Patología renal, vesical, de las vías urinarias y aparato genital masculino.

Patología renal, vesical, de las vías
urinarias y aparato genital masculino.
Análisis retrospectivo a 10 años.
Revisión de casos, actualización de la
bibliografía y aplicación de nuevos
conceptos.
Autores:
- Dra. Alonso Graciela
- Dr. Bravo Guillermo
- Dra. Pappalardo Cristina
- Dra. Polino María Rosa
- Dra. Scínica Elsa
- Citotécnico Gutierrez Cristián
Hospital Vélez Sarsfield
Introducción
La patología urogenital masculina es muy amplia. Dentro de los
tumores génito-urinarios, los más frecuentes, son los que se
originan en la próstata y vejiga, seguido de los tumores de riñón.
Los tumores testiculares son muy infrecuentes, aunque tienen gran
importancia debido fundamentalmente a dos factores: la edad de
presentación, generalmente entre los 20 y 40 años y su gran quimio
y radiosensibilidad que les confiere una elevada probabilidad de
curación, aún cuando se presenten como enfermedad diseminada.
Dada sus características particulares y su orígen embriológico
diferente del resto de tumores urológicos forman parte de los
tumores germinales. El cáncer de testículo representa el 1% de
todos los tumores malignos. La gran mayoría de los casos son
detectados por el propio paciente. Los síntomas incluyen: masa
palpable (generalmente indolora), dolor o pesadez en un testículo,
dolor sordo en el bajo vientre o la ingle, aumento o disminución
significativos del tamaño de un testículo, repentina acumulación de
fluido en el escroto y ligero agrandamiento o molestias en los
pezones. No produce síntomas generales que pueden hacer
sospechar de un problema médico.
El diagnóstico se realiza mediante ultrasonidos con una ecografía
de los testículos y si lo hay, su extensión por rayos X y TAC.
Además en un análisis de sangre se miden los marcadores
serológicos tumorales específicos: AFP, GCH-β y LDH que
proporcionan mayor evidencia sobre el tipo de tumor y su extensión
para seguir su evolución y la efectividad del tratamiento. La biopsia
o PAAF del testículo está contraindicada en general, puesto que
puede facilitar la dispersión del tumor por una ruta que no es la
habitual y está indicada en pacientes con tumores retroperitoneales
o mediastinales. Los factores de riesgo son: Cáncer previo en el
otro testículo, edad (entre los 15 y 40 años), criptorquidia (aumenta
hasta 14 veces el riesgo), raza blanca (en el norte de Europa),
hermano que haya tenido cáncer de testículo y subfertilidad. El
carcinoma de próstata es la causa más común de cáncer en el
varón. En los países industrializados supone el 20-25% de todos los
tumores malignos nuevos diagnosticados por año y representa la 3º
causa de muerte por cáncer en el varón. La incidencia del cáncer de
próstata se va elevando progresivamente siendo actualmente del
90/100.000 en los varones. La edad media del diagnóstico es de 70
años, siendo excepcional su diagnóstico antes de los 40 años. Su
incidencia va aumentando progresivamente con la edad, de tal
1
manera, que constituye un hallazgo habitual en las autopsias de
varones mayores de 80 años.
La etiología es desconocida, aunque se consideran factores de
riesgo edad superior a 50 años, raza blanca, antecedentes
familiares, exposición profesional al cadmio principalmente. Sin
exhibir una correlación significativa, también se le atribuye un cierto
riesgo a factores como el hábito tabáquico, influjo hormonal,
hiperplasia benigna de próstata, status socioeconómico, dieta y
hábitos sexuales.
Aproximadamente en el 80% de los pacientes se presenta como
enfermedad localizada en el momento del diagnóstico. La mayoría
se presentan asintomáticos o refieren únicamente sintomatología
urinaria inespecífica. Durante los últimos años, gracias a la
generalización del uso del antígeno prostático específico (PSA)
como marcador capaz de detectar la existencia de tumores
prostáticos cuando éstos están aún en fase preclínica, se ha
observado un aumento de tumores en fases tan precoces, que
únicamente han podido evidenciarse tras el estudio patológico de
biopsias “a ciegas” de ambos lóbulos prostáticos (Estadío T1C). Ha
ello han contribuido especialmente las campañas de detección
precoz y de divulgación promovidos por los distintos servicios de
Urología y la colaboración de los equipos de atención primaria.
En cuanto al diagnóstico, es obligada la realización de una correcta
exploración física que incluya el tacto así como la confirmación
histológica mediante biopsia de la existencia de un carcinoma
prostático. El estudio de extensión mínimo para estadificar
correctamente la enfermedad deberá contar además con una
analítica completa, radiografía de tórax, gammagrafía ósea y una
ecografía o TAC abdominal. Recientemente se ha incorporado a
dichas pruebas la ecografía prostática por vía transrectal, cuyos
hallazgos en manos experimentadas se correlacionan
estrechamente con el estadío “T” de la enfermedad y que hoy se
considera fundamental para estadificar el carcinoma prostático en
fases precoces.
En lo referente al tratamiento, existen diferentes opciones ante un
paciente con carcinoma de próstata: abstención (estadío T1A en
pacientes ancianos), cirugía (radical o paliativa), radioterapia
(radical o paliativa, externa, intersticial, metabólico, adyuvante),
hormonoterapia (neoadyuvante, concomitante con la RT,
adyuvante, paliativa en efermedad avanzada) y quimioterapia
paliativa en enfermedad avanzada refractaria a otros tratamientos.
El carcinoma de vejiga es el 5º tumor más frecuente en el varón en
cuanto a incidencia y la novena causa de muerte por cáncer. Es
2
más frecuente entre los varones (3 a 1), especialmente durante la
6º década de la vida. La tasa de incidencia se ha incrementado en
todo el mundo durante los últimos años especialmente en los países
industrializados, dando crédito a los efectos de los carcinógenos
industriales y al tabaquismo como factores de riesgo para el
desarrollo del cáncer de vejiga.
El cáncer de células transicionales de vejiga (90-95% de las
neoplasias vesicales) tiene una historia natural que oscila desde
indolente hasta muy agresivo, por lo que es de gran importancia
poder predecir su comportamiento para planificar un tratamiento
eficaz.
El estudio de extensión necesario para una correcta estadificación
de un carcinoma de vejiga debe al menos incluir una cistoscopía
con biopsia, analítica completa, radiografía de tórax y una TAC
abdominal.
La distinción que se hace siempre a la hora de comentar el
diagnóstico, clasificación, tratamiento y pronóstico, es la de tumores
superficiales (no sobrepasan la lámina propia) y tumores invasivos
(infiltran al menos la capa muscular). El 70-75% de los tumores
vesicales son superficiales. De todos modos su comportamiento es
muy variable, sobre todo el de los T1, ya que 1/3 de estos tumores
va a progresar hacia formas más agresivas. En cuanto al
tratamiento, los tumores superficiales generalmente se tratan con
resección transuretral del tumor y/o con tratamientos locales
intravesicales (BCG, citostáticos), mientras que los tumores
invasivos pueden tratarse con cirugía radical (cistoprostatectomía),
siendo una alternativa para los pacientes no quirúrgicos o que
desean un tratamiento conservador del órgano, la quimioradioterapia concomitante. Cuando la neoplasia está diseminada y
el paciente presenta un buen estado general, la quimioterapia
constituye el tratamiento de elección, con una tasa de respuestas
del 50% aproximadamente.
El carcinoma renal, supone el 3% de todos los tumores malignos,
representando el 2% de las muertes por cáncer entre la población.
Entre los factores de riesgo asociados con el cáncer de riñón,
destacan el tabaco, la obesidad sobre todo en las mujeres, el
consumo crónico de analgésicos tipo fenocetina y factores
ambientales ocupacionales como el contacto con el asbesto,
cadmio, dióxido de torio (Thorotrast) o curtidores de piel. Es más
frecuente en el varón (2 a 1) y la edad de aparición más frecuente
es a partir de los 50 años. Clínicamente se caracteriza por
hematuria macroscópica y en ocasiones por dolor o la aparición de
una masa abdominal palpable. Con frecuencia se asocia a
3
determinados síndromes paraneoplásicos, especialmente a la
poliglobulia o al hiperparatiroidismo, por secreción de eritropoyetina
o sustancias PTH like, por el tumor. Otras veces la tumoración
renal cursa de forma asintomática, descubriéndose el tumor de
forma casual o al investigar los síntomas producidos por la
afectación metastásica de la enfermedad, por ejemplo, dolor óseo
secundario. El 45% aproximadamente de los casos de cáncer renal
se presentan de forma localizada, el 25% localmente avanzada
(crecimiento ganglionar loco-regional), y el 30% como enfermedad
metastásica, principalmente óseas o pulmonares. El tratamiento de
extensión comprende una cuidadosa historia y exploración física,
biopsia de la lesión, analítica completa, radiografía de tórax, UIV
(urograma excretor), y TAC o RNM abdominal. En los casos
localizados, y por lo tanto, quirúrgicos de entrada, la arteriografía
renal aportará datos importantes al cirujano para el abordaje
quirúrgico del tumor.
El tratamiento quirúrgico es el único método curativo, aplicable
únicamente en los estadíos tempranos de la enfermedad. Por el
contrario, cuando el carcinoma sobrepasa los límites anatómicos y
regionales del riñón, es uno de los tumores más difíciles de tratar.
La radioterapia sólo ha demostrado una utilidad relativa, la
quimioterapia no ha aportado casi nada al tratamiento de la
enfermedad avanzada y únicamente la inmunoterapia con interferón
o interleukina -2 ha mostrado cierta actividad en la enfermedad
metastásica.
El cáncer de pene afortunadamente representa menos del 1% de
los cánceres en hombres en los EEUU, con cerca de 1 o 2 casos
nuevos por 100.000 hombres. Una gran variedad de factores han
sido inculpados en su etiología (higiene, la fimosis, la falta de
circuncisión, el Mycobacterium smegmatis, etc). Se conoce que la
circuncisión al nacimiento sería fundamental para el no desarrollo
del carcinoma de pene. Pero una circuncisión tardía no sería
preventivo. El 50% se desarrollan asociados a fimosis. La etiología
viral por el HPV tiene gran sustento. En el 50% de los carcinomas
se ha demostrado la presencia de HPV 16 y 18. La radiación
ultravioleta ha demostrado tener incidencia en la producción de este
tipo de carcinoma. El tratamiento de la lesión primaria depende de
su localización y grado de extensión, valorados según en la escala
de TNM. Las lesiones pequeñas situadas en prepucio pueden ser
manejadas con circuncisiones amplias. Los tumores in situ no
infiltrantes pueden ser manejados con medicamentos tópicos con
5%fluoracilo con buenos resultados. La penectomía parcial es el
tratamiento más usado en pacientes con compromiso infiltrante.
4
Pacientes con estadío IV, en quienes el tratamiento no es curativo,
se les puede ofrecer quimioterapia con aceptable resultado
(vincristina, bleomicina y metotrexate). El manejo de las
adenopatías inguinales es controversial, teniendo en cuenta que
éste es el principal factor que determina la sobrevida del paciente.
Objetivos
Los objetivos del presente trabajo son:
1) Realizar un estudio retrospectivo para conocer la incidencia de
estas patologías en nuestro medio hospitalario, población
afectada y formas de presentación clínica.
2) Correlacionar nuestros hallazgos con los relatados en la
bibliografía mundial, realizando una actualización de la
nomenclatura y encuadrar los diagnósticos en las nuevas
clasificaciones.
3) Evaluar la edad de presentación del cáncer urogenital en la
población estudiada, el porcentaje de pacientes que
presentaron antecedentes familiares y/o antecedentes
personales de riesgo para dicha enfermedad.
4) Evaluar los estudios complementarios por imágenes realizados
previamente a la cirugía, la determinación del antígeno
prostático específico en lo referente a la patología prostática y
la determinación de marcadores serológicos en la patología
neoplásica testicular, el tratamiento adyuvante realizado y el
tiempo de seguimiento de aquellos pacientes con patología
oncológica.
5) Establecer los factores pronósticos más importantes que deben
contemplarse para cada tipo de cáncer.
Material y Métodos
Se revisaron los diagnósticos de todas las biopsias incisionales,
piezas quirúrgicas, piezas oncológicas ampliadas y punciones
histológicas que presentaron patología renal, vesical, de las vías
urinarias, aparato genital masculino y estructuras anexas realizadas
en el Servicio de Anatomía Patológica del Hospital General de
Agudos Dalmacio Vélez Sarsfield, durante el período comprendido
entre el 1 de enero del 2000 al 31 de diciembre del 2009. Se
recolectaron los datos de los pacientes a partir de la información
5
que figura en los protocolos o pedidos de estudio
anatomopatológicos de nuestro Servicio y a posteriori de los datos
volcados en las historias clínicas de los mismos. El total de casos
diagnosticados fue de 634. No se contabilizó el número de
pacientes debido a que a muchos de ellos se les practicó toma de
biopsias múltiples y en distintos momentos a lo largo del período
estudiado por nosotros.
Se consideraron las siguientes variables: edad del paciente al
momento del diagnóstico, motivo de consulta, estudios por
imágenes realizados, determinación de valores serológicos de PSA
para la patología prostática y marcadores tumorales para la
patología testicular, tratamiento quirúrgico realizado y adyuvante
recibido y tiempo de seguimiento de los pacientes.
Es de destacar que se realizó una actualización de la bibliografía
con puesta al día de los conocimientos existentes y la aplicación de
los mismos en el material examinado para su estudio.
En lo que respecta al informe anatomopatológico de los casos
correspondientes a la patología tumoral se evaluó tipo histológico,
grado de diferenciación de la lesión y estadío en el cual se
encontraba el paciente al momento de la consulta.
Para el tipo histológico se utilizó la Clasificación de la Organización
Mundial de la Salud (World Health Organization Classification of
Tumours of the Urinary System and Male Genital Organs) del año
2004, específicamente para la evaluación de las biopsias vesicales
la Clasificación de Consenso de la WHO/ISUP (Organización
Mundial de la Salud y Sociedad de Patólogos Urólogos) y para la
estadificación de los pacientes el Sistema de TNM de la AJCC
(American Joint Comité on Cancer) y de la UICC (Internacional
Union Against Cancer) que tiene en cuenta el tamaño tumoral, el
compromiso de los ganglios linfáticos y las metástasis a distancia,
las cuales se adjuntan a continuación.
The WHO/ISUP consensus classification
Normal
Normal
Hyperplasia
Flat hyperplasia
Papillary hyperplasia
Flat lesions with atypia
Reactive(inflamatory) atypia
Atypia of unknown significance
Dysplasia (low-grade intraurothelial neoplasia)
6
Carcinoma in situ (high-grade intraurothelial neoplasia)
Papillary neoplasms
Papilloma
Inverted papilloma
Papillary neoplasm of low malignant potencial
Papillary carcinoma, low grade
Papillary carcinoma, high grade
Invasive neoplasms
Lamina propria invasión
Musculares propria (detrusor muscle) invasión
WHO Histological Classification of Tumours of
the Kidney
Renal cell tumours
Clear cell renal cell carcinoma
Multilocular clear cell renal cell carcinoma
Papillary renal cell carcinoma
Chromophobe renal cell carcinoma
Carcinoma of the collecting ducts of Bellini
Renal medullary carcinoma
Xp11 translocation carcinomas
Carcinoma associated with neuroblastoma
Mucinous tubular and spindle cell
carcinoma
Renal cell carcinoma, unclassified
Papillary adenoma
Oncocytoma
Haemangiopericytoma
Osteosarcoma
Angiomyolipoma
Metanephric tumours
Metanephric adenoma
Metanephric adenofibroma
Metanephric stromal tumour
Nephroblastic tumours
Nephrogenic rests
Nephroblastoma
Cystic partially differentiated
nephroblastoma
Mesenchymal tumours
Occurring Mainly in Children
Clear cell sarcoma
Rhabdoid tumour
Congenital mesoblastic nephroma
Ossifying renal tumour of infants
Occurring Mainly in Adults
Leiomyosarcoma (including renal vein)
Angiosarcoma
Rhabdomyosarcoma
Malignant fibrous histiocytoma
Epithelioid angiomyolipoma
Leiomyoma
Haemangioma
Lymphangioma
Juxtaglomerular cell tumour
Renomedullary interstitial cell tumour
Schwannoma
Solitary fibrous tumour
Mixed mesenchymal and
epithelial tumours
Cystic nephroma
Mixed epithelial and stromal tumour
Synovial sarcoma
Neuroendocrine tumours
Carcinoid
Neuroendocrine carcinoma
Primitive neuroectodermal tumour
7
Neuroblastoma
Phaeochromocytoma
Haematopoietic and
lymphoid tumours
Lymphoma
Leukaemia
Plasmacytoma
Germ cell tumours
Teratoma
Choriocarcinoma
Metastatic tumours
8
WHO Histological Classification of Tumours of
the Penis
Malignant epithelial tumours of the penis
Squamous cell carcinoma 1
Basaloid carcinoma
Warty (condylomatous) carcinoma
Verrucous carcinoma
Papillary carcinoma, NOS
Sarcomatous carcinoma
Mixed carcinomas
Adenosquamous carcinoma
Merkel cell carcinoma
Small cell carcinoma of neuroendocrine type
Sebaceous carcinoma
Clear cell carcinoma
Basal cell carcinoma
Precursor lesions
Intraepithelial neoplasia grade III
Bowen disease
Erythroplasia of Queyrat
Paget disease
Melanocytic tumours
Melanocytic nevi
Melanoma
Mesenchymal tumours
Haematopoietic tumours
Secondary tumours
9
WHO Histological Classification of Tumours of the
Prostate
Epithelial tumours
Glandular neoplasms
Adenocarcinoma (acinar)
Atrophic
Pseudohyperplastic
Foamy
Colloid
Signet ring
Oncocytic
Lymphoepithelioma-like
Carcinoma with spindle cell differentiation
(carcinosarcoma, sarcomatoid carcinoma)
Prostatic intraepithelial neoplasia (PIN)
Prostatic intraepithelial neoplasia, grade III
(PIN III)
Ductal adenocarcinoma
Cribriform
Papillary
Solid
Urothelial tumours
Urothelial carcinoma
Squamous tumours
Adenosquamous carcinoma
Squamous cell carcinoma
Basal cell tumours
Basal cell adenoma
Basal cell carcinoma
Neuroendocrine tumours
Endocrine differentiation within
adenocarcinoma
Carcinoid tumour
Small cell carcinoma
Paraganglioma
Neuroblastoma
Prostatic stromal tumours
Stromal tumour of uncertain malignant
potential
Stromal sarcoma
Mesenchymal tumours
Leiomyosarcoma
Rhabdomyosarcoma
Chondrosarcoma
Angiosarcoma
Malignant fibrous histiocytoma
Malignant peripheral nerve sheath tumour
Haemangioma
Chondroma
Leiomyoma
Granular cell tumour
Haemangiopericytoma
Solitary fibrous tumour
Hematolymphoid tumours
Lymphoma
Leukaemia
Miscellaneous tumours
Cystadenoma
Nephroblastoma (Wilms tumour)
Rhabdoid tumour
Germ cell tumours
Yolk sac tumour
Seminoma
Embryonal carcinoma & teratoma
Choriocarcinoma
Clear cell adenocarcinoma
Melanoma
Metastatic tumours
Tumours of the seminal
vesicles
Epithelial tumours
Adenocarcinoma
Cystadenoma
Mixed epithelial and stromal
tumours
Malignant
Benign
Mesenchymal tumours
Leiomyosarcoma
Angiosarcoma
Liposarcoma
Malignant fibrous histiocytoma
Solitary fibrous tumour
Haemangiopericytoma
Leiomyoma
Miscellaneous tumours
Choriocarcinoma
Male adnexal tumour of probable Wolffian
origin
Metastatic tumours
10
WHO Histological Classification of Testis Tumours
Germ cell tumours
Intratubular germ cell neoplasia,
unclassified 1
Other types
Tumours of one histological
type (pure forms)
Seminoma
Seminoma with syncytiotrophoblastic cells
Spermatocytic seminoma
Spermatocytic seminoma with sarcoma
Embryonal carcinoma
Yolk sac tumour
Trophoblastic tumours
Choriocarcinoma
Trophoblastic neoplasms other than
choriocarcinoma
Monophasic choriocarcinoma
Placental site trophoblastic tumour
Teratoma
Dermoid cyst
Monodermal teratoma
Teratoma with somatic type malignancies
Tumours of more than one
histological type (mixed
forms)
Mixed embryonal carcinoma and teratoma
Mixed teratoma and seminoma
Choriocarcinoma and teratoma/embryonal
carcinoma
Others
Sex cord/gonadal stromal
tumours
Pure forms
Leydig cell tumour
Malignant Leydig cell tumour
Sertoli cell tumour
Sertoli cell tumour lipid rich variant
Sclerosing Sertoli cell tumour
Large cell calcifying Sertoli cell tumour
Malignant Sertoli cell tumour
Granulosa cell tumour
Adult type granulosa cell tumour
Juvenile type granulosa cell tumour
Tumours of the thecoma/fibroma group
Thecoma
Fibroma
Sex cord/gonadal stromal tumour:
Incompletely differentiated
Sex cord/gonadal stromal tumours, mixed
forms
Malignant sex cord/gonadal stromal
tumours
Tumours containing both germ cell and sex
cord/gonadal stromal elements
Gonadoblastoma
Germ cell-sex cord/gonadal stromal tumour,
unclassified
Miscellaneous tumours of
the testis
Carcinoid tumour
Tumours of ovarian epithelial types
Serous tumour of borderline malignancy
Serous carcinoma
Well differentiated endometrioid carcinoma
Mucinous cystadenoma
Mucinous cystadenocarcinoma
Brenner tumour
Nephroblastoma
Paraganglioma
Haematopoietic tumours
Tumours of collecting ducts and rete
Adenoma
Carcinoma
Tumours of paratesticular
structures
Adenomatoid tumour
Malignant mesothelioma
Benign mesothelioma
Well differentiated papillary mesothelioma
Cystic mesothelioma
Adenocarcinoma of the epididymis
Papillary cystadenoma of the epididymis
Melanotic neuroectodermal tumour
Desmoplastic small round cell tumour
Mesenchymal tumours of the
spermatic cord and
testicular adnexae
Secondary tumours of the
testis
11
WHO Histological Classification of Tumours of
the Urinary Tract
Urothelial tumours
Infiltrating urothelial carcinoma
with squamous differentiation
with glandular differentiation
with trophoblastic differentiation
Nested
Microcystic
Micropapillary
Lymphoepithelioma-like
Lymphoma-like
Plasmacytoid
Sarcomatoid
Giant cell
Undifferentiated
Non-invasive urothelial neoplasias
Urothelial carcinoma in situ
Non-invasive papillary urothelial carcinoma,
high grade
Non-invasive papillary urothelial carcinoma,
low grade
Non-invasive papillary urothelial neoplasm
of low
malignant potential
Urothelial papilloma
Inverted urothelial papilloma
Squamous neoplasms
Squamous cell carcinoma
Verrucous carcinoma
Squamous cell papilloma
Glandular neoplasms
Adenocarcinoma
Enteric
Mucinous
Signet-ring cell
Clear cell
Villous adenoma
Neuroendocrine tumours
Small cell carcinoma
Carcinoid
Paraganglioma
Melanocytic tumours
Malignant melanoma
Nevus
Mesenchymal tumours
Rhabdomyosarcoma
Leiomyosarcoma
Angiosarcoma
Osteosarcoma
Malignant fibrous histiocytoma
Leiomyoma
Haemangioma
Other
Haematopoietic and
lymphoid tumours
Lymphoma
Plasmacytoma
Miscellaneous tumours
Carcinoma of Skene, Cowper and Littre
glands
Metastatic tumours and tumours extending
from other organs
12
TNM Riñón:
13
TNM Pelvis renal y uréter:
14
TNM Vejiga:
15
TNM Uretra:
16
TNM Próstata:
17
TNM Pene:
18
TNM Testículo:
19
Para la patología oncológica los factores pronósticos evaluados
fueron: tamaño tumoral, estado de los ganglios linfáticos, grado
histológico, tipo histológico, índice mitótico, invasión vascular
peritumoral linfática o sanguínea y respuesta inflamatoria crónica
peritumoral. No se tuvo en cuenta determinación de oncogenes ni
análisis de ploidía por tratarse de estudios de alta complejidad con
los cuales no cuenta nuestro hospital.
