P A C D

PROGRAMA DE ACTUALIZACION CONTINUA
Y A DISTANCIA EN UROLOGIA
Módulo 4 - Fascículo 1 - 2001
Prostatitis
Dr. Juan José Solari
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Director
Dr. Jorge H. Schiappapietra
Secretario
Dr. Carlos A. Acosta Güemes
Asesor
Dr. Elías J. Fayad
Períodos históricos en la comprensión y manejo
de la prostatitis
Clasificación y definición de las categorías de
prostatitis
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Posibles mecanismos fisiopatogénicos
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Prostatitis y SIDA
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Cuadro clínico
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Métodos de diagnóstico
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Tratamiento
PROSTATITIS
Dr. Juan José Solari
Ex Presidente de la Sociedad Argentina de Urología
La Prostatitis constituye uno de los problemas clínicos más dificultosos tanto para el paciente que lo sufre como para su familia y su médico
(Culley C. Carson).
Esta afirmación es, sin duda, sostenida al menos por gran parte de los
urólogos y adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que los estudios
epidemiológicos sostienen que la prostatitis rivaliza con el cáncer y la
hiperplasia benigna en términos de incidencia y prevalencia (5 a 8%
Nickel), habiéndose diagnosticado en EE.UU. en los principios de los
años ´90, cuadros de prostatitis que representaron 2 millones de consultas médicas por año.
Es interesante conocer la evolución de los conocimientos sobre la
Prostatitis, para lo cual resulta oportuno reproducir un cuadro presentado
por Nickel.
Era de la ciencia moderna: (1968 – 1995)
Introducción de la técnica de Meares – Stanley.
Introducción de la clasificación de Drach, Fair y Meares.
Establecimiento del uso racional de Antibióticos.
La prostatitis deja de ser un problema o se lo trata de negar.
Estancamiento de las investigaciones.
PERIODOS HISTÓRICOS EN LA COMPRENSIÓN Y
MANEJO DE LA PROSTATITIS
La lectura de ese cuadro nos da la pauta de cómo se han ido sucediendo los conceptos, dudas e interrogantes sobre estos padecimientos y deriva necesariamente en la nueva clasificación del NIH que ha desplazado a
la clásica clasificación de Drach, Fair y Meares que dividía a las Prostatitis
en 4 categorías (tabla 1).
Es evidente que esta clasificación no ha conducido en sus 30 años a
mayores progresos en el tratamiento de estos pacientes por lo que el NIH
decidió elaborar un cambio, el que ha llevado a muchos investigadores al
convencimiento que se estimulará mediante ello las investigaciones en este
campo, especialmente desarrollándose nuevas drogas tal como ha sucedido con la Hiperplasia Prostática luego de largos años de estancamiento.
Nueva Era de Esclarecimiento: (1996 a la fecha)
Caracterizada por una serie de trabajos de investigación, talleres, etc.
Multicentricos.
Definición y clasificación de las prostatitis por el National Institute of
Health (NIH).
Renacimiento de investigaciones innovadoras en prostatitis.
Era del Descubrimiento: (1850 a 1920)
La Prostatitis como Entidad clínica, causas y desarrollo de estrategias
de tratamiento.
Era del Esclarecimiento: (1921 – 1955)
Etiología microbiana de todas las Prostatitis.
Importancia de los leucocitos en el material estudiado en amplias investigaciones.
Masaje de próstata como tratamiento principal.
Investigación de la Termoterapia.
Introducción de los antibióticos.
CLASIFICACIÓN Y DEFINICIÓN DE LAS CATEGORÍAS
DE PROSTATITIS
(National Institute of Health)
Categoría 1:
Prostatitis bacteriana aguda.
Infección aguda de la próstata.
Era de las dudas: (1956 – 1967)
Toma fuerza el concepto de Prostatitis Abacterianas.
Cuestionamiento de la presencia de leucocitos.
Cuestionamiento del significado de los cultivos bacterianos.
Tabla 1. Clasificación de las prostatitis.
Prostatodinia*
Evidencia de
inflamación (SPE)
Cultivo positivo
(SPE)
Cultivo positivo
(vejiga)
Bacterias etiológicas
comunes
Examen rectal
(próstata)
Prostatitis
bacteriana aguda
+
+
+
+‡
Enterobacterias
Anormal
Prostatitis
bacteriana
crónica
±
+
+
+§
Enterobacterias
Normal
Prostatitis
"abacteriana"
±
+
0
0
?
