Para el repaso oral: de la Escuela del Ministerio Teocrático de Marzo y Abril de 2015 6ª Pregunta.¿Qué importante lección aprendemos del error que cometió Saúl al pensar que podía ofrecer a Jehová un sacrificio en vez de obedecerle? (1 Sam. 15:22, 23.) [30 de mzo., w07 15/6 pág. 26 párrs. 3, 4.] w07 15/6 págs. 26-27 párrs. 3, 4. Jehová valora nuestra obediencia 3 ¿Qué importancia tiene obedecer al Creador del universo? En cierta ocasión, Dios mandó al profeta Samuel que le dijera al rey Saúl: “Obedecer es mejor que un sacrificio” (1 Samuel 15:22, 23). ¿En qué sentido es mejor? Por qué es la obediencia “mejor que un sacrificio” 4 Por ser el Creador, Jehová ya es dueño de todas las cosas materiales que poseemos. ¿Habrá, entonces, algo que podamos darle? Sí, podemos darle algo muy valioso. ¿Qué es? La respuesta se desprende de esta exhortación que él nos hace: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio” (Proverbios 27:11). Podemos ofrecer a Dios nuestra obediencia. Aunque tengamos circunstancias y orígenes distintos, si somos obedientes, cada uno de nosotros podrá responder a la maliciosa afirmación del Diablo de que los seres humanos no guardamos lealtad a Dios cuando se nos somete a prueba. ¡Qué gran privilegio tenemos! CAPITULO 14: g83 8/2 págs. 20-21 “Según su fe” - 1 Samuel 14:1-23 La nación de Israel se hallaba bajo la dominación de los filisteos. El rey Saúl organizó un ejército para liberar a Israel, pero los filisteos prevalecieron y los israelitas se pusieron a cubierto. En aquel momento crítico, Jonatán, el hijo de Saúl, dijo a su escudero: ‘Crucemos a la avanzada de los filisteos. Quizás Jehová obre por nosotros.’ ‘Vamos a exponernos a ellos. Si nos dicen: “¡Suban contra nosotros!”, lo haremos, porque eso será señal de que Jehová está con nosotros.’ Se expusieron, y los filisteos exclamaron: ‘¡Los hebreos están saliendo de sus agujeros!’. Gritaron a Jonatán y a su escudero: “¡Suban a nosotros, y les haremos a saber una cosa!”. ¡Era la señal de Jehová! “Sube detrás de mi —dijo Jonatán a su escudero— porque Jehová ciertamente los dará en la mano de Israel”. Ambos comenzaron a subir hasta la avanzada de los filisteos. Puesto que el enemigo era numeroso, Jonatán y su escudero se colocaron de espalda uno al otro y pelearon con los filisteos hasta que veinte de éstos yacieron muertos por el suelo. En el momento crítico, Jehová ‘obró por ellos’. ¡Temblor de tierra! ¡Confusión! En desconcierto, filisteo peleó contra filisteo. Los israelitas salieron en multitud de sus escondites y se unieron a la batalla, y sus enemigos huyeron en confusión. LECCIÓN PARA NOSOTROS: Meditemos en las palabras: “Quizás Jehová obre por nosotros”. Fe en que Dios movería a Jonatán a tomar acción. Jehová si obró. Israel salió de su escondite, los filisteos huyeron, y “Jehová procedió en aquel día a salvar a Israel” (1 Samuel 14:23). Todo gracias a la fe de Jonatán. Los cristianos de hoy no participan en una guerra carnal como lo hicieron los siervos de Jehová de tiempos pasados. No obstante, sí necesitamos Su apoyo en las actividades cristianas que efectuamos hoy, y cuando progresamos con fe, damos a Jehová causa para que obre a favor de nosotros. Jesús dijo: “Según su fe, sucédales” (Mateo 9:29). Jehová extiende esta invitación: “Pruébenme, por favor” (Malaquías 3:10). Por eso, seamos como Jonatán y obremos según nuestra fe firme. “Quizás Jehová obre por nosotros” también. w89 1/1 pág. 24 párr. 5 Unidos bajo un pendón de amor 5. ¿Qué reconocía Jonatán respecto al guerrear teocrático? 5 Jonatán mismo peleaba también por la justicia. Había declarado que “para Jehová no hay estorbo en salvar por muchos o por pocos”. ¿Por qué? Porque reconocía que siempre es necesario buscar la guía divina para la victoria en el guerrear teocrático. Cuando, sin saberlo, Jonatán cometió una ofensa por la cual Saúl lo sentenció a muerte, aceptó aquel juicio con humildad. Felizmente, el pueblo lo redimió. (1 Samuel 14:6, 9, 10, 24, 27, 43-45.) w05 15/3 pág. 22 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel Respuestas a preguntas bíblicas: Primero de Samuel 14:24-32, 44, 45. ¿Perdió Jonatán el favor de Dios por comer miel en violación del juramento de Saúl? No parece que ese acto le acarreara la desaprobación divina. En primer lugar, él no estaba al tanto de lo que había dicho su padre. Además, sea que el juramento haya estado motivado por un falso celo o por un punto de vista erróneo sobre el poder real, ocasionó problemas al pueblo. ¿Cómo es posible que tal juramento contara con la aprobación divina? Aunque Jonatán estaba dispuesto a aceptar las consecuencias por haberlo violado, se le perdonó la vida. Levante Página 1 w94 15/4 pág. 31 Preguntas de los lectores - Preguntas de los lectores Cuando los soldados de Saúl comieron