A continuación se realizará una descripción detallada acerca del
tipo de patología presentada por los pacientes que constituyen la
población estudiada, haciendo hincapié en la patología oncológica y
en aquellos conceptos fundamentales que serán necesarios tener
en cuenta para poder interpretar los resultados obtenidos.
Patología renal
No serán tratadas las Malformaciones renales congénitas, la
urolitiasis, la Patología vascular renal y las Glomerulopatías no sólo
por no contar con ningún caso de las mismas sino también porque
su estudio, en el caso de las Glomerulopatías es de alta
complejidad requiriendo de técnicas especiales como son la
Inmunofluorescencia y Microscopía electrónica, las cuales no se
realizan en nuestro hospital.
Dentro de las enfermedades tubulointersticiales, sólo se tratan las
de causa infecciosa.
Pielonefritis (PNF)
Es la infección aguda o crónica de pelvis, túbulos o intersticio renal.
En general, la PNF se acompaña de cistitis (principalmente en PNF
aguda) y de alguna patología obstructiva o reflujo urinario
(principalmente en la PNF crónica).
Las infecciones urinarias son muy frecuentes y aparecen a
cualquier edad, con franco predominio en el sexo femenino.
Variaciones con la edad: entre los 20 y los 40 años, la proporción
hombre: mujer es de 10:1. Hay dos picos de mayor incidencia: en la
primera y segunda infancia y en la vejez. La mayor predisposición
por el sexo femenino es debida a: 1)uretra femenina corta y ancha
(los gérmenes llegan más fácilmente a la vejiga) y 2)traumatismos
20
más fáciles de la misma (por ejemplo: en el parto) y 3)mayor
probabilidad de contaminación con las heces (por cercanía orificial).
El 90% de las PNF son causadas por bacilos gram negativos y, de
ellos, la Escherichia Coli alcanza 85%. El 15% restante son
producidas por Enterobacter, Klebsiella, Proteus, Serratia,
Pseudomona, S. Faeccalis, hongos, etc.
La infección puede llegar al riñón por 3 vías:
A) Vía ascendente: es la más importante. Esta afirmación se basa
en las siguientes observaciones:
- las infecciones urinarias bajas generalmente preceden a la PNF.
- los gérmenes, frecuentemente, son colibacilos (presentes en las
heces).
- mayor incidencia en mujeres, con las características anatómicas
de la uretra ya consideradas.
Se postula que las bacterias móviles, ascienden por
“contracorriente” y estos gérmenes o sus toxinas, inhibirían el
peristaltismo ureteral. Otra forma sería a través de los linfáticos
periureterales.
B) Hematógena: puede tener lugar en infecciones tuberculosas,
seguir por Gram Negativos, etc. Poco frecuente.
C) Por contigüidad: al crearse situaciones patológicas que
comuniquen la luz intestinal o genital con la vía excretora (por
ejemplo: fístulas vésico-vaginales).
Factores predisponentes:
ƒ Sexo femenino
ƒ Embarazo
ƒ Obstrucciones al flujo urinario:
- litiasis
- causas congénitas
- tumores
- aumento del tamaño prostático
- carcinoma de cuello uterino
- cateterismos y exploraciones urológicas
- diabetes
- vejiga neurogénica (por cualquier entidad que afecta la
inervación vesical)
Reflujo vésico - ureteral (RVU)
El reflujo vésico-ureteral es observado en el 50% de los casos de
PNF (principalmente crónica). Este consiste en el pasaje de orina
durante la micción hacia los uréteres, llegando a veces hasta la
21
pelvis renal. Las causas son: - en niños: falta de la porción
intramural del uréter en la vejiga o penetración superficial del
mismo. – en adultos: frecuentemente el RVV es adquirido, como
consecuencia de divertículos, vejiga neurogénica, etc. que alteran el
tono muscular de la vejiga.
Factores que favorecen la localización de la infección en el riñón:
- La estasis de orina es, de por sí, un factor que favorece la
localización renal de la infección.
- La hipertoxicidad de la orina en la médula y la papila inhibe la
migración leucocitaria, la fagocitosis y la actividad del sistema de
complemento (la diuresis acuosa, en cambio, las favorece). Así, el
medio hipertónico, es ideal para el crecimiento bacteriano.
PNF Aguda
Es un proceso infeccioso agudo del intersticio, túbulos y sistema
pielocalicial. Puede ser uni o bilateral, y acompañarse, o no, de
cistitis.
Morfología
Macroscopía: el riñón se halla aumentado de tamaño, con abscesos
blanco-amarillentos en la superficie externa y la de corte. La pelvis
se encuentra con superficie granular y focos abscedados.
Microscopía: se encuentran polimorfonucleares que forman
abscesos, distribuidos tanto en corteza como en médula y
alternados con focos conservados (“en parches”). Cuando se asocia
la PNF a RVV, los abscesos son más marcados en los polos del
riñón. Estos focos supurados destruyen los túbulos y el intersticio
renal pero no los glomérulos, que son resistentes y se afectan en
estadíos avanzados de la PNF.
Complicaciones de la PNF aguda
A) Pionefrosis: cuando existe una obstrucción total o casi total al
flujo urinario el exudado purulento no puede drenar, por lo que se
acumula en el sistema pielocalicial, al que distiende enormemente a
manera de “bolsa de material purulento”.
B) Papilitis necrotizante: esta complicación se produce más
frecuentemente en diabéticos o en obstrucción al flujo urinario. La
lesión afecta a una o a todas las pirámides renales (generalmente
bilateral) las cuales sufren fenómenos de isquemia que se
manifiestan por un infarto (necrosis de coagulación). Es frecuente
encontrar, en la zona necrótica, presencia de colonias bacterianas.
Macroscópicamente, las pirámides se presentan blanco-grisáceas,
22
con una línea rojiza (hiperemia) que las separa de la zona no
necrótica. Clínicamente, se manifiesta por insuficiencia renal aguda.
C) Absceso perinefrítico: el proceso supurativo se extiende aquí,
a través de la cápsula renal, a los tejidos perirrenales.
Curación: ocurre generalmente con secuela. Las zonas abscedadas
son sustituidas por fibrosis intersticial y se acompañan de signos de
atrofia tubular e infiltrado linfocitario. El riñón se presenta deformado
y con sectores retraídos.
Curso clínico: comienza en forma repentina con dolor lumbar agudo,
fiebre, malestar general y síntomas o no de cistitis.
Laboratorio: orina: más de 100.000 colonias bacterianas/ml, piuria,
cilindros leucocitarios, bacterias recubiertas por anticuerpos.
Pronóstico: en general, con el tratamiento antibiótico es de curso
benigno, pero un 30% de los casos recidiva, principalmente cuando
hay factores predisponentes, por lo que deben realizarse estudios
de laboratorio periódicos. En el caso de las complicaciones, el
pronóstico se oscurece.
PNF Crónica
Es la infección crónica de la pelvis y el sector túbulointersticial del
riñón. Evoluciona hacia la atrofia renal y, si es bilateral, conduce
hacia la insuficiencia renal crónica.
Los gérmenes y las causas relacionadas, son las descriptas
anteriormente, pero existe aquí mayor asociación con: -obstrucción
crónica al flujo urinario (al daño causado por la obstrucción, se
suman los reiterados episodios de PNF) -reflujo vésico-ureteral (es
la causa predisponente más común de PNF crónica)
Morfología
Macroscopía: riñón pequeño, de superficie irregular, con cicatrices
anfractuosas, en forma de “Y” o “X” a diferencia de los infartos cuya
cicatriz tiene forma de “V”.
Los cálices están deformados y ensanchados por la fibrosis
subyacente. Decapsula con mucha dificultad. Los sectores más
afectados son los polos renales.
Microscopía: la lesión se distribuye en “parches”. Encontramos:
túbulos dilatados y atróficos. Contienen cilindros eosinófilos,
homógenos, que recuerdan a la glándula tiroides. Es la
“tiroidización” renal. En el intersticio infiltrado de linfocitos,
plasmocitos y abundante tejido fibroso. Los vasos frecuentemente
muestran engrosamiento intimal y de la capa media. El tejido fibroso
23
puede obliterar las luces vasculares. Existe aumento del tejido
fibroso periglomerular y esclerosis glomerular por fenómenos de
isquemia. En el sistema pielocalicial existe proliferación del tejido
fibroso e infiltrado mononuclear. Pueden formarse folículos linfoides.
Curso clínico: la PNF crónica puede manifestarse por episodios
reiterados de PNF aguda o bien en forma insidiosa (en caso de
RVV). En este último caso, el paciente consultará por: hipertensión
arterial, síntomas de insuficiencia renal crónica, exámen médico de
rutina y poliuria debido a la pérdida de la capacidad tubular de
concentración.
PNF crónica reagudizada
Es una PNF donde se combinan características macro y
microscópicas de PNF aguda y crónica. Por ejemplo: fibrosis y
abscesos. Es una PNF aguda, que se instala sobre un cuadro de
inflamación crónica del riñón.
Uronefrosis (Hidronefrosis)
Es la dilatación del sistema pielocalicial como consecuencia del
bloqueo al flujo de orina, asociada a una progresiva atrofia del
parénquima renal. Si el bloqueo es total y se produce en forma
brusca, ocurrirá cese de la filtración glomerular sin dilatación
ureteropélvica significativa. El bloqueo parcial puede ocurrir a
cualquier nivel de las vías urinarias, y es responsable de gran
dilatación ureteropélvica.
Causas congénitas: -Arterias renales aberrantes.
Causas adquiridas: -Hiperplasia adenomatosa de próstata.
-Carcinoma de próstata.
-Carcinoma de vejiga.
-Carcinoma de cuello uterino.
-Litiasis.
-Vejiga neurogénica.
Morfología:
Macroscopía: el sistema pielocalicial puede mostrar todos los
grados de dilatación y contener de 300 a 500 ml de orina. La pelvis
y los cálices se dilatan, los vértices de las pirámides se hacen
romos y la corteza disminuye su espesor.
La uronefrosis puede ser uni o bilateral. Este último caso se
produce si la obstrucción es de localización baja.
24
En los estadíos finales, el riñón se transforma en una estructura
“quística” de varios centímetros de diámetro cuya pared (la corteza)
se halla adelgazada y atrófica.
Microscopía: al principio, ocurre atrofia tubular y fibrosis intersticial,
con preservación de los glomérulos.
En los estadíos finales, ocurre la esclerosis de éstos. Es frecuente
encontrar también signos de pielonefritis, ya que la estasis de orina
predispone a ello.
Curso clínico: si la lesión es unilateral, puede permanecer
asintomática durante largo tiempo. Los síntomas iniciales son
causados por la lesión obstructiva (neoplasia, litiasis, etc.)
Es importante que, si se la descubre en las primeras semanas, la
uronefrosis es reversible.
Si esto no ocurre, la atrofia renal será irreversible.
Si la uronefrosis es bilateral, se manifiesta rápidamente por anuria.
Si una uronefrosis se infecta, se genera una Pionefrosis.
Patología Tumoral
Clasificación:
1) Tumores epiteliales renales
A) Benignos:
• Adenoma papilífero
• Oncocitoma
• Adenoma y Adenofibroma Metanéfrico
B) Malignos:
• Carcinoma renal de células claras (CRCC)
-CRCC convencional
-CRCC papilar
-CRCC cromófobo
-Carcinoma de los conductos colectores
-Carcinoma medular
-Carcinoma sarcomatoide
• Tumores con potencial maligno incierto
-CRCC multiquístico
• Carcinoma renal inclasificable
2) Tumores mesenquimáticos renales
A) Benignos:
25
• Fibroma medular
• Leiomioma
• Lipoma
• Hemangioma
• Linfangioma
• Nefroma Mesoblástico
• Angiomiolipoma
B) Malignos:
• Leiomiosarcoma
• Liposarcoma
• Fibrosarcoma
• Fibrohistiocitoma Maligno
• Hemangiopericitoma
• Osteosarcoma
• Rabdomiosarcoma
• Angiosarcoma
• Sarcoma de células fusiformes
• Mesenquimona Maligno
I) Tumores epiteliales renales
A) Tumores epiteliales renales benignos
™ Adenoma papilífero
-Incidencia: es la más común de las neoplasias benignas de la
corteza renal.
-Edad y sexo: adultos, generalmente hallazgo de autopsia.
-Citogenética: pérdida del cromosoma Y y del brazo del
cromosoma 7 y 17, de manera similar al CCRP.
-Macroscopía: la mayoría son menores de 3 cm. En el Workshop
de 1997 se aceptó que los tumores de menos de 5 cm y con
características tumorales papilares de bajo grado deben ser
considerados Adenomas.
™ Oncocitoma
-Incidencia: 5 al 10% de los tumores renales.
-Edad y sexo: en adultos alrededor de los 50 a 70 años. Más
frecuente en el sexo masculino, relación de 2:1.
-Citogenética: la alteración más frecuente es la pérdida del
cromosoma Y y 1. Menos frecuentes son: la traslocación del
26
cromosoma 9 y 11(t (9; 11) (p23;q13) y la traslocación del
cromosoma 5 y 11 (t(5;11) (q35; q13)).
-Origen: células intercalares de la corteza renal.
-Macroscopía: son bien circunscriptos, no encapsulados,
homogéneos, marrones o amarillentos, en el 33% con área
central fibrosa radiada.
-Microscopía: el patrón de crecimiento es sólido en nidos, acinos,
túbulos o microquistes con estroma hialinizado. Las células son
poligonales con citoplasma eosinófilo homogéneo, núcleos
redondos centrales regulares con cromatina granular y nucléolo
prominente, se pueden observar células más pequeñas con
escaso citoplasma (oncocitos). Los microquistes son
ocasionales. Las mitosis son escasas. En las áreas hialinizadas
pueden observarse células claras que recuerdan al carcinoma de
células claras renales, aisladas papilas en el 27% de los casos,
invasión del tejido adiposo en el 20% e invasión vascular en el
5%.
™ Adenoma metanéfrico (Adenoma embrionario, Nefroma
nefrogénico) Adenofibroma nefrogénico
-Edad: 1ª a 9ª década.
-Sexo: relación femenino/masculino 2:1.
-Origen: desconocido.
-Citogenética: cariotipo normal (?), trisomía 7 y17, pérdida del
cromosoma Y y X (?).
-Adenofibroma nefrogénico es bifásico, con un componente
epitelial y otro mesenquimático con fibroblastos dispuestos en
fascículos, hialinización y cambios mixoides.
-Macroscopía: cortical, bien circunscripto, no encapsulado.
Sólido. Amarillo oscuro, con áreas de necrosis, hemorragia y
degeneración quística. Calcificaciones.
-Microscopía: pequeños túbulos separados por escaso estroma.
Áreas sólidas o compactas que simulan blastema. Estructuras
papilares o glomeruloides que se ven en la mitad de los casos, a
veces con microcalcificaciones o cuerpos de psammoma.
B) Tumores epiteliales renales malignos
™ Carcinoma renal de células claras convencional
-Incidencia: 60-62%.
-Edad: 6ª – 7ª década, chicos y jóvenes. Forma hereditaria en la
4ª – 5ª década.
-Origen: célula del tubo contorneado proximal.
27
-Citogenética: pérdida total o parcial del cromosoma P3. Pérdida
de la heterocigozidad en la porción distal del gen 3p.
-Macroscopía: nódulo tumoral de color amarillo oro, friable,
hemorrágico, con necrosis. Generalmente solitario. Bilateral en el
3,2% y en el 11% multifocal. La forma hereditaria es más
frecuentemente bilateral y múltiple.
-Microscopía: 50% de crecimiento acinar o sólido. Otros quístico,
papilar, seudopapilar, tubular y sarcomatoide. Red capilar
abundante. Células de citoplasma abundante claro o eosinófilo
granular. Núcleos de tamaño variable, importante la presencia o
no de nucléolo. (Ver fotos Nº 1 a 6: coloración con H/E)
Foto Nº1
Foto Nº 2
Foto Nº3
Foto Nº4
Foto Nº5
Foto Nº6
28
™ Carcinoma renal papilar
-Incidencia: 7-14%.
-Edad: 3ª – 8ª década, pico de incidencia 6ª – 7ª.
-Origen: Células túbulo contorneado distal?
-Citogenética: Trisomía cromosoma 7, 16 y 17, pérdida del
cromosoma Y. Traslocación X y 1. Mutación proto-oncogen MET.
-Macroscopía: ubicación unilateral. Multifocalidad presente en el
45%. El color varía de acuerdo a la cantidad de macrófagos con
lípidos, desde amarillo oscuro a marrón, con áreas de necrosis y
hemorragia.
-Microscopía: patrón de crecimiento papilar, papilar trabecular, y
papilar sólido con necrosis, cuerpos de psammoma,
fibrohialinosis. Acúmulos de hemosiderina. Las células son
cuboides o poligonales eosinófilas, basófilas o anfófilas, aisladas
células con citoplasma claro. Grado nuclear variable. (Ver fotos
Nº 7 y 8: coloración con H/E)
Foto Nº7
Foto Nº8
™ Carcinoma renal cromófobo
-Incidencia: 6-11%.
-Edad y sexo: Similar al C C convencional.
-Origen: Células intercalares de la corteza renal, similar al
oncocitoma.
-Citogenética: Pérdida del cromosoma 1 e Y y pérdida de los
cromosomas 1,6,10,13,17 y 21. La pérdida de múltiples
cromosomas lleva a que sea un tumor de células hipoploides.
Presenta menor agresividad. La microscopía electrónica y la
citogenética son útiles para diagnosticar los casos difíciles.
-Macroscopía: Son tumores que miden de 2 a 25cm de diámetro,
homogéneos, beige o levemente oscuro, algunos son marrones
oscuros debido al incremento de las mitocondrias citoplasmáticas
con cicatriz central en el 15% .
29
-Microscopía: Patrón de crecimiento predominantemente sólido,
pero en áreas puede ser tubular, trabecular, quístico o mixto. Un
pequeño número de casos con áreas sarcomatoides. Las células
son grandes redondas o poligonales, con bordes bien definidos,
citoplasma anfófilo o basófilo, aisladas células eosinófilas, con
halos claros perinucleares, núcleos hipercromáticos, irregulares,
elongados, arrugados, a veces redondos o vesiculosos. El
citoplasma es positivo con coloración de Hale (hierro coloidal).
(Ver fotos Nº 9 a 12).
Foto Nº9 Pieza Quirúgica
Foto Nº10 Coloración con H/E
Foto Nº11 Coloración con H/E
Foto Nº12 Coloración de Hale
™ Carcinoma de los conductos colectores
-Incidencia: Raro, menor del 1% de los tumores renales.
- Edad y sexo: Promedio 53 años, rango entre 13-83 años.
-Origen: En las células intercalares de los conductos colectores
de la médula renal.
-Citogenética: Monosomía cromosoma 1,6,14,15 y 22, también
se halló pérdida de la heterocigozidad del brazo 1q y delección
mínima en 1q 32 1-32 2.
-Macroscopía: Se localiza en la médula pero se puede extender a
la corteza, son mal delimitados, sólidos, nódulos únicos de color
blanco grisáceo, consistencia firme y pueden presentar
30
hemorragia y necrosis. Dan metástasis en ganglio linfático, hueso
y vísceras.
-Microscopía: La forma clásica muestra ductos, túbulos y papilas
en un estroma fibroso o desmoplásico. Las células tumorales
tienen citoplasma eosinófilo, basófilo o anfófilo con núcleo
grande, a veces pleomorfo con refuerzo de las membranas “
células en clava” o “hobnail cells”, nucléolo prominente, pueden
observarse áreas fusiformes, sarcomatoides. En las papilas
puede contener macrófagos y abundante infiltrado inflamatorio
crónico y agudo.
™ Carcinoma medular
-Incidencia: Muy raro.
-Edad y sexo: Promedio 22años (rango 11 a 39), afecta
preferentemente al sexo masculino alrededor de los 25 años.
-Origen: Células de los conductos colectores distales de la
médula renal.
-Citogenética: Desconocida, se asocia con anemia falciforme de
los jóvenes.
-Macroscopía: Mide de 4 a 12cm, promedio de 7cm, con área
central necrótica y continuidad con la pelvis renal.
-Microscopía: El aspecto es similar al carcinoma de los ductos
colectores.
™ Carcinoma de los conductos colectores y medular
-Diagnóstico diferencial: Con técnicas de inmunohistoquímica se
diferencia del carcinoma urotelial (vimentina (-)), carcinoma de
células renales inclasificado (Ulex europlaus, lecitina (-)).
-Expresan CK 19(+) Ulex europlaus lecitina (+), vimentina (+) y
CK 13 es (-).
-Los casos borderline deben ser considerados inclasificados.
™ Carcinoma sarcomatoide
-Incidencia: 1,5% de los carcinomas renales.
-Macroscopía: Es generalmente grande y diseminado en el
momento del diagnóstico, heterogéneo, fibroso, grisáceo con
áreas necróticas y hemorrágicas.
-Microscopía: El componente epitelial y sarcomatoso es variable.
El componente epitelial es anaplásico en el 75% de los casos y
existen aislados casos con áreas de tipo condrosarcomatoso y
osteosarcomatoso. Las células son fusiformes con disposición
arremolinada y fascicular y las áreas carcinomatosas son con
células claras, granulares y oncocíticas muy variable. (Ver fotos
Nº 13 y 14: coloración con H/E)
31
Foto Nº13
Foto Nº14
™ Carcinoma renal de células claras multiquístico
-Tumor con potencial maligno incierto.
-Incidencia: 3,5-6% de los CRCC convencional.
-Edad: Adultos, promedio 51 años.
-Macroscopía: Bien circunscripto, masa multiquística. Tamaño
variable, promedio 13cm de diámetro. Presenta tabiques
fibrosos, con contenido citrino-sanguinolento.
-Microscopía: Las paredes de los quistes se hallan revestidas por
una o varias capas de células de citoplasma abundante claro,
núcleos con grado 1 o 2 de Furhman.
™ Carcinoma renal inclasificable
-Son tumores que por sus características macro y microscópicas
no pueden ser encasillados en ninguna de las categorías
conocidas.
-Incidencia: Alrededor del 6 al 7% de los carcinomas renales.
-Motivos de su diagnóstico: No se puede diferenciar del
oncocitoma.
-No se puede diferenciar el CCR papilar del CCR con
pseudopapilas.
-No se puede diferenciar del CCRC.
-Los estudios citogenéticas son los únicos capaces de
diferenciarlos, por lo que siempre se debe congelar tejido fresco.
FACTORES PRONOSTICOS DE LOS TUMORES EPITELIALES
RENALES MALIGNOS
1) Graduación histológica
2) TNM
3) Tipo histológico (ya tratado)
4) Biología molecular
32
5) Angiogénesis (Ver factores pronósticos, Workshop)
1) Graduación histológica
Para establecer el grado citológico de diferenciación la
Clasificación más utilizada es la de Furhman y col. del año 1982
que lo divide en 4 grupos:
I) Núcleos redondos, uniformes (aproximadamente 10 µm);
nucléolos poco evidentes o ausentes.
II) Núcleos ligeramente irregulares (aproximadamente 15µm);
nucléolos evidentes.
III) Núcleos irregulares (aproximadamente 20µm); nucléolos
prominentes, cromatina en grumos.
IV) Núcleos bizarros y multilobulados (mayores a 20µm);
nucleolos prominentes; cromatina en grumos. (Ver fotos Nº 15 a
18: coloración con H/E)
Fotos Nº15 a 18
Según el Workgroup de consenso 1997, la graduación histológica
debe ser realizada por patólogos expertos. El sistema de
graduación en 3 grados es el preferido. El sistema de graduación
nuclear es el ideal. El grado nuclear debe ser realizado en área
menos diferenciada, estableciéndose el porcentaje.
• Esta graduación es útil en Carcinoma renal de células claras
convencional y en el papilífero.
33
• La graduación es siempre subjetiva y depende de la calidad del
preparado histológico.
2) TNM
La clasificación TNM tiene en cuenta tres ítems, 1)tamaño
tumoral y extensión del tumor primario; 2)compromiso de los
ganglios linfáticos regionales y 3)metástasis a distancia.
La clasificación sólo se aplica al Carcinoma de células renales,
con confirmación histológica.
Para la clasificación TNM es necesario el examen físico y los
estudios por imágenes.