Normal
Dolor
pelviperineal
±
0
0
0
0
Normal
* Dolor en la próstata.
SPE= secreción prostática exprimida. (posmasaje prostático).
‡ La prostatitis bacteriana aguda se acompaña casi siempre de infección vesical.
§ Se caracteriza por bacteriuria recidivante, con inter valos variados de hasta varios meses, después de suspendida la terapia
antimicrobiana.
Tomado de Stamey TA: Patogénesis and Treatment of Urinar y Tract Infections. Baltimore, The Williams & Wilkins Co., 1980.
Módulo: Infecciones en urología (específicas y no específicas)
Categoría 2:
Prostatitis bacteriana crónica.
Infección crónica de la Próstata.
Infección urinaria recurrente.
Categoría 3:
Prostatitis crónica abacteriana / Síndrome doloroso pelviano crónico.
Dolor o incomodidad en la región pelviana (por
lo menos 3 meses) con síntomas urinarios y sexuales variados.
Subcategoría 3A:
Síndrome doloroso pelviano crónico inflamatorio.
Con leucocitos en: 1) semen, 2) líquido seminal
o en 3) la orina post masaje.
Subcategoría 3B:
Síndrome doloroso pelviano crónico no inflamatorio.
Sin leucocitos en 1-2 ó 3.
Categoría 4:
Prostatitis inflamatoria Asintomática.
Sin síntomas.
Con signos inflamatorios en: 1) Biopsia – 2)
Semen – 3) Líquido post masaje – 4) Orina post
masaje.
Esta clasificación tiene por lo menos dos virtudes. La primera que
reúne una serie de afecciones que tienen en común ciertas características,
trastornos urogenitales, algias pelvianas, disfunciones sexuales, etc. La
segunda que reúne a estas mismas afecciones por sus diferencias, presencia o ausencia de infección, presencia o ausencia de inflamación, etc. Lo
que permite al médico que las trata sistematizar su estudio y enfocar su
tratamiento con mayores posibilidades de éxito.
ETIOLOGÍA
Es frecuente que la etiología y psicopatología de las prostatitis no se
llegue la conocer. Pero hay hechos importantes a destacar.
La prostatitis aguda es en general una muy característica infección del
aparato urinario bajo y representa un padecimiento totalmente distinto –
en todos los aspectos- a los síndromes prostáticos crónicos (categorías 23-3 A y 3B de la clasificación del NIH).ya que estos pueden ser de causa
infecciosa o no, inflamatoria o no, siendo los límites de cada caso muy
difíciles de marcar.
Prostatitis aguda
En ella el proceso es causado por gérmenes uropatógenos que comprometen toda la glándula, se asocia con infección uretrovesical y es frecuente la bacteriemia pudiéndose llegar al cuadro de septicemia o localmente a la formación de abscesos prostáticos, cuando el tratamiento no ha
sido adecuado.
Prostatitis crónica (Cat. 2-3-3 A – 3 B)
Estos síndromes pueden acompañarse de infección e inflamación constatada por la presencia de leucocitos y gérmenes en la secreción prostática
obtenida por masaje, en la orina post masaje o en el semen.
En otros casos no se hallan evidencias de infección, no se obtienen
gérmenes, y sí de inflamación, se obtienen leucocitos.
Finalmente en otros no se hallan signos de infección ni de inflamación.
POSIBLES MECANISMOS FISIOPATOGÉNICOS
1- Disfunciones vesicouretrales
Distintos trastornos de la evacuación vesical han sido sostenidos por
diversos autores. Ellos van desde las obstrucciones vesicales, estrecheces
uretrales, hasta las alteraciones funcionales vesicoesfinterianas
2
2- Reflujo ductal Intraprostático
Estudios experimentales han demostrado en pacientes con prostatitis
crónica, la existencia de reflujo intra prostático de la orina –sosteniendo
que se produciría por el vaciado vesical con alta presión y turbulencia –
(Hellstrom y col)- probablemente en las disfunciones antes citadas. Sin
embargo esto no ha sido probado de manera concluyente.
3- Trastornos autoinmunes
Han sido hallados por algunos investigadores en prostatitis (Cat 3-3
A) prostatitis crónicas secundarias a inflamación mediada
inmunológicamente, posiblemente debido a procesos auto inmunes(Alexander R.B. y col).