carne junto con la sangre, ¿por qué no se les dio muerte, puesto que ese era el castigo que exigía la Ley de Dios? Estos hombres violaron la ley de Dios con relación a la sangre, pero puede que se les tuviera misericordia debido a que respetaban lo que esta representaba, aunque es cierto que debieron demostrar mejor ese respeto. Considere la situación. Los israelitas, mandados por el rey Saúl y su hijo Jonatán, estaban en guerra con los filisteos. En un momento en que “los hombres mismos de Israel se hallaban en severa estrechez” durante la batalla, Saúl hizo un juramento imprudente de que sus hombres no comerían hasta vencer al enemigo. (1 Samuel 14:24.) Poco después, ese juramento creó un problema. Sus hombres estaban ganando una encarnizada batalla, pero su esfuerzo intenso empezaba a afectarlos. Tenían hambre y estaban agotados. ¿Qué hicieron en aquella apremiante situación? “El pueblo empezó a lanzarse vorazmente al despojo y a tomar ovejas y ganado vacuno y becerros y a degollarlos en la tierra, y el pueblo se entregó a comer junto con la sangre.” (1 Samuel 14:32.) Ese acto violaba la ley de Dios sobre la sangre, como algunos de los hombres de Saúl le indicaron al decir: “¡Mira! El pueblo está pecando contra Jehová, comiendo junto con la sangre”. (1 Samuel 14:33.) Sí, la Ley decía que cuando se mataba un animal, había que desangrarlo antes de comer su carne. Dios no exigió tomar medidas extremas a la hora de desangrar un animal. Sus siervos podían demostrar que respetaban el significado de la sangre desangrando hasta un grado razonable al animal. (Deuteronomio 12:15, 16, 21-25.) La sangre de los animales podía emplearse en el altar como sacrificio, pero no podía consumirse. La violación deliberada de esa ley conllevaba la pena de muerte, pues Dios dijo al pueblo: “No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre. Cualquiera que la coma será cortado”. (Levítico 17:10-14.) ¿Violaron deliberadamente la Ley los soldados del rey Saúl? ¿Mostraron una total indiferencia a la ley divina referente a la sangre? (Compárese con Números 15:30.) No hay razones para llegar a esa conclusión. El relato dice que el pueblo estaba ‘degollando los animales en la tierra y comiendo junto con la sangre’. Así que puede que hayan intentado desangrar a los animales. (Deuteronomio 15:23.) Sin embargo, debido al cansancio y al hambre, no colgaron a los animales degollados ni permitieron suficiente tiempo para que se desangraran bien. Degollaron las ovejas y el ganado vacuno “en la tierra”, lo que retardaría el desangrado, y enseguida cortaron carne de los animales, que quizás yacían sobre la sangre. De modo que, aunque hubieran tenido la intención de obedecer la ley de Dios, no cumplieron con ella del modo apropiado ni al grado adecuado. Como resultado, “el pueblo se entregó a comer junto con la sangre”, lo que constituyó un pecado. Saúl se dio cuenta de ello y mandó que se rodara una piedra grande. Dio la siguiente orden a sus soldados: “Acérquenme, cada uno de ustedes, su toro y, cada cual, su oveja, y en este lugar tienen que degollar y comer, y no deben pecar contra Jehová comiendo junto con la sangre”. (1 Samuel 14:33, 34.) Los soldados culpables obedecieron, y “Saúl procedió a edificar un altar a Jehová”. (1 Samuel 14:35.) Puede que el degollar a los animales sobre la piedra haya hecho posible que se desangraran adecuadamente. La carne de los animales se comería en otro lugar, lejos de donde habían sido degollados. Saúl tal vez empleó parte de la sangre en el altar para implorar la misericordia de Dios en favor de los que habían pecado. Por lo visto, Jehová les tuvo misericordia, pues sabía lo que los soldados habían intentado hacer a pesar de que estaban muy cansados y hambrientos. Dios quizás haya tomado también en consideración el hecho de que el juramento precipitado de Saúl colocó a sus hombres en una situación desesperada. Esta experiencia muestra que una emergencia no es excusa para hacer caso omiso de la ley divina. También nos debe ayudar a ver la importancia de pensar con detenimiento antes de hacer un juramento, pues un voto irreflexivo puede perjudicarnos personalmente y causar problemas a otras personas. (Eclesiastés 5:4-6.) w84 15/2 pág. 18 párr. 5 La Palabra de Dios se esparce por todas partes en un mundo aterrado 5. a) A pesar del contenido del “rollo”, ¿cómo le supo a Ezequiel “el rollo de un libro” cuando lo comió? b) ¿Qué clase de experiencia es para nosotros el que se ponga en nuestra boca la Palabra de Dios para que sirvamos como testigos de él? 5 El mensaje del Reino que todavía siguen proclamando los testigos de Jehová es ciertamente un mensaje desafiador, en un mundo que tiene otras inclinaciones. A ellos les ha sucedido algo parecido a la experiencia del profeta Ezequiel, cuando éste