Los ganglios linfáticos regionales son: hiliares, abdominales,
paraaórticos y paracavales.
La que se utiliza actualmente es la modificada, posterior a la
reunión de Consenso de 1997, que introduce los siguientes
cambios:
-T1: Tumor menor o igual a 7cm, limitado al riñón, que se subdivide
en
T1a: Tumor menor o igual 4cm
T1b: Tumor mayor a 4cm pero menor a 7cm
Esto tiene importancia a los fines de establecer si se hará
nefrectomía parcial o total.
-T2: Tumor mayor a 7cm, limitado al riñón
-T3: Invasión de los vasos renales o grasa perirrenal
-T4: Invasión a través de la fascia de Gerota
-N1: Metástasis en un solo ganglio linfático regional
-N2: Metástasis en más de un ganglio linfático regional
El resto de la clasificación no sufrió modificaciones.
3) Factores pronósticos del CRCC, Workshop
Lo divide en 3 grupos o categorías:
-Categoría 1: tiene soporte de la literatura y son parámetros
utilizados regularmente.
-Categoría 2: factores biológicos promisorios, que requieren de
estudios de multivariancia para su aplicación.
-Categoría 3: factores promisorios, pero no tienen los criterios
para ser incluídos en los grupos anteriores.
Solamente es aceptada la categoría 1.
34
-Factores patológicos desfavorables relacionados con el tumor
¾ Tamaño tumoral
¾ Márgenes quirúrgicos positivos
¾ MTS: múltiples
solitaria no resecable
hepática y pulmonar
¾ Estadificación TNM
¾ Grado histológico
¾ Tipo histológico
¾ Arquitectura sarcomatoide
-Datos clínicos
¾ Evolución
¾ Eritrosedimentación
¾ Proteína C reactiva
-Angiogénesis: (valor incierto)
-Factores biomoleculares, con valor pronóstico:
¾ Contenido de ADN (ploidía): aneuploidía
¾ Morfometría nuclear: aumento del área nuclear y variación del
tamaño
-Marcadores de proliferación: aumentados (Ag NOR, Ki 67 MI B-1),
Fase S y PCNA.
-Marcadores de apoptosis: valor incierto (P 53, BCL-2 y P 21).
C) Tumores renales infrecuentes con componente epitelial o
diferenciación parenquimatosa renal
™ Tumor carcinoide (Carcinoma neuroendócrino grado 1)
Primer caso reportado en 1966. Es un tumor infrecuente y su
histogénesis se considera similar a la del ovario o testículo. En el
riñón se han descripto células argirófilas únicamente. La edad de
los pacientes oscila entre 13 y 67 años, con un predominio por
encima de los 40 años. Ambos sexos por igual, son grandes y
sólidos, quísticos ocasionalmente. Aproximadamente la mitad
tienen metástasis óseas.
™ Carcinoma de células pequeñas (Carcinoma neuroendócrino
grado 3)
Este tumor ha sido observado en el parénquima renal y en la
pelvis, a veces asociado a Carcinomas uroteliales. Son tumores
35
grandes e infiltrantes y su histología no difiere de la de otros
órganos. El pronóstico es pobre y rápidamente dan metástasis y
los pacientes fallecen por la enfermedad.
™ Tumor de células yuxtaglomerulares
Es una neoplasia rara, aparentemente benigna y diferenciada. Se
origina de las células paracíticas adyacentes a la arteriola
aferente del glomérulo renal. La edad de los pacientes oscila
entre 8 y 53 años, se caracteriza porque el paciente es
hipertenso habitualmente durante años previos a la aparición del
tumor.
-Macroscopía: Son tumores pequeños, menor de 3cm de
diámetro, pero existen reportes de hasta 6,5cm. Son sólidos y
pueden tener pequeños quistes, de color blanco-grisáceo a
amarillento, ubicados en la corteza renal.
-Microscopía: Están compuestos por una población uniforme de
células poligonales o redondas con citoplasma granular,
acidófilo, los gránulos son PAS (+). Las células están dispuestas
en trabéculas irregulares o en patrón organoide, los núcleos son
redondos u ovales y puede haber figuras de mitosis. Con ME
observan cristales de renina.
™ Teratoma
Tumor raro, existen pocos casos reportados, clínica e
histológicamente benignos.
™ Nefroblastoma
Tumor raro en adultos, generalmente se confunde con otros
tumores malignos mixtos.
™ Nefroma quístico (quiste multilocular)
Es una neoplasia de origen incierto y se caracteriza por presentar
un componente epitelial y mesenquimático. Se presenta en
adultos en la edad media y en el sexo femenino, ubicándose en
el polo superior. Es una lesión solitaria y unilateral y los quistes
son multiloculados, revestidos por una capa de células epiteliales
planas o cúbicas, pueden existir áreas estratificadas, los núcleos
son hipercromáticos y con anisocariosis. Las células son
positivas para citoqueratina y lectina que sugiere origen en
epitelio de los tubos colectores o contorneados distales. El
estroma es tejido conectivo denso con aisladas fibras musculares
lisas.
36
II) Tumores mesenquimáticos renales
Sólo se describirá al angiomiolipoma. El resto no serán tratados
debido a su baja frecuencia y a que la histología no difiere de la de
otros órganos de la economía.
™ Angiomiolipoma
-Incidencia: 0,7 a 2 % de todos los tumores renales.
-Sexo: Predomina en el femenino 2:1.
-Edad: Promedio 40 años.
-Macroscopía: Uni y bilateral. Focos múltiples o únicos.
-Microscopía: Tumor constituído por una mezcla de vasos
sanguíneos tortuosos de paredes gruesas, músculo liso, a veces
con marcada hipercelularidad, pleomorfismo y moderada
actividad mitótica que puede llevar al diagnóstico erróneo de
malignidad, y tejido adiposo maduro. Inmunohistoquímicamente
las células expresan (+) para Vimentina, Actina y HMB 45 y no
muestra reactividad para Keratina,
-Se asocia con enfermedades hereditarias: Enfermedad de Von
Recklinghausen, Síndrome de Von Hippel-Lindau, Enfermedad
poliquística del adulto dominante, Esclerosis tuberosa (80% de
los pacientes tienen tumor). (Ver fotos Nº19 y 20)
Foto Nº19 coloración con H/E
Foto Nº20 coloración con tricrómico
Patología de las vías excretoras del riñón
Nos referimos exclusivamente a la patología tumoral maligna, ya
que los tumores benignos y las anomalías congénitas son poco
frecuentes, la patología inflamatoria (ureteritis) acompaña
generalmente a las infecciones del tracto urinario y a que las
consecuencias de las lesiones obstructivas por estenosis, litiasis y
37
tumores ya han sido tratadas (hidrouréter, uronefrosis y
pielonefritis).
Aspectos básicos de tumores de las vías excretoras
El Carcinoma transicional (urotelial) de la pelvis renal representa el
7% de todos los tumores renales, es dos veces más frecuente que
el del uréter. Estos carcinomas son curables en más del 90% de los
pacientes si son superficiales y se limitan a la pelvis renal o uréter
tienen una probabilidad de curación del 10% a 15%, y los tumores
con penetración a través de la pared urotelial y o metástasis a
distancia, generalmente no son curables. El factor pronóstico de
mayor importancia al momento del diagnóstico es la profundidad de
infiltración en o a través de la pared urotelial. La incidencia de los
cánceres contralaterales del tracto superior sincrónicos o
metacrónicos oscila entre 2% y 4% y la incidencia de carcinoma de
la vejiga después de la presencia de carcinoma del tracto superior
oscila entre 30 y 50%. Cuando la complicación del tracto superior es
difusa (complicando tanto la pelvis renal como el uréter), la
probabilidad del desarrollo posterior de cáncer de la vejiga aumenta
a 75%. La ploidía de ADN no ha contribuido a dar información
pronóstica importante además de la información ya proporcionada
por el estadío y el grado histológico.
-Clasificación
A) Benignos: -Papiloma invertido
-Pólipo fibroepitelial
B) Malignos: -Carcinoma de células transicionales (urotelial)
-Carcinoma pavimentoso
-Adenocarcinoma
La mayoría de los tumores uroteliales del tracto superior son de tipo
transicional, los carcinomas pavimentosos constituyen menos del
15% y un porcentaje menor de los tumores uroteliales y se asocian
a menudo con enfermedades crónicas como las litiasis e infección.
En general se ha encontrado que el grado histológico está
correlacionado con el estadío. Los tumores superficiales son por lo
general de bajo grado (grado I o II), mientras que la mayoría de los
tumores infiltrantes son de alto grado (grado III y IV) y el pronóstico
es peor.
38
Definiciones de TNM: Ver clasificación TNM de los tumores
urológicos en Material y métodos.
Patología de la vejiga urinaria
La patología vesical comprende: 1) Malformaciones congénitas
(extrofia vesical, agenesia o hipoplasia vesical, fístulas
vésicorectales, vésicoentéricas y vésicovaginales, las relacionadas
con el uraco y los divertículos, que por ser una patología rara o muy
rara no será desarrollada aquí). Sólo se hará una mención acerca
de los divertículos adquiridos. 2) Patología inflamatoria (cistitis). 3)
Lesiones obstructivas y 4) Patología neoplásica.
™ Divertículos
Los divertículos son dilataciones circunscriptas de la pared
vesical, en forma de bolsas redondeadas. En su formación
siempre media la obstrucción a nivel del cuello vesical o la uretra.
Las causas más comunes son la hipertrofia adenomatosa de la
próstata y las estrecheces cicatrizales de la uretra. A la
obstrucción vesical crónica sigue su dilatación e hipertrofia
muscular, llegándose a la trabeculación de la mucosa con
formación de celdas entre los haces musculares hipertróficos,
configurándose la llamada vejiga de esfuerzo o lucha. Es a nivel
de algunas de estas celdas, donde la pared cede y se evagina,
dando origen al divertículo. Los divertículos predominan en el
sexo masculino y son más frecuentes después de los 50 años.
Pueden ser únicos o múltiples. Su tamaño varía desde 1 a 2cm a
10cm o más, habiéndose encontrado divertículos de mayor
tamaño que la vejiga. El orificio de comunicación con la vejiga es
redondeado o en forma de hendidura, estrecho o amplio. El
cuello que le sigue es de longitud variable. La pared suele ser de
menor espesor que el de la vejiga, pero conservando sus capas,
aunque más adelgazadas. La mucosa se continúa con la vesical
y frecuentemente muestra metaplasia escamosa y ulceraciones.
En la submucosa es común la proliferación capilar y fibroblástica
con infiltración de linfocitos, plasmocitos y polimorfonucleares y
aumento de tejido fibroso, que también se encuentra entre las
fibras musculares. La estasis urinaria a su nivel favorece la
infección y la precipitación de sales alcalinas que se incrustan en
la mucosa o forman cálculos. La inflamación crónica sería
importante en el desarrollo de carcinomas locales y favorecería la
perforación del divertículo. La perforación se hace hacia la
39
cavidad peritoneal o más frecuentemente, hacia el tejido
celuloadiposo de la pelvis, dando lugar a peritonitis en el primer
caso, o a flemones pelvianos y fístulas, en el segundo.
™ Patología inflamatoria (Cistitis)
Las podemos dividir en 2 grupos 1) Formas inespecíficas y 2)
Formas específicas.
Con respecto a las primeras el cuadro varía de acuerdo a la
severidad de la cistitis. En un principio la mucosa está hiperémica
y edematosa. En un estadío posterior, se hallan focos
hemorrágicos, exudado purulento en la mucosa y en los casos
severos úlceras múltiples. De acuerdo al signo que predomina en
la lesión tenemos:
-Cistitis hemorrágica
-Cistitis supurativa
-Cistitis ulcerativa (una variedad es la úlcera de Hunner que es
una cistitis ulcerativa crónica)
-Cistitis pseudomembranosa: el exudado supurativo y la mucosa
necrótica, se organizan en pseudomembranas.
-Cistitis gangrenosa: el proceso supurativo y las úlceras se
extienden a las capas más profundas de la vejiga. Esto produce
fenómenos de isquemia, con la consecuente necrosis y
perforación vesical y extensión del proceso infeccioso a la región
pelviana.
Los hallazgos histológicos en la cistitis aguda, son los de
cualquier inflamación aguda inespecífica. La persistencia del
proceso agudo, lleva a las cistitis crónicas, con infiltrado
mononuclear, fibrosis de la lámina propia y engrosamiento de las
paredes vesicales. Una forma especial de cistitis crónica, es la
“folicular”los linfocitos de mucosa y submucosa se organizan en
folículos linfoideos.
Dentro de las formas específicas tenemos:
-Cistitis enfisematosa: hay burbujas de gas en la submucosa,
probablemente originadas por bacterias formadoras de gas.
Generalmente son pacientes diabéticos.
-Cistitis polipoide: es conocida también como “pseudotumor
inflamatorio”. Se expresa como masas exofíticas en la superficie
urotelial, cuyo estroma es edematoso, congestivo, con vasos de
neoformación y focos de infiltrado linfohistiocitario y
polimorfonuclear. A veces se observa proliferación fusocelular de
tipo pseudosarcomatoso. Se asocia a maniobras quirúrgicas o
clínicas, tales como traumatismo por sonda.
40
-Cistitis quística: en la cistitis crónica prolongada, nidos de
células transicionales pueden “enterrarse” y luego formar quistes
pequeños revestidos por esta mucosa. Este epitelio de
revestimiento puede sufrir metaplasia a epitelio columnar y
mucosecretor, de tipo intestinal, dando origen a la –Cistitis
glandular.
-Malacoplaquia: suele aparecer en huéspedes
inmunocomprometidos. Se postula que es causada por un
defecto enzimático en macrófagos que se produce ante
infecciones por gérmenes Gram negativos. Se observa placas
engrosadas, en general en trígono. Histológicamente se observa
histiocitos vacuolados con corpúsculos (fagosomas) de contenido
ferroso y con concreciones laminares (cuerpos de MichaelisGutman). (Ver fotos Nº 21 a 26: coloración con H/E)
Foto Nº21
Foto Nº22
Foto Nº23
Foto Nº24
41
Foto Nº25
Foto Nº26
™ Lesiones obstructivas
La obstrucción del cuello vesical es de gran importancia clínica,
por sus consecuencias en la vejiga y en los riñones. Es más
común en el hombre debido a hiperplasia adenomatosa de
próstata y carcinoma de próstata. En la mujer la causa más
fracuente es el cistocele (prolapso de la vejiga hacia la vulva).
Causas menos frecuentes son: estenosis congénita de la uretra,
estenosis inflamatoria de la uretra, estenosis de vejiga como
secuela de cistitis crónica y tumores primarios de la vejiga o que
la comprometen secundariamente y la litiasis vesical.
™ Patología neoplásica
El carcinoma urotelial representa más del 90% de los tumores
primarios de la vejiga, por lo tanto otras lesiones benignas y
malignas suelen ser sumamente infrecuentes. Los tumores
clásicamente han sido considerados desde la clínica de dos
tipos: Superficial (el 75% de los casos) e Invasor, que invaden el
músculo de la vejiga. La mortalidad de un tumor invasor es del
15% a los 5 años, del 25% a los 10 y del 35% a los 15 años. El
Carcinoma in situ tiene alto índice de recurrencia (82%),
progresión a cancer invasivo (60%), muerte por progresión de la
enfermedad (39%) y necesidad de cistectomía (65%) en
pacientes tratados solamente con resección endoscópica. La
presencia de CIS en tumores de alto grado e infiltración de la
lámina propia incrementa la progresión de la enfermedad en un
65% a los 5 años. (Ver fotos Nº27 y 28: coloración con H/E)
42
Foto Nº27
Foto Nº28
• Neoplasias Uroteliales Papilares
Clasificación WHO_ISUP (1997)
Lesiones no invasivas:
-Papiloma
-Papiloma invertido
-Neoplasia papilar de bajo potencial maligno
-Carcinoma papilar de bajo grado
-Carcinoma papilar de alto grado
Lesiones invasivas:
-Invasión de la lámina propia
-Invasión de la muscular propia (músculo detrusor)
™ Papiloma urotelial
Es una variante exofítica de papiloma, definida como una
proliferación de papilas delicadas con un eje central fibrovascular
delicado, revestido por urotelio de espesor y caracteres
citológicos normales. No se necesita contar las capas celulares.
El citoplasma de las células es abundante, con ocasional
aclaración nuclear. Los núcleos son elongados, monomorfos y
orientados perpendicularmente a la membrana basal, con
cromatina fina y nucléolos ausentes o inconspicuos. No se
observan mitosis y las células en paraguas están regularmente
preservadas. El papiloma es una lesión benigna de pequeño
tamaño, aislada, que aparece generalmente en pacientes
jóvenes y con cierta tendencia a la recurrencia.
™ Papiloma urotelial invertido
Es una lesión solitaria pediculada o polipoide, generalmente
menor a 3cm. Se localiza más frecuentemente en la región del
trígono, cuello vesical y uretra prostática y se observa en
43
pacientes adultos y ancianos. Histológicamente está constituído
por cordones de células uroteliales invaginados en el estroma,
con bordes expansivos no infiltrativos, a menudo con empalizada
periférica. Dichas células presentan núcleos elongados, de
cromatina fina. A veces se observan áreas quísticas, focos de
metaplasia escamosa y excepcionalmente un componente
neuroendocrino con células granulares eosinófilas.
Raros casos coexisten con carcinomas y recurren en menos del
5% de los casos cuando se los extirpa adecuadamente.
™ Neoplasia Papilar urotelial de bajo potencial maligno
Se trata de una lesión papilar con disposición ordenada de sus
células, con mínimo desarreglo arquitectural y discreta atipía (lo
que lo distingue del papiloma). Las papilas son delicadas, sin
ramificaciones y ocasionalmente se hallan fusionadas. Los
núcleos son elongados y las mitosis son escasas y limitadas a la
capa basal. Las células en paraguas pueden estar presentes.
Estos pacientes presentan un riesgo incrementado de
recurrencias, las que ocasionalmente serán de mayor grado,
pudiendo progresar. El seguimiento de estos pacientes deberá
ser más cuidadoso.
™ Carcinoma Papilar Urotelial de bajo grado
Están caracterizados por una apariencia general ordenada, pero
con variación arquitectural y citológica entre los distintos sectores
de la neoplasia. Las papilas son más gruesas y ramificadas con
fusión de papilas adyacentes. Hay variación en la polaridad y en
los tamaños y formas nucleares, cromatina granular y nucléolos
pequeños. Las células en paraguas pueden aún estar presentes.
Las mitosis son más frecuentes pero en general limitadas a la
mitad basal del epitelio. Los Carcinomas de bajo grado pueden
invadir la lámina propia y tienen un riesgo inferior al 5% de
progresión posterior. Tiene gran tendencia a la recurrencia. (Ver
fotos Nº29 a 34: coloración con H/E).
44
Foto Nº29
Foto Nº30
Foto Nº31
Foto Nº32
Foto Nº33
Foto Nº34
™ Carcinoma Papilar Urotelial de alto grado
El epitelio está desorganizado con pérdida de la polaridad,
agrupamiento celular irregular y pleomorfismo. La cromatina es
granular gruesa, con nucléolos prominentes. Las mitosis se
observan en todos los niveles, siendo algunas de ellas atípicas.
Tienen mayor riesgo de progresión, recurrencia y muerte por la
enfermedad así como un gran número de ellos se asocian a
lesión invasora en el momento del diagnóstico. La mucosa
adyacente suele presentar Carcinoma in situ asociado. (Ver fotos
Nº35 a 37 coloración con H/E)
45
Foto Nº35
Foto Nº36
Foto Nº37
™ Neoplasias Uroteliales Invasoras
Deberán ser clasificadas como sus análogas no invasoras
especificando el nivel de la invasión.
9 Concepto de muscular de la mucosa y muscular propia
El corion o lámina propia vesical puede contener una delgada capa
de células musculares lisas conocida como muscular de la mucosa.
Se encuentra ubicada aproximadamente en el tercio medio de la
lámina propia junto a vasos de grueso calibre. Tiene variaciones
individuales pudiendo ser continua, discontinua o tratarse de fibras
aisladas. La pared muscular de la vejiga está constituída por
gruesas bandas de músculo liso y se define como muscular propia o
músculo detrusor.
9 Parámetros útiles en la determinación de la invasión de la lámina
propia
1) Patrón de crecimiento irregular: La invasión de la lámina propia
se caracteriza por la presencia de nidos irregulares, cúmulos o
células aisladas. La presencia de nidos expansivos con empalizada
periférica no es signo de invasión sino de crecimiento invertido de
una lesión no infiltrante.
2) Reacción del estroma (desmoplásica, inflamatoria o mixoide)
46
3) Interrupción de la membrana basal
4) Diferenciación paradojal: Las células infiltrantes pueden tener
citoplasmas densos eosinofílicos en el borde de avance de la
neoplasia lo que las hace parecer más diferenciadas y con más
citoplasma que las que forman parte del tumor no invasivo.
5) Retracción del estroma en torno de nidos invasivos
Si bien se ha demostrado la importancia pronóstica del nivel de
invasión dentro de la lámina propia (por encima, a nivel o por debajo
de la muscular de la mucosa) es muy difícil determinar dicho nivel
en biopsias por resección transuretral, por la habitual falta de
orientación o bien por la ausencia de fibras musculares de la
muscular de la mucosa en la muestra. De todas formas se deberá
consignar la invasión de la lámina propia, pudiendo aclararse la
extensión (si la invasión es focal o extensa), mencionándose la
presencia de muscular de la mucosa y si está comprometida o no
para orientar al urólogo acerca de la dimensión del componente
invasor.
9 Los problemas habituales para determinar la invasión de la
lámina propia son:
1) Falta de orientación de la RTU
2) Alteraciones por electrocoagulación
3) Neoplasia intraepitelial invadiendo nidos de Von Brunn
4) Diagnóstico diferencial de muscular de la mucosa y muscular
propia
5) Patrones tumorales que simulan condiciones benignas:
Carcinoma urotelial variante “nested” (cistitis quística, cistitis
glandular, nidos de Von Brunn, adenoma nefrogénico y papiloma
invertido). Puede ser diferenciado por la presencia de nidos
confluentes pobremente definidos que infiltran profundamente hasta
la muscular propia.
La invasión del músculo detrusor: Se diagnosticará cuando el tumor
se encuentre invadiendo bandas gruesas de músculo liso. En casos
dudosos se deberá repetir la muestra intentando que la toma sea
más profunda. El nivel de invasión de la muscular propia (superficial
o profundo- Estadíos B1 o B2 de Jewett) sólo puede establecerse en
la pieza quirúrgica. La presencia de células adiposas en una RTU
no indica necesariamente invasión extravesical ya que puede haber
tejido adiposo en la lámina propia vesical.
47
9 Elementos que no deben faltar en el informe anatomopatológico:
1) Grado tumoral (Clasificación WHO-ISUP, remitirse a material y
métodos)
2) Configuración tumoral (papilar o sólido)
3) Estadío (Jewett- UICC, remitirse a material y métodos)
4) Presencia de muscular propia (músculo detrusor)
5) Invasión linfática o sanguínea
6) Cambios en la mucosa adyacente
9 Factores pronóstico en Carcinoma superficial de vejiga
1) Grado histológico y Estadío: Son independientes pero se
correlacionan, ya que en general los tumores de alto grado son al
mismo tiempo profundamente infiltrantes en el momento del
diagnóstico. La sobrevida a 5 años de los carcinomas en Estadío B2
y C de Jewett estaría entre el 45 y 55%.
2) Invasión vascular linfática y hemática
3) Presencia de leiones en el resto de la mucosa (multiplicidad de
tumores y/o neoplasia intraepitelial).
4) Tipo de márgenes y respuesta inflamatoria: los tumores con
márgenes expansivos y con reacción linfocitaria tendrían mejor
pronóstico.
5) Ausencia de antígenos de grupo sanguíneo: se encuentran en la
mucosa urotelial normal pero disminuyen o están ausentes en los
tumores, particularmente en los de mayor grado.
6) Presencia de hormona gonadotrofina coriónica: cuando está
presente es un factor de mal pronóstico. Ha sido relacionada con
estadíos clínicos más avanzados, alto grado y se relaciona con el
índice de ploidía.
7) Ploidía: se ha observado correlación entre ploidía del ADN, grado
y curso clínico. Es utilizada además en citología urinaria.