4- Alteraciones químicas
El reflujo de la orina y con ella de los uratos desencadenaría la inflamación.
5- Trastornos neuromusculares
Algunos autores han atribuido origen neuromuscular a la sintomatología
de síndromes prostáticos crónicos inflamatorios o no, llegando alguno de
ellos a ubicarlos en un cuadro de distrofia simpática refleja.
6- Bacteriológica
La presencia de gérmenes en el líquido prostático, obtenido de distintas maneras, representa un hallazgo, que si es concluyente, califica a la
Prostatitis como bacteriana. Esto es menos frecuente que lo inverso. Los
métodos pueden ser la prueba de Meares y Stanley, o por métodos menos engorrosos, también por biopsia perineal (solo en investigación) y por
estudios del genotipo bacteriano –(Jarvik y col.)Cuando el germen hallado es un uropatógeno –E. Coli, Klebsiella,
Pseudomona- es clara la relación. Cambia cuando se encuentran otros
gérmenes. Se presenta el cuadro de Nickel.
Gérmenes patógenos prostáticos, reconocidos como
uropatógenos gramnegativos (E. Coli, Klebsiella, Pseudomona)
Gérmenes probablemente patógenos prostáticos.
Grampositivos -Enterococo –Estafilococo aur.
Gérmenes posiblemente patógenos prostáticos.
Estafilococo coag neg
Chlamydia
Ureaplasma
Anaerobios
Candidas
Tricomonas
Gérmenes reconocidos como no patógenos.
Difteroides
Lactobacilo
Corynebacterium sp
Organismos no cultivables.
Virus
Biofilm bacteriano
Bacterias con alteraciones de pared.
PROSTATITIS Y SIDA
Se ha observado la existencia de prostatitis crónica en pacientes con
SIDA. En algunos casos se trató de formas bacterianas crónicas (Leport
y col.). En otros casos se trata de infecciones micóticas y también virales
(citomegalovirus) encontrándose en algunos de ellos las inclusiones virales
características intraprostáticas, con prácticamente ausencia de respuesta
inflamatoria (Lepor y Lawson).
Módulo: Infecciones en urología (específicas y no específicas)
CUADRO CLÍNICO
(Tabla 2)
Prostatitis aguda bacteriana
En general sus características son bien conocidas y se presenta como
un cuadro agudo con manifestaciones, locales y generales más o menos
severas.
Su comienzo es generalmente brusco, aparecen dolores abdominales
bajos, pelvianos y perineales junto con síntomas urinarios irritativos y
obstructivos de variable intensidad, pudiendo llegarse a la retención urinaria.
Las manifestaciones generales consisten en fiebre alta en picos, escalofríos, deterioro variable del estado general, nauseas y vómitos, pudiendo
llegar a instalarse un auténtico cuadro de sepsis.
El examen clínico confirmará el diagnóstico y debe consistir en palpación abdominal (globo vesical), tacto rectal suave detectando una próstata
agrandada, blanda, fluctuante, si hay abscedación y muy dolorosa. La
orina suele aparecer turbia.
Se completa el estudio con urocultivo, hemocultivo y análisis de rutina.
Con todos estos elementos obtenidos es imperativo instalar el tratamiento con ATB de amplio espectro de inmediato.
Prostatitis crónica
La clínica de estos pacientes es similar cualquiera sea la categoría en
que se lo encuadre finalmente y su característica es precisamente la variabilidad de los síntomas, su intermitencia y su duración.
Conceptualmente para englobar a un paciente en uno de estos cuadros, el padecimiento debe durar 3 meses por lo menos.
Los síntomas son dolores y trastornos de tipo obstructivo e irritativo a
nivel genito urinario ubicando el paciente el dolor a nivel pélvico, perineal
y también peneano, testicular, inguinal, suprapúbico y lumbar. Frecuentemente refiere trastornos eyaculatorios. En general llama la atención el
estado de ansiedad y preocupación de estos pacientes.
El examen clínico es en general pobre en hallazgos. Y si se hiciera
abstracción de la sintomatología referida y sus características, difícilmente
se pensaría en un padecimiento ubicable dentro de alguna de las categorías de la prostatitis crónica. Por los que se hace propio el concepto de
Nickel cuando dice “La Prostatitis crónica es definida por los síntomas”.
La palpación prostática muestra variables grados de aumento de la
sensibilidad que van desde ausentes o muy ligeros hasta francamente
dolorosos.