estuvo cautivo en la tierra de Babilonia, unos años antes de que Jerusalén fuera destruida por los babilonios en 607 a. de la E.C. Como al apóstol que más tarde estuvo en la isla de Patmos, a Ezequiel se le dio “el rollo de un libro”. El profeta nos dice: “Estaba escrito en el frente y por detrás; y había escritos en él endechas y gemir y plañir” (Ezequiel 2:9, 10). Después de haber obedecido las instrucciones de Dios respecto a comerse aquel “rollo de un libro”, Ezequiel comenta: “Llegó a ser en mi boca como miel por lo Levante Página 2 dulce” (Ezequiel 3:1-3). Hoy día, es un dulce privilegio para cualquiera de nosotros el que se ponga en nuestra boca la Palabra de Dios para que seamos portadores de su mensaje, prescindiendo de todo lo que contiene esa Palabra, incluso endechas, gemir y plañir. (Compare con Salmo 19:7-10.) Los testigos de Jehová estiman la Palabra revelada de Dios después de haberla comido desde el año posbélico de 1919 en adelante. Ésta los ha fortalecido, tal como la miel literal fortaleció a Jonatán. (1 Samuel 14:26, 27.) bw cap. 4 pág. 41 párr. 1 Alimento que es esencial para vida eterna 1. ¿Por qué son como miel las cosas que se declaran en la Palabra de Dios? A LA persona hambrienta, famélica, hasta un poco de miel le puede renovar las fuerzas, y puede hacer que le brillen los ojos. Se dice con toda razón de las cosas que se declaran en la Palabra de Dios que “más dulces son que la miel y la miel que fluye de los panales.” Eso se debe a los tremendos beneficios que las pautas divinas traen a la vida de los que las reciben con aprecio. (1 Samuel 14:27; Salmo 19:9-11; 119:103) Para los que obtienen la sabiduría que se expone en la Palabra inspirada, “existe un futuro, y [su] propia esperanza no será cortada.”—Proverbios 24:13, 14. w86 1/9 pág. 25 párr. 10 Respeto piadoso por la sangre 10. a) ¿Quién debería determinar cómo puede usarse la sangre? b) ¿Qué instrucciones claras dio Dios a Noé y a Israel? c) ¿Qué ejemplo muestra que la sangre es sagrada aunque surja una emergencia? 10 ¿No debería ser el justo Modelador de la humanidad, el Diseñador de la sangre, quien determine cómo se debe usar correctamente esa corriente de vida? (Job 36:3.) Eso es lo que él ha hecho, y no ha dejado duda al respecto. Él declaró a nuestro antepasado Noé: “Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer”. (Génesis 9:4.) Y al repetir su Ley a Israel, él claramente dijo: “Simplemente queda firmemente resuelto a no comer la sangre, porque la sangre es el alma y no debes comer el alma con la carne. No debes comerla. Debes derramarla sobre el suelo como agua”. (Deuteronomio 12:23, 24.) Sin duda David tenía presente este mandamiento cuando tres de sus guerreros arriesgaron su vida para poder traerle agua potable de la cisterna de Belén. Él “la derramó a Jehová” en representación de la sangre de aquellos hombres. (2 Samuel 23:15-17.) Ni siquiera en una emergencia podría pasarse por alto lo sagrado de la sangre. (Véase también 1 Samuel 14:3134.) w04 15/6 págs. 22-23 párrs. 13-14 Aceptemos la guía del Dios vivo 13, 14. a) ¿Qué es la conciencia, y cómo entra esta en juego en la cuestión de la sangre? b) ¿Qué mandato respecto al consumo de carne impuso Dios a Israel, pero qué preguntas es posible que surgieran? 13 Esta información obliga a recurrir a la conciencia al tomar decisiones. ¿Por qué? Los cristianos reconocen la necesidad de seguir la guía de Dios; sin embargo, en algunos campos deben tomarse decisiones personales y ahí entra en juego la conciencia, la capacidad inherente al ser humano para distinguir el bien del mal, generalmente desde una perspectiva moral (Romanos 2:14, 15). Todos sabemos, no obstante, que las conciencias difieren. La Biblia menciona que algunas personas tienen ‘la conciencia débil’, lo que da a entender que otras la tienen fuerte (1 Corintios 8:12). No todos los cristianos han progresado al mismo grado en lo que respecta a aprender lo que Dios dice, percibir su pensar y tener todo ello en cuenta al tomar decisiones. Ilustrémoslo con el caso de los judíos y el consumo de carne. 14 La Biblia indica con claridad que la persona que obedecía a Dios no comía carne sin desangrar. Tan importante era este mandato, que cuando los soldados israelitas comieron carne sin desangrar, aunque se trataba de una situación de emergencia, se les consideró culpables de un mal grave, un pecado (Deuteronomio 12:15, 16; 1 Samuel 14:31-35). De todas formas, es posible que surgieran ciertas preguntas. Por ejemplo, cuando un israelita mataba una oveja, ¿con cuánta prontitud debía desangrarla? ¿Tenía que degollarla para desangrarla? ¿Era necesario colgarla por las patas traseras? