. TOTAL 4. NINGUNA 3. DÉBIL 3. APÁTICO 3. CON AYUDA 3.DISMINUIDA 3. OCASIONAL 2. MALO 2. CONFUSO 2. SENTADO 2. MUY LIMITADA 2. URINARIA 1. MUY MALO 1. ESTUPOROSO 1. EN CAMA 1. INMÓVIL 1. DOBLE INCONTINENCIA Índice <14: paciente de riesgo. Otras escalas: Braden - Arnell - Emina - Nova 5. 194 58. ACTITUD ANTE EDEMAS CARDIOLOGÍA 58. ACTITUD ANTE EDEMAS Autores: M.ª M. Epifanio Gutiérrez, M.ª I. Sierra Elena, M.ª P. Costa Zamora y J. A. Cortes Rubio IDEAS CLAVE 1. Se define el edema como el incremento de volumen en el espacio intersticial que es clínicamente evidente. Los edemas son una causa de consulta frecuente en Atención Primaria. 2. Los signos y síntomas de los edemas son: aumento de peso inexplicable, tumefacción de extremidades y cara (sobre todo en región periorbitaria), presencia de fóvea en la piel después de la presión y aumento del perímetro abdominal. 3. El edema localizado suele ser unilateral e indicar patología local, pero en determinadas ocasiones puede ser bilateral como: insuficiencia venosa bilateral o compresión del sistema del retorno venoso a nivel de la cava superior (síndrome de vena cava superior) o vena cava inferior (abscesos, adenopatías). 4. En el edema localizado la respuesta a diuréticos es pobre y puede acompañarse de efectos secundarios. 5. Las causas más frecuentes de edema cardíaco son: hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, miocardiopatía, valvulopatías, pericarditis constrictiva y cor pulmonale. 6. Las causas de edema renal más frecuentes son: síndrome nefrótico e insuficiencia renal. 7. Las causas de edema hepático más frecuentes son la cirrosis y la hipertensión portal. 8. Si tras estudio inicial en la consulta de Atención Primaria se sospecha cardiopatía, nefropatía o hepatopatía que precise algún estudio especial (ecocardiografía, paracentesis diagnóstica, etc.), o ante la ausencia de respuesta al tratamiento se derivará a Atención Especializada. 9. En la consulta de Atención Primaria debemos realizar un adecuado control de las causas que pueden provocar edema: hipertensión arterial, diabetes, ingesta enólica, abuso de diuréticos y laxantes, etc. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Braunwald E. Edema. En: Harrison. Principios de Medicina Interna. 14.ª ed. Madrid: Interamericana McGraw-Hill; 1998. p. 240-5. 195 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • Kraytman M. Edema. En: El diagnóstico a través de la historia clínica. Madrid: Idepsa; 1991. p. 54-62. • Lobos JM, Fernández T. Edemas. En: Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria ed. Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: Edide; 2002. p. 517-22. • Moreno VJ, Cea-Calvo L. Edemas. En: Manual de diagnóstico y terapéutica del Hospital 12 de Octubre. 5.ª ed. Madrid; 2003. p. 87-90. 196 58. ACTITUD ANTE EDEMAS Paciente con edema Historia clínica Exploración física Sí No Deja fóvea Celulitis Linfedema Neoplasias ¿El edema es localizado? No Sí Edema generalizado Insuficiencia venosa crónica Trombosis venosa profunda Linfangitis Disnea ortopnea, ingurgitación yugular Ascitis, ictericia, hepatomegalia estigmas cutáneos Oliguria, nicturia, hipertensión arterial Rx tórax ECG Sistemático de sangre, bioquímica (perfil hepático), coagulación, eco abdominal Sistemático de sangre, bioquímica (creatinina) Orina (proteinuria, microhematuria) Sistemático de sangre, bioquímica (albúmina) Edema de causa cardíaca Edema de causa hepática Edema de causa renal Edema por desnutrición grave o enteropatía pierde proteínas Signos de malnutrición Otras causas Fármacos: calcioantagonistas, estrógenos, AINE, corticoides, insulina, diuréticos y laxantes Hipotiroidismo Edema cíclico idiopático Embarazo Menstruación ECC: electrocardiograma; AINE: antiinflamatorios no esteroideos. 197 Hemiplejía Retención ortostática de sodio RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 59. ACTITUD ANTE EL ÁNGOR Autores: A. I. González González, B. Sanz Pozo y M. García Carballo IDEAS CLAVE 1. Dolor opresivo centrotorácico, con frecuencia irradiado al brazo izquierdo, epigastrio y base del cuello, que se asocia en general con algún desencadenante (ejercicio, estrés). La duración no suele ser inferior a 2-3 minutos ni superior a 20, autolimitándose al cesar el factor desencadenante o con el uso de nitroglicerina. 2. El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Debe realizarse una exploración física (auscultación cardiopulmonar y medición de presión arterial) y un electrocardiograma (ECG) basal en reposo (grado de recomendación B). El ECG fuera de las crisis de dolor precordial tiene un valor predictivo limitado para el diagnóstico de angina (grado de recomendación B). 3. Angina estable en la que no ha habido cambios en su patrón de presentación en el último mes de evolución. 4. Ángor inestable agrupa todas aquellas formas que se apartan claramente del patrón típico de angina estable (reciente comienzo, progresiva, en reposo, prolongada, postinfarto, angina variante). 5. Durante el episodio agudo de angina la nitroglicerina sublingual (dosis 0,4-0,8 mg) es el tratamiento de elección, salvo en caso de hipotensión (grado de recomendación A). Si el dolor persiste se ha de repetir la dosis cada 5-10 minutos, hasta la desaparición completa de la angina. Si tras 3-4 comprimidos no se ha conseguido controlar, debe derivarse al hospital. La administración de AAS reduce el riesgo de muerte y de eventos coronarios en pacientes con angina (grado de recomendación A). 6. Todos los pacientes con diagnóstico clínico de angina deberán realizar una prueba de esfuerzo (grado de recomendación B). Si la prueba se realiza con fines diagnósticos, deberá llevarse a cabo sin que el paciente tome medicación antianginosa con el fin de no alterar el resultado de la misma. En pacientes con hipertensión arterial (HTA) tratados con un bloqueador beta es recomendable sustituir dicho fármaco por otro (inhibidor de la enzima conversora de la angiotensina [IECA] o calcioantagonista). Cuando los síntomas de angina son típicos, la prueba de esfuerzo tiene sólo utilidad pronóstica, por lo que estos pacientes podrán seguir tomando su medicación mientras realicen la prueba (grado de recomendación B). 7. Deberá realizarse una valoración del riesgo cardiovascular global, ya que los pacientes con angina estable presentarán un riego elevado de evento cardiovascular futuro. El manejo de cada uno de los posibles factores de riesgo cardiovascular (FRCV) deberá realizarse en el contexto del manejo de otros factores de riesgo modificables (grado de recomendación A). 198 59. ACTITUD ANTE EL ÁNGOR 8. Todos los pacientes con angina estable deberán recibir tratamiento con AAS a dosis de 75-325 mg al día, ya que disminuye el riesgo de evento cardiovascular futuro (grado de recomendación A). En caso de contraindicación o intolerancia gástrica, deberá emplearse como alternativa el clopidogrel, mejor tolerado y sin los efectos adversos de la ticlopidina (grado de recomendación D). 9. Se deberá discutir la identificación y el manejo de los factores precipitantes con el paciente (grado de recomendación D). Todos los pacientes deberán recibir tratamiento con nitratos de acción inmediata como respuesta al dolor y antes de realizar cualquier actividad que se sepa produzca dolor anginoso (grado de recomendación A). 10. Todos los pacientes sintomáticos (excepto los que presenten síntomas mínimos) deberán recibir tratamiento sintomático regular (grado de recomendación D), preferiblemente con bloqueadores beta (grado de recomendación B). La dosis deberá aumentarse hasta conseguir la máxima tolerable, por lo que se ajustará de acuerdo con la respuesta del paciente (grado de recomendación D). No se deberá suspender el tratamiento con bloqueadores beta bruscamente (grado de recomendación B), sino gradualmente durante un período de cuatro semanas (grado de recomendación D). 11. Si el paciente no puede tolerar ni los bloqueadores beta ni el verapamilo, no existe evidencia clara sobre qué fármaco se debe usar para sustituirlos. Se les debe administrar el fármaco más económico que pueda controlar sus síntomas (grado de recomendación D), estando indicados los nitratos o calcioantagonistas (grado de recomendación D). Si se pautan nitratos, éstos deberán utilizarse de una manera que evite la tolerancia a los mismos (grado de recomendación A), y si se utilizan los parches, éstos deberán ser de una dosis de al menos 10 mg (grado de recomendación A). 12. Añadir segundo fármaco antianginoso (si inadecuado control de síntomas con monoterapia): a) A pacientes en tratamiento con bloqueadores beta añadir dihidropiridina o nitratos (grado de recomendación B). b) A pacientes que toman dihidropiridinas añadir mononitrato de isosorbide (grado de recomendación D). c) A pacientes que toman nitratos, añadir calcioantagonistas (grado de recomendación B). 13. Añadir un tercer fármaco antianginoso si inadecuado control de síntomas con doble terapia. No existe evidencia sobre el tipo de fármaco que debe asociarse cuando no existe respuesta al tratamiento con dos fármacos antianginosos asociados. Deberá monitorizarse el efecto de un tercer fármaco, y si no se produce efecto deberá interrumpirse (grado de recomendación D) y valorar revascularización. 199 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Eccles M, Rousseau N, Adams P, Thomas L for the North of England Stable Angina Guideline Development Group. Evidence-based guideline for the primary care management of stable angina. Family Practice. 2001;18:217-22. • Fernández C, Bardají JL, Concha M, Cordo JC, Cosín J, Magriñá J, et al. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en la angina estable. Rev Esp Cardiol. 2000;53:967-96. • Gibbons RJ, Abrams J, Chatterjee K, Daley J, Deedwania PD, Douglas JS, et al. ACC/AHA 2002 guideline update for the management of patients with chronic stable angina: a report of the American College of Cardiology/ American Heart Association Task Force on Practice Guidelines (Committee to Update the 1999 Guidelines for the Management of Patients with Chronic Stable Angina); 2002. • López L, Arós F, Lidón RM, Cequier A, Bueno H, Alonso JJ, et al. Actualización (2002) de las guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en angina inestable/infarto sin elevación del segmento ST. Rev Esp Cardiol. 2002;55:631-42. 200 59. ACTITUD ANTE EL ÁNGOR Ángor (1) Anamnesis Exploración ECG (2) Ángor inestable (4) NGC sl (0,4 mg repetibles) AAS (75-325 mg/d) (5) Remitir a Urgencias hospitalarias: - No necesariamente UVI móvil (salvo ICC, arritmias,etc.) - Estratificación pronóstica Ángor estable (3) (5) Derivar a cardiólogo: estratificación pronóstica (ergometría) (6) Tratamiento del episodio agudo Tratamiento de aterosclerosis coronaria Tratamiento sintomático (5) (10) Antiagregación Control FRCV ¿Contraindicación bloqueador beta? Sí Colesterol Diabetes TA Tabaco Ejercicio Reducción (7) peso y dieta AAS (75-325 mg/d) No Clopidogrel (si contraindicado AAS) (8) Bloqueador β (11) HTA No NGC sl (4) Prevención diagnóstico y control de factores precipitantes Sí Nitrato Calcioantagonista (DHP) Inadecuado control sintomático Triple terapia: Bloqueador beta+ Nitrato+ DHP (13) Terapia combinada: Bloqueador beta + nitrato Bloqueador beta + DHP DHP + nitrato o nitrato + DHP (12) Inadecuado control sintomático Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 201 Valorar revascularización RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 60. ANTICOAGULACIÓN ORAL Autor: R. Alonso Roca IDEAS CLAVE 1. Las características especiales del seguimiento del tratamiento anticoagulante oral (TAO) se pueden resumir en: dosis diaria muy variable en cada individuo, escasa separación entre dosis insuficiente y excesiva, complicaciones hemorrágicas a pesar de un buen control, necesidad de controles analíticos frecuentes e interferencias con otros fármacos, procesos intercurrentes y cambios en la dieta. 2. En los últimos 15 años la seguridad del TAO ha aumentado debido a la estandarización de la medición del tiempo de protrombina (utilización del INR o relación normalizada internacional). 3. Para tomar las decisiones contenidas en el algoritmo es necesario disponer de una estructura que permita recibir los resultados analíticos el mismo día de la extracción (es suficiente con los aparatos coagulómetros portátiles), así como una buena coordinación con los servicios de Hematología. 4. Pequeños cambios en la dosis (de sólo un 5%-15%) corrigen el INR, por lo que se utiliza siempre la dosis total semanal (DTS). Cambiando la dosis un solo día de la semana puede ser suficiente. Ejemplo: bajar una DTS de 11 mg de acenocumarol (Sintrom 4 mg® medio comprimido lunes, miércoles, viernes y domingo, resto de los días un cuarto) a 10 mg (medio comprimido lunes, miércoles y viernes, resto de los días un cuarto). 5. Existen dos anticoagulantes orales comercializados (acenocumarol y warfarina) con diferentes presentaciones, lo que hay que tener en cuenta para establecer la dosificación en cada paciente. Sólo se debe usar una presentación en cada paciente, para no crear confusiones. 6. En la mayoría de ocasiones los pacientes inician el TAO durante el ingreso hospitalario, por lo que llegan a la consulta de Atención Primaria (AP) con una DTS estable. El algoritmo es utilizable para estos pacientes que ya tienen controles estables previos y una DTS establecida. Para iniciar el TAO se requiere un período de tanteo, haciendo controles cada 4-5 días. Se suele iniciar con 1 mg/día de acenocumarol o 2,5 mg/día de warfarina. 7. Junto a las indicaciones clásicas de TAO (prótesis valvulares cardíacas, valvulopatías, trombosis venosa profunda con tromboembolia pulmonar [TVP-TEP], coagulopatías), en los últimos años se ha demostrado el beneficio del TAO en otras como la miocardiopatía dilatada y, sobre todo, la fibrilación auricular (FA) no valvular. ¿Cuándo anticoagular una FA? Se recomienda individualizar en función de: el riesgo trombótico (mayor si embolismo previo, hipertensión arterial, edad > 75 años, insuficiencia cardíaca), el riesgo hemorrágico (4), la facilidad para el control y seguimiento del TAO y las preferencias del paciente. 202 60. ANTICOAGULACIÓN ORAL 8. En las extracciones dentarias se recomienda realizar control de INR el mismo día o el anterior para comprobar que está en rango, no suspender el TAO y hacer enjuagues con ácido tranexámico tras la extracción y cada 6 horas. Sin embargo, la mayoría de odontólogos prefieren que se disminuya el nivel del TAO; en este caso se suspende o disminuye la dosis del TAO del día anterior, realizando el resto de actuaciones de igual forma. En indicaciones de alto riesgo trombótico (3) se puede pautar heparina de bajo peso molecular (HBPM) 2 días a dosis profilácticas. 9. Ante cirugía menor y endoscopias se suspende dos días* antes de la intervención el TAO y se reinicia tras la intervención. Si el riesgo trombótico es alto (3), se administra HBPM desde dos días antes hasta que el INR vuelve a estar en rango. Si se va a realizar cirugía mayor, se debe pasar a heparina, por lo que se enviará al servicio de Hematología una semana antes de la intervención. * (Cuatro días en el caso de marparina) BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Alonso R, Barroso C, Álvarez I, Puche N, Alcaraz A. Anticoagulación oral en atención primaria. Inf Ter Sist Nac Salud. 1997;21:89-96. • Ansell J, Hirsh J, Dalen J, Bussey H, Anderson D, Poller L, et al. Managing oral anticoagulant therapy. Chest. 2001;119 Suppl: 22S-38. • Bridgen ML. Oral anticoagulant therapy. Practical aspects of management. Postgrad Med. 1996;99:81-102. • Hirsh J, Dalen JE, Anderson DR, Poller L, Bussey H, Ansell J, et al. Oral anticoagulants: Mechanism of action, clinical efectiveness and optimal therapeutic range. Chest. 2001; 119 Suppl: 8S-21. • Murray ET, Greaves M. INRs and point of care testing. Br Med J. 2003;327:5-6. 203 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Anticoagulación oral Determinación del INR >5 <2 (1) < 2,5 3-5 (1) 3,5-5 2-3 (1) 2,5-3,5 Preguntar sobre posible causa Mantener DTS, es decir, seguir tomando lo mismo, y volver en 4-6 semanas Causa desconocida Causa puntual: Error en la toma Proceso agudo Fármaco para proceso agudo Cambio puntual en la dieta Valorar estabilidad previa del control del TAO Estable Últimos 5-6 controles sin cambios de dosis Inestable Algún cambio de dosis en los últimos 5-6 controles Mantener DTS y volver en 7-15 días (2) > 20 o hemorragia seria Remitir urgente al hospital Administrar vitamina K 5-10 mg IV lenta Modificar DTS según INR (2) 9-20 5-8,9 Suspender TAO y dar vitamina K oral 3-5 mg y monitorizar INR cada día Puede repetirse la dosis de vitamina K. Reiniciar cuando el INR < 5 Suspender próxima dosis de TAO y administrar vitamina K por vía oral 1-3 mg, y repetir el control en 1-2 días Causa permanente Inicio o cese de fármaco crónico o cambio de dosis Inicio proceso crónico Cambio permanente en la dieta Sí 3,1-4,9 (1) 3,6-4,9 Disminuir la DTS un 5%-10% y control en 1-2 semanas Valorar la presencia de factores de riesgo hemorrágico (4) 1,4-1,9 (1) 1,9-2,4 Aumentar la DTS un 5%10% y control en 2 semanas No < 1,4 (1) < 1,8 Aumentar la DTS un 10%-20% y control en 1 semana. Puede darse HBPM si alto riesgo trombótico (3) No tomar TAO 1-2 días y reducir la DTS un 10%20%, con control en 2-5 días (1) Si el rango terapéutico indicado para la patología del paciente está entre 2,5 y 3,5: prótesis valvulares mecánicas, TVP-TEP recidivantes a pesar de TAO, embolismos a pesar de TAO correcto. (2) Puede modificarse la dosis del 1.° día para corregir más rápidamente el INR. (3) Prótesis valvulares mecánicas, tromboembolismo a pesar de TAO en niveles correctos, TVP-TEP recientes. (4) Hemorragias previas, ACVA previo, edad avanzada, insuficiencia renal, anemia, IAM reciente, coagulapatías y trombocitopatías. TAO: tratamiento anticoagulante oral; ACVA: accidente cerebrovascular agudo; IAM: infarto agudo de miocardio; DTS: dosis total semanal en miligramos. 204 61. CLAUDICACIÓN INTERMITENTE 61. CLAUDICACIÓN INTERMITENTE Autores: F. de la Guía Galipienso, G. Vázquez Perfecto y S. Membrado Gómez IDEAS CLAVE 1. La claudicación intermitente (CI) es el dolor producido al caminar o hacer un esfuerzo físico, debido a la obstrucción de la arteria, lo que produce disminución de aporte de oxígeno a los músculos, con la consiguiente necesidad de detener la marcha o el ejercicio para aliviar el dolor. 2. Tiene una prevalencia del 3%-6% de la población, sobre todo a partir de los 60 años. Alrededor del 75% se mantiene estable o presenta mejoría clínica sin precisar revascularización arterial y un 25% presentan progresión o deterioro significativo. 3. La presencia de CI implica un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares, más en pacientes menores de 50 años, en los que hay una progresión de la arteriosclerosis y fracaso de las técnicas de revascularización arterial. 4. Es imprescindible una correcta anamnesis y una exploración física completa del médico de familia antes de derivar al paciente a Atención Especializada para la realización de las necesarias pruebas diagnósticas. Es preciso detectar los factores de riesgo: tabaquismo, diabetes mellitus, hipertensión arterial (HTA), dislipidemia e hipercoagulabilidad. 5. El índice tobillo-brazo (presión arterial sistólica [PAS] tobillo/PAS brazo) es una prueba fácil de realizar, rápida e indolora. Si es igual o superior a 0,90 tiene una sensibilidad del 95% y una especificidad del 100% para descartar enfermedad arterial. Un índice tobillo-brazo menor de 0,50 en el momento del diagnóstico se considera de mal pronóstico por indicar mayor riesgo de progresión de la enfermedad. 6. La ultrasonografía doppler arterial reconoce la localización de las lesiones obstructivas y permite valorar el grado de estenosis arterial. La ausencia de señal indica obliteración completa. 7. La prueba de esfuerzo sobre cinta rodante (velocidad 3,5 km/h, pendiente 12% y duración 5 minutos) está considerada el mejor método para valorar la incapacidad funcional y confirmar el diagnóstico. La distancia recorrida hasta que surge el dolor es un parámetro útil a la hora de realizar el diagnóstico de CI. 8. La angiografía digital debe emplearse cuando se piense en la posibilidad de revascularización arterial quirúrgica o endovascular, siendo la ecografía doppler arterial y la angiorresonancia magnética excelentes alternativas a la angiografía en este grupo de pacientes. 9. La detección y tratamiento intensivo de los principales factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemia, homocisteinemia) son imprescindibles para controlar la evolución. 205 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 10. Es esencial la realización de ejercicio físico regular, con paseos diarios en llano, caminando hasta que note dolor, descansando 3-5 minutos para volver a reanudar la marcha. 11. El tratamiento de la CI tiene dos objetivos: prevenir las complicaciones y mejorar la sintomatología de la arteriosclerosis sistémica. Es esencial el abandono del tabaco, tratamiento intensivo de la diabetes (que no influye en la progresión de la enfermedad), reducción de la dislipidemia y control de la HTA. La antiagregación con ácido acetilsalicílico, o en su defecto ticlopidina o clopidogrel, disminuye el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Ningún fármaco ha demostrado una reducción eficaz o completa de los síntomas, la pentoxifilina (400-600 mg/8-12 horas) mejora los síntomas entre un 12%-21% de los pacientes, el cilostazol (100 mg/12 horas), que es un inhibidor de la fosfodiesterasa III con acción antiagregante y vasodilatadora, ha demostrado un aumento de casi el 50% en la distancia de la claudicación, actualmente no está comercializado en España. Otros fármacos (vasodilatadores, verapamil, aminofilina, cinaricina, ketanserina, Ginkgo biloba, etc.) han demostrado un escaso o nulo beneficio. 12. Las técnicas de revascularización quirúrgica (cirugía arterial directa y técnicas endoluminales) deben quedar reservadas ante el fracaso del tratamiento médico, presencia de enfermedad vascular avanzada, estadios III-IV, y CI invalidante para el desarrollo de actividades diarias en pacientes menores de 60 años. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Corominas-Roura C, Plaza-Martínez A, Díaz-López M, et al. Tratamiento médico de la claudicación intermitente. Angiología. 2002;54:162-73. • Hiatt WR. Medical treatment of peripheral arterial disease and claudication. N Engl J Med. 2001;344:1608-21. • Riambau V, Piñol C. Claudicación intermitente. Revisión de una enfermedad de prevalencia creciente. Tratamiento. Med Clin. 1998;110:220-7. • Weitz JI, Byrne J, Clagett P, Farkouh ME, Porter JM, Sackett DL, et al. Diagnosis and treatment of chronic arterial insufficiency of the lower extremities: a critical review. Circulation. 1996;94:3026-49. 206 61. CLAUDICACIÓN INTERMITENTE Dolor en MMII Anamnesis Factores de riesgo Características del dolor Inicio brusco Variable intensidad Dolores fulgurantes Sin relación con marcha Cede con analgésicos Origen neurológico probable Inicio progresivo Dolor articulación Impotencia funcional Intenso inicio marcha Cede con reposo Origen articular probable Inicio progresivo (rápido en isquemias agudas) Dolor profundo Fatiga muscular En relación con la marcha Cede con detención marcha Inicio lento Dolor menos intenso Calambres, cansancio Mayor tras bipedestación Cede en decúbito Origen vascular arterial probable Origen vascular venoso probable Inspección piel y faneras Exploración física Palpación pulsos Auscultación soplos Aorta abdominal y femoral Estadiaje Estadio I: asintomático Estadio II: CI. Leve: dolor ≥ 200 m Control FR Ejercicio Antiagregantes Tto. sintomático Estadio II: CI. Grave: dolor < 200 m Estadio III: dolor en reposo Estadio IV: lesiones isquémias Derivación Cirugía vascular Pruebas diagnósticas FR: factores de riesgo; CI: claudicación intermitente; MMII: miembros inferiores. 207 Índice tobillo/brazo Doppler arterial periférico Ergometría cinta rodante Angiografía digital Angiorresonancia RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 62. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA CARDÍACA Autor: J. M.ª Lobos Bejarano IDEAS CLAVE 1. El diagnóstico actual de insuficiencia cardíaca (IC) requiere dos criterios: a) documentar una alteración de la función ventricular (generalmente mediante ecocardiografía), y b) presencia de síntomas clínicos característicos. En caso de duda se valorará la respuesta favorable al tratamiento. 2. La IC es un síndrome clínico complejo donde convergen distintas cardiopatías o enfermedades sistémicas. Por tanto, el término IC no debe ser un diagnóstico final. 3. Las manifestaciones clínicas clásicas de IC (disnea, edemas, intolerancia al ejercicio) tienen una especificidad baja y son comunes en otras situaciones distintas a la IC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], insuficiencia venosa crónica, mala condición física, obesidad, etc.). Al contrario, los signos/síntomas con alta especificidad (tercer ruido, disnea paroxística nocturna [DPN], ortopnea, ingurgitación yugular) poseen una sensibilidad baja. 4. Para aumentar el valor predictivo (VP) de los signos/síntomas deben existir condiciones subyacentes que se asocian con una mayor incidencia de IC, los llamados factores de riesgo para IC (edad avanzada, antecedente de infarto de miocardio, hipertensión arterial [HTA], diabetes, etc.). 5. Un electrocardiograma (ECG) normal puede descartar virtualmente la IC (al menos con disfunción sistólica: VP negativo del 98%). Los hallazgos ECG orientan sobre la cardiopatía subyacente y/o factores agravantes (arritmia, isquemia). 6. Un valor normal de péptido natriurético ventricular (BNP) posee un elevado VP negativo (98%) para el diagnóstico de IC, pero valores altos no implican necesariamente una disfunción ventricular. La determinación de BNP es sencilla y podría hacerse en Atención Primaria, incluyendo el domicilio del paciente, pero aún no está disponible, con la excepción de algunos hospitales. 7. La radiografía (Rx) de tórax informa del grado de congestión pulmonar, pero una Rx de tórax normal no descarta la IC. A menudo, un edema intersticial puede pasar desapercibido o atribuirse a mala técnica. La ausencia de cardiomegalia orienta a una disfunción (D) diastólica subyacente. 8. Para el diagnóstico clínico de IC se requiere una valoración global de la anamnesis, examen físico, ECG y Rx. Una combinación de los mismos puede alcanzar una sensibilidad cercana al 100% y una especificidad del 95% (para la D sistólica), aunque depende de la precisión y experiencia del observador. 208 62. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA CARDÍACA 9. El diagnóstico diferencial de la IC debe hacerse en primer lugar con la EPOC: comparten factores de riesgo (edad, tabaco) y el síntoma cardinal (disnea). En la IC la disnea suele ser progresiva, de pocas semanas o meses de evolución y la espirometría suele ser normal. Es importante valorar adecuadamente el ECG y la Rx de tórax. En caso de duda puede evaluarse la respuesta al tratamiento. No olvidar que a menudo ambas coexisten. 10. El ecocardiograma es necesario en toda primera evaluación de un paciente con sospecha clínica de IC. Aporta información muy relevante sobre el tipo de disfunción ventricular (sistólica/diastólica) y sobre la cardiopatía subyacente. Posee un valor diagnóstico, pronóstico y etiológico, permitiendo orientar el tratamiento de forma apropiada. 11. Los pacientes con IC por disfunción sistólica de etiología isquémica deben ser valorados para una posible revascularización (pruebas de viabilidad miocárdica, coronariografía). 12. La IC con fracción de eyección (FE) preservada supone cerca de la mitad de todas las IC, más frecuente en personas mayores, mujeres con diabetes, HTA o ambas. Estrictamente, no es sinónimo de IC diastólica. Ambos tipos de disfunción (sistólica y diastólica) pueden coexistir en el mismo paciente. 13. El diagnóstico definitivo de D diastólica no es fácil: exige documentar una alteración de los parámetros de llenado/relajación ventricular y un contexto clínico compatible (HTA-HVI [hipertrofia ventricular izquierda] o presencia de cardiopatía que compromete la diástole). 14. El tratamiento de la IC por disfunción sistólica incluye: a) diuréticos (hasta resolver la congestión pulmonar y/o retención hidrosalina), b) inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECA), c) digoxina (en pacientes con fibrilación auricular [FA] o con fines sintomáticos), d) bloqueadores beta (especialmente carvedilol, bisoprolol), e) antialdosterónicos (espironolactona a baja dosis o eplerrenona) y f) antagonista del receptor de la angiotensina II (ARAII) (si no se toleran IECA o como tratamiento adicional). 15. Debe tratarse siempre enérgicamente la condición causal: isquemia miocárdica, HTA o cirugía valvular si se precisa (por ejemplo, estenosis aórtica). 16. En la IC por D diastólica debe intentar mantenerse el ritmo sinusal, frecuencias cardíacas entre 60-80 lpm, mejorar el llenado diastólico (bloqueadores beta o verapamilo), controlar/revertir la HVI (IECA o ARA-II), reducir la congestión venosa sin disminuir en exceso la precarga (diuréticos a dosis prudentes, excepto situaciones de IC aguda –edema agudo de pulmón– que requieran una reducción rápida de la congestión pulmonar). 209 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Gomberg-Maitland M, Baran D, Fuster V. Treatment of congestive heart failure: guidelines for the primary care physician and the heart failure specialist. Arch Intern Med. 2001;161:342-52. • Konstman M, Dracup K, Baker D, et al. Heart Failure: evaluation and care of patients with left-ventricular systolic dysfunction. Clinical Practice Guideline nº 11. AHCPR Publication nº 94-0612. Rockville, MD: Agency for Health Care Policy and Research, US Department of Health and Human Services; 1994. • Remme WJ, Swedberg K. Task Force Report. Guidelines for the diagnosis and treatment of chronic heart failure. European Society of Cardiology. Eur Heart J. 2001;22:1527-60. • Vasan RS, Levy D. Defining Diastolic Heart Failure: A Call for Standardized Diagnostic Criteria. Circulation. 2000;101:2118-21. 210 62. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA CARDÍACA SÍNTOMAS Y SIGNOS CLÍNICOS Disnea, intolerancia al ejercicio Ortopnea, disnea paroxística nocturna Tos nocturna Edemas en MMII Hepatomegalia, ascitis Ingurgitación yugular Desplazamiento del latido apical, tercer ruido, soplo significativo Hipoperfusión periférica (signos de bajo gasto) Factores de riesgo Cardiopatía isquémica Hipértensión arterial` HVI Edad avanzada Diabetes Valvulopatía Otras cardiopatías Valoración severidad (clase funcional) I: asintomático con actividad física habitual II: ligera limitación a la actividad física habitual III: moderada limitación a la actividad física habitual IV: clínica en reposo o mínimos esfuerzos ECG normal ECG Rx de tórax Replantear diagnóstico Normal ECG: BCRD, crecimiento de AD y/o VD ESPIROMETRÍA: patrón obstructivo y/o restrictivo BNP (si disponible) Rx/ausencia de cardiomegalia Ausencia de signos de congestión pulmonar ECG anormal: HVI, BCRI, necrosis, isquemia, FA Rx: cardiomegalia, redistribución, edema intersticial, edema alveolar, derrame pleural uni o bilateral ANALÍTICA hemograma, creatinina, Na+, K+, GOT, TPT, resto bioquímica elemental. Orina elemental, TSH ECOCARDIOGRAFÍA FE < 0,45 Alteraciones segmentarias de la contractilidad Disfunción sistólica Cardiopatía isquémica Afectación valvular significativa Replantear diagnóstico EPOC/cor pulmonale Como diagnóstico adicional o alternativo Replantear diagnóstico (¿disfunción diastólica?) 1) Apoyan (fuertemente) el diagnóstico de IC y de la cardiopatía de base 2) Orientan hacia el grado o situación de la IC - Diagnóstico diferencial - Factores precipitantes - Repercusión de la IC - Valorar TSH en subgrupos (p ej. FA) Normal Replantear Diagnóstico FE preservada (>0,45) Hipertrofia VI Alteraciones del llenado ventricular Valvulopatía Disfunción diastólica Coronariografía Tratamiento de la IC por D. Sistólica Tratamiento etiológico (Por ej. estenosis aórtica-reemplazo valvular) 1) Valorar revascularización 2) Tto de fondo de la C. Isquémica 1) Tratamiento de la cardiopatía de base (HTA, C. Isquémica, M. hipertrófica) 2) Tratamiento de la IC por D. Diastólica HVI: hipertrofia ventricular izquierda; MMII: miembros inferiores; ECG: electrocardiograma; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; FA: fibrilación auricular; IC: insuficiencia cardíaca; BCRI: bloqueo completo de la rama izquierda; BCRD: bloqueo completo vena dcha. 211 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 63. INSUFICIENCIA VENOSA Autores: I. Ramos Gutiérrez, C. Lesmes Lora y M.