8) Marcadores de proliferación celular (mitosis, PCNA, Ki 67): se
correlacionan fundamentalmente con el grado.
9) Sobreexpresión de P 53: tanto el grado como el estadío están
relacionados con este parámetro. Es un factor indicador del riesgo
de proyección, probabilidad de metástasis y supervivencia.
10) Expresión alterada del gen Rb (retinoblastoma): los tumores que
exhiben disminución de la expresión de la proteína Rb tienen un
comportamiento más agresivo.
Factores pronóstico en Cáncer Invasor de vejiga
1) Tamaño tumoral
2) Estirpe
3) Grado celular
4) Ganglios positivos
48
5) Margen positivo
6) Estadío
7) Invasión vascular, perineural
8) Uronefrosis
9) Marcadores tumorales
10) Tiempo desde el diagnóstico a la cirugía
(Ver fotos Nº 38 y 39: invasión de la lámina propia por Ca. Urotelial
de alto grado y fotos Nº40 a 43: invasión profunda por Ca. Urotelial
de alto grado)
Foto Nº38
Foto Nº39
Foto Nº40
Foto Nº41
Foto Nº42
Foto Nº43
™ Otros tumores epiteliales malignos
49
I) Adenocarcinoma: Corresponden alrededor del 1% de los tumores
malignos vesicales. Se los divide en A) Uracales y B) No uracales.
La distinción entre ambos se basa en datos clínico-patológicos
como ser la ubicación, el compromiso primario de estructuras
parietales o la asociación con otras entidades.
A) Uracales: Aparecen en cúpula vesical, con compromiso inicial
de estructuras musculares o como una masa suprapúbica y en
general con preservación del urotelio de revestimiento y sin
asociación con cistitis glandular. Ocurren en adultos, con más
frecuencia entre la 5ª y 6ª década de la vida, con leve predominio
en el sexo masculino. Se ha sugerido que se originan en
metaplasia intestinal del epitelio del uraco. Microscópicamente son
sólidos, recubiertos por mucosa intacta o ulcerada, que puede
extenderse a lo largo del tracto uracal. Histológicamente suele
aparecer como mucosecretante, con características de tipo
entérico o aún como de células “en anillo de sello”. Expresan
positividad para Citoqueratinas, Antígeno carcinoembrionario,
Antígeno epitelial de membrana y Leu-M1. Tendrían un pronóstico
algo mejor que el de los adenocarcinomas no originados en restos
de uraco, aunque por el hecho de crecer en forma asintomática,
puede diagnosticárselo en estadíos avanzados.
B) No uracales: Comprenden más del 60% de los
adenocarcinomas. Se sugiere que se originan a través de
metaplasia glandular del urotelio. Se asocia con cistitis glandular,
especialmente del tipo intestinal o en la metaplasia intestinal
observable en vejigas desfuncionalizadas. Corresponde al 90% de
los tumores malignos que se detectan en casos de extrofia vesical.
Aparece a edad más avanzada que el uracal. Macroscópicamente
es una masa única, sésil o papilar, que se ubica preferentemente
en trígono o en pared posterior. Microscópicamente las variantes
más frecuentes corresponden al Adenocarcinoma no específico o
al tipo intestinal. Expresan positividad para Citoqueratinas,
Trombomodulina, Antígeno Carcinoembrionario, Antígeno epitelial
de membrana y Leu-M1. Para diagnosticarlo, debe excluirse la
presencia de componente urotelial ya que, en ese caso, se trataría
de un Carcinoma urotelial con diferenciación glandular. Debe
descartarse la posibilidad de que sea un tumor metastático para
esto debe apelarse a los datos clínicos o a la eventual presencia
coexistente de cistitis glandular intestinal, metaplasia glandular o
Adenocarcinoma “in situ”. El pronóstico es malo, con sobrevida a
los 5 años de menos del 20%.
50
Tipos especiales- Adenocarcinoma de células “en anillo de sello”:
Menos de 60 casos comunicados. Debe estar compuesto casi en su
totalidad por células “en anillo de sello” o de citoplasma
reemplazado por material mucinoso sin presencia de mucina
extracelular. Se acompañan de desmoplasia estromal. La mucosa
suprayacente suele hallarse preservada. Al momento del
diagnóstico, en general no se hallan confinados a la vejiga, por lo
que debe excluirse la posibiliadad de primitivos rectales o
prostáticos o la presencia de metástasis de tumores gástricos o de
Carcinoma lobulillar mamario. Es de peor pronóstico, 13% de
sobrevida a los 5 años.
-Adenocarcinoma de células claras: Menos de 10 casos
comunicados. Más frecuentes en sexo femenino. Localizan en
trígono o pared posterior y están compuestos por cavidades
delimitadas por células aplanadas o cuboideas con aspecto “en
tachuela” (hobnail) con marcado pleomorfismo, alto índice mitótico y
glucogéno citoplasmático y endoluminal. Se originan en metaplasia
del urotelio y se descarta un origen en restos mesonéfricos, algunos
de ellos podrían tener un origen mülleriano. Diagnóstico diferencial
con adenoma nefrogénico (más pequeño, se asocia a maniobras
instrumentales, sin atipía nuclear marcada) y se debe excluir la
posibilidad de metástasis de tumores genitales femeninos o de
riñón.
II) Carcinoma escamoso: En regiones no endémicas para
esquistosomiasis, aparecen con una frecuencia de 2% a 7% de los
tumores vesicales. Tienden a ser sésiles y, en el momento del
diagnóstico comprometen en general la capa muscular. Deben
hallarse células con abundante formación de queratina y debe
excluirse la presencia de componente urotelial, para descartar un
Carcinoma urotelial con diferenciación escamosa, la que suele
observarse en el componente profundo de infiltración de tumores
uroteliales de alto grado de malignidad. Histológicamente se aprecia
las características comunes a todo carcinoma escamoso. El
pronóstico es malo, en general por hallarse en estadío avanzado. El
Carcinoma verrugoso debe ser distinguido de condilomas
acuminados. (Ver fotos Nº 44 y 45: coloración con H/E)
51
Foto Nº44
Foto Nº45
III) Tumores neuroendocrinos y Carcinoma de células pequeñas:
Sumamente infrecuentes, se pueden presentar en forma pura o
asociados a tumores uroteliales generalmente a los de alto grado.
Tienen las mismas características morfológicas, evolutivas y
terapeúticas que similares tumores en otras localizaciones.
IV) Carcinoma símil Linfoepitelioma: Son similares a los hallables en
nasofaringe sin relación con el virus de Epstein-Barr. Aparecen en
pacientes de edad avanzada, en general de sexo masculino y pese
a su alto grado histológico responden bien a la quimioterapia. Son
tumores poco frecuentes en los que debe ser realizado el
diagnóstico diferencial con cistitis crónicas severas y linfomas.
V) Variantes poco frecuentes de Carcinoma Urotelial
A) Variante “en nidos” (nested): se observan pequeños nidos de
células neoplásicas uroteliales que semejan nidos de Von Brunn,
algunos de los cuales tienen luces centrales. En los estratos
superficiales de la lámina propia los nidos tienen poca o escasa
atipía, la que se torna evidente en la profundidad de la infiltración.
Esta lesión imita a lesiones benignas como una proliferación
prominente de nidos de Von Brunn, al papiloma invertido y al
paraganglioma vesical.
B) Carcinoma urotelial con microquistes: se observan estructuras
quísticas o microquísticas, de contenido mucinoso, en neoplasias
habitualmente papilares de alto grado que es el que determina su
mal pronóstico.
C) Carcinoma urotelial micropapilar: es una neoplasia inusual
(0,7%) que puede aparecer en hombres de edad avanzada, se
observa presencia de estructuras papilares en las que no se
52
identifica con claridad ejes conectivo-vasculares. Semeja tumores
serosos ováricos. Presentan marcada atipía nuclear y son
extensamente infiltrantes al momento del diagnóstico, por lo que su
pronóstico es malo.
D) Carcinoma urotelial con patrón invertido: simula un papiloma
invertido pero con atipías significativas.
E) Carcinoma urotelial plasmocitoide: muy poco frecuente. Las
células epiteliales semejan plasmocitos. Se deben realizar técnicas
de inmunomarcación para diferenciarlo de las neoplasias de células
plasmáticas. Estos tumores expresan positividad para
citoqueratinas y son negativos para inmunoglobulinas y cadenas
livianas.
F) Carcinoma urotelial sarcomatoide (con células ahusadas,
metaplásico, etc): generalmente se los diagnostica en un estadío
avanzado en pacientes, en general, de sexo masculino, de 7ª u 8ª
décadas de la vida. Microscópicamente se observa una formación
exofítica, a veces polipoidea. Histológicamente presentan extensas
áreas fusocelulares que remedan un sarcoma, a menudo con áreas
“estoriformes” o mixoides, o diferenciación heteróloga
(condrosarcoma, osteosarcoma, etc) mezcladas con sectores de
Carcinoma de alto grado urotelial con diferenciación glandular o
escamosa. El pronóstico es malo. Debe efectuarse diagnóstico
diferencial con sarcomas, proliferaciones reactivas
pseudosarcomatosas o incluso con melanoma. Son de ayuda, en
estos casos, los marcadores inmunohistoquímicos (citoqueratina,
vimentina o incluso actina músculo-específica). (Ver fotos Nº 46 a
49: coloración con H/E)
Foto Nº46
Foto Nº47
53
Foto Nº48
Foto Nº49
G) Carcinoma urotelial con células gigantes multinucleadas “tipo
osteoclastos”: las células gigantes indicarían una probable reacción
estromal, histiocitaria o de tipo osteoclástica. Su pronóstico depende
del grado de la neoplasia urotelial.
H) Carcinoma urotelial con células gigantes de tipo
sinciciotrofoblasto: células de tipo sinciciotrofoblasto que expresan
positividad para gonadotrofina coriónica suelen verse asociados a
un Carcinoma urotelial de alto grado. No hay evidencias
contundentes que indiquen peor pronóstico.
I) Carcinoma urotelial con diferenciación glandular: es de mal
pronóstico, se presenta en neoplasias de alto grado. Podrían tener
cierta respuesta a la quimioterapia.
J) Carcinoma urotelial con diferenciación escamosa: se observa
diferenciación escamosa en más del 20% de los carcinomas
uroteliales. Es definida por la presencia de queratinización y de
“puentes” intercelulares. Se la aprecia en el componente infiltrante
profundo y en Carcinoma de alto grado de malignidad. Presenta mal
pronóstico o con mala respuesta a la quimioterapia. Sólo se debe
efectuar el diagnóstico de carcinoma escamoso en ausencia de
componente urotelial. (Ver fotos Nº 50 y 51: coloración con H/E)
54
Foto Nº50
Foto Nº51
En esta reseña no mencionaremos otros grupos de neoplasias
primarias de estirpe estromal, linfoide u otras de presentación
excepcional, como así tampoco los procesos metastáticos que
afectan a la vejiga, porque su incidencia varía notablemente.
Patología Prostática:
- Hiperplasia prostática
La hiperplasia prostática es una entidad clínica que tiene en general
su correlato anatomo-patológico en la hiperplasia nodular benigna
de la zona de transición. Sin embargo, existen otras hiperplasias
como la postatrófica, la hiperplasia de células basales y la
hiperplasia adenomatosa atípica.
- Hiperplasia nodular benigna
La hiperplasia nodular benigna es una proliferación tanto del sector
glandular como del estroma fibromuscular prostático, con
crecimiento en forma de nódulos bien delimitados. El crecimiento
puede darse a expensas de estos tres elementos por igual, o puede
haber un predominio de uno de ellos. Es muy frecuente en hombres
mayores de 40 años. La población de la 6ª década se encuentra
afectada en un 50%. La mayor incidencia es en la 7ª década. Los
factores etiológicos son muchos, siendo de mayor relevancia las
alteraciones hormonales, sobre todo, la relación estrógenostestosterona, que se va invirtiendo con la edad. También existen
alteraciones en los factores de crecimiento celulares, como ser el
factor de crecimiento fibroblástico, que luego mediaría en el
desarrollo del sector epitelial. La apoptosis también es un
mecanismo regulador de la hiperplasia nodular.
La hiperplasia nodular compromete preferentemente la región
periuretral proximal, zona de transición. El 50% de los pacientes
55
tiene una próstata aumentada de tamaño, que se comprueba con
tacto rectal y clínicamente expresa todos los signos de prostatismo.
Macroscópicamente se observan múltiples nódulos de coloración
blanco-amarillento, bien delimitados, algunos de aspecto sólido y
otros cribosos, con quistes. Los nódulos puramente estromales
tienen aspecto similar a los leiomiomas uterinos. Puede haber
alteraciones del color y de la consistencia en caso de que se
hubiese producido infarto. La zona periférica puede mostrar
dilataciones quísticas secundarias a la obstrucción.
Microscópicamente el aspecto de los nódulos hiperplásicos es
variado, si bien estas diferencias no tienen significado biológico.
Según su constitución pueden ser de distinto tipo: 1) estromal
(nódulo fibroso o fibrovascular), 2) fibromuscular, 3) muscular
(leiomioma), 4) fibroadenomatoso y 5) fibroleiomioadenomatoso.
(Ver fotos Nº 52 y 53: coloración con H/E).
Foto Nº52
Foto Nº53
En la actualidad la hiperplasia nodular benigna se clasifica en: 1)
Patrones usuales: a) glandular, b) estromal y c) mixto. 2) Patrones
especiales: a) predominio epitelial: glándulas pequeñas, cribiforme y
de células basales, b) estromal: leiomiomatoso, c) mixto: glandular
estromal: tipo fibroadenoma y tipo fillodes.
Las glándulas de los nódulos hiperplásicos son medianos y
grandes, algunas veces quísticas y pueden mostrar crecimiento
endoluminal de aspecto papilar. El epitelio que las reviste es una
doble capa de células secretoras y basales. Estas últimas se
identifican como células de núcleo oscuro, alargado o elongado, a
veces cuboide, que se ubica por debajo de las células secretoras.
Las células secretoras son altas columnares, si bien en los cambios
quísticos pueden mostrar aspecto aplanado. En las proyecciones
papilares pueden adquirir aspecto estratificado. El citoplasma es
abundante, claro y levemente eosinófilo, a veces con aspecto
granular. El núcleo es redondo, uniforme, sin nucléolo. En general
56
se ve poca secreción endoluminal y pocos cuerpos amiláceos. El
componente estromal es tanto de tipo fibroblástico como muscular
liso.
Dentro de los patrones especiales, de predominio epitelial, se
reconocen:
-Hiperplasia de glándulas pequeñas: proliferación circunscripta de
glándulas pequeñas en un estroma fibromuscular. Las células
secretoras no son tan altas como en la hiperplasia usual y las
células basales suelen verse incrementadas, sugiriendo un vínculo
con la hiperplasia de células basales. Se diferencia de la hiperplasia
adenomatosa atípica por su aspecto más uniforme y su asociación
con hiperplasia estromal.
-Hiperplasia cribiforme: variante poco frecuente en la que el
componente epitelial tiene glándulas de mediano a gran tamaño,
con crecimiento cribiforme. Cada glándula posee su capa de células
basales. Las células secretoras tienen en general abundante
citoplasma claro. En el predominio estromal se observan los
nódulos leiomiomatosos que son muy celulares, pero raramente
tienen mitosis. Pueden tener áreas de necrosis. Pueden observarse
cambios secundarios tales como cambios quísticos, metaplasia
oncocítica y mucosa del epitelio y cuerpos de psammoma. También
inflamación aguda o crónica asociada. El infarto es frecuente y se ve
hasta en el 25% de los nódulos grandes, muchas veces
acompañado de metaplasia pavimentosa. También se pueden ver
focos de PIN y de hiperplasia adenomatosa atípica.
-Hiperplasia de células basales: se ve con frecuencia en los casos
de hiperplasia nodular benigna. En general se encuentra en la zona
de transición, y por eso se la observa en el material de RTU y en las
piezas de prostatectomía, aunque es más difícil su hallazgo en las
biopsias transrectales. No posee un aspecto macroscópico definido.
Puede asociarse a cambios atróficos glandulares y verse en la zona
periférica. Al microscopio, la hiperplasia de células basales puede
ser completa o incompleta, y desarrollarse hasta llegar a ser florida.
En raros casos llega a tener aspecto adenoide quístico y menos
frecuente es aún el carcinoma de células basales. (Ver foto Nº 54:
coloración con H/E)
57
Foto Nº54
En la hiperplasia nodular, se puede reconocer a bajo aumento la
afectación parcial o completa de uno de los nódulos por una
hiperplasia de células basales. El crecimiento del nódulo es por
empuje, muy rara vez tiene aspecto pseudoinfiltrante. Si la
hiperplasia de células basales es completa, puede adquirir el
aspecto microscópico de nidos o cordones. Las células basales son
uniformes, con núcleo redondo a oval de cromatina bien distribuída
y escaso citoplasma acidófilo. No se observan nucléolos ni signos
de pleomorfismo. Los nidos en general tienen luz central, aunque
puede ser excéntrica y en raros casos el aspecto es cribiforme.
Puede haber un crecimiento de tipo adenoide quístico. Si se
observan núcleos agrandados, nucléolo prominente, hipercromasia
y mitosis, se denomina “hiperplasia de células basales atípica”. El
estroma que rodea la hiperplasia de células basales es similar al de
la hiperplasia nodular benigna. En las glándulas atróficas y en las
que recibieron tratamiento de deprivación androgénica también se
pueden observar focos de hiperplasia de células basales. Con IHQ,
las células basales son positivas para un amplio espectro de
queratinas, pero la específica es una queratina de alto peso
molecular 34βE 12. El diagnóstico diferencial es con la metaplasia
transicional, el PIN, el adenocarcinoma y el carcinoma de células
basaloides.
La metaplasia transicional ocurre en los ductos y acinos de la
periferia, en general asociado con prostatitis y atipía reactiva. Las
células transicionales tienen más citoplasma y un núcleo más
elongado que redondo. Con frecuencia tiene hendiduras nucleares.
Se evidencian signos de maduración desde la zona basal hacia la
apical de revestimiento. (Ver fotos Nº 55 y 56: coloración con H/E)
58
Foto Nº55 Metaplasia urotelial
Foto Nº56 Metaplasia escamosa
En cuanto al PIN, se puede confundir el de crecimiento plano con la
hiperplasia de células basales. Sin embargo en general se
acompaña de otros sectores de aspecto micropapilar o en ondas.
Además las alteraciones ocurren en las células secretoras y no en
las basales. El diagnóstico diferencial con los carcinomas es fácil
por el patrón infiltrante de crecimiento que tienen estos últimos.
-Hiperplasia postatrofia: Es una alteración que se ve con más
frecuencia, aunque no exclusivamente, en la zona periférica.
Respecto a su desarrollo, algunos opinan que se trata de una atrofia
que está desarrollando cambios hiperplásicos secundarios, mientras
otros consideran que se trata de glándulas que comienzan a
expresar cambios atróficos mientras otras células conservan sus
caracteres secretores. Al microscopio, se ven glándulas con
anomalías arquitecturales, irregulares, elongadas o de aspecto
estrellado, con una distribución irregular dentro del estroma
escleroso que distorsiona la arquitectura. Sin embargo, se conserva
el aspecto lobular. El epitelio de revestimiento es cúbico con muy
escaso citoplasma, y se pueden encontrar algunas proyecciones
apicales de tipo secreción apócrina. Los núcleos pueden estar
levemente aumentados de tamaño, con leve pleomorfismo. El
nucléolo puede ser evidente, pero no tanto como en el
adenocarcinoma. Las células basales se mantienen en la periferia.
-Hiperplasia adenomatosa atípica (HAA): es una proliferación
localizada de pequeños acinos, con crecimiento generalmente
circunscripto, pero que en ocasiones se extiende por el estroma
adyacente. Es un grupo borderline entre lo benigno y el carcinoma,
pero debe ser considerado como una patología benigna. Las células
basales tienen un patrón fragmentado. Los nucléolos no son tan
evidentes como en el carcinoma. Rara vez se observan cristaloides.
En general afecta la zona de transición. Desde el punto de vista
59
clínico no produce alteraciones, y se diagnostica en el curso de una
resección por hiperplasia o carcinoma. Al microscopio son focos
siempre menores a 1cm (generalmente miden entre 0,1 y 0,3cm).
En bajo aumento se reconoce como una acumulación de acinos
pequeños o medianos, dispuestos en forma uniforme, manteniendo
un patrón de crecimiento lobular. Se debe diferenciar de un
adenocarcinoma Gleason 1 o 2. Las glándulas aunque son
pequeñas, son redondas u ovales, separadas unas de otras y sin
tendencia a fusionarse. El epitelio secretor que la reviste es
columnar bajo, con citoplasma claro o levemente eosinófilo y
granular. Las luces son más irregulares, con un aspecto menos
rígido que en el carcinoma. Puede haber cuerpos amiláceos y los
cristaloides son raros, al igual que las mucinas basofílicas. Las
células basales se identifican fácilmente con IHQ, y pueden verse
discontinuas, pero siempre están presentes. Se observa poco o
nada de reacción estromal. Si el estroma fuera muy celular, se debe
realizar el diagnóstico diferencial con la adenosis esclerosante. Los
núcleos son regulares, redondos, con cromatina uniforme, y los
nucléolos pueden verse pero nunca miden más de 1µm.
Clínicamente la lesión debe considerarse benigna, y los pacientes
deben ser sometidos a un seguimiento conservador. (Ver foto Nº 57:
coloración con H/E)
Foto Nº57
-Adenosis esclerosante: es una proliferación circunscripta de
pequeños acinos es un estroma denso fusocelular. Es un hallazgo
casual en el 2% de las RTU. Los acinos son medianos y pequeños,
y pueden verse nidos con luces abortivas. Las células de
revestimiento tienen citoplasma claro o acidófilo con bordes
definidos. Las células basales pueden ser focalmente prominentes o
hiperplásicas, sobre una membrana basal engrosada. El diagnóstico
diferencial es con adenocarcinoma. Las células basales marcan con
S 100, actina y 34βE 12 en forma fragmentada o discontinua. Las
60
células secretoras marcan con PSA y PAP. (Ver foto Nº 58:
coloración con H/E)
Foto Nº58
- Inflamación
La prostatitis aguda y crónica puede producir cambios
arquitecturales y citológicos en las glándulas prostáticas tales como
atrofia, alteración de la relación núcleo-citoplasmática y prominencia
nucleolar, que pueden simular un adenocarcinoma prostático, por lo
cual el diagnóstico de cáncer en presencia de inflamación debe ser
realizado con cautela, tratando de identificar focos de
adenocarcinoma no inflamado en el mismo cilindro u otro separado,
o cuando observamos infiltración carcinomatosa entre glándulas
benignas. Las glándulas benignas inflamadas poseen la capa de
células basales y están frecuentemente asociadas a Hiperplasia de
células basales. Está descripta la presencia de linfocitos con
abundante citoplasma como resultado de cambios artefactuales que
plantea el diagnóstico diferencial con adenocarcinomas con células
en anillo de sello. Este último patrón de carcinoma generalmente
coexiste con otros de alto grado, además de evidenciar
inmunomarcación con PSA, FAP, AE1 AE3 y negatividad con ACL.
Prostatitis granulomatosa (PG) versus adenocarcinoma prostático
pobremente diferenciado es una dificultad diagnóstica clásica desde
el punto de vista clínico y patológico. Los pacientes presentan
síntomas irritativos, obstructuivos y elevación sérica de PSA. La
clasificación de las PG las divide en: infecciosas, iatrogénicas,
sistémicas y no específicas o idiopáticas, siendo esta última el tipo
más frecuente (69%). Probablemente se origina por una estasis en
la secreción ductal, con destrucción del epitelio y salida de detritus
celulares y secreciones al estroma generando así la consiguiente
reacción inflamatoria, compuesta por histiocitos epitelioides,
vacuolados y multinucleados, además de linfocitos, plasmocitos y
eosinófilos. Estudios inmunohistoquímicos revelarán positividad con
61
marcadores histiocitarios (CD 68, HAM 56, MAC 387), ACL y
tinciones negativas con marcadores prostáticos específicos.