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Qué debía hacerse en el caso de una vaca grande? Incluso después de desangrar al animal, seguramente quedaba algo de sangre en la carne. ¿Podía comerse aquella carne? ¿Quién lo decidía? hp cap. 17 pág. 164 párr. 11 ¿Las leyes de quién pondrá usted primero? ¿Cómo podemos obedecer la ley de Dios acerca de la sangre? (9-11) 11 De manera similar, muchas personas han aceptado transfusiones de sangre en un esfuerzo por vivir más tiempo. Con frecuencia estas personas no están enteradas de que las transfusiones de sangre mismas presentan serios riesgos a la salud y que casi todo tipo de cirugía se puede efectuar sin sangre por medio de emplear otras terapias. Pero aun si pareciera que la vida estuviera en juego, ¿sería un error obedecer a Dios? La ley divina no debe ser pasada por alto ni siquiera en una emergencia.—1 Samuel 14:31-35. Levante Página 3 CAPITULO 15: w98 1/3 pág. 6 ¿Por qué piden perdón? Tal comportamiento nos recuerda a Saúl, el primer rey de Israel (1 Samuel 15:1-12). Cometió un grave error y, cuando se sacó a la luz, lo primero que hizo fue tratar de justificarse —de minimizar el error— delante de Samuel, un fiel profeta de Dios (1 Samuel 15:13-21). Finalmente, el rey tuvo que reconocer ante Samuel: “He pecado; pues he traspasado la orden de Jehová” (1 Samuel 15:24, 25). En efecto, reconoció su falta. Pero sus siguientes palabras a Samuel revelan lo que más le preocupaba: “He pecado. Ahora hónrame, por favor, enfrente de los ancianos de mi pueblo y enfrente de Israel” (1 Samuel 15:30). Por lo visto, a Saúl le preocupaba más su posición en Israel que la reconciliación con Dios. Tal actitud no resultó en que Dios lo perdonara. ¿Le parece a usted que con una actitud similar las iglesias recibirán el perdón de Dios? w07 15/6 págs. 27-28 párr. 9 Jehová valora nuestra obediencia 9. ¿Cómo demostró Saúl que se había vuelto una persona desobediente? 9 ¿Aprendió Saúl la lección? No. Más tarde, Jehová le ordenó aniquilar a la nación de Amaleq porque en el pasado esta había atacado a Israel sin provocación alguna; ni siquiera debía conservar vivos a los animales domésticos. Saúl obedeció hasta el grado de “derribar a Amaleq desde Havilá hasta Sur”. Cuando Samuel vino a su encuentro, el rey, eufórico por la victoria, le dijo: “Bendito eres tú de Jehová. He llevado a cabo la palabra de Jehová”. Pero, pasando por alto las claras instrucciones que habían recibido, Saúl y el pueblo perdonaron la vida al rey Agag y a “lo mejor del rebaño y de la vacada y a los gordos y a los carneros y a todo lo que era bueno”. Saúl justificó su desobediencia diciendo: “El pueblo le tuvo compasión a lo mejor del rebaño y de la vacada, con el propósito de hacer sacrificios a Jehová tu Dios” (1 Samuel 15:1-15). w12 15/1 pág. 19 párrs. 13-14 Lecciones que aprendemos de “la armazón [...] de la verdad” 13, 14. ¿Por qué no aceptó Jehová los sacrificios que pensaba ofrecerle el rey Saúl? 13 Como hemos visto, la Biblia indica que Jehová aprobaba las ofrendas prescritas por la Ley únicamente si se hacían con el espíritu y la actitud que él pedía. De hecho, contiene ejemplos de sacrificios que Dios rechazó. Repasemos dos de ellos y notemos por qué no fueron aceptados. 14 El profeta Samuel le señaló al rey Saúl que había llegado el momento de ejecutar la sentencia divina contra los amalequitas: tenía que exterminarlos tanto a ellos como a sus rebaños. Sin embargo, una vez que los derrotó, permitió que sus soldados conservaran con vida a Agag, el rey de Amaleq. Y lo mismo hizo con los mejores animales del rebaño, argumentando que podía sacrificárselos a Jehová (1 Sam. 15:2, 3, 21). Pero ¿cómo se sintió Dios? Le indignó tanto la desobediencia de Saúl que lo destituyó de su cargo (léase 1 Samuel 15:22, 23). De este pasaje extraemos la siguiente lección: si no obedecemos a Jehová, él no aceptará nuestros sacrificios. w05 15/3 págs. 22-23 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel Respuestas a preguntas bíblicas: Primero de Samuel 15:6. ¿Por qué mostró Saúl consideración especial a los quenitas? Los quenitas eran hijos del suegro de Moisés. Ayudaron a los israelitas después de que estos partieron del monte Sinaí (Números 10:29-32). En la tierra de Canaán, los quenitas también moraron por algún tiempo con los hijos de Judá (Jueces 1:16). Aunque posteriormente residieron entre los amalequitas y varios pueblos más, mantuvieron buenas relaciones con Israel. Con razón, pues, Saúl les perdonó la vida a los quenitas. w10 15/8 pág. 21 párrs. 3-4 Sigamos siempre “la ley de bondad amorosa” al hablar 3, 4. a) ¿Qué es la bondad amorosa? b) ¿Qué diferencias hay entre la bondad amorosa y la bondad en general (o bondad humana)? 