ª J. López Montero IDEAS CLAVE 1. La insuficiencia venosa crónica se define por los cambios que en los miembros inferiores provoca la estasis venulocapilar prolongada debida a la hipertensión venosa secundaria a la incompetencia del sistema valvular. 2. Se clasifican las varices en: primarias (sólo sistema venoso superficial) y secundarias a traumatismo, compresión, ligadura quirúrgica o destrucción postrombótica (afectación del sistema venoso profundo). 3. Afecta al 10% de la población total. Proporción mujeres:hombres 5:1. La incidencia aumenta con la edad. Presentan antecedentes familiares en un 50%-70% de los casos. 4. La exacerbación de los síntomas y signos de sospecha con el calor y el ortostatismo, y la disminución con el frío y el reposo en decúbito, nos debe hacer pensar en la insuficiencia venosa periférica. 5. Ante un paciente con sensación de pesadez de miembros inferiores tenemos que descartar además: edema por insuficiencia cardíaca congestiva, linfedemas, estenosis de canal medular, déficit sensitivo y motor secundario a ciatalgia crónica, polineuropatías, claudicación intermitente, poliartralgias. 6. Se consideran factores de riesgo la edad, multiparidad, bipedestación prolongada (importante reflejar actividad laboral), la obesidad (sólo en las mujeres). El paciente debe ser explorado en ortostatismo y con los miembros inferiores descubiertos. Nunca olvidar pulsos arteriales. 7. Maniobra de Schwartz: con el paciente situado de pie y los dedos de una mano en la ingle, percutimos con la otra la mayor dilatación varicosa distal. La percepción de una oleada en la mano situada en la ingle nos permite localizar el cayado de la safena, su calibre y anomalías de situación (grado de evidencia B). 8. Maniobra de Trendelenburg: paciente en decúbito supino con la extremidad elevada a 60º, vaciando las venas superficiales. Se aplica un torniquete en el tercio superior del muslo para que ocluya el sistema venoso superficial pero no el profundo. Situamos al paciente en ortostatismo y observamos qué ocurre: a) si las varices se mantienen vacías durante 15-20 segundos indica que las válvulas son competentes, b) si se llenan progresivamente de distal a proximal antes de retirar el torniquete quiere decir que existe incompetencia de las válvulas de las perforantes y c) si se llenan rápidamente de proximal a distal tras retirar el torniquete implica incompetencia del cayado de la safena interna y sus válvulas (grado de evidencia B). 212 63. INSUFICIENCIA VENOSA 9. Maniobra de Perthes: se coloca un torniquete en el muslo y se hace deambular al paciente. Según si desaparece la red superficial o aumenta de tamaño, deducimos si las perforantes son permeables y el sistema profundo competente o no, respectivamente (maniobra sólo aproximativa). 10. El primer escalón del tratamiento pasa por las medidas generales: evitar obesidad, inactividad, exposición al calor, empleo de ropa y calzado apropiado, elevación de miembros inferiores por encima del corazón, ducha fría de los miembros inferiores, hidratación de la piel. 11. Las medias de compresión deben ser hasta la cintura y compresión decreciente. No se deben utilizar en pacientes con úlceras ni con patología arterial. 12. Tratamiento farmacológico: los tónicos venosos tópicos o sistémicos no han demostrado más eficacia que el placebo. 13. Si el estado general del paciente lo permite, valorar cirugía grado de evidencia A) en: varices secundarias, cuando se evidencie insuficiencia de los cayados de las safenas y perforantes asociados a alteraciones cutáneas tróficas, ante la existencia de úlceras y en las flebitis de repetición. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Abidia A, Hardy SC. Surgery for deep venous incompetence (cochrane review). 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Maniobras: Schwartz, Perthes, Trendelemburg (B) Escasos síntomas Cansancio Pesadez Dolor maleolar Prurito Edemas Varículas Problemas estéticos Sospecha de patología arterial Ver algoritmo de claudicación intermitente Pigmentación Eczema Induración Atrofia cutánea Úlceras Sobreinfección Derivación a cirujano vascular Tratamiento Preventivo Pruebas complementarias Doppler Eco doppler (B) Flebografía Compresión elástica Elevación de MMII Ejercicio Duchas con agua fría Perder peso Evitar ropa ajustada Insuficiencia de cayado safena Interna/externa/perforantes Safenectomía, varicectomía (A) Escleroterapia (A) Varículas Probemas estéticos Úlceras Venas varicosas moderadas Tto. y prevención de la recurrencia de úlceras Tto. de la HTV grave prevención úlceras grandes Vendaje elástico Medias de compresión ligera Medias de compresión moderada Medias de compresión fuerte HTV: hipertensión venosa; MMII: miembros inferiores. 214 64. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA EL MÉDICO DE AP: PALPITACIONES 64. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA EL MÉDICO DE AP: PALPITACIONES Autores: S. Díaz Sánchez, A. I. González González, C. Andrade Rosa y L. Silva Melchor IDEAS CLAVE 1. Palpitaciones: percepción molesta del propio latido cardíaco. 2. Anamnesis, exploración física y electrocardiograma (ECG): a) identificar causas no cardiológicas: estados hipercinéticos (ejercicio, embarazo, anemia, fiebre, tirotoxicosis), umbral de percepción disminuido (estados de ansiedad), b) identificar datos de cardiopatía estructural y c) descartar compromiso hemodinámico. 3. ECG en ritmo sinusal (RS) y sin hallazgos que sugieran la presencia de cardiopatía estructural: identificar otras situaciones que cursen con incremento de la percepción de los latidos normales. 4. ECG en RS, pero con datos que sugieren la presencia de cardiopatía estructural (crecimiento de cavidades, PR corto, onda δ, ondas Q, bloqueo completo de rama izquieda [BCRI], bloqueos bifasciculares, QTc largo, BRD + ST elevado en V1-3, bloqueos auriculoventriculares [AV] de alto grado). Si no se conoce cardiopatía, pero la historia sugiere su presencia, remitir al cardiólogo para diagnóstico. Si la cardiopatía es conocida y no existen datos de agravamiento, mantener una actitud expectante. 5. Ante la presencia de extrasístoles (ES) o de taquicardias no sostenidas (TNS), identificar datos que sugieran la presencia de cardiopatía estructural; los ES y las TNS no requieren tratamiento farmacológico. Grado de recomendación B, nivel de evidencia 2b. 6. Las taquicardias de QRS estrecho o supraventriculares (TSV) son bien toleradas si no existe deterioro de la función ventricular y no suelen constituir una urgencia vital que requiera tratamiento farmacológico inmediato. Comenzar siempre con maniobras vagales. Grado de recomendación A, nivel de evidencia 1c. 7. Posibilidades: reentrada intranodal (RIN) o taquicardia ortodrómica (conducción retrógrada del estímulo por vía accesoria) en el seno de un síndrome de WolfParkinson-White (WPW). Remitir al cardiólogo para estudio si onda δ en el ECG basal, o reiteración o mala tolerancia de los episodios. Grado de recomendación D. 8. Si la taquicardia no cesa o aparecen deterioro hemodinámico o angina: ADP en bolo i.v. rápido a dosis crecientes (3-6-12 mg). Si antecedente de asma: verapamilo en bolo i.v. (5 mg) lento. Grado de recomendación A, nivel de evidencia 1b. 215 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 9. Las TSV que no dependen del nodo AV se enlentecen sin interrumpirse; lo que facilita el diagnóstico: taquicardia sinusal (TS), taquicardia auricular (TA), fibrilación auricular (FA), flutter auricular. Cada tipo tiene su tratamiento, pero los bloqueadores beta son eficaces para el control de la respuesta ventricular si no están contraindicados. Grado de recomendación A, nivel de evidencia 1b. 10. En las taquicardias de QRS ancho es necesaria una valoración rápida de la situación hemodinámica (conciencia, pulso y presión arterial [PA]). En caso de compromiso hemodinámico: cardioversión eléctrica sincronizada (CVES) con potencias crecientes (100-360 J). Grado de recomendación A, nivel de evidencia 1c. 11. Sin repercusión hemodinámica, pero la taquicardia acontece en un síndrome coronario agudo (SCA): lidocaína iv en bolo (1,5 mg/kg), seguida de perfusión (2-4 mg/min). Grado de recomendación A, nivel de evidencia 1b. 12. Si la arritmia es bien tolerada y no hay evidencia de cardiopatía isquémica, se duda del origen ventricular, o no existe respuesta a la lidocaína: amiodarona iv (300 mg a pasar en 15-30 min). Grado de recomendación A, nivel de evidencia 1c. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Almendral J, Marín E, Medina O, Peinado R, Pérez L, Ruiz R, et al. Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en arritmias cardíacas. Rev Esp Cardiol. 2001;54:307-67. • Guidelines 2000 for cardiopulmonary resuscitation and emergency cardiovascular care. An international consensus on science. The American Heart Association in collaboration with the International Liason Committee on Resuscitation (ILCOR). Circulation. 2000;102 Suppl 8:1-370. • Hebbar AK, Hueston WJ. Management of Common Arrhythmias: Part 1. Supraventricular Arrhythmias. Am Fam Physician. 2002;65:2479-86. • Hebbar AK, Hueston WJ. Management of Common Arrhythmias: Part 2. Ventricular Arrhythmias and Arrhythmias in Special Populations. Am Fam Physician. 2002;65:2491-6. 216 64. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA EL MÉDICO DE AP: PALPITACIONES Palpitaciones (1) Estados hipercinéticos. Estados de ansiedad. Estrés catecolamínico Anamnesis, exploración ECG (2) (3) Alteración del ritmo cardíaco Sí No No No Arritmia sostenida (> 30”) Sospecha de cardiopatía ES, TNS (5) Sí Sí Estrecho Ancho QRS Maniobras vagales (6) Cardiólogo: Holter EEF (4) ECO, etc. Compromiso hemodinámico No Sí CVES (10) Respuesta Stop SCA Sí ↓ f.c. Nula RIN ortodrómica TS, TA, FA, flutter auricular Lidocaína (11) Amiodarona (12) (9) (7) Antecedente de asma No Sí ADP, ATP Verapamil (8) (8) ECG: electrocardiagrama; ECO: ecografía; FA: fibrilación auricular. Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 217 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 65. SÍNCOPE Autores: D. Serrano Tomás, R. Ramírez Arrizabalaga, S. Sánchez Sánchez y J. R. Penedo Alonso IDEAS CLAVE 1. Es importante diferenciar síncope de lo que no lo es. 2. Síncope es la pérdida súbita y transitoria de conciencia, asociada a disminución del tono postural, con recuperación espontánea. 3. La fisiopatología es común a todos los tipos de síncope: hipoperfusión cerebral. 4. El síncope puede clasificarse en cuatro grandes categorías: a) mediado neuralmente (vasovagal, situacional, seno carotídeo, ortostatismo); b) cardiogénico (arritmias, enfermedad estructural cardiopulmonar); c) neurológico, y d) otros (psiquiátrico, metabólico). 5. No existe una prueba diagnóstica de referencia (gold standard). 6. La historia clínica, la exploración física y la realización de un electrocardiograma (ECG) son más importantes que otras investigaciones para establecer el diagnóstico. 7. El primer objetivo es diferenciar un origen cardíaco del resto de causas, ya que el síncope cardiogénico puede ser la manifestación de un trastorno potencialmente grave. 8. La ausencia de síntomas premonitorios en el período presincopal es compatible con un origen cardíaco. Secundario a arritmias supone el 5%-30% de todas las causas, la cardiopatía estructural representa el 3%-11%. 9. El síncope neuromediado es el más frecuente, supone el 2%-38% del total. 10. Factores desencadenantes como miedo, dolor, instrumentación, descarga emocional, pródromos típicos sugieren etiología vasovagal. 11. Si el cuadro aparece durante o inmediatamente tras micción, defecación, tos o deglución se trata de un síncope situacional. 12. Después de una evaluación cuidadosa se identifica la causa del síncope en sólo el 50%-60%. 13. Tabla basculante: los mejores candidatos a esta prueba son individuos con síncope recurrente inexplicable en aquellos con cardiopatía subyacente y estudio electrofisiológico negativo o sin cardiopatía estructural conocida. 14. Estudio electrofisiológico: deberá contemplarse en los pacientes con cardiopatía estructural subyacente o en ancianos con síncope recurrente. 15. El tratamiento del síncope debe individualizarse y dependerá de su etiología. 218 65. SÍNCOPE 16. Posible evolución y pronóstico, mortalidad acumulada a los dos años: baja (2%-5%): pacientes jóvenes, menores de 60 años, con causa no cardíaca o desconocida. Intermedia (20%): pacientes mayores de 60 años con causa no cardíaca o desconocida. Alta (32%-38%): pacientes con síncope de causa cardíaca. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Asensio Asensio L. Pérdida de conciencia. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. SemFYC; 2002. p. 539-46. • Brignole. Task Force on Syncope E.S.C. Eu. Heart J. 2001;22:1256-306. • Campbell L. Síncope. En: Marso, Griffin & Topol. Manual of Cardiovascular Medicine. Edición en español. Marban Libros, S.L; 2002. p. 310-9. • Kapoor WN. Syncope. NEJM. 2000;343:1856-62. • López Merino V, García Civera R. Síncope cardiovascular. En: Farreras P, Rozman C, editores. Medicina Interna. 14.ª ed. Harcourt; 2000. p. 612-7. 219 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Síncope Historia clínica (Circunstancias en que ocurre, síntomas precedentes, duración, síntomas persistentes medicación habitual) Exploración física (TA en decúbito y bipedestación, FC, FR, ACP y exploración neurológica) Pruebas complementarias (En todos los casos ECG) Dolor torácico, palpitaciones, historia familiar de muerte súbita, etc. Focalidad neurológica, etc. Factores desecadenantes: miedo, dolor, instrumentación, descarga emocional, micción o defecación,etc. Alteraciones de conducta, del estado de ánimo, etc. Sospecha etiología cardiológica Sospecha etiología neurológica Sospecha inestabilidad vasomotora Otras causas 13%-45% Enfermedad psiquiátrica (10%-20%), etc. Ecocardio, Holter Estudio electrofisiológico TAC, EEG Punción lumbar Eco doppler Mesa basculante (Tilt test) Permite inducir, en individuos susceptibles, los síncopes vasovagales y ortostáticos Arrítmica 5%-30% Bradi y taquiarritmias Estructural 3%-11% IAM, valvulopatías, disección Ao, mixoma, taponamiento cardíaco, etc. Cerebrovascular <1% Síndrome del robo de la subclavia, TIA, ACVA, etc. Ortostático 4%-12% Disautonomía neurovegetativa, hipovolemia, fármacos vasodilatadores, alcohol, etc. Neuromediado 2%-38% Vasovagal, hipersensibilidad del seno carotídeo Situacional (tos, deglución, defecación/micción) No existe ningún síntoma patognomónico de una etiología específica de síncope. ECG: electrocardiograma; TAC: tomografía axial computarizada; EEG: electroencefalograma; IAM: infarto agudo de miocardio; ACVA: accidente cerebrovascular agudo. 220 66. SOPLOS Y RUIDOS CARDÍACOS 66. SOPLOS Y RUIDOS CARDÍACOS Autor: J. Zarco Montejo IDEAS CLAVE 1. La auscultación cardíaca es un elemento clave de la exploración cardiovascular. Con un correcto entrenamiento y sistemática adecuada, junto a una buena anamnesis, se puede orientar la mayoría de la patología cardíaca y optimizar la utilización de recursos. 2. La membrana del estetoscopio permite auscultar sonidos de “alta frecuencia” (soplos sistólicos, diastólico precoz, clic, chasquido y roce pericárdico). 3. La campana sirve para auscultar sonidos de “baja frecuencia” (soplos diastólicos de llenado de la EM y ET, tercer tono y cuarto tono). Si se presiona mucho se convierte en membrana. 4. Lo primero que hay que hacer es identificar el primer y segundo tonos, es decir, diferenciar sístole y diástole, para lo que nos podemos ayudar de la palpación simultánea del pulso carotídeo. 5. Un soplo diastólico siempre es patológico. 6. Los soplos sistólicos aórticos se oyen mejor en el área aórtica (2EICD), 3EICI, en la carótida derecha y en el cuello, y en el área mitral (punta). 7. Los soplos diastólicos aórticos se oyen mejor a lo largo del borde esternal izquierdo, sobre todo en 3 y 4 EIC con el paciente reclinado hacia delante en apnea postespiratoria. 8. Los soplos pulmonares son los más localizados en el foco pulmonar (2EICI paraesternal) y 3EICI. 9. Los soplos mitrales se oyen en el área mitral (5EICI y línea medio-clavicular) y se irradian a la región axilar. Se oyen mejor en decúbito lateral izquierdo y en espiración, especialmente tras el esfuerzo o la maniobra de Valsalva. 10. Los soplos tricuspídeos se oyen en el foco tricúspide (4EICI paraesternal) y en la punta. Se oyen mejor en inspiración o en apnea postinspiratoria y con la maniobra de Müller. 11. Clasificación de los soplos (Levine): • Grado 1: audible en sala silenciosa y con buen estetoscopio. • Grado 2: bajo. • Grado 3: moderadamente alto, sin thrill. • Grado 4: alto y con thrill. • Grado 5: muy alto thrill. • Grado 6: audible sin estetoscopio. 221 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 12. La intensidad del soplo no siempre guarda una relación proporcional con el grado de trastorno hemodinámico que lo origina. 13. Efectos de las diversas maniobras sobre los soplos cardíacos: Lesión Durante Valsalva Tras Valsalva Inspiración Sistólicos Estenosis aórtica MHO Insuficiencia mitral PVM CIV Estenosis pulmonar Insuficiencia tricúspide ↓ ↑ ↓ ↑↓ ↓ ↓ ↓ ↑ tardío ↓ ↑ tardío ↓↑ ↑ tardío ↑ precoz ↑precoz ↑ Diastólicos Insuficiencia aórtica Austin Flint Estenosis mitral Insuficiencia pulmonar Estenosis tricúspide ↑ ↑ ↑: intensificación evidente; ↓: reducción evidente; : sin efecto o efecto mínimo. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Macleod J, Munro J. Clinical Examination. 7.ª ed. Edinburgo: Longman Group Limited;1987. • Sáenz de la Calzada C. Diagnóstico Cardiológico en Atención Primaria. Madrid: Ed. Doyma; 1999. • Zarco P. Cardiología básica. Madrid: Ed. IDEPSA; 1986. • Zarco Montejo J. Exploración cardíaca útil para el médico de atención primaria. Manifestaciones cardíacas de enfermedades sistémicas. TIempos Médicos. 2001;.581:7-20. • Zarco P. Exploración Clínica del Corazón. Madrid: Ed. Alhambra; 1961. • Zarco Montejo J, Nogales Aguado P, Zarco Gutiérrez P. Exploración cardíaca. Módulo 3 Biblioteca Multimedia semFYC de Ayuda al Diagnóstico. SemFYC; 2003. 222 66. SOPLOS Y RUIDOS CARDÍACOS Auscultación cardíaca Soplo cardíaco Según su localización en el ciclo Continuo Sistólico Diastólico DAP CoA Eyectivo Pansistólicos (de regurgitación) EA EP CoA MHO Inocentes (pulmonar o aórtico) y funcional IM IT CIV Tardío Precoz PVM MHO IA IP 223 Mesodiastólicos (de llenado) Presistólico EM ET (se suelen acompañar de chasquido de apertura) RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Auscultación cardíaca Tonos cardíacos y sus anomalías 1.° Tono (coincide con el latido carotídeo) 2.° Tono (algo después del latido carotídeo) Clic Débil Cambiante BAV I grado IM EM grave, etc. EM Estados hipercinéticos, etc. Desdoblamiento Fisiológico Fuerte Patológico HTP HTA Arritmias Amplio 3.° Tono Fisiológico Funcional Insuficiencia cardíaca (galope diastólico) PC (knock pericárdico) EM ET HTA EA, IA, CoA EP, HTP, CIA PVM MHO Fuerte Chasquido Invertido Fisiológico (sólo en niños) Situaciones de disminución de distensibilidad ventricular: EA, EP, HTA; MHO, CI, etc. (galope presistólico) Débil Desdoblamiento Calcificación valvular Hipotensión Fisiológico (en inspiración) (>30-40 ms) BCRD 4.° Tono (auricular) Patológico Invertido EM BCRD CIV, IM EP, IVD PC, etc. HTA: hipertensión arterial; DAP: ductus arteriosos persistente; MHO: miocardiopatía hipertrófica obstructiva; CIV: comunicación interventricular; PVM: prolapso de válvula mitral; CI: cardiopatía isquémica; EA/IA: estenosis/insuficiencia aórtica; EM/IM: estenosis/insuficiencia mitral; EP/IP: estenosis/insuficiencia pulmonar; ET/IT: estenosis/insuficiencia tricúspide; CoA: coartación de aorta; BCRD/I: bloqueo cardíaco completo de rama derecha/izquierda; IVD: insuficiencia ventricular derecha; WPW: síndrome de Wolf-Parkinson-White; BAV: bloqueo auriculo-ventricular; PC: pericarditis constrictiva. 224 BCRI, WPW IA, DAP, IT EA, MHO HTA CI, etc. 67. PRESIÓN ARTERIAL ALTA 67. PRESIÓN ARTERIAL ALTA Autores: M.ª I. Egocheaga Cabello y A. Nevado Loro IDEAS CLAVE 1. Medición de la presión (PA): Se deben realizar al menos dos lecturas separadas por más de dos minutos. Si las lecturas varían más de 5 mmHg se deben efectuar más mediciones hasta obtener dos similares. Comprobar que se ha obtenido la PA de forma correcta, aplicando las técnicas de medición de la PA en la consulta. Medir la PA en ambos brazos en la primera visita y utilizar el brazo con PA más elevada. 2. La PA se caracteriza por amplias variaciones espontáneas, por lo que el diagnóstico de hipertensión arterial (HTA) debe basarse en múltiples determinaciones obtenidas en varios momentos distintos. Para el diagnóstico se deben obtener tres series de lecturas separadas entre sí al menos una semana. Si la PA está sólo levemente elevada, deben realizarse mediciones repetidas durante varios meses porque frecuentemente se produce regresión a valores normales. 3. La monitorización ambulatoria de la PA (MAPA) o la automedición de la PA (AMPA) estarían indicadas para el diagnóstico de HTA en las siguientes situaciones: a) Si existe disparidad entre la PA en consulta y las PA obtenidas fuera del entorno sanitario, para el diagnóstico de HTA aislada en la consulta (PA en la consulta mayor o igual a 140/90 mmHg y PA ambulatoria de 24 horas menor de 125/80 mmHg o PA con AMPA menor de 135/85 mmHg) o de reacción de alerta (fenómeno de bata blanca). b) En pacientes recién diagnosticados sin afectación de órganos diana. c) HTA episódica o variabilidad inusual de la PA. 4. El umbral real para la definición de HTA debe considerarse flexible, más o menos elevado en función del perfil de riesgo cardiovascular total de cada individuo. 5. Factores de riesgo cardiovascular que influyen en la estratificación del riesgo total: edad (varones > 55 años, mujeres > 65 años), tabaquismo, dislipidemia (colesterol total > 250 mg/dl o colesterol ligado a lipoproteína de baja densidad [c-LDL] > 155 mg/dl o colesterol ligado a lipoproteína de alta densidad [c-HDL] < 40 mg/dl en varones o < de 48 mg/dl en mujeres), antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular precoz (varones < 55 años, mujeres < 65 años), obesidad abdominal (circunferencia abdominal > 102 cm en varones, > 88 cm en mujeres), proteína C reactiva > 1 mg/dl. 6. Lesión de órganos diana: hipertrofia ventricular izquierda, pruebas ecográficas de engrosamiento de la pared arterial o de placa aterosclerótica, elevación de la creati- 225 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA nina sérica (1,3-1,5 mg/dl en varones, 1,2-1,4 mg/dl en mujeres), microalbuminuria (30-300 mg/día). 7. Enfermedades clínicas asociadas: enfermedad cerebrovascular (accidente cerebrovascular isquémico, accidente isquémico transitorio, hemorragia cerebral), enfermedad cardíaca (infarto de miocardio, angina, revascularización coronaria, insuficiencia cardíaca congestiva), enfermedad renal (nefropatía diabética, creatinina > 1,5 mg/dl en varones o de 1,4 mg/dl en mujeres, proteinuria), enfermedad vascular periférica, retinopatía avanzada (hemorragias, exudados o edema de papila). 8. Los términos de bajo, moderado, alto y muy alto riesgo, empleados en la tabla de estratificación del riesgo absoluto cardiovascular, se corresponden con la probabilidad de: inferior al 15%, del 15%-20%, del 20%-30% y superior al 30%, respectivamente, de presentar un evento cardiovascular en 10 años. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEHLELHA). Guía sobre el diagnóstico y el tratamiento de la hipertensión arterial en España. Hipertensión. 2002;19 Supl 3:9-15. • The Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. JAMA. 2003;289:2560-72. • 2003 European Society of Hypertension-European Society of Cardiology Guideliness for the management of Arterial Hypertension. J Hypertens. 2003; 21:1011-53. 226 67. PRESIÓN ARTERIAL ALTA PA en la consulta (mmHg) PAS < 120 y PAD < 80 PA Óptima PAS 130-139 o PAD 85-89 PA Normal-alta PAS 120-129 y PAD 80-84 PA Normal Presencia de otros FRCV, diabetes mellitus, LOD (nefropatía) o ECA No PAS 140-159 o PAD 90-99 HTA Grado 1 o PAS 160-179 o PAD 100-109 HTA Grado 2 Presencia de otros FRCV, diabetes mellitus, LOD (nefropatía) o ECA Sí No Estratificación del riesgo absoluto PAS ≥ 180 o PAD ≥ 110 HTA Grado 3 Presencia de otros FRCV, diabetes mellitus, LOD (nefropatía) o ECA Sí Confirmar diagnóstico con AMPA (PA ≥ 135/85 mmHg) o MAPA 24 h (PA ≥ 125/80 mmHg) No Sí Estratificación del riesgo absoluto No intervención sobre la PA Tabla de estratificación del riesgo cardiovascular absoluto (adaptada de: 2003 European Society of Hypertensión. European Society of Cardiology Guideliness for the management of Arterial Hypertensión. J Hypertens. 2003; 21: 1011-53. PA Normal PA Normal -alta HTA Grado 1 HTA Grado 2 HTA Grado 3 Sin otros FRCV Riesgo promedio Riesgo promedio Bajo Moderado Alto 1 ó 2 FRCV Bajo Bajo Moderado Moderado Muy Alto 3 o más FRCV o LOD o Diabetes Moderado Alto Alto Alto Muy Alto ECA Alto Muy alto Muy alto Muy alto Muy alto PA: presión arterial; PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica; MAPA: monitorización ambulatoria de la PA; AMPA: automedición de la PA; FRCV: factores de riesgo cardiovascular; LOD: lesión de órganos diana; ECA: enfermedad clínica asociada. 227 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 68. TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL Autores: J. P. Justel Pérez, A. Nevado Loro y T. Mantilla Morató IDEAS CLAVE 1. Tensión arterial sistólica (TAS) 130-139 y/o tensión arterial diastólica (TAD) 8589, si riesgo absoluto bajo o promedio sólo iniciar modificaciones estilo de vida. Si riesgo absoluto alto o muy alto iniciar tratamiento farmacológico. 2. TAS 140-179 y/o TAD 90-109, si riesgo absoluto alto o muy alto iniciar tratamiento farmacológico más modificación del estilo de vida. Si riesgo moderado o bajo iniciar modificación en estilo de vida y monitorizar la tensión arterial (TA) durante unos meses, si continúa TAS superior a 140 o TAD superior a 90 iniciar además tratamiento farmacológico. 3. TAS superior a 180 y/o TAD superior a 110, iniciar tratamiento farmacológico más modificación del estilo de vida. 4. Las principales modificaciones del estilo de vida son: la reducción del consumo de sal, pérdida de peso, abandono del hábito tabáquico y el ejercicio físico moderado de forma regular. 5. El inicio del tratamiento farmacológico se realiza con monoterapia, con cualquiera de los grupos farmacológicos, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue recomendando el inicio de monoterapia con diuréticos y/o bloqueadores beta, y el JNC-VII informe recomienda empezar siempre con diuréticos. 6. El tratamiento farmacológico debe ser escalonado, añadiendo un grupo farmacológico nuevo cada vez que no se consiga un buen control de la TA. 7. Hipertensión arterial en pacientes con cardiopatía isquémica: modificación del estilo de vida más tratamiento farmacológico. Indicado bloqueadores beta y/o calcioantagonistas (dihidropiridinas de larga duración). 8. Hipertensos con lesión de órganos diana (hipertrofia de ventrículo izquierdo). Objetivo: reducción del grosor de la pared del ventrículo izquierdo. Indicado: diurético+inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECA), dihidropiridinas+IECA o diurético. 9. Hipertensión en pacientes con insuficiencia cardíaca: modificación del estilo de vida más tratamiento farmacológico. Indicado: IECA o antagonista del receptor de la angiotensina (ARA) II, diuréticos, bloqueadores beta (bisoprolol, carvedilol), calcioantagonistas (dihidropiridinas larga duración-amlodipino, contraindicadosverapamilo y diltiazem). 10. Hipertensión en pacientes con dislipidemia: modificación del estilo de vida más tratamiento farmacológico. Indicado: IECA o ARA II, bloqueadores beta (carvedilol), calcioantagonistas, diuréticos dosis bajas. 228 68. TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL 11. Hipertensión y nefropatía diabética. Indicado modificación del estilo de vida más tratamiento farmacológico. a) Primer escalón: IECA en diabetes mellitus (DM) tipo 1, ARA II en DM tipo 2. Control de creatinina y K séricos en 1-2 semanas. b) Segundo escalón: diuréticos tiazídicos (12,5-25 mg/día), insuficiencia renal moderada-avanzada: diurético de asa. c) Tercer escalón: antagonista del calcio (no dihidropiridínicos), bloqueadores beta. d) Cuarto escalón: antagonista calcio o bloqueador beta si no se han usado antes. Bloqueadores alfa. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Grupo de trabajo en Hipertensión Arterial de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria. Hipertensión Arterial en Atención Primaria. FMC. 1999;6 Supl 3. • SEH-LELHA. Guía sobre el diagnóstico y tratamiento de la HTA en España 2002. Hipertensión. 2002;19 Supl 3: 30-53. • The Seventh Report of the Joint Committe on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. JAMA. 2003;289:2560-72. • 2003 European Society of Hypertension-European Society of Cardiology Guideliness for the management of Arterial Hypertension. J Hypertens. 2003; 21:1011-53. 229 230 Alto Iniciar tto. farmacológico Muy alto Iniciar tto. farmacológico Controlar la PA Bajo Muy alto Iniciar tto. farmacológico Riesgo promedio No intervención S > 140 mmHg D > 90 mmHg Iniciar tto. farmacológico Controlar la PA Iniciar tto. farmacológico Controlar la PA S < 140 mmHg D < 90 mmHg Controlar la PA y otros FRCV durante 3-12 meses Bajo S < 140 mmHg D < 90 mmHg Controlar la PA y otros FRCV durante 3 meses Moderado Iniciar cambios en estilo de vida y corrección de otros FRCV S > 140 mmHg D > 90 mmHg Iniciar tto. farmacológico Alto Estratificación del riesgo absoluto Valorar otros FRCV, LOD, DM, ECA Iniciar cambios en estilo de vida y corrección de otros FRCV Iniciar cambios en estilo de vida y corrección de otros FRCV Estratificación del riesgo absoluto Iniciar tto. farmacológico Valorar otros FRCV, LOD, DM, ECA Valorar otros FRCV, LOD, DM, ECA HTA Grado 3 S > 180 mmHg D > 110 mmHg HTA Grado 1 y 2 S 140-179 mmHg D 90-109 mmHg PA Normal-alta S 130-139 mmHg D 85-89 mmHg Paciente con presión arterial elevada RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 231 Buen control Mal control Añadir un tercer fármaco diurético + 2 fármacos Mantener pauta Mal control Derivar 2.° nivel Buen control Mantener pauta ¿HTA refractaria? Mal control Utilizar dosis plenas Buen control Combinaciones de riesgo - Diurético distal + IECA - Verapamilo + bloqueador beta Añadir un segundo fármaco procurar que sea un diurético Mal control Revisar tratamiento no farmacológico Mantener pauta PA: presión arterial; HTA: hipertensión arterial; S: sistólica; D: diastólica; FRCV: factores de riesgo cardiovascular; LOD: lesión de órganos diana; DM: diabetes mellitus; ECA: enfermedad clínica asociada. Mantener pauta Buen control Monoterapia con cualquiera de los grupos farmacológicos Tratamiento farmacológico Replantear HTA secundaria MAPA y AMPA Descartar pseudohipertensión 68. TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA SALUD MENTAL 69. ACTITUD ANTE EL PACIENTE AGITADO Autores: P. Cubero González, R. Redondo Romero, M. Álvarez Espinosa y A. Garrido Barral IDEAS CLAVE 1. Definición: la agitación es un estado de marcada inquietud psicomotora en el cual existe un aumento incontenible de la motilidad y de la sensación de tensión interna. Se acompaña de alteraciones afectivas como ansiedad, irritabilidad, euforia, etc. y de alteraciones del pensamiento como desinhibición e incoherencia. La intensidad en cada caso puede variar de leve a muy intensa. Es importante no confundir agitación con violencia. 2. Es aconsejable establecer la comunicación mediante un solo interlocutor y mantener una actitud firme sin manifestar hostilidad, asegurando los recursos necesarios para controlar la situación, evitando siempre que sea posible el uso de la fuerza. 3. Aunque la causa sea manifiesta en la valoración inicial permitiendo un primer abordaje, se debe reevaluar en los días siguientes la respuesta y evolución del paciente y completar el estudio si procede. 4. Delirium o síndrome confusional agudo: cuadro clínico reversible consistente en una alteración transitoria y fluctuante de la atención y de las funciones cognitivas, de instauración en horas o días con un origen orgánico o tóxico. Se presenta a menudo en pacientes con deterioro cognitivo previo agravando los síntomas pero no debe confundirse con demencia. 