r RevistaForo Orlando Fals Borda: Investigación y Acción 33 Gustavo I. de Roux, profesor universitario e investigador, ex ministro de Salud Todos contra el computador: IAP y la lucha de afrocolombianos por servicios públicos Gustavo I. de Roux Nota: Este escrito m e fue solicitado por Orlando Fals en 1990 para el Jibro Action and K now ledge: Breaking the M onopoly with Participatory Action Research (Nue va York: The Apex Press, 1991), compilado por Fals Borda, O. y Rahman, IVf.A. El títu lo original del artículo es «Together against the Computer: Participatory Action Research in the Struggle of Afrocolombians for Public Services». I. Introducción El relato que a continuación se presenta fue producto de una experiencia de investigación-acción participativa realizada por gru pos de afrodescendientes de comunidades del sur del valle geográfico del río Cauca, con la colaboración de agentes externos de una ONG. Es importante señalar, ante todo, que la motivación para investigar no la cons tituyó el conocimiento mismo, sino el dotar con nuevos insumos un proceso de lucha tan viejo como la llegada de la energía a la re gión. Es decir, el conocimiento tuvo funda mentalmente una función instrumental, que lo subordinó a la necesidad de transformar condiciones sociales vigentes. Como es frecuente en procesos de in vestigación que se articulan a dinámicas vi tales y a las expectativas de la gente, fue aquí también la indignación, el descontento 34 Orlando Fals Borda: Investigación y Acción y la predisposición para la acción, los que pusieron en movimiento corrientes que en un momento dado apelaron a la necesidad de investigar. En otras palabras, el tema de la investigación y sus tiem pos fueron de term inados por las pulsaciones cotidianas, por intereses presentes y por la im portan cia que le daba la gente a intervenir sobre las condiciones que la afectaban. Tam bién en este caso, com o suele suceder en cir cunstancias análogas, la investigación ca balgó sobre la m archa de la vida pues esta no se detiene m ientras se la investiga. Este hecho dificulta establecerle fe cha cronológica al com ienzo de la investi gación. Siendo generosos se podría sus tentar que la gente, al observar ininterrum pidam ente la realidad desde sus m arcos culturales de referencia, interpretarla, con cluir y actuar sobre ella, elabora conoci m iento y que, por ser éste un proceso con tinuo, difícilm ente se deja aprisionar en tre aristas tem porales rígidas. Uq proce so tal no requiere necesariam ente de la presencia de investigadores externos para convertirse por ese hecho en una investi gación-acción participativa. D esafortuna damente la m itificación de la investigación ha llegado a concebirla com o legítim a so lam ente cuando es realizada por e x p er tos, no cuando la gente elabora saber en sus procesos de supervivencia y los re gistra en su acerbo cultural. La investigación que aquí se relata no tuvo orígenes precisos en el tiempo, en la medida que constituyó un procedim iento para fortalecer un proceso en curso que, con altibajos, traía su propia dinámica. Pero en aras a enm arcarla en una tem poralidad se podría plantear que se inició cuando a co m ienzos de 1981 algunos pobladores de Villarrica — un poblado de afrodescendientes del norte del departamento del Cauca— , or ganizados en un Comité de Usuarios de Servi cios Públicos, decidieron promover una ac ción colectiva para solucionar el problema de la energía. Esa decisión significaba tener que reflexionar sobre el problema y revisar colectivamente los resultados obtenidos en la ejecución de las acciones planeadas. Revista Foro II. El problema de la energía y la necesidad de investigar La comunidad de Villarrica tuvo proble mas con el servicio de energía casi desde su instalación a comienzos de la década de los cincuenta. Inicialmente la gente toleró las de ficiencias por considerarse favorecida con el alumbrado, pero poco a poco y en la medida en que la energía fue haciéndose indispensa ble, empezó a reclamar en forma ocasional e individual por la mala calidad del servicio. Las primeras protestas colectivas a mediados de los años setenta, se orientaron a presionar por el mejoramiento del servicio. En los primeros años de la década de los ochenta, por efecto de la crisis económica, la empresa regional reajustó las tarifas y cesó de financiar el tendido de redes e instalación de transform