3 Como indica su propio nombre, la bondad amorosa combina las características de la bondad y del amor. Es bondad, pues nos lleva a interesarnos por los demás y a ayudarlos con acciones y palabras consideradas. Y es amorosa, pues esa preocupación por su bienestar se debe a que los queremos. Ahora bien, el término bíblico original se refiere a algo más que a la bondad que brota del amor. Implica, además, la voluntad de apegarse lealmente a una persona y perseverar hasta lograr lo que se quiere para ella. 4 Hay otro aspecto en el que la bondad amorosa se distingue de la bondad en sentido amplio, también llamada en la Biblia “bondad humana”. Este último tipo de bondad puede expresarse a todas las personas, incluso a los extraños. Así, leemos que los habitantes de la isla de Malta trataron con bondad humana al apóstol Pablo y a otros 275 náufragos, aunque eran completos desconocidos (Hech. 27:37–28:2). Sin embargo, la bondad amorosa implica la adhesión y lealtad que existe entre quienes ya han entablado una relación. Por ejemplo, es la cualidad que les demostraron los quenitas a “todos los hijos de Israel al tiempo que subían de Egipto” (1 Sam. 15:6). Levante Página 4 w92 15/7 pág. 5 ¿Se contradice la Biblia? En vista de que Agag fue contemporáneo de Saúl, rey de Israel, ¿no era una discrepancia el que Balaam hiciera referencia a un soberano amalequita de ese nombre mucho antes? Alrededor del año 1473 a.E.C., Balaam predijo que un rey de Israel sería “más alto que Agag”. (Números 24:7.) No se vuelve a mencionar a Agag hasta el reinado de Saúl (1117-1078 a.E.C.). (1 Samuel 15:8.) Ahora bien, este hecho no constituye una discrepancia, pues “Agag” puede haber sido un título de la realeza semejante al de Faraón de Egipto. También es posible que Agag fuera un nombre común entre los soberanos amalequitas w13 15/6 pág. 27 párrs. 12-13 Déjese moldear por la disciplina de Jehová 12, 13. a) ¿Por qué cambia Dios lo que se había propuesto hacer cuando alguien se deja moldear por él? b) ¿Qué significó el hecho de que Jehová sintiera pesar en el caso de Saúl? ¿Y en el caso de Nínive? 12 La manera como Dios está dispuesto a moldearnos indica que es razonable y flexible. A veces, después de emitir un juicio justo, cambia de parecer según la reacción de los implicados. Por ejemplo, la Biblia señala que le pesó “haber hecho que Saúl reinara” (1 Sam. 15:11). Y también muestra que al ver el arrepentimiento de los ninivitas “sintió pesar en cuanto a la calamidad de que había hablado que les causaría; y no la causó” (Jon. 3:10). 13 El término hebreo que se traduce “sintió pesar” se relaciona con un cambio de actitud o intención. La actitud de Jehová hacia Saúl cambió, pues de elegirlo como rey pasó a rechazarlo. No es que se hubiera equivocado al elegirlo, sino que a Saúl le faltó fe y se volvió desobediente. El Dios verdadero también sintió pesar en el caso de los ninivitas, es decir, cambió de intención respecto a ellos. Nos consuela muchísimo saber que Jehová, nuestro Alfarero, es razonable, flexible y misericordioso, y que está dispuesto a cambiar lo que tiene pensado hacer si un pecador demuestra que está arrepentido w13 15/2 pág. 27 párr. 11 Que nada nos impida recibir la gloria de Dios 11. ¿Qué deberíamos sentir cuando nos elogian, y por qué? 11 Quienes desean ser superintendentes en la congregación o ya lo son no deben buscar las alabanzas de los demás (1 Tes. 2:6; 1 Tim. 3:1). Entonces, ¿cómo debería reaccionar un hermano cuando recibe elogios sinceros por algo que ha hecho? Está claro que no levantará un monumento en su honor, como hizo el rey Saúl (1 Sam. 15:12). Ahora bien, ¿reconoce que si no fuera por la bondad inmerecida de Jehová no lo habría conseguido y que cualquier logro futuro depende de la bendición y el respaldo divino? (1 Ped. 4:11.) Lo que sentimos cuando otros nos alaban revela qué clase de gloria estamos persiguiendo (Prov. 27:21). w04 15/2 pág. 18 párr. 12 Protejámonos del engaño 12. ¿De qué modo podemos caer en la trampa de engañarnos a nosotros mismos? 12 Es fácil caer en la trampa de engañarse a sí mismo. El corazón traicionero quizá fabrique pretextos para justificar un serio defecto de personalidad o un pecado grave (1 Samuel 15:13-15, 20, 21). También es desesperado, así que puede que busque maneras de excusar la conducta cuestionable. Echemos una mirada al campo del entretenimiento. Algunas diversiones son sanas y agradables, pero gran parte de lo que este mundo ofrece —en las películas, los programas de televisión o los sitios de Internet— es obsceno e inmoral. Es sencillo convencerse de que el esparcimiento indecente no nos perjudicará. Algunos hasta dicen: “Mi conciencia me lo permite, así pues, ¿qué problema hay?”. Sin embargo, tales individuos están “engañándose a sí mismos con razonamiento falso” (Santiago 1:22). w88 1/9 pág. 15 párr. 9 Estén firmes contra las maquinaciones de Satanás 9. ¿Qué resultado lamentable pudiera tener el que no nos examináramos ni efectuáramos los cambios debidos? 