5. El delirium puede constituir una urgencia médica que debe ser resuelta ante la posibilidad de agravamiento, cronificación o incluso fallecimiento. 6. Neurolépticos: haloperidol (de elección en cuadros agudos). Clorpromazina: más sedante, más hipotensor, evitar en ancianos con cardiopatía. Vía oral Vía intramuscular Haloperidol Comp.: 5 mg y 10 mg Gotas: 2 mg/ml (10 go:1 mg) Amp.: 5-50-100 mg/ml Inicial: 2-15 mg/d en 2-3 dosis Mantenimiento: 0,5-2 mg/d (máx. 50 mg/d) 0,5-2 mg hasta 10 mg/6 h (máx. 30 mg/6 h) Clorpromazina Comp.: 25 mg y 100 mg Gotas: 40 mg/ml Amp.:25 mg/5 ml 50-100 mg/8 h (máx. 600 mg/día) 25-50 mg/8 h (máx. 200 mg/d) 7. En general, evitar la vía intramuscular por su absorción errática. 8. La menor experiencia con los nuevos antipsicóticos (risperidona u olanzapina) aconseja evitar su uso en situaciones agudas. 232 69. ACTITUD ANTE EL PACIENTE AGITADO 9. Relajantes/sedantes: diazepam (de elección): 10-30 mg/d en 2-3 tomas vía oral. Lorazepam: 1-5 mg/8 h-12 h-24 h vía oral. 10. Es frecuente la coexistencia de delirium, ansiedad y/o síntomas psicóticos como causa de agitación en los pacientes con demencia. El tratamiento es similar teniendo en cuenta el inicio con la mínima dosis, el mínimo tiempo y los mínimos fármacos (regla de los mínimos). 11. Ante la presencia de cuadros de agitación recurrentes es importante realizar una intervención sobre el entorno sociofamiliar del paciente para prevenir nuevos episodios. En el caso de la demencia ésta será la parte principal del tratamiento durante toda la enfermedad. 12. Si la respuesta al tratamiento no es la esperada se ha de plantear la posibilidad de causas mixtas. 13. Fármacos: abuso, deprivación, yatrogenia (valorar efectos secundarios de medicación habitual, interacciones, reacciones adversas, etc.). 14. Neurológicas: epilepsia, accidente cerebrovascular agudo (ACVA), tumor, traumatismo craneoencefálico (TCE), etc. 15. Endocrinas: hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, Cushing, feocromocitoma, etc. 16. Metabólicas: hipoglucemia, hipocalcemia, hiper e hipopotasemia, encefalopatías (hipóxica, hipercápnica, etc.). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Alberca R, editor. Tratamiento de las alteraciones conductuales en la enfermedad de Alzheimer y en otros procesos neurológicos. R Alberca, editor. Madrid: Editorial Panamericana; 2001. • Allen, Michael H. The Expert consensus Guideline Series. Treatment of Behavioral Emergencies. May 2001. www.psychguides.com • Manus A, De Medeiros P, Monfort JC. État D´Agitation. Orientation diagnostique et principes du traitment d’urgence. Rev Prat (Paris). 1992;42:8. • Sáiz Ruiz J, Montes Rodríguez JM. Protocolo diagnóstico y terapéutico del paciente delirante agudo. Medicine. 2003;8(107):5757-9. 233 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Agitación (1) Riesgo físico o agitación severa No Desencadenante o causa conocida Evitar hostilidad Ofrecer ayuda Ofrecer medicación oral ¿Situación controlada? Sí No Asegurar apoyo suficiente Inmovilizar sin violencia Medicación parenteral Derivar a urgencias (2) Sí No Sí Fármacos o tóxicos Entorno físico: hambre, sed, calor, frío Entorno sociofamiliar Causa orgánica: infección, fiebre, hipoglucemia, traumatismo ¿Se puede corregir? Tratamiento y seguimiento ambulatorios (3) Sí No Deterioro brusco Delirium/síndrome confusional agudo (4) No Deterioro cognitivo Sí Previo Sí No Tratamiento específico (7) Síntomas psicóticos (alucinaciones, deliriros) Sí Antipsicóticos (5) Corregir desencadenantes Prevenir nuevos episodios apoyando familia No Ansiedad Demencia Sí Relajantes/sedantes (6) Ajustar dosis de fármacos (8) No ¿Posibilidad de estudio ambulatorio? No Derivar a urgencias Sí Corregir factores desencadenantes Iniciar medicación si precisa Completar estudio Anamnesis detallada Evaluación de fármacos (abuso/deprivación/iatrogenia) Exploración física completa Pruebas complementarias (9) Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 234 Causas Fármacos Neurológicas Endocrinológicas Metabólicas (10) 70. ANSIEDAD 70. ANSIEDAD Autores: M.ª J. Iglesias Piñero y R. Baños Morras IDEAS CLAVE 1. Definición: a) Ansiedad normal: reacción adaptativa ante una situación de peligro. b) Ansiedad patológica: vivencia subjetiva de malestar, tensión o miedo indefinido que carece de eficacia adaptativa y se transforma un factor de interferencia para la funcionalidad del sujeto. Puede formar parte de otros trastornos psiquiátricos o acompañar a distintas afecciones orgánicas. c) Angustia: tipo de ansiedad endógena que cursa en forma de crisis de carácter agudo, con una sintomatología de tipo vegetativo, y se asocia a la sensación de miedo o pánico, pérdida de control o vivencia de muerte inminente, de duración limitada. d) Trastorno de angustia o trastorno de pánico: enfermedad en la que aparecen crisis de angustia, que se repiten periódicamente, dando lugar al desarrollo de miedo a que vuelvan a tener lugar, lo que se denomina ansiedad anticipatoria. 2. Prevalencia: en población general varía de un 3% a un 5%. En población psiquiátrica varía de un 7% a un 16%. Relación mujer/ hombre 2:1. Edad media es de 26 años. 3. Clínica: a) Síntomas somáticos: circulatorios (palpitaciones, taquicardia, dolor, opresión precordial, etc.), respiratorios (disnea, sensación de ahogo, paro respiratorio), parasimpáticos (debilidad física, desfallecimiento, diaforesis, sialorrea, diarrea, náuseas, urgencia defecatoria, micción imperiosa, rinorrea, hipo, visión borrosa), centrales (sensación de sofocación, mareo, inestabilidad o vahído, oleadas de calor y escalofríos), neurológicos (temblor, estremecimientos, xerostomía, entumecimiento, parestesias, torpeza, pesadez física, vértigos, cefalea, nudo en la garganta). b) Síntomas psíquicos: vivencia de extrañeza (despersonalización y desrealización), experiencia subjetiva (pánico, sensación de muerte inminente, de estar volviéndose loco, de perder el control sobre uno mismo, etc.), del cuerpo (sensación de torpeza, alteración de los estímulos sensoriales, estar separado de la gente, estar como flotando, como si una parte o todo de él no le perteneciese), del entorno (parece irreal, extraño, transformado, fantasmal, como en un sueño), expectación aprensiva y fenómenos amnésicos. 4. Diagnóstico: cada clasificación (CIE-10 y DSM-IV) tiene distintas pautas o criterios diagnósticos para cada trastorno de ansiedad. Existen múltiples pruebas diagnósticas validadas, las más prácticas para Atención Primaria son la escala de ansiedad de Hamilton y la de Golberg. 235 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Diagnóstico diferencial: con otros trastornos psiquiátricos: trastornos depresivos. Trastornos psicóticos. Trastornos no psiquiátricos: enfermedades cardiopulmonares: arritmia. Prolapso mitral. TAP. Síndrome de hiperventilación. Miocardiopatía, etc. Enfermedades neurológicas: crisis parciales complejas, enfermedad de Ménière, TIA, etc. Enfermedades endocrinas: síndrome carcinoide, feocromocitoma, hipoglucemia, etc. Enfermedades sistemáticas e inflamatorias: poliartritis nodosa, arteritis de la temporal, artritis reumatoide, etc. Fármacos y sustancias: broncodilatadores, bloqueadores del Ca++. Mercurio. Disulfuro carbónico. Benceno. Intolerancia al ácido acetilsalicílico (AAS). Teofilina. Anticolinérgicos. Nitritos. Anfetaminas. Marihuana. Cocaína, nicotina, etc. Intoxicaciones (anticolinérgicos, salicilatos, hormonas esteroideas, cafeína). Abstinencia (alcohol, cocaína, ansiolíticos, hipnóticos, antidepresivos y opiáceos). 5. Tratamiento: a) Tratamiento inmediato: psicoterapia de apoyo. Benzodiazepinas (BDZ) deben de usarse por cortos períodos de tiempo, menos de 8 semanas, para evitar la adicción. De primera elección alprazolam retardado, otra alternativa es el bromazepam. b) Tratamiento de mantenimiento: en el caso de que persistan las crisis se recomienda BDZ de vida media larga. Siempre seguimiento a largo plazo para evitar que el paciente se automedique y se irán sustituyendo las BDZ por otras alternativas como la psicoterapia y/o antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina (ISRN) (como primeras opciones paroxetina y venlafaxina retardada). Alternativos a los ISRS y ISRN, en pacientes que no los toleren, son los antidepresivos tricíclicos imipramina y trazodona. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Aragües Figuero M, Olgado Madera PM, Laguna Freir I, Vázquez Fernández I. Urgencias Psiquiátricas. En: Blanco-Echevarria A, et al, editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 5.ª ed. M.S.D.; p. 171-3. www.miyahoooparamedicos.com • Salgado Serrano P, Battaller Alberona RE, Vallejo Ruiloba J. Trastorno de Ansiedad. Trastorno Obsesivo Compulsivo. En: Vázquez-Barquero JL, editor. Psiquiatría en Atención Primaria. 1.ª ed. Grupo Aula Médica, S.A; 1998. p. 259-80. • www.fisterra.com/guias2/ansiedad.htm. • www.nzgg.org.nz/library/glcomplete/anxiety. 236 70. ANSIEDAD ¿Causa orgánica o inducida por sustancias? (ver diagnóstico diferencial) Sí No Ansiedad secundaria ¿Desencadenada por estrés? Sí No Ha tenido una experiencia traumática previa > 6 meses < 6 meses Trastorno por estrés postraumático Trastorno por estrés agudo ¿Cursa con crisis? No Sí ¿Asociado a pensamientos ansiógenos indeseados? No Sí Los pensamientos se acompañan de conductas desestresantes ¿Ansiedad persistente? No Sí Trastorno obsesivo compulsivo > 3-6 meses Ansiedad episódica Trastorno por angustia < 3 meses Trastorno de ansiedad generalizada Trastorno adaptativo Evitación de situaciones, objetos o eventos No ¿Vinculada a circunstancias o situaciones fobógenas? No Sí Trastorno de angustia sin agorafobia Sí Trastorno ansiedad atípico Vinculado a circunstancias sociales o temor a ser rechazado Evita objetos o situaciones específicas Fobia social Fobia simple 237 Evitación fóbica de situaciones que le producen el ataque o de sitios de los que no puede huir Trastorno de angustia con agorafobia RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 71. DEPRESIÓN Autores: M.ª Ruiz Gomes, M.ª P. Martínez de Oporto, R. Baños Morras y M. E. Viñuela Beneitez IDEAS CLAVE 1. Estado de ánimo depresivo: tristeza (infelicidad o desánimo) exagerada, anómala y patológica. Si está asociada a otras manifestaciones clínicas (síntomas de desvitalización, síntomas somáticos), durante tiempo suficiente y no es secundaria a otra patología mental o somática, ni a la ingesta de sustancias es un trastorno afectivo o un episodio depresivo. 2. Episodio de depresión mayor: dos de los siete síntomas siguientes al menos 2 semanas: disminución de la atención y la concentración; pérdida de confianza en sí mismo y sentimiento de inferioridad; ideas de culpa y de ser inútil; perspectivas sombrías de futuro; pensamientos de autoagresión o actos suicidas; trastornos del sueño; pérdida de apetito. 3. Síntomas más importantes para el diagnóstico de la depresión: síntomas anímicos (disforia, tristeza, desánimo, abatimiento, ansiedad y anestesia afectiva) y síntomas de desvitalización (apatía, anhedonia, astenia, inhibición psicomotriz). 4. Síntomas más importantes para evaluar la gravedad: síntomas conductuales (inquietud psicomotriz, agitación, conductas suicidas). 5. Realizar una anamnesis semiestructurada adaptada a cada paciente. Investigar: a) Presencia de pérdidas y duelos. b) Exploración esfera psicológica: personalidad previa. c) Gravedad del cuadro: explorar siempre la presencia de ideación y planes suicidas y síntomas psicóticos. 6. Importante descartar enfermedades prevalentes mediante la entrevista (Alzheimer, Parkinson, accidente cerebrovascular agudo [ACVA], LOES, EM, hipo e hipertiroidismo, Cushing y Addison, LES, AR, fibromialgia, síndrome de inmunodeficiencia adquirida [SIDA], tuberculosis [TB], cáncer de páncreas, anemia), toma de fármacos (inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina [IECA], digital, bloqueadores beta, hipolipidemiantes, propanolol, clonidina, antiinflamatorios no esteroideos [AINE], interferón, ACO, corticoides, neurolépticos, L-dopa), exploración física y exploraciones complementarias. Aconsejada la realización sistemática de: glucemia, hormona estimuladora de la tiroides (TSH), hemograma, ferritina y función hepática. 7. En las primeras entrevistas conviene formalizar un “contrato terapéutico” y acordar: a) Visitas de seguimiento para abordar áreas de conflicto o desencadenantes si existen. 238 71. DEPRESIÓN b) Objetivos realistas a alcanzar. c) Pauta de tratamiento aceptada por el paciente. 8. Tratamiento: en la elección del antidepresivo considerar la “intensidad” de la depresión: 9. Depresión mayor: a) Tricíclicos a dosis elevadas: amitriptilina 75-150 ng/24 h; imipramina 25-150 mg/24 h; clomipramina 25-100 mg/24 h. Inicio 3 dosis, incremento paulatino, 2/3 de dosis nocturna con alimentos. b) Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): tienen como ventajas un mejor perfil de efectos adversos y seguridad y menor número de interacciones farmacológicas: • Citalopram: inicio 20 mg matutino, mantenimiento 20-40, máximo 60 mg/ 24 h. • Fluoxetina: inicio 20 mg matutino, aumento paulatino, máximo 60 mg/24 h. • Fluvoxamina:100-200 mg/24 h. • Paroxetina: inicio 20 mg/24 h, aumento paulatino, máximo 50 mg/24 h. • Sertralina: inicio 50 mg/24 h en una sola dosis, máximo 200 mg/24 h. • Conviene iniciar 4-5 primeros días la mitad de dosis de inicio para minimizar efectos gastrointestinales. c) No ISRS: mecanismo dual ISRS y noradrenalina (NA): venlafaxina. Ventajas: formulación retardada: única dosis diaria, disminución de efectos indeseables. Menor riesgo de interacciones farmacológicas y con alcohol. Relación dosisrespuesta lineal. 10. Si depresión con síntomas melancólicos: pueden ser eficaces venlafaxina (75-150 mg/24 h) y reboxetina (4 mg/12 h-12 mg/24 h). a) Distimia: ISRS, mianserina o antidepresivos tricíciclos a dosis moderadas. b) Si coexiste ansiedad importante: añadir ansiolítico de acción larga (por ejemplo, diazepam, cloracepato, halazepam) al inicio o usar un antidepresivo con efectos sedantes (mianserina, maproptilina, amitriptilina, paroxetina). 11. En depresiones recurrentes: usar el mismo que consiguió la remisión anterior. 12. En patologías concomitantes: a) Patología cardíaca: mianserina o ISRS. b) Glaucoma y uropatía obstructiva: antidepresivos sin efectos anticolinérgicos: ISRS o mianserina. c) Demencia: ISRS, especialmente sertralina y venlafaxina. d) Epilepsia: inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), el resto reaccionan con anticonvulsivantes. e) Asma: prohibido IMAO. 239 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA f) Usar monoterapia y dosis terapéuticas. En anciano dar mitad de dosis. g) En depresiones resistentes asociar un segundo fármaco por psiquiatra. 13. Indicaciones de duración y mantenimiento del tratamiento: a) Duración mínima de un primer episodio: 9 meses = tratamiento de continuación. b) Un 2.º o 3.º episodio implica un tratamiento profiláctico en ocasiones indefinido al igual que en 3 o más episodios, mayor de 40 años y 2 episodios, depresión grave y poco apoyo social. En estos casos es evidente el efecto protector de la psicoterapia en la prevención de recaídas. 14. Tratamiento si no respuesta: a) Primero evaluar a las 4-6 semanas y aumentar la dosis 4 semanas más. b) Segundo reevaluar el cuadro: cumplimiento, interacciones farmacológicas, enfermedad de base. Cambiar a un inhibidor dual con la misma sistemática de incremento paulatino de dosis. c) Tercero, a pesar de ello un 20%-30% no responderán: derivar a salud mental. 15. Conceptos erróneos: la naturaleza psicológica del cuadro no significa que “al paciente no le pasa nada” o que “puede curarse si se esfuerza”. 16. Criterios de derivación a salud mental: síntomas psicóticos, ideas de suicidio, episodio depresivo como parte de un trastorno bipolar, cuadro grave que precise ingreso, falta de respuesta a un tratamiento adecuado en dosis y duración (tras intentar tratamiento con dos grupos de antidepresivo), comorbilidad compleja (alcoholismo, somatizaciones), petición del paciente, mala relación médico-paciente. Algunos autores aconsejan acordar que si no se observa mejoría con un número determinado de visitas habrá que derivar a salud mental. 17. Escalas abreviadas de screening: pueden resultar de ayuda en la detección de los trastornos depresivos en Atención Primaria: cuestionario de Salud General de Goldberg (GHQ, 28 ítems), Escala de Depresión Geriátrica (GDS), específicamente para personas mayores, pierde validez en deterioro cognitivo. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Gastó Ferrer C, Vallejo Ruiloba J. Manual de diagnóstico diferencial y tratamiento en Psiquiatría. 2.ª ed. Masson; 2001. p. 25-31. • Vallejo J. Árboles de decisión en Psiquiatría. 2.ª ed. Barcelona: Jims; 1999. • Protocolos. Ansiedad y depresión. FMC; 1997. 240 71. DEPRESIÓN • American Psiquiatry Association: DSM-IV Atención Primaria. Barcelona: Masson SA; 1997. • CIE 10 capítulo V: Pautas diagnósticas y de actuación ante trastornos mentales en Atención Primaria. Adaptación para España. Madrid: Izquierdo SA; 1996. 241 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Estado de ánimo depresivo Trastorno del estado de ánimo debido a enfermedad médica Sí ¿Debido a una enfermedad orgánica? No Trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias Sí ¿Debido al efecto de alguna sustancia? Hay antecedentes de otros episodios afectivos (depresivos, maníacos o hipomaníacos) No Sí ¿Cumple las condiones de episodio depresivo mayor? No Depresión mayor episodio único Sí ¿Sólo hay antecedentes de episodios depresivos? Sí Depresión mayor recidivante No No ¿Hay antecedentes de episodios maníacos o hipomaníacos? ¿Cómo consecuencia de cambio o situación estresante? Sí Trastorno adaptativo con síntomas depresivos Sí Trastorno distímico Sí Trastorno ciclotímico No ¿Estado de ánimo depresivo la mayoría de días, al menos de 2 años de duración? No ¿Estados de euforia y depresión alternantes de al menos 2 años de duración? No ¿Estado de ánimo depresivo que no cumple los criterios anteriores? Sí Trastorno del estado de ánimo no especificado 242 Sí Episodio depresivo de un trastorno bipolar 72. SÍNTOMAS FÍSICOS INESPECÍFICOS 72. SÍNTOMAS FÍSICOS INESPECÍFICOS Autor: F. Caballero Martínez IDEAS CLAVE 1. La somatización aguda es un motivo de consulta en general benigno y de duración autolimitada con la desaparición del factor de estrés emocional responsable (por ejemplo, conflicto familiar, examen académico, etc.). Por el contrario, los trastornos somatomorfos (TS) representan un arquetipo de paciente crónico de difícil manejo para el médico de familia. 2. Los TS se caracterizan por la presencia de síntomas corporales que sugieren un trastorno físico, sin que exista una causa orgánica o un mecanismo fisiopatológico conocido que los expliquen completamente, y por la presunción razonable de que dichos síntomas están asociados a factores psicológicos o al estrés. Además el paciente solicita continua ayuda médica por sus síntomas. 3. Ante la sospecha de un posible TS se debe valorar si puede existir una enfermedad médica, consumo de sustancias u otro trastorno mental que puedan explicar los síntomas. Para ello se precisa una historia clínica detallada, un uso prudente de pruebas diagnósticas y, si no se dispone de tiempo o habilidad para una exploración psicológica detallada, la autoaplicación por el propio paciente del cuestionario GHQ-28 (Cuestionario General de Salud, de 28 ítems, Goldberg – 1972, validado en español por Lobo 1986) resulta un mecanismo de criba válido de casos psiquiátricos (trastornos mentales no psicóticos) en Atención Primaria (AP). 4. La clasificación de los TS crónicos no está exenta de controversia: de hecho no hay una exacta concordancia entre las categorías diagnósticas CIE-10 y el DSM-IV. Los TS crónicos más comunes en AP y sus aspectos clínicos diferenciales son los siguientes: Psicógeno T. por somatización Hipocondría Dolor Sexo Más en mujeres Mujer = varón Mujer = varón Inicio Antes de los 30 Cualquiera Cualquiera Desencadenantes Múltiples Enfermedad familiares Lesiones agudas Personalidad Disemocional Obsesiva Mixta Curva vital Caótica Ordenada, egoísta Ergópata Historia Disfunción seria por “psicógenos” Sociopatías Abuso sustancias Excesiva preocupación por la salud Dolores Alexitimia 243 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 5. Prueba de criba del trastorno por somatización de Othmer y de Souza (adaptación española de García Campayo, Sanz y Jimeno, 1993). Buscar mediante anamnesis la presencia de los siguientes síntomas: T tragar (dificultad), S sexual (quemazón), A amnesia, R respiración (dificultad), V vómitos, D dismenorrea, D dolor de extremidades (regla mnemotécnica: “el Trastorno por Somatización es una Alteración Rara Verdaderamente Difícil de Diagnosticar”). El punto de corte de tres síntomas, muestra una sensibilidad del 87% y una especificidad del 97% para el trastorno por somatización. Menos de tres síntomas sugieren trastorno somatomorfo indiferenciado. 6. Escala MADISON (acrónimo) resulta útil para valorar los componentes psicógenos del dolor crónico en Atención Primaria: Multiplicity (multiplicidad: dolor en más de un lugar o de más de un tipo), Authenticity (autenticidad: más interés en mostrar su realidad que en la cura), Denial (negación: armonía interpersonal o equilibrio psíquico sospechoso), Interpersonal relationship (relación interpersonal: el dolor varía según ésta), Singularity (singularidad: dolor de originalidad exagerada), Only you (sólo tú puedes ayudar: idealización del médico), Nothing helps, no change (nada ayuda, no hay cambios: estabilidad antinatural del dolor). Cada ítem se puntúa con 0 (ausente), 1 (leve), 2 (discreto), 3 (importante) o 4 (serio). La suma de 15 o más puntos sugiere un factor psicógeno importante. 7. Con screening positivo se sugiere emplear los criterios DSM-IV-AP para confirmar el diagnóstico de los distintos TS. 8. No existe un tratamiento farmacológico eficaz para los TS, pero se dispone de evidencia (grado recomendación A) de que la aplicación por el médico de familia de las siguientes normas puede aliviar los síntomas, disminuir la demanda de atención, mejorar la satisfacción de los pacientes por la atención recibida y limitar a la mitad el coste sanitario (Smith et al, 1991; Bass y Benjamin, 1993): a) El paciente ha de ser atendido por un solo médico. b) Planificar citas regulares cada 4-6 semanas durante el primer año o ante la aparición de un nuevo síntoma (en períodos de reagudización pueden ser más frecuentes). c) Consultas breves para que sean posibles en la agenda. d) Buscar signos y tratar de interpretar los síntomas en el contexto de la comunicación personal. e) Evitar pruebas diagnósticas que no sean imprescindibles (para reducir la exposición iatrogénica, los falsos positivos y el gasto inútil). f) Evitar diagnósticos espúreos y tratamientos innecesarios. g) Tranquilizar y reasegurar. h) Derivar adecuadamente a los servicios psiquiátricos. i) Abordaje general del paciente somatizador crónico. j) Ser consistentes en el abordaje a lo largo del tiempo. 244 72. SÍNTOMAS FÍSICOS INESPECÍFICOS 9. Se deben derivar a salud mental los pacientes que precisen confirmación diagnóstica o diagnóstico diferencial, los TS infrecuentes (trastorno de conversión, dismórfico, facticio y simulación), los casos de mala evolución o mala relación personal, y aquellos con comorbilidad psiquiátrica grave. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bass C, Benjamin S. The management of chronic somatization. Br J Psychiatry. 1993; 162:472-80. • Bouckoms AJ, Hackett TP. Pain patients. En: Cassem NH, Stern TA, Rosembaum A, et al, editors. Massachusetts General Hospital Handbook of General Hospital Psychiatry. 4th ed. St. Louis: Mosby; 1997. • Caballero L, Caballero F. Trastornos somatomorfos, síndromes y síntomas funcionales, y trastornos disociativos. En: Vázquez-Barquero JL, editor. Psiquiatría en atención primaria. Madrid: Grupo Aula Médica; 1998. • Othmer E, De Souza C. A screening test for somatization disorder. Am J Psychiatry. 1985;142:1146-9. • Pincus HA, Wise T, First MB, et al. DSM-IV Atención Primaria. Barcelona: Masson SA; 1997. • Smith GR. Somatization disorder in the medical settting. Washington: American Psychiatric Press; 1991. 245 246 AP: atención primaria. Derivación salud mental Trastorno de conversión Aparentemente neurológico <3 Manejo conservador en AP (normas de Smith et al) Derivación salud mental si mala evolución Hipocondría Preocupación excesiva con temor a padecer una enfermedad Trastorno por somatización ≥3 Prueba de Othmer y De Souza Existen múltiples síntomas físicos inespecíficos El síntoma predominante es... No ¿Pueden deberse a otro trastorno mental presente (ansiedad, depresión, etc.)? Exploración psicológica básica (valorar General Health Questionnaire) No Sí Sí Trastorno dismórfico corporal Simulación Sí Trastorno ficticio No ¿Existe incentivo externo? Sospecha de simulación intencionada Diagnóstico psicológico Diagnóstico orgánico Derivación salud mental Preocupación excesiva por tener algún defecto imaginado del aspecto físico ¿Puede deberse a una enfermedad médica, al consumo de sustancias de abuso o fármacos? Anamnesis y exploración física detalladas Trastorno somatomorfo indiferenciado Trastorno por dolor (dolor psicógeno) Escala Madison ≥ 15 Dolor (o se sospechan factores psicológicos en su inicio, gravedad o exacerbación) Paciente que consulta por síntomas físicos crónicos inespecíficos RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 73. TRASTORNOS DEL SUEÑO 73. TRASTORNOS DEL SUEÑO Autores: C. de Alba Romero, M. Prieto Marcos y M.ª E. Calonge García IDEAS CLAVE 1. El médico de familia debe investigar sistemáticamente la existencia de trastornos del sueño en los exámenes de salud (recomendación B, nivel de evidencia 2a). 2. El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente en la consulta de Atención Primaria (según la Organización Mundial de la Salud [OMS] hay una prevalencia del 27% para la queja “dificultad para dormir”). 3. En todos los trastornos del sueño siempre hay que descartar causas secundarias: orgánicas, consumo o deprivación de sustancias, enfermedades mentales, etc. 4. Clasificar el insomnio por su momento de aparición puede orientar el diagnóstico etiológico. 5. El diagnóstico etiológico se basa en una adecuada historia clínica que debe incluir: historia completa del sueño, datos médicos, sociales y síntomas asociados, además de una adecuada exploración física (recomendación B, nivel de evidencia 2a). 6. El manejo del insomnio depende de su etiología. 7. Todos los pacientes con insomnio transitorio o crónico deben ser educados acerca de una adecuada higiene del sueño. 8. En la evaluación del insomnio son de utilidad los siguientes instrumentos: cuestionarios autoadministrados, prueba de cribado psicológico, listados de síntomas, cuadernos del sueño y entrevistas al compañero de sueño. 9. El tratamiento del insomnio crónico se basa en medidas conductuales y farmacológicas. El tratamiento conductual es más duradero en sus efectos que el tratamiento farmacológico. Este es complementario del anterior y se utiliza en situaciones puntuales (recomendación A, nivel de evidencia 1a). 10. Los fármacos que se recomiendan actualmente en el insomnio son las benzodiazepinas, imidazopiridinas (zolpiden) y ciclopirrolonas (zopiclona). La eficacia de las benzodiazepinas en el insomnio es incontestable, aunque debe valorarse la relación beneficio/riesgo. Son preferibles las de vida media corta y se deben utilizar a la dosis mínima eficaz, durante el tiempo más corto posible (< 4 semanas) y si el cuadro clínico lo permite de forma intermitente (1 cada 2-3 noches). No hay evidencia para recomendar su utilización crónica. El perfil farmacoterapéutico de zolpiden y zopiclona es similar a las benzodiazepinas. Su única indicación sería el tratamiento del insomnio a corto plazo. 11. En el anciano los trastornos del sueño se deben fundamentalmente a expectativas inadecuadas sobre la duración de éste. Por ello el tratamiento está orientado a conseguir una adecuada higiene del sueño. 247 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 12. Las terapias farmacológica y conductual tienen beneficio en el tratamiento a corto plazo. A largo plazo sólo la terapia conductual mantiene la mejoría (recomendación A, nivel de evidencia 1a). 13. Respecto a las parasomnias, en el sonambulismo existe actividad motora compleja que levanta y hace andar al individuo; en las pesadillas aparecen sueños terroríficos que despiertan al individuo y que luego se recuerdan; en los terrores nocturnos hay despertares bruscos precedidos de gritos o lloros de angustia y con actividad motora intensa, que posteriormente no se recuerdan. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • HolbrooK AM, Crowther R, Lotter A, Cheng C, King D. The diagnosis and management of insomnia in clinical practice: a practical evidence-based approach. JAMC. 2000;162(2):216-20. • Gunderson J, Hirschfeld RMA, Blashfield R, Fiester SJ, Millon T, Pfohl B, et al. Trastornos del sueño. En: DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. 4ª ed. española. Barcelona: Masson SA; 1995. • Sateia Mj, Doghramji K, Hauri PJ, Morin CM. Evaluation of chronic insomnia. An American Academy of sleep Medicine review. Sleep. 2000;23(2):243-308. • Morin CM, Hauri PJ, Espie CA, Spielman AJ, Buysse DJ, Bootzin RR. Nonpharmacologic treatment of chronic insomnia. An American Academy of sleep Medicine review. Sleep. 1999;22(8):1134-56. 248 73. TRASTORNOS DEL SUEÑO Historia clínica Doctor, no duermo bien Trastorno del sueño Comportamientos extraños en el sueño. Parasomnias (pesadillas, sonambulismo y terrores nocturnos) Etiología por historia clínica: Consumo o deprivación de sustancias Trastorno mental asociado Estado confusional agudo o febril Historia familiar. Parasomnia primaria. Según causa y repercusión general derivar a salud mental/unidad del sueño Alteraciones del sueño en cantidad, calidad o duración. Disomnias Ataques del sueño diurno, excesiva somnolencia. Hipersomnias Ritmo de sueño-vigilia no sincronizado con el del entorno Trastornos del ritmo sueño-vigilia Episodios súbitos de cataplejia. Narcolepsia Hipersomnia primaria Higiene del sueño/técnicas de adaptación del ritmo sueño-vigilia Trastornos del sueño relacionados con la respiración Cantidad y calidad del sueño inadecuada para una actividad diaria satisfactoria. Insomnio Patología orgánica y/o consumo de sustancias < 1 semana. Insomnio transitorio o situacional Diario del sueño 1-3 semanas. Insomnio de corta duración > 3 semanas. Insomnio crónico Historia clínica y etiológica Estrés Enfermedad aguda Estimulantes Enfermedad orgánica Fármacos Alteraciones afectivas Tratamiento de causa Higiene del sueño Tratamiento conductual y/o farmacológico 249 Insomnio primario Salud mental Unidad del sueño RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA OSTEOMUSCULAR 74. CERVICALGIA Autores: A. Pastor Rodríguez-Moñino y J. N. Villarroel Rodríguez IDEAS CLAVE 1. Dos tercios de la población tendrán un dolor cervical a lo largo de su vida. Un tercio de los pacientes que atendemos tienen un dolor cervical que dura más de seis meses o una recurrencia del dolor. 2. La mayoría de las veces el dolor cervical se asocia a una mala postura, ansiedad o depresión, estiramiento de los músculos del cuello y lesiones deportivas u ocupacionales. En el dolor crónico son más frecuentes los factores mecánicos y degenerativos. A veces, puede desencadenarse por lesiones en tejidos blandos, como en el síndrome del latigazo cervical. Es raro que se deba a prolapsos en el disco vertebral, enfermedades inflamatorias (espondilitis anquilopoyética, artritis reumatoide, polimialgia reumática), malignas (mieloma, enfermedad metastásica), infecciosas (estafilococo, tuberculosis) o, más raramente todavía, metabólicas (osteomalacia). 3. Una adecuada historia clínica ayuda a diferenciar los tipos de dolor y la existencia de signos y/o síntomas neurológicos. 4. El dolor de características inflamatorias no remite, a menudo se irradia a ambos brazos y empeora con el reposo. Habitualmente hay una limitación de los movimientos del cuello en todas las direcciones. 