El xantoma prostático describe una compacta colección de
histiocitos espumosos en el tejido prostático descubierta como
hallazgo accidental en RTU o biopsias, y pudiendo ser confundido
con adenocarcinomas de tipo hipernefroides (Gleason 4) o con
cánceres con glándulas con abundante citoplasma espumoso y
aquellos post-TDA. (Ver fotos Nº 59 a 64: coloración con H/E)
Foto Nº59
Foto Nº60
Foto Nº61
Foto Nº62
Foto Nº63
Foto Nº64
- Neoplasia Prostática Intraepitelial (PIN)
62
Es una proliferación endoluminal del epitelio secretor con cambios
citológicos que van desde la displasia leve hasta el carcinoma in
situ. Estas alteraciones morfológicas y proliferativas se desarrollan
en el epitelio de ductos y acinos preexistentes.
El PIN se puede graduar en 1) leve, 2) moderado y 3) severo, o bien
en la actualidad se prefiere agruparlo como bajo grado (PIN 1) y alto
grado (PIN 2 y 3).
La continuidad entre el bajo grado, el alto grado y el carcinoma
invasor está caracterizado por la disrupción de la capa de células
basales, pérdida de los marcadores de secreción, anomalías
nucleares y nucleolares, actividad proliferativa y contenido de ADN.
Precede en 10 años al carcinoma, siendo por lo tanto su pico
máximo de presentación la 6ª década. No existe duda de su relación
con el cáncer. Es mucho más frecuente en las próstatas con
carcinoma que en las benignas y cuando se lo ve asociado con
carcinoma es siempre multifocal, extenso y de alto grado. Tiene
predilección por afectar la zona periférica. También se observa en el
PIN de alto grado una pérdida parcial de la capa de células basales,
que en el carcinoma está ausente por completo. Las mutaciones del
gen P 53 y el incremento de la expresión del C-erb B-2 se
encontraron tanto en el PIN como en el carcinoma, hallazgos que no
se observan en las lesiones benignas.
Se describen 4 patrones arquitecturales: 1) en penachos u ondas
(87%), 2) micropapilar (85%), 3) cribiforme (32%) y 4) plano (28%).
En general se mezclan las 4, pero en un mismo campo predomina
uno de ellos. En la observación a bajo aumento los acinos con PIN
se ven hipercromáticos por la proliferación y estratificación de las
células secretoras. Son de tamaño mediano a grande, con
contornos redondeados. En la biopsia puede comprometer un
pequeño foco, pero en la realidad la lesión es más extensa. Las
luces son muy irregulares. Es útil para el diagnóstico observar el
compromiso parcial, en “parches” de algunos acinos. La
superposición nuclear es prominente y los bordes celulares son
inaparentes. El PIN se observa en la zona periférica en un 70%, en
la zona de transición en un 20-25% y en un 5-10% en la zona
central. (Ver fotos Nº 65 a 68: coloración con H/E)
63
Foto Nº65 PIN de bajo grado
Foto Nº66 PIN de alto grado
Foto Nº67 PIN micropapilar de alto grado
Foto Nº68 PIN micropapilar de bajo grado
- Carcinoma de próstata
Su prevalencia va aumentando después de la 6ª década. En la
actualidad, se realiza detección precoz gracias al dosaje de PSA,
junto con el examen clínico. Valores de PSA entre 0/4ng/ml están
asociados con bajo riesgo de presentar un carcinoma, no se realiza
biopsia. Valores entre 4/10ng/ml implica riesgo intermedio y se debe
realizar biopsia. Valores entre 10/20ng/ml implica riesgo elevado y
debe biopsiarse y valores de 20ng/ml o más implica alto riesgo para
desarrollar metástasis. El examen dígito rectal y sonograma no lo
afecta mientras que la biopsia o resección transuretral lo eleva.
Puede estar aumentado en el infarto, prostatitis y en la hiperplasia
benigna. La relación entre PSA libre o conjugado es muy
importante, 25% o menos de PSA libre indica mayor riesgo de
carcinoma y es necesario la biopsia. El advenimiento de la biopsia
transrectal permite efectuar un mapeo, con detección de lesiones en
estadíos más precoces. Se considera que se debe realizar un
mínimo de 6 biopsias con aguja de 18 gauges. Cada toma que se
obtiene mide entre 15 a 20mm. El examen histopatológico de la
próstata debe proveer toda la información necesaria para programar
un tratamiento y considerar el pronóstico. Siempre se debe informar
el tipo histológico, el score de Gleason, la extensión extraprostática,
el compromiso de vesículas seminales y de ganglios linfáticos, el
64
estado de los márgenes, la invasión vascular y el volumen tumoral.
La pieza de prostatectomía debe medirse en las tres dimensiones y
debe ser pesada. Luego de pintar los márgenes, en primer término
se amputa el ápex. El resto se corta en forma seriada, perpendicular
a la uretra, en cortes de 4-5mm. La base se debe estudiar para
evaluar el cuello vesical. Además se deben hacer cortes de ambas
vesículas seminales, sobre todo en su nacimiento, para evaluar la
infiltración. En cuanto a la ubicación del tumor dentro de la próstata,
el 70-75% se desarrollan en la zona periférica, el 15-20% en la zona
de transición y el 10% en la zona central. Cuando el tumor es muy
grande puede comprometer varias zonas. En general los tumores
que se desarrollan en la zona de transición son pequeños y de bajo
grado, mientras que los periféricos son más voluminosos y de grado
medio y alto. Los adenocarcinomas ductales en general
comprometen el verumontanum y los grandes ductos periuretrales,
para luego extenderse en el sistema ducto acinar profundo.
En la mitad de las piezas de prostatectomía se puede observar que
el tumor es multifocal. La zona apical es un sitio frecuente de
ubicación del tumor secundario.
El volumen de un tumor se correlaciona con el grado, la extensión
extraprostática, el margen, la invasión de vesícula seminal, el
compromiso ganglionar, la recurrencia y la sobrevida. Sin embargo,
el cálculo exacto del volumen tumoral se debe hacer por
computadora a través de un analizador de imágenes. Se considera
suficiente estimar el porcentaje de tejido comprometido por el tumor
tanto en las biopsias como en las RTU y en las piezas de
prostatectomía, lo cual correlaciona muy bien con los otros datos.
El reconocimiento macroscópico del tumor puede ser dificultoso, y
confundirse con nódulos de hiperplasia. En general es más firme
que el tejido circundante y no se observa el aspecto criboso o los
quistes que se ven en las hiperplasias. La coloración es
blanquecina, aunque puede tener un aspecto amarillento debido a la
presencia de lípidos intracitoplasmáticos. La necrosis y la
hemorragia son poco frecuentes. Al microscopio el diagnóstico de
carcinoma se realiza a bajo aumento, debido a las alteraciones
arquitecturales, pero obviamente hay que ir a más aumento para
observar las características citológicas que van a hacernos concluir
el diagnóstico. En todos los casos se observa una proliferación
neoplásica atípica de acinos, dispuestos según diversos patrones
descriptos por Gleason. En el informe histopatológico se debe
consignar la suma o score de Gleason. Esta surge de sumar el
grado primario o dominante con el secundario (debe representar por
lo menos el 5%). Las alteraciones arquitecturales se ven a bajo y
mediano aumento. Según la distribución de los acinos se establecen
65
los diferentes grados de Gleason. Los acinos tienen disposición
irregular, con cantidades variables de estroma interpuesto. La
variación del tamaño acinar es un buen criterio, sobre todo cuando
se encuentra en la parte periférica de un foco de adenocarcinoma
bien diferenciado de una biopsia. Los acinos en general se ven
pequeños o medianos, con contornos irregulares. Siempre es
importante comparar con acinos benignos adyacentes. El estroma
en general contiene colágeno joven que se ve débilmente eosinófilo.
Las principales alteraciones citológicas son: 1) agrandamiento del
núcleo y del nucléolo. La identificación de 2 o más nucléolos es
indicador de malignidad. 2) ausencia de células basales. En caso de
dudas se efectúa IHQ. Otros datos importantes a tener en cuenta
son:
ƒ Mucinas luminales: en los adenocarcinomas se ven mucinas
ácidas sulfatadas o no sulfatadas, siempre basofílicas, que tiñen
con Azul Alcian. La próstata normal tiene mucinas neutras que
tiñen con PAS. Las mucinas ácidas también se ven en PIN, HAA y
adenosis esclerosante.
ƒ Cristaloides eosinófilos: son más frecuentes en el carcinoma pero
también se ven en PIN y en cuadros benignos. Son útiles en las
metástasis de primario desconocido.
ƒ Micronódulos de colágeno: masas nodulares de estroma fibrilar
eosinófilo paucicelular, que protruye hacia la luz. Es raro pero
altamente específico. Se ven en el 13% de los adenocarcinomas y
no en otras patologías.
ƒ Invasión perineural: es frecuente y puede ser la única evidencia de
carcinoma en una biopsia. No es un indicador de extensión
extraprostática. (Ver fotos Nº 69 y 70: coloración con H/E)
Foto Nº69
Foto Nº70
ƒ Invasión vascular y linfática: es un indicador de malignidad que se
correlaciona con el grado histológico. Se asocia con extensión
66
extraprostática y metástasis a distancia. (Ver foto Nº 71: coloración
con H/E).
Foto Nº71
ƒ Angiogénesis: está aumentada en el PIN y en el carcinoma. Es un
factor predictivo independiente importante y se vincula a extensión
extraprostática. De todos los grados de Gleason, quizás el más
difícil de diagnosticar sea el patrón 1. A éste no se lo puede
diagnosticar en biopsias, ya que su patrón de crecimiento exige un
nódulo de bordes bastante circunscriptos, y para evaluarlos se
requiere la resección completa de la lesión. Se observa una
proliferación de acinos pequeños, ovales o redondeados, de
tamaño similar, separados unos de otros. El principal diagnóstico
diferencial es con HAA, para lo cual muchas veces se requiere la
realización de IHQ. En el patrón 2 los acinos son similares, pero la
lesión tiene bordes irregulares, infiltrantes. En el patrón 3 se
observa mayor variación entre el tamaño de los acinos neoplásicos
y además se ven contornos angulados, con formas elongadas y
ramificadas (3A). En 3B las luces suelen ser un poco más
pequeñas y las células tienen escaso citoplasma, lo que les
confiere un aspecto más “oscuro” que puede confundirse con la
atrofia. Es frecuente en las neoplasias con patrón 3 encontrar
elementos ductales o acinares no neoplásicos atrapados en el
adenocarcinoma. El 3C tiene un patrón de crecimiento cribiforme,
y también puede tener papilas. (Ver fotos Nº72 a 75: coloración
con H/E).
67
Foto Nº72
Foto Nº73
Foto Nº74
Foto Nº75
En el patrón 4 la principal característica es la fusión de los acinos,
se observan glándulas de contornos bien definidos con pobre
formación de luces, y glándulas cribiformes grandes con un borde
irregular. En el 4A las células tienen un citoplasma más basófilo, en
el 4B los citoplasmas son claros, de tipo hipernefroide y en el 4C se
observa un patrón de crecimiento de tipo glomeruloide. El patrón 4
es menos diferenciado y mucho más agresivo que el patrón 3. Es
por esto que es de suma importancia en el score 7, establecer
claramente cúal es el patrón dominante y cúal es secundario, ya que
tienen un pronóstico peor aquellos que son 4+3, respecto de los
3+4. (Ver fotos Nº 76 y 77: coloración con H/E).
68
Foto Nº76
Foto Nº77
El patrón 5 es el menos diferenciado, caracterizado por un
crecimiento en nidos o masas celulares, planchas o bien una
invasión de tipo difusa con cordones o células sueltas. Se observan
muy pocas luces acinares. También se consideran patrón 5 aquellos
tumores con patrón cribiforme y necrosis central endoluminal
(comedocarcinoma) rodeado por masas papilares, cribiformes o
sólidos. La presencia de necrosis en un solo acino es suficiente
para graduarlo como 5. (Ver fotos Nº 78 y 79: coloración con H/E y
foto Nº 80 inmunomarcación con fosfatasa ácida prostática).
Foto Nº79
Foto Nº80
Foto Nº81
Existe una correlación entre el valor del PSA, el grado de Gleason y
el volumen tumoral. El grado es uno de los factores predictivos más
importantes en cuanto a la extensión extraprostática, invasión de
vesículas seminales, metástasis en ganglios linfáticos y en hueso,
todos estos datos son a tener en cuenta para la estadificación.
Existen muchas variantes de adenocarcinoma de próstata.
Aproximadamente entre el 90 y el 95% de los carcinomas
prostáticos son de origen acinar y casi todos los problemas que ven
los patólogos referidos a la neoplasia prostática están referidos a
ellos. Sin embargo entre el 5 y el 10% de los carcinomas de próstata
69
tienen otra morfología que frecuentemente tiene implicancia
pronóstica y los mismos se han denominado variantes.
™ Adenocarcinoma ductal (endometroide)
Es el 0,8% del total. Compromete los grandes conductos
periuretrales y con mucha frecuencia coexiste con un carcinoma
acinar. Al microscopio se ven masas papilares o acinos revestidos
por epitelio columnar estratificado. Histológicamente puede tener
una arquitectura papilar o túbulo-papilar con severa atipía nuclear.
Su pronóstico es malo con una sobrevida a los 5 años del 30%.
Puede haber dificultad diagnóstica con el carcinoma urotelial, pero
éste es PSA negativo y además no se acompaña de carcinoma
acinar. (Ver foto Nº 82: coloración con H/E)
Foto Nº82
™ Carcinoma mucinoso
Representan el 0,4% de los carcinomas de próstata. Es muy raro
que sea puro. Para diagnosticarlo como tal por lo menos un 25% de
la masa tumoral debe tener lagos de mucina extracelular. Se
observan nidos de células neoplásicas sueltas en el moco. El
diagnóstico diferencial es con el carcinoma mucinoso de recto,
vejiga y glándulas de Cowper, pero todos ellos dan PSA negativo. El
pronóstico de estos tumores es similar al CP acinar con un estadío
clínico y score de Gleason similar.
™ Carcinoma en anillo de sello
Es una neoplasia rara en la próstata, con no más de 30 casos
publicados. Tiene muy mal pronóstico. Se consideran como tales
aquellas neoplasias en las que por lo menos el 25% de las mismas
tienen una morfología en anillo de sello, similar a los carcinomas
difusos gástricos. Son tumores infiltrantes con invasión
extracapsular, vásculo-linfática y perineural frecuente. Para hacer el
diagnóstico diferencial con tumores en anillo de sello del tubo
digestivo, se puede efectuar coloración con mucinas, que es
negativa cuando el origen es próstata. Inmunohistoquímicamente
70
son (+) para APE, FAP y negativos con citoqueratina 7 y 20. (Ver
foto Nº 83: coloración con alcian blue)
Foto Nº83
™ Carcinoma de células pequeñas
Son tumores raros y agresivos que tienen una morfología similar a
los carcinomas indiferenciados de células pequeñas del pulmón o
de otros órganos. En 1/3 de los casos se asocia con
adenocarcinoma de tipo acinar. Son casi siempre (-) para FAP y
APE y (+) para queratina y marcadores neuroendocrinos. Se
producen en adultos mayores de 50 años por lo general
presentándose en estadíos avanzados ya sea con enfermedad local
o metástasis a distancia. Los tratamientos hormonales no son
efectivos y se han usado esquemas quimioterápicos semejantes a
los de pulmón. El pronóstico es malo con una sobrevida media de
7,7 meses.
™ Carcinoma sarcomatoide
Es otro tumor raro en la próstata, habiéndose descripto hasta el
presente aproximadamente 50 casos. La lesión es bifásica con un
componente de adenocarcinoma pobremente diferenciado y otro de
aspecto mesenquimático maligno, el que parece por lo general un
fibrohistiocitoma maligno pero también puede ser heterólogo con
presencia de hueso o cartílago. En las metástasis se pueden hallar
estructuras tanto epiteliales como sarcomatoides. Es un tumor
agresivo con una sobrevida media de 12 meses y del 14% a los 5
años.
™ Carcinoma de tipo linfoepitelial
Es otra lesión excepcional idéntica a su homólogo del cavum
habiéndose descripto 1 solo caso. El mismo fue negativo para la
demostración de Virus de Epstein Barr, el que se encuentra en la
mayoría de los tumores de cavum.
71
™ Carcinoma escamoso y adenoescamoso
Son también lesiones muy raras y no representan más del 0,5% de
las neoplasias prostáticas. Los carcinomas escamosos publicados
no son más de 75 y los mismos por lo general se originan de novo
sin un antecedente de un carcinoma prostático previo. Por el
contrario los carcinomas adenoescamosos se desarrollan varios
años luego del diagnóstico de un carcinoma prostático de tipo
acinar. Muestran los dos componentes, un adenocarcinoma acinar
de alto grado y un componente escamoso maligno. El componente
escamoso es por lo general negativo para FAP y APE, no así el
glandular. Tanto el carcinoma escamoso como el adenoescamoso
tienen una evolución agresiva.
™ Carcinoma adenoquístico
Semejantes a los de las glándulas salivales. Su evolución
aparentemente es poco agresiva ya que de los casos publicados,
ninguno ha dado metástasis. Puede ser considerado como un
extremo del espectro de las proliferaciones de células basales de la
próstata, comenzando por la hiperplasia de células basales,
hiperplasia atípica de células basales, adenoma de células basales
y terminando con los carcinomas adenoquísticos.
™ Carcinoma transicional
La lesión es raramente primaria y por lo general es una neoplasia
sincrónica o metacrónica a un carcinoma vesical o de la uretra
prostática. Constituye hasta el 5% de los tumores prostáticos. Los
tumores tienen un crecimiento sólido y cuando comprometen los
conductos pueden simular un adenocarcinoma ductal prostático. La
negatividad con FAP y APE y la tinción positiva con citoqueratina 7 y
20 ayudan al diagnóstico diferencial.
™ Adenocarcinoma atrófico
Consiste en un adenocarcinoma de tipo acinar pero en el que por lo
menos el 50% de las glándulas neoplásicas muestran signos de
atrofia. Las glándulas atróficas tienen escaso citoplasma y el núcleo
ocupa casi toda la célula. Las mismas son negativas con la
queratina 34βE 12. Son criterios de ayuda para establecer el
diagnóstico de adenocarcinoma, el patrón infiltrativo de crecimiento,
la presencia de nucléolos prominentes, núcleos de tamaño
aumentado y la presencia de sectores de adenocarcinoma
convencional. El pronóstico es desconocido.
™ Adenocarcinoma pseudohiperplásico
72
Esta entidad recientemente descripta muestra aspectos histológicos
que son comunes a las hiperplasias. Los mismos consisten en
glándulas grandes con proyecciones papilares, ramificaciones y
dilataciones quísticas de las mismas. Los núcleos eran basales y
tenían los hallazgos habituales en los adenocarcinomas pero el
citoplasma era columnar granular.
FACTORES PRONOSTICOS DEL CANCER DE PROSTATA
1) El estadío tumoral (TNM). Nivel de PSA pretratamiento.
Diferenciación histológica (Gleason):
La puntuación Gleason es un sistema de gradiente histológico
cuantitativo haciendo referencia a la formación glandular, morfología
tumoral y al modelo de infiltración de la glándula (menor de 4 bien
diferenciado, 5-7 moderadamente diferenciado y de 8 a 10
pobremente diferenciado). Los tumores con puntuación Gleason
mayor a 6 son agresivos, existiendo una buena correlación con el
porcentaje de invasión de los ganglios linfáticos pelvianos, así como
con las metástasis a distancia y con la sobrevida pero no con la
incidencia del fracaso locorregional. El nivel de PSA se correlaciona
con el estadío tumoral, existiendo una correlación predictiva entre el
nivel de PSA, puntuación Gleason y la incidencia de afectación
ganglionar. La detección de valores elevados de PSA después del
tratamiento es indicador sensible de persistencia de la enfermedad
(días después de la prostatectomía o 6-12 meses después del
tratamiento radioterápico). La elevación del PSA después de la
normalización tras el tratamiento se correlaciona con la incidencia
de fracaso y con la sobrevida.
2) Contenido de ADN de las células tumorales. Oncogenes. Genes
supresores de tumores. Invasión perineural. Diferenciación
neuroendocrina:
Éstos son factores que todavía necesitan ser validados
estadísticamente o es preciso realizar más estudios. La aneuploidía
se asocia generalmente a tumores más agresivos cuando se
compara con las lesiones diploides. Aproximadamente el 85% de
los carcinomas confinados a la próstata (estudiados después de
realizar prostatectomía radical) son diploides. Las mutaciones en P
53 son infrecuentes en el carcinoma de próstata localizado. Muchos
estudios demuestran que las mutaciones en P 53 son un paso en la
progresión del cáncer de próstata correlacionándose con el estadío
clínico y con el grado histopatológico, asociándose con enfermedad
avanzada y con la adquisición de independencia androgénica. La
sobreexpresión de P 53, según algunos estudios, podría asociarse
73
con una disminución de la respuesta tumoral a la radioterapia
(marcador de radiorresistencia), aunque son necesarios más
ensayos para confirmarlo.
Patología Testicular y del Epidídimo
Con excepción del descenso incompleto de los testículos
(criptorquidia), las anomalías congénitas son muy raras e incluyen la
falta de un testículo o de ambos, fusión testicular (sinorquia) y
formación de quistes relativamente insignificantes dentro del
testículo y del epidídimo.
™ Alteraciones regresivas (atrofia)
Puede deberse a diferentes causas como 1) arterioesclerosis en
edades avanzadas que compromete el aporte sanguíneo, 2) estadío
final de la orquitis inflamatoria, 3) criptorquidia, 4) hipopituitarismo,
5) malnutrición o caquexia, 6) obstrucción al flujo de semen, 7)
radiación, 8) la administración prolongada de hormonas sexuales
femeninas como es el caso de los pacientes en tratamiento por
carcinoma de próstata pueden producir atrofia y 9) por agotamiento
debido a la estimulación persistente por altas concentraciones de
FSH. Microscópicamente se observa interrupción del desarrollo de
las células germinales junto con una marcada hialinización y
engrosamiento de la membrana basal de los túbulos seminíferos.
Con el tiempo estos túbulos se convierten en cordones de tejido
conectivo hialino rodeados de membranas basales prominentes.
Puede haber un aumento del estroma intersticial y cierta hiperplasia
de las células de Leydig.
™ Epididimitis y orquitis
La epididimitis y la posible orquitis posterior suelen guardar relación
con infecciones de vías urinarias (cistitis, uretritis y prostatitis) que
presumiblemente alcanzan el epidídimo y testículo a través del
conducto deferente o de los linfáticos del cordón espermático.
La invasión bacteriana origina una inflamación aguda inespecífica
caracterizada por congestión, edema e infiltración leucocitaria
(neutrófilos, macrófagos y linfocitos). Primero la infección se
circunscribe al tejido conectivo intersticial luego se extiende a los
túbulos formando abscesos o necrosis supurada completa del
epidídimo. Luego por contigüidad, por los túbulos o los canales
linfáticos, al testículo donde produce una reacción inflamatoria
semejante, que cura con una cicatriz fibrosa que puede dar
esterilidad permanente. La orquitis granulomatosa (autoinmune)
ocurre en hombres de edad madura se caracteriza por la presencia
74
de granulomas en el interior de los túbulos y en el tejido conectivo
intertubular. (Ver fotos Nº 84 y 85)
Foto Nº84 Pieza quirúrgica: orquioepididimitis
Foto Nº85 orquitis aguda: coloración con H/E
™ Trastornos vasculares (torsión del cordón espermático)
Según la duración y gravedad del proceso se observa congestión
intensa y extravasación difusa de sangre hacia el intersticio del
testículo y epidídimo. En los casos más graves el testículo puede
sufrir infarto hemorrágico o incluso isquémico presentando una
necrosis coagulativa sin reacción inflamatoria importante.
™ Quistes
En el cordón espermático pueden formarse quistes simples con
contenido seroso.
™ Lesiones de la túnica vaginal
Al tratarse de un saco revestido por serosa inmediatamente
adyacente al testículo y epidídimo, puede verse afectada por
cualquier lesión que surja en estas dos estructuras.
Hidrocele: Cuando se acumula líquido seroso claro, debido a
infecciones, tumores, edema generalizado, etc.
Piocele: Cuando el hidrocele se infecta, la membrana revestida de
serosa se convierte en una pared fibrosa, gruesa y vellosa y el
contenido es purulento.
Hematocele: Sangre en la vaginal debido a traumatismo testicular o
torsión del cordón espermático.