9 ¿Estamos dispuestos a vernos como otros nos ven... especialmente como nos pudiera ver Dios, o quizás Satanás? Eso exige un examen y una evaluación honrados de nosotros mismos, y el deseo de hacer un cambio. Es muy fácil engañarse uno a sí mismo. (Santiago 1:23, 24.) ¡Y cómo buscamos razones a veces para justificar nuestro propio proceder! (Compárese con 1 Samuel 15:13-15, 20, 21, 24.) ¡Y qué fácil es decir: “Pues, nadie es perfecto”! Eso es precisamente lo que Satanás sabe, y se aprovecha de nuestra imperfección. (2 Samuel 11:227.) ¡Qué triste es llegar a la edad mediana y darse cuenta de que, debido a la manera despótica, impersonal o falta de bondad de haber tratado uno a otros a través de los años, ha quedado sin amigos; o darse cuenta de que ha hecho poco o nada para contribuir a la felicidad de otras personas! Puede que sutilmente Satanás haya usado nuestro egoísmo innato para cegarnos durante toda la vida. No hemos captado la esencia de la verdadera mente de Cristo: el amor, la compasión y la bondad. (1 Juan 4:8, 11, 20.) Levante Página 5 w93 15/12 pág. 30 ¿Recuerda usted? ¿Qué ejemplos bíblicos muestran que la manera como nos enfrentamos a nuestras equivocaciones puede afectar nuestra vida? El rey Saúl rechazó tercamente el consejo, sus errores se multiplicaron y finalmente murió sin el favor de Dios. (1 Samuel 15:17-29.) Por otro lado, el rey David, a pesar de sus errores y pecados, aceptó con arrepentimiento la corrección y permaneció fiel a Jehová. Estos ejemplos bíblicos muestran que el reconocer nuestras equivocaciones nos ayudará a mantener una buena relación con Dios y, por lo tanto, a tener la perspectiva de la vida eterna. (Salmo 32:1-5.)—15/11, páginas 29, 30. w89 1/8 págs. 25-26 párr. 11 La desobediencia humana no invalida las perspectivas de vida en el Paraíso 11. ¿Qué hechos sobre la obediencia ilustran que Adán merecía la sentencia de Dios contra él? 11 Aquella sentencia significó que la pena de muerte se ejecutaría en el hombre prescindiendo del efecto de esto en el propósito divino de que hubiera una Tierra paradisíaca llena de hombres y mujeres perfectos que moraran juntos en amor y paz y cultivaran y atendieran para siempre el jardín paradisíaco por toda la Tierra. El hombre había escuchado la voz de su mujer en vez de la voz de Dios, que le había dicho que no comiera del árbol prohibido, el “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”. Y si él mismo no había obedecido la voz de su Dios y Creador, ¿enseñaría consecuentemente a sus hijos que hicieran eso? ¿Sería su propio ejemplo algo de lo cual hablar al enseñarles a obedecer a Jehová Dios? (Compárese con 1 Samuel 15:22.) w92 1/8 pág. 18 párr. 18 ¿Cómo está corriendo usted la carrera de la vida? 18. a) ¿Qué sería comparable a ‘herir el aire’ en nuestro caso? b) ¿Por qué es ese un proceder peligroso? 18 Trazando un paralelo con otra disciplina atlética, Pablo pasa a decir: “La manera como estoy dirigiendo mis golpes es como para no estar hiriendo el aire”. (1 Corintios 9:26b.) En nuestra lucha por la vida tenemos muchos enemigos, entre ellos Satanás, el mundo y nuestra propia imperfección. Como un boxeador de tiempos antiguos, debemos estar preparados para derribarlos con golpes bien dirigidos. Afortunadamente, Jehová Dios nos entrena y nos ayuda en la lucha. Nos provee instrucciones en su Palabra, en las publicaciones basadas en la Biblia y en las reuniones cristianas. Sin embargo, si leemos la Biblia y las publicaciones y vamos a las reuniones, pero no ponemos en práctica lo que aprendemos, ¿no estamos desaprovechando nuestro esfuerzo, “hiriendo el aire”? Esto nos coloca en una posición muy peligrosa. Nos parece que estamos luchando y llegamos a tener un falso sentido de seguridad, pero no estamos derrotando a nuestros enemigos. Por ello el discípulo Santiago exhortó: “Háganse hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándose a sí mismos con razonamiento falso”. Tal como ‘herir al aire’ no incapacita a nuestros enemigos, tampoco el ser “solamente oidores” nos asegura que estemos haciendo la voluntad de Dios. (Santiago 1:22; 1 Samuel 15:22; Mateo 7:24, 25.) w94 15/1 pág. 16 párr. 4 Pastores y ovejas en una teocracia 4. ¿Qué mala actitud manifestaron Adán, Eva y Saúl, y de qué manera demuestran los cristianos una actitud diferente? 