5. Las exploraciones complementarias son esenciales para llegar a un diagnóstico en los casos de dolor cervical con características inflamatorias. Se debe realizar un análisis que incluya: hemograma, velocidad de sedimentación globular (VSG), bioquímica completa, sedimento urinario, pruebas reumáticas y antígeno (Ag) HLA-B27. 6. Las exploraciones radiológicas recomendadas son las siguientes: a) En el dolor cervical no complicado no es necesario realizar estudio radiológico inicial, salvo antecedentes de traumatismo, cirugía del cuello o historia previa de tumor maligno. Si persiste el dolor, realizar radiografía (Rx) del cuello anteroposterior (AP), lateral (L) y con la boca abierta. La oblicua se deja a discreción del clínico, ya que no hay consenso para su recomendación. b) Si es normal, sin signos o síntomas neurológicos, no es necesario proseguir estudio. c) Rx normal con signos o síntomas neurológicos, realizar resonancia magnética nuclear (RMN). d) Rx con signos de espondiloartrosis sin clínica neurológica, no es necesario realizar otras exploraciones, Rx con signos de espondiloartrosis con clínica neurológica, RMN. e) Rx con signos de antiguo traumatismo, sin síntomas neurológicos, no es necesario realizar otras exploraciones, Rx con signos de antiguo traumatismo con síntomas neurológicos, RMN. f) Si Rx muestra destrucción de hueso o disco, RMN. 250 74. CERVICALGIA 7. En el tratamiento del dolor cervical existen diversas alternativas terapéuticas, sin que se hayan encontrado evidencias concluyentes. 8. Una revisión sistemática reciente encuentra que los tratamientos multimodales, con movilización, masaje o manipulación en combinación con ejercicio, o ejercicio más tratamiento termal, educación y utilización excepcional del collarín cervical es mejor que la manipulación sola, modalidades específicas de medicina física y collarín continuo con reposo, para reducir el dolor, mejorar la satisfacción del paciente y conseguir el regreso al trabajo. 9. Los analgésicos o los antiinflamatorios no esteroideos, que se utilizan siempre, tienen una efectividad actualmente desconocida. 10. La evidencia científica es insuficiente para recomendar la administración de relajantes musculares. 11. En el síndrome del latigazo cervical se debe insistir en la movilización precoz. Es necesario tener en cuenta que este cuadro suele tener implicaciones emocionales. 12. El collarín debe utilizarse lo menos posible, en cualquier caso de forma muy puntual y a corto plazo (inferior a 15 días). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Barry N, Jenner JR. ABC of Rheumatology: pain in neck, shoulder and arm. BMJ. 1995;310:183-6. • Binder A. Dolor cervical. En: Evidencia clínica. 1.ª ed. Bogotá, Colombia: 2002. Grupo Editorial Legis SA. (Título original: Clinical Evidence The internacional source of the best available evidence for effective health care, 6. ed. London: BMJ Publishing Group; 2001). • Climent JM. Cervicobraquialgias. FMC. 2003;10(3):150-8. • Daffner RH, Dalinka MK, Alazraki N, Berquist TH, DeSmet AA, el-Khoury GY, et al. Chronic neck pain. American College of Radiology. ACR Appropriateness Criteria. Radiology. 2000;215 Suppl:345-56. • Gross AR, Kay T, Hondras M, Goldsmith C, Haines T, Peloso P, et al. Manual Therapy for mechanical neck disorders: a systematic review. Manual Therapy. 2002;7(3):131-49. 251 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Dolor cervical Anamnesis y exploración física Características mecánicas Características inflamatorias Estudio con Rx y análisis Traumatismo previo Sí No Infección Neoplasia Radiculopatía Signos/síntomas neurológicos No Sí Sí Inflamación No Puntos gatillo RMN Rx AP, L y con boca abierta Síndrome del latigazo cervical RMN No Dolor cervical con radiculopatía Dolor cervical no complicado Rx AP y L: radiografía anteroposterior y lateral; RMN: resonancia magnética nuclear. 252 Sí Valorar fibromialgia 75. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA LUMBALGIA 75. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA LUMBALGIA Autores: J. C. Muñoz García, S. Tojeiro Lorente, A. Fernández Rodríguez y R. Pérez Muñoz IDEAS CLAVE 1. Definición: el dolor lumbar es el dolor, tensión muscular o rigidez, localizados por debajo del reborde costal y por encima de los pliegues subglúteos, con o sin dolor en la pierna (ciática). Puede ser agudo o crónico (si persiste 12 semanas o más ). 2. Incidencia: un 70% de las personas en países desarrollados experimentará dolor lumbar en algún momento de su vida. Muy frecuente entre los 38 y 55 años. 3. Etiología: el dolor es inespecífico en el 85% de los casos. La prevalencia de hernia discal es del 1%-3%. 4. Historia clínica: edad, antecedente traumático, forma de comienzo, tiempo de evolución, ritmo de dolor, irradiación a los miembros inferiores (MMII), parestesias y/o debilidad MMII, alteración de esfínteres, rigidez matutina, fiebre, síntomas constitucionales,antecedentes de interés. 5. Exploración orientada: palpación y auscultación abdominal, palpación lumbar, movilidad lumbar: dolor e impotencia funcional, signos de compresión radicular, exploración neurológica de MMII, sensibilidad perineal, fiebre objetivada. Signos de alarma Antecedentes Manipulación instrumental Drogas por vía parenteral Infección previa Inmunosupresión Tumor Síntomas Edad < 20 o > 55 años Traumatismo violento Síntomas Dolor inflamatorio Pérdida de fuerza en MMII Alteración de esfínteres Fiebre S. constitucionales Signos Afectación motora de MMII Síndrome de cola de caballo Fiebre Masa pélvica Soplo abdominal 6. El dolor lumbar inespecífico es el dolor lumbar no atribuido a una patología reconocible (como infección, tumor, osteoporosis, artritis reumatoidea, fractura o inflamación). 253 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 7. Tratamiento de la lumbalgia aguda inespecífica: a) Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los relajantes musculares alivian el dolor más que el placebo. b) Permanecer activo acelera la recuperación sintomática y disminuye la discapacidad crónica. c) No hay evidencias de que el reposo en cama, los ejercicios específicos para la espalda, los masajes u otras intervenciones (tratamientos con temperatura, tracción o acupuntura) sean eficaces. 8. Pronóstico: el dolor lumbar agudo normalmente es autolimitado (90% de las personas se recuperan dentro de las 6 semanas). Entre un 2%-7% desarrollan dolor crónico. Es causa importante de absentismo laboral. 9. Tratamiento de la lumbalgia crónica inespecífica: a) El tratamiento con ejercicios, escuelas de espalda, tratamiento conductual y los programas de tratamiento multidisciplinario son eficaces. b) No hay evidencia de que otras intervenciones (como antidepresivos, tratamientos con temperatura, masajes, inyecciones de la superficie articular y la retroalimentación biológica electromagnética) sean eficaces. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Alonso A, Álvaro-Gracia JM. Lumbalgia. En: Manual de la SER de las enfermedades reumáticas. 3.ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana SA; 2000. p. 96-103. • Cochrane Back Group. www.update-software.com/abstracts/go5hindex.htm • Humbría A. Formación Interactiva en Reumatología (F.I.R.E.): Dolor de Espalda. 1.ª ed. Madrid: Editorial IUDE; 2002. • Tulder MV, Koes B. Dolor lumbar y ciática. En: Evidencia clínica: La fuente internacional de la mejor evidencia disponible para una atención efectiva en salud.1.ª ed. Bogotá: Grupo editorial Legis S.A; 2002. p. 1037-60. 254 75. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA LUMBALGIA Dolor lumbar Historia clínica Exploración orientada Sí Sospecha de lumbalgia grave 5% Derivación atención especializada Signos de alarma No Sospecha de lumbalgia específica 10% Lumbalgia inespecífica 85% No pruebas complementarias (A) Tratamiento (A): Movilización precoz (reposo 2-3 días) Analgésicos AINE Miorrelajantes Pruebas complementarias: Estudio radiológico de columna lumbar Estudio analítico Estudio electrofisiológico (según clínica y disponibilidad) Evaluación tras 6 semanas Mejoría No Tratamiento específico Sí Replantear diagnóstico Completar estudio y/o derivar atención especializada Anamnesis Exploración Pruebas complementarias Estudio radiológico Sí de columna lumbar 60% 80% Estudio analítico Estudio electrofisiológico (según clínica y disponibilidad) Recidiva No Ejercicio Resultado positivo Sí Lumbalgia crónica inespecífica 2%-7% No Evaluar predictores de cronicidad Iniciar programa de ejercicio No Programas de tto. multidisciplinar (A): Ejercicios Escuela de espalda Tratamiento conductual Curación Evaluación tras 12 semanas Mejoría AINE: antiinflamatorios no esteroideos. (A) Grado de recomendación. 255 Sí Curación RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 76. DORSALGIA Autores: J. N. Villarroel Rodríguez y A. Pastor Rodríguez-Moñino IDEAS CLAVE 1. Las causas más frecuentes de dolor dorsal son: la sobrecarga mecánica en relación con factores posturales laborales o por la lactancia y los dolores psicosomáticos. 2. Otras causas de dolor dorsal son: artrosis (teniendo en cuenta que la artrosis radiológica es muy frecuente y que sólo las avanzadas lesiones degenerativas pueden producir dorsalgia de baja intensidad), fracturas (traumática, secundaria u osteoporótica), hernia discal, enfermedad de Scheuermann, neoplasias (primarias o metastásicas), espondilitis sépticas (tuberculosis [TBC], brucelosis), enfermedades por depósito, enfermedad de Paget y enfermedades reumáticas como la espondilitis anquilopoyética y la enfermedad de Reiter, sin embargo, la artritis reumatoide es excepcional a este nivel. 3. Hay que tener en cuenta que con más frecuencia que en los dolores cervicales y lumbares, la zona dorsal es asiento de dolores viscerales referidos: cardiológicos, pleuropulmonares, aórticos, digestivos o urológicos. 4. En el dolor dorsal bajo es necesario descartar problemas orgánicos: aplastamientos, tumores, metástasis, infecciones y enfermedades inflamatorias. 5. En anamnesis incidir en tipo de dolor y actividad laboral: a) Dolor mecánico: aumenta con los movimientos y cede o se alivia con el reposo. b) Dolor inflamatorio: no cede con el reposo, sino que persiste o incluso aumenta con el descanso nocturno. Dolor progresivo: a pesar del tratamiento el dolor es cada vez más intenso. 6. En el tratamiento de la dorsalgia por sobrecarga mecánica es fundamental la corrección de los factores posturales laborales o en relación con la lactancia, tranquilizar al paciente remarcando la benignidad del proceso y un programa de ejercicios para potenciar la musculatura deficitaria. 7. Si concurrieran factores afectivos, deben tratarse conjuntamente con los otros problemas. 8. Se debe valorar la utilización de analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), relajantes musculares (de controvertido uso y eficacia) y, en las dorsalgias crónicas, antidepresivos tricíclicos a dosis bajas. 256 76. DORSALGIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bordas JM. Dolor Dorsal. Guía de actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. Barcelona: Edide; 2002. p. 751-3. • Contreras MA. Protocolo diagnóstico de la dorsalgia. Medicine. 2001;8:1811-2. • Roig D. Reumatología en la consulta diaria, 2.ª ed. Barcelona: Expas; 1997. • Sánchez J. Dorsalgia. En: Alonso A, Álvaro-Gracia JM, Andreu JL, Blanch J, Collantes E, Cruz J, et al, editores. Manual S.E.R. de las enfermedades reumáticas, 3.ª ed. Barcelona: Doyma; 2000: p. 94-6. 257 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Dorsalgia Anamnesis y exploración física Sí Síntomas o signos de afectación visceral Descartar origen visceral No Dolor de carácter inflamatorio o progresivo Sí Descartar origen inflamatorio infeccioso o tumoral No Pedir Rx columna dorsal y analítica básica con VSG y FA No Dolor de carácter mecánico de menos de un mes de evolución Sí Corrección de factores posturales y en relación con sobrecarga mecánica. Indicación de tto. médico. Reevaluar a las cuatro semanas Mejoría No Sí Análisis y Rx normales o signos degenerativos compatibles con la edad Sí No Reevaluar con nueva exploración, pedir Rx y análisis con VSG. Si ya tiene realizadas pruebas valorar repetirlas Reiterar la importancia de los factores posturales y la sobrecarga mecánica. Fin de proceso Análisis y Rx normales o cambios artrósicos compatibles. Dolor mecánico Sí Insistir en factores posturales. Abordaje psicosocial. Considerar opciones de tratamiento a largo plazo. Valorar interconsulta. Rx: radiografía; VSG: velocidad de sedimentación globular; FA: fosfatasa alcalina. 258 No 77. HOMBRO DOLOROSO 77. HOMBRO DOLOROSO Autores: A. Tejedor Varillas, J. L. Miraflores Carpio, J. C. García Álvarez y M. Pozo Martín IDEAS CLAVE 1. Definición: el dolor en el hombro puede tener distintas causas, entre las que debemos distinguir: por un lado la patología articular glenohumeral y acromioclavicular, los problemas tendinosos (tendinitis del manguito de los rotadores, tendinitis bicipital, etc.), así como de las bursitis agudas. Sin olvidar que puede tratarse de un dolor referido o irradiado al hombro desde estructuras lejanas. 2. Incidencia: el hombro doloroso es un motivo de consulta muy frecuente en Atención Primaria: se estima una prevalencia del 20%, siendo más frecuente en mujeres (25% frente al 17%). En el 70% está afectado el manguito de los rotadores. 3. Etiología: los trastornos del manguito de los rotadores están asociados con movimientos repetidos de abducción y antepulsión del brazo; alteraciones anatómicas predisponentes como un área coracoacromial estrecha, acromion en forma de gancho, etc. 4. Historia clínica: edad, profesión y actividades diarias, antecedentes traumáticos, forma de comienzo, tiempo de evolución, dolor nocturno, presencia de fiebre. 5. Exploración física orientada: inspección, palpación, movilidad activa, pasiva y resistida. Exploración cervical y examen neurológico de la extremidad superior. 6. Pruebas complementarias: radiografía (Rx), analítica con RFA, ecografía. Otras: tomografía axial computarizada (TAC), resonancia magnética nuclear (RMN). 7. Signos de alarma: a) Antecedentes: hombro doloroso crónico, otras patologías o enfermedades articulares, traumatismo importante. b) Síntomas: dolor inflamatorio, pérdida de fuerza miembro superior, limitación funcional grave, fiebre. c) Signos: asimetría o atrofia muscular, signos inflamatorios, equimosis, deformidades, pérdida de vello en miembro superior (atrofia simpática), aumento de la circulación venosa del brazo. 8. Tratamiento: la medicina basada en la evidencia se encuentra con graves problemas metodológicos para evaluar los diversos tratamientos en cuanto a la mejoría del dolor y de la movilidad; no existiendo ningún estudio concluyente para ninguna de las opciones terapéuticas disponibles. El tratamiento de la tendinitis del manguito de los rotadores debe ser escalonado: a) Reposo relativo y antiinflamatorios no esteroideos (AINE). b) Infiltración subacromial de corticoides y anestésico. c) Ejercicios de rehabilitación y otras medidas físicas. 259 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Alegre de Miguel AC. Monográficas Médico-Quirúrgicas del Aparato Locomotor. Hombro. Ed. Masson; 1997. • López García-Franco A., Valero Salinas J. Capítulo: Hombro doloroso del Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica en AP (R. Ruiz de Adana) Díaz. 3.ª ed. 2001. • Machahon PJ, MD, Sallis RE, MD. El Hombro doloroso. Postgraduate Medine. Versión española. 2001;5(2):13-21. • Speed C, Hazelman B. Dolor de Hombro. Evidencia Clínica.1.ª ed. Bogotá: Grupo Editorial Lepis S.A.; 2002: p. 1134-52. • Tratamiento del hombro doloroso. Colaboración Cochrane; 1998. • Disponible en: www.ortopedia.rediris.es/docus/hombro. 260 261 Derivar Traumatología *Tto. Médico: reposo articular + medidas locales + AINE. * * Infiltración superior Artritis glenohumeral Artritis acromioclavicular * Infiltración vía posterior Bursitis Radiografía Dolor vivo (hiperálgico) Limitación de movimientos activos Tumefacción Dolor con: Abducción (colabora la escápula) Rotación externa pasiva Rotación interna Signos de artritis Dolor y limitación movimientos activos y pasivos Dolor con: Abducción pasiva > 110° Encogerse de hombros Aducción extrema Dolor referido Normal Exploración Hombro doloroso agudo Derivar Traumatología * Rotura supraespinoso Ecografía Dolor tras esfuerzo Imposibilidad movimientos activos * Tendinitis infraespinoso Rotación externa resistida Maniobra de Patte No Rotación interna resistida Maniobra de Gerber Derivar Rehabilitación * Tendinitis bicipital Flexión resistida Maniobra de Speed Supinación resistida Maniobra de Yergason Probable capsulitis adhesiva Sí Ampliar estudio Mejoría Derivar Traumatología No Sí Rehabilitación Infiltración vía posterior Dolor y limitación movimientos activos y pasivos Sí Maniobras Impingement + Dolor con movimientos contrarresistencia No Hombro doloroso subagudo Inicio paulatino de > 1 mes de evolución Tendinitis subescapular Dolor referido Infiltración vía posterior o lateral Abducción resistida Maniobra de Jobs Tendinitis supraespinoso Inicio agudo Historia clínica Exploración orientada Hombro doloroso 77. HOMBRO DOLOROSO RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 78. MONOARTRITIS Autores: F. León Vázquez y C. Sanz Rodrigo IDEAS CLAVE 1. Debemos estar seguros de que es una monoartritis: primero debe descartarse la oligo- y poliartritis, y hacer el diagnóstico diferencial con las inflamaciones de partes blandas, según duelan o no las articulaciones al movilizarse. 2. Debe diferenciarse la forma aguda de la crónica, de tratamiento menos urgente esta última. 3. Una monoartritis aguda debe considerarse séptica mientras no se demuestre lo contrario. 4. El principal medio diagnóstico es la artrocentesis, a la que recurriremos siempre que podamos, remitiendo de forma urgente al servicio de Reumatología de referencia. Una excepción es la crisis de podagra típica en un gotoso conocido, en la que no es imprescindible para empezar el tratamiento. 5. La artrocentesis diagnóstica permite medir el número de leucocitos, siendo muy alto en la artritis séptica, moderado en las inflamatorias, y bajo en las artrosis y artritis traumática. En esta última y en las coagulopatías veremos eritrocitos. Se puede hacer una tinción de Gram para aproximar el germen causante en las sépticas (que se confirmará con el cultivo del líquido), y ver microcristales al microscopio de luz polarizada (artritis gotosa, condrocalcinosis). 6. Si no disponemos de artrocentesis, se hace aún más relevante la anamnesis completa, incluyendo antecedentes de enfermedades venéreas, aftosis, infecciones urinarias, enfermedades intestinales, uso de fármacos, traumatismos previos, etc.; igualmente lo es la exploración física. 7. El diagnóstico precoz de una artritis séptica es vital para la supervivencia de la articulación e incluso la del paciente. Debemos sospecharla si hay antecedente de contacto sexual de riesgo, cirugía articular reciente, adicción a drogas, fiebre elevada, discontinuidad cutánea, gran inflamación periarticular, etc. En estos casos el tratamiento es hospitalario, previa artrocentesis, con antibióticos parenterales. 8. Las artritis traumáticas con gran derrame se alivian con una artrocentesis terapéutica y un vendaje compresivo. No hace falta analizar el líquido si el antecedente traumático es claro y no hay lesión abierta al exterior, por lo que pueden realizarse en el centro de Atención Primaria. 9. El papel de la radiología y los análisis es secundario, pudiéndose diagnosticar la mayoría de los casos con la anamnesis y exploración. 10. Cualquier poliartritis puede empezar siendo una monoartritis. Cualquier proceso crónico puede comenzar de forma aguda. Debemos contemplar ambas posibilida des. 262 78. MONOARTRITIS BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bordás Julve JM. Monoartritis. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria; 2002. p. 784-8. • Crespí Villarías N, López Rodríguez C, Mazzucchelli R, Múgica Elorza P. Monoartritis aguda en Atención Primaria. Revista de la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria. 2002;4(2):43-7. • Galindo Izquierdo M, Criado Portera B, Balsalobre Aznar J. Monoartritis y poliartritis. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Orche Galindo S, Sanz García RM, editores. Manual de Diagnóstico y Terapéutica del 12 de Octubre. 4.ª ed. Madrid: MSD; 1998. p. 308-14. • Martín-Rabadán Muro M, Refolio Abella C. Monoartritis. En: Ruiz de Adana R, editor. Manual de Diagnóstico y Terapéutica médica en Atención Primaria. 2.ª ed. Madrid: Díaz de Santos; 1996. p. 518-25. 263 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Monoartritis Historia clínica y exploración física Sí Poliartritis ¿Otras articulaciones afectadas? No Tendinitis, bursitis, etc. Sí ¿Inflamación sólo de partes blandas? No ¿Duración mayor de 6 semanas? Inicio monoarticular de poliartritis crónica Sí No Artropatías seronegativas: psoriásica, Behçet, Reiter, enfermedad inflamatoria intestinal, espondilitis anquilopoyética Infecciosa crónica: tuberculosa, brucelosis, micótica, parasitaria Artrosis fase inflamatoria Artropatía neuropática Artritis crónica juvenil Artritis reumatoide Raras: sarcoidosis, sinovitis vellonodular, amiloidosis, etc. Monoartritis aguda ¿Artrocentesis diagnóstica disponible? Sí No Artrocentesis diagnóstica ¿Sospecho infección? Fiebre, foco primario, antecedente gonococia, drogadicción, puerta entrada, etc. Sí Tratamiento específico Artritis séptica Derivación hospitalaria urgente No ¿Antecedente de gota, localización 1.ª metatarso falángica, tofos, etc.? Sí Antiinflamatorios orales Colchicina Artritis microcristalina No ¿Traumatismo reciente? Sí Rx ¿fractura? Artritis traumática Sí No Rx, hemograma, analítica VSG, orina, serologías, F reumatoide, ANA Rx patológica No Inmovilizar Derivar hospital Rx y analítica normales Artrosis: geodas, osteofitos, estrechamiento espacio, esclerosis subcondral Condrocalcinosis: calcificación lineal articular o en ligamento triangular carpo Artritis reumatoide: erosiones, osteoporosis, deformidad Osteonecrosis cabeza femoral: línea subcondral, esclerosis, deformidad Artritis gotosa: lesión en sacabocados ¿Artrosis? Observación y tratamiento sintomático VSG: velocidad de sedimentación globular. 264 Artrocentesis terapéutica Analgésicos, hielo Inmovilizar Analítica patológica Artritis séptica: leucocitosis desviación izquierda, VSG ↑↑ Artritis gotosa: hiperuricemia (no es obligatoria) Espondiloartropatía: HLA B27 + Artritis reactiva: serologías, leucocitaria Artropatía hemofílica: coagulopatía Artritis reumatoide: F reumatoide 79. POLIARTRITIS 79. POLIARTRITIS Autores: P. Rubio Galán, G. Pardo Moreno y L. Cossio García IDEAS CLAVE 1. Hablamos de poliartritis cuando existe inflamación (dolor, tumefacción, calor, eritema cutáneo y limitación a la movilización) de 4 o más articulaciones. La afectación de 2 a 4 articulaciones se considera oligoartritis y su estudio se incluye dentro de las poliartritis. 2. El dolor es de características inflamatorias, a diferencia de lo que ocurre en las poliartralgias, que presentan características mecánicas. 3. La anamnesis y la exploración física detallada son el pilar básico para el diagnóstico. A partir de ellas es posible realizar una orientación diagnóstica inicial que permitirá decidir fundamentalmente la perentoriedad con que el paciente debe ser estudiado y la indicación de las pruebas complementarias. 4. Son criterios de derivación urgente si presenta: afectación del estado general, fiebre, sospecha de etiología séptica, sospecha de proceso neoplásico, gran derrame articular. 5. Descartados activamente procesos potencialmente graves a corto plazo, iniciar tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos a dosis plenas y realizar seguimiento evolutivo del cuadro. 6. En la anamnesis valorar: características del dolor, patrón de distribución articular, síntomas sistémicos, antecedentes personales inmediatos de diarrea, contacto sexual de riesgo y manifestaciones extraarticulares: a) Afectación mococutánea: psoriasis; úlceras genitales (Behçet); úlceras orales (lupus eritematoso sistémico [LES], Behçet y artritis reactivas); fotosensibilidad, eritema malar y lupus discoide en el LES, eritema nodoso. b) Afectación ocular: uveítis (Behçet y espondiloartropatías); epiescleritis (artritis reumatoide [AR]); conjuntivitis (artritis reactivas). c) Nódulos subcutáneos (AR, gota). d) Fenómeno de Raynaud. e) Hepatoesplenomegalia. f) Afectación pulmonar y cardíaca. 7. Inicialmente se solicitará: a) Velocidad de sedimentación globular (VSG), proteína C reactiva, hemograma, bioquímica (glucemia, ácido úrico, función hepática y renal). b) Determinaciones específicas siempre que la historia o la exploración lo sugieran (debido a su baja especificidad). 265 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 8. Factor reumatoide (FR): el 5% de la población sana lo presenta y su prevalencia aumenta con la edad hasta los 75 años. Un FR positivo a muy alta titulación es sugestivo de artritis reumatoide o crioglobulinemia mixta. El 20%-30% de las artritis reumatoides son FR negativas. 9. ANA: sugiere LES, aunque también otras conectivopatías. 10. Antígeno leucocitario humano (HLA B27): su positividad apoya el diagnóstico de espondiloartropatías. 11. Serologías a Salmonella, Shigella, Campylobacter y Chlamydia si se sospecha artritis reactiva. 12. Cultivo de gonococo en la puerta de entrada. 13. Serología: virus de la hepatitis B (VHB), virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), rubéola y parvovirus B19 si se sospecha etiología vírica. 14. El estudio del líquido sinovial es de gran ayuda para identificar la etiología séptica y microcristalina, y para diferenciar procesos inflamatorios de no inflamatorios. 15. Se solicitarán radiografías de las articulaciones afectadas y, según sospecha diagnóstica, radiografía de tórax y/o sacroilíacas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Cruz J. Historia clínica y examen físico en el paciente reumático: anamnesis. En: Andreu JL, Barceló P, Figueroa M, Herrero-Beaumont G, Martín E, Olivé A, Tornero J, editores. Manual de enfermedades reumáticas, 2.ª ed. Madrid: Mosby/Doyma libros; 1996. p. 63-5. • García-Rodríguez R, Leal M, García Méndez MM. Poliartritis aguda. FMC. 1996;3: 361-8. • Ordás Calvo C, Jalón Monzón A, Ballina García FJ, Babío Herraiz J, Viña Alonso LM, Rodríguez Arboleya L. Un paciente con poliartritis en Atención Primaria. Med Integral. 2002; 39(1)8-17. • Pinals RS. Polyarthritis and fever. N Engl J Med. 1994;330:770-4. 266 79. POLIARTRITIS Paciente con poliartritis Paciente ya diagnosticado de enfermedad reumatológica ¿Hay cambios en sus factores de riesgo? Sí No Paciente no diagnosticado Con criterios de derivación urgente Sin criterios de derivación urgente Derivar Valoración etiológica* Valorar derivar a reumatología Afectación axial Sin afectación axial Valorar: Abandono del tratamiento Agudización de la enfermedad Reajuste del tratamiento Consultar al reumatólogo y seguir evolución EAP Síndrome de Reiter Artritis psoriásica Artritis enteropática Simétrica Asimétrica AR LES Artritis psoriásica Esclerodermia Artritis virales Enfermedad del suero Síndrome de Reiter Artritis enteropática Artritis reactiva Pirofosfatos Artritis microcristalinas Amiloidosis Sida EAP Enfermedad de Lyme Behçet Evolución mayor de 6 semanas EAP: espondilitis anquilosante; LES: lupus eritematoso sistémico; AINE: antiinflamatorio no esteroideo; AR: artritis reumatoide. *Basado en anamnesis, exploración física y pruebas complementarias. 267 Medidas generales + Tratamiento (AINE) Evolución menor de 6 semanas Curación Valorar cuadro viral autolimitado RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 80. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA OSTEOPOROSIS POSMENOPÁUSICA Autores: A. López García-Franco, C. Isasi Zaragoza, V. Baos Vicente y A. Blasco Lobo IDEAS CLAVE 1. La osteoporosis se caracteriza por la reducción de la densidad mineral ósea (DMO) y la alteración de la microarquitectura del hueso, lo que conlleva un aumento de la fragilidad ósea. Desde el punto de vista práctico, en la consulta del médico de Atención Primaria, interesa diagnosticar la presencia de fracturas osteoporóticas (desencadenadas por traumatismos de bajo impacto) e identificar a las personas con alto riesgo de padecer osteoporosis. Las mujeres que tienen este tipo de fracturas deben recibir un tratamiento con independencia del resultado de la densitometría. Una DMO normal no descarta la osteoporosis y se cuestiona la utilidad de la densitometría para evaluar la eficacia del tratamiento. 1. En los últimos años se ha puesto en cuestión la importancia de la ganancia de la densidad mineral ósea en la reducción de fracturas: la contribución del incremento de la DMO en la reducción de fracturas es tan sólo del 4% para el raloxifeno, y del 17% para el alendronato. 2. En general, se admitía que la menopausia precoz era una indicación para recibir terapia hormonal (TH), con objeto de prevenir la osteoporosis y la enfermedad cardiovascular (ECV). Sin embargo, los resultados de dos ensayos clínicos han desechado la creencia de que la TH resulta beneficiosa en la ECV. En el estudio HERS, la TH no disminuyó la morbimortalidad cardiovascular en mujeres con antecedentes de cardiopatía isquémica, y el estudio WHI (Women Health Initiative) tuvo que ser suspendido prematuramente, tras 5,2 años de seguimiento, al constatarse un incremento de las complicaciones cardiovasculares y del cáncer de mama asociados a la TH. 4. En mujeres sanas la administración de estrógenos y progestágenos produce beneficios incuestionables sobre el hueso, pero aumenta el riesgo cardiovascular (Ib) y el cáncer de mama (Ib). Se ignora si la TH en la menopausia precoz, administrada hasta los 50 años –edad media de la menopausia en España- aumenta el riesgo de cáncer de mama en comparación con las mujeres sin menopausia precoz. Por ello, la indicación de TH en la menopausia precoz está siendo sometida a revisión, aunque se admite su efecto beneficioso para prevenir fracturas vertebrales, otras fracturas osteoporóticas no vertebrales (Ib) y posiblemente también las de cadera. 268 80. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA OSTEOPOROSIS POSMENOPÁUSICA 3. En mujeres de 50 a 65 años que tuvieron una menopausia precoz, no está muy clara la indicación de tratamiento para prevenir la osteoporosis. Posiblemente la densitometría puede ayudar a tomar una decisión en estos casos. Otros supuestos que supondrían la indicación de densitometría en mujeres, incluso con esta edad, serían los relacionados con osteoporosis secundaria como son: tratamiento prolongado con corticoides (dosis superiores a 6 mg/día durante más de 6 meses), trastorno nutricional grave, hiperparatirodismo primario, hipertiroidismo y deficiencia de vitamina D. 4. Siempre se debe informar a la mujer de que la DMO es sólo un elemento más de ayuda para tomar decisiones, pero no define por sí sola la enfermedad, el riesgo de fractura ni la indicación de tratamiento. La baja sensibilidad de la técnica (40%) para cualquier nivel de riesgo hace inaceptable su aplicación como método de screening. Su valor predictivo positivo es menor del 10% si no se asocia a otros factores de riesgo. En mujeres menores de 60-65 años, en las que el riesgo de fractura es pequeño, no se aconseja la medición sistemática de la DMO salvo si presentan ciertas enfermedades que aumentan el riesgo de osteoporosis (Cushing, hipertiroidismo, anorexia nerviosa, etc.). La mayoría de las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias, la Canadian Task Force y la U.S. Preventive Services Task Force no recomiendan el screening de osteoporosis mediante densitometría por debajo de 65 años. El procedimiento de elección para medir la DMO es la absorciometría dual de rayos X (DXA) en cuello de fémur o columna, técnica considerada como el “patrón oro”. No existen pruebas analíticas válidas para el diagnóstico de osteoporosis, y todas ellas presentan un pobre valor predictivo de futuras fracturas. La utilidad de los ultrasonidos para la detección de osteoporosis en población menor de 65 años no está contrastada. 5. Las recomendaciones generales de practicar ejercicio físico, no fumar e ingerir una cantidad adecuada de calcio deben darse a todas las mujeres. 