En ocasiones llama la atención una hipertonía del esfínter anal y en
otros la hipersensibilidad o verdadero dolor durante la palpación
endorectal del piso pélvico y elevadores. (Figs. 1 y 2)
MÉTODOS DE DIAGNOSTICO
Ya se ha dicho que en la Prostatitis aguda únicamente se utiliza el
laboratorio, urocultivo, hemocultivo, análisis generales de rutina, test de
HIV.
La ecografía abdominal puede informarnos sobre el estado del aparato urinario. En cuanto a la Ecografía Prostática Transrectal solo se justifica si en la evolución de una Prostatitis Aguda se sospecha la existencia
de un absceso, para confirmar su existencia, seguir su evolución y eventualmente decidir su drenaje.
En las distintas categorías de Prostatitis crónica es importante tratar
de determinar si su causa es bacteriana, o inflamatoria, cosa que no siempre se logra por dificultades con las técnicas empleadas y tal vez por la
teoría del atrapamiento bacteriano intra prostático elaborada por Nickel
y col.
Durante muchos años se empleó la técnica presentada por Meares y
Stanley en 1968, llamada la prueba de los 4 vasos (fig. 3) –lo engorroso
de la misma tanto para el paciente como para el médico y sus pobres
resultados la han ido dejando de lado.
Actualmente se ha reducido a un Test que recoge la orina pre y post
masaje (AUA. Annual Meeting, 1999). El examen en el microscopio
de estos especimenes mostrará la presencia de leucocitos y el cultivo la
existencia o no de gérmenes.
Mucho se ha escrito sobre la utilidad de la Ecografía Transrectal en
las Prostatitis Crónicas. Esta técnica, tan útil en otras patologías prostáticas,
es muy poco orientativa y solo da información valedera en casos de hallazgo de grandes masas litiásicas, obstrucción de eyaculadores, abscesos
crónicos; todas situaciones poco frecuentes. No obstante su empleo puede justificarse para objetivar la información al paciente, que en general se
presenta a la consulta con un alto grado de ansiedad.
Los estudios urodinámicos en general solo se los realiza cuando
Tabla 2. Características clínicas de los síndromes comunes de prostatitis.
Antecedentes de
infección confirmada
de las vías urinarias
Próstata
anómala en el
examen rectal
Leucocitos
excesivos en
las SPE
Cultivos
positivos en
las SPE
Prostatitis
bacteriana
aguda
Sí
Sí
Sí
Sí
Prostatitis
bacteriana
crónica
Sí
±
Sí
Prostatitis
abacteriana
No
±
Prostatodinia
No
No
Síndrome
Agentes
causales
comunes
Respuesta a la
antibióticoterapia
Tasa de flujo
urinario
alterada
Bacterias
coliformes
Sí
Sí
Sí
Bacterias
coliformes
Sí
±
Sí
No
Ninguno
Habitualmente no
A menudo
No
No
?Chlamydia
?Ureaplasma
Ninguno
No
Sí
Abreviatura: SPE= secreciones prostáticas exprimidas.
Modificado de Meares EM, hijo: Prostatitis and related disorders. En Walsh PC, Retik AB, Stamey TA, Vaughan ED, (h) (eds):
Campbell´s Urology. 6a ed. Filadelfia, WB Saunders CO., 1992.
Prostatitis
3
Parte inferior
de la espalda
En la prostatitis abacteriana,
la orina fluye hacia atrás
entrando en los conductos
prostáticos y causa inflamación
Parte inferior
del abdomen
Flujo
de orina
Conducto
Recto
Pene
Escroto
Uretra
Cara interna
de los muslos
Lugares en los que el dolor
es frecuente
Figs. 1 y 2
la sintomatología obstructiva o irritativa es de tal magnitud y persistencia
que hagan pensar en un problema ya sea del detrusor o cervicouretral. La
uroflujometría puede emplearse durante el seguimiento del paciente para
objetivar su evolución.
TRATAMIENTO
Prostatitis aguda
Siendo la más grave de las categorías es la más fácil de diagnosticar y
tratar.
Debe instituirse un tratamiento con ATB parenterales, generalmente
con internación.
Siguiendo los LINEAMIENTOS BÁSICOS publicados por el
Subcomité de Infecciones Urinarias de la S.A.U. (Rev. Arg. De Urol.
Vol 62. Supl. 2 Pág 29. 1997)
Inicio parenteral (48 –72 ....)luego vía oral hasta completar 4 – 6
semanas.