Quilocele: Acúmulo de linfa, en la elefantiasis, por obstrucción
linfática generalizada y grave.
75
Espermatocele: Acúmulos quísticos de semen en el cordón
espermático. Corresponde a la dilatación de uno de los conductos
de la cabeza del epidídimo.
Varicocele: Acúmulos quísticos de sangre en el cordón espermático
afectando una de las venas. (Ver foto Nº 86: coloración con H/E)
Foto Nº86
™ Cáncer de testículo
Histológicamente se observan en el testículo dos poblaciones
celulares: la germinal, que da origen al 95% de los tumores, y la no
germinal, formada por distintos grupos celulares (células de Sértoli,
de Leydig y mesenquimáticas) responsable del 5% restante. Dentro
de este segundo grupo se producen tumores generalmente
benignos y funcionantes. Con menor frecuencia aún se observan
sarcomas de alta malignidad.
La célula germinal (espermatogonia) es totipotencial, teniendo la
posibilidad de diferenciarse en distintos sentidos. Por ello los
tumores germinales pueden seguir la línea evolutiva de las
espermatogénesis (seminomas), o de la embriogénesis (no
seminomatosos). La identificación de estos distintos grupos
histológicos tiene implicancias terapéuticas.
Clasificación de los tumores de testículo
A) Tumores germinales
-Seminomatosos: Clásico (con sus variedades anaplásico y con
células trofoblásticas) y espermatocítico.
-No seminomatosos: -Carcinoma embrionario
-Teratoma: maduro/inmaduro/con
transformación maligna
76
-Coriocarcinoma
-Tumor del saco vitelino o seno endodérmico
-Tumores germinales mixtos
B) Tumores de los cordones sexuales
-Tumores de células de Leydig
-Tumores de células de Sértoli
-Tumores de células de la granulosa
-Tumores epiteliales
C) Tumores mixtos (A + B): -Gonadoblastomas
D) Primarios no específicos: (linfomas, plasmocitomas, leucemia,
tumor carcinoide, hemangioma y sarcomas).
E) Tumores metastásicos
™ Seminoma: Es el tumor germinal testicular más frecuentemente
diagnosticado.
El Clásico comprende el 93% de estos tumores. Clínicamente
debuta como una masa testicular no dolorosa o con sensación de
peso, sin embargo el 2-3% debuta con sintomatología de
enfermedad metastásica. Al momento del diagnóstico el 70% se
hallan limitados al testículo, en contraposición con los tumores
germinales no seminomatosos, de los cuales el 70% tiene
metástasis como debut de la enfermedad.
Macroscópicamente son masas tumorales multinodulares,
lobuladas, de coloración blanco - grisáceo, generalmente sin
necrosis ni hemorragia. Menos del 10% tienen extensión a
estructuras paratesticulares. Microscópicamente se hallan
constituídos por células grandes, redondas o poliédricas, con
membrana celular neta, citoplasma claro PAS (+) (contienen
glucógeno) y un gran núcleo central hipercromático con uno o
dos nucléolos prominentes que adopta distintos patrones: difuso
(el más frecuente), reticular (cordones de células neoplásicas),
intersticial con preservación de túbulos seminíferos, alveolar,
pseudolobular con hialinización de septos, tubular con
empalizadas y microquístico irregular por edema intercelular.
El infiltrado septal acompañante está constituído por linfocitos T
predominantes, pero también por plasmocitos y eosinófilos, se
observan folículos linfoides con centros germinativos y
77
granulomas con células gigantes multinucleadas tipo Langhans.
Las mitosis son raras. Se identifican células de sinciciotrofoblasto
en 10-20% de los casos. Existe una variedad anaplásica con alto
índice mitótico. Inmunohistoquímicamente presenta franca
positividad para: FAP, vimentina, ENE, LDH y alfa 1-antitripsina;
positividad débil y aislada para citoqueratinas 8, 18 y 19 (CAM
5.2) y negatividad para: AE1-AE3, EMA, AFP y CD 30. Los
seminomas tienen un contenido de ADN en el rango triploide.
El tratamiento para los tumores estadío I y estadío II no-bulky
consistirá en la orquiectomía y radiación paraaórtica, cava y
pélvica ipsilateral, con 95% y 87% de curaciones
respectivamente. Para estadíos bulky y con metástasis
retroperitoneales el tratamiento de elección será la quimioterapia
con curación del orden del 80%.
Dentro de los factores pronósticos se ha jerarquizado al estadío
clínico al momento de la presentación, el tamaño tumoral (menor
o mayor a 6cm) en relación a la sobrevida libre de enfermedad, y
elevaciones séricas de ENE y LDH en relación con la aparición
de metástasis. (Ver fotos Nº 87 a 90)
Foto Nº87 pieza quirúrgica testicular
Foto Nº88 coloración con H/E
Foto Nº89 coloración con H/E
Foto Nº90 coloración con H/E
Fotos Nº 91 a 94: Células del sinciciotrofoblasto
78
Foto Nº91
Foto Nº92
Foto Nº93
Foto Nº94
El seminoma espermatocítico representa el 7% restante. Es
clínica y patológicamente distinto del clásico, observándose en
pacientes añosos, puede ser bilateral, siempre es puro y los
marcadores séricos son negativos.
Macroscópicamente tienen una coloración blanquecina y un
aspecto más mucoide que los clásicos.
Microscópicamente se reconocen dos patrones, el difuso con
áreas edematosas y el compuesto por nidos pequeños o
cordones de células neoplásicas. El aspecto de la población
celular es polimorfo, se hallan 3 tipos de células: pequeñas (tipo
linfocitos con cromatina finamente granular), las intermedias (con
cromatina filamentosa) y las gigantes con multinucleación. Son
PAS (-), además de no marcar inmunohistoquímicamente con
VIM, AFP y GCH. Usualmente son FAP negativos,
ocasionalmente evidencian positividad para CK 18 con patrón
dot-libre paranuclear. El contenido de ADN es muy variable.
El tratamiento de elección es la orquiectomía. Rara vez o nunca
dan metástasis, por lo que el pronóstico es excelente. (Ver fotos
Nº 95 y 96: coloración con H/E)
79
Foto Nº95
Foto Nº96
™ Carcinoma embrionario: es un tumor inusual como forma pura
(2%) pero muy común como componente de los tumores
germinales mixtos (87%). El pico etario es a los 30 años (una
década previa al rango del seminoma) y la forma de presentación
es variada, siendo frecuente el debut por signos y síntomas de
enfermedad metastásica. Tienen habitualmente marcadores
séricos elevados como consecuencia de la presencia de otros
componentes (AFP, GCH; FAP y LDH). Macroscópicamente son
tumores heterogéneos en general mal delimitados, con áreas
sólidas, amarillentas, rojizas que alternan con sectores quísticos
y otros friables. Los patrones microscópicos más frecuentes son:
sólido, glandular, papilar y el tipo blastocisto. Las células que los
conforman son anaplásicas, cohesivas y con macronucléolos. Es
frecuente observar carcinoma embrionario intratubular necrótico
de tipo comediforme con preservación a veces de células de
Sértoli, con calcificaciones distróficas que adquieren la
apariencia de cuerpos hematoxilínicos. Es importante identificar
la angioinvasión porque es uno de los factores que condicionan
la terapéutica a seguir. Inmunohistoquímicamente son positivos
para AE-AE3, CK 8, 18, 19, CD 30, FAP (en parches y
débilmente), AFP (como parte de componente mixto), VIM y
LDH. Son negativos para EMA; CEA y CD 15.
El contenido de ADN es menor que en los seminomas, siendo
hiperdiploides.
El tratamiento depende del estadío clínico del paciente. En el
estadío I a todos los pacientes se les realiza una orquiectomía
terapéutica y diagnóstica con una cura del 70%. Algunos autores
indican disección de ganglios retroperitoneales, aumentando la
sobrevida al 95%. Si los ganglios son negativos no se instituye
otra terapia, si son positivos se aplica quimioterapia. Otros
autores indican sólo un estricto seguimiento clínico luego de la
orquiectomía en pacientes estadío I, grupo que tiene un 30-40%
80
de recaídas que son tratadas con quimioterapia, evitando así las
complicaciones posoperatorias de la disección ganglionar
retroperitoneal. (Ver fotos Nº 97 y 98: coloración con H/E)
Foto Nº97
Foto Nº98
™ Teratoma: Es el segundo tumor germinal en los niños (15%)
como forma pura y con un pico a los 20 meses, siendo inusual
más allá de los 4 años. Se ha descripto asociado a
anormalidades congénitas tales como espina bífida, ureter
retrocava y hernias. No hay metástasis reportadas por teratomas
ocurridos en pacientes prepuberales. Por el contrario en adultos
se presenta frecuentemente como componente de tumores
germinales mixtos (50% de éstos tienen teratoma) y un 25%
como tumores germinales no seminomatosos, estando bien
establecido el potencial metastático de estos tumores en
pacientes pospuberales.
Clínicamente se manifiestan como masas indoloras, pero en
pacientes adultos puede haber elevación de marcadores séricos
por ser parte de tumores mixtos (aunque el aumento leve de la
AFP puede también estar causado por su síntesis a partir de
glándulas endodérmicas presentes en un teratoma puro) y
también debut por metástasis. Macroscópicamente los teratomas
maduros presentan áreas quísticas, mientras que los inmaduros
o con transformación maligna son más encefaloides.
Microscópicamente el maduro (diferenciado) consiste en una
proliferación de tejidos somáticos, o sea, una mezcla de
derivados ecto, endo y mesodérmicos. Son tejidos maduros pero
pueden presentar atipía (aneuploides) que no conlleva un
significado pronóstico pero que se debe gradar (bajo o alto
grado). El quiste dermoide (muy raro) constituye un subtipo de
teratoma maduro, que se caracteriza por ser uniquístico con
material grumoso y pelos. En la microscopía un tapizamiento
escamoso con pelos, folículos y glándulas sebáceas, además de
abundante queratina. Algunos autores aceptan que el tumor
81
presente cartílago, músculo liso o tejido adiposo mientras sea
uniquístico y con componentes benignos.
Los teratomas inmaduros presentan tejidos inmaduros como
neuroepitelio, blastema y túbulos embrioides. Teratomas con
elementos inmaduros de bajo grado están compuestos por un
mesénquima hipo o hipercelular, mixomatoso, que usualmente se
dispone alrededor de islotes de epitelio. Si presentan atipía ésta
se debe gradar (bajo-alto grado) y estimar la cantidad (aislada,
focal o difusa).
La apariencia de un teratoma con componente o transformación
maligna puede ser madura o inmadura evidenciando carcinomas
invasores (escamosos, adenocarcinomas o indiferenciados) y
sarcomas (cuando un campo de 4x es ocupado por una
proliferación de un solo tipo de mesénquima francamente
atípico).
El pronóstico de este tipo se asocia a quimioresistencia.
Inmunohistoquímicamente son positivos con AFP en las
glándulas entéricas, respiratorias o tejido hepático, alfa 1
antitripsina, CEA y FAP en minorías de teratomas. El tratamiento
es variable, los tumores de pacientes prepuberales se curan con
orquiectomía. Mientras que en los pacientes pospuberales con
teratomas maduros puros el tratamiento es la orquiectomía y la
disección de ganglios retroperitoneales con 70-95% de sobrevida
a los 5 años. Entre las variantes monodérmicas del teratoma se
incluye el tumor carcinoide y el PNET (tumor neuroectodérmico
primitivo). (Ver fotos Nº 99 y 100: coloración con H/E)
Foto Nº99 teratoma maduro
Foto Nº100 t. inmaduro más seno endodérmico
™ Coriocarcinoma: En su forma pura es responsable de menos del
1% de los tumores testiculares y es un componente poco común
(15%) en los tumores germinales mixtos. La mayoría da
sintomatología por sus metástasis hematógenas y viscerales y
por el aumento sérico de GCH que producirá ginecomastia y
tirotoxicosis (por reactividad cruzada de la GCH y tirotrofina). Su
82
típica macroscopía de tumores hemorrágicos se traduce
microscópicamente con la mezcla de células de sincicio y
citotrofoblasto (claras, mononucleadas y encapuchadas por las
otras) acompañadas de lagos de hemorragia. Raramente el
sincicio tiene apariencia poco definida y puede parecer más
deciduoide y trofoblástico. Con técnicas inmunohistoquímicas se
observa positividad para GCH (más en sincicio), lactógeno
placentaria humana, FAP (50%), CEA (25% cito y sincicio), CK 7,
8, 19, (cito y sincicio), inhibina (en sincicio). Son los tumores de
peor pronóstico y habitualmente es tratado con quimioterapia de
inicio por lo frecuente de su debut metastático.
™ Tumor del seno endodérmico: Es el tumor germinal testicular
puro prepuberal más frecuente (pico a los 2 años) debutando
como masas testiculares no dolorosas con sólo un 6% de casos
metastáticos al momento de la presentación. En los adultos
constituye el 44% de los tumores germinales no seminomatosos
mixtos con elevaciones marcadas de AFP sérica.
Microscópicamente está caracterizado por una gran variedad de
patrones histológicos tales como el microquístico (el más
frecuente), reticulado y vacuolado, seno endodérmico, papilar,
sólido, glandular, mixomatoso, sarcomatoide, macroquístico,
polivesicular vitelino, hepatoide y parietal. Los característicos
glóbulos hialinos intracitoplasmáticos son PAS (+) (diastasa
resistente) y veces con anticuerpos para AFP y alfa 1antitripsina. Inmunohistoquímicamente son positivos para AFP
(50-100%, en parches), alfa 1-antitripsina, CEA (en las
glándulas), CK, VIM (en sarcomatoide y mixomatoso), FAP (4085%) y laminina. Son negativos con EMA, CD 30 y GCH.
El tratamiento de los pacientes adultos es el de los tumores
germinales no seminomatosos y cuando metastatizan no suelen
responder bien a la quimioterapia. En los chicos se estima una
sobrevida del 90% y el tratamiento es orquiectomía seguida
preferentemente por seguimiento estricto en vez de la disección
de ganglios retroperitoneales. (Ver fotos Nº 101 y 102: coloración
con H/E)
83
Foto Nº101
Foto Nº102
™ Tumores de células de Leydig (intersticiales): Estos tumores
pueden elaborar andrógenos o andrógenos y estrógenos e
incluso corticoides. Son muy raros y constituyen el 2% de todos
los tumores testiculares. Aparecen a cualquier edad, aunque la
mayor parte lo hacen entre los 20 y 60 años. La forma de
presentación más frecuente es como una tumefacción testicular,
ginecomastia o pubertad precoz.
Macroscópicamente puede tratarse de nódulos pequeños
menores de 1cm a grandes masas de 10cm de diámetro siendo
su coloración uniforme marrón amarillento característico.
Microscópicamente las células son grandes, redondas o
poligonales con citoplasma de bordes mal definidos, granular,
eosinófilo y núcleo redondo central. En el citoplasma se observan
lípidos, pigmento lipocromo en 1/3 de los casos los cristaloides
de Reinke con forma de bastón. Puede haber variaciones en el
tamaño y forma de las células. La mayor parte son benignos.
Sólo un 10% son invasivos y dan metástasis.
™ Tumores de células de Sértoli (androblastomas): Pueden estar
enteramente constituídos por células de Sértoli o presentan un
componente de células de la granulosa. Pueden elaborar
estrógenos o andrógenos pero raramente ocasionan una
masculinización o feminización precoz. Puede haber
ginecomastia.
Macroscópicamente son nódulos pequeños, duros o raramente
masas voluminosas de color blanco grisáceo o amarillento.
Histológicamente las células son características: altas, de tipo
columnar, o poliédricas con citoplasma generalmente vacuolado.
Crecen en cordones que recuerdan a los túbulos seminíferos. La
mayoría son benignos, un 10% son más anaplásicos con una
evolución maligna.
84
™ Linfoma testicular: Representan el 5% de las neoplasias
testiculares y la forma más frecuente de cáncer testicular en
hombres mayores de 60 años. En la mayoría de los casos, la
detección de la masa testicular va seguida de la diseminación de
la enfermedad, aunque a veces, permanece limitado al testículo.
Suele ser bilateral y hay que diferenciarlo del seminoma
espermatocítico con técnicas de inmunomarcación. El tipo
histológico es de un linfoma difuso a grandes células. El
pronóstico es muy malo, a menos que la enfermedad quede
limitada al testículo. (Ver foto Nº 103: inmunomarcación para
linfoma de células B)
Foto Nº103 linfocitos CD20 +
El resto de las neoplasias no serán tratadas dada su baja
frecuencia.
Patología Peneana
El pene puede presentar diversas anomalías congénitas que van
desde la ausencia e hipoplasia congénita hasta la hiperplasia,
duplicación y otras alteraciones de tamaño y forma, algunas con
importancia clínica, como la hipospadias y epispadias, que no serán
tratadas aquí.
™ Fimosis: En la fimosis, el prepucio presenta un orificio demasiado
pequeño que no permite su retracción. Esta estrechez del orificio
puede deberse a una anomalía congénita, pero también a una
cicatrización post-inflamatoria del prepucio. La fimosis es
importante porque dificulta la limpieza y permite la acumulación
de secreciones y detritus debajo del prepucio, lo que favorece la
aparición de sobreinfección y posiblemente de carcinoma. Si el
prepucio estrecho se retrae forzadamente sobre el glande, la
constricción y edema intensos pueden impedir que vuelva a su
lugar, situación denominada parafimosis, que no sólo es muy
85
dolorosa, sino que también puede causar compresión uretral y
retención urinaria aguda grave.
™ Inflamaciones: Las inflamaciones del pene afectan casi
invariablemente al glande y prepucio e incluyen diversos
procesos patológicos específicos e inespecíficos. Las específicas
(sífilis, gonococcia, chancro blando, granuloma inguinal,
linfogranuloma venéreo, herpes genital) son de transmisión
sexual y no serán tratadas.
La balanopostitis es una infección inespecífica de glande y
prepucio causada por diversos microorganismos como
estafilococos, estreptococos, colibacilos y con menor frecuencia,
gonococos. Suele observarse en pacientes con fimosis o con un
prepucio redundante que dificulta la limpieza y predispone a que
las bacterias se desarrollen en las secreciones y el esmegma
acumulado. Si estas infecciones se descuidan, pueden dar lugar
a ulceraciones en la mucosa del glande. Si persisten y se
cronifican, producen cicatrices postinflamatorias que agravan la
fimosis inicial. La reacción inflamatoria es inespecífica y para
identificar el agente etiológico hay que recurrir a frotis y cultivos
bacterianos. (Ver fotos Nº 104 a 107: coloración con H/E)
Foto Nº104 y Foto Nº105 balanopostitis crónica
Foto Nº106 y 107 liquen escleroso
86
™ Tumores y condiciones pseudotumorales:
Condiloma acuminado: una de las lesiones más comunes,
causada por el virus papiloma humano (HPV). Tiene una
frecuencia del 5% en jóvenes y adultos entre 20 y 40 años.
Localiza en el surco coronal, en el glande o en la piel del pene y
de la región perineal. Habitualmente tiene baja atipía y escasas
mitosis limitadas a la capa basal, pero esto se modifica con el
tratamiento con podofilina que lo puede llevar a ser confundido
con un carcinoma. El HPV ha sido demostrado por hibridación in
situ siendo las cepas más frecuentes 11 y 16. Cuando presentan
lesiones displásicas son más frecuentes las cepas 16, 18, 31 y
32. Un buen número de ellos regresa espontáneamente, pero
más del 50% persiste. (Ver fotos Nº 108 a 111: coloración con
H/E)
Foto Nº108
Foto Nº109
Foto Nº110
Foto Nº111
™ Lesiones premalignas: Existe una gran confusión en la
nomenclatura y definición de este tipo de lesiones. Finalmente en
este grupo se pueden rescatar la Eritroplasia de Queyrat, la
Enfermedad de Bowen y la Papulosis Bowenoide. Para muchos
autores las dos primeras deberían ser denominadas como
Neoplasia Intraepitelial o Carcinoma in situ. (Ver foto Nº112: H/E)
87
Foto Nº112
El siguiente cuadro detalla algunas características fundamentales
de estos procesos que pueden tener diferencias clínicas, pero no
histológicas.
E de Queyrat
Enf de Bowen
Pap Bowenoide
Localización
Glande y
Prepucio
Tronco/Tallo
Tronco/Tallo
Edad
presentación
5ª - 6ª década
4ª - 5ª década
3ª-4ª década
Placa eritematosa
Placa escamosa
Pápulas
Hiperqueratosis
-
+
+
Maduración
-
-
+
Compromiso
glandular
-
-
+
Compromiso
pilosebáceo
-
+
-
10%
5 al 10%
-
Asociación con
cáncer interno
-
+
-
Regresión
-
-
+
Tipo lesión
Progresa a
Carcinoma
88
espontánea
™ Otras lesiones pseudotumorales: Las pápulas peneanas perladas
que representan remanentes embriológicos, son frecuentes y son
pápulas amarillentas en la corona y en el frenillo. Están cubiertas
por epitelio delgado que rodea un eje conectivo vascular que
contiene estructuras glandulares.
-Quistes peneanos: revestidos por epitelio estratificado o
glandular.
-Queratosis pseudoepiteliomatosa: presenta hiperplasia epitelial,
con frecuentes recurrencias, describiéndosela como posible
precursora del carcinoma verrucoso.
-Xantoma verruciforme: representa un infiltrado de histiocitos
xantomizados rodeados por una marcada hiperplasia epitelial.
™ Carcinoma de células escamosas
La frecuencia según las regiones varía del 0,5% al 12%.
Generalmente se producen en pacientes ancianos, pero existe un
rango de edad amplio que va desde los 20 a 90 años.
Localización
Frecuencia
Glande
48%
Prepucio
21%
Glande, prepucio y tallo
Glande y prepucio
14%
9%
Surco coronal
6%
Tallo
2%
La mayoría de los carcinomas son de bajo grado y se los clasifica
histológicamente como bien, moderado y pobremente diferenciados,
de acuerdo a la queratinización y el grado de anaplasia nuclear. De
acuerdo al tipo de crecimiento (Cubillas y col) en: de crecimiento
superficial, de desarrollo vertical, verrucoso y multicéntrico con
características que le son propias y que tienen implicancia en la
diseminación metastásica.
Variantes del Carcinoma de células escamosas
89
A) Carcinoma verrucoso: de acuerdo con Cubillas sería una forma
de crecimiento con caracteres histológicos y de pronóstico que le
son propios. (Ver fotos Nº 113 y 114: coloración con H/E)
Foto Nº113
Foto Nº114
B) Carcinoma escamoso sarcomatoide o de células ahusadas: es
semejante al de otras localizaciones y posee el mismo
comportamiento sumamente agresivo al de ellas. Suele resultar
dificultoso encontrar el sector escamoso, por lo que debe realizarse
un importante muestreo del tumor.
Los factores pronósticos adversos más importantes son la presencia
de adenopatías, el estadío clínico al diagnóstico y el grado de
diferenciación celular.
Al momento del diagnóstico, el 58% de los pacientes presentan
adenopatías inguinales palpables. De éstos, entre el 17% y el 45%
tienen metástasis ganglionares. La probabilidad de compromiso
bilateral es considerable debido a la rica comunicación subcutánea
y linfática del órgano. Cerca del 20% de los casos que no presentan
ganglios palpables tienen micrometástasis ganglionares. La
profundidad de la invasión, la invasión del cuerpo cavernoso, el
grado tumoral, el compromiso linfático y ganglionar y el patrón de
crecimiento son factores de riesgo relacionados con la presencia de
estas metástasis. La sobrevida a los 5 años es del 52%, que varía
desde 66% en pacientes sin compromiso ganglionar hasta el 72%
en aquellos que lo presentan.
C) Otras neoplasias malignas: Carcinoma de células basales
(basocelular), Melanoma maligno, Sarcomas y lesiones
metastásicas han sido descriptas, pero son muy poco frecuentes.
Patología del Escroto:
90
• Procesos inflamatorios
El escroto puede verse afectado por procesos inflamatorios
inespecíficos o específicos que no serán tratados aquí.