6. La U.S.Preventive Services Task Force recomienda la detección sistemática de osteoporosis sólo en mujeres mayores de 65 años y, posiblemente, también en las mayores de 60 años si presentan factores de riesgo (fuerza de la recomendación: B). Las principales agencias de evaluación de tecnologías sanitarias no recomiendan esta práctica para la población general, aunque la consideran aceptable en las mujeres mayores de 65 años si presentan factores de riesgo de osteoporosis. 3. Para algunos autores, la intervención podría justificarse cuando el riesgo de fracturas en los próximos 10 años es superior al 5%, situación ésta que en España se daría en mujeres mayores de 70 años con dos factores de riesgo o entre 60-69 años con tres factores de riesgo. Se consideran factores de riesgo: fractura materna después de los 50 años, peso inferior a <57 Kg, fumadora actual, y deterioro de la función física (necesidad de los brazos para levantarse de la silla, antecedentes de 269 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA caídas...). El tratamiento puede estar justificado cuando la DMO es inferior a -2,5 DE o si existen fracturas vertebrales, periféricas y/o de cadera. 7. Disponemos de varias alternativas farmacológicas que han demostrado ser eficaces en la prevención secundaria de las fracturas vertebrales, es decir, en mujeres con osteoporosis establecida. Estas alternativas incluyen la TH, el etidronato, el alendronato, el risedronato, el raloxifeno y la calcitonina. Es razonable administrar cualquiera de ellas junto con calcio y vitamina D. No hay suficientes estudios que comparen estos tratamientos entre sí, ni con calcio más vitamina D a las dosis que han demostrado ser eficaces. El diseño y la calidad de los trabajos publicados son dispares, por lo que en la actualidad la elección de uno u otro está abierta. Los fármacos cuya utilidad se ha demostrado para la prevención de fracturas en mujeres sin fracturas previas son: el alendronato (Ib), el raloxifeno (Ib), el risedronato (II) y la TH. Posiblemente todos tengan una eficacia similar, por lo que la elección dependerá del perfil de cada paciente en cuanto a tolerancia y cumplimiento terapéutico, de los efectos adversos y de otros beneficios añadidos o preferencias. También hay que tener en cuenta el coste para el paciente y el sistema sanitario. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Black DM, Stteinbuch M, Palermo L, Dargent-Molina P, Lindsay R, Hoseyni MS,etal. An assesment tool for predicting fracture risk in postmenopausal women. Osteoporos Int 2001; 12: 519-28. • Bone density measurement-a systematic revies- Report from SBU. The Swedish Council on Technology Assesment in Health Care. J Intern Med 1997; 241 (supplement 739): 1-60. • Cummings SR, Black DM, Person J, Karpf DB, Harris F, Genant HK, LaCroix AZ. How much of the reduction in risk of vertebral fractures by alendronate is explained by increased spine BMD? J Bone Miner Res 1999; 14: S159 • Group for the Women´s Health Initiative Investigators. Risk and Benefits of Estrogen Plus Progestin in Healthy Postmenopausal Women. Principal Results from the women´s Health Inititive Randomized Controlled Trial. JAMA 2002; 288 (3): 321-333. • Grupo de trabajo de menopausia y postmenopausia. Guía de práctica clínica sobre la menopausia y postmenopausia. Barcelona: Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria y Centro Cochrane Iberoamericano; 2004. • Hulley S, Grady D, Bush T, Furberg C, Herrington D, Riggs B, Vittinghoff E. Randomized trial of estrogen plus progestin for secondary prevention of coronary heart disease in postmenopausal women. JAMA 1998; 280:605-612. • Kanis JA, Gluer C. An Update on the Diagnosis and Assesment of Osteoporosis with densitometry.Osteoporos Int 2000; 11: 192-202. • Kanis JA, Johnell O, De Laet C, Jansson B, Oden A, Ogelsby AK. International variations in hip fracture probabilities : implications for risk assesment . J Bone Miner Res 2002; 17: 1237-44. 270 80. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA OSTEOPOROSIS POSMENOPÁUSICA • Report from the British Columbia Office of Health Technology Assessment (BCOHTA). Executive summary: Does evidence support the selective use of bone mineral density testing in well women? Intl J of Technology Assessment in Health Care 1998, 14 (3): 584-586. • Sarkar S, Mitlak BH, Wong M, Stock JL, Black DM, Harper KD. Relationship between bone mineral density and incident vertebral fracture risk with raloxifene therapy. J Bone Miner Res 2002; 17: 1-10. • U.S. Preventive Services Task Force. Screening for Osteoporosis in Postmenopausal Women: Recommendations and Rationale. Ann Intern Med 2002; 137: 526-528. 271 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Presencia de fracturas por traumatismos de bajo impacto Mujer sin fracturas previas 1 2 Diagnóstico radiológico Pautar tto. sin necesidad de realizar densitometría TH hasta los 50 años Menopausia fisiológica Menopausia precoz sin tto. hormonal 2 4 3 6 < 50 años > 70 años > 50 años 50-60 años Si FR de fracturas: valorar densitometría y tto. si DMO < –2,5 DE 60-69 años ≥ 2 FR fracturas Recomendar: dieta rica en calcio, no fumar y hacer ejercicio 7 ≥ 3 FR de fracturas 5 No Calcio + vitamina D Densitometría y tto. si T-score < –2,5 DE Sí 6 Medidas para la prevención de caídas 7 Eficacia de los tratamiento farmacológicos de la osteoporosis Fractura vertebral Fractura de cadera Terapia hormonal + Raloxifeno + + - Calcitonina -/+ - Etidronato + - Alendronato + + Risedronato + TH: terapia hormonal; FR: factores de riesgo; DMO: densidad mineral ósea; DE: desviación estándar; TTO: tratamiento. Los números se corresponden con las ideas clave. 272 81. ACTUACIÓN ANTE LA PACIENTE DURANTE EL CLIMATERIO ATENCIÓN A LA MUJER 81. ACTUACIÓN ANTE LA PACIENTE DURANTE EL CLIMATERIO Autores: J. Landa Goñi y A. López García-Franco IDEAS CLAVE 1. El climaterio es la etapa de transición entre la época fértil y la insuficiencia ovárica completa: abarca desde un período de 2-8 años antes de la menopausia hasta 16 años después de la menopausia. 2. La menopausia, o cese de las menstruaciones, no es una enfermedad sino un proceso fisiológico que acontece en toda mujer. 3. El abordaje de las manifestaciones climatéricas es necesario plantearlo desde una perspectiva biopsicosocial: no todos los motivos de consulta requieren una prescripción farmacológica y en muchas ocasiones, con una adecuada información, las mujeres comprenderán qué cambios son los normalmente esperados con el paso de los años en su cuerpo. 4. La percepción de apoyo y la presencia de acontecimientos vitales estresantes van a condicionar la forma de vivir este período: es fundamental valorar la red social. 5. No hay evidencia que apoye la realización sistemática de determinaciones hormonales con el fin de establecer tratamientos preventivos. La anamnesis orientada es la principal herramienta para establecer el estadio del climaterio. Sólo en casos seleccionados pueden resultar de utilidad tales como para filiar trastornos del ciclo en ausencia de otros síntomas o en mujeres histerectomizadas. 6. No se debe “medicalizar” un proceso natural, pero tampoco privar de tratamiento a aquellas mujeres cuya sintomatología interfiera en su calidad de vida. La terapia hormonal (TH) no está indicada para la prevención de la enfermedad cardiovascular (según los últimos estudios puede favorecer su aparición), depresión ni deterioro cognitivo. 7. El TH es el más eficaz para el control de los sofocos y la sequedad vaginal (A) y su utilización durante 3-5 años no se asocia con un incremento del riesgo de cáncer de mama. En mujeres no histerectomizadas se debe asociar un gestágeno al tratamiento estrogénico, con el fin de no aumentar el riesgo de cáncer de endometrio. La TH ha demostrado ser eficaz en la prevención y tratamiento de la osteoporosis. 8. La utilización de estrógenos vaginales 1-2 veces a la semana durante años no lleva asociado incremento del riesgo de cáncer de endometrio. 9. El TH está contraindicado en presencia de gestación, cáncer de mama, cáncer de endometrio, sangrado genital inexplicado, enfermedad tromboembólica activa, historia de enfermedad tromboembólica en relación con la ingesta de estrógenos y síndromes protrombóticos. 273 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 10. La tibolona no se debe utilizar hasta transcurrido 1 año de amenorrea por el riesgo de aparición de sangrados irregulares. 11. No hay evidencia científica que apoye la eficacia de los fitoestrógenos en el control de los síntomas climatéricos. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bailón Muñoz E, Coutado Méndez A, del Cura González I, Fuentes Pujol M, et al. Actividades preventivas en la mujer. Atención Primaria. 2001;28 Suppl 2:200-8. • Bloomington. Hormone replacement therapy for clinical systems improvement (ICSI). Insitute for Clinical Systems Improvement (ICSI). Disponible en: www.icsi.org/guide/HRT.pdf. • Guía de atención a la salud de la mujer en el climaterio y la madurez. Consejería de Salud, Junta de Andalucía. Sevilla; 2000. • Landa Goñi J, Bailon Muñoz E, López García-Franco A, Isasi Zaragoza C. Menopausia (protocolo). FMC. En prensa. 274 81. ACTUACIÓN ANTE LA PACIENTE DURANTE EL CLIMATERIO Desmitificar e informar Apoyo social Actividades preventivas propias de la edad Detección de situaciones que supongan riesgo de osteoporosis Valorar la presencia de ciclos irregulares, sofocos y/o sequedad vaginal, etc. Sí Ver algoritmo alteraciones menstruales ¿Ciclos irregulares? No No Sí ¿Síntomas climatéricos? (sofocos, sequedad vaginal) ¿Contraindicación del TH? (contraindicación médica o rechazo de la mujer) No No Sí Sí ¿Cardiopatía isquémica? Considerar otros tratamientos diferentes al TH; el TH sería como segunda opción Revisión anual Considerar otros tratamientos Revisión anual Tibolona (controla los sofocos y la sequedad vagina, sólo se debe utilizar si ha transcurrido más de un año desde la última menstruación) Veralipride: control de los sofocos (B) Estrógenos vaginales Fitoestrógenos?? (C) No precisa tratamiento, salvo indicación de tratamiento por osteopososis (ver algoritmo de osteoporosis) Evaluación anual o si aparición de síntomas Considerar TH (A) durante menos de cinco años u otros tratamientos Revisión anual TH: terapia hormonal. 275 Valorar a los 3 meses el control de los síntomas y posteriormente cada 6 meses Transcurridos 3-5 años se puede valorar periódicamente la supresión del tratamiento RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 82. ALTERACIONES MENSTRUALES Autores: G. Díaz Sierra y A. Ruiz García IDEAS CLAVE 1. La menorragia es un sangrado menstrual excesivo (> 7 días, > 8 compresas/día) durante varios ciclos consecutivos en una mujer en edad fértil. 2. La hipermenorrea es la hemorragia menstrual muy intensa de duración normal. 3. La polimenorrea es una hemorragia frecuente a intervalos menores de 21 días pero normal en cantidad y duración. 4. La metrorragia es la hemorragia irregular o continua de intensidad variable que hace perder el carácter cíclico de la menstruación. 5. La hemorragia uterina disfuncional (HUD) es una alteración menstrual (menorragia o polimenorrea) que se diagnostica por exclusión de causa orgánica que la justifique. Constituye el 33% de las hemorragias uterinas anormales, siendo la primera causa de alteración menstrual en las adolescentes. 6. La evaluación de la mujer con amenorrea o hemorragia uterina debe comenzar con una detallada anamnesis y exploración física, que descartarán las patologías no ginecológicas y orientarán en el diagnóstico. 7. El estrés emocional constituye uno de los factores más importantes de las causas de anovulación. 8. El tratamiento médico inicial en la hipermenorrea o menorragia debe basarse en el empleo de antifibrinolíticos (ácido tranexámico), antiinflamatorios no esteroideos (AINE) (ácido mefenámico, ibuprofeno, naproxeno) y anticonceptivos orales (preparados secuenciales con gestágenos), porque disminuyen la cuantía del sangrado (grado de evidencia A). 9. El tratamiento de la HUD aguda consiste en hemostasia farmacológica con 0,01 mg de etinilestradiol y 2 mg de acetato de norestisterona (3-4 veces al día durante 10 días), precisando revisión ginecológica. 10. El tratamiento de la HUD crónica consiste en progesterona 5-10 mg/día desde el 12.º-14.º al 25.º día del ciclo. En mujeres que no desean gestación, está indicado anticonceptivos con etinilestradiol y gestágeno. 276 82. ALTERACIONES MENSTRUALES BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Chihal HJ, London SN. Trastornos del ciclo menstrual. Clínicas de Ginecología y Obstetricia. Temas Actuales. México: Interamericana McGraw-Hill; 1990. p. 327-404. • Cooper JM. Tratamiento contemporáneo de la hemorragia uterina anormal. Clínicas de Ginecología y Obstetricia. Temas Actuales. México: Interamericana McGraw-Hill; 2000 p. 265-83. • Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) Tomo II Ginecología. Protocolos Asistenciales en Ginecología y Obstetricia. Madrid: Ed. Comunicación y Servicio; 1994. p. 21-7. • Timoner Aguilera J, Carreño Freire P, Álvarez Sánchez B. Dismenorrea, trastornos premenstruales y amenorrea. En: Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria. El adolescente y su salud. Madrid: SMMFYC; 2001. p.155-61. 277 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Alteraciones menstruales Hemorragia uterina anormal Amenorrea Ver algoritmo amenorrea Anamnesis Reevaluar indicación Iatrógeno: anticoagulantes; corticoides Traumatismos Estrés, ansiedad Ejercicio físico Pérdida o incremento de peso Tto. etiológico Exploración Sospecha patología no ginecológica No Patología ginecológica demostrable No Beta-HGC Sí Sin anomalía ginecológica anatómica u orgánica Sí SS, bioquímica, coagulación Alteración hematológica Coagulopatía Alteración hormonal: PRL, TSH, T4 Hepatopatía Nefropatía, etc. Positiva: GESTACIÓN Masa abdominal hipogástrica Clínica perimenopáusica Clínica vaginitis Infección pélvica Iatrógeno: DIU, ACO, THS, tamoxifeno Reevaluar indicación Tratamiento etiológico Valorar derivación Atención Especializada Derivación Ginecología ACO: anticonceptivos orales; THS: terapia hormonal sustitutiva; DIU: dispositivo intrauterino; SS: analítica de sangre; PRL: prolactina. 278 Primeros años posmenarquía Esperar (ciclos anovulatorios) observar los 3 primeros años ¿Hemorragia uterina disfuncional? 83. AMENORREA 83. AMENORREA Autores: B. Gutiérrez Teira, S. Morales Zumel y A. Prieto Orzanco IDEAS CLAVE 1. Se denomina amenorrea primaria a la ausencia de menstruación en mujeres mayores de 16 años y amenorrea secundaria al cese de la misma durante más de 3 meses en mujeres que previamente han menstruado. En algunos casos la etiopatogenia puede ser similar por lo que actualmente la clasificación es fisiopatológica. 2. Las causas más frecuentes de amenorrea en Atención Primaria son: embarazo, menopausia, amenorrea pospíldora, síndrome del ovario poliquístico, fallo ovárico precoz, causas funcionales (estrés, anorexia nerviosa, ejercicio), síndrome de Asherman e hiperprolactinemia. 3. En la anamnesis interesa el antecedente de pubertad retrasada en la familia, de enfermedades sistémicas, de anorexia nerviosa, los tratamientos recibidos, el consumo de anticonceptivos y la fecha de finalización de los mismos, los antecedentes menstruales y obstétricos, la dieta, la actividad física y deportiva, la actividad sexual y la presencia de síntomas concomitantes. Exploración física: valoración de los genitales externos y de los caracteres sexuales secundarios (mamas, vello axilar y pubiano), signos de virilización, de deficiencia estrogénica y de endocrinopatías. Si se sospecha una causa concreta se realizará el estudio pertinente. Si la edad y la clínica hacen sospechar menopausia no es necesario continuar el estudio; si hay dudas se determina la hormona foliculoestimulante (FSH). Valores superiores a 40 U/ml son sugestivos de fallo ovárico. 4. Hasta un 10% de las pacientes en amenorrea presenta concentraciones elevadas de prolactina. Valores superiores a 20 ng son significativos y pueden ser secundarios a muchas causas que se deben descartar (fármacos, estimulación del pezón, síndrome del ovario poliquístico); superiores a 100-200 ng sugieren prolactinoma. La amenorrea puede ser un síntoma del hipotiroidismo o, con menos frecuencia, del hipertiroidismo. 5. Prueba de gestágenos: 10 mg de acetato de medroxiprogesterona oral, o 300 mg de progesterona natural micronizada, durante 5-10 días. Es positiva si hay sangrado entre los días 4 y 14 posteriores. Significa que el eje hipotálamo-hipófisis-ovario está íntegro, el conducto genital permeable y el nivel de estrógenos es el adecuado. Se trata de ciclos anovulatorios con nivel adecuado de estrógenos. Generalmente se debe a una enfermedad ovárica poliquística. 6. Prueba de estrógenos y gestágenos: 1,25 mg de estrógenos conjugados vía oral durante 3 semanas y 10 mg de acetato de medroxiprogesterona, o 300 mg de progesterona natural micronizada, los últimos 7-10 días. Si se produce sangrado 279 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA la semana posterior a terminar el tratamiento es que hay un déficit estrogénico (anovulación crónica por ausencia de estrógenos); si es negativa se debe a un defecto en la vía de salida, como el síndrome de Asherman. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Gómez MA, Orobón ML, García L. Abordaje de la amenorrea. FMC. 1997;4:491-504. • Landa J, Ruiz de Adana R. Problemas ginecológicos. En: Martín A, Cano JF, editores. Atención Primaria. Conceptos, clasificación y práctica clínica. 4.ª ed. Madrid: Harcourt; 1999. p. 1033-6. • Lorenzo A. Amenorrea primaria. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria; 2002. p. 325-7. • Menéndez E, Peña E. Amenorrea secundaria en una mujer joven. FMC. 1998;5: 251-7. • Rodríguez A. Amenorrea secundaria. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria; 2002. p. 328-31. 280 83. AMENORREA Estudio de amenorrea (1) Anamnesis y exploración (2) Embarazo Prueba de embarazo + – ¿Sospecha clínica? No Sí Malformación anatómica Infantilismo sexual Derivación para estudio y tratamiento Sospecha menopausia (3) ¿LH y FSH? Amenorrea pospíldora ¿Superior a 6 meses? No Sí TSH y PRL Niveles normales Niveles alterados (4) Estudio y tratamiento Prueba de gestágenos (5) + Anovulación con niveles normales de estrógenos Valorar en 6 meses – Prueba de estrógenos y gestágenos (6) – Determinación de FSH y LH + Niveles normales o disminuidos Niveles aumentados Alteración en el tracto de salida Alteración hipotálamo-hipofisaria Derivación para estudio y tratamiento Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 281 Fallo ovárico primario RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 84. ANTICONCEPCIÓN HORMONAL Autores: A. Prieto Orzanco, A. Moreno Gómez y B. Gutiérrez Teira IDEAS CLAVE 1. Contraindicaciones absolutas: embarazo, hemorragia vaginal no diagnosticada, trombosis venosa profunda o tromboembolismo pulmonar (TEP), enfermedades cardiovasculares, trombofilia familiar, hipertensión arterial (HTA) con enfermedad vascular o superior a 160/100, diabetes mellitus (DM) complicada, fumadoras de más de 20 cigarrillos y mayores de 35 años, tumores malignos de mama y otros hormonodependientes, tumor hepático o enfermedad hepática activa, migraña con focalidad, cirugía mayor con inmovilización prolongada. 2. Contraindicaciones relativas: fumadoras menores de 35 años, HTA menor de 160/100, hepatopatía crónica no activa y enfermedad tracto biliar, migraña intensa, interacciones farmacológicas. 3. No existe evidencia científica para la realización rutinaria de: exploración mamaria, mamografía, citología ni analíticas. Estas pruebas se realizarán según las características y antecedentes personales y familiares del paciente. 4. No existe evidencia científica suficiente para recomendar como primera elección un preparado monofásico, bifásico o trifásico. Con los monofásicos la experiencia es más amplia y el precio más económico. 5. Los progestágenos de 3.ª generación (desogestrel y gestodeno) parecen tener cierto aumento del riesgo de tromboembolismo respecto a los de 2.ª generación, que se debe considerar y advertir a las mujeres. Son más potentes y tienen menos efectos metabólicos y androgénicos que los de 2.ª (norgestrel y levonorgestrel), por lo que podrían estar indicados en las mujeres que experimentan efectos secundarios (acné, cefalea, depresión, aumento de peso, mastodinia, etc.) con otros progestágenos. 6. Informar previo al inicio del modo de uso en los siguientes aspectos: a) Iniciar la toma el 1.er día de regla (en la 1.ª caja), y explicar el inicio de sucesivos envases con o sin interrupción respecto al previo según el anticonceptivo oral (ACO) prescrito. b) Conveniencia de tomar anticonceptivo siempre a la misma hora. c) En caso de olvido: • Si han pasado menos de 12 horas: tomar el comprimido olvidado y continuar con la toma normalmente. • Si han pasado mas de 12 horas: tomar el olvidado, continuar la toma y emplear método de barrera durante 7 días. 282 84. ANTICONCEPCIÓN HORMONAL d) Si se han olvidado 2 pastillas de las primeras 7 o 4 pastillas de las restantes activas: está indicada la anticoncepción poscoital. Si son las últimas píldoras activas del envase: iniciar siguiente ciclo de píldoras activas sin interrupción (saltarse las inactivas si existiesen y pasar al siguiente ciclo). e) En caso de vómitos o diarrea de más de 3 horas de duración: utilizar método de barrera durante los días que duren los vómitos y/o diarrea y los 7 días siguientes. Si estos períodos coinciden con los últimos días de píldoras activas o con la pausa entre dos ciclos (o con los comprimidos inactivos): empezar un nuevo ciclo de píldoras activas sin interrupción. 7. Se recomienda entregar hoja informativa para las usuarias de anticoncepción hormonal donde conste la anterior o más amplia información. 8. En adolescentes es recomendable indicar el uso simultáneo de preservativo (recomendación tipo B con nivel de evidencia IIc). No existen impedimentos legales para recomendar el uso de anticonceptivos a menores de edad. 9. No están indicados períodos de descanso por el riesgo de embarazo que comportan. 10. En caso de contraindicaciones de los estrógenos, por vía oral, el anticonceptivo a emplear es el desogestrel. No son necesarios métodos de barrera tras el inicio del tratamiento. Se administra una vez al día, comenzando el 1.er día de la regla; siempre a la misma hora. Si pasan más de 3 horas desde la hora de administración puede perder eficacia, por lo que habría que utilizar un método alternativo durante una semana. Se podría utilizar también un progestágeno parenteral, el acetato de medroxiprogesterona, pero tiene una acción muy prolongada y puede producir trastornos menstruales y un retraso en la recuperación de la fertilidad una vez que se suspende el tratamiento. En caso de lactancia también se utiliza desogestrel oral, pero el inicio se realiza cualquier día una vez trascurridas tres semanas después del parto. 11. ACH parenteral combinada: enantato de estradiol 10 mg y acetofénido de algestona 150 mcg, de acción prolongada y efecto metabólico similar al de los ACH orales. Administración mensual, útil para mujeres que no cumplen la terapia oral. Se administra vía intramuscular, 8 días después del inicio de la menstruación. 12. Interacciones con antibióticos: penicilina y derivados, tetraciclinas, metronidazol y nitrofurantoína a dosis altas, y la rifampicina a dosis normales disminuyen la eficacia de los anticonceptivos orales. La isoniazida y el cloranfenicol aumentan la toxicidad de los ACO. 13. Comprobar las interacciones con otros fármacos que la mujer utilice o precise, especialmente antiepilépticos, pero también bloqueadores beta, sulfonilureas y otros (disminuciones de efecto de ACO o del fármaco administrado simultáneamente, cambios en toxicidad). 283 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Alonso Roca R. Planificación Familiar. Anticoncepción. En Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. semFYC; 2002. • Prodigy. Female Contraception, 2000. • Programa de Salud de la mujer. semFYC; 2000. • Van Vliet HAAM, Grimes DA, Helmerhorst FM, Schulz KF. Biphasic versus monophasic oral contraceptives for contraception (Cochrane Review). En: The Cochrane Library, Issue. Oxford: Update Software; 2003. 284 285 TA < 160/100 Relativas Si acné, hirsutismo o SOP: combinado con ciproterona Elección de ACH No Sí Absolutas R<B R>B Sospecha de mal cumplimiento: ACH parenteral TA ≥ 160/100 Si intolerancia a estr o lactancia materna: progestágeno sólo Toma TA Valorar R/B Otro método anticonceptivo ACH: anticoncepción hormonal; R/B: riesgo/beneficio; estr: estrógenos; SOP: síndrome ovario poliquístico. A los 3-4 meses: valorar TA, tolerancia y cumplimiento Al año: TA. Analítica y citología como en población general. Adaptado a situaciones especiales (obesidad, hepatopatía, etc.) En general: 30 mcg estr + progestágeno 2.ª generación ¿Contraindicaciones? Anamnesis Solicitud/ indicación ACH 84. ANTICONCEPCIÓN HORMONAL RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 85. HIRSUTISMO Autores: M.ª E. Pejenaute Labari, P. Moreno Cano, M.ª L. Méndez Caro y R. Martos Martínez IDEAS CLAVE 1. El hirsutismo es el excesivo crecimiento de pelo de distribución masculina a diferencia de la hipertricosis donde el crecimiento de pelo es en zona no andrógeno-dependientes. 2. Sus causas son el hiperandrogenismo ovárico o suprarrenal, los fármacos (andrógenos, glucocorticoides, anabolizantes, norgestrel, danazol, fenotiazinas y metopirona pueden producir hirsutismo y minoxidil, fenitoína, diazóxido y ciclosporina hipertricosis), la superproducción periférica de andrógenos y otros trastornos endocrinos (Cushing, acromegalia, hiperprolactinemia). La causa más frecuente de hirsutismo es el síndrome del ovario poliquístico (SOP). 3. Siempre debe realizarse historia clínica completa y exploración física con al menos: peso, talla, índice de masa corporal, tensión arterial, palpación abdominal, mamaria y valoración del grado de hirsutismo mediante escalas (Gallwey-Ferriman): puntuación mayor o igual a 8 indica hirsutismo. 4. El comienzo brusco del cuadro, el inicio en edades no puberales y la presencia de virilización sugieren enfermedad subyacente grave y requiere derivación a especialista para descartar neoplasia. 5. La existencia de hirsutismo leve, estable y sin alteraciones menstruales no requiere exploraciones complementarias, sólo tranquilizar al paciente, control de obesidad y medidas cosméticas (decoloración, depilación por medios físicos o químicos). 6. En el resto de los casos debe solicitarse cortisol, hormona estimulante de tiroides (TSH) y prolactina para descartar hirsutismo secundario a otras enfermedades endocrinas, 17-hidroxiprogesterona (cifras superiores al triple de su valor normal sugieren hiperplasia adrenal congénita), testosterona total y libre y sulfato de dehidroepiandrostendiona (S-DHEA), cifras superiores al triple de su valor normal obligan a descartar neoplasia y debe derivarse, si el aumento es menor se continuará el estudio con pruebas específicas en consulta especializada (pruebas de imagen y pruebas de estimulación/supresión con hormona adrenocorticotropa [ACTH]-dexametasona y agonistas Gn-Rh). 7. El tratamiento farmacológico del hirsutismo requiere 6-18 meses para objetivar mejoría. Es indefinido y se realiza con anticonceptivos orales, glucocorticoides, antiandrógenos, finasteride, análogos Gn-Rh y otros (ketokonazol). 8. Los anticonceptivos orales (asociados a acetato de ciproterona) son el tratamiento de elección en el hiperandrogenismo ovárico (incluido SOP) (recomendación tipo C) y en el hirsutismo idiopático. 286 85. HIRSUTISMO 9. Los glucocorticoides se usan en el hirsutismo de origen suprarrenal, principalmente en la hiperplasia adrenal congénita. 10. Los antiandrógenos son el tratamiento de elección en el hirsutismo moderado grave. Deben asociarse a un anticonceptivo por el peligro de feminización del feto. Son la espironolactona (recomendación tipo D), el acetato de ciproterona (recomendación tipo C) y la flutamida (recomendación tipo C), éste último puede ser hepatotóxico. 11. El finasteride (recomendación tipo C) se usa en el hirsutismo idiopático, es menos efectivo que otros fármacos y tiene menos efectos secundarios (recomendación tipo B). 12. Los análogos Gn-Rh se usan en el hirsutismo de origen ovárico, tienen un coste elevado. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bergteld W. Hirsutismo en mujeres. Postgraduate Medicine. 2001;5:31-44. • Ehrmann D. Hirsutismo y virilización. En: Braunwald E, Fanci A, Kasper D, Hanser S, Longo D, Jameson J, editores. Harrison. Principios de Medicina Interna. 15.ª ed. Madrid: 2002. p. 352-6. • Tomas J. Hirsutismo y virilización. En: Alonso R, Castro JA, Franch M, Ibáñez F, Lorenzo A, MartínCarrillo P, editores. Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: 2000. p. 332-7. 287 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA HIRSUTISMO “Doctor tengo mucho vello” Confirmar hirsutismo Diagnóstico diferencial con hipertricosis Descartar causa farmacológica Iniciar estudio Historia clínica (siempre) Exploraciones complementarias Exploración física (siempre) Si hay signos y/o síntomas de virilización Sí No Si hirsutismo importante Si hirsutismo leve, estable y sin alteraciones menstruales Testosterona S-DHEA 17-hidroxiprogesterona Si cifras elevadas sospecha HAC Sospecha de neoplasia Derivación Elevación muy importante Aumentadas TSH, PRL Cortisol Descartar otras endocrinopatías Normales Exploraciones específicas según sospecha diagnóstica: estudios de imagen, prueba de supresión con dexametasona Diagnóstico final TRATAMIENTO Farmacológico ACO (C) Hiperandrogenismo Ovárico (C) (SOP) Hirsutismo idiopático Glucocorticoides Hirsutismo origen suprarrenal (HAC) Antiandrógenos No farmacológico Finasteride (C) Espironolactona (D) Acetato ciproterona (C) Flutomida (C) Hirsutismo moderado severo Hirsutismo idiopático Analógos Gn-Rh Hirsutismo origen ovárico (alternativa) Tranquilizar Disminución de peso en obesas Cosmético S-DHEA: sulfato de dehidroepiandrostendiona; HAC: hiperplasia adrenal congénita; ACO: anticonceptivos orales; SOP: síndrome del ovario poliquístico; (C) (D): grados de recomendación según criterios de medicina basada en la evidencia; PRL: prolactiva; TSH: hormona estimulante de la tiroides. 288 86. VAGINITIS 86. VAGINITIS Autores: J. Bris Pertíñez, R. Montero Ibáñez y A. Serrano López de las Hazas IDEAS CLAVE 1. La vaginitis es uno de los principales problemas ginecológicos que se plantea en la consulta de Atención Primaria. El 90% de los casos se debe a candidiasis, tricomonas o vaginosis bacteriana. 2. En su diagnóstico es importante realizar una correcta anamnesis: relación con hechos concretos (coito, etc.), patologías asociadas (prolapsos, ingesta de fármacos, hábitos higiénicos, etc.) y una exploración detallada (palpación de adenopatías, inspección de vulva, uretra, vagina, etc.). 3. Existe controversia acerca de las pruebas a realizar, algunos autores dicen que es preciso un estudio microscópico, medición del pH y pruebas de aminas. Otros defienden un tratamiento empírico y reservar las pruebas complementarias como el cultivo para casos rebeldes. 4. La candidiasis es la causa más frecuente de vaginitis en España. El 85%-90% se debe a Candida albicans. El síntoma más frecuente es el prurito vulvar, aunque se acompaña de otros como dolor, irritación, dispareunia, etc. Pueden aparecer placas blanquecinas y ocasionalmente pústulas. La secreción vaginal no siempre está alterada. Entre los factores predisponentes están: gestación (fundamentalmente el tercer trimestre), enfermedades sistémicas (diabetes, alteraciones inmunitarias, etc.), fármacos (antibióticos de amplio espectro, corticoides, anticonceptivos orales de alto contenido estrogénico, etc.), ropa ajustada y poco ventilada, sustancias irritantes, etc. 5. En la candidiasis el examen microscópico presenta pocos leucocitos, si la cifra es alta puede ser debido a una infección mixta. Se considera vaginitis recidivante cuando presenta al menos 4 episodios de vaginitis por Candida en 12 meses. 6. En la vaginosis existe proliferación anómala de bacterias anaeróbicas por alteraciones del ecosistema vaginal. La más frecuentemente asociada es la Garnerella vaginalis (95%). Consideramos factores de riesgo: dispositivos intrauterinos (DIU), inicio temprano de las relaciones sexuales, embarazo, etc. Entre 1/3 a 3/4 de los casos son asintomáticos. En la mayoría de los casos con clínica aparece una alteración maloliente de la secreción vaginal acompañada de escaso componente inflamatorio. 