Fig. 3 Técnica de cultivo segmentario para localizar infecciones
urinarias en la uretra o la próstata del hombre.
(Reimpreso con autorización de Meares EM, Stamey TA:
Bacteriologic localization of patterns in bacterial prostatitis and
urethritis. Invest Urol 5:492, 1968, © por Williams & Wilkins
Company, 1968.)
4
Opciones:
1) Quinolonas / Ciprofloxacina 500 mgs. C/12 hs.
Ofloxacina 200 mgs. C/ 12 hs.
2) Cefalosporinas de 3ª generación /Ceftrriaxona 1g. 24hs.
Cefotaxima 500 mgs. C/6. 8. hs.
3) Trimetoprima – Sulfometoxazol
Si hay disuria intensa o retención se coloca catéter PERMANENTE o se realiza una cistoctomía mínima por punción suprapúbica.
En general el cuadro cede en 36 – 48 hs., se retira el catéter si lo hay
y se pasa a ATB orales.
Si el cuadro no cede pensar en la presencia de un absceso prostático,
que será revelado por el tacto y la ecografía. En ese caso se instala ATB
para anaerobios y se debe drenar el absceso –generalmente por vía
endoscópica.
Prostatitis crónica bacteriana
Tener en cuenta que es la situación menos frecuente. En caso de hallarse leucocitos y gérmenes en las pruebas diagnósticas, se instala una
ATB prolongada 2 a 3 meses.
Los ATB usados deben ser aquellos que tienen capacidad de penetración prostática, lo que está condicionado por el ph de la secreción prostática,
la liposolubilidad del ATB, su peso molecular, capacidad de ionización y
unión a proteínas.
En general en la actualidad las más empleadas son las quinolonas de
3ª generación y la trimetoprima- sulfametoxazol.
En raros casos que se hayan identificado gérmenes sensibles a otros
ATB la elección será la apropiada siguiendo las reglas referidas.
Un tema que ha sido objeto de grandes controversias es el de las
Chlamydias como causa de PROSTATITIS CRÓNICA –traspolando
la presencia de EPIDIDIMITIS de esa etiología. Actualmente si bien
no se descarta la posibilidad de su presencia estudios como los de Poletti
y col, Doble y col en los que se investigó mediante biopsias prostáticas
nunca se la halló.
Se han tratado también casos con ATB intraprostáticos y por inyección anal submucosa (SHAFIK)sin que estos métodos encontraran difusión.
Módulo: Infecciones en urología (específicas y no específicas)
Hay dos situaciones que merecen ser tenidas en cuenta y que pondrían
en duda el papel determinante de los gérmenes en la génesis de estas
prostatitis y son:
1) Pacientes que no responden a terapia ATB adecuada a pesar
obtenerse su “cura bacteriológica” (NICKEL)
2) Pacientes con recuento leucocitario positivo pero sin gérmenes, que
mejoran y aún curan con ATB (NICKEL)
Las recaídas son frecuentes y frente a esto se han adoptado distintas
alternativas, una la profilaxis ATB a dosis bajas, otra el masaje prostático
repetido juntamente con ATB.
Los tratamientos quirúrgicos son excepcionales y van desde la corrección de estenosis uretrales, y esclerosis cervicales hasta la resección
transuretral de la próstata y aún la prostatectomía radical.
Categoría 3 A
En estos casos con conteo leucocitarios positivo pero sin gérmenes, se
plantea la incertidumbre diagnóstica, por ello se considera el tratamiento
ATB por 2 á 3 meses, apoyándose en la posibilidad que existan gérmenes no cultivables o potencialmente patógenos.
Si como ocurre frecuentemente no se obtienen resultados, el tratamiento se orientará a otras posibilidades que son múltiples y de resultados aleatorios y que también se emplean en la categoría 3 B.
Categoría 3 B
Son los casos en los que el conteo de leucocitos y la bacteriología son
negativos. En este caso el criterio inicial es semejante al sostenido en la
categoría 3 A, o sea instituir un tratamiento antibiótico similar que muy
probablemente fracasara.
Si esto ocurre se recurrirá a los tratamientos que se mencionan a continuación todos los cuales han sido utilizados con distintos resultados según distintos autores.
Alfabloqueantes: apuntan a corregir trastornos vesicouretrales. Se
han empleado todas las drogas disponibles, y los porcentajes de buenos resultados son muy variables según los distintos estudios.