adores. Además, la población comenzó a evidenciar que los cobros men suales reflejaban variaciones en los consu mos de un mes a otro que no podían corres ponderse con la realidad. Además, notó que en los meses de junio y diciembre, cuando la empresa de energía debía cumplir con el pago de primas, las cuentas eran más elevadas. Frente a estas situaciones se multiplica ron los reclamos individuales pero la empre sa sim plem ente acum ulaba las deudas no canceladas, amenazaba con el corte de ener gía y cobraba un interés de mora. En una ocasión en que varias personas fueron a en trevistarse con el ingeniero jefe de zona, este les respondió que los cálculos se hacían utili zando un com putador y que “el computador no se equivocaba” . Convencidos de que el computador por ilustrado y respetable que fuese sí se estaba equivocando pero a favor de la empresa y que los reclamos individuales solamente pro ducían frustraciones, un grupo de personas decidió conform ar un Comité de Usuarios de Servicios Públicos y asumir el liderazgo en la lucha por el derecho a un buen servicio de energía a precios que se compadeciesen con la situación económica de la población. El comité consideró que era necesario for talecer la capacidad de negociación de la población y que para eso se requeriría: 1) acó- i Revista Foro Orlando Fals Borda: Investigación y Acción piar razones y argumentos que reflejaran y sustentaran el punto de vista de la gente y se erigieran en pruebas incontestables para derrotar al computador, y 2) estimular la par ticipación comunitaria y los procesos de orga nización como forma de presión y garantía para que la empresa cumpliera sus compromisos. Las experiencias anteriores habían demostra do que la participación coyuntural e inorgánica se esterilizaba rápidamente. III. Consideraciones sobre el método 1. A diferencia de ejercicios de investi gación convencional que desde diferentes concepciones ensayan a generar conoci miento sobre realidades sociales, en el ejer cicio de I-AP realizado por el comité se pre tendió activar la producción de un conoci miento que contuviera además claves para la acción y en cuyo desenvolvimiento ocu rrieran necesariam ente transform aciones individuales y sociales. Este hecho de por sí tiene que tener profundas implicaciones so bre el método, puesto que suponía que las form as de elaboración del saber tu vie ran efectos inmediatos sobre la dinámica social. En otras palabras, se trataba no sola mente de generar conocimiento sobre la pro blemática de la energía sino además que tan to su proceso de elaboración como el cono cimiento mismo generado tuviesen efecto li berador. Esto significaba ensayar una m e todología que: En el plano racional, facilitara suble var el saber cautivo de la gente y que, al ha cerlo, liberara su pensamiento y su palabra estimulando la creatividad y el desarrollo de su capacidad analítica y crítica. Es decir, se necesitaba desencadenar una experiencia de investigación que desarrollara las potenciali dades de los sujetos intervinientes para que no solamente miraran la realidad sino que la vieran, en aras a modificar su inserción en el contexto y alterar sus relaciones con él. Si los sujetos no solamente sufrían la realidad sino que la descubrían, era posible que la vi vieran de otra manera. En el plano emocio n a l, lib e ra ra se n tim ie n to s , e s tim u la ra eclosiones internas que liberaran energía para la a c ció n . Se n e c e s ita b a un p ro ce so sentipensante, como insistía Fals Borda, una metodología que conmocionara simultánea mente los dos niveles — el racional y el emo cional— para que la gente afincara en emo ciones profundas sus racionalizaciones ela boradas en el proceso de investigación. Pero además, el proceso de producción de c o n o c im ie n to d e b e ría te n e r e fe c to movilizador, reafirmando a la gente como su jetos capaces de transformar la realidad. En 35 36 Orlando Fals Borda: Investigación y Acción ese sentido, su desenvolvimiento debía con tribuir a ejercer un efecto disolvente sobre la estructura de poder, al menos como se la expresaba localmente. Era necesario enton ces que la palabra de la gente adquiriese poder asertivo para mejorar su capacidad de negociación y que en el proceso de produc ción de conocimiento se estimulara la am pliación de espacios para el ejercicio de la democracia de base y se contribuyera a for talecer a las organizaciones comunitarias. mente, podía pasar así, como de hecho ocu rrió, a hacer parte del patrimonio ideológico de la gente. 