7. Los criterios diagnósticos de Amsel son: flujo gris homogéneo, test de aminas (al añadir hidróxido de potasio [KOH] al 10% aparece olor a pescado podrido), pH mayor a 4,5 y presencia de células clave (células epiteliales con bacterias adheridas). 8. En el examen microscópico con suero salino aparecen escasos leucocitos, con predominio de cocobacilos y detrimento de lactobacilus. Es preciso tratar a la mujer que tiene síntomas o que va a ser sometida a maniobras invasivas como histeroscopia, etc. 289 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 7. La tricomonisis se adquiere por contacto sexual, en el 30% de los casos puede asociarse a otras enfermedades de transmisión sexual (ETS). El 50% de los casos no tiene clínica, entre los síntomas más destacados están dolorimiento, disuria, dispareunia y leucorrea maloliente. El mejor diagnóstico consiste en visualizar laTricomonas en el frotis, si se combina con cultivo llega a un 100% de sensibilidad. En el 25% de los casos se visualiza el clásico cérvix en fresa cuya frecuencia llega al 90% si se realiza colposcopia. Secreción Candidiasis Vaginosis Homogénea-adherente Tricomonas Consistencia Grumosa (requesón o yogur) Homogéneaespumosa Cantidad Escasa-moderada Moderada Abundante Color Blanco-amarillento Blanco-grisáceo Amarillo-verdoso Olor Indiferente Maloliente (test de aminas) Maloliente pH < 4,5 > 4,5 5-6 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Hermida Porto L. Guía Clínica del manejo de las vaginitis [en línea] . [Consulta 16/05/2001]. Disponible en: www.fisterra.com/guías2/vaginitis.htm. • Figueras R. Flujo vaginal anormal. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: SemFYC; 2002. p. 364-7. • 2002 national guideline on the management of bacterial vaginosis. Association for Genitourinary Medicine (AGUM). Medical Society for the Study of Veneral Disease (MSSVD), 1999 (revised 2002). • 2002 national guideline on the management of trichomonas vaginalis. Association for Genitourinary Medicine (AGUM). Medical Society for the Study of Veneral Disease (MSSVD), 1999 (revised 2002). • 2002 national guideline on the management of vulvovaginal candidiasis. Association for Genitourinary Medicine (AGUM) Medical Society for the Study of Veneral Disease (MSSVD), 1999 (revised 2002). 290 86. VAGINITIS VAGINITIS Vaginitis: malestar local (picor, quemazón), flujo anómalo e irritante, y/o disuria, y/o dispareunia No Descartar otros procesos: cervicitis, cistitis, etc. Completar anamnesis: exploración, características del flujo, pH y comenzar recomendaciones preventivas V. candidiásica Vaginosis bacteriana Tto. local o general (menos frecuente) Ej. clotrimazol 500 mg local DU (IIb) Ttos. local o general: ej. metronidazol en gel al 0,75% una aplicación nocturna 5 días (la) (A) (historia clínica, examen del flujo y en ocaciones cultivo) Sí (3 de los 4 criterios de Amsel) Embarazadas: tto. tópico Ej. clotrimazol 100 mg vag./24 h/7 días (IIb) Embarazadas: tratamiento en situaciones de riesgo o sintomatología (A) Compañero sexual: no hay pruebas de beneficio en el tto. (Ia) Compañero sexual: no precisa tto. rutinario (Ib) Tricomoniasis (H. clínica, exploración y visualización de la Trichomona en s. fisiológico Otras causas: V. atrófica, V. irritativa, Tumores, ETS (Chlamydia, Neisseria gonorrhoeae, etc.) Tto. general: Ej. metronidazol 2 g v.o. DU (Ia) Embarazadas: Metronidazol 2 g DU (no en el primer trimestre) Clotrimazol 100 mg/día local 14 días (primer trimestre) Tto. etiológico Compañero sexual precisa tto. ¿MEJORÍA? Sí No Otras pautas. Ejemplos: V. candidiásica Azoles orales Ej: ketokonazol 400 mg/d/5 d tto. tópico F. Embarazadas: recidivantes: profilaxis con Ej. clotrimazol ttos. 6 m (IIb): 500 mg local DU (IIb) Ej. fluconazol 150 mg v.o./mes posmenstruación Vaginosis bacteriana Metronidazol 500 mg v.o./12 h/7d Clindamicina crema 2%: 5 g, una aplic./d/7d (también óvulos o clindamicina v.o: 300 mg/12 h/7 d) Recomendaciones preventivas Tricomoniasis Metronidazol 500 mg v.o./12 h/7d Puede asoc. gel 0,75% u óvulos 500 mg En resistencias: Tinidazol Furazolidona Ropa interior de algodón Evitar ropa que produzca compresión local Evitar irritantes locales,como: duchas vaginales, antisépticos, etc. ¿MEJORÍA? No Sí Valorar: factores predisponentes, enfermedades subyacentes, tratamiento de la pareja, cumplimiento terapéutico, reconfirmación diagnóstica (cultivo), valoración por especializada. ETS: enfermedad de transmisión sexual. 291 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA MISCELÁNEA 87. ACTITUD ANTE EL CONSUMO DE TABACO Autor: F. Camarelles Guillem IDEAS CLAVE 1. El 75% de la población pasa anualmente por las consultas médicas y el promedio de veces que se les atiende anualmente está entre 5 y 6. Esto nos da una oportunidad única, específica de la Atención Primaria, de poder intervenir. Por otro lado, más del 60% de los fumadores quieren dejar de fumar y la mayoría han hecho algún intento para conseguirlo. Las intervenciones terapéuticas sobre el tabaquismo muestran una excelente relación coste-eficacia (evidencia grado A). 2. Preguntar y registrar. Debemos identificar sistemáticamente todos los fumadores en cada visita (evidencia grado A), incluyendo la valoración del consumo de tabaco como una más de las constantes vitales. Es útil usar etiquetas recordatorias en la historia clínica de papel, y sistemas de alarma o recuerdo en los sistemas informatizados. 3. Aconsejar. A todos los pacientes que dejen de fumar (evidencia grado A) el consejo debe ser: claro: “como su médico/enfermera, le aconsejo que deje de fumar y puedo ayudarle”; enérgico: “dejar de fumar es lo mejor que puede hacer por su salud actual y futura. Nosotros podemos ayudarle”; personalizado: según la condición clínica, la historia del consumo de tabaco, la motivación/disponibilidad para el cambio, el impacto del tabaquismo sobre los niños u otros miembros de la familia, los intereses personales o los costes sociales y económicos. 4. Valorar la disponibilidad para hacer un intento de abandono y actuar según ésta: si el paciente es capaz de hacer un intento solo ayudar. Si el paciente quiere ayuda intensiva proporcionársela o derivarlo. Si claramente dice que no es capaz de dejar de fumar en este momento intervención motivacional. 5. Para hacer una valoración más completa del fumador disponemos de pruebas de dependencia de Fagerstrom, que mide la dependencia a la nicotina, y de la prueba de motivación de Richmond, que nos mide la disponibilidad para el cambio en el fumador. 6. Ayudar al paciente a dejar de fumar. Fijar una fecha, siendo lo ideal en las 2 semanas siguientes. Decírselo a la familia, amigos y a los compañeros de trabajo, buscando su comprensión y apoyo. Prever las dificultades al dejar de fumar, sobre todo los síntomas del síndrome de abstinencia a la nicotina. Eliminar todos los productos relacionados con el tabaco del entorno habitual. Dar consejos prácticos: aconsejar abstinencia total (“usted no se puede permitir ni un solo cigarrillo”), aprovechar experiencias anteriores (qué fue útil y qué dificultó en el intento anterior), evitar/afrontar las situaciones asociadas al consumo de tabaco, limitar/evitar el consumo de alcohol mientras se está abandonando el tabaco, buscar el apoyo y/o 292 87. ACTITUD ANTE EL CONSUMO DE TABACO respeto de los otros fumadores del entorno. Dar apoyo claro desde el centro de salud: “mi enfermera/o y yo estamos disponibles para ayudarle en su abandono del tabaco”. Ayudar al paciente a obtener apoyo social fuera del centro de salud: en su entorno. Proporcionar material de autoayuda y ofrecerse a discutirlo con el paciente. 7. Recomendar ayudas farmacológicas (evidencia grado A) (sustitutos de la nicotina y/o bupropión): explicar qué aumenta la probabilidad de éxitos y reduce los síntomas de abstinencia, especialmente en fumadores dependientes (los que fuman 15 cigarrillos o más cada día, los que fuman su primer cigarrillo en los primeros 30 minutos después de levantarse y los que han hecho intentos previos con recaídas en las primeras semanas). La elección del fármaco debe estar orientada por la familiaridad del médico con los fármacos, las contraindicaciones en pacientes seleccionados, las preferencias, las experiencias previas y las características del paciente. 8. Seguir. Fijar una visita de seguimiento, una en la primera semana y otra durante el primer mes. En las visitas de seguimiento: felicitar; si ha consumido tabaco, revisar las circunstancias y lograr de nuevo el compromiso de dejarlo totalmente. Recordarle al paciente que una recaída debe ser usada como una experiencia de aprendizaje, identificar los problemas que se han tenido y anticipar los obstáculos futuros. Valorar el cumplimiento con la farmacoterapia, los efectos adversos y los cambios en las dosis. Considerar si se necesita un seguimiento más intensivo o una derivación. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Cabezas C. Guía para ayudar a la gente a dejar de fumar. Guía de educación sanitaria y promoción de la salud del PAPPS. Barcelona: Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria; 2000. • Fiore MC, Bailey WC, Cohen SJ, et al. Treating Tobacco Use and dependence. Clinical Practice Guideline. Rockville, MD: U.S. Department of Health and Human Services. Public Health Service; 2000. • Silagy C, Stead LF. Physician advice for smoking cessation (Cochrane Review). En: The Cochrane Library. Oxford: Update Software; 2002. 293 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Paciente que acude al Centro de Salud. Después de resolver el motivo de consulta Recaída Seguir Preguntar por el consumo de tabaco y resgitrar No fumador Felicitar Si fumador Valorar la disponibilidad para hacer un intento de dejar de fumar Aconsejar el abandono del tabaco Exfumador Prevenir recaídas Sí Ayudar al paciente a dejar de fumar No Motivar a dejar de fumar 294 El paciente quiere hacer un intento 88. ACTITUD ANTE LA FIEBRE 88. ACTITUD ANTE LA FIEBRE Autores: J. Redondo Sánchez, M. Gómez García, J. M.ª Molero García y J. Muñoz Gutiérrez IDEAS CLAVE 1. El término fiebre se define como una temperatura matutina a nivel bucal superior a 37,2 °C o una temperatura vespertina superior a 37,7 °C. La temperatura rectal suele ser 0,4 °C mayor que la bucal. De una manera práctica se suele reservar el término de fiebre para la temperatura axilar igual o mayor a 38 °C, denominándose febrícula cuando la temperatura está entre 37 y 38 °C. 2. Ante un episodio febril de corta evolución debe realizarse una evaluación general con anamnesis y exploración física orientada según presencia o no de otros síntomas o signos asociados (disuria, tos, hemoptisis, diarrea, exantema, etc.), que pueden orientar sobre el proceso y la conducta a seguir, y descartando siempre criterios de gravedad. La anamnesis y exploración física debe ser exhaustiva y meticulosa en caso de persistir la fiebre y no encontrar ningún signo de focalidad. Se analizará el patrón y cronología de la fiebre y se buscarán síntomas o signos asociados. Se preguntará por contacto con otras personas febriles dentro del ámbito familiar, escolar o laboral, por exposición a animales, humos tóxicos, agentes infecciosos o antígenos, por gustos dietéticos (carne o pescado crudo, leche o quesos no pasteurizados), prácticas sexuales de riesgo, viajes recientes y áreas geográficas de residencia. Se descartará que haya antecedentes de traumatismos, mordeduras de animales, picaduras de garrapatas y otros insectos. También puede ser importante conocer la presencia de enfermedades previas, estados de inmunosupresión, intervenciones quirúrgicas, extracciones dentales, ingesta de fármacos (incluidos los medicamentos o hierbas tomados sin supervisión), alergia a fármacos e hipersensibilidades, transfusiones previas, consumo de alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, éxtasis o drogas intravenosas. Grado de recomendación D. En la exploración física debe valorarse el estado general, signos meníngeos, alteraciones de color o lesiones en la piel y mucosas (incluyendo genitales, boca, uñas, conjuntivas, etc.), palpación tiroidea, presencia de adenopatías, alteraciones en la auscultación cardiopulmonar (roce pericárdico, crepitantes, sibilancias, hipoventilación) o en la palpación abdominal (dolor, masas, megalias, etc.), dolor o inflamación articular, focalidad neurológica. Grado de recomendación D. 3. Las causas más frecuentes de fiebre de corta evolución son infecciones urinarias de vías bajas, gastroenteritis víricas agudas, síndromes mononucleósicos, infecciones por virus de la influenza y parainfluenza, infecciones víricas o bacterianas otorrinolaringológicas, bronquitis agudas de origen vírico o bacteriano, infecciones cutáneas, y fiebre producida por fármacos (sobre todo inmunosupresores y corticoides). 295 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 4. En el paciente febril es preciso descartar en la valoración inicial signos que sugieran gravedad como son una temperatura de 41 °C, hipotensión arterial, con sistólica menor de 100 mmHg o signos de mala perfusión, alteración del nivel de conciencia, convulsiones, meningismo, signos de irritación peritoneal, náuseas y vómitos, disnea intensa, rash y/o lesiones cutáneas, ictericia intensa, coagulopatía, trastornos electrolíticos y/o metabólicos. 5. La petición de pruebas diagnósticas se realizará en función del tiempo de evolución, la gravedad del paciente o posibles factores de riesgo asociados y el contexto clínico y epidemiológico en el que aparece la fiebre. En general, si tras siete días de observación y reevaluación médica no se produce resolución espontánea ni se encuentra la causa de la fiebre, se recomienda realizar estudios complementarios con hemograma y frotis, bioquímica completa, estudio de coagulación, urocultivo, y radiografía de tórax y abdomen. Grado de recomendación D. 6. Criterios de instauración terapéutica: a) antipirético pautado sólo en pacientes con focalidad clara y afectación del estado general; b) antipiréticos a demanda, tras la comprobación de fiebre, en aquellos pacientes con síndrome febril sin focalidad en observación domiciliaria. Como fármacos antipiréticos de primera línea se recomiendan paracetamol o ácido acetilsalicílico para adultos. Existe evidencia escasa respecto a la utilización de otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en adultos. En algunos estudios se demuestra la mayor eficacia de ibuprofeno frente a paracetamol en cuadros de sepsis y en otro ensayo clínico que compara nimesulida y diclofenaco con paracetamol no se encuentran diferencias. Grado de recomendación A. No existe evidencia de que la respuesta a las medicaciones antipiréticas sea útil desde el punto de vista diagnóstico, así como de que sea eficaz en la profilaxis de las convulsiones febriles en niños. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Dinarello CA, Gelfand JA. Fiebre e hipertermia. En: Harrison Principios de Medicina Interna. 15.ª ed. Madrid: Ed McGraw-Hill-Interamericana de España S.A.U. ; 2002. p. 110-5. • Montes Ramírez ML, Ruano Soriano E, Sánchez Martínez L, Rodríguez Zapata M. Protocolo diagnóstico terapéutico del síndrome febril de corta duración en el paciente ambulatorio. Medicine. 2002; 8:3486-9. 296 88. ACTITUD ANTE LA FIEBRE • Núñez Isabel MS. Fiebre sin focalidad aparente. En: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria; 2002. p. 10-4. • Plaisance KI, Mackowiak PA. Antipyretic Therapy. Physiologic Rationale, Diagnostic Implications and Clinical Consequences. Arch Intern Med. 2000; 160:449-56. www.archinternmed.com. 297 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Fiebre Evaluación: Anamnesis, exploración general Derivar a hospital Sí ¿Presenta signo de gravedad? ¿Tiene focalidad? No No Sí Tratamiento antipirético, medidas generales Información y observación, reevaluación al 3.° día ¿Persiste fiebre? ¿Presenta signos de gravedad? Diagnóstico empírico y/o exploraciones complementarias según clínica Tratamiento adecuado Vigilar evolución Sí ¿Persiste fiebre? ¿Tiene focalidad? No Sí No Descartar Mal cumplimiento Resistencia al tratamiento Fiebre por fármacos Complicaciones Valorar Hospitalización Expl. complementarias Tratamiento antipirético Reevaluación a los 7 y 15 días Valorar signos de gravedad y focalidad ¿Persiste fiebre sin signos de gravedad ni focalidad? Tratamiento antipirético Iniciar estudio según clínica y factores de riesgo Reevaluación a las 3 semanas ¿Persiste fiebre > 3 semanas, sin diagnóstico? Estudio de fiebre de origen desconocido Sí 298 89. ACTITUD ANTE LAS MORDEDURAS 89. ACTITUD ANTE LAS MORDEDURAS Autores: J. F. Ávila de Tomás, S. Grandes Velasco, M.ª J. García Sacristán y A. M.ª Herranz Torrubiano IDEAS CLAVE 1. Las mordeduras humanas o por animales abandonados siempre se consideran como alto riesgo de infección. 2. La sutura primaria de heridas leves no infectadas sólo está indicada en casos estéticos. No suturar heridas infectadas o con riesgo de infección. 3. La profilaxis antibiótica se realizará durante 3-5 días o 7 días en caso de mordedura humana, y el tratamiento antibiótico durante 1-2 semanas (celulitis) o 4-6 semanas (osteomielitis). El antibiótico de elección es amoxicilina-ácido clavulánico por vía oral (500/125 mg/8 horas) y en caso de alergia doxiciclina (100 mg/12 horas) asociado a ciprofloxacino (500 mg/12 horas). En caso de infección establecida se requerirá ingreso hospitalario, desbridamiento quirúrgico y antibioterapia con ampicilina-sulbactam (1,5-3,0 g/6 horas) por vía intravenosa durante 7 días. 4. La profilaxis e inmunización antitetánica se realizarán siguiendo las pautas habituales de las heridas. La inmunización antirrábica se realizará con inmunoglobulina antirrábica humana (IGHR) a 20 U/kg. Se utilizará vacuna antirrábica (HDCV) los días 0, 3, 7, 14 y 28. Declaración a los Servicios Veterinarios Oficiales del Ayuntamiento o de la Comunidad Autónoma correspondiente. En Madrid 91/3814167 (Ayuntamiento) o 91/4467350 (Comunidad). 5. En caso de heridas cutáneas por animales marinos (erizos, medusas, pez araña) se administrarán de forma sintomática corticoides y antihistamínicos por vía parenteral y se valorará la administración de antibióticos siempre que exista solución de continuidad en la piel. En caso de mordedura de serpiente además del tratamiento local de la herida hay que tener en cuenta el estado general del sujeto, y si se sospecha mordedura por serpiente venenosa administrar suero antiofídico polivalente vía intramuscular. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Crespo Casal M, Pigrau Serrallach C. Protocolo terapéutico empírico de las mordeduras animales y humanas Protocolos clínicos MEDICINE. 2002; 63(8): 3377-80. 299 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • González Martínez Y. Atención a las Mordeduras. Guía de actuación en Atención Primaria. Barcelona: semFYC; 1998. p. 704-5. • Harrinson; Principios de Medicina Interna, Mordeduras animales. 15.º ed. McGraw Hill Interamericana; 2001. p. 968-71. • Martínez Sánchez G, Biendicho Palau MP. Consultas urgentes por lesiones cutáneas atribuibles a animales domésticos. JANO. 2000;1331(58):54-9. 300 89. ACTITUD ANTE LAS MORDEDURAS Mordedura Exploración física (valoración general y de la lesión) Sí Criterios de derivación (1) Derivación a centro hospitalario No Lavado Desbridamiento Sutura (sólo en casos estéticos y heridas de menos de 24 horas) Tratamiento local No No Riesgo de infección (2) Sí Amoxicilina clavulánico. Alternativa: clindamicina + quinolona Tratamiento antibiótico Revisión 24 horas Riesgo de infección específica No Evolución favorable Sí Alta. Revisión en 10-14 días Sí Valorar tipo Profilaxis antirrábica (3) (declaración) Profilaxis antitetánica (1) Manifestaciones sistémicas de infección, afectación de planos profundos, inmunodepresión, lesiones en cara o manos con pérdida importante de tejidos, lesiones profundas o con compromiso articular, infecciones refractarias a tratamiento oral, dificultad para cumplir tratamiento (p. ej. alcohólicos). (2) Menores de 2 años o mayores de 60, inmunodeprimidos, mordeduras por animales salvajes o callejeros, mordedura humana. (3) Mordeduras o arañazos por murciélagos, zorros, perros y gatos callejeros que hayan mostrado comportamientos agresivos. 301 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 90. ACTUACIÓN ANTE LOS MALOS TRATOS Autores: I. Fernández de Alarcón Medina, E. Pérez Alonso, M. Lamonaca Guasch y L. García Sánchez Molina IDEAS CLAVE 1. Definición: maltrato es todo tipo de violencia física, psicológica o sexual que sufre un individuo incluyendo las amenazas, la coacción o privación de la libertad tanto si se produce en la vida privada como en la pública. 2. Preguntas indirectas: ¿Qué tal van las cosas en casa?/¿Qué ocurre cuando discuten en casa; cómo resuelven las diferencias?/¿Se siente usted seguro/a? 3. Preguntas directas: he visto lesiones como las suyas en personas que han sido golpeadas, ¿a usted le ha sucedido esto?/Cuando consultan personas con sus síntomas pensamos que tienen problemas en casa, ¿a usted le han estado lastimando de algún modo?/¿Alguna vez ha sido golpeado/a o maltratado/a por su compañero/a?/Usted comentó que su compañero/a o familiar bebe o consume drogas, ¿se pone agresivo/a en estos casos? 4. Factores de alto riesgo para la persona maltratada: existencia de armas en casa; consumo de drogas o alcohol por el agresor; aumento de la frecuencia de episodios violentos; lesiones graves; amenaza de suicidio u homicidio por el agresor; maltrato a otros miembros de la familia; factor estresante del agresor como pérdida del trabajo o separación próxima; agresión sexual; fracaso de los sistemas de apoyo familiar o social; conducta vigilante, celotipia extrema por parte del agresor. 5. Plan de huida: recomendar siempre en caso de alto riesgo. Valorar previamente los lugares donde puede recibir ayuda y las personas de confianza con las que puede contar. Aconsejar a la víctima no difundir el lugar donde vive, permanecer poco tiempo en casa de familiares. 6. Parte de lesiones: hay que hacerlo siempre aunque la víctima no reconozca el maltrato o no tenga intención de denunciarlo, ya que éste servirá al juez y al médico forense para el inicio de actuaciones posteriores. El informe contiene datos de filiación de la víctima y del médico que la atiende, descripción de los hechos según lo manifieste la persona agredida, antecedentes de interés en relación con la agresión, descripción minuciosa de las lesiones y del estado emocional en que se encuentra la víctima, diagnóstico, pruebas complementarias, tratamiento, plan de actuación y observaciones. El parte debe estar escrito con letra legible y debe constar en él la firma del médico. 7. Precauciones: a) No hablar con el agresor sin permiso del paciente. b) No recomendar psicoterapia familiar en el momento agudo. c) No insistir en la separación (sí apoyar y asistirle en sus decisiones). 302 90. ACTUACIÓN ANTE LOS MALOS TRATOS d) No pautar psicofármacos sin precauciones en el momento agudo (alto riesgo de suicidio). e) No infravalorar el riesgo si la víctima se siente en peligro inmediato. (Teléfono de Atención a la mujer maltratada del Instituto de la mujer [gratuito; 24 horas]: 900191010.) BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • La atención sociosanitaria ante la violencia contra las mujeres. Edita: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Instituto de la Mujer. Madrid, 2002. • Protocolo sanitario ante los malos tratos domésticos. Consejo Interterritorial. Sistema Nacional de Salud. Edita: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Instituto de la Mujer. Madrid, 1999. • Sarasua B, Zubizarreta I. Violencia en la pareja. Ediciones Aljibe, 2000. • Voces García D, Real Pérez MA, Barajas Gutiérrez MA. Atención a la mujer maltratada. FMC. 1999;6(2):87-92. 303 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Maltrado en el adulto Motivo de consulta Declarado No declarado SEÑALES QUE INDICAN UN POSIBLE MALTRATO Hiperfrecuentación Somatizaciones diversas Problemas de salud mental Hematomas en diferente estadio evolutivo o lesiones en localizaciones diversas Consumo de drogas Aislamiento Baja autoestima Y en el ANCIANO además: falta de higiene, vestido inadecuado, etc. Asistencia sanitaria de daños y lesiones Valoración médica y constancia en la historia clínica Elaboración e inicio de un plan terapéutico Daño físico/psíquico Sí Agresión sexual en mujeres No Servicio ginecológico de referencia Asesoramiento Sospecha Servicios sociales/ Trabajadora social Confirmado No Sospecha Derivación especialista Instrumentos de valoración familiar (genograma, apgar, cuestionario MOS) Preguntar directamente (sin pareja o posible autor del maltrato) No confirmado Informe médico. Parte de lesiones (3 copias ) Juez/Cuerpos de seguridad Sí Paciente Relación de maltrato confirmada Relación de maltrato que la víctima no reconoce Historia clínica Ayudar a hacer consciente del problema 304 Sin conclusiones evidentes Se descarta maltrato Profundizar valoración familiar Derivación a salud mental 91. ASTENIA 91. ASTENIA Autores: R. Fragua Gil, M.ª J. López Montero y O. Guzmán Sierra. IDEAS CLAVE 1. Hablamos de astenia para referirnos a la falta de energía o sensación de fatigabilidad, entendida como disminución de la capacidad para trabajar y llevar a cabo las tareas habituales. 2. La prevalencia se encuentra en torno a un 21%-24%, y es superior en mujeres, en una proporción de 2:1 con respecto a los hombres. 3. La depresión y los problemas psicosociales representan en torno al 50% de los diagnósticos de cansancio en ambos sexos y en todos los grupos de edad. 4. Las infecciones agudas son la causa orgánica más identificada, en especial la mononucleosis infecciosa, hepatitis víricas y pielitis. 5. La mayoría de los pacientes con cansancio tienen una enfermedad que puede diagnosticarse y tratarse 6. Aun con sospecha de patología psicógena es recomendable pedir pruebas complementarias de primer orden 7. Uno de los errores más frecuentes es etiquetar la astenia como de origen psíquico, sin descartar una posible causa orgánica. Por otro lado, un cuadro psicógeno puede ser la manifestación inicial de un proceso orgánico. 8. Criterios diagnósticos de SFC: fatiga como síntoma principal. Síndrome definido en el tiempo. La fatiga incapacita gravemente y afecta el funcionamiento físico y psíquico. Otros síntomas pueden estar presentes, sobre todo mialgias, trastornos afectivos y trastornos del sueño. La fatiga debe estar siempre como mínimo 6 meses durante más del 50% del tiempo. 9. La prevalencia del SFC no está clara, cifrándose entre un 0,3% y un 1% de la población. Parece afectar a mujeres previamente sanas con edades entre 25 y 40 años. 9. SFC: Síndrome de fatiga crónica BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Atorrasaguasti Urrestarazu Y, Sánchez Haya E y Olloqui Mundet J. Síndrome de Fatiga crónica. FMC en Atención Primaria. 1998; 5(3):177-82. • Losilla M. Sobrino A. Cansancio y debilidad. Guía de actuación en Atención Primaria;1998. p. 28-31. 305 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA • Coto López A. Fatigabilidad. En Manual de Urgencias Médicas del Hospital 12 de Octubre. 1993;26:235-41. • Gracia Ceperuelo A, Mainar Gómez T. Astenia y anorexia. Manual práctico de Medicina General; 1998. p . 9-12 • Izquierdo C, et al. Síndrome de Fatiga crónica. Atención Primaria. 1995;10:647. 306 91. ASTENIA Astenia Anamnesis y exploración física Máxima a la mañana Curso intermitente No mejora con el reposo Asociada a trastornos del sueño Máxima al anochecer Fija en el tiempo Empeora con la actividad Mejora con el sueño Patología psiquiátrica: depresión, ansiedad, etc. Sospecha de causa psicógena Sospecha de causa orgánica Fatiga fisiológica: estrés, sobreesfuerzo físico o mental Pruebas complementarias Hemograma y VSG Bioquímica básica con enzimas hepáticas Hormonas tiroideas Orina y sedimento Confirmación diagnóstica No Sí Pruebas complementarias 2.° orden: Mantoux, serología, Rx tórax, ECG, otras pruebas Rx, etc. Infecciosa - Mononucleosis infeccionsa Hepatitis víricas Pielitis TBC VIH - Endocrina Hematológica Diabetes Hipo e hipertiroidismo Hipo e hiperparatiroidismo Panhipopituitarismo Insuf. suprarrenal Enf. de Cushing - Anemia - EII - moderada/grave - Hepatitis - Linfoma - alcohólica Tratamiento específico Digestiva Renales Tóxica - Gromerulonefritis - Insuf. renal - Alcoholismo - Fármacos - Drogas - Leucemia - Neoplasias - Colagenosis - E. múltiple Sí No Confirmación diagnóstica Si más de 6 meses de evolución valorar Reevaluar Síndrome de fatiga crónica VSG: velocidad de sedimentación globular; ECG: electrocardiograma; TBC: tuberculosis; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; EII: enfermedad inflamatoria intestinal. 307 Tratamiento específico RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 92. BEBEDOR EXCESIVO DE ALCOHOL Autores: M.ª L. Sevillano Santamaría, S. Herrero Hernández y M. Alcaraz Borrajo IDEAS CLAVE: 1. Entendemos por unidad de bebida estándar (UBE) la ingesta de 10 g de alcohol, que se correspondería con 1 vaso pequeño de vino, 1 caña de cerveza o media copa de licor brandy, ginebra, whisky, etc. 2. Tratamiento según evidencia científica: 2.1 Bebedor con consumo de riesgo: intervención muy breve (recomendación grado A): valorar estadio de motivación para el cambio y simple consejo donde se informará al paciente de las consecuencias para su salud si decide mantener su ingesta de alcohol. Disminuir consumo de alcohol a límites de bajo riesgo. Facilitar material de autoayuda. Visita única y control anual. 2.2 Bebedor con consumo perjudicial: abordaje complicación clínica derivada del consumo excesivo de alcohol. Intervención breve (recomendación grado A): valoración estadio de motivación para el cambio, entrevista motivacional de 10-15 minutos apoyada en los principios de: expresar empatía, promover discrepancias, evitar discusiones, suavizar resistencia y reforzar autoeficacia. Se preguntará por la salud y por la posible relación entre su deterioro y el consumo alcohólico; se revisará en un día el consumo de alcohol, se informará de los riesgos y se indicará abstinencia de alcohol hasta la resolución de las complicaciones derivadas del consumo. Se le ofrecerán propuestas para, posteriormente, disminuir y mantener su consumo en límites de bajo riesgo. Se le entregará material de apoyo. Se le revisará al mes, tres meses y al año pudiendo reforzar la eficacia si a los 15 días de la primera visita, la enfermera le realiza una llamada de teléfono para apoyo y se repite al mes. 2.3 Síndrome de dependencia alcohólica (SDA): valorar estadio de motivación para el cambio (¿desea abandonar el hábito?): 2.3 • Precontemplativo: ofrecer ayuda para cuando esté motivado. 