• Lesiones pigmentarias
Se puede observar lesiones névicas y Melanoma maligno, siendo
éste muy raro. (Ver foto Nº 115: coloración con H/E)
Foto Nº115 nevo melanocítico
• Lesiones no neoplásicas
Calcinosis escrotal idiopática: Son lesiones únicas o múltiples, de
3cm o más de diámetro, que se forman en la piel del escroto en
niños y adultos jóvenes. Puede romperse y supurar material
calcáreo. Se ha propuesto que las lesiones representan
calcificaciones distróficas del conducto miliar ecrino o de quistes
epidérmicos, aunque sigue siendo un tema controvertido. (Ver foto
Nº 116: coloración con H/E)
Foto Nº116
Fibrosis peritesticular: Se observa un engrosamiento nodular o
difuso del saco escrotal que puede simular un tumor. Resulta de
procesos inflamatorios con compromiso primario de la túnica
91
albugínea que se han extendido al escroto reparando con tejido
fibrohialino.
Lipogranuloma esclerosante: Es una entidad rara que compromete
al pene y escroto en respuesta a un traumatismo, se producen focos
de necrosis grasa con granulomas histiocitarios.
Quistes: Pueden observarse quistes simples con contenido seroso y
quistes de inclusión epidérmica con contenido sebáceo.
Gangrena de Fournier: Es un proceso inflamatorio agudo
necrotizante, subcutáneo y de las fascias que compromete a los
genitales externos y bolsa escrotal. En general compromete a
adultos jóvenes. Algunos casos son idiopáticos, otros secundarios a
estrecheces de la uretra y otros como complicación por la
quimioterapia en pacientes con patología hematológica.
• Tumores
Los tumores benignos y malignos del escroto son raros. La mayor
parte de los benignos se originan en los anexos cutáneos de la piel.
Leiomioma: Es el tumor benigno mesenquimático más común de
esta región. Presenta características idénticas a los de cualquier
órgano de la economía.
Angiomixoma agresivo: Similar al que se observa en el tracto genital
femenino.
Carcinoma de células escamosas y Carcinoma de células basales:
Son extremadamente raros y de características similares a los de
otras ubicaciones.
Mesotelioma maligno: El mesotelioma maligno es el tumor maligno
primario más común de la túnica vaginal. Clínicamente se presenta
como un agrandamiento del escroto con hidrocele. Puede invadir
localmente al testículo, epidídimo, al darthos y a la piel del escroto y
dar metástasis a los ganglios linfáticos regionales.
Sarcomas: Son raros, la mayor parte de los casos corresponden a
leiomiosarcomas. Estos tumores comprometen a la túnica vaginal
por extensión directa o metástasis de otros sitios, particularmente
del testículo y riñón.
92
Fibrohistiocitoma maligno: Son excepcionales. Se han descripto 3
casos en la literatura que han comprometido a la pared escrotal.
Estos tumores se presentan como una masa de varios centímetros
de diámetro con necrosis y hemorragia. Se trata de una proliferación
fusocelular con patrón de crecimiento “storiforme” que muestra
marcado pleomorfismo nuclear con células gigantes multinucleadas,
presencia de células inflamatorias de tipo mixto e histiocitos, con
amplias zonas de necrosis y hemorragia. El pronóstico es pobre con
una sobrevida no mayor a 27 meses. (Ver fotos Nº 117 a 119:
coloración con H/E)
Foto Nº117
Foto Nº118
Foto Nº119
Resultados:
Patología renal:
El total de casos estudiados fue 50. Los pacientes presentaron los
siguientes síntomas: hematuria 84,5 %, cólico renal 10,25% y dolor
lumbar 5,25 %.El riñón más afectado fue el derecho. El 3 % de los
pacientes presentaron antecedentes familiares de cáncer. Del total
de casos 5 (10%) correspondieron a pielonefritis crónica, remitidas
como piezas quirúrgicas, cuyo grupo etario se encontraba entre la
3ª y 6ª década de la vida. Dentro de la patología tumoral benigna
93
hallamos 1 caso (2%) de angiomiolipoma, en una pieza quirúrgica
de un paciente de la 3ª década de la vida. Recibimos dos piezas
quirúrgicas por traumatismo (4%), en pacientes jóvenes, entre la 2ª
kklklkklklkyyuoy 3ª década de la vida. Como patología tumoral
maligna mesenquimática tuvimos 1 solo caso (2%) diagnosticado
como liposarcoma tipo inflamatorio, en una pieza quirúrgica de un
paciente mayor de 60 años. Dentro de la patología tumoral maligna
epitelial se encontraron 6 casos (12%) que correspondieron a
carcinoma de células claras tipo sólido, 4 fueron piezas quirúrgicas
y 2 piezas oncológicas ampliadas, en pacientes entre la 4ª y 6ª
década de la vida. En ellas se evaluó el grado citológico de
Furhman, en 5 casos, fue grado II y en 1 caso grado I-II; y con
respecto al estadío tumoral sólo se tuvo en cuenta el tamaño
tumoral ya que en las piezas no se recibieron ganglios linfáticos,
resultando: 2 casos pT1b, 3 casos pT2 y 1 caso pT3. Se hallaron
20 casos (40%) remitidos 18 como piezas quirúrgicas y 2 como
piezas oncológicas ampliadas de carcinoma de células claras tipo
sólido asociado a tipo tubular, quístico y/o papilar, el grado
citológico hallado fue: I-II en 5 casos, grado II en 3 casos y II-III en
12 casos. El estadío tumoral fue: 5 casos pT1a, 1 caso pT1b, 11
casos pT2 y 3 casos pT3. Los pacientes se hallaban entre la 4ª y 6ª
década de la vida. También se observó la asociación de carcinoma
de células claras con focos de células eosinófilas y focos
sarcomatoides, en 3 casos (6%), remitidos como piezas quirúrgicas,
en pacientes entre la 5ª y 6ª década de la vida. El grado citológico
hallado fue: 2 casos III-IV y en un caso grado III, y el estadío fue en
2 casos pT3 y en 1 caso pT1b. En 5 casos (10%) se observó la
asociación de carcinoma de células claras con focos de células
eosinófilas, en piezas quirúrgicas de pacientes entre la 4ª y 6ª
década de la vida. La gradación citológica fue grado II en 1 caso,
grado II-III en 3 casos y grado III-IV en 1 caso, y los estadíos fueron
1 caso pT1a, 2 casos pT2, 1 caso pT3 y 1 caso pT4. Se halló 1
caso de carcinoma de células claras con células cromófobas, en
una pieza quirúrgica, en un paciente en la 5ª década de la vida. Su
gradación citológica fue II y el estadío pT2. Tuvimos 1 solo caso
(2%) con diagnóstico de carcinoma indiferenciado en una pieza
oncológica ampliada, en un paciente mayor de 60 años, con
compromiso de pared abdominal, en estadío pT4.
También se observó la combinación de patología tumoral maligna e
inflamatoria y/o obstructiva, encontrándose en total 5 casos (10%),
de los cuales 4 (8%) fueron carcinoma de células claras y
pielonefritis crónica, remitidas como piezas quirúrgicas, sin datos
referidos a la edad de los pacientes, su estadío fue pT2, y con
94
grado citológico entre II y III. Un caso (2%) con un carcinoma de
células claras, pielonefritis crónica e hidronefrosis, remitida como
pieza quirúrgica en un paciente mayor de 60 años. Su grado
citológico fue II y el estadío pT1a. (Ver gráficos Nº 1 y Nº 2)
Con relación a la vía excretora se contabilizaron 4 casos, un
proceso inflamatorio inespecífico en uréter (25%), en una pieza
quirúrgica, de un paciente mayor de 60 años. Se diagnosticó un
ureterocele (25%) sin contar con la edad del paciente y en una
pieza quirúrgica. Un carcinoma de células uroteliales papilar de bajo
grado (25%) remitido como pieza quirúrgica en un paciente menor
de 60 años cuyo estadío fue pTa y 1 caso (25%) con igual
diagnóstico pero localizado en pelvis renal, también en una pieza
quirúrgica, sin edad del paciente y estadío pT1. (Ver gráficos Nº 3 y
Nº 4).La sobrevida a los 5 años fue del 71,80 %, menor a 5 años el
12,8 % y en el 15,40 % no se pudo recabar datos.
Patología vesical:
El total de casos estudiados fue de 118.
Siete casos (5,93%) correspondieron a cistitis crónica, todas fueron
remitidas como biopsias simples. Seis pacientes eran mayores de
60 años y 1 se hallaba entre los 40 y 60 años. Se diagnosticó una
cistitis crónica folicular (0,84%) en un paciente mayor de 60 años y
una cistitis crónica xantogranulomatosa (0,84%), el paciente tenía
entre 40 y 60 años. Seis casos (5,08%) de cistitis crónica
reagudizada, 5 biopsias simples y una pieza quirúrgica. Cuatro de
los pacientes tenían más de 60 años y 2 pacientes entre 40 y 60
años.
Se recibió una sola biopsia de uretra con diagnóstico de proceso
inflamatorio crónico reagudizado en un paciente sin datos sobre la
edad.(Ver gráficos Nº5 y Nº6)
La sintomatología presentada fue disuria, polaquiuria y hematuria.
Se presentaron 3 casos (2,54%) de neoplasia urotelial de bajo
potencial de malignidad, todas fueron biopsias. La edad de los
pacientes osciló entre 40 y 60 años para 2 pacientes y el restante
era mayor de 60 años.
Se diagnosticaron 31 casos (26,27%) de carcinoma urotelial papilar
de bajo grado, 30 fueron biopsias y una pieza quirúrgica. Quince
pacientes eran mayores de 60 años, 12 estaban entre 40 y 60 años
y 4 sin datos.
Carcinoma urotelial papilar de alto grado se presentó en 5 casos
(4,23%), todas fueron biopsias y todos eran pacientes mayores de
60 años.
95
Tanto los carcinomas de bajo como los de alto grado se
presentaron en estadío pTa.
Sólo tuvimos un paciente (0,84%) mayor de 60 años con
diagnóstico de carcinoma in situ, por biopsia, cuyo estadío fue pTis.
Se presentó 1 caso (0,84%) de carcinoma urotelial de alto grado
con diferenciación escamosa en una pieza quirúrgica, en un
paciente mayor de 60 años, en estadío pTa. Ya que todos los casos
presentados hasta acá eran no invasivos.
Carcinoma urotelial de bajo grado con invasión de la lámina propia
fueron 7 casos (5,93%), 5 fueron biopsias y 2 piezas quirúrgicas.
Cinco pacientes eran mayores de 60 años, uno era menor de 60
años y uno sin datos sobre la edad. El estadío era pT1.
Carcinoma urotelial de bajo grado con invasión de la muscular
propia, tuvimos 1 sólo caso (0,84%) que fue remitido como pieza
oncológica ampliada, en un paciente menor de 60 años y el estadío
fue pT2.
Carcinoma urotelial de alto grado con invasión de la lámina propia
fueron 14 casos (11,86%), 12 como biopsias, 1 pieza operatoria y 1
pieza oncológica ampliada. Diez pacientes eran mayores de 60
años, 2 eran menores de 60 y 2 sin datos. El estadío fue pT1.
Carcinoma urotelial de alto grado con invasión de la muscular
propia fueron 8 casos (6,77%). De los cuales 6 se remitieron como
biopsias y 2 como piezas quirúrgicas. Siete pacientes eran mayores
de 60 años y uno era menor de 60. El estadío correspondió a pT2.
Se recibieron 3 biopsias con diagnóstico presuntivo de carcinoma
urotelial, una de ellas (0,84%) correspondió a una hiperplasia
urotelial papilar, en un paciente mayor de 60 años. Otra (0,84%) sin
alteraciones, en un paciente menor de 60 años y la última (0,84%)
resultó tan escaso el material que se informó insuficiente para
diagnóstico, en un paciente mayor de 60 años.
Tuvimos un solo caso (0,84%) con diagnóstico de sarcoma de
vejiga en una biopsia de un paciente de 38 años. Y un caso (0,84%)
con diagnóstico de carcinoma sarcomatoide de vejiga en una pieza
oncológica ampliada de un paciente de 40 años, que invadía
próstata, tejido fibroadiposo periprostático, vesículas seminales y
uréter derecho.(Ver gráficos Nº7 y Nº8)
Se observaron carcinomas uroteliales asociados, a saber:
carcinoma urotelial de bajo grado con focos de neoplasia urotelial
con bajo potencial maligno, en una biopsia (0,84%), en un paciente
de 56 años. Cuatro casos (3,38%) de carcinoma urotelial de bajo
grado con carcinoma de alto grado, todas fueron biopsias. Dos
pacientes eran menores de 60 años, 1 era mayor de 60 y otro sin
datos.
96
Un caso (0,84%) de carcinoma urotelial de bajo grado con
carcinoma urotelial de alto grado con invasión de la lámina propia,
en un abiopsia de un paciente mayor de 60 años.
Un caso (0,84%) de carcinoma urotelial de bajo grado con invasión
de la lámina propia con focos de carcinoma urotelial de alto grado
en una biopsia de un paciente mayor de 60 años.
Un caso (0,84%) de un carcinoma urotelial de alto grado con
invasión de la lámina propia con foco de carcinoma pavimentoso
poco diferenciado, en una pieza quirúrgica de un paciente de 72
años.
Se recibieron dos biopsias de vejiga (1,69%) que se hallaban
infiltradas, una por un adenocarcinoma sólido y papilar de células
claras de riñón en un paciente de 43 años y el otro paciente de 74
años con una lesión lifoproliferativa.
Se presentó un caso (0,84%) con diagnóstico de carcinoma urotelial
de bajo grado con carcinoma de alto grado y cistitis crónica
reagudizada con cambios quísticos, en una biopsia de un paciente
menor de 60 años.
También se presentaron dos casos de pacientes mayores de 60
años con biopsias que fueron diagnosticadas como : cistitis crónica
con carcinoma urotelial de bajo grado (0,84%) y cistitis crónica
reagudizada con carcinoma urotelial de alto grado con invasión de
la muscular propia (0,84%).
Ahora vamos a detallar casos de pacientes que fueron operados de
próstata y a los que se les realizó biopsias vesicales, con los
siguientes resultados: 2 casos (1,69%) con hiperplasia nodular
benigna desde ahora HNB y divertículo vesical, en pacientes
mayores de 60 años.
Un caso (0,84%) con HNB y cistitis crónica en un paciente mayor de
60 años.
Un caso (0,84%) con HNB, cistitis crónica reagudizada, carcinoma
urotelial de bajo grado, en un paciente mayor de 60 años.
Un caso (0,84%) con HNB, prostatitis granulomatosa tipo
tuberculoide, carcinoma urotelial de alto grado y bajo grado con
invasión de la lámina propia, en un paciente menor de 60 años.
Un caso (0,84%) con HNB, prostatitis crónica, carcinoma urotelial
de bajo grado, en un paciente mayor de 60 años.
Un caso (0,84%) con HNB y en uretra prostática un carcinoma
urotelial de alto grado con invasión de la lámina propia y en cuello
vesical invasión de la muscular, en un paciente mayor de 60 años.
Tres casos (2,54%) con HNB y carcinoma urotelial de bajo grado,
un paciente era menor de 60 años, otro era mayor de 60 y el último
sin datos.
97
Un caso (0,84%) con HNB y carcinoma urotelial de alto grado en
una pieza oncológica ampliada, en un paciente de 60 años.
Un caso (0,84%) con HNB y carcinoma urotelial de alto grado con
invasión de la lámina propia, en un paciente mayor de 60 años.
Un caso (0,84%) con HNB y carcinoma urotelial de alto grado con
invasión de la grasa perivesical, en una pieza oncológica ampliada
de un paciente mayor de 60 años, estadío pT3.
La sintomatología presentada fue la siguiente: hematuria (74,56%),
disuria (8,47%), retención aguda de orina (8,47%), polaquiuria
(5,12%) y urgencia miccional (3,38%).
La evaluación prequirúrgica de todos los pacientes se realizó a
través de análisis de laboratorio, ecografía, uretrocistofibroscopía y
en algunos casos en los cuales este último indicaba la necesidad de
efectuarla, TAC.
En el 47,45% de los pacientes tenían antecedentes de uso de
tabaco, en el 8,47%, relación con actividades en el sector químico
(caucho, industria textil) y en el resto no se pudieron recabar datos.
Como tratamiento se realizaron RTU en el 78% de los pacientes,
cistectomía parcial en el 13,52% y cistectomía total en el 8,48%.
Se realizaron instilaciones vesicales en el 35,59% de los pacientes,
de los cuales en el 33,71% se utilizó Mitomicina C y en el 1,88% se
utilizó BCG.
En relación a la sobrevida, en el 59,33% de los pacientes fue mayor
a los 5 años, en el 23,73% fue menor a los 5 años y en el 16,94%
no se pudieron recabar datos del seguimiento.
Patología prostática
El total de casos estudiados fue de 330. Tuvimos 8 casos que
correspondieron a prostatitis puras, todas las muestras examinadas
correspondieron a biopsias simples por punción histológica. De los
8 casos, 4 fueron crónicas y 4 crónicas reagudizadas. Todos los
casos de prostatitis fueron de causa no específica o idiopática.
Todos los pacientes presentaron síntomas irritativos y obstructivos,
7 de ellos con elevación sérica del PSA, siendo el valor más alto
registrado de 33,9 ng/ml, y el paciente restante tuvo un valor normal
de 4ng/ml. Un caso se presentó en la 5ª década de la vida y los 7
casos restantes en la 6ª década de la vida. En todas las biopsias
examinadas se observó cambios arquitecturales y citológicos en las
glándulas y signos de atrofia.
Tuvimos 2 casos de punción biopsia histológica que requirieron
Inmunomarcación dado que los diagnósticos diferenciales
planteados fueron 1) hiperplasia acinar atípica, 2) adenosis
98
esclerosante y 3) adenocarcinoma bien diferenciado. Los pacientes
fueron derivados a otra institución para la realización de las mismas,
desconociéndose más datos porque no regresaron a nuestro
hospital para su control. De uno de ellos desconocemos su edad y
valor sérico de PSA, del otro, por datos que figuran en el pedido de
estudio anatomopatológico, sabemos que era mayor de 60 años y
presentaba un valor sérico de PSA elevado, de 68ng/ml. De ambos
se desconoce motivo de consulta. Tuvimos 4 casos de punción
biopsia histológica de ambos lóbulos derecho e izquierdo, 2 de ellas
con alteraciones por inadecuada fijación, y las otras 2 con escaso o
mínimo material para ser examinado, por lo cual se consideraron
como insatisfactorias para diagnóstico. Con respecto a los
pacientes 1 de ellos correspondía a la 5ª década de la vida y los 3
restantes a la 6ª década de la vida. Todos tuvieron valor sérico de
PSA elevado, siendo el menor registro de 11,5ng/ml y el mayor de
68ng/ml. De estos pacientes se desconoce el motivo de consulta y
cúal fue su evolución ya que no se recibieron en nuestro laboratorio
otras muestras para estudio.
Tuvimos 3 casos de punción biopsia histológica dentro de
parámetros normales, de uno de los pacientes desconocemos la
edad y el valor de PSA, y los otros 2 correspondieron a la 5ª década
de la vida, y presentaron aumento sérico del PSA siendo los valores
de 9 y 50ng/ml.
El total de casos de hiperplasia nodular benigna fue de 124, de los
cuales 4 correspondieron a RTU, 44, a biopsias simples por punción
histológica y 76, a piezas quirúrgicas. De 3 pacientes además de las
piezas de adenomectomías se recibieron 2 biopsias de vejiga que
presentaron cistitis crónica y 1 biopsia de prepucio que presentó
balanopostitis crónica. Con respecto a la edad de 13 pacientes
carecemos de datos (10,48%), 2 pacientes (1,6%) correspondieron
a la 4ª década de la vida, 22 pacientes (17,7%) a la 5ª década de la
vida, 35 pacientes (28,2%) a la 6ª década de la vida, 45 pacientes
(36,2%) a la 7ª década de la vida y 7 pacientes (5,6%) a la 8ª
década de la vida. En su forma de presentación clínica 62 pacientes
(50%) tuvieron una próstata aumentada de tamaño y consistencia,
comprobada por tacto rectal y por ecografía, presentando un
aspecto heterogéneo nodular y dificultad progresiva para orinar, 10
pacientes (8%) presentaron retención urinaria y dolor en hipogastrio
y 52 pacientes (41,9%) sin datos de presentación. Con respecto al
PSA sérico de 55 pacientes (44,35%) carecemos de datos, 21
pacientes (16,9%) tuvieron PSA aumentado sin especificar valor, 8
pacientes (6,45%) de 0/4ng/ml, 19 pacientes (15,32%) de
4/10ng/ml, 16 pacientes (12,9%) de 10/20ng/ml y 5 pacientes (4%)
99
20ng/ml o más. Microscópicamente en todos los casos estudiados
los nódulos hiperplásicos mostraban un aumento tanto del
componente glandular como estromal de tipo fibroso y muscular.
Del total de casos examinados 5 mostraban focos con metaplasia
urotelial, 5 focos con PIN de bajo grado, 1con focos de PIN de alto
grado, 1 con focos de PIN de bajo y alto grado y 1 caso presentó
focos con adenosis esclerosante, hiperplasia de células basales,
PIN micropapilar y como hallazgo un nódulo bien delimitado de
0,5cm de diámetro que correspondió a adenocarcinoma acinar bien
diferenciado grado I de Gleason.
Como patologías asociadas 2 casos presentaron cistitis crónica y 3
casos uretritis crónicas.
El total de casos de hiperplasia nodular beniga de próstata
asociada a prostatitis fue de 150 casos, de los cuales 6
correspondieron a RTU, 24 a biopsias simples por punción
histológica (8 de las mismas con muestras de ambos lóbulos) y 118
a piezas quirúrgicas (adenomectomías).
Con respecto a la edad, de 19 pacientes carecemos de datos
(12,6%), 29 pacientes (19,3%) correspondieron a la 5ª década de la
vida, 39 pacientes (26%) a la 6ª década de la vida, 59 pacientes
(39,33%) a la 7ª década de la vida y 4 pacientes (2,66%) a la 8ª
década de la vida.
En su forma de presentación clínica 75 pacientes (50%) tuvieron
próstatas aumentadas de tamaño y consistencia comprobada por
tacto rectal y por ecografía y dificultad progresiva para orinar, 1
paciente (0,66%) hematuria, 1 paciente (0,66%) antecedentes de
insuficiencia renal crónica, hematuria e hidronefrosis y 73 pacientes
(48,66%) carecemos de datos.
Con respecto al PSA sérico de 105 pacientes (70%) se carece de
datos, 2 pacientes (1,33%) de 0/4ng/ml, 11 pacientes (7,33%) de
4/10ng/ml, 10 pacientes (6,66%) de 10/20ng/ml, 18 pacientes (12%)
20ng/ml o más y 4 pacientes (2,66%) PSA elevado sin especificar
valor.
Microscópicamente en todos los casos estudiados los nódulos
hiperplásicos mostraban un aumento tanto del componente
glandular como estromal de tipo fibroso y muscular, de éstos, 92
casos (61,33%) presentaron prostatitis crónica asociada, 32 casos
(21,33%) prostatitis crónica reagudizada, 10 casos (6,66%)
prostatitis crónica reagudizada con focos de abscedación y 16
casos (10,66%) prostatitis crónica granulomatosa 2 de ellas de tipo
tuberculoide con necrosis caseosa. De las piezas quirúrgicas
examinadas 5 presentaron signos de atrofia, 1 focos con hiperplasia
de células basales, 2 con focos de metaplasia urotelial, 1 con
100
ambas cosas, 3 casos con focos de PIN de bajo grado y 2 con focos
de PIN de alto grado. Además 13 piezas quirúrgicas presentaron
como patología asociada uretritis crónica reagudizada.
Tuvimos en total 39 casos de adenocarcinomas de próstata, de los
cuales a 1 de los pacientes (2,56%) se le practicó RTU de vejiga, 22
pacientes (56,4%) biopsia simple de próstata por punción
histológica, a 4 pacientes (10,25%) resección de próstata, a 5
pacientes (12,82%) prostatectomía radical con linfadenectomía
ilioobturatriz bilateral y vesículas seminales, a 2 pacientes (5,12%)
biopsia simple por punción histológica y pieza de prostatectomía
con orquiectomía bilateral y a 5 pacientes (12,82%) biopsia simple
por punción histológica y prostatectomía radical con linfadenectomía
ilioobturatriz bilateral y vesículas seminales.