Antinflamatorios: se usan con pobres resultados desde la
indometacina hasta los inhibidores de la COX2.
Relajantes musculares: se emplean diversos de ellos, fundamentalmente el Diazepam con el objeto de mejorar las disinergias
vesicoesfinterianas y espasticidad del suelo pelviano.
Inhibidores de la 5 alfa reductasa: se ha usado, refiriendo algunos autores mejoría por reducción del proceso inflamatorio, mejorar el
vaciamiento vesical y disminuir el dolor. No se han referido las posibles repercusiones sobre la potencia sexual.
Fitoterapia: se emplean de manera muy frecuente y si bien no existen investigaciones amplias, se han referido mejorías por sus efectos
antinflamatorios, inhibición de la 5 alfa reductasa y posiblemente por
efecto placebo.
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Pentosanpolísulfato: estudios aislados que comparan la prostatitis
con la cistitis intersticial en la mujer y aún consideran que esas prostatitis
serían cistitis intersticiales, han empleado el Pentosanpolisulfato con
aparentes buenos resultados.
Allopurinol: se ha usado basándose en la teoría que los uratos depositados en la próstata por el reflujo, provocarían una respuesta
inflamatoria.
Termoterapia: se la ha aplicado tanto por vía intrarectal (Oschepkov
y col.) como intrauretral (Nickel y Sorensen). Con ambos tipos se
refieren éxitos a largo plazo. Hasta la fecha no se ha podido determinar que tipo de pacientes se puede beneficiar según la sintomatología
que presentaron; sea dolor, disfunción sexual o trastornos miccionales.
Masajes de Próstata: esta técnica, la primera utilizada para tratar
la prostatitis, ha sido actualizada por diversos autores quienes piensan
que puede mejorar el drenaje de los conductos prostáticos, facilitando
también la inoculación y penetración de los antibióticos (Hennenfent
Feliciano) Otros (Anderson) utilizan una variante de la misma con la
intención de realizar una terapia miofascial liberadora, mediante la
electroestimulación del piso pelviano.
Cirugía: situación de excepción en estos padecimientos. Puede tratarse una cervicotomía en caso de una obstrucción cervical demostrada
hasta de una RTU amplia, especialmente en pacientes con litiasis
prostática infectada.
Hay que tener en cuenta que la permanencia postcirugía de restos
prostáticos infectados pueden mantener la sintomatología.
Miscelánea: comprende una serie de tratamientos o ayudas complementarias que pueden tener éxito en casos particulares. Entre ellos
mencionamos la psicoterapia, biofeedback, ejercicios de relajación (p.
Ej. Yoga), cambios en hábitos dietarios, eliminación de ciertos deportes (ciclismo).
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Prostatitis
CONCLUSIONES
Las prostatitis siguen constituyendo un problema complejo y difícil de
resolver.
El enfoque sistemático de estos padecimientos, basado en la nueva
clasificación establecida, constituye un progreso evidente para su comprensión y tratamiento.
Es necesaria una muy buena relación médico-paciente ya que se necesita tiempo, paciencia y comprensión de ambas partes para llegar a resultados positivos.
Lamentablemente esta situación no suele compadecerse con el estilo
del ejercicio de la profesión, impuesto por las instituciones que manejan la
mayor parte de la medicina actual.
Los múltiples tratamientos propuestos no hacen más que poner en
evidencia que todavía no se ha llegado a un conocimiento claro del problema. Lo que llevó a Meares a decir: “ Pocas de las dolencias del tracto
genitourinario, confunden más al paciente y al médico que los procesos
inflamatorios prostáticos”.
5
BIBLIOGRAFÍA
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shanon controlled comparative study (J. Urol. 168. supl 4: 333. 1994).
Preguntas de Evaluación
El último fascículo de este módulo incluirá una hoja con un cuestionario de preguntas relacionadas a los temas
tratados en el mismo, en el que los médicos podrán registrar sus datos personales y las respuestas elegidas. Este
cuestionario deberá ser remitido por correo o fax al Comité de Educación Médica Continua, Secretaría de la
S.A.U., Pasaje de la Cárcova 3526 (1172) Buenos Aires. Tel./fax: 4963-8521/4336/4337.
El requisito para aprobar el módulo consistirá en contestar correctamente por lo menos el 75% del total de preguntas.
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Módulo: Infecciones en urología (específicas y no específicas)