3. Ensayando a distinguir momentos en el proceso de investigación realizado, se po drían distinguir al menos tres relacionados con elaboraciones colectivas de: 1) una narraciónespejo, 2) códigos estratégicos, y 3) un pen samiento propio. Estos momentos no corres pondieron a etapas rígidas ni se trabajaron secuencial ni separadamente, pues: 2. Estas condiciones determinaron que i) Tejer una narración-espejo que ofre se privilegiara la gestación y procesamien ciera claves para el diseño de estrategias de to colectivo de conocimiento dentro de dos acción, constituyó un elemento central del tipos de escenarios sociales: proceso. Consistió en la elaboración colecti va de un discurso común en el que la mayo i) Eventos comunitarios y regionales de variada índole, en los que la gente intervenía ría pudiera ver reflejado su problema indivi en la discusión y análisis del problema y en dual con la energía y con el cual, por dicha el diseño de estrategias para su solución. Los razón, se pudiera identificar. Ese proceso se realizó fundamentalmente haciendo énfasis eventos culturales mostraron ser excelentes sobre dos aspectos: oportunidades para que la gente ordenara y pusiera a circular un conocimiento, haciendo La socialización de experiencias indi gala de mucha creatividad, expresándolo a viduales en escenarios colectivos (reunio través de sus formas y códigos particulares. nes, asambleas, foros y eventos) usualmente Pero sobre todo, al contribuir a afirmar la presentadas con carácter de denuncia. En cultura propia, conmocionó a la gente, m oti esos escenarios los participantes se referían vándola para participar. a sus situaciones particulares a través de ii) Reuniones y asambleas que congre anécdotas que con frecuencia intercalaban gaban a las personas de la comunidad perió juicios a la empresa y sugerencias para la dicamente y en las que se hacía reflexión acción. O se daban ocasiones en que grupos colectiva. En ellas se hacían aportes expre de personas, a través de pequeñas obras de sados con frecuencia a través de metáforas, teatro, poesías o canciones, expresaban su analogías, refranes y anécdotas, que eran percepción sobre el problem a. La agrega auditadas por los participantes quienes las ción y ordenamiento de percepciones e in confrontaban, contrastaban, com paraban, terpretaciones, así com o la extracción de confirmaban o criticaban. conclusiones iniciales, le fueron permitiendo al comité elaborar una prim era versión de la La acumulación de observaciones y la problemática. obtención colectiva de conclusiones acriso ladas en un esfuerzo también colectivo de La ampliación del conocimiento sobre selección y de síntesis permitió efectuar una la problem ática de la energía. El com ité inserción aguda en la problemática, captán promovió una cam paña para recoger reci dola en su historicidad. En ese proceso el bos de energía, colocando «ollas de recibos» lenguaje dejó de ser un simple vehículo para en las que la gente depositó recibos a mon transmitir opiniones inconexas, como suce tones. Luego, con ayuda de jóvenes univer de cuando las personas responden individual s ita rio s , p ro ce só la in fo rm a c ió n sobre mente a encuestas o entrevistas, para con conconsumos, valores imputados al kilovatio vertirse en resorte de la fabricación de un y valores del consumo mensual. Se tuvo así pensamiento. El conocimiento producido so una muestra representativa que corrobora cialmente, auditado y legitimado colectiva ba con información factual las apreciacio Revista Foro Revista Foro Orlando Fals Borda: Investigación y Acción nes sujetivas de la gente. Esto permitió evi denciar incoherencias del «computador» de la empresa y elaborar pruebas irrefutables de sus malos oficios. El conocimiento generado en este pro ceso permitió enriquecer la narración origi nal complementándola con datos. El discur so inicial, fundamentalmente emotivo y que reflejaba una crítica ética, se transformó sin perder su lenguaje ni su fuerza en una evi dencia que expresaba una crítica social. Par te de la información procesada colectiva mente fue traducida a un “pliego de exigen cias” fuertemente sustentado con las evi dencias allegadas. Este, constituyó el arse nal con el que la gente se presentó a nego ciar exitosamente con los representantes de