4 Adán y Eva perdieron el Paraíso porque quisieron decidir por sí mismos qué era correcto y qué era incorrecto. El caso de Jesús fue exactamente lo opuesto. Dijo: “No busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Los cristianos buscan lo mismo. (Juan 5:30; Lucas 22:42; Romanos 12:2; Hebreos 10:7.) Saúl, el primer rey de Israel, obedeció a Jehová, pero solo en parte, y por eso fue rechazado. Samuel le dijo: “El obedecer es mejor que un sacrificio, el prestar atención que la grasa de carneros”. (1 Samuel 15:22.) ¿Es teocrático hacer la voluntad de Jehová hasta cierto grado, tal vez predicando con regularidad y asistiendo a las reuniones, y luego transigir en asuntos morales o de alguna otra forma? ¡Por supuesto que no! Nos esforzamos ‘de toda alma en hacer la voluntad de Dios’. (Efesios 6:6; 1 Pedro 4:1, 2.) A diferencia de Saúl, nos sometemos completamente a la gobernación de Dios. w94 15/1 pág. 16 párr. 4 Pastores y ovejas en una teocracia 4. ¿Qué mala actitud manifestaron Adán, Eva y Saúl, y de qué manera demuestran los cristianos una actitud diferente? 4 Adán y Eva perdieron el Paraíso porque quisieron decidir por sí mismos qué era correcto y qué era incorrecto. El caso de Jesús fue exactamente lo opuesto. Dijo: “No busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Los cristianos buscan lo mismo. (Juan 5:30; Lucas 22:42; Romanos 12:2; Hebreos 10:7.) Saúl, el primer rey de Israel, obedeció a Jehová, pero solo en parte, y por eso fue rechazado. Samuel le dijo: “El obedecer es mejor que un sacrificio, el prestar atención que la grasa de carneros”. (1 Samuel 15:22.) ¿Es teocrático hacer la voluntad de Jehová hasta cierto grado, tal vez predicando con regularidad y asistiendo a las reuniones, y luego transigir en asuntos morales o de alguna otra forma? ¡Por supuesto que no! Nos esforzamos ‘de toda alma en hacer la voluntad de Dios’. (Efesios 6:6; 1 Pedro 4:1, 2.) A diferencia de Saúl, nos sometemos completamente a la gobernación de Dios. Levante Página 6 w95 15/6 pág. 14 párrs. 6-7 ¿Qué lo motiva a servir a Dios? 6, 7. a) ¿De qué manera ha atacado Satanás insidiosamente el círculo familiar, y por qué? (2 Corintios 2:11.) b) ¿Cómo puede la crianza que recibimos influir en nuestra actitud con respecto a la autoridad divina? 6 Satanás quiere impedir que cultivemos la cualidad esencial del amor. Uno de los métodos que ha empleado para lograrlo es atacar el círculo familiar. ¿Por qué? Porque en él se producen las primeras impresiones sobre el amor y las más perdurables. Satanás conoce bien el principio bíblico de que lo que la persona aprende durante la niñez puede serle de valor en la vida adulta. (Proverbios 22:6.) Intenta insidiosamente distorsionar nuestro concepto del amor desde tierna edad. El “dios de este sistema de cosas” logra su objetivo cuando los hijos se crían en hogares que no son refugios de amor, sino campos de batalla donde reinan la amargura, la ira y el habla injuriosa. (2 Corintios 4:4; Efesios 4:31, 32; 6:4, nota; Colosenses 3:21.) 7 El libro Cómo lograr felicidad en su vida familiar indica que la manera como el padre desempeña su papel “puede tener [un] efecto marcado en la actitud que más tarde adopten sus hijos para con la autoridad, tanto humana como divina”. Un cristiano que fue criado por un padre autoritario y severo admite: “Para mí es fácil obedecer a Jehová; pero es mucho más difícil amarlo”. Claro está que la obediencia es de suma importancia, pues a los ojos de Dios “el obedecer es mejor que un sacrificio”. (1 Samuel 15:22.) Pero ¿qué puede ayudarnos a no solo obedecer, sino a cultivar un amor a Jehová que nos motive a adorarlo? w02 1/10 págs. 12-13 párr. 4 Jehová bendice y protege a quienes le obedecen 4. ¿Cómo quedó claro en 70 E.C. que Jehová había abandonado a Jerusalén? 4 Jehová abandonó al renegado pueblo de Israel, lo cual quedó trágicamente claro en 70 E.C., año en que los ejércitos romanos, con la imagen de un águila en sus estandartes enarbolados, se lanzaron sobre Jerusalén. Aquello causó una gran masacre, dado que la ciudad estaba abarrotada de judíos que habían acudido con motivo de la celebración de la Pascua. Sus numerosos sacrificios no les granjearon el favor divino. Fue un amargo recordatorio de las palabras que Samuel dirigió al desobediente rey Saúl: “¿Se deleita tanto Jehová en ofrendas quemadas y sacrificios como en que se obedezca la voz de Jehová? ¡Mira! El obedecer es mejor que un sacrificio, el prestar atención que la grasa de carneros” (1 Samuel 15:22). w08 15/2 págs. 4-5 párrs. 9-10 Tengamos siempre presente a Jehová *** 9, 10. a) ¿Qué ejemplo dejaron las hijas de Zelofehad? b) ¿Qué pueden aprender los cristianos solteros de la obediencia de estas israelitas? 9 Si tenemos siempre presente a Jehová, le obedeceremos en todo y como resultado recibiremos abundantes bendiciones (Deu. 28:13; 1 Sam. 15:22). En efecto, debemos estar prestos a obedecer a Jehová. Pensemos en la actitud que demostraron las cinco hijas de Zelofehad, que vivieron en el tiempo de Moisés. La costumbre entre los israelitas era que la herencia familiar pasara a los hijos, y no a las hijas. Pero como Zelofehad murió sin hijos varones, Jehová ordenó que se entregara la herencia a sus hijas. Sin embargo, había una condición que respetar: debían casarse exclusivamente con hombres de la tribu de Manasés, de modo que la herencia no pasara a ninguna otra tribu (Núm. 27:1-8; 36:6-8). 