2.3 • Contemplativo: negociar con paciente nueva cita. 2.3 • Preparado para la acción: a) desintoxicar; b) deshabituar; c) mantenimiento, y d) recaída. a) Desintoxicación: Para conseguir la abstinencia se valorará el riesgo de síndrome de abstinencia en la escala CIWA-Ar (recomendación grado A), si se obtuviera una puntuación superior a 8, se pautará tratamiento farmacológico 308 92. BEBEDOR EXCESIVO DE ALCOHOL con benzodiazepinas (recomendación grado A), en pauta descendente de 7 días, bajo supervisión médica y de la familia, eligiendo entre diazepam a dosis de 5-10 mg/ 8 horas o clordiacepóxido a dosis de 10-15 mg/8 horas. En caso de insuficiencia hepática se podrá utilizar oxacepam a dosis de 10-30 mg cada 24 horas repartido en cuatro tomas. El riesgo de dependencia es menor con las benzodiazepinas de comienzo más lento tales como el clordiacepóxido, oxacepam y halacepam. El clometiazol, ampliamente utilizado en Europa, también ha demostrado ser eficaz y tener un perfil de riesgos (riesgo de dependencia o fallo respiratorio si se ingiere con alcohol) similar a las benzodiazepinas. Vitamina B1 o tiamina a dosis de 50 mg cada 12 horas durante 3 semanas (recomendación grado C). Se derivará para desintoxicación mediante ingreso hospitalario a los pacientes con puntuación igual o superior a 15 puntos, riesgo de suicidio, antecedentes de delirium tremens, o politoxicómano. Durante esta fase es imprescindible la abstinencia, el “no puedo beber”, para lo cual el paciente necesitará apoyo familiar constante y un control médico diario durante los 5 primeros días para prevenir el riesgo de complicaciones. b) Deshabituación: valoraremos en primer lugar la derivación a consulta de salud mental, que será imprescindible en los casos de coexistencia de comorbilidad psiquiátrica, intentos previos de deshabituación y siempre que el paciente lo acepte para evaluación de la gravedad de la dependencia (leve, moderada y grave) e iniciación y seguimiento de la terapia cognitivo-conductual. Debemos tener presente que el tratamiento farmacológico de la dependencia debe estar englobado dentro de un programa de terapia cognitivo-conductual con estrategias de refuerzo social, de entrenamiento de habilidades sociales, etc. También le indicaremos la conveniencia de incorporarse a un grupo de autoayuda, aunque la evidencia sobre la eficacia de estas terapias es escasa. En cuanto al tratamiento farmacológico, utilizaremos para disminuir el riesgo de recaídas aumentar el tiempo de abstinencia, disminuir el número de días bebiendo si existe recaída y el número de bebidas por día; acamprosato a dosis de 666 mg cada 8 horas (recomendación grado A) durante 6-12 meses; está contraindicado en caso de insuficiencia renal; naltrexona a dosis de 50 mg/24 horas en toma única (recomendación grado A) durante 6-12 meses; está contraindicada en casos de hepatopatía grave. También ha resultado eficaz el disulfiram a dosis de 250 mg/ 24 horas en toma única, siendo imprescindible que la toma de esta medicación sea supervisada (recomendación grado A) durante 6-12 meses. Puede asociarse el disulfiram a la toma de acamprosato para aumentar la eficacia del tratamiento. La cianamida cálcica se utiliza en casos de intolerancia al disulfiram, pero no está soportado en la misma categoría de evidencia. En cuanto a los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), deben ser utilizados en caso de comorbi- 309 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA lidad depresiva (recomendación grado A). En esta fase el paciente debe tener claro el “no quiero beber”. c) y d) En la fase de mantenimiento, que durará cuanto dure la vida del paciente, debe llegarse al “no necesito beber”, esta fase estará salpicada por las recaídas, que en la mayoría de los estudios se entiende por la toma de 5 o más bebidas, pero de ellas pueden aprenderse los factores de riesgo, para elaborar un programa de prevención de recaídas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Garbutt JC, West SL, Carey TS, Lohr KN, et al. Pharmacological treatment of alcohol dependence: a review of the evidence. JAMA. 1999;281(14):1318-25. The Cochrane Library 2002. • Guía Terapéutica en Atención Primaria Basada en la Evidencia. semFYC, 2003. • Guidelines for Recognising, Assessing and Treating Alcohol and Cannabis Abuse in Primary Care. National Health Committee. Wellington, 1999. (Última actualización a fecha de mayo 2003.) • Kosten TR, O´Connor PG. Management of Drug and Alcohol Withdrawal. N Engl J Med. 2003;348:1786-95. • Prodigy Guidance- Alcohol- problem drinking. 2000. (Última actualización a fecha de mayo 2003.) Disponible en: www.prodigy.nhs.uk. • Srisurapanont M, Jarusuraisis N. Opioid antagonists for alcohol dependence (Cochrane Rewiew). En: The Cochrane Library, Issue 4. Oxford: Update Software, 2002. 310 92. BEBEDOR EXCESIVO DE ALCOHOL PAPPS No Varón ≥ 4 UBE/día o > 6 UBE una ocasión Mujer ≥ 2,4 UBE/día o > 4 UBE una ocasión No BEA Sí BEA Interrogar cada 2 años Educación sanitaria Positivo Consulta médica (Grado “A”) AUDIT Sospecha síndrome dependencia alcohólica (SDA) Negativo Negativo Si Cuestionario MALT (Grado “A”) ¿Existe repercusión clínica? Cuestionario AUDIT, AST, VCM, GGT Citar consulta médica programada BEA No Positivo SDA Bebedor con consumo perjudicial Bebedor con consumo de riesgo UBE: unidad de bebida estándar; SDA: síndrome de dependencia alcohólica; BEA: bebedor excesivo alcohol. 311 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 93. DIAGNÓSTICO EN PACIENTE CON ADENOPATÍAS Autores: R. Piñero Panadero, J. Rodríguez de Frutos, C. López Rodríguez y P. Pujol Bengoechea IDEAS CLAVE: 1. Se define como adenopatía el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos mayor de 1 cm, excepto en territorio inguinal (mayor de 1,5 cm) y epitroclear (mayor de 0,5 cm). 2. La causa más frecuente en cualquier edad es la infecciosa seguida de procesos reactivos y neoplasias. En personas mayores de 50 años el 40% de las adenopatías corresponden a procesos benignos, mientras que en menores de 30 años este porcentaje asciende a un 80%. 3. Ante una adenopatía de características infecciosas no es necesario realizar exploraciones complementarias salvo en casos aislados (mononucleosis infecciosa, tuberculosis, enfermedad de transmisión sexual [ETS]). 4. En caso de adenopatías de causa no explicada no se aconseja tratamiento antibiótico, reservándose este para casos con etiología clara, o en caso de adenopatía localizada con alto grado de sospecha de ser de etiología infecciosa. Si tras el tratamiento persiste más de dos semanas, se deben realizar pruebas complementarias. 5. La serología básica para descartar las causas más frecuentes de infección comprende citomegalovirus, Ebstein-Barr y toxoplasmosis, y si el contexto clínico lo indica, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), LUES, ANA y FR y estudios específicos según sospecha clínica. En España la primoinfección por VIH es una causa infradiagnosticada de adenopatías generalizadas. 6. La biopsia ganglionar es la exploración clave ante una adenopatía en la que no se encuentra una etiología clara con el estudio básico o presenta características de malignidad. Nos informa del diagnóstico en un 50% de los casos, pero si el informe no aclara el diagnóstico o éste es de linfadenitis inespecífica, se aconseja un seguimiento estrecho, ya que un 25% de estos casos desarrollarán una enfermedad, generalmente maligna, relacionada con las adenopatías, en el plazo de un año. 7. La punción aspiración con aguja fina (PAAF) está indicada en el diagnóstico de metástasis ganglionares en pacientes ya diagnosticados de neoplasia, inflamación, enfermedades hematológicas, linfadenitis inespecíficas o sospecha de infección por micobacterias. 312 93. DIAGNÓSTICO EN PACIENTE CON ADENOPATÍAS 8. El estudio de una adenopatía localizada requiere en primer lugar un diagnóstico diferencial con otras tumoraciones según la zona afectada (lipomas, nódulos tiroideos, quistes braquiales, foliculitis o abscesos, quiste de Baker, hernia intestinal o muscular, hipertrofia parotídea), y una vez descartado un proceso infeccioso o local, y las características de la adenopatía así lo aconsejan, se hará el mismo estudio descrito para adenopatías generalizadas. No hay que olvidar la palpación mamaria en el caso de adenopatía axilar ni de buscar una enfermedad de transmisión sexual en el caso de adenopatía de localización inguinal. 9. En caso de existencia de adenopatías en localizaciones no accesibles a la palpación, se aconseja derivación al servicio correspondiente para estudio por técnicas de imagen (ecografía, tomografía axial computarizada [TAC], resonancia magnética). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Blanco Rodríguez AM, Calvo García E, Moiner Prada C. Adenopatías. C@P. Sesiones clínicas; 1998. Disponible en: www.cap-semfyc.com. • Castro Martín J. Enfermedades que cursan con adenopatías. FMC.1999;6:381-91. • Robert H, Fletcher MD. Evaluation of peripheral lymphadenopathy. Up To Date. Jan; 2002. Disponible en: www.uptodate.com. • Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria. Adenopatías 1 CAAPS/2 Fundación de Atención Primaria. Barcelona: semFYC; 2000. 313 314 No No Si persiste más de 2 semanas Tratamiento y seguimiento periódico Características reactivas: (blandas, dolorosas y simétricas) Sí Analítica: hemograma + VSG Bioquímica básica Serología Mantoux Rx tórax Datos diagnósticos poco concluyentes Historia clínica Exploración física Fiebre alta y/o síndrome tóxico VSG: velocidad de sedimentación globular; PAAF: punción aspiración con aguja fira; ADVP: adictos a drogas por vía parenteral. ADENOPATÍA LOCALIZADA Datos clínicos concluyentes Sí Tratamiento Diagnóstico Infección, fármacos, cirugía, viajes, ADVP animales, neoplasia previa, tiempo de evolución ADENOPATÍAS GENERALIZADAS Seguimiento Diagnóstico PAAF/Biopsia Características sugerentes de malignidad: > 2 cm (> 4 cm precisan estudio inmediato) Rx tórax alterada Hepatoesplenomegalia Síndrome constitucional Supraclaviculares Duración > 8 semanas Duras, adheridas e indoloras No diagnóstico No diagnóstico: derivación ALGORITMO DIAGNÓSTICO EN PACIENTE CON ADENOPATÍAS RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 94. DOLOR CRÓNICO 94. DOLOR CRÓNICO Autores: A. Alonso Babarro y M. Varela Cerdeira IDEAS CLAVE: 1. Hablamos de dolor crónico cuando un determinado dolor persiste durante meses. Generalmente existe patología asociada. Conlleva secuelas psicológicas y sociales importantes. Al contrario que el dolor agudo presenta bajo valor biológico. 2. El dolor crónico es la causa más frecuente de consulta en Atención Primaria. A medida que aumenta la edad el porcentaje de pacientes con dolor crónico es más elevado. La causa más frecuente en nuestro medio es la patología musculoesquelética. 3. La evaluación del paciente y su dolor es imprescindible antes de emprender ningún tratamiento. La causa más frecuente del fracaso del tratamiento es la insuficiente valoración del paciente. Debemos conocer la etiología del dolor, el tipo o tipos del dolor desde el punto de vista fisiopatológico (somático, visceral, neuropático), irradiación, intensidad (medida con alguna escala objetiva), evolución a lo largo del día, las circunstancias exacerbantes y atenuantes, su interferencia en la vida diaria, los síntomas asociados, el impacto psicológico en el paciente y la respuesta a tratamientos previos. 4. Los pacientes con deterioro cognitivo presentan dolor crónico con la misma frecuencia que sus correspondientes grupos de edad, sin embargo, son habitualmente infradiagnosticados e infratratados. En la evaluación de estos pacientes deben tenerse en cuenta una serie de “conductas de dolor”. 5. Todo dolor crónico debe ser tratado. 6. Los placebos no desempeñan ningún papel en la evaluación y tratamiento del dolor. 7. La escalera analgésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debe utilizarse como un sencillo esquema de tratamiento progresivo del dolor. 8. El paracetamol es el fármaco de elección en el dolor musculoesquelético leve o moderado. 9. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y opioides menores pueden ser utilizados en dolores moderados o graves. Debe prestarse especial atención a los efectos secundarios de estos fármacos. 10. El papel de los opioides mayores en dolor oncológico moderado-grave está bien establecido. En dolores no oncológicos se puede considerar su utilización con una monitorización estrecha. 11. Los antidepresivos tricíclicos a bajas dosis (amitriptilina) y los anticomiciales (carbamazepina y gabapentina) son de elección en dolor neuropático. 12. La depresión y ansiedad asociadas a dolor crónico deben ser tratadas. 315 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 13. Los programas de ejercicio físico y/o rehabilitación son de utilidad en el dolor crónico, especialmente en los de origen musculoesquelético. 14. Otras modalidades de tratamiento (calor, frío, masajes, acupuntura, electroestimulación transcutánea) ofrecen con frecuencia un alivio temporal y pueden usarse como terapias adyuvantes. 15. Las preparaciones de liberación retardada o larga acción son preferibles para el dolor continuo. Debe dejarse medicación de rescate para el dolor irruptivo. 16. Los pacientes deben ser reevaluados de forma periódica. En estas reevaluaciones se valorará nuevamente el dolor, la eficacia de los tratamientos y sus posibles efectos secundarios. Debe prestarse especial atención al registro de la intensidad del dolor utilizando escalas objetivas. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Ashburn MA, Staats PS. Treatment of chronic pain. Lancet. 1999;353:1885-9. • Elliot AM, Smith BH, Hannaford PC, Smith WC, Chambers WA. The course of chronic pain in the community: results of a 4-year follow-up study. Pain. 2002;99:299-307. • Mantyselka P, Kumpusalo E, Ahonen R, et al. Pain as a reason to visit the doctor: a study Finish primary health care. Pain. 2001;89:175-80. • The Management of Persistent Pain in Older Persons. AGS Panel on Persistent Pain in Older Persons. J Am Geriatr Soc. 2002;50:205-24. 316 94. DOLOR CRÓNICO PACIENTE CON DOLOR CRÓNICO ¿Es susceptible de tto. etiológico? No/ no suficiente Medir intensidad del dolor (utilizar escalas) Tto. etiológico Mecanismo del dolor implicado Visceral (localización difusa, intermitente) Somático (bien localizado, continuo, musculoesquelético) Neuropático (irradiado, lancinante, hormigueo) Periférico Paracetamol/AINE y/o infiltración y/o rehabilitación AINE y/o espasmolíticos ADT (amitriptilina) Central Anticomiciales (CMZ o GPT) Sd complejos locorregionales Derivar a U.dolor ¿Ha disminuido el dolor significativamente? No Sí Depresión Tto Antecedentes psiquiátricos Tto Valoración psicológica Reevaluar periódicamente + Valoración social Apoyo social + Escalera analgésica de la OMS 1º AINE 2º Opioides débiles (1ª eleccion codeína) 3º Opioides potentes (1ª elección morfina) Sí No Reevaluar periódicamente Derivar a U.dolor AINE: antiinflamatorios no esteroideos; ADT: antidepresivos tricíclicos; CMZ: carbamazepina; GPT: gabapentina; OMS: Organización Mundial de la Salud; U. Dolor: unidad del dolor; Tto.: tratamiento. 317 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 95. DOLOR TORÁCICO Autores: A. González Duque, P. Múgica Elorza y N. Villalba Guijorro. IDEAS CLAVE: 1. La historia clínica, la exploración y el electrocardiograma constituyen los pilares básicos del diagnóstico del dolor torácico. 2. Para etiquetar un cuadro de dolor torácico dentro de un perfil, debemos preguntar el carácter de dicho dolor, la localización e irradiación, la duración del mismo, cómo se inició, si se desencadena o mejora con algún estímulo y los síntomas asociados. 3. El perfil isquémico es de carácter opresivo, se localiza precordial o retroesternalmente, irradiándose a hombros y miembros superiores, cuello, mandíbula, epigastrio y zona interescapular. Su duración es menor de 20 minutos (si es mayor, se considera infarto agudo de miocardio [IAM]). Se desencadena con el ejercicio, el estrés y el frío y, por el contrario, mejora con el reposo y la nitroglicerina sublingual. Se asocia, en ocasiones, a disnea, náuseas, vómitos y sudoración. 4. El perfil pleurítico tiene un carácter punzante o lacinante. Se localiza en zona costal unilateral y se irradia a cuello y, en ocasiones, a hombro contralateral (por irritación frénica). Aumenta con los movimientos y no cambia con la palpación. Se puede asociar a tos, fiebre, expectoración purulenta, en el caso de la neumonía, o a disnea, en el caso del neumotórax. Su inicio es agudo y su duración variable, dependiendo de la causa. 5. El perfil pericárdico suele tener como antecedente una infección viral previa. Su carácter es punzante u opresivo, de localización retroesternal, precordial o en abdomen superior y con irradiación a hombros, cuello o espalda. Aumenta con la inspiración, la tos, el decúbito y la deglución. Mejora con la inclinación del tronco hacia delante. Puede asociarse a tos, disnea o fiebre. Su duración es mayor que la del perfil isquémico. 6. El perfil esofágico tiene la misma localización, irradiación y respuesta a la nitroglicerina que el isquémico. De la misma forma, puede estar relacionado con bebidas frías, estrés y comidas copiosas, pero también disminuye con antiácidos y aumenta con la ingesta y el decúbito. Asocia pirosis, odinofagia, disfagia y, en ocasiones, tos nocturna. 7. El perfil de disección aórtica tiene un carácter transfixivo e intenso, de localización torácica anterior o interescapular, que va desplazándose según avanza el cuadro a cuello, espalda, flancos, abdomen y miembros inferiores. Es de instauración brusca y no varía con la respiración ni con la postura. Los síntomas asociados dependen de la zona afectada y son, en general, extremadamente graves. 318 95. DOLOR TORÁCICO 8. El perfil del tromboembolismo pulmonar (TEP) se caracteriza por un dolor similar al pleurítico, en su mayoría, que asocia tos, disnea, hemoptisis y, a veces, fiebre, cuya exploración física se distingue por taquicardia, taquipnea, hipotensión, aparición de un soplo eyectivo en foco pulmonar y un desdoblamiento del 2.º tono. Se asocian con cierta frecuencia a signos de trombosis venosa profunda en miembros inferiores. 9. El perfil mecánico u osteomuscular se caracteriza por ser un dolor constante, a veces asociado a traumatismo previo, localizado a punta de dedo y de larga duración. Aumenta con los movimientos y la palpación y disminuye con el reposo, analgesia y calor local. 10. El perfil psicógeno, por último, puede localizarse en muy diversos sitios, y tiene un carácter opresivo o “en puñalada”. Limita la inspiración profunda. Se asocia a signos de hiperventilación (mareo, parestesias orales, temblores, náuseas, etc.) y mejora con placebo y ansiolíticos. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • American College of Physicians. Clinical policy for the inicial approach to adults presenting with a chief complaint of chest pain with no history of trauma. Ann Emerg Med. 1995;25:274-9. • Kontos MC, Jeese RL. Evaluatin of the Emergency Departament Chest pain Patient. Am J Cardiol. 2000;85:32B-9. • Lee TH, Goodman L. Evaluation of the patient with acute chest pain. N Engl J Med. 2000;342:1187-95. • López de la Iglesia J, García Andrés LE. Dolor torácico en Guía de actuación en Atención Primaria. Ed Semfyc. 2000;8(2):374-84. 319 320 ECG normal Esofágico Disección aórtica TEP ECG y Rx tórax anormales Pericarditis Tratamiento sintomático y ver evolución Ni TEP ni pericarditis No diagnóstica ECG normal Rx tórax: ensanchamiento mediastínico y derrame pleural ECG: electrocardiograma; IAM: infarto agudo de miocardio; TEP: tromboembolismo pulmonar. Neumonía Neumotórax Derrame pleural TEP Rx tórax Pleurítico Diagnóstica ECG y Rx tórax anormales Pericárdico No mejora Otros diagnósticos Nitroglicerina sublingual Sin alteraciones específicas Mejora Angina IAM Anormal ECG Isquémico Perfil Historia + Exploración + Constantes vitales Dolor torácico No precisa pruebas Mecánico ECG normal Psicógeno RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 96. INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA 96. INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA Autores: V. García Espinosa, I. Prieto Checa y N. Parga Soler IDEAS CLAVE: 1. Se entiende por creatinina alta persistente niveles por encima del límite alto de lo normal para el laboratorio de referencia en dos ocasiones consecutivas. Se entiende por insuficiencia renal crónica (IRC) toda disminución del filtrado glomerular (FG) irreversible. 2. La historia clínica (presencia de enfermedades crónicas, síntomas asociados a IRC, consumo de fármacos, historia familiar), el examen físico y el análisis básico de laboratorio (Na, K, CO2, PO4, Cr, BUN, Ca, P, albúmina, glucosa, hemograma, sistemático de orina) son imprescindibles para el diagnóstico de la insuficiencia renal. 3. Causas de insuficiencia renal aguda: depleción de volumen (historia de vómitos, diarrea, diuréticos, etc.), insuficiencia cardíaca grave, obstrucción urinaria, necrosis tubular aguda (suele asociarse a infecciones, cirugía o exposición a agentes nefrotóxicos), nefritis intersticial aguda (suele asociarse a fármacos), pielonefritis aguda, glomerulonefritis aguda (asociado a aparición brusca de edemas, hipertensión arterial, hematuria y proteinuria en orina), enfermedad tromboembólica. Situaciones potencialmente mortales en IRC que requieren intervención urgente: edema agudo de pulmón, hiperpotasemia, acidosis metabólica, pericarditis. 4. La clasificación de la IRC se establece midiendo el FG (grave si es menor de 30, moderado entre 30-59 y leve entre 60-89), que puede estimarse midiendo el aclaramiento de creatinina en orina de 24 horas o directamente con la fórmula de Cockroft Gault. En el diagnóstico etiológico la ecografía renal es de gran ayuda (evaluar el tamaño, presencia de poliquistosis u obstrucción). 5. Se recomienda referir al nefrólogo para valoración a pacientes con una creatinina sérica superior a 1,5 mg/dl para mujeres y 2,0 mg/dl para hombres. Es razonable considerar no remitir a pacientes con IRC que tienen enfermedad terminal de causa no renal, o cuya situación médica desaconseja la diálisis. Estos pacientes deben recibir cuidados paliativos continuos. 6. Las estrategias para retrasar la progresión de la IRC son: control de la hipertensión (objetivo: menor de 130/85), uso de inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (IECA) (reducen la progresión independientemente de su efecto sobre la tensión arterial y reducen la proteinuria, que puede ser en sí un efecto renoprotector); restricción proteica (retrasa la progresión de la insuficiencia renal, disminuye los signos y síntomas, reduce la proteinuria), control de la glucemia en diabéticos. 7. Posibles complicaciones: a) Desórdenes metabólicos: alteraciones del K (mayor de 6,5 remitir a Urgencias, entre 5,5 y 6,5 -con paciente asintomático y electrocardiograma [ECG] sin alte321 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA raciones- tratar la causa y/o diuréticos de asa); alteraciones del Ca (normalizar para prevenir el desarrollo de osteodistrofia renal y complicaciones neuro y cardiovasculares, no suele disminuir de 8 mg/dl hasta que el aclaramiento de creatinina baja de 30 ml/min, suele asociarse a hiperfosfatemia y se trata con suplementos de carbonato cálcico; la hipocalcemia refractaria en presencia de normofosfatemia requiere el uso de calcitriol); alteraciones del fósforo (superior a 4,5 mg/l causa hiperparatiroidismo secundario y osteodistrofia renal, se trata con dieta baja en fósforo y carbonato cálcico; el hidróxido de aluminio debe usarse sólo en situaciones especiales); acidosis metabólica -CO2 menor de 20 y pH menor de 7,4- (la corrección disminuye la osteodistrofia y mejora el metabolismo proteico, se trata con suplementos de bicarbonato sódico). b.) Alteraciones hematológicas: la anemia es frecuente debido al déficit de eritropoyetina y de hierro. El tratamiento con hierro en pacientes con una ferritina sérica menor de 200 mg/ml aumenta la Hg y el hematocrito (Hto) en el 50% de los casos. c.) Sobrecarga de volumen: seguimiento del peso, restricción de la ingesta de sodio y diuréticos de asa. d.) Malnutrición: se recomienda una ingesta de 35 Kcal/kg/día (0,8 g/kg de proteínas). En caso de hipoalbuminemia valorar suplementos. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Clinical practice guideline on shared decision-making in the appropiate initiation of and withdrawal form dialysis. Renal Physicians Association/American Society of Nephrology; 2000. Disponible en: www.guidelines.gov. • K/DOQI clinical practice guidelines for chronic kidney disease: evaluation, classification, and stratification. Kidney Disease Outcome Quality Initiative. Am J Kidney Dis. 2002;39(2) Suppl 1:S1-246. • WHA/DoD Clinical Practice Guideline for Management of Chronic Kidney Disease and Pre-ESRD in Primary Care Setting. Disponible en: www.oqp.med.va.gov/cpg/ESRD/ESRD_GOL.htm. 322 96. INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA Paciente con creatinina elevada en sangre persistente. (1) Historia clínica, examen físico y análisis de laboratorio (2) Causas de insuficiencia renal aguda (3) Proceso agudo o exacerbación aguda de insuficiencia renal establecida Sí Tratamiento, si es necesario a nivel hospitalario Situaciones potencialmente mortales en IRC (3) Establecer diagnóstico causal y clasificación estadio (4) Candidato actual o futuro a diálisis y/o trasplante renal (5) Sí Si uropatía obstructiva derivar a Urología Derivar a Nefrología Tratamiento de la causa de la insuficiencia renal crónica (previene, retrasa o revierte la progresión) Hipertensión, diabetes, obstrucción, glomerulonefritis Iniciar estrategias para retrasar progresión de la insuficiencia renal crónica (6) Prevenir y tratar síntomas y complicaciones (7) Prevenir y tratar enfermedad cardiovascular (modificar factores de riesgo) Hipertensión, diabetes, dislipidemia, tabaquismo Desde el diagnóstico, alrededor de estrategias para prevenir y retrasar Proveer educación para la salud Cada 2-3 meses si Cr mayor 2 Cada 1-2 meses si Cr mayor 4 Seguimiento: detectar cambios Cr: creatinina. Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 323 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 97. MAL ALIENTO Autores: J. Fernández Amezaga y R. Rosanes González IDEAS CLAVE: 1. La halitosis, definida como olor desagradable procedente del aliento de una persona, es un problema social asociado frecuentemente a una mala higiene bucal o a enfermedades de la cavidad oral, pero también puede indicar enfermedades sistémicas o psiquiátricas graves que necesitan un diagnóstico y tratamiento específicos. 2. Existen pocos estudios clínicos con tamaño suficiente y no hay revisiones sistemáticas, por lo que el nivel de evidencia de los tratamientos es 3b (grado de recomendación B). Muchas recomendaciones se basan en opiniones de expertos (nivel de evidencia 5). 3. En un 85%-90% de los pacientes con halitosis (tanto fisiológica como patológica) el olor se origina en la cavidad oral. En personas con buena higiene oral, el olor frecuentemente procede de la parte posterior de la lengua, pudiéndose confirmar mediante el raspado con cucharilla (prueba de la cuchara). La ausencia de una etiología oral clara debe hacernos considerar la posibilidad de etiología orgánica a otros niveles. 4. La valoración de las características organolépticas debe ser realizada por un observador externo, en dos o tres días diferentes, del aire expulsado por nariz y boca. Esta prueba es especialmente útil cuando se sospecha pseudohalitosis o halitofobia. 5. La halitosis fisiológica incluye el mal aliento matutino, el procedente de prótesis dentarias, ayuno, ciertos alimentos, tabaco, alcohol, edad, etc. Como primera medida se recomienda el cepillado de dientes y lengua dos veces al día, hilo dental una vez al día y enjuagues con un colutorio de clorhexidina,cetilpiridino o combinación de ambos con zinc dos veces al día. Asimismo, una dieta vegetariana especialmente rica en frutas frescas y verduras, baja en grasas y carne, y un aumento de la ingesta hídrica reduce la halitosis. Estas medidas generales de higiene (MGH) y cuidado de la boca son recomendables como medida complementaria en todos los casos de halitosis. 6. La halitosis de causa oral puede originarse por una higiene oral deficiente, enfermedad periodontal, xerostomía, gingivitis y otras afecciones de órganos locales. El tratamiento específico debe ser realizado por el odontólogo, junto con las medidas generales de higiene. 7. Si la anamnesis o exploración física nos orienta a halitosis de causa extraoral (nasal, laríngea, digestiva, respiratoria, neurológica, enfermedades sistémicas como la diabetes mellitus, insuficiencia renal o hepática, intoxicaciones, etc.), deberemos realizar estudio analítico y pruebas complementarias según la sospecha clínica. El tratamiento etiológico de este tipo de halitosis debe ser realizado por el médico de familia o especialista correspondiente, además de las medidas de higiene general. 324 97. MAL ALIENTO 8. En la halitosis psicosomática o pseudohalitosis, el paciente percibe un mal olor en su aliento que otros no detectan y no se puede objetivar con las pruebas diagnósticas disponibles. En la mayoría de estos casos es debido a una interpretación errónea de las actitudes de otras personas que interpretan como rechazo a su supuesta halitosis. Estos pacientes deben ser informados con literatura de apoyo, educación sanitaria y explicación del resultado del estudio, en su caso, que la intensidad de su aliento no está por encima de niveles socialmente aceptados, y seguir medidas habituales de higiene general. 9. El paciente con halitofobia cree que persiste la halitosis incluso tras un tratamiento adecuado, no aceptando que su percepción de mal olor es errónea. Además de tratamiento psiquiátrico, se deben dar instrucciones sobre medidas generales de higiene oral, ya que el paciente cree que tiene mal olor y solicita un tratamiento médico. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Coil JM, Yaegaki K, Matsuo T, Miyazaki H. Treatment Needs (TN) and practical remedies for halitosis. Int Dent J. 2002;52 Suppl 3:187-91. • Fernández J, Rosanes R. Halitosis: diagnóstico y tratamiento en Atención Primaria. MEDIFAM. 2002;12(1):46-57. • Loesche WJ. The The effects of antimicrobial mouthrinses on oral malodor and their status relative to US Food and Drug Administration regulations. Quintessence Int. 1999;30(5):311-8. • Replogle WH, Beebe D. Halitosis. Am Fam Phy. 1996;53(4):1215-23. 325 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA Halitosis Características organolépticas del aliento No Sí ¿Es normal? Halitosis psiocógena Halitosis verdadera Anamnesis, exploración física y diagnóstico del origen del olor Sí No MGH y tto. psiquiátrico ¿Se sospecha causa extraoral? MGH ¿Se sospecha causa oral? Sí No MGH durante 14 días y reevaluación Sí MGH y tto. odontológico MGH y tto. por MF y odontólogo Halitosis patológica Halitosis fisiológica Halitosis causa oral Halitofobia No ¿Es normal? Sí Pseudo-halitosis ¿Se detecta mejoría? No Estudios complementarios específicos MGH y reevaluación clínica periódica Sí Halitosis causa extraoral MGH: medidas generales de higiene; MF: médico de familia; tto: tratamiento. MGH y tto. específico por MF o especialista 326 ¿Se realiza diagnóstico etiológico? No 98. PACIENTE FRECUENTADOR 98. PACIENTE FRECUENTADOR Autores: Y. Ginés Díaz, R. Martín Álvarez y J. Martín Fernández IDEAS CLAVE: 1. Para el correcto abordaje del paciente hiperfrecuentador es fundamental el desarrollo de habilidades y técnicas de comunicación. 2. Inicialmente, es necesario detectar si estamos ante un paciente hiperfrecuentador, definido como aquel paciente que presenta una demanda no solucionada, encubierta o no, y que genera visitas sucesivas. Según la bibliografía es aquel que realiza una media de visitas mayor o igual al doble de la media de la población. 3. Deben analizarse las causas por las que el paciente es catalogado de hiperfrecuentador, distinguiendo entre demanda inducida por el propio sistema y demanda espontánea en la que el paciente es quien decide consultar. 4. La mayoría de las veces la demanda inducida supera el 50% de la demanda total recibida. En las medidas de desburocratización deben implicarse todos los estamentos del Equipo de Atención Primaria (EAP): “trabajo multidisciplinar”. Destacar el papel de los profesionales de enfermería en el fomento de los autocuidados y la educación para la salud (EPS). 5. La demanda inducida por el profesional puede beneficiarse de la consulta con el resto de los miembros del equipo para la búsqueda de soluciones. 6. Explorar todos los factores posibles de la hiperutilización requiere dedicar tiempo al paciente y por ello es necesario citar en consulta programada. De esta forma lograríamos orientar mejor el problema y reducir la frecuentación de los servicios de salud. 7. Es importante individualizar el abordaje de cada paciente. El profesional sanitario debe realizar un abordaje biopsicosocial centrado en el paciente, indagando sus ideas, creencias y expectativas, ayudándole a verbalizar y controlar sus miedos, y de esta manera conseguir una mejora en la capacidad resolutiva de las consultas de Atención Primaria (AP). 8. Es necesario profundizar en la detección de indicadores de alarma de patologías con signos y síntomas mal definidos que nos haga sospechar la existencia de una disfunción psíquica en estos pacientes. Se ha comprobado que los pacientes en los que se abordan sus problemas psiquiátricos reducen la utilización. La psicoterapia breve adaptada a AP (counselling, psicoterapia familiar, grupal, individual, cognitiva, etc.) conseguirían reducir el número de visitas. 9. La utilización excesiva se asocia con fases de “nido vacío”, extinción parcial de la familia o ciclos vitales avanzados. Ante ciertos hechos estresantes el equilibrio puede romperse y el sujeto puede hacerse hiperfrecuentador. Presentar una adecuada salud mental y disfrutar de una buena función familiar disminuye la probabilidad de hiperfrecuentación. 