la empresa. ii) D etectar y reelaborar códigos es tratégicos. La narración-espejQ aportó ele mentos sobre el qué hacer, contenido en buena medida en el «pliego de exigencias». Pero en relación con el cómo adelantar la negociación acompañada de móvilizacion social amplia se derivaron claves de: La revisión colectiva de la historia de lucha del negro en la región, de las ex periencias o rg a n iza tiv a s p r e v ia s , a s í como del análisis de los logros y fr a c a sos anteriores. Derivar lecciones de la ac ción implicaba no solamente reflexionar so bre la problemática de la energía, sino enri quecer el conocimiento fisgoneando en la herencia de recuerdos comunes sobre las luchas en las que el negro había participado. Retomar la vieja tradición libertaria signifi caba reafirmar la capacidad de la gente y de la etnia para defender sus derechos. La evaluación en asambleas y reunio nes periódicas sobre el accionar en la eje cución de las tareas. Este ejercicio, reali zado en forma continua, permitió que la gente conociera mejor la dinámica de sus comuni dades, los mecanismos existentes de con trol político y los obstáculos a la participa ción comunitaria. La reflexión sobre la ac ción permitió derivar enseñanzas para cua lificar la participación. En este nivel de aná lisis se priviligió una vertiente de conocimiento que iba más allá de lo factual, más allá del problema, por cuanto hacía énfasis en el des cubrimiento colectivo de los mejores cami nos para la acción. Fue esta dimensión la que más aportó para que la gente avanzara en el c o n o c im ie n to de sí m ism a, se autocaracterizara y descubriera las posibili dades que ofrecía el adelantar su lucha en forma organizada. iii) Elaborar un pensamiento propio o alternativo como consolidación del conoci miento generado y grabarlo en la conciencia de la gente, fue también parte sustantiva del proceso. 37 38 Orlando Fals Borda: Investigación y Acción En primer lugar, porque el desarrollo de un ideario permitiría ir más allá del problema inmediato de la energía y reubicarlo dentro del espectro de derechos básicos de la pobla ción. Luego, porque un pensamiento propio, compartido, constituiría el fundamento que po dría darle unidad de sentido a diversas reivin dicaciones, a la par que obraría como elemento cohesionador de diferentes sectores y grupos. Finalmente, porque cualquier posibilidad de continuidad del proceso requeriría afirmar conceptos y valores en cuya elaboración hu biese participado la gente, como condición para afianzarlos en su propia conciencia. Si el pensamiento alternativo debía ser producto de un esfuerzo colectivo realizado a lo largo del proceso de investigación, había que negar toda posibilidad de adoctrinamiento o de imposición ideológica. En ese sentido, el pensamiento no podía ser una receta o un conjunto de fórmulas y eslóganes que la gen te pudiera memorizar y repetir acríticamente, sino un pensamiento sencillo que contuviera los elementos mínimos para iluminar y esti mular la lucha por sus derechos. Algunos elementos que se fueron acri solando en el proceso y que fueron constitu yéndose en ingredientes del pensamiento al ternativo tuvieron que ver con: Revista Foro — La reivindicación de intereses popu lares. — La valoración de la historia y la cul tura propias... — El rechazo a la discrim inación y la opresión. — La importancia de reconstituir formas dem ocráticas de representación. — La solidaridad com o valor. — La reafirmación del derecho a la liber tad, a ser diferentes, al trabajo y a la tierra. De común ocurrencia es que en la Inves tigación-Acción Participativa se hable de “de volución” del conocimiento generado. Pero si el conocimiento es generado con la misma gente, ¿se lo puede devolver? El sentido de la investigación aquí referenciado fue el de ge nerar, con ella, conocimiento útil para agen ciar sus reivindicaciones. Un conocimiento que fundam entara su argum entación en la negociación de sus condiciones de bienestar y que contribuyera además al desarrollo de la capacidad de sus organizaciones para actuar como actores eficaces en la defensa de los derechos ciudadanos. ISSN 0121-2559 Revista Foro Bogotá, D. C. - Colombia No. 65 Octubre de 2008 Valor $10.000 Main Stacks 980.005 REF no. 65 (2008) ____ Jo Fals Borda: Investigación y acción ISSN 0121-25559 Ediciones Foro Nacional por Colombia
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