10 Las hijas de Zelofehad estaban seguras de que las cosas saldrían bien si obedecían a Dios. La Biblia señala: “Tal como Jehová había mandado a Moisés, de esa manera lo hicieron las hijas de Zelofehad. Por consiguiente, Mahlá, Tirzá y Hoglá y Milcá y Noá, las hijas de Zelofehad, llegaron a ser las esposas de los hijos de los hermanos de su padre. Llegaron a ser esposas de algunos de las familias de los hijos de Manasés hijo de José, para que la herencia de ellas continuara junto con la tribu de la familia de su padre” (Núm. 36:10-12). Estas mujeres obedientes siguieron las órdenes de Jehová (Jos. 17:3, 4). Hoy día los cristianos solteros que son espirituales hacen lo mismo: confían en Dios y lo obedecen casándose “solo en el Señor” (1 Cor. 7:39). w05 15/3 págs. 22-23 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel Lecciones para nosotros: Primero de Samuel 15:22-25, 30. Tengamos cuidado de no caer en alguna forma de conducta insolente, sea que se evidencie en la desobediencia o en una actitud arrogante (Proverbios 11:2). w89 1/1 pág. 20 párr. 9 “A Jehová pertenece la batalla” 9. En la actualidad, ¿quiénes han actuado en correspondencia con el modo de obrar del rey Saúl, y de qué maneras? 9 ¿Dónde entra en este cuadro el rey Saúl? Antes, debido al espíritu rebelde de Saúl, Jehová se había resuelto a ‘arrancar de él el regir real de Israel’. (1 Samuel 15:22, 28.) Ahora Saúl no había sostenido la soberanía de Jehová frente al desafío de Goliat. Además, después procedió a perseguir a David, el vencedor de Levante Página 7 Goliat y aquel a quien Jehová había ungido para reemplazar al linaje gobernante de Saúl. ¡Cuán notablemente se ha conformado el clero de la cristiandad a esa manera de actuar! Sus miembros se han rebelado contra la verdad bíblica, pues son parte de la gran apostasía que ‘no obedece las buenas nuevas’ acerca de nuestro Señor Jesús y su Reino entrante. Han fracasado por completo en cuanto a apoyar la soberanía universal de Jehová y han perseguido enconadamente a los testigos ungidos de Jehová y a sus compañeros, la gran muchedumbre. Jehová eliminará a esos apóstatas ‘en su furor’. (2 Tesalonicenses 1:6-9; 2:3; Oseas 13:11.) w02 1/8 págs. 10-11 párr. 8 Sumisión leal a la autoridad divina 8. a) ¿Quién era Coré? b) ¿Qué hechos quizá lo indujeran a ver a los sacerdotes desde una óptica puramente humana? 8 Coré no era el cabeza de la casa paterna de Leví, como tampoco lo era de las familias de los qohatitas (Números 3:30, 32). No obstante, era un jefe respetado en Israel cuyos deberes tal vez lo pusieran en estrecho contacto con Aarón y sus hijos (Números 4:18, 19). Al ver por sí mismo las imperfecciones de estos hombres, puede que pensara: “¡Con lo imperfectos que son estos sacerdotes... y encima tengo que someterme a ellos! No hace mucho, Aarón fabricó un becerro de oro, y nuestro pueblo cayó en la idolatría por adorarlo. ¡Y ahora resulta que Aarón, el hermano de Moisés, es el sumo sacerdote! ¡Qué favoritismo! ¿Y Nadab y Abihú, los hijos de Aarón? Tanta falta de respeto mostraron por sus privilegios, que Jehová mismo les dio muerte” (Éxodo 32:1-5; Levítico 10:1, 2). Sin importar cuáles fueran los pensamientos de Coré, está claro que comenzó a ver el sacerdocio desde una óptica humana, y eso lo indujo a rebelarse contra Moisés, contra Aarón y, en definitiva, contra Jehová (1 Samuel 15:23; Santiago 1:14, 15). w93 15/7 pág. 20 párr. 11 ¿Cómo podemos suministrar virtud a nuestra fe? 11. ¿Cómo hablaremos si somos virtuosos, y qué ejemplo nos dan Jehová Dios y Jesucristo? 11 Si nuestros pensamientos son virtuosos, deberían tener un efecto profundo en lo que decimos. La virtud requiere que nuestra habla sea limpia, sana, veraz y edificante. (2 Corintios 6:3, 4, 7.) Jehová es “el Dios de la verdad”. (Salmo 31:5.) Es fiel en todos sus tratos, y sus promesas son seguras porque no puede mentir. (Números 23:19; 1 Samuel 15:29; Tito 1:2.) El Hijo de Dios, Jesucristo, está “lleno de bondad inmerecida y verdad”. Cuando estuvo en la Tierra, siempre habló la verdad tal como la había recibido de su Padre. (Juan 1:14; 8:40.) Además, Jesús “no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño”. (1 Pedro 2:22.) Si verdaderamente somos siervos de Dios y de Cristo, hablaremos la verdad y obraremos con rectitud, como si estuviéramos “ceñidos con la verdad”. (Efesios 5:9; 6:14.) Toda la información ha sido sacada de la Watchtower Library 2013 Este archivo, es simplemente una ayuda para nuestra preparación, el propósito principal de esto, es que investiguemos más nosotros. (km 99-2006) Levante Página 8
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