Con respecto a la edad de 3 pacientes (7,69%) carecemos de
datos, 4 pacientes (10,2%) correspondieron a la 5ª década de la
vida, 14 pacientes (35,89%) a la 6ª década de la vida y 18 pacientes
(46,15%) a la 7ª década de la vida.
En su forma de presentación clínica, de 21 pacientes (53,84%)
carecemos de datos, 3 pacientes (7,69%) presentó síndrome
prostático con tacto normal, 13 pacientes (33,33%) síndrome
prostático con tamaño y consistencia aumentada de la próstata
confirmado por ecografía y 2 pacientes (5,12%) al tacto dudosa.
Con respecto al PSA sérico de 16 pacientes (41,02%) carecemos
de datos, ningún paciente presentó valores entre 0/4ng/ml, 9
pacientes (23,07%) presentaron valores entre 4/10ng/ml, 5
pacientes (12,82%) valores entre 10/20ng/ml y 9 pacientes
(23,07%) valores igual o superior a 20ng/ml.
Con respecto al tipo histológico y Score de Gleason de los 39 casos
examinados se observó que 1 adenocarcinoma fue de tipo acinar
común o bien diferenciado o de bajo grado de malignidad (2,56%),
20 adenocarcinomas fueron de tipo acinar común moderadamente
diferenciado o de grado intermedio de malignidad (51,28%), 1
adenocarcinoma de tipo ductal (endometroide-papilar)
moderadamente diferenciado o de grado intermedio de malignidad
(2,56%) y 9 adenocarcinomas poco diferenciados o de alto grado de
malignidad (23,07%). Dentro de este grupo es de destacar un caso
que requirió inmunomarcación para su tipificación siendo positivo
para FAP y negativo para citoqueratinas 7 y 20. Otro caso presentó
como patrón predominante “células en anillo de sello” seguido por
los patrones sólido con aislada formación de luces acinares y otro
caso especial que en la biopsia histológica se observaba
características microscópicas mixtas vinculables a adenocarcinomacarcinoma urotelial. En los 8 casos restantes (20,51%) no se pudo
101
graduar la lesión maligna y establecer el score de Gleason debido a
que aislados acinos presentaban características mínimas
vinculables a adenocarcinoma. En todos los casos estudiados los
adenocarcinomas estuvieron asociados a hiperplasia nodular
benigna de próstata presentando focos con prostatitis crónica,
reagudizada o granulomatosa y 3 casos focos con PIN de alto
grado. De los otros tipos histológicos que figuran en la Clasificación
de la OMS no tuvimos ningún caso. Con respecto a las 10 piezas de
prostatectomía radical con linfadenectomía ilioobturatriz bilateral y
vesículas seminales se observó que 6 casos fueron pT2b (el tumor
comprometía más de la mitad de un lóbulo), 3 casos fueron pT2c (el
tumor comprometía a ambos lóbulos) y 1 caso pT3c(el tumor se
extendía por fuera de la cápsula prostática e infiltraba vesículas
seminales). Infiltración perineural se observó en 8 de los 10 casos.
En ninguno de los casos se observó invasión angiolinfática ni
compromiso de los ganglios linfáticos resecados. No se pudo
evaluar metástasis a distancia.
A los pacientes que se les realizó prostatectomía y orquiectomía
bilateral para deprivación androgénica (2) el estadío tumoral fue
pT1a y los 4 pacientes restantes a los que sólo se les realizó
prostatectomía, 2 fueron pT1a y 2 pT1c. Además 6 pacientes
recibieron radioterapia externa y 9, hormonoterapia.
De los 39 pacientes con adenocarcinoma de próstata sólo 4
tuvieron como factor de riesgo antecedente de cáncer prostático en
un familiar de primer grado.
La sobrevida a los 5 años fue del 68,8 %, menor a 5 años el 21,9 %
y en el 9,3 % de los pacientes no se pudo recabar datos. (Ver
gráficos Nº 9 y Nº10)
Patología del testículo y epidídimo
El total de casos estudiados fue de 65. La sintomatología
presentada en los pacientes con patología testicular fue: aumento
de tamaño e induración en el 64,72% de los casos, algia en el
23,52% y fiebre en el 11,76%. Dos pacientes presentaron como
antecedente un traumatismo testicular.
El testículo más afectado fue el derecho en el 70,58% de los casos.
Se diagnosticaron 7 casos (10,76%) de atrofia testicular en piezas
quirúrgicas, en un paciente mayor de 60 años y los 6 restantes
entre 20 y 60 años. Tres casos de hipotrofia (4,61%) en piezas
quirúrgicas, dos pacientes eran mayores de 60 años y 1 entre 20 y
60 años.
102
Se diagnosticaron 5 casos de orquitis granulomatosa (7,69%) en
piezas quirúrgicas, un paciente era menor de 20 años, 1 mayor de
60 años y el resto entre la 2ª y 6ª década de la vida.
Tuvimos 3 casos de epididimitis crónica (4,61%), una fue remitida
como biopsia simple y 2 en piezas quirúrgicas, todos los pacientes
eran mayores de 60 años.
También se presentaron 8 casos con quistes del epidídimo
(12,30%), todos remitidos como biopsias simples y en relación a la
edad de los pacientes, 2 eran mayores de 60 años, 4 se
encontraban entre los 20 y 60 años, y en 2 casos no se recibieron
datos sobre la edad de los mismos.
Tuvimos 9 casos (13,84%) de patología vascular por torsión del
cordón espermático, todos remitidos como piezas quirúrgicas, y los
pacientes, en 5 casos eran menores de 20 años, en 2 casos entre
20 y 60 años y en 2 casos sin datos.
Se presentaron 2 casos (3,07%) con hidrocele testicular, remitidos
como piezas quirúrgicas, un paciente tenía más de 60 años y el otro
entre 20 y 60 años.
También tuvimos 3 casos (4,61%) con varicocele, remitidas como
biopsias en pacientes menores de 20 años.
Se diagnosticaron 7 casos (10,76%) como procesos inflamatorios
crónicos inespecíficos de la túnica vaginal, todos fueron biopsias
simples. Y en cuanto a la edad de los pacientes, 1 era menor de 20
años, 2 mayores de 60 años, 3 oscilaban entre la 2ª y 6ª década de
la vida y 1 sin datos sobre la edad.
Se presentó 1 caso (1,53%) con diagnóstico de quiste del cordón
espermático, remitida como biopsia simple, en un paciente mayor
de 60 años. (Ver Gráficos Nº 11 y Nº12)
Ahora detallaremos los casos diagnosticados con patología
neoplásica maligna testicular. Se diagnosticaron 8 casos (12,30%)
de seminoma clásico puro, 6 se remitieron como piezas quirúrgicas
y 2 como piezas oncológicas ampliadas. Dos de los pacientes eran
mayores de 60 años, 4 oscilaban entre 20 y 60 años y en 2 casos
se desconoce la edad. El resultado de la estadificación fue el
siguiente: 7 casos en estadío pT1 y el restante en pT3.
Se diagnosticó 1 seminoma clásico espermatocítico (1,53%), en una
pieza quirúrgica, en un paciente de 32 años, en estadío pT3. Un
caso (1,53%) de seminoma con células trofoblásticas, en un apieza
quirúrgica, en un paciente de 28 años de edad, y su estadío era
pT1.
Un carcinoma embrionario (1,53%) en una pieza quirúrgica, en un
paciente de 28 años, en estadío pT1.
103
Tuvimos 1 teratoma con transformación maligna (1,53%), en una
pieza quirúrgica, en un paciente de 18 años, en estadío pT1.
Tumor del saco vitelino o seno endodérmico tuvimos 1 caso
(1,53%), en una pieza quirúrgica, en un paciente de 28 años, y su
estadío fue pT1.
Contamos 3 casos (4,61%), todas piezas quirúrgicas de tumor
germinal mixto a saber: teratoma inmaduro con tumor del seno
endodérmico en un paciente de 33 años, un teratoma inmaduro con
carcinoma embrionario, en un paciente de 29 años y un teratoma
maduro con carcinoma embrionario en un paciente de 36 años.
Todos en estadío pT1.
Sólo diagnosticamos 1 caso (1,53%) con lesión linfoproliferativa
primario de testículo que resultó un linfoma no Hodgkin de células
B, grandes, en una pieza quirúrgica, en un paciente de 75 años.
(Ver Gráficos Nº 13 y Nº 14)
Se realizaron mediciones de marcadores tumorales a saber: α feto
proteína, CEA y gonadotrofina coriónica, resultando elevados en 6
pacientes ( de los 17 casos con patología maligna testicular)
(35,30%).
Se les realizó como tratamiento complementario radio y
quimioterapia, con una sobrevida a los 5 años del 70,60%, menor a
5 años del 11,70% y en el 17,70%, no se pudieron recabar datos.
Patología peneana
Se estudiaron en total 56 casos. De los cuales (82,14%)
correspondieron a procesos inflamatorios inespecíficos;
balanopostitis, algunos de los cuales adoptaban un patrón de tipo
liquenoide. Todos los casos fueron remitidos como biopsias
simples. Con respecto a la edad de los pacientes tuvimos 5 casos
en pacientes menores de 20 años, 17 casos en pacientes mayores
de 60 años y 22 casos entre 20 y 60 años, en 2 casos no se recibió
ese dato.
Se contabilizaron 6 casos (10,71%) con diagnóstico de condiloma
acuminado o espiculado, todos eran biopsias simples, en 5 casos
se carece de datos referidos a la edad, y 1 caso correspondió a un
paciente menor de 20 años.
Dentro de la patología maligna, se estudiaron 4 casos (7,14%), de
los cuales 1 (25%) correspondió a carcinoma de células escamosas
exofítico - ulcerado, remitido como pieza quirúrgica penectomía
parcial con linfadenectomía inguinal con un ganglio con metástasis,
en un paciente mayor de 60 años, en estadío pT1 pN1. Otro caso
104
(25%) remitido como pieza operatoria correspondió a un paciente
mayor de 60 años con diagnóstico de carcinoma de células
escamosas bien diferenciado, en estadío pT1. No pudiéndose
evaluar los ganglios linfáticos ya que no fueron remitidos. Y los 2
casos restantes (50%), correspondieron a carcinoma de células
escamosas pobremente diferenciado remitidos como biopsias
simples, desconociéndose la edad de los pacientes. (Ver Gráficos
Nº15 y Nº16)
La localización más frecuente fue el glande seguido de glande y
prepucio.
Los síntomas referidos por los pacientes fueron, el de la lesión, en
el 50% de los casos; 25% dolor y 25% hemorragia.
Con respecto a los pacientes con patología maligna se completó el
tratamiento con radioterapia.
La sobrevida fue del 60% a los 5 años.
Patología del escroto
En escroto se evaluaron 9 casos, 7 (77,77%) correspondieron a
patología benigna, todos remitidas como biopsias simples, 1 caso
(11,11%) fue un nevo intradérmico, 1 caso (11,11%) un quiste de
inclusión, 1 caso (11,11%) un leiomioma, 3 casos (33,33%) como
procesos inflamatorios inespecíficos y 1 caso (11,11%) como
calcinosis idiopática.
Con respecto a las edades, en 5 casos se carece de datos, en la
calcinosis el paciente era mayor de 60 años y un caso de
inflamación inespecífica se diagnosticó en un paciente de 40 años
de edad.
En relación a la patología maligna se estudiaron 2 casos (22,22%).
Uno (11,11%) correspondió a un fibrohistiocitoma maligno, en un
paciente de 65 años, remitido como pieza quirúrgica. Y el otro
(11,11%) fue un carcinoma de células escamosas verrugoso-papilar
con invasión superficial asociado a carcinoma in situ y acción
citopática viral, en un paciente de 44 años, remitida como pieza
quirúrgica. (Ver Gráficos Nº17 y Nº18)
En ambos casos el motivo de consulta fue la aparición de la lesión.
Luego de la resección quirúrgica fueron derivados al Hospital Curie
para completar su tratamiento, por lo cual carecemos de datos
referidos al tratamiento adyuvante y a la sobrevida de los mismos.
Discusión y Conclusiones:
105
De la revisión de la totalidad de los casos estudiados se concluye
que la patología más frecuente en nuestro medio hospitalario fue la
Hiperplasia nodular benigna de próstata.
La mayor parte de los tumores malignos fueron de origen vesical
siendo el de tipo Urotelial papilar de bajo grado de malignidad el
predominante, seguido por el Adenocarcinoma de próstata que
según nuestra estadística y lo relatado en la bibliografía mundial
tiene un pico de incidencia en la 7ª década de la vida.
Se ha observado un aumento de su frecuencia y un descenso en la
edad de presentación debido a la difusión de la biopsia transrectal y
a los métodos de detección precoz cobrando suma importancia el
dosaje de PSA sérico.
Coincidimos con la literatura en que la variante histológica más
frecuente es el Adenocarcinoma de tipo acinar común
moderadamente diferenciado o de grado intermedio de malignidad.
Con respecto a los Carcinomas de origen renal que son los que
siguieron en frecuencia, el tipo histológico predominante fue el
Carcinoma a células claras y dentro de las neoplasias malignas del
testículo coincidimos con la literatura en que los tumores germinales
representan el 95 al 98 % del total siendo el Seminoma clásico la
variante que predomina.
En nuestra casuística el pico de incidencia de esta patología se
presentó en la 2ª-3ª década de la vida lo cual coincide con lo
relatado en la bibliografía internacional.
También coincidimos en que el Carcinoma de pene es una
neoplasia poco frecuente, de predominio en personas mayores
asociada con procesos inflamatorios - irritativos crónicos e higiene
deficiente, curable si se detecta a tiempo, pero desafortunadamente
en nuestro medio los pacientes consultan en estadíos avanzados de
la enfermedad, obligando a cirugías radicales con impactos
psicológicos importantes para los pacientes.
La patología neoplásica del escroto es inusual siendo muy pocos
los casos registrados.
Con respecto a la recolección de datos acerca de los pacientes
(edad, motivo de consulta, antecedentes personales y/o familiares
de relevancia, registros de valores de PSA y marcadores
serológicos tumorales) fue dificultosa debido a que muchos de los
mismos no figuran en los pedidos de estudio anatomopatológicos ni
en las historias clínicas.
El tratamiento adyuvante (Quimio-Radioterapia) en la patología
oncológica está muy limitado en nuestro Hospital lo que obliga a
derivar a los pacientes a otros hospitales o instituciones para
106
realizarlos y es allí donde se terminan atendiendo y por lo tanto no
regresan a la consulta o lo hacen muy esporádicamente.
Por lo expuesto anteriormente el seguimiento de los pacientes se
hace difícil.
Por último cabe destacar que el trabajo interdisciplinario entre
urólogos y patólogos consistente en una correcta anamnesis,
examen clínico, estudios por imágenes, examen macro y
microscópico minucioso para poder realizar una correcta tipificación
de las lesiones que permitirán una adecuada estadificación de los
pacientes en el caso de la patología oncológica, el dosaje de PSA y
de los marcadores serológicos tumorales son fundamentales para
un correcto diagnóstico, tratamiento adecuado, pronóstico y calidad
de vida de los pacientes.
107
Patología Renal Total de Casos 50
Pielonefritis crónica
Angiomiolipoma
Traumatismo
2%
2% 8%
Liposarcoma tipo inflamatorio
2%
10%
10% 2%
4%
2%
12%
6%
Carcinoma de células claras tipo sólido
Carcinoma de células claras tipo sólido
asociado a tipo papilar, quístico, tubular.
Carcima de células claras con focos de
células eosinófilas y focos sarcomatoide
Carcinoma de células claras con focos de
células eosinófilas
40%
Carcinoma de células claras con células
cromófobas
Carcinoma Indiferenciado
Carcinoma de células claras asociado a
pielonefritis crónica
Carcinoma de células claras asociado a
pielonefritis crónica e hidronefrosis
Gráfico Nº 1
Distribución Etaria en Patología Renal
Pielonefritis crónica
20
Angiomiolipoma
18
Traumatismo
16
Liposarcoma tipo inflamatorio
14
Carcinoma de células claras tipo sólido
12
Carcinoma de células claras tipo sólido
asociado a tipo papilar, quístico, tubular.
10
Carcima de células claras con focos de
células eosinófilas y focos sarcomatoide
8
Carcinoma de células claras con focos de
células eosinófilas
6
Carcinoma de células claras con células
cromófobas
4
Carcinoma Indiferenciado
2
Carcinoma de células claras asociado a
pielonefritis crónica
0
‹ 20 años
› 60 años
Resto
Sin edad
Carcinoma de células claras asociado a
pielonefritis crónica e hidronefrosis
Grafico Nº 2
108
Patología de la Vía Excretora Total de Casos 4
25%
25%
Proceso inflamatorio inespecífico en
uréter
Ureterocele
Carcinoma urotelial papilar de bajo
grado en uréter
25%
25%
Carcinoma urotelial papilar de bajo
grado en pelvis renal
Gráfico Nº 3
Distribución Etaria en Patología de Vía Excretora
1
0,9
Proceso inflamatorio inespecífico
en uréter
0,8
0,7
Ureterocele
0,6
Carcinoma urotelial papilar de bajo
grado en uréter
0,5
Carcinoma urotelial papilar de bajo
grado en pelvis renal
0,4
0,3
0,2
0,1
0
‹ 20 años
› 60 años
Resto
Sin edad
Gráfico Nº 4
109
Patología Inflamatoria Vesical Total de Casos 15
Cistitis Crónica
Cistitis Crónica Folicular
40%
46%
Cistitis Crónica
Xantogranulomatosa
Cistitis Crónica Reagudizada
7%
7%
Gráfico Nº 5
Distribución Etaria en Patología Inflamatoria Vesical
7
7
6
6
6
5
Casos
4
4
‹ 20 años
3
› 60 años
Resto
2
2
Sin Edad
0
1
1
1
0
Cistitis Crónica
0
1
0
1
0 0
Cistitis Crónica Folicular
1
0 0
0
Cistitis Crónica
Xantogranulomatosa
0
0
Cistitis Crónica
Reagudizada
Gráfico Nº 6
110
Patología Neoplásica Urotelial de Vejiga Total de
Neoplasia urotelial de bajo potencial
Casos 74
de malignidad
Carcinoma urotelial papilar de bajo
grado
Carcinoma urotelial papilar de alto
grado
Carcinoma urotelial "In Situ"
1%1%1%1%1%
11%
4%
42%
19%
1%
9%
1%1%
7%
Carcinoma urotelial con
diferenciación escamosa
Carcinoma urotelial de bajo grado
con invasión de la lámina propia
Carcinoma urotelial de bajo grado
con invasión de la muscular propia
Carcinoma urotelial de alto grado
con invasión de la lámina propia
Carcinoma urotelial de alto grado
con invasión de la muscular propia
Sarcoma de vejiga
Carcinoma sarcomatoide de vejiga
Hiperplasia urotelial papilar
Mucosa vesical sin alteraciones
Mucosa vesical insuficiente para
diagnóstico
Gráfico Nº 7
Distribución Etaria en Patología Neoplásica Urotelial de Vejiga
Neoplasia urotelial de bajo
potencial de malignidad
Carcinoma urotelial papilar de
bajo grado
16
Carcinoma urotelial papilar de alto
grado
Carcinoma urotelial "In Situ"
14
Carcinoma urotelial con
diferenciación escamosa
12
Carcinoma urotelial de bajo grado
con invasión de la lámina propia
10
Carcinoma urotelial de bajo grado
con invasión de la muscular
propia
Carcinoma urotelial de alto grado
con invasión de la lámina propia
8
6
Carcinoma urotelial de alto grado
con invasión de la muscular
propia
Hiperplasia urotelial papilar
4
Mucosa vesical sin alteraciones
2
Mucosa vesical insuficiente para
diagnóstico
Sarcoma de vejiga
0
‹ 20 años
› 60 años
Resto
Sin Edad
Carcinoma sarcomatoide de vejiga
Gráfico Nº 8
111
Patología de Próstata Total de Casos 330
2%
1%
1%
Prostatitis Pura
1%
12%
Dudosas que requieren
Inmunomarcación
38%
Muestras insatisfactorias
para diagnósticos
Estudios Normales
45%
Hiperplasia nodular
benigna de próstata
Hiperplasia nodular
benigna de próstata
asociada a prostatítis
Adenocarcinoma de
próstata
Gráfico Nº 9
Distribución Etaria en Patología de Próstata
60
Prostatitis Pura
50
Dudosas que requieren
Inmunomarcación
Muestras insatisfactorias para
diagnósticos
40
Estudios Normales
30
Hiperplasia nodular benigna de
próstata
20
Hiperplasia nodular benigna de
próstata asociada a prostatítis
Adenocarcinoma de próstata
10
0
41 a 50
años
51 a 60
años
61 a 70
años
71 a 80
años
más de Sin edad
80
Gráfico Nº 10
112
Patología Benigna de Testículo y Epidídimo
Atrofia
15%
2%
Hipotrofia
15%
6%
6%
Orquitis Granulomatosa
Epididimitis Crónica
4%
10%
6%
19%
Quistes del Epididimo
Torsión del Cordón
17%
Hidrocele
Varicocele
Túnica vaginal testicular con proceso
inflamatorio crónico
Quiste del Cordón espermático
Gráfico Nº 11
Distruibución Etaria en Patología Benigna de Testículo y Epidídimo
6
Atrofia
5
Hipotrofia
Orquitis Granulomatosa
4
Epididimitis Crónica
Quistes del Epididimo
3
Torsión del Cordón
Hidrocele
2
Varicocele
Túnica vaginal testicular con
proceso inflamatorio crónico
Quiste del Cordón
espermático
1
0
‹ 20 años
› 60 años
Resto
Sin edad
Gráfico Nº 12
113
Patología Maligna de Testículo y Epidídimo
Seminoma Clásico Puro
Seminoma Clásico Espermatocítico
Seminoma con Células Trofoblásticas
6%
18%
Carcinoma Embrionario
46%
6%
0%
6%
0%
Teratoma
Teratoma Con Transformación Maligna
6%
6%
Coriocarcinoma
6%
Tumor del Saco Vitelino
Tumor Germinal Mixto
Linfoma no Hodgkin células B subtipo
células grandes (OMS)
Gráfico Nº 13
Distribución Etaria en Patología Maligna de Testículo y Epidídimo
4
Seminoma Clásico Puro
3,5
Seminoma Clásico Espermatocítico
3
Seminoma con Células
Trofoblásticas
2,5
Carcinoma Embrionario
Teratoma
2
Teratoma Con Transformación
Maligna
1,5
Coriocarcinoma
1
Tumor del Saco Vitelino
Tumor Germinal Mixto
0,5
0
‹ 20 años
› 60 años
Resto
Sin edad
Linfoma no Hodgkin células B
subtipo células grandes (OMS)
Gráfico Nº 14
114
Patología de Pene Total de Casos 56
Balano - Postitis
11%
2% 2% 4%
Condiloma Acuminado
Ca. de Cél. Escamosas
exofítico ulcerado.
81%
Ca. de Cél. Escamosas bien
diferenciado
Ca. de Cél. Escamosas poco
diferenciado
Gráfico Nº 15
Distribución Etaria en Patología de Pene
25
20
Balano - Postitis
Condiloma Acuminado
15
Ca. de Cél. Escamosas
exofítico ulcerado.
10
Ca. de Cél. Escamosas bien
diferenciado
Ca. de Cél. Escamosas poco
diferenciado
5
0
‹ de 20 años › de 60 años
Resto
Sin Edad
Gráfico Nº 16
115
Patología de Escroto Total de Casos 9
Inflamación inespecífica
Nevo Intradérmico
11%
11%
34%
Quiste de Inclusión
Leiomioma
11%
11%
Calcinosis Idiopática
11%
11%
Fibrohistiocitoma Maligno
Carcinoma de Células Escamosas
Exofítico Verrugoso Papilar
asosiado a Carcinoma "In Situ"
Gráfico Nº 17
Distribución Etaria en Patología de Escroto
Inflamación inespecífica
2
1,8
Nevo Intradérmico
1,6
Quiste de Inclusión
1,4
1,2
Leiomioma
1
0,8
Calcinosis Idiopática
0,6
0,4
Fibrohistiocitoma Maligno
0,2
0
‹ de 20 años
› de 60 años
Resto
Sin Edad
Carcinoma de Células Escamosas
Exofítico Verrugoso Papilar
asosiado a Carcinoma "In Situ"
Gráfico Nº 18
116
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