327 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 10. Gran parte de la demanda asistencial encubre una problemática social, que solamente es abordable en AP desde el modelo biopsicosocial y en colaboración con otros profesionales sociosanitarios. 11. Como afirma de la Revilla, las únicas variables que explican un porcentaje significativo en la variación del número de visitas son, aparte de los grupos diagnósticos, la cronicidad y la percepción de salud. Ninguna de las estrategias de intervención anteriormente mencionadas serían útiles si no fueran consensuadas y negociadas con el propio paciente. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Bellón Saameño JA. La consulta del médico de familia: cómo organizar el trabajo. En: Gallo Vallejo FJ, editor. Manual del residente de Medicina Familiar y Comunitaria. 2.ª ed. Madrid: semFYC; 1997. p. 242-51. • Gómez Calcerrada D, Hernández del Pozo F, Gómez Berrocal M. La investigación en la utilización de servicios sanitarios. FMC. 1996;3(4):229-42. • INSALUD. Los equipos de atención Primaria. Propuesta de mejora. Documento de consenso. Madrid: Instituto Nacional de la Salud; 2001. p. 21-3. • Martín Araujo J. Trabajo con demanda excesiva. FMC. 1998;9(5):572-82. 328 98. PACIENTE FRECUENTADOR Paciente hiperfrecuentador ¿Es realmente un paciente hiperfrecuentador? No Sí Analizar causas Descartar paciente difícil Demanda inducida Por el profesional Demanda espontánea Plantear en el EAP para buscar soluciones ¿Problemas de relación médico-paciente? ¿Tiene resolución desde AP? No Sí Promover coordinación con otros niveles asistenciales Circuito de garantía de calidad Utilizar técnicas de comunicación y entrevista clínica, y abordaje biopsicosocial Causas físicas Causas psicosomáticas Sociales Psicológica Aguda Crónica EPS Trabajo con programas Formación científico-técnica Protocolizar Derivar a SM Psicoterapia breve EPS Causas sociales Protocolos consensuados EPS Formación en técnicas de: comunicación, entrevista clínica, autocontrol emocional, abordaje biopsicosocial Consulta programada No Medidas de control de la burocracia: IT, recetas, tratamientos completos Sí Organización con otros niveles asistenciales y/o institucionales Por la organización Valorar estudio y pruebas diagnósticas Familiares Intervenciones familiares simples y consejo anticipatorio familiar EPS: educación para la salud; SM: salud mental; ONG: organización no gubernamental; AP: Atención Primaria; EAP:equipo de Atención Primaria. Derivar a Especializada Laborales Socioeconómicas Trabajador/a social Utilización de recursos comunitarios grupos de autoayuda, ONG, etc. Estrategias de intervención consensuadas y negociadas con el propio paciente 329 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 99. PATOLOGÍA DE LA BOCA Autores: E. A. González Romero, N. Fernández López, I. de la Fuente Hermosín y O. de la Peña Gutiérrez IDEAS CLAVE: 1. Ante toda lesión o úlcera en mucosa oral debemos interrogar sobre tiempo de evolución, factores irritativos y hábitos. Debemos inspeccionar completamente la cavidad oral retirando las prótesis removibles y palpar la lesión para valorar si hay infiltración o induración. 2. Toda lesión, úlcera o placa blanca en la mucosa oral que persista más de 15-20 días tras eliminar posibles factores locales irritativos (prótesis mal ajustada, restos radiculares o diente con borde cortante, obturación desbordante) se debe biopsiar para estudio anatomopatológico. 3. En las candidiasis orales y boqueras recidivantes en personas no edéntulas, sin prótesis dentales y sin tratamiento con corticoides inhalados, habría que descartar patología inmunodepresora. 4. GUNA: gingivitis ulceronecrotizante aguda de etiología poco clara, ocasionalmente relacionada con el estrés y con enfermedades hematológicas. 5. Hay múltiples enfermedades sistémicas que pueden ser responsables de la aparición de úlceras en la cavidad oral: enfermedades bacterianas como sífilis y tuberculosis; enfermedades víricas como herpes simple y varicela zóster, mononucleosis, enfermedad boca, mano, pie, fiebre aftosa, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); micosis profundas; enfermedades autoinmunes; postradioterapia; fármacos en el eritema exudativo multiforme; agranulocitosis, neutropenia cíclica; neoplasias como linfoma o leucemias, el carcinoma epidermoide; enfermedad inflamatoria intestinal; enfermedad de Behçet; estomatitis aftosa recidivante. 6. La mayoría de los sangrados gingivales son de causa local, placa bacteriana o prótesis fijas mal ajustadas. El tratamiento es por el odontoestomatólogo, pero hay que reforzar la higiene oral, cepillado, cinta dental, colutorios de flúor y/o antisépticos (clorhexidina). 330 99. PATOLOGÍA DE LA BOCA BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Cardona Tortajada F, Bagán Sebastián JV. Guía clínica para lesiones de la mucosa oral en Atención Primaria. Archivos Odontoestomatol Prev Com. 2003;19(2):143-52. • Hernández Vallejo G, López Sánchez A, Somacarrera Pérez ML, Arriba de la Fuente L, García Rodríguez MD. Protocolos clínicos. Medicine. 1996;7(8):337-42. • González Romero E, López Sánchez A. Dolor dental. Caries. En: semFYC: Guía de Actuación en Atención Primaria. 2.ª ed. Barcelona: Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria; 2002. p. 98-101. • López Sánchez AF, González Romero EA. Conceptos básicos de odontoestomatología para el médico de Atención Primaria. Barcelona: Masson; 2001. 331 Normas de higiene bucodental Placa blanda 332 Tartrectomía Gingivitis Placa calcificada supragingival Raspado y alisado Periodontitis Placa calcificada infragingival Movilidad dentaria Fármacos Prótesis Hipertrofia gingival Anamnesis y exploración Sangrado gingival GUNA Encía sana Alteraciones hematológicas Necrosis papilas interdentales RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 333 Sí Sí Biopsia Cultivo y tto Leucoplasia Liquen reticular No No Carcinoma células escamosas Úlcera > 20 días Fibroma Papiloma Granuloma piógeno Épulis gravídico Tumoración Se desprende Placa blanca Candidiasis pseudomembranosa GUNA: gingivitis ulceronecrotizante aguda; Tto: tratamiento. Pénfigo Herpes simple Candidiasis eritematosa Dolor Tiempo de evolución Hábitos de riesgo, alcohol, tabaco, drogas Inspección y palpación de la lesión Liquen erosivo Crónica Placa roja Esomatitis aftosa Behçet Recidivante Decúbito de prótesis Traumatismo GUNA Enfermedades sistémicas No Vesículas Aguda < 20 días Úlcera Sí Historia clínica: 1. Lesiones de la mucosa oral Patología de la boca 99. PATOLOGÍA DE LA BOCA RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 100. PÉRDIDA DE PESO Autores: M.ª D. Parejo Pablos, R. Quintana de la Cruz, R. López Navarro y E. Orna Martín IDEAS CLAVE: 1. Toda pérdida de peso significativa en una persona sana, no buscada, suele indicar la existencia de una enfermedad aguda o crónica, pudiendo ser la primera manifestación de ésta. Se asocia con mayor morbimortalidad, especialmente en población anciana. 2. Es significativa si supone el 5% del peso habitual en seis meses, y severa el 10% en el mismo período (% cambio = peso habitual – peso actual/peso habitual x 100). 3. Se deben estudiar las pérdidas significativas o severas. En pérdidas menores sin clínica sospechosa acompañante, está justificada una actitud expectante. 4. Tener un peso de referencia en la historia clínica es útil para detectar pérdidas no referidas por el paciente (hasta un 50% de pacientes no lo consulta como síntoma). Ha de confirmarse la pérdida de peso directa (peso de referencia) o indirecta (tallas, ropa, etc.). 5. Toda pérdida de peso formando parte de la tríada clásica (anorexia, astenia) o con algunas de las siguientes características: presentación aguda, edad avanzada, tabaquismo, tos nueva o cambiante, disfagia, náuseas o vómitos, cambios en el ritmo intestinal o exploración física positiva, debe ser preferentemente valorada. 6. Las causas más frecuentes son: en ancianos, depresión, cáncer y enfermedades gastrointestinales benignas. En pacientes jóvenes si el apetito es normal o está aumentado pensar en diabetes, hipertiroidismo y, más raramente, malabsorción; enfermedades psiquiátricas (incluidos los trastornos de la alimentación); infecciones (especialmente tuberculosis [TBC] e infección por el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH]). 7. Las neoplasias malignas más frecuentes en los pacientes que experimentan pérdida de peso son el cáncer de pulmón y los de tubo digestivo (incluidos páncreas e hígado). 8. En la anamnesis no olvidar indagar en factores socioeconómicos, consumo de fármacos (principalmente antiinflamatorios no esteroideos [AINE], digoxina, antidepresivos, antiparkinsonianos, antibióticos y suplementos de hierro y potasio) y hábitos tóxicos (drogas, especialmente el consumo de alcohol). 9. La exploración básica orientará la necesidad de valoraciones más completas (pruebas de detección de enfermedades psiquiátricas, demencias, tacto rectal, etc.). 10. Los estudios complementarios básicos deben incluir: hemograma completo, velocidad de sedimentación globular (VSG), electrólitos, función renal y hepática, 334 100. PÉRDIDA DE PESO sistemático de orina, pruebas de función tiroidea y radiografía (Rx) de tórax. El resto según clínica o hallazgos iniciales (serología VIH, Mantoux, Ecos, etc.). 11. Si tras la valoración inicial no se llega a un diagnóstico (en el 75% o más, sí se encuentra), y la situación clínica y/o nutricional lo permite, conviene programar seguimiento cuidadoso antes que insistir en pruebas sin orientación clínica alguna. 12. No etiquetar nunca una pérdida de peso al encontrar una posible causa si existen signos o síntomas no concordantes; no es raro la coexistencia de dos patologías que causen pérdida de peso (depresión-enfermedades malignas, etilismo-tuberculosis, etc.). BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Carol M. Reije. “Pérdida de Peso”. Harrison. Principios de Medicina Interna. 15ª Edición Español. 2002. • Pérdida de Peso. Guía de Actuación en AP. (SEMFYC). 2ª Edición 2002. • “Involuntary Weight Loss in Elderly Out Patients: Recognition, Etiologies and Treatment.” Clin. Geriatric Med. 1997; 13:717-732. • “Involuntary Weight Loss”. Med Clin. North Am 1997; 79:299-313. 335 336 Atención bucodental Estudio disfagia (endoscopias, etc) Valoración: Factores socieconómicos Problemas funcionales Necesidades asistenciales No Orientación Tratamiento No ¿Drogas, fármacos? No Revisión Reducción ¿Abuso alcohol? ¿Problemas disfágicos o dentales? Sí ¿Depresión? Sí Adecuado acceso a la comida Revisión fármacos Patología bucal ¿Disgeusia? Anorexia No Tratamientos específicos Soporte nutricional ¿Enfermedades? Estudio Sí Observación Seguimiento Sí Derivación No Estado nutricional y/o situación clínica aceptable No Diagnóstico Estudio básico Anamnesis Exploración Laboratorio Rx toráx Sí Sospecha clinica de malabsorción Tratamiento causa Derivación Soporte nutricional ¿Endocrinopatías? ¿Enf. malignas? ¿Insuficiencia cardíaca? ¿Insuficiencia renal? ¿EPOC? ¿Enfermedades neurológicas? Sí Historia dietética ¿Consumo adecuado de calorías? Confirmar si > 5%/6 meses Pérdida de peso RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 101. ACTUACIÓN ANTE UN PPD. DETECCIÓN INFECCIÓN LATENTE TUBERCULOSA 101. ACTUACIÓN ANTE UN PPD. DETECCIÓN INFECCIÓN LATENTE TUBERCULOSA Autores: R. Rodríguez Barrientos, M. Gómez García, J. Redondo Sánchez y C. Rodríguez Fernández IDEAS CLAVE: 1. Sólo se debe realizar la prueba cutánea en pacientes pertenecientes a los denominados grupos de “alto riesgo”. GRUPOS ALTO RIESGO A LOS QUE SE DEBERÍA REALIZAR PRUEBA CUTÁNEA •Contactos recientes con pacientes enfermos de tuberculosis pulmonar. •Residentes y empleados de centros con alto riesgo: prisiones, residencias, centros geriátricos y de crónicos, hospitales, residencias para infectados por VIH y albergues para indigentes •Trabajadores de laboratorio de microbacteriología •Inmigrantes de países con gran prevalencia de tuberculosis (en especial si llevan menos 5 años en este país) •Indigentes •Toxicomanías, incluido el alcoholismo •Personas con infección por VIH •Pacientes con trasplante de órganos y otros pacientes inmunodeprimidos (recibiendo el equivalente de >15 mg/día de prednisona durante más de 1 mes o infliximab) •Pacientes con las siguientes enfermedades: silicosis, diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica, algunas enfermedades hematológicas ( leucemias y linformas), otros tumores ( carcinoma de cabeza o cuello y pulmón), pérdida de peso < 10% del peso ideal, gastrectomía y by-pass yeyunoileal) •Cambios fibróticos en la radiografía sugerentes de tuberculosis antigua no tratada, tras descartar actividad •Personas con reciente conversión en la prueba cutánea (aumento de prueba cutánea en ≥ 10 mm en los últimos 2 años) 337 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 2. En el grupo de álto riesgo si el tamaño de la induración es mayor o igual a 5 mm se considera resultado positivo. 3. El estudio de contactos implicará a los individuos en contacto con el caso índice durante el período sintomático o durante los 3 meses precedentes al primer esputo o cultivo positivo. Se realizará siempre en el ámbito familiar y/o en aquellos contactos diarios de más de 6 horas que es donde existe mayor riesgo de contagio. En el estudio de contactos no es preciso investigar el efecto booster ni el antecedente de BCG. 4. En los contactos íntimos de pacientes bacilíferos se debe individualizar la realización de la radiografía de tórax anteroposterior y lateral atendiendo fundamentalmente a factores como la existencia de microepidemia, pobreza, hacinamiento o inmunodepresión de los contactos. 5. Se considera que se está produciendo una microepidemia o brote epidémico cuando se diagnostican tres o más casos de tuberculosis relacionados en el espacio y el tiempo, o cuando aparecen dos o más enfermos generados por el mismo caso índice. 6. El fármaco utilizado normalmente es la isoniacida hasta 2 meses después de la interrupción del contacto o de la negativización de la baciloscopia, excepto si se comprueba, pasado este tiempo, una conversión de la reacción tuberculínica, en cuyo caso procedería completar el tratamiento tras descartar la existencia de enfermedad activa. 7. Las indicaciones de tratamiento de infección tuberculosa son las siguientes: Tratamiento de la infección latente (positivos a la tuberculina) Indicaciones prioritarias Personas con reciente conversión de la prueba cutánea (aumento de la prueba cutánea en ≥ 10 mm en los últimos 2 años Personas con infección por VIH Miembros de microepidemias de cualquier edad Cambios fibróticos en la radiografía sugerentes de tuberculosis antigua no tratada, tras descartar actividad Silicosis Menores de 35 años contactos de enfermos bacilíferos Cualquier infectado menor de 20 años Pacientes en la lista de espera de trasplantes Utilización de infliximab u otros anticuerpos monoclonales anti-TNF-α 338 101. ACTUACIÓN ANTE UN PPD. DETECCIÓN INFECCIÓN LATENTE TUBERCULOSA Indicaciones a valorar de forma individual* Mayores de 35 años contactos de enfermos bacilíferos Toxicomanías, incluido alcoholismo Diabéticos, insuficiencia renal crónica, hemodiálisis, neoplasias Tratamientos con corticoides, dosis equivalente de >15 mg/día de prednisona durante 1 mes Algunas enfermedades hematológicas (leucemias y linformas), otros tumores (carcinoma de cabeza o cuello y pulmón) Pérdida de peso < 10% del peso ideal, síndromes de malabsorción, gastrectomíia y by-pass yeyunoileal Residentes y empleados de centros con alto riesgo: prisiones, residencias, centros geriátriacos y de crónicos, hospitales, psiquiátricos, laboratorios de Microbiología, residencias para infectados por VIH y albergues para indigentes Inmigrantes de bajo nivel socioeconómico *Se debe tener en cuenta los siguientes factores: edad, BCG, milímetros de induración, riesgo de exposición y en especial, la relación entre el beneficio de no enfermar y el riesgo de toxicidad medicamentosa. 8. El tratamiento de la infección latente no debe realizarse si existe sospecha de enfermedad tuberculosa y se deberá valorar en las siguientes circunstancias: • Hepatopatía activa. • Antecedentes de iatrogenia a los fármacos empleados. • No garantías del cumplimiento o seguimiento del tratamiento. • Si previamente ya se ha realizado de forma correcta un tratamiento de enfermedad o de infección (podría valorarse de forma individual la repetición del tratamiento de la infección en caso de fuerte sospecha de tratarse de una reinfección reciente) BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • American Thoracic Society Targeted tuberculin testing and treatment of latent tuberculosis infection. Am J Respir Crit Care Med., Number 4, April 2000; 161 (4):S221-47. • Joint Tuberculosis Committee Of the British Thoraccic Society. Thorax. 2000; 55: 887-901). • Control and prevention of tuberculosis in the United Kingdom: code of practice 2000. Normativa sobre la prevención de la tuberculosis 2002. Recomendaciones SEPAR. Nº 32. Ed. DOYMA. 339 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA DETECCIÓN INFECCIÓN LATENTE TUBERCULOSA ¿Pertenece a algún grupo de alto riesgo? (1) No Sí No está indicada la prueba de la tuberculina Realizar prueba de la tuberculina Negativa (2) ¿Contacto íntimo de paciente bacilífero? (3) Realización de radiografía de tórax Sí (4) No No tratar Positiva (2) ¿Niños, adolescentes, microepidemias o inmunodeprimidos? (5) No Normal Sí Anormal o presencia de síntomas sugerentes de enfermedad Quimio-profilaxis primaria (6) Individualizar tratamiento infección latente tras descartar enfermedad pulmonar tuberculosa (7,8) Repetir tuberculina en 6-8 semanas Negativa No tratar Positiva Continuar o iniciar tratamiento infección latente Los números entre paréntesis se corresponden con las ideas clave. 340 Descartar enfermedad pulmonar tuberculosa 102. TRATAMIENTO DEL DOLOR ONCOLÓGICO 102. TRATAMIENTO DEL DOLOR ONCOLÓGICO Autores: C. de Miguel Sánchez, A. López Romero, R. Piñero Panadero y P. Pujol Bengoechea IDEAS CLAVE: 1. La morfina es el fármaco de elección para el dolor oncológico moderado grave: escala visual analógica (EVA) > 7 (C). 2. En manos expertas la alternativa a la morfina es la metadona (C). 3. Una cantidad de 650 mg de ácido acetilsalicílico equivale a 30 mg de codeína y a 5 mg de morfina oral. 4. Los pacientes que estuvieran recibiendo codeína o tramadol, comenzarán con morfina de liberación normal (MLN) 10 mg/4 horas. Si se omite el segundo escalón, la dosis de inicio será de 5 mg/4 horas (C). A la hora de acostarse, para suprimir la dosis de madrugada, se administrará una dosis doble (C). 5. Si el dolor no se controla, incrementar la dosis diaria total de morfina (DDT) en un 30% o 50% de la DDT. Cuando se controle el dolor, la DDT se administrará como morfina de liberación retardada cada 12 ó 24 horas, según la opción elegida (C). 6. El fentanilo sólo está indicado si el dolor es muy estable, la intensidad apenas cambia a lo largo del día, o no cambia entre el reposo y la actividad, y si hay riesgo de incumplimiento terapéutico, estando contraindicada en pacientes con dolor progresivo o inestable (B). 7. Pautar MLN cada 4 horas, las primeras 12 horas desde que se pone el parche, y tener en cuenta la existencia de analgesia las 12 horas siguientes tras la retirada del mismo. La dosis de parche se va aumentando de 25 µg en 25 µg, y se retira cada 3 días. Si fiebre, retirar el parche, ya que aumenta la absorción del fentanilo por vasodilatación periférica. La sudoración excesiva produce una pobre adhesión del parche. Fentanilo produce menor estreñimiento que morfina. 8. El dolor irruptivo es de inicio rápido, intensidad moderada grave y relativamente corta duración. El dolor incidental es el subtipo más frecuente de dolor irruptivo. Se asocia con incidentes de la vida diaria, como moverse, toser, orinar o defecar. Pautar siempre tratamiento con MLN ("rescate") con la misma dosis que se administra cada 4 horas, pudiendo repetir hasta cada 1 ó 2 horas si se da vía oral, o hasta cada 15 ó 30 minutos si se da vía subcutánea. Si más de tres rescates al día, incrementar la DDT en un 30% o 50%. 9. El citrato de fentanilo oral transmucoso es efectivo para el dolor irruptivo en pacientes estabilizados con morfina oral o con un opioide alternativo del tercer escalón (A). Se necesitan más datos sobre seguridad, un uso clínico más generalizado y más prolongado. Requiere titular la dosis. 341 RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA 10. Si al iniciar tratamiento con opioides aparecen náuseas y/o vómitos, pautar haloperidol, 15-35 gotas, los primeros 4-7 días de tratamiento y luego suspender. Asociar siempre laxantes a los opioides. 11. Cuando el equilibrio analgesia-efectos secundarios no es el más apropiado, rotar el opioide o rotar la vía de administración del fármaco (B). La Asociación Europea de Cuidados Paliativos no recomienda rotar de opioide sin el consejo de un experto. 12. La vía de elección es la vía oral, y la alternativa la vía subcutánea. La relación morfina oral: subcutánea está entre 1:2 y 1:3. 20-30 mg de morfina oral es equianalgésica a 10 mg subcutánea (C). 13. La neurotoxicidad inducida por opioides (NIO) está infradiagnosticada en la actualidad. Incluye uno o todos los síntomas descritos en el algoritmo. No existe ninguna prueba diagnóstica, por lo que se recomienda monitorizar estos síntomas de manera sistemática a todos los pacientes en tratamiento con opioides. 14. En el dolor óseo por metástasis óseas, optimizar tratamiento con opioides. No se recomiendan antiinflamatorios no esteroideos (AINE), siendo los corticoides el adyuvante de elección. 15. En el dolor óseo localizado el tratamiento de elección es la radioterapia externa. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA • Centeno C, Bruera E. Tratamiento y prevención del síndrome de neurotoxicidad inducido por opioides. Med Pal. 1999;2(6):56-66. • Centeno C, Sanz A, Vara F, Bruera E. Metástasis óseas: manifestaciones clínicas y complicaciones. Un tratamiento multidisciplinar. Med Pal. 2001;2 (8):100-8. • Hanks GW, Cherny N. Opioid analgesic therapy. En: Doyle D, Hanks GW, MacDonald N. Oxford textbook of Palliative Medicine. 2.ª ed. Great Britain: Oxford University Press; 1998. p. 331-55. • Hanks GW, et al. Morfina y opiáceos alternativos para el tratamiento del dolor oncológico: recomendaciones de la EAPC. Med Pal. 2002;1(9):22-9. 342 102. TRATAMIENTO DEL DOLOR ONCOLÓGICO ALGORITMO DE MANEJO DEL PACIENTE ONCOLÓGICO CON DOLOR Buscar etiología: Por infiltración tumoral (75%) Secundario a tratamiento anticáncer (20%) No relacionado con ninguna de las anteriores (5%) Factores de mal pronóstico Dolor neuropático Dolor incidental Deterioro cognitivo Malestar psicológico importante Historia de abuso de alcohol y/o adicción a otras drogas Valoración multidimensional del dolor Psicológicos, sociales, familiares, económicos, espirituales, culturales Características del dolor Nociceptivo Somático/Visceral Neuropático Insensible a opioides Dolor incidental con el movimiento Hipertensión intracraneal Compresión nerviosa Dolor neuropático Tenesmo rectal y/o vesical Espasmo muscular Antidepresivos tricíclicos Amitriptilina: inicio 10-25 mg/noche Anticonvulsivantes Carbamacepina: inicio 100 mg/12 h Gabapentina: inicio 300 mg/noche Intensidad del dolor: escala visual analógica (EVA) Tratamiento específico Dolor leve: EVA 1-4 Primer escalón No opioides: AINE: Ibuprofeno 600 mg/6-8 h o paracetamol 1 g/4-6 h +/- Coadyuvantes Dolor moderado: EVA 5-6 Dolor grave: EVA 7-10 Segundo escalón Opioide débil: Codeína: 30-60 mg/4-6 h (dosis máx.: 360 mg/día) Tramadol: 50-100 mg/6-8 h (dosis máx.: 400 mg/día) +/- Primer escalón Tercer escalón Opioide potente Morfina Metadona Fentanilo +/- primer escalón Monitorizar intensidad del dolor Monitorizar signos de NIO Alteración cognitiva Delirium Alucinaciones Hiperalgesia Alodinia Mioclonias Convulsiones Si persiste o empeora NIO: neurotoxicidad inducida por opioides; BZD: benzodiazepinas; AINE: antiinflamatorios no esteroideos Coadyuvantes: antidepresivos, corticoides, anticonvulsivantes, neurolépticos, benzodiazepinas, bifosfonatos, baclofeno, ketamina Evaluar factores de riesgo de NIO Edad avanzada Dosis elevada de opioide Alteración cognitiva Delirium previo Deshidratación Insuficiencia renal Interacciones de medicamentos: BZD, AINE Dolor neuropático Dolor incidental Estrés psicológico Somatización Abuso de sustancias Si NIO Rotar opioide o disminuir dosis 343 Hidratación vía oral o subcutánea RECOMENDACIONES PRÁCTICAS para el MÉDICO DE FAMILIA ÍNDICE ALFABÉTICO: Actitud ante edemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 Actitud ante el ángor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 Actitud ante el consumo de tabaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292 Actitud ante el estreñimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Actitud ante el hipertiroidismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118 Actitud ante el hipotiroidismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 Actitud ante el paciente agitado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 Actitud ante la fiebre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 Actitud ante las mordeduras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299 Actuación ante la paciente durante el climaterio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 Actuación ante los malos tratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302 Actuación ante un PPD. Detección infección latente tuberculosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337 Acúfenos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Alopecia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 Alteración de la agudeza visual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Alteración de la velocidad de sedimentación globular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Alteraciones de la serie blanca: leucocitos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Alteraciones de los iones: sodio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Alteraciones de los iones: potasio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Alteraciones menstruales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276 Amenorrea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279 Ansiedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 Anticoagulación oral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202 Anticoncepción hormonal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282 Astenia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305 Bebedor excesivo de alcohol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308 Cervicalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250 Claudicación intermitente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205 Conducta diagnóstica ante los trastornos de memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Depresión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238 Diagnóstico de la anemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Diagnóstico de la convulsión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Diagnóstico de la diabetes mellitus tipo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Diagnóstico de la EPOC . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149 Diagnóstico del asma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 Diagnóstico diferencial de las cefaleas más frecuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Diagnóstico diferencial de las lesiones eritemato-descamativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172 Diagnóstico diferencial de las parestesias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Diagnóstico diferencial del temblor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Diagnóstico en paciente con adenopatías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312 Diagnóstico y seguimiento de la incontinencia urinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia cardíaca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208 Diagnóstico y tratamiento de la lumbalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Diagnóstico y tratamiento del prostatismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 Diarrea crónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Disfunción eréctil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Disnea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152 Disuria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Dolor abdominal agudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 344 ESPECIALIDADES MÉDICAS Dolor crónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315 Dolor ocular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 Dolor torácico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318 Dorsalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256 Eosinofilia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Epigastralgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Hematuria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Hipertransaminasemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Hiperuricemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Hipoacusia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Hirsutismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 286 Hombro doloroso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259 Ictericia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 Insuficiencia renal crónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321 Insuficiencia venosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 Insulinización en diabetes mellitus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Mal aliento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 324 Monoartritis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262 Neumonía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 Nódulo tiroideo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Obesidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 Ojo rojo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Otalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Paciente frecuentador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 327 Patología de la boca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330 Pérdida de peso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 334 Presión arterial alta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225 Prevención primaria de la hipercolesterolemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 Prevención y tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268 Poliartritis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 Poliglobulia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Proteinuria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Prurito generalizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 Púrpura: diagnóstico diferencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181 Recomendaciones prácticas para el médico de AP: palpitaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Rinitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 Síncope . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218 Síntomas físicos inespecíficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243 Soplos y ruidos cardíacos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221 Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 con antidiabéticos orales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 Tratamiento de la enfermedad de Parkinson . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 Tratamiento de la EPOC . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Tratamiento de la hipertensión arterial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 Tratamiento de la psoriasis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 Tratamiento del acné . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185 Tratamiento del asma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Tratamiento del dolor oncológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341 Trastornos del sueño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247 Tos crónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160 Úlcera genital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 Úlcera por presión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